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Until I Disappear KookV.

by taeofkook

Necesito que me recuerdes antes de que desaparezca, TaeHyung.

menciones: namjin, yoonmin, mintae.


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taeofkook © 2016 - 2017.


soundtrack

001. hurt, exo.

002. one shot, bap.

003. three words, sechskies.

004. butterfly, bts.

005. empty, winner.

006. beside me, davichi.

007. reset, tiger jk.

008. i give you galaxy, bolbbalgan4.

009. time boils the rain, wu yi fan.

010. spoiler, epik high.

011. but, winner.

012. coma, bap.

013. miracles in december, exo.

014. love that doesn't work out for me, bolbbalgan4.

015. promise, exo.

016. heaven, ailee.

017. beautiful liar, vixx.

018. 12:30, beast.

019. voicemail, bap.

020. love is to give, davichi.


021. you are, pentagon.

022. don't go, exo.

023. sentimental, winner.

024. i remember, bap.

025. hold me tight, bts.

epílogo. one in a million, twice.


Until I Disappear.

JungKook está muerto, o algo así.

TaeHyung no supera su muerte, lo necesita demasiado.

JungKook no soporta verlo mal.

NamJoon le da la oportunidad a JungKook de bajar a la tierra, con el inconveniente de


que será borrado de la memoria de todos sus seres queridos.

JungKook ahora es el ángel guardián de Kim TaeHyung. Sólo él podrá verlo y tocarlo.
Pero JungKook no tendrá mucho tiempo antes de desaparecer de nuevo, y la única
forma de que él vuelva a la vida sea con TaeHyung recordándolo.

"Entonces, ¿no recuerdas a un tierno y lindo chico con dientes de conejo?" El


azabache pregunta, rezando en su interior por que la respuesta final sea afirmativa.

"No."
"Mierda."
c.-001

El pelinegro observa a su fiel acompañante, con una triste sonrisa invadiendo su


rostro a través de la blanca nebulosa que los separa. Cuanto daría ahora mismo por
poder ser él quien limpie esas amargas lágrimas y no ese estúpido y perfumado trozo
de papel.

Mañana harían tres meses exactos desde que él abandonó el mundo terrestre y
comenzó a habitar en el lugar que todo el mundo juraba ser celestial, donde las
personas encontrarían la paz luego de cerrar finalmente los ojos por y para siempre.
Pero Jeon JungKook podía jurar que eso era una mera mentira más de muchas. El
lugar era pacifico, pero reinaba la agonía y la impotencia. Veías como gente inocente
cada día ingresaba al lugar, dejando atrás a personas, metas y sueños que tal vez lo
eran todo para el sujeto. Y que tal vez, por culpa de una enfermedad, un mal acto, un
fallo corporal o tal vez por alguien que no debería de conducir del modo en que lo
hacía, arruinó su vida completamente.

Y ese era su caso, JungKook había sido cruelmente atropellado por alguien que no se
encontraba en sus siete sentidos, había perdido la vida bajo las llantas de un
automóvil y había abandonado al chico que alguna vez más amó en toda su vida.

Y ahí se encontraba, observando como el castaño se ahogaba a sí mismo en un mar


de lágrimas un día más. Y sin poder hacer nada para evitarlo.

Su superior, Kim NamJoon, quien llegó allí hace ya doce años, por culpa de un
demente que se coló en el banco donde él era gerente y arremetió contra él las siete
balas que llevaba su arma, se acerca cautelosamente a él. Él más que nadie sabe lo
mal que debe sentirse el pequeño.

"Hey Jeon, ¿cómo te encuentras?" pregunta llegando a su lado en cortos pasos.

"Muerto." su respuesta suena fría, indiferente. Pero, ¿qué más se puede esperar de
un ser sin vida, sin alma?

"Vamos muchacho, anímate." El mayor palmea levemente su hombro. La calidez que


ese hombre emana hace que JungKook esté cada vez más seguro de que hay una
terrible y exagerada de personas inocentes que no merecen estar ahí.

Jeon deja escapar una amarga sonrisa. "¿Cómo te sentirías tú si vieses a la persona
que amas sufrir por ti, pero tú no puedes hacer nada porque es imposible? Esto es
una mierda, NamJoon."

"No eres el único que está pasando por lo mismo, JungKook."

El muchacho asiente, él sabe que jodidamente no es el único allí.

"Lo sé, puedo escuchar a Byron llorar todas las noches porque él extraña a su
mamá."

Ese era un pequeño americano de unos cuatro años de edad, quien había pasado dos
de ellos luchando contra el cáncer, y muy lastimosamente, había perdido la batalla.

La vida era jodidamente cruel e injusta.

JungKook miró nuevamente al frente, observando la escena de su amado TaeHyung


jugueteando a través de sus lágrimas con esas bolitas de pelos que hacía ya tres años
habían nacido.
Finalmente, el menor se levanta del bordillo. "No puedo seguir viendo esto."

Comienza a alejarse, y NamJoon lo mira con ojos tristes. Su corazón se parte un poco
más al ver a su cuñado sufrir tanto, y aún más ver como cada día, sin excepción, el
inmaculado rostro de su hermano se plaga de lágrimas. Pero eso es algo que
JungKook no sabe, y tendrá que seguir de ese modo.

"¡Jeon, espera!" vocifera su superior, frenando en seco los pies del susodicho. Una
vez que el menor se gira de nuevo, NamJoon toma una fuerte respiración antes de
decir: "Hay una forma en la que puedes volver."

Tan sólo espera que su castigo no sea tan malo, y tal vez, solo tal vez, esta vez sí
salga todo bien.
c.-002

Jeon frunce el ceño ante las palabras de su superior. "¿Una forma? ¿De qué es lo que
estás hablando exactamente?"

NamJoon aclara su garganta, preparándose a sí mismo mentalmente para soltar las


siguientes palabras.

"Existe una forma en la que tú... uhm, puedes bajar a la Tierra de nuevo, pero nunca
suele ser muy efectiva." explica el más mayor con un tono apacible. Sabe que
JungKook es un hombre inteligente, pero aun así hay un porcentaje demasiado bajo
en el que él entienda a lo que éste se refiere.

No es que hubiese una gran cantidad de personas que volvieron a su lugar original y
salieron exitosos, más bien sólo uno lo consiguió, los demás tardaron realmente poco
en ser llevados de nuevo hasta el lugar de los arcángeles, fallando en el intento de
ser recordados.
"Explícate, NamJoon," JungKook pide trastabillando con sus propios pies hasta llegar
junto su mayor, quién lo observa escépticamente, percibiendo como el pelinegro se
encuentra un tanto nervioso e impaciente porque él hable de nuevo. "¿Qué es eso de
volver?"

"De acuerdo, JungKook" NamJoon resopla, carraspeando en el proceso "Hay un modo


en el que tú puedes bajar a la Tierra y hacerte visible frente a ese chico." Comienza,
pero antes de que incluso JungKook pueda atiborrarle a preguntas, él sigue hablando,
quitando un poco su ilusión. "Sin embargo hay un gran inconveniente en el camino."

"¿Cuál es?" dudoso, el menor pregunta.

"Sólo él podrá verte, escucharte y tocarte."

"¡Eso es genial, Namjo-" un emocionado Jeon exclama, casi saltando del suelo, pero
el de cabello rubio prosigue con su explicación, interrumpiendo al chico en el proceso
de la acción.

"Y," resalta "serás borrado completamente de su mente, pero no sólo de la de


TaeHyung, si no de la de todos tus seres queridos."

JungKook se queda paralizado ante esas palabras, por unos cuantos segundos, lo que
incita al contrario a seguir hablando, dando casi por finalizada su explicación.

"Si bajas, será cómo si nunca hubieras existido para ellos, JungKook. Nadie te
reconocerá."

El nombrado mantiene la mirada baja por unos segundos más, en los que tiene un
debate mental consigo mismo sobre aceptar la respuesta y finalmente reencontrarse
con un TaeHyung que no tendrá idea de quién es, o quedarse ahí arriba observando
como el gran amor de su vida se mantenía triste y decaído por él.

Sube la cabeza, encontrándose con los ojos expectantes del hombre frente a él, quién
tiene una expresión de pura preocupación en su rostro. No es un secreto que
NamJoon trata a Jeon como un hermano pequeño, porque en realidad eso es todo lo
que puede hacer luego de que su verdadero hermano, TaeHyung sufra diariamente
por él.

Pero una vez más, eso es algo que JungKook no tiene por qué saber, y en caso de lo
contrario, es algo de lo que tardará en hacerse saber.

Dando un profundo suspiro, el menor finalmente dice: "Lo haré."


"¿Estás seguro?" NamJoon quiere saber, dado que si esa es su respuesta definitiva, él
tendrá que realizar todo lo posible para que el regreso de JungKook a la Tierra sea lo
más llevadero posible.

"Lo estoy, completamente" asiente, "Una cosa, Nam. ¿Cómo es que no le diste la
misma solución a Byron? Quiero decir, él es apenas un crío."

"Byron murió por causas de la vida propia, Jeon." explica el mayor "Él no estaba
destinado a sobrevivir mucho más tiempo, tuvo el tiempo suficiente como para
despedirse de aquellos que lo querían, más no lo tuvo como para hacer todo aquello
que su mente infantil se propusiese. Pero eso es algo en la que yo ya, no puedo
ejercer ninguna autoridad. Sin embargo tu caso es diferente, lo tuyo fue de
imprevisto, y eso significa que puede existir una segunda oportunidad."

El ceño de JungKook vuelve a fruncirse, sin apenas entender nada. "¿Una segunda
oportunidad?"

"Si tú consigues que tu protegido—en este caso, TaeHyung—te recuerde, tienes la


posibilidad de vivir de nuevo. Pero si en menos de tres meses él no recuerda nada
sobre ti, tendrás que volver aquí y ya no podrás bajar nunca más."

Su corazón comienza a martillar duramente contra su pecho, aunque es algo irónico


puesto que éste hace mucho que dejó de latir por causas meramente injustas de la
vida. Si eso de la segunda oportunidad funcionaba, entonces, ¿él volvería a vivir de
nuevo?

"Lamento informarte que, es algo muy poco común el que te recuerden, JungKook."

Pero los porcentajes bajos nunca fueron un impedimento para Jeon JungKook, alguien
que enamoró a un chico cien por cien hetero, que construyó una casita para perros
con un sólo brazo debido a que el otro tuvo una fuerte lesión y que devolvió la sonrisa
a un rostro demacrado y demolido.

Sabía que era difícil, que tal vez no lo conseguiría. Pero no imposible, sin embargo. Y
todo merecía la pena si eso traía como final el volver a tener a Kim TaeHyung entre
sus brazos.

Por eso, con una pequeña sonrisa, asiente hacia NamJoon "Vale la pena, NamJoonie."
murmura el pelinegro, formando puños con sus manos, en un acto de nerviosismo
"Hazlo. Llévame de vuelta a la Tierra."
c.-003

Sólo un par de minutos más bastaron para que todo a su alrededor se volviese
blanco, rodeando pacíficamente de una nebulosa espesa, que impedía ver todo
aquello que tenía rodeándolo.

Siente como su ligera anatomía es suavemente golpeada por el viento el paso de los
segundos, como si se encontrase cayendo por un agujero negro con una suma
lentitud, para luego, incluso antes de que pudiese tomar un respiro, la velocidad de
su cuerpo cayendo a la nada aumentase y su espalda terminase por impactar con una
superficie blanda.

Completamente aturdido, JungKook mira a su al rededor con un leve ceño fruncido en


su rostro. ¿Qué demonios había sido aquello que ocurrió en un transcurso de tiempo
malditamente corto?

Ni conoce el lugar dónde se encuentra, pero puede observar como una pequeña y
mullida cama se encuentra bajo su espina dorsal, dándole a entender rápidamente
que se encuentra en una habitación total y completamente ajena ante sus ojos.

Pero no es hasta que la grave voz de NamJoon se cuela vagamente por sus oídos,
causándole un leve asombro y un enorme escalofrío que lo trae de vuelta casi de
inmediato a la realidad.

"Jeon, muchacho." NamJoon lo llama, insistentemente. "¿Mis cálculos fueron exactos


y caíste bien?"

JungKook se soba el trasero, un poco entumecido por la repentina y levemente brusca


caída.

"Depende de cual fuese el lugar donde querías que mágicamente aterrizase."


responde el menor con un deje de molestia tras sus palabras.

Joder, ¿de verdad había bajado a la Tierra? Esto era absolutamente increíble.

"Estás en la habitación de tu amado desconocido."

Los ojos del pelinegro se apresuraron a abrirse con un notorio asombro, dándole una
mirada más profunda al lugar a su alrededor. ¿Esta era la habitación de TaeHyung?

"Probablemente no la reconozcas." vuelve a hablar su mayor, "Pero eso es porque él


tenía esta habitación antes de conocerte."

A pesar de que sabe que está siendo visto desde arriba, JungKook asiente, cayendo
fácilmente de nuevo sobre el colchón. Recuerda vagamente cuando Tae a principios
de su relación mencionó por encima el lugar donde vivía previamente antes de
mudarse con él.

Entonces, una duda existencial pasa por su cabeza de inmediato.

"Nam," lo menciona "¿este momento es lo suficientemente atrasado como para que el


hermano de Tae siga vivo?"

Un incómodo NamJoon se remueve ante la inesperada pregunta, el suspiro colándose


por el conducto auditivo del más pequeño, llegando a estremecerlo de una forma muy
breve.

Al ver que no contesta, vuelve a mencionar su nombre con suspicacia. "¿NamJoon


hyung?"
"No, JungKook." responde finalmente. "No estás lo suficientemente atrasado en el
tiempo. Sólo un par de semanas antes de que ustedes se conozcan."

JungKook suspira, asintiendo de nuevo y comenzando a moverse por la habitación.

"Iré a familiarizarme un poco con la casa."

"De acuerdo, muchacho. Recuerda que no tienes más de tres meses antes de
desaparecer completamente, trata de que el chico te recuerde."

"No me presiones, demonios." el rubio deja escapar una pequeña risa, producida por
el agobio que está instalado en el cuerpo del azabache. "Una cosa más. ¿Qué le digo
cuando aparezca y me vea?" inquiere con una mueca de confusión. "¿Por qué puede
verme, no?"

"Verte, oírte y tocarte, pero es el único, JungKook."

«Siempre lo fue», mentalmente añade.

"Y respecto a lo otro, di lo que creas más conveniente."

Convencido, Jeon cabecea nuevamente, captando el mensaje, y cuando nota que ya


no hay rastro presente de su superior, como un total experto comienza a pasearse
por la casa, escudriñando el lugar con ojos de halcón.

El pequeño apartamento consta de una diminuta habitación, un baño casi en


miniatura y una cocina-comedor que está separada de la sala principal con una
pequeña isleta.

Él siempre supo que su Tae nunca fue alguien de grandes recursos económicos, pero
su corazón se encoje cuando divisa que la nevera está prácticamente vacía. Aunque
tampoco es como si eso dura mucho, porque en el momento en que se incorpora, el
apartamento se ve inundado por el sonido de los engranajes notoriamente oxidados
de la cerradura, moviéndose, lo que indica que el dueño, y su protegido se encuentra
en casa.

A paso lento y dubitativo, JungKook se acerca al pasillo, observando como la puerta


se abre a duras penas y sintiendo como las manos enlazadas detrás de su espalda
baja chorrean en sudor.

Pero qué puto cerdo, ¿desde cuándo te pones tú nervioso?


Ah, cierto, desde que eres un tierno angelito que hace quince minutos estaba muerto
y está a segundos de reencontrarse con el amor de su vida que, tristemente, no lo
recuerda en absoluto.

Y el momento tan ansiado y esperado llega, cuando dándole la espalda al adentrarse


en el apartamento, para cerrar la puerta, ve otra vez al chico.

"¡Hola!" es todo lo que JungKook puede decir, asustando al contrario y provocando


que además de dar un pequeño respingo, también se caigan las bolsas que traía en
las manos.

"¡Ah! ¡¿Pero qué coño?!" el castaño que casi recibe un ataque al corazón, se gira para
enfrentar al hombre detrás de él, sorprendiéndose por una cabellera negra del mismo
color que los ojos ajenos. "¿Quién demonios eres tú y qué se supone que haces en mi
casa?" antes de que el pelinegro tenga tiempo incluso de hablar, TaeHyung sigue con
su pequeña acusación: "Si quieres robar algo, ve al piso de al lado, donde vive un
enano culón y su novio la almohada andante, éste último es productor musical,
seguro que tiene cosas de valor."

JungKook saca a relucir su tierna y brillante sonrisa de conejito.

"Tranquilo, no soy un ladrón." asegura.

"¿Entonces qué haces aquí?"

"Soy tu ángel guardián."


c.-004

Así que aquí lo tenemos y de esta forma. Un TaeHyung con el rostro tan
desconcertado como adorable. Pero, ¿cómo no lucir confundido con semejante
declaración? ¿Un «ángel de la guarda»? Por el amor de Dios, ¡eso sólo existe en
películas y libros!

TaeHyung deja salir una carcajada, y a pesar de que adoro el suave sonido de su risa,
ahora el desconcertado aquí soy yo.

"¿De... Qué te ríes?"

"¡Tú eres, sin duda, muy gracioso!" el castaño responde con una enorme sonrisa.
"¡Un ángel, dice!"
"Soy..." primera interrupción.

"Dime la verdad, ¿te ha enviado JiMin?"

"No, en reali-" segunda.

"¡Ese culo gordo del demonio! Seguro te ha visto la cara de chico lindo y ya piensa
que debemos casarnos." Wow, eso de casarnos no está mal para mí.

"Gracias por lo de lindo, pe-" ¡tercera!

"Le he dicho muchas veces que no necesito un novio" bien, bueno. Al menos podía
estar tranquilo de que justo ahora no tenía un interés en nadie. "Pero el niño sigue
insistiendo en que debo tener un novio y rehacer mi vida." «uh, si él no me
recomienda a mí, no le hagas caso». "¡Pues no!, me va muy bien la vida estando so-"
ésta vez, la interrupción es mía.

No quiero oír lo feliz que es TaeHyung sin una pareja, porque en eso nos tendríamos
que remontar a cuando nos conocimos y él insistía en que el amor no existía. Yo,
pensaba del mismo modo.

Pero entonces, puse mis ojos sobre él. Y mi opinión cambió completamente porque, el
amor estaba frente a mis ojos en forma humana, de carne y hueso, sonrisa cuadrada
y de nombre Kim TaeHyung.

"¡Oye!" alzo un poco la voz, tratando de llamar su atención de la única forma en la


que soy capaz ahora mismo.

Dando una maldita rabieta.

"¿Qué?"

"Déjame al menos acabar una sola frase." me quejo cruzando los brazos sobre mi
pecho. TaeHyung hace una mueca.

"Bien, de acuerdo. Habla." da un leve cabezazo hacia delante, invitándome a seguir


con mis palabras.

Ok, esto será difícil para mí. Puedo notarlo, sentirlo, jurarlo y verlo venir.

"Yo... Solía ser una persona especial para ti."


Antes de que pueda seguir, él habla otra vez. Maldición.

"¿Alguien especial para mí? Ni siquiera te conozco."

Bueno, yo totalmente trato de que eso no me duela pero, no soy de cartón piedra,
¿sabes? mi corazón se dobla un poquito y tengo que tragar duro para que el nudo en
mi garganta se disminuya un poco, de lo contrario no seré capaz de formular palabra.

"Déjame acabar, Kim."

"Omm... Vale."

"Un coche me atropelló, quitándome la vida de inmediato, ni siquiera la ambulancia


pudo llegar a tiempo para salvarme."

Es gracioso-irónicamente hablando, claro-como un frenazo pudo haberlo cambiado


todo, porque tan sólo pudo tratarse de un susto y yo aún sostendría a TaeHyung
entre mis brazos, pero lamentablemente no pudo ser así. El coche no paró, me golpeó
tan fuerte, lanzándome por los aires hasta que mi cabeza impactó con brutalidad siete
metros por delante.

Resulta una completa basura pensar en el «y si»; Y si yo no hubiera salido de casa, y


si no hubiese cruzado, y si hubiera frenado.

Si todo eso, no hubiese pasado, yo aún estaría vivo. Pero pasó, mi corazón dejó de
latir y ahora para TaeHyung soy un desconocido cuando solía serlo todo.

"¿Y... qué eras, ya sabes... mío?"

Tomo una profunda respiración antes de murmurar: "Tu novio. Yo era tu novio."

Y creo que no hay nada más-ni siquiera su "no te recuerdo"-que me duela tanto como
el hablar de nuestra relación en pasado. Como si todo lo que teníamos se hubiese
acabado por falta de amor, como si hubiésemos roto y nuestros corazones ya no
sintieran nada. Pero no, la jodida realidad era que él no me recordaba porque un hijo
de puta en la carretera decidió que era un buen momento para arrollarme con su
coche, y mi única solución para mantenerme cerca del amor de mi vida era
convertirme en un puto ángel sólo visible para él, sin tener un ápice de mis recuerdos
en su mente.

Tae abulta su labio inferior en una mueca. "¿Estás seguro de que no eres un
prostituto y JiMin te ha contratado para conquistarme?"

Joder, casi olvidaba la mente retorcida de TaeHyung.

"Cien por ciento seguro." Insisto " De hecho, tú eres el único en poder verme".

"Pero... Yo no te conozco, eh... ¿cuál es tu nombre?"

Aguanto la jodida presión en mi pecho, dándole una gran y falsa sonrisa. Vamos, yo
estaba al tanto de todo esto, había sido borrado de la mente de todos.

Y aunque para mí no era así, él concernía a todos.

"Lo sé, en realidad. Nadie puede recordarme ahora, básicamente porque era la
condición de bajar a la Tierra de nuevo. Tú puedes verme, sentirme y tocarme, pero
no recordarme. Sólo yo te recuerdo."

Y eso jode. Pero sobretodo, duele. Porque yo tengo los recuerdos, las canciones de
amor dedicadas, los lugares e incluso el característico olor de los crisantemos rosas
que tanto le gustaban, todo en mi cabeza. ¿Y él, qué tiene él? Nada.

"Wow... Eso es triste." él murmura.

"Más incluso de lo que puedes imaginar. Sin embargo es el pecio que debo pagar por
estar a tu lado."

Trato de ignorar el repentino tono carmín que sus mejillas han adaptado
adorablemente, pero se me hace casi imposible. Porque ver a Kim TaeHyung
sonrojado debería de ser una de las mayores maravillas del mundo-que para mí es la
segunda, después de su sonrisa-, así que no pasa desapercibido para mí en absoluto.

"E-Eso es lindo..." Pero no es lindo, sino que es la jodida verdad. Yo haría cualquier
cosa para permanecer junto a Kim TaeHyung, incluso si eso significase verlo siendo
feliz con otra persona que no soy yo. Incluso si eso lo tiene a él olvidándome
completamente.

Porque su felicidad es la mía, su sonrisa es mi sonrisa. Y su risa... su risa es el


mecanismo de mi corazón. Pero TaeHyung, él, es mi vida entera.

"JungKook." menciono.

"¿D-Disculpa?"
"Mi nombre es JungKook. Jeon JungKook."
c.-005

"Y... ¿qué quieres hacer, entonces?" Le pregunta al angelito sentado a su lado,


mantiene una pose tan recta que incluso hasta a él le duele la espalda con sólo de
verlo. "Porque imagino que te quedarás aquí."

El azabache parece dudar con su respuesta, sin embargo su voz no tarda mucho en
sonar.

"Si no te molesta..."

"¿Tengo opción acaso?"

Han permanecido sentados rodilla con rodilla por los últimos quince minutos en los
que JungKook ha seguido insistiendo en que era un ángel, concretamente, si ángel
guardián, no un nuevo plan de conquista que JiMin había trazado para eliminar la
soledad. Y a pesar de que él aún no se mantenía creyendo en sus palabras, había
dejado de mencionarlo.

"No realmente, pero prometo no ser una molestia para ti, TaeHyung."

El castaño se encoge de hombros, realmente no era una molestia tenerlo. Aunque era
extraño porque JungKook decía conocer todo de TaeHyung,-algo que le asustaba-
cuando él ni siquiera podía recordar su nombre de algún lado, a pesar de que le era
terriblemente conocido. Pero en cierto modo no era desagradable. TaeHyung siempre
ha estado acostumbrado a la soledad; crecer solo, vivir solo, comer solo, todo solo.
Suponía que un poco de compañía no le hacía mal a nadie.

"Lo malo es que... No tengo sitio en el que tú puedas dormir, YongGuk."

"Es JungKook" corrige con una pequeña sonrisa, luego ladeando la cabeza para
observarle mejor. "¿Dormir? Soy una persona que está muerta, estoy durmiendo todo
el tiempo."

Se carcajea un poco, y TaeHyung contrae la cara en una mueca que para él mismo
debe de ser la cosa más horrenda que sus ojos hayan podido ver, sin embargo
JungKook no le da importancia por lo que puede ver, porque su triste sonrisa sigue
intacta.

"¿Puedo hacerte una pregunta?"

"Ya lo estás haciendo" eleva una comisura, ladeando otra sonrisa burlona.

Se relame los labios, aún sintiendo la curiosidad palpando en sus venas. "Por favor."

"Claro, dime."

De acuerdo, tiene el permiso, ahora sólo necesita las palabras necesarias para ser lo
suficiente cuidadoso como para formular la pregunta, y...

"Cómo... ¿Cómo es estar muerto?"

Perfecto, eres tan cauteloso e indirecto que das miedo, Kim TaeHyung. Aunque por su
parte no obtiene la reacción que esperaba. Él creía que JungKook iba a sentirse
incómodo con mi pregunta, sin embargo ha carraspeado y se ha acomodado a su
lado. Lo cual es fantástico, porque pensaba que dentro de poco podría causarle una
tremenda tortícolis. Aunque no está muy seguro de que los ángeles puedan tener
problemas de espalda...

"Es... diferente de estar vivo." hombre, eso ya se lo esperaba, para ser sinceros. "La
gente lo asocia con dormir eternamente, supongo que es válido, pero no del todo.
Puedo sentir, ver y tocar a todo el mundo, lo cual es genial. Veo a las personas
diariamente correr de un lado a otro, hablando, gritando entre ellos. Sin embargo no
puedo actuar cuando va mal. Por ejemplo, puedo ver cuando alguien tiene un
accidente en bicicleta, de hecho incluso puedo hasta predecirlo, pero no puedo hacer
nada para evitarlo."

Wow, sin duda alguna eso debe de hacerte sentir impotente como nada más en el
mundo... TaeHyung piensa, él no podría vivir con eso. Pero, técnicamente no sería
vivir, porque estaría muerto... Demonios, ¿ni siquiera podría obtener tranquilidad en
la relajación eterna que suponía ser la muerte?

"Pude ver como el tipo de la morgue se largaba a comer donetes rellenos de


chocolate mientras mi cadáver se congelaba en los almacenes." ¿Ves? Eso debe ser
una completa mierda. ¿Ver como tu propio cuerpo se descomponía mientras un tipo
come sin cesar? Asqueroso. "También como mi mamá pedía un color bonito sobre mis
mejillas pálidas a la maquilladora sólo para que no pareciera más muerto de lo que
estaba, y ella colocó todo a la perfección en mi rostro, pero sin querer me puso
delineador en la frente."

"¿A los muertos le ponen delineador?" pregunta el castaño, con el ceño fruncido.

"Mi mamá lo quiso así" se encoje de hombros. "Me pusieron un tono rojito en las
mejillas porque tú solías maquillarlas así cuando practicabas conmigo, así que a ella le
pareció encantador."

Traga en seco, ¿lo maquillaba? Es extraño, porque hace tan sólo dos meses ingresó
en el curso de maquillaje y lo único que ha podido hacer bien es ponerle sombra azul
a YoonGi en la oreja y porque se movió dormido. Aunque lo que sí es cierto es que
adora el tono rojo en las mejillas paliduchas, le parece muy lindo y adorable.

"¿Era bueno maquillando?" inquiere con una muy palpable curiosidad.

JungKook vuelve a colocar una sonrisa aún más triste que la anterior en sus labios.

"Tae, pequeño, ¿qué estás haciendo?" el pelinegro preguntó al ver a su tierno novio
corretear de un lado para otro con una revista que recientemente había comprado en
el kiosco más cercano a su casa. Aparte de eso, el adorable castaño portaba una
brocha y un extraño potingue entre sus manos más un espejo portable.

El mencionado levanta la vista de la hoja en la que se había quedado." Estoy tratando


de aprender en qué dirección aplicar el rubor." Explicó mientras deslizaba suavemente
la brocha en el potingue ya abierto y lo llevó hasta su cara, pasándolo por su pómulo
y frunciendo el ceño en una clara frustración cuando vio que tomó más producto del
necesario y su mejilla había quedado como la nariz del mismísimo Rudolph ."¡No me
sale, maldita sea!"

JungKook ahogó una carcajada y se levantó del sofá para caminar hasta su pequeño
amante que sigue en su berrinche, besando su frente cuando ya lo tenía delante
suyo.

"Tranquilízate amor. Verás que con un poco de práctica logras conseguirlo."

"No soy bueno para esto, JungKook." se quejó el castaño haciendo un puchero" ¡Mira
mi ojito, parezco un oso panda!" Sólo entonces su pareja se fue consciente de que su
párpado superior estaba cubierto por un negro potente al inicio. "El maquillaje no es
lo mío, Kook" estuvo a punto de lloriquear como un bebé, bajando la cabeza hasta
que sus ojitos miran el suelo, pero el de cabellos ébanos colocó una mano en la
barbilla del amor de su vida, levantándolo con una pequeña sonrisa surcando en los
labiales cuando sus orbes chocan con las contrarias.

"TaeTae" lo llamó delicadamente, queriéndole transmitir todo el amor, ternura y


cariño que siente hacia él. "Cuando te conocí lo primero que me hizo enamorarme de
ti fue tu fuerza de voluntad, ¿sabes?"

TaeHyung hipó reiteradas veces. "Pe-pero..."

"Pero nada, bebé. No te des por vencido en algo que te gusta, sólo porque el primer
eyeliner no es tan perfecto como te hubiese gustado, o porque tu rubor parezca un
semáforo en rojo." carcajeó sin poder evitarlo cuando su pequeño lo golpea en el
hombro, fastidiado por la comparación. "Lo siento, lo siento. Tienes que seguir
intentándolo, ¿de acuerdo? Los grandes nunca se rinden."

Lo estrechó entre sus brazos, queriendo permanecer así eternamente, porque


JungKook sabe que si TaeHyung está a su lado, cualquier momento es bueno." Ahora
vamos a limpiarte la carita, y cuando acabemos quiero que me pongas el mejor rubor
que alguna vez alguien haya podido hacer, ¿entendido?

Un feliz y complacido TaeHyung sonrió. Él nunca se ha podido quejar cuando ha


querido hacer algo realmente y no tener apoyo, porque JungKook siempre se ha
posicionado a su lado, alentándolo en cualquier cosa. Por eso era que lo amaba tanto,
porque lo apoyaba sin importar las consecuencias, y cuando conseguía lo que tanto le
costaba, JungKook se convertía en su mayor fan, orgulloso de lo que lograba su
novio.

Esa noche, JungKook limpió suavemente el rostro del pequeño y adorable TaeHyung
con una toallita húmeda-sin alcohol, por supuesto-cuidando de lo lastimar sus ojitos
al frotarlos para quitar el eyeliner. Esa noche, TaeHyung se colocó en el sofá, entre
las piernas de su novio con una brocha limpia, el envase del potingue rojizo que
colocaría luego en las mejillas de su JungKook. Esa noche, fue la primera vez que
TaeHyung estuvo satisfecho a la hora de aplicar el rubor, porque fue la primera vez
que le salió casi a la perfección.

"¡Lo conseguí, Kookie!" exclamó felizmente, luego de observar su obra de arte en las
mejillas-ahora rojizas-de su novio, dándole un aspecto adorable al de cabellos ébanos
con ese tono en su rostro.

JungKook lo aplastó con ternura contra su pecho, sintiendo la calidez que emanaba el
diminuto cuerpo de su pareja. Estaba tan enamorado de él que incluso le dolía, pero
era feliz al fin y al cabo, porque TaeHyung es ese destello de luz del que su vida
carecía, sintiéndose totalmente completo al tenerlo junto a él.

"Sabía que lo conseguirías, mi amor."

TaeHyung frunce el ceño al ver la mirada perdida del ébano sentado junto a él,
levantando su brazo hasta posar la mano en el hombro contrario, sacudiéndolo un
poco para llamar su atención.

"Angelito, ¿estás bien?" sutilmente pregunta, algo preocupado.

JungKook cae en la cuenta de que todo lo que había pasado por su mente fue un
simple producto de su jodida y cruel memoria, queriendo recordarle dolorosamente lo
que habían vivido juntos y que nunca más ocurriría si el castaño no lo recuerda de
una vez por todas.

"Eh, s-sí..." balbucea con pesadez. Ese recuerdo ha atormentado un poco más su
esperanza. "Estoy bien, sólo recordé algo, lo s-siento... ¿Qué preguntaste?"

"Que si era bueno maquillando. Si te maquillaba bien."

Ésta vez, la sonrisa que JungKook le dedica, tiene un poco de melancolía y felicidad
mezcladas. "Eras el mejor."
c.-006

JungKook acaricia con la yema de sus dedos el suave perfil acanelado del amor de su
vida, deleitándose con la perfección ajena que TaeHyung posee y sufriendo
internamente porque debería de estar gritando a los cuatro vientos que ese hombre
es suyo, pero no puede. Porque probablemente nadie más que TaeHyung lo oiría, y lo
que es más triste; él ya no le pertenece.
Pero no como un objeto, como "algo". No. TaeHyung no le pertenece porque
JungKook ya no es el dueño de su corazón, ni siquiera cree ser dueño de sus
pensamientos. Ahora mismo, TaeHyung es un ser humano que puede vivir
perfectamente sin Jeon JungKook, mientras que el mismo siente que se ahoga sin su
presencia.

Pero eso es lo que pasa cuando uno recuerda todo, y otro nada.

Eso es lo que pasa cuando no existes en la mente de los demás, cuando eres un
jodido ángel. Cuando sólo estás muerto.

TaeHyung se remueve sintiendo la extraña calidez que lo envuelve al ser acariciado


por los dedos ajenos. Su corazón se ha acelerado y el estómago es un remolino de
sensaciones. Y no sabe porque siquiera.

"TaeTae..." murmura suavemente el de cabellos ébanos, con el pulgar descansando


en la partidura que une su cuello con la mandíbula. Puede notar ahí el corazón del
mencionado y frunce el ceño al ver que éste se encuentra algo ajetreado. "Es hora de
que te despiertes, Tae."

Lo acaricia y zarandea un poco más hasta que el adormilado chico se yergue en su


espalda, sentándose en la absoluta comodidad de su blandito colchón y las sábanas
blancas desperdigadas.

JungKook sonríe bobamente al observarlas. Tiempo atrás cuando ellos eran una
pareja, TaeHyung odiaba las sábanas con dibujos, hasta que JungKook le convenció
de que eran una buena forma de recordar tu infancia, podías tenerlas desde
cochecitos, muñequitos, avioncitos, motos, cualquier cosa y las podías mantener en el
fondo del cajón cuando alguien te visite en casa, para luego dormir con ellas cuando
peor te sientas.

Al día siguiente, TaeHyung apareció con un juego de cama de leoncitos, y JungKook


se sintió la persona más realizada del universo.

"Hmm... ¿Qué quieres, angelito?" el ébano ya se había acostumbrado a que lo


llamase así, ángel, angelito, guardián, etc. "Tengo mucho sueño."

"Necesito que te despiertes, quiero enseñarte algo."

Y es que JungKook se había dado cuenta que ahí parado, en mitad del salón del
castaño no conseguiría absolutamente nada, por lo que decidió hacerle recordar de la
mejor forma.
Reavivando recuerdos.

Sí, al menos una vez a la semana, JungKook llevaría a TaeHyung a algún lugar en el
que ambos hubiesen compartido un momento juntos, y le contaría una anécdota
simple de algo que viviesen en ese lugar.

Él tenía que ser recordado sí o sí. No podía quedarse en el olvido. No para su


TaeHyung. No para la persona que él ama. Todos podían olvidarlo si querían, podría
desaparecer de sus vidas sin problema, pero si hablábamos de TaeHyung,—la única
persona en todo el mundo que conquistó su corazón de la mejor forma—el tema
cambiaba.

"¿Enseñarme el qué?" su voz grave se queja levemente por la insistencia del


muchacho alto que dice ser su ''ángel''.

"Ya lo verás cuando te vistas, ¡vamos!" JungKook da palmadas en el aire, alentando


al castaño para que con rapidez se despegue finalmente de las sábanas. Aunque
nunca fue un secreto que TaeHyung era el rey de los perezosos.

El mismo farfulla un par de veces antes de, a regañadientes, abandonar la comodidad


de su camita, gruñendo hasta encerrarse en el baño.

"Mi pequeño perezoso..." JungKook susurra para sí mismo, con una muy leve sonrisa
melancólica en sus labios.

[...]

"Angelitooo" TaeHyung casi maúlla al dirigirse a su acompañante, quien lo sigue de


cerca por las frías calles de la ciudad. Tiene que hablar en voz baja cuando trata de
intercambiar palabra con él, porque recuerda muy a su pesar que es el único en poder
verlo, tocarlo y escucharlo.

Lo cual es horrible porque las facciones de JungKook son hermosas, su piel parece ser
suave como la mismísima seda y su voz es tan armoniosa como una nueva pieza de
Tchaikovski.

"Dime, TaeHyung."

"¿A dónde vaaaamos?" inquiere con el ceño fruncido al darse cuenta que el azabache
no posee ningún abrigo como prenda para aislarse—o al menos intentarlo—del frío.
"¿No tienes frío?"

JungKook se ríe en voz baja. "Estoy muerto, TaeHyung."

Cierto, muy cierto.

El de cabellos castaños hace una mueca, arrugando su hermosa carita y echando el


vaho por sus labios como si fuera el humo de un canuto. No le agrada que su nuevo
compañero de piso esté muerto. En absoluto.

Entonces, recuerda que JungKook no le ha respondido a la pregunta recientemente


formulada. "Bueno, ¿a dónde me llevas?"

"Ya casi estamos" asegura con una sonrisa, colocando la palma de su mano en la
espalda baja del contrario, empujándolo levemente por la acera para que apresure
sus piernas en el duro y frío asfalto.

Caminan por un par de minutos más, hasta que JungKook se detiene repentinamente
frente a un edificio color coral. "Aquí es." TaeHyung lo mira con una ceja alzada.

"¿Qué es esto?"

"Un vecindario."

"Eso ya lo sé genio, pero, ¿qué hacemos aquí?"

JungKook sonríe y su cabeza se ladea un poco hacia la derecha. "Ésta era nuestra
casa." señala una ventana donde el cartel de «Se Vende» está colocado, llamando la
atención por el fuerte naranja chillón con el que está escrito. "La número 624."

TaeHyung luce incluso más confuso que cuando puso un pie en la calle y vio que el
pelinegro no llevaba zapatos, si no que sus pies estaban descalzos caminando por el
frío suelo callejero como si fuese una tersa alfombra. Su ceño se frunce y una mueca
de no entender absolutamente nada se planta en su rostro.

"¿Nu... Nuestra casa, dices?"

JungKook asiente con la cabeza, formulando apenas un audible 'aham' mientras con
nerviosismo se muerde el labio inferior. Tiene miedo, realmente, porque tal vez
TaeHyung piense que es un loco que sólo quiere secuestrarlo para vender sus órganos
en el mercado negro y lo único que quiere hacer en su interior es salir huyendo de su
lado.

Pero para su suerte, el joven castaño permanece a su lado, cambiando la confusión


de su mueca por una pequeña sonrisa que de hecho, parece algo tímida.

"¿Quieres que vayamos a verla?"

TaeHyung lo mira inseguro. "¿Podemos?"

"Claro."

Cuando el más bajito asiente, ambos se encaminan hasta el interior del edificio,
entrando en el ascensor y pulsando la planta número dieciséis. Se bajan luego de dos
minutos encerrados en el pequeño cubículo casi asfixiante, apareciendo ante ellos una
inmensidad de puertas. Esto parece Monstruos S.A, caramba.

JungKook se gira hasta que sus ojos dan con el número que estaba buscando. «624»,
justo al final del pasillo casi angosto. Agarra con suavidad la fría mano de su
acompañante, guiándolo por todo lo largo del lugar hasta que se posicionan delante
de la puerta. El azabache saca las llaves de su bolsillo y encaja la primera en la
ranura, abriéndola para que puedan admirar el decorado interior.

Porque sí, JungKook también se había molestado en arreglar toda la casa tal y como
ellos solían tenerla. Aunque no tiene ni idea de cómo llegaron los muebles hasta ahí.

En la mañana, cuando eran pasadas las ocho, se dirigió cantarín hasta el piso ahora
frente a ellos, dispuesto a al menos librarlo un poco del creciente polvo en las
esquinas—porque TaeHyung tenía una inmensa alergia—, pero cuando abrió la
puerta—que la llave también apareció mágicamente en su bolsillo—se encontró con
que todos los muebles que ellos usaron en su tiempo como pareja, estaban ahí.
Desperdigados y sin tener mucho sentido, pero ahí estaban.

Entonces todo lo que pudo hacer fue levantar la cabeza con una inmensa sonrisa de
conejo y agradecer al cielo. O bueno, en este caso a NamJoon hyung.

"Es... Es muy bonito, ángel." TaeHyung dice luego de un minuto en silencio, minuto
que se pasó admirando todos los rincones." Realmente maravilloso.

"Lo sé." JungKook no evita que su pecho se infle en orgullo "Tú lo decoraste así."
"¿Yo?"

"Si, tú. "

JungKook camina hasta el centro del salón, dirigiéndose concretamente al sofá de


cuero negro, pero que estaba adornado por una mantita y muchos cojines de colores.

"Esto, fue idea tuya."

El castaño se puso a su lado, admirando lo bonito que se veía el contraste del negro
con esos colores tan alegres. "¿E-En serio?"

"Síp, en serio."

Un castaño en mitad del salón en reformas, observaba disgustado el sofá frente a sus
ojos. Era un bonito y cómodo mueble, sin embargo carecía de color. Era simplemente
negro, sólo eso. Él necesitaba darle algo más de color, pero no sabía cómo.

"Amor, ¿qué es lo que ocurre?, ¿por qué miras el sofá así? ¿Te ha insultado o algo?"
su novio se burló de él.

JungKook abrazó por la cintura a su adorable amante, quién tenía un leve y tierno
puchero en sus labios. Sus brazos fuertes rodearon la pequeña cintura, transmitiendo
la calidez del fornido pecho en la pequeña espalda. La diferencia de masa corporal
entre ambos era tan linda, tan... el uno para el otro.

"No... No es eso, es sólo que... No me convence mucho de esta forma. Parece un


simple sofá, y yo no quiero que sea un simple sofá, quiero que sea nuestro sofá."

"TaeHyung, lo hemos pagado entre los dos; es nuestro sofá."

Un bufido salió de los cerezos, girándose para encarar a su pareja." ¡No de ese modo,
bobo! Yo quiero que luzca como algo realmente nuestro, que indique que nos
pertenece, algo así com-" se paró a sí mismo, al visualizar en su mente la que sería
la mejor de las ideas que podrían habérsele ocurrido. "¡Ya lo tengo, Kookie!"

Chilló, completamente emocionado al encontrar una forma de que su simple sofá se


convierta en el más bonito de los mobiliarios.

JungKook sonrió feliz de ver a su pareja tan contento, sintiendo como su pecho poco
a poco se inflaba con todo el amor que sentía por el pequeño castaño. Le dio un
tierno beso de gnomo y luego colocó sus labios sobre la frente.
"¿Qué es lo que tienes, mi amor?"

"¡Cojines de muchos colores!" expresó con una alegría envidiable "Le darán color y
alegría al sofá."

"¿Así cómo tú le das color y alegría a mi vida, TaeTae?" el menor susurró aún con la
sonrisa, mordiendo la punta de la nariz del contrario.

TaeHyung se sonrojó.

JungKook sonrió mucho más.

"Wow, debía de tener un sentido genial para la decoración en el interior de hogares."


el castaño bromea con una sonrisa bailando en sus labios, pero al ver que el angelito
se ha quedado absorto en sus pensamientos, frunce el ceño. "¿Ángel?"

JungKook mueve la cabeza de un lado a otro, sacando los recuerdos dolorosos pero
felices de su cabeza. "Lo siento, ¿Quieres ver el resto de la casa?"

[...]

"Angelito, ¿por qué hay estrellas en el techo de la habitación?" pregunta TaeHyung


con la cabeza mirando al punto en concreto que se refería.

El mencionado aparece detrás de él. "Oh, eso. Son estrellitas que se alumbran cuando
no hay luz. Las compramos porque tú le tenías miedo a la oscuridad."

"¿En serio?" un embobado castaño pregunta cuando el otro ha apagado las luces y
puede observar completamente el falso—pero, al fin y al cabo, bonito—cielo.

"Sip. Solías encenderlas cuando yo no estaba en casa por la noche, porque algunas
veces trabajaba de madrugada." explica.

"¿Por qué sólo cuando no estabas?"

"Porque cuando estaba... tú decías que, mh, te sentías seguro junto a mí.

"Eso es bonito, muy bonito, ángel." sinceramente, TaeHyung le dedica una sonrisa
cuadrada. JungKook asiente, agradeciendo en silencio.
"¿Quieres que te cuente una anécdota de nosotros?"

"Oh, sí, por favor." El ébano agarra la mano nuevamente del castaño, guiándolo hasta
la cama, para sentarlo justo a su lado. "Cuéntame, porfi, porfi, porfi."

Ante la infantil actitud del chico con sonrisa geométrica, JungKook todo lo que puede
hacer es sonreír como un bobo. Porque, demonios, él amaba a ese chico que con
veinte años, lucía de cuatro.

" A ti... nunca te gustaron los días lluviosos, menos aún cuando habían relámpagos,
te daban miedo. T-Tú... pensabas que yo no sabía que llorabas en silencio hasta
quedarte dormido cuando yo estaba trabajando, pero yo te conocía tan bien, que
cuando llegaba a la mañana siguiente y te veía dormido en nuestra cama, podía
deducir que te habías hinchado a llorar." carraspea inevitablemente, sintiendo los ojos
picar por el golpeteo fuerte y duro de los recuerdos. El corazón le duele, va a estallar
de tanto dolor. Pero si esto tiene como fin un TaeHyung recordándole, entonces
soportará todo lo que tenga que soportar. " Y-Y eso me partía angustiaba cada vez
más. Porque, TaeHyung, eres hermoso cuando lloras, pero me destrozas el corazón."

TaeHyung odiaba la lluvia, odiaba los días de lluvia.

Su hermano murió un día de lluvia.

JungKook fue atropellado una noche de lluvia.

Él perdió a las dos personas que más ama—aunque sólo recuerde a una—cuando el
agua caía del cielo y los truenos chispeaban al compás.

Ese era un motivo suficiente para detestarla.

"Decías que tan sólo podías soportar los días de lluvia si yo estaba a tu lado, si tan
sólo oías mi voz, lograbas tranquilizarte. Entonces, llegué a una conclusión."

"¿Qué conclusión?" Tae, quién se había mantenido en silencio todo el rato, tuvo la
extraña necesidad de preguntar.

"Cada noche, antes de marcharme grababa una nota de voz sólo para ti, cuando
presentía que te irías a dormir, te las mandaba. Aún las conservo todas."

TaeHyung no pudo evitar la hinchazón extrema que su corazón sufrió ante esa
noticia. ¿Notas de voz para tranquilizarlo durante una noche lluviosa? Eso era lo más
bonito que—no recordaba—alguien había hecho por él. Admitía el profundo miedo a
las tormentas, pero porque tenía su historia conmovedora y desgarradora detrás.

"¿P-Puedo oír alguna?"

"Claro, te mostraré la última que grabé."

JungKook rebusca en su móvil, la sección de «grabaciones de voz» presionando la


número cien para que se reprodujese.

"Buenas noches, mi amor. Espero que estés en la cama, mirando las estrellas que
tuve que volver a pegar esta tarde cuando no estabas en casa. Tú estabas en tu curso
de maquillaje mientras que yo tomaba una siesta, hasta que una tonta estrella
impactó en mi rostro. Me dio de pleno en la nariz." risa" Quise tirarlas todas por la
ventana, pero recordé lo mucho que te gusta admirarlas por la noche, entonces me
imaginé tu precioso rostro bajo la luz superficial y mis ganas de eliminarlas de
nuestra habitación desaparecieron. ¿Ves lo que causas en mí, Kim TaeHyung? Eres lo
mejor que me ha pasado en la vida, mi rayito de luz.

»Pero, mi rayito de luz tiene que irse a dormir justo ahora, porque es demasiado
tarde y tú no soportas las ojeras bajo tus ojitos por no haber descansado demasiado.
Aunque yo siempre pienso y te repetiré que para mí eres el ser humano más lindo del
mundo: con acné, sin maquillar e incluso con ojeras. Descansa, TaeTae. Y por favor,
nunca olvides lo mucho que te amo."

"Eres realmente cursi, Jeon Angelito JungKook" bromea el castaño. El mencionado


sonríe levemente. "¿Qué fue lo que te respondí?"

"Tú nunca oíste ésta nota." lentamente responde, dejando escapar un desolado
suspiro.

TaeHyung frunce el ceño. "¿Por qué no?"

"La grabé la noche en la que me atropellaron. Nunca pude mandártela."

TaeHyung no emite palabra alguna, ni JungKook tampoco. Toda la habitación se ve


sumida bajo un silencio. Pero no de esos incómodos silencios en los que no se puede
ni respirar por la vergüenza. No. Uno de esos silencios en los que no hacen falta más
palabras, o bueno, hasta que TaeHyung habla otra vez, porque es un chico
tremendamente curioso.

"¿En serio tú hiciste todo eso por mí?"


"Sí..."

"Woaah~ Nuestra relación debía de ser muy bonita, angelito."

JungKook carraspea, agradeciendo la oscuridad en el entorno para que TaeHyung no


pudiese ver las lágrimas brotando de sus ojos y deslizándose dolorosamente por su
rostro, hipando silenciosamente para no llamar la atención del embelesado chico.

TaeHyung no tenía ni idea de lo duro que era referirse a todos esos recuerdos como
"el pasado".

Un pasado que él tiene muy presente.

"L-Lo era..."
c.-007

El miércoles de la semana siguiente, JungKook estaba caminando alrededor de la


pequeña cocina del castaño, acomodando algunos bocadillos de atún en envases de
plástico para que no se echasen a perder en el trayecto hasta el sendero donde tenía
planeado llevar a su pequeño amor.

Cuando la alarma que posee la minúscula cafetera, situada a una esquina de la isleta
rectangular suena, rápidamente abandona la elaboración del almuerzo y se dirige al
otro lado de la cocina para sacar el café preparado y colocarlo en una taza, añadiendo
leche y azúcar, que es justo como le gusta a TaeHyung. Junto a un par de tostadas
francesas untadas con crema de cacao. No es el mejor desayuno que él haya
preparado en su vida, pero teniendo en cuenta las pocas cosas que TaeHyung posee
en la despensa para ingerir, es lo mejor que ha logrado hacer.
Escucha los pasos casi silenciosos del pequeño castaño en la planta superior, junto a
un par de gritos que da, mencionando su nombre cada siete segundos.

"¿Angelito?" Por la voz que usa para llamarlo, JungKook deduce que está recién
levantado. Pues el tono que adquiere es uno rasposo, perezoso y ronco. "Ángel,
¿dónde te has metido?" sus pasos vagos se oyen en casi toda la planta baja. Y no
porque sea muy ruidoso, si no porque el oído del pelinegro es excesivamente fino y
puede oír realmente bien. "¡Angelito!"

Cuando nota el pánico en la voz del mayor, JungKook decide que es mejor intervenir
antes de que Tae se ponga a chillar como un histérico, aunque eso le parezca
tentador y gracioso. Aquí abajo, Tae."

Escucha un suspiro proveniente del otro, y luego sus pies bajando lentamente por las
escaleras hasta que finalmente lo ve aparecer por el marco de la puerta con su usual
carita adormilada.

Es tan lindo cuando despierta. Y cuando duerme. Y cuando habla, y cuando respira, y
cuando parpadea, y cua-

"¿Esto es para mí?" JungKook es brutalmente separado de su admiración por el


castaño cuando la voz del mismo se vuelve a oír segundos después.

Asiente con la cabeza mientras sigue dedicándose a colocar los bocadillos en los
envases de plástico para luego ponerles su respectiva tapadera hermética.

"Muchas gracias, no tenías por qué molestarte, Angelito." JungKook sonríe


silenciosamente, poniendo el último bocadillo en su lugar. "¿Qué estás preparando?"

El azabache se gira para mirarlo, sintiéndose tremendamente feliz al ver a TaeHyung


ingerir los alimentos que él ha preparado con fascinación. "Quiero llevarte al sendero
en el bosque, ¿te parece bien?"

"Oh, ¡sí, claro!"

[...]

Los matorrales cubren suavemente todo el sendero, junto con árboles silvestres y
algún que otro arbusto rodeándolos formando una verdosa 'o'. El cántico de los
pajarritos es la música que adorna todo el lugar, siendo acompañados por el crujir de
las ramas en el suelo cada vez que dan un paso hacia delante.
Están llegando a su destino—o más bien, al destino de JungKook—. El corazón del
azabache late tan, pero tan fuerte, que puede llegar a crear él solo una sinfonía a
base de latidos. «Latidos por TaeHyung» podría llamarla si algún día se decide a
componerla.

"¿Queda muchooo?" se queja el mayor, dando pasos tremendamente pesados por


todo el caminito de piedras.

No niega que éste lugar es lo más hermoso que ha visto en toda su vida, quitando el
hecho de que la maleza debe de estar repleta de insectos que lo picarán en el
transcurso del tiempo. JungKook a su lado suspira, no es la primera vez que
TaeHyung pregunta el tiempo restante hasta que ellos lleguen a la pequeña colina en
el sendero, dónde tiene pensado hacerle recordar el gran momento que vivieron antes
de que el sol se escondiese en el cielo, dando paso a un precioso atardecer lleno de
colores cálidos.

"Por décima vez, Tae, nooo." La pequeña pero melodiosa risa del castaño inunda el
lugar pacíficamente, provocando una pequeña sonrisa en los labiales de JungKook.

Caminan por todo el lugar durante los próximos diez minutos, hasta que el ángel
divisa a unos pocos metros la pequeña colina que tanto ha deseado ver desde que
todo acabó. Una cálida sensación invade su pecho, haciéndole sentir al menos un
poco vivo con los recuerdos que llegan a su mente. Avivando el fuego de un amor por
el que él nunca tendrá pensado rendirse hasta que el final llegue.

"Qué lugar tan bonito, Ángel." TaeHyung sinceramente dice, admirando la naturaleza
que los rodea con un brillo en los ojos.

Y JungKook tiene que tragar saliva en ese mismo instante, cuando el primer recuerdo
prácticamente golpea su rostro.

"¡Ommo, JungKookie~!" Exclamó el pequeño castaño, con sus tiernos ojitos


colándose por todo el terreno. Brillando como dos luceros en mitad de la noche,
admirando con suma cautela el hermoso lugar.

"¿Te gusta, mi amor?" JungKook por su parte, prefería admirar el rostro de su pareja,
que para él es más hermoso que cualquier otra cosa en este mundo. Una pequeña
sonrisa llena de orgullo se instaló en sus labios cuando el mismo asintió.
"Es precioso, Kookie."

"No más que tú, Tae." casi de inmediato, las mejillas del mencionado se colorearon de
un precioso color carmín, dándole un aspecto aún más dulce al pequeño de cabellos
castaños.

¿Por qué tenía que ser tan endemoniadamente hermoso? JungKook podía jurar por su
vida que jamás había visto a un ser humano con la belleza natural que TaeHyung
poseía.

Y realmente, para ser sinceros, se sentía orgulloso al tenerlo como pareja. No sólo
por la belleza que lo cautivaba hasta tal punto que podía morirse admirándolo. Si no
porque, TaeHyung en sí era una completa obra de arte. Desde su sonrisa rectángular,
su risa cantarina que sonaba como una canción de cuna para los oídos del menor, el
brillo en sus ojos, el lunar en su tierna nariz, hasta su peculiar personalidad.
JungKook podía quedarse toda una vida para enumerar las cosas que amaba de
TaeHyung, y aún así tendría que convertirse en un gato para vivir seis vidas más.

"N-No digas esas cosas..." un puchero se instaló en la carnosidad de su labio inferior,


invitando inconscientemente a su pareja a besarlo, cosa que no dejó escapar.
JungKook posó rápida, pero suavemente sus labios en los cálidos del contrario,
deleitándose con la suave textura que éstos poseían y el sabor dulce que tanto
ansiaba. "¡A-Ay, JungKook!"

El mencionado rió por la leve queja de TaeHyung, quién apenas lo apartó golpeando
su brazo.

"Lo siento, amor. No pude resistirme."

TaeHyung hizo un mohín, cruzando sus delicados bracitos sobre su estómago. "Eres
un tonto."

"Y... ¿Por qué me has traído aquí?" la voz de TaeHyung lo trae de vuelta a la realidad.
Donde el mismo sendero los rodea, donde sus ojos brillantes lo miran esperando una
respuesta. Pero ésta vez, él no puede besarlo para hacerlo enfadar.

Antes de decir palabra alguna, JungKook se sienta en una de las piedras, mirando al
cielo antes de palmear la roca situada a su izquierda, invitando a TaeHyung a que
tome asiento junto a él. "Ven aquí, TaeHyung. Siéntate conmigo."

Cuando el muchacho confundido asiente y se desplaza por el corto camino de tierra


hasta sentarse en la roca libre, JungKook vuelve a suspirar, tomando aire y
carraspeando.

"Nosotros pasamos la celebración por nuestros seis meses juntos aquí." explica
lentamente, viendo por el rabillo de su ojo la reacción de TaeHyung.

"¿Aquí?"

"Sí, aquí."

"¿Por qué aquí?"

JungKook se acomoda como puede en la roca. "La noche anterior de venir aquí, tú
querías que lo hiciésemos, ya sabes. Dijiste que ya estabas preparado para dar el
siguiente paso y perder tu virginidad conmigo." sonríe levemente ante el tenue rubor
en las mejillas contrarias. Tan lindo. "Estuve a punto de aceptar, pero entonces
recordé la vez en la que mencionaste que querías que tu primera vez fuese algo
especial. Así que me dije a mí mismo que no podía hacerlo como todos lo hacían.
Porque lo usual y típico no era algo en lo que nosotros nos centrábamos, realmente.

»Estuve toda la noche dándole vueltas a la cabeza, pensando en qué podía preparar
para que fuese totalmente especial. Porque si tú querías un momento especial, yo te
daría cinco más. Pensé, pensé y pensé. Pero no encontraba nada lo suficientemente
bueno para ti, yo quería algo con lo que nunca pudieras olvidar ese momento. Así que
mi cabeza se dirigió al momento en que nos conocimos."

"Mierda, ¡Rusty, ve más despacio!" un pelinegro chillaba a la camada de perros


atados juntos por coloridas correas en sus cuellos. Mientras muy arduamente trataba
de aligerar el paso, porque eran demasiados perros y iban demasiado deprisa.
"¡Colette, no corras! ¡Gordon!" dio un tirón a la correa del beagle, no muy fuerte para
no lastimarlo, pero tampoco tan sutil, porque entonces él se iría de boca contra el
suelo por la velocidad a la que los perritos iban.

Tan concentrado en ralentizar a la camada—que jalaba de su cuerpo


prácticamente—iba, que no se dio cuenta cuando otro muchacho se encontraba con la
frente pegada en su pecho y un tierno cavalier de largas orejas jugueteando con la
colita de Rusty el terrier.

"¡Auch!" el chico herido en la frente gimió en voz baja.

"¡Lo siento! Lo siento tanto, en serio, n-no vi por dónde iba y-y..." JungKook no tardó
en disculparse, soltando un glosario de palabras que a lo mejor ni sentido tenían.
Pero no pudo hacer más que mover su mandíbula, queriendo que las palabras
saliesen de su garganta, pero era casi imposible.

La belleza del otro hombre lo había cautivado por completo, casi hipnotizándolo.

"No te preocupes, yo tampoco vi por dónde iba." rió suavemente, pero al ver que el
de cabellos azabaches se había quedado—a su parecer—petrificado, se preocupó un
poco. "Oye, ¿estás bien?

Rápidamente el tonto embobado de JungKook, sacudió la cabeza, justo como Colette


lo hacía. "U-uh, sí. Lo lamento, de verdad. Estos perros tiran muy fuerte y no puedo
pararlos apenas."

"Te entiendo perfectamente" el de cabellos castaños le dio una sonrisa tranquilizadora


y hermosamente cuadrada "Este bichito también va como loca." con la cabeza señaló
a la perrita que seguía jugueteando con Rusty. "Al parecer, se han gustado."

Entonces, JungKook se percató del jugueteo entre ambos perritos. Lucían felices y
emocionados mientras que Colette y Gordon mordisqueaban palos como si se
sintiesen dos completos sujetavelas. Los ojos del azabache volvieron a subir,
encontrándose con la hermosa sonrisa del otro hombre. Pudo jurar que casi sufrió un
ataque cardíaco ahí mismo.

"Al parecer sí." concordó, asintiendo.

"Por cierto, me llamo TaeHyung." llevó su mano hacia delante, esperando ser
estrechada.

"Y-Yo soy JungKook." ambas manos se unieron.

"Ella es Tixsi." TaeHyung presentó a su mascota.

"Él es Rusty" señaló al casanova que seguía lamiendo el rostro de la otra perrita. "Ella
es Colette y el otro Gordon."

TaeHyung asintió. "¿Son tuyos?"

"Sólo Rusty, los otros dos son de mi vecina, los cuido mientras ella está de viaje en
Alaska."
"Oh, eso está bien. Bueno, JungKook, tengo que irme. Espero que nos veamos otro
día para que Rusty y Tixsi puedan jugar."

"Yo también lo espero" sinceramente, dijo, ofreciéndole una linda sonrisa de conejo.
"Adiós, TaeHyung."

"Adiós, JungKook."

"¿Yo tenía una perrita llamada Tixsi?" pregunta TaeHyung mordiéndose el labio
inferior.

"Así es, la encontraste en un descampado. La pobre había sido golpeada brutalmente,


fuiste su salvación."

«Y la mía» JungKook se atreve a murmurar. Mentalmente, claro.

"Oh, qué lindo. Sigue, por favor." palmea un par de veces antes de colocar sus manos
en el regazo, esperando pacientemente porque la historia continúe.

"De acuerdo. Al final, tomé la decisión de preparar un lindo almuerzo justo aquí.
Porque, ¿qué lugar más especial que en el sitio donde nos conocimos? Coloqué un
mantel en el suelo, un par de velas y preparé el almuerzo para ese día. "

"Justo como hoy hiciste."

"Exacto."

"¿No te parece familiar este lugar, Tae?" preguntó, abrazando a su novio


cariñosamente por la cintura, provocando un pequeño jadeo y un temblor en su
cuerpo.

"C-Claro, Kookie. Nosotros nos conocimos justo en la entrada. Con Tixsi y Rusty." una
pequeña sonrisa aparece en sus labios rosas, girándose para encarar a su novio
conejo.

"Muy bien, me alegra saber que no lo olvidaste, pequeño."

"N-No podría olvidar el día más feliz de toda mi vida, JungKook."

El mencionado sonrió abiertamente. "Yo tampoco."


Acortó el espacio entre ambos cuerpos y rostros, enlazando sus lenguas en un lento
vaivén que iba al mismo ritmo que las agujas del reloj. Las manos del menor se
posaron en la cintura de su pareja, alejándose mínimamente para colocar un delicado
beso en el comienzo de su cuello, estremeciendo al otro por completo.

"Hoy quiero hacerte sentir en una nube, TaeTae."

Un suave "Mhh" salió de los carnosos labiales, casi perezoso. Admirándolo con los
ojos brillantes, dándole un aspecto adorable antes de tumbar con delicadeza el cuerpo
pequeño sobre las mantas en el suelo colocadas perfectamente, situándose él encima
de TaeHyung. Las ropas volaron en un tiempo récord y las manos de JungKook
recorrieron cada centímetro de piel expuesta.

Ambas erecciones se acariciaron superficialmente cuando TaeHyung se empujó a sí


mismo hacia abajo para plantar un tierno y dulce beso en el pecho de su menor.

"A-ahm... K-Kookie~"

El mencionado sonrió por la forma en la que su nombre salió de esos acolchonados


labios. "¿Sí, mi amor?"

"T-Te amo con t-toda mi vida..."

"Tú, eres toda mi vida, Kim TaeHyung."

JungKook se encargó personalmente de estimular a su pareja, acariciando su longitud


con la cálida palma de su mano, besando, mordisqueando y lamiendo ambos
botoncitos rosados en su pecho y prácticamente todo el cuerpo debajo suyo.

Porque Kim TaeHyung era una obra de arte, pero también era una hoja de papel en
blanco, y él estaba dispuesto a ser la tinta que lo marcase.

Sus dedos rápidamente se colocaron entre los labios del castaño, ante la mirada
confusa que éste le dedicó, sólo pudo sonreír bobamente por lo tierno que se veía el
amor de su vida y acarició su mejilla con suma delicadeza.

"Tienes que lamerlos, voy a prepararte."

Rápidamente las mejillas contrarias volvieron a adquirir el precioso tono carmín,


antes de que su lengua lamiese tímidamente la punta de los tres dígitos antes de
enrollarlos en la misma y que éstos se adentrasen en su cavidad bucal. Medio minuto
después, cuando JungKook sintió que sus dedos estaban lo suficientemente lubricados
como para no dañarle—y que su erección estaba a punto de explotar, también.
Vamos a ser honestos—, los sacó de la caliente cavidad, presionando levemente su
dedo índice con el labio inferior de TaeHyung.

Besó su cuello mientras un primer dedo era introducido en el apretado anillo de


músculos, sacándole un pequeño gemido que sonó a una mezcla de dolor y placer a
TaeHyung. Su mano libre acarició el hombro descubierto cuando un minuto después,
ingresó un segundo y rato más tarde, un tercero, dilatándole casi a la perfección.

"H-Hazlo ya, JungKook, p-por favor."

El mencionado asintió, alineándose de la forma más cómoda posible entre las piernas
del mayor, posicionando la cabeza de su erección dura en la partición de ambas
nalgas. Empujó un poco, siendo recibido dificultosamente por el músculo contrario.
Las uñas de TaeHyung se encajaron en la espalda de JungKook, y cuando éste alzó
pudo ver las pocas lágrimas cayendo por los ojitos de TaeHyung.

"¿Me detengo?" preguntó con un poco de dolor en su propio pecho al ver las
condiciones del castaño.

"N-No..." balbuceó. "Sólo bésame, por favor."

JungKook ni siquiera se lo pensó dos veces antes de colocar sus labios por todo el
rostro de TaeHyung, llenándolo de besos y mimándole hasta que el dolor cesase. Le
obligó prácticamente a colocar sus bracitos alrededor de su cuello para que lo
abrazara y se sintiese protegido por el pelinegro.

Porque todo lo que JungKook quería era protegerle de cualquier cosa.

Cuando los sollozos de TaeHyung se convirtieron finalmente en pequeños gemidos


tímidos, el ritmo de las embestidas aumentó notablemente. JungKook alzó un brazo,
colocándolo a un costado del castaño, atrapando sus manos juntas y entrelazando los
dedos cuando el éxtasis estaba cada vez más cerca.

"K-Kookie." murmura a duras penas TaeHyung, deshaciéndose en gemidos.

JungKook no dice nada, tan sólo deja un casto beso en los labios ajenos para luego
volver a besar sus mejillas, la puntita de su nariz y la frente, tratando de demostrarle
con esos simples actos lo mucho que lo ama.
Finalmente, su esencia es expulsada en el interior del mayor, mientras que la suya se
deja caer en ambos abdómenes, coloreando ambas mejillas con un espolvoreado
rosa.

JungKook jadeó en busca de aire, sus ojos rondando por todo el rostro del mayor.
Exhausto, sudado y prácticamente hecho un desastre. Pero más hermoso que nunca.

"Eres lo más bonito que he visto alguna vez, Kim TaeHyung." el mencionado abre los
ojos, encontrándolos brillantes y llenos de felicidad por haberse entregado de la forma
más bonita y sincera posible al amor de su vida. "Te amo, mi vida."

"Yo también t-te amo, JungKook..." le sonrió perezosamente, aún con el menor en su
interior.

El azabache salió de la cálida cavidad que anteriormente lo aprensaba, deslizándose a


un lado de TaeHyung arropando ambos cuerpos desnudos con una de las mantas y
aferrándose a la cintura pequeña del otro, aún con el agarre en sus manos
entrelazadas.

El sol se marchó más rápido de lo que cantó un gallo, en su lugar quedándose un


bonito cielo con los colores del atardecer manchándolo y coloreando ambos rostros
complacidos.

JungKook suspiró, feliz. "Feliz seis meses juntos, TaeTae."

"Eso es hermoso, angelito. Ojalá pudiera recordar todo eso." Finalmente, TaeHyung
dice cuando el relato ha acabado. Jura que es la escena más bonita que ha oído en su
vida, y que en su momento cuando pasó, debió de sentirse la persona más feliz y
afortunada en la faz de la Tierra.

JungKook traga fatídicamente, en un intento fallido por eliminar las lágrimas. Pero ya
es demasiado tarde, están corriendo por su rostro como una carrera de coches. Y
TaeHyung se da cuenta, sintiendo un pequeño nudo en su estómago. No le gusta ver
a su angelito triste por su culpa, pero sabe que por mucho que lo intente, por más
que obligue a su propia mente a recordarlo, no puede. JungKook no existe en sus
recuerdos.

El azabache asiente, completamente abatido, murmurando en voz baja: "Ojalá


pudieras, sí."
c.-008

"¡Angelito, Angelito!" Cuando la mañana del martes, JungKook escucha el llamado de


su TaeHyung, se alarma hasta tal punto que sus pies se desplazan a una velocidad
inhumana por los peldaños de las escaleras. Él espera encontrarse una escena caótica
o desastrosa, no a TaeHyung admirando la nieve cual niño pequeño.

"¿Q-Qué pasa, Tae?" inquiere, aún con el corazón tratando de recuperar su normal
latido por el previo susto. "Me asustaste."

"Aw, lo lamento mi angelito, pero ¡mira!, ¡está nevando!"


Y JungKook no puede hacer nada más que sonreír.

TaeHyung ama la nieve.

"TaeHyung, ¿te gusta la nieve?" estiro mis piernas en el banco, sentándome junto a él
sobre la madera. Realmente me estoy helando el trasero aquí fuera.

"¿A quién no le gusta la nieve?" mirándome por encima de sus pestañas, deja escapar
una suave risita ."Es blanca, fría pero blanda y convirtiéndose en agua cuando la
tocas."

"La nieve es capaz de adornar cualquier cosa hasta el punto de verla hermosa."

El mayor frunce el ceño. "¿Cuál es el punto de todo esto?"

"Pienso que tú, eres como la nieve, TaeHyung."

Percibo como sus rojizas mejillas por el frío toman un color mucho más potente
debido a la vergüenza. No era un secreto que amaba ver a Tae sonrojado, pero
mucho menos lo es que el motivo que me haga aún más feliz es que su vergüenza
sea gracias a mí.

Kim TaeHyung sonrojado era como ver el atardecer arropado con una manta mientras
tomas una taza de chocolate bien caliente. O incluso mejor.

"¡Yah, JungKook!" él se queja mirando hacia otro lugar, con el propósito de que no
vea sus mejillas de tal color. Pero es demasiado tarde, porque en mi cabeza he
fotografiado, imprimido y enmarcado su bello rostro. ""No digas ese tipo de cosas..."

"¿Por "ese tipo de cosas" te refieres a la verdad?"

"N-No es verdad Kookie..."

"Para muchos no," sentencio" sin embargo para mí es la mayor de las verdades, que
tú, Kim TaeHyung eres la cosa más hermosa que mis ojos han podido ver nunca."

"¡JungKook!" chilla tapándose el rostro con ambas de sus manos. Bueno, como que
las dos tampoco serían necesarias. Él puede taparse la cara con una sola mano e
incluso se taparía hasta el flequillo.

Ese muchacho no tiene manos, tiene ventanas.


"De acuerdo, de acuerdo. Si no quieres que siga entonces no lo haré." antes de que
pueda hablar él, en un pequeño gritito le interrumpo. "¡Que todo el mundo sepa que
Kim TaeHyung es el ser humano más bonito del mundo!"

"¿Qué tratas de hacer?" cuestiona arrugando su rostro.

"Sólo quiero que todo el mundo lo sepa.

"¿En una estación de ski privada? Estamos solos, Kookie." ante mi cara de
desconcierto, él suelta una carcajada.

Entonces, hecho un vistazo a mi alrededor, comprobando que efectivamente sólo


nosotros dos estábamos aquí.

"Pues incluso mejor, así nadie ve lo precioso que eres."

"Disculpa, ¿qué edad tienes? ¿Tres?" con su típica sonrisa cuadrada, él se burla.
Bueno, no me importa recibir burlas por su parte si vienen acompañadas de esa
espléndida sonrisa.

Niego con la cabeza, sonriendo ésta vez yo, pero sin mostrar los dientes "Voy a
cumplir cinco, TaeTae."

"Espero estar invitado a tu fiesta de cumpleaños. De lo contrario me pondría muy


triste."

"Por supuesto que lo estás, tú eres mi regalo."

Y volvemos al tierno sonrojo cubriendo sus mejillas. Ladeo una sonrisa burlesca.

"¿Tienes frío, TaeTae? Tus mejillas están coloradas."

TaeHyung chasquea la lengua haciendo un pequeño puchero. Terriblemente adorable,


eso es lo que es.

JungKook sacude la cabeza. Los recuerdos son bonitos, hermosos. Pero siente que
cuanto más momentos reaviva, más muere su esperanza de ser recordado. Suspira,
acercándose cuidadosamente hasta posarse al lado del castaño embelesado por la
nieve fuera del hogar, colocándose a sus espaldas.
"¿Te parece si vamos fuera a jugar un rato?" propone el azabache.

TaeHyung aparta la vista de la blanca nieve por unos segundos, mirando con la duda
incrustada en su dulce y frágil rostro. "¿No crees que hará demasiado frío como para
estar al aire libre?"

"Oh, vamos." el menor se queja, bajando los hombros con desánimo. "¿Desde cuando
te ha importado a ti eso?"

"No lo sé. ¿Alguna vez no me importó?"

"Prácticamente nunca. Cada vez que nevaba, tú eras la persona en toda la ciudad que
salía primero a jugar con la nieve. Una vez tuve que ingresarte de nuevo en casa
porque habías salido en calzoncillos y con mi camiseta."

Las mejillas ajenas se tunean de un leve color carmín. "¿E-En serio dices?" JungKook
deja escapar un suave 'aham', y entonces TaeHyung suspira. "De acuerdo... supongo
que será divertido, ¿no?"

"Por supuesto lo será."

Veinte minutos bastaron antes de que TaeHyung volviese prácticamente envuelto en


un montón de capas de abrigo, totalmente calentito.

"Pareces un regalo." JungKook se burla. Aunque en realidad él no está mintiendo.

"Yah" exclama el otro, fastidiado. "No te rías de mí. Hace frío, ¿de acuerdo?"

TaeHyung realmente es un regalo. El mejor regalo que la vida alguna vez le dio.

Ambos salen al exterior, donde se pude apreciar una bonita y generosa capa blanca
cubriendo el asfalto, los tejados de las casas y los techos de los coches. Pequeños
copitos caen, derritiéndose cuando se posan sobre sus frías narices o simplemente
cuando se desvanecen sobre el manto blanquecino. Una imagen digna de admirar.

"¡Hagamos angelitos!"

La suave carcajada de TaeHyung lo embelesa por completo. "Tú ya eres uno,


JungKook."

"De nieve, me refería de nieve."


Cuando la risa del mayor se calma notablemente, ambos se lanzan al suelo, sus
piernas y sus brazos extendiéndose a lo largo de su cuerpo, haciendo movimientos
contínuos hasta que sus siluetas quedan marcadas sobre la nieve. Dos perfectos
ángeles de nieve quedan tatuados semipermanentemente. Sus risas infantiles pueden
escucharse—bueno, sólo la de TaeHyung, en realidad— hasta en el sendero donde
estuvieron hace una semana. Pero nadie se queja por el ruido altanero, es más, la
ciudad parece que sonríe viendo la felicidad de ese hombre terriblemente adorable y
su invisible angelito.

"¿No tienes frio?"

"Sigo muerto, ah ah"

El castaño hace un puchero. "¿Tu cuerpo siempre está frío?"

"Nop."

En realidad, JungKook se había dado cuenta de algo genuinamente interesante con


respecto a su cuerpo. Él permanecía frío todo el tiempo—como cualquier muerto,
vaya—sin embargo su calor corporal aumentaba en demasía de algún modo, cuando
TaeHyung estaba cerca. Si lo tocabas en una situación normal – si pudieses, te daría
un estremecimiento terrible porque JungKook se encontraba realmente frío. Pero, si lo
hacías cuando él se encontraba al lado de TaeHyung, su temperatura permanecía
como la de un humano normal y corriente.

Como la de alguien que no está muerto.

"¿Entonces?"

"Cuando estoy contigo," Menciona "ahí entonces, soy la persona más cálida del
planeta."

Al mayor no parece disgustarle la idea, pero tampoco la entiende del todo.

"Uh... ¿y eso por qué?"

"No lo sé, en realidad. Supongo que es por eso de «la media naranja» pero no estoy
seguro."

JungKook es testigo de ver como el rostro de TaeHyung se torna triste, sabiendo que
a continuación viene una disculpa por no poder ser recordado por el mismo, así que
antes de poder escuchar las palabras de TaeHyung, se levanta rápidamente.

"Ang–"

"¡Ven, quiero mostrarte algo!" pide, echando a correr por lo largo de la calle hasta
llegar a un montoncito nevado junto a un árbol. Rápidamente TaeHyung llega a su
lado.

"¿Qué haces?" pregunta, al ver como JungKook comienza a dibujar en la nieve, una
extraña combinación de letras y números.

Un siete, un tres, un cuatro, una m y un cero.

"¿Qué es eso?"

"Solía ser nuestro lenguaje secreto." explica, terminando de dibujar "Lo inventamos
cuando tú quedabas afónico por culpa de jugar en la nieve y no abrigarte demasiado
bien."

"¡TaeTae! ¿Estás en casa?" JungKook caminó por el pasillo, adentándose


seguidamente en la habitación compartida con su pareja.

Nada más entrar por el umbral, puede divisar el cuerpo pequeño tendido sobre la
cama con un montón de sábanas sobre su cuerpo.

"Hola cielo." lo saluda con un tierno beso en la frente, obteniendo un chillido ahogado
como respuesta y una cara llena de tristeza y frustración. "¿Cómo te encuentras?"

Otro chillido.

"¿Sigues afónico, cierto?" Asintió, viendo el pucherito en sus labios rojizos.

Él sabía lo difícil que era para TaeHyung no tener voz, puesto que éste era un alma
inquieta que hablaba por los codos. Al principio de su relación, juró que si TaeHyung
no hubiese nacido humano, sería un traductor de Google.

"Bueno, viendo que no puedes hablar, he pensado algo. ¿Quieres saber qué es?" otro
asentimiento, ésta vez algo más eufórico. "Lenguaje secreto."

Otro chillido más. Cada vez que su castaño chillaba, sonaba como un tierno gatito
desperezándose o tratando de comunicarse.
"Usaremos letras y números para comunicarnos entre nosotros dos. ¿De acuerdo?
Mira, te haré una prueba." el azabache sacó de su mesita de noche una pequeña
libreta azul cielo junto con un bolígrafo que dudaba siquiera el haber utilizado alguna
vez en su estancia en la casa.

Comenzó a trazar letras, números que podían reemplazar fácilmente las letras
comunes y al final de la minúscula frase, un corazón.

Siete, tres, cuatro, m, cero.

Ante la confusa mirada de TaeHyung, añadió:" Eso significa 'Te amo'. El siete es una
T, el tres una 'e', el cuatro una 'a', la m una m, y el cero una 'o'. ¿Quieres probar tú
ahora?

Cuando TaeHyung asintió, le acercó el cuaderno, éste comenzó a escribir repitiendo el


mismo proceso que su novio. Minutos después, le tendió la libreta con su frase.

Y, cero, siete, tres, cuatro, m, cero, m, cuatro, cinco.

Y debajo, la aclaración: Yo te amo más.

"Entonces, ¿todo eso significa 'Te amo'" inquiere TaeHyung, recibiendo un


asentimiento por parte del angelito "Vaya, nos complicábamos mucho la vida. ¿No es
así?"

JungKook hace una mueca. "No realmente, sólo buscábamos hacerla más amena.
Nosotros éramos diferente al resto de parejas. Constantemente nos salíamos de lo
normal. Éramos...

Únicos.

Perfectos – juntos.

Especiales.

La pareja más bonita y real del universo.

"...Nosotros mismos, sin importar nada más. No sé si me explico."

"Te explicas, te explicas."


Pero ahora, ellos no eran más que un recuerdo.

Que sólo JungKook podía tener en la cabeza. Atormentándose y repitiéndose una y


otra vez que será de ese modo eternamente.

«Vamos TaeHyung, tienes que recordarme. Sólo un pequeño esfuerzo, ¿de acuerdo?
Yo sé que tu mente–corazón aún no ha logrado olvidarme del todo». JungKook se
dice a sí mismo, viendo como lo único que hace el lindo castaño es mirarlo con una
gran y bonita sonrisa.

Pero Jeon no quiere llorar ahora. No más. Tan sólo quiere disfrutar el tiempo posible
con TaeHyung mientras le sea posible, mientras aún pueda permanecer de pie en el
mundo de los vivos. Quiere tener al menos, nuevos recuerdos para otorgarle al
castaño en caso de que éste no vuelva a recordarle y JungKook tenga que marcharse
eternamente.

"¡Bola va!" JungKook aprovecha el momento de distracción en el que Tae se ve


sumido para lanzar una bola de nieve directa a su carita. El castaño se ríe por la
sorpresa y alza sus brazos en el aire.

"¡Oh vamos, Jeon Angelito JungKook!, ¿cuántos años tienes, tres?"

JungKook sonríe abiertamente, porque siente que esta conversación ya la ha tenido


antes.

"Voy a cumplir cinco dentro de poco, Tae."

tiernos�(�y/�4
c.-009

"¡TaeTae!" el chico ángel lo llama, bajando las escaleras con rapidez al escuchar la
puerta principal ser cerrada, señal de que TaeHyung ya ha llegado a casa.

Y no se equivoca, al verlo entrar con un pequeño puchero y lanzando su chaqueta por


algún lugar de la casa, pero al ver al muchacho de cabello azabache frente a él, su
puchero se borra y una gran sonrisa se instala. La felicidad que el ángel transmite y la
hermosa curva que sus labios le muestran, enseñándole esos adorables dientes de
conejo que él tanto desea recordar, le hacen olvidar rápidamente el malestar de su
día.
"¿Qué tal, angelito?"

"¡Hoy es viernes!" exclama acentuando aún más su sonrisa, TaeHyung asiente, sin
embargo no comprende por qué tanta efusividad con que llegue el fin de semana.
"Vamos, cámbiate, ¡corre!"

"¿Qué?, ¿por qué?" el castaño pregunta, y JungKook hace una mueca.

Por un momento se olvidó de que TaeHyung no lo recordaba.

Juguetea nervioso con los extremos de la camiseta de mangas largas que TaeHyung
le había prestado. Le quedaba un poco pequeña, ya que la diferencia de estatura y/o
musculatura era bastante pronunciada entre ambos cuerpos, pero JungKook no se
quejó en ningún momento.

"Ohm... Los viernes, a-algunos viernes, nosotros solíamos... ¿ir al parque de


diversiones? Tú decías que era una buena forma de relajarte."

Mientras que JungKook hablaba, TaeHyung se dedicaba a quitarse a sí mismo la


chaqueta y lanzarla por algún lugar del salón. "¿En serio?"

"Completamente en serio."

"Bueno... si es una tradición... ¿quién soy yo para romperla, no?" una enorme sonrisa
cuadrada surca de sus labios rojizos. "Voy a cambiarme, angelito. Espérame, ¿de
acuerdo?"

«Toda una vida» JungKook dice en su mente. "Claro, aquí te espero." es lo que
simplemente responde.

[...]

Todo el camino desde la casa del castaño hasta el principio de la feria, TaeHyung se la
había pasado cantando una mala versión de You Sexy Thing, mientras que JungKook
miraba para los lados con una sutil sonrisa, porque si había algo que no había
cambiado en absoluto era la extravagante e intrépida personalidad de su pequeño
novio.

Cuando la gente lo miraba mal por cantar sin ni siquiera saber pronunciar bien el
inglés, TaeHyung sólo le dedicaba sonrisas cuadradas y movía la cabeza al mismo
ritmo que la melodía en su cabeza, JungKook sólo podía reír silenciosamente, porque
TaeHyung era alguien digno de admirar incluso si no lo conoces.

Ya en la entrada principal de la feria, ambos chicos pueden oír el característico sonido


de las atracciones, la música de Super Junior y Big Bang sonando por los parlantes al
mismo tiempo que los niños eufóricos ríen en lo alto de la montaña rusa. El olor del
algodón de azúcar, la comida sobre ruedas recién hecha y los helados caseros que se
vendían. Hace mucho tiempo que el azabache no iba a la feria. Concretamente desde
hace cuatro meses.

"¿Cuál es la atracción en la que montaremos primero?" TaeHyung le pregunta al


angelito, quién se encuentra distraído dando vueltas alrededor de sí mismo,
observando toda la plenitud del lugar con admiración.

"¿Uhm?" se gira para observar a TaeHyung directamente a los ojos. "Oh, la noria."

El castaño traga duro. "¿Q-Qué? P-Pero, a mí m-me dan miedo las alturas. Mucho,
mucho miedo."

"No te preocupes por eso, Tae."

"D-De verdad, angelito. ¿No hay otra atracción a la que quieras ir?"

JungKook niega con la cabeza. "Nop. Quiero contarte algo cuando estemos en la
cima."

"Ya, pero..."

"Confía en mí TaeHyung, ¿de acuerdo? No voy a dejar que te pase nada."

El mencionado asiente duramente con la cabeza, caminando a través de todo el lugar


hasta encontrar la cola de la Noria y situarse detrás de las demás personas que
esperaban para comprar los boletos. Cuando fue su turno, casi pide dos, hasta que se
acordó que su acompañante era un ángel y no tenía caso alguno que pagase por él
también cuando nadie iba a verlo.

Suspira hondo mirando a JungKook con una mueca contraída en todo el rostro.

"Tranquilízate, Tae." murmura éste dedicándole una pequeña sonrisa.

"¡Pero tengo miedo!" se queja el castaño, e inmediatamente el hombre delante suyo


que espera también la cola se gira para verlo con el ceño fruncido. Entonces,
TaeHyung se da cuenta de que las otras personas lo ven a él como si estuviese
hablando solo. "Disculpa, suelo hablar conmigo mismo cuando estoy nervioso." se
disculpa con una pequeña sonrisa y las mejillas apunto de arder en vergüenza.

El señor no dice nada más, sólo se encoge de hombros y vuelve a mirar hacia
delante.

Sólo tienen que esperar unos minutos más hasta que su momento para entrar en la
atracción, y cuando el momento llega, JungKook pasa rápidamente por el hueco de
los barrotes antes que TaeHyung, esperándole mientras éste le entrega su entrada al
muchacho que las inspecciona. Ambos caminan hasta la cabina vacía más cercana,
encerrándose en ella.

TaeHyung está un poco intranquilo antes de que el cacharro se ponga en movimiento,


su corazón alterándose y las ganas de salir corriendo aumentando cuando siente que
todo se mueve.

"Me voy a morir."

"Oye, tranquilo. ¿Vale? Voy a contarte la historia." JungKook suspira.

"De acuerdo." TaeHyung asiente, viendo el relato como una vía para distraerse por la
altura. "Empieza, por favor."

JungKook se aclara la garganta antes de comenzar a hablar. "Cuando nosotros


estábamos juntos, tú eras muy fácil de estresar en el trabajo. Por nada te agobiabas
y formabas una montaña de un simple grano de arena. Trabajamos duro en tratar de
que te relajases luego de tu jornada laboral, pero no encontrábamos nada. Entonces,
en una de nuestras citas—en nuestro séptimo mes juntos—se me ocurrió la idea de
llevarte a la feria. Montarnos en la noria y ver el atardecer en el momento de llegar a
la cima."

"¿Y qué pasó?"

"Fuimos, nos montamos. Casi pierdo una mano y tú estuviste a punto de desmayarte,
pero acabamos volviendo todos los viernes porque fue una experiencia maravillosa."

"¿Seguro que no vamos a estar mucho tiempo? Tengo que ordenar carpetas para el
lunes." esa fue la sexta vez que TaeHyung le preguntó a su novio mientras caminaban
por el paseo de la feria.
"Que sí, no le des más vueltas. Vayamos a la noria." propuso andando en esa
dirección, pero fue jalado hacia atrás cuando TaeHyung se quedó parado. Giró a verlo
con una mueca de confusión ."¿Qué pasa?"

"¿E-Estás loco? ¡le tengo un miedo horrible a las alturas!" casi chilló. "N-No puedo
montarme en esa cosa... Volvamos a casa, JungKook."

TaeHyung se giró, con la intención de retomar su camino de vuelta a casa, pero ésta
vez, él fue frenado por las manos de JungKook acomodándose en su cintura y una
barbilla colocándose en su hombro.

"No vas a ir a ningún sitio, Tae. Quiero que te relajes, que dejes por un momento
atrás el trabajo y disfrutes del tiempo conmigo, ¿de acuerdo?"

No esperó respuesta por parte de su lindo castaño, en lugar de eso, él lo arrastró por
todo la feria hasta que llegaron a la cola de boletos. TaeHyung tembló al ver de cerca
la altura del cacharro.

"E-Es demasiado alto..."

"Dos boletos," JungKook le pidió al muchacho detrás del mostrador "por favor".

Cuando los tuvo en mano, se dirigió a la cola de espera, con TaeHyung aún
quejándose a su lado. JungKook no vio otro remedio ante las réplicas de su pequeño
novio, por lo que se agachó un poco y unió sus labios con los contrarios, callándole en
un pequeño beso que acabó con una mordida en el labio de TaeHyung.

"Tranquilízate, ¿de acuerdo?"

"¡P-Pero tengo miedo!"

JungKook suspiró. "Confía en mí, ¿confías en mí?"

"¡Con toda mi alma, pero sigo teniendo miedo!"

"Pues deja de tenerlo, estoy aquí, ¿recuerdas? Sabes que nunca dejaría que te pasase
nada malo."

TaeHyung hace un puchero frustrado, con algo de rubor en las mejillas por las
palabras cursis de JungKook." Si ese monstruo se cae, te golpearé.
"¿Qué parte de ''nunca dejaría que te pasase nada malo'', no entendiste, TaeHyung?"
JungKook se burló con una sonrisita.

"¡Cállate!"

"No voy a mentir, en ocasiones mi trabajo me bloquea demasiado, me altero y


obtengo terribles dolores de cabeza. Siempre suelo estar tenso cuando vuelvo."
confiesa el castaño en un descanso del relato de JungKook.

"Es por eso que te traje aquí, por eso mismo volvíamos cada viernes a la misma
atracción."

"¿Uh? ¿Por qué?"

"Sólo mira al frente cuando estemos en la cima. Entonces, lo sabrás."

TaeHyung deja escapar un audible suspiro. "¿Y por qué casi tú pierdes una mano?"

"¡Oh!" JungKook se ríe, y TaeHyung sólo sonríe porque la risa del angelito es muy
linda. "Tu mano es muy fuerte cuando tú estás teniendo miedo, TaeHyung."

"¡Se mueve!, ¡Se mueve!" TaeHyung se escandalizó cuando la noria se puso en


marcha. JungKook le tendió la mano y éste la agarró en seguida, apretujándola con
sus largos dedos. "¡Jeongguk esto va a caerse!"

"Tae, sólo estamos ascendiendo. Tranquilízate, ¿quieres?" JungKook se carcajeó por


la cara de asombro en TaeHyung.

"¡No, me quiero bajar!"

"Caaaalma." insistió JungKook.

"¡Sácame de aquí!" la mano de JungKook estaba a punto de ser mutilada.

"¡Mi mano, TaeHyung, duele!"

Pero por supuesto, TaeHyung estaba muy sumido en su papel de gritón del año,
queriendo salir a toda costa de la atracción. "¡Bájam-"

Y fue vilmente interrumpido por unos labios suavemente posándose sobre los suyos,
repitiendo el acto de calmarlo y a la vez callarlo. JungKook movió sus labios contra los
de su novio, quién ya había relajado y destensado sus músculos, y ahora mismo se
estaba dejando llevar. TaeHyung sentía como la cabina seguía ascendiendo, pero sus
ojos estaban cerrados y la boca de JungKook contorneaba y exploraba
maravillosamente la suya, así que el miedo lo abandonó en cuestión de segundos.

Cuando JungKook supo que ya estaban acercándose a la cima, se separó, dando un


último beso a los labios hinchados y húmedos de su pareja. Sus ojos se vieron
grandes y llenos de iluminación.

"Mira hacia delante, Tae." habló.

TaeHyung no volvió a quejarse, en lugar de eso, miró la razón por la que JungKook
había insistido tanto en querer montar a la noria. Y justo en ese momento, agradeció
mentalmente la propuesta.

Un lindo cielo pintado con colores cálidos se explanaba ante ellos, enmarcando a la
perfección los rascacielos de la ciudad, viéndose pequeños y sumamente lejanos a la
altura en la que ellos se encontraban.

Un profundo sentimiento de paz se alojó en el corazón de TaeHyung, quién apretó


suavemente la mano adolorida de JungKook cuando su cabina está en lo más alto, en
un intento por llamar su atención,—a pesar de que ya la tenía completamente y
desde el primer momento—y susurró. "Oye, esto es lindo, pero abrázame."

Cuando llegan a la cima de la noria, TaeHyung se siente maravillado por lo que ve.

"Creo que esto es lo más hermoso que he visto en mi vida, Angelito." le dice sin
mirarlo.

Pero JungKook lo mira a él en todo momento, mientras dice: "Sí, yo también estoy
teniendo la mejor imagen en toda mi vida."

Y TaeHyung le dedica una de sus mejores y más brillantes sonrisas.


c.-010

"¿Kookie?" una suave voz se coló sus oídos en un simple murmuro. Un susurro leve
que erizó cada poro de su piel y elevó cada tenue vello en ella. "¿Kookie, estás
despierto?"

JungKook se removió ansioso en el pequeño espacio sobre el sofá que tenía para
descansar de vez en cuando. Los muelles crujieron ante sus movimientos y de su
garganta brotaron murmullos que a duras penas lograban tener sentido.

Cuando abrió los ojos, dispuesto a encontrar el causante de aquella fuerza que lo
sacudía en mitad de su sueño, se encontró con unos ojos castaños y una perfecta
sonrisa cuadrada que le transmitía la pura calidez.

"Kookie, ¿puedes oírme?" La linda voz murmuró. JungKook pestañeó varias veces,
aún ensimismado por el reciente descanso que se había decidido a tomar.

"¿T-TaeHyung?" él balbuceó al igual que un pequeño niño perdido.

La sonrisa contraria se expandió aún más." Hola, mi amor." unos suaves y largos
dedos contornearon su rostro, acariciándolo en el transcurso y dejando un amargo
tacto desde su mandíbula hasta el principio de su sien derecha. "Te he echado tanto,
tanto de menos, JungKookie..."

Por otra parte, JungKook se encontraba confundido y con el corazón latiendo


bestialmente contra el pecho duro. ¿TaeHyung lo estaba recordando? ¿Finalmente él
podría tener de nuevo su vida, aquella que tanto echaba en falta?

Gruesas lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, TaeHyung deslizó sus dedos
por la superficie suave, retirándolas. "Oh, no llores, cariño."

El azabache ni siquiera puede dejar salir el aire de sus pulmones sin que su pecho
tiemble por la extraña sensación invadiéndolo. "P-Pero, yo... Tae, ah..." sus ojos
tuvieron que cerrarse por un momento, tratando así de que su respiración errática
disminuya la ferocidad. "Tú... ¿me recuerdas?"

"Claro que lo hago, ¿cómo podría no hacerlo?" los bonitos ojos de TaeHyung le hacen
pestañear continuamente, sintiendo la calidez que emanan éstos con tan sólo
mirarlos.

"N-No lo sé, y-yo..."

"Me dejaste, JungKook." espetó el castaño de repente, su mirada oscureciéndose de


sobremanera y alertando a JungKook "Te amaba tanto, y-yo... Eras la persona más
importante de mi vida y tú sólo... desapareciste."

JungKook sentía que comenzaba a hiperventilar, gruesas gotas de sudor bajando por
la zona de sus sienes. "Y-Yo nunca quise dejarte, TaeHyung."
"¡Pero lo hiciste! Lo eras todo para mí, Jeon JungKook." los dientes de TaeHyung
rechinaron al mismo tiempo que las lágrimas de rabia e impotencia atacaban sus
orbes miel. "Un día me desperté y ya no estabas, te habías ido. Sin mí."

"S-Sabes que yo n-no quería dejarte" un terriblemente confundido azabache


murmuró, hipando por el llanto que no sabía que tenía encima. Mientras el dolor
invade cruelmente su pecho.

Si había algo que estaba totalmente claro, y además, era jodidamente obvio es que
JungKook no quiso que el terrible suceso de su muerte ocurriese, jamás lo había
querido. No teniendo a TaeHyung en su vida.

"¡Prometiste nunca dejarme, JungKook! ¡Y me mentiste!"

"T-Tae p-por favor." el muchacho de piel más pálida comenzó a sollozar, sintiéndose
como un pequeño niño perdido que no encuentra a su madre. O al que se le acaba de
morir su mascota de toda la vida siendo ésta su única compañía. El nudo interminable
que habitaba en su pecho se expandió de forma considerable, atacando la parte
principal de su garganta haciendo que las palabras saliesen ahogadas y con dificultad.

"No me llames así, JungKook." con una voz amarga, él dijo. "He sufrido tanto,
tantísimo por ti... No te puedes llegar a imaginar cuanto..."

"Jamás en mi vida quise hacerte daño..."

TaeHyung apretó la mandíbula, haciéndola más notable antes los ojos oscuros." Pero
lo hiciste. Y te odio tanto por ello." casi escupió la última frase.

JungKook tuvo que poner las manos sobre su rostro para tratar de calmar su llanto, la
cascada de lágrimas empapando sus palmas al mismo tiempo que los espasmos
provocados por los fuertes sollozos hacían su cuerpo temblar.

"N-No p-por favor, no d-digas eso Tae..." su garganta dolía por la sequedad y el
esfuerzo en las cuerdas vocales para poder transmitir las palabras.

"Es la verdad, la pura verdad. Te odio, y desearía que lo nuestro nunca hubiese
pasado."

JungKook recibió un duro golpe al corazón.


"¡N-No!" sollozó.

"Me arrepiento tanto de haberte conocido..."

Otro golpe más.

"¡P-Para, por favor!" pidió entre incontrolables espasmos que sacuden su cuerpo.

"Ojalá nunca me hubiera enamorado de ti, Jeon JungKook."

Y recibió el último golpe al mismo tiempo que sentía como unas finas manos se
posicionaban suavemente sobre sus hombros, zarandeándolo levemente.

"Angelito, despierta." escucha una voz lejana que aturde sus sentidos. Su pecho
agitado subiendo y bajando ferozmente mientras el aire lucha por salir de entre sus
labios,

JungKook frunce el ceño cuando abre los ojos, pestañeando por la confusión de ver al
mismo TaeHyung de sus sueños observándolo con mera preocupación yaciendo en
sus lindos ojos que segundos antes lo acusaban cruelmente "¿T-Tae?"

"¿Estás bien?" la dulce voz ahora parece angustiada. JungKook tiene que tragar saliva
con dureza, sintiendo la garganta terriblemente seca por el llanto y la angustia previa.
"¿Qué pasó, angelito?" Vuelve a preguntar, acariciando sus hombros y apretándonos
levemente para que el azabache se tranquilizase.

JungKook saca las fuerzas necesarias para incorporarse y así poder ver mejor a su
alrededor, encontrándose curiosamente a sí mismo en el pequeño sofá del salón. El
lugar donde se quedó dormido. Parpadea ante la confusión de seguir siendo llamado
angelito por TaeHyung, lo que quiere decir que él aún no lo recuerda.

Entonces, ¿todo lo anteriormente ocurrido había sido un sueño? De ser así, había sido
el sueño más real, cruel y crudamente doloroso que había tenido en toda su vida.

Sus ojos vuelan de nuevo hasta TaeHyung, quien lo sigue observando con atención y
preocupación al mismo tiempo.

"T-Tuve una pesadilla..." murmura cuando ha logrado cerciorarse a sí mismo que lo


que ahora mismo está ocurriendo ya no forma parte de esa horrible pesadilla que
había tenido momentos antes y por la que lo había pasado realmente mal.

"Pude notarlo. Estaba dormido cuando escuché tu llanto y tus gritos. ¿Tan terrible fue
la pesadilla?"

JungKook suspira. Si TaeHyung realmente supiese cómo es que fue, lloraría con él.
"La peor sin duda, Tae... Y-y perdón por despertarte, por cierto." se disculpa con una
torpe mano frotándose la nuca.

TaeHyung le dedica una pequeña sonrisa, acariciando sus tersas mejillas de pálida
tez.

"No te preocupes por eso, angelito. ¿Estás mejor?"

"Uh... ahora sí."

El castaño asiente, impulsándose a sí mismo hacia delante para rodear el cuello ajeno
con sus finos brazos y apegar ambos cuerpos en un cálido abrazo.

"No sabes el susto que me diste, angelito." TaeHyung murmura y JungKook tiene que
tragar saliva, porque no sabe cómo demonios sentirse al respecto.

"L-Lo siento."

"Duerme conmigo la próxima vez" pide. Bueno, más bien ofrece, ya que de ningún
modo JungKook puede negarse. Decir 'no' a Kim TaeHyung no es una de las opciones
que ese castaño baraje en su mente.

" Oh, d-de acuerdo, Tae.

Pasan los minutos y ambos chicos siguen con sus cuerpos unidos en el abrazo, con
TaeHyung frotando lindamente su mejilla contra el pecho del azabache y JungKook
apoyando la barbilla en la cabecita ajena.

El silencio los acompaña, pero no es ese tipo de silencio en el cual la tensión se podría
cortar fácilmente con un cuchillo. No. Es ese tipo de silencio en que simplemente
sobran las palabras, porque las acciones hablan por sí solas.

Pero JungKook necesita urgentemente romperlo.

"Hmmm, ¿TaeHyung?" susurra su nombre con un miedo palpable.

"¿Dime?" el castaño responde aún con su mejilla pegada al tibio pecho del angelito. Y
tiene que admitir, que, efectivamente tiene razón. La piel curiosamente se encuentra
mucho más cálida cuando él está cerca suyo de cuando no lo está.
"¿Vendrías mañana conmigo al río? Por favor."

Sonríe sin ser consciente de tal acto, cerrando sus ojos por la tranquilidad y
comodidad en la que se ve envuelto, asintiendo. "Claro."

0\4
c.-011

El cielo está enmarcando la ciudad en un precioso azul, mientras el potente sol ciega
todo a su alrededor. Pero no le molesta la claridad, para JungKook ahora mismo todo
es precioso. Aunque siga muerto, aunque TaeHyung no lo recuerde. El simple hecho
de poder despertarse a su lado, le llena el corazón de una alegría tan impresionante
que sus ojos comúnmente apagados vuelven a brillar con fuerza.
Porque sí, luego de que TaeHyung lo despertase de ese horrible sueño que le
ocasionó una terrible fatiga y dolor en el pecho, ambos se quedaron dormidos
abrazados. Como en los viejos tiempos.
Como cuando todavía eran una pareja y feliz que se amaba sin importar qué.
Como cuando JungKook aún estaba vivo, y TaeHyung le decía apodos bonitos como
''mi vida, cielo, o simplemente mi amor''.
Cuando ve su rostro junto al ajeno, tan pacífico, sereno y hermoso como siempre,
JungKook siente un común y agradable sentimiento recorrerlo de pies a cabeza,
poniendo una gran sonrisa en mitad de su rostro. Con parsimonia recorre, con el
índice de su dedo, el rostro suave y de piel tersa que TaeHyung posee,
embriagándose con su sutil pero encantador aroma natural que tan loco lo vuelve.
Las pestañas del castaño se mueven de un momento a otro, sus ojitos abriéndose
lentamente, saludando de una adorable forma al muchacho frente a él. Parpadea
cuando lo ve tan cerca de su rostro, pero no se aleja, si no que todo lo contrario, le
dedica una de sus mayores sonrisas.
"Buenos días, angelito. ¿Dormiste mejor luego de la pesadilla?"
JungKook le devuelve la sonrisa, mucho más grande y acentuada. "Sí, muchas
gracias, Tae."
"No tienes que agradecerme nada, bobo." se ríe infantilmente, acomodándose aún en
el sofá, estirando sus brazos y la mitad de su cuerpo, escuchando sus huesos crujir y
sus músculos destensarse. "¿Cuál era el plan para hoy?"
"Tenía pensado llevarte al lago, y cómo hace un día realmente bueno, he pensado
que podría ser una buena idea."
TaeHyung asiente. "Por mí no hay problema, hace un gran tiempo que no voy al lago.
No sé nadar."
"Lo sé, lo sé. Es por eso que te llevo." JungKook se ríe ante el ceño fruncido de su
amado.
"Pero...-"
"Lo sabrás cuando estemos allí, Tae. Así que no pierdas tiempo y vístete."
Cuando el angelito ordena, el mencionado no puede hacer nada más que un tierno
puchero y correr escaleras arriba para preparar su ropa y habitación, mientras que en
la planta baja todo lo que JungKook hace es sonreír como un verdadero bobo.
Pero un bobo que está perdidamente enamorado.
Ya para antes del mediodía, ambos jóvenes se dirigían a las afueras de la ciudad,
TaeHyung cantando felizmente, atrayendo miradas curiosas que finalmente
terminaban por ser acusatorias—e ignoradas por parte del castaño, obviamente—. De
vez en cuando se quejaba por llevar mucho tiempo andando, pero eso era algo que
fácilmente JungKook olvidaba.
Habían estado caminando alrededor de casi una hora por toda la gran ciudad. Pero,
¿qué iba a JungKook hacerle? Cuando ellos estaban juntos y enamorados, caminaban
por los lugares y el tiempo parecía detenerse. O incluso pasaba tan rápido que en
para lo que ellos parecían segundos, se encontraban en la otra punta de la ciudad.

Pero por fin habían llegado. "Aquí es." JungKook anuncia, girándose para observar a
TaeHyung.

Ese hermoso río de colores frescos, vivos, de un tono perlado por fin estaba frente
sus ojos. TaeHyung observaba con plenitud todo el lugar, sintiéndolo escasamente
reconocido por un rato, hasta que se cansó de martirizar su cabeza para pulir los
recuerdos—al fin y al cabo no iba a conseguir nada. Era un recuerdo muerto del que
sólo había una pizca latiendo fervientemente, sólo iba a conseguir ganarse un dolor
de cabeza terrible antes de terminar el día.

"Wow..." con pasos pequeños e indecisos, hace su camino hasta el filo del lago,
admira los matices perlados de la superficie acuosa, maravillándose por la perfección
que se hallaba tras los arbustos de la civilización. "Esto es hermoso, angelito."

JungKook asiente con la cabeza, una fina sonrisa surcando de la comisura en sus
labios, tironeando hacia atrás para dar ese efecto de 'sonrisa ladeada'. Las manos
escondiéndose tímidamente en los bolsillos delanteros de esos jeans.

"Lo es, ¿cierto?" TaeHyung le devuelve con ímpetu la sonrisa, entonces él da un par
de pasos hacia delante, acomodando su espalda en un frondoso árbol. "Te
enamoraste de éste lugar en una de nuestras escapadas. Decías que, a pesar de no
saber nadar tú querrías lanzarte en el agua durante todo un día, admirar el cielo
hasta que anocheciese y luego dormir bajo los árboles."

"¿De verdad?"

"Así es. No me puedo imaginar la de agua de éste río que llevarás dentro por todas
las veces en las que tratando de enseñarte a nadar te ahogabas."

TaeHyung ríe con gracia, la curva en sus ojos apareciendo rápidamente." Yo me


ahogaba, pero apuesto todo lo que tenga a mi disposición que tú estabas ahí para
salvarme, ¿verdad que sí?

JungKook le sonríe. "Por supuesto, todas las veces que fueran necesarias. Pero a
pesar de todas las veces en las que no conseguías ni siquiera avanzar un metro por ti
mismo, seguíamos intentándolo. Volvíamos, día tras día; semana tras semana. Hasta
que finalmente lo conseguiste. Este lugar se volvió nuestro pequeño escondite,
nuestro pequeño lugar de libertad. Aquí podíamos ser nosotros mismos sin que no
nos importase nada. Este lugar era nuestro, sólo nuestro. De nosotros, Tae."

TaeHyung nota rápidamente el brillo en los ojos de JungKook, y algo en su pecho


comienza a doler como si le estuviesen extirpando el corazón aún despierto, está a
punto de correr hasta él y abrazarlo, pero rápidamente JungKook sacude la cabeza
como un perro que escurre su cabello y pone una sonrisa forzada en mitad del rostro.

"¿Nadamos?" es todo lo que dice, confundiendo a TaeHyung un poco más.


La idea no le desagrada, como pensó que lo haría. Pero sí que le asusta, no porque no
tenga confianza en JungKook, ya que a pesar de que no lo recuerde, él le dejó
bastante claro que pasase lo que pasase, siempre lo protegería de cualquier cosa.
Pero aún así, al igual que en el día de la Noria, no puede evitar sentir un poco de
pánico al pensar que se ahogará en el hermoso río frente a él.

"N-No... No tengo ropa de baño aquí, angelito."

" Existe la ropa interior." JungKook dice, quitándose la camiseta como si nada.

Y a TaeHyung prácticamente le dio un ataque y medio al corazón. Porque, vamos


hombre, JungKook no tendría por qué haberse tomado el término de «ángel» tan a lo
personal. Tenía el cuerpo, literalmente, de un ángel.

"P-Pero..."

"TaeHyung, dije que éste lugar en nuestro por algo. Nadie va a venir aquí." El
azabache trata de tranquilizarlo, caminando hasta él y dándole una linda y suave
sonrisa.

"¿Y-Y si me ahogo?" TaeHyung y sus estúpidas inseguridades. Él mismo se reprende,


porque le estaba dando demasiadas vueltas al asunto.

JungKook abre los brazos, para luego terminar señalándose. "Estoy aquí ¿no? Si no te
pasó nada en el pasado—e incluso conseguiste aprender a nadar bastante bien, debo
decir—¿Por qué debería de pasarte algo ahora?"

TaeHyung deja todos sus nervios fluir, sonriendo sutilmente al final, asintiendo. "De
acuerdo."

En menos de lo que duraría un abrir y cerrar de ojos, JungKook ya no tiene


pantalones, mientras que aún TaeHyung lucha por desabotonar los suyos propios. Se
queja cuando no lo consigue y vitorea silenciosamente cuando están en el suelo. Se
quita la camiseta y los zapatos, dejándolos a un lado de la ropa de JungKook. Quién
por cierto, ya está en el agua hasta las rodillas metido.

"¡Vamos, Tae, ven!" lo llama desde el río.

A lentos e inseguros pasos vuelve a acercarse hasta el filo, la observa con


desconfianza, como si acabase de insultar a su mamá. Pero luego se dice a sí mismo
que por mucho que la observe, no va a saber si va a estar fría o caliente, por lo que
se mete a lo loco dentro del río.

Gran error.

"¡Ah, me congelo!" exclama nada más sentir el agua helada rozar la piel desnuda de
sus caderas, y sin ser consciente de sus actos, pega un salto hasta estar encima de
JungKook como un koala asustado.

Y JungKook sonríe, porque ésta situación se le hace demasiado conocida.

"¿Seguro que no está fría?" TaeHyung preguntó como por cuarta vez, viendo como su
novio hacía circulitos con sus dedos en el agua.

" Que nooo." repitió JungKook. "Vamos entra, no le des más vueltas."

" Vale~" A pesar de que no estaba muy seguro, se metió de lleno en el agua, dando
un gran chillido casi al instante. Porque JungKook era un mentiroso.

El agua estaba fría, más bien, estaba congelada.

"¡A-Ah!, ¡frío, frío! ¡JungKook, está fría!" chillaba seguidamente el castaño.


"¡JungKook!" lloriqueó, para terminar saltando en brazos de su pareja, el cual lo
rodeó con sus fuertes brazos de la cintura, obligándole a rodear él con sus piernas la
contraria. "¡Me mentiste!"

"Lo siento amor, pero no había otra forma en la que entraras de una vez." Cuando
TaeHyung puso un puchero irresistiblemente adorable en sus labios, JungKook lo
abrazó más fuerte y le dio un pequeño besito en la punta de su nariz.

TaeHyung lo miró, parpadeando de forma inocente, aún con el lindo puchero


adornando su tierno rostro. "Hace frío." Y unió sus manos detrás del cuello ajeno.

"Tranquilo, se va a pasar" JungKook aseguró ."Ahora, cierra los ojitos y no abras la


boca, ¿de acuerdo? Voy a sumergirnos."

"P-Pero..."

"Los ojos~, Tae."

El castaño rápidamente obedeció, cerrando los ojos y no abriendo más la boca.


Ocasión que su novio aprovechó para besar sus labios cortamente, antes de
finalmente sumergir ambos cuerpos bajo el agua. TaeHyung sintió una ola helada
recorrerle de pies a la cabeza cuando eso ocurrió, pero gracias al abrazo que
mantenía con JungKook, cuando su cabeza y parte de su torso estuvo en la superficie
apenas fue notable.

JungKook le besó el hombro, mientras la cabecita del castaño se escondía en el hueco


de su cuello, dando un pequeño e inocente beso en el lateral.

"Te quiero mucho, JungKookie." susurró la voz muy delicadamente.

El mencionado sonrió aún contra la piel de su pequeño novio. "Yo también te quiero,
Tae. Con toda mi alma."

"Lo estás haciendo bien, TaeHyung. Vamos, sigue así." Anima el azabache, sujetando
con firmeza la cintura de TaeHyung, quién estaba estirado boca abajo sobre el agua,
con sus piernas y brazos moviéndose a un compás y de un modo en el que JungKook
le había enseñado.

"P-Pero ¡angelito! No me sueltes, eh. ¡No me sueltes!"

"Que no te suelto, vamos. Mueve los pies. Ese brazo, TaeHyung."

"¡Promételo, angelito, promételo!"

JungKook se ríe entre dientes. "Lo prometo, lo prometo. Aish, ¡venga ya!"

"¿Así?" su tierna vocecita pregunta sin ni siquiera girarse para mirarlo, pues está
demasiado ocupado viendo por dónde se mueve para no ahogarse en el último
momento.

"Mueve un poco más las piernas, de lo contrario te hundirás, Tae.

Rápidamente el muchachito de cabellos castaños —ya mojados, por la larga lección


de natación que estaba recibiendo—acotó la orden, moviendo sus pies rápidamente y
chapoteando todo a su paso—incluido el rostro de JungKook, pero a él le importaba
más bien poco—, sin darse cuenta de que sus manos no podían seguir el mismo ritmo
que sus pies, cansándose rápidamente y parando el movimiento de ambas
extremidades. Y justo cuando iba a abrir la boca para tomar una bocanada de aire su
cuerpo se hundió torpemente.

"¡TaeHyung!"
JungKook rápidamente empujó la mano que tenía en su estómago hacia arriba,
mientras que con la otra lo sujetaba por la cadera, para sacarlo del agua. Lo miró a
los ojos mientras éste tosía y escupía el agua que sin querer había tragado ."¿Estás
bien?"

"¡Agh!" furioso, golpeteó el agua bajo sus manos en puños. "¡No sirvo para nada, soy
un desastre!"

"Hey, no te quiero volver a oír decir eso, ¿entendido?" JungKook reprendió a


TaeHyung de la forma más severa y suave que pudo. Odiaba en demasía cuando su
pequeño y lindo novio se desprestigiaba a sí mismo. "Eres genial, simplemente
maravilloso. Y bien, eres un desastre. Pero eres el desastre más hermoso que ha
revolucionado mi vida de la mejor manera posible. Y te quiero – te amo así".

Para cuando quiso darse cuenta, ya tenía a TaeHyung sollozando contra su pecho, lo
que le hizo suavizarse de sobremanera, acariciando suavemente el cabello del otro.

"Oye, oye, ¿por qué lloras? No llores, mi amor".

" E-Es que... Yo... Te amo tanto, Kookie. Gracias por creer siempre en mí."

JungKook sonrió ante las palabras de su adorable bebé. "Siempre, escúchame bien
Kim TaeHyung, siempre —pase lo que pase; cualquier cosa—, yo voy a apoyarte.
Incluso si el mundo se está cayendo y es todo una locura. Voy a estar aquí para ti.
Hasta el final, pequeño."

Sin darse cuenta, JungKook tiene pequeñas lágrimas deslizándose por su rostro, las
cuales para su suerte, se camuflan bastante gracias al agua del río.

"¡Agggh!" escucha el gruñido de TaeHyung a su lado y cómo este infantilmente


escupe el agua que sin querer—y gracias a su evidente torpeza—, ha tragado. "Qué
asco."

Una burlona risa se escapa de sus labios. "TaeHyung, éste agua no es potable. No te
la bebas." Dice de broma.

"¡Qué graciosillo!" Pero en realidad él también se está riendo.

Una hora más tarde, con sus cuerpos más arrugados que dos garbanzos, TaeHyung y
JungKook ya están fuera del agua, con sus ropas secas puestas y sus cabellos algo
húmedos. Sentados en la hierba fresca mientras miran el atardecer sucumbir en el
inmenso cielo. Sin darse cuenta, TaeHyung deja reposar su cabeza en el hombro del
azabache.

"Angelito, tengo frío." se queja formando un pequeño puchero.

JungKook lo mira por unos instantes antes de pasar su brazo por su cintura y atraerlo
aún más hasta su cuerpo para apegarlo en un cálido abrazo.

"¿Mejor?" murmura suavemente contra su coronilla.

Inconscientemente, TaeHyung tenía una sonrisa pegada en el rostro. "Mucho mejor."


c.-012

Era martes, día en el que TaeHyung no tenía que ir a trabajar, por suerte. Él tenía
pensado dormir hasta tarde, pero como era de esperar, el ajetreado y emocionado
JungKook no tenía los mismos planes. Es por eso que ahora el azabache se
encontraba zarandeando a TaeHyung a un lado de la cama, donde ambos dormían
juntos desde la semana pasada, cuando TaeHyung vio al angelito en ese episodio del
horrible sueño.
"¡Vamos, TaeTae; es hora de despertar!" Ahí estaba él, moviendo a TaeHyung con
todo su furor, mientras el pobre castaño se quejaba cada segundo por el sujeto
queriéndolo sacar de su dulce sueño. "Venga, TaeHyunggie~"

El mencionado casi se pone a sollozar al abrir los ojos, pero cuando ve el rostro
brillante y emocionado de su angelito sólo resopla. "Ah, ángel ¿qué es lo que pasa?
¿Otra pesadilla?"

"¡No, no!" JungKook rápidamente sacude la cabeza en negación. "Quiero que veamos
juntos el amanecer, ¿no es genial?"

TaeHyung parpadea curioso, girándose mínimamente parar mirar el reloj de mesilla


justo al lado suyo, sorprendiéndose porque apenas eran más de las seis de la
mañana.

"Ah, angelito. Son sólo las seis, ¿quién se despierta a esta hora para ir a ver el
amanecer?" se queja escondiendo el bonito rostro adormilado entre la comodidad de
las almohadas.

JungKook aleja las sábanas de su cuerpo. Esa siempre fue la única forma de
conseguir que TaeHyung finalmente se levantase por las mañanas. "Pues nosotros."

Y equivocado no está, luego de unos segundos en los que su único objetivo es


zarandear a TaeHyung en mitad de la cama, TaeHyung rápidamente se pone de pie
cuando oye: "Si no te levantas te tendré que hacer cosquillas."

"¡No! Ya estoy, ¿lo ves? Estoy de pie." Le sonríe, pero cuando el pelinegro no lo mira
hace una mueca de burla a sus espaldas, mientras que éste pone las sábanas que se
cayeron al suelo por el movimiento ajetreado de TaeHyung en la noche.

JungKook frunce el ceño. "Bonita lengua, TaeHyung" alaba terminando de colocarlas


en la cama. El mencionado rápidamente da un pequeño salto en su lugar, asombrado
por el hecho de haber sido descubierto.

¡¿Cómo demonios lo vio?! Su cuerpo estaba totalmente volteado, dándole la espalda a


TaeHyung todo el tiempo.

"Tú... ¿C-Cómo?" balbucea la pregunta, completamente anonadado y tal vez, algo


avergonzado por ser directamente pillado en uno de sus ataques malditamente
infantiles.
"A veces siento que te olvidas de que soy un ángel. O lo que es peor, que tienes un
espejo justo en frente de la cama."

[...]

"¿Por qué estamos caminando tanto? Ese lugar está demasiado lejos, ¡jo~!"

"Y, ¿por qué siempre te estás quejando del camino? Vamos a la playa, no está lejos,
¡apenas queda a cuatro calles de tu casa! Tae, por Dios." JungKook lo mira de
soslayo, viendo cómo el pequeño hace un mohín y seguido de esto un lindo pucherito.

"¡P-Pero! ¿Qué esperas que haga si me sacas de mi camita a las seis de la madrugada
para andar por las calles?"

"Aish, éste pequeño pesimista~, no lloriquees más, TaeHyung." Le dedica una bonita
sonrisa antes de saltar ágilmente el gran escalón que separaba el final de la acera de
la arena de playa.

"Tengo sue-"

"¡Llegamos!" anuncia el pelinegro cortándolo en uno de sus múltiples quejidos diarios.

TaeHyung automáticamente se queda callado, admirando el lugar que se expande


frente a él, con ojos maravillados. Porque, a pesar de lo temprano que ha tenido que
levantarse, el frío mañanero que casi ha calado sus huesos nada más pisar el exterior
de su casa, ahora mismo él está viendo una de las estampas más bonitas de su vida.

Y de algún modo, está seguro de que no es la primera vez que se ha despertado


temprano para ver el amanecer en la playa.

"Angelito, ¿alguna vez me llevarás a un sitio que no sea lindo?" le pregunta al chico a
su izquierda y automáticamente el mencionado surca una bonita sonrisa, dónde
TaeHyung puede ver perfectamente sus dientes delanteros.

«Lindos dientes de conejo. Adorables» Es todo lo que el castaño piensa, con una
pequeña sonrisa acompañando la vista.
"Por el momento no lo planeo."

[...]

"¿Cuántas veces vinimos juntos a éste lugar cuando éramos una pareja?" después del
embriagador silencio que los rodea por unos minutos, TaeHyung demanda ladeando la
cabeza sutilmente para poder mirar a JungKook.

"Una vez, cada mes. Durante dos años más o menos, por lo que si lo calculas es
alrededor de veintidós o veintitrés veces. ¿Por qué lo preguntas?"

El de cabellos castaños se encoge de hombros, no queriéndole dar demasiados


detalles al pobre angelito. Su intención no es hacerle falsas ilusiones a su querido
nuevo amigo, él sabe bien que todo lo que JungKook trata de conseguir es su
recuerdo, pero tal vez, eso no vaya a ser posible.

Tal vez.

"No, por nada." le dedica una pequeña y tímida sonrisa "Sólo era por curiosidad."

"Ah, bien."

Pero TaeHyung no podía dejar de lado su interés, y eso era precisamente lo que el
lindo angelito buscaba.

"A propósito, ¿hay alguna razón en particular por la que nosotros viniésemos
especialmente aquí?"

JungKook evita mirarle a los ojos antes de crujir sus dedos uno por uno. Él sabe con
antelación que el tema a punto de ser tratado siempre fue algo realmente difícil de
llevar para su hermosa pareja, pero no es algo de lo que se arrepienta, sin embargo.
Aquello que llevó a cabo en su momento, no era más que una mera acción por hacer
sentir bien a TaeHyung luego del fatídico suceso que tanta huella dejó tanto en su
frágil corazón, cómo en su vida.

"Un día me desperté en nuestra cama, completamente solo. Cuando me moví para
abrazarte, el lugar junto a mí estaba vacío, y tu presencia no estaba por ningún lado
de la casa. En alguna franja del tiempo en ese momento, yo pensé que me habías
abandonado. Pero rápidamente evadí esas tontas ideas de mi cabeza al ver todas tus
pertenencias aún en la casa." cuenta relajado el pelinegro, con cautela se arrastra
hasta posicionarse un poco más cerca del otro. "Salí a la calle en tu búsqueda,
dándole vueltas a mi cabeza en busca de un lugar en el que fuese cien por cien
acertado el encontrarte, hasta que lo recordé."

JungKook se sintió especialmente nervioso y aterrado al ver que en mitad del


amanecer, su pareja no se encontraba a su lado entre las sábanas, justo cómo creyó
que lo estaría. Pero ni siquiera se permitió que el miedo lo invadiese por completo. No
cuando la imagen de un frágil TaeHyung en mitad del frío amanecer caminaba por las
calles deshabitadas, al filo del peligro. Lo más rápido que pudo, vistió unas ropas
cualquieras y luego se calzó sus timberlands infalibles.

No importaba lo lejos que su pequeño se encontrase, él iría hasta el final del mundo
sólo para encontrarlo y permanecer a su lado. Porque era la promesa que le había
hecho. Y JungKook detestaba no cumplir las promesas que hacía. Y mucho menos si
se trataba de ese pequeño castaño de linda y peculiar sonrisa. Nunca. Jamás le
decepcionaría.

Tal vez, por eso era que ahora el pelinegro se encontraba corriendo despavorido por
todas las calles de la ciudad, sin importar el frío en sus huesos, los cejos fruncidos y
miradas acusatorias que recibía por parte de los pocos habitantes que a estas horas
estaban en la calle.

"¿Dónde te habrás metido, Kim TaeHyung?" Era lo que más se preguntaba, luego de
haberse recorrido todos los lugares en los que el mencionado podría estar ahora
mismo. Pero entonces, algo rápidamente fruyó en su mente.

El mar.

TaeHyung siempre alegó que la brisa marina le hacía sentir tranquilo, relajado. Le
gustaba sentarte en la arena, incluso a sabiendas de que pudieran meterse pequeño
granitos de la misma en sus pantalones—porque TaeHyung no era de los que se
ponían a pensar en las consecuencias, tal vez una de las muchas cosas que
enamoraron a JungKook—. Amaba con todo su ser escuchar el pacífico sonido de las
olas, las gaviotas volar a su alrededor. A parte de que en algún momento de su vida
le comentó que le gustaría ver al menos una vez en su vida el amanecer. Y entonces,
como un flash vino a él. Antes de que pudiera darse cuenta, ya tenía la arena metida
en los zapatos y sus ojos veían las olas chocar contra las rocas. Su pequeño estaba
ahí, a un par de metros. Sentado, con la cabeza escondida entre las rodillas. Podía
ver perfectamente como la pequeña espalda se sacudía, seguramente por los sollozos
que dejaba escapar.

Y no se equivocó cuando al acercarse escuchó los devastadores gimoteos que


provocaron un enorme dolor en el pecho del contrario. No era un secreto que a
JungKook le partía el corazón ver a Tae sufrir, era lo que más detestaba en el mundo.

Claro, luego de imaginarse una vida sin él.

Se arrodilló a su lado, mordiéndose el labio inferior. No quería alarmarlo, pero sentía


la necesidad punzante de tomarlo entre sus brazos y abrazarlo hasta que se hiciese
de día. O eternamente, no le veía problema a eso.

"Tae, mi amor..." suavemente susurró su nombre. Rápidamente el cuerpo de


TaeHyung sufrió un pequeño espasmo, ocasionado por el leve susto que se llevó nada
más oír la profunda voz al lado suya.

Lo miró con el mentón temblando, sus ojos acuosos y terriblemente rojizos a la par
que hinchados; una imagen completamente dolorosa para el azabache. TaeHyung
frunció los labios un par de veces casi como acto reflejo para que las lágrimas no
cayesen por sus mejillas una vez más, pero fue un completo fracaso cuando explotó
en un fuerte sollozo.

Se lanzó a los brazos de su persona favorita en el mundo, escondiendo el rostro en el


fuerte pecho que lo acogió sin problema alguno, inmediatamente sintiéndose rodeado
por cálidos brazos que lo hicieron sentir protegido.

"Estoy aquí, pequeño, estoy aquí." susurró JungKook acariciando la espalda del mayor
con suavidad.

"Kookie, ¿p-por qué é-el tuvo que irse?" lloró profundamente, manchando con sus
lágrimas gruesas el pecho." ¿P-Por qué me abandonó?

Entonces, JungKook sintió su corazón sacudirse brutalmente. Él sabía de lo que


estaba hablando TaeHyung.

De su hermano.
De la muerte de su hermano mayor.

"Oye... tú sabes... Él nunca quiso dejarte, no de esta forma, Tae. Él te amaba, te ama
y dónde quiere que esté te seguirá amando." JungKook apretó un poco más el agarre
que estaba teniendo en la cintura.

"Ahora estoy sólo, JungKook... No tengo nada, ni a nadie... ¿Por qué la vida es tan
injusta, Kookie? ¿P-Por qué?"

"No estás solo, hyung. Estoy aquí, ¿puedes verme? Estoy justo a tu lado, bebé.
Contigo. Y no planeo irme a ningún lado." besó su cabeza, dejando los labios pegados
en el lugar por unos segundos, tratando de demostrarle al otro el amor infinito que
sentía hacia él.

Porque para JungKook, TaeHyung lo era todo. Y JungKook era todo lo que TaeHyung
tenía ahora.

"Y la vida es injusta con todos, mi amor. Pero tiene especial afición por hacer daño a
las personas más buenas. TaeHyung, yo no puedo prometerte que todo va a estar
bien a partir de ahora, porque sinceramente no lo sé. Sin embargo, lo que si sé, y lo
que sí te puedo prometer a ciencia cierta, es que voy a estar aquí para ti. Que cuando
necesites un hombro para llorar el mío siempre estará disponible, y cuando necesites
unos brazos que te abracen, los míos van a protegerte de cualquier mal." Suspiró
contra su cabeza, algunos cabellos moviéndose por el simple aire de la brisa marina
que bailoteaba a su alrededor. "Sólo, no me alejes de tu vida, TaeHyung. Por favor te
lo pido. Yo no sabría que hacer sin ti a mi lado."

En lugar de responder, o simplemente asegurarle a JungKook que jamás lo alejará de


él—cosa que por nada en el mundo tiene pensado hacer—, TaeHyung se apretó más
en el abrazo, gateando un poco a través del fuerte pecho para colocarse frente a
JungKook y poder esconder su carita húmeda por las lágrimas en el hueco de su
cuello.

"Gracias, Jeon JungKook, por ser lo mejor que me ha pasado en la vida." en un


murmullo apenas dijo, sin dejar de soltar lágrimas.

"Gracias a ti, TaeHyung. Gracias a ti."


Para cuando JungKook ha dejado de relatar el primer y último recuerdo del día,
TaeHyung siente sus mejillas extremadamente húmedas, producto de las amargas
lágrimas.

"Mi hermano siempre fue un pilar importante en mi vida. Cuando él se fue, yo no


pude ver más allá." Y entonces, TaeHyung siente la necesidad de que tiene que
decirlo, porque es algo que simplemente no puede callarse. No ahora "Pero sé que
hubo alguien que me ayudó a salir del agujero negro, alguien que estuvo para mí en
todo momento. Yo, no sé si se trata de ti, angelito. Pero créeme, que si fuiste tú la
persona que permaneció a mi lado hasta el final, gracias. Muchas gracias, Angelito."

"No tienes que agradecerme absolutamente nada, TaeHyung. Lo hice porque te


amaba, y lo haría una vez más —y todas las que hicieran falta—por la misma razón."

TaeHyung respira hondo antes de levantarse con una pequeña sonrisa, luego de
haber retirado todo resto de lágrimas secas de su rostro. Mira al azabache sonriente y
le tiende una mano para que se ponga de pie junto a él.

"¿Vamos a casa a desayunar? Me muero de hambre."

JungKook toma su mano y se impulsa a sí mismo para ponerse en pie. TaeHyung


trata de no sonrojarse por la descarga eléctrica que ese simple roce ha causado en
toda su anatomía. Pero cuando quiere darse cuenta, está rojo hasta las puntas de sus
orejas y sus pies están abandonando la playa. Detrás de ellos el amanecer ha
terminado y el sol otorga una bonita y brillante luz natural al mundo que lo observa,
enmarcando sutilmente el cielo.

Aunque no todo dura para siempre, JungKook lo sabe.

Pero no esperaba que tan pronto.

Al doblar la esquina que casi una hora antes cruzaron para llegar a la playa, el cuerpo
de TaeHyung impacta contra otro más. Completamente confundido por el repentino
suceso alza la cabeza, sorprendiéndose en demasía al ver frente a él una persona que
juraba con todo pesar no volver a ver en mucho tiempo.

Y sus ojos comenzaron a brillar. "¿M-MinJae?"


c.-013

Mientras que TaeHyung luchaba por salir de su asombro, JungKook estaba tratando
de recordar dónde había visto a ese hombre antes, porque en serio, se le hacía
tremendamente conocido al respecto. A pesar de tener la mente ocupada, descifrando
cada rasgo asiático en su peculiar rostro, JungKook no había podido dejar pasar el
simple hecho de su lindo castaño mostrándose demasiado emocionado por el
muchacho frente a ellos.

¿Quién era él para TaeHyung, y por qué éste lo miraba como si fuese la cosa más
preciada del mundo? Como solía mirarlo a él.
"¿Y cómo te ha ido, Tae? No he sabido nada de ti durante todo este tiempo." el chico
el cual conoce como MinJae tiene una sonrisa linda, no puede negarlo. No es la
sonrisa más bonita que ha visto,—porque ese título totalmente lo tiene proclamado
TaeHyung—pero sí es cierto que posee una cierta carisma y calidez difícil de no notar.

"P-Pues la verdad que ahora mismo estoy muy bien, no estoy pasando por el mejor
momento de mi vida p-pero... tampoco voy a quejarme. ¿Y qué hay d-de ti, MinJae
hyung?"

Y ese leve balbuceo de palabras no ablandaba el mal presentimiento que el angelito


sentía crecer en su pecho. Porque cuando TaeHyung tartamudeaba, era porque se
encontraba nervioso, y no tiene idea siquiera de por qué él deba encontrarse nervioso
ante la presencia del otro hombre.

Bueno, tal vez sí la tenía, pero ahora mismo su pobre corazón sin vida no necesitaba
una explicación, a sabiendas de que incluso el mínimo detalle podría desquebrajarlo
aún más.

Porque JungKook no era tonto, estaba muerto; no ciego. Él podía ver con claridad las
tímidas sonrisas que TaeHyung le dedicaba al desconocido, la forma en que el otro lo
miraba tan profundamente, tanto que incluso podía jurar que vio a través de su alma.

"Bastante bien, para serte sincero. Hace unas semanas me trasfirieron aquí desde
Hong Kong, y me encuentro bastante bien en mi puesto de trabajo." los ojos oscuros
de MinJae viajaron por todo el lugar, parando irremediablemente en el chico de
oscuros cabellos al lado del lindo Tae. "¿Él... es tu novio?"

Sin ser muy consciente de otra persona que no es él viendo a JungKook, niega con la
cabeza. "Él es sólo mi amigo, no te preocu-¡oh Dios!" y cae finalmente en cuenta.

JungKook sonríe más por educación que por ganas, porque a lo que él respecta,
incluso ese mísero acto le causa un terrible dolor en el pecho. 'Amigos', TaeHyung se
había referido a él como un amigo, y ni siquiera eran e-Un momento... ¡¿Cómo
demonios MinJae pudo verlo siquiera?!

Por el rabillo del ojo, él puede notar como TaeHyung se tensa e inmediatamente sus
ojos se encuentran, la expresión de pánico puro que el castaño tiene en el rostro
pone aún más nervioso a JungKook. Pero es que, joder ¡es un maldito ángel! según
NamJoon, nadie más podría verlo cuando estuviese en la Tierra, sólo TaeHyung. He
ahí el misterio. MinJae lo estaba mirando de pies a la cabeza con una pequeña sonrisa
incómoda por el reciente miedo de TaeHyung.
El azabache se aclara la garganta, en un intento por suavizar la incómoda y tensa
situación, decide hablar por primera vez. "Mi nombre es Jeon JungKook, un placer." y
extiende su mano para que el otro la estreche.

"Kim MinJae, el placer es mío." le da una suave sonrisa "Y, Tae, ¿estás viviendo
cerca?"

Al ver que no respondía, y de hecho, aún seguía en el estado de shock, JungKook


codea levemente el costado de TaeHyung, provocando que este diese un pequeño
respingo por la sorpresa.

"U-Uh... eh, sí, yo estoy viviendo cerca. ¿T-Te parece si vienes a almorzar a casa?
Puedo preparar el estofado que tanto te gusta."

MinJae sonríe en respuesta. "Así que todavía te acuerdas de eso."

"Cómo olvidarlo" TaeHyung también sonríe, radiante.

Y JungKook sólo quiere llorar.

"¿Y te acuerdas del señor Han?" MinJae ríe nada más soltar esa frase. "Pobre hombre,
le dimos un curso terrible."

"¡Y que lo digas! Le salieron canas por nuestra culpa, yo creo." TaeHyung aplaude
mientras lágrimas se deslizan por sus mejillas, se ha pasado la gran mayoría del
almuerzo riendo como focas con retraso. "Pero, estoy seguro de que el que peor se lo
hizo pasar fueron JongDae y BaekHyun con sus estúpidas preguntas de '¿cómo se
hacen los bebés?'"

Ambos jóvenes estaban recordando tiempos de su adolescencia en el instituto, porque


ellos eran grandes compañeros en ese entonces.

Han dejado atrás el hecho de que aun siendo un ángel, JungKook ha sido
completamente visible para MinJae ,y ahora el azabache sólo se enfocaba en no
ponerse a llorar porque sentía que estaba perdiendo a TaeHyung. Porque de un
momento a otro sus esperanzas de ser recordado se han desvanecido por completo.

Sólo habían doblado una esquina, y entonces simplemente JungKook había dejado de
ser importante. Porque ese hombre había captado toda la atención del risueño
TaeHyung.
"¡Oh dios, oh dios!" exclama MinJae con una sonrisa, dando leves saltos en su asiento
"¡¿Recuerdas el viaje a las cascadas?!"

"¡Sí!" TaeHyung ríe aún más fuerte." Tuvimos que dormir abrazados durante toda la
noche porque nuestra tienda de campaña salió volando en mitad de la lluvia.

"Muy cierto, mi mamá se enfadó muchísimo cuando llegué a casa con la fiebre
altísima. Pero, fueron buenos momentos."

"Los mejores, sí." TaeHyung concuerda con una pequeña sonrisa.

Todo el tiempo que han permanecido los tres en la mesa, JungKook se ha sentido
como el mal tercio. Su corazón rompiéndose cada vez que escucha a TaeHyung reír,
cada vez que observa como le da una linda sonrisa a ese hombre. No está ciego,
puede ver como ambos se miran, y sabe perfectamente que esa mirada no está
precisamente cargada de malos sentimientos. Y tiene un miedo profundo de sólo
pensar que TaeHyung se enamore de MinJae, porque entonces, adiós a la vida que
tanto anhela junto al hombre de su vida.

Adiós a volver, adiós a ver a TaeHyung sonreír todas las mañanas. Adiós a ser de
nuevo el amor de su vida.

Y es que el tal MinJae tiene una gran ventaja, TaeHyung lo recuerda perfectamente.

A él no.

Una lágrima solitaria baja por su mejilla, pero ésta vez TaeHyung está demasiado
distraído riendo con MinJae como para notar el sufrimiento de su angelito.

JungKook muerde sus labios en un intento por calmar su llanto silencioso, no quiere
llamar la atención, pero se siente terriblemente herido. Pero tiene que aguantar, tiene
que seguir insistiendo. Porque sólo de esa forma logrará ser de nuevo la persona a la
que TaeHyung mira con tanta admiración, la persona por la que su corazón late.

"Caramba, yo estaba tan enamorado de ti en ese entonces." TaeHyung le dice a


MinJae de repente, en mitad de una de sus anécdotas de adolescentes, sin darse
cuenta del ángel sollozando silenciosamente a su lado.

Y eso es suficiente como para que JungKook no aguante más la presión, sorbiendo
por la nariz y llevando las manos a su rostro mientras se levanta de la silla, huyendo
del animado ambiente que poco a poco lo destroza.
c.-014

Esa misma noche, JungKook se había encerrado en la terraza que TaeHyung tenía en
un pequeño espacio junto a la minúscula cocina, contemplando la ciudad frente a sus
ojos y meditando sobre todo aquello que ocurría a su alrededor. Cómo la llegada de
ese desconocido que resultó ser alguien muy importante para su amado TaeHyung, lo
había afectado de sobremanera. De un modo en el que prácticamente, MinJae había
roto todos sus esquemas.
También, esa misma noche, el arcángel NamJoon se le apareció por detrás de los
barrotes que rodeaban el pequeño cuadrilátero que daba a la calle, como si fuese la
mismísima virgen de la Macarena, con un halo reluciente circundando al ángel.

JungKook le había preguntado la gran incógnita que merodeaba por su cabeza desde
que MinJae puso sus ojos sobre él en mitad de la plaza, "¿por qué él puede verme".
Sin embargo, nada elocuente había salido de los labios de su hyung, sólo un simple
"no tengo ni idea. Eso es algo que nunca ha pasado desde que tengo conciencia" y
claro, eso no había ayudado para nada a la mente revoltosa que el azabache tenía en
estos momentos.

Por casualidades de la vida, NamJoon sabía exactamente que MinJae fue un sujeto
realmente importante en la vida del pequeño TaeHyung, una relación afianzada por la
confianza, amor y sentimientos que iban más allá de la amistad.

(Y claro, ahí JungKook quería cortarse las venas con las espinas de aquella bonita
maceta que bajo sus ojos inexpertos parecían ser rosas, pero luego recordó que ya
estaba muerto y se sintió un poco estúpido al respecto. Pero la verdadera incógnita
vino después de que NamJoon desapareciese, cuando se planteó el '¿por qué
NamJoon conocía a MinJae?'. Quizás eran sus habilidades de arcángel o tal vez no se
trataba de una casualidad, pero eso él lo averiguaría más tarde. Claro, si es que tenía
tiempo)

Pero, un poco antes de que NamJoon desapareciese bajo los escasos focos de la
ciudad, JungKook le pidió una clase especial para él mismo poder aprender a
desaparecer al igual que un verdadero ángel—porque ya que estábamos, actuaríamos
como uno—, cosa que se tardó poco en hacer.

Esa noche, TaeHyung había estado llamando a la puerta cerrada de su terraza,


queriendo que JungKook saliese, pero el azabache se negó, simplemente alegando
que mañana hablarían. (Porque bueno, él estaba dolido, pero no iba a rendirse aún
cuando sus probabilidades de ser recordado y amado habían disminuido
considerablemente) TaeHyung se tuvo que resignar ante el hecho de aclarar la
situación con el lindo angelito, porque tenía que admitir que una pequeña parte de él
se había desprendido cuando éste abandonó de esa manera la cocina. Y bueno, tal
vez el dolor en su pecho incrementó tan sólo un poco cuando vio las lágrimas en su
rostro.

Por eso, ahora TaeHyung estaba de pie a un lado del sofá donde el azabache yacía
tumbado, zarandeándolo como la vez en la que él tuvo la pesadilla, pero ésta vez
quería que despertase por otra razón.
"Vamos, angelito, despierta~" llama el castaño, su mano ejerciendo una tenue
presión en el hombro contrario mientras lo remueve con cuidado, pues no quiere
alertarlo.

El movimiento disminuye cuando lo ve removerse en mitad de las mantas que


TaeHyung había colocado como decoración en el sofá—y por si en alguna ocasión
tenía frío mientras veía una película—. Suspira y aparta su extremidad de la ajena,
dándole su espacio para que desperece a gusto. Y simplemente no puede evitar
sonreír apenas, porque no es un secreto que el angelito es hermoso, no sólo
físicamente, si no también su interior es realmente prometedor.

La sonrisa no es correspondida, sin embargo, cuando JungKook abre los ojos para
mirarlo sólo es capaz de carraspear incómodo y mirar hacia otro lado que no fuesen
específicamente sus ojos. TaeHyung puede notarlo, sin embargo prefiere no decir
nada al respecto.

"Buenos días, angelito" no permite que su propia sonrisa quiebre, incluso cuando el
azabache ni siquiera lo está mirando.

"Hola, TaeHyung."

"¿Hoy vas a llevarme a algún lado?"

Y ante los ojos de JungKook no pasa desapercibido el calendario colgado en la pared,


justo frente a él en la dirección que está mirando.

Dos semanas.

Sólo faltan dos semanas para que su plazo como ángel guardián en la tierra termine.
Sólo catorce días para recuperar su lugar en el corazón y en la mente de aquel quién
ama.

De lo contrario, desaparecerá para siempre.

"Por supuesto" asiente aún sin mirarlo. No se ha rendido, pero eso no significa que
esté preparado al cien por cien para volver a mirarlo a los ojos. No cuando siente que
podrá derrumbarse allí mismo. "Abrígate bien y lleva calzado cómodo y resistente, te
llevaré a un lugar especial."

TaeHyung no se queja en todo el camino desde la casa hasta el supuesto 'lugar


especial' al que JungKook había prometido llevarlo. Ni siquiera han cruzado palabra
desde que salieron y tal vez eso tiene al castaño un poco preocupado. Porque
usualmente los temas de conversación era algo que pasaba con fluidez entre ambos.
No puede evitar suspirar un poco mientras mira los cordones de sus botas altas
completamente resistentes a cualquier sustancia ya sea el agua, barro o similares.

Pero cuando llegan al jodido destino es otra cosa completamente distinta, pues
TaeHyung quiere gritar como un bebé por el simple hecho de mirar hacia abajo y ver
que se encuentran a más de cincuenta metros de altura.

"¡¿A dónde demonios me has traído?!" chilla con pavor, cerrando automáticamente
los ojos por el profundo vértigo que lo abruma.

"Es un pequeño monte, sé que tenía un nombre, pero no consigo recordarlo. No te


preocupes por la altura, son menos de cien metros."

"¡Gracias a Dios!" exclama en un bufido irónico. ¡Incluso diez metros hubieran sido
demasiado para él! TaeHyung les tenía un miedo increíble a las alturas. "¡Me alegro
de que no te hayas aventurado a llevarme a un sitio de más de quinientos metros!"

"Oye, ¿siempre vas a quejarte cada vez que te lleve a algún lado?" el azabache
pregunta con un leve tono de molestia palpable en su voz.

"Claro que no, pero sabes que le tengo miedo a las alturas." JungKook asiente,
esperando que termine la frase "Entonces, ¿por qué me traes aquí?"

"Porque debes de superar tu miedo, Tae."

"¿A-A las alturas?" TaeHyung casi se quiere reír por la tremenda chorrada que
JungKook acaba de sugerir. "Yo jamás perderé mi miedo a las alturas, angelito."

"Pues cuando estábamos juntos lo hiciste, y casualmente fue en el este mismo sitio."

El castaño sonríe a medias, creyéndose que se trata de una pequeña broma.

"Estás mintiendo."

"No, TaeHyung, para nada." asegura el de cabellos oscuros "Es más, ¿quieres que te
cuente cómo lo conseguimos?"

Asiente. "Estaría encantado de ello."


El pelinegro observaba a su pareja con el labio entre sus dientes. TaeHyung tenía los
ojos fuertemente cerrados y se negaba a abrirlos, estaba muy cerca del filo y sabía
que si miraba hacia abajo todo su mundo iba a dar un vuelco, porque vería la
inmensa altura a la que se encontraban. El pequeño y delgado cuerpo estaba
temblando como si estuviese muerto de frío, mientras sus manos formaban pequeños
puños en la camiseta de su pareja, no queriendo soltarse por miedo a caerse.

"No p-pienses que voy a abrir los ojos, no puedo."

"Claro que puedes, bobo" habló el pelinegro.

"Claro que no, JungKook, soy una nenaza, y lo sabes." Eso fue suficiente como para
que JungKook se enfadase un poco, porque él odiaba con toda su alma cuando
TaeHyung—su pequeño niño, su lindo y tierno bebé—se desprestigiaba a sí mismo de
ese modo.

¿Por qué no podía ver lo que él veía? (Un hombre increíble y completamente
admirable, con un corazón que no le cabía en el pecho y una sonrisa capaz de
iluminar todo un planeta entero) Seguramente de ese modo sería todo mucho más
fácil.

"No quiero que vuelvas a decir eso, eres maravilloso, TaeHyung."

"N-No es cierto, Kookie. Tú sólo dices eso porque me quieres."

"Corrección, te amo." JungKook acorraló el rostro de su pequeño entre sus manos,


acercando sus caras hasta que sus narices rozaban "¿Por qué demonios siempre te
esfuerzas tanto en hacerte ver a ti mismo como alguien inferior, TaeHyung? Eres
capaz de hacer esto y cualquier cosa que te propongas, sólo tienes que poner
empeño."

"T-Tú sabes que yo no soy capaz de esto, J-JungKookie... Yo ni siquiera soy valiente
como para abrir los ojos." murmuró mordiendo su labio inferior afligido. Estaba a
punto de echarse a llorar.

"¿De qué estás hablando, Tae? Eres la persona más fuerte que conozco." Acarició la
punta de su nariz con sus propios labios, proporcionando un tierno beso justo en la
punta. "¿De verdad vas a dejar que unos metros de altura puedan contigo después de
todo lo que tú solito has logrado superar?"
"P-pues no..., p-pero..."

"Pero nada, mi amor." Lo interrumpió con el más dulce de los susurros, sus labios
yendo a parar a sus tibias y rojizas mejillas. "Abre los ojos y mira hacia delante, te
aseguró que vas a lograr enfrentarte a tu miedo."

"Kookie..."

"Hazlo," insiste "yo estoy aquí a tu lado, ¿de acuerdo? Estoy sosteniendo tu mano, y
no voy a soltarte en ningún momento."

Y al fin TaeHyung logró abrir los ojos, parpadeando temerosamente ante la


asombrosa vista que se extendía frente a sus ojos. Bien es cierto que al principio el
vértigo lo avasalló, teniendo que apretar la mano de JungKook entre la suya (como
aquella vez en la noria). Pero poco a poco fue respirando hondo, tratando de calmar
los fervientes latidos de su acelerado corazón, pudiendo así disfrutar de la belleza
natural que tenía justo en frente.

JungKook sonrió orgulloso al ver el brillo en los hermosos ojos de su pareja,


colocándose detrás de éste y rodeando con sus fuertes brazos la pequeña cintura, su
mentón descansando en el hombro ajeno.

"¿Qué te parece?" murmuró en su oído en un pequeño susurro que erizó hasta el


último vello del cuerpo de Tae."

"¿Mhh?" pestañeó un par de veces el castaño, girando un poco su rostro para ver a
JungKook. "Oh, es precioso, Kookie."

El pelinegro sonrió aún más, plantando un sonoro beso en su mejilla, que provocó la
sonrisa en TaeHyung. "Te lo dije, bebé."

"Sólo abre los ojos, TaeHyung." vuelve a repetir el pelinegro, sujetando de los
hombros al pequeño muchacho que no deja de temblar.

"N-No puedo, angelito..." casi solloza apretando más los párpados.

"Sabes que sí puedes. Confía en mí, por favor."

"JungKook, y-yo sólo quiero irme, p-por favor..." sus labios hacen un tierno mohín
curvándose hacia arriba mientras un par de lágrimas traicioneras pican sus ojos. Esto
está siendo demasiado para él, la altura es algo que jamás logrará superar.
El azabache no está en posición de rendirse, dirigiendo su mano hasta la nuca
contraria, impulsándola hacia delante hasta que sus frentes chocan juntas
suavemente.

"Kim TaeHyung, abre los ojos y mírame." ordena con una voz un tanto grave y
gruesa, aguantando las inmensas ganas de besarlo porque la distancia es realmente
escasa entre ambos y lleva cinco meses sin tocar los labios de TaeHyung.

Cuando finalmente el castaño abre lentamente los ojos, encontrándose de pleno con
el rostro del angelito, siente todos los colores apoderarse de su rostro antes de que
sus mejillas se vuelvan de un furioso color rojo. Esto era lo más cerca que había
estado del chico desde que lo conoció.

"Y-Yo...-"

"Sólo agarra mi mano, ¿sí?" le tiende la mano, separándose levemente.

(TaeHyung ni siquiera sabe por qué se siente decepcionado. Tal vez porque en algún
momento de su loca mente, pensó que el lindo angelito iba a besarlo, no lo sabe. Y
tampoco quiere investigar a cerca de ello porque siente que su corazón va a dividirse
entre el chico que sabe que conoce—el cual es MinJae—, y el que supuestamente
debería hacerlo—JungKook—)

"¿Y si-"

"Los 'y si 'es no existen, TaeHyung. Toma mi mano y no te sueltes ¿de acuerdo?
Sabes que yo nunca voy a soltarte."

TaeHyung no dice nada más, simplemente acepta la mano que le es ofrecida,


apretujando un poco entre sus dedos los ajenos cuando JungKook avanza un paso
con él detrás, poco a poco precipitándose al filo de la montaña.

"¡A-Angelito!"

"Mira hacia delante, Tae." lo alienta, dándole un pequeño empujón y colocándose


detrás suya, su mano libre posándose sobre uno de sus hombros en un intento por
relajarlo.

"Oh, d-dios, yo..., yo ¡no puedo, JungKook, esto está muy alto! ¡¿Y si me caigo?!"

El azabache hace una presión en el agarre de sus manos, indicándole que todavía
sigue conectado a él." Si te caes (que no vas a caerte, porque ni siquiera lo
permitiría), yo caería contigo. Sigo aquí a pesar de estar muerto, tienes que saberlo."

"V-Vale..." accede el tembloroso castaño. "P-Pero no te vayas, eh."

"Ten por seguro que no tengo planeado irme a ningún lado."

«A menos que TaeHyung lo quiera, o que el tiempo se agote y no haya vuelta atrás»
Está tentado a decir, pero prefiere mantenerse en silencio y no cargarse la magia.

TaeHyung finalmente abre los ojos, y en el momento en que observa el paisaje frente
a él, su mandíbula cae al suelo prácticamente.

"¡Carajo, esto es precioso!" exclama, provocando una pequeña risa en el pelinegro


detrás suyo.

"Te lo dije."

Y TaeHyung tiene que fruncir el ceño por la confusión, porque está seguro de que
esta conversación la ha tenido antes.

[...]

A pesar de que sentía que el ambiente ya no era tan incómodo como al principio, él
pudo notar que el ánimo del angelito no era el mismo. "¿Estás bien, ángel?"

JungKook lo mira por breves segundos, carraspeando. "¿Alguna vez te han roto el
corazón, TaeHyung?" pregunta viéndolo a los ojos, mientras juega con sus manos un
tanto nervioso.

"Sí, ¿por qué lo preguntas?"

"Estoy muerto, eso no es ningún secreto. Sin embargo los restos de mi corazón no
pudieron evitar quebrarse un poco al ver la manera en la que tú mirabas a ese
hombre."

JungKook hizo una mueca, y TaeHyung no lo único que podía decir al respecto era un
triste:

"Lo siento, angelito, no era mi intención hacerte daño pero-oh, disculpa."

TaeHyung es silenciado por el ruido de su teléfono en el bolsillo trasero de sus


pantalones, rápidamente sus ojos brillando en anticipación cuando toma el aparato
entre sus manos y ve el remitente de la llamada en la pantalla.

"¿M-MinJae hyung?" cada fibra en el cuerpo musculoso de JungKook se tensa, ahora


el castaño parece mucho más emocionado que en cualquier ocasión en la que ellos
hayan estado juntos, y siente que la disculpa que TaeHyung le había dedicado hace
tan sólo quince segundos no había servido absolutamente de nada. Y finalmente lo
afirma cuando ve el tono rojizo apoderándose de las mejillas lindas del castaño. "¿U-
Una cita? ¡C-Claro que sí, me encantaría!"

�)�''�4
c.-015

JungKook está seguro al cien por cien de que tiene que dejar su lado débil y herido
atrás si lo que realmente quiere es que TaeHyung lo recuerde. Pero, para su mala
suerte, ahí íbamos de nuevo. El pequeño castaño no había dejado de hablar de lo
emocionado que estaba por el simple hecho de ir a una cita con el grandioso MinJae,
olvidándose por completo de que el ángel a su lado efectivamente estaba ahí.

Pero si hay algo de lo que JungKook no carece (y ésta vez no hablo de vida), es la
capacidad para rendirse. Por eso es que estaba preparando una pequeña mochila con
algunos bocadillos y repelente para los mosquitos. En la mañana, cuando había visto
a TaeHyung despertar con los cabellos despeinados, automáticamente había
recordado cuando ellos dos se tenían apodos cariñosos de animales—Tae era un lindo
leoncito, mientras que gracias a sus dientes delanteros, JungKook recibió el apodo de
conejito—.

(Bueno, en un principio iba a ser el de una rata, pero TaeHyung no quiso burlarse
tanto de él y lo dejó simplemente en el animal de colita esponjosa y gran afición por
las zanahorias. Pero eso es sólo algo que ellos nada más saben, nadie tiene por qué
enterarse de las cursilerías que ellos usaban para comunicarse).

JungKook había tenido la brillante idea de llevarlo a un zoo, pues es bastante obvio
que TaeHyung no tiene ningún problema con estar cerca de los animales —a
excepción de las arañas, claro—, por lo que creyó que no habría dificultad alguna.

"¡Angelito!" la voz dulce del castaño se oye desde el principio de las escaleras.

"Estoy abajo, TaeHyung." anuncia JungKook con tranquilidad, terminando de guardar


los sándwiches en la mochila. Él escucha los pequeños y rápidos pasos del otro
mientras una sonrisa inconsciente se desliza por sus labios.

"¡Angeli-¿para qué es todo eso?" frena en seco sus palabras al entrar en la cocina,
viendo al atractivo ángel limpiar sus manos en un trapo.

"Iremos al zoo."

TaeHyung parece un poco confuso con la respuesta, pero no piensa mucho en ello,
dándole una pequeña sonrisa. Porque francamente, a él no le importa pasar tiempo
con JungKook sea dónde sea, se siente bien a su lado.

"Oh, d-de acuerdo, pero... ¿volveremos a tiempo? MinJae va a pasar por mí antes de
la cena."

JungKook no fue capaz de evitar la capa de dolor que lo cubrió, y TaeHyung no pasó
desapercibido el halo de tristeza que se posicionó en los ojos del ángel, sintiéndose un
poco culpable, porque tal vez no debería de sonar tan emocionado al hablar de otro
hombre cuando había alguien más tratando de ser recordado.

"No te preocupes por eso." casi gruñe JungKook "Estaremos aquí para tu cita."

"Angelit-"

El azabache lo interrumpe antes de que pueda decir algo más, siquiera disculparse.
"¿Nos vamos?"

[...]

El camino no fue tan, tan incómodo (o al menos no todo lo que TaeHyung se


esperaba considerando lo ocurrido esta mañana en la cocina), pero sí que hubo algo
de tensión en el aire que el castaño apenas lograba soportar, porque él estaba siendo
consciente del dolor en el rostro de su compañero. No quería culparse a sí mismo por
aquello, pero era más que obvio que él era el único causante.

"Y, angelito..." comienza TaeHyung con un tono de voz algo aniñado. "¿Nunca te has
enamorado?"

JungKook lo mira cómo si de repente le hubieran crecido catorce cabezas, porque,


¿qué tipo de pregunta era esa después de todo?

"Quiero decir, a-antes de mí, claro." se corrige prontamente, con un deje de


vergüenza rodeándolo por completo.

"Conocí personas que me gustaban; chicos lindos, chicas bonitas..., pero no, nada de
enamorarme antes de ti." se encoge de hombros como si no fuese la gran cosa.

Aunque en realidad sí que lo era.

(¿Qué tan mala suerte tiene JungKook? La primera vez que realmente se enamora de
alguien realmente maravilloso como lo es TaeHyung, es atropellado y prácticamente
asesinado por un coche en la madrugada. Gracias a Dios—o debería decir a Kim
NamJoon, el arcángel—, él tiene la oportunidad de volver a la Tierra, pero para su
mala suerte nadie lo recuerda. Y a pesar de que se esfuerza como nadie en ser
recordado por la persona que él ama, nada le sale bien, porque en el momento
idóneo aparece un tercer sujeto que en menos de veinticuatro horas ha conseguido la
ventaja que él jamás logró en dos meses con el castaño. Definitivamente, muy, muy
mala suerte...)

JungKook no quiere devolver la pregunta porque, él está completamente seguro de


que el nombre de MinJae va a salir de sus labios, pero TaeHyung ni siquiera es
consciente de lo que acaba de decir cuando pronuncia:

"Mi primer amor fue MinJae hyung. "pero sí que nota cuando cada partícula muerta
en el cuerpo de JungKook se tensa, y como él mira hacia abajo para no ver la
expresión de dolor puro en su rostro "oh!, y-yo, lo sie-" trata de decir lo más rápido
posible, pero antes de que pueda siquiera acabar la frase, JungKook lo interrumpe
apuntando con su dedo índice a un punto fijo, hablando con el ánimo por los suelos.

"Ya hemos llegado."

TaeHyung todo lo que puede hacer al respecto es bajar la mirada afligido, porque de
todas las cosas que tenía planeado hacer hoy, entre ninguna de ellas se encontraba
hacer sentir mal a su angelito.

El castaño observa a su alrededor en un vano intento por acallar su malestar—pues


no le agrada en lo más mínimo la expresión dolida del azabache—, dándose cuenta
finalmente de que el lugar en el que se encuentra es el zoo; uno de sus lugares
favoritos en todo el mundo.

"¡El zoo!" exclama cual niño pequeño, completamente emocionado.

JungKook simplemente sonríe al verle tan feliz. "¿Te gusta?"

"¡Me encanta!" prácticamente chilla "Siempre me ha gustado venir al zoo, pero hace
tiempo que no vengo.

Claro, desde que JungKook no está.

"No sabes cuánto me alegra que te guste" bastante, en realidad – piensa en lo más
recóndito de su cabeza, pero sólo asiente con una pequeña sonrisa, el dolor que
anteriormente estaba sintiendo se distorsiona un poco. "Bueno, ¿a cuál animal quiere
ir a ver primero?"

Aunque él sabe perfectamente cuál es la respuesta. "¡A los leones!"

Y JungKook sonríe a medias, porque lo único que ha cambiado de la situación es que


TaeHyung no lo recuerda.

JungKook miró al bonito chico a su lado, con una pequeña sonrisa porque la mueca de
felicidad que su pequeño novio era la cosa más tierna que había visto en el día. La
hinchazón en su pecho se hizo presente, anunciando la pronta felicidad que estaba a
punto de sentir. Porque la felicidad de TaeHyung era la suya, y, cada vez que él
sonreía, JungKook se sentía en una nube.

"Bueno, bebé," TaeHyung tiembla levemente, se siente avergonzado cuando su novio


lo llama con ciertos motes cariñosos—derivados de bebé, amor, cielo, pequeño,
etc.—. "¿qué animal quieres visitar primero?"

"Uhm, ¡l-los leones!"

El azabache sonríe abiertamente. Una de las partes que más ama de TaeHyung es
cuando él luce como un niño pequeño, porque le entran unas ganas terribles de
apretarlo entre sus brazos en un cálido abrazo. "¿Te gustan mucho los leones, no es
así?
"Síp, mucho. Los leones son adorables."

"Tú eres adorable, Tae." y las mejillas del mencionado automáticamente cobran un
color rojizo que sólo aumenta la ganas de JungKook de llenar de besos su linda carita.

El castaño refunfuña molesto, porque se siente terriblemente sensible con los halagos
del menor. "¡Yah, no digas eso Kookie!"

"¿La verdad?" Jeon frunció el ceño visiblemente divertido. TaeHyung avergonzado era
algo realmente digno de ver. "Siempre te sonrojas cuando te dijo algo bonito,
TaeTae."

Kim comenzó a jugar nerviosamente con sus manitas, bajando la mirada hasta los
cordones de sus zapatos.

"E-Es porque siento que no estás siendo sincero conmigo... J-JungKook, tú me sueles
llamar cosas como lindo, bonito, hermoso, y así... p-pero yo estoy seguro de que no
piensas eso realmente a cerca de mí."

Ahora la confusión era lo suficientemente palpable en el rostro del menor, quién


desenlazó sus brazos de encima de su pecho para llevar una de sus manos hasta el
mentón de su pareja, elevándolo hasta poder ver con claridad sus lindos ojitos mieles.

"¿Por qué debería mentirte con algo así? TaeHyung, no sé cuántas veces te lo he
dicho pero, te amo y para mí eres el ser más maravilloso en la tierra."

Las lágrimas en los ojos de TaeHyung fueron rápidamente visibles. "Pues y-yo no
entiendo por qué." Tartamudeó mordiendo su labio inferior.

"¿Qué no entiendes por qué? Tae, estoy enamorado de ti, jodida y completamente
enamorado hasta la última partícula de mi cuerpo." JungKook colocó la mano libre en
el hombro de su mayor, moviéndolo lo justo y necesario como para obtener que esos
bonitos ojos por los que siempre terminaba cayendo hipnotizado lo mirasen
directamente.

"Ya, p-pero Kookie, tú sabes lo que dice la gente; soy r-raro y esas cosas, ¿cómo p-
puedes estar tú enamorado de mí?" la primera lágrima descendió por toda su carita,
partiendo el corazón de su amado.

"A mí me importa una mierda lo que digan los demás, TaeHyung. Yo te amo, aún así
seas raro, infantil, cualquier cosa. Te amo y te amaré incluso si eres el ser más
imperfecto en el mundo. ¿Puedes entenderlo, Tae? yo te amo por cómo eres, no como
por el resto quiere que seas. Bajo mis ojos eres perfecto tal y como tú eres."

El silencioso llanto del castaño se hizo presente, tapando inmediatamente con sus
manos su linda carita.

"Eh, eh, ¿por qué estás llorando?"

"Y-yo, yo..." TaeHyung hipó. "Me siento tan feliz cada vez que estás a mi lado, JungK-
Kook..."

y el mencionado sonrió. "Me siento feliz también cuando tú estás conmigo, bebé."
envolvió sus brazos alrededor del cuerpo contrario, estrechándolo contra el suyo
propio, posando sus labios sobre el sedoso cabello. "Mira, ya llegamos a la jaula de
los leones."

TaeHyung se separó a duras penas de los cálidos brazos que lo rodeaban, mirando
con una pequeña sonrisa el lugar en el que los bonitos animales—lamentablemente
enjaulados—se encontraban.

"Son bonitos." murmuró JungKook acariciando la espalda del más pequeño de


estatura. "Me recuerdan a ti."

"¿A-A mí?" abrió los ojos, sorprendido. "¿Por qué?"

"Porque son hermosos a su manera, son únicos y especiales, como tú. Y casi siempre
van despeinados, como tú la gran mayoría del tiempo."

Y se ríe, una sonrisa llena de gracia, pero sobretodo, de felicidad.

"¡Jeon JungKook!" exclamó con un pequeño puchero que rápidamente es sustituido


por pequeñas carcajadas, porque en el fondo su novio tiene razón. Cuando se logra
calmar un poco, dice: "JungKookie, cuando sonríes te pareces mucho a un lindo
conejito." dulcemente dijo el pequeño castaño, entrelazando sus dedos con los
contrarios, dándole un suave apretón.

"¿No es hermoso ese de ahí?" TaeHyung pregunta señalando uno de los leones frente
a él.

"Lo es."

Pero JungKook no está mirando exactamente el mismo lugar que el castaño, sus ojos
están enfocados en el rostro de TaeHyung.
"Siempre me han gustado mucho los leones, no sé por qué. Pero los adoro."

"Algo he notado cada vez que veníamos al zoo antes" carcajea levemente el
azabache.

"Por cierto, ¿Nunca te han dicho que te pareces a un adorable conejito, ángel?"
TaeHyung dice, y automáticamente algo dentro del pecho de JungKook da un enorme
vuelco.

Pero una vez más, no todo dura para siempre.

"Hola, TaeTae." esa voz la reconoce ya casi a la perfección.

"¡Oh!, ¡hola MinJae h-hyung!" y el leve titubeo en esa no hace más que dañarlo.
c.-016

TaeHyung está inmensamente feliz porque por fin puede pasar tiempo a solas con
MinJae, su adorado hyung. No puede negar que en el momento exacto en el que
chocó contra él en la vuelta de la esquina, su corazón dio un absurdo vuelco y sus
nervios se pusieron activos en todo momento.
Pero, ¿qué se puede esperar? Ese muchacho de bonita sonrisa y lindos ojos marrones
capturó su corazón desde el momento en que ambos se conocieron, y él está seguro
de que no ha dejado de ser así.

Y en el fondo le duele, porque sabe que si admite sus sentimientos por MinJae, un
corazón inocente será roto, y lamentablemente ese corazón pertenece a JungKook.
Claro que, lo que él no sabe es que si no es recordado, ese corazón dejará de latir
para siempre y su dueño desaparecerá como el polvo.

(Aunque por el momento no quiere pensar mucho en el pobre angelito, ni en cómo las
lágrimas gruesas caían por su rostro el día en que admitió estar enamorado de MinJae
en el pasado, ni tampoco en el dolor en sus ojos cuando dijo que éste fue su primer
amor.

Porque TaeHyung quiere mucho al chico de sonrisa de conejito y cabello azabache, a


pesar de que no logre recordarlo, ha logrado ganarse su cariño. Pero está
completamente seguro de que su corazón le pertenece a otra persona que
tristemente, no es él.

Por el momento).

Se enfoca en el hombre que ahora camina a su lado, con una bonita sonrisa (que no
tiene dientes de conejo, pero es lo suficientemente linda como para caer derretido
ante ella, o así lo cree TaeHyung). Su porte es elegante, vistiendo una camisa azul
cielo y unos pantalones de vestir negros, muy arreglado para simplemente ir a dar un
paseo, pero así era él. TaeHyung podía contar con los dedos de una mano las veces
que vio a su hyung con ropa de diario o simplemente en unas meras prendas de
deporte, e incluso le sobraban dedos.

Pero, ¿qué importaba? Tenía que quererlo por como es, ¿cierto?

Así como JungKook lo hacía con él cuando su autoestima estaba por los suelos.

"Y, ¿de qué estás trabajando, hyung?" pregunta inocentemente, mientras sus pies se
deslizan de forma lenta por la calzada. Se siente un poco incómodo porque a él no le
suelen gustar mucho los paseos silenciosos, pero MinJae nunca fue de hablar mucho.

"Soy abogado, trabajo en el bufet de mi padre."

El castaño asiente. "O-oh, ya veo... ¿él sigue ejerciendo de juez?"


"Nop, se jubiló hace un año." MinJae se encoge de hombros "¿Y qué es de ti? te veo
realmente feliz."

"Lo estoy" sonríe abiertamente. "A-Aunque la verdad, hace algunos meses estuve
pasando por un mal momento, ni siquiera recuerdo por qué, la verdad, pero de un
momento a otro comencé a sentirme bien de repente."

Desde que JungKook llegó a su vida, una voz dice dentro de su cabecita, pero
TaeHyung está demasiado embobado viendo a la sonrisa del otro.

"Pues me alegro mucho de oír eso, Tae." sinceramente dice el otro, achicando sus
ojos en una bonita sonrisa. El momento es muy agradable, a decir verdad, hasta que
claro, MinJae abre la boca para decir: "Y, ¿qué es de tu hermano? Hace mucho tiempo
que no sé nada de él."

Y el mundo de TaeHyung parece desvanecerse poco a poco. ¿Él no había recibido la


invitación al funeral de su hermano que él le envió?

"É-Él falleció hace t-tres años, hyung... " balbucea en apenas sólo un hilo de voz, los
ojos de su acompañante agrandándose en menos de un segundo.

"¿C-Cómo?" MinJae parece demasiado sorprendido para su gusto, provocando que el


labio inferior del menor tiemble considerablemente "N-No es posible, Tae... ¿cómo
ocurrió eso?"

Kim traga saliva, su corazón latiendo rápidamente y el nudo en su pecho creciendo


porque la última vez que él habló con alguien a cerca de la muerte de su hermano, la
otra persona lo sabía.

Esa otra persona era JungKook, en el día de la playa.

"Él... él estaba en el banco actualizando su cartilla, o-o eso es lo que y-yo creo..., un
hombre entró y apuntó a una señora embarazada con una pistola, mi hermano se
puso delante de la mujer antes de que la bala pudiera alcanzarla, y terminó
matándolo a él..." casi solloza al final. "¿N-No te llegó la invitación a su funeral?"

"Qué va, Tae... mis empleados suelen tirar el correo basura y me dan directamente a
mí lo demás, seguramente pensaron que era algo de publicidad" susurra visiblemente
avergonzado por no saber cómo reaccionar al respecto. "Lo siento muchísimo,
TaeHyung, no tenía ni idea de que algo como eso podría haber pasado."
De forma temblorosa, MinJae rodea al menor entre sus brazos, queriendo brindarle
ese calor que él cree que nunca tuvo. "D-Debiste de haberlo pasado fatal, tú sólo
contra todo esto, yo..."

"No, hyung..." balbucea TaeHyung, interrumpiéndolo "y-yo no estuve sólo..."

JungKook estuvo a su lado, todo el tiempo.

No lo recuerda, pero está cien por cien seguro de ello, JungKook siempre ha jurado
quererlo, amarlo, adorarlo e incluso hasta tener una gran devoción por ese tierno
castaño, y por ese simple hecho, él sabe que no lo habría dejado sólo en todo
momento.

MinJae lo mira con algo de confusión, el castaño le da una pequeña sonrisa. "Tuve el
mejor apoyo que alguien puede tener en esos momentos."

"¿Ese chico con el que estabas la otra vez, era él?" pregunta.

"Eso creo, sí." asiente levemente con la cabeza, sus labios rosas formando una
pequeña línea.

"Y tú, TaeHyung, ¿estás seguro de que ustedes no son nada?"

Algo dentro del mencionado se revuelve. Él recuerda cuando encontró a TaeHyung en


su apartamento, alegando ser un ángel de la guarda para él y posteriormente
mencionar que ambos fueran pareja antes de su muerte. Pero eso no significa que lo
siguen siendo ahora, ¿verdad que no? TaeHyung no está enamorado de JungKook,
después de todo.

Él siempre amó a MinJae, ¿cierto?

"Estoy seguro. hyung."

Sus pies se deslizaban juntos por la acera, el camino hasta la heladería cada vez
encontrándose más cercano. TaeHyung estaba feliz por pasar un buen momento con
su lindo hyung, pero algo dentro de su pecho se oprimía cada vez que en su mente se
visualizaba al reciente pelinegro en su vida con una completa mueca de tristeza y
dolor mezclados.

Él en serio no quería dañar al angelito, sólo quería ser feliz. Y estaba seguro de que
MinJae era la persona correcta e idónea para él.
"Tae, ¿de qué vas a querer tu hela-" un pequeño quejido inhumano interrumpió de
repente al castaño mayor.

"¿Qué fue eso?" el ceño fruncido de TaeHyung se hizo presente, a la misma vez que
otro sonido igual al anterior. Y otro más, y otro. Muchos quejidos y sollozos que
claramente no pertenecían a un ser humano alertó a ambos jóvenes.

"¿Viene del callejón?" MinJae preguntó, señalando el callejón abandonado a la vuelta


de la esquina.

"Parece ser que sí."

"Será mejor que nos vayamos, TaeTae, nunca se sabe qué puede llegar a ser eso."
dice e inmediatamente aligera sus zancadas por el pavimento, pretendiendo salir de
allí. Pero TaeHyung es un ser humano humilde y con un gran corazón, por lo que no
dudó en agarrar el brazo de su hyung, impidiendo su huida.

"¡Espera, Jae! ¿Y si es algún animalito herido? ¡Va a morirse!"

"Pero TaeHyu-"

Pero antes de que el castaño mayor pudiese decir algo más, TaeHyung lo empujó
hasta el callejón, de dónde procedían los leves sonidos.

Cuando doblaron la esquina, los quejidos se hicieron mucho más audibles, y


TaeHyung pudo divisar una pequeña bolita de pelo blanca—obviamente su pelaje
estaba muy sucio, porque se veía que era un perro callejero, pero era demasiado
pequeño, como un cachorrito— yacía a un costado de los cubos de basura, el castaño
corre rápidamente al rescate del diminuto individuo, tomándolo entre sus brazos.

"¡Es un perrito!" chilla emocionado, acariciando el pelaje del animal con la yema de
sus dedos.

"Sí..." MinJae parecía algo incómodo ante la presencia del perrito. "eso veo."

"Al parecer tiene una de sus patitas heridas" inconscientemente puso un adorable
puchero con su labio inferior. "Pobrecito."

"¿Qué vamos a hacer ahora?"

"Necesita que alguien revise su condición, hyung."


"Un veterinario, entonces." TaeHyung asiente.

"Y un hogar."

El ceño de Min se frunce "¿Piensas quedártelo?"

"O-oh... yo... Bueno, s-sí... Tal vez. Es muy adorable, mira su carita." acaricia la
cabecita del pequeño y le da una sonrisa grande al mismo. "¿Cómo puedo llamarte,
compañero?" piensa por unos segundos, hasta que el nombre perfecto llega a su
mente. "¡Ruby! ¡Eso es!"

"¿Ruby? ¿Qué clase de nombre es ese? Es absurdo, Tae." El otro castaño se ríe
suavemente, el pecho de TaeHyung se contrae un poco.

A él le gustaba ese nombre.

Le recordaba a alguien, no sabía a quién, pero algo aceleró su corazón cuando vio al
animalito, y cuando el nombre llegó a su cabeza.

"¿Tienes dinero para ponerle las vacunas necesarias? A saber cuántas bacterias debe
de tener ese chucho." vuelve a preguntar MinJae.

"N-No es un chucho, hyung... es un perrito herido." TaeHyung se encontraba un poco


afligido por el modo en que MinJae se refería al pequeño animal malherido. Él siempre
lo vio como alguien realmente agradable, respetuoso y amable, pero ahora no se veía
así.

Probablemente el dinero lo había cambiado.

"Lo siento, Tae, no me gustan los animales..." murmura con una mueca, no quería
hacer sentir mal al bonito chico frente a él, pero no es un secreto que le repugnan los
animales, mucho más si son callejeros y están llenos de bacterias.

El mencionado no pudo evitar el leve dolor que surcó su pecho cuando MinJae
mencionó tales palabras. Él era un amante de los animales, y siempre pensó que su
media naranja debería de amarlos también.

JungKook amaba los animales tal y como lo amaba a él.

TaeHyung amaba a los animales del mismo modo en que amaba a JungKook.
Lástima que el azabache no sea recordado, porque las almas gemelas siempre están
destinadas a estar juntas.

Pero entonces, MinJae le sonrió y TaeHyung se olvidó de todo.

Incluso del hermoso chico que le esperaba en casa con un nudo en la garganta,
porque él sabía que lo estaba perdiendo por completo. Que el corazón de TaeHyung
probablemente ya no iba a pertenecerle.
c.-017

JungKook no puede estar más que feliz cuando al girar sobre sus talones, al oír la
puerta principal ser cerrada, ve a TaeHyung con una diminuta bola blanca y peluda
sobre sus brazos. La gran sonrisa que surca sus labios de repente ni siquiera es capaz
de demostrar cuán feliz se siente con tal imagen.

"Angelito, ya llegué a casa." el castaño anuncia, entrando al salón y dándole una


pequeña sonrisa a su compañero, quién está sentado en el sofá. "Traje un nuevo
amiguito, espero que no te moleste."

TaeHyung reza en su interior porque JungKook acepte al nuevo inquilino en su hogar,


porque considera que se ha sentido lo suficientemente mal nada más saber que a su
adorado Kim MinJae no le gustan los animales en absoluto.

"Por supuesto que no" le sonríe tiernamente, luego murmura: "Es Ruby..."

"¿R-Ruby? ¿C-Cómo sabes su nombre?" tartamudea, viéndose confundido y nervioso.


Que él recuerde, en ningún momento ha mencionado el nombre de la criatura desde
que ha llegado a su casa.

La sonrisa de JungKook casi se desvanece, pero en ningún momento pasa. "Era...


nuestra mascota cuando estábamos juntos.

"¿Nuestra mascota?"

"Así es, tú la encontraste en una de nuestras citas, estaba escondida en un callejón,


cerca de la heladería a la que solíamos ir."

El castaño traga duramente, su ceño frunciéndose y sus manos comenzando a sudar.


Todo había ocurriendo tal y como JungKook lo había dicho, pero el azabache no era la
persona que lo acompañaba, sin embargo.

"¿Cómo ocurrió?" titubea con curiosidad palpable.

"Pues..."

"¡Kookie, Kookie!" TaeHyung aclamaba a chillidos el nombre de su pareja, mientras


daba saltitos a su alrededor y una gran sonrisa estaba puesta en su rostro. Estaba
feliz, muy feliz.

"¿Qué ocurre, bebé?" aquellas palabras lograron avergonzarlo un poco, haciendo su


sonrisa tímida aparecer, junto con el sonrojo en sus mejillas "Yah, sigues
sonrojándote cuando te llamo así." JungKook se burló, acariciando con la yema de sus
dedos la suave piel en las caderas de su pequeño.

"S-Sí... lo siento, no puedo evitarlo..." bajó la cabeza un poco, pero rápidamente el


azabache puso una mano bajo su barbilla, alzándola lo suficiente como para poder ver
sus bonitos ojos, plantando un beso casto en sus labios.

"No te preocupes, Tae" con suma delicadeza acarició una de sus mejillas, sonriendo
inconscientemente porque, demonios, él estaba jodidamente enamorado del
muchacho frente a él. "¿Qué pasa?"

"¡O-oh! Eso, sí. ¡Y-yo aprobé mi curso de maquillaje, Kookie!"

La sonrisa volvió a su rostro, y el corazón de JungKook rápidamente se infló,


llenándose de felicidad. Porque ver a su pequeño bebé así de contento y emocionado
lo hacía sentir el ser humano más feliz y afortunado del universo.
"¡Eso es tan genial, mi amor!" el azabache abrió sus brazos para recibir a su novio
entre ellos, que no tardó en instalarse al lugar al que siempre perteneció: entre los
brazos de JungKook. Lo apretó contra su pecho y dejó varios besos por todo el lindo
rostro, tomándose su tiempo considerable para besar castamente los labios de
TaeHyung un par de veces. "¿Qué te parece si vamos a por un helado para
celebrarlo?"

Jeon conocía muy bien al castaño, sabiendo que él prefería con creces un rico helado
o algún otro postre antes que una cena con muchos lujos.

"¡Sí, por favor!"


"Pues vístete, entonces." Fue todo lo que dijo JungKook, palmeando su trasero un
poco mientras que el otro se levantaba. TaeHyung estaba a punto de quejarse por el
leve golpe, con las mejillas muy rojas, pero JungKook lo calló al instante posando sus
labios sobre la piel descubierta de su cadera en un cálido y suave beso que erizó los
pequeños vellos en su cuerpo.
[...]
La pareja caminaba felizmente por la calzada, tomados de la mano felizmente. Ellos
sabían que había miradas dedicadas hacia su persona de todo tipo; desde gente que
lo miraba con el ceño fruncido porque no aceptaban su sexualidad, hasta miradas
cálidas que lo observaban con ternura. Pero, realmente, no les importaba en lo
absoluto. No les había tomado mucho tiempo dejar de pensar en lo que los demás
opinasen sobre ellos y centrarse en sus propios sentimientos el uno por el otro.
JungKook y TaeHyung se amaban.
JungKook y TaeHyung eran felices el uno con el otro.
JungKook y TaeHyung, sólo, JungKook y TaeHyung.
"¿De qué vas a querer tu helado, TaeTae?" preguntó el azabache.
Su pequeño novio quedó pensativo por unos segundos, pues para una persona
realmente glotona para él, le era muy difícil—en serio, muy difícil— decidirse por un
sólo sabor cuando habían tantos deliciosos. Pero él simplemente no podía hacer
explotar la cartera de su amado JungKook, a pesar de que siempre le repetía que no
importaba cuántos sabores eligiese, Jeon lo iba a pagar incluso si tendría que dejar un
riñón en el puestecito si con eso lograba sacarle una sonrisa.
Realmente TaeHyung había sido bendecido, porque tener a alguien como JungKook a
tu lado era un regalo.
"Hmmm... ¿Chocolate?" esa era siempre su mejor opción.
JungKook asintió complacido, plantando un beso en la frente de su mayor. "Espérame
aquí, bebé. Iré a por nuestros helados." Cuando Tae aceptó, el azabache caminó
tranquilamente hasta el puesto con ruedas dónde vendían el delicioso helado.
Mientras tanto TaeHyung se dedicaba a observar todo a su alrededor, pues era una
persona que analizaba cada pequeña cosa que lo rodeaba sin ningún pudor.
Deleitándose con el suave canto de los pajarillos, el sol brillando encima de él en el
hermoso cielo azul, la frescura que producía el verde de los árboles y las risas de los
niños que pasaban cerca.
Tan sumido estaba, que dio un pequeño salto en su lugar cuando un casi inaudible
quejido se escuchó cerca de dónde se encontraba. Frunció el ceño, pues ese ruido ni
de lejos sonaba como el de un ser humano, y su corazón rápidamente se encogió al
imaginarse cualquier animalito indefenso.
TaeHyung era un alma humilde y bondadosa con cualquier ser vivo que lo necesitaba,
y no podía ver sufrir prácticamente a ningún animal, por lo que su instinto lo llevó
hasta el callejón más cercano, encontrándose frente a él, y detrás de un contenedor
de residuos orgánicos un pequeño cuerpo peludo en forma de bolita blanca.
"¿Qué narices?" su nariz se arrugó, desconociendo a primera vista la condición animal
del individuo, acercándose de forma cautelosa hasta que pudo agacharse lo suficiente
como para inspeccionarlo. La pequeña bolita peluda movió su cabeza alerta cuando
sintió la mano del castaño acercarse cuidadosamente a la misma para acariciarlo.
TaeHyung entonces se dio cuenta de que era un adorable perrito. "Oh, pequeño.
¿Estás lastimado?"
Con suma delicadeza acarició la suave cabecita —que a pesar de estar sucia no
dejaba de tener un bonito pelaje—, el perrito bajando las orejas por el suave tacto.
Decidió que era una buena idea cogerlo en brazos e inspeccionarlo por si tenía alguna
herida por el cuerpo, así que armó de valor y lo tomó entre sus brazos, deleitándose
con la poca masa corporal que poseía, siendo realmente pequeño. Probablemente un
cachorro. El castaño lo observó con ojos de halcón, no permitiendo que ningún detalle
se le pasase por alto, pero cuando volvió a escuchar la voz desesperada de su novio
tuvo que alzar la cabeza.

"¡¿Tae?! ¿TaeHyung?" JungKook lo llamaba a gritos desde fuera del callejón, dónde
minutos antes él había dejado al castaño. Desde lejos se notaba la preocupación y la
desesperación en su voz, por lo que TaeHyung se sintió un poco mal.

"¡JungKook, amor, aquí estoy!"

Pudo escuchar los pasos ajetreados de JungKook acercarse a lugar y aferró más al
perrito en su pecho, escudriñándolo de nuevo.

"Tae" miró a su novio, su frente tenía una pequeña capa de sudor y el pecho subía y
bajaba en aceleradas respiraciones. "No sabes el susto que me diste, por Dios."

"Lo siento, Kookie. Es que lo oí llorar y no pude simplemente ignorarlo." Se disculpó


con un pequeño puchero adornando sus labios. JungKook en realidad se había
asustado demasiado al llegar al punto de encuentro y no ver a TaeHyung, pero ahora
estaba más aliviado.

"¿Es un perrito?" JungKook se acercó.

"Así es. Creo que está herido, en una de sus patitas."

"Oh, pobre" El azabache también acercó su mano para acariciarlo, el perrito


rápidamente aceptando el tacto.

Inconscientemente, TaeHyung sonrió. "Creo que le gustas." Y JungKook le devolvió la


sonrisa.

"Yo le gusto a todo el mundo, bebé." Guiñó uno de sus ojos, antes de que el perrito
lamiese uno de sus dedos. TaeHyung se carcajeó por la mueca de asco que su novio
puso ante la sensación húmeda. "Hey- ew, amiguito, apenas nos conocemos, ¿no te
parece que vas un poco rápido? A mí se me tiene que enamorar con- oh, listo" se
interrumpió a sí mismo al momento de ver como TaeHyung le dedicaba una de sus
hermosas sonrisas cuadradas al perrito y éste movía la colita emocionado y por ende,
feliz.

"Me encantaría quedarme contigo, pequeño." El castaño le habló a la bolita peluda.

"¿Y por qué no?"

TaeHyung le frunció el ceño a JungKook "No tengo dinero, Kookie, y él necesita


muchas vacunas y medicinas."

"Amor, YuGyeom me debe algunos favores desde hace un tiempo en el que conseguí
que él y Hobi-hyung tuviesen un par de citas antes de convertirse en pareja, creo que
ahora mismo he averiguado qué puede hacer para devolverme esos favores."

YuGyeom era el mejor amigo de JungKook. Y trabajaba en una clínica veterinaria.

Los ojitos del mayor brillaron. "¿E-En serio harías eso?"

"Por supuesto, Tae. Si esta cosita te hace feliz, me hace feliz a mí también." Aceptó
gustoso el beso que otorgó en sus labios. "Además, estoy seguro de que serás un
padre genial para el pequeño."

TaeHyung le sonrió abiertamente. "Tú también lo serás, Kookie."


"¿Qué nombre deberíamos ponerle?"

"Hmm, no lo sé."

"¿Ruby? ¿Te gusta Ruby?"

"Oh, sí." Asintió complacido.

JungKook tomó al cachorrito cuidadosamente entre sus brazos, alzándolo para poder
ver su bonita cara. "Pues bienvenido a la familia, Ruby."

"Oh, así que YuGyeom..." JungKook asiente, jugando con las pequeñas patitas del
animal. "También acudimos a él hoy, pero MinJae tuvo que pagarlo.

Te quiero, YuGyeom, —JungKook piensa internamente— aunque no puedas


recordarme, eres el mejor amigo incluso sin acordarte de mi existencia.

"¿Te gustan los animales, angelito?" pregunta TaeHyung, arrepintiéndose al instante,


porque esa pregunta no estaba programada para ser hecha.

"Me encantan."

Y esa respuesta no evita llenar un poco el vacío que la confesión de MinJae dejó
anteriormente en el corazón de TaeHyung. Quién no puede evitar tampoco soltar una
suave risita al ver como su mascota nueva había hecho nuevas migas con el angelito,
dando la adorable escena de JungKook acariciando la barriguita del animal tumbado.

"Al parecer le gustas." JungKook se queda parado por unos segundos. Ese comentario
es malditamente conocido.

Mira a TaeHyung un poco embobado, pero luego sonríe. "El sentimiento es mutuo,
entonces."

Jeon sigue acariciando el suave pelaje de Ruby, jugueteando un poco con la mascota
antes de prácticamente canturrear: "¿Quién es el más bonito de la tierra?, ¿eh?,
¿quién es?" respondiéndose a sí mismo "TaeHyung, pero luego vas tú, cosita."

Y el mencionado no puede hacer nada más que sonrojarse y sentir su corazón latir de
forma ajetreada, sin saber siquiera por qué.
c.-018

JungKook observa al castaño que duerme pacíficamente, analizando sus suaves y


finos con todo lujo de detalle, no queriendo olvidar nunca la forma en la que su nariz
y ojos se arrugan mientras duerme, o el modo en que ese lindo lunar permanece en
la punta de su nariz. Porque en caso de desaparecer para siempre, él quiere
conservar el recuerdo de TaeHyung en su memoria eternamente.

Como su único y gran amor.

TaeHyung es hermoso, de eso no hay duda alguna, y no encuentra una razón viable
para que él siquiera llegue a pensar que no lo es. Porque sí, el castaño siempre había
mantenido la desconfianza consigo e incluso en múltiples ocasiones le había llegado a
preguntar qué era lo que veía en él cuando todavía eran una pareja. La respuesta que
obtenía era siempre la misma, pues JungKook ni siquiera respiraba antes de
contestarle con un muy seguro: Veo todo, absolutamente todo lo que los demás no
pueden ver en ti.

Y él estaba cien por cien seguro, que a día de hoy, esa seguiría siendo su respuesta.

Hay un millón de cosas buenas en el chico de piel canela, pero si hay algo que
JungKook señalaría como un defecto es la inseguridad que éste posee. TaeHyung es
una persona con muy poca seguridad en sí mismo, la baja autoestima invadiéndolo
constantemente y la carencia de fe en su propia persona acompañándolo a todas
partes. Se veía a sí mismo como alguien sin cualidades y aparentemente feo — todo
aquello lo había invadido tiempo antes, por culpa de esas personas que lo llegaron a
rodear en un pasado, quienes sólo se esforzaban en señalar su peculiar sonrisa, su
aniñada actitud y su extraña personalidad.

(JungKook ahora lo observa y sólo quiere golpear un par de veces —tal vez más de
las necesarias— a todos esos idiotas que convirtieron esas cosas tan bonitas de su
pequeño en sus mayores inseguridades. Porque Kim TaeHyung, su Kim TaeHyung
—porque sí, es suyo aunque éste ame a otro hombre— es el ser más hermoso en
toda la faz de la Tierra.

Los demás pueden decir todo lo que quieran, señalarlo hasta que se cansen, pero
JungKook nunca va a dejar de verlo con ojos de corazón todo el tiempo, porque cada
parte de JungKook ama cada parte de TaeHyung incondicionalmente.

Y sinceramente a JungKook nunca le ha importado el resto cuando se trataba de


TaeHyung, cuando ha llegado la hora de hacerle saber a Kim que para él la única
imperfección que hay en el castaño es que no muestra su hermosa sonrisa lo
suficiente.

Porque para lo que algunos resulta extraño, para JungKook es perfecto.

Para lo que algunos resulta infantil y bobo, para JungKook es realmente adorable.

Y a quienes los demás consideran feo, JungKook lo ve como el mayor tesoro en el


mundo.

[...]

"Hmmm... ¿Angelito?" TaeHyung murmura, desperezándose. Nada más abrir los ojos,
ve el rostro sereno de la persona a la que está llamando.
Algo dentro de sí se remueve y sus mejillas adquieren un tenue color rosado,
producto del sonrojo creciente. Porque hace mucho tiempo que se dio cuenta del gran
pasatiempo del ángel: observarlo mientras duerme.

"Buenos días, Tae." JungKook le da una sonrisa, en la cual salen a relucir esos dos
tiernos dientes de conejito. "¿Cómo has dormido?"

"O-Ohm... bien, bastante bien. ¿Y-y tú?"

"Genial."

Qué mentiroso que eres, JungKook, se dice a sí mismo, pues bien sabe que hace
semanas ha dejado de dormir tan sólo para poder ver a TaeHyung durmiendo.

"Me alegro por eso, angelito."

JungKook asiente, pasando su mano por la frente de TaeHyung para despeinar los
cabellos que se ponen delante de sus ojitos. "Oye, ¿te apetece dar una vuelta por el
parque? Hace un día realmente bueno."

"¡Claro!"

[...]

"¿En qué cosas eras bueno?" TaeHyung pregunta mientras camina junto al azabache.
Las pequeñas hojas medio secas crujen bajo sus zapatos y las risitas de los
pequeñajos retumban en sus oídos.

JungKook lo mira a través de sus pestañas, las manos escondidas en los bolsillos
delanteros de sus jeans. "¿En qué sentido, exactamente?"

"Cosas que se te daban bien, ya sabes. Cualidades."

"Hmm... supongo que, ¿se me daba bien bailar? No sé, lo disfrutaba y me gustaba
bastante. También algo que me gustaba mucho era cantar, ya sabes; escribir y
componer mis propias canciones."

Los ojos de TaeHyung se abrieron, pero más que en una mueca de asombro, era algo
parecido a la admiración. "Wow, ¿escribías tus propias canciones?" el otro asiente "¿Y
de qué escribías? Claro, si puedo saber." tímidamente, preguntó.

"Solía escribir a cerca de mi vida en general. Lo linda que era mi mamá y cuanto la
quería, cómo detestaba en ocasiones a mi hermanastro y cuánto deseaba que la
escuela saliese ardiendo. — Claro que tal vez ese último deseo se llevase a cabo
cuando conocí a YoonGi hyung." TaeHyung suelta una armoniosa carcajada que
provoca un revoloteo en el estómago del ángel. "Pero todo cambió cuando te conocí."

Las mejillas de Tae se colorearon una vez más. "¿A-A mí?"

"Sí. Yo solía escribir de las cosas importantes en mi vida, pero cuando te conocí dejé
de escribir canciones sobre cuánto amaba a mi mamá para comenzar a escribir
canciones sobre 'cuanto amo a Kim TaeHyung'" no tuvo un problema demasiado
grande en reconocerlo, porque a estas alturas, ¿qué más daba? Probablemente nunca
más lo vería y esconderle cosas no iba a cambiar nada más que en lo malo.

"¿Algún d-día me dejarás escuchar una de esas canciones?" vuelve a preguntar, el


tono rosa cubriendo sus mejillas se hace mucho más evidente.

Si no es demasiado tarde... La mente perdida de JungKook murmura."Sí," él dice"


cuenta con ello, Tae."

"Qué emoción" admite logrando verse como un niño pequeño. "Nunca antes me
dedicaron una canción."

JungKook se ríe. "¿Una canción? TaeHyung, prácticamente yo escribí un álbum entero


para ti."

Kim se muerde el labio, pero antes de que el chico pueda decir algo más, una tercera
voz se oye a las espaldas del castaño, quien rápidamente la reconoce con un gran
asombro.

"¿T-Tae? ¿TaeHyung?"

El mencionado se gira, y sus ojitos se hacen considerablemente más grandes ante los
llamados del hombre alto frente a él. El corazón le late muy deprisa y siente un nudo
muy grande comenzar a formarse en su garganta.

"¿S-SeokJin h-hyung?" dice en apenas un hilito de voz, sus labios temblando y las
palabras casi desvaneciéndose al final.

JungKook, en su lugar, frunce el ceño. Confundido por la extraña aparición del chico,
pero algo preocupado por la reacción que ha tenido en TaeHyung. Tan sólo espera
que no sea alguien del pasado de TaeHyung que también quiera alejarlo de su lado,
porque entonces no está totalmente seguro de qué es capaz de hacer.

"No... No puedo creer que en realidad eres tú, Tae..." murmura el chico de cabellos
rosados, comenzando a acercarse a pasos titubeantes. "Bebé... ¿C-Cómo has
estado?"

TaeHyung ahoga un sollozo, escondiendo su rostro entre sus manitas. JungKook da


un paso hacia delante, con la intención de abrazarlo, pero entonces el chico de
nombre SeokJin lo rodea entre sus brazos.

"T-Te he echado tanto de menos, Jinnie..." sus palabras salen ahogadas por la leve
presión de su carita contra el pecho del mayor, pero sus sollozos son lo
suficientemente audibles como para romper el corazón de JungKook y hacer sentir
culpables a SeokJin.

"Yo también pequeño..." el azabache puede ver como el otro chico también tiene
gruesas lágrimas descendiendo por su rostro.

¿Quién demonios es este hombre? Se pregunta JungKook, sólo sintiéndose un poco


aliviado al saber que no es visible ante los ojos del mencionado. Pero su preocupación
no disminuye ni siquiera un poco.

"Siento mucho no haber estado contigo cuando me necesitabas TaeTae... pero yo ni


siquiera era lo suficientemente fuerte como para soportar mi dolor" solloza el más
alto. "S-Sé que no debí de haberte dejado, probablemente él no querría eso, pero
yo... yo sólo no podía quedarme aquí. Cada paso que daba, cada lugar que veía me
recordaba tanto a él..."

¿Él? JungKook frunce el ceño ante la mención de alguien más. ¿Quién se supone que
es 'él'?

"N-No te preocupes, hyung..." la voz suave pero quebrada del pequeño dice. "Estoy
seguro de que él te entendería..."

"Jamás me perdonaré el abandonarte en esos momentos, bebé... Tu hermano era lo


más importante en mi vida. Cuando se fue pensé que todo lo que habíamos
construido juntos se había destruido, y la opción más fácil para mí fue salir huyendo
de aquí. Pero no fui consciente de que no era el único que estaba sufriendo...
Perdóname, Tae."
"Te perdono, hyung. Te perdono..." TaeHyung se aleja para poder ver a su mayor al
rostro, dándole una pequeña sonrisa. "Y ahora, por favor, sonríe. Sabes que
NamJoonie a no le gustaba verte triste."

Sólo en ese entonces, los ojos de JungKook se abrieron hasta más no poder, al igual
que su mandíbula, la cual prácticamente estaba rozando casi el suelo.

¿NamJoon?

v-
c.-019

"NamJoon, ¿hay algo que debas contarme?" JungKook pregunta con el ceño fruncido.
Cree que es hora de saber la verdad, de que le digan lo que realmente está pasando,
porque él siente que hay una parte demasiado importante en todo esto que no ha
sido contada.

El mencionado lo mira con una confusión evidente, mientras se dedica a levitar por
toda la habitación. "¿Algo cómo qué?"

"No sé, ¿tal vez alguna cosa que me hayas estado ocultando desde que prácticamente
nos conocimos?"

"Oh, eso... sí. En realidad no calculé bien dónde ibas a caer, por lo que casi tu cabeza
se estampa con el suelo, pero al final fui rápido y caíste sobre la cama. Menos mal,
eh." le da una sonrisa nerviosa, que sólo aumenta más la frustración del pelinegro.

"NamJoon, no nací ayer."

"Claro que no, niño. Tienes veinte años."

"¡Kim NamJoon!" exclama, su paciencia colmándose.


El mencionado da un salto hacia arriba, mirando con asombro al menor.

"Ah bueno, ¿pero qué te pasa?"

"Exactamente eso, joder."

"¿Qué?" confundido, pregunta. Su ceja elevándose.

"¡Kim, te apellidas Kim!"

"Como el setenta y cinco por ciento de la población coreana, sí. ¿Y qué?" Se encoge
de hombros, sin tener una clara idea de hasta dónde lo está llevando esta
conversación.

"TaeHyung, mi TaeHyung también se llama Kim, hyung."

Una gota de sudor se desplaza por la frente del muchacho con gruesos labios. "Pues...
pues vaya coincidencia, hombre."

"No te hagas el tonto, no conmigo."

"¿A qué te refieres, mocoso? No te entiendo, JungKook."

"Ayer pasó algo realmente extraño, ¿sabes?" el menor comienza. "iba por el parque
con TaeHyung, todo estaba tranquilo pero entonces un chico llamó a Tae, en menos
de un minuto ambos estaban llorando delante de mí."

"¿Y qué? Ve al grano Ju-"

"Su nombre es SeokJin, ¿te suena?"

El moreno palidece de un momento a otro, mirando a JungKook con una mueca que
desde lejos denota nerviosismo.

Tragando duro, niega con la cabeza. "No, no conozco a nadie con ese nombre, ¿por q-
"u na vez más, el arcángel es interrumpido por su compañero.

"NamJoonie." JungKook dice, con su tono de voz produciendo escalofríos en el


castaño. "¿Tampoco te recuerda a nadie si te llamo de ese modo, hyung? No lo sé,
por ejemplo... ¿a tu hermano? ¿o a tu novio? ¡¿O siquiera a los dos?!" el azabache ya
había perdido su paciencia del todo. No entendía cual era la razón para que el
arcángel parado frente a él le hubiese ocultado su verdadera ascendencia, llegando a
ser casi familiares el uno del otro. "¡¿Eh, hyung?! ¿No te recuerda a nadie si te llamo
así?"

NamJoon agacha la cabeza, viéndose notablemente afligido por el tema. "Lo siento,
JungKook."

Entonces, el menor se calma.

"¿Por qué no me dijiste nada?" ahora JungKook se acerca al mayor, su mano


temblorosa posándose en el hombro contrario. "¿Por qué cuándo me veías llorar no
compartías tu dolor conmigo? Ambos extrañábamos a la misma persona, Nam."

Kim mira a JungKook con ojos llorosos, su pecho latiendo erráticamente y su


respiración temblorosa. No estaba bien, eso era algo que desde lejos podía notarse. El
arcángel era una persona fuerte, JungKook sabía que pocas cosas podían derrumbarlo
hasta tal punto como ahora. Tal vez las personas que él más quería lograran ponerlo
de ese modo.

"Cuando llegué aquí, se me ofreció la misma oportunidad que a ti, Kook." menciona
"Con la diferencia de que yo sin embargo, no la acepté."

"¿Por qué no?"

"Tenía miedo, ¿Sabes?" su voz tiembla al decir esas palabras "Acababa de ser
asesinado, se me había sido arrebatada la vida de las manos en menos de un solo
segundo. Tú viste el momento exacto en el que te maquillaban en la morgue, pero yo
vi el momento en el que SeokJin y TaeHyung fueron al lugar a verificar que fuese mi
cuerpo. Vi como el rostro de mi pequeño bebé se llenaba de lágrimas y como el gran
amor de mi vida sollozaba de la forma más dolorosa que yo alguna vez pude ver.
Ellos sufrían, sufrían por mi culpa."

JungKook niega con la cabeza. "No, hyung. Ellos no lloraban por tu culpa, lloraban por
ti. Porque te amaban y tú te fuiste."

"Exacto, por mi culpa."

"Si hubiese sido por tu culpa, eso significaría que tú querías dejarlos, pero en ningún
momento le pediste a ese hombre que te disparase. No es tu culpa, nunca lo será. Te
fuiste siendo un héroe, y siempre serás recordado por eso."

"Tú no lo entiendes, JungKook..."


"¿Qué es lo que no entiendo?"

"Sacrifiqué mi vida por nada, joder."

"¿Por nada? Explícate."

"Paré el asesinato de una mujer embarazada, si yo no me hubiese puesto en medio,


su hijo hubiese muerto. Pero él hubiera muerto de todas formas."

"¿A qué te refieres?"

"Byron estaba en el vientre de esa mujer, JungKook. Byron es el bebé que salvé."

El azabache suspira, acaba de ser una fuerte, fuerte declaración que por supuesto él
nunca había sido enterado. Sólo sabe que el hermano de TaeHyung fue asesinado en
un banco, un psicópata se metió dispuesto a robar y apuntó a una mujer embarazada
con una pistola, y cuando la bala salió del cañón, NamJoon se puso delante, salvando
la vida de la mujer pero terminando con la suya propia.

"Pero aun así, ¿por qué no aceptaste el bajar a la Tierra? Tenías una oportunidad para
ser recordado, Nam."

"Yo no soy tan fuerte como tú crees que soy, ni siquiera soy la mitad de fuerte que
tú, mocoso. Mi fe no es tanta como para pensar que puedo lograrlo. Y el tan siquiera
pensar que solamente uno de ellos va a poder verme pero no recordarme, tan sólo
me hacía recordar lo muerto que estaba."

JungKook está acostado en la cama de TaeHyung, su brazo sobresaliendo del mullido


mueble y su cabeza descansando sobre el posa brazos. Está muy confundido. La
conversación con NamJoon ha resuelto algunas dudas, pero no ha logrado que su
confusión se vaya del todo. Entiende la postura de NamJoon, el miedo que éste ha
podido sentir a la hora de convertirse en un ángel para la persona más importante
—que aún no sabe si es TaeHyung o SeokJin, pero supone que esa también fue una
razón por la cual no aceptó la propuesta—, porque él ha sentido exactamente el
mismo, y de hecho lo sigue sintiendo. Pero también está el hecho de que todo lo que
te esfuerces no vaya a servir de nada, porque NamJoon le ha recordado que,
dolorosamente, nadie ha conseguido ser recordado en todos los siglos que a los
ángeles se les han dado segundas oportunidades.

Y eso oprime un poco el lugar donde el corazón del azabache debería ir.

Siente algo húmedo y esponjoso en sus dedos, inmediatamente bajando los ojos al
suelo para vislumbrar la pequeña bolita peluda que es Ruby lamiendo su mano con la
colita moviéndose de un lado a otro, haciéndole saber al azabache que quiere jugar o
tan siquiera un poquito de atención.

JungKook le dedica una pequeña sonrisa al animal, levantándose y tomándolo en


brazos para bajar a la primera planta y juguetear un rato con el pequeño en lo que
llega TaeHyung de su cita con MinJae.

Y tal vez, si JungKook no hubiese estado tan ensimismado en sus pensamientos


hubiese escuchado el sonido de la puerta principal ser abierta y cerrada minutos
antes. Y tal vez, sólo tal vez, ahora no estarían siendo él y Ruby, testigos de cómo
MinJae y TaeHyung se besaban.

Y tal vez, sólo tal vez, las lágrimas no estuviesen bajando por su rostro sin control
alguno.
c.-020

JungKook siente como cada trozo de su alma—hasta el más recóndito,


posiblemente—es destruidos por una profunda ola de dolor, las lágrimas gruesas
quemando en las esquinas de sus ojos y el nudo en su pecho incrementándose.
¿Qué había hecho mal ahora? ¿Por qué TaeHyung estaba besando a otro hombre si
aún a él no lo recordaba?
No estaba entendiendo realmente cuales eran los errores que había cometido como
para que el destino le estuviese jugando esta mala pasada. Él estaba dando todo de sí
para poder lograr ser feliz de nuevo con la persona que más amaba, pero al parecer
el dichoso destino que todo lo pone en su lugar no tenía los mismos planes, se lo
estaba dejando muy pero que muy claro.
Ruby se remueve inquieto entre los fuertes brazos del hombre que lo aprisiona,
ladrando y llamando la atención de la pareja que se besa en el pasillo, provocando
que ambos se giren y la sonrisa enorme en el rostro del castaño se esfuma tan rápido
que incluso duele.
¿Cómo no se dio cuenta de que el angelito iba a verlo? Por el amor de Dios,
TaeHyung no que menos quería era hacerle daño, pero era todo lo que lograba
ocasionar con sus acciones.
No fue hasta que él vio las lágrimas en los ojos oscuros del ángel que su pecho
realmente latió con dolor. ¿Cómo había podido ser tan descuidado?
"Angelito..." murmura con un halo de vergüenza rozando sus palabras casi
superficialmente. JungKook ni siquiera le da tiempo a hablar cuando suelta al perrito
en el suelo y hace su camino hasta su pequeño escondite (él lo había apodado así,
pero en realidad sólo se trataba de la pequeña terraza detrás de la cocina). El lugar
donde siempre se escondía del mundo —de TaeHyung en general—cuando todo se
derrumbaba frente a sus ojos.
El castaño suspira, girándose para mirar de nuevo a MinJae. "Y-Yo... tengo que ir a
ver como está, ¿de acuerdo?
"No hay problema" éste le sonríe cálidamente, y TaeHyung le devuelve —sin pensarlo
dos veces— la sonrisa. "Pero no te olvides de que mañana paso temprano a por ti,
mis padres nos esperan en el muelle para ir a desayunar. Están deseando conocerte,
Tae."
Asiente y cierra la puerta, despidiéndose de MinJae con la mano y yendo por el mismo
camino que JungKook ha tomado, dirigiéndose hasta su terraza con un profundo
resoplido.
TaeHyung llama con sus nudillos suavemente a la puerta, el sonidito de los huesos
chocando contra la madera hace sobresaltar al ángel, quién estaba de espaldas con la
mirada perdida y sus antebrazos reposando en el barandal.
"¿Angelito?" habla suavemente, queriendo que JungKook se gire y le abra la puerta
para poder entrar y mantener una conversación con él.
"Déjame solo, por favor." pide el otro, sonando terriblemente herido al respecto.
"Ángel... por favor, necesito que hablemos."
Ésta vez, JungKook es quién suspira, manteniendo un debate mental consigo. Pero
finalmente se gira sobre sus talones y camina hasta abrirle la puerta al castaño.
"¿Qué necesitas, TaeHyung?"
"Y-Yo... quería pedirte perdón, en serio en ningún momento quise hacerte daño, yo
sólo... no pensé que ibas a vernos."
Silencio.
TaeHyung juguetea nerviosamente con los dedos de sus manos, no teniendo idea
alguna de cómo enfrentar el problema de un adolorido—mentalmente—JungKook, y
menos aún con la terrible noticia que tiene para darle.
Toma un gran, gran respiro antes de decir: "MinJae m-me va a llevar a conocer a su
familia, tiene una casita en la playa a la que realmente le gustaría que fuese con...
él." anuncia débilmente.

"¿Cuándo?" pregunta sin mirarlo. En lugar de eso, JungKook tiene la mirada fija en la
calle que se presenta debajo de sus pies.

"Mañana por la mañana."

"¿Y te vas a ir con él, así sin más?"

TaeHyung ladea la cabeza. "¿Y q-qué pretendes que haga?"

"Ni siquiera lo conoces del todo, TaeHyung." dice, su voz sonando más seca y firme
de lo que esperaba. Pero ya no puede aguantar más su dolor, está en su límite.

"¿Qué quieres decir?"


"Te vas a ir con una persona que ha reaparecido en tu vida hace menos de un mes, ¡y
yo mientras tanto sigo aquí, TaeHyung! Tratando de que me recuerdes, pero no
consigo nada."

Kim hace una mueca ante las duras palabras del ángel, no quiere ser grosero con
JungKook, pero él realmente no sabe de lo que está hablando.

"MinJae significó mucho para mí, JungKook. No es una persona cualquiera en mi


vida."

"Yo también lo hice, ¡o al menos así quiero creerlo! Y tú simplemente le das la


oportunidad de obtener tu corazón como si nada." se gira para encararlo, la mirada
de JungKook se encuentra tres tonos más oscura, producto de la rabia que siente
correr por sus venas ahora mismo.

"No como si nada" la voz del castaño sale algo temblorosa" yo lo quiero. Y él me
quiere."

Sólo Dios sabe que, si JungKook tuviese corazón, se hubiera quebrado por completo
nada más oír esas palabras.

"Yo... t-tan sólo quiero que seas feliz, Tae."

"Soy feliz, él me hace feliz, JungKook. ¿Tú no has probado a serlo también?"

"Lo era, realmente, lo era." dice prácticamente en un susurro, pero TaeHyung es


capaz de oírlo casi a la perfección, ni siquiera siendo capaz de evitar el pesar que han
causado sus palabras dentro de él.

"Cuándo estaba contigo, yo era la persona más feliz en todo el universo" su mente
grita, pero él sólo murmura: "Aunque al parecer ya no voy a volver a serlo."

"Tal vez deberías rendirte" en un tenue murmullo, le dice al ángel, quién mira hacia
arriba para poder verlo directamente a los ojos, el halo del dolor pasando en forma de
capa por delante de su rostro.

JungKook abre mucho los ojos, la sorpresa haciéndose presente y el profundo dolor
de los cuchillos invisibles traspasando su alma sin compasión alguna.

"¿C-Cómo?"
Rápidamente, TaeHyung dice: "E-Es decir... tú no eres feliz haciendo esto, p-puedo
verlo... No soy tan tonto, en realidad."

"Jamás pensé que siquiera lo fueses." el castaño asiente, convencido. JungKook


siempre lo halagaba diciendo cosas como que él era inteligente, lindo y ese tipo de
cosas bonitas. Así que gracias a eso ahora se sentía un poco más confiado consigo
mismo.

Al fin y al cabo... quien te quiere de verdad sólo busca hacerte feliz, ¿cierto? Aunque
él esté un poco ciego y no pueda ver todos los esfuerzos de JungKook, sin embargo.

"Entonces... y-yo creo que es lo mejor. A lo mejor d-de ese modo tú... ¿logras ser
feliz?"

¿Rendirse? JungKook había pensado en esa opción muchas veces, pero nunca la había
llevado a cabo, porque realmente él no quería dejar de intentarlo. No podía siquiera el
soportar irse sabiendo que no había dado todo de sí mismo para recuperar al hombre
que ama.

"¿Quieres que me rinda?"

"Bueno... N-no lo sé. Dudo mucho que consigas algo ¿sabes? No has dejado de
intentarlo en los últimos casi tres meses, y por mucho que te esfuerces yo no creo
que vayas a conseguirlo."

Cuando TaeHyung cierra la boca, porque cree que ya todo lo que quería decir, ha
quedado claro, el silencio los inunda por completo por un tiempo largo, que para el
castaño ha sido realmente incómodo, queriendo rápidamente salir de ahí.

"Si me disculpas, JungKook... Tengo que ir a hacer la maleta." informa, girándose


para finalmente marcharse del lugar, pero la voz del menor lo llama, un tanto
apagada.

"¿Por qué me haces esto, TaeHyung?" los ojos del menor brillan con lágrimas. "Tú...
tú sabes todo lo que me estoy esforzando para que me recuerdes, todo lo que estoy
sufriendo mientras te veo sonreír con ese... hombre." (En realidad iba a decir algo
como idiota, estúpido, imbécil, algún insulto poco variado y original, pero prefirió
mantener la calma antes de faltar al respeto) "¿Y sólo me pides que me rinda?"

"Lo siento mucho, Angelito... Pero yo amo a ese hombre."

El azabache respira hondo, mirando profundamente a los ojos de TaeHyung, antes de


decir: "No tengo corazón, TaeHyung. Pero cada parte viva dentro de mí se muere
cuando te veo con él." muerde su labio inferior con fuerzas, sorbiendo por la nariz
antes de romperse en un fuerte sollozo que no hace más que preocupar a TaeHyung.

"JungKook..." murmura, algo dentro de su pecho rompiéndose con fuerzas.

Y JungKook simplemente desapareció frente a sus ojos.


c.-021

TaeHyung observa como MinJae habla confiada y alegremente con los conocidos de su
familia, vecinos viejos que han vivido siempre junto a la casa de la playa de sus
padres, o simplemente gente nueva buscando amistades próximas una vez se hayan
mudado a sus respectivas casas.

Mientras sus ojos inspeccionan cada ápice del mar frente a sus ojos, quiere verse a sí
mismo viviendo esto durante toda una vida, porque es lo que MinJae le había
prometido. Una vez que TaeHyung acepte ser su esposo, el hombre de linda sonrisa y
rasgos infantiles iba a poner su mayor empeño en hacerle la persona más feliz del
universo.

TaeHyung quiso sentirse querido, amado y especial. Pero muy en el fondo suyo, él
estaba seguro de que lo que MinJae le ofrecía, no era mejor. ¿Mejor que qué? Se
cuestionaba secretamente a sí mismo. TaeHyung no estaba muy seguro de con qué
debía comparar su relación con MinJae, o con quién. Pero había algo, algo que sólo su
cabeza y su corazón sabían que era mucho mejor para él. Alguien que lo era.

Una persona que daría su vida mismamente por hacerle feliz – y que
inconscientemente, eso era lo que estaba haciendo, que se moría por ver su sonrisa
día tras día, incluso sabiendo que no iba a ser recordado. Pero esa persona no perdía
la esperanza, seguía queriendo verle sonreír, provocando su sonrisa, oyendo sus risas
y siendo el causante. Notando la calidez del cuerpo ajeno contra el suyo propio, el
cual solía cambiar de temperatura con esa mera acción.

Una persona, que pronto él jamás volvería a ver. Pero eso, TaeHyung, no lo sabía.

TaeHyung suspira, las pequeñas y leves olas se mueven pacíficamente bajo el lindo
cielo azul, el sol a un lado brilla con todas sus fuerzas. Rayos dorados dando
directamente en el rostro del castaño.

Unas manos fuertes lo rodean de la cintura con precisión, haciendo que éste de un
pequeño salto en su lugar por el contacto inesperado. Rápidamente el fuerte perfume
de MinJae invadiendo sus fosas nasales.

"Amor," murmura suavemente contra su oído "quiero que conozcas a mis padres. Ya
han llegado."

Él suspira, girándose para mirar al mayor a los ojos con una pequeña mueca que ni
siquiera él mismo sabe describir.

Se ha estado sintiendo vacío desde que salieron de Seúl en la mañana. Antes de


meterse en el coche de MinJae, TaeHyung había observado a todos lados con la
esperanza de que el angelito estuviese cerca para despedirse de él y disculparse por
haber sido tan terriblemente brusco la noche anterior. TaeHyung realmente no había
pensado las cosas que dijo, y su pecho estuvo con un terrible nudo toda la noche.
Nudo que incrementó al marcharse sin saber absolutamente nada del azabache.

Había estado tratando de disfrutar completamente del viaje las cinco horas que se
pasaron en la carretera, su deseo por conocer Busán era terriblemente grande, aún
más sabiendo que el lugar en el que desayunarían tenía la mayor valoración por
expertos en dulces de chocolate. Pero los padres del castaño avisaron quince minutos
antes de la llegada que no iban a poder estar disponibles antes de las cinco de la
tarde, por lo que MinJae sólo le compró un café a TaeHyung y ni siquiera notó el
puchero del otro antes de seguir conduciendo hasta el lugar de la casa en la playa.

"¿Crees que les c-caeré bien a ellos, hyung?" pregunta algo inseguro. Él bien sabe
que los padres de su nueva pareja son algo, cómo decirlo, superficiales.

Antes de que MinJae pueda contestarle, una pareja con los mismos rasgos que el
castaño llegan a su lado. "Hijo" la mujer dice, un tono severo y confiado potente en
su voz.
"Mamá," El mayor se gira con una pequeña sonrisa ante sus progenitores, dejando
que ellos vean a TaeHyung "Papá, os presento a TaeHyung, mi novio."

Y la cabeza del mencionado no hace más que dar vueltas, un montón de imágenes
invadiendo su mente.

"N-No quiero hacerlo..." murmuró mirando hacia el suelo, sus ojitos llenándose de
lágrimas a causa de la inseguridad que todo su cuerpo siente. "¿Y-Y si no le gusto?"

"Vamos Tae, no digas eso. Ella está deseando conocerte." Él no puede ver al dueño
de esa voz, pero está cien por cien seguro de que también es el dueño de la mano
que acaricia sus mejillas con suavidad. "Vas a encantarle, te lo aseguro.

TaeHyung comenzó a jugar con sus manitas. "¿C-Cómo estás tú tan seguro de eso?"

"Porque ella adora a todo el mundo que me hace feliz, bebé. Y tú eres lo que me hace
más feliz en el mundo."

El chico no pudo decir nada más, porque automáticamente una mujer de pelo negro y
jadeante se presenta en la cafetería. Mira en su dirección y sonríe abiertamente,
acercándose a ellos.

"¡Mi pequeño, aquí estás!" jadeó "Lo siento por llegar tarde, de verdad, pero mi jefe
me pidió a última hora unas fotocopias y no tuve más remedio."

"Mamá, no soy pequeño ya" el chico sin rostro se quejó. TaeHyung sigue sin verlo,
pero apuesta que está haciendo un puchero adorable. "Y no te preocupes, no
llevamos mucho tiempo esperando."

La señora se quitó el abrigo y la bufanda, colgándolos en el respaldar de la silla,


sentándose posteriormente con un suspiro agotado, luego mira al tímido castaño. "¿Él
es el tesorito del que tanto me has estado hablando?"

TaeHyung se sonrojó violentamente.

"Sí, es él."

"Wow, es más lindo de lo que pensé." alagó con una brillante sonrisa. "Encantada,
cielo, soy Jeon JiYoon."
"E-Encantado también, m-mi nombre es TaeHyung."

La mujer es agradable, y TaeHyung pudo sentirse un poco relajado ante eso, pero el
simple hecho de que ella lo estuviese viendo con tanta devoción, provocaba un torpe
aceleramiento en su corazoncito, y el calor en sus mejillas aumentar.

Una mano suave y cálida atrapa la suya, dándole un delicado apretón. TaeHyung no
tiene que comprobarlo siquiera para saber que se trata del chico a su lado.

El chico sin rostro, pero con una voz terriblemente conocida.

"Así que tú eres el famoso chiquillo que hace a mi hijo tan cursi las veinticuatro horas
del día, ¿eh?" la mujer preguntó, acto que sólo llevó al castaño a sonrojarse más. Si
es que eso era posible, claro.

"Mamá" reprendió el otro con voz severa, pero ella ni siquiera le hizo casi a su hijo."

"Ay cariño, tu novio es realmente lo más adorable que he visto."

"¿Verdad que sí?" coincidió el muchacho desconocido, apretando las mejillas de un


sonrojado TaeHyung y besándolas luego. "Es lo más maravilloso de este mundo-aw,
ay, tengo que ir al baño. Esperen por mí un momento."

TaeHyung tembló cuando vio la figura esbelta moverse en el asiento de su lado,


levantándose y desaparecieron por el pasillo de la cafetería en dirección a los baños.

"TaeHyung." la mujer lo llamó, y el castaño cerró los ojos, temiéndose que ahora que
ambos estaban solos, ella fuese a decirle algo malo como 'aléjate de mi hijo, rarito'.

"Y-Yo..."

Pero lo que vino a continuación jamás se lo esperó.

"Cielo, gracias por hacer tan feliz a mi hijo." sintió como tomó sus dos manos por
encima de la mesa, una expresión de devoción creciendo en su rostro.
Desconcertado, el pequeño TaeHyung abrió los ojos. "Yo de verdad pensé que mi
bebé no podría volver a sonreír del modo en que lo hace cuando está contigo. Pero...
nada más ver cómo te mira, cómo sonríe cuando tú estás cerca, o el modo en que
sonríe cuando habla de ti..."

"N-No es nada, señora J-Jeon, y-yo quiero mucho a Kookie." titubeó.


TaeHyung se sintió terriblemente feliz, porque esa mujer no lo estaba juzgando como
pensó que lo haría. Si no que, ella le agradecía.

"Ya estoy" el chico desconocido volvió a sentarse a su lado, sonriendo abiertamente.

Y cuando TaeHyung miró directamente a su rostro, entre toda la nebulosa que le


impedía ver su rostro, él pudo distinguir dos adorables dientes de conejito.

"Tae, ¿Tae estás bien?" una voz lejana se escucha en sus oídos. Se siente extraño. La
cabeza le duele y los ojos le pesan.

Lentamente trata de abrir los párpados, quejándose levemente por la claridad que lo
abruma. Cuando por fin puede abrirlos, lo primero que ve es el rostro preocupado de
MinJae.

"Por fin despiertas, amor. ¿Estás bien?"

"Q-qué... ¿Qué pasó Jae?" pregunta con el ceño fruncido.

"Te desmayaste hace un par de horas, ¿cómo te encuentras?"

¿Desmayado? ¿En qué momento? Él sólo estaba frente a sus suegros y luego una
oleada de imágenes lo golpeó de repente.

"Bien... M-Me encuentro bien."

La señora, sus cálidos ojos.

"¿Dónde están tus padres?" pregunta, girando su cabeza para poder ver bien al
castaño.

El chico que lo acompañaba, su sonrisa de conejito. El tacto suave y protector de sus


caricias.

"Ellos... tuvieron que irse."

«Gracias por hacer tan feliz a mi hijo.»

Sus palabras, sonando tan sinceras y agradecidas.

"Dejaré que descanses" MinJae dice, tapándolo con las mantas y apagando la luz,
pero TaeHyung está demasiado absorto en sus pensamientos como para poder
responderle antes de que éste cierre la puerta.

¿Quiénes eran ellos? ¿Quién era ese tal 'Kookie' al que él dijo querer tanto?

Suspira, cerrando sus ojos para luego abrirlos, su mirada perdiéndose en la ventana
continúa a donde el está acostado, mirando las estrellas.

"¿Dónde estás, angelito?"


c.-022

Si había algo que TaeHyung no se esperaba en absoluto nada más abrir los ojos, eso
era una profunda mirada negra en él. Y más aún, que reconociese esa mirada tanto
como lo hacía, porque en muchas otras ocasiones él la había sentido cuando dormía,
pero jamás se había sentido incómodo.

Pero tampoco se esperaba que, al encontrar el rostro con ojos adormilados, su


corazón fuese a latir de semejante manera. Como si quisiese salir de su pecho.

"A-Angelito..." murmura, tallando sus ojos rápidamente antes de siquiera pensar que
se trata de una alucinación.

Debido a que el día anterior sufrió un desmayo, todo su cuerpo se siente débil y
pesado, pero con las incógnitas de quiénes demonios eran ese tal ''Kookie'' y la
señora que le había agradecido por la felicidad de su hijo.

"Hola, TaeHyung." la voz de JungKook sale en un pesado susurro, el cansancio y el


dolor notándose severamente en su rostro, preocupando en demasía al de cabellos
castaños.

"¿Dónde te metiste? Y-Yo... pensé que no volvería a verte nunca más..."

JungKook le sonríe, y TaeHyung podría haber visto esos dientes de conejito que tanta
desesperación tenía por encontrar si no estuviese mirando al suelo.

"No pensé que te fuese a importar mi partida."

El castaño levanta rápidamente la cabeza, un fuerte dolor punzante lo ataca de


inmediato, pero él se enfoca en mirar directamente hacia sus ojos con determinación.

"Claro que me importó, angelito... Yo te quiero mucho... ¿P-Por qué te fuiste? En


serio me asusté cuando no te vi más."

"Dijiste que querías que me rindiese, y eso hice. Me rendí; y me marché."

"¿De verdad v-vas a hacerlo...? ¿Vas a rendirte?"

"Sí." JungKook cierra con fuerza los ojos.

No va a llorar, se prometió a sí mismo no hacerlo. No delante de TaeHyung. Ya había


llorado lo suficiente mientras no estuvo con él y juró con todo el dolor de su corazón
que lo dejaría ir aunque eso significase su propia muerte—literalmente hablando—.

Él sólo quería ver a su TaeHyung feliz, y tal vez MinJae era esa persona que podría
llevarlo a la cima de la felicidad.

"No lo hagas." dice rápidamente el castaño.

"¿Qué cosa?"

"Ambas. No te rindas, no te vayas" pide, levantándose torpemente para caminar


delante del ángel.

"No hay nada más que yo pueda hacer aquí, TaeHyung." dice tomando las manos
contrarias. TaeHyung siente esa corriente eléctrica que lo abofeteó en su extraño
sueño – correr por sus venas cuándo él nota el suave tacto de las manos de JungKook
sobre las suyas. "Mi tiempo se acaba, mi cuerpo se va a desvanecer y tú no has
podido recordarme en absoluto. He fracasado, Tae. Y no tengo una tercera
oportunidad."

"¿T-Tu tiempo?" pregunta de forma entrecortada. "¿Qué quieres decir?"

El azabache suspira. "Sólo me dieron tres meses para que me recordases. Si no lo


conseguía, desaparecería para siempre y nunca más podría volver."
"¡N-No! Tú no estás hablando en serio, ¿v-verdad que no?"

"Lo estoy, TaeHyung."

"¡¿Y por qué tú nunca me lo dijiste?!"

"Pensé que lo conseguiría, es por eso que no te lo dije. Pero, como ves, jamás lo
conseguí. Así que en dos días me iré."

"¿Por cuánto tiempo te irás?" pregunta con temor palpable. Dejar de ver al angelito
no era algo que tuviese planeado, incluso si días antes le pidió que se rindiese con él.

"Para siempre, Tae."

Y, todo en el interior del castaño se derrumba.

Para siempre es mucho tiempo, mucho, mucho tiempo.

"N-No..."

Las manos de TaeHyung cubren su cara en menos de un segundo, no queriendo que


el otro vea sus amenazantes lágrimas empezar a salir de sus ojos.

"Hyung... p-por favor, nunca te olvides de que yo te amé, te amo y te amaré."


JungKook balbucea. Ya ha aguantado lo suficiente, las lágrimas se deslizan con
facilidad por sus mejillas, empapándolas por completo. El ángel mira con ojos
brillantes a su amado. "Siempre, TaeHyung. Aunque yo no esté aquí, ¿de acuerdo?"

"P-Pero, angelito..." JungKook no es el único que a estas alturas está llorando.

"Hay promesas que no pude cumplir, como estar a tu lado para siempre" respira
hondo, tragando algunas de sus lágrimas, porque muchas más salen luego. "Pero si
hay algo que pienso cumplir a toda costa, eso es, amarte eternamente."

"J-JungKook..."

No es que el azabache lo esté interrumpiendo, es que ni siquiera el mismo TaeHyung


puede acabar sus frases por culpa de las lágrimas y del potente nudo en su pecho. Le
está doliendo—quizás más de lo que él mismo pensaba que le podría doler—, su
corazón está latiendo de forma desbocada contra su pecho por la desesperación en
encontrar las palabras adecuadas para dedicarles al azabache. Pero simplemente no
las encuentra, su mente está en blanco, y lo único que permanece en ella es:
JungKook va a desaparecer.

"Mi vida no durará eternamente, pero lo que siento por ti... El amor que siento, la
forma en la que mi corazón se acelera cada vez que te miro. La felicidad creciendo
dentro de mi cuando sonríes... Eso, es algo que va a permanecer vivo siempre."

TaeHyung se aferra al cuello de JungKook, llorando desconsoladamente contra su


pecho.

"¡Lo siento angelito! Siento no poder recordarte" exclama con todo el dolor de su
corazón.

JungKook envuelve sus brazos en su cintura, su barbilla descansando en la coronilla


de TaeHyung.

"No te preocupes, Tae." susurra "No es tu culpa."

"Sí que lo es" llora más fuerte, y JungKook reza en silencio porque MinJae no se
despierte y acuda a su encuentro. "Si yo te recordase, tú no te tendrías que marchar.
Seguirías aquí..."

"Lo sé, Tae, lo sé..." se separa, tomando el rostro del pequeño entre sus manos para
poder mirarlo a los ojos, quitando los rastros de lágrimas en sus mejillas. "Pero vas a
poder estar con MinJae ahora, sin preocuparte por mí... Vas a ser feliz, Tae."

"Yo sólo seré feliz a tu lado, Kookie." TaeHyung escucha ese murmullo dentro de su
cabeza, perteneciente a su propia voz. Su corazón se acelera de pronto.

¿Por qué demonios vuelve a aparecer ese nombre en su cabeza? Lo está volviendo
loco de una forma en la que no sabe realmente cómo sentirse. Ni siquiera recuerda si
alguna vez en su vida llamó de ese modo a alguien.

"Por favor..." lloriquea en un hilo de voz, su rostro descomponiéndose en la mueca de


dolor más terriblemente dolorosa que JungKook haya visto nunca. Pero no puede
hacer nada para evitarlo, porque él está incluso peor, y porque el tiempo se acaba.

Toma el rostro lloroso entre sus manos, de forma suave, delicada, como si TaeHyung
fuese una frágil escultura a punto de romperse. "Te amo tanto, Kim TaeHyung..."
acerca sus rostros lo máximo posible, juntando sus labios al fin en un necesitado pero
tierno contacto, que pone al castaño la piel de gallina—y no ayuda en absoluto con la
revolución dentro de su pecho—. Sólo es un juego suave de labios, en el que
TaeHyung no duda en participar un solo segundo, algo dentro de sí mismo creciendo
de forma casi inconsciente.

El azabache se separa, mirándolo a los ojos. Las mejillas de TaeHyung están un poco
rosadas debido al sonrojo que las cubre, pero eso sólo lo hace más hermoso ante la
mirada del menor. Acaricia con suavidad una de ellas y le da una pequeña sonrisa de
labios sellados.

"Te amo, Tae. Te amo mucho. Nunca lo olvides, por favor."

Y JungKook vuelve a desaparecer frente a sus ojos.

Pero esta vez, ¿para siempre?


c.-023

TaeHyung se siente realmente extraño. Hace menos de cuarenta y ocho horas que no
sabe nada de JungKook, pero el simple hecho de saber que en poco tiempo va a
desaparecer de su vida para siempre, le hace morir de los nervios y la preocupación.

Él pensó en su momento que podía vivir sin JungKook perfectamente. Digo, es una
persona desconocida, al fin y al cabo. El angelito ha compartido con él millones de
recuerdos que supuestamente ellos habían vivido juntos antes cuando eran una
amorosa pareja de enamorados, pero él no puede recordarlo como para comprobar si
realmente ellos eran novios o tan sólo fueron simples fantasías por parte del menor.

Lo que sí puede asegurar TaeHyung —y de lo que teme profundamente, también—es


el tremendo salto que dio su corazón cuando sintió los suaves labios del ángel sobre
los suyos. Y no sólo eso, el vuelco que ese simple roce de labios produjo en su
corazón le hizo sentir extremadamente débil al respecto.

Porque nada en su cuerpo se había sentido antes de tal modo, ni siquiera cuando
MinJae lo besaba.

TaeHyung había visto antes desparecer a JungKook, dos veces para ser exactos, pero
en las anteriores él tenía por seguro —o casi seguro—que lo volvería a ver, pero
¿ahora? No tenía nada claro. Ni siquiera sabía si JungKook tan siquiera iba a volver
para despedirse de él. Y eso, aunque TaeHyung no fuese a admitirlo, rompía un poco
su corazón cada vez más.

Mira al frente, MinJae le ha dicho que en menos de media hora lo esperase fuera con
sus maletas para poner finalmente rumbo a casa, y sólo Dios sabe las ganas
tremendas que TaeHyung tenía de volver al calor de su hogar, con su bonito Ruby y...
y nadie más, en realidad, pues JungKook se ha marchado y de SeokJin aún no sabe
nada seguro.

Cuando finalmente ve al castaño salir por la puerta cargando dos maletas de ruedas y
un bolso con más equipaje en su hombro, suelta un suspiro de cansancio. Realmente
quiere salir de allí, ya mismo.

Sus suegros ni siquiera se habían quedado para conocerlo después de que despertase
(cosa que le hacía sentir mal, pero a la misma vez agradecía, porque él no estaba
seguro de hasta qué punto querría lidiar con miradas de superioridad, conociendo en
demasía a los padres de su guapo novio sin siquiera haber hablado con ellos antes).

MinJae llega a su lado y le da una pequeña sonrisa.

"¿Nos vamos?" y TaeHyung asiente con ímpetu, habiendo deseado esa pregunta
desde que prácticamente llegaron.

Definitivamente no había salido como él esperó que saliesen las cosas.

Hay una gran cantidad de coches parados delante de ellos, formando así una
interminable caravana que puso un ceño fruncido en TaeHyung por el fastidio que eso
le causaba. Nada más verla, él sabía que iban a pasar un buen tiempo entre todos
esos camiones, motocicletas y demás coches.

MinJae mira por el retrovisor, viéndose levemente confundido. "Hay un montón de


coches, ¿Qué habrá pasado?"

"No tengo ni idea" se encoge de hombros, mirando por la ventana.

Su acompañante suspira, tamborileando los dedos en el volante, hasta que escucha


una maldición proveniente del dueño del otro coche que está a su lado.
"Demonios, si esto sigue así, no vamos a llegar en la vida." se queja el señor del
coche contiguo."

"Creo que se han derretido los helados ya." anuncia su mujer, o bueno, la chica que
está en el lado del copiloto con una inmensa mueca de preocupación.

"Mierda."

"Disculpe" MinJae habla educadamente, dirigiéndose al señor, recibiendo rápidamente


una mirada interrogativa. "¿Sabe que ha ocurrido como para que haya tanto tráfico?"

"Uh sí" asiente mirándolo. "Al parecer ha habido un accidente; un coche ha


atropellado a un muchacho."

Y eso es suficiente para que cada parte del cuerpo de MinJae se congele por
completo.

Su cabeza daba vueltas, cada cosa que miraba parecía multiplicarse e incluso
triplicarse. Pero probablemente eso era producto de la gran cantidad de alcohol que
anteriormente había ingerido. Gruñe con voz grave y un poco ida, apretando el
teléfono en una mano. Las gotas de agua golpeaban furiosamente el techo de su
coche, empañando los cristales y sumándose junto a su vista borrosa por el alcohol,
en una dificultad para conducir.

"¡Te digo que todo se está yendo a la mierda, JaeBum!" le exclama al otro hombre en
la línea abierta.

"Cálmate, Min, todo tiene una solución ¿de acuerdo?" intenta tranquilizarlo, pero sólo
Dios sabe que eso es meramente imposible, cuando él está en su estado de enfado,
nada es capaz de tranquilizarlo. Ni siquiera la tasa en alcohol que lleva encima. "Sólo
hay que mover algunos hilos y...-"

Un grito lo interrumpe.

"¡¿Algunos hilos?! ¡Habría que mover a una oveja entera si quiero que la empresa no
quede en la quiebra!" le da un golpe al volante, sin ser consciente de su pie pisando
el acelerador. "Si mi padre... Si él se entera de que estoy provocando que su empresa
pierda clientes, y como consecuencia de eso -¡hip!- sus ganancias desciendan y se
arruine en la miseria, ¡él me mata!"
"MinJae, ¿Estás borracho?" es todo lo que el otro pregunta, provocando aún más furia
en el castaño.

"¡¿Eso es todo lo que te importa, imbécil?! ¡Voy a quedarme sin dinero, JaeBum! Mi
padre me va matar -¡hip!- No, me va a desheredar, que es todavía peor."

"Hey, relájate."

"¡No puedo, joder!" grita, completamente enfurecido.

"MinJae, respira..."

Estaba tan, pero tan iracundo y frustrado que no fue consciente del momento en que
se saltó los semáforos, pasándose algún que otro paso de peatones. El coche iba a
una gran velocidad, tanta era que no tuvo tiempo siquiera de frenar en el momento
en que un cuerpo cruzaba por el paso de peatón. El muchacho miró horrorizado en
dirección al coche que se acercaba a él, y MinJae se grabó esos ojos antes de que su
coche golpease, impactando horriblemente contra la persona. Un ruido seco llenando
la avenida, junto con su desesperado: "¡No!"

MinJae vio como el cuerpo salió prácticamente volando por los aires antes de caer en
un golpe mortal contra el asfalto, unos metros más alejado de dónde él se
encontraba.

"¿MinJae, estás ahí?" la voz de su compañero preguntó al otro lado.

Sus manos temblaban, su corazón latía fuerte y de forma errática contra su pecho.
Mirando horrorizado el cuadro frente a él. Los cristales de su coche estaban
empañados por la lluvia, algunas gotas de sangre también se mezclaban con el agua
que caía del cielo.

¿Qué había hecho?

"¿Jae?, ¿JaeBum?" susurró en un hilo de voz, comenzando a respirar con dificultad.

"¡Kim! ¿Qué ha sido ese ruido?"

Una lágrima se desliza por el rostro del perplejo y asustado MinJae, mirando frente a
él las personas corren y se amontonan para ver el cuerpo de la persona herida.

Uno de ellos dice: "¡No tiene pulso!" Y el mundo del castaño se hunde aún más de lo
que estaba.

"C-Creo que he m-matado a alguien, hyung..."

"¿MinJae?" la voz de TaeHyung sonaba distorsionada en medio de su shock repentino.


"MinJae, ¿me oyes?"

Tuvo que sacudir un par de veces la cabeza para volver al mundo real, dónde un
pequeño castaño lo miraba con ojitos llenos de preocupación.

"T-TaeHyung..." balbucea, aún sintiendo todas esas emociones frescas en su cuerpo.


"¿Q-Qué pasa?"

"Ya podemos irnos, el tráfico ha disminuido considerablemente."

"¿Y el accidente?" pregunta aún un poco ido.

"La ambulancia llegó hace un rato, al parecer sólo tiene una pierna rota, el chico está
bien." anuncia el menor, haciéndole suspirar de alivio sin saber siquiera por qué.
"Hyung, ¿estás bien? Tu rostro está muy pálido..."

Respira hondo, mirándolo repentinamente y tragando grueso. "Eh... S-sí, estoy bien.
Sólo... tuve una especie de sueño muy... extraño."

TaeHyung frunce el ceño en una clara confusión ¿MinJae también tenía esos sueños?

"¿Qué pasó?" pregunta, un atisbo de miedo siendo perceptible en su voz, pero el


castaño mayor aún está muy impactado como para siquiera notarlo.

"Y-yo... sentí como si hubiera atropellado a alguien." explica, una gota de sudor
deslizándose por su frente "C-Como si lo hubiese matado..."
c.-024
El fin del verano se acerca, y como cada año—porque esto ya se ha vuelto una
tradición para los habitantes de Seul—, se prepara una fiesta en la playa. Con
diferentes tipos de asados, bebidas y mucha música para pasar un buen rato. Claro
que, TaeHyung no es el mayor fan de estas fiestas tan típicas de su ciudad, pues
cuando llegan las doce de la noche, la mejor forma de despedir el verano es poner
una sesión de fuegos artificiales. Millones de colores representan el cielo en forma de
chispas luminosas, ruidos fuertes saliendo de estos al explotar.

Bien, TaeHyung le teme a esos ruidos. Con toda su vida, pues son demasiado fuertes
para sus oídos que no llegan a soportar semejantes decibelios.

"¿De verdad tenemos que ir, hyung?" pregunta con un tierno puchero, pero MinJae no
le pone atención, porque está demasiado ocupado poniendo bien las solapas de su
nueva chaqueta.

"Claro que sí, TaeHyung." le dice acomodando los botones de una vez por todas.
Dedicándole una sonrisa, despeina sus cabellos.

TaeHyung está cien por cien seguro de que quiere salir corriendo en este preciso
instante. Él está rodeado ahora de las personas que quiere, pues MinJae está a su
lado, su mejor amigo JiMin también se encuentra con ellos, junto con su novio
YoonGi, y para añadir una mayor felicidad, SeokJin también los acompaña. Aunque el
rostro de éste último se haya estado encontrando un poco triste y distante, el hyung
más mayor siempre ha considerado el proporcionarle una bonita sonrisa a su pequeño
cuñado.

Porque NamJoon se ha muerto, pero el corazón de SeokJin le sigue perteneciendo


como el primer día.

Pero el castaño aún está un poco afligido y nervioso, ya que en menos de cinco
minutos los fuegos artificiales van a comenzar. Y él está tratando de hacer todo lo
posible para no ser testigo de ese suceso que tanto pánico produce en su cuerpo.

JiMin y YoonGi se acaban de alejar unos metros, dirigiéndose ambos hasta el pequeño
puesto de bebidas que queda al principio de la playa, y SeokJin lleva más o menos
unos quince minutos hablando por teléfono. Por lo cual, MinJae y TaeHyung están
solos.
"H-Hyung ¿podemos irnos?" le pide, mirando con ojos de corderito a su amado, pero
parece no tener efecto alguno.

"Ahora no TaeHyung, justo van a empezar los fuegos artificiales, ¿no estás
emocionado?"

"L-La verdad es que n-no..." titubea "Me dan miedo."

"Tae, no seas tonto, ¿quién le teme a los fuegos artificiales?" MinJae se burla con una
leve carcajada, y TaeHyung sólo logra sentirse un poco mal, haciendo un puchero
inconscientemente, porque a él no le gusta que se burlen de él. Y menos si es la
persona de la que está ¿enamorado?

"Yo... No me gusta el ruido que hacen, hyung..."

El castaño más mayor y alto lo mira con el ceño fruncido. ¿Miedo a los fuegos
artificiales? ¿Qué tontería es esa?

"Tápate los oídos entonces."

TaeHyung se muerde el labio inferior, la sensación de malestar creciendo en su pecho


en el momento exacto en que el cielo se ilumina con las múltiples chispas de colores
vivos, los ruidos ensordecedores comenzando a provocar pánico al frágil cuerpo de
Kim.

Y no es el único, al parecer, pues la pequeña niña que yace a unos metros de la


pareja ha empezado a llorar como si realmente le estuviesen a punto de arrebatar el
alma, su mamá acudiendo a ella como una bala, limpiando sus lágrimas.

Y TaeHyung es capaz de escuchar un: "Amor, no llores. Son sólo fuegos artificiales,
mira que colores tan bonitos." de la madre de la pequeña. Que automáticamente lo
sumerge en el mundo de imágenes que inunda su cabeza.

"Hey, Tae, bebé ¿qué ocurre? Estás temblando." Otra vez la misma voz del chico de la
cafetería. Esa voz tan cálida y suave que le habla prácticamente al oído. Pero ésta
vez, TaeHyung no puede girar su rostro para verlo.

"T-Tengo miedo, Kookie" y el mismo apodo, ese que él desconoce por completo, pero
que no ha dejado de oír en sus extraños 'sueños' (Porque él no sabe realmente cómo
referirse a ese tipo de cosas que le pasan cuando las imágenes vienen a su cabeza,
golpeándolo como una ola golpea las rocas). Su cuerpo no está ahí —al menos, no el
del presente—, pero TaeHyung puede sentir como su alma está en el interior de ese
pequeño cuerpo que le pertenece, logrando así sentir todas y cada una de las
emociones.

"¿Miedo de qué?"

"Me dan m-miedo los fuegos... Me asusta el ruido que hace." admitió aún temblando,
de la nada comenzando a llorar. Él era muy sensible cuando estaba asustado.

"Oye, oye amor, no llores" la voz no tan desconocida (porque él está seguro de que la
ha oído antes) vuelve a decir, y TaeHyung siente grandes manos acariciar su carita.

"P-Perdóname Kookie, soy tan tonto, y-yo sólo-" el muchacho lo interrumpe de


inmediato.

"No vuelvas a decir eso nunca más ¿de acuerdo? No eres tonto ni mucho menos por
temerle a algo. Todos le tememos irracionalmente a algo, sea lo que sea. Todo el
mundo tiene miedo, pequeño."

El castaño asiente, las manos cálidas limpiando los rastros de lágrimas en sus suaves
mejillas y luego besando de forma delicada las mismas.

"Entonces ¿nos vamos a ir?" una pequeña emoción crece en su pecho nada más sentir
que ese muchacho lo apoya, pero sus ilusiones se desvanecen en cuanto lo escucha
decir:

"Nop, de eso nada. Vamos a disfrutar de los fuegos artificiales."

"¡P-Pero Kookie!"

El del apodo desesperante deja escapar una linda carcajada "Pero nada, bebé."

Las luces provenientes de las primeras chispas de colores en el cielo alertan cada
partícula dentro del cuerpo de TaeHyung, provocando que éste de un pequeño salto y
se aferre con fuerzas al cuerpo del otro.

"Tae, cálmate. Respira hondo, y lo que es mejor, déjame respirar a mi también, por
favor" su cuerpo tiembla ante la pequeña risa del otro "Me estás dejando sin
oxígeno."
"P-Perdón" se disculpa torpemente mientras se separa, tapando su carita cuando el
ruido se hace presente en todo el lugar.

"No pasa nada" susurra, otorgando un beso rápido en sus labios, y TaeHyung sólo
sabe que ya ha sentido ese escalofrío sacudir su cuerpecito antes.

'Kookie' camina a su alrededor, posicionándose detrás del castaño, quién rápidamente


siente como fuertes brazos lo rodean suavemente de la cintura, un pecho bien
formado presionándose contra su espalda y una dulce fragancia invadiendo de forma
muy agradable sus fosas nasales.

"Hazme un favor, ¿está bien, mi amor?" el nombrado asiente con su corazón latiendo
de forma descontrolada contra su pecho "Cierra tus ojitos, respira hondo; olvídate del
ruido. ¿Lo tienes?"

TaeHyung hace todo lo que le ha sido pedido. "S-Sí..."

"Ahora dime, ¿qué color crees que saldrá en el siguiente fuego?"

"Ahm... n-no lo sé" balbucea entre grandes respiraciones "¿Azul?"

"Veamos si adivinas. Abre los ojos y mira hacia el cielo para comprobarlo."

Kim vuelve a realizar las acciones que la persona detrás suyo le pide, volviendo a
respirar hondo para finalmente abrir los ojos y mirar al cielo, deleitándose con los
colores pintándolo. Su emoción es tan, pero tan grande cuando él ve el color azul
brillar justo encima de él, que prácticamente se olvida del ruido, y chilla:

"¡Lo adiviné, Kookie! ¡Azul, es azul!"

"Bien hecho, bebé." 'Kookie' proporciona un beso en su mejilla como recompensa, y


TaeHyung no puede verlo aún porque sigue de espaldas, pero él sabe que está
sonriendo, tal vez mostrando esos dientes de conejito que tantas cosas han causado
dentro de él. "Yo digo que ahora sale verde, ¿tú que dices?"

"Hmm... ¡Rojo!"

El cielo vuelve a ser pintado, y Tae salta por el repentino ruido, pero ésta vez no se
asusta tanto. Aunque no se emociona del todo, porque el cielo está pintado de verde.

"¡Já! Te gané" escucha la voz del otro decir en su oído y hace un pequeño puchero.
Un poco enfurruñado porque ha sido ganado, hace puños con sus manos a los
costados "Amarillo, digo amarillo. ¿Tú qué dices?" TaeHyung lo desafía, deleitándose
con la carcajada del chico a sus espaldas.

"Pues... morado."

Otro ruido más, TaeHyung rápidamente mira hacia arriba, encontrándose con el
amarillo pintando encima de él, las luces iluminando los rostros que también lo mira.
Y sonríe, porque ha vuelto a ganar.

"¡Gané~!" vitorea, su sonrisa haciéndose más grande.

"De acuerdo, me has ganado. Acepto la derrota, pero, ¿A que ya no tienes miedo?"

El castaño abre mucho los ojos al caer en cuenta de que lo que dice, ¡es cierto! Había
estado tan ocupado tratando de adivinar el siguiente color que pintaría el cielo, que se
había olvidado completamente del miedo que sentía ante el ruido. Y del propio ruido,
en sí.

"¡Tienes razón, Kookie!" palmea divertido las manos que se encuentras entrelazadas
en el centro de su barriguita, luego acariciándolas con cariño, devoción. "Hiciste que
dejase de tener miedo, muchas gracias."

"Yo no hice nada, cariño. Todo lo has hecho tú solito." TaeHyung mira hacia abajo,
como el chico desconocido (pero que tan bien le ha hecho sentir en tan poco tiempo)
entrelaza sus manos juntas, y sonríe.

Porque es feliz, porque ya no tiene miedo. Porque hay alguien que lo quiere del
mismo modo en que él lo quiere. Porque esa persona lo entiende, lo acepta, lo apoya
y lo ama.

E inconscientemente, el TaeHyung que ha presenciado todo dentro del cuerpo del


chico enamorado, suelta una pequeña sonrisa. Porque él puede ver, que con la
compañía del otro hombre, era realmente feliz.

Y finalmente tiene la oportunidad de poder girar sobre sus propios pies, para quedar
frente a frente con el chico sin rostro, quien para su sorpresa, ya tiene rostro. Y le
está sonriendo de una forma tan brillante que TaeHyung (ambos) juran derretirse ahí
mismo, por supuesto, con esos dos tiernos dientes de conejito sobresaliendo del
resto.
Y el corazón del castaño casi se sale de su pecho, porque él reconoce demasiado ese
rostro, y a la persona a la que pertenece.

JungKook.

)=<>

Su angelito.
c.-025

TaeHyung abre mucho los ojos cuando finalmente logra salir del repentino shock en el
que ha sido sumergido, sus hombros siendo suavemente sostenidos y zarandeados
por un preocupado MinJae que lo mira con el ceño fruncido.

"Tae, ¿te encuentras bien?" pregunta soltando el cuerpo más pequeño "Te he estado
llamando por quince minutos aproximadamente, pero tú sólo te quedaste en blanco
mirando a la nada.

De repente el castaño, no hace más que sentirse terriblemente abrumado. Porque su


cabeza duele demasiado, un montón de cosas habitan en su mente, sólo causando
que su confusión aumente. ¿JungKook, su angelito era el chico que lo acompaña en
sus extraños sueños? Todo era demasiado para él, ahora que finalmente podía
reconocer su rostro de veces anteriores.

Pero no como si lo hubiese visto de tan sólo tres meses, cuando se le apareció de
repente con un animado y a la vez nervioso ¡hola!, alegando ser su ángel de la
guardia, su novio al que debía recordar. Siendo eso exactamente lo que acababa de
pasar.

JungKook lo había conseguido. TaeHyung logró recordarle.

Pero si éste no se da prisa, probablemente vuelva a perderlo, y ésta vez el azabache


no va a tener otra oportunidad para volver de nuevo. Y TaeHyung, va a perderlo para
siempre.

"¡TaeHyung!" escucha la exclamación de MinJae y sacude la cabeza, ¿ha estado


mucho tiempo en su propio mundo, recordando lo mucho que quería a ese chico de
adorables dientes de conejo y lo feliz que era con él? No lo sabe, ni siquiera está
seguro. Pero no puede importarle en lo más mínimo ahora que sabe toda la verdad y
la reconoce, viéndose a sí mismo meses atrás llorando en su habitación por la terrible
pérdida de su amado. Aquel que lo dejó sin quererlo de un momento a otro.

Pero, ¿qué va a pasar con MinJae, con sus sentimientos por él?

El pequeño castaño tiene su mente y su corazón completamente divididos. Pues, por


el muchacho frente a él siente un inmenso, pero está cien por cien seguro de que ese
aprecio no se compara tan sólo un poco a la forma en la que su corazón latía cuando
las manos de JungKook lo acariciaban.

"¿T-Tu me quieres, hyung?" pregunta en un hilo de voz apenas perceptible. Se ha


olvidado de los fuegos artificiales, del ruido ensordecedor y de todas las personas que
lo rodean.

"Claro que te quiero, ¿por qué lo preguntas?"

"Pero... ¿vas a quererme para siempre?"

"No lo sé, TaeHyung, supongo que el destino lo decidirá."

Y entonces, el castaño recuerda las palabras que alguna vez el angelito dijo para él,
como un nuevo flashback.

"¿Crees en el destino, JungKook?" preguntó, una de esas noches en las que ambos
solamente se dedicaban a mirar hacia el techo tirados en la cama que ambos
compartían. La mejilla de TaeHyung aplastándose levemente contra el fuerte pecho
del menor, quién a su vez acariciaba los cabellos de su pequeño novio.

"Claro que sí, amor. El destino te puso en mi camino" murmuró, su mano haciendo un
recorrido hasta la suave y esponjosa mejilla de Tae ."Y le estoy tremendamente
agradecido por eso."

"¿T-tú realmente crees que nuestro encuentro fue cosa del destino?"

"Por supuesto." JungKook suena realmente seguro de lo que dice, cosa que causa
mucho interés en el castaño, pues él nunca había sido demasiado creyente en el
destino y todas esas cosas. Él sólo cree en lo que puede ver. "El destino pone todo en
su lugar, cuando te conocí supe que ese dicho tenía razón, porque tú estabas donde
pertenecías."

"¿Y eso es?"

"Justo donde estás ahora, entre mis brazos."

TaeHyung no puede hacer más que sonrojarse, girando un poco su rosada carita por
la vergüenza para depositar un pequeño y suave beso en la mano que descansa sobre
su mejilla. "¿Y a dónde perteneces tú?"

"A dónde tú estés, pequeño."

¡Eso era! El destino ponía todo en su lugar. Ahora, TaeHyung podía entenderlo,
siempre puso a JungKook a su lado, porque ahí era dónde ambos realmente
pertenecían; el uno al lado del otro.

"¿Tae?"

Mira su reloj de muñeca, ni siquiera haciendo caso a los llamados de MinJae. Es


demasiado tarde, él no sabe la hora exacta en la que JungKook desaparecerá, ni
siquiera sabe si aún sigue aquí en la Tierra, pero no puede ni tan siquiera perder un
solo minuto.

No si eso significa volver a perder a JungKook.

Por lo que sin despedirse de su hyung, comienza a correr en una dirección que no
sabe si es del todo correcta, pero que él recuerda con toda su mente y alma, que tal
vez JungKook podría estar ahí.

Su pequeño apartamento de novios.

"¡TaeHyung! ¡¿Dónde vas?!" escucha que MinJae le chilla a lo lejos, y se siente un


poco avergonzado por simplemente salir huyendo, pero él realmente necesita llegar a
tiempo.

"¡Al lugar al que siempre pertenecí!" exclama de vuelta, luego añade "¡Lo siento,
hyung!"

Y sigue corriendo, sin mirar atrás.

Jadea, sus pies se mueven con toda la rapidez posible por el pavimento, gotas de
sudor empezando a deslizarse por sus sienes rumbo a su cuello, probablemente vaya
a quedarse sin oxígeno pronto por la forma en la que él está corriendo, ya que no
está demasiado acostumbrado al ejercicio físico y esto supondrá algo difícil y
complicado para él, pero teniendo en cuenta que su único objetivo es encontrar al
angelito antes de que éste se marche, no le importa en absoluto. Va a arriesgarse, va
a dar todo de sí mismo para lograrlo. Aunque sus pulmones queden inútiles, aunque
muera asfixiado. JungKook ha dado todo lo que tiene por él, para ser recordado. Y
aunque él no lo sepa, ha conseguido su objetivo.

Antes de darse cuenta, TaeHyung está frenando delante de la puerta a la que


JungKook lo llevó cuando quiso hacerle saber el primer recuerdo, y viendo el primer
regalo que el azabache le obsequió el día de su cumpleaños: su propio apartamento.
Entra en el edificio sin pensárselo dos veces, subiendo las escaleras de dos en dos y
casi tropezando en los últimos escalones, pero al fin y al cabo logra llegar intacto al
segundo piso. Mira por todos lados, tratando de ver si hay algún rastro de Kookie,
pero no hay absolutamente ninguna pista de que él ha estado por aquí cerca.

Recordando la manía del azabache por dejar siempre las llaves debajo del felpudo,
agacha su cuerpo para poder levantar el trozo de textura rugosa entre sus dedos,
divisando con una pequeña sonrisa la llave debajo de éste. Con la misma, abre la
puerta en menos de un segundo, la rapidez haciendo que casi se rompiese, pero
finalmente él está dentro de la casa, observando todo a su alrededor.

JungKook no está en el interior, pero TaeHyung puede ver un marco de foto boca
abajo sobre una pequeña mesa. Él sabe que JungKook lo ha movido recientemente,
porque no recuerda que el marco estuviese de ese modo la primera vez que visitaron
la casa con el azabache siendo un angelito.

Pero lo que sí recuerda, es el momento en el que esa foto fue tomada.

"¿Ya?" preguntaba el castaño, quién aún tenía sus ojitos cerrados, sintiendo a su
novio merodear alrededor suyo en un lugar que él desconocía.
JungKook lo había conducido por toda la ciudad a ciegas, alegando que tenía un
regalo para su pequeño bebé.

"Espera un segundo, hm... ¡Ya!" escuchó a JungKook decir, y automáticamente abre


los ojos, ante los cuales un pequeño pero bonito salón yace sin amueblar. Una gran
pancarta está sujeta por unos tirantes desde el techo, con algunos globos decorando,
en la cual se podía leer en letras hechas con marcador el mensaje de: ¡Feliz
cumpleaños, mi amor! ¿Te quieres venir a vivir conmigo, TaeTae? —JungKook.

Y simplemente los ojos del castaño se llenaron de lágrimas.

"¿Q-Qué es esto, K-Kookie?" inquirió aún en un estado completo de shock.

"Una casa, bebé." respondió como si fuese lo más obvio del mundo, aunque en su
interior todo era una inmensa bola de nervios. Porque había una pequeña
probabilidad de que TaeHyung dijese que no, y entonces, sólo entonces, su corazón
iba a estar muy pero que muy destrozado.

"T-tú... ¿Tú la compraste?"

"Con ayuda de mi mamá, sí. YoonGi hyung también me prestó algo de dinero, más de
lo necesario, la verdad." le da una pequeña sonrisa a su novio, quién aún está
temblando. Dudoso, abre los brazos para que él se interne entre ellos, cosa que
rápidamente hace, llorando contra su pecho. "Y... ¿Qué dices, Tae? ¿Quieres, bueno...
tú sabes, vivir conmigo... a-aquí?"

"¡Claro que quiero, Kookie!" chilla entre sollozos, que ahora suenan realmente a unos
llenos de felicidad, llenando así el corazón puro del azabache.

JungKook lo apretó más fuerte entre sus brazos, sus sonrisas haciéndose más y más
grandes con el paso de los segundos. Creando así una preciosa y tierna escena, que
claro, Park JiMin (quién había estado escondido junto a los demás chicos todo este
tiempo, no dudó en capturar).

"Ah, Jiminie, bebé~" el mayor de todos, el cuál era el novio del pequeño chico de
cabello naranja se quejó, saliendo también de su escondite, siendo seguido por
HoSeok y su novio YuGyeom, el mejor amigo de JungKook. "la discreción no es lo
tuyo, eh."

"Lo lamento, no pude resistirme." se disculpó, pero realmente no lo sentía en


absoluto, pues sus amigos eran una pareja demasiado—en serio, demasiado
adorable—como para no fotografiarlos en todo momento. "Ellos se ven realmente
lindos."

"Concuerdo contigo, Jiminie" apoyó HoSeok, posando su mano en el hombro del más
bajito "Están hechos el uno para le otro."

"Sí, yo también estoy de acuerdo" fastidiado, dijo YoonGi "Pero no toques a mi novio,
Jung."

Bueno, un YoonGi celoso era la mejor forma de cerrar la bonita tarde llena de abrazos
y sorpresas.

"Tienes razón, Hobi" TaeHyung pronuncia con una melancólica sonrisa en sus labios.
"Estamos hechos el uno para el otro."

Algo dentro de su cabeza da una punzada hiriente, y el castaño tiene que llevar sus
manos al lugar en el que siente la leve molestia antes de que el dolor mengüe.

Con lágrimas en los ojos, deja la foto en su lugar, dándose la vuelta para no perder
más tiempo y seguir con su camino. JungKook no estaba en su apartamento, pero
hay más sitios dónde él podría estar justo ahora.

Vuelve a echar a correr, cerrando la puerta con un portazo seco antes de guardar la
llave en el bolsillo delantero de su pantalón, bajando las escaleras hasta que vuelve a
sentir el aire fresco golpear de lleno en su rostro.

Para su suerte, el siguiente destino no está demasiado lejos. JungKook había sido
demasiado considerado comprando un apartamento cercano a la playa, donde
TaeHyung siempre se escondía cuando él quería desaparecer de todo el mundo, pero
el azabache siempre aparecía de la nada, con el corazón agitado por la potente
preocupación que lo abarcaba nada más pensar en su pequeño desaparecido.

El pelinegro siempre secaba sus lágrimas y lo acunaba en sus brazos por horas hasta
que él se quedaba dormido y luego era llevado a casa en los fuertes brazos de su
amado.

Y ese fue el primer recuerdo que lo golpeó nada más poner sus pies en la arena, la
brisa marina acariciando suavemente su rostro mientras escucha el relajante sonido
de las olas chocar contra las rocas.
TaeHyung sintió una presencia detrás suyo, la cual respiraba de forma entrecortada y
dejaba soltar leves jadeos por la falta de oxígeno. No tiene que girarse para saber de
quien se trata, puesto que no es la primera vez que esto pasa, pero JungKook
siempre logra asustarse hasta el punto de recorrerse todas las calles hasta dar con él.

Siempre en el mismo lugar.

"Te gusta asustarme, ¿eh pequeño?" jadeó, sentándose a su lado en la arena.


JungKook no era el más fanático de sentir la arena entre los dedos de sus pies,
mucho menos sentirla en el trasero, pero él simplemente no podía dejar al amor de
su vida solo.

"Lo lamento, Kookie" suspiró el castaño "Sé que lo pasas mal cada vez que
desaparezco así, y lo siento mucho."

"No te preocupes, Tae." le obsequió con una pequeña sonrisa. "Yo siempre voy a
venir a por ti."

"¿Aunque te canses?"

"Jamás me cansaría de buscarte, bobo. Incluso estando en la ciudad más grande, yo


me recorrería el cielo y el mar tan sólo para encontrarte y llevarte de nuevo
conmigo."

Esas palabras causaron una pequeña sonrisa en el rostro del mayor, porque él
realmente se sentía especial y feliz cuando el azabache le dedicaba bonitas frases sólo
para él. JungKook lo hacía sentir amado, completo.

"Kookie, ¿nunca has tenido ganas de... simplemente desaparecer?"

"Obvio que sí, muchas veces. Demasiadas, en realidad." apoyó sus brazos cruzados
en sus rodillas, rodeándolas con tal acción. "Pero siempre que ese deseo viene a mi
mente, recuerdo que tengo algo demasiado bonito como para alejarme."

"¿Qué es?"

"Tú, TaeHyung. Eres lo más importante que tengo, por encima de todo y de todos." le
miró directamente a los ojos, ocasionando un escalofrío en el cuerpo contrario "Si
algún día tú me dejas, si te vas... La mejor parte que hay en mí se marchará
contigo."
TaeHyung estaba completamente seguro de que ha sido bendecido, porque tener a
alguien como Jeon JungKook a tu lado es lo mejor que le ha podido pasar. Y agradece
a los cuatro vientos tenerlo a su lado.

"También eres lo más importante que tengo, Kookie." susurró, acercando su cuerpo
para acurrucarse contra él "Y no tengo pensado irme a ningún lado lejos de ti, porque
te amo."

"¿Lo prometes?"

"Lo prometo."

"Yo también te amo, Tae." y TaeHyung sintió los suaves labios de JungKook dejar un
pequeño beso en la piel de su frente.

Un nuevo dolor de cabeza aún más punzante que el anterior provoca que tenga que
cerrar sus ojos de forma automática, arrugando el rostro por el dolor y mordiéndose
el labio inferior, queriendo dejar de sentirse así. ¿Por qué su cabeza lo atormentaba
de este modo? Recordando y luego hiriéndolo. ¿Así se sentía recordar? En las
películas parecía más bonito.

Suspira, por el momento sigue sin encontrar rastro del angelito perdido, pero eso no
significa que vaya a rendirse en absoluto. Tiene que encontrarlo, cueste lo que
cueste.

JungKook nunca se rindió con él, él tampoco va a rendirse ahora que es su momento
de demostrarle cuán grande es el amor que TaeHyung siente por ese muchacho de
linda sonrisa.

"Hey, Kook. ¿Estás bien?" NamJoon pregunta posando su mano en el hombro del
menor. Éste lo mira como si de repente le hubieran crecido doce cabezas alrededor.

"¿Luzco bien?"

"¿Por qué me da que esta conversación la tuvimos antes?"

"Porque la tuvimos, hyung." suspira, sus ojos fijos en el agua del lago que queda
frente a ambos, NamJoon está sentado sobre una fuerte rama del árbol más grueso,
con la fe en que no se va a quebrar. "Justo antes de yo bajar a la Tierra... Qué
coincidencias..."
"No te desanimes, chico, tal vez ahora no todo es tan malo como tú te piensas." trata
de animarlo, pero como siempre, fracasa.

"Debí haberte hecho caso desde el principio... Si nadie antes lo consiguió, ¿por qué yo
sí iba a hacerlo? No soy más especial que nadie, tampoco más inteligente que ningún
otro."

"Tal vez no, pero sí hay algo en lo que destacas es que tú jamás te rendiste. Y eso
significa mucho, JungKook."

"¿De qué sirve el no haberme rendido, de todos modos? Sufrí más aún, y todo por
nada. Porque igualmente voy a desaparecer..." sus hombros se hunden, los ojos
brillando a causa de las lágrimas que está acumulando desde hace unos días. ¿Era
posible que alguien muerto pudiese sentir tanto dolor? Porque JungKook no estaba
seguro de eso. "He dado todo, pero a cambio no he recibido nada. Sólo he visto como
la persona que amo le ha entregado su corazón ciegamente a alguien más, y lo poco
que quedaba del mío (si es que quedaba algo, porque en las condiciones en las que
me encuentro, dudo mucho eso. Por eso de que estoy bastante muerto y tal, pero en
fin) se ha destruido. Supuestamente... debería arrepentirme pero, no lo hago." mira
al arcángel con una lágrima solitaria deslizándose por su mejilla "Porque ésta vez
pude despedirme al menos... Pude decirle todo lo que siento, lo que él me hacía
sentir y lo mucho que significaba para mí... Tal vez me voy sin ser recordado, pero
también me voy con el alivio de que pude decirle todo lo que quería."

"Eso está muy bien, JungKook." apoya NamJoon palmeando su espalda.

"Y... ¿qué va a pasar ahora?"

"Pues cuando lleguemos arriba, seguirás siendo un ángel, no cambia nunca la cosa."

JungKook asiente "¿No voy a poder bajar nunca más?"

"Tal vez en cosas puntuales, pero, si lo haces, nadie va a poder verte, ni siquiera
TaeHyung. Algo así como... lo que hago yo" explica, causando aún más vacío en el
pecho del menor. Él no quería que llegase el momento de partir de nuevo al cielo
—que para su caso, era el inferno—, quería quedarse en la Tierra y seguir intentando
ser recordado por Tae, pero al parecer eso nunca pasaría.

"Y, ¿qué pasa si por algún casual alguien te ve?"

"Eso nunca ha pasado, Kook."


"Es igual, pero quiero saberlo." insiste.

"Pues, no estoy seguro, pero creo que si alguien te ve cuando eres un


ángel—supuestamente invisible—, es sinónimo de ser recordado."

"¿Se podría volver a la vida?" inquiere, algo de emoción creciendo en su estómago.


"Es decir, ¿podría volver a mi vida normal si eso ocurre?"

"Probablemente, sí. Pero ya te digo, Jeon, no es algo que vaya a pasar ni de broma."

No hables tan alto, Kim NamJoon.

"¡Dios!" exclama TaeHyung, frustrado "¿Dónde demonios estás, angelito?"

TaeHyung le pregunta a la nada, o al viento, o a los dos. No lo sabe, en realidad. Él


sólo siente los terribles calambres en sus piernas, sus pulmones ardiendo por la falta
de oxígeno que le ha causado el recorrerse toda la playa entera de punta a punta en
busca del azabache, pero lo único que había encontrado fueron números y letras
escrito sobre la arena, conociendo esos símbolos como el lenguaje secreto que él y
JungKook compartían a cada momento, sobretodo cuando sus cuerdas vocales no
cooperaban con el resto de su cuerpo.

Pudo leer perfectamente el mensaje que el angelito había escrito sobre la superficie
granosa antes de hacer Dios sabe qué: ''513MPR3 4 7U L4D0, H4574 QU3
D354P4R32C4. 73 4M0''

"Siempre a tu lado, hasta que desaparezca. Te amo" Y TaeHyung estaba seguro de


que ese mensaje estaba dedicado a él, sólo y especialmente para él.

Pero eso realmente no había sido una pista que le indicase el paradero del ángel,
aunque no había podido evitar sin duda alguna el revoloteo de las mariposas asesinas
en su estómago, ni la forma en la que su corazón golpeó fuertemente su pecho.

Por lo que ahora mismo estaba rumbo a la feria, queriendo a toda costa que ese sea
el lugar en el que pueda encontrar definitivamente al desaparecido.

¿Esto era lo que sentía JungKook cada vez que se despertaba y no veía a TaeHyung
junto a él? Porque de ser así, era aun completo infierno.
TaeHyung sentía que JungKook había pasado por muchas cosas por su culpa, o tan
sólo por él. Para hacerle feliz, y últimamente todo lo que había estado recibiendo
había sido un completo sufrimiento.

Tal vez, debía alejarse para dejar al ángel ser feliz a su manera, pero simplemente no
podía parar sus pies ahora que estaban tan cerca. Quería por lo menos intentarlo, y si
lo conseguía, entonces Tae iba a autodefinirse a sí mismo con el ser humano más feliz
de todo el universo.

Finalmente se para frente al lugar, el cual desgraciadamente no está disponible


(claro, a estas horas ya está cerrado, y más si estaban todos los habitantes en la
playa, celebrando el final del verano). Mira la atracción parada más alta de todo el
lugar, ese cacharro lo había hecho sentir tan mal como bien. JungKook había logrado
ahí mismo que TaeHyung abandonase uno de sus grandes miedos, como era el de las
alturas.

Y eso, él siempre lo agradecería.

"¿Sigues teniendo miedo cada vez que nos subimos?" le preguntó al castaño, quién
sólo se aferraba con toda la fuerza posible en su menudo cuerpecito al cinturón de
seguridad.

"S-sí... Pero esta vez, no me des tu mano."

JungKook frunció el ceño. "Oh, ¿y por qué no?"

"Las últimas veces creo que te dejé sin circulación sanguínea en todos tus dedos. No
quiero volver a hacerte daño."

"No seas bobo" rió el menor, tendiendo su mano "Dame la mano, TaeHyung."

"P-Pero..." quiso negarse, pero JungKook siempre era más severo que él, y siempre
se salía con la suya.

"Dámela."

Y el castaño finalmente accedió. "Si tienes que apretar porque tienes miedo, sólo
hazlo." el castaño negó.

"No, Kookie... yo no quiero hacerte daño, por favor no me obligues" balbuceó con las
lágrimas cubriendo sus ojitos. JungKook soltó un sonoro suspiro, y asintió con la
cabeza, aceptando.
Cuando TaeHyung logró calmarse un poco, la atracción comenzó a moverse,
alarmando al castaño en sus cinco sentidos. "¡Ay, JungKook, esta cosa se mueve!"
chilló, sus ojos reflejando el pánico que sintió nada más el cacharro avanzase unos
metros.

Su respiración se hizo irregular y comenzó a acelerarse cuando vio la gran cuesta que
subía hasta lo más alto. Pero antes siquiera de ver un poco más allá, el rostro de
JungKook se puso en su campo de visión (y, de acuerdo, Tae tenía que admitir que
las vistas que venían luego en lo más alto, eran realmente lindas, pero nada se
comparaba con la belleza natural de su guapo novio), ni siquiera dándole tiempo a
reaccionar cuando ya había atrapado sus labios en un dulce beso.

Kim sintió como su cuerpo se inclinaba al mismo tiempo que los asientos en el que él
y JungKook estaban sentados, mientras eran llevados hasta lo más alto, pero en lugar
de seguir sintiendo pánico por estar a una gran altura, él estaba demasiado ocupado
tratando de seguir torpemente los movimientos que los labios del azabache hacían
sobre los suyos.
JungKook chupó su labio inferior con ganas, para luego pasar su lengua por el mismo
y morderlo un poco sin llegar a ser demasiado fuerte el mordisco. Los chasquidos de
sus labios chocando apenas eran audibles gracias al viento leve que los golpeaba,
pero TaeHyung se sentía literalmente, en las nubes.
El pelinegro se separó con una sonrisa, a tiempo para que su novio lograse ver el
atardecer desde lo más alto.
"Wow..." murmuró impresionado con la vista "Sigue siendo igual de bonito que la
primera vez."
Y nuevamente, JungKook lo miraba a él mientras decía "Estoy de acuerdo, Tae."
Un sollozo lleno de dolor escapa de los labios del de cabellos castaños, y ya no solo
por el terrible dolor punzante en su cabeza cada vez que un recuerdo lo sumerge. Si
no porque con cada recuerdo, TaeHyung está más y más asustado, porque siente que
su corazón le pertenece a ese angelito del que ahora no sabe nada.
Su cabeza se apoya contra los barrotes de la entrada al lugar, la cual está cerrada.
Más sollozos inundan el silencio. Tiene miedo, está aterrado, a decir verdad.
JungKook ha sido realmente bueno y paciente a la hora de acabar con todos y cada
uno de sus miedos, pero sin ser consciente él está causando el mayor miedo que
habita en el pequeño cuerpo de TaeHyung.
Perderle.
Desde que lo conoció, TaeHyung sintió que Jeon iba a ser una persona que marcaría
su vida, de una forma o de otra, acertando al final, cuando logró reconocer que
estaba más que enamorado del chico de cabello azabache. Con el tiempo su corazón
le perteneció completamente, entregándoselo sin dudar un solo segundo, porque él
estaba seguro de que su órgano vital más importante estaría en buenas manos, y no
se equivocó en absoluto. JungKook cuidó de su corazón como si se tratase del suyo
propio.
Pero ahora estaba el mayor temor de todos los posibles, porque JungKook le había
enseñado a nadar, a dejar de temerle a las alturas, a ser más paciente consigo
mismo, a quererse cada día un poco más, sentirse seguro de su propia persona, una
buena forma para no temerle a los fuegos artificiales.
Pero en ningún momento le enseñó a poder vivir sin él.
Antes de siquiera poder ser consciente, una frase (quizás la más importante para el
momento, y la cual debería de haber recordado en un principio, probablemente
habiéndose quitado un poco de sufrimiento de encima. O tal vez no, quizás todo esto
había sido necesario, o simplemente se lo merecía por haber sido tan tonto de no
recordar a su único ángel) que alguna vez JungKook le dijo (cuando él no podía
recordarlo), golpea de lleno su mente.
"Este sitio es el más especial para mí Es nuestro lugar." él recordaba que JungKook
había dicho eso cuando él lo llevó al pequeño lago donde lo enseñó a nadar de una
vez por todas, y donde tantas cosas buenas sucedieron para ambos.
Traga duro, ¿y si él no se encuentra ahí, y si todo es en vano? No sabe qué hacer.
Una pequeña probabilidad de todas las que resaltan dentro de su cabeza queda de
que tal vez JungKook esté en ese lugar.
Está confundido al respecto. Todo ha terminado pasando demasiado rápido, la cabeza
le duele tanto por culpa de los recuerdos que no hacen más que atosigarlo y
atormentarlo de una forma bonita, (porque a TaeHyng no le importaría siquiera lo
más mínimo el perder la conciencia a base de recuerdos, no si en ellos están él y el
azabache siendo la hermosa pareja de siempre). Sus piernas tiemblan y duelen, casi
al punto de dejar de sentirlas, un hormigueo acariciando desde los dedos de los pies
hasta el principio de su ingle lo preocupan, sus pulmones están vacíos prácticamente.
Pero, ¿y si se rinde ahora y todo lo que pudo haber pasado si logra llegar a tiempo,
nunca pasa?

El destino todo lo pone en su lugar pero, ¿y si tal vez su lugar ya no es al lado de


JungKook porque es demasiado tarde?

"Jeon, chico." en el silencio, la voz de NamJoon se vuelve a escuchar." Es la hora."

El mencionado hace una mueca, sin dejar de mirar el agua dulce y cristalina debajo
de sus pies. "Fui realmente feliz a su lado." murmura "Este lugar... tiene demasiados
recuerdos buenos escondidos."

"Lo sé, amigo."


"Aquí le enseñé a nadar, hyung" dice, una sonrisa melancólica apareciendo en sus
labiales "Aún recuerdo todas las veces que lo intentamos hasta que él logró
conseguirlo. Tae siempre se desanimaba cuando no lo conseguía, pero yo daba todo
lo máximo de mí para devolverle la sonrisa."

"Y siempre lo conseguías, Kook. Tienes que quedarte con eso." Es el consejo que le
da su hyung, y él decide tomarlo en cuenta.

"Siempre solíamos escondernos de todo aquí, ¿Sabes? Era nuestro... sitio secreto.
Nadie lo conocía, aquí podíamos respirar tranquilos, relajarnos. Ser nosotros mismos.
Querernos a nuestro modo."

"Mi hermano era muy feliz a tu lado, JungKook."

"Lo sé, pero ojalá él también pudiera acordarse de eso, Nam."

"¡Kook!"TaeHyung lo llamaba, desesperado porque no podía encontrarlo"¡Kookie!


¿Dónde estás?

Hacía un par de horas que su novio había desaparecido así como si nada, cuando se
enteró de que le habían ofrecido una beca a TaeHyung para estudiar una carrera
profesional como esteticista en Nueva Zelanda, y eso había dividido el corazón del
azabache en dos. Por una parte, él estaba feliz por su pequeño, ya que finalmente
lograría cumplir uno de sus mayores sueños, pero la parte que tenía una nube
grisácea encima de su cabeza era la triste, la que no quería estar alejado de él.

Pero ya saben lo que dicen, ¿no? Si amas algo, déjalo ir.

"¡Oh, estás aquí!" TaeHyung logró respirar hondo, cuando encontró a su JungKook
sentado en la orilla del río, con una expresión de tristeza en el rostro. "¿Por qué te
fuiste?"

"¿Hm?" JungKook lo miró, su expresión demostrando lo demacrado que se sentía.


"Oh, no... no es nada, descuida, Tae."

Trató de darle una sonrisa, pero salió más como una torpe mueca. "Jeon JungKook, te
conozco más de lo que tú crees. Sé que te pasa algo, ¿por qué te fuiste de ese modo
cuando mencioné la propuesta que me hicieron?"

"Y-Yo... ah, ¡aish!" se removió el cabello con las manos, frustrado. No quería decírselo
al castaño y sonar como un estúpido egoísta, pero tampoco quería mentirle y que
TaeHyung se sintiese mal. "No... No quiero perderte, TaeHyung. Y-Yo... sé que es tu
sueño, y que probablemente te hace mucha ilusión eso, pe-"

La voz de TaeHyung lo interrumpió. "No lo acepté, JungKook.

"¿C-Cómo?" JungKook lucía tan perplejo como un adorable conejito perdido.

"No acepté la beca, me negué." repitió, sentándose al lado suyo.

"¿Y eso p-por qué, Tae? ¡Amas el maquillaje y el mundo del estilismo!"

"Créeme, te amo más a ti y a todo lo que tenga que ver contigo como para tan
siquiera poder vivir un segundo alejados, Kook." TaeHyung dijo. "Además, hay
muchos sueños que quiero cumplir, Kookie. Pero ahora mismo, gracias a ti estoy
viviendo el que más me importa."

"¿Ah sí?" el castaño asintió, con una pequeña sonrisa. "¿Cuál es?"

"Ser feliz."

"¿Eres feliz?"

"Mucho, tú me haces así, JungKook. Y mientras la razón de mi sonrisa, y los latidos


de mi corazón sean gracias a ti, no me voy a ir a ningún lado." suena como una
promesa, JungKook quiere que realmente lo sea. Y el castaño la sella, acercando su
cuerpo al cálido de JungKook para abrazarlo entre sus pequeños y menudos bracitos,
que sólo tratan de rodearlo, pero el cuerpo del azabache es mucho más fibroso que el
suyo, por lo que sólo puede enterrar su cabeza en el cuello contrario, aspirando el
delicioso aroma que el cuerpo de JungKook emite.

"¿Estás seguro de eso, Tae?"

"Nunca he estado más seguro de nada en toda mi vida, te lo aseguro."

JungKook sonríe, atrayendo el cuerpo del pequeño más cerca suyo, separando
suavemente la carita de TaeHyung de su cuello para poder juntar sus labios en un
deseoso contacto, la lengua del azabache haciendo contacto con la de TaeHyung,
provocando un jadeo y un tierno sonrojo contiguo al mismo.

Cuando se separan, ambos tenían los ojos brillantes, más dos enormes sonrisas
destellando en sus rostros.
"Dime Kookie, ¿por qué cada vez que desaparecemos terminamos rodeados de
agua?"

Y JungKook sólo puede reírse mientras estrecha al tierno castaño entre sus brazos.

Aunque lo que el azabache no sabe, es que ésta vez no es el único que tuvo el mismo
recuerdo.

"¿Estás listo?" el arcángel le pregunta con una mueca triste.

"No" le tiende la mano a NamJoon, hablando en un hilo de voz. "Pero ya no hay nada
más que pueda hacer."

JungKook está a sólo un paso de desaparecer completamente, pero antes de que su


mano roce la de su arcángel, una profunda voz agitada grita a sus espaldas.

"¡Jeon JungKook!" TaeHyung llama en un último respiro. Jadeando, su corazón late de


forma descontrolada contra su pecho. Está sin aliento, pero no puede arriesgarse.
"¡No te atrevas a abandonarme! ¡No otra vez!"
epílogo

Todo dentro del cuerpo del azabache se congela por momentos que parecen años
ante los ojos del jadeante castaño, quién tiene la mirada fija en la fuerte espalda de
la persona a punto de desaparecer.
Es una voz que claramente JungKook ya conoce, la ha oído y ha fantaseado con la
misma diciéndole 'te amo' por los últimos tres meses, pero es el tipo de voz que
nunca se cansaría de oír. Nunca. Aunque pasen años, décadas, siglos. Jamás. Porque
era la voz de TaeHyung, la voz del amor de su vida.
Era la sinfonía de su vida propia.
JungKook se gira en sus talones, la acción de NamJoon para llevarlo de vuelta al
mundo angelical había sufrido un severo parón en el momento exacto en el que el
arcángel oyó la voz de su hermano pequeño. Y por inercia, acabó sonriendo.
El azabache ve los ojos miel de TaeHyung húmedos, hinchados y rojizos, mientras
que un sin fin de lágrimas recorren sus mejillas. Entonces, su voz tiembla en el
principio de su garganta.
"¿T-TaeHyung?" la voz menos grave balbucea en un diminuto hilo que apenas es
audible. Todo su cuerpo está temblando cual gelatina y las emociones dejan su piel
erizada.
"Dime por favor que no llegué demasiado tarde... Que no vas a irte, p-por favor
dímelo." suplica, tapándose la cara con las manos en un acto por tratar de que las
lágrimas se extingan de una vez y no lo hagan parecer tan débil y frágil frente la
persona que lo mira con ojos muy abiertos por la sorpresa.
Pero es algo irracional que lo consiga, pues ahora que finalmente ha logrado recordar
a la persona que lo acompañó por los últimos tres meses, quién trató de hacerse
recordar y le explayó un montón de momentos —que muy dentro de su ser creía
perdidos, TaeHyung siente todas sus emociones a flor de piel, no pudiendo siquiera
ocultarlas. JungKook ni siquiera puede creer lo que está viendo, a pesar de que ha
oído su voz muy fuerte y clara—o al menos todo lo que el temblor y las lágrimas del
otro le han permitido hacerlo—, tiene miedo de que tal vez todo esto que está
viviendo es parte de un terrible sueño más, que probablemente termine
convirtiéndose en pesadilla.
"¿Qué..." traga saliva con dureza, su garganta se encuentra un poco seca y tiene que
carraspear antes de poder seguir pronunciando las palabras "¿Qué haces aquí?"
El timbre en su voz delata lo asustado que se encuentra. Ha vivido la experiencia de
que todo se vuelva un sueño y sinceramente no quiere volver a repetirla.
"Y-Yo... Necesito que te quedes a mi lado, JungKook." TaeHyung susurra, y algo en el
interior del azabache se remueve de forma brusca.
Pero por más que quiera aceptar, sabe que no puede. Su tiempo se ha acabado y no
hay nada que pueda hacer para quedarse. Con todo el dolor de su corazón, mira a los
ojos brillantes color caramelo, negando lentamente con la cabeza.
"No puedo, TaeHyung."
"¡C-Claro que puedes! Dijiste..." descubre que ha sido demasiado escandaloso, por lo
que baja considerablemente el tono de su voz, una mirada llena de tristeza cubriendo
sus lindos ojitos. "Angelito... Dijiste que si yo te recordaba podrías quedarte."
"Si tú me recordabas, exactamente. Pero no lo he conseguido, Tae."
¿Qué acaso el azabache no se daba cuenta? TaeHyung estaba frente a él, había
dejado a MinJae en mitad de la playa y se había recorrido toda la ciudad en su
búsqueda.
"Pero... a-angelito..."
"Lo siento, Tae. Mi tiempo se agotó" cierra los ojos, a sabiendas de que las lágrimas
van a salir aun así ponga resistencia. Porque él simplemente lo puede aguantarse
cuando se trata de TaeHyung, de sufrir por él. "Es hora de irme."

"N-No... ¡JungKook, por favor!"

"Te quiero." Murmura el ángel, acercándose para besar por última vez una de sus
mejillas "Por favor, encuentra la felicidad con quién realmente merezca tu corazón."

"¡Tú eres la única persona, JungKook!"

El mencionado sonríe tristemente porque sabe —o eso es lo que cree— que TaeHyung
dice eso sólo para que él se quede. Pero las cosas no funcionan así de fáciles.

"Lo siento"Se gira, dando un par de pasos hacia delante para culminar con el trecho
que lo separa de NamJoon, quién está mirando a su pequeño hermano con ojos
brillosos a causa de las lágrimas.

Ojalá a él también pudiese verlo, ojalá pudiese siquiera despedirse de su pequeño de


algún modo. Porque NamJoon aún no acepta el haberse marchado sin dedicarle ni a él
ni a SeokJin sus más profundas palabras de amor.

JungKook sabe que no hay marcha atrás, y sus pasos se hacen más y más lentos
cuando escucha una vez más la voz quebrada del amor de su vida.

"Kookie..." lo oye murmurar. Esa forma, la manera cariñosa en la que solía llamarlo
cuando estaban juntos, cuando TaeHyung todavía lo amaba.

Se supone que él no debería de recordarlo, ¿cierto?

Entonces, ¿por qué lo estaba nombrando así? ¿Tal vez...?

"Kookie...No me dejes, t-te necesito..." de nuevo. No es un sueño, esto está pasando


de verdad. El azabache siente el aire frío calar sus huesos, y esa es la prueba para
saber que todo esto no se trata de otro sueño más. Que realmente está ocurriendo.

Y algo dentro del menor comienza a latir de forma errática. Los pequeños vellos en su
nuca se erizan, mirando con grandes ojos al arcángel frente a él, quién le dedica una
brillante sonrisa.

JungKook tiembla tanto que probablemente vaya a caer sobre sus rodillas muy pronto
por lo débil y abrumado que se está sintiendo, pero aún así utiliza toda su fuerza de
voluntad para volver a girarse sobre sus talones, mirando así de nuevo al muchacho
que tapa su rostro y solloza de una forma tan desgarradora.

"¿C-Cómo me llamaste?"

TaeHyung deja ver su carita empañada en lágrimas. "K-Kookie..."

Da un paso hacia delante, más cerca del cuerpo pequeño y tembloroso de TaeHyung.

"Dilo otra vez, por favor." pide, y el otro asiente.

Un paso más cerca.

"Kookie..." TaeHyung respira hondo, y logra mirarlo directamente a los ojos. Un


tremendo escalofrío sacudiéndolos a ambos cuando sus miradas finalmente logran
conectarse. "J-JungKookie."
Otro más.

"¿Cómo...? ¿Cómo es que recuerdas ese nombre?" pregunta, tragando el gran nudo
en su garganta y sorbiendo el resto de las lágrimas que aún siguen descendiendo por
sus mejillas.

Centímetros los separan, JungKook hace avanzar sus pies el tramo que queda y logra
posicionarse frente a frente con TaeHyung, inclinando su cuello hacia abajo para
poder verlo mejor a los ojos.

"Porque recuerdo todo a cerca de ti, JungKook."

"¿Qué es todo, TaeHyung?" su voz ahora suena terriblemente ronca por las nuevas
lágrimas que están a punto de caer. No puede creerlo, una gran parte dentro de sí
mismo aún se siente en un constante estado de shock que paraliza algunos de sus
actos.

"Que te amé," el castaño entrelaza sus manos con un poco de nervios y algo de
vergüenza. Porque él no puede dejar de lado su timidez incluso cuando JungKook es
la persona indicada. "Que te amo," TaeHyung se alza sobre sus puntillas para al
menos poder quedar sus rostros más cerca, acariciando sus narices juntas. "y que te
amaré."

Finalmente logra tener un contacto más íntimo, cortando la distancia entre ambos y
presionando sus bocas en un anhelado beso.

TaeHyung vuelve a sentir ese tan conocido escalofrío, pero ésta vez no tiene
absolutamente ninguna duda de por qué siente aquello cada vez que JungKook lo
besa.

"N-No te entiendo, Tae..." murmura el azabache un poco después de separarse,


asimilando a duras penas todo aún cuando sus bocas se siguen rozando sutilmente.

El mencionado sonríe, una sonrisa cuadrada que llena de vida al corazón del más
pequeño. Un corazón que parece vivir con cada segundo que pasa.

"Una vez, tú me dijiste que el destino pone a todos en su lugar..." JungKook asiente,
concordando con lo propio "Ahora puedo entenderlo. Estoy aquí, porque mi lugar está
donde quiera que tu vayas, JungKook. Mi lugar está a tu lado."
Entonces, JungKook se permite soltar las pequeñas lágrimas que brillaban en las
esquinas de sus ojos, sus brazos rodeando firme pero suavemente la estrecha cintura
de su pequeño, atrayéndolo en un fuerte abrazo que sólo demuestra el amor que
siente hacia el contrario.

"No me puedo creer que esto esté pasando de verdad, Tae..." solloza JungKook
contra el cuello del castaño, quien se aferra con todas sus fuerzas al cuello del otro,
no queriendo volver a separarse ni un minuto más.

La calidez que ambos cuerpos juntos emanan, la forma en la que ambos se aferran el
uno al otro y sus corazones latiendo al unísono. TaeHyung se dio cuenta de ese
detalle en el momento en el que se apega más al menor, sintiendo como el corazón
del otro (que aparentemente estaba muerto) latía de forma errática contra su pecho.

"K-Kookie, t-tú corazón..." murmura, visiblemente sorprendido.

"¿Qué le pasa?" el azabache se separa unos centímetros para poder observar a su


pequeño atentamente.

"Está... está latiendo, Kookie."

JungKook no había sido consciente, pero ese hecho sólo había incrementado la ola de
emociones que estaba sintiendo.

"Porque estoy vivo" acaricia con sus pulgares las mejillas ruborizadas del mayor, con
una pequeña sonrisa. Como en los viejos tiempos "Tú me haces vivir, TaeHyung.

Entonces, JungKook siente la profunda voz de su arcángel hablarle, mientras que él


sigue sujetando a TaeHyung.

"Felicidades compañero, lo conseguiste"NamJoon lo felicita, y todo lo que el azabache


puede hacer es sonreír en su dirección (porque ya no puede verlo) y murmurar un:

"Gracias, hyung."

[...]

Kim NamJoon puede contar con los dedos de una mano las veces que ha sido
realmente feliz, pero está seguro—completamente seguro—de que en todas esas
veces, las personas que lo han acompañado han sido, su hermano TaeHyung, y el
amor de su vida, SeokJin.
TaeHyung, el pequeño Tae, había alegrado la vida del mayor en el momento exacto
en el que él pudo ver los brillantes ojos de su hermanito mirarlos con intensidad,
luego una pequeña pero peculiar sonrisa cuadrada apareciendo en el pequeño rostro.
TaeHyung había llenado de vida a NamJoon, porque eso es todo lo que podía irradiar
una persona tan maravillosa como él.

La felicidad del moreno aumentó cuando chocó en el supermercado con uno de los
trabajadores que se encargaban de reponer los alimentos y todos los diversos objetos
de la limpieza. NamJoon había jurado caer enamorado en el momento en que su
mano paró la caída del muchacho, pudiendo ver su rostro cuando éste se irguió en su
lugar.

NamJoon creyó que iba a ser gritado por su torpeza, pero cuando él murmuró un
avergonzado 'lo siento', el otro muchacho sólo le sonrió hermosamente, y algo en su
interior se removió de forma bestial. Ahí entonces, él supo que se había enamorado
de una forma torpe, pero maravillosa.

Porque Kim SeokJin era del tipo de persona que no te arrepientes conocer.

NamJoon era feliz, realmente feliz mientras que permaneciese a su lado. Pero ahora
ya no podía siquiera decirle 'te quiero', ya no podía ver su rostro cada mañana al
amanecer, ni compartir juntos las bonitas tardes paseando por el parque (el parque
en el que el muchacho de cabello castaño se encontraba sentado ahora). Porque ya
no podían estar juntos. NamJoon no estaba vivo.

Y sólo Dios sabía cuánto lo extrañaba.

Por eso era que ahora mismo lo estaba observando desde la cercanía más próxima,
viendo como el esbelto cuerpo de la persona que alguna vez más amó (y que sigue
haciendo, por supuesto, eso nunca cambiará) y como su hermoso rostro que siempre
admiraba con una sonrisa ya no tenía el mismo brillo particular. SeokJin siempre fue
como una estrella, brillante e hipnótica, pero ahora se encontraba apagado. La
felicidad que emanaba se había quedado atrás, la luz que irradiaba su hermosa
sonrisa ya no permanecía ahí cada vez que sus labios se curvaban hacia arriba.
SeokJin ya no era feliz.

Se sentó a su lado, viendo el perfil del otro. Jin estaba observando a su pequeño
TaeHyung corretear detrás de Ruby, quién a su vez perseguía a JungKook por el
césped, entre alegres risas que ponían solo un poquito feliz al mayor.
TaeHyung era realmente feliz ahora, y NamJoon no podía estar más agradecido con
ese muchacho de pelo negro que lo acompañó entre las nubes.

Una lágrima solitaria recorriendo el hermoso y pulcro rostro de Jin fue lo que alteró y
entristeció a Nam, observando como entre sus manos una alegre foto de ellos dos
estaba posicionada. Ambos sonreían a la cámara, pero no por tener una foto bonita,
si no porque ellos realmente reflejaban lo que sentían en ese momento. Felicidad.

Su mano temblorosa se posó en la rodilla del mayor. Quería demostrarle, que aunque
él no pudiese estar siempre a su lado, trataría de cuidarlo como la gran joya que es,
porque SeokJin realmente merecía la pena.

Pero grande fue su sorpresa cuando el chico a su lado frunció el ceño, girando su
rostro para observarlo. Y cuando realmente vio de quién se trataba, la foto cayó al
suelo, sus ojos se agrandaron, y las lágrimas no tardaron en aparecer.

"¿N-NamJoon?"
Kim NamJoon puede contar con los dedos de una mano las veces que ha sido
realmente feliz, pero está seguro—completamente seguro—de que en todas esas
veces, las personas que lo han acompañado han sido, su hermano TaeHyung, y el
amor de su vida, SeokJin.

TaeHyung, el pequeño Tae, había alegrado la vida del mayor en el momento exacto
en el que él pudo ver los brillantes ojos de su hermanito mirarlos con intensidad,
luego una pequeña pero peculiar sonrisa cuadrada apareciendo en el pequeño rostro.
TaeHyung había llenado de vida a NamJoon, porque eso es todo lo que podía irradiar
una persona tan maravillosa como él.

La felicidad del moreno aumentó cuando chocó en el supermercado con uno de los
trabajadores que se encargaban de reponer los alimentos y todos los diversos objetos
de la limpieza. NamJoon había jurado caer enamorado en el momento en que su
mano paró la caída del muchacho, pudiendo ver su rostro cuando éste se irguió en su
lugar.

NamJoon creyó que iba a ser gritado por su torpeza, pero cuando él murmuró un
avergonzado 'lo siento', el otro muchacho sólo le sonrió hermosamente, y algo en su
interior se removió de forma bestial. Ahí entonces, él supo que se había enamorado
de una forma torpe, pero maravillosa.

Porque Kim SeokJin era del tipo de persona que no te arrepientes conocer.

NamJoon era feliz, realmente feliz mientras que permaneciese a su lado. Pero ahora
ya no podía siquiera decirle 'te quiero', ya no podía ver su rostro cada mañana al
amanecer, ni compartir juntos las bonitas tardes paseando por el parque (el parque
en el que el muchacho de cabello castaño se encontraba sentado ahora). Porque ya
no podían estar juntos. NamJoon no estaba vivo.

Y sólo Dios sabía cuanto lo extrañaba.

Por eso era que ahora mismo lo estaba observando desde la cercanía más próxima,
viendo como el esbelto cuerpo de la persona que alguna vez más amó (y que sigue
haciendo, por supuesto, eso nunca cambiará) y como su hermoso rostro que siempre
admiraba con una sonrisa ya no tenía el mismo brillo particular. SeokJin siempre fue
como una estrella, brillante e hipnótica, pero ahora se encontraba apagado. La
felicidad que emanaba se había quedado atrás, la luz que irradiaba su hermosa
sonrisa ya no permanecía ahí cada vez que sus labios se curvaban hacia arriba.
SeokJin ya no era feliz.

Se sentó a su lado, viendo el perfil del otro. Jin estaba observando a su pequeño
TaeHyung corretear detrás de Ruby, quién a su vez perseguía a JungKook por el
césped, entre alegres risas que ponían solo un poquito feliz al mayor.

TaeHyung era realmente feliz ahora, y NamJoon no podía estar más agradecido con
ese muchacho de pelo negro que lo acompañó entre las nubes.

Una lágrima solitaria recorriendo el hermoso y pulcro rostro de Jin fue lo que alteró y
entristeció a Nam, observando como entre sus manos una alegre foto de ellos dos
estaba posicionada. Ambos sonreían a la cámara, pero no por tener una foto bonita,
si no porque ellos realmente reflejaban lo que sentían en ese momento. Felicidad.

Su mano temblorosa se posó en la rodilla del mayor. Quería demostrarle, que aunque
él no pudiese estar siempre a su lado, trataría de cuidarlo como la gran joya que es,
porque SeokJin realmente merecía la pena.

Pero grande fue su sorpresa cuando el chico a su lado frunció el ceño, girando su
rostro para observarlo. Y cuando realmente vio de quién se trataba, la foto cayó al
suelo, sus ojos se agrandaron, y las lágrimas no tardaron en aparecer.

¿N-NamJoon?
extra 1.

El tiempo ha pasado demasiado rápido para todos. Un año es capaz de cambiar


muchas cosas con el simple paso de los días, pero si había algo que con certeza no ha
cambiado en lo absoluto, eso era el amor que sentían TaeHyung y JungKook. Cuando
finalmente le fue concebida al azabache la oportunidad de volver a la Tierra siendo un
mortal más, ambos chicos no perdieron el tiempo, corriendo de la mano hasta el
pequeño apartamento de TaeHyung. Nada más llegar, JungKook prácticamente le
ordenó que recogiese todas sus cosas mientras él se encargaba de Ruby, pues tenía
pensado el volver a su casa conjunta, que era un poco más espaciosa que la propia.
TaeHyung se merecía una casa decente, no un cuchitril como en el que residió por los
últimos dos años antes de conocer al amor de su vida.
El problema vino en el momento exacto en que JungKook guardaba en una pequeña
cajita de zapatos casi todas las pertenencias del cachorro, llamaron a la puerta.
TaeHyung bajó las escaleras con una gran sonrisa y fue él quién la abrió. El rostro de
MinJae apareciendo frente a él y poniendo el ambiente demasiado tenso.
Pero no fue tan malo como pensaba, es decir, Tae sabía que en algún momento todo
esto debería ocurrir, él explicándole a MinJae la razón por la que lo dejó en mitad de
la playa solo. De todas maneras, el mayor se merecía una explicación después de
todo, tenía derecho. Ya que, a pesar de haber sido consciente de que su corazón no le
pertenecía al castaño, TaeHyung quería al menos seguir manteniendo una especie de
lazo fraternal que los uniese.
Cuando a MinJae se le fue contada la verdad (omitiendo el hecho de que JungKook
era un ángel, obviamente), éste se mostró un poco reacio al tema, alegando que
anteriormente, TaeHyung dijo amarlo incondicionalmente, pero con el paso del
tiempo—y la aparición del azabache— comenzó a entenderlo poco a poco, casi a la
perfección (porque le pareció todo demasiado extraño y que encima había ocurrido a
una velocidad tan, pero tan desmesurada que prácticamente le quemó el cerebro).
Así que lo único que pudo hacer fue desearle lo mejor a ambos chicos y despedirse
con una pequeña sonrisa.
Cuando JungKook volvió a ver a sus amigos después de tanto tiempo (que para ellos
no fueron más que semanas, porque todo el tiempo en que JungKook estuvo muerto
y como un ángel, para ellos no había existido), algunas lágrimas de completa felicidad
hicieron aparición en las esquinas de sus ojos. Abrazó a cada uno de ellos y se
permitió a sí mismo decirles lo mucho que los quería.
YoonGi lo miró con el ceño fruncido, alegando que el azabache estaba completamente
loco mientras, de alguna forma, él también se estrechaba contra el cuerpo más
musculoso. YoonGi tal vez podía ser un poco seco y amargado la gran mayoría del
tiempo, pero si había algo que él realmente apreciaba, y creía lo suficientemente
importante en su vida, eso eran sus padres, sus amigos y el pequeño chico que lo
hacía sonreír cada día un poco más con sus tonterías. Min YoonGi era una persona
quizás un poco fría, de acuerdo, pero él daba todo de sí mismo para conservar a las
personas que quería. Y hacía un gran trabajo, porque ellos siempre se quedaban.
Por otro lado, el más bajito de sus amigos entrecerró los ojos cuando vio el cuerpo de
JungKook inclinarse sobre el suyo para apretarlo suavemente entre sus brazos (ahí
YoonGi tuvo que parar su comportamiento de novio celoso porque él estaba
completamente seguro de que tal vez, el menor, necesitaba realmente ese contacto.
Y bueno, YoonGi no era tan tonto como para no ser consciente de que los ojos de
JungKook no podían mirar a otra parte que no fuese el rostro o todo lo que tuviese
que ver con TaeHyung). Algo que también se aplicaba a JiMin (refiriéndose a YoonGi,
claro), pero ésto, el chico pálido era incapaz de verlo. Pero luego de sentir los
pequeños y suaves sollozos del otro hacer temblar todo el cuerpo musculoso, y parte
del suyo propio, sólo pudo sonreír y palmear lo más alto que su manita alcanzaba en
la espalda del otro.

Cuando vio la sonrisa de su mejor amigo delante suyo, JungKook realmente rompió
en llanto, aferrándose tanto como pudo al cuerpo de YuGyeom. El otro ni siquiera
cuestionó sus acciones, conociéndolo lo suficiente como para saber que algo le había
pasado, pero que ese algo probablemente él nunca iba a saberlo. Dejando que el otro
llorase todo lo que tuviese que llorar, y cuando ambos se separaron, YuGyeom miró al
azabache con una gran sonrisa, un burlón: "Estás más gordo que la última vez que
nos vimos" saliendo de sus labios, provocando una risa entre lágrimas por parte de
JungKook.

HoSeok tampoco dijo nada al respecto, simplemente abrazó al menor y le propinó un


par de golpecitos en la espalda como muestra de afecto. Tampoco sentía de todos
modos que tuviese que cuestionar algo, si JungKook quería abrazarlo, no había
problema alguno. HoSeok era una buena persona con un carisma y corazón
maravillosos, y eso tal vez le recordaba un poco a su lindo novio TaeHyung. Porque
ambos tenían en común que se desvivían por hacer feliz a los que realmente amaban.

Luego de todo eso, JungKook se giró a ver a sus amigos y notó los ojos brillantes de
YoonGi y JiMin. "¿Qué... qué pasa, chicos?" murmuró sorbiendo por la nariz y
secándose con el dorso de la mano las lágrimas secas en sus mejillas. TaeHyung se
movió a su lado y tomó la mano del azabache entre la suya, provocando una inmensa
calidez en el cuerpo del otro.

"Bueno... hay algo que nosotros debemos decirles." Habla JiMin, copiando el acto de
TaeHyung y envolviendo en una de sus pequeñas manos, los dedos pálidos de
YoonGi.

"¿De qué se trata?" pregunta HoSeok, un atisbo de preocupación notándose en el


tono de voz que utiliza. "No nos asusten."

"¿Lo... lo dices tú o lo digo yo?" JiMin mira a su novio por una milésima de segundo,
sus ojos viéndose nerviosos pero emocionados.

"Como tú quieras, Jiminie."

"Aish, vayan al grano ya, por favor." Pidió YuGyeom en un ansioso suspiro.

"De acuerdo, ¿los dos a la de tres?"

"Claro."

"Una." Comenzó a contar JiMin.

"Dos" YoonGi le siguió.

"Y tres..."

Ambos dijeron al unísono: "Vamos a ser padres."


JiHo y LuHan (los pequeños renacuajos que JiMin y YoonGi habían adoptado hace seis
meses atrás) no paraban de corretear detrás de SeHun (el hijo de HoSeok y
YugGyeom, que ellos habían adoptado hace un año y medio), especialmente LuHan,
quién sólo quería juguetear con su primo favorito—realmente no eran primos, pero
todo era más fácil si se les decía a los pequeños que la forma correcta de referirse a
los que estaban dentro del grupo (y no eran sus padres adoptivos) era como 'tío').

YoonGi movía su pie de manera errática, en signo del nerviosismo que sentía por la
situación propia. Ser el padrino en una boda no era algo que se hacía todos los días, y
mucho peor si se trataba de tu mejor amigo, al que no habías visto después de tres
largos años.

JiMin a su lado sólo dejaba que su mano fuese apretada (aunque todos sabíamos que
YoonGi no aplicaba la fuerza que realmente deseaba. Porque estar nervioso era una
cosa, pero hacer daño a su pequeño no era algo que él estuviese dispuesto a hacer.
Prefería mil veces tragarse sus nervios antes que producirle algún tipo de dolor a
JiMin) mientras se aseguraba de que ninguno de sus pequeños diablillos se hiciese
daño a la hora de corretear por la iglesia.

Mientras tanto, en una pequeña sala dentro de la capilla, un nervioso castaño no


paraba de mirarse al espejo y de remover su corbata de forma exigente. Que el trozo
de tela se encontraba perfectamente alineado y anudado en los bordes del cuello de
su camisa, pero él realmente quería verse perfecto para la ocasión.

Unos pasos se escucharon desde afuera, y luego la cortina que servía de puerta fue
echada hacia un lado para que JungKook pudiese pasar, una pequeña sonrisa
desplazándose en sus labios cuando él vio el nerviosismo en su precioso novio.

"Tae, ¿estás listo? El novio ya va a llegar."

"No Kookie, aún estoy muy feo. No creo que pueda hacerlo."

El de cabellos negros frunció el ceño, ladeando la cabeza. "¿Otra vez? TaeHyung,


hemos hablado antes de esto. Vas a salir ahí, con tu precioso traje negro y vas a ser
el mejor padrino del mundo. ¿Te queda claro? Vas a hipnotizar a todos con tu
hermosa sonrisa y con lo bonito que eres (Pero tampoco te pases, tú eres mío y sólo
mío) ¿Está bien?"

TaeHyung sonríe, porque aunque está terriblemente nervioso no puede negar que su
corazón salta más que feliz cuando JungKook le dice cosas tan bonitas y al mismo
modo actúa del modo posesivo que a TaeHyung le gusta tanto.

"E-Está bien, JungKook."

"Así me gusta, bebé. Vamos afuera."

El mayor asiente, tomando la mano de su novio con fuerza y saliendo de nuevo al


exterior de la capilla, donde hay un montón de gente sentada y esperando a que el
novio haga acto de presencia.

JungKook se sienta al lado de JiMin con una sonrisa y lo mira por unos segundos.

"¿Quién diría que esto iba a pasar?"

"Sí, yo tampoco veía al grandote del tipo de hombre que se quiere casar."

"Somos dos. Pero supongo que es el efecto del amor, ¿cierto?" JiMin aprueba con una
sonrisa.

"Y que lo digas, yo quería ser un soltero de oro y mírame, tengo dos hijos con el tipo
más vago de la tierra, pero al que más amo incondicionalmente."

"Yo no creía en el amor, pero aquí me ves." JungKook se ríe en voz baja mientras ve
a TaeHyung charlar animadamente con alguno de los presentes. "No me veo a mí
mismo en otro lugar que no sea al lado de TaeHyung."

"Lo quieres mucho, ¿eh?" El pelinaranja dice, entonces, JungKook lo mira con una
pequeña sonrisa.

"Más que eso, JiMin. Tae es mi vida entera."

El sacerdote llega, poniéndose en su lugar detrás del gran trozo de madera. Todos los
presentes miran hacia la puerta y TaeHyung llega al lado de su novio antes de que
ésta pueda abrirse.

JungKook mira a su amigo y sonríe, sus labios formando un inaudible: "Bien hecho,
hyung."

Y todo lo que el otro puede hacer es devolverle la sonrisa, porque en este momento,
es realmente feliz.

La puerta se abre, al mismo tiempo que la música nupcial comienza a sonar en todo
el lugar, llenándolo de una hermosa armonía. Las manos de TaeHyung se entrelazan
con las de su novio, dos sonrisas grandes y hermosas posándose en sus labios.
Porque TaeHyung está realmente emocionado al ver a su hyung feliz de nuevo.

El cuerpo esbelto del más mayor de todos camina de forma suave y delicada por la
alfombra roja, una señora

"Kim NamJoon, ¿aceptas a SeokJin como tu futuro esposo, y prometes serle fiel en las
alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarle y respetarle
todos los días de tu vida?"

El hombre de prominentes hoyuelos, dice con una gran sonrisa, mirando a los
hermosos ojos del que será su esposo: "Acepto."

La voz del sacerdote se vuelve a escuchar, ésta vez dirigiéndose al mayor.

"Y tú, Kim SeokJin, ¿aceptas a NamJoon como tu futuro esposo, y prometes serle fiel
en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarle y
respetarle todos los días de tu vida?"

"Acepto." pequeñas lágrimas se forman en los ojos de SeokJin, quién con una
avergonzada sonrisa sorbe por la nariz. La mano amable de NamJoon se desliza por
su mejilla suavemente, quitando el resto de gotitas saladas, formulando un pequeño
'Te amo' que sólo es audible para ellos dos.

"Así entonces, yo os declaro, esposo y esposo. Pueden besarse."

HoSeok palmeó el hombro de NamJoon juguetonamente, mientras se todos se


comenzaban a sentar en sus respectivos asientos. Pero antes incluso de alguien
pudiese empezar a comer, JungKook se levantó de su silla con una copa de cristal en
mano y un tenedor, dando pequeños golpecitos al material frágil para llamar la
atención de todos y cada uno de los presentes en el sitio.

"Chicos, ¿pueden... escucharme un momento? ¿Por favor?" cuando las miradas de


todos se pusieron en él, JungKook les dio una pequeña sonrisa casi avergonzada.
"Gracias."

Los ojos oscuros del azabache viajaron al hombre a su lado, quién juraba era lo más
bonito que él pudo haber visto en toda su vida. Tomó sus manos y sintió como el
corazón del otro se aceleraba con tal acción.

"Y-Yo... Yo no creía en nada antes de ti, Tae." JungKook comenzó, mirando a los ojos
con pura devoción a TaeHyung, algo cálido revoloteando en su pecho cuando notó las
mejillas del mismo colorearse de un bonito tono rosáceo "No creía en el amor a
primera vista, hasta que te vi por primera vez, TaeHyung. No creía en la completa
felicidad hasta que me dijiste que también me querías, tampoco creí en amar a una
persona más que a ti mismo hasta que te vi sonreír."

El azabache tomó las manos de su novio entre las suyas, entrelazando sus dedos
juntos y luego jugando nerviosamente con los mismos.

"Creo que uno puede decir que estar oficialmente enamorado de esa persona cuando
imagina un futuro entero a su lado. Y todo lo que yo hago en mi día a día es mirarte
al rostro y decirme a mí mismo que qué sería sin ti." sus manos se posaron
suavemente en la cintura pequeña, dando pequeños masajes con sus dedos pulgares
en la piel sensible del otro. "He conocido a gente, le he dicho 'te quiero' a muchas
personas. Pero TaeHyung, sé que no hay nada mejor después de ti."

El silencio inundaba en la sala, sólo se escuchaba los pequeños sollozos de JiMin y los
tiernos balbuceos de los gemelos que miraban con ojitos brillantes y expectantes la
escena. NamJoon acariciaba los hombros de SeokJin con sus manos y le
proporcionaba bonitas palabras al oído mientras veía como las lágrimas corrían por su
rostro.

"Hay muchas cosas de las que estoy seguro en esta vida, pero sin duda alguna, una
de ellas es que quiero pasar el resto de mi vida contigo, porque no hay nada que más
ame en este mundo que despertarme y que lo primero que vea sea tu bonito rostro
junto al mío. Por lo que, Kim TaeHyung" de un momento a otro, JungKook se había
colocado de rodillas en el suelo, justo en frente de TaeHyung con una de sus manos
sosteniendo la del contrario. "¿Querrías, y me harías el maravilloso honor de casarte
conmigo?"

Lágrimas comenzaron a descender de los ojos del castaño, sus sollozos siendo apenas
audibles cuando éste obligó a JungKook a levantarse y a abrazarlo con todas sus
fuerzas, asintiendo reiteradas veces con su cabecita mientras se aferraba a la ropa
del pelinegro.

"C-Claro que quiero K-Kookie... aceptaría mil y una veces."

Un anillo fue puesto en el dedo de TaeHyung, muchos aplausos se hicieron presentes,


junto un montón de gritos de vitoreo y exclamaciones llenas de emoción. Y una
promesa fue lanzada al aire.

"Voy a hacerte el hombre más feliz del mundo." JungKook le dijo al castaño en un
susurro.

Pero TaeHyung negó con una gran sonrisa. "Mientras esté a tu lado, soy el hombre
más feliz del mundo, JungKook." le dio un suave beso en los labios "Te amo,
JungKook."

"Te amo, TaeHyung."


agradecimientos + q&a

(N/A): Antes de nada, ¡por favor, pásense por mi nuevo two-shot: teaching you how
to break my heart, es kookv! (no olviden estar pendientes de now you see me, pronto
estaré actualizando)

Me gustaría agradecer de todo corazón a todas aquellas personas que leyeron esta
novela (y a las que la lean en un futuro, si es que hay alguien
Sé que las he hecho llorar (probablemente más de lo que debería), muchas de
ustedes creían que Kook iba a desaparecer y todo iba a ser terriblemente triste. Pero
hay algo que tal vez deban saber: no me gustan los finales tristes (eso no quiere
decir que a lo mejor no haga alguno xdd). Considero que la vida real ya está llena de
ellos como para encima, llenar el mundo ficticio también de tragedias.

Yo soy consciente de que he sido bastante pesada con dar las gracias y todo eso,
pero de verdad que aún no puedo creer hasta el punto en que hemos llegado. Creía
que no iba a leerme absolutamente nadie, y he llegado a despertarme con más de 50
comentarios por capítulo. Sigo en shock, de verdad.

Mentiría si dijese que nunca he llorado al ver todos esos comentarios y leídas, porque
en realidad, es lo que he hecho todo el tiempo xddd. Mi gran sueño es poder ser una
gran escritora en un futuro, y me pone extremadamente feliz que a las personas les
guste lo que escribo, porque eso significa que tal vez no lo esté haciendo tan mal al
fin y al cabo, no(?

No quiero extenderme mucho, ustedes me han hecho la persona más feliz del
universo, y una vez más, tengo que agradecerles por todo. Espero que este no sea el
final, y que sigan ahí con mis siguientes proyectos, realmente es muy importante
para mí.

Gracias, gracias, muchas gracias. Por todo.

Lxs amo, mucho

¡Pasemos a las preguntas^^!

Para JungKook:

_TxeMxe_: ¿Cómo pudiste soportar ver a TaeHyung con alguien más sin pensar en
rendirte?

JK: En realidad, muchas veces he pensado en rendirme, pero ya sabes, creo que
cuando amas realmente a alguien, tienes que llegar hasta el final con tal de conseguir
a esa persona. Yo amo a Tae, así que lo intenté hasta el final ¡y lo conseguí~!

xBoomBluex: ¿Qué hubiera pasado si no tienes la oportunidad de volver a la tierra y


ves a Tae siendo feliz con otra persona?

JK: Supongo que estaría feliz, después de todo, la felicidad de TaeTae es la mía,
aunque no sea yo quién le haga feliz, pero estoy satisfecho con sólo ver su linda
sonrisa

LittlxCloud: 1.- ¿Cómo es que fuiste tan fuerte? Es decir, Tae no daba indicios de
recordar y tú seguíste ahí.
JK: 1.- No soy fuerte, sólo soy... ¿cabezota? Si quiero algo, tengo que conseguirlo
pase lo que pase. Me dolía a pesar de todo que no pudiese recordarme después de
todas las cosas bonitas que pasamos, pero si me daba por vencido probablemente me
pasaría igual que a NamJoon-hyung y yo no quería eso

2.- ¿Cómo es que si tú estabas muerto, seguías enamorado de Tae?


JK: 2.- Bueno, yo morí, pero mis sentimientos no murieron conmigo
Yaemintae y JennxKimTxe: ¿Cuál es el momento más hermoso para ti que pasaste
junto a él?
JK: Todos los momentos junto a Tae son bonitos, pero si tuviese que elegir uno, me
quedaría con el momento en que aceptó ser mi esposo, me hizo sentir muy feliz
JennxKimTxe: ¿Por qué sos tan lindo tierno y hermoso?
JK: ¿Deberías preguntarle eso a mi mamá? ¡Tú también eres muy bonita! ¡Adiós~!
Para TaeHyung:
LittlxCloud: 1.- ¿Qué es lo que más amas de JungKook?

TH: ¿Hay algo que deba amar en especial? ¡Él es lo mejor que me ha pasado!Pero,
algo en especial, supongo que es su paciencia conmigo. Soy muy pesimista y
normalmente él es quién insiste en que soy genial, así que gracias a Kookie ahora
tengo más confianza en mí mismo
2.- ¿Por qué eres tan lindo?
TH: Ay No soy lindo, tú eres linda~
3.- ¿Cómo seguiste tu vida luego de la muerte de JungKook?
TH: Muy mal, no encontraba la forma de seguir adelante sin él... JungKook lo era
todo para mí, y cuando lo perdí la parte más importante de mí se fue con mi Kookie.
4.- ¿Sabes que tu sonrisa es letal?
TH: ¿En serio piensas eso? Gracias pero n-no lo creo...
JennxKimTxe: ¿Qué sentiste cuando besabas a MinJae y te diste cuenta de que
JungKook estaba viendo?

TH: Me sentí muy culpable... Vi las lágrimas en su rostro y me quise morir, jamás
quise hacerle daño, pero supongo que eso fue lo que hice. Y jamás volvería a hacerlo
de nuevo...
Yaemintae: ¿Cuál es el momento más gracioso que pasaste junto a JungKook?

TH: ¡Definitivamente cuando se desesperaba porque Ruby mordía sus zapatillas! Se


enfadaba, pero yo lo adoraba porque lucía tan lindo... También cuando por fin me
enseñó a nadar, tragué mucha agua, pero nunca pensé que eso pudiese ser tan
divertido. Kookie hacia que todo pareciese agradable, y lo sigue haciendo~. ¡Besitos!
Para NamJoon:

LittlxCloud: ¿Realmente tenías miedo de que nadie te recordara?


NJ: Bastante... pasar de ser alguien realmente importante para ciertas personas a ser
alguien que no son capaces de reconocer... Ni siquiera podía pensar a cerca de
SeokJin olvidando mi nombre, o TaeHyung no recordando quién le enseñó a montar
en bicicleta a los nueve años.

_TxeMxe_: ¿Si tuvieras la oportunidad de estar un día en la tierra, qué sería lo


primero que harías?

NJ: (Si nunca hubiese sido visto por Jin) Le diría a Jinnie y a TaeTae lo mucho que los
amo, que nunca quise dejarles y que sólo quiero verlos felices incluso aunque no esté.
Me despediría como Dios manda y amenazaría como un buen hermano mayor a
JungKook para que nunca hiciese daño a mi pequeño bebé (que sé que no va a pasar,
pero tengo que seguir mi política).

xBoomBluex: ¿Cómo conociste a Jin?

NJ: En un supermercado. Yo estaba buscando papel higiénico para... bueno, eso no


importa, entonces no miré bien por donde iba y lancé a alguien al suelo. Ese alguien
era Jin hyung, hehe~

Yaemintae: ¿Cómo fue su primera cita?

NJ: Fue un desastre. Me propuse impresionarle y quise que nuestra cita fuese
inolvidable (definitivamente lo conseguí), entonces quise hacer la cena, pero terminé
quemando el horno. Como plan b, lo llevé a un restaurante, pero en el trayecto mi
coche se caló. Tuvimos que empujarlo durante media hora. Al final terminamos
comiendo en un McDonalds... (Si estás leyendo esto, Jinnie, amor; gracias por
llamarme por una segunda cita).

Para Jin:

LittlxCloud: ¿Por qué desapareciste de la vida de Tae cuando murió Nam?

SJ: Sé que estuvo realmente mal... Pero simplemente no podía quedarme ahí. Todo
me recordaba a Joonie, andaba por las calles y podía verlo sonriéndome al principio
de la calzada. Era tan doloroso dar un paso al frente y creer que lo tenías a tu lado
cuando en realidad estabas solo, que sentí que lo mejor que podía hacer era huir.
Yaemintae: ¿Cómo te conquistó NamJoon?

SJ: En nuestra décima cita, él trató de hacerme el desayuno, pero terminó quemando
las tostadas, así que fue a comprar churros con chocolate e hizo un corazón con el
chocolate derretido. Tal vez es una estupidez, pero que un chico se tomase tantas
molestias para hacerme sentir bien, fue suficiente para enamorarme de él.

Para el YoonMin:

LittlxCloud: ¿Pa cuándo la boda y los hijos?

JM: Los hijos ya los tenemos, pero por el momento no tenemos nada pensado a cerca
de una boda.

YG: Eso es lo que tú crees.

Para MinJae:

LittlxCloud: ¿Por qué me haces odiarte si yo te amo?

MJ: Porque si no me ponía a mí, la autora tenía pensado poner a HoSeok, y entonces
tendrías que odiarlo a él

(realmente no sabía donde poner esta, pero como tiene que ver con los personajes,
especialmente con MinJae, la puse en su apartado ;-;) _TxeMxe_: ¿Qué te pasó
después de atropellar a JungKook?

MJ: Probablemente algunas van a odiarme luego de esto, pero... Mi padre movió
algunos hilos para que yo no fuese a la cárcel, pero yo me sentía tan mal que terminé
confesando a la policía.

xBoomBluex: 1.- ¿Por qué no te matas?

MJ: No sé...

2.- ¿Realmente Tae es tu chico ideal?

MJ: TaeHyung es un chico lindo y adorable, probablemente fuese mi chico ideal, pero
estaba claro que yo no era el suyo...
Yaemintae: ¿En verdad amas a Tae?

MJ: Amar es una palabra demasiado grande para el poco tiempo que llevábamos
juntos, sentía afecto, cariño,... pero ¿quién sabe? tal vez con el tiempo pudiese llegar
a amarlo

Para mí.

LittlxCloud: 1.- ¿Por qué me haces llorar tanto?

P: No sé(? Tal vez me exceso demasiado en el drama

2.- ¿En qué te inspiraste?

P: Bueno... hace muchos años, tuve un sueño en el que me pasaba exactamente lo


mismo que a JungKook en la historia. Yo estaba muerta y podía ver como las
personas que quería sufrían por mi culpa. Luego de ahí, se me ocurrió (pelando una
patata, verídico) la idea de que tal vez JungKook podría tener la oportunidad de bajar
a la Tierra y hacer que Tae le recordase. Lo del NamJin y MinJae lo fui añadiendo
sobre la marcha. Hay cosas que he sacado de mí misma (como el que Tae no supiese
nadar o el que tuviese miedo a los fuegos artifíciales).

3.- ¿Qué otros grupos te gustan?

P: Soy extremadamente multifandom, adoro muchos muchos grupos, pero


probablemente mis favoritos (hombres) sean: bts, monsta x, exo, sf9, pentagon,
vixx, 24k, ikon, got7 y boys republic, big bang, seventeen, toppdogg y block b.
(mujeres) 2ne1, 4minute []bulldok, clc, blackpink, exid y mamamoo.

4.- ¿Quiénes son tus bias?

P: Tengo un montón, pero...: (hombres) tae, minhyuk, xiumin, yanan, inseong,


suwoong, hansol, n, jinhwan, jackson, mingyu, gdragon, zico y jinhong. (mujeres) cl,
jiyoon, seunghee, heeo (4ten), rose, hani, somi (ioi) y solar.

5.- ¿Cuándo es tu cumpleaños?

P: 26 de octubre

6.- ¿Te gusta bmth?


P: Me gustan bastante algunas de sus canciones, pero no me considero una fan ^-^

7.- ¿Cuál es tu lugar fav en el mundo?

P: No he viajado mucho (ni siquiera he salido de mi pueblo xdxd) por lo que supongo
que es mi habitación

8.- ¿Qué prefieres, lluvia o cielo despejado?

P: Odio la lluvia :(

9.- ¿Cuál es tu canción favorita?

P: Beast — 12:30

10.- ¿Cuál es tu color favorito?

P: Morado

11.- Si tuvieras que escoger algo de ti, ¿Qué escogerías?

P: Físico: mis ojitos o mis dientes (porque no me disgustan demasiado, en


comparación al resto), Sentimental: mi imaginación

12.- ¿Te gustan los peluches?

P: ¡Sí! Tengo un montón, aunque soy alérgica

13.- ¿Dónde está mi final triste?

P: En tu corasón

Gracias por todas sus preguntas, y por seguirme hasta el final de until i disappear

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