Está en la página 1de 21

4/845 21 copias

Historia de los Sistemas Económicos


Teórico Nº 10, 12/06/07

Cátedra: Rieznik
Profesor: Pablo Rieznik
Unidad V – Una clave de nuestro tiempo: la restauración capitalista

Profesor: A pesar de las idas y venidas de este cuatrimestre, en principio, estamos


cumpliendo de manera bastante ordenada, para nuestro gusto, el conjunto del programa.
Hoy nos toca abordar el final de la quinta unidad, que empezó la clase anterior
examinando el período llamado, o mal llamado, de los “treinta años gloriosos”. Y la
clase de hoy gira en torno a al llamada restauración capitalista. Pero todo la unidad tiene
una lógica que es un examen de la última parte del siglo XX, cuyo título invita a ser
respondido, y que está en forma de interrogante, de una manera positiva. Porque dice:
¿renacimiento del capitalismo? Y tal como está estructurado en principio casi induce a
decir que si, de que estamos frente a una especie de nuevo nacimiento. Sin embargo,
ustedes habrán visto en la clase de Pablo Heller que esta aparente respuesta nosotros la
cuestionamos y tendemos a dar una versión de los hechos y a deducir de lo que pasó
consecuencias, resultados, lecciones, caracterizaciones, que no tienen que ver con lo que
habitualmente sucede. Por supuesto, la respuesta puramente negativa de que no renace
el capitalismo también suena de una manera rara, frente a la cuestión vamos a
desarrollar hoy e inclusive yo no tendría ningún problema en que pongamos signos de
duda, porque frente a lo que está pasando parece realmente que el panorama es de una
característica que no es propia de lo que esperaría un socialista o alguien que quiera
acabar con el capitalismo, basta mirar lo que está pasando en China. Por lo tanto, la
introducción que les presento es para hacer un poquitito más controvertido el tema que
vamos a analizar y eventualmente sugerir entre nosotros algún debate.
Ciertamente la cuestión de la restauración capitalista es él tema del final del siglo XX y
tiene una característica realmente abrumadoras e inclusive presenta la cuestión inicial de
cómo abordarlo. Y está bien, que un estilo narrativo, más literario que histórico
riguroso, uno le dé al tema de la restauración un tinte de misterioso de opaco porque es
realmente una inversión, este es el gran tema, en el siglo histórico de la evolución de
acontecimientos muy profundos y muy importantes. Inclusive desde el punto de vista
metodológico, para abordar esto de la historia como presente en su sentido
inmediatamente actual, el texto que está el la bibliografía es en un texto que ya su título
parece totalmente misterioso y opaco y ajeno totalmente a la academia. Dar para
entender este fenómeno un documento que se llama Tesis de la IV Internacional, parece
más propio de gente que perdió la razón, que de un profesor de la Facultad de Filosofía
y Letras, pero eso no se nos escapa, pero está bien que sea así, que haya algo que no
puede ser catalogado totalmente o exactamente como científico. En el sentido que a
veces tiene de malo o de negativo la palabra. Ayer leí un texto sobre esto, de un
metodólogo norteamericano que hacía alusión al nacimiento de la matemática en
Grecia, y decía que lógicamente el conocimiento no nació con la ciencia, que él
identifica con el surgimiento de la matemática entonces, los hombres ya conocían las
flores, los minerales, las estrellas, pero siempre estaban avisados o prevenidos contra el
hecho de que todo lo que conocían podía llegar a cambiar. En cambio cuando Tales y
Pitágoras fundan la matemática parece que se encuentra algo definitivo, porque todo
puede cambiar, pero el hecho de que la raíz cuadrada de dos no es un número entero, no
va a cambiar nunca. Y la demostración aportaba algo de absoluto y universal que antes
no había. Y esto lo cito ahora porque este metodólogo, hablando bien del nacimiento de
la ciencia, le da a la ciencia ese carácter de absolutismo que nosotros cuestionamos acá
y al cuestionar lo absoluto y lo universal se introduce necesariamente la brecha de lo
desconocido, de pisar sobre terrenos no seguros. De hacer del conocimiento algo no
definitivo y hacerlo de esta manera al conocimiento más riguroso, fronterizo con el
conocimiento menos riguroso, es decir, la ciencia no es la única manea de conocer. El
arte es una forma de conocer, no es una ciencia pero si es una forma de conocer; el
sentido común también y hago alusión a esto porque uno podría decir: las tesis de la IV
internacional que vienen a hacer acá. Y bueno, ubíquenlo en este terreno, no de
conocimiento vulgar, tampoco de arte, pero cuando uno está sobre la misma realidad
está bien que tenga algo de misterio y de opacidad que tiene el conocimiento que no es
exactamente científico, está bien esto. Porque estamos en el límite de la historia donde
el conocer y el crear e intervenir en esta situación se hace uno solo, acá, al llegar a este
punto, la cuestión del método para abordar la realidad es clave. Y entonces, no está mal
que este texto lo demos ahora, en principio porque no hay otros textos y lo que se
pretende riguroso, para entender la realidad más inmediata, se parece mucho más al
conocimiento vulgar y a una inspiración artística, por el hecho de no ser un
interpretación fiel de la realidad, que a otra cosa. Hemos puesto este texto porque no
hay demasiados buenos textos que interpreten lo que está pasando y la historia como
presente es un desafío, porque es también el presente como historia, porque el pasado es
ahora y esto lo dijo en un reciente reportaje radial, alguien que reflexionado mucho
sobre esta cuestión, no siempre acertadamente, que es León Rozitchner, y le
preguntaron a donde está el pasado y él dijo ahora. Es decir, todo lo que fue está
articulado ahora como resultado e intervenimos en ese proceso.
Por lo tanto, al llegar al tema de la restauración capitalista llegamos a un núcleo clave
en la expectativa de recoger la historia hacia atrás de una manera tal que tenga
significado a partir de los problemas que vivimos, por aquella cita de Lucian Febvre,
que vimos al principio de este curso, que decía que siempre es la vida la que interroga a
la muerte para un historiador, que siempre el presente es el que ordena, en función de
los intereses y necesidades, una determinada investigación del pasado. Pero el presente
también es pasado, es un resultado determinado. Por lo tanto, el examen de este
fenómeno debe tener esta dimensión, esta dimensión que tiene que ver con el misterio y
con la opacidad. Ustedes piensen que difícilmente algún espectador del siglo XX, que
precisamente fue cuestionado algún tiempo atrás por decir lo que iba a pasar, podría
haber trazado un pronóstico de esta naturaleza.
Inclusive, ya que hablamos del arte, hay muchas películas acerca de esto, de lo
conmocionante y abrumador y misterioso de lo inmediato, que hace poco hubo una
noticia de un tipo que se levantó de un coma después de veinte años en Polonia. Y
entonces, claro, no entiende nada lo que pasa porque hoy Polonia está gobernada por
dos hermanos gemelos fascistas, clericales, una cosa espantosa, y el tipo se durmió
cuando Polonia estaba gobernada por un general comunista, lo cual ya eso era un
problema. Y ahora se despertó y no solo es que no entiende lo que es un celular, sino,
que en un terreno más a fin a lo que estamos tratando acá, el cambio dramático no sabe
como interpretarlo. Pero está también esa película Good bye Lenin que hace alusión a
algo parecido, pero esa es muy inmediata porque esa mujer, la protagonista de la
película, sufre un ataque muy severo en los días en que estaba tramitándose la caída del
muro de Berlín y queda impactada por la participación del hijo en una manifestación
contra el comunismo de la Alemania Oriental, de la cual ella era una representante
oficial y funcionaria. Y cuando se levanta el médico aconseja de que no la sometan a
ninguna emoción violenta porque puede definitivamente morirse. Bueno, esta es la
película después véanla, pero es una gran metáfora de las trasformaciones que se hacen
en el curso de días, y ¿como no van a tener el signo de lo asombroso?!. Y ahora hay una
más reciente que se llama La vida de los otros y es sobre la KGB en Alemania Oriental,
peor!, yo les quería recomendar un libro, no se si ya lo hice, para ver lo que era la KGB,
no ya en Rusia, sino a nivel internacional, que se llama La noche quedó atrás de Jan
Valtín. Es un libro que uno lo agarra y no lo suelta hasta que lo termina. Y el que lo
escribe es este Jan Valtin el cual era un elemento cooptado por la MKVD, la GPU lo
que luego va a ser la KGB, es decir, los servicios secretos soviéticos, y para que ustedes
tengan en cuenta que fue la KGB recuerden lo que señalé en la clase que dí en la carpa
sobre el estalinismo ¿Cuánta gente mató Stalin? 11.000.000 de personas sin incluir las
víctimas de la guerra. Fue una población tan enorme que Stalin no publicó el censo de
1937 por la caída demográfica que había producto de la represión. También, en otro
libro, se señala cual era la proporción de la fuerza de trabajo que había en la vieja URSS
bajo el control de los servicios de seguridad y que el autor, de este texto que les señalé
en la carpa, lo llama trabajo esclavo. Y entonces la cifra es pavorosa, es el 25% del total
del la fuerza de trabajo. O sea que los servicios del viejo y decaído imperio estaliniano
eran cosa para temer. Y esta película, La vida de los otros, lo que tiene de interesante es
el hecho de que es en 1985, y la película sigue hasta 1989, no les voy a contar la
historia, por alguna razón este coronel de los servicios secretos, por no hacer bien una
tarea termina desfenestrado y haciendo tareas menores, y en una de las escenas finales
de la película él está en un cuartito, en el departamento de censuras, abriendo cartas con
un sistema donde había una especie de vapor, entonces, mientras está haciendo eso
viene uno y le dice: se calló el muro. Y entonces se levantan y se van, y la anécdota es
lo absolutamente intrascendente de este espía caído en decadencia, abriendo cartas para
censurarla, y se va y no vuelve más y termina luego trabajando como barrendero. Acá
está la tragedia de una época y eso es abrumador, y tiene una cuota de misterio y de
opacidad, si esto no es así , le quitamos a la historia un encanto que de ninguna manera
se debe retirar si lo que queremos es hacer de lo que estudiamos algo apasionante. Y se
los digo como contrapunto a lo que, en apariencia, se supone que esta cátedra es: que
nos damos la cabeza contra la pared, que aplicamos un marxismo ortodoxo, que
pretendemos encajar la realidad en ese marxismo ortodoxo. Entonces, para que vean que
no toda apariencia es necesariamente revelación de lo que está por detrás.Y lo pongo de
relieve para estudiar este fenómeno que hoy nos atrae.
Cuando digo que la restauración capitalista es un signo de nuestro tiempo, lo digo,
ahora si ya hecha esta presentación, en un sentido muy concreto y ustedes tengan en
cuenta que el siglo XX está marcado en primer lugar por la revolución de 1917, que
sustrae de la orbita de la explotación capitalista a un territorio enorme. Y en el año 1949
con la Revolución China es casi la mitad del planeta, geográficamente hablando, la que
queda fuera de los negocios del gran capital y en la etapa de final de siglo, sin embargo,
eso se revierte de una manera tan enorme que como nunca antes el capitalismo realiza,
lo que Marx llama en el tercer tomo del Capital, su misión histórica. Con la única
excepción, y cuando lo digo así es porque ya casi no tiene sentido, de Cuba. Y mucho se
habla de que va a pasar con Cuba que hasta Bush se reunión con el Papa para ver que
hacían porque se está muriendo Fidel. Entonces es una reversión enorme y es también
una tragedia humana; en esto se han hundido destinos humanos a lo largo del siglo XX.
Y ahora está todo tan confuso que el otro día le hicieron un reportaje al primer
legislador de Macri , un hombre de esta casa vinculado a las ciencias de la educación
Mariano Narodovski, y ¿de donde viene? Viene del PC, y entonces cuando a Macri le
preguntan si es de derecha, miren la lista, y en eso terminaron los progresistas, con
Macri.
Y fueron muchas las almas que siguieron ese camino de asociarse para ir hacia un
mundo mejor, de fraternidad, de convivencia entre los pueblos, de finalizar con la
explotación del hombre por el hombre, etc. Y todo eso se derrumbó, esta es la
presentación del problema y posiblemente sea una catástrofe civilizatoria sin parangón.
Y yo asocio esta catástrofe civilizatoria a este derrumbe de vidas, pasiones e ideales
humanos. Y cuando digo tragedia se me ocurre también unirlo a la tragedia material que
se dio en la URSS con la restauración, es difícil, encontrar un proceso de destrucción de
fuerzas productiva y de hombres, fuera de una guerra, tan terrible como el que pasó en
el viejo territorio de los zares desde 1991 en adelante, cuando se disuelve la URSS. Ha
caído la esperanza de vida, etc, etc. Entonces esto es una marca indeleble en el siglo XX
y en la historia contemporánea. Y se terminó. Y del lado de los teóricos del capitalismo
hasta se ha dicho que lo que se ha terminado es la historia, como el famoso libro de
Fukuyama en los ‘90, y ahora está todo tan confuso, que parece que ya no hay más
derecha en el mundo sino que son todos progresistas, el otro día pasé por un librería y vi
que Fukuyama ahora sacó un libro contra Bush. Pero bueno gastar 40 o 50 pesos en
Fukuyama contra Bush no vale la pena. Y este es un fenómeno mundial, los
izquierdistas se hacen derechistas y los derechistas se hacen izquierdistas. Miren
también el caso de Sarkozy ¿quién es su canciller ahora? Sarkozy dijo que venía a
terminar con el Mayo del ‘68, lo cual es una empresa gigantesca porque viene a
terminar con un ciclo histórico en Francia. Ustedes recordarán que yo dije una vez que
es imposible entender lo que pasa en este país sin el 2001, y haciendo una especie de
metáfora con mi gusto por materias de divulgación científica, dije que acá hay un ruido
de fondo, en el país, como el ruido del Big Bang. Hace poco encontraron el ruido de
fondo del Big Bang, es decir, de aquella explosión originaria. Y el espacio todavía
vibra como resultado de esa explosión. Y en este país, en tiempos muchos más
cercanos, a la del origen del universo, las vibraciones del argentinazo están todavía
presente. Es decir, sino hubiera habido argentinazo no pasaría que nombran a un rector
en un colegio y cuando va a entrar los pibes le dicen: No, no entra. En general esto no
pasa en ninguna otra latitud donde las cosas se desenvuelven con cierta normalidad y no
haya este ruido de fondo. Tampoco existiría la asamblea de Gualeguaychú. Y nadie
entiende por qué pasa esto, entonces, vengan a Filosofía y Letras que algunos locos
explican el llamado ruido de fondo del argentinazo. Pero este ruido de fondo hace
alusión a la densidad, al peso, de fenómenos históricos y lo traje a colación porque
Sarkozy dice que hay que terminar con el ‘68. Es decir, Francia se descarrió cuando
dijeron: “pidamos lo imposible”. Miren si será un ruido de fondo que ahora un idiota,
casi lindante en la oligofrenia mental, y así yo llamo a “mi amigo” Daniel Filmus, repite
ese lema que fue adoptado por Niké: Nada es imposible.
Entonces, los ruidos de fondo son muy importantes, pero Sarkozy ¿a quién lleva de
candidato? A un ilustre socialistas del partido de Segolene Royal, la candidata que fue
derrotada por Sarkozy, hasta el jefe de campaña de Royal fue incorporado por Sarkozy.
Entonces, todo esto lo digo para ver como se mezcló todo y esta mezcla no es
indisociable de esa especie de implosión, de los acontecimientos de 1990-91 y del
completo descalabro de todos los parámetros de la historia del final del siglo XX que
están involucrados en este problema de la restauración capitalista. Lo cual, y lo dice en
el trabajo que ustedes tienen para leer, es el síntoma de una regresión histórica. Y con
todo lo que yo dije hasta ahora creo haber señalado desde diversos ángulos la sensación
viva que debiera suscitar el tema de la clase de hoy.
Dicho todo esto en primer lugar, hay que decir, en segundo lugar, que el problema de la
restauración del capitalismo en la vieja URSS no es para nada un novedad, después de
todo lo que dije, no es un novedad. Si el capitalismo podía volver a esas extensas tierras
tan opuestas, al lugar donde nosotros vivimos, en algún momento, es algo que se discute
desde antes de la Revolución Rusa, porque antes de esta revolución hasta se discutió si
el capitalismo podía existir en Rusia. Fue una discusión hecha alrededor del singular
atraso histórico de la evolución en el territorio de los zares. Y entonces cuando en
Europa occidental ya el capitalismo daba signos de agotamiento y ellos todavía estaban
en la época feudal, se empezó a discutir si a lo mejor no se podía saltar el capitalismo.
Esa fue la discusión que hicieron en su momento Marx y el traductor del Capital al ruso
y del cual tuvimos noticias en este curso cuando hablamos de modos de producción.
Siempre se discutió como podía regir el capitalismo en Rusia y en un sentido más
inmediato, antes de la revolución, los que discutieron si una revolución podía subsistir o
dar paso eventualmente a un retroceso, fueron los que dirigieron la revolución. Es decir,
lo bolcheviques discutieron que pasaba si la revolución no se extendía y llegaron a la
conclusión de que podía haber un retroceso. O sea, nunca creyeron que podían triunfar o
seguir adelante con esta revolución si no era el episodio de un fenómeno histórico
mucho más amplio; si no era simplemente el eslabón de una cadena que se rompía sino
que tenía que romperse integralmente.
Con posterioridad, ya dí dos instancias históricas, la de Marx y Engels y la de los
bolcheviques y si ustedes quieren también la de los socialistas en general durante el
curso revolucionario; con la NEP también no fueron pocos lo que dijeron con esto
estamos volviendo al capitalismo y de hecho era así. Es decir, se puede decir,
históricamente hablando, que nunca hubo tanto capitalismo en Rusia como después de
la revolución, con las debidas aclaraciones no, el capitalismo existió después de la
revolución socialista de octubre, el contexto de aislamiento, etc, etc,. Y ese fue el
problema de la NEP, sino, no hubieran discutido nada por qué se reintroducían
relaciones de tipo capitalista. Se discutía sobre si debía haber capitalismo de Estado,
esto lo pueden ver en el texto de Gerratana. Y esta idea del capitalismo de Estado luego
es retomada por los maoístas que todavía dicen que el capitalismo volvió a al URSS en
1956 con Krushev. Naturalmente no me interesa seguir ahora con esta polémica, sino,
darle las evidencias de que no se trata de una novedad porque todo el tiempo se pensó y
se discutió sobre el capitalismo en Rusia.
La manera más sutil, en que se introdujo este problema, fue en planteamientos de la
época de la llamada coexistencia pacífica, esa gran luna de miel que en algún momento
fueron los mal llamados “treinta años gloriosos”. Y se hablaba de la convergencia de
sistemas y entonces no era tan distinto el capitalismo del socialismo, había elementos
del capitalismo en la vieja URSS y había elementos de socialismo y planificación en el
capitalismo e iba todo hacia una especie de encuentro y de sistema mundial. Entonces
no era una novedad. Naturalmente, y para concluir esta segunda cuestión de que no es
un novedad, el que más cuidadosamente señaló que la URSS podía replantear su curso
capitalista, fue Trotsky en el año 1936 en La revolución traicionada. Aquí él describe
con lujo de detalles, después de analizar el régimen burocrático estaliniano, las
alternativas de un pronóstico histórico sobre su evolución. Y dice que el estalinismo se
caracteriza por ser un hecho que no tiene raíces en la historia, es una capa burocrática
que no tiene propiedad y si se quiere afirmar tiene que restaurar el capitalismo. Y si la
humanidad avanza y movimiento obrero avanza será superada por la revolución política
que terminará dando a la propiedad social una real gestión social. Entonces, en páginas
memorable del año ‘36 dice: si se da esta variante, si bajo el impulso de un movimiento
obrero ascendente, alguna nueva guerra, ojo que en el ’36 estamos a tres año de la
segunda guerra, y esa segunda guerra podía conmocionar el mundo y dar vuelta los
viejos parámetros, y de esa circunstancia podía renacer contra esa burocracia objetiva
que acabo de describir, una gestión social de los medios de producción con una clase
obrera recuperando el control y el manejo de la propiedad social; podía ser. Y en esas
páginas él dice que si esta variante se da va a ser menos costosa que la variante de
reconstituir la propiedad capitalistas, eso sería un proceso de alcances terribles y daría
lugar a un retroceso de características civilizatorias. Y esto hay que tenerlo en cuenta
aunque esa contrarrevolución aparezca detrás de un disfraz liberal, él lo va describiendo
con mucho cuidado y parece que está describiendo la Perestroika, el período de
Gorvachov de cierto liberalismo. Es una radiografía impresionante.
Así que con todo lo que tiene de impactante, trágico, abrumador, misterioso, el proceso
de la restauración no es algo que puede decirse que sea novedoso en el sentido de que
nunca fue abordado como posibilidad sino que siempre fue abordado como realidad y la
realidad siempre es novedosa por definición, siempre agrega algún elemento nuevo y un
contexto que había podido ser previsto y siempre hay que volver para recaracterizar
para analizar y eventualmente actuar o participar. Pero fue un tema largamente
planteado en la historia del siglo XX. Y está bien que digamos esto para introducir a un
tercer punto, en el sentido que en los hechos, la restauración, no ya como pronóstico,
haya sido de una dinámica de larga duración, es decir, que se arrastra hace ya varias
décadas y que tiene su origen primero en su aislamiento y luego en la posterior
degeneración de la revolución de 1917. Y dio lugar a ese resultado tan contradictorio,
tan imprevisto y totalmente novedoso y que hay que aclarar que la revolución del ‘17
fue socialista porque llevó al poder a la clase obrera y porque expropió al capital, no fue
socialistas en el sentido de haber impuesto un régimen, un modo de producción superior
al capitalismo. Pero aislada no pudo ser derrotada hasta el final y entonces se produjo
ese proceso contradictorio de degeneración, sin embargo, esa base social, esa
centralización de los medios de producción le dio a la URSS, bajo esta forma
contradictoria, totalitaria, convirtiendo a la URSS en una gran cárcel, un desarrollo de
las fuerzas productivas bastante importante, con toda seguridad hasta la década del ‘50.
Y esto se revela en el hecho de que era una país que no era nada en el peso económico
del universo de la sociedad de burguesa del siglo XVII al XIX, había quedado muy atrás
y de repente se convirtió en una potencia mundial, pero ya para el año 1953 estamos en
el límite de estas posibilidades.
Y este es un punto interesante de análisis para los historiadores, es decir, en que punto
de la expansión de algo se llega a un límite y se empieza a retroceder. Este es un tema
muy poco tocado en la historia, el estudio de la decadencia. Hay un libro de Cippolla
sobre los viejos imperios y ahí se estudia algo de eso en relación a cuando se empiezan
a venir a bajo los imperios y surge esta idea de cuando mucho se abarca poco se aprieta.
Y entonces empieza a haber un retroceso, y en este punto parece haberse encontrado la
URSS en el año ‘53 cuando hubo que empezar a desarmar toda esa maquinaria sobre el
trabajo esclavo y opresión, hubo que desarmarlo porque explotaba solo.
Y ahora quiero tomarlo desde otro lado porque el año ‘53 coincide con la primera
revolución, insurgencia obrera, contra el dominio de la burocracia estalinista después de
la derrota de la Oposición de Izquierda a finales de la década del ‘20. Como ustedes
saben la Oposición de Izquierda fue prohibida, Trotsky perseguido y asesinado en
Mexico y luego la paz de los cementerios. Por eso vuelvo a recomendar el libro de
Valtin para que vean el accionar de la policía secreta de Stalin, y esto es también parte
de la historia Argentina, porque el PC argentino actuaba incondicionalmente bajo las
ordenes de Stalin, por lo menos sus principales dirigentes, como Victorio Codovilla y
Rodolfo Ghioldi. Y cuando digo incondicionalmente digo que Codovilla cuando había
que ir a matar a anarquistas y trotskistas en la guerra civil en España agarraba y decía:
che vos andá a España a matar trotskistas y anarquistas. Y así actuaban los servicios
secretos soviéticos.
Pero todo esto viene a cuenta de que en el ‘53 aparentemente esto llegó a un límite y
más allá de las interpretaciones con lo que tiene que ver con la extensión represiva de
este aparato infernal, hay otro elemento que tiene que ver con las movilizaciones
obreras que empiezan contra el régimen estaliniano y ya no paran más. Y primero se da
en todos lo países satélites de la URSS donde el dominio del aparato era más débil, eran
los países que fueron expropiados con el avance del Ejercito Rojo luego de la posguerra.
Entonces en el ‘53 se produce una movilización de los obreros de la construcción en
Berlín Oriental y de ahí no paran. Las más famosas son tres años después en el ‘56,
tanto en Hungría como en Polonia. Luego en Checoslovaquia en la década del ‘60, la
famosa “Primavera de Praga”. Es decir, empieza un fenómeno que nos permite
identificar ahora, o situar desde el análisis histórico, la rebelión obrera como la rebelión,
en estos Estados, contra el límite al cual había llegado el aparato totalitario en el
esfuerzo por mantenerse en el poder. Límite en el sentido de paralizar el desarrollo
productivo y material en esos países, es decir, así como la rebelión obrera clásica en el
capitalismo es, en los términos del famoso prefacio de Marx sobre modo de producción
y fuerzas productivas, así como las rebeliones obreras en el capitalismo son una
manifestación de las fuerzas productivas por liberarse del cerrojo que le imponen las
relaciones capitalistas, estas rebeliones deben ser analizadas como una tentativa de
quebrar el cerrojo de desarrollo de la fuerzas productivas que imponía el estalinismo. Y
el gran desarrollo que inclusive se promovió bajo el estalinismo en la economía
soviética, que le permitió transformarse en potencia, fue un desarrollo que avanzó como
rayo en la medida que era extensivo, era un país que venía de la nada y con la
centralización de recursos estatales y una mínima planificación, inclusive burocrática, se
desarrollo una brutalidad. Pero luego, cuando ya el desarrollo implica tecnología y
conocimiento en un grado mas elevado y sofisticación, la parálisis era enorme. No me
he cansado de contar una conversación con un pariente mío a finales del ’70, que venía
de un seminario en la vieja URSS, y entonces él había llegado allá y un colega ruso le
pidió un texto que había llevado, y le dijo bueno te lo dejo y sacale fotocopias, y el ruso
le pregunta: no te tenés vos una copia –no, no traje. Entonces dejá le dice el ruso y no
hubo manera. La razón era que no podía sacar fotocopias, es decir, para sacar fotocopias
tenía que pedir permiso al jefe de su sección, el jefe de su sección al jefe de
departamento, y así sucesivamente hasta la KGB. Para sacar una fotocopia!!. Entonces
lo de Gran Hermano no es por casualidad, la novela 1984 es una radiografía del
estalinismo, Gran Hermano te miraba hasta cuando estabas en el baño haciendo tus
necesidades, esa era la metáfora.
No se podía hacer fotocopias, entonces ustedes se imaginan que las posibilidades de un
desarrollo era imposible. Y doy todos estos elementos para entender por qué esta
rebelión de los ‘50 y principios de los ‘60, era una rebelión de las fuerzas productivas
contra el cerrojo totalitario y que empieza empalmar, de una manera históricamente
concreta, distinta a la planteada por Trotsky en el ‘36, que era otro contexto, con
movilizaciones en otras partes del mundo. Entonces, la idea de una crisis mundial
empieza a tener un sentido concreto en esta época. Porque en el ‘68 empiezan una serie
de rebeliones obreras en el mundo entero. Estamos en una década distinta a la década
del ‘30. Hagamos una cosa paremos un rato acá y después seguimos.

(Receso)

Estábamos entonces en el tercer punto, para darle un poco de orden a la exposición,


primero presentamos el significado profundo de la restauración capitalista como
fenómeno dominante de la historia presente; en segundo lugar señalamos que no se trata
de una novedad en sentido de que el problema de la restauración capitalista, o más en
general, de que las posibilidades del capitalismo y/o el socialismo en Rusia primero y en
la URSS posteriormente, es un punto controvertido en las polémicas teórica y prácticas
de los últimos cincuenta años. Concluyendo, de todos modos, con la posición muy fina
intelectualmente de Trotsky en el año ‘36. Y habíamos comenzado, sobre esta base, el
tercer punto, en el sentido de enfocar la cuestión que estamos examinando, como un
fenómeno de larga duración, que naturalmente tiene que enlazarse y explicarse
alrededor de las vicisitudes y contradicciones del proceso de victorias y derrotas de la
revolución socialista del siglo XX.
En este punto habíamos analizado el carácter muy específico que tiene, a partir de la
década del ‘50, la resistencia concreta de la clase obrera en los países de tipo estaliniano
contra la dominación burocrática . Entonces, habiendo llegado a este punto, dijimos que
esto mostraba, de una manera concreta, en la arena de los hechos, el sentido profundo de
la alternativa planteada por Trotsky en la Revolución traicionada: o el régimen
burocrático, para estabilizar los privilegios de la burocracia, avanzaba hacia la
reconstitución de la propiedad privada, o una insurgencia obrera como parte de un
movimiento más amplio a nivel internacional, daba cuenta del fenómeno burocrático
como algo transitorio y excepcional y abría paso a un gobierno de los trabajadores y a
una apropiación social de la gestión social ya establecida. Pero cuando esto se produce,
a partir de la década del ‘60 en particular, ya el movimiento obrero del llamado Este se
junta con el movimiento obrero que se levanta en los países del Oeste. Si bien el ‘68
aparece en la superficie de las literaturas de la época, identificado con un movimiento
estudiantil en realidad tiene que ver con un agotamiento de eso que ustedes examinaron
en la clase anterior con los “treinta años gloriosos”, es decir, es algo más profundo y
tiene que ver con manifestaciones de movimientos de masas de mucha mayor amplitud
de la que tiene que ver con los estudiantes. Es cierto que los estudiantes se levantan
también en EE.UU.; son el síntoma de la extensión de movilizaciones más vastas que se
conocen por la lucha por la extensión de los derechos civiles y que va a empalmar luego
con la gran resistencia a la guerra de Vietnam. En relación a esto les recomiendo el
libro de Norman Mailer, Los ejércitos de la noche, y es interesante porque no solo relata
las características muy amplias de esa movilización al Pentágono, en la cual él termina
preso, sino, que también es un movimiento que tiene raíces antiestalinianas muy
marcadas y que es una asimilación de la experiencia, a su modo, sin plantear una salida
definitiva, totalitaria, represiva de la burocracia del este. Naturalmente cito EE.UU.
porque el ‘68 está asociado a Paris, la propia rebelión estudiantil de aquella época se
vincula en las más diversas latitudes, incluso América Latina. Pero también indica un
resurgimiento del movimiento obrero que va mucho más allá de un simple estudiantina
de hecho en Francia del ‘68 tenemos la primera huelga general de posguerra, con el
régimen de De Gaulle. Y en nuestro propio país tenemos el Cordobazo y entonces ya en
esta época comienza a plantearse el significado o el alcance de una crisis mundial a la
cual se integre ese proceso de resistencia obrera en los países de Este. Este es el
contexto, no es ya el ‘36, es decir, el nuevo escenario histórico es después de la guerra.
La guerra no dio lugar a satisfacer las expectativas, que antes mencione, que Trotsky
podía tener sobre la propia guerra cuando escribió en el ‘36. Y en el ‘38 Trotsky funda
la IV Internacional y lo menciono para que ustedes tengan en cuenta como actuaba él
teniendo en cuenta su propia historia vivida, él vivió la Primera Guerra, vivió la
Revolución Rusa. Esta revolución da lugar a la III Internacional, habiéndose agotado la
segunda por los motivos ya desarrollados en este curso, y la idea era fundarla en
Alemania, en Berlín, porque era el instrumento de salida a la catástrofe de la Primera
Guerra. La III Internacional degenera con el estalinismo y de hecho casi deja de
reunirse. Y como resultado de la guerra se termina disolviendo ya en el cuadro de la
coexistencia pacífica. Pero en el ‘38 Trotsky ya ve el anuncio de lo que va a ser la
segunda gran hecatombe del siglo y de las grandes hecatombes pueden salir las grandes
revoluciones y para desarrollar esa eventualidad el funda la IV Internacional. En una
situación de debilidad pavorosa. Pero estoy retratando el fenómeno vivo de cómo
intervenir en un proceso que él ya había trazado antes en el libro del ‘36.
Al hacerles este relato no quiero dejarles de mencionar que las revoluciones que
examinamos en el siglo XX son las primeras revoluciones hechas con la conciencia de
una dirección determinada por aquellos que las dirigen. Preparadas, armadas y
pronosticadas con el rigor de la ciencia. Pero ese contexto pasa y otra vez la realidad
supera cualquier teoría y la revolución no da pie ni a la revolución ni a la
contrarrevolución, sino, a un equilibrio. Y acá hay mucho que analizar en relación a los
“treinta gloriosos”, Vidal Villa, un autor que tienen ustedes para leer, dice que: los
“treinta gloriosos” coinciden con el mayor retroceso capitalista del siglo XX, cuando en
realidad están asociados a la gloria y, sin embargo, algo de razón tiene, porque el
terreno de la expropiación del capital en esa época llega hasta Berlín. Llega de un modo
tangible y concreto hasta Berlín porque, luego de los acuerdos de Yalta y de Potsdam,
queda dentro de Europa comunista y ahí se establece la capital de la “coexistencia
pacífica”. Pero avanzan hasta ahí, y luego viene China en el ‘49 y después en el ‘50, que
se dice que fue un bache en la coexistencia pacífica, Corea. Es decir, si uno pinta con
colores el mundo y rojo es el avance contra el capital y amarillo el del capital vemos
que la pintura de los “treinta gloriosos” es un avance del rojo sobre el amarillo. De esta
manera la lectura de los “treinta gloriosos” tiene otra característica. Y de hecho en el ‘62
el rojo llega hasta Cuba, es decir, hace pie en América Latina y el Che Guevara habla en
Punta del Este, viéndolo en retrospectiva la verdad que es extraordinario. El Che
Guevara en el Conrad hablando frente a un conjunto de burócratas escuchándolo. Y
entonces lo que queremos decir es que durante los famosos “treinta años gloriosos”
nunca dejó de haber revoluciones, así que ¿de qué gloria nos están hablando en términos
del capitalismo?. Era toda una época que podríamos decir que era todo lo contrario a ese
libro de Rivera, La revolución es un sueño eterno. No, acá no, acá era la vigilia de todos
los días. El otro día yo me encontré con un compañero al cual le pregunté, cuando yo
tenía 19 años, saliendo de la facultad, ¿cuando estimaban ellos que iban a tonar el
poder?. Si hoy alguien hace ese tipo de pregunta lo miran como si estuviera totalmente
del tomate y lo invitan a que se desintoxique, pero, en esa época, lo que yo estoy
contando, era parte de la vivencia cotidiana y tiene que ver con lo de la cartografía y era
el final de los “treinta gloriosos”. Y ya Pablo les habrá señalado que el texto de
Holloway al respecto es muy limitado porque no ve todo este proceso político, es decir,
los “treinta gloriosos” no fueron paridos por un régimen fabril por el cual la tasa de
plusvalía aumentaba y el obrero fordista se transformaba. No. Los “treinta gloriosos” se
armaron alrededor de la conferencias de Yalta y de Potsdam sino no hay “treinta
gloriosos”. Y fueron un empate histórico terrible, ni revolución ni contrarrevolución,
por eso digo también que en ese contexto tampoco se cumplió el pronóstico del ‘36 y
entonces se arrastró todo en una nueva etapa, la posguerra, y en el ‘68 recién va a
florecer todo de nuevo. Y la insurgencia obrera en el Este forma parte de esto y
replantea el lugar del estalinismo en la lucha contra el capitalismo. Y en definitiva, lo
que quiero señalar, es que este proceso de larga duración se desenvuelve hasta un punto
tal que el desequilibrio en los países del Este se tiende a unificar con un proceso de
crisis política más general al final del proceso de los “treinta gloriosos”. Es decir, lo que
no se pudo hacer antes, revertir el estalinismo, ahora tiene que plantearse en el contexto
de una situación diferente.
Y cuando hablo del final de los “treinta gloriosos” hablo de un final que coincide con un
estallido de orden político y social, no económico, esa es la limitación de Holloway. La
limitación de Holloway en la interpretación del keynesianismo está al principio y está al
final. Al principio está en su excesivo énfasis en los factores económicos e inclusive de
lucha de clase pero en un plano puramente fabril porque Holloway desprecia la política.
Ustedes saben que Holloway es de esos que dicen que no hay que tomar el poder.
Entonces, en sus análisis como teórico tiende a despreciar lo político, por eso no tiene
en cuenta la colaboración contrarrevolucionaria entre la burocracia estaliniana y el
imperialismo para dividirse el mundo. Pero Holloway también le erra cuando analiza el
final de los “treinta gloriosos” porque dice que el keynesianismo se agotó e integrar a
los obreros le empezó a salir muy caro. La tasa de explotación bajó, la tendencia de la
tasa de ganancia decreció y pum! Tenemos la crisis del ‘75. No, es muy limitado, en
realidad “los treinta años gloriosos” nunca fueron treinta y nunca fueron muy gloriosos
y desde el final del ‘60, se empieza económicamente a agotar, pero en un cuadro de
agotamiento social y político más bajo. Desde mediados de los ‘60 hay un larga
agitación y convulsión social que prosigue hasta el año ‘75.
Y entonces en el texto que ustedes tienen dice: “la restauración capitalista significa de
conjunto, o sea con independencia de los resultados parciales y relativos que pueda
tener en uno u otro país, una regresión histórica de fuerzas productivas impuestas por
las relaciones sociales existentes”. Significa, en el cuadro de una crisis y agotamiento
del capital, un reafirmamiento del capital que había llegado a este extremo de
dificultades junto con sus socios de los países burocráticos. En realidad, el proceso de
rebelión en los Estados obreros burocratizados, proceso de larga duración, culmina a
hacia finales de los ‘70 y principios de los ‘80. En un caso con la revolución cultural
china y en otro caso en Colonia con el enorme movimiento que fue Solidaridad. Y esto
lo menciono ahora porque esa enorme tensión en los regímenes burocráticos mostró que
ese empate a nivel mundial, y a nivel de los propios regímenes burocráticos, ya no podía
subsistir más y a partir de allí queda abierto el período de restauración. Esto es lo que
está planteado en la tesis Nº 2 del texto que tienen para leer: “la desintegración de los
aparatos del Estado en China y en Polonia, en el marco de la revolución cultural en
China y de las ocupaciones de fábrica de finales de los ‘70 en Polonia, marcaron los
puntos de viraje que dejaron a los regímenes sociales, de los viejos Estados obreros
degenerados, sin una tercera opción entre la restauración del capitalismo y la revolución
proletaria”. La tensión había llegado a tal extremo que no había alternativa y esas crisis
revolucionarias, que empiezan en la década del ‘50 y tiene su apogeo en la revolución
cultural y en la Polonia de Lech Walesa, reflejaron el agotamiento del socialismo en un
solo país y también el impass y agotamiento del capitalismo mundial. Y esas rebeliones
tuvieron lugar en la década del ‘70, cuando el llamado boom económico de la posguerra
se había agotado y una década después de la crisis internacional de 1971-75 inició una
declinación económica relativa muy prolongada y extensa.
Entonces, fíjense ustedes que contradicción, cuando el capitalismo agota todo lo que la
guerra le podía dar y llega a una enorme crisis en el ‘75, enfrentando movilizaciones de
todo tipo, cuando los viejos regímenes burocráticos trastabillan tras el impulso de un
movimiento que parecía muy brutal en esa época, en ese mismo momento la curva no se
inclina para dar un salida revolucionaria a esta situación sino para una salida de tipo
contrarrevolucionaria. Y entonces comienza, junto a la declinación económica, la
regresión histórica en los países del Este y esta contradicción que va a signar todo el
proceso y va a mostrar a la restauración capitalista no como un accidente histórico, sino,
como el resultado de una largo proceso de lucha de clases.
La analogía que se puede hacer es con el principio del sigo XX, porque, al inicio, el
siglo XX parecía un siglo de renacimiento, terminaba la segunda revolución industrial,
el movimiento obrero terminaba integrándose al capitalismo, y ahora hay algo de
parecido, está esta idea de renacimiento y de restauración. Sin embargo, las tendencias a
las crisis son mucho más marcadas que en esa época. Lo cierto es que se combina una
crisis muy profunda y una salida que no tiene nada de revolucionaria y así es como ha
evolucionado la historia en el último período.
Por otro lado, hay que entender también, que no fue solo el proceso de rebeliones
obreras al interior de los países burocratizados lo que llevó a la desestructuración de los
viejos Estados obreros sino que la propia burocracia trató de salvar su situación, que era
cada vez más difícil, uniéndose o buscando el rescate del capitalismo occidental. No es
un secreto que el endeudamiento de los países de la órbita soviética a comienzos de los
‘80 tenía signo muy parecidos al endeudamiento de los países de la periferia capitalista
en la misma época. En esa época se empiezan a vincular los países del Este con el FMI,
en el año 1975, momento de declive de los “treinta gloriosos”, en ese mismo momento
se firma un tratado en Helsinki, entre el viejo régimen soviético y los países
occidentales, en una especie de integración por el cual se garantiza, en nombre de la
democracia, los derechos (todo lo que sirve de preámbulo para alguna porquería), un
tránsito y circulación de mercaderías y bienes de capital entre las dos zonas. Y empieza
todo un proceso de desintegración de la vieja economía estatizada y la apertura de una
nueva frontera para la inversión capitalista. Entonces, de las cenizas empieza a renacer,
en apariencia, un nuevo sistema.
Cuando en 1989 se cae el muro y en 1991 se disuelve la vieja URSS hay un momento
de enorme euforia en el capitalismo mundial, la Bolsa sube, parece que todo cambia
para siempre, el peronismo se hace liberal. Y, no es un ejemplo al azar, porque Menem
y la Argentina de los ‘90 fueron tomados casi como un paradigma de la nueva era que
tenía sus manifestaciones en el mundo entero, se decía que era el fin de la historia y que
los negocios capitalistas iban a ir siempre para adelante. Pero el hecho de la restauración
capitalista en la vieja en la URSS, en vez de dar origen a una nueva era dio lugar casi a
una vuelta a la edad de piedra. No dio lugar a nada de lo que se prometía sino a lo
inverso. Y esto puede ser entendido como la mayor catástrofe económica del siglo
porque entre 1990 y 1998 la producción en lo que era la URSS cayó hasta un 50% y
tengan en cuenta que entre 1929 y 1933, la mayor crisis capitalistas del siglo XX, la
producción en los EE.UU cayó un 25-30%. La esperanza de vida pasó en el ‘90 de 64
años a 56 años, es una especie de matanza en masa en un proceso económico y social,
en principio no violento en los términos formales de una guerra. Y junto con eso una
destrucción del potencial productivo que había acumulado la vieja URSS de alcances
gigantescos. Esto tiene que ver con una realidad que es que estamos frente a una crisis
capitalista mundial generalizada, y todo crisis como estas se caracterizan por tener
sobreproducción. Y si el viejo aparato productivo de la URSS se hubiera potenciado la
sobreproducción hubiera sido mucho más enorme y entonces la restauración debe ser
entendida también como parte de una salida capitalistas a la crisis mundial. Porque hubo
que depredar una parte entera del planeta para que el resto del sistema capitalista
siguiera funcionando sino sobraba de todo, autos, aluminio, etc. Y entonces con esa
depuración se pudo mantener, en un cuadro de reacción política general, el
funcionamiento del capitalismo.
Aún así, en el año 1998, este proceso da lugar a una fantástica crisis mundial de la cual
se salió apenas en el año 2000. Porque el default más importante, antes del de
Argentina, fue el de Rusia en el año 1998, se dejo de pagar la deuda y esto casi lleva al
colapso de la bolsa de Wall Street. Por lo tanto, que la restauración capitalistas forma
parte de todo un proceso de crisis mundial está en evidencia en todos esto hechos que
estoy poniendo de relieve. Y así hemos llegado a el momento actual y cómo síntoma lo
único que puedo dejar señalado es una imagen, así como en el ‘75 podía ser identificado
como un helicóptero arriba de una embajada y el país era Vietnam y se escapa el último
soldado, la imagen actual es esta foto de marzo de 2007 en donde dice que el desplome
de la bolsa china causó un martes negro mundial. En marzo hubo una crisis muy
importante en los mercados de todo el mundo alrededor de problemas que hay en al
economía mundial que tienen a China y EE.UU. como puntos de referencias claves.
Y esto vale como conclusión para entender el final de la tesis 3: “con la restauración
capitalista la crisis mundial no se ha atenuado sino que se ha agudizado, el derrumbe de
los viejos Estados obreros se produce en el marco de tendencias de la crisis capitalista
mundial”. Es decir, estamos en una época de características muy catastróficas pero muy
concretamente. No sé con que velocidad, no se con que ritmo, pero esta catástrofe se
tiene que procesar. Y el dato clave de esta catástrofe es la pauperización de masas en
todo el planeta a niveles que no tiene ningún tipo de comparación con ninguna otra
época y el nivel criminalización del negocio capitalista. ¿A cuando asciende el tráfico
de armas en el mundo? Un billón doscientos mil dólares, es decir, que se trafican armas
en mas o menos diez veces lo que la Argentina produce en un año.
Entonces, ahora uno volviendo para atrás ¿se podría decir, si se les preguntara, que
Lenin y Trotsky se equivocaron? y yo creo que ellos hubieran dicho que en muchas
cosas si. No en tomar el poder, si en la convicción de que podían ser acompañados por
una revolución internacional, igual no hubieran renunciado a tomar el poder porque
antes no lo sabían. Se equivocaron en la posibilidad de que se pudiera establecer una
regla de producción y distribución más solidaria y fraternal entre los hombres en un
contexto de tanta miseria. Hay una primera frase en la Revolución traicionada, en la
primera página, que dice: “las expectativas que teníamos de la instauración de un
sistema de distribución que podía ser realizado rápidamente, se demostraron imposible
por un largo período”. ¿Se equivocaron en el sentido de que una vanguardia,
organizada, disciplinada, etc, podía sobrepasar los límites materiales de la situación? Si,
hasta cierto punto si. Y sin embargo, yo les digo que se equivocaron, pero si les
preguntase si hubieran podido hacer otra cosa, seguramente me hubieran respondido que
no. ¿Qué podrían haber hecho?. Eso tiene que ver con un enfoque de la realidad otra vez
como historia presente. Nosotros aportamos algo, no somos lo demiurgos de la historia.
Esta es una idea importante porque contrasta con un prejuicio que en general hay sobre
los marxistas en el sentido de que nosotros construimos un partido y entonces nos
sentimos los hacedores del porvenir. No. Se puede ayudar a hacer esto, si la humanidad
tiene una salida. Y si ustedes me preguntan al final del curso si la humanidad tiene una
salida mi respuesta es no sé. Pero no sé o si sé es una respuesta puramente pasiva, hay
que probar, esperemos que sí y si hay que probar hay que organizarse de una
determinada manera y después veremos. Esto que estoy diciendo ahora es lo mismo
que, me parece a mi, me hubieran respondido ellos en ese momento. ¿Y para probar que
hay que hacer? Conocer la realidad de tu época y del momento en que vivís.
Yo ahora estoy releyendo muchas cosas sobre la historia de la revolución rusa, se
cumplen 90 años y estoy trabajando en el tema, y si ustedes me preguntan, por ejemplo,
si el azar intervino en la victoria de la Revolución Rusa. Les digo que sí intervino. Y, ya
que empezamos con películas, la vida es un poco como la película de Woody Alen,
Match Point. A mi maravilla como alguien puede desarrollar, no como explicación, no
como análisis, no con las reglas de la lógica, sino como imagen, como creación artística,
una cosa tan profunda. La película empieza con una pelota de tenis que rebota en una
red y sube en cámara lenta y vos no sabés de que lado va a caer. Porque si cae para acá
la historia es A y si cae para allá la historia es B. Y toda la película está construida para
desarrollar esta idea, es decir, lo que suceda va a depender de si la pelota cayó de un
lado o de otro. Entonces, toda la historia esta construida sobre que relación tiene el azar
con la necesidad.
Y esto lo menciono para que vean que el azar no es chiste y nunca un marxista puede
considerarse un demiurgo de la historia en el sentido que él puede manejar la historia. Y
entonces todo lo que yo señale en definitiva fue para sacar la conclusión de que la
restauración capitalista cumplió aquello de que el capitalismo viene chorreando lodo y
sangre, así vino a la URSS y así va a pasar en China, lo que pasa es que se sabe menos.
Y la situación actual es una situación de catástrofe fenomenal. Es decir, la conclusión de
este curso es filosófica, ¿yo les conté la anécdota del libro de Saramago, del profesor de
historia? El hombre duplicado se llama el libro. Y se llama así porque el protagonista de
repente se ve en una película y él nunca estuvo allí. Pero el tipo es un profesor de
historia y un día en una reunión de profesores le dice a sus colegas: “yo tengo que
contarles algo que todavía no he logrado resolver, ¿la historia como se explica, de atrás
para adelante o de adelante para atrás?”.Y entonces como es que hay que explicar la
historia, es un problema que no tiene mucha solución. Porqué de adelante para atrás
naturalmente tiene como riesgo lo dogmático, lo que uno quiere imponer al pasado
como norma de un presente que uno quiere ordenar caprichosamente. Y hacerlo de atrás
para adelante tiene la desventaja de sin ton ni son, porque cómo cuento de atrás para
adelante, siempre tengo que seleccionar algo, sino, soy como el cartógrafo de Borges,
hago una historia tan monumental que no me alcanzan ni los libros, ni los papeles, ni las
lapiceras, ni los años porque tengo que repetir todo. Y si tengo que seleccionar tengo
que tener algún criterio. Entonces las dos maneras deben ser integradas y la fecundidad
de la integración se va resolver en la dinámica de la historia presente. Y la pelota podrá
caer para allá o para acá como consecuencia de la acción de los hombres en lo que ellos
puedan controlar y en lo que no se puede controlar, y sí, hay partes que no se pueden
controlar. Y toda esta presentación que yo les hago es porque yo no sé si después de
toda esta catástrofe del capitalismo va a salir algo pero que el capitalismo es una
catástrofe de eso no me cabe ninguna duda. Capaz sale más barbarie y capaz que no y
entonces hay que ver que conclusiones políticas se derivan de eso, y en general salen
conclusiones que la academia desprecia, y desprecia porque si hay que meterse en la
política y en la lucha real empiezan los líos.
Entonces, la restauración capitalista es quizá la mayor demostración de la catástrofe
moderna y en la academia ser catastrofista está mal visto, en primer lugar, por la visión
vulgar, es decir, el catastrofista es el que cree que la revolución está a la vuelta de la
esquina, y no, la revolución no está a la vuelta de la esquina. Pero para mí lo más
fecundo del pensamiento histórico, por lo menos lo que yo reivindico, es el pensamiento
que se equivoca por ser catastrófico. Y hay un profesor que tiene un libro que se llama
La concepción de la historia en Marx que yo siempre cito, que dice que Marx escribió
sobre la historia bajo la presión de la revolución inminente, como ese chico que a los 18
años en el ‘68 pensaba en cuando tomar el poder. Es la idea que bajo la presión de la
revolución inminente es lo que le da cientificidad a su discurso. Este escritor, sin
embargo es un pesimista, cree que vamos a la barbarie pero el demuestra como el afán
por oradar la realidad y la historia está íntimamente vinculado a la necesidad de pelear,
es decir, de la intervención política y organizada. No se olviden que el Manifiesto
comunista la parte final dice: El programa para la revolución alemana que será –dice
Marx- el preludio de la revolución proletaria. Miren si será catastrofista porque si se
levantara de su tumba y ve que todavía está esta Merkel, el tipo dice devuélvanme El
Capital que voy a empezar todo de nuevo. El preludio de la revolución proletaria! La
obra más leída después de la Biblia!, la erró fiero. Y eso fue en el ’48 y entonces en
1850 se sientan de nuevo a escribir, y en el medio había habido muertos, perseguidos,
etc, y escriben la famosa circular a la Liga de los Comunistas y tampoco viene la
revolución en Alemania. Y entonces se sientan de nuevo y dicen ahora vamos a estudiar
economía y acá llegan a la conclusión de que en 1848 posiblemente lo que detonó la
revolución europea en muchos lugares fue una crisis económica muy violenta y que en
general esas crisis se produce cada diez años y en 1857 vino esa crisis pero la
revolución tampoco triunfó. Entonces, luego se creó una internacional, el movimiento
obrero se terminó recuperando, estalló la comuna de Paris, pero Marx ya estaba
alertado, era más precavido sobre las posibilidades de triunfo. Ahora, yo podría dar más
casos de estos y sin embargo lo imperecedero del planteamiento sobre la realidad y la
historia va más allá del error de un pronóstico.
Entonces, como ustedes ven, el catastrofismo en el sentido incluso de equivocarse tiene
que ver con, algo que yo ya les conté, un rasgo del marxismo que en general no se lo
identifica ni se lo estudia bien. El marxista cree que sin ser el demiurgo de la historia,
sin ser el hacedor universal, el puede intervenir y que la historia se haga, y forzarla un
poquito, si, eso cree. Si la pelota está ahí a veces solo basta un soplido y ¿el soplido es
el que hace que la pelota vaya para acá? No, el soplido culmina un proceso. Pero hay
que soplar cuando conviene, en el momento oportuno, en eso si cree un marxista y
entonces a veces se adelanta un poquito.
Entonces, el catastrofismo no tiene que ver con decir que la revolución está a la vuelta
de la esquina ni que uno con los pronósticos que hace no se puede equivocar, ese es otro
problema que tiene ver con una concepción más profunda de la historia. Y el problema
de la restauración capitalista replantea el problema del catastrofismo como
caracterización del agotamiento histórico de un sistema por su propio desenvolvimiento.
El capitalismo se ha agotado de una manera bestial. Entonces la analogía con el ‘14 no
está mal ¿hubo tiempos más terribles que este? Si probablemente, en el ‘14 inclusive fue
peor porque los partidos obreros y comunistas tenía el poder al alcance de la mano.
¿Será así esta época? No sabemos, tenemos que ver, tenemos que ver si somos
espectadores, tenemos que participar si somos participantes y entonces esto hay que
verlo en escala histórica. En su momento alguien escribirá, en algún manual de historia
en el año 2123 y dirá: mirá estaban todos deprimidos en el 2007 y no saben lo que vino.
Y lo que tiene de parecido esta época con la anterior es que es una época de guerras y de
convulsiones brutales, es decir, la definición que hace Lenin del imperialismo no tiene
nada que envidiarle a la época actual. La historia es como ese viejo topo de Marx que va
erosionando los cimientos de algo hasta el final, hasta el final, y lo va a hacer. Y me
acordé de esto por la guerras, EE.UU en las últimas dos guerras mundiales estuvo en la
retaguardia y ahora no. Miren que interesante. Lógico, yo no voy a hacer simplismo,
como se hizo la tarea del viejo topo y estaba en la retaguardia y ahora está en primer
plano y afronta una empresa que evidentemente lo supera, después de esto va a venir la
catástrofe. Vamos a ver. Bueno termino acá.

Desgrabado por D.B.

También podría gustarte