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TEMA 1.

CONCEPTOS CLAVE
1. Literatura
La literatura es un concepto en gran medida convencional: es literatura lo que en una época intuye como
literatura. Así, sobre todo en los periodos medieval y áureo, es natural que se consideren literarias obras como los
libros sobre anatomía, los tratados de leyes, las crónicas historiográficas, la prosa didáctica y moral o el diálogo
filosófico. Nosotros como filólogos no podemos proyectar nuestro moderno concepto de literatura sobre obras del
pasado. Por el contrario, debemos reconstruir, en la medida de lo posible, las convenciones estéticas del tiempo,
porque solo así podremos entender cabalmente la obra antigua que estamos estudiando.

2. Literatura española

Podemos considerar que desde el Siglo de quo la “Literatura española” es la literatura escrita en España y en
español. Aunque la literatura de ls colonias americanas está cortada por el patrón ibérico hasta el s.XIX, en el uso
docente establecido la producción colonial se estudia dentro de la “literatura hispanoamericana”.

3. Géneros literarios

Conjunto de obras cuya construcción comparte elementos formales y materiales.


A grandes rasgos, hay dos aproximaciones principales a la noción de género literario, que puede ser entendido
bien como categoría metahistórica, bien como categoría histórica.

→ Como constructo que nace en un periodo determinado y, por lo general, tiene una vida limitada. Algunos
ejemplos:

● Romance o libro de aventuras: relato en pros a de ficción inverosímil que en España se desarrolla
entre los siglos XIV y XVI ( ej. Los libros de caballerías)
● Picaresca: relato en pros a de ficción ( verosímil o inverosímil) protagonizado por antihéroes
marginales vigente entre los siglos XVI y XVII.
● Novela: relato en prosa ficción de sucesos verosímiles que, en sentido estricto, nace en el siglo XIX
con el Realismo, aunque obras como el Lazarillo y el Quijote se consideran claros precedentes.

Conceptos complementarios derivados de la noción de género literario o vecinos a ella:

Subgénero: subconjunto dentro de un género literario como por ejemplo el libro de caballerías, las novelas
policiacas…

Contragénero : género que se concibe como respuesta antiestérica a un género anterior, generalmente por la
vía de la parodia – así el Quite con respecto a los libros de caballerías_.

Tradición literaria: conjunto de obras que se remontan directa/indirectamente a un antecedente común. Es


una noción+ amplia y flexible que el género. Por ejemplo, en el S. XVI hay una “narrativa celestinesca”, i
nspirada en la Celestina.

Horizonte de expectativas: teoría acuñada por Jauss. Se considera el “horizonte de exp.” Al trasfondo
conformado por la red de obras que el autor supone conocidas por sus lectores cotáneos, con las que , de

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algún modo, la nueva obra dialoga y cuando cervantes escribe el Quijote parte de sus lectores están
familiarizados conlos libros de caballerías que leía el propio protagonista.

Forma poética fija: es una convención métrica que supone ciertas reglas (ni de restos, esquemas de rimas…)
bastante rígidas, como por ejemplo, el soneto.

Cabe distinguir dos grandes concepciones del género literario:

● Género autorial: Supone una concepción a priori, previa a la creación: el género como conjunto de
elementos materiales y formales que el autor tiene en cuenta al crear una obra.
● Género crítico: Implica concepción a posteriori de la creación: el análisis de un conjunto de obras
permite hallar constituyentes comunes, genéricos, aunque en la época de composición de esas obras
ni sus autores ni sus lectores lo hubiesen advertido con claridad.

4. Disciplinas del estudio de la literatura (están interrelacionados):

Filología: Es la disciplina humanística que estudia una cultura a través de su lengua y su literatura,
especialmente desde los textos escritos. Filología y edición de textos se implican recíprocamente: la Filología
se desarrolla gracias a la edición y toda edición es inviable sin la Filología. La ecdótica o crítica textual es la
disciplina que atiende a los problemas editoriales del texto.

5. Diferentes ediciones de texto:

● Edición facsimilar: reproducción fotomecánica o foto digital de un texto, que es replicado con
sobresaliente fidelidad.
● Edición paleográfica o diplomática: reproduce con mayor fidelidad posible un texto por medio de
caracteres tipográficos convencionales, aunque puede respetar algún tipo especial, y se suelen
desarrollar las abreviaturas, con indicación entre paréntesis o en cursiva.
● Edición escolar: concebida para el uso estudiantil, constan de introducción y notas aclaratorias.

● Edición crítica: pretende reconstruir el original tal y como fue concebido por el autor a través de
testimonios manuscritos o impresos discrepantes, para lo cual presenta organizadamente las
variantes de la tradición textual. Es fundamental para los estudios de literatura pues normalmente las
obras literarias se transmiten a través de versiones con variantes como en el caso de Poeta en Nueva
York de Lorca o La familia de pascual de Cela.

6. El sentido literal y la hermética :

La hermética es la disciplina dedicada a la interpretación de textos , que es la "interpretación de los textos, ori
ginalm ente los sagrados". En Occidente se desarrolla en torno a la Biblia, e inicialmente pretende determinar
el verdadero sentido de las Escrituras.

Esta es la actitud predominante en los estudios literarios actuales :

● S. XVIII / S. XIX: Reconstrucción del contexto de la obra como instrumento imprescindible para la
interpretación.

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-Schleiermacher
-Dilthey
-Hermenéutica romántica: defiende la posibilidad de reconstruir el contexto histórico.

● S.XX: Pone en duda la reconstrucción del contexto.


Heidegge
-Gadamer.
-Relativismo absoluto: toda interpretación es válida.

● Finales s. Xx- S.XXI: justo medio entre los planteamientos románticos y relativistas:
- la reconstrucción del contexto literario en posible
- las obras literarias tienen varias interpretaciones pero no todas son correctas.

El sentido literal ha sido asociado a la intención del autor: el fundamento de lo que este ha querido transmitir
con su obra se halla normalmente en la literalidad de sus palabras. El sentido literal de una obra, en último
caso, es el punto de partida ineludible en la interpretación. A veces, la simple lectura literal ilumina los
principales entresijos del escrito (ejemplo→ en la novela realista.)

7. Disciplinas auxiliares para el estudio de la literatura española:

● Ecaótica, crítica textual: es la técnica editorial de la fijación del texto a partir de testimonios
discrepantes.
● Bibliografía: 2 ramas principales. Bibliografía sistemática tiene el objetivo de elaborar catálogos
bibliográficos en torno a un tema determinado. Bibliografía analítica: . se ocupa de estudiar la
evolución histérica de la estructura interna de los libros, que muy habitualmente condiciona sus
contenidos.
● Poleografía: Es la disciplina que se ocupa de la interpretación de la escritura y demás signos de los
libros y documentos antiguos Es fundamental para el estudio de las literaturas clásicas y medievales.
● Literatura comparada: Consiste en la comparación de una literatura, un autor o una obra con otras
literaturas, autores y obras, o incluso con otras artes (música, pintura, etc.)
● Retórica: Es la disciplina que estudia la lengua como instrumento de persuasión, característica del
lenguaje político y jurídico.
● Gramática histórica: consiste en el estudio de antiguos estudios de lengua y de su evolución. Por ello,
es una materia fundamental para la comprensión de la literatura anterior al s.XVIII. ( Logicamente
porque la semántica, fonética sintaxis... de esa época es notablemente distinta de la actual.
● Historia: El estudio de la literatura necesita un contexto histórico donde integrar el texto literario.

● Filosofía: La historia de la filosofía es básica en los estudios literarios porque las letras caminan a la
par del pensamiento.
● Informática: Los conocimientos informáticos son necesarios para desenvolverse en Internet y para
beneficiarse de programas específicos para la literatura.

8. Cambio literario

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Hace referencia a las modificaciones esenciales en la evolución de una historia literaria. cada período se define
por el predominio de unas normas, pautas y convenciones, no por su vigencia absoluta.
Constantes que suelen estar detrás del cambio literario:
● La renovación de los autores. (ej. generación del 27)

● los cambios culturales ( ej. imprenta)

● Los cambios histéricos y sociales determinan también su evolución. ( ej. franquismo.)

9. Periodización literaria:

El estudio de todo hecho histórico prolongado en el tiempo requiere el establecimiento de cortes, secciones,
etapas, periodos...

Los principales criterios de periodización literaria :


● Por siglos: Es una alternativa tan fácil como peligrosa, porque se tiende a uniformizar la literatura de
la centuria, como si no hubiese diferencias evolutivas en un mismo siglo. Se apoya en el prejuicio del
fin de siglo, idea acientífica que asume que la entrada en una nueva centuria necesariamente debe
suponer un cambio cultural y literario.
● Por reinados: Es un criterio igualmente débil, porque los hechos sociopolíticos no tienen por qué
constar de un correlato estético-literario. Con todo, en las épocas en que el mecenazgo es impulsado
por las monarquías, sí puede resultar pertinente como principio de periodización complementario.
Así, por ejemplo, los Reyes Católicos —en particular la reina Isabel—, defensores de las letras y el
Humanismo, aglutinaron a su alrededor una corte literaria para fomentar las letras y, con ellas, el
progreso de sus reinos, por lo que no es impropio hablar de la literatura del tiempo de los Reyes
Católicos.
● Por acontecimientos macrohistóricos: Es un criterio muy heterogéneo, de ahí sus limitaciones
inherentes. Por ejemplo, en Europa se habla de una «literatura de la Reforma» (s. XVI) frente a una
«literatura de la Contrarreforma» (1545-1648), en Hispanoamérica de una «literatura colonial» frente
a la «literatura poscolonial o de la emancipación» (desde el s. XIX) y en España se habla de una
«literatura de Posguerra» (1939-). Pero estamos como en el caso anterior: un cambio sociopolítico no
siempre conlleva un cambio artístico y literario.
•Por generaciones.— El criterio estuvo en boga hasta los años 60 del s. XX, a partir de la teoría
generacional previa de Ortega y Gasset. Para este, en concreto, una generación es un grupo de individuos
nacidos en un arco temporal de quince años, con semejante visión de las cosas por oposición a la
generación anterior; así, la Historia avanza por el empuje de las sucesivas generaciones. En la práctica, la
teoría generacional ha sido aplicada a la literatura de manera muy flexible, y se ha considerado generación
literaria al grupo de autores más o menos coetáneos, condicionados por los mismos estímulos artísticos,
políticos, culturales y filosóficos —así, la Generación del 98, la Generación del 27 o la Generación de 1914,
—. No obstante, también resulta ser un criterio problemático debido a su limitado alcance: solo es
fácilmente aplicable a la literatura reciente o, por lo menos, de autores de vida y cronología bien
conocidas; pero ¿qué ocurre con la Edad Media y el Siglo de Oro, muchos de cuyos autores y obras son
decronologíaimprecisa?

•Por estilos artísticos.— Teóricamente, el estilo artístico afecta en general a todas las manifestaciones
creativas del espíritu.
En el caso de la historia literaria española, los períodos principales son:
● Edad Media: criterio Histórico

● Siglo de Oro: Criterio literario.

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● Renacimiento.." cultural.

● Barroco:" artístico

● Ilustración:" sociopolítico, cultural y filosófico.

● Neoclasicismo:" artístico.

● Romanticismo:" sociopolítico, cultural y artístico.

● Realismo:" literario

● Siglo XX:" cronológico

● Posmodernidad:" cultural y artístico

En conclusión, no hay un criterio de periodización único que pueda ser aplicado uniformemente para ordenar una
historia literaria: La combinación de criterios, aunque metodológicamente discutible, resulta inevitable. Por ello,
debemos conceder a la periodización literaria un valor relativo. Por una parte, es un instrumento útil desde el punto de
vista pedagógico y crítico, pues, de lo contrario, la maraña de autores y obras desde los inicios de la literatura hasta hoy
constituiría un maremágnum incomprensible; en esta línea, a efectos prácticos es común que se divida la historia de la
literatura española en tres grandes períodos: Edad Media, Siglo de Oro (siglos XVI y XVII) y Edad Contemporánea (desde
el s. XVIII a la actualidad). Pero, por otra parte, la periodización literaria es una herramienta meramente aproximativa:
en último término, cada obra literaria es un hecho único, esencialmente distinto de todo lo anterior y posterior, que
debe ser estudiado en sí mismo.

10. Canon literario:

Toda historia literaria se asienta sobre un canon de autores y obras, que representan una suma de modelos de
características idealmente perfectas. De esta manera, los autores canónicos son aquellos considerados como
modelos, maestros o referentes en un período do literario.
El canon literario, es, por naturaleza, una institución social en evolución, lenta pero constante. con el
paso del tiempo, el canon vigente será notablemente distinto del actual.

¿ Quién determina que autor pertenece al canon?

Toda comunidad literaria constituye un sistema. A este pertenecemos básicamente los autores, los escritores y
los editores. De ellos deriva el canon, que dependiendo de la época histórico - literaria, la influencia de
autores, lectores o editores es variable.

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CANON de la Historia de la Literatura Española:

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TEMA 2. LA LITERATURA MEDIEVAL
1. Contexto Edad Media:

A grandes rasgos, la historia de la España medieval suele dividirse en cuatro grandes etapas:

1) Período visigótico (409-711)

2) Al-Ándalus: el apogeo musulmán (711-1008): Desde el punto de vista cultural, la


España islámica es una de las épocas más ricas de nuestra historia: la ciencia, el
arte y las letras se cultivan como en las más florecientes áreas musulmanas, con
mención especial para la astronomía. La lengua de la literatura es el árabe clásico,
pero hacia el s. X aparecen las jarchas, breves poemas amorosos compuestos en
mozárabe, un dialecto románico.

3) Decadencia musulmana y Reconquista (1008-1492)

4) Reinado de los Reyes Católicos (1474-1516): La cultura y las letras entran en el lado
positivo de esta etapa. Los monarcas, en especial la reina Isabel, son conscientes
del valor de la cultura para el progreso de los reinos. Así entra en la Península el
Humanismo, la corriente cultural de origen italiano que veía en la recuperación de
la cultura clásica la mejor vía para mejorar la sociedad, cuya base es la Filología.
Gracias a ello se recupera el latín como lengua de cultura y se desarrolla la
literatura romance, tanto las tradiciones de origen popular

● Teocentrismo: DIOS COMO CENTRO DE TODO

● Etnocentrismo

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● La sociedad medieval: estaba estratificada en estamentos, cada uno con su función social y distintos
ante la ley: bellatores (aristócratas o caballeros), oratores (el clero) y laboratores (la plebe). España:
Artesanos y mercaderes.
● El feudalismo: es una estructura de interrelación social entre un señor y un vasallo (el vasallo presta
un servicio al señor y este lo recompensa con un beneficio o galardón.)
Avance social → No esclavo → derechos.
● la lengua : En el medievo hispano, no existe el idioma español, sino un conglomerado de lenguas
hermanas.
● Trasmisión: La oralidad es el vehículo más antiguo para la transmisión de la literatura, fundamental
en los casos de la épica y la lírica primitiva. Dado que la inmensa mayoría de la población era
analfabeta, la escritura era un canal inviable para la difusión de la literatura. Sin embargo, como es
natural, el modo de transmisión que más obras medievales nos ha permitido conocer, es la escritura,
manuscrita o impresa. la invención de la imprenta (España 1472, Galicia 1490) supondrá un cambio
paulatino de esta situación.
● La Educación medieval :
Desde la Antigüedad tardía, el sistema educativo europeo estaba constituido por siete disciplinas
principales, agrupadas en dos estratos complementarios y sucesivos: el trivium (gramática, retórica y
lógica) y el quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía), antecedentes de la moderna
división entre letras y ciencias.
Durante la Edad Media, las primeras instituciones educativas fueron las escuelas monásticas y
catedralicias —en el ámbito religioso— y la escuela palatina —en el dominio laico—. Las primeras
dependían de un monasterio o una catedral, y estaban encaminadas principalmente a la formación de
eclesiásticos, aunque no de modo exclusivo. Las segundas dependían de una corte real o del palacio
de un alto aristócrata

● La tradición clásica: los clásicos son estudiados en el Medievo. Sin embargo, la recepción medieval de
la cultura clásica está cortada por una limitación que superará en el Renacimiento: el peso de la
religión. los autores clásicos fueron muy importantes en el Medievo, pero, por lo general, sus textos
no se leyeron de primera mano, sino a través de antologías y versiones cristianizadas. su labor era
tamizar, expurgar, resumir y comentar los textos del pasado para hacerlos + dirigibles a los lectores
cristi anos. Ej → El libro de buen Amor y la Celestina son obras influenciados por la comedia elegíaca.

2. El mester de juglaría:

Designa la poesía de los juglares /cantores populares de la Edad Media, cuyos caracteres más destacados son
3:
a) obra de cantores populares y laicos que se inspiran en fuentes orales.
b) poesía de transmisión oral, concebida para el canto y la escucha
c) métrica irregular, verso aniso silabico y rima asonante.

● El Cantar de gesta: Principal manifestación del mester de juglaría.


Pertenecen al género épico: la acción heroica protagonizada por personajes nobles y el carácter
predominantemente narrativo. Relatan la "edad heroica", tiempo mítico en el que grandes hombres
forjaron los pueblos mediante hazañas dignos de imitación. la Edad heroica en España tiene como
episodios principales la conquista de los visigodos, la resistencia contra los invasores árabes, la
independencia de castilla y la vida del Cid.
El cantar de Mio Cid:

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Se trata de un poema narrativo que refiere la caída y auge de Rodrigo Díaz de Vivar, desde su destierro por
orden del Alfonso VI hasta la conquista de Valencia, su reconciliación con el rey y el conflicto del héroe con
sus yernos, los infantes de Carrión.
El texto del cantar ha llegado a nosotros merced a un único manuscrito, copiado en el s. XIV a partir de un
códice de 1207, hoy en los fondos de la Biblioteca Nacional
Desde el punto de vista métrico, la obra presenta la irregularidad característica de la poesía juglaresca: a)
versos de silabismo irregular, o sea, anisosilábicos (entre 13 y 16 sílabas); b) agrupados en series o tiradas,
es decir, conjuntos de versos en número variable con una misma rima; y c) rima asonante.
La estructura del cantar gira alrededor de dos acciones complementarias, sobre la honra sociopolítica y la
honra familiar del Cid.
Narrador omnisciente

3. El mester de Carecía - libro de Alexandre

El mester de clerecía designa la poesía culta, cuyos cultores son los letrados o clérigos, término que
inicialmente no designa a los eclesiásticos, sino a individuos con formación gramatical.

En líneas generales, estamos ante una tradición literaria de marcado afán didáctico y moralizante.

La métrica es justamente uno de los elementos definitorios de esta tradición literaria, cuyas principales
manifestaciones son:

o Verso alejandrino (14 sílabas) de rima consonante.


— Como estrofas, destaca la cuaderna vía o tetrástico monorrimo, conjunto de cuatro
alejandrinos con la misma rima. En menor medida, se emplea también el pareado,
es decir, dos versos monorrimos, con menor respeto a las pautas de regularidad.

4. La poesía del s. XIV

La poesía culta del s. XIV es heredera directa de la producción del mester de clerecía del Doscientos, de donde
toma elementos como la orientación didáctica, el componente narrativo o la cuaderna vía.

En la categoría de obras innovadoras entran sobre todo el Libro de Buen Amor de Juan Ruiz y el Libro rimado
del palacio de Pero López de Ayala.

Juan Ruiz y el Libro de Buen Amor

El Libro de Buen Amor es probablemente la obra más compleja y problemática del período medieval,
e incluso de la historia literaria española.

Estamos ante una pieza enigmática desde su título —los manuscritos conocidos son anepígrafos, es
decir, faltos de título— hasta su último verso.

Sobre la biografía del autor tenemos escasa información. Se ha llegado incluso a suponer que Juan
Ruiz era el seudónimo de un poeta que quiso ocultar su identidad, aunque hoy conocemos un
documento legal en donde figura un Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, al lado de otros individuos que se
integran como personajes en la obra.

Desde el punto de vista formal, el LBA es un prosimetrum ‘obra que combina prosa y verso’, aunque la
prosa se restringe al prólogo. En cuanto al verso, predomina la narración en cuaderna vía, si bien hay
secciones líricas en distintos metros de arte menor.

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La estructura del LBA es abierta, constituida por una sarta de episodios, generalmente amorosos, que
se articulan en torno a un yo protagonista, el Arcipreste convertido en personaje de ficción.

El argumento, difícil de aprehender en una primera lectura a causa de la maraña de lances, se reduce
a una sucesión de tentativas amorosas fracasadas del protagonista, que, a la hora de referirlas,
acompaña a menudo su narración de oraciones y razonamientos ilustrados con exempla.

5. Orígenes de la prosa.

La prosa romance se desarrolla con posterioridad a la poesía de tradición oral. Esto se explica por el público
distinto a que ambas modalidades de escritura se dirigen: el analfabeto, que oye literatura en lengua vulgar, y
el letrado, que lee textos de contenido más técnico y complejo, tradicionalmente compuestos en latín. En este
contexto, el castellano debe abrirse camino como lengua para la prosa, es decir, como lengua de cultura.

La prosa romance no surge con intención primariamente estética, sino con propósito práctico: se pretende
compilar y comunicar conocimientos, con afanes didácticos y adoctrinadores en un primer término.

En la fase de orígenes, las principales modalidades son la historiografía, la didáctica moral y la prosa técnica.

Don Juan Manuel y el Conde Lucanor.

Si Alfonso X es la figura más destacada en la prosa del s. XIII, su sobrino don Juan Manuel (1282-1348) recoge
su testigo en la centuria siguiente. Poderoso aristócrata, su relación con los monarcas castellanos (Fernando IV
y Alfonso XI) y aragoneses (Jaime II, Alfonso IV y Pedro IV) de su tiempo fue siempre ambigua o tensa.

Tres etapas en su producción.

● En una primera fase (1320-1326), el Infante se inspira en los proyectos alfonsíes, y cultiva subgéneros
como la historiografía (Crónica abreviada) y el tratado cinegético (Libro de la caza), aunque el texto
conservado de este podría ser refundición posterior.
● En un segundo período (1327-1337), su preocupación es el didactismo, en distintas vertientes —
político (Libro del caballero e del escudero y Libro de los estados), moral y religioso (Conde Lucanor =
CL)—.
● En la fase final (1337-), el didactismo político se tiñe de autoexaltación personal y familiar (Libro
infinido —si bien iniciado en 1336— y Libro de las armas).

La más importante pieza manuelina es, sin duda, el Conde Lucanor (h. 1332-1335), libro de corte didáctico-
moral. Se trata de una singular obra que conjuga tres tradiciones didácticas complementarias —exempla y
prosa doctrinal— en un todo perfectamente trabado.

En la primera parte o «Libro de los enxiemplos», cincuenta o cincuentaiún capítulos rubricados como
enxiemplos presentan una conversación entre Lucanor y su consejero Patronio, el cual, ante un conflicto de su
señor, propone soluciones en torno a un exemplum. Como cierre de cada capítulo de esta primera parte
aparece también una sententia sobre el problema en cuestión, modalidad didáctica, la sapiencial, que cobrará
protagonismo absoluto en las secciones editoriales segunda, tercera y cuarta del libro.

Patronio alude explícitamente a dos modalidades de expresión: una declarada o llana, que se manifiesta en el
«Libro de los enxiemplos», y otra sotil y escura, propia de las sentencias —sobre todo de las finales—, por su

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condensación, pero también del tratado doctrinal, por cuanto las cuestiones del dogma son intrincadas por
naturaleza.

6. Tradiciones poéticas.
Las jarchas y los orígenes de Lírica. Poesía tradicional. El romancero. La poesía cancioneril y el amor cortés.
Las Coplas de Manrique

Las tradiciones poéticas características del s.XV hispano son la lírica tradicional, el romancero y la poesía
cancioneril.
a) Las jarchas y los orígenes de la lírica. Poesía tradicional.
Las jarchas mozárabes son"canciones de mujer", por lo que entroncan con la "cantiga sde amigo"
galai co - portugues a y también con la poesía tradicional castellana, integrada por breves poemas
cuyo discurso se pone a menudo en boca de una muchacha.

Con el rótulo poesía o lírica tradicional y su producto nuclear, el villancico, se hace referencia a una
corriente literario-musical surgida en la Edad Media, que arraigaría en una colectividad para
permanecer viva en su acervo cultural.
El tema básico de la lírica tradicional es el amor, desarrollado a través de una rica gama de motivos:
- el físico de la niña
- el encuentro amoroso
-las penas de amor
- el simbolismo de la naturaleza

b) La poesía cancioneril
Se nos ha transmitido por escrito merced a dos productos librarios: los cancioneros, que dan nombre
a la tradición, y los pliegos sueltos.
Un cancionero es una antología de poemas compilada generalmente en el s. XV, cuyas características
son:
a) libro manuscrito o, desde finales del s. XV, impreso;
b) volumen colectivo más frecuentemente que individual;
c) contenido pluritemático más habitualmente que monográfico.

Los temas principales de la poesía cancioneril son cuatro :


- El amoroso : la t importante. Perspectiva masculina, la dama es superior y esquivel.
- el didáctico-religioso
- el histórico-político
- burlesco.

Los dos metros cancioneriles más característicos son el verso de arte real u octosílabo y el verso de
arte mayor, ambos de rima consonante

. Las Coplas de Manrique

Jorge Manrique (h. 1440-1479), de familia aristocrática, fue un sobresaliente poeta amoroso, pero debe su fama a las
celebérrimas Coplas por la muerte de su padre, una de las piezas más reputadas de la historia literaria española.

Junto con la Celestina, la obra constituye la pieza más clásica anterior a 1500, entendido el clasicismo como el conjunto
de valores estéticos intemporales e imperecederos.

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No se conoce con exactitud su fecha de composición, que, en todo caso, tienen un obvio referente en la muerte de don
Rodrigo Manrique, padre del poeta, fallecido en 1476.

El poema está estructurado en dos secuencias principales:

● La primera parte (coplas 1-24) constituye un sermón sobre la fugacidad de la vida como camino hacia de la
muerte (5-6), idea glosada mediante los tópicos del contemptus mundi ‘menosprecio del mundo’ (7-13) y el
ubi sunt? (14-24).
● La segunda parte es un epicedio o elegía funeral de don Rodrigo (25-40).

Métrica

La estrofa constitutiva del poema consta de doce versos, escindidos en dos sextillas de octosílabos y pies quebrados
(8ª8b4c8a8b4c). La rima, consonante, es básicamente llana, normal en castellano, pero llama la atención la total
ausencia de vértices esdrújulos.

Estilo

Las Coplas es un registro llano, dominado por un afán didáctico. La sintaxis es asimismo sencilla; el hipérbaton es muy
escaso, frente a la frecuencia de la elipsis, que propician un ágil fluir de las oraciones.

Las Coplas aúnan moral cristiana y moral caballeresca. En el primer estrato, los tópicos ascéticos son múltiples: la
fugacidad de la vida, el mundo como camino hacia la muerte, las mudanzas de la Fortuna, el menosprecio de lo
terrenal, el ubi sunt?, el poder igualatorio de la muerte y la aceptación serena de esta, que propicia el conocimiento de
Dios.

Si el cristianismo distingue la vida temporal frente a la eterna, la caballería aporta una más: la vida de la fama. Así, un
caballero puede vencer a la muerte realizando hazañas gloriosas que hagan perdurar su recuerdo entre los vivos.

7. La prosa del tiempo de los Reyes Católicos.

La Gramática de Nebrija

Si desde el punto de vista político hay dos etapas netamente diferenciadas en el s. XV —los Reyes Católicos marcan
un antes y un después—, en el ámbito cultural no se produce tan acusado contraste: el mecenazgo e impulso
cultural de Isabel y Fernando había tenido brillantes precedentes en Juan II de Castilla, Alfonso V de Aragón y el
príncipe Carlos de Viana en Navarra. Los Reyes Católicos, en particular Isabel, asumen este legado, en el
convencimiento de que el progreso de sus reinos dependía en gran medida de la formación de sus súbditos, cuyo
fundamento eran las letras.

Este contexto histórico-cultural explica, por una parte, que la prosa del s. XV no suponga una ruptura radical con la
ya rica tradición anterior; pero, al tiempo, también permite dar cuenta de nuevos desarrollos, bajo cuyo amparo
germinarán obras como la Gramática de Nebrija o la Celestina

El humanismo hispano del siglo XV. La Gramática de Nebrija

El Humanismo, corriente intelectual definitoria del Renacimiento, tiene por característica más destacada la
recuperación de la cultura clásica, la vuelta al estudio de los grandes autores del pasado. Este movimiento tiene su
cuna en Italia desde el s. XIV, de la mano de autores como Petrarca, y desde Italia irradia a Europa.

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El s. XV, la figura fundamental del Humanismo italiano por su repercusión en toda Europa fue Lorenzo Valla,
filólogo directamente vinculado con los reinos ibéricos, pues fue secretario de Alfonso V de Aragón en su corte de
Nápoles.

Los primeros atisbos humanistas en España datan del s. XIV y las primeras décadas del s. XV, momento en que se
desarrolla un renovado interés hacia los autores grecolatinos. Sin embargo, este incipiente humanismo hispánico
tiene una carencia, pues no se leen sus obras desde la lengua original. En España, en sentido estricto, el
Humanismo con mayúsculas, basado en la lectura directas de los clásicos, no se manifiesta hasta finales del s. XV,
durante el reinado de los RR. CC., con la aportación de Antonio de Nebrija (h. 1440-1522).

La obra de Nebrija que hoy más se estudia, la Gramática castellana, pasó casi inadvertida en su tiempo: nadie
entendió la necesidad en Castilla de una gramática castellana, pues todos los nativos conocían la lengua desde la
infancia.

Por eso, la obra, publicada en 1492, fue un fracaso editorial: no estaba generalizado aún el interés por el estudio de
los mecanismos internos de la lengua como objeto de estudio en sí mismos. Nebrija, consciente de ello, incluso
intentó justificar la obra en el prólogo presentándola como potencial método de gramática castellana para
extranjeros.

8. Las representaciones teatrales: origen y desarrollo.


o Del Auto o Representación de los Reyes Magos al s. XV.
La obra es anónima. Sin embargo, el idiolecto del autor permite deducir notas de su origen. No hay
acuerdo pleno entre los estudiosos, pero se tiende a determinar tres o cuatro componentes lingüísticos en
el texto —castellano, mozárabe y gascón o catalán
La Representación de los Reyes Magos ha llegado hasta nosotros en un único manuscrito, hallado en el
Biblioteca del Cabildo de Toledo y hoy en la Biblioteca Nacional. En el mismo códice figuran otros textos de
tipo religioso que ocupan el lugar principal; de hecho, nuestro texto fue copiado incidentalmente en dos
folios sobrantes en este manuscrito. En cuanto a su cronología, por el estadio de lengua se piensa una
fecha cercana al 1180.
Otro aspecto singular de la obra es su métrica. La estrofa empleada es el pareado, habitual en Francia
durante el s. XII, de donde probablemente pasó a la Península Ibérica. La rima presenta numerosas
anomalías, y los versos son polimétricos, de marcado anisolilabismo, aunque predominan eneasílabos,
alejandrinos y heptasílabos.

o Fernando de Rojas y la Celestina


Es una de las obras más apreciadas y estudiadas en la literatura española.
La se difundió fundamentalmente a través de impresos. La versión inicial, titulada Comedia de Calisto y
Melibea, consta de dieciséis autos y se estampó por vez primera probablemente en 1499 (Burgos); otras
dos ediciones de la Comedia aparecen en 1500 (Toledo) y 1501 (Burgos).

La segunda versión es la Tragicomedia de Calisto y Melibea, cuya principal novedad es la adición de cinco
actos, tras el primitivo auto XIV; su primera edición debió de aparecer en Sevilla entre 1502 y 1504,
aunque este texto se ha perdido.

La tercera versión se titula también Tragicomedia y añade un auto más, considerado apócrifo de manera
unánime; apareció en Toledo (1526).

El género de la obra es asunto debatido. Para algunos críticos, no estamos ante una obra de teatro, sino
ante una novela dialogada —la primera novela realista—; la mayoría, en cambio, la incluyen en el género
dramático.

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Los partidarios de la primera propuesta se apoyan en su irrepresentabilidad, dada la notable extensión del
texto. Sin embargo, en la estimativa de Rojas y sus primeros lectores, la obra se inscribía en la tradición de la
comedia latina y humanística, una modalidad de teatro leído, concebido para la lectura dramática sin
representación.

El núcleo de la acción de es la historia de Calisto y Melibea. Subordinadas a esta secuencia principal hay
historias secundarias que no rompen la unidad de acción; así, las relaciones de Pármeno y Areúsa y Sempronio
y Elicia, y la línea argumental que conduce a las muertes de Celestina, Pármeno y Sempronio.

La acción se acomoda a un molde tripartito; en cambio, la obra rompe la unidad de tiempo de la comedia
clásica, restringida a un día, y también la unidad de lugar, pues sus escenarios son múltiples: su carácter de
teatro leído propicia la flexibilidad en las convenciones.

Una de las principales novedades de la Celestina en el marco de la literatura española son los personajes
complejos, cuya interioridad está reflejada mediante finos matices. Además, por vez primera se eleva a
individuos de baja extracción social al protagonismo de una acción trágica.

Algunos críticos admiten la fiabilidad de las palabras de Rojas en el prólogo, y leen la Celestina como obra
didáctica de raíz cristiana.
Otro sector, en cambio, considera que las declaraciones del autor son una cortina de humo, y que Rojas
pretende plasmar una visión de la realidad pesimista y cuasiagnóstica: el mundo es un lugar absurdo y la
existencia humana sufrimiento, sin ningún tipo de esperanza cristiana.
Una tercera línea interpretativa, no incompatible con las dos primeras, considera que lo fundamental en la
Celestina es la crítica social, pues en la obra el dinero tiene un poder omnímodo y los aristócratas conviven con
las más bajas capas de la sociedad en una indeseable hermandad.

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TEMA 3. EL RENACIMIENTO

La retórica, de acuerdo con los tratadistas clásicos, es el ars bene dicendi, es decir, la técnica de expresarse de manera
adecuada para lograr la persuasión del destinatario.

Fases de elaboración del discurso: inventio, dispositio, elocutio, memoria y actio

Inventio: Hallazgo. Seleccionar en un catálogo tipificado los pensamientos más adecuados para expresar su tesis

Invenire es buscar en la memoria, que es concebida como un conjunto dividido en topoi o loci (tópicos o lugares) en
donde se encuentran las ideas susceptibles de aplicación.

La concreción de esas ideas en el uso retórico habría consagrado como tradicionales algunas de esas fórmulas: estos
son los lugares o tópicos tradicionales

● Tópicos tradicionales de persona: humilitas autorial (fórmulas para manifestar la humildad en prólogos,
dedicatorias, etc.), analogías náuticas (el hombre como navegante), elogio personal (sabiduría y valor)
● Tópicos tradicionales de cosa: tópica de la consolación (La muerte es el final para todos)

● Tópicos tradicionales de espacio: Tópicos tradicionales de persona: humilitas autorial (fórmulas para
manifestar la humildad en prólogos, dedicatorias, etc.), analogías náuticas (el hombre como navegante), elogio
personal (sabiduría y valor)
● Tópicos tradicionales de cosa: tópica de la consolación (La muerte es el final para todos)

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● Tópicos tradicionales de espacio: Locus amoenus (paisaje bucólico que invita al descanso); locus eremus
(paraje opuesto, arena y peñascos); Beatus ille (elogio del sabio que, despreciando el mundo y sus afanes, se
refugia en el ocio rústico para ejercitar la virtud y el conocimiento)
● Tópicos tradicionales de tiempo: Contemptus mundi (Menosprecio del mundo, de la mundanal vanidad);
carpe diem (aprovechar el momento, el esplendor de la pasajera juventud)
● Tópicos de comparación (la vida como viaje marítimo, la vida como camino) Locus amoenus (paisaje bucólico
que invita al descanso); locus eremus (paraje opuesto, arena y peñascos); Beatus ille (elogio del sabio que,
despreciando el mundo y sus afanes, se refugia en el ocio rústico para ejercitar la virtud y el conocimiento)
● Tópicos tradicionales de tiempo: Contemptus mundi (Menosprecio del mundo, de la mundanal vanidad);
carpe diem (aprovechar el momento, el esplendor de la pasajera juventud)
● Tópicos de comparación (la vida como viaje marítimo, la vida como camino)

•Dispositio: organización de los contenidos, estructura

•Elocutio: expresar verbalmente y de manera adecuada los materiales de la inventio ordenados por la dispositio
(puritas, corrección gramatical; perspicuitas, grado de comprensibilidad del discurso; ornatus, embellecimiento del
discurso

•Ornatus: elección de palabras (tropos y figuras) y su combinación (compositio)

•Tropo: Los tratadistas de retórica parten del supuesto de que en la lengua ordinaria a cada concepto le
corresponde una palabra apropiada. El tropo es una licencia que anula esta regla y consiste en el uso de una
palabra inapropiada para designar un concepto (metáfora)

•Figuras: constituidas por vocablos utilizados en acepciones apropiadas de acuerdo con la lengua común; sin
embargo, debido a alguna particularidad de carácter fónico, gramatical o semántico se alejan de la norma
usual y así resultan expresivos (aliteración u onomatopeya; anáfora)

1. Contexto Renacimiento (s. XVI)


Los historiadores tradicionales interpretaron el Renacimiento como el triunfo de la modernidad y el progreso en
Europa. Según esta interpretación, el nuevo período se manifestaba en diversos ámbitos:

● La ruptura con los valores e instituciones medievales.

● El reconocimiento de la individualidad humana.

● Un renovado interés por el mundo material y la naturaleza.

● El redescubrimiento del legado cultural de Grecia y Roma.

Aun así, no se trata de una ruptura con respecto a la Edad Media: el Renacimiento marca, si no una revolución radical,
sí un cambio notable con relación al Medievo, que afecta a todas las esferas de la vida, el pensamiento, el arte y la
literatura.

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El nuevo concepto de mundo
Si el mundo medieval es de concepción teocéntrica (Dios es artífice y centro de la Creación), el Renacimiento es ya una
cultura antropocéntrica: la medida de las cosas es el ser humano. Para los humanistas, no obstante, el ser humano
sigue siendo criatura de Dios, pero se siente libre para buscar su lugar en el mundo gracias al estudio, al conocimiento.

Humanismo y Renacimiento en España


El Humanismo es un movimiento intelectual de recuperación de la cultura clásica. En esta línea, el humanista es experto
en los studia humanitatis, denominación común ya desde el s. XIV para designar un conjunto de disciplinas cuyo
fundamento son la Filología y las letras: (gramática, retórica, historia, poesía, ética).

El Renacimiento, etiqueta también creada en el s. XIX, es la consecuencia del Humanismo: el estudio humanístico de la
cultura clásica y su proyección sobre la vida contemporánea produce el renacimiento de la sociedad.

En cuanto a su desarrollo, en Italia y Europa occidental se puede hablar de Humanismo pleno desde 1400, con
importantes precedentes italianos en la centuria anterior, como Petrarca (1304-1374). En España tarda un poco más en
asentarse: siglos XIV y XV.

El Humanismo pleno se asienta en España en el tiempo de los Reyes Católicos, a caballo de los siglos XV y XVI. El primer
gran humanista español de talla internacional fue Antonio de Nebrija, de quien ya hemos hablado

La sociedad del Renacimiento


Durante el s. XVI, que, a grandes rasgos, coincide con los reinados de Carlos I y Felipe II, España se impone como la gran
potencia política europea. Esta hegemonía es posible en gran medida mediante el imperio que reúne Carlos I bajo su
corona: España y América Central y del Sur, Nápoles, Alemania y los Países Bajos. Un gran imperio, sin duda, pero
inorgánico, falto de cohesión y organización. Pese a ello, se experimenta un notable desarrollo económico. En buena
parte, gracias a las riquezas llegadas de América, y en España la población aumenta de manera considerable.

El gobierno de los Austrias se conoce como Antiguo Régimen, cuya organización social sigue siendo estamental. Así, la
sociedad está jerarquizada por diferencias de hecho —como hoy— pero también de derecho; es decir que, en
detrimento del pueblo llano (plebe, marginados), las propias leyes determinan privilegios para la nobleza y el clero.

El Humanismo
No es solo un movimiento cultural, sino una visión global de la vida y el mundo; manifiesta también en la sociedad, la
política y el arte, que tiene por punto de referencia la Antigüedad grecolatina (traducciones, ediciones, sistema
educativo)

Además del mundo clásico, el movimiento humanista se caracteriza también por el respeto por las tradiciones
autóctonas: las lenguas y literaturas vernáculas cobrarán un interés cada vez mayor. En este sentido, el Humanismo es
una síntesis de la cultura clásica y la medieval, que no se desecha por completo. En su tiempo, esta dimensión
filoautóctona del humanismo resultará desconcertante para los eruditos tradicionales, anclados en el pasado.

Los géneros clásicos y su jerarquía

● La teoría y praxis literaria del Renacimiento está marcada en gran medida por el redescubrimiento de la
Poética de Aristóteles (384-322 a. C.).

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● La situación cambia en 1498, fecha del primer impreso que se difunde de modo notable, cuyo texto es la
traducción latina de Georgio Valla. En 1508 se imprime por vez primera el texto griego, en la imprenta
veneciana de Aldo Manuzio. A partir de este momento, son cada vez más frecuentes las ediciones latinas y
griegas, a veces bilingües, y las traducciones romances —las primeras, italianas; la primera española, por
Alonso Ordóñez en 1626—.
● Poesía como mímesis de acciones humanas

● Tragedia, epopeya.

● Hay, sin embargo, indicios de un segundo libro de la Poética dedicado a la comedia y al humor. Umberto Eco se
basó en esta posibilidad para la intriga central de El nombre de la rosa.

•La distinción de elementos trágicos y cómicos, que no deben ser mezclados.

• El respeto de las llamadas «tres unidades»:

a. Unidad de tiempo: la acción transcurre en un día.

b. Unidad de lugar: el espacio de la acción es único.

c. Unidad de acción: la trama consta de una sola acción

La poesía renacentista
En el ámbito de la creación literaria, las primeras manifestaciones del Renacimiento español se encuentran en la poesía
lírica. La poesía del siglo XVI supone una marcada evolución respecto de los modelos dominantes en el siglo XV: se
imponen ahora nuevos patrones temáticos y estéticos, de acuerdo con dos nuevos modelos, el petrarquismo y la poesía
de la Antigüedad clásica. Sin embargo, la renovación poética no supone la desaparición absoluta de la poesía de raíz
medieval. Por el contrario, el romancero, la poesía de tipo tradicional y la poesía de cancionero perviven durante todo
el s. XVI. En último término, por tanto, la poesía de raíz medieval y la nueva poesía conviven de manera armónica, a
veces en el seno de un mismo poema. Los moldes medievales, están en un segundo plano cada vez+ marcado,
especialmente a partir de 1550.

Garcilaso de la vega y el petrarquismo: temas y formas


Garcilaso es considerado el primer poeta moderno de las letras españolas: aunque breve, su obra resulta novedosa y de
una calidad extraordinaria, que hizo escuela en nuestra historia literaria. En vida, sus versos solo circularon
manuscritos. Aunque hoy se conservan algunas copias de mano, un amplio sector de la crítica considera que son
versiones tardías, derivadas de la tradición impresa.

El primer impreso que recogió su producción combina su obra con la poesía de su amigo Juan Boscán: Las obras de Juan
Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega (1543), edición póstuma para ambos, de cuya publicación se encargó la viuda
de Boscán. En 1569 aparece la primera edición exenta de la obra de Garcilaso, frecuentemente reeditada desde
entonces. En 1574 se estampa la edición con comentarios del Brocense, y en 1580 la edición también comentada por
Fernando de Herrera.

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La trayectoria poética de Garcilaso supone la combinación de tres grandes tradiciones poéticas, una hispánica (la poesía
de cancionero y el valenciano Ausiàs March) y dos foráneas (la lírica italiana vernácula, en especial Petrarca, y la poesía
clásica latina, sobre todo Virgilio). Aunque se desconoce la cronología precisa de la mayor parte de sus obras, la
incidencia de estos influjos no es lineal, sino por superposición.

Garcilaso fue esencialmente poeta amoroso. Entre sus obras se conserva un ramillete de poemas octosilábicos a la
manera cancioneril, en la línea de los versos amorosos Cancionero general de Hernando del Castillo, cuyo fundamento
es el amor cortés. Pero sus composiciones más plenamente renacentistas están influidas por el Canzoniere de Petrarca,
en donde el amor, de expresión más intimista, está concebido mediante finos matices, con mayor variedad en la
introspección y el análisis de los sentimientos individuales. La nueva tradición poética dominada por este modelo
literario del amor se denomina petrarquismo. Además, en Petrarca y los petrarquistas son novedosos como motivos
amorosos la melancolía, el estoicismo y el sentimiento de la naturaleza. En cambio, pese a la profesión militar de
Garcilaso, las referencias a la guerra apenas afloran en su obra, y tampoco la religión, ni siquiera como metáforas.

Desde el punto de vista formal, la más evidente innovación de Garcilaso fue métrica: ocasionalmente recurre al verso
blanco, sin rimar, frente a la rima consonante del medievo; y hace uso del verso del arte mayor frente al actosílabo. su
verso característico es el endecasílabo, tomado de Petrarca. Sus estrofas son renovadoras en España : los terceros
dantescos, la octava real.

Garcilaso cultiva las siguientes modalidades poéticas:

● Coplas cancioneriles (poesía de cancionero),

● sonetos (poetas provenzales y Petrarca),

● canción petrarquista,

● oda (Horacio),

● elegías (Ovidio: lamento funerario o expresión del sufrimiento amoroso),

● epístolas (carta, Petrarca, Maquiavelo, Ariosto a imitación de Horacio),

● églogas (Teócrito y Virgilio, materia bucólica, vida de pastores idealizados dedicados a la música y a los
amoríos más que al trabajo rústico)

Poetas gracilistas
A mediados del s. XVI florece una destacada nómina de poetas líricos directamente influidos por la renovación poética
de Garcilaso. Juan Boscán (h. 1490-1548).¾ Fue amigo y estrecho colaborador de Garcilaso, con quien comparte el
mérito de la introducción de la poesía petrarquista en España. Su vida concilia, como la de su amigo, las armas y las
letras. Su obra poética es más extensa, y de notable calidad. En los tres tomos impresos por iniciativa de su viuda, su
poesía aparece distribuida del siguiente modo:

● Tomo I: poesía de tradición hispánica.

● Tomo II: lírica italianizante (92 sonetos y 10 canciones petrarquistas)

● Tomo III: composiciones extensas (Epístola a Diego Hurtado de Mendoza, Octava rima e Historia de Leandro y
Hero).

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•Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575).¾ Otro poeta guerrero, que ejerció también la profesión diplomática como
representante de Carlos I en el Concilio de Trento. Fue uno de los grandes humanistas de su tiempo, y poseyó una gran
y famosa biblioteca.

Fue un prosista notable (Guerra civil de Granada, relato de tipo morisco). Como poeta, pertenece de lleno a la esfera
garcilasista: asuntos y versos italianizantes, formas como el soneto y la canción son también características de su obra,
aunque cultiva también la poesía tradicional y cancioneril. Hoy es apreciado sobre todo por sus poemas largos: la
Epístola a Boscán ¾otro de los hitos de la epístola poética en España¾ y la Fábula de Adonis, en octavas reales,
composición de tipo histórico-mitológico.

•Francisco Sa de Miranda (1481-1558).¾ De origen portugués, su obra fue fundamental para la introducción de la
poesía petrarquista en el reino vecino. Marcado por Garcilaso, tanto en sus sonetos como en composiciones más
extensas, cultiva también piezas de mayor amplitud, con especial inclinación hacia los asuntos mitológicos.

• Fernando de Herrera (1534-1597).— Es el poeta más destacable de este conjunto, por lo cual se le dedicará un
apartado especial

Fran Luis de León y los géneros clasicistas


Si Garcilaso es el gran poeta amoroso del período, su correlato como poeta moral es fray Luis de León (1527-1591). La
obra de fray Luis abarca la prosa y el verso, tanto en latín como en castellano. Su poesía vernácula nunca se imprimió en
vida, y solo circuló manuscrita hasta que Quevedo preparó una edición que es la base de las ediciones modernas de fray
Luis.

● Sus traducciones son literales (translationes) o más libres (paraphrasis), tanto de libros bíblicos (Libro de Job,
Salmos y tal vez el Cantar de los cantares, versión atribuida) como de clásicos grecolatinos (Píndaro, Virgilio,
Horacio y Ausonio).
● Sus imitaciones, en donde reformula una obra anterior según el principio de imitatio, abarcan la poesía italiana
(Petrarca, Della Casa y Bembo) y obras de Horacio.
● Sus poemas originales están marcados por una concreción de la imitatio denominada allusio ‘alusión’,
mediante la que en una obra original se incluyen evocaciones de pasajes aislados y técnicas específicas de un
modelo previo.

Como en el caso de Garcilaso, en la poesía de fray Luis confluyen diversas tradiciones literarias: la poesía latina, la
Biblia, Petrarca y los poetas petrarquistas (muy especialmente Garcilaso) y la tradición hispánica (el romancero y la
poesía de cancionero).

Los temas centrales de su poesía original son cuatro: Moral, religión, circunstancias y amor.

Por lo que respecta a los subgéneros poéticos, el más característico de fray Luis es la oda, tomada de Horacio, quien la
había empleado principalmente para asuntos morales, con una estructura formal bastante libre. En la senda de
Garcilaso, la estrofa castellana empleada para remedar el modelo latino es la lira, que fray Luis llevó a su culminación
con nuevos desarrollos. En menor medida, fray Luis también compuso elegías, canciones petrarquistas y varios sonetos.

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La métrica luisiana sigue la línea de Garcilaso. Los versos preferidos son el endecasílabo y el heptasílabo, aunque
ocasionalmente se vale del octosílabo de ascendencia castellana medieval. En cuanto a las estrofas, la más frecuente es
la lira, al lado de los tercetos encadenados, la estancia y la quintilla.

La prosa renacentisa
La prosa del siglo XVI recoge el legado de la Edad Media, pero también incorpora novedades llamativas, especialmente
en el ámbito de la ficción. Cabe destacar de entrada un cambio en la estética literaria que excluye del dominio artístico
un conjunto de modalidades que en las centurias anteriores sí se consideraba literatura: la prosa técnica. En el s. XVI, el
carácter puramente utilitario de los libros de leyes, de astronomía o de cetrería, cultivados desde tiempos de Alfonso X,
pierden paulatinamente la pátina artística con que habían nacido. Se siguen componiendo, pero, desde ahora, quedan
ya al margen de la creación literaria.

En cambio, la historiografía sigue considerándose literatura ¾y así ocurrirá hasta principios del s. XX¾, y, por ello, las
obras de historia son compuestas con esmero artístico y son leídas, además de como fuentes de información, como
objetos estéticos

Las poliantenas son las enciclopedias de la época donde se recogen acontecimientos de diferente naturaleza y
conceptos distintos. Por su carácter se convirtieron en las fuentes de los dramaturgos. Eran las "Wikipedia" de la época
y servían para completar una imagen, desarrollar temas en sus obras ... Tratan temas variados.

La prosa didáctica y religioso-moral


Prosa religiosa o espiritual

Desde el punto de vista religioso, el siglo XVI fue un período especialmente rico, con nuevos planteamientos religiosos
como la Reforma luterana, el erasmismo y corrientes espirituales afines y la Contrarreforma.

La doctrina cristiana y sus nuevos matices, para afirmarse o difundirse entre el vulgo, discurre a través de nuevas
formas literarias.

La prosa espiritual del s. XVI había discurrido por los caminos de la ascética y la mística. Algunos autores especialmente
destacados son:

● Santa Teresa de Jesús (1515-1582), con El castillo interior o Las moradas (1588) (descripción de los siete
grados o «moradas» de oración del alma para alcanzar la unión con Dios)

• Fray Luis de León (1527-1591), además de gran poeta, fue un apreciable prosista ascético y exégeta ‘comentarista’
bíblico. Sus escritos más influyentes en el s.XVI son La perfecta casada (un breve manual femenino para el matrimonio)
y De los nombres de cristo.

El diálogo: Es un género de origen antiguo, empleado para la prosa de asunto filosófico y didáctico, que en el s. XVI
renace a partir de los viejos modelos grecolatinos, renovados con enfoques de los nuevos tiempos. La principal
característica del género es formal: el diálogo de los personajes articula el discurso. En cuanto a los contenidos, tiende a
cuestiones de tipo filosófico y moral, enfocadas bien seriamente, bien desde una perspectiva satírica.

● Juan de Valdés (h. 1490-1541), hermano tal vez gemelo de Alfonso, es otro destacado cultivador del diálogo
influido por el pensamiento de Erasmo. Así, su Diálogo de doctrina cristiana (1529) es una especie de
catecismo erasmista. Su obra más estudiada, de máximo interés filológico, es el Diálogo de la lengua (1535-

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1536), un manifiesto lingüístico y literario que propone como ideal de habla y de estilo escrito un registro
natural, alejado de artificios, en boga durante el s. XVI.

Prosa epistolar
La epístola o carta es una modalidad de comunicación actualmente casi extinguida, a manos de internet y los teléfonos
móviles. Sin embargo, hubo un tiempo en que, además de instrumento de comunicación imprescindible, la epístola fue
un verdadero género literario.

En efecto, la epístola o carta literaria es una tradición de raíz antigua, que en la Roma clásica había tenido sus hitos.

Misceláneas: Una miscelánea es una obra en la que se tratan cuestiones varias e incluso inconexas, que no alcanza el
grado de amplitud y sistematicidad de la enciclopedia: en la selección de los materiales no hay un criterio uniforme; por
el contrario, el autor de las misceláneas atiende materias que le interesan, sin preocuparse por su trabazón lógica. Sus
títulos suelen acogerse a términos, a menudo de marcada raíz grecolatina, que subrayan este carácter de cajón de
sastre: silva, poliantea, florilegio, jardín, oficina, tesoro, teatro… Como instrumento para el estudio de la literatura de su
tiempo, estas obras son utilísimas por la gran cantidad de datos que albergan, y por su extraordinaria difusión, que
incluía entre sus lectores a los poetas y prosistas coetáneos. A este subgénero de la miscelánea pertenecen dos
curiosas e interesantes obras del período:

● Pedro Mexía (1497-1551), Silva de varia lección (1540-1551). El propio título subraya el carácter misceláneo
del escrito, que se ocupa de cuestiones de lo más diverso: ciencias naturales, historia y biografías, geografía,
artes y letras, filosofía moral, leyendas, curiosidades y fenómenos insólitos y origen e invención de las cosas.

La ficción y sus subgéneros


La prosa del tiempo de los Reyes Católicos había aportado ya una prosa de ficción desprovista de elementos didácticos
fundamentales. Por este camino, las letras del s. XVI enriquecerán este legado de la narrativa como mero divertimento
lector.

Como a finales del s. XV, la nueva narrativa del Quinientos destaca principalmente por su inverosimilitud: personajes y
acciones e incluso la técnica narrativa rechazan planteamientos creíbles; antes bien, el exotismo de las historias, los
tiempos y los lugares del relato, localizados en una cronología y unos espacios fantasiosos, son convenciones inherentes
a los diversos subgéneros. No obstante, a mediados del s. XVI aparece una obra novedosa, el Lazarillo de Tormes, que
rompe con los planteamientos inverosímiles y, junto con la Celestina, instaura la verosimilitud y el realismo literario en
nuestras letras.

Los libros de caballerías


Son un subgénero de origen medieval, que durante el s. XVI experimentan una notable evolución, hasta constituirse en
uno de los grandes éxitos editoriales del tiempo.

El modelo de esta renovación del libro de caballerías lo constituye Garci Rodríguez de Montalvo, que, partiendo de una
obra bien conocida desde el s. XIV, el Amadís, refundió y completó su contenido, y le añadió las aventuras de

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Esplandián, hijo de Amadís. De acuerdo con las ediciones conservadas, la obra se imprimió en 1508, aunque es posible
que hubiera estampas anteriores.

Los libros de caballerías desarrollan ficciones idealizadas e inverosímiles de asunto aristocrático, en sus vertientes
militar y amorosa. Gentiles caballeros y hermosas damas pueblan un mundo maravilloso, acuciados también por
malvados hechiceros, gigantes y dragones demoníacos. De acuerdo con lo conservado, entre 1508 y 1608 se publican al
menos cincuenta relatos de esta especie, algunos extensísimos.

En 1605, el Quijote, parodia que ridiculiza este subgénero, le asestará el golpe de gracia: desde entonces, pocos autores
se atrevieron a continuar una tradición superada y poco a poco olvidada por los lectores.

La picaresca y el Lazarillo de Tormes


En el marco de la narrativa de ficción del Renacimiento, el subgénero más destacable, tanto por sus valores estéticos
como por su influencia en las letras venideras, es la picaresca. La narración picaresca es un relato de ficción,
generalmente en primera persona, de los hechos de un antihéroe marginal, el pícaro, que se las ingenia para malvivir
en un mundo inhóspito. Son también características de este protagonista el afán de medro, trabajar al servicio sucesivo
de varios amos y estar sometido a los vaivenes de la fortuna. Pero la nota más destacable, novedosa en el espectro
narrativo castellano, es la verosimilitud del relato, frentes a los libros de caballerías, la narrativa pastoril, etc., que
condiciona la propia estructura narrativa.

Lazarillo de Tormes
El proceso se inicia en nuestras letras con La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades. En el curso
de 1554, casi simultáneamente, aparecen cuatro ediciones en tres imprentas castellanas y otra flamenca, también
dentro del imperio de los Austrias . Esto apunta a una edición previa, de la que hoy se desconocen ejemplares,
estampada hacia 1552 o 1553. Después se reedita hasta que en 1559 el Lazarillo es prohibido por el Index del inquisidor
Valdés, debido a su contenido anticlerical. En 1573 se autoriza de nuevo su publicación, pero con el texto expurgado o
censurado, si bien fuera de España se imprime en ediciones íntegras (Milán, 1587; Amberes, 1595; Bérgamo, 1597).

La obra se presenta como carta autobiográfica dirigida por Lázaro a un anónimo «vuestra merced», a quien refiere su
nacimiento, infancia y juventud hasta casarse y conseguir el puesto de pregonero. Tradicionalmente se ha justificado la
anonimia de la obra por la marcada orientación anticlerical del relato, que el autor no se atrevería a asumir en nombre
propio. Se han propuesto diversos nombres para este autor real, entre quienes los más plausibles son Juan de Ortega y
Diego Hurtado de Mendoza. Pero hay otra explicación inmanente de la anonimia: la verosimilitud del relato se lleva a
tal extremo que el libro se presenta como escrito por Lázaro, para contribuir a la ilusión de realidad del lector. Esta
justificación de la narración y de la causa misma del relato es propia de la novela moderna, de la que el Lazarillo es obra
precursora.

Editorialmente, las viejas estampas del Lazarillo dividen la obra en un prólogo y siete tratados o capítulos (uno por cada
amo), encabezados por epígrafes no siempre precisos. Por ello, es posible que esta segmentación sea adición del primer
impreso, de acuerdo con la costumbre editorial del tiempo, y que originalmente, como carta, el discurso estuviese
presentado sin capitulación. (se dice que originalmente la obra era una carta, sin ningún tipo de capítulos o tratados,
sino que estos se añadieron después de la censuración)

Estructuralmente, el relato central es una analepsis o flash back, en donde se distinguen dos secciones: el paulatino
hundimiento de Lázaro en la miseria (tratados I a III), seguido de los casos de Lázaro como pícaro experimentado, que
consigue salir relativamente a flote mediante su ingenio (tratados IV a VII).

El estilo del Lazarillo, implica un registro sencillo. Esta selección estilística es decorosa y verosímil: Lázaro nace en una
familia humilde, pero recibe una cierta instrucción literaria del ciego (gran narrador de historias), del hidalgo (que
cortejaba a las damas a la manera cancioneril) y los clérigos (que en la época supervisaban la educación de sus pupilos)
De esta manera, el registro verbal de Lázaro es creíble. Solo el «Prólogo» resulta excepcional por su estilo más

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artificioso, probable ironía del autor real, que pinta a un Lázaro ansioso por alcanzar la fama literaria con su magra
autobiografía.

El sentido de la obra, más o menos teñido por la ironía, es uno de los aspectos más controvertidos. Para un sector de la
crítica, el Lazarillo es una obra de crítica social —contra los malos sacerdotes, contra los hidalgos presuntuosos o
incluso contra la sociedad estamental—; para otros, sin más, es un escrito cómico que persigue la risa del lector a partir
de las grotescas desventuras del protagonista.

La obra es ciertamente ambigua, tal vez deliberadamente ambigua: en el «Prólogo», Lázaro habla de dos tipos de lector
—el que profundiza y obtiene mayor agrado (al comprender el trasfondo de la Historia) y el que se deleita sin ahondar
demasiado (y se contenta con reír), que coinciden con las dos principales interpretaciones críticas. La raíz del problema
hermenéutico está en el «yo protagonista» del relato: ¿es Lázaro un narrador fidedigno, es decir, un portavoz válido de
la ideología del autor, o un narrador no fidedigno, un iluso ridículo cuya historia no comporta ninguna enseñanza? El
caso es que la «cumbre de toda buena fortuna» de Lázaro es vivir como pregonero (un oficio considerado infamante en
el s. XVI), casado con una mujer a todas luces amancebada con un arcipreste, esto a sabiendas de Lázaro. Con todo, la
interpretación sigue resultando ambigua: si Lázaro es un necio que no advierte su propia situación, la obra difícilmente
albergará crítica social, sino una burla contra el pretencioso protagonista; pero si Lázaro es consciente de todo —más
lógico, pues es un avezado pícaro—, actúa como un cínico conocedor de los males de la sociedad, y por tanto su
denuncia es válida.

5. El desarrollo del teatro en el Renacimiento


•A lo largo del s. XVI, el teatro castellano experimenta un sobresaliente desarrollo, manifiesto en variadas modalidades.
Como es lógico, algunos moldes continúan los usos del s. XV, a saber, el teatro religioso y el teatro palaciego, en las
líneas inauguradas por dos dramaturgos que vivieron y escribieron a caballo de los siglos XV y XVI, Juan del Encina y
Lucas Fernández. Pero este panorama se enriquece con nuevos desarrollos renacentistas: el teatro popular, el teatro
escolar y la tragedia.

Teatro religioso

Está constituido por obras representadas en los templos, por lo general en épocas de culto especialmente señaladas, la
Navidad y la Semana Santa. Durante el s. XVI, además de los propios sacerdotes y predicadores, las cofradías cobran
una gran importancia como promotoras del arte escénico de asunto religioso.

La más célebre colección de esta clase de obras, conocida como Códice de Autos Viejos, se conserva en la Biblioteca
Nacional. El contenido, de 96 piezas, es bastante variopinto: vida de Cristo, piezas marianas, hagiografías, episodios y
bíblicos. Domina el enfoque teológico-doctrinal y piadoso, pero también hay piezas satíricas.

Teatro cortesano

El teatro profano fue de constitución más tardía, en los ambientes palaciegos y estudiantiles, pero ya estaba
consolidado en el s. XV. Durante el Cuatrocientos, trata asuntos amorosos, pastoriles o burlescos; en el s. XVI se
amplían los temas a materias clásicas y mitológicas, y al costumbrismo. Impulsado por la nobleza y la corte española,
representado en palacios y espacios cortesanos. La naturaleza y los jardines van a tener una gran importancia en
cuanto a la representación teatral del S.XVI. Los más destacados cultivadores del nuevo teatro palaciego fueron: Gil
Vicente y Bartolomé Torres Nadespud.

Teatro popular

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Los corrales de comedia surgen a finales del s. XVI y estan pensados para la representación teatral. Hoy en día aún se
conservan algunos. Mujeres y hombres estaban separados, en el patio estaban los mosqueteros, en los laterales las
clases más nobles y en la parte trasera las mujeres. A veces el rey también miraba la obra, pero en un lugar donde no
era visto.

Debajo de los escenarios se encontraban los vestuarios (también se podía acceder por los nichos). En el escenario había
una trampilla llamada cotillón, para hacer "efectos especiales" (fuego falso, ráfagas de viento...)

En principio, el destinatario del teatro profano fue básicamente el cortesano (Teatro comercial, abierto a toda la
sociedad). Pero en el s. XVI se busca también otro tipo de público, el público plebeyo, cuyos gustos más llanos
condicionan la obra de los dramaturgos. Esta modalidad nace en Italia, y desde 1525 llega a España de la mano de
compañías ambulantes italianas que recorren la Península. Su repertorio estaba conformado tanto por piezas
previamente escritas como por piezas improvisadas, las llamadas «commedie dell’arte».

El nacimiento de la tragedia española (adaptación de la clásica) tiene varias partes:

- Un prólogo y con un carácter introductorio que ayudaba a captar la atención de la pieza.

- Dividido en 5 actos.

- Se tratan asuntos ext raordinariamente patéticos que van en contra de las reglas → tragedia de horror. (Marca el
nacimiento de la tragedia s.XVII → encabezado por cope y Calderón.)

- Se rompe el ideal de verosimilitud.

A imitación de estos modelos italianos, Lope de Rueda († 1565) crea la primera compañía teatral española, con la que
recorre Castilla con gran popularidad. Se representaban tanto obras italianas traducidas como creaciones propias de
Rueda. En el s.XVI y XVII hubo unos nobles que protegieron las actividades de los dramaturgos.

Teatro escolar

En el extremo opuesto al teatro popular, hay también un teatro estudiantil, cuyo destinatario es un público culto,
letrado. Esta vertiente teatral busca sus modelos en la tradición dramática grecolatina, así como en la tradición ibérica
inaugurada por la Celestina.

La universidad fue uno de los ambientes de este teatro escolar, pues estas piezas tenían una finalidad docente, y
constituían una actividad más de la formación humanística de los estudiantes. De hecho, las actividades teatrales
estaban reguladas en los propios estatutos de las universidades.

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En algunos casos, hay constancia de que estas obras se representaron en sentido estricto. Otras veces se destinaban a
la simple lectura dramática, el teatro leído. Dadas sus aspiraciones eruditas, los textos estaban a menudo en latín, pero
el castellano fue cobrando terreno poco a poco. Por ejemplo, Juan de Mal Lara compuso una Comedia Locusta (1548)
inicialmente en latín, pero pronto vertida al castellano.

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TEMA 4. S.XVII EL BARROCO

El Barroco hoy en día, no llega al español hasta el S.XIX

El Manierismo hace referencia a los imitadores de Miguel Ángel (de forma despectiva)

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