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Sentencia Caso fortuito o fuerza mayor como eximente de responsabilidad

contractual

La sentencia es de segunda instancia, el contratista que es el demandante se dedica a la


explotación de zonas para la extracción de esmeraldas.

El contratista suscribe un contrato con Ecominas cuyo objeto era que el contratista iba a
realizar la exploración y explotación en una zona con un subsuelo que es potencialmente
esmeraldífero la zona tenía un área de 80 hectáreas, el valor del contrato se fijó en un valor de
23 millones.

Posteriormente en 1985 suscriben otro sí para prorrogar la vigencia del contrato por un
período de 10 años. Y se redujo el área a 50 hectáreas.

El contratista tenía que pagarle a la entidad un canon superficiario y un canon de


administración, el valor del canon superficiario se fijó de multiplicar 20 salarios mínimos por
cada hectárea y el canon de administración de multiplicar 2 salarios mínimos por cada
hectárea.

Al contratista el Ejercito Nacional le suspendió el suministro de explosivos y la empresa de


energía le suspendió el flujo eléctrico, lo que produjo que las obras se suspendieran por 14
meses. Después, le levantaron la suspensión tanto de la energía como de los explosivos.

La entidad le cobra por medio de una resolución los cánones superficiarios y de administración
y el contratista dice que le están cobrando más de lo que debe y además que el contratista
realizó pago de lo no debido porque pagó se le cobra los cánones del período que las obras
estuvieron suspendidas, por lo que demanda la nulidad de esta resolución por pago de lo no
debido.

El tribunal analiza la liquidación que hizo la entidad y observa que este tomó en cuenta las
hectáreas inicialmente pactadas y no la reducción posterior, por lo que cobró más de lo que se
debe, lo que interpreta el tribunal es que se estaría enriqueciendo sin justa por lo que procede
el Tribunal a corregir la liquidación a las hectáreas que corresponde.

La entidad contratante apela argumentando que había realizado la liquidación de manera


correcta, y además que la suspensión del contrato por 14 meses fue responsabilidad del
contratista, por lo que conoce la sala contenciosa del Consejo de Estado.

El contratista alega que el origen de esas dos situaciones se debe a la fuerza mayor o caso
fortuito, por lo que la sala analiza la figura empezando por manifestar lo que dice el artículo 64
del código civil y es que la fuerza mayor o caso fortuito es un imprevisto que no es posible
resistir, y que los pronunciamientos anteriores de la sala de los elementos constitutivos de la
fuerza mayor o caso fortuito son dos: que es imprevisible y que es irresistible, imprevisible
quiere decir que es un hecho sorpresivo, la situación de la ocurrencia no se puede preveer y lo
irresistible es que los efectos no los puede evitar el afectado. Por lo que se analiza el caso
concreto que afirma el contratista que operó esta figura.

Respecto de la suspensión de explosivos por parte del Ejercito al contratista, esto se debe a
que el contratista no contaba con los permisos para emplearlos y que el contratista estaba
vendiendo explosivos a terceros, por tal situación obedece la suspensión de los explosivos.
Frente a la suspensión de energía eléctrica manifiesta la empresa de energía que esto tuvo
ocasión porque el contratista no canceló las facturas de la luz de meses anteriores y ya se
encontraba en mora. Razón por la cual concluye la sala que no opera la fuerza mayor o caso
fortuito porque las dos suspensiones fueron causadas por hechos del contratista, no por
hechos externos.

Por lo que la sala resuelve manteniendo la liquidación que hizo el tribunal y condenando al
contratista a pagar una suma de dinero por la suspensión del contrato.

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