Cátedra: Rieznik Profesor: Pablo Rieznik Unidad V – Una clave de nuestro tiempo: la restauración capitalista
Profesor: A pesar de las idas y venidas de este cuatrimestre, en principio, estamos
cumpliendo de manera bastante ordenada, para nuestro gusto, el conjunto del programa. Hoy nos toca abordar el final de la quinta unidad, que empezó la clase anterior examinando el período llamado, o mal llamado, de los “treinta años gloriosos”. Y la clase de hoy gira en torno a al llamada restauración capitalista. Pero todo la unidad tiene una lógica que es un examen de la última parte del siglo XX, cuyo título invita a ser respondido, y que está en forma de interrogante, de una manera positiva. Porque dice: ¿renacimiento del capitalismo? Y tal como está estructurado en principio casi induce a decir que si, de que estamos frente a una especie de nuevo nacimiento. Sin embargo, ustedes habrán visto en la clase de Pablo Heller que esta aparente respuesta nosotros la cuestionamos y tendemos a dar una versión de los hechos y a deducir de lo que pasó consecuencias, resultados, lecciones, caracterizaciones, que no tienen que ver con lo que habitualmente sucede. Por supuesto, la respuesta puramente negativa de que no renace el capitalismo también suena de una manera rara, frente a la cuestión vamos a desarrollar hoy e inclusive yo no tendría ningún problema en que pongamos signos de duda, porque frente a lo que está pasando parece realmente que el panorama es de una característica que no es propia de lo que esperaría un socialista o alguien que quiera acabar con el capitalismo, basta mirar lo que está pasando en China. Por lo tanto, la introducción que les presento es para hacer un poquitito más controvertido el tema que vamos a analizar y eventualmente sugerir entre nosotros algún debate. Ciertamente la cuestión de la restauración capitalista es él tema del final del siglo XX y tiene una característica realmente abrumadoras e inclusive presenta la cuestión inicial de cómo abordarlo. Y está bien, que un estilo narrativo, más literario que histórico riguroso, uno le dé al tema de la restauración un tinte de misterioso de opaco porque es realmente una inversión, este es el gran tema, en el siglo histórico de la evolución de acontecimientos muy profundos y muy importantes. Inclusive desde el punto de vista metodológico, para abordar esto de la historia como presente en su sentido inmediatamente actual, el texto que está el la bibliografía es en un texto que ya su título parece totalmente misterioso y opaco y ajeno totalmente a la academia. Dar para entender este fenómeno un documento que se llama Tesis de la IV Internacional, parece más propio de gente que perdió la razón, que de un profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, pero eso no se nos escapa, pero está bien que sea así, que haya algo que no puede ser catalogado totalmente o exactamente como científico. En el sentido que a veces tiene de malo o de negativo la palabra. Ayer leí un texto sobre esto, de un metodólogo norteamericano que hacía alusión al nacimiento de la matemática en Grecia, y decía que lógicamente el conocimiento no nació con la ciencia, que él identifica con el surgimiento de la matemática entonces, los hombres ya conocían las flores, los minerales, las estrellas, pero siempre estaban avisados o prevenidos contra el hecho de que todo lo que conocían podía llegar a cambiar. En cambio cuando Tales y Pitágoras fundan la matemática parece que se encuentra algo definitivo, porque todo puede cambiar, pero el hecho de que la raíz cuadrada de dos no es un número entero, no va a cambiar nunca. Y la demostración aportaba algo de absoluto y universal que antes no había. Y esto lo cito ahora porque este metodólogo, hablando bien del nacimiento de la ciencia, le da a la ciencia ese carácter de absolutismo que nosotros cuestionamos acá y al cuestionar lo absoluto y lo universal se introduce necesariamente la brecha de lo desconocido, de pisar sobre terrenos no seguros. De hacer del conocimiento algo no definitivo y hacerlo de esta manera al conocimiento más riguroso, fronterizo con el conocimiento menos riguroso, es decir, la ciencia no es la única manea de conocer. El arte es una forma de conocer, no es una ciencia pero si es una forma de conocer; el sentido común también y hago alusión a esto porque uno podría decir: las tesis de la IV internacional que vienen a hacer acá. Y bueno, ubíquenlo en este terreno, no de conocimiento vulgar, tampoco de arte, pero cuando uno está sobre la misma realidad está bien que tenga algo de misterio y de opacidad que tiene el conocimiento que no es exactamente científico, está bien esto. Porque estamos en el límite de la historia donde el conocer y el crear e intervenir en esta situación se hace uno solo, acá, al llegar a este punto, la cuestión del método para abordar la realidad es clave. Y entonces, no está mal que este texto lo demos ahora, en principio porque no hay otros textos y lo que se pretende riguroso, para entender la realidad más inmediata, se parece mucho más al conocimiento vulgar y a una inspiración artística, por el hecho de no ser un interpretación fiel de la realidad, que a otra cosa. Hemos puesto este texto porque no hay demasiados buenos textos que interpreten lo que está pasando y la historia como presente es un desafío, porque es también el presente como historia, porque el pasado es ahora y esto lo dijo en un reciente reportaje radial, alguien que reflexionado mucho sobre esta cuestión, no siempre acertadamente, que es León Rozitchner, y le preguntaron a donde está el pasado y él dijo ahora. Es decir, todo lo que fue está articulado ahora como resultado e intervenimos en ese proceso. Por lo tanto, al llegar al tema de la restauración capitalista llegamos a un núcleo clave en la expectativa de recoger la historia hacia atrás de una manera tal que tenga significado a partir de los problemas que vivimos, por aquella cita de Lucian Febvre, que vimos al principio de este curso, que decía que siempre es la vida la que interroga a la muerte para un historiador, que siempre el presente es el que ordena, en función de los intereses y necesidades, una determinada investigación del pasado. Pero el presente también es pasado, es un resultado determinado. Por lo tanto, el examen de este fenómeno debe tener esta dimensión, esta dimensión que tiene que ver con el misterio y con la opacidad. Ustedes piensen que difícilmente algún espectador del siglo XX, que precisamente fue cuestionado algún tiempo atrás por decir lo que iba a pasar, podría haber trazado un pronóstico de esta naturaleza. Inclusive, ya que hablamos del arte, hay muchas películas acerca de esto, de lo conmocionante y abrumador y misterioso de lo inmediato, que hace poco hubo una noticia de un tipo que se levantó de un coma después de veinte años en Polonia. Y entonces, claro, no entiende nada lo que pasa porque hoy Polonia está gobernada por dos hermanos gemelos fascistas, clericales, una cosa espantosa, y el tipo se durmió cuando Polonia estaba gobernada por un general comunista, lo cual ya eso era un problema. Y ahora se despertó y no solo es que no entiende lo que es un celular, sino, que en un terreno más a fin a lo que estamos tratando acá, el cambio dramático no sabe como interpretarlo. Pero está también esa película Good bye Lenin que hace alusión a algo parecido, pero esa es muy inmediata porque esa mujer, la protagonista de la película, sufre un ataque muy severo en los días en que estaba tramitándose la caída del muro de Berlín y queda impactada por la participación del hijo en una manifestación contra el comunismo de la Alemania Oriental, de la cual ella era una representante oficial y funcionaria. Y cuando se levanta el médico aconseja de que no la sometan a ninguna emoción violenta porque puede definitivamente morirse. Bueno, esta es la película después véanla, pero es una gran metáfora de las trasformaciones que se hacen en el curso de días, y ¿como no van a tener el signo de lo asombroso?!. Y ahora hay una más reciente que se llama La vida de los otros y es sobre la KGB en Alemania Oriental, peor!, yo les quería recomendar un libro, no se si ya lo hice, para ver lo que era la KGB, no ya en Rusia, sino a nivel internacional, que se llama La noche quedó atrás de Jan Valtín. Es un libro que uno lo agarra y no lo suelta hasta que lo termina. Y el que lo escribe es este Jan Valtin el cual era un elemento cooptado por la MKVD, la GPU lo que luego va a ser la KGB, es decir, los servicios secretos soviéticos, y para que ustedes tengan en cuenta que fue la KGB recuerden lo que señalé en la clase que dí en la carpa sobre el estalinismo ¿Cuánta gente mató Stalin? 11.000.000 de personas sin incluir las víctimas de la guerra. Fue una población tan enorme que Stalin no publicó el censo de 1937 por la caída demográfica que había producto de la represión. También, en otro libro, se señala cual era la proporción de la fuerza de trabajo que había en la vieja URSS bajo el control de los servicios de seguridad y que el autor, de este texto que les señalé en la carpa, lo llama trabajo esclavo. Y entonces la cifra es pavorosa, es el 25% del total del la fuerza de trabajo. O sea que los servicios del viejo y decaído imperio estaliniano eran cosa para temer. Y esta película, La vida de los otros, lo que tiene de interesante es el hecho de que es en 1985, y la película sigue hasta 1989, no les voy a contar la historia, por alguna razón este coronel de los servicios secretos, por no hacer bien una tarea termina desfenestrado y haciendo tareas menores, y en una de las escenas finales de la película él está en un cuartito, en el departamento de censuras, abriendo cartas con un sistema donde había una especie de vapor, entonces, mientras está haciendo eso viene uno y le dice: se calló el muro. Y entonces se levantan y se van, y la anécdota es lo absolutamente intrascendente de este espía caído en decadencia, abriendo cartas para censurarla, y se va y no vuelve más y termina luego trabajando como barrendero. Acá está la tragedia de una época y eso es abrumador, y tiene una cuota de misterio y de opacidad, si esto no es así , le quitamos a la historia un encanto que de ninguna manera se debe retirar si lo que queremos es hacer de lo que estudiamos algo apasionante. Y se los digo como contrapunto a lo que, en apariencia, se supone que esta cátedra es: que nos damos la cabeza contra la pared, que aplicamos un marxismo ortodoxo, que pretendemos encajar la realidad en ese marxismo ortodoxo. Entonces, para que vean que no toda apariencia es necesariamente revelación de lo que está por detrás.Y lo pongo de relieve para estudiar este fenómeno que hoy nos atrae. Cuando digo que la restauración capitalista es un signo de nuestro tiempo, lo digo, ahora si ya hecha esta presentación, en un sentido muy concreto y ustedes tengan en cuenta que el siglo XX está marcado en primer lugar por la revolución de 1917, que sustrae de la orbita de la explotación capitalista a un territorio enorme. Y en el año 1949 con la Revolución China es casi la mitad del planeta, geográficamente hablando, la que queda fuera de los negocios del gran capital y en la etapa de final de siglo, sin embargo, eso se revierte de una manera tan enorme que como nunca antes el capitalismo realiza, lo que Marx llama en el tercer tomo del Capital, su misión histórica. Con la única excepción, y cuando lo digo así es porque ya casi no tiene sentido, de Cuba. Y mucho se habla de que va a pasar con Cuba que hasta Bush se reunión con el Papa para ver que hacían porque se está muriendo Fidel. Entonces es una reversión enorme y es también una tragedia humana; en esto se han hundido destinos humanos a lo largo del siglo XX. Y ahora está todo tan confuso que el otro día le hicieron un reportaje al primer legislador de Macri , un hombre de esta casa vinculado a las ciencias de la educación Mariano Narodovski, y ¿de donde viene? Viene del PC, y entonces cuando a Macri le preguntan si es de derecha, miren la lista, y en eso terminaron los progresistas, con Macri. Y fueron muchas las almas que siguieron ese camino de asociarse para ir hacia un mundo mejor, de fraternidad, de convivencia entre los pueblos, de finalizar con la explotación del hombre por el hombre, etc. Y todo eso se derrumbó, esta es la presentación del problema y posiblemente sea una catástrofe civilizatoria sin parangón. Y yo asocio esta catástrofe civilizatoria a este derrumbe de vidas, pasiones e ideales humanos. Y cuando digo tragedia se me ocurre también unirlo a la tragedia material que se dio en la URSS con la restauración, es difícil, encontrar un proceso de destrucción de fuerzas productiva y de hombres, fuera de una guerra, tan terrible como el que pasó en el viejo territorio de los zares desde 1991 en adelante, cuando se disuelve la URSS. Ha caído la esperanza de vida, etc, etc. Entonces esto es una marca indeleble en el siglo XX y en la historia contemporánea. Y se terminó. Y del lado de los teóricos del capitalismo hasta se ha dicho que lo que se ha terminado es la historia, como el famoso libro de Fukuyama en los ‘90, y ahora está todo tan confuso, que parece que ya no hay más derecha en el mundo sino que son todos progresistas, el otro día pasé por un librería y vi que Fukuyama ahora sacó un libro contra Bush. Pero bueno gastar 40 o 50 pesos en Fukuyama contra Bush no vale la pena. Y este es un fenómeno mundial, los izquierdistas se hacen derechistas y los derechistas se hacen izquierdistas. Miren también el caso de Sarkozy ¿quién es su canciller ahora? Sarkozy dijo que venía a terminar con el Mayo del ‘68, lo cual es una empresa gigantesca porque viene a terminar con un ciclo histórico en Francia. Ustedes recordarán que yo dije una vez que es imposible entender lo que pasa en este país sin el 2001, y haciendo una especie de metáfora con mi gusto por materias de divulgación científica, dije que acá hay un ruido de fondo, en el país, como el ruido del Big Bang. Hace poco encontraron el ruido de fondo del Big Bang, es decir, de aquella explosión originaria. Y el espacio todavía vibra como resultado de esa explosión. Y en este país, en tiempos muchos más cercanos, a la del origen del universo, las vibraciones del argentinazo están todavía presente. Es decir, sino hubiera habido argentinazo no pasaría que nombran a un rector en un colegio y cuando va a entrar los pibes le dicen: No, no entra. En general esto no pasa en ninguna otra latitud donde las cosas se desenvuelven con cierta normalidad y no haya este ruido de fondo. Tampoco existiría la asamblea de Gualeguaychú. Y nadie entiende por qué pasa esto, entonces, vengan a Filosofía y Letras que algunos locos explican el llamado ruido de fondo del argentinazo. Pero este ruido de fondo hace alusión a la densidad, al peso, de fenómenos históricos y lo traje a colación porque Sarkozy dice que hay que terminar con el ‘68. Es decir, Francia se descarrió cuando dijeron: “pidamos lo imposible”. Miren si será un ruido de fondo que ahora un idiota, casi lindante en la oligofrenia mental, y así yo llamo a “mi amigo” Daniel Filmus, repite ese lema que fue adoptado por Niké: Nada es imposible. Entonces, los ruidos de fondo son muy importantes, pero Sarkozy ¿a quién lleva de candidato? A un ilustre socialistas del partido de Segolene Royal, la candidata que fue derrotada por Sarkozy, hasta el jefe de campaña de Royal fue incorporado por Sarkozy. Entonces, todo esto lo digo para ver como se mezcló todo y esta mezcla no es indisociable de esa especie de implosión, de los acontecimientos de 1990-91 y del completo descalabro de todos los parámetros de la historia del final del siglo XX que están involucrados en este problema de la restauración capitalista. Lo cual, y lo dice en el trabajo que ustedes tienen para leer, es el síntoma de una regresión histórica. Y con todo lo que yo dije hasta ahora creo haber señalado desde diversos ángulos la sensación viva que debiera suscitar el tema de la clase de hoy. Dicho todo esto en primer lugar, hay que decir, en segundo lugar, que el problema de la restauración del capitalismo en la vieja URSS no es para nada un novedad, después de todo lo que dije, no es un novedad. Si el capitalismo podía volver a esas extensas tierras tan opuestas, al lugar donde nosotros vivimos, en algún momento, es algo que se discute desde antes de la Revolución Rusa, porque antes de esta revolución hasta se discutió si el capitalismo podía existir en Rusia. Fue una discusión hecha alrededor del singular atraso histórico de la evolución en el territorio de los zares. Y entonces cuando en Europa occidental ya el capitalismo daba signos de agotamiento y ellos todavía estaban en la época feudal, se empezó a discutir si a lo mejor no se podía saltar el capitalismo. Esa fue la discusión que hicieron en su momento Marx y el traductor del Capital al ruso y del cual tuvimos noticias en este curso cuando hablamos de modos de producción. Siempre se discutió como podía regir el capitalismo en Rusia y en un sentido más inmediato, antes de la revolución, los que discutieron si una revolución podía subsistir o dar paso eventualmente a un retroceso, fueron los que dirigieron la revolución. Es decir, lo bolcheviques discutieron que pasaba si la revolución no se extendía y llegaron a la conclusión de que podía haber un retroceso. O sea, nunca creyeron que podían triunfar o seguir adelante con esta revolución si no era el episodio de un fenómeno histórico mucho más amplio; si no era simplemente el eslabón de una cadena que se rompía sino que tenía que romperse integralmente. Con posterioridad, ya dí dos instancias históricas, la de Marx y Engels y la de los bolcheviques y si ustedes quieren también la de los socialistas en general durante el curso revolucionario; con la NEP también no fueron pocos lo que dijeron con esto estamos volviendo al capitalismo y de hecho era así. Es decir, se puede decir, históricamente hablando, que nunca hubo tanto capitalismo en Rusia como después de la revolución, con las debidas aclaraciones no, el capitalismo existió después de la revolución socialista de octubre, el contexto de aislamiento, etc, etc,. Y ese fue el problema de la NEP, sino, no hubieran discutido nada por qué se reintroducían relaciones de tipo capitalista. Se discutía sobre si debía haber capitalismo de Estado, esto lo pueden ver en el texto de Gerratana. Y esta idea del capitalismo de Estado luego es retomada por los maoístas que todavía dicen que el capitalismo volvió a al URSS en 1956 con Krushev. Naturalmente no me interesa seguir ahora con esta polémica, sino, darle las evidencias de que no se trata de una novedad porque todo el tiempo se pensó y se discutió sobre el capitalismo en Rusia. La manera más sutil, en que se introdujo este problema, fue en planteamientos de la época de la llamada coexistencia pacífica, esa gran luna de miel que en algún momento fueron los mal llamados “treinta años gloriosos”. Y se hablaba de la convergencia de sistemas y entonces no era tan distinto el capitalismo del socialismo, había elementos del capitalismo en la vieja URSS y había elementos de socialismo y planificación en el capitalismo e iba todo hacia una especie de encuentro y de sistema mundial. Entonces no era una novedad. Naturalmente, y para concluir esta segunda cuestión de que no es un novedad, el que más cuidadosamente señaló que la URSS podía replantear su curso capitalista, fue Trotsky en el año 1936 en La revolución traicionada. Aquí él describe con lujo de detalles, después de analizar el régimen burocrático estaliniano, las alternativas de un pronóstico histórico sobre su evolución. Y dice que el estalinismo se caracteriza por ser un hecho que no tiene raíces en la historia, es una capa burocrática que no tiene propiedad y si se quiere afirmar tiene que restaurar el capitalismo. Y si la humanidad avanza y movimiento obrero avanza será superada por la revolución política que terminará dando a la propiedad social una real gestión social. Entonces, en páginas memorable del año ‘36 dice: si se da esta variante, si bajo el impulso de un movimiento obrero ascendente, alguna nueva guerra, ojo que en el ’36 estamos a tres año de la segunda guerra, y esa segunda guerra podía conmocionar el mundo y dar vuelta los viejos parámetros, y de esa circunstancia podía renacer contra esa burocracia objetiva que acabo de describir, una gestión social de los medios de producción con una clase obrera recuperando el control y el manejo de la propiedad social; podía ser. Y en esas páginas él dice que si esta variante se da va a ser menos costosa que la variante de reconstituir la propiedad capitalistas, eso sería un proceso de alcances terribles y daría lugar a un retroceso de características civilizatorias. Y esto hay que tenerlo en cuenta aunque esa contrarrevolución aparezca detrás de un disfraz liberal, él lo va describiendo con mucho cuidado y parece que está describiendo la Perestroika, el período de Gorvachov de cierto liberalismo. Es una radiografía impresionante. Así que con todo lo que tiene de impactante, trágico, abrumador, misterioso, el proceso de la restauración no es algo que puede decirse que sea novedoso en el sentido de que nunca fue abordado como posibilidad sino que siempre fue abordado como realidad y la realidad siempre es novedosa por definición, siempre agrega algún elemento nuevo y un contexto que había podido ser previsto y siempre hay que volver para recaracterizar para analizar y eventualmente actuar o participar. Pero fue un tema largamente planteado en la historia del siglo XX. Y está bien que digamos esto para introducir a un tercer punto, en el sentido que en los hechos, la restauración, no ya como pronóstico, haya sido de una dinámica de larga duración, es decir, que se arrastra hace ya varias décadas y que tiene su origen primero en su aislamiento y luego en la posterior degeneración de la revolución de 1917. Y dio lugar a ese resultado tan contradictorio, tan imprevisto y totalmente novedoso y que hay que aclarar que la revolución del ‘17 fue socialista porque llevó al poder a la clase obrera y porque expropió al capital, no fue socialistas en el sentido de haber impuesto un régimen, un modo de producción superior al capitalismo. Pero aislada no pudo ser derrotada hasta el final y entonces se produjo ese proceso contradictorio de degeneración, sin embargo, esa base social, esa centralización de los medios de producción le dio a la URSS, bajo esta forma contradictoria, totalitaria, convirtiendo a la URSS en una gran cárcel, un desarrollo de las fuerzas productivas bastante importante, con toda seguridad hasta la década del ‘50. Y esto se revela en el hecho de que era una país que no era nada en el peso económico del universo de la sociedad de burguesa del siglo XVII al XIX, había quedado muy atrás y de repente se convirtió en una potencia mundial, pero ya para el año 1953 estamos en el límite de estas posibilidades. Y este es un punto interesante de análisis para los historiadores, es decir, en que punto de la expansión de algo se llega a un límite y se empieza a retroceder. Este es un tema muy poco tocado en la historia, el estudio de la decadencia. Hay un libro de Cippolla sobre los viejos imperios y ahí se estudia algo de eso en relación a cuando se empiezan a venir a bajo los imperios y surge esta idea de cuando mucho se abarca poco se aprieta. Y entonces empieza a haber un retroceso, y en este punto parece haberse encontrado la URSS en el año ‘53 cuando hubo que empezar a desarmar toda esa maquinaria sobre el trabajo esclavo y opresión, hubo que desarmarlo porque explotaba solo. Y ahora quiero tomarlo desde otro lado porque el año ‘53 coincide con la primera revolución, insurgencia obrera, contra el dominio de la burocracia estalinista después de la derrota de la Oposición de Izquierda a finales de la década del ‘20. Como ustedes saben la Oposición de Izquierda fue prohibida, Trotsky perseguido y asesinado en Mexico y luego la paz de los cementerios. Por eso vuelvo a recomendar el libro de Valtin para que vean el accionar de la policía secreta de Stalin, y esto es también parte de la historia Argentina, porque el PC argentino actuaba incondicionalmente bajo las ordenes de Stalin, por lo menos sus principales dirigentes, como Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi. Y cuando digo incondicionalmente digo que Codovilla cuando había que ir a matar a anarquistas y trotskistas en la guerra civil en España agarraba y decía: che vos andá a España a matar trotskistas y anarquistas. Y así actuaban los servicios secretos soviéticos. Pero todo esto viene a cuenta de que en el ‘53 aparentemente esto llegó a un límite y más allá de las interpretaciones con lo que tiene que ver con la extensión represiva de este aparato infernal, hay otro elemento que tiene que ver con las movilizaciones obreras que empiezan contra el régimen estaliniano y ya no paran más. Y primero se da en todos lo países satélites de la URSS donde el dominio del aparato era más débil, eran los países que fueron expropiados con el avance del Ejercito Rojo luego de la posguerra. Entonces en el ‘53 se produce una movilización de los obreros de la construcción en Berlín Oriental y de ahí no paran. Las más famosas son tres años después en el ‘56, tanto en Hungría como en Polonia. Luego en Checoslovaquia en la década del ‘60, la famosa “Primavera de Praga”. Es decir, empieza un fenómeno que nos permite identificar ahora, o situar desde el análisis histórico, la rebelión obrera como la rebelión, en estos Estados, contra el límite al cual había llegado el aparato totalitario en el esfuerzo por mantenerse en el poder. Límite en el sentido de paralizar el desarrollo productivo y material en esos países, es decir, así como la rebelión obrera clásica en el capitalismo es, en los términos del famoso prefacio de Marx sobre modo de producción y fuerzas productivas, así como las rebeliones obreras en el capitalismo son una manifestación de las fuerzas productivas por liberarse del cerrojo que le imponen las relaciones capitalistas, estas rebeliones deben ser analizadas como una tentativa de quebrar el cerrojo de desarrollo de la fuerzas productivas que imponía el estalinismo. Y el gran desarrollo que inclusive se promovió bajo el estalinismo en la economía soviética, que le permitió transformarse en potencia, fue un desarrollo que avanzó como rayo en la medida que era extensivo, era un país que venía de la nada y con la centralización de recursos estatales y una mínima planificación, inclusive burocrática, se desarrollo una brutalidad. Pero luego, cuando ya el desarrollo implica tecnología y conocimiento en un grado mas elevado y sofisticación, la parálisis era enorme. No me he cansado de contar una conversación con un pariente mío a finales del ’70, que venía de un seminario en la vieja URSS, y entonces él había llegado allá y un colega ruso le pidió un texto que había llevado, y le dijo bueno te lo dejo y sacale fotocopias, y el ruso le pregunta: no te tenés vos una copia –no, no traje. Entonces dejá le dice el ruso y no hubo manera. La razón era que no podía sacar fotocopias, es decir, para sacar fotocopias tenía que pedir permiso al jefe de su sección, el jefe de su sección al jefe de departamento, y así sucesivamente hasta la KGB. Para sacar una fotocopia!!. Entonces lo de Gran Hermano no es por casualidad, la novela 1984 es una radiografía del estalinismo, Gran Hermano te miraba hasta cuando estabas en el baño haciendo tus necesidades, esa era la metáfora. No se podía hacer fotocopias, entonces ustedes se imaginan que las posibilidades de un desarrollo era imposible. Y doy todos estos elementos para entender por qué esta rebelión de los ‘50 y principios de los ‘60, era una rebelión de las fuerzas productivas contra el cerrojo totalitario y que empieza empalmar, de una manera históricamente concreta, distinta a la planteada por Trotsky en el ‘36, que era otro contexto, con movilizaciones en otras partes del mundo. Entonces, la idea de una crisis mundial empieza a tener un sentido concreto en esta época. Porque en el ‘68 empiezan una serie de rebeliones obreras en el mundo entero. Estamos en una década distinta a la década del ‘30. Hagamos una cosa paremos un rato acá y después seguimos.
(Receso)
Estábamos entonces en el tercer punto, para darle un poco de orden a la exposición,
primero presentamos el significado profundo de la restauración capitalista como fenómeno dominante de la historia presente; en segundo lugar señalamos que no se trata de una novedad en sentido de que el problema de la restauración capitalista, o más en general, de que las posibilidades del capitalismo y/o el socialismo en Rusia primero y en la URSS posteriormente, es un punto controvertido en las polémicas teórica y prácticas de los últimos cincuenta años. Concluyendo, de todos modos, con la posición muy fina intelectualmente de Trotsky en el año ‘36. Y habíamos comenzado, sobre esta base, el tercer punto, en el sentido de enfocar la cuestión que estamos examinando, como un fenómeno de larga duración, que naturalmente tiene que enlazarse y explicarse alrededor de las vicisitudes y contradicciones del proceso de victorias y derrotas de la revolución socialista del siglo XX. En este punto habíamos analizado el carácter muy específico que tiene, a partir de la década del ‘50, la resistencia concreta de la clase obrera en los países de tipo estaliniano contra la dominación burocrática . Entonces, habiendo llegado a este punto, dijimos que esto mostraba, de una manera concreta, en la arena de los hechos, el sentido profundo de la alternativa planteada por Trotsky en la Revolución traicionada: o el régimen burocrático, para estabilizar los privilegios de la burocracia, avanzaba hacia la reconstitución de la propiedad privada, o una insurgencia obrera como parte de un movimiento más amplio a nivel internacional, daba cuenta del fenómeno burocrático como algo transitorio y excepcional y abría paso a un gobierno de los trabajadores y a una apropiación social de la gestión social ya establecida. Pero cuando esto se produce, a partir de la década del ‘60 en particular, ya el movimiento obrero del llamado Este se junta con el movimiento obrero que se levanta en los países del Oeste. Si bien el ‘68 aparece en la superficie de las literaturas de la época, identificado con un movimiento estudiantil en realidad tiene que ver con un agotamiento de eso que ustedes examinaron en la clase anterior con los “treinta años gloriosos”, es decir, es algo más profundo y tiene que ver con manifestaciones de movimientos de masas de mucha mayor amplitud de la que tiene que ver con los estudiantes. Es cierto que los estudiantes se levantan también en EE.UU.; son el síntoma de la extensión de movilizaciones más vastas que se conocen por la lucha por la extensión de los derechos civiles y que va a empalmar luego con la gran resistencia a la guerra de Vietnam. En relación a esto les recomiendo el libro de Norman Mailer, Los ejércitos de la noche, y es interesante porque no solo relata las características muy amplias de esa movilización al Pentágono, en la cual él termina preso, sino, que también es un movimiento que tiene raíces antiestalinianas muy marcadas y que es una asimilación de la experiencia, a su modo, sin plantear una salida definitiva, totalitaria, represiva de la burocracia del este. Naturalmente cito EE.UU. porque el ‘68 está asociado a Paris, la propia rebelión estudiantil de aquella época se vincula en las más diversas latitudes, incluso América Latina. Pero también indica un resurgimiento del movimiento obrero que va mucho más allá de un simple estudiantina de hecho en Francia del ‘68 tenemos la primera huelga general de posguerra, con el régimen de De Gaulle. Y en nuestro propio país tenemos el Cordobazo y entonces ya en esta época comienza a plantearse el significado o el alcance de una crisis mundial a la cual se integre ese proceso de resistencia obrera en los países de Este. Este es el contexto, no es ya el ‘36, es decir, el nuevo escenario histórico es después de la guerra. La guerra no dio lugar a satisfacer las expectativas, que antes mencione, que Trotsky podía tener sobre la propia guerra cuando escribió en el ‘36. Y en el ‘38 Trotsky funda la IV Internacional y lo menciono para que ustedes tengan en cuenta como actuaba él teniendo en cuenta su propia historia vivida, él vivió la Primera Guerra, vivió la Revolución Rusa. Esta revolución da lugar a la III Internacional, habiéndose agotado la segunda por los motivos ya desarrollados en este curso, y la idea era fundarla en Alemania, en Berlín, porque era el instrumento de salida a la catástrofe de la Primera Guerra. La III Internacional degenera con el estalinismo y de hecho casi deja de reunirse. Y como resultado de la guerra se termina disolviendo ya en el cuadro de la coexistencia pacífica. Pero en el ‘38 Trotsky ya ve el anuncio de lo que va a ser la segunda gran hecatombe del siglo y de las grandes hecatombes pueden salir las grandes revoluciones y para desarrollar esa eventualidad el funda la IV Internacional. En una situación de debilidad pavorosa. Pero estoy retratando el fenómeno vivo de cómo intervenir en un proceso que él ya había trazado antes en el libro del ‘36. Al hacerles este relato no quiero dejarles de mencionar que las revoluciones que examinamos en el siglo XX son las primeras revoluciones hechas con la conciencia de una dirección determinada por aquellos que las dirigen. Preparadas, armadas y pronosticadas con el rigor de la ciencia. Pero ese contexto pasa y otra vez la realidad supera cualquier teoría y la revolución no da pie ni a la revolución ni a la contrarrevolución, sino, a un equilibrio. Y acá hay mucho que analizar en relación a los “treinta gloriosos”, Vidal Villa, un autor que tienen ustedes para leer, dice que: los “treinta gloriosos” coinciden con el mayor retroceso capitalista del siglo XX, cuando en realidad están asociados a la gloria y, sin embargo, algo de razón tiene, porque el terreno de la expropiación del capital en esa época llega hasta Berlín. Llega de un modo tangible y concreto hasta Berlín porque, luego de los acuerdos de Yalta y de Potsdam, queda dentro de Europa comunista y ahí se establece la capital de la “coexistencia pacífica”. Pero avanzan hasta ahí, y luego viene China en el ‘49 y después en el ‘50, que se dice que fue un bache en la coexistencia pacífica, Corea. Es decir, si uno pinta con colores el mundo y rojo es el avance contra el capital y amarillo el del capital vemos que la pintura de los “treinta gloriosos” es un avance del rojo sobre el amarillo. De esta manera la lectura de los “treinta gloriosos” tiene otra característica. Y de hecho en el ‘62 el rojo llega hasta Cuba, es decir, hace pie en América Latina y el Che Guevara habla en Punta del Este, viéndolo en retrospectiva la verdad que es extraordinario. El Che Guevara en el Conrad hablando frente a un conjunto de burócratas escuchándolo. Y entonces lo que queremos decir es que durante los famosos “treinta años gloriosos” nunca dejó de haber revoluciones, así que ¿de qué gloria nos están hablando en términos del capitalismo?. Era toda una época que podríamos decir que era todo lo contrario a ese libro de Rivera, La revolución es un sueño eterno. No, acá no, acá era la vigilia de todos los días. El otro día yo me encontré con un compañero al cual le pregunté, cuando yo tenía 19 años, saliendo de la facultad, ¿cuando estimaban ellos que iban a tonar el poder?. Si hoy alguien hace ese tipo de pregunta lo miran como si estuviera totalmente del tomate y lo invitan a que se desintoxique, pero, en esa época, lo que yo estoy contando, era parte de la vivencia cotidiana y tiene que ver con lo de la cartografía y era el final de los “treinta gloriosos”. Y ya Pablo les habrá señalado que el texto de Holloway al respecto es muy limitado porque no ve todo este proceso político, es decir, los “treinta gloriosos” no fueron paridos por un régimen fabril por el cual la tasa de plusvalía aumentaba y el obrero fordista se transformaba. No. Los “treinta gloriosos” se armaron alrededor de la conferencias de Yalta y de Potsdam sino no hay “treinta gloriosos”. Y fueron un empate histórico terrible, ni revolución ni contrarrevolución, por eso digo también que en ese contexto tampoco se cumplió el pronóstico del ‘36 y entonces se arrastró todo en una nueva etapa, la posguerra, y en el ‘68 recién va a florecer todo de nuevo. Y la insurgencia obrera en el Este forma parte de esto y replantea el lugar del estalinismo en la lucha contra el capitalismo. Y en definitiva, lo que quiero señalar, es que este proceso de larga duración se desenvuelve hasta un punto tal que el desequilibrio en los países del Este se tiende a unificar con un proceso de crisis política más general al final del proceso de los “treinta gloriosos”. Es decir, lo que no se pudo hacer antes, revertir el estalinismo, ahora tiene que plantearse en el contexto de una situación diferente. Y cuando hablo del final de los “treinta gloriosos” hablo de un final que coincide con un estallido de orden político y social, no económico, esa es la limitación de Holloway. La limitación de Holloway en la interpretación del keynesianismo está al principio y está al final. Al principio está en su excesivo énfasis en los factores económicos e inclusive de lucha de clase pero en un plano puramente fabril porque Holloway desprecia la política. Ustedes saben que Holloway es de esos que dicen que no hay que tomar el poder. Entonces, en sus análisis como teórico tiende a despreciar lo político, por eso no tiene en cuenta la colaboración contrarrevolucionaria entre la burocracia estaliniana y el imperialismo para dividirse el mundo. Pero Holloway también le erra cuando analiza el final de los “treinta gloriosos” porque dice que el keynesianismo se agotó e integrar a los obreros le empezó a salir muy caro. La tasa de explotación bajó, la tendencia de la tasa de ganancia decreció y pum! Tenemos la crisis del ‘75. No, es muy limitado, en realidad “los treinta años gloriosos” nunca fueron treinta y nunca fueron muy gloriosos y desde el final del ‘60, se empieza económicamente a agotar, pero en un cuadro de agotamiento social y político más bajo. Desde mediados de los ‘60 hay un larga agitación y convulsión social que prosigue hasta el año ‘75. Y entonces en el texto que ustedes tienen dice: “la restauración capitalista significa de conjunto, o sea con independencia de los resultados parciales y relativos que pueda tener en uno u otro país, una regresión histórica de fuerzas productivas impuestas por las relaciones sociales existentes”. Significa, en el cuadro de una crisis y agotamiento del capital, un reafirmamiento del capital que había llegado a este extremo de dificultades junto con sus socios de los países burocráticos. En realidad, el proceso de rebelión en los Estados obreros burocratizados, proceso de larga duración, culmina a hacia finales de los ‘70 y principios de los ‘80. En un caso con la revolución cultural china y en otro caso en Colonia con el enorme movimiento que fue Solidaridad. Y esto lo menciono ahora porque esa enorme tensión en los regímenes burocráticos mostró que ese empate a nivel mundial, y a nivel de los propios regímenes burocráticos, ya no podía subsistir más y a partir de allí queda abierto el período de restauración. Esto es lo que está planteado en la tesis Nº 2 del texto que tienen para leer: “la desintegración de los aparatos del Estado en China y en Polonia, en el marco de la revolución cultural en China y de las ocupaciones de fábrica de finales de los ‘70 en Polonia, marcaron los puntos de viraje que dejaron a los regímenes sociales, de los viejos Estados obreros degenerados, sin una tercera opción entre la restauración del capitalismo y la revolución proletaria”. La tensión había llegado a tal extremo que no había alternativa y esas crisis revolucionarias, que empiezan en la década del ‘50 y tiene su apogeo en la revolución cultural y en la Polonia de Lech Walesa, reflejaron el agotamiento del socialismo en un solo país y también el impass y agotamiento del capitalismo mundial. Y esas rebeliones tuvieron lugar en la década del ‘70, cuando el llamado boom económico de la posguerra se había agotado y una década después de la crisis internacional de 1971-75 inició una declinación económica relativa muy prolongada y extensa. Entonces, fíjense ustedes que contradicción, cuando el capitalismo agota todo lo que la guerra le podía dar y llega a una enorme crisis en el ‘75, enfrentando movilizaciones de todo tipo, cuando los viejos regímenes burocráticos trastabillan tras el impulso de un movimiento que parecía muy brutal en esa época, en ese mismo momento la curva no se inclina para dar un salida revolucionaria a esta situación sino para una salida de tipo contrarrevolucionaria. Y entonces comienza, junto a la declinación económica, la regresión histórica en los países del Este y esta contradicción que va a signar todo el proceso y va a mostrar a la restauración capitalista no como un accidente histórico, sino, como el resultado de una largo proceso de lucha de clases. La analogía que se puede hacer es con el principio del sigo XX, porque, al inicio, el siglo XX parecía un siglo de renacimiento, terminaba la segunda revolución industrial, el movimiento obrero terminaba integrándose al capitalismo, y ahora hay algo de parecido, está esta idea de renacimiento y de restauración. Sin embargo, las tendencias a las crisis son mucho más marcadas que en esa época. Lo cierto es que se combina una crisis muy profunda y una salida que no tiene nada de revolucionaria y así es como ha evolucionado la historia en el último período. Por otro lado, hay que entender también, que no fue solo el proceso de rebeliones obreras al interior de los países burocratizados lo que llevó a la desestructuración de los viejos Estados obreros sino que la propia burocracia trató de salvar su situación, que era cada vez más difícil, uniéndose o buscando el rescate del capitalismo occidental. No es un secreto que el endeudamiento de los países de la órbita soviética a comienzos de los ‘80 tenía signo muy parecidos al endeudamiento de los países de la periferia capitalista en la misma época. En esa época se empiezan a vincular los países del Este con el FMI, en el año 1975, momento de declive de los “treinta gloriosos”, en ese mismo momento se firma un tratado en Helsinki, entre el viejo régimen soviético y los países occidentales, en una especie de integración por el cual se garantiza, en nombre de la democracia, los derechos (todo lo que sirve de preámbulo para alguna porquería), un tránsito y circulación de mercaderías y bienes de capital entre las dos zonas. Y empieza todo un proceso de desintegración de la vieja economía estatizada y la apertura de una nueva frontera para la inversión capitalista. Entonces, de las cenizas empieza a renacer, en apariencia, un nuevo sistema. Cuando en 1989 se cae el muro y en 1991 se disuelve la vieja URSS hay un momento de enorme euforia en el capitalismo mundial, la Bolsa sube, parece que todo cambia para siempre, el peronismo se hace liberal. Y, no es un ejemplo al azar, porque Menem y la Argentina de los ‘90 fueron tomados casi como un paradigma de la nueva era que tenía sus manifestaciones en el mundo entero, se decía que era el fin de la historia y que los negocios capitalistas iban a ir siempre para adelante. Pero el hecho de la restauración capitalista en la vieja en la URSS, en vez de dar origen a una nueva era dio lugar casi a una vuelta a la edad de piedra. No dio lugar a nada de lo que se prometía sino a lo inverso. Y esto puede ser entendido como la mayor catástrofe económica del siglo porque entre 1990 y 1998 la producción en lo que era la URSS cayó hasta un 50% y tengan en cuenta que entre 1929 y 1933, la mayor crisis capitalistas del siglo XX, la producción en los EE.UU cayó un 25-30%. La esperanza de vida pasó en el ‘90 de 64 años a 56 años, es una especie de matanza en masa en un proceso económico y social, en principio no violento en los términos formales de una guerra. Y junto con eso una destrucción del potencial productivo que había acumulado la vieja URSS de alcances gigantescos. Esto tiene que ver con una realidad que es que estamos frente a una crisis capitalista mundial generalizada, y todo crisis como estas se caracterizan por tener sobreproducción. Y si el viejo aparato productivo de la URSS se hubiera potenciado la sobreproducción hubiera sido mucho más enorme y entonces la restauración debe ser entendida también como parte de una salida capitalistas a la crisis mundial. Porque hubo que depredar una parte entera del planeta para que el resto del sistema capitalista siguiera funcionando sino sobraba de todo, autos, aluminio, etc. Y entonces con esa depuración se pudo mantener, en un cuadro de reacción política general, el funcionamiento del capitalismo. Aún así, en el año 1998, este proceso da lugar a una fantástica crisis mundial de la cual se salió apenas en el año 2000. Porque el default más importante, antes del de Argentina, fue el de Rusia en el año 1998, se dejo de pagar la deuda y esto casi lleva al colapso de la bolsa de Wall Street. Por lo tanto, que la restauración capitalistas forma parte de todo un proceso de crisis mundial está en evidencia en todos esto hechos que estoy poniendo de relieve. Y así hemos llegado a el momento actual y cómo síntoma lo único que puedo dejar señalado es una imagen, así como en el ‘75 podía ser identificado como un helicóptero arriba de una embajada y el país era Vietnam y se escapa el último soldado, la imagen actual es esta foto de marzo de 2007 en donde dice que el desplome de la bolsa china causó un martes negro mundial. En marzo hubo una crisis muy importante en los mercados de todo el mundo alrededor de problemas que hay en al economía mundial que tienen a China y EE.UU. como puntos de referencias claves. Y esto vale como conclusión para entender el final de la tesis 3: “con la restauración capitalista la crisis mundial no se ha atenuado sino que se ha agudizado, el derrumbe de los viejos Estados obreros se produce en el marco de tendencias de la crisis capitalista mundial”. Es decir, estamos en una época de características muy catastróficas pero muy concretamente. No sé con que velocidad, no se con que ritmo, pero esta catástrofe se tiene que procesar. Y el dato clave de esta catástrofe es la pauperización de masas en todo el planeta a niveles que no tiene ningún tipo de comparación con ninguna otra época y el nivel criminalización del negocio capitalista. ¿A cuando asciende el tráfico de armas en el mundo? Un billón doscientos mil dólares, es decir, que se trafican armas en mas o menos diez veces lo que la Argentina produce en un año. Entonces, ahora uno volviendo para atrás ¿se podría decir, si se les preguntara, que Lenin y Trotsky se equivocaron? y yo creo que ellos hubieran dicho que en muchas cosas si. No en tomar el poder, si en la convicción de que podían ser acompañados por una revolución internacional, igual no hubieran renunciado a tomar el poder porque antes no lo sabían. Se equivocaron en la posibilidad de que se pudiera establecer una regla de producción y distribución más solidaria y fraternal entre los hombres en un contexto de tanta miseria. Hay una primera frase en la Revolución traicionada, en la primera página, que dice: “las expectativas que teníamos de la instauración de un sistema de distribución que podía ser realizado rápidamente, se demostraron imposible por un largo período”. ¿Se equivocaron en el sentido de que una vanguardia, organizada, disciplinada, etc, podía sobrepasar los límites materiales de la situación? Si, hasta cierto punto si. Y sin embargo, yo les digo que se equivocaron, pero si les preguntase si hubieran podido hacer otra cosa, seguramente me hubieran respondido que no. ¿Qué podrían haber hecho?. Eso tiene que ver con un enfoque de la realidad otra vez como historia presente. Nosotros aportamos algo, no somos lo demiurgos de la historia. Esta es una idea importante porque contrasta con un prejuicio que en general hay sobre los marxistas en el sentido de que nosotros construimos un partido y entonces nos sentimos los hacedores del porvenir. No. Se puede ayudar a hacer esto, si la humanidad tiene una salida. Y si ustedes me preguntan al final del curso si la humanidad tiene una salida mi respuesta es no sé. Pero no sé o si sé es una respuesta puramente pasiva, hay que probar, esperemos que sí y si hay que probar hay que organizarse de una determinada manera y después veremos. Esto que estoy diciendo ahora es lo mismo que, me parece a mi, me hubieran respondido ellos en ese momento. ¿Y para probar que hay que hacer? Conocer la realidad de tu época y del momento en que vivís. Yo ahora estoy releyendo muchas cosas sobre la historia de la revolución rusa, se cumplen 90 años y estoy trabajando en el tema, y si ustedes me preguntan, por ejemplo, si el azar intervino en la victoria de la Revolución Rusa. Les digo que sí intervino. Y, ya que empezamos con películas, la vida es un poco como la película de Woody Alen, Match Point. A mi maravilla como alguien puede desarrollar, no como explicación, no como análisis, no con las reglas de la lógica, sino como imagen, como creación artística, una cosa tan profunda. La película empieza con una pelota de tenis que rebota en una red y sube en cámara lenta y vos no sabés de que lado va a caer. Porque si cae para acá la historia es A y si cae para allá la historia es B. Y toda la película está construida para desarrollar esta idea, es decir, lo que suceda va a depender de si la pelota cayó de un lado o de otro. Entonces, toda la historia esta construida sobre que relación tiene el azar con la necesidad. Y esto lo menciono para que vean que el azar no es chiste y nunca un marxista puede considerarse un demiurgo de la historia en el sentido que él puede manejar la historia. Y entonces todo lo que yo señale en definitiva fue para sacar la conclusión de que la restauración capitalista cumplió aquello de que el capitalismo viene chorreando lodo y sangre, así vino a la URSS y así va a pasar en China, lo que pasa es que se sabe menos. Y la situación actual es una situación de catástrofe fenomenal. Es decir, la conclusión de este curso es filosófica, ¿yo les conté la anécdota del libro de Saramago, del profesor de historia? El hombre duplicado se llama el libro. Y se llama así porque el protagonista de repente se ve en una película y él nunca estuvo allí. Pero el tipo es un profesor de historia y un día en una reunión de profesores le dice a sus colegas: “yo tengo que contarles algo que todavía no he logrado resolver, ¿la historia como se explica, de atrás para adelante o de adelante para atrás?”.Y entonces como es que hay que explicar la historia, es un problema que no tiene mucha solución. Porqué de adelante para atrás naturalmente tiene como riesgo lo dogmático, lo que uno quiere imponer al pasado como norma de un presente que uno quiere ordenar caprichosamente. Y hacerlo de atrás para adelante tiene la desventaja de sin ton ni son, porque cómo cuento de atrás para adelante, siempre tengo que seleccionar algo, sino, soy como el cartógrafo de Borges, hago una historia tan monumental que no me alcanzan ni los libros, ni los papeles, ni las lapiceras, ni los años porque tengo que repetir todo. Y si tengo que seleccionar tengo que tener algún criterio. Entonces las dos maneras deben ser integradas y la fecundidad de la integración se va resolver en la dinámica de la historia presente. Y la pelota podrá caer para allá o para acá como consecuencia de la acción de los hombres en lo que ellos puedan controlar y en lo que no se puede controlar, y sí, hay partes que no se pueden controlar. Y toda esta presentación que yo les hago es porque yo no sé si después de toda esta catástrofe del capitalismo va a salir algo pero que el capitalismo es una catástrofe de eso no me cabe ninguna duda. Capaz sale más barbarie y capaz que no y entonces hay que ver que conclusiones políticas se derivan de eso, y en general salen conclusiones que la academia desprecia, y desprecia porque si hay que meterse en la política y en la lucha real empiezan los líos. Entonces, la restauración capitalista es quizá la mayor demostración de la catástrofe moderna y en la academia ser catastrofista está mal visto, en primer lugar, por la visión vulgar, es decir, el catastrofista es el que cree que la revolución está a la vuelta de la esquina, y no, la revolución no está a la vuelta de la esquina. Pero para mí lo más fecundo del pensamiento histórico, por lo menos lo que yo reivindico, es el pensamiento que se equivoca por ser catastrófico. Y hay un profesor que tiene un libro que se llama La concepción de la historia en Marx que yo siempre cito, que dice que Marx escribió sobre la historia bajo la presión de la revolución inminente, como ese chico que a los 18 años en el ‘68 pensaba en cuando tomar el poder. Es la idea que bajo la presión de la revolución inminente es lo que le da cientificidad a su discurso. Este escritor, sin embargo es un pesimista, cree que vamos a la barbarie pero el demuestra como el afán por oradar la realidad y la historia está íntimamente vinculado a la necesidad de pelear, es decir, de la intervención política y organizada. No se olviden que el Manifiesto comunista la parte final dice: El programa para la revolución alemana que será –dice Marx- el preludio de la revolución proletaria. Miren si será catastrofista porque si se levantara de su tumba y ve que todavía está esta Merkel, el tipo dice devuélvanme El Capital que voy a empezar todo de nuevo. El preludio de la revolución proletaria! La obra más leída después de la Biblia!, la erró fiero. Y eso fue en el ’48 y entonces en 1850 se sientan de nuevo a escribir, y en el medio había habido muertos, perseguidos, etc, y escriben la famosa circular a la Liga de los Comunistas y tampoco viene la revolución en Alemania. Y entonces se sientan de nuevo y dicen ahora vamos a estudiar economía y acá llegan a la conclusión de que en 1848 posiblemente lo que detonó la revolución europea en muchos lugares fue una crisis económica muy violenta y que en general esas crisis se produce cada diez años y en 1857 vino esa crisis pero la revolución tampoco triunfó. Entonces, luego se creó una internacional, el movimiento obrero se terminó recuperando, estalló la comuna de Paris, pero Marx ya estaba alertado, era más precavido sobre las posibilidades de triunfo. Ahora, yo podría dar más casos de estos y sin embargo lo imperecedero del planteamiento sobre la realidad y la historia va más allá del error de un pronóstico. Entonces, como ustedes ven, el catastrofismo en el sentido incluso de equivocarse tiene que ver con, algo que yo ya les conté, un rasgo del marxismo que en general no se lo identifica ni se lo estudia bien. El marxista cree que sin ser el demiurgo de la historia, sin ser el hacedor universal, el puede intervenir y que la historia se haga, y forzarla un poquito, si, eso cree. Si la pelota está ahí a veces solo basta un soplido y ¿el soplido es el que hace que la pelota vaya para acá? No, el soplido culmina un proceso. Pero hay que soplar cuando conviene, en el momento oportuno, en eso si cree un marxista y entonces a veces se adelanta un poquito. Entonces, el catastrofismo no tiene que ver con decir que la revolución está a la vuelta de la esquina ni que uno con los pronósticos que hace no se puede equivocar, ese es otro problema que tiene ver con una concepción más profunda de la historia. Y el problema de la restauración capitalista replantea el problema del catastrofismo como caracterización del agotamiento histórico de un sistema por su propio desenvolvimiento. El capitalismo se ha agotado de una manera bestial. Entonces la analogía con el ‘14 no está mal ¿hubo tiempos más terribles que este? Si probablemente, en el ‘14 inclusive fue peor porque los partidos obreros y comunistas tenía el poder al alcance de la mano. ¿Será así esta época? No sabemos, tenemos que ver, tenemos que ver si somos espectadores, tenemos que participar si somos participantes y entonces esto hay que verlo en escala histórica. En su momento alguien escribirá, en algún manual de historia en el año 2123 y dirá: mirá estaban todos deprimidos en el 2007 y no saben lo que vino. Y lo que tiene de parecido esta época con la anterior es que es una época de guerras y de convulsiones brutales, es decir, la definición que hace Lenin del imperialismo no tiene nada que envidiarle a la época actual. La historia es como ese viejo topo de Marx que va erosionando los cimientos de algo hasta el final, hasta el final, y lo va a hacer. Y me acordé de esto por la guerras, EE.UU en las últimas dos guerras mundiales estuvo en la retaguardia y ahora no. Miren que interesante. Lógico, yo no voy a hacer simplismo, como se hizo la tarea del viejo topo y estaba en la retaguardia y ahora está en primer plano y afronta una empresa que evidentemente lo supera, después de esto va a venir la catástrofe. Vamos a ver. Bueno termino acá.