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CARACTERÍSTICAS BÁSICAS
El derecho europeo no busca eliminar las diferencias, sino abogar por una adecuada
complejidad, reconociendo que muchos actos jurídicos dependen del contexto más
amplio del espacio jurídico europeo. En contraste con el enfoque tradicional que se basa
en la soberanía nacional, el derecho europeo reconoce la conexión profunda entre los
distintos ordenamientos jurídicos y sostiene que esta interconexión afecta la identidad de
todos los derechos implicados de manera cualitativamente diferente a la gobernanza
global.
Naturaleza de la UE:
La Unión Europea es descrita como una organización internacional única y compleja que
surgió en 1992 con el Tratado de Maastricht.
Participantes en la UE:
Se enfatiza que los únicos actores que integran la UE son los Estados soberanos con
personalidad jurídica internacional, excluyendo otras organizaciones institucionales,
territoriales o supraestatales.
Se menciona que las Comunidades Autónomas pueden realizar actividades que tengan
proyección exterior, pero su participación está limitada a ciertos criterios.
La UE se presenta como un instrumento creado por los Estados para llevar a cabo
conjuntamente tareas que no podrían lograr aisladamente.
Se destaca que la UE no ha sido creada en contra de los Estados, sino para fortalecer la
capacidad de los Estados para abordar cuestiones de paz, dirección económica y bienestar
de manera conjunta.
Interés de la UE:
Se plantea la pregunta sobre si existe un "interés general" propio de la UE que sea superior
al interés de cada Estado. Se argumenta que el interés de la UE es más un "interés común"
de los Estados que una entidad autónoma.
Explorar el concepto de "fuentes del Derecho", que utiliza una metáfora relacionada con
el lugar de origen de las normas jurídicas. Se establece una distinción entre fuentes en
sentido material, vinculadas a los creadores de normas, y fuentes en sentido formal,
relacionadas con los modos de expresión de las normas.
Resaltemos la relevancia del sistema de fuentes del Derecho en la Unión Europea para
comprender su estructura y funcionamiento. Subrayando que las normas se caracterizan
por ser mandatos generales y abstractos. Además, enfatizando que no todos los actos de
las instituciones comunes europeas son considerados normas, sino aquellos que
cumplen con criterios específicos de generalidad y abstracción.
De este modo, nos encontramos ante un asombroso panorama de tres grandes sistemas
de fuentes del Derecho de la Unión Europea:
A) Fuentes escritas.
B) Fuentes no escritas.
b) La costumbre.
LAS ACTUALES FUENTES DEL DERECHO COMUNITARIO EUROPEO
Hace referencia al conjunto formado por los distintos tratados constitutivos de las
comunidades europeas, como los Tratados de Roma y EURATOM, junto con sus
modificaciones posteriores y los Tratados de Adhesión de los Estados miembros, recibe
diversas denominaciones. Estos tratados están acompañados por Protocolos y Anexos
que poseen la misma fuerza jurídica que los tratados.
Entre los protocolos más relevantes se encuentran aquellos relacionados con el Estatuto
del Tribunal de Justicia, el Banco Europeo de Inversiones, el Sistema Europeo de
Bancos Centrales y Banco Central Europeo, así como los privilegios e inmunidades de
las Comunidades Europeas.
Estos Tratados defienden las cuatro libertades básicas en el orden económico: la libertad
de circulación de mercancías, la libertad de desplazamiento de trabajadores, la libertad
de establecimiento de capitales y la libertad de circulación de capitales.
El Derecho Comunitario Derivado comprende las normas creadas por las instituciones de
la Comunidad Europea, siguiendo los procedimientos establecidos en los Tratados
constitutivos. A diferencia del Derecho Originario, que es aprobado por los Estados
miembros, el Derivado nace de las instituciones comunitarias y está subordinado a la
normativa original.
Este Derecho, de segundo rango, debe respetar el principio de jerarquía normativa, siendo
subordinado al Derecho comunitario originario. Su adopción requiere una "base jurídica"
previa, fundamentada en elementos objetivos controlables judicialmente, como finalidad
y contenido del acto.
Las dos categorías principales de normas en el Derecho Comunitario son los Reglamentos
y las Directivas. Además, existen Decisiones, con naturaleza ambivalente, que pueden ser
actos administrativos o disposiciones generales. En cambio, dictámenes y
recomendaciones no poseen carácter normativo.
No hay una jerarquía entre Reglamentos, Directivas y Decisiones, ya que cada uno tiene
finalidades y especialidades distintas. En la actualidad, las instituciones comunitarias
emiten normas bajo estas tres formas.
Destacan las "Directrices" de la Comisión Europea, aplicables en casos específicos, como
en la autorización de ayudas públicas otorgadas por los Estados miembros. Estas
Directrices poseen una relevancia particular en ciertos contextos, complementando la
estructura normativa del Derecho Comunitario Derivado
Jerarquía Legal: Los acuerdos son vinculantes para las instituciones y Estados
miembros. Se consideran parte integral del orden jurídico comunitario, situándose entre
los tratados constitutivos y las normas comunitarias derivadas.
La Costumbre
PRINCIPIOS DE LA UE
Los principios nucleares del Derecho de la Unión Europea son fundamentales para
entender su estructura y funcionamiento. A continuación, se describen brevemente los
principales principios mencionados en el texto:
En caso de conflicto normativo, la norma europea tiene preferencia sobre la norma interna
del Estado miembro, pero no la deroga.
La Unión Europea solo tiene competencias que los Estados miembros le han atribuido
para lograr sus objetivos, según los Tratados.
Principio de Subsidiariedad:
La Unión actúa solo cuando los objetivos no pueden ser alcanzados eficazmente por los
Estados miembros y son mejor logrados a nivel comunitario.
Este principio se aplica en las relaciones entre la Unión y los Estados miembros.
Principio de Proporcionalidad:
Las acciones de la Comunidad no deben exceder lo necesario para alcanzar los objetivos
establecidos en los Tratados.
El Derecho de la Unión se aplica por igual a todos los Estados miembros, salvo
excepciones justificadas por motivos objetivos.
Cada Estado determina cómo cumplir las obligaciones comunitarias dentro de su sistema
constitucional.
Los Estados miembros son responsables de adoptar medidas para cumplir las
obligaciones derivadas de los Tratados y de evitar acciones que pongan en peligro sus
objetivos.