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MÓDULO 6.

2: ENDOPARASITOS INTESTINALES
EN PEQUEÑOS ANIMALES

Justificación
Las enfermedades parasitarias intestinales representan un problema para la salud
pública y su distribución es mundial. Afectan en mayor medida a las poblaciones pobres,
con deficientes condiciones de saneamiento ambiental, por la falta de medidas de control y
prevención adecuadas. Existen varias especies de parásitos con potencial zoonótico,
especialmente en países en desarrollo y en los grupos socio-económicos menos favorecidos.
Dentro de ellos encontramos helmintos (Ancylostoma caninum, Toxocara canis,
Toxocara cati, Trichuris vulpis, Strongyloides spp), protozoarios (Giardia lamblia,
Criptosporidium spp) y cromistas (Blastocystis spp). Cabe aclarar que estas enfermedades
no son de denuncia obligatoria.
En este caso sólo se detallarán las especies más frecuentes.

1) Helmintos
Se contagian a través de la ingesta de huevos de parásitos, presentes en suelos
contaminados (Geohelmintiasis) o por los hábitos de dejarse lamer las manos y la cara por
las mascotas, luego que éstas se hayan higienizado la región perineal por lamido.

Agentes Etiológicos
Son gusanos cilíndricos, de tamaño variable según el género y especie, no son
segmentados. Los más frecuentes son Ancylostoma caninum, Toxocara canis, Toxocara
cati, Trichuris vulpis y Strongyloides stercoralis

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Descripción
Tienen un ciclo de vida directo, ingresan los huevos larvados (en caso de
toxocariasis o trichuriasis) o larvas 3 infectivas (en ancylostomiasis) por vía oral según el
tipo de parasito y completan su desarrollo a la forma adulta en el intestino del hospedador
(Figura 1 y 2).
En el tubo digestivo se prenden de la mucosa intestinal produciendo diarrea,
pudiendo ser hemorrágica, con vómitos y anemia; posteriormente se inicia la producción de
huevos que se eliminan por materia fecal. Algunos parasitos, eclosionan en el interior del
intestino y sus larvas hacen migraciones por distintos órganos (larvas migrans), que pueden
alcanzar la tráquea donde vuelven a ser deglutidos, produciendo tos, arcadas, vomitos y a
veces neumopatías. Estos signos, se ven con mayor frecuencia en cachorros. Durante las
migraciones se pueden enquistar en músculo, grasa u otros tejidos permaneciendo latentes
por tiempo indefinido, los que pueden reactivarse, por ejemplo en hembras gestantes y
realizar infecciones intrauterinas o llegar a glándula mamaria y realizar contagio a través de
la leche (caninos), (Figura 3).
También, las larvas del Ancylostoma caninum pueden penetrar por la piel
alcanzando el sistema circulatorio.

Figura 1. Formas adultas intestinales de Toxocara cati Figura 2. Formas adultas de Ancylostoma caninum

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Figura 3. Patogenia de las helmintiasis intestinales

Diagnóstico
Se realiza por observación microscópica de huevos de parásitos presentes en la
materia fecal (Figura 4). Se debe solicitar estudio coproparasitológico directo por hisopado
rectal y/o por análisis de materia fecal seriado (preferentemente de 5 días seguidos
recolectados en formol al 5%) y procesándolo por la técnica de flotación como, por
ejemplo, la de Bembrook.

Figura 4. Algunos de los tipos de huevos de helmintos que se pueden encontrar en materia fecal

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Tratamiento
Se realiza con benzimidazoles, como, por ejemplo albendazol 50 mg/kg o
fenbendazol 50 mg/kg, por vía oral. Se recomienda un tratamiento de una dosis diaria
durante 3 días seguidos, repitiendo el mismo tratamiento con un intervalo de 15 días.
También, se pueden usar endectocidas como las avermectinas: ivermectina 0,2 – 0,4
mg/kg por vía SC, repitiendo a los 15 días.
En caso de trichuriasis se recomienda utilizar:
1. Ivermectina 0,2 mg/kg SC o moxidectina 0,25 mg/kg SC o 0,4 mg/kg PO y
repetir a los 30, 60 y 90 días (4 tomas totales)
2. Albendazol 25 mg/kg c/12 horas durante 3 días o febendazol 50 mg/kg c/12 hs
durante 5 días y repetir a los 30, 60 y 90 días (4 tomas totales).

Gravedad de la enfermedad en las personas


Los niños son la población de mayor riesgo. El concepto de larva migrans involucra
la migración de estadios larvarios de nematodos y su migración produce diferentes patrones
clínicos con localizaciones viscerales únicas o múltiples. Clásicamente se agrupa en
diferentes síndromes:
1. Larva migrans cutánea (LMC) causada por el Ancylostoma caninum (Figura 5).
2. Larva migrans visceral (LMV) causada por el Toxocara canis y el T. catis Se
caracteriza por el compromiso hepático, pulmonar, anemia, eosinofilia y larva
migrans ocular (Figura 6). La pérdida de la visión del ojo lesionado es la
manifestación clínica más grave de esta parasitosis (Seijo, 2015).

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Figura 5. Lesiones producidas por larva migrans cutánea

Figura 6. Lesión producida por larva migrans ocular

2) Protozoarios
Agentes Etiológicos
Giardia lamblia es un protozoario zoonótico, que se puede presentar en dos
estadíos: el estadío intestinal, como trofozoítos (flagelados y con forma de pera, Figura 7),
poco viables en el medio ambiente; y el estadío vegetativo, como quistes (ovoide, con 4
núcleos y el doble de flagelos que el trofozoito), que es infectante y puede permanecer
viable en el medio ambiente, preferentemente en lugares húmedos y a la sombra, durante 3
meses aproximadamente.
Este parásito no resiste la desecación y se destruye a temperaturas superiores a los
50ºC.

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Figura 7. Trofozoitos de Giardia lamblia

Descripción
La vía de transmisión de la giardiasis es la vía fecal-oral y a través de consumo de
agua contaminada con heces. Al ingerir los quistes, estos llegan al intestino delgado y se
liberan los trofozoitos (dos por cada quiste), los cuales se multiplican por división binaria y
se adhieren por su disco suctorio a la mucosa entérica, produciendo un cuadro inflamatorio
local. Los signos principales son las diarreas crónicas, síndrome de mala absorción y atrofia
de vellosidades intestinales (Figura 8).

Figura 8. Ciclo de la giardiasis producida por Giardia lamblia

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Diagnóstico
Se debe realizar mediante estudio coproparasitológico, con la observación directa de
los trofozoitos y/o formas quísticas.

Tratamiento
Se pueden optar por los cualquiera de los siguientes tratamientos:

1. Metronidazol 25 mg/kg cada 12 horas durante 10 días, por vía oral.


2. Fenbendazol 50 mg/kg cada 24 horas durante 3 días, por vía oral.
3. Dimetridazol 16,5 mg/kg, con Sulfadimetoxina 25 mg/kg
(Giacoccide ®) cada 12 horas durante 10 días, por vía oral.

En todos los casos, el tratamiento, se debe repetir a los 15 días.

Profilaxis
Desparasitaciones periódicas de caninos y felinos, según el resultado del análisis
coproparasitológico. Se recomienda realizarlo cada 4 meses; este tiempo podrá ser
modificado en base al riego ambiental por geohelmintiasis o giardiasis, según criterio
médico veterinario.
a) Recolección diaria y eliminación adecuada de las heces de las mascotas.
b) Cepillado diario de pelaje de animales.
c) Evitar el lamido de la cara y de las manos de las personas, por parte de los
animales.
d) Evitar el acceso de los niños a los areneros donde pueden circular animales, al
igual que en parques, plazas, etc. donde defequen frecuentemente las mascotas.
e) En caso de acceso, realizar la higiene de manos y el cepillado de uñas con agua
y jabón, luego de la exposición. Evitar onicofagia en humanos, al igual que la
pica o geofagia en niños.

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f) Lavado de verduras y hortalizas, especialmente de las cosechadas de huertas
domiciliarias, donde tienen acceso los animales o se fertilizan con heces de los
mismos.
g) Promover la educación de la población con respecto a la tenencia de animales.
h) Estimular medidas de control sobre la población canina urbana, en estado de
libertad o semilibertad, con o sin dueño.
i) En caso de residencias sin agua corriente, se debe recomendar hervir el agua de
bebida 10 minutos y dejarla enfriar antes de ingerir.

Gravedad de la enfermedad en las personas


La mayoría de las personas infectadas con giardias son asintomáticas, los síntomas
aparecen con mayor frecuencia en lactantes, niños e inmunocomprometidos. En los adultos,
en la fase aguda, se puede observar diarrea acuosa, náuseas, vómitos, dolor epigástrico,
meteorismo y anorexia, pasando luego de 3 a 4 días sin tratamiento, a la fase crónica con un
cuadro diarreico, con 4 o 5 deposiciones diarias muy fétidas, pastosas y de color claro, con
anorexia y dolor abdominal persistente, y pérdida de peso. La diarrea puede ser crónica,
intermitente o recidivante. En los niños menores de 2 años, inmunocomprometidos y/o
desnutridos, se puede producir un síndrome de mala absorción con heces esteatorreicas,
detención del progreso ponderal y diarrea crónica.

Los síntomas más frecuentes de la giardasis son:


I. Diarrea, que en ocasiones produce un síndrome de la mala absorción
intestinal.
II. Distensión abdominal.
III. Marcada disminución del apetito.
IV. Con frecuencia se observa falta de progreso en el peso, con detención del
crecimiento y asociación con anemia.

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Bibliografía
1. Greene GE, Infectious diseases of the dog and cat, fourth edition, chapter 77 – Enteric
Protozoal Infections, 2012

2. Basso N, Calzetta Resio E, Dughetti R, Gimenez r, Perez Tort G, Rosa A, Welch E,


Fundamentos de parasitología veterinaria, Ed. Hemisferio Sur, 1ra edición, capítulos 6,
1987; 85-100

3. Burgio F, Sabalete Moya T, Fariñas Guerrero F, Zoonosis frecuentes por parásitos


helmínticos caninos y felinos, Argos: Informativo Veterinario, Nº. 113 (nov), 2009; 52-
53
4. Martín UO, Machuca PB, Demonte MA, Contini L, Estudio en niños con diagnóstico
presuntivo de toxocariasis en Santa Fe, Argentina, Medicina (B. Aires) v.68 n.5, 2008.
5. Seijo AC. Atlas de zoonosis y enfermedades emergentes (1 ed.). Fundación Mundo
Sano, 2015.

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