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“AÑO DE LA UNIDAD LA PAZ Y EL DESARROLLO”

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Escuela Profesional de Derecho

ASIGNATURA:

DERECHO PENAL III: Parte especial II

TEMA:

EL PREVARICATO: ASPECTOS DE LA POLÍTICA CRIMINAL

DOCENTE:

Dr. YARLEQUE FARIAS GUILER COSME

INTEGRANTES:

CARRASCO ROMERO ANGELLO ALBERTO

GUTIERREZ PALACIOS, ARIANA

LUNA CRUZ CRISTIAN

MATICORENA SILVA DANIEL AUGUSTO

RUJEL MARCHAN CINTHIA MARVELY

SALDOYA BONILLA SERGIO

YENQUE SILVA SEBASTIAN

TUMBES – PERÚ

2023
Contenido

INTRODUCCION......................................................................................................................2
1. ORÍGENES EN LA CULTURA ROMANA....................................................................3
2. EL DELITO DE PREVARICATO EN EL PERÚ...........................................................5
2.1. DELITO DE PREVARICATO EN EL CÓDIGO PENAL – DECRETO LEGISLATIVO N° 635.....6
2.2 La conducta reprochable:................................................................................................6
2.3. Sujeto Activo:...............................................................................................................7
2.4. Sujeto Pasivo:..............................................................................................................8
2.5. El bien jurídico protegido:...........................................................................................9
3. ELEMENTOS SUBJETIVOS:..................................................................................................10
4. TIPOS DE PREVARICATO:..........................................................................................11
4.1 Prevaricato de hecho y prevaricato de derecho:.............................................................11
4.2. Prevaricato Administrativo.............................................................................................11
5. ANÁLISIS EN EL DERECHO COMPARADO, SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS. 15
5.1. COSTA RICA.................................................................................................................15
5.2. EN COLOMBIA............................................................................................................16
5.3. EN NICARAGUA:..........................................................................................................18
5.4.- EN ESPAÑA:...............................................................................................................20
6. REPERCUSIONES LEGALES DEL PREVARICATO...................................................21
6.1. Penas y sanciones:......................................................................................................21
6.2.1. Casos Legales Históricos...................................................................................24
6.2.2. Decisiones judiciales..........................................................................................25
6.2.3. Impacto en la Jurisprudencia y en las Políticas Judiciales................................26
7. ESTUDIO DE CASO...........................................................................................................27
7.1 Antecedentes del caso:...............................................................................................27
7.2 Proceso Legal y Sentencia:.........................................................................................27
7.3 Implicaciones Políticas y Sociales:............................................................................28
SENTENCIA: https://portal.mpfn.gob.pe/descargas/normas/r40862.pdf..................................31
INTRODUCCION

En el contexto jurídico peruano, el prevaricato emerge como una figura jurídica que

aborda conductas indebidas por parte de funcionarios públicos en el ejercicio de sus

atribuciones. Este delito se encuentra tipificado en el Código Penal peruano y se refiere

a la actuación arbitraria de un servidor público que, con pleno conocimiento de la

ilegalidad de sus acciones, emite resoluciones contrarias a la ley.

El prevaricato se erige como un pilar fundamental para la preservación del Estado

de Derecho, ya que busca salvar la imparcialidad y legalidad en el accionar de los

funcionarios gubernamentales. La esencia de este delito radica en la malversación del

poder conferido a dichos servidores, quienes, en lugar de actuar conforme a la

normativa vigente, la vulneran en favor de intereses personales o de terceros.

En el Perú, el prevaricato se castiga con penas que van desde la inhabilitación

temporal hasta la privación de la libertad, dependiendo de la gravedad de la conducta y

sus consecuencias. La lucha contra la corrupción y la impunidad ha llevado a una mayor

atención y persecución de este delito, evidenciando la importancia de fortalecer las

instituciones encargadas de velar por la transparencia y la legalidad en el ámbito

público.
1. ORÍGENES EN LA CULTURA ROMANA

La doctrina es unánime en señalar que los orígenes de la palabra prevaricación se

encuentra en la antigua cultura romana, en la época de la República, aproximadamente

509 a. C., proveniente de la palabra del latín prevaricatus, compuesta por el prefijo prae

que significa “antes” y vicare que significa “traspié”. En esta época encontramos la

llamada acción de perduelio o alta traición, que se daba para sancionar al magistrado

por cualquier acto de transgresión de un deber público en el ejercicio de su cargo. Los

magistrados titulares del Imperio eran llamados cónsules, sin embargo, para la acción de

perduelio eran considerados como magistrados también gobernantes con poder

supremo, estos últimos fuera del Imperio, y que eran juzgados por las asambleas

romanas. Por otro lado, mediante la acción o Lex Cornelia, la cual debe su nombre al

cónsul Lucio Cornelio Sila Félix, se castigaba a los pretores, que eran los colaboradores

menores de los cónsules, cuando estos se apartaban de la correcta aplicación de las

leyes. Posteriormente, en la época del Imperio Romano, Justiniano I,2 emperador del

Imperio Romano de Oriente desde el 01 de agosto del año 507 hasta el año 565 (fecha

de su deceso) , encargó a un grupo de juristas la compilación y redacción del derecho

romano, a fin de armonizarlo en lo posible con la cultura cristiana, constituyendo la

trascendental obra Corpus Juris Civiles, que es la base de muchas legislaciones

modernas, y que estaba compuesta por el Cotex Iustinianus, el Digesto o Pandectas, las

Institutas y las Novellae. En el Digesto encontramos la base de lo que en la actualidad

podríamos llamar el delito de prevaricato. Con este concepto se castigaba la

prevaricación sancionando al acusador injusto, como al abogado que traicionaba a su

cliente para colaborar con la otra parte, el mismo que era sancionado en un juicio

extraordinario, debiendo devolver el dinero que hubiera recibido por la corrupción. El

Digesto de Justiniano, tomo III, dice: “Ley 1: Prevaricador es como si se dijera que
“varica” (es decir que anda con las piernas separadas) y ayuda así a la parte contraria

traicionando a la que en él confía; Labeón dice que este término se deriva del hecho de

“varicar” en la contienda, pues el que prevarica está en un lado y otro, incluso más del

otro. Propiamente, se llama prevaricador al acusador en un juicio público, pues de un

abogado no se dice con propiedad que es prevaricador. Entonces, ¿qué hacer con un

abogado así? Si ha prevaricado, es decir, si ha traicionado a su cliente en un juicio tanto

privado como público, el tal suele ser castigado en juicio extraordinario”

2. EL DELITO DE PREVARICATO EN EL PERÚ

Una vez lograda la emancipación de España, en 1821, las naciones

hispanoamericanas realizaron los esfuerzos por organizar el Gobierno y generar sus

primeras legislaciones. Como primera codificación penal tenemos el Código Penal de

Santa Cruz de 1831, elaborado bajo el modelo del Código Penal Español de 1822. el

Código Penal de Santa Cruz fue proclamado en la época de la Confederación Perú-

boliviana, bajo el Gobierno del mariscal Andrés de Santa Cruz; sin embargo, tuvo un

corto período de vigencia, pues fue derogado a los pocos años, el 31 de julio de 1838.

En el Código Penal Español de 1822, se puede observar la tipificación del delito de

prevaricato de derecho, en el artículo 324°, el cual establece que:

Art. 324. El que de palabra ó por escrito provocará con sátiras ó invectivas í

desobedecer alguna ley ó al Gobierno ú otra autoridad pública, sufrirá un arresto de

quince días á dos meses, ó una multa de ocho a treinta duros, con privación de empleo y

temporalidades al eclesiástico secular ó regular ó funcionario público que cometiere este

delito ejerciendo las funciones de su ministerio. Pero si un eclesiástico secular ó regular,

abusando de su ministerio en sermón ó discurso al pueblo, ó en edicto, carta pastoral ú

otro escrito oficial, censurare o calificara como contrarias á la religión ó á los principios
de la moral evangélica las operaciones ó providencias de cualquiera autoridad pública,

sufrirá una reclusión de dos á seis años, y se le ocuparán las temporalidades. Si

denigrare con alguna de estas calificaciones al cuerpo Legislativo, al Rey, ó al Gobierno

supremo de la Nación, será extrañado del reino para siempre, y se le ocuparán también

las temporalidades. (El resaltado es nuestro).

2.1. DELITO DE PREVARICATO EN EL CÓDIGO PENAL – DECRETO

LEGISLATIVO N° 635

Respecto al delito de prevaricato, el artículo 418° del Código Penal vigente

establece: Artículo 418.- Prevaricato El Juez o el Fiscal que dicta resolución o emite

dictamen, manifiestamente contrarios al texto expreso y claro de la ley, o cita pruebas

inexistentes o hechos falsos, o se apoya en leyes supuestas o derogadas, será reprimido

con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de cinco años. El fundamento

de su represión reside en cautelar la correcta administración de justicia, con la finalidad

de que el juez o fiscal ejerza las facultades con las que fue investido dentro de los

límites que le imponen los deberes generales y específicos propios del ejercicio del

cargo. De tal manera, el prevaricato se presenta como un delito especial de infracción

del deber, por cuanto requiere una condición especial de autoría, es decir, que el sujeto

activo sea un juez o fiscal, en cualquiera de sus niveles, sea titular o provisional. En

relación a la conducta típica, el legislador ha establecido explícitamente los supuestos

de infracción a la correcta administración de justicia, los cuales se presentan como

modalidades prevaricadoras. Estos supuestos configuran como un tipo alternativo que

opera de manera independiente. La primera modalidad prescribe a lo que en doctrina se

denomina “prevaricato de derecho”, que se materializa cuando el juez o fiscal “dicta

resolución o emiten o se había declarado el acto de prevaricato en que hubiere incurrido


el magistrado, por lo que la sanción al magistrado que hubiera incurrido en el delito de

prevaricato en esta época resultaba dudosa.

2.2 La conducta reprochable:

Apelación 10-2013, Lambayeque

En la Apelación 10-2013, Lambayeque se analiza la irreprochabilidad de la

conducta en el tipo penal de prevaricato. Así se indica:

Que, la conducta reprochable es dictar una resolución (que lo puede hacer un juez de

cualquier nivel) o emitir un dictamen (para el caso de los fiscales igual de cualquier

nivel) en que se advierta que sea manifiestamente contrario al texto expreso y claro de

la ley: que al respecto Carlos Creus sostiene que la punibilidad de este delito… no se

funda particularmente en la calidad personal del sujeto activo, sino que básicamente se

apoya en la naturaleza del acto en el cual se comete el delito, que debe tratarse de un

acto jurisdiccional lo que supone la existencia de un proceso, de carácter contencioso o

voluntario, civil, penal, laboral, contencioso administrativo…; que asimismo dicho

delito requiere para su configuración del dolo como elemento subjetivo, el juez o

Fiscal, es decir cualquiera de los tres supuestos señalados en la norma, que en el caso de

autos esta se configuraría si se advierte que el Juez o Fiscal conoce que su resolución es

contraria a lo expresamente establecido en la ley, de lo cual es consciente, es decir, hay

conocimiento y voluntad de querer dictar esa resolución o expedir ese dictamen

prevaricador, esto es, faltar a la norma; que, de otro lado no resulta delito

de prevaricato.
2.3. Sujeto Activo:

El sujeto activo del delito de prevaricato es un funcionario público. Esto incluye a

aquellos que desempeñan funciones en el ámbito de la administración pública, como

servidores públicos, autoridades, funcionarios judiciales, entre otros.

A continuación, se detallan algunas características y ejemplos de sujetos activos en

el delito de prevaricato:

 Funcionarios Públicos en General: Aquí se engloban empleados

gubernamentales de diferentes niveles, desde funcionarios de bajo rango hasta

aquellos en posiciones de liderazgo, como ministros, directores de entidades

estatales, alcaldes, entre otros.

 Autoridades Judiciales: Los jueces y magistrados también ingresan en esta

categoría. El delito de prevaricato en el ámbito judicial implica que un juez dicta

una resolución arbitraria, contraviniendo la ley y afectando la correcta

administración de justicia.

 Servidores Públicos con Poder Decisorio: Cualquier individuo que tenga la

autoridad de tomar decisiones en asuntos administrativos puede ser considerado

sujeto activo de prevaricato si abusa de esa autoridad para emitir resoluciones

arbitrarias.

En resumen, el sujeto activo del delito de prevaricato en nuestro país abarca una

amplia gama de funcionarios públicos, desde aquellos que trabajan en la administración

pública hasta los que tienen responsabilidades judiciales, siempre y cuando estén

investidos de autoridad para tomar decisiones en asuntos administrativos.


2.4. Sujeto Pasivo:

El sujeto pasivo es el Estado o la sociedad en general.

La prevaricación afecta la correcta administración de la justicia y el normal

funcionamiento de la administración pública, por lo que el perjuicio recae sobre el

interés público.

2.5. El bien jurídico protegido:

El bien jurídico protegido en el delito de prevaricato es la legalidad y la adecuada

administración de justicia. Ya que, lo que se busca es preservar la integridad y la

imparcialidad en la toma de decisiones por parte de los funcionarios públicos,

garantizando que actúen de acuerdo con la ley y en beneficio de la sociedad.

Algunos aspectos clave del bien jurídico protegido en este contexto incluyen:

 Legalidad en la Administración Pública: El delito de prevaricato busca proteger

la legalidad en el ejercicio de las funciones administrativas. Los funcionarios

públicos están obligados a actuar dentro de los límites establecidos por la ley y a

tomar decisiones basadas en la normativa vigente.

 Confianza Ciudadana: La confianza de la ciudadanía en la administración de

justicia y en las instituciones públicas es esencial para el funcionamiento


adecuado de un Estado de derecho. La prevaricación, al implicar decisiones

arbitrarias o contrarias a la ley por parte de funcionarios, puede socavar esta

confianza y afectar la percepción de imparcialidad y equidad en la aplicación de

la ley.

 Integridad del Proceso Legal: El bien jurídico protegido también abarca la

integridad del proceso legal. Los actos de prevaricación pueden distorsionar el

curso normal de los procedimientos administrativos y judiciales,

comprometiendo la justicia y generando desconfianza en la imparcialidad del

sistema.

En pocas palabras, el delito de prevaricato busca salvar la legalidad, la confianza

ciudadana y la integridad del sistema legal y administrativo, asegurando que los

funcionarios públicos actúen de manera justa y conforme a la ley en el ejercicio de sus

funciones.

3. ELEMENTOS SUBJETIVOS:

En cuanto al elemento subjetivo (voluntad y conciencia del actuar), se trata de un

comportamiento delictivo que solo admite la modalidad DOLOSA.

Siendo el tipo penal un delito especial propio en razón de que requiere de una

especial calificación en el sujeto activo (juez o fiscal), se trata de cualquier persona que

integre en forma permanente (titular) o coyuntural el Poder Judicial o el Ministerio

Público; no se comete a título de culpa, lo que significa que no basta el descuido ni la

negligencia para que sea materia de imputación, sino que el tipo legal exige como
condición el DOLO, entendiéndose este como el conocimiento y voluntad de la

realización de todos los elementos del tipo objetivo.

En nuestro ordenamiento jurídico, por el momento, no se exige la concurrencia de

un elemento subjetivo adicional para la configuración del tipo subjetivo del delito de

prevaricato, es decir, no se requiere constatar, verbigracia, si el magistrado obró con la

finalidad específica de beneficiarse o favorecer a terceros, de forma indebida. El motivo

puntual que dicho agente haya tenido para actuar contrariando ostensiblemente la

normativa legal está de más en clave de tipicidad.

4. TIPOS DE PREVARICATO:

4.1 Prevaricato de hecho y prevaricato de derecho:

El Supremo Tribunal considera que el prevaricato se divide en prevaricato de

hecho y prevaricato de derecho. El primer caso se genera cuando al expedir la

resolución controversial apoya su fundamentación fáctica en proposiciones alejadas de

la realidad. Mientras que el prevaricato de derecho se configura cuando el operador

jurídico, al expedir la resolución o dictamen, lo hace abiertamente en contra de lo que

regula la ley; defraudando de esta manera la expectativa que tienen los justiciables en la

recta administración de justicia, principio de legalidad y el debido proceso como

garantía genérica.

4.2. Prevaricato Administrativo

Es necesario tipificar el delito de Prevaricato Administrativo en el Perú, puesto

que, esta figura jurídica que aún no se encuentra contemplada en nuestro ordenamiento

jurídico.
Esta alcanza y previene actos referidos a la corrupción, como las malas prácticas

de aquellos miembros de los Tribunales Administrativos que valiéndose de su cargo

podrían expedir resoluciones administrativas contrarias a Derecho, orden público y

buenas costumbres, generando un malestar, y desconfianza dentro de la sociedad, como

también, perjudicando la esencia y la misión de las instituciones a las cuales

representan.

¿Por qué es necesario tipificar el delito de prevaricato administrativo en el Perú?

Es necesario porque de esta manera podría reducir los actos contrarios a

Derecho, y generaría conciencia en la sociedad. En el artículo 19 de la Convención,

manifiesta que los funcionarios que dictan una resolución en contra de la norma, con la

finalidad de favorecerse o beneficiar a otros, deben ser pasibles de sanción penal, este

tratado sirve como guía para tipificar el delito de prevaricato administrativo en nuestro

ordenamiento jurídico, seria de ayuda en parte para la solución de los problemas de

corrupción.

El prevaricato es un delito que lo comete un funcionario público cuando dicta

una resolución arbitraria que no se ajusta a ley y es contraria al Derecho en su

contenido.

Arribas, E. (2015) señaló: “a sabiendas de su injusticia, una resolución arbitraria

en un asunto administrativo es prevaricar y semejante conducta constituye una

infracción penal”. (p. 1208).

Un funcionario público que está en pleno conocimiento de lo que realiza, dicta

una resolución arbitraria que afecta los derechos de los administrados, tal resolución es
contraria al Derecho, se denota la ausencia de justicia, por ello, esa conducta donde se

incumple los deberes de la función, es considera un delito.

Prevaricar vendría a hacer el ejercicio, operación, actividad delictuosa que

comente a sabiendas el funcionario público, que dicta una resolución arbitraria, en

beneficio propio o el de terceros, contraviniendo el ordenamiento jurídico del marco

estatal y quebrantando los deberes inherentes a las funciones de su cargo.

Este delito, la conducta del funcionario público debe ser eminentemente dolosa,

ya que lo hace de manera arbitraria, fundando hechos falsos, o violando la ley expresa y

clara.

Morillas, L. (2016) afirmó: El delito de prevaricación administrativa es el

negativo del deber que se impone a los poderes públicos de actuar conforme a la

Constitución y al Ordenamiento jurídico. Por ello el delito de prevaricación constituye

la respuesta penal ante los abusos de poder que representan la negación del propio

Estado de Derecho, pues nada lesiona más la confianza de los ciudadanos en sus

instituciones que ver convertidos a sus representantes públicos en los vulneradores de la

legalidad de la que ellos deberían ser los primeros custodios. (p. 18)

Principio de legalidad es fundamentalmente que el ejercicio del poder público al

realizar funciones de acuerdo a lo establecido en el marco jurídico esten motivadas

conforme a lo establecido por la ley.

Vacío legal este es la ausencia de una norma en un caso determinado. En el

presente estudio, el delito de prevaricato administrativo no se encuentra regulado en

nuestro ordenamiento jurídico, muchas veces no prevé situaciones jurídicas, las cuales
merecen ser legisladas. Esto ha pasado con el prevaricato administrativo, los

parlamentarios de nuestro país no han positivado este dispositivo penal que tutela el

buen funcionamiento de la administración de justicia.

Los vacíos legales son eventos que no tienen reglamentación aplicable ante una

situación jurídica en concreto. Por consiguiente, en nuestro país, ante un posible suceso

donde algún miembro de los Tribunales Administrativos resolviera en contra del

Derecho, este podría gozar de cierta impunidad.

La corrupción en primer momento debemos decir que el prevaricato lo comete

un funcionario público al resolver en contra del Derecho, faltando al buen ejercicio de

sus funciones a su vez, muchas veces para que se llegue a concretar este ilícito, existe

un agente corruptor.

Agente corruptor, que es el sujeto que induce al servidor o funcionario público

para que acepte o reciba dinero, a cambio de cualquier tipo de beneficio, con el

propósito de que los actos que pueda realizar en cumplimiento de sus funciones sean

contrarios a la ley.

Abuso de la función pública Ante disposiciones legales establecidas, un

funcionario público no puede ir en contra de estas para favorecer a un amigo, familiar, o

tercero, ni tampoco puede valerse del ejercicio de sus funciones para dictar resoluciones

antojadizas o por caprichoso, pues esa resolución seria prevaricadora (arbitraria e

injusta).

Tribunales Administrativos, resuelven controversias que existen en sede

administrativa, estos tribunales administran justicia resolviendo conflictos de relevancia


jurídica. Por mencionar algunos, tenemos: el Tribunal Fiscal, el Tribunal de

contrataciones y adquisiciones del Estado, el Tribunal Administrativo de solución de

reclamos de usuarios, el Tribunal de defensa de la competencia y de la propiedad

intelectual, el Tribunal Servir, Tribunales Administrativos sancionadores, etcétera.

El bien jurídico protegido está relacionado con la intervención del Derecho

Penal en cuanto haya una responsabilidad sancionable por parte de los sujetos que

lesionan la buena administración por tanto el sujeto activo seria, todo aquel funcionario

público que en el ejercicio de sus funciones comete un acto contrario al Derecho.

Cuando se vulneran derechos de los administrados y no existe una base legal

penal para poder defenderse, se crea una cultura de indignación, más aún, si se trata de

resquebrajamiento de la justicia, que es un hecho reprochable y execrable. Por esa

razón, ante la tipificación del tipo penal del prevaricato administrativo en el Perú, se

asegura la protección de los derechos de los administrados, generando un alto grado de

responsabilidad a la hora de resolver conflictos.

5. ANÁLISIS EN EL DERECHO COMPARADO, SEMEJANZAS

Y DIFERENCIAS.

5.1. COSTA RICA.

El código penal de Costa Rica 1970 recoge en su libro II (de los Delitos), titulo

XV (delitos contra los deberes de la función pública) una sección, la 4 a, que se dedica al

“Prevaricato y al Patrimonio infiel” dispone el art. 348:

"Se impondrá prisión de dos a seis años al funcionario judicial o administrativo

que dictare resoluciones contrarias a la ley o las fundare en hechos

falsos.
Si se tratare de una sentencia condenatoria en causa criminal la pena será de tres

a quince años de prisión.

Lo dispuesto en el párrafo primero de este artículo será aplicable, en su caso, a

los árbitros y arbitradores".

Podemos señalar la diferencia con nuestro tipo penal (peruano); en el sentido

de que Costa Rica unifica la sanción de la prevaricación administrativa y la judicial.

Esto es, el legislador no estima que el prevaricato cometido por el juez, funcionario del

poder judicial, merezca una atención distinta de la cometida por cualquier otro servidor

del poder ejecutivo.

Con respecto a la semejanza, podemos señalar, en lo referido a que en Costa

Rica al igual que en el Perú, hace referencia a los dictámenes contrarios y a los hechos

falsos.

No dejando de precisar que según la doctrina la conducta prevaricadora puede

producirse, básicamente de tres formas: Por falseamiento de los hechos, por infracción

del Derecho y por abuso de discrecionalidad al determinar la pena; pudiendo darse

juntas o separadas tales variantes.

5.2. EN COLOMBIA

El Estatuto anticorrupción aprobado por ley 190 de 1995 reformó diversos

preceptos del Código penal colombiano. De esta manera, recoge ahora el Código tres

modalidades de prevaricato:

Art. 149: Prevaricato por acción.


“El servidor público que profiera resolución o dictamen manifiestamente

contrario a la ley incurrirá en prisión de tres a ocho años, multa de cincuenta a cien

salarios mínimos legales mensuales vigentes e interdicción de derechos y funciones

publicas hasta por el mismo tiempo de pena interpuesta”.

Art. 150: Prevaricato por omisión.

“El servidor público que omita, retarde, rehúse o deniegue un acto propio de sus

funciones incurrirá en las penas previstas en el artículo anterior”.

Ambos países tipifican el prevaricato, ya sea por acción u omisión, como un

delito cometido por servidores públicos que actúan de manera manifiestamente contraria

a la ley en el ejercicio de sus funciones.

Diferencias:

En el Perú se refiere específicamente a jueces y fiscales, mientras que en

Colombia no especifica un tipo particular de servidor público, lo que podría incluir a

cualquier funcionario público.

En los elementos del Delito, en el artículo peruano hace referencia a

resoluciones o dictámenes contrarios al texto expreso y claro de la ley, citando pruebas

inexistentes o hechos falsos, o apoyándose en leyes supuestas o derogadas. Mientras que

en Colombia se centra en la emisión de resolución o dictámenes manifiestamente

contrarios a la ley en el caso del prevaricato por acción. En el caso del prevaricato por

omisión, se castiga la omisión, retardo, rehúse o deniegue de un acto propio de las

funciones del servidor público.


Penas Asociadas: En el Perú se establece una pena privativa de libertad no menor de

tres ni mayor de cinco años. En Colombia, el prevaricato por acción, la pena va de tres a

ocho años, con multa de cincuenta a cien salarios mínimos legales mensuales vigentes e

interdicción de derechos y funciones públicas hasta por el mismo tiempo de la pena

impuesta.

En el artículo peruano se menciona específicamente la citación de pruebas

inexistentes o hechos falsos, así como el apoyo en leyes supuestas o derogadas. En

Colombia no especifica estos detalles, centrándose en la contradicción manifiesta con la

ley en general.

En resumen, aunque ambos países castigan el prevaricato, hay diferencias notables en

cuanto a los elementos específicos del delito, las penas asociadas y los detalles

particulares de las conductas que se consideran prevaricato.

5.3. EN NICARAGUA:

El Código Penal de la República de Nicaragua recoge, en el libro II, título VIII (Delitos

peculiares de los funcionarios y empleados públicos) un capítulo que lleva por rúbrica

"Prevaricato". El art. 371 tipifica varias clases de prevaricato, ocupándose el siguiente

precepto de asignar penas diversas de inhabilitación y

multa.

Art. 371. Comete prevaricato:

1º. El Magistrado o Juez que conoce, juzga o resuelve contra la ley expresa, por

soborno, interés personal o afecto o desafecto a alguna persona o corporación.

2º. El Magistrado o Juez que conoce en causa que patrocinó como abogado.
3º. El que da consejo a alguno de los que litigan ante él, acerca de negocios pendientes

en su Tribunal.

4º. El Magistrado o Juez que se niega a juzgar bajo pretexto de oscuridad o insuficiencia

de la ley.

5º. El Magistrado o Juez que durante la tramitación de una causa entra en relaciones

carnales o amorosas con algunas de las partes del juicio o sus parientes dentro del

segundo grado de consanguinidad.

Diferencias en la redacción y estructura: Aunque ambas legislaciones comparten la

esencia de sancionar el actuar contrario a la ley por parte de un Magistrado o Juez, la

redacción y la estructura de los artículos son diferentes. Por ejemplo, el artículo peruano

es más detallado en la descripción de las acciones que constituyen prevaricato.

Aunque hay similitudes en los tipos de acciones que se consideran prevaricato

(como juzgar contra la ley expresa o dictar resoluciones contrarias al texto expreso de la

ley) , hay diferencias en los detalles específicos. Por ejemplo, el artículo peruano

menciona la cita de pruebas inexistentes o hechos falsos, mientras que el texto

nicaragüense no incluye este detalle específico.

Las legislaciones también pueden diferir en las penas asociadas con el delito de

prevaricato. En el caso de Perú, se establece una pena privativa de libertad de tres a

cinco años, mientras que la legislación nicaragüense no especifica las penas en el

fragmento proporcionado.

Aunque ambas legislaciones abordan conductas similares, hay diferencias en

algunos puntos específicos. Por ejemplo, el artículo peruano no incluye explícitamente


la situación en la que un Magistrado o Juez se niega a juzgar bajo pretexto de oscuridad

o insuficiencia de la ley, como se menciona en el fragmento nicaragüense.

El artículo nicaragüense es más detallado y abarca una variedad de situaciones

específicas en las que un Magistrado o Juez puede cometer prevaricato, mientras que el

peruano se centra en la actuación manifiestamente contraria a la ley.

Las penas asociadas también difieren, siendo en Nicaragua de inhabilitación y

multa, y en Perú, una pena privativa de libertad.

Semejanzas: Ambas legislaciones tipifican el delito de prevaricato, que implica

que un Magistrado o Juez actúe de manera contraria a la ley en el ejercicio de sus

funciones.

5.4.- EN ESPAÑA:

El Código Penal español de 1995, señala en su artículo 446 "El Juez o Magistrado que,

a sabiendas, dictare sentencia o resolución injusta será castigado…"

Elementos del Delito:

 En España (artículo 446), se castiga al Juez o Magistrado que, a sabiendas, dicta

sentencia o resolución injusta.

 En Perú (artículo 418), se castiga al Juez o Fiscal que dicta resolución o emite

dictámenes manifiestamente contrarios al texto expreso y claro de la ley, o cita

pruebas inexistentes o hechos falsos, o se apoya en leyes supuestas o derogadas.


Penas: En España, la pena no se especifica en el artículo citado. En Perú, se

establece una pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de cinco años.

La redacción del artículo español es más general, mencionando la dictación de

sentencia o resolución injusta sin entrar en detalles específicos. El artículo peruano es

más detallado, enumerando especificaciones que constituyen acciones del prevaricato.

Semejanzas: En ambos casos, se requiere que el juez o fiscal actúe "a sabiendas" o

"manifiestamente" en contra de la ley. Esto implica un elemento de conocimiento

consciente de la ilegalidad de sus acciones.

6. REPERCUSIONES LEGALES DEL PREVARICATO

6.1. Penas y sanciones:

En referencia al delito de prevaricato, el artículo 418° del Código Penal,

establecido vigentemente, dictamina lo siguiente:

“El Juez o el Fiscal que dicta resolución o emite dictamen, manifiestamente

contrarios al texto expreso y claro de la ley, o cita pruebas inexistentes o hechos falsos,

o se apoya en leyes supuestas o derogadas, será reprimido con pena privativa de libertad

no menor de tres ni mayor de cinco años”. (Benavides Vargas, 2017, p. 245)

Como ya se ha mencionado, la pena base para el delito de prevaricato es de tres

a cinco años de prisión. Sin embargo, las penas por prevaricato en el Perú varían según

la gravedad del delito y las circunstancias específicas del caso. En general, esta pena

puede ser agravada en función de los siguientes factores:


1. Gravedad del delito: La pena será mayor si el prevaricato afecta a un derecho

fundamental, como la libertad individual o el derecho a la propiedad.

2. Consecuencias del delito: La pena será mayor si el prevaricato produce daños

graves o irreversibles.

3. Culpabilidad del autor: La pena será mayor si el autor del delito actuó con dolo

directo, es decir, con la intención de perjudicar a una persona o a la sociedad.

En algunos casos, la pena por prevaricato puede ser agravada hasta seis años de

prisión. Esto ocurre cuando el autor del delito es un juez o fiscal y dictó una resolución

o emitió un dictamen manifiestamente contrario al texto expreso y claro de la ley, o citó

pruebas inexistentes o hechos falsos, o se apoyó en leyes supuestas o derogadas.

Además de la pena de prisión, el autor del delito de prevaricato también puede

ser inhabilitado para ejercer la función pública por un plazo de hasta seis años.

A continuación, se presentan algunos ejemplos de cómo las penas por prevaricato

pueden variar según la gravedad del delito y las circunstancias específicas del caso:

1. Un juez que dicta una resolución de prisión preventiva contra una persona

inocente será sancionado con una pena mayor que un juez que dicta una resolución de

prisión preventiva contra una persona que es culpable de un delito.

2. Un fiscal que archiva una investigación penal contra un funcionario corrupto

será sancionado con una pena mayor que un fiscal que archiva una investigación penal

contra un ciudadano común.


3. Un juez que dicta una resolución que favorece a un grupo criminal será

sancionado con una pena mayor que un juez que dicta una resolución que favorece a un

particular.**

La aplicación de estas penas es competencia de los tribunales de justicia. En la

práctica, la imposición de penas por prevaricato es un desafío, ya que se trata de delitos

que son difíciles de probar.

De acuerdo con las disposiciones de nuestro Código Penal, el delito de

prevaricato se concreta cuando “un juez o un fiscal emite una resolución o un dictamen

que son manifiestamente contrarios al texto expreso y claro de la ley, cita pruebas

inexistentes o hechos falsos, o se fundamenta en leyes que se consideran supuestas o

derogadas”.

Esta figura salvaguarda la operación adecuada y regular de la administración de

justicia, que se concibe como una actividad que abarca ciertos principios esenciales, a

saber, legalidad, independencia, imparcialidad y equidad. Su objetivo es asegurar que

los funcionarios públicos encargados de administrar justicia resolverán las disputas de

manera objetiva, sin intentar favorecer a ninguna de las partes involucradas. (Peña

Cabrera Freyre, 2011, p. 434).

En relación a los tipos de prevaricato, es importante señalar que la doctrina

distingue entre “prevaricato de derecho” y “prevaricato de hechos”. En el primer caso,

se refiere a situaciones en las cuales un juez o fiscal, con pleno conocimiento, emite una

resolución o dictamen que va en contra del texto expreso y claro de la ley o se basa en

leyes que se consideran supuestas o derogadas. En cuanto al “prevaricato de hechos”, se

refiere a aquellos casos en los que un juez o fiscal hace referencia a hechos que son
falsos, es decir, que no existen exactamente o no se encuentran debidamente registrados

en los registros oficiales sobre los cuales se toma la decisión. (Reátegui Sánchez, 2009,

p. 542).

6.2. Precedentes Legales Significativos

6.2.1. Casos Legales Históricos

En el Perú, existen varios casos legales históricos y recientes de prevaricato que

han tenido un impacto significativo en la jurisprudencia y en las políticas judiciales.

1. Uno de los casos históricos más importantes de prevaricato en el Perú es el caso

del juez Manuel Vicente Villarán, quien en 1924 dictó una resolución que absolvió al

expresidente Augusto Leguía de los cargos de corrupción y usurpación de funciones. La

resolución de Villarán fue considerada un acto de prevaricato por la Corte Suprema de

Justicia, que lo destituyó de su cargo y lo condenó a prisión.

2. Otro caso histórico importante es el caso del juez Manuel Jesús Arce, quien en

1986 dictó una resolución que absolvió al exministro de justicia Fernando Olivera de los

cargos de corrupción. La resolución de Arce fue también considerada un acto de

prevaricato por la Corte Suprema de Justicia, que lo destituyó de su cargo y lo condenó

a prisión. (elDiario.es, 2021)

En los últimos años, se han registrado varios casos de prevaricato que han tenido un

impacto significativo en la jurisprudencia y en las políticas judiciales.

1. Uno de los casos más recientes es el caso del juez Walter Ríos, quien en 2018

fue acusado de prevaricato por dictar resoluciones que favorecían a los intereses de la

organización criminal conocida como "Los Cuellos Blancos del Puerto". Ríos fue
condenado a 20 años de prisión por el delito de organización criminal y a 6 años de

prisión por el delito de prevaricato. (Blanco, 2018)

2. Otro caso reciente es el caso del juez César Hinostroza Pariachi, quien en 2019

fue acusado de prevaricato por dictar resoluciones que favorecían a los intereses de la

organización criminal conocida como “Los Cuellos Blancos del Puerto”. Hinostroza fue

condenado a 25 años de prisión por el delito de organización criminal y a 8 años de

prisión por el delito de prevaricato. (Enrique Pérez & Salazar, 2018)

6.2.2. Decisiones judiciales

Las decisiones judiciales en los casos de prevaricato han tenido un impacto significativo

en la interpretación de la ley. En particular, estas decisiones han clarificado los

siguientes aspectos del delito de prevaricato:

1. El elemento subjetivo: La Corte Suprema de Justicia ha establecido que el

elemento subjetivo del delito de prevaricato es el dolo, es decir, la intención de

perjudicar a una persona o a la sociedad.

2. El elemento objetivo: La Corte Suprema de Justicia ha establecido que el

elemento objetivo del delito de prevaricato es la dictación de una resolución o la

emisión de un dictamen que sea manifiestamente contrario al texto expreso y claro de la

ley.

3. La responsabilidad penal: La Corte Suprema de Justicia ha establecido que la

responsabilidad penal por el delito de prevaricato es personal, es decir, que solo puede

ser sancionada la persona que dictó la resolución o emitió el dictamen.


6.2.3. Impacto en la Jurisprudencia y en las Políticas Judiciales

Los casos de prevaricato han tenido un impacto significativo en la jurisprudencia y en

las políticas judiciales. En particular, estos casos han contribuido a:

1. Fortalecer la independencia judicial: La sanción de los jueces que cometen

prevaricato ha contribuido a fortalecer la independencia judicial, ya que ha demostrado

que los jueces no están por encima de la ley.

2. Proteger los derechos de los ciudadanos: La sanción de los jueces que cometen

prevaricato ha contribuido a proteger los derechos de los ciudadanos, ya que ha

demostrado que los jueces no pueden dictar resoluciones que violen los derechos

fundamentales.

3. Promover la transparencia y la rendición de cuentas: Los casos de prevaricato

han contribuido a promover la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema

judicial, ya que han demostrado que los jueces deben rendir cuentas por sus actos.

7. INFLUENCIA EN LAS POLITICAS LEGALES.

La influencia en las políticas legales es un aspecto crucial en la conformación y

evolución de cualquier sistema jurídico. Este fenómeno refleja la interconexión

dinámica entre diversos actores, tanto individuos como instituciones, que buscan influir

en la creación, aplicación y modificación de las leyes que rigen una sociedad. Para

comprender completamente este concepto, es examinar esencial las múltiples formas en

que se ejerce la influencia en las políticas legales, así como sus consecuencias y

desafíos.

En su esencia, la influencia en las políticas legales se refiere al proceso mediante

el cual diferentes actores buscan moldear las leyes y regulaciones que gobiernan una
comunidad. Estos actores pueden incluir gobiernos, grupos de interés, ciudadanos,

expertos legales y organizaciones no gubernamentales, entre otros. La motivación detrás

de esta influencia puede ser variada y abarcar desde la protección de derechos

individuales hasta la promoción de agendas políticas específicas.

Uno de los principales medios a través de los cuales se ejerce la influencia en las

políticas legales es la participación en el proceso legislativo. Los individuos y grupos

interesados pueden abogar por cambios legales comparando ante comités legislativos,

presentando testimonios, escribiendo artículos y participando en debates públicos. Esta

participación activa permite que diversas perspectivas sean consideradas durante la

formulación de leyes, contribuyendo así a la creación de normas más equitativas y

representativas.

Además del proceso legislativo, la influencia en las políticas legales también se

manifiesta a través de la interpretación y aplicación de la ley por parte del sistema

judicial. Los casos judiciales, especialmente aquellos que llegan a instancias superiores,

pueden establecer precedentes que influirán en futuras decisiones legales. Los abogados,

al presentar argumentos legales persuasivos, pueden impactar significativamente en

cómo se interpreta la ley y, por ende, en su aplicación práctica.

La presión pública y la opinión popular también desempeñan un papel crucial en la

influencia de las políticas legales. A medida que la sociedad evoluciona y cambian las

percepciones culturales, las demandas ciudadanas pueden impulsar cambios legales

significativos. La movilización social, las protestas y la conciencia pública pueden

presionar a los responsables de la toma de decisiones para abordar problemas

específicos mediante reformas legales.


Por otro lado, la influencia en las políticas legales también puede surgir de

intereses económicos y corporativos. Las empresas y las industrias a menudo buscan

influir en la legislación para promover sus objetivos comerciales y reducir las

restricciones regulatorias. Este tipo de influencia plantea desafíos éticos, ya que puede

conducir a la formulación de leyes que favorecen intereses económicos particulares en

detrimento del bienestar general.

Es crucial destacar que la influencia en las políticas legales no siempre es un proceso

transparente y equitativo. La corrupción, el soborno y la captura regulatoria son

fenómenos que pueden distorsionar el proceso legislativo y perjudicar la integridad del

sistema legal. La sociedad, por lo tanto, enfrenta el desafío de garantizar que la

influencia en las políticas legales se ejerza de manera ética y en beneficio del interés

público.

La influencia en las políticas legales es un componente fundamental de la

dinámica democrática y jurídica de cualquier sociedad. La participación ciudadana, la

presión pública, los intereses económicos y la interpretación judicial son solo algunos

de los mecanismos a través de los cuales se ejerce esta influencia. Sin embargo, es

esencial abordar los desafíos éticos y asegurar que la influencia en las políticas legales

se alinee con los principios de justicia, equidad y el bien común. La comprensión y

vigilancia continua de este proceso son vitales para mantener la integridad y eficacia del

sistema legal en constante evolución.

7.1. Definición y Determinación de la Arbitrariedad:

Uno de los principales desafíos del prevaricato es definir claramente qué constituye la

arbitrariedad en las decisiones de un funcionario público. La arbitrariedad implica

actuar en contra de la ley de manera injustificada, pero la interpretación de este

concepto puede variar. ¿Cómo se establece la línea entre la discrecionalidad legítima y


la arbitrariedad? Esta ambigüedad en la definición puede dar lugar a interpretaciones

divergentes, lo que complica la identificación de conductas prevaricadoras.

7.2. Ambigüedad en la Interpretación de la Ley:

La ambigüedad inherente a muchas leyes y normativas también contribuye a la

controversia en casos de prevaricato. Las leyes pueden redactarse de manera que

permitan múltiples interpretaciones, lo que lleva a situaciones en las que un funcionario

puede argumentar que su decisión estaba alineada con una interpretación legítima de la

ley. Esto plantea la cuestión de si la ambigüedad en la legislación debería ser abordada

para evitar malentendidos y asegurar una aplicación más consistente del prevaricato.

7.3. Presunción de Buena Fe:

La presunción de buena fe es un factor que la complejidad añade a la identificación del

prevaricato. Los funcionarios acusados pueden argumentar que sus decisiones fueron

tomadas de buena fe, basándose en su interpretación honesta de la ley. Probar la falta de

buena fe y la intencionalidad detrás de una decisión puede ser un proceso desafiante, ya

que los motivos internos del funcionario pueden ser subjetivos y difíciles de documentar

de manera concluyente.

7.4. Presión Política y Conflictos de Interés:

Los funcionarios públicos, en muchos casos, están expuestos a presiones políticas y

pueden enfrentar conflictos de intereses que influyen en sus decisiones. Establecer si

estas presiones fueron determinantes en la comisión del prevaricato implica investigar

las motivaciones detrás de las decisiones

7.5. Independencia Judicial:

La independencia del poder judicial es crucial para garantizar un juicio justo en casos de

prevaricato. Sin embargo, en algunos lugares, puede existir la percepción de falta de


independencia judicial, lo que socava la confianza en la imparcialidad del proceso. La

influencia política en la selección de jueces o la asignación de recursos judiciales puede

plantear interrogantes sobre la capacidad del sistema legal para abordar casos de

prevaricato de manera justa.

7.6. Sanciones proporcionadas:

La imposición de sanciones proporcionadas y justas en casos de prevaricato también es

motivo de controversia. Determinar la gravedad de las consecuencias para el

funcionario condenado puede variar según la interpretación de la ley (en nuestro país es

de 3 a 5 años), la magnitud del daño causado y otros factores. En algunos casos, las

sanciones pueden considerarse demasiado severas o insuficientes, lo que genera debates

sobre la equidad en el sistema legal.

7. ESTUDIO DE CASO

CASO N°076_2014 UCAYALI

7.1 Antecedentes del caso:

Por informaciones periodísticas propaladas en medios de prensa local y nacional

la oficina de control interno de Ucayali tomó conocimiento de que el ex juez Reategui

Pisco, entre otros magistrados de la corte superior de justicia de Ucayali, habría

ordenado en corpus el trámite de un proceso de habeas corpus la anulación de un

proceso penal sustanciado ante los juzgados de Lima.

7.2 Proceso Legal y Sentencia:

Se dispone:

ARTÍCULO PRIMERO: Autorizar el ejercicio denla acción penal contra el

doctor Jorge Antonio Reategui Pisco, en su actuación como juez supernumerario del
juzgado de paz letrado en adicción de funciones de juez de funciones de juez de juzgado

de investigación preparatoria de Atalaya Ucayali, por la comisión del delito contra la

administración de justicia prevaricato, en agravio del estado ,previsto y sancionado por

el artículo 418° del código penal, remítanse los actuados a la fiscalía suprema en lo

contencioso administrativo ,a efectos que formalice la correspondiente investigación

preparatoria; Debiéndose acumular la misma ,en su debida oportunidad, al caso N°446-

2014-Ucayali

ARTÍCULO SEGUNDO: Hacer de conocimiento de la presente disposición a

los señores presidentes del consejo nacional de la Magistratura de la Corte Judicial ,

fiscal supremo a la fiscalía supremo de control interno, fiscal superior jefe de la oficina

desconcentrada del control interno de Ucayali, presidente de la corte superior de justicia

de Ucayali y los interesados ,para los fines pertinentes.

7.3 Implicaciones Políticas y Sociales:

• Critica de los jueces por sus acciones de prevaricato, indignación de la población

por lo ya antes mencionado.

• Desconfianza de la población para la disposición de sentencia según sea su caso.

• Pensamiento que los jueces y magistrados se pueden comprar para un dictamen

favorables para ellos.


Conclusiones

En la cultura jurídica peruana, el prevaricato surge como una figura legal que

aborda las conductas indebidas de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus

atribuciones. Este delito, con raíces en la antigua cultura romana, tiene su origen en la

República y se relaciona con la acción de perduellio, destinada a sancionar a los

magistrados por transgresiones en el ejercicio de sus deberes.

Tras la emancipación de España en 1821, el Perú, al igual que otras naciones

hispanoamericanas, se esforzó por establecer su propio gobierno y legislación. A lo

largo de su evolución, el delito de prevaricato ha sido abordado en diferentes códigos

penales, siendo el Código Penal Español de 1822 una referencia inicial.

El bien jurídico protegido por el prevaricato en el Perú es la legalidad y la

adecuada administración de justicia. La confianza ciudadana, la integridad del proceso

legal y la legalidad en la administración pública son elementos clave que busca

preservar este delito.

Aunque existen similitudes en la tipificación del prevaricato en otros países,

como Colombia y Costa Rica, las diferencias radican en la especificidad de las

conductas sancionadas, las penas asociadas y los sujetos activos involucrados.

En conclusión, el prevaricato en el Perú representa un esfuerzo por mantener la

legalidad y la confianza ciudadana en las instituciones públicas, castigando a aquellos

funcionarios que, de manera consciente, actúan en contra de la ley en el ejercicio de sus

funciones. Este delito no solo tiene raíces históricas, sino que también es parte integral

del marco legal contemporáneo en la lucha contra la corrupción y la preservación de un

sistema de justicia imparcial.


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