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Los trastornos neurocognitivos (TNC) (a los que el DSM-IV se refiere como delirium, demencia, trastornos
amnésicos y otros trastornos cognoscitivos) comienzan con el delirium, seguido de los síndromes del TNC mayor,
el TNC leve y sus subtipos etiológicos.
La categoría de los TNC engloba los trastornos en que el déficit clínico principal es de la función cognitiva y que
son adquiridos y no del desarrollo. Los TNC son aquellos en los que la disfunción cognitiva no ha estado presente
desde el nacimiento o la infancia temprana y, por tanto, representa un declive desde un nivel de funcionamiento
adquirido previamente.
Todos los criterios de los distintos trastornos neurocognitivos se basan en dominios cognitivos definidos. Una vez
definidos, los dominios, junto con las directrices sobre umbrales clínicos, constituyen la base sobre la que
diagnosticar los trastornos neurocognitivos, sus niveles y sus subtipos.
Prevalencia
Se ha descrito que de los sujetos mayores de 65 años hospitalizados a causa de una enfermedad médica,
aproximadamente el 10 % pueden presentar delirium en el momento de su admisión, mientras que otro 10-15 %
puede presentarlo durante su estancia hospitalaria.
Especificadores
En cuanto al curso, en el ámbito hospitalario, el delirium habitualmente dura alrededor de una semana, pero a
menudo persisten algunos síntomas incluso tras el alta hospitalaria de los individuos.
Los individuos con delirium pueden alternar rápidamente entre estados de hiperactividad y de hipoactividad. El
estado hiperactivo puede ser más común o reconocerse con más frecuencia, y a menudo se asocia con efectos
secundarios de la medicación y con la abstinencia de sustancias. El estado hipoactivo puede ser más frecuente en
las personas mayores.
A. Factores predisponentes.
Edad avanzada.
Deterioro cognitivo preexistente.
Deprivación sensorial.
Enfermedades crónicas graves (hepáticas o renales)
Deterioro funcional previo al ingreso.
Infecciones (incluidas VIH y SIDA)
Enfermedades del SNC (Parkinson, ACVA).
Alteraciones electrolíticas (aumento de urea y creatinina).
Intervención quirúrgica reciente.
Trauma (incluyendo quemaduras y fractura de cadera).
Uso o dependencia de alcohol, hipnótico-sedantes, opiáceos.
Curso
Los síntomas del delirium se desarrollan habitualmente en el espacio de horas o días. Puede empezar de forma
brusca (p. ej., después de un traumatismo craneal), pero es más típico que los síntomas aislados evolucionen
hacia el delirium completo en un período de 3 días. El cuadro se puede resolver en pocas horas o persistir
durante semanas, en especial en sujetos con demencia coexistente. Si se corrige o autolimita pronto el factor
etiológico subyacente, es más probable que la recuperación sea completa.
Diagnostico
A. Una alteración de la atención (p. ej., capacidad reducida para dirigir, centrar, mantener o desviar la atención) y
la conciencia (orientación reducida al entorno).
B. La alteración aparece en poco tiempo (habitualmente unas horas o pocos días), constituye un cambio respecto
a la atención y conciencia iniciales y su gravedad tiende a fluctuar a lo largo del día.
C. Una alteración cognitiva adicional (p. ej., déficit de memoria, de orientación, de lenguaje, de la capacidad
visoespacial o de la percepción).
D. Las alteraciones de los Criterios A y C no se explican mejor por otra alteración neurocognitiva preexistente,
establecida o en curso, ni suceden en el contexto de un nivel de estimulación extremadamente reducido, como
sería el coma.
E. En la anamnesis, la exploración física o los análisis clínicos se obtienen evidencias de que la alteración es una
consecuencia fisiológica directa de otra afección médica, una intoxicación o una abstinencia por una sustancia (p.
ej., debida a un consumo de drogas o a un medicamento), una exposición a una toxina o se debe a múltiples
etiologías.
Especificar si:
Síndrome confusional por intoxicación por sustancias: Este diagnóstico debe establecerse en lugar de un
diagnóstico de intoxicación por una sustancia cuando los síntomas de los Criterios A y C predominen en el cuadro
clínico y sean suficientemente graves para exigir atención clínica.
Síndrome confusional por abstinencia de sustancia: Este diagnóstico solamente debe establecerse en lugar de
un diagnóstico de síndrome de abstinencia de una sustancia cuando los síntomas de los Criterios A y C
predominen en el cuadro clínico y sean suficientemente graves para exigir atención clínica.
Síndrome confusional inducido por medicamento: Este diagnóstico se aplica cuando los síntomas de los Criterios
A y C surgen como efecto secundario de un medicamento tomado con receta.
293.0 (F05) Síndrome confusional debido a otra afección médica: En la anamnesis, la exploración física o los
análisis clínicos se obtienen evidencias de que la alteración puede atribuirse a una consecuencia fisiológica de
otra afección médica.
293.0 (F05) Síndrome confusional debido a etiologías múltiples:
En la anamnesis, en la exploración física o en los análisis clínicos se obtienen evidencias de que el síndrome
confusional tiene más de una etiología (p. ej., más de una afección médica etiológica, otra afección médica más
una intoxicación por una sustancia o un efecto secundario de un medicamento).
Especificar si:
Agudo: Dura unas horas o días.
Persistente: Dura semanas o meses.
Especificar si:
Hiperactivo: El individuo tiene un nivel hiperactivo de actividad psicomotora que puede ir acompañado de humor
lábil, agitación o rechazo a cooperar con su asistencia médica.
Hipoactivo: El individuo tiene un nivel hipoactivo de actividad psicomotora que puede ir acompañado de lentitud
y aletargamiento próximos al estupor.
Nivel de actividad mixto: El individuo tiene un nivel normal de actividad psicomotora aunque la atención y la
percepción estén alteradas. También incluye de individuos cuyo nivel de actividad fluctúa rápidamente.
Diagnóstico diferencial
Tabla 4. Diagnóstico diferencial entre delirium y demencia
Movimientos
A menudo ausentes Frecuentes
involuntarios
6. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO.
Se usa sólo durante el episodio, para revertir signos y síntomas psicóticos, tratar la ansiedad y agitación, cuando las anteriores
medidas han sido insuficientes. Se debe usar la mínima dosis durante el menor tiempo posible.
1. NEUROLÉPTICOS.
Son los fármacos de elección. bloqueo de los receptores dopaminérgicos D2 en la vía dopaminérgica
mesolímbica
De elección cuando se presentan síntomas psicóticos, tienen pocos efectos sedantes, no efectos hipotensores pero tienen más
efectos extrapiramidales.
A. HALOPERIDOL.
o Oral. Pico de acción 2-6 h.
o Dosis 0,5-5 mg (1, 2 ó 3 veces/día). 1gota=0,1 mg.
o I.M. Pico de acción 30-60 minutos.
o Dosis 0,5-5 mg. [1 ampolla=5 mg(1 ml)].
B. RISPERIDONA. (Risperdal ®)
o Tiene la ventaja respecto al anterior en los escasos efectos extrapiramidales, pero limitado su uso por solo
disponer de la vía oral para su administración.
o Dosis inicial 0,5 mg/12 h, que se puede aumentar hasta 1-2 mg/12h.
Comparados con los de alta potencia tienen menos efectos extrapiramidales pero más efectos sedantes, más efectos
anticolinérgicos (lo cual puede agravar el delirium) y cardiovasculares (hipotensión). A. TIORIDACINA (Meleril).
2. BENZODIACEPINAS.
Actúan aumentando la acción del GABA De uso para controlar de forma inmediata la agitación, ansiedad o para
asegurar el sueño. Es el fármaco de elección en los casos de deprivación de sedantes-hipnáticos y alcohol, y son útiles como
adyuvantes de los neurolépticos.
El Midazolam(Dormicum) tiene una vida media corta, se han usado bajo control estricto pero sin embargo se han asociado con
un alto riesgo de deprivación cuando se suspende y con agitación paradójica cuando se usa en pacientes con deprivación por
sedantes-hipnóticos, además produce metabolitos activos que pueden acumularse en pacientes con hepatopatía y causar
toxicidad. Permite la administración iv pero hay que tener en cuenta el efecto depresor del SNC.
3. CLOMETIAZOL (Distraneurine).
Uso en delirium por deprivación de alcohol. Distraneurine solución inyectable al 0,8%,500 ml: Comenzar con 24-60 mg/min(60-
150 gotas minuto) hasta conseguir un sueño superficial; la dosis de mantenimiento varía de 4-8 mg/min (10-20 gotas min).
Prevalencia
La prevalencia señalada en los diversos estudios epidemiológicos depende de la edad de los sujetos de la
muestra; de los métodos para determinar la presencia, gravedad, y tipo de deterioro cognoscitivo, y de las
regiones o países estudiados. En población adulta los estudios comunitarios prospectivos a 1 año han estimado
una prevalencia de casi un 3 % de deterioro cognoscitivo grave.
Este estudio evaluó a los individuos con el instrumento breve que examina el estado mental actual (el Mini-
Mental State Exam), que no identifica diagnósticos específicos. Se estima que el 2-4 % de la población mayor de
65 años padece demencia tipo Alzheimer, siendo otros tipos de demencia mucho menos frecuentes. La
prevalencia de la demencia tipo Alzheimer y de la demencia vascular aumenta con la edad, en particular después
de los 75 años, alcanzando una prevalencia del 20 % o más por encima de los 85 años.
CRITERIOS DIAGNOSTICOS
Trastorno neurocognitivo mayor
A. Evidencias de un declive cognitivo significativo comparado con el nivel previo de rendimiento en uno o más
dominios cognitivos (atención compleja, función ejecutiva, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad perceptual
motora o cognición social) basada en:
1. Preocupación en el propio individuo, en un informante que le conoce o en el clínico, porque ha habido un
declive significativo en una función cognitiva y
2. Un deterioro sustancial del rendimiento cognitivo, preferentemente documentado por un test
neuropsicológico estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación clínica cuantitativa.
B. Los déficits cognitivos interfieren con la autonomía del individuo en las actividades cotidianas (es decir, por lo
menos necesita asistencia con las actividades instrumentales complejas de la vida diaria, como pagar facturas o
cumplir los tratamientos).
C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto de un síndrome confusional.
D. Los déficits cognitivos no se explican mejor por otro trastorno mental (p. ej., trastorno depresivo mayor,
esquizofrenia).
Especificar si debido a:
Enfermedad de Alzheimer (págs. 337, 341–342)
Degeneración del lóbulo frontotemporal (págs. 342–344)
Enfermedad por cuerpos de Lewy (págs. 344–345)
Enfermedad vascular (págs. 345–346)
Traumatismo cerebral (págs. 347–348)
Consumo de sustancia o medicamento (págs. 348–352)
Infección por VIH (págs. 352–353)
Enfermedad por priones (págs. 353–354)
Especificar:
Sin alteración del comportamiento: Si el trastorno cognitivo no va acompañado de ninguna alteración del
comportamiento clínicamente significativa.
Con alteración del comportamiento (especificar la alteración):
Si el trastorno cognitivo va acompañado de una alteración del comportamiento clínicamente significativa (p. ej.,
síntomas psicóticos, alteración del estado de ánimo, agitación, apatía u otros síntomas comportamentales).
Especificar la gravedad actual:
Leve: Dificultades con las actividades instrumentales cotidianas (es decir, tareas del hogar, gestión del dinero).
Moderado: Dificultades con las actividades básicas cotidianas (p. ej., comer, vestirse).
Grave: Totalmente dependiente.