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don't be shy | taekook

𝐏.

Published: 2021
Source: https://www.wattpad.com
𝗃𝗎𝗌𝗍 𝖺 𝖿𝗈𝗈𝗅 𝗂𝗇 𝗅𝗈𝗏𝖾

Siempre por más que intente encontrar mi verdadero ser, caigo rápidamente
en lo que es amar a alguien como tú. Alguien imposible y con razón en lo
que es lo normal, sé que soy un tonto y eres muy tímido. Sé que soy alguien
loco y que tú eres inteligente. Sé que soy la imperfección en lo más claro, y
tú eres la perfección pura por la que yo he caído sobre el amor.
Siento que mis oportunidades son cortas y mis razones también. Girar
todos los días a verte, con miedo a ser descubierto y terminar cayendo en la
mitad de ese gran pasillo de maldad y no ser el producto de tu sonrisa.
Porque sé que eres inalcanzable, como mis sueños de ser bueno en algo,
inalcanzable como la última rosa de la florería, inalcanzable como cada
cosa que está a mi alrededor. Eres lo que yo más quiero y lo que menos
puedo tener porque lamentablemente soy solo un tonto y tú mereces más
que eso.
Solo tal vez que tus mejillas dejen ese color rojizo y que mis pies puedan
correr, quiero ir por ti como lo último que hay en este mundo, pero
lamentablemente no soy el único con el corazón cegado por ti. Porque de
esos miles, siempre seré tu última opción y nunca tendré el coraje para ir.
Porque soy demasiado tonto, y tímido como para correr por ti.
Y tú... ¿Por qué me miras tanto?
𝗍𝗁𝖾 𝖻𝖺𝖽 𝗆𝖾𝗆𝗈𝗋𝗂𝖾𝗌 𝗈𝖿 𝖻𝖾𝗂𝗇𝗀 𝗒𝗈𝗎𝗋𝗌𝖾𝗅𝖿

━ Te quiero con todo lo que eres, a pesar de que seamos diferentes y yo


sea un estúpido. No pude evitar voltear a verte, desde el primer día.
Su corazón solo podía latir a mil por hora. Era tan cuidadoso con cada
detalle, procurando no equivocarse, a pesar de que su equipo sabía con
exactitud lo que debían hacer, no podía evitar ponerse nervioso y un tanto
desesperado por todo lo que pasaba.
Una mano se posó en su hombro y solo se sobresaltó, para voltear y ver a
una chica, más prácticamente su hermana con una sonrisa.
— Se te ve bastante estresado con todo — La castaña alzó una ceja y el
menor solo pudo asentir frenéticamente — No debería preocuparte
demasiado, eso te afectará en cierta parte.
Nayeon sonrió a su hermano, y le entrego una paleta de fresa, la cual
después de un desesperado abrir fue a la boca del azabache.
Las manos de JungKook sudaban, se sentía tan pesado, con mucho calor
y con la resequedad resaltando sus labios. Respiró hondo antes de voltear a
ver a Nayeon, que había tomado asiento junto él.
Cada detalle debía ser justo y organizado, no echaría a perder la última
oportunidad que le quedaba y menos se dejaría llevar por eso. Quería que
todo estuviese perfecto, todo bien acomodado, puesto, cada cosa pensada;
colores, ropa, música. Todo debía tener esa esencia que tenía él.
Dio un sorbo a su botella de agua, sentía la mano de su hermana posarse
sobre su hombro y sus tenues palabras "Tranquilo" pasaban por su mente.
No, ¿Cómo podría estar tranquilo? Su única y última oportunidad para estar
junto a esa persona, daban al día de hoy a las diez de la noche la hora justa
para que todo fuese hecho y que no saliera volando como el perdedor que
es.
Observó por última vez todo, JiMin buscaba las canciones de Jazz y
algunas de grupos de chicas, YoonGi dormía, Namjoon reparaba las luces,
HoSeok ponía las cintas y decoraciones simples, SeokJin los bocadillos,
Wendy el vestuario, Somi jugaba video juegos y él, él se desesperaba.
Sí, todo estaba en orden.
Aunque su consciencia no se sentía del todo tranquila, debía darse el
tiempo de calmarse y seguir con todos sus planes. A demás de practicar, ya
que de estar tan estresado se le ha olvidado casi todo y eso le frustra aún
más.
— JungKook, deberías descansar y creo que ellos también — Nayeon
apunto a las caras cansadas de sus amigos, intentado realizar cualquier cosa
sin la mera ayuda del azabache.
JungKook hizo una mueca ante el movimiento de Wendy sobre su brazo
y las caras de cansancio de HoSeok y de Namjoon.
— YoonGi parece disfrutarlo — El azabache rio al ver al pelinegro
acostado en uno de los muebles, siendo movido por Chanyeol y Yeji con
caras de cansancio, mientras Yeji rodaba sus ojos dramáticamente.
Nayeon negó al ver la pelea que se transformó.
No se podría decir que fue un accidente que la hermana menor de Min
tomase un vaso con agua para echarle encima o qué Chanyeol sonriera y lo
tirará del sillón. Y más eran las risas de todos los presentes al ver la cara de
"Los mataré a todos mal nacidos" Sonriéndole a su hermana, todos tenían
miedo menos la menor de los Min, que tenía una cierta satisfacción ante sus
acciones contra su hermano mayor.
— YoonGi es un Idiota — Nayeon sonrió cuando Yeji le dio un gesto de
sin importancia alguna para después sacarle el dedo de la mitad.
Los hermanos Min eran dos gotas de agua.
— Ya lo creo — Hablo un decaído JungKook con una mala sonrisa.
Nayeon frunció su ceño y dejó su mirada a los hermanos, para dirigirse al
azabache.
— ¿Qué dices JungKook? — la castaña alza una ceja, al pronto mal
ánimo del azabache. Tal vez le faltaban por tomarse las pastillas, pero
revisó su reloj y no, no era todavía tiempo de eso.
Jeon JungKook, no era alguien tan positivo o tan amable, esa era la
primera capa; la primera de muchas capas que lo enfrentan. Sabía que era
un gran paso que su hermano haga la presentación y tenga las agallas de
declararse, pero reconoce que no todo era perfecto. Algo debió haber
pasado para que de pronto su ánimo se cayera.
— ¿Cómo podría estar seguro de que esto es lo correcto? ¿Sabes? Tengo
un mal presentimiento de todo esto, ni siquiera quiero presentarme —
"Debes ¿No?" — Quiero volver a estar detrás de las cortinas, o en las sillas.
No ser parte del Show, sino fuera de él.
Nayeon sabía que volvería a echar atrás, no era de esperarse que
JungKook tuviera esos pensamientos negativos hacía todo y todos, pero de
igual forma veía una cierta mejoría con respecto a sus actitudes. ¿Por qué
de un momento a otro quiere dejarlo todo?
— JungKook no te comprendo, ayer te veías decidido con la idea de
presentarte. ¿Qué pasó ahora? — la castaña observó preocupada su
hermano menor. La triste cara del azabache decía mucho, y tal vez tenía
algún otro pensamiento erróneo.
No fue cuando JungKook suspiró y acomodó su silla, antes de dar un
sorbo a su agua y revisar por milésima vez que todo lo que hicieran los
chicos estuviese tal y como quería. Respiró hondo y entrecerró sus ojos
intentando tener la cordura para no recordar los malos momentos unos días
atrás, donde tal vez todo era perfecto y su poco ingenio lo dejo al tanto de
muchas cosas.
Tal vez quería retroceder el tiempo, solo que era imposible ahora mismo,
después de todo el fue el que se equivocó y el que debe afrontar un muy
posible rechazo en la noche.
— JungKook ¿Tiene que ver con Kim? — Nayeon hizo su voz lo más
suave posible, para que el azabache no sintiera el enojo que recorría por sus
venas.
JungKook asintió detenidamente solo que en un segundo negó
rápidamente. Causando que Nayeon lo mirará con un ceño demandante, por
lo cual no tenía otra opción que hablar con la castaña sobre lo que retomará
con "Kim" ese chico que desde que recuerda lo tiene babeando y ahora
pues, tal vez no tanto.
— Hace creo que unas veinticuatro horas tal vez no fue una de las
mejores experiencias con "Kim" — JungKook mostró un rubor en sus
mejillas — Creo que todo fue hace unos días, como cinco.
La castaña asintió levemente interesada en el tema. Así que... Esa era la
razón de los cambios repentinos de humor de su hermano.
— Cuéntame todo — JungKook temió y relamió sus labios dispuesto a
hablar y sacarse un peso por una vez en su tonta vida.

Las clases de matemáticas eran aburridas, sinceramente su vista no podía


estar solo pegada al tablero en donde el profesor daba el nuevo tema. No.
Su punto era centrado en el fondo de la clase.
A un lado, en la parte honda del salón, parecía increíble la gran belleza
que resguardaba la esquina oscura del salón. Suspiró como colegiala, y es
que... ¿Cómo no?
Kim TaeHyung tenía sus sentimientos, sentidos y su corazón robado.
Su enamoramiento era tan perenne. Tan continuo, incesante. Y lo sabía,
era la perfecta descripción sobre sus sentimientos. Sonrió sobre la hoja de
papel, estaba en clases de matemáticas, pero, ¿A quién le gustaban? Sabía
que tenía que prestar atención para aprobar, pero no era culpa suya que sus
ojos se enfocarán en la esquina oscura del salón. Donde el chico perfecto se
sentaba, alejado de todos.
— Señor Jeon, por favor presté atención. Quiero vacaciones y usted
también. Por favor deje de dibujar muchachitos y preste atención — El
maestro rodó sus ojos haciendo reír a la clase menos al azabache y al rubio
junto él.
JungKook solo pudo encogerse en su puesto, avergonzado, de él mismo...
Él menor asintió con su cabeza gacha, causando que el profesor se diera
vuelta, para continuar con las aburridas explicaciones y el continuar con su
dibujo.
Era tan perfecto...
— ¡Señorito Jeon! ¡Deje de distraerse por favor! ¡¿Acaso no quiere pasar
la materia?! — El maestro miró irritado al estudiante que tapaba el dibujo
con mucha vergüenza — Venga aquí y muestre lo que tiene allí —
JungKook asintió con nervios a flor de piel.
No tenía otra opción y sentía las miradas, murmullos y previas
humillaciones que tendría después del momento. Sus manos jugaban en su
contra y sus pies, lentamente caminando hacia el puesto del profesor,
deseando que la tierra lo tragué y lo mate al final. Desaparecer, ese siempre
ha sido su sueño y quería que se cumpliera, con el más grande deseo.
¿Él era el malo?
Apretaba el cuaderno sobre el mismo, sintiendo como sus mejillas se
calientan y sus ojos sienten la presión del agua salada escurrir por ellos.
Tenía mucho miedo, el de los más grandes, no por los populares que
comentan cosas de su rareza cada día en redes sociales, no por los matones
que toman su almuerzo y con el su postre de leche descremada, no por los
nerds que siempre lo alejan en los trabajos, ni por los deportistas que nunca
lo escogen en los equipos, no, no por ellos.
Por TaeHyung.
Tenía miedo a que su humillación día a día fuera por TaeHyung, que ya
no lo tomará en serio y que lo alejará, como todos los presentes en ese salón
de clases.
¿Por qué un tonto como él debía recibir cada una de esas cosas?
Y el profesor alzó una ceja, JungKook entregó el cuaderno nervioso y
con sus ojos picando. Fue cuando el maestro alzó una ceja examinado el
cuaderno de matemáticas del chico.
Jeon se quedó callado cuando el maestro mostró el dibujo a todos, la obra
de arte hecha a lápiz y papel.
Su obra de arte.
Y las risas no cesaron, creando un mal ambiente al menor. Las mayores
humillaciones de su vida, y aunque día a día fueran normales, por otro
nunca las había recibido.
Y temió
— Te espero en mi oficina— Espetó el maestro neutral devolviéndole el
libro al chico — Te puedes retirar...
El único final feliz era uno donde él no estuviera.

— ¡Estúpido de Hwang! ¡Entiendo que vayas mal en la asignatura! ¡Pero


eso! ¡Demonios JungKook! ¿Por qué no me dijiste nada? — La castaña
miró con enojo a su hermano, no podía reclamarle a su pequeño de tal
manera, pero lo hacía y era mejor hacerlo.
— No lo vi necesario — el más pequeño se escondió entre sus brazos.
Luego sintiendo una pequeña caricia en su cabeza.
Sus ojos buscaron la persona causante de eso, encontrándose con su
hermana y recibiendo una cálida sonrisa. De esas que te dan por lástima,
siempre.
— Sigue contando, al tiempo que pasa se hará de noche ¿No crees?
Y el azabache asintió con una suave sonrisa, creyendo que tal vez en un
punto todo acabaría bien.

Sí, ya se pasaba de estúpido. Por otro lado, por más que no le gustase la
materia, está aplicaba en su conocimiento para música, por lo cual se
maldijo al llegar tarde y que el corazón de la maestra Joohyun fuese más
frío que primero de diciembre.
Solo pudo frustrarse sentado en una de las bancas del instituto.
No era un estúpido en inglés, solo que tal vez no se le hacía de muy
buenas. Sus exámenes pasados, como el más reciente donde su nota fue
3/100 le hacían probar lo poco razonable que era con esa materia. Materias
fundamentales, las cuales, él nunca había sido el más aplicado y al
esforzarse no lo hacía todo más fácil.
Esto me costará otro examen de periodo
Y al estar tan consciente de su posible pérdida de año, por solo no ser
bueno en las áreas fundamentales, decidió sentarse en alguna mesa de la
cafetería, después de todo tenía mucha hambre.
Por lo menos había podido pedir algo pequeño y sentarse otra vez triste
en esa cafetería. No lo hacía por mal, ni por ser tan solitario, pero lejos de lo
que era sus hermanas, su mejor amigo y el mismo no tenía con quién más
compartir. Era el solo, y eso le asustaba de cierta manera.
Dio otro mordisco a su panecillo, tras haber llegado tarde a su clase de
inglés, en todo el descanso lo único que hizo fue hablar y hablar con JiMin,
olvidándose de la comida.
No quería un dolor de estómago o reflujo por no comer, por lo cual fue
una decisión buena, cuando prácticamente él no es de tomar tales
decisiones. Un ruido se escuchó cerca del lugar, con un poco de curiosidad
su vista fue echada a quién o qué proveniente de tal cosa, encontrándose
con una cabellera castaña, brillante y sólida para ser tan real.
Y tragó duro, no sabía si era lo que el creía.
La cabellera se dirigió donde eran los baños, lamentablemente la
curiosidad ganó al gato, corriendo en dirección a él total ¿Extraño?
— Conejito feliz, estoy en una especie de película, misión ver quién es
canelita — una risa, una risa que tanto conocía y sus mejillas se tiñeron de
rojo puro.
Solo se volteó encontrándose con esa sonrisa esa linda sonrisa que dejaba
y robaba muchos de sus suspiros. Pero ahora no era contemplar eso.
—¡Conejito feliz!
Y fue lo último que escuchó antes de tomar su mochila y irse lejos de él,
de Kim TaeHyung.

Nayeon rió escandalosamente, llamando la atención de todos los de la


sala y pidiendo disculpas para seguir con lo suyo.
— Guau, eso sí lo recuerdo — La castaña sonrió sobre la mala cara de su
hermano — Aún recuerdo esa conversación, todavía me cuestiono ¿Por qué
no le hablaste?
El menor escondió su cabeza entre sus piernas —de nuevo— con mucha
vergüenza.
— Solo tenía miedo, ¿Sí? Yo no te reclamo porque todavía no tengas los
ovarios para hablarle a Jeongyeon — Y la risa de Nayeon calló.
— No metas a Yeonnie en esto, pero sigue.
La cara de indignación de su hermana, le dio un pase más al azabache
para continuar con su historia.

La mayoría de veces podía ser alguien que podría controlarse, ¡¿A quién
engaña?! ¡No lo puede hacer!
Solo podía ver con odio esa escena, donde él no estaba involucrado.
Aunque no sintiera ni un poco el pellizco que su amigo le estaba dando, ya
que sus ojos estaban concentrados en tal escena, donde simplemente no
podía controlar lo que sentía.
Y su enojo se incrementa, con el su ego y orgullo, pero ¿Qué podía
hacer? No podía reclamar nada, ante nada, porque él y TaeHyung no eran
nada. Sí lo fueran, hasta hubiese quedado en silencio...
Pero debía controlarse, era la única manera, a pesar de todo solo pegó un
tremendo chillido ante el pellizco bastante fuerte que su amigo había
pegado, llamando la atención de muchos y de nadie al mismo tiempo.
Cómo era Jeon JungKook, nadie va a voltear por él.
— Solo quiero ir y tomarlos de los cabellos — Confesó el rubio con
celos y enojo en su voz — Lo siento por lo que te hice, pero... No puedo
controlarlo — sintió como la mano de su amigo le daba una suave caricia a
su herida, si así lo podíamos considerar. Park reviso con cuidado el moretón
causado por ver tal escena y que ahora estaba impregnando en el brazo de
su amigo.
El azabache hizo un puchero, no solo por el dolor, sino también por lo
molesto que estaba.
— No te preocupes. Después de todo mi brazo estaba allí — El menor
sonrió con tristeza, algo que noto de forma inmediata el contrario. Tomando
el rostro de su amigo entre sus manos y besando levemente cada mejilla de
este.
Una sonrisa y todo se había arreglado...
Y no era solo por su autoestima.
Cuando la campana tocó, su hombro fue arrasado con otro, casi
empujado. Viendo por última vez, una sonrisa socarrona frente a él.
Supo de quién era y sus mejillas se tiñeron de nuevo.
Aunque algo que no le cuadraba, era el hecho, de que en esos ojos, la
rabia irradiaba.

— ¿En serio? JungKook sabes que a todo con lo que me has contado
pareces el único que no se da cuenta — Nayeon tomó el brazo de su
hermano para que la mirase. Cada que terminaba de contar un día, siempre
y volvía a su bajo estado de ánimo.
El azabache observó confuso a la mayor y Nayeon rodó sus ojos. Era
muy tonto, pero lindo su hermano como para no darse cuenta. Y lo peor...
¡Él era el que contaba las experiencias!
— ¿Qué quieres que me dé cuenta? ¿Qué parezco un ridículo cada vez
que lo encuentro? ¡Pues sí! ¡Es la verdad! — El menor tomó su vaso de
agua frustrado.
— Eres un tonto. Vamos, sigue de igual forma ahorita se nos acaba el
tiempo y debes ir a casa.
La castaña sonrió y abrazó al más pequeño. Ella solo quería proteger a su
bebé de todo.
Pero eso no era protegerlo de todo también...

Las clases de artística eran las mejores, por algo tenía uno de los mejores
puntajes cuando se trataba de clases como estas. Podía ver camuflándose
detrás de ese gran lienzo, varios estudiantes aburridos, pintando cosas
desastrosas y alguno que otro bien. Pero estaba aburrido y nada podía
reparar eso, a pesar de ya haber terminado su trabajo en menos de media
hora, todavía faltaban treinta minutos más para que acabará la clase. ¿Qué
podría hacer en todo ese tiempo?
— Jeon ¿Cómo vas? — La dulce voz de la señorita Park inundó sus
oídos. El azabache sonrió mostrando su obra maestra cual niño de cuatro
años un dibujo a su papá. La señora Park mostró una sonrisa de buen
trabajo, para después entregarle un secreto papel.
— Señorita Park ¿Qué es esto? — Preguntó muy tímido el azabache,
inflando sus mejillas. Causando que la señora de más edad sonriera y
pellizque una de estas, soltando de estas para guardar el papel.
— Guárdalo y no se lo muestres a nadie, tiene algo muy importante. Por
eso quiero que a las cuatro que sales de clase te dirijas a mi oficina.
¿Entendido?
El chico asintió. La amable profesora dejo el sector del pequeño,
dejándolo en un trance. La curiosidad lo mataba de que había el en papel,
pero acatando las órdenes lo guardo en su mochila.
— ¡Atención todos! — La maestra Park llamó la atención de todos los
presentes — Para su trabajo final de semestre, harán una pintura
representativa de lo más especial que ustedes puedan encontrar. Con esta
pintura quiero que me demuestren lo más especial para ustedes, que les
haya llamado, les guste y que no lo pudieron disfrutar este año— La amable
profesora sonrió, juntando sus manos y suspirando — Será en parejas.
Y muchos comenzaron a mirase apenas eso fue dicho por la mayor.
¿Parejas? Eso dejo una mala vibra en el menor, sabía que nadie lo escogería
como pareja ya pues... Es el raro, el tímido y más, nunca sería la opción de
nadie o tal vez de algunos interesados que quieran pasar la materia con una
buena nota. Solo se deprimió más, guardando sus manos en sus bolsillos y
coloreado en la libreta que tenía afuera. Otra vez haría el trabajo solo y le
bajarían 0,5 puntos por no cumplir con lo dicho. Pero... ¿Qué puedes hacer
cuando no eres del agrado de nadie?
La señora Park sonrió— Chicos no se adelanten a buscar su pareja, yo las
escogí — Todos bufaron excepto de dos estudiantes que se ocultaban a lo
último del salón. La profesora sonrió de nuevo.
Muchos malos comentarios y algunas risas, alegrías al saber que les
tocaba con lo que querían y otros que no. El azabache se asustó aún más, ni
siquiera tenía la opción de sus 0,5 puntos menos.
—Jeon y Kim TaeHyung — y eso heló su sangre.
Su corazón comenzó a temblar y sentía como si todo estuviera fuera de
su lugar. ¿Acaso había escuchado bien? Era solo un error auditivo ¿Verdad?
No le tocaba con su amor desde la infancia, no ¡Eso no puede ser! Y solo
quería morirse y tapar sus orejas y salir corriendo de allí. Demasiado tarde...
— Hola mi nombre es Kim TaeHyung — La mano del castaño junto con
esa sonrisa que lo caracteriza, dejaron segado a Jeon que no respondió. A
cambio de todo eso, solo quedó en un trance.
¡Parecía un estúpido! ¡Pero es Kim TaeHyung!
Y aceptó el saludo presentándose igual, intentando no ser un fracaso
como siempre.
Y tal vez las cosas salían bien por primera vez en su vida.

— ¡Tienes un trabajo con él! ¡¿Por qué no me habías dicho nada


Jungkookie?! — la castaña tomó el rostro de su hermano con alegría. ¡Era
una razón para estar feliz!
Jeon suspiró pesadamente, mirando que todo estuviera en orden por el
tiempo que había pasado. Por lo menos todos seguían en sus lugares,
YoonGi seguía durmiendo empapado, pero es so significaba normalidad en
todo. Por lo menos, podría estar tranquilo.
— No tanto, la última sección no fue nada linda.
Y es que no decía mentiras, no sabía cómo tomarse los últimos
momentos con TaeHyung y a pesar de que las clases hallan funcionando ya
que llegaron a conocerse. Eso no quitaba el hecho de que estaba triste por lo
último, ni siquiera podía tomarse lo último como algo bueno. No podía, no
quería y esa carta menos funcionaba.
— continua mi bebé, se harán las siete y debemos estar en casa a esa
hora. No olvides que el baile empieza a las diez.
JungKook sonrió apenado.

Su corazón, por favor necesitaba algo para poder controlarlo. Ya habían


pasado cinco días desde que había conversado, hablado con TaeHyung y
impresionantemente había muchas cosas en común entre ambos, pero más
allá de él solo asentir y sonreír nerviosamente con sus mejillas rosas no
había más comunicación, y en todo eso no siquiera sabían que iban a hacer
para su proyecto de artística.
— ¿Quieres más pizza? Mi mamá dejo más, por si algo — El castaño
apareció tras la puerta sorprendiendo al azabache que jugaba con un yoyo.
TaeHyung sonrió por parecerle tierno y JungKook alzó su mirada
sonrojado, negando varias veces.
— Está bien yo sí quiero así que espérame aquí— TaeHyung se fue
dejando solo al más pequeño.
No podía simplemente dejar pasar tantas cosas, algo que le sorprendió
mucho fue lo tan extrovertido que se comportaba Kim fuera de la escuela o
con él, dentro eran más que miradas en los descansos y alguna que otra
sonrisa por parte del mayor.
Se sentía extraño, pero bien. No sabía cuál era ese sentimiento tan torpe
dentro de él. Y es que estar en la casa, en la habitación de Kim TaeHyung
era mucho para él. Ni siquiera lo podía asimilar. ¿Cómo es que había
llegado tan lejos?
De pronto una risa acompaño sus oídos. Era suave y grave, algo ruidosa
pero agradable a su audio. Estaba más claro a quién pertenece, pero para el
era tan armoniosa que podría dejarlo en un misterio. Sí es que pudiera.
De pronto sus ojos fueron tapados. Obviamente manteniendo sus nervios a
flote. Y es que estaba muy cerca, podía sentir su cuerpo y el de Kim muy
juntos que sentía que explotaría ahí mismo. Se odiaba por eso, por ser tan
él.
— ¿Quién soy? — Esa risa había sido la más linda escuchada por el
azabache. JungKook hizo un puchero involuntario, sonriendo con pequeñez.
— Ki-Kim Tae-TaeHyung — Los tartamudeos salieron sin más y se
lamentó por eso. Pero fue echado atrás cuando sus ojos fueron destapados y
las manos de Kim se dirigieron a distintas partes de su cuerpo con la
intención de dar cosquillas.
Risas, y más risas.
El descontrol del azabache al no poder parar de reír. Sacaron una sonrisa
suave al mayor. Las mejillas de JungKook se mantuvieron en ese color rosa
tan característico. Estaba cegado.
Y solo él podía arruinar las cosas.
Los movimientos bruscos de Kook por querer soltarse los recibió su
mochila, la cual fue estampada por la silla. Dejando todo su contenido por
fuera, sin ninguna excepción.
Las risas cesaron y los ojos de Kim fueron directos a el desastre.
Páginas y páginas de dibujos de él estaban por toda la habitación.
Regadas todas expuestas a la misma tragedia.
Y se quedó en blanco sin saber qué hacer. Estaba nervioso y
avergonzado. No sabía lo que pasaría después. Tal vez TaeHyung lo eche y
le diga acosador y lo demande o que lo odié con toda la vida.
Ninguna era linda.
Y sus impulsos fueron primero, tomando todo con bastante rapidez y
saliendo de forma inmediata de esa casa. Ya sería la humillación de todo el
lugar, y ya faltaría poco para ser la humillación que ha sido toda su vida.
—¡JungKook!
Muy tarde, el conejo ya había escapado.
𝗈𝗇𝖼𝖾 𝗎𝗉𝗈𝗇 𝖺 𝗍𝗂𝗆𝖾 𝗍𝗐𝗈 𝖿𝗈𝗈𝗅𝗌 𝗂𝗇 𝗅𝗈𝗏𝖾

━ Siempre creí que la luna brillaba sola, bajo su propio destello donde
existe el brillo más claro y real. Sé que es muy difícil, pero mi corazón se
atrajo a ti con un solo chispear. Tú has demostrado tu brillo frente a mis
ojos, donde apruebo que el verdadero tonto soy yo, por jamás haber sido
consciente de tu resplandeciente estribillo.
Luces, música y mucha gente divirtiéndose en cada parte del salón.
Estaba nervioso y su corazón latía frenéticamente por cada cosa que le
hacía recordad a él, era su única y última oportunidad de confesarse. De
todos modos, si todo salía mal, ya tenía un medio de escape. Cómo
siempre...
No podía ver en ningún lado si llegase todavía, no tenía la señal y le
faltaba algunas cosas.
— ¿Cómo te sientes? — Preguntó Momo con una sonrisa retocando el
labial del menor — Vamos, te queda media hora para hablar, suelta todo
antes de que se te salga en la mitad de la presentación — La chica rio y
JungKook adjuntó su sonrisa.
— Nervioso, avergonzado, triste, feliz y confundido — Momo lo miró
extrañada. Y el menor alzó sus hombros con desinterés, mientras sus
mejillas eran coloreadas con un poco de rubor.
Sus sentimientos eran mezclados en varias cosas, los acontecimientos,
sus charlas con Nayeon y sobretodo el miedo. El miedo a ser rechazado con
un solo tirón, sabía que lo último era lo más probable. Lo más improbable
era que lo aceptará. Sí, ¿Quién aceptaría al tonto de Jeon JungKook?
— Pues no tienes nada que perder — La pelinegra sonrió de lado a lado
sacando una risa al azabache. Ver sonreír a Kook es como ver mil estrellas.
— ¿Tú crees?
— Lo creo y mucho
La puerta fue abierta por un rubio, específicamente su amigo JiMin.
Momo dio los últimos retoques a JungKook antes de guiñarle un ojo a
JiMin y dejarlo a su disposición, saliendo del cuarto rápidamente.
El rubio sonrió con sinceridad a JungKook. Ese era uno de los primeros
pasos: "Brindar seguridad" y Nayeon había sido específica con cada una de
las instrucciones que eran totalmente desconocidas por el menor.
Caminando sigilosamente por los camerinos del salón, JiMin sostuvo
fuertemente la mano del menor, cumpliendo con parte del trato y no solo
por el trato lo hacía, sino también por querer mucho a su amigo. La
sinceridad no le faltaba al demostrar lo que el era, siempre había que ser
real con cada cosa con la que pudiéramos.
adentrándose a uno de los cuartos, el menor fue sentado en la silla.
Estaba nervioso, y mentiría si dijera que no, pero era el hecho, estaba tan
nervioso que sus piernas temblaban y con solo media hora para comenzar
su acto. Por lo menos, todos estaban encargados de ayudarlo. Y aunque
muchos eran solo amigos de su hermana, podría decir que le agradan, solo
un poco, aunque esa chica de cabello negro si le caía bien.
— Momo te hizo un excelente trabajo. Uff, dile que me haga ese
maquillaje para mí próxima cita con YoonGi — El mayor pasó la yema de
sus dedos por el cabello de JungKook analizándolo.
— Hyung ¿será para tu otra cita imaginaria? — JungKook rio y JiMin
rodó sus ojos, indignado y negando repetidas veces.
— No moscoso, y quédate calladito la próxima vez. Podría reconsiderar
en no dejarte lindo para tu TaeTae — Lo último con una mirada y voz
aniñada causando que el azabache se sonrojarse a morir.
Calor, tijeras, jalones. Todo ese sufrimiento pasado por el azabache de
mejillitas rosas. Su Hyung era muy bueno en cuestiones de peluquería, pero
el en este momento quería un vaso de agua y que le subieran al aire
acondicionado, se estaba muriendo antes de subirse al escenario. Unos
retoques más a tu tosco cabello y la suavidad y arreglo fue algo que no dejo
pasar. Se sentía muy bien, cortado y algo más arreglado como de niño, se
veía muy bien en él y que por lo menos no se lo tiñeron. Señor, se llevaría
su vida en eso.
Park sonrió orgulloso por su obra maestra, era como ver a alguien nuevo
y diferente. Su bebé crecía y no mentía si quería regresar el pelo
desalineado y largo de su mejor amigo, pero los cambios no le hacían mal a
nadie. Y ese fue un gran cambio.
— Gracias Hyung — El menor agradeció con un abrazo, que cautivó a
JiMin. Se sentía tan feliz y de solo ver esa Sonrió de niño pequeño, su
corazón se cálida más.
Otra vez, la puerta fue abierta. Esta vez no hubo retoques, por lo que
JungKook agradeció que eso no fuera maquillaje. Una chica de ojos
gatunos, alta y delgada apareció. Le parecía tan conocida cuando recordó
que era la menor de los Min. Sonrió por la repentina aparición y Yeji sonrió
de vuelta.
— Me lo llevo, ¿Creo que ya no falta nada?
El rubio asintió y fue de eso como su brazo fue llevado a varias partes sin
saber a dónde iba.
— JungKook ¿Cierto? — El azabache asintió — Estás en forma, eres alto
y sobretodo lindo. No te preocupes, te dejaré como todo un fashionista.
Y tras varios cruces de puertas, lograron llegar a la indicada. La peliazul
mostró una sonrisa de confianza, para luego dejar solo al chico unos
minutos, dentro de la habitación.
Luego Yeji apareció con dos conjuntos, los cuales el menor tranquilamente
pudo probarse, a pesar de estar en frente de una menor de edad, no le
preocupaba tanto ese hecho ni menos porque ya tenía novia, por lo cual se
tranquilizó y mostró cierta tristeza.
Todos con pareja y yo, el soltero
— Fantástico, te queda perfecto ese — Unos pantalones negros rasgados,
con botines negros y una camisa de varios colores llamativos. No se veía
nada mal, ya por el maquillaje y peinado.
Yeji aplaudió feliz por lo bien que había quedado. Después de horas de
tormento con Wendy en si en verdad estaba lindo, había acertado y ganado
una apuesta.
— Rápido, te acompañaré. Debo llevarte al último cuarto, ya sabes — y
sin permiso alguno tomó al mayor del brazo guiándolo al último cuarto.
☑ Belleza

Varias personas llegaban, era una noche especial y era para recordar
tantos momentos y ocasiones. Era el baile, y los de fin de año, celebraban
su ida de la escuela.
La castaña miraba con sigilo cada persona que entraba y salía, estaba sola
y con su micrófono a poco caerse. Esa era la posible ayuda que le brindaría
a su hermano, detrás de eso, Somi hacia el resto. Ella estaba encargada de
buscar al galán.
Cansada de estar parada, verificando cada persona que venía y queriendo
que por la vida sus ojos no se llegarán a morir, por ver cada cabellera
castaña que llegaba.
Y es que mentira si dijese que no estaba nerviosa.
No sólo TaeHyung era su blanco, sino también una chica de pelo corto y
color menta. La prima de Kim TaeHyung, y su enamorada secreta.
No sólo su hermano, era el que estaba detrás de personas. Ella también
debía darse algunos lujos.
Y todo en orden cuando observó a un chico de cabellera castaña, junto
con una peli-menta. Estaba nerviosa y no por TaeHyung, sino por
Jeongyeon. Debía estar cerca de ella...
Los primos entraron y Nayeon con algo de timidez se acercó. Estaba
nerviosa y con algo de vergüenza en ella, pero debía ser fuerte.
— ¿Kim TaeHyung y Yoo Jeongyeon? — Ambos asintieron y Nayeon
sonrió complaciente — Acérquese a la mesa 1, reservada especialmente
para ustedes — Los familiares la miraron confundidos y fue cuando
TaeHyung dio palabra.
— Pero yo no reserve ninguna mesa — TaeHyung miró extrañado a la
castaña y Nayeon rodó sus ojos. Algo que saco una risa silenciosa por parte
de Yeon.
— No importa, está dicho. Mesa número uno — Los primos la miraron
con confusión — ¡Siguiente! — Y así fue como los ignoró olímpicamente.
Jeon Nayeon no era de dar rodeos.
— Somi, ¡Ya es hora!
☑ Chico lindo

Lentamente la música comenzó a sonar sobresaltándolo. Era su hora, era


la hora de su final. De hacer el ridículo e irse muy lejos de Seúl y Corea.
Sus nervios a flor de piel, eran tan visibles y a su lado Yeji, HoSeok, Momo,
JiMin, Soojin, Yugyeom lo rescatan. Eran sus bailarines de apoyo.
Nayeon aún lado por debajo de la producción ayudaría con los hiden
vocals. Agradecía a su hermana de ser una buena cantante y a tener amigos
bailarines. Lo agradecía en cierta parte.
Y no sabía cómo sentirse al respecto. Era todo tan confuso y tan extraño,
quería escoger y al mismo tiempo quedarse. Tenía mucho miedo, sobretodo
de la reacción de él. Tras haber hecho el papel del "Loco acosador" en la
casa de ese chico que robaba cada uno de sus suspiros.
Y tuvo que dejar de pensar tanto al escuchar la música.
La pancarta se hacía abierta en su totalidad y fue cuando dejó fluir todo
lo que tenía por dar. Tantos años de burlas, chistes, humillaciones eran
dejados detrás. Ahora mismo se debía encargar de ser el mismo.
YoonGi junto con Namjoon se encargaban de la música y Nayeon seguía
con su gran trabajo.
Sus movimientos cautivan al público, por cada movimiento difícil era
cada vez más un nuevo aplauso y un apoyo.
Muchos de la sala quedaban cegados por la belleza y movimientos que
desprendía JungKook, en una armoniosa voz que muchos no se extrañaban
de haberla escuchado.
¿Ese era Jeon? ¿Jeon JungKook? La pregunta más recurrente en la sala.
Sus ojos puestos en un punto fijo. Encontrados entre sí y conectados, era
el brillo de los ojos de Kim, que lo hizo continuar. Era ese brillo que hizo
que sus mejillas se tiñeran a mitad de presentación.
Y TaeHyung solo veía arte.
Su corazón palpita, ambos corazones. Unidos por todo, ambos corazones
que desde un principio fueron hecho para amarse tal y como eran. Eran
ellos dos. Solo ellos dos, los ojos de JungKook solo posados en una
persona.
En Kim TaeHyung.
Y los brillos podían ser tan necesarios cuando simplemente no sabes que
hacer. Puedes estar en tu total control. Pero era su mundo, hecho
especialmente por ellos. Era su mundo, desde que sus ojos se cruzaron por
primera vez en esa heladería.
Las estrellas podrían dejar de brillar tanto.
Y los corazones cegados. Sus mundos, su amor, su propio brillo. Era el
momento de tomar las agallas y decir esas simples palabras.
~Me gustas
Porque inconscientemente eran pensadas por ambos, los dos se amaban y
apesar de jamás tener el valor para decirlo al otro. Se amaban, mucho,
demasiado como para déjalo pasar. Ambos eran unos tontos, eran unos
tímidos y unos estúpidos. Ambos lo eran y lo sabían, ambos reconocían eso.
Porque amar siempre fue para tontos...
Y la música rítmica para y cuando un sonido de piano se apodera.
Muchos se ven extrañados por el cambio, y las luces enfocan a una sola
estrella.
— Desde que tengo memoria he sido el más tonto, desde que tengo
memoria recuerdo esos días en el preescolar donde nuestras maestras nos
juntaban y nos decían los lindos que éramos. Recuerdo cada momento,
cada frase y el crecer separados de cada uno — JungKook bajo del
escenario con una sonrisa posada en una sola persona —Sé que no soy
merecedor de tu brillo, porque simplemente eres perfecto en tu más grande
destello. No sé, pero mis ojos no podían voltear a ver a nadie más, que no
fueras tú. Y eres tan inalcanzable, como todo lo que está a mi alrededor.
Solo con lo que soy yo, un tonto, un chico tímido resguardado debajo de sus
suéteres grandes y un lienzo, eres el único que dejaría caer en mi burbuja
— Acercándose más, la distancia era más corta — Porque solo una persona
como tú, podría hacerme sentir tan bien y tengo miedo. ¿Me dejarías llegar
a tu corazón? — Su mano fue extendía con miedo, con muchos nervios
hacia ese chico.
Y su mano fue tomada, escapando de ese gran lugar lleno de tantas
personas. De tanto, que lejos de eso, cubiertos por el frío y la nieve eran
ellos dos.
TaeHyung sonrió mostrando esa característica cuadrada que tanto amaba
el contrario. Y JungKook no sabía cómo sentirse, si rechazado, si querido.
Era el solo con la persona que más quería, era solo el dejando de la blanca
nieve con él. Con Kim TaeHyung.
Muchas estrellas adornaban el lugar y su corazón quedaba ciego. Eran
ellos dos.
Y el poco espacio fue fundido en una muestra de amor. Ellos dos unidos,
solos sintiendo su propio amor. Porque eran esos dos corazones Unidos
desde siempre creando un latido en común. Un toque suave y ambos
desaparecieron, un toque y solo ver la sonrisa del castaño.
— Sí, mi tonto.

El amor no será solo para los perfectos. Ser nosotros mismos nos hace
únicos y especiales
𝗍𝗁𝖾 𝗅𝗈𝗏𝖾 𝖨 𝖿𝖾𝖾𝗅 𝖿𝗈𝗋 𝗒𝗈𝗎

A veces la vida podría traer nuevos momentos. El de él, era ese día tan
especial que nunca olvidaría.
Sus manos junto a esas suaves y blanquecinas, sus labios, sus mejillas.
Todo de él que lo mantuvieron cautivado desde siempre. Aunque, lejos...
Una sombra, donde el nunca sería visto. Su realidad había sido envuelta en
esa capa de fantasía que para él seguía siendo eso. Pura fantasía, al no poder
creer que estaba al lado de la persona que más ama.
Podría parecer de locos, pero poca esperanza tenía sobre ser aceptado -
Aún sin haber dicho palabra alguna - Todo era un sueño, uno el cual
siempre que se pellizcaba disimuladamente mientras estaba junto a él,
siempre le dolía. Por eso siempre la sonrisa de su amado era recibida, junto
con besos, abrazos y más. Una vida más, algo feliz.
Y las relaciones no eran perfectas. Claro que no, pero siempre amaría a ese
ser totalmente imperfecto a la perfección. Era él, era suyo y tal vez nunca
movió un músculo - No tenía pensado hacerlo- Nada, todo lo hizo él.
Porque no se arrepentía de esperar.
Solo volvió a observar esa hoja de papel colgada en un marco en su
habitación. Aún recuerda esos momentos a su lado, ese dibujo que le dio a
conocer esa parte verdadera y que sus sentimientos eran correspondidos de
igual forma.
Podría estar triste, podría estar perdido. Pero él lo sabía, todo tenía su fin.
Nada podía ser para siempre.
"El amor está afuera"
Sus palabras, cada una de esas delicadas palabras. Lo extrañaba, para que
mentir. Era su amor su destino. Pero estaba perdido, sí, totalmente.
"Por más triste que sea, siempre te amaré"
Cuando las cosas se vuelven más agridulces entre más creces. Entre más
conoces, entre más el tiempo avanza. Porque esa poca fantasía que llegó a
tener lo terminaron todo.
"Los finales felices no existen"
Y cayó la primera lágrima...
Se había prometido no llorar, no por él, no quería romper su promesa. Pero
el peso que sentía encima era derrumbarse, quería sacarlo todo. Quería
hacer lo mismo, quería tirar su cuerpo por ese gran balcón. Lo quería, pero
tenía que cumplir su promesa.
"Anda sonríe, es lo más bonito que puedes hacer"
Mentiras y más mentiras.
Solo sonrió mirando ese y sus miles de cuadros en esa habitación, jamás
saldría de aquella habitación. Se había vuelto loco, loco por amor. Loco por
perder lo que más amaba, loco por ser engañado.
Y solo término de llorar antes de tomar ese objeto filoso. Eso que
marcaba su destino, su vida, lo volvería a ver. Lejos, pero lo volvería a ver.
Sin cuerpo, pero estaría con él.
— Todo por ti mi Koo — Y acuchillarse había sido su objetivo. Estaba
loco, loco y comenzar a llorar mirando su más grande obra.
"Koo"
Todo, porque quería estar con su novio. Quería verlo, en el cielo, ser
feliz.
Y había terminado con todo sin sentir más dolor, sin estar solo.

"El amor no era para los perfectos, pero si para los pacientes. Los
dispuestos a sufrir por una desgracia, porque un alma pago otra alma"
𝗍𝗁𝖾 𝖾𝗇𝖽

Habían cosas que por más lindas que se vieran estaban rotas. Pasillos,
murmullos, todos hablan sobre ti y nunca serás totalmente invisible como lo
esperas.
Porque realmente nunca lo fuiste.
Varias veces fuí yo quien no se dió la oportunidad de quererse, ya estaba
en la quiebra y era totalmente difícil hacer lo que nunca pude hacer. No es
como si tuviera la fuerza de poder ayudarme, porque simplemente podía
dejar todo o jugar un a vez más.
Mi familia, mis amigos, tú. Todos estaban allí, ayudándome por más
felicidad que me dieran. Yo estaba roto, muy roto.
Me había enamorado de ti porque eras para mí, lo más perfecto de este
mundo. Creía que nunca me llegarías aceptar, pero estaba completamente
equivocado ¿Por qué lo hiciste?
Nunca pude entender nada, nunca pude entender que entre todas las
personas no me hubieras rechazado a mí. Sabés, todavía me parece lindo.
¿Cómo pudiste...?
O ¿Cómo yo pude arrastrarte hacia mí?
Siempre que te veía me arrepentía más y más, los demás me atacaban
para estar lejos de ti. Y no había mejorías, cada día me sentía peor, cada
día lloraba más, soñaba más y tomaba más esos medicamentos. Cada día
al lado tuyo era fingir algo que no era, era siempre condenarme.
Pero jamás cometí el error de quererte.
Porque aunque pienses lo contrario, siempre te quise. Nunca lo dudes,
solamente ya no podía aguantar más. Estaba perdido TaeHyung, lo sabés.
Espero que siempre me ames en esta vida, en la otra y en todas.
Lamento no enfrentar el mundo como se debe.

「Don't be shy」
Toda historia tiene un origen, más allá de todo, esto no fue solo para reírse.
Siempre quise ver como las cosas nos afectaban, y siempre lo han hecho,
sin importar lo fuertes o lo que nos propongamos. Fallamos una y otra vez.
Las voces de los demás se mezclan y realmente no sabes que es lo
correcto. Que perdiste, que ganaste. Todo es desconocido, sin un fin exacto.
En esta historia se veía la situación de Jeon JungKook, un chico de
último año con muchos problemas de personalidad, autoestima. Jeon
JungKook hace un plan que cambiaría las cosas para atraer a su Crush o
más que todo confesarse a él. Jeon JungKook es un chico tímido y juzgado
todo el tiempo, las palabras de los demás hacen mucho efecto en él y como
pruebas su personalidad tan insegura. Jeon JungKook es alguien que nunca
pudo sobrevivir a los comentarios de la sociedad, siendo totalmente rodeado
por ellos.
En la trama se evidencia como JungKook decide contarle sus
preocupaciones a su hermana, y está lo ayuda. Sí estuviste pendiente en
cada situación se evidenciaba como TaeHyung estaba interesado en
JungKook, considerado el Rarito de la escuela el cual nadie quería. Había
muchos problemas sobre este personaje y ahora sus inseguridades lo
llevaron a sentirse mal por todo.
— ¿Cómo podría estar seguro de que esto es lo correcto? ¿Sabes? Tengo
un mal presentimiento de todo esto, ni siquiera quiero presentarme —
"Debes ¿No?" — Quiero volver a estar detrás de las cortinas, o en las
sillas. No ser parte del Show, sino fuera de el.
JungKook un personaje muy inseguro de sí mismo, con problemas de
ansiedad y depresión.
Contándole a su hermana pudo deshacerse de esos pensamientos y seguir
adelante. Ciertas situaciones donde lo involucraron a él y a Kim, situaciones
de rechazo por parte de la sociedad y situaciones de baja autoestima
llevaron al fin de este personaje.
En el final se explica que JungKook murió, y TaeHyung se suicida.
Promesas rotas por ambos de quererse y estar para el otro para siempre,
JungKook podía haber terminado la escuela, podría haberse superado así
mismo pero los comentarios lo llevaron al límite.
Estás rodeado y de pronto te asfixias.
— Todo por ti mi Koo — Y acuchillarse había sido su objetivo. Estaba
loco, loco y comenzar a llorar mirando su más grande obra.
"Koo"
Todo, porque quería estar con su novio. Quería verlo, en el cielo, ser
feliz.
Y había terminado con todo sin sentir más dolor, sin estar solo.
A pesar de haber obtenido el amor de TaeHyung y de dejar de ser tímido.
Jeon JungKook no se había recuperado, había estado escondido bajo una
capa de alegría.
Capítulo 1#: fue JungKook explicando sus problemas, así mismo
intentando enfrentar el problema que consideraba el más grande que es
"Kim TaeHyung"
Allí podemos ver las relaciones que ambos establecen pero única y
exclusivamente desde la perspectiva de JungKook, nunca hemos conocido
como se ha sentido TaeHyung.
Capítulo #2: la confesión de JungKook, allí podremos ver un avance de
JungKook no tanto sobre los demás sino sobre sí mismo, por primera vez
toma las agallas de hablar y hacer ver sus sentimientos intentando acoplarse
a los demás. Al final sus sentimientos son correspondidos y terminamos con
la felicidad de TaeHyung y de JungKook, aunque no significará un avance
para ninguno de los dos.
Capítulo #3: La primera y única perspectiva de TaeHyung que tenemos.
En esta él nos muestra su propia decadencia, en la cual él proyecta una parte
de sí mismo en JungKook, aunque se ha puesto las manos de ser fuerte ha
caído tanto que ni siquiera pudo contener aquél pesar de no tener a
JungKook. Entonces podemos ver que al final toma la decisión de
suicidarse.
Capítulo final: la carta de JungKook.
Tal vez fui muy concisa y es que realmente quería dejar algunas incógnitas.
Lo que pasaba aquí era la transición tanto de TaeHyung como de JungKook,
ambos eran estudiantes, con vidas muy diferentes pero eran iguales cuando
se intentaban acoplar a los demás y el cómo el rechazo social les afectaba.
JungKook el constante rechazo que recibía de los demás, llevándolo a
tener inseguridades, problemas mentales y decadencias emocionales.
TaeHyung manteniendo un perfil, con el constante miedo de ser rechazado
y aun así los demás no conozcan ni media parte de su ser, seguir
manteniendo una imagen la cual no existe.
Tanto TaeHyung como JungKook no eran lo suficientemente fuertes para
el otro, ambos estaban cayendo constantemente y de alguna manera al
volverse tan dependientes solo cayeron más.
Su vida se desarrolló impecablemente, ambos como una pareja pudieron
avanzar y lograr varias metas, eran pintores exitosos y eso brindaba una
pequeña felicidad en personas que no sabían sentirla.
Con esto quise demostrar cómo el rechazo, la presión social pueden
dañar a las personas. JungKook había pasado su vida siendo rechazado
por los demás, incluso por el mismo y cada día se aislaba más del
mundo. Con esto quise demostrar cómo todo lo que decimos, hacemos
tienen cierto impacto en las personas y que deberíamos cuidarnos.

𝗁𝖺𝗉𝗉𝗒 𝖾𝗇𝖽𝗂𝗇𝗀

Ambos estaban caminando por el lejano jardín, dónde sus vidas


comenzaron a florecer de manera inesperada. Sus manos estaban
entrelazadas y sus corazones también, porque no había mayor comodidad y
sentimiento hermoso respecto a ellos dos.
El cielo es azul, las flores de miles colores brillan más que en la tierra, es
cómo si todo fuese más bello que en ese lugar lleno de tristeza y dolor.
Sus pies descalzos le daban la libertad que necesitaba, era el aire más
fresco que cualquier mañana, el sol los acompañaba para ver la claridad de
las cosas y cada uno se transformó en algo diferente. Lo que muchos llaman
"El paraíso", es donde lograron llegar.
"El paraíso" así lo llaman muchos, un lugar especial con todos tus deseos,
ese lugar te lo ganas, no te lo pueden dar. Ambos en sus ropas de color
blanco para relajar su vista, los collares que colgaban de sus cuellos
agarrando sus anillos para esconderlos. Ese paraíso era estar juntos, el
sentimiento inexplicable de tener a alguien a tu lado, a esa persona que te
ama y está dispuesta a verte con otros ojos.
Con unos ojos que nadie podrá verte.
Porque ven siempre lo más bello de nosotros, solo funcionan con "el
verdadero amor", con alguien que te ve y te ama.
Se sentó en el pasto para relajarse y él también lo hizo, sin pensarlo posó
su cabeza en su hombro y sonrió.
— ¿Por qué crees que los dos llegamos aquí? — preguntó con una
sonrisa.
TaeHyung también sonrió, aunque no supiera la respuesta, ambos estaban
juntos en ese paraíso, pero sin saber el cómo.
— No lo sé, solo sé que me gusta estar contigo.
Esa respuesta dejó tranquilo su corazón, sus preocupaciones
disminuyeron y se resguardó entre sus brazos esperando que todo eso fuera
real, para siempre. Hasta que ambos puedan liberar sus almas, volar por
aquél cielo juntos creyendo que ya es suficiente.
Se fueron de ese espacio cansados, aun sin haber vivido ni la mitad de su
vida y esperando más por delante.
Cuando ambos lo pensaron como la mejor decisión, lo que planearon, los
momentos que quisieron vivir los tuvieron que dejar atrás. El tiempo no
daba, su cuerpo deseaba un descanso y su mente solo pedía ser liberada tras
las rejas que le impusieron.
Cada quién tiene una historia diferente, sin contar, sin saber y aun con
eso solo vemos lo de afuera sin saber el interior.
— ¿Quieres estar aquí conmigo?
Sus ojos se juntaron, su corazón se movió y las mariposas se posaron
sobre su estómago.
JungKook observó a TaeHyung, TaeHyung observó a JungKook.
El momento de amar tranquilamente, de vivir sin pensar tanto y de estar
bien había llegado. Les dieron una segunda oportunidad que no iban dejar
pasar, la aprovecharían para ambos.
Para darle un final feliz a su historia.
O bueno, dejar otro final.
No es imposible amarse, ni darle otra oportunidad a una vida que les
impidieron tener. Ellos solo querían amar y ser amados, ahora podían
hacerlo.
Una historia puede tener más de un final, desde la perspectiva que
quieras verlo.
— Sí — respondió sinceramente mirándolo a los ojos — Quiero estar
aquí contigo.
El menor se posó sobre su cuello y se resguardó, con sus mejillas rojas de
la pena que estaba pasando.
— Te amo.
— Yo también te amo.
Una historia puede tener más de un final. Quieren darle la oportunidad a
esta de darle otro y de ver desde otro lado, cómo van a terminar las cosas.
Se aman.
Y se encargarán de amarse, de darse otra oportunidad y de por fin vivir.

Quiero que me ames en cada parte de tu corazón, que me resguardes y


que me prometas que vamos a estar juntos.
Espero que siempre me ames en esta vida, en la otra y en todas.

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