#23

Publicación mensual | Agosto 2023 | $7.000

Aro en el sol...
¿lluvia a montón?
 #23
Dirección:
Diana Milena Báez

Redacción:
Amanda Rodríguez Ávila
Diana Milena Báez

Colaboradores:
En este número:
Guillermo Torres Mojica
Jaime Villa Solano
"La Patiafuera"
Fenómeno del Niño
brevemente explicado....................... 2
Encuéntranos en:
Recuperar los aljibes......................... 4
Tienda DEAKI
Luna Tarquino Rodríguez
Casa Común
Patiamarillos y patiafueras...,
Margarita Higuera locales y vinculados........................... 6

Mi paraíso imperfecto....................... 8

¡Viva la escuela!................................. 10

La inatajable marcha
de la cultura...................................... 13

Un camino ancestral
a punto de desaparecer .................. 14

Iniciativa local para la Un neurótico en Barichara............. 16

divulgación de temas
de interés general Terapias holísticas.............................17

Primera edición Cien años de

Las opiniones expresadas soledad............................................... 18
por los colaboradores
son responsabilidad de
los mismos y no reflejan CSSI tecnología e innovación......... 20
necesariamente la
opinión de ATISBE

Editorial
Queridos lectores
La llegada del fenómeno de El Niño
es inminente, y la escasez de agua en
Barichara es un tema del que se habla
y se sufre. Es un problema que tiene
ya muchos años, y para este año se
vaticinan tiempos muy difíciles para
los habitantes cuya principal fuente de
ingresos es el turismo, y para los cam-
pesinos, su agricultura y su entorno
natural. Es un hecho que ya se empieza
a sentir el comienzo de este fenómeno
con los intensos días de sol y calor que
predicen además que esta vez El Niño
será más prolongado e intenso que
otros años, y la primera pregunta que
surge ante este futuro desolador que se
avecina es ¿cómo Barichara afrontará
este fenómeno climático donde el agua
escaseará aún más?, ya empezaron de
nuevo a regir los horarios de abasteci-
miento por parte del acueducto, princi-
pal proveedor de este vital líquido.
El desarrollo y la planificación
de la vida giran en torno al agua, y
Barichara desde su fundación en 1705,
ha logrado a pesar de sus condicio-
nes hídricas y su ubicación en tierras,
que desde sus comienzos solo esta-
ban destinadas para estar de paso y
Atisbe
B A R I C H A R A
descansar, sortear el bajo flujo del agua
en su territorio. Esta es una agobiante
realidad que tiene a sus habitantes
desde hace muchos años a la espera de
soluciones y que a pesar de que se ha
hablado tanto del tema, no ha podido
ser resuelto. Mucho tiene que ver la
falta de capacidad de gestión y acción
por parte de los responsables de reme-
diar esta ya insostenible situación que
cada vez amenaza con un desenlace
fatal, intensificada además por la den-
sificación del suelo urbano y rural, el
aumento de la demanda de servicios
públicos y la falta de políticas serias.
Ahora solo se espera que los próxi-
mos candidatos a ocupar la alcaldía
tengan propuestas viables, sostenibles y
realizables para el problema más grave
y grande que tiene el pueblo, la falta de
agua. Barichara no aguanta postergar
la solución definitiva a este eterno pro-
blema. De momento la alcaldía actual,
los establecimientos educativos, la radio
y la televisión, deben empezar a gestar
campañas y programas cívicos que
tengan incidencia tanto en lo urbano
como en lo rural, para mitigar el riesgo
y sobre todo promover el uso racional
del recurso hídrico en tiempo de crisis.
 Atisbe
B A R I C H A R A

Fenómeno del Niño

brevemente explicado

Según la Organización Meteorológica Mundial

(OMM) El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un
fenómeno natural caracterizado por la fluctuación
de las temperaturas del océano en la parte central
y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a
cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una
gran influencia en las condiciones climáticas de
diversas partes del mundo.

Durante la fase cálida del ENOS, la No se pueden predecir con exactitud

atmósfera tropical se calienta y hume-
dece alterando las zonas de tormentas,
las que se desplazan hacia el Pacífico
oriental (costa sudamericana).
En Colombia el IDEAM pronos-
tica: “se espera que este fenómeno
venga más fuerte que antes por el
calentamiento global, por lo que se
esperan muy altas temperaturas y
disminución en las lluvias. Las regio-
nes colombianas que tienen mayor
susceptibilidad al ENOS son: Caribe,
Andina y Pacífica”.
2
todas las consecuencias que este fenó-
meno traerá a las regiones, sin embargo
en Barichara, cuyo ecosistema es el
Bosque Seco Tropical caracterizado
por pocas lluvias, se prevé tiempo seco.
Estos son ciclos naturales a los que los
habitantes oriundos saben acoplarse, la
problemática real surge cuando no se
comprenden los ecosistemas y se les
exige más allá de su capacidad de carga,
y se intensifica durante las temporadas
turísticas que generalmente coinciden
con las épocas de escasez de lluvia.

La capacidad de adaptación y la imperiosa necesidad de conservación, son determinantes para sobrevivir.
Al Fenómeno del Niño, los campe-
sinos de estas tierras lo llaman sequía
o verano, que se presenta en diciem-
bre y enero. Conocen a profundidad
estos ciclos naturales y así sincroni-
zan sus siembras, cerca de Semana
Santa (época de lluvias) se sembraba la
huerta, maíz, frijol, millo. Los campesi-
nos tienen una copla que enseña estas
prácticas: “El que siembra en abril se le
seca el viril y el que siembra en marzo
se le llena el zarzo”. En agosto existía
la cosecha “traviesa” como atravesada
entre las demás, para aprovechar las
lluvias de estas épocas. Es una manera
natural y sabia de producir alimento
durante todo el año aprovechando
Atisbe
B A R I C H A R A
los ciclos de sequía y lluvia. Este es
un ejemplo de adaptación a las condi-
ciones del territorio y de sabiduría al
poder aprovecharlo eficientemente.
Hay que prepararse para recibir las
consecuencias del ENOS y actuar de la
manera más sabia según las posibili-
dades de cada uno. No es posible ir en
contra del ecosistema y de los procesos
biológicos naturales, es fundamental
adaptarse, entender el entorno, usar res-
ponsablemente el recurso hídrico y ser
consecuentes con las circunstancias.
Para conocer más
sobre este fenómeno,
escanee el siguiente QR:
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 Atisbe
B A R I C H A R A

Recuperar los aljibes

Una de las primeras formas de suministro de

agua en Barichara fue a través de la pila que
está en el centro del parque principal.

La familia Quiñones ha cuidado durante años este aljibe que antaño proveía del vital elixir a amigos y vecinos
del pueblo en tiempos de escazes. Hoy sigue siendo el corazón de la vivienda y el hogar de peces y ranas.

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El agua era encauzada desde un aljibe
que estaba al lado de la que ahora es
conocida como la casa de Belisario, se
llamaba acueducto La Toma. Hoy toda-
vía hay un rastro mínimo de la pila
que por varios años abasteció de agua
todas las mañanas a la gente del pueblo,
de aquel aljibe no queda nada.
Don Ramón Atuesta, campesino de
la vereda Guayabal recuerda y comenta
sobre los aljibes y quebradas que ahora
están secos. “Nuestros ancestros tum-
baron todos los palos y se los metieron
al horno para hacer funcionar los chir-
cales que para esa época eran 63 y que
ahora solo sobrevivimos 53 y no sem-
braron. Nadie reforestó, eso hizo en
gran parte que se acabaran la mayoría
de los nacimientos de agua”.
Antes las fincas tenían aljibes siem-
pre con abundante agua y las que no,
sus vecinos les compartían sin nin-
guna dificultad o conflicto, alcanzaba
para todos. Pero los aljibes han des-
aparecido en su gran mayoría por la
destrucción de la vegetación. El uso
del tractor y su disco de arado fueron
negativos porque voltearon 35 centí-
metros la capa vegetal y eso le hizo un
daño enorme a la tierra. Las personas
tumbaban los árboles para que pasara
Atisbe
B A R I C H A R A
la máquina que acabó con los pastiza-
les que eran como esponjas que retie-
nen el líquido. Quebradas y aljibes
casi no hay por ningún lado, solo se
ven en los mapas y en las escrituras
de las tierras.
Pese al desolador panorama toda-
vía hay algunos aljibes productivos
en ciertas casas y fincas, pero dicen
los propietarios que cada vez son más
escasos, habría que hacer una inda-
gación para identificar dónde esta-
ban los que desaparecieron y dedicar
esfuerzos para recuperarlos. La buena
noticia que don Ramón nos da, es que
es posible recuperarlos volviendo a
sembrar especies nativas como aros,
naunos y móncoros, que llaman y
cuidan el agua. En su finca, con ayuda
de sus ancestros, buscaron y encon-
traron el lugar donde nacía un aljibe,
lo reforestaron, hicieron un pozo alre-
dedor, y el agua brotó hasta desbor-
darse. Este es un muy buen ejemplo
a seguir para aprovisionarse de agua
en las épocas de sequía en el campo
“Hay que enseñarle esto a los niños,
que recuperen el agua de los aljibes. Si
se puede. El agua está ahí disponible
para todos si la sabemos recuperar y le
damos un uso responsable”.
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 Atisbe
B A R I C H A R A
Patiamarillos y patiafueras...,
locales y vinculados...
Por: Guillermo Torres Mojica
Dicen que las comparaciones son odiosas,
pero algunas veces son inevitables.
Es el caso que trata el titular, los motes
como se auto denominan entre sí, los
que habitaban el pueblo tradicional-
mente y los que por el fenómeno de la
belleza y buscando el paraíso, han ido
llegando al territorio. Igual pasa y ha
pasado en Villa de Leyva. Este fenó-
meno se da en todas partes del mundo,
donde se van iniciando actividades
turísticas en lugares emblemáticos y
de alto contenido estético. La belleza
es pública como dicen los cánones. La
dinámica es simple. Un lugar especial,
una población local enraizada en su
territorio, que de pronto siente la inva-
sión de personas que inician la compra
de predios en su municipio.
A la par, otro grupo de invitados que,
viendo la oportunidad de negocios,
inicia procesos de comercialización y
ampliación de la oferta y demanda de
bienes y servicios. Todo aquello inicia
6
una bonanza para los locales, debido a
los precios elevados que comienzan a
tener el suelo rural y urbano, de un lado;
y del otro, se abren fuentes de trabajo
para la población local, generando bien-
estar y dinámica comercial interna en
todas las cadenas de suministros. Pero
igualmente el costo de los arriendos,
los alimentos y en general la canasta
familiar se ve afectada. Las reacciones
sociales en esa transición son ambiguas;
de un lado los locales dueños de las
tierras y del espacio urbano, y de otro
comerciantes y emprendedores que ini-
cian una dinámica que complementa lo
local y lo desarrolla con la inversión de
grandes capitales en sectores como la
construcción, el hotelero, el restauran-
tero y en todo el comercio en general.
Y mientras todo esto pasa, las adminis-
traciones locales se adaptan a las nuevas
necesidades urbanísticas y al desarrollo,

Ante la imposibilidad de regresar al nostálgico pasado, acoger al visitante es una simbiosis necesaria.
generando tensiones medioambientales
y la gentrificación socioeconómica.
En todo el proceso las élites locales se
ignoran socialmente y solo mantienen
relaciones de aprovechamiento comer-
cial mutuo; de hecho, la política está en
manos de los locales, siendo los campe-
sinos los que siguen eligiendo los alcal-
des y de paso los Concejos Municipales.
En cuanto a la población en general, los
impactos son múltiples. La transcultu-
ración incide directamente en los usos y
costumbres locales, y de alguna manera
impregna negativamente a la cultura
tradicional de las comunidades locales.
Pero es la población en general la que
se beneficia al tener trabajo asegurado,
Atisbe
B A R I C H A R A
no siempre regularizado, por la flexibi-
lidad de las temporadas turísticas, pero
asegurando la sostenibilidad familiar y
la satisfacción de las necesidades bási-
cas. Más allá de todo, la verdad es que
esa alianza invisible de los que estaban
en el territorio y de los que llegan, ha
resultado un gana-gana entre las partes,
pues se quiera o no, en ese trabajo
conjunto, los dos pueblos se disputan
como el mejor y más bello pueblo de
Colombia y se posicionan globalmente
en el turismo nacional e internacional
como principales destinos. ¿Entonces
cuál es el rollo entre “patiamarillos” y
“patiafueras” en Barichara y “locales” y
“vinculados” en Villa de Leyva”?
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 Atisbe
B A R I C H A R A

Mi paraíso imperfecto
Por: La Patiafuera

Fue en 2017, el año en que planté mi primera

semilla en el pueblo más lindo de Colombia.
Llegué perdidamente enamorada del país y
llena de esperanza y sueños de cómo iba a
ser mi vida en este lugar mágico.

8

Este año completo 2 años de finalmente
haber dado el salto a casa después de
haber pasado 42 en el extranjero.
¡Qué excitante! los colores, los
olores, la música, la comida y quizás
lo más importante la gente! Vivo en
una vereda bendecida con unas vistas
a los paisajes más espectaculares
del pueblo, a la majestuosa Serranía
de los Yariguíes, también conocida
como la Cordillera de los Cobardes
(en referencia a lo que todavía no me
queda claro, pues escucho 2 versiones,
donde se escondieron los liberales o
los conservadores).
¡El sonido de las campanas me des-
pierta! imponentes y atrevidas, y estoy
lista a abrazar el día con una sonrisa de
una paz tan deseada! Bajo el cielo azul
profundo como el mar y muchas veces
pintado de bellas y caprichosas nubes,
empieza la fiesta y en silencio escucho
el canto de los pájaros, los gritos de las
Guacharacas, contemplo los esquivos
picuros, las coloridas iguanas y las mari-
posas. Al atardecer llegan sacudiendo
su hermosa e imponente cola azul los
elegantes barraqueros, y entrando la
noche llena de estrellas terminan esta
danza las chicharras, los puercoespines,
las luciérnagas y los faras.
Atisbe
B A R I C H A R A
La Barichara que soñamos dicen
por ahí. El embarcarme en la tarea de
restaurar una casa campesina ha sido
un reto frustrante y placentero, donde
me han acompañado la presencia de
los árboles, los fósiles e incluso las
hormigas tan odiadas y respetadas.
¿Pero, y quién soy yo? Pues una cita-
dina que se siente muy patiamarilla,
simplemente hay que echar un vis-
tazo a mis cotizas, que van de aquí
para allá convirtiéndome en la guar-
diana de este “mi paraíso imperfecto”
Es romántico y hasta idílico lo que
les acabo de describir, a continuación,
les dejo con algo para su imaginación
y sentir.
Unos vecinos, que decidieron des-
truir mi anuncio con el nombre de mi
casa a la orilla de la carretera o el que
entró a mi propiedad sin permiso y
cortó mi hermoso árbol de aguacates,
el cual nunca se recuperó.
Esto tristemente me hizo regresar a
la realidad que ya había olvidado, de esta
tierra bella e indomable, pero de tantas
historias de intolerancia y atropellos.
¿Será posible obtener esa paz tan
deseada?, ¿es esta la Barichara que
soñamos, o es esta la Barichara que no
soñábamos?
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 Atisbe
B A R I C H A R A

ATISBANDO EL CAMPO

¡Viva la escuela!

La educación en las escuelas rurales tiene

prácticas y metodologías que distan mucho
de las que se conocen en el pueblo, se trabaja
en multigrados y con “Escuela Nueva”,
además los profesores cumplen diversas
funciones para suplir las necesidades de
aprendizaje de sus estudiantes.

Doña María del Transito Bautista
de López, quien fue profesora rural
durante 38 años, terminó sus estu-
dios en Chiquinquirá con el apoyo
de sus padres y amigas que la anima-
ron a continuar así sus condiciones
económicas no fueran las adecuadas.
Al final fue la mejor de su clase y se
graduó con honores.
A los 17 años regresó a su natal
Barichara como profesora, coincidió
con la llegada al campo colombiano
de la pedagogía Escuela Nueva, que
consiste en guías diseñadas para ense-
ñar las áreas básicas del conocimiento
desde primero hasta quinto, esto les
10
permite a los profesores rurales ense-
ñar simultáneamente y en el mismo
salón a todos los estudiantes de pri-
maria y transición. Cada niño recibe su
guía y la va desarrollando solo, lo que
genera mucha disciplina y autonomía
en ellos. Las guías se dividen en cuatro
partes, una actividad básica, para cono-
cer pre saberes, un cuento o actividad
lúdica, el desarrollo de un tema para
consignar en el cuaderno y unas acti-
vidades libres, que se asumen como
tareas para casa. Llevaba control de su
progreso pues las guías también traen
las evaluaciones. Al estar todos en el
mismo salón el nivel de concentración

y silencio debe ser alto para desarrollar
el trabajo, pues la profe va rotando por
todos para acompañar los procesos.
Comenta doña María:
“El apoyo de los padres es fun-
damental, ellos saben que si no les
ayudan les va a ir mal. Muchas de
las tareas se convierten en mate-
rial didáctico que se organiza en
Centros de Recursos de Aprendizaje,
que son armarios con cositas y
libros organizados por áreas”.
La Profesora Esther de la vereda Guayabal, otro valioso ejemplo del consagrado trabajo del docente rural
por satisfacer las necesidades de sus estudiantes.
Atisbe
B A R I C H A R A
Los profesores rurales también
acompañan procesos familiares de
manera muy cercana, se convierten en
orientadores, consejeros, enfermeros
u organizadores de eventos, todo para
lograr que el campo colombiano esté a
la altura y sus niños puedan ser ciuda-
danos aportantes en la construcción de
país. “La parte afectiva de acompañar
a la gente, es importantísima, somos
parte de la familia, se necesitan maes-
tros con vocación que quieran hacer las
cosas bien”.
11
 Atisbe
B A R I C H A R A

La Reina de Butaregua en el desfile de comparsas durante las Ferias y fiestas de La Solidaridad y El Retorno, 2022.

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 Atisbe
B A R I C H A R A

COLUMNISTA INVITADO

La inatajable marcha de la cultura

Por: Jaime Villa Solano

Cuando me vine a Barichara, ingenua

–si no presuntuosamente pensé, que no sólo
rompía con los onerosos hábitos de la ciudad,
sino que adiós vida cultural.
Qué oso.

Muy pronto hasta di un inolvidable carranga de la mejor, varios grupos

taller de literatura, se hacían concier-
tos o charlas, la gente se reunía a ver
películas…
En fin.
Descubrí además que simultá-
neamente los locales también oían su
música, preparaban vistosos desfiles
y comparsas y verbenas, mostraban
sus chorotes y tejidos, y hasta recién
habían hecho un festival internacio-
nal de la talla en piedra. Un bosque de
esculturas es testigo.
Había una oferta cultural frecuente
que además era creciente.
Y no ha parado.
Los ejemplos son generosos y
para todos los gustos: festival de
música barroca, cantaoras del Pacífico,
de blues, festivales de cine y de letras
y de saberes y sabores, conciertos y
talleres de música antigua, conferen-
cias y charlas y recitales, concursos
de bandas y de coplas y de oratoria y
de comidas típicas, cabalgatas, ferias
campesinas, toda suerte de clases,
bailes de todo tipo, numerosísimas
exposiciones de pintura y escultura,
unas cuantas galerías… Y tanta cosa
más que en esta enumeración ya larga
se me pasó incluir.
Como dije, para todos los gustos.
Hasta una copiosa librería.
Qué lección me dieron: nunca se
debe prejuzgar.
Porque no lo olvidemos: todo que-
hacer humano es fruto de la cultura.
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 Atisbe
B A R I C H A R A

Un camino ancestral
a punto de desaparecer

El camino Tobares, según el testimonio de

pobladores locales, originalmente inicia en la
capilla Santa Bárbara, pasa por el Bioparque
Móncora, llega al alto de Tobares y baja a
Lubigará, donde se entrelaza con una red de
caminos ancestrales de la región. Su valor
arqueológico, histórico y cultural es incalculable.

Este sendero, reseñado junto a muchos
otros en el libro Generación de un diag-
nóstico de la situación actual de los cami-
nos históricos de Santander, de autoría de
Gilberto Camargo Amorocho y Álex
Garzón y presentado por la Secretaría
de Cultura Departamental, aparece con
un trazado que no corresponde al origi-
nal, y que de ser oficializado, pondría en
riesgo la enorme riqueza patrimonial de
al menos un tramo de su trayecto real.
Esta amenazante circunstancia, ha
movilizado a María Alejandra Holguín
Ortiz, para que dicho error se corrija
antes que sea demasiado tarde. Esta
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mujer, quién además de artista visual e
intérprete, es activista por los derechos
de la comunidad, trabaja en la defensa,
recuperación y conservación de estos
caminos y del patrimonio arqueoló-
gico, natural, material e inmaterial.
María Alejandra desde su incansa-
ble labor, hace un llamado a que cada
vez más personas se interesen y par-
ticipen con su presencia en los sende-
ros para generar tejido social, sentido
de pertenencia, sensibilización sobre
el valor patrimonial del territorio y
de todo lo que en él habita. De igual
manera invita a promover estrategias

Recorrer los caminos es hacer un viaje a la historia y una inmersión profunda en la naturaleza.
de turismo eco responsable para pro-
teger los caminos ancestrales, pilares
fundamentales para el desarrollo del
turismo sostenible, ya que son uno de
los grandes atractivos de este territo-
rio. El hecho de cambiar, interrumpir
Atisbe
B A R I C H A R A
📷 María Alejandra Holguín
o destruir los caminos, constituye una
pérdida patrimonial irreparable, por
ello es fundamental que la ciudadanía
se movilice y que haga parte de los acto-
res territoriales que protejan y reconoz-
can los bienes de interés cultural.
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 Atisbe
B A R I C H A R A
Un neurótico en Barichara
¡Buenas, buenas! Que calor tan infer-
nal hace estos días. Ando sudando la
gota gorda sin parar y mi neurosis ya
no está alborotada sino recalentada.
Estoy aprovechando para darme
las últimas duchas antes que empiecen
los racionamientos de agua y ahí si ni
modo. No solo yo sino ustedes, tam-
bién tendrán que vivir como lo hacía
el Rey Sol.
Ya me estoy aprovi-
sionando de colonias y
desodorantes, porque
el racionamiento de
agua que viene será
más severo que nunca.
¡No estoy exagerando!
Ya sé que también me
dicen el rey de la exage-
ración, del desocupe y
el pesimismo extremo.
No señores, eso no soy yo. ¡Eso sí, soy
el que les dice las cosas a todos como
son! Averigüen cómo ha sido la vida en
Bari, sobre todo los recién llegados, con
la poca agua que ponen en las madru-
gadas y por pocas horas, además llega
con muy baja presión, amarilla, blanca
y hasta con espuma. Parece mentira lo
16
que les cuento, pero es la turbia rea-
lidad. Ya me compré mi reloj desper-
tador, les recomiendo hagan lo mismo,
también unas gafas de sol, porque el
trasnocho será tenaz cuando la alarma
suene y tengan que despertarse y salir
pitados a recoger agua y hacer los ofi-
cios a contrarreloj, porque no crean
que tendrán agua por largas horas, y
eso sí, sepan que serán
hasta tres y cuatro días
los que pasarán hasta
que vuelvan a poner el
agua amarillenta.
Mucha paciencia
con eso, porque sé que
a más de uno le van a
dar ganas de tirar la
toalla y salir corriendo
de aquí, cuando lo
que hay que hacer es
unirse y pedir que de una vez por
todas mejoren el acueducto y que de
paso instalen canecas para las basu-
ras en las calles, porque como vamos,
Barichara ya no será el pueblito más
lindo de Colombia sino el más afec-
tado por el verano, descuidado, y con
más neuróticos de todo el país.
 Atisbe
B A R I C H A R A
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Terapias holísticas
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 Atisbe
B A R I C H A R A
Primera edición Cien años de soledad
Por: Mariana Espinosa Bleier
Cien años de soledad cambió la percepción de
los colombianos sobre el país, develando
una naturaleza inherente a su cultura que
no había podido ser entendida por la rigidez
de sus oficialismos provincianos. Esta obra
desarrolla un relato que, entre la realidad y la
ensoñación fantástica, permite transitar por
los caminos de la memoria y escuchar voces
que durante siglos fueron silenciadas por los
estamentos oficiales. La creación de Gabriel
García Márquez –Gabo como se le conocía- le
dio una nueva conciencia histórica al país a
través de la genealogía de la familia Buendía,
del incesto, la violencia, las guerras civiles, la
tristeza, el lastre de las herencias familiares,
las celebraciones, los ritos y los mitos con los
que convive la sociedad para sobrevivir a la
soledad de cada individuo.
Escritor, periodista, editor y guionista,
Gabo comenzó su carrera escribiendo para
el diario El Universal mientras estudiaba
derecho en la universidad Nacional en
Bogotá, de donde se retiró para trasladarse
a Cartagena. Desistió de terminar la carrera
para dedicarse de lleno al periodismo
y continuó trabajando para El Heraldo,
convirtiéndose simultáneamente en
miembro activo del Grupo de Barranquilla
conformado por importantes miembros
de la sociedad intelectual y social de la
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ciudad como Álvaro Cepeda Samudio, Julio
Mario Santo Domingo, Alejandro Obregón
y Alfonso Fuenmayor, entre otros, lo que
marcaría su formación de manera definitiva.
En 1955, radicado nuevamente en Bogotá,
publicó en 14 entregas Relato de un Náufrago en
el diario El Espectador y por la controversia
suscitada con el desenlace de la crónica, que
contradecía la versión oficial de los hechos,
decidió irse a Paris donde vivió por algunos
años. Durante su vida habitó diferentes
ciudades como Nueva York, Bogotá,
Ciudad de México y La Habana, que le
enriquecieron su visión sobre las sociedades
en Latinoamérica y el concepto de familia.
En su primer libro La Hojarasca aparece por
primera vez mencionado Macondo, el pueblo
ficticio donde se desarrollarían varias de las
novelas del escritor.
La idea original del libro surgió durante
un viaje en compañía de su madre a su natal
Aracataca en 1952, aunque no fue hasta 1967
que se publicó por primera vez estando
radicado en México. La cultura de ese país
enriqueció la producción literaria de García
Márquez, donde rodeándose de un selecto
grupo de intelectuales, entre ellos Carlos
Fuentes, se conmocionaba con las creaciones
de Juan Rulfo, de quien afirmaba “haber
aprendido a escribir de otro modo”. Fue
precisamente ese ambiente el que le permitió
la inspiración definitiva para convertir una
novela incipiente llamada La Casa, que
llevaba varios años intentando terminar, en
una de las obras maestras de la literatura.
Durante diez y ocho meses estuvo
prác t ic a mente enc er rado en un
pequeño estudio en su casa, al que sus
amigos llamaron “la cueva de la mafia”,
escribiendo sin descanso. Allí, pese a sus
quebrantos financieros y las deudas que se
acumulaban, fue dando forma a Macondo y
al linaje de los Buendía, una de las mejores
historias de todos los tiempos.
El escritor y su esposa Mercedes Barcha
enviaron desde México a la editorial argen-
tina Sudamericana inicialmente sólo la
mitad del manuscrito, pues no tenían sufi-
ciente dinero para remitirlo en su totalidad.
Luego de empeñar los últimos electrodomés-
ticos que les quedaban –entre ellos el calen-
tador de Gabo quien afirmaba que podía
escribir en cualquier circunstancia menos
con frío- enviaron el resto de la obra. Al salir
del correo Mercedes le dijo a Gabo “Ahora lo
único que falta es que esta novela sea mala”.
El junio de 1967 salió a la venta Cien años de
soledad con una tirada de 8000 ejemplares,
pero fue tan grande el éxito que hubo una
segunda edición casi inmediatamente. En
1968 se tradujo al francés y al alemán, y en
la actualidad está traducido a más de 40
idiomas. García Márquez recibió el Premio
Nobel en 1982 por su obra completa, lo que
cambió para siempre a los colombianos,
quienes desde ese momento comenzaron a
estar orgullosos de su tierra, de su naciona-
lidad y a tener la certeza de que se podían
alcanzar grandes logros si se lo proponían.
Para el diseño de la portada de Cien
años de soledad, el artista hispano-mexicano
Vicente Rojo incorporó “elementos de uso
común y popular” que concordaban “con el
tono de la novela que, como sabemos, es una
obra riquísima”. Su trabajo se extravió en el
camino a la capital argentina por lo que la
diseñadora Iris Pagano tuvo que improvisar
una imagen de una embarcación en medio
de la selva sobre tres plantas amarillas.
Cien años de soledad le permitió a los
colombianos interpretar el mundo de una
manera distinta. Macondo dejó de ser un
pueblo ficticio del Caribe colombiano para
convertirse en una metáfora sobre la his-
toria del país. Para Carlos Fuentes García
Márquez “estableció las fronteras de la rea-
lidad dentro de un libro y las fronteras de
un libro dentro de la realidad”.
La primera edición de Cien años de sole-
dad cambió la historia de la literatura en
Colombia y tuvo un efecto trascendental
en la mentalidad de sus habitantes. Y es
que, como lo afirmó Borges, el libro es
“una extensión de la memoria y de la ima-
ginación”. Como objeto cultural este libro
recoge, preserva y prolonga las historias
que son testimonio del devenir del mundo,
de las realidades y de las utopías colombia-
nas, de lo que proyectan como nación, de
su pasado y de su futuro.
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CSSI tecnología e innovación

El Centro de servicios y soluciones informáticas

(CSSI Telecomunicaciones SAS), se ha
consolidado como una de las empresas líderes
proveedoras de internet residencial
y corporativo en el municipio.

Bajo la premisa de disminuir la brecha tecnológicos entre los que se encuentran

digital, Javier Horacio Amaya, su fun-
dador, trabaja desde 2015 para prestar
este servicio que funciona por medio
de radioenlaces, es decir a través de la
transmisión de ondas de una antena a
otra; esta tecnología no requiere gran-
des cableados, lo que le permite llegar a
las veredas y operar en el casco urbano
sin los inconvenientes de la fibra óptica
que altera el paisaje urbano de Barichara
(Art. 24 PEMP). Adicionalmente cuenta
con infraestructura propia que posibi-
lita diseñar planes a la medida de las
necesidades específicas de sus clientes.
CSSI se destaca por un excelente ser-
servicios de televisión satelital, televi-
sión digital terrestre, cámaras de segu-
ridad e implementación de cableado
estructurado. El Centro de Servicios y
Soluciones Informáticas, ofrece además
impresión de planos en plotter, impre-
sión en gran formato y servicios tecno-
lógicos complementarios.
Oficina de atención al cliente:
carrera 5 # 6-53, barrio Comercio.

vicio al cliente y cumple con los estánda- Horario de servicio: lunes a sábado de
7:30 a.m. a 12.00 m. y de 2:00 p.m. a 7:00 p.m.
res de calidad exigidos por las entidades
Teléfonos: 3142 283 275 | 322 307 7011
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