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EL IMPACTO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LAS RELACIONES

INTERNACIONALES
INTRODUCCIÓN
La inteligencia emocional se ha convertido en una habilidad necesaria para el buen
funcionamiento de la persona, una habilidad que le proporciona conocer sus estados
emocionales, pensar las emociones y comprender y controlar sus respuestas emocionales y de
comportamiento.
A esta moda de las emociones se suma el hecho de que cada vez más en los periódicos, en la
televisión, en las conversaciones, surjan comentarios sobre fenómenos violentos o trágicos
(como el suicidio), en donde la persona actúa sin conocer la causa y después se arrepiente de
lo realizado y no entiende cómo pudo efectuar esa conducta. Fenómenos como el tema del
bullying, del acoso o agresión hacia compañeros de escuela o en el grupo de iguales; que
denigran a otra persona y se publican en algún portal de internet, son hechos que se van
presentando en la sociedad. Sumado a este hecho, se encuentra la vulnerabilidad de la
identidad en el adolescente, el cual en muchas ocasiones se encuentra desorientado, sin saber
qué hacer, con quién hablar, con incomprensión de sí mismo tanto de cómo es o de lo que
siente y desea. Estas situaciones corresponden a los fenómenos psicológicos de autoestima y
autoconfianza, pilares fundamentales del ser humano, ya que ellos configuran la funcionalidad
del individuo.
En esta interacción con los otros se encuentran los grupos de personas de la misma edad y,
además, en el caso de los adolescentes, el grupo de padres. De esta forma, el contexto de
interacción está formado principalmente por las relaciones interpersonales con los iguales.
ANTECEDENTES
En una sociedad tan compleja e interdependiente, la ejecución del trabajo implica un sutil
juego de interrelaciones cooperativas y competitivas, que requiere una adecuada conducción
con la finalidad de regular dichas relaciones para lograr que cada persona contribuya con lo
mejor de sí misma.
Las relaciones interpersonales son un aspecto central del ejercicio profesional y laboral en el
ámbito organizacional, ya que gran parte del tiempo que se dedica a cada jornada de trabajo,
se tiene que interactuar e interrelacionarse con otras personas de nuestra unidad o área de
trabajo como superiores, compañeros, colaboradores, clientes y proveedores, etc., dichas
interacciones constituyen el eje central en el cumplimiento de las responsabilidades y en el
logro de las metas y objetivos. De hecho, las interacciones personales manifiestan entre otras
cosas las ideas, capacidades, competencias, valores y características personales de los que
intervienen, definiendo una forma particular de comportamiento que demuestre su
competencia laboral, adaptando su conducta a las normas y políticas organizacionales.
Es necesario entonces ajustar la conducta al entorno, para lo cual se requiere contar con los
conocimientos, capacidades, destrezas y actitudes que orienten a saber qué hacer para tener un
comportamiento eficaz en el contexto de dichas relaciones interpersonales, aspectos que
determinarán las metas y propósitos.
La inteligencia emocional se convierte en el punto clave que promueve a que las relaciones e
interacciones se realicen con éxito y además resulten beneficiosas para todas las partes
involucradas, aminorando la presencia del estrés y aspectos negativos como la ansiedad, la ira
y la depresión.
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA
Las capacidades de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial exceden las capacidades
humanas. Las habilidades de procesar inmensas cantidades de información y tomar decisiones
con precisión son claramente mayores a las habilidades del capital humano, con costos,
necesidades y errores mucho menores. Un empleado promedio requiere un salario, descanso,
prestaciones y derechos laborales, mientras que el capital tecnológico presenta mayores
beneficios sin ninguno de los costos. Consecuentemente, se viene generalizando un temor por
el reemplazo masivo de trabajadores.
La principal preocupación social sobre la adopción de nuevas tecnologías en los modelos de
trabajo es que los robots vengan a tomar el trabajo y sostenimiento de muchas familias. La
implementación de la inteligencia artificial en el sector privado y productivo no significa
necesariamente un robot reemplazando un operario humano, puede ser también un algoritmo
ayudando a organizar y maximizar los puestos de trabajo de estos operarios. Los avanzados
sistemas de toma de decisiones y análisis de datos pueden ser también una herramienta para
organizar la demanda y la oferta laboral.
La posibilidad de la automatización de ciertos empleos es real y es evidenciada por casos ya
presentados anteriormente. Sin embargo, no es motivo de preocupación. Pues numerosos
empleos del pasado ya no existen desde hace tiempo debido a los avances tecnológicos, y
muchos puestos de la actualidad no existían hace unos años atrás. La implementación de
nuevas tecnologías trae consigo la transformación de la demanda laboral y la migración del
capital humano hacia nuevos empleos, no la eliminación de estos.

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