Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1º.-) INTRODUCCIÓN.
Filosofar es pensar, es buscar respuestas. Cada ser humano, cada uno de nosotros pensamos nuestra vida
(¿qué queremos ser?, ¿qué debo hacer ante tal cosa?, ¿qué es la felicidad para mí y como la consigo o encuentro?...).
Tenemos que pensar, que reflexionar sobre nuestra vida para que no sea un caos en el que nos perdamos, tenemos
que buscarle y darle sentido, razón de ser (por ejemplo: ¿por qué están ustedes aquí hoy, qué buscan, qué quieren
lograr, qué expectativas de futuro tienen?...). Estar desorientados, perdidos, extraviados, errantes... es problema para
el que lo sufre. Todos intentamos encontrar caminos que nos conduzcan por lugares “seguros”. Uno de esos caminos
es el saber filosófico, la Filosofía.
La Filosofía parece no ser sólo una materia que hay que aprobar,
aunque ustedes piensen eso, puede ser una forma de descubrir mejor la verdad,
de aprender a organizar nuestra vida de forma algo más inteligente, racional,
crítica, analítica, reflexiva… que logremos que nos permita vivir algo mejor
y ser un poco más felices.
Este término se compone de “filos” =amigo, amor y “sofía” = sabiduría. Así que literalmente significa amigo
de la sabiduría, amor a la sabiduría, amor al saber, deseo de conocer, de saber. La Filosofía es una reflexión racional,
es la búsqueda de la verdad, es conocimiento, es buscar respuestas a nuestros interrogantes importantes. La filosofía
consiste en ir más allá, en buscar la explicación que se esconde detrás de lo que se nos ofrece a primera vista, es
encontrar diferentes respuestas o salidas para luego elegir la mejor. La Filosofía es un saber, una actitud racional,
crítica, analítica, reflexiva y sistemática que busca la verdad. Se atribuye a Pitágoras de Samos el haber sido el
primero en emplear el término “filósofo”.
Para Platón (siglo V-IV a.C.) es la que nos lleva a lo que es verdaderamente, las IDEAS, y para Aristóteles
(siglo IV a.C.) es la investigación de las causas y principios de las cosas. Para F. Bacon (1561-1626) la Filosofía es
el conocimiento de las cosas por sus principios inmutables; para Descartes (1596-1650) es el saber que averigua los
principios de todas las ciencias. Para Kant (1724-1804) “la filosofía es la mera idea de una ciencia posible que no
está dada en concreto en ningún lugar, pero a la que se trata de aproximarse por diversos caminos hasta descubrir el
sendero único”. Según Wittgenstein (1889-1951) “el objeto de la filosofía es la aclaración lógica del pensamiento.
Filosofía no es una teoría, sino una actividad... La filosofía debe esclarecer y delimitar con precisión los pensamientos
que de otro modo serían opacos y confusos”. El filósofo español Ortega y Gasset (1883-1955) afirmaba que la
filosofía es una pasión que compromete a todo hombre, dado que necesariamente forma parte de la mente humana.
A esta no le bastan las explicaciones parciales, sino que necesita una explicación última, es decir, una explicación
más allá de la cual no se puede llegar.
Somos personas, formamos parte de una sociedad, esto es, somos ciudadanos, (Ciudadanía = vínculo
público que une a un individuo con el Estado) y como tales debemos ser seres autónomos, respetuosos, libres,
iguales, solidarios, tolerantes, críticos, democráticos, activos, con dignidad, respeto, justicia y diálogo…, y a
todo esto nos ayuda y prepara la Filosofía.
Cada vez que hablemos de Filosofía o de Historia de la Filosofía estaremos haciendo alusión directa a la
vida del ser humano en sociedad, sea en un plano legal, político, social, del conocimiento-saber, ético-moral, etc., y
todo ello regido por el pensamiento, la razón, la reflexión, el saber, la crítica…
La filosofía se opone a todo lo que atente contra la racionalidad, dignidad, libertad, respeto de los derechos
de las personas, se opone a las dictaduras, al etnocentrismo (los miembros de una sociedad consideran su propia cultura como
superior a todas las demás.), al racismo, a la xenofobia (odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros), a la violencia de
cualquier tipo, a la manipulación, a las injusticias, al “maltrato” de la naturaleza, a la falta de pensamiento y reflexión
crítica, racional, coherente, a la falta de diálogo, fanatismo, radicalismos…
El término «filosofía» se usa con frecuencia en un sentido vulgar o cotidiano, para referirse a la forma de
pensar de cualquier persona, a los fundamentos de un proyecto o a los motivos por los que alguien ha actuado de una
determinada manera. Pero esta palabra tiene también un sentido académico, según el cual la filosofía es un tipo
específico de saber. En este sentido vamos a considerar en lo sucesivo esta palabra.
4.1.- Origen histórico de la filosofía: mythos y logos. La filosofía occidental nace en Grecia, concretamente en
Mileto (Asia Menor), en el siglo VI a.C. En textos de Herodoto, Tucídes y Heráclito aparecen términos relacionados
con el «filosofar» en conexión con otros como «sabiduría» (sophíe). La filosofía es, en su origen histórico y
etimológico, amor a la sabiduría, y el filósofo aspira al saber. El nacimiento de la filosofía suele re1acionarse con un
cambio en la forma de explicar los fenómenos cotidianos que se conoce como paso del mito al logos. “Mythos y
logos” son expresiones griegas; la palabra entendida como “MITO” se refiere a narraciones o relatos fantásticos
que intentan explicar el origen y la regularidad del cosmos recurriendo a fuerzas sobrehumanas, como dioses
o poderes cósmicos personificados, personajes legendarios, sin un autor conocido y con un carácter tradicional
y acrítico. Se trata de la palabra cargada de contenido sagrado, de la palabra que nombra lo oculto, lo escondido y
misterioso, que sólo está al alcance de unos pocos en la cultura micénica, anterior al nacimiento de la filosofía. En
cambio, la palabra entendida como LOGOS (razón, explicación racional, basada en argumentos justificados;
conocimiento que se adquiere a través de la razón y no por creencias o mitos) es el reflejo de indagar en la
verdad, de debatir y de deliberar de forma pública y abierta a todos los ciudadanos. El LOGOS es racional, crítico,
sistemático (todo debe estar relacionado y jerarquizado).
La explicación racional es aquella que utiliza la razón para desplegar, exhibir y hacer claro al entendimiento
lo que antes era oscuro y no se entendía. Una explicación racional debe ser sistemática, coherente, universal,
metódica (con un método racional), autónoma (las explicaciones no dependen de nada superior sino de la
propia razón y su buen uso), y tolerantes (aceptar revisión y crítica racional).
Esta actitud reflexiva, que intenta descubrir la unidad profunda desde la que se explican la diversidad y
multiplicidad de las cosas, que no se conforma con las apariencias, sino que aspira a alcanzar la profundidad de la
realidad y desea dar una explicación racional y coherente es lo que se denomina la actitud filosófica.
Aristóteles dice en una de sus obras que “los hombres comienzan y comenzaron siempre a
filosofar movidos por la admiración; al principio admirados ante los fenómenos sorprendentes más
comunes; luego avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de
la Luna y los relativos al Sol y las estrellas, y la generación del universo. El que se plantea un problema o se admira,
reconoce su ignorancia. Por ello los hombres filosofaron para huir de la ignorancia”.
El filósofo es un intermedio entre el sabio y el ignorante, entre el que ya posee el saber, y por eso no lo busca,
y el que hasta tal punto carece de saber, que ni siquiera lo echa de menos. Por eso, en su diálogo “El banquete” afirma
Platón que el amor es un echar de menos y un buscar lo que no se tiene. El filósofo se afana por aquello de que carece
y echa en falta saber, buscar respuestas, conocer.
La Filosofía procede de las dos fuentes de conocimiento de que disponen los seres humanos, la RAZÓN y
los SENTIDOS, pero, sobre todo, de la razón, porque es la facultad capaz de abrirnos al pensamiento, a la reflexión,
al alcance del conocimiento de la realidad que nos rodea y de lo universal.
Muy pronto los filósofos empezaron a interesarse por saber no sólo por el afán de saber, sino también por
averiguar cómo ser felices en ese universo que van descubriendo. Fue Sócrates en el siglo V a.C. quien dirigió el
interés del filósofo a las cuestiones humanas, y no tanto a las cósmicas.
Todos los seres humanos queremos ser felices, pero ¿qué hemos de hacer para conseguirlo de forma
individual y comunitaria?, ¿cómo ordenar los bienes que podamos lograr de modo que demos prioridad a los que nos
hagan más felices?, ¿cómo organizar la comunidad política para que sea justa y permita a los ciudadanos vivir bien
y lograr esa felicidad? Esta cuestión sobre la felicidad, sigue aun atormentándonos hoy y la buscamos en el amor, el
dinero, la salud, el bienestar, belleza, en las redes, en la diversión, etc.
Desde, Aristóteles ha persistido la idea de que la Filosofía es ciencia, entendiendo por «ciencia» un saber
riguroso, capaz de ofrecernos la estructura fundamental de la realidad. Sin embargo, esta idea de «ciencia» no es la
que tenemos hoy. Para nosotros, los enunciados científicos han de poder verificarse empíricamente, cosa que no
ocurre con los enunciados filosóficos. Esto no significa que la filosofía no sea un saber racional y riguroso, como
opinan los cientificistas, sino que no es una ciencia como hoy la entendemos. “Saber y ciencia no se identifican”; hay
formas racionales de saber que no son ciencia, como es el caso de la filosofía.
Algunas diferencias entre filosofía y ciencia las podemos ver en el cuadro que sigue a continuación:
DIFERENCIAS ENTRE FILOSOFÍA Y CIENCIA.
FILOSOFÍA CIENCIA.
Ambas intentan conocer la realidad, el Hombre, y por eso las dos son saberes racionales
La filosofía no es ciencia ni se considera como tal en sentido Es ciencia como tal. Frente
estricto. Es más un saber reflexivo que intenta comprender a la reflexión, propone la
los problemas que preocupan al ser humano y trata de sugerir contrastación
propuestas y vías de solución (vida, muerte, amor, las experimental.
creencias, el conocimiento, la política, ...)
La Filosofía sería una “ciencia universal” que se ocupa de Las ciencias son particulares y su estudio se limita a un
principios y de causas que alcanzan a todos los ámbitos de ámbito limitado de la realidad: matemática, física,
la realidad. Es un saber universal en lo referido a su objeto astrofísica, química, biología,… Es un saber particular,
(explicar la totalidad) y a su alcance (la razón es todos). pretende alcanzar al conocimiento en un ámbito limitado.
Al filósofo le interesa conocer la totalidad de lo que hay, lo Se interesa por fenómenos concretos que puedan observarse
que son en realidad el mundo y el ser humano. y medirse o cuantificarse.
No utiliza la experimentación. No significa que no la tenga Utiliza la experimentación. La comprobación empírica de
en cuenta, sino que, además de esta se nutre de todas las consecuencias mediante experimentos es fundamental en el
experiencias humanas. Sus enunciados no hay que método hipotético-deductivo. Los enunciados científicos
verificarlos empíricamente. han de poder verificarse empíricamente.
Saber teórico-práctico con diferentes métodos: el trascen- Saber práctico-experimental basado principalmente en el
dental, empirista, empírico-racional, racionalista, hermenéu- método hipotético-deductivo. También utiliza otros
tico, etc. Saber teórico que aspira a transformar la realidad. métodos como el deductivo, el inductivo, la falsación...
Saber que posee carácter práctico porque trata de orientar También posee carácter práctico, busca soluciones con un
la acción humana a partir de principios: ética, filosofía política… fin, en muchos casos, práctico.
Voluntad globalizadora e integradora de los saberes. Ve la La ciencia esta parcelada en compartimentos especiali-
realidad como un todo. La filosofía ordena y sistematiza los zados que acotan su objeto de estudio. Ve la realidad di-
distintos saberes. Es un saber global, integrador. unitario. vidida en partes. Las ciencias se ocupan de parcelas
Su objeto de estudio es la totalidad de lo que hay. limitadas de la realidad. Es un saber parcial, especializado.
Reflexiona sobre sí misma, es reflexión sobre el No reflexiona sobre sí misma. No existe ciencia de la
fundamento de la propia actividad filosófica. ciencia.
Es un saber normativo. Pretende ofrecer respuestas cons- Se limita a decirnos cómo se producen los procesos
truidas a través de la crítica, que orienten la transformación naturales y elude pronunciarse sobre cómo debemos
del individuo, y que sirvan de guía, de norma a seguir. comportarnos.
No se caracteriza por la matematización. No es exacta. Se caracteriza por la matematización. Es exacta y rigurosa
No es un saber práctico como tal, aunque sí posee carácter La ciencia es un saber práctico útil. La ciencia nos dice
práctico porque trata de orientar la acción humana a partir de cómo son las cosas. Estudia lo objetos ya dados en el ámbito
principios. físico, químico, biológico, etc., …
La Filosofía es un saber de problemas, un saber radical; va Es un saber de soluciones, busca las causas inmediatas de
la raíz de las cuestiones más difíciles: libertad, existencia las cosas.
Se ocupa de lo conocido y de lo desconocido. Va a la raíz de Se ocupa de lo conocido. No se ocupa de los problemas de
cuestiones como el sentido de la existencia humana, la la existencia humana, ni de la libertad, ni del bien y el mal,
libertad, el más allá, el bien y el mal, la verdad, etc. etc.
Es un saber crítico. Critica los prejuicios, dogmatismos, Es un saber acrítico. Está pegada al poder económico. La
manipulaciones, explotaciones... de la sociedad. Filosofía está separada del poder y es crítica con él.
Es un saber profano. Se pregunta por lo sagrado para Se mantiene al margen de cualquier creencia sagrada. La
explicarlo y no para reverenciarlo. considera inabarcable.
El interés que mueve al filósofo es el deseo de saber- Su interés está en conocer la realidad para predecir
conocer-explicar,… y buscar-encontrar la felicidad. acontecimientos futuros y poder intervenir en ellos.
Suele estar separada del poder y es crítica con él. Suele estar pegada al poder por la cuestión económica.
La filosofía se relaciona de forma directa o indirecta con prácticamente todos los saberes, la ciencia, la medicina, la
biología, la religión, la política, la estética, la psicología, el derecho, la economía, etc.
A lo largo de la historia se han desarrollado diversos métodos filosóficos, cada uno de los cuales aporta un
modo de entender el objeto de la filosofía y también una peculiar articulación de las fuentes de conocimiento, la
razón y la sensibilidad, que hacen posible alcanzarlo. Veremos algunos de los más relevantes.
6.2.- Método empirista: Locke, Berkeley, Hume. El empirismo separa las dos fuentes de
conocimiento que el método empírico-racional considera necesarias: experiencia y razón.
La razón es la fuente adecuada para elaborar las ciencias formales, como la lógica y las
matemáticas, porque las afirmaciones de estas ciencias son «verdades de razón», es decir, podemos descubrir su
verdad o falsedad analizándolas racionalmente, sin necesidad de recurrir a la experiencia. Por eso, las verdades de
razón son analíticas, es decir, no aumentan el conocimiento, sino que lo explican. Las ciencias no formales, como las
ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales, se componen de enunciados cuya verdad sólo puede comprobarse en
la experiencia. Sus verdades son «verdades de hecho», y la fuente de conocimiento apropiada es la experiencia. Las
verdades de hecho son sintéticas, es decir, aumentan el conocimiento por medio de la experiencia. En general, es
empirista toda filosofía según la cual el origen y el valor de nuestros conocimientos dependen de la experiencia
sensible y que, por tanto, se sirve del método inductivo en la investigación. Método inductivo: razonar de modo
que de la observación o conocimiento de casos particulares se asciende a la formación general o a la formulación
de la ley.
Los autores más destacados del empirismo clásico moderno son Locke, Berkeley y Hume en los siglos XVII
y XVIII, muy influyentes en las diversas formas del empirismo contemporáneo.
• Entre nuestras ideas, las más claras, evidentes y ciertas son las que proceden de la razón, las ideas innatas, mientras
que las que proceden de los sentidos son confusas e inciertas.
De ahí se deriva la primacía de la razón, que se constituye así en fuente y criterio del conocimiento, aunque
pueda tener también en cuenta lo dado a los sentidos.
Descartes encuentra el fundamento del conocimiento en una idea «clara y distinta» cuya verdad es evidente:
cogito ergo sum, “pienso luego existo”.
6.4.- Método trascendental: Kant. (Trascendental = independiente de la experiencia, lo que está por encima del mundo
sensible, lo que supera el límite de lo sensible)
El término trascendental se aplica al conocimiento, según Kant, en tanto que se refiere a la posibilidad de “a
priori” (antes de la experiencia, conocimiento independiente de la experiencia). Solamente puede ser calificado de
trascendental el conocimiento que no tiene origen empírico.
Así Kant descubre que el ser humano cuenta con dos fuentes de conocimiento: la sensibilidad y las facultades
intelectuales. Las facultades intelectuales son tres: el entendimiento, la razón y la facultad de juzgar.
La sensibilidad es la capacidad de recibir impresiones. Por ella, dice Kant, «nos son dados los objetos», es decir,
tenemos “intuiciones”, que en el conocimiento humano siempre son sensibles.
El entendimiento es la facultad de pensar los objetos, de elaborar conceptos o categorías (unidad, totalidad,
negación, existencia, causa-efecto, necesidad, limitación…), por medio de las cuales ligamos entre sí las impresiones
sensibles, de modo que, en vez de captarlas como un conjunto desordenado de sensaciones, las captamos de forma
ordenada.
La razón se ocupa de saber cómo son las cosas, es la fuente de las ideas. Las ideas son conceptos que no
sirven para conocer el mundo natural, pero son indispensables para ordenar nuestro conocimiento de dicho mundo y
para nuestra vida moral, política y religiosa.
Por su parte, la facultad de juzgar nos permite tender un puente los mundos natural y moral.
Este método de Kant culmina en el criticismo. Los criticistas postulan que no hay conocimiento válido que no se
base en la experiencia sensible, pero admiten la existencia de conceptos e intuiciones que no proceden de la
experiencia y que son imprescindibles para construir el conocimiento.
El método de la llamada “filosofía del análisis del lenguaje”, nace en el siglo XX. Sus defensores consideran
que la mayor parte de los problemas filosóficos se plantean porque las expresiones filosóficas son imprecisas y
oscuras y dan lugar a confusiones. Por eso, la tarea de la filosofía será analizar el lenguaje y tratar de aclararlo. En
general, estos filósofos no pretenden conocer la realidad (el ser), sino que concentran su interés en el lenguaje. La
filosofía analítico-lingüística ha seguido principalmente dos orientaciones:
El análisis formal, lógico y semántico. La lógica es el lenguaje perfecto ideal, sin embargo, las proposiciones de la
lógica no dicen nada, no representan ningún estado de cosas. Pero muestran las propiedades formales del lenguaje y
del mundo. El error de la filosofía consiste en que ha pretendido decir lo que sólo se puede mostrar: la estructura
lógica común al lenguaje y al mundo. Todo lo que se puede decir lo dicen ya las ciencias. A la filosofía le compete
específicamente la clarificación lógica de los pensamientos.
El análisis del uso del lenguaje, propio de una lógica informal y pragmática. Considera que hay diversas maneras
de usar el lenguaje, a las que Wittgenstein denomina «juegos lingüísticos». Los juegos del lenguaje no son solamente
maneras diferentes de utilizar los recursos lingüísticos, sino que son modelos que describen situaciones
comunicativas, por lo que están estrechamente entrelazados con “formas de vida”.
La palabra «hermenéutica» procede del vocablo griego “hermeneuo”, que significa «interpretar» y
“comprender”. En principio, la hermenéutica consistió en el arte de interpretar y comprender el sentido de los textos,
principalmente religiosos y jurídicos, pero también literarios, científicos y filosóficos. Para ello es necesario conocer
el contexto en que se escribieron y los problemas a los que trataban de responder.
Las ciencias sociales, que son las que se ocupan de las acciones humanas, no pueden limitarse a tratar de
explicarlas causalmente, como explicamos un fenómeno natural, sino que han de intentar comprender el sentido de
esas acciones e interpretarlo. La hermenéutica, pues, se propone ante todo dos cosas:
• Mostrar que el método de la ciencia moderna es insuficiente para comprenderla historia, porque el sentido no se
explica, sino que se comprende desde la experiencia.
• Intentar responder a la pregunta: ¿cómo es posible la comprensión?, es decir, ¿qué elementos intervienen para
comprender el sentido de las acciones humanas y de los acontecimientos históricos?
La respuesta a estas cuestiones puede orientarse de dos formas, según la hermenéutica contemporánea:
• Desde una hermenéutica no normativa, que considera que la filosofía ha de conformarse con descubrir los elementos
que hacen posible la comprensión, como la tradición, el lenguaje, el contexto, la historia, etc., entendiendo que todas
las comprensiones son distintas y no hay modo de «progresar en la comprensión».
Aquí se situarían Hans Georg Gadamer con una hermenéutica experiencial y Richard Rorty con una
hermenéutica pragmatista y contextualista.
• Construyendo una hermenéutica normativa, como la de Karl-Otto Apel y Jürgen Habermas, que intentan descubrir
entre los elementos que hacen posible la comprensión un criterio desde el que criticar las “falsas comprensiones”.
La fenomenología pretende describir el sentido que el mundo tiene para nosotros. Para esto, propone dirigir
la mirada a las cosas mismas (a los fenómenos) tal como ellas se muestran a la conciencia.
HIPATIA: (siglos IV-V d.C.) fue la primera mujer de la que sabemos que se dedicó a la filosofía. Su pensamiento
se encuadra en el neoplatonismo, profesora en la escuela de Alejandría, siendo conocida también por sus estudios en
matemáticas y medicina. Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los astrolabios,
instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas, e inventó un densímetro. Murió lapidada acusada de
conspirar contra un obispo llamado Cirilo.
MARY WOLLSTONECRAFT (siglo XVIII): mujer autodidacta que mantuvo un feminismo radical para su época.
Discute con Rousseau sobre el concepto de educación y publica sus propias ideas. Denuncia la condición coactiva
del matrimonio con respecto a la mujer. En el plano político reivindica el derecho del pueblo a elegir a los gobernantes
y reyes.
HARRIET TAYLOR (siglo XIX) se dedicó a cuestiones filosóficas sobre la defensa de la igualdad entre mujeres y
varones. Así, señaló que, a veces, la caballerosidad es una forma de encubrir la idea de que las mujeres son seres
inferiores y débiles. Por ello necesitan ayuda y protección especiales, lo que justificaría su sometimiento a los
varones.
En el siglo XX destaca EDITH STEIN (1891-1942), alemana de ascendencia judía, convertida al cristianismo y
asesinada en las cámaras de gas del nazismo. Bajo la influencia de Husserl, intentó construir una «metafísica
completa» que superara todo dogmatismo. En su obra Ser finito y ser eterno pretendió realizar una síntesis entre
temporalidad y eternidad, razón y experiencia, finitud e infinitud.
SIMONE DE BEAUVOIR (1908-1986) es otra pensadora del siglo XX, encuadrada en el movimiento
existencialista. En su obra El segundo sexo defiende que no tiene sentido plantearse una “esencia” femenina, pues
varones y mujeres son lo que hacen, se construyen a sí mismos según los actos que eligen realizar. Más allá de las
diferencias de género, es preciso reconocer que el mundo está constituido e impulsado por seres humanos.
CAROL GILLIGAN (1936) es una feminista, filósofa y psicóloga estadounidense que ha construido una “ética del
cuidado” basada en los valores de la compasión y la responsabilidad por los demás. Tales valores son tan indicativos
de la madurez moral como la justicia y la autonomía propuestas por L. Kohlberg.
Excepto el pensamiento feminista del siglo XX, podemos afirmar que las mujeres no han sido tenidas en
cuenta en la filosofía, ni de la forma adecuada ni con la intensidad suficiente, han sido discriminadas. Da la impresión
de que las mujeres fueron invisibles para muchos de los grandes autores de la filosofía.
Es verdad que hay excepciones importantes, entre las que cabe destacar a Platón ya John Stuart Mill.
En efecto, tanto en La República como en Las Leyes, Platón defiende que las mujeres fueran educadas de igual
modo que los hombres. Pero resulta difícil explicar que esta concepción permaneciera olvidada al mismo tiempo que
se imponían o discutían, con enorme fuerza y durante siglos, otras nociones platónicas.
Por su parte, Stuart Mill, en su obra La servidumbre de la mujer, defiende expresamente la igualdad entre los sexos,
siendo uno de los primeros defensores del derecho a voto de las mujeres.
Estos ejemplos no ocultan que en la filosofía no ha habido neutralidad respecto a los sexos. Esto se muestra
en autores tan relevantes como Aristóteles, cuando usa el término “anthropos” (hombre, en sentido genérico) de
forma que no puede aplicarse a las mujeres; o cuando Kant, en ocasiones, habla de “seres raciona-les” en contextos
exclusivamente masculinos, pareciendo excluir a las mujeres del ámbito de la racionalidad.
Otra tendencia del pensamiento filosófico ha sido la de relacionar el concepto de “hombre-varón” y la noción
de lo “masculino” con la racionalidad y la cultura, con el ámbito de lo público, mientras que el concepto de “mujer”
y la idea de lo «femenino» se relaciona, casi en exclusiva, con la emoción y la naturaleza, es decir, queda recluido al
ámbito de las relaciones privadas. De este modo las mujeres han sido consideradas incapaces de participar en los
asuntos públicos en general y en la política en particular, como es el caso de Rousseau y Hegel. Por estos motivos,
se plantean en la actualidad dos grandes líneas de reivindicación feminista:
la que aspira a la igualdad entre varones y mujeres, más allá de las diferencias de género;
y la que reivindica la diferencia como la categoría fundamental según la cual han de regirse todas las relaciones
entre los seres humanos.
Se viene considerando como clásica la distinción entre la dimensión teórica y la dimensión práctica de la
filosofía, en cuyos dominios se desarrollan los diversos saberes filosóficos.
La filosofía teórica se ocupa del conocimiento de la realidad, dilucidando mediante la razón contemplativa
o científica el alcance de ese conocimiento. A ella pertenecen disciplinas como la lógica, que estudia las reglas del
pensar, o el saber metafísico, que en su pretensión de comprender la estructura de la realidad requiere de la ontología,
la gnoseología o teoría del conocimiento y la teodicea. En esta dimensión también se incluyen reflexiones teóricas
sobre objetos o ámbitos de la realidad específicos, como a filosofía de la naturaleza, de la ciencia, de la técnica, del
lenguaje y la antropología filosófica.
La filosofía práctica se ocupa de la acción y, mediante la razón deliberativa, dilucida qué nos conviene
elegir, orientando la acción humana mediante la ética, la filosofía política, la filosofía del derecho, la filosofía de
la economía, a estética y la filosofía de la religión.
En las últimas décadas se ha dado primacía a la dimensión práctica frente a la teórica, pues se ha producido
un “giro aplicado” en filosofía, al pedirle que dé orientaciones para afrontar los problemas éticos que se presentan en
medicina, en ingeniería genética, en la distribución de la riqueza, en el campo ecológico, etc.
LOS SABERES FILOSÓFICOS HOY
• Filosofía de la historia.
● Filosofía política.
FILOSOFÍA PRÁCTICA
• Filosofía del derecho.
• Filosofía de la economía.
(Se ocupa de la acción)
• Filosofía del arte o estética.
• Filosofía de la religión.
La Filosofía es necesaria como OTRA FORMA DE RACIONALIDAD, porque sin Filosofía la ciencia
caería en manos de la racionalidad instrumental (o técnica), y la ciencia se podría poner al servicio de la pseudo-
racionalidad de las ideologías (grupos de poder, grupos económicos determinados...)
La razón instrumental es una razón que sólo se ocupa de elegir los medios más adecuados para "fines" ya
dados, pero fines ni examinados ni criticados: No se discuten ni los medios ni los fines, se aceptan sin más.
La sociedad pasa a estar dominada por tecnócratas (técnico o persona especializada en alguna materia de
economía, administración, etc., que ejerce su cargo público con tendencia a hallar soluciones eficaces por encima de
otras consideraciones ideológicas o políticas) expertos en aplicar los medios y evaluar las consecuencias). ¿Es esto
deseable?
La racionalidad de la Filosofía es una racionalidad de los fines y de los valores, es decir, una investigación
acerca de qué fines deben ser perseguidos y que valores apreciados. Una razón LIBRE y no sometida a intereses
ideológicos, políticos, económicos...
Una de las tareas es ser otra forma de racionalidad, pero además hay otras tareas:
3.-CRÍTICA DE LAS IDEOLOGÍAS Y LOS DOGMATISMOS, para liberar el pensamiento y al mismo hombre.
La Filosofía, además de oponerse a ideologías y dogmatismos, rechaza actitudes etnocentristas (mi cultura, mi raza,
es superior a las demás), actitudes violentas, racistas, rechaza la discriminación, el maltrato, la esclavitud, etc.
4.- LUCHA POR LA LIBERTAD DEL SER HUMANO: la filosofía promueve la libertad creando instrumentos
intelectuales para analizar y comprender conceptos fundamentales como justicia, dignidad, libertad, solidaridad.
Además fomenta el pensar con independencia y promueve la facultad crítica del ser humano ante todo lo que le rodea.
LA COMPRENSIÓN es el modo de dar razón de las instituciones y acciones humanas a partir de las
creencias e intenciones que les confieren sentido. Frente a ésta, está la EXPLICACIÓN, que es el modo de dar razón
de los fenómenos naturales reuniendo a leyes que establecen conexiones constantes entre los mismos.
6.-PROBLEMAS PRÁCTICOS SOBRE ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA. Aquí el "discurso" versa no sobre
el ser, sino sobre el deber ser: se trata de encontrar los procedimientos y principios que permitan fundamentar un
discurso normativo acerca de la vida moral y la política.
7.-FINES RACIONALES DE LOS SERES HUMANOS. Intentar desentrañar cuáles son los fines que los seres
humanos podemos y debemos proponernos racionalmente.
8.- La Filosofía es necesaria para que EL MUNDO CONTINÚE SIENDO HUMANO. La ciencia, la técnica, la
tecnología transforman la realidad y nos transforman a nosotros mismos. Pero ¿contribuyen a que seamos más
personas, a qué nos manipulen menos, a ser más libres...?
9.- La Filosofía es necesaria porque MEJORA LA CONDICIÓN DE SERES HUMANOS. Nos hace más críticos,
más reflexivos, más libres, promueve la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la paz, el diálogo…
11.-Proveernos de un CRITERIO PARA LA CRÍTICA RACIONAL, que nos ayude a ver ilegalidades, situaciones
injustas, malos planteamientos, posturas dogmáticas, antidemocráticas, dictatoriales, etc.
12.-ACTITUD REFLEXIVA. La Filosofía es un saber muy reflexivo, nos propone que se delibere o reflexione
sobre los distintos órdenes de la vida (trabajo, familia, amistad…) y que seamos capaces con esa actitud reflexiva de
resistir a las diversas formas de propaganda, a los fanatismos, la intolerancia, las desigualdades…
13.- ENSEÑAR A PENSAR POR SÍ MISMO: tener nuestras propias ideas y argumentos de forma autónoma.
18.- La FILOSOFÍA COMO TERAPIA: el “consejero filosófico” con claves para pensar, analizar y reflexionar
sobre los problemas que tenemos y buscar las soluciones para vivir mejor, ser más feliz, para encontrarnos más a
gusto, tener el control de nuestra vida…
Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como un buscador...Un buscador es alguien que busca;
no necesariamente alguien que encuentra. Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está
buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.
Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a hacer caso riguroso de estas
sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo. Así que lo dejó todo y partió.
Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó, a lo lejos, Kammir. Un poco antes de llegar al
pueblo, le llamó mucho la atención una colina a la derecha del sendero. Estaba tapizada de un verde maravilloso y
había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores. La rodeaba por completo una especie de pequeña valla de
madera lustrada.
Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación
de descansar por un momento en aquel lugar.
El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas
como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso
multicolor.
Sus ojos eran los de un buscador, y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras:
Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días
Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que aquella piedra no era simplemente una piedra: era una lápida.
Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar.
Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se
acercó a leerla. Decía . . . Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas
El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Aquel hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra era una
tumba. Una por una, empezó a leer las lápidas.
Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto.
Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los
once años... Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por
allí y se acercó. Lo miró llorar durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
-No, por ningún familiar -dijo el buscador-. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad?
¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta
gente, que les ha obligado a construir un cementerio de niños?
El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja
costumbre. Le contaré: “Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como esta que
tengo aquí, para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que
uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella:
A la izquierda, qué fue lo disfrutado. A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.
Conoció a su novia y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una
semana? ¿Dos? ¿Tres semanas y media...?
Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso... ¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio
del beso? ¿Dos días? ¿Una semana? ¿Y el embarazo y el nacimiento del primer hijo...?
¿Y la boda de los amigos? ¿Y el viaje más deseado? ¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?
¿Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones? ¿Horas? ¿Días?
Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos... Cada momento.
Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo
sobre su tumba. Porque ese es para nosotros el único y verdadero TIEMPO VIVIDO”.
C) Si no quieres que un hombre sea políticamente desgraciado, no lo preocupes mostrándole dos aspectos de una
misma cuestión. Muéstrale uno. Que olvide que existe la guerra. Es preferible que un gobierno sea ineficiente,
autoritario, y aficionado a los impuestos, a que la gente se preocupe por esas cosas. Que la gente intervenga en
concursos donde haya que recordar las palabras de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de
los Estados, o cuánto maíz cosechó Iowa el último año. Llénalos de noticias incombustibles. Sentirán que la
información los ahoga, pero se creerán inteligentes. Les parecerá que están pensando, tendrán una sensación de
movimiento sin moverse. y serán felices, pues los hechos de esa especie no cambian. No les des materias
resbaladizas, como filosofía o psicología, que engendran hombres melancólicos. R. BRADBURY. Fahrenheit 457.
Voy caminando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven. Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las
piedras. En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me
atrae. Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos
y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esa ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría
ser, aquello a lo que aspiro, lo que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis
éxitos. Me imagino que todo eso está en esa ciudad.
Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. Al poco de empezar a andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un
poco, pero no importa, sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja
impide mi paso. Temo... Dudo. Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras, decido saltar la
zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando. Unos metros más adelante, aparece
otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado.
Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Es imposible saltarlo. Veo que a un lado hay maderas,
clavos y herramientas. Me doy cuenta de que están allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... ...
pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, días, meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo y al llegar al otro
lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños... Me siento abatido... Busco la
manera de esquivarlo. No hay forma. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca...
No dejaré que el muro impida mi paso. Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire...
De pronto veo, a un lado del camino, a un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad. Me
recuerda a mí mismo... cuando era niño. Quizá por eso me atrevo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos
entre mi objetivo y yo? El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.