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En esta categoría se ubican ejemplos muy variados. Así: el principio del enriquecimiento sin causa, el
principio de la jerarquía entre reglas jurídicas generales y medidas de ejecución, el principio de la distinción
entre impuestos y tasas, el principio del respeto al secreto de las empresas, el principio de la confidencialidad de
la correspondencia entre el abogado y su cliente.
c) También señalaremos los principios llamados estructurales (6), los que se desprenden de las
características del orden jurídico particular de que se trate (en la experiencia europea, son deducidos de la
naturaleza de las Comunidades). Estos principios traducen las preocupaciones y los objetivos de cada
ordenamiento y son instrumentos útiles para que el juez garantice su buen funcionamiento. En esta categoría
aparecen:
* los principios generales de naturaleza constitucional: tal el caso del "principio de solidaridad" que guía la
conducta de los Estados miembros unos en relación a otros (7), y del "principio del equilibrio institucional", que
fue inferido de los tratados originarios a partir del sistema de atribución de competencias a las distintas
instituciones.
* los principios inherentes a la noción de mercado común, que se infieren generalmente de un conjunto de
reglas expresas de los tratados originarios. En este sentido, el principio de "libertad de circulación", que se
opone a actos o medidas de los Estados miembros que puedan significar obstáculos reales o potenciales a las
denominadas "cuatro libertades" propias del mercado. También queda comprendido el "principio general de no
discriminación", consagrado en diversas disposiciones generales o particulares del tratado, concernientes a no
discriminación en razón del origen de la mercadería o de la nacionalidad de las personas, de la no
discriminación en razón del sexo o bien de la igualdad de trato ante la reglamentación económica.
d) Sin duda, a partir del asunto "Nold", fallado en 1974, la Corte ha considerado los principios que tutelan
los derechos fundamentales del hombre, como parte del "acervo comunitario" (8). La Corte afirmó que "...los
instrumentos internacionales concernientes a la protección de los derechos del hombre a los que los Estados
miembros han cooperado o se han adherido, pueden proporcionar indicaciones que conviene tomar en cuenta en
el marco del derecho comunitario" (9). A partir de entonces, por obra jurisprudencial, incluso antes de la
vigencia del Acta Única Europea del 1º de julio de 1987, los derechos fundamentales, tal como están plasmados
en la Convención europea de protección de los derechos humanos y libertades fundamentales -Roma, 1950-,
fueron considerados principios generales del derecho comunitario.
En 1994, el Consejo solicitó un informe a la Corte de Justicia sobre la posibilidad de que la Comunidad,
como persona jurídica, ratificase la Convención europea de derechos humanos. El 28 de marzo de 1996, la
Corte estimó que "en el estado actual del derecho comunitario, la Comunidad no tiene competencia para adherir
a la Convención". La adhesión implicaría la sustitución del sistema actual de tutela mediante principios
generales del derecho comunitario, por un sistema institucional distinto, lo cual entrañaría una modificación
constitucional de envergadura, sólo posible mediante una reforma del tratado originario (10).
III. LOS PRINCIPIOS QUE ESTRUCTURAN LAS RELACIONES ENTRE LOS PARTICULARES Y
LAS INSTITUCIONES COMUNITARIAS
El respeto al derecho de defensa y la tutela de la confianza legítima
Estos principios se han desarrollado con autonomía frente a la necesidad de tutela de los particulares ante la
autoridad pública. Así, el principio de defensa, como principio fundamental del derecho comunitario, no
coincide exactamente con las garantías del proceso penal plasmadas en las constituciones nacionales ni con la
garantía consagrada en el art. 6 de la Convención europea de derechos humanos.
En materia comunitaria, la jurisprudencia lo ha hecho jugar en procedimientos administrativos, en las
inspecciones y pedidos de informes de la Comisión en el marco del derecho de la competencia, tanto en
beneficio de personas físicas o jurídicas, y en el marco de procedimientos disciplinarios relativos a funcionarios
europeos.
Por ejemplo, en el caso "Transocean Marine Paint Association" (11), la Corte dijo que era un principio
general subyacente a disposiciones escritas, la regla según la cual los destinatarios de decisiones de autoridades
públicas que afectan sus intereses, deben contar con la posibilidad de expresar útilmente el respectivo punto de
vista.
La materia de la competencia ha dado lugar a interesantes aplicaciones del principio. En la causa "Hoechst
A.G. v. Comisión" (12), se tutelaron las exigencias derivadas del derecho a la inviolabilidad del domicilio. La
Corte, tras reiterar que los derechos fundamentales son parte integrante de los principios generales del derecho
cuyo respeto garantizaba ese Tribunal, descartó toda afectación del art. 8 de la Convención europea, que no
comprendía los "locales empresarios". Agregó que en cuanto a las personas jurídicas, los derechos de los
cuente con una instancia jurisdiccional supranacional que es la que, sin duda, hará fructificar el rol de los
principios. Junto con los principios fundamentales de tutela de los derechos humanos -que no son principios
propios del proceso de integración sino que éste los recibe de la riqueza de los derechos constitucionales
nacionales-, estos principios estructurales van configurando el orden público del ordenamiento del Mercosur,
cuya potencialidad en manos de los jueces todavía no ha sido explorada.
NOTAS:
(*) Trabajo elaborado en base a lo expuesto por la autora en el VI Encuentro de Especialistas en el
Mercosur, Rosario, agosto de 1998.
(1) Conforti, Benedetto, "Derecho internacional", Edición en español revisada y anotada por Raúl E.
Vinuesa, Ed. Zavalía, 1995, ps. 60/63.
(3) Tratado de la Unión Europea, suscripto en Maastricht el 7 de febrero de 1992, y vigente a partir del 1 de
noviembre de 1993.
(4) Boulois Jean-Chevallier Roger-Michel, "Grands arrêts de la Cour de Justice des Communautés
Européennes", Ed. Dalloz 1994, t. 1, ps. 73 a 91.
(5) Según el Profesor Barberis, la redacción del art. 38, inc. 1, c, debe su origen a los trabajos del comité de
juristas que, en 1920, estuvo encargado de elaborar el Estatuto de la antigua Corte permanente. En el seno de
dicho comité prevaleció la opinión de los miembros anglosajones, Root y lord Phillimore, quienes estimaban
que los principios considerados eran aquéllos aceptados por los Estados en el foro doméstico. La disposición
subsistió invariable en el texto del estatuto de la nueva Corte adoptado en la Conferencia de San Francisco. En
este sentido, el autor citado afirma que los principios de derecho positivo interno susceptibles de pasar a integrar
el ordenamiento internacional son principalmente los relativos al derecho civil y al procedimiento civil.
Barberis, Julio H., "Fuentes del Derecho Internacional", Editora Platense, La Plata, 1973, p. 5.
(7) Dreyzin de Klor Adriana, "El Mercosur", Ed. Zavalía, Buenos Aires, 1997, p. 332.
(9) CJCE, asunto 4/73, fallado el 14 de mayo de 1974, "Nold", Rec. 1974, p. 491, concl. Trabucchi.
(10) Durand Claire Francoise y van Raepenbusch Sean, "Les principaux développements de jurisprudence",
Cahiers de droit européen 1997 (3-4), p. 394.
(11) CJCE, asunto "Transocean Marine Paint Association", fallado el 23 de octubre de 1974, Recueil 1974,
p. 1063.
(12) CJCE, asuntos 46/87 y 227/88, "Hoechst A.G. v. Commission", fallados el 21 de septiembre de 1989,
Recueil 1989, p. 2919.
(13) Ante la negativa de la empresa Hoechst A.G. a abrir sus locales a los agentes de la Comisión, ésta dictó
una decisión que fijó una multa coercitiva provisoria y requirió y obtuvo de la autoridad alemana competente,
un mandato judicial de registro.
(14) CJCE, asunto 374/87, "Orkem S.A. v. Commission", fallado el 18 de octubre de 1989, Rec.
1989-I-3332. En el caso, la Corte eliminó tres de las preguntas dirigidas por la Comisión a la empresa, por
considerarlas violatorias del derecho de defensa de la persona jurídica sospechada de violar los arts. 85 y 86 del
Tratado de la Comunidad Europea.
(15) CJCE, asunto C-152/88, "Sofrimport S.R.L. v. Commission" fallado el 26 de junio de 1990, Rec.
1990-I-2504 concl. Tesauro.
(16) Comunicación de Yves Galmot en el X Congreso de la Unión de abogados europeos, Venecia, mayo de
1996, "L'apport des principes généraux du droit communautaire à la garantie des droits dans l'ordre judirique
francais", publicado en Cahiers de droit européen 1997 (1-2) ps. 77/79.
(18) En este sentido, el Tratado de la Unión Europea incorporó un Título V relativo a la puesta en marcha de
una política exterior y de seguridad común y un título IV atinente a la cooperación en los ámbitos de la justicia
y de los asuntos interiores (especialmente art. K.1 con sus incs. 1 a 6 que tienden a pasar al pilar comunitario).
El Preámbulo del Tratado de Maastricht dice -entre otras consideraciones-: "(los Estados miembros)
Determinados a promover el progreso económico y social de sus pueblos, en el marco del perfeccionamiento del
mercado interior y del refuerzo de la cohesión y de la protección del medio ambiente, y a poner en marcha
políticas que aseguren progresos paralelos en la integración económica y en los demás ámbitos...".
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