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II.

LOS REINOS CRISTIANOS

1. PRIMEROS NÚCLEOS CRISTIANOS

1.1. Reino astur


Surge en torno a un núcleo de población que, refugiados en las montañas de la
cornisa Cantábrica, ofrecen resistencia a los musulmanes. Dirigidos por un noble,
Pelayo, vencen a los musulmanes en Covadonga (722).
El primer rey fue Alfonso I (739-757), considerado por algunos como el fundador del
Reino Astur, con capital en Cangas de Onís. Consiguió la unión de cántabros y astures y
amplió las fronteras del reino con la incorporación de Galicia.
El rey Alfonso II (791–842) estableció la capital del Reino Astur en Oviedo. Durante
su reinado se proclama heredero del Antiguo Reino Visigodo, adopta las tradiciones de
la monarquía visigoda (monarquía electiva, Fuero Juzgo...) y se descubre la tumba del
Apóstol Santiago, que se convertirá en protector de los cristianos y será origen de una
de las grandes rutas de peregrinación.
Alfonso III (866-910) inició la repoblación del valle del Duero y trasladó la capital del
reino a León, con lo que éste pasó a denominarse Reino de León.

1.2. Castilla
En sus orígenes Castilla, era la frontera oriental del reino Astur-Leonés, zona
escasamente poblada y expuesta a los ataques musulmanes por el sur y por el este. La
necesidad de proteger este territorio-frontera obligó a la nobleza a levantar
construcciones defensivas y castillos para proteger a los campesinos y a sus tierras de
los ataques islámicos. Por eso, a esta zona se la llamó Castiella o “tierra de castillos”,
de donde derivaría su nombre. Estaba gobernada por condes nombrados por el rey
leonés, de los cuales dependían, pero las distancias que lo separaban de León, la
debilidad de los reyes leoneses y la necesidad de defender y proteger el territorio con
sus propios recursos fue aumentando la autonomía de los condes, hasta que uno de
ellos, Fernán González, llegó a proclamar su independencia (segunda mitad del siglo
X).

1.3. Los núcleos pirenaicos


En la región oriental, al sur de los Pirineos, surgen una serie de reinos que forman
parte de la Marca Hispánica, zona fronteriza de carácter defensivo creada por
Carlomagno para proteger su imperio (Imperio Carolingio, en la actual Francia) de los
ataques de los musulmanes, con los que se habían enfrentado los francos en Poitiers,
en 1732. Los reinos que surgen aquí tienen en común sus ansias de autonomía, tanto
frente al poder carolingio (norte) como frente a los musulmanes (sur), luchando, por
tanto, en un doble frente. Todos ellos están gobernados por condes que rinden
vasallaje al emperador carolingio.
1.3.1. Reino de Pamplona
El territorio logró contener los intentos de anexión de los francos y derrotaron a
Carlomagno en Roncesvalles (778). El reino surge a comienzos del siglo IX, cuando un
conde, Íñigo Arista, se independiza de la monarquía carolingia. Durante el siglo X el
reino se expansiona por el valle del Ebro y a principios del siglo XI, Sancho III el Mayor
(1000-1035) se convierte en el monarca hegemónico de los reinos cristianos al
dominar Pamplona, el Condado de Aragón y el Condado de Castilla. A su muerte,
dividió el reino entre sus hijos, siguiendo la vieja tradición feudal: García Sánchez III
reinó sobre Navarra; Fernando I gobernó Castilla; Ramiro I se convirtió en rey de
Aragón y Gonzalo recibió Sobrarbe y Ribagorza.
1.3.2. Aragón
Está integrado por una serie de condados (Aragón, Sobrarbe y Ribagorza) vinculados
al Imperio Carolingio hasta el siglo IX, cuando el conde Aznar Galíndez consigue su
independencia. Posteriormente, en el siglo XI, con Sancho III, se unirá al reino de
Navarra.
1.3.3. Los Condados Catalanes
Pertenecientes a la Marca Hispánica creada por Carlomagno, la administración de
estos territorios se encomendó a condes que rendían vasallaje a los reyes francos
(Barcelona, Gerona, Rosellón, Vic...). Vifredo el Velloso (874-898), conde de Barcelona,
consigue la unificación de casi todos los condados bajo su mando y los declara
hereditarios (será él quien nombre a su sucesor y no el emperador carolingio). Borrell
II (947-992), aprovechando el fin de la dinastía carolingia, deja de prestar homenaje a
la nueva dinastía de reyes francos, los Capetos, iniciando la independencia de los
condados catalanes.

2. EVOLUCIÓN DE LOS REINOS PENINSULARES

 A la muerte de Sancho III de Navarra, Castilla y Aragón se convierten en reinos. El


reino de Navarra quedará encerrado entre ambos, sin posibilidad de expansión;
entre 1076 y 1134, Navarra quedará repartida entre Castilla y Aragón y más
adelante orientará su política hacia Francia.
 Aragón y Cataluña se unirán en el 1137, al contraer matrimonio el conde catalán
Ramón Berenguer IV con la princesa de Aragón, Petronila, hija del rey Ramiro II.
Surge así la Corona de Aragón.
Una vez finalizada la reconquista de los territorios peninsulares, la Corona de
Aragón se orientará a su expansión por el Mediterráneo, incorporando Cerdeña
(1323), Sicilia (1377) y Nápoles (1442).
 En 1143 surge el reino independiente de Portugal (hasta ahora era un condado
perteneciente al reino de León), al proclamarse rey el conde Alfonso Enríquez.
 Castilla y León se unirán y separarán en varias ocasiones entre los siglos XI y XIII,
hasta su unión definitiva en 1230, con Fernando III. Es ahora cuando nace la Corona
de Castilla.

Al finalizar el siglo XIII, los reinos cristianos abarcaban ya todo el territorio


peninsular, con la excepción del Reino Nazarí de Granada, con una división política
que se mantendrá hasta el principio de la Edad Moderna: Corona de Castilla, Corona
de Aragón, Portugal y Navarra.

3. LA RECONQUISTA

3.1. Definición
Se entiende por Reconquista el proceso de ocupación militar de los territorios
musulmanes de la Península Ibérica, por parte de los cristianos, entre los siglos VIII y
XV. Pero reconquistar significa recuperar algo que se había perdido y los reinos que
emprenden este proceso no tienen nada que ver con los que estaban en la península a
la llegada de los musulmanes (visigodos). Son reinos nuevos que se van constituyendo
a partir de unos primeros núcleos de resistencia; de ahí, que para legitimar y justificar
su derecho de conquista de unas tierras que jamás les habían pertenecido se
proclamen herederos legítimos de la monarquía visigoda, a la cual quieren restaurar.
Por otra parte, la Reconquista adquirió un carácter de cruzada contra los infieles
que quedó reforzado con el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago, hecho
que daría un impulso religioso a la lucha contra los musulmanes, además de convertir a
Compostela en un centro de peregrinación de la cristiandad.
Sobre el comienzo de la Reconquista, también hay discrepancias. Para algunos
autores, se inicia en el siglo VIII, cuando empiezan a constituirse los primeros núcleos
cristianos, si bien en estos primeros momentos, los enfrentamientos con los
musulmanes se reducen a escaramuzas aisladas, con un carácter más defensivo que
ofensivo, y se limitan a ocupar unos territorios, el valle del Duero, que estaban
prácticamente desiertos. Es por ello que otros muchos autores prefieren considerar el
inicio de la Reconquista en el siglo XI, cuando el declive del Califato y la formación de
los reinos de taifas dan la superioridad militar a los cristianos y les permite avanzar
hacia el sur, ocupando territorios que habían pertenecido a Al-Ándalus.

3.2. Fases de la reconquista


3.2.1. Siglos VIII al X
Hasta el siglo X, los cristianos sólo ocuparon territorios vacíos en la cuenca del
Duero (León, Burgos, Zamora) y la hegemonía de Al-Ándalus fue incuestionable. Todos
los reinos cristianos sufrieron aceifas de Abd al-Rahman III y Almanzor, viéndose
obligados a declararse vasallos y a pagar parias para evitar ser atacados.
3.2.2. Siglos XI-XII
El avance reconquistador de los cristianos está motivado por el debilitamiento del
califato cordobés (1031) y la fragmentación de Al-Ándalus en pequeños reinos de taifas
independientes. En 1085, Alfonso VI, hijo de Fernando I, extendió el control territorial
hasta el valle del río Tajo y reconquistó la antigua capital del reino visigodo, Toledo.
Este hecho tuvo una gran trascendencia pues fue la primera gran ciudad que los
cristianos arrebataban a los musulmanes. La alarma que suscitó entre los reinos de
taifas llevó a la llamada a los almorávides, tribus del norte de África que asistieron a su
auxilio. Su presencia frenó el avance reconquistador de Castilla tras una rotunda
victoria de los musulmanes sobre los cristianos en la batalla de Sagrajas (1086).
Por su parte, los reyes de Aragón llegaban hasta el valle medio del Ebro, con la
conquista de Huesca (1096) y Zaragoza (1118), que concluiría con el valle bajo del Ebro
(Tortosa y Lleida en 1148 y 1149 respectivamente).
En la segunda mitad del siglo XII hacen su aparición las Órdenes Militares de
Calatrava, Santiago y Alcántara en Castilla y León, y Montesa, en la Corona de Aragón.
Se organizaban en monasterios (monjes guerreros), pero sus fines eran militares,
aunque al servicio de la religión (recuperación de los territorios musulmanes en
España). Los monarcas les encomendaban la defensa de las regiones fronterizas, más
vulnerables.
3.2.3. Siglo XIII
En la primera mitad del siglo XIII asistimos al hundimiento definitivo del poder
musulmán y una espectacular expansión cristiana. Ante el poder almohade (victoria de
Alarcos en 1195), los reinos cristianos al frente de Alfonso VIII aunaron sus esfuerzos, a
lo que contribuyó el espíritu de cruzada que el Papa imprimió a estas luchas. Un
numeroso ejército, dirigido por los reyes de Castilla, Aragón y Navarra, con la
participación de las Órdenes Militares y numerosos cruzados, derrotó a los almohades
en la decisiva batalla de Las Navas de Tolosa (1212). A partir de aquí, el avance
cristiano fue imparable. Fernando III “El Santo”, llevará a cabo una expansión
extraordinaria reconquistando Córdoba (1236), Jaén (1246) y Sevilla en 1248. En el
este peninsular su hijo Alfonso (futuro Alfonso X) incorporó el reino de Murcia (1243)
y ya rey, Alfonso X “El Sabio” (1252-1284) concluyó la conquista de la Baja Andalucía,
con la ocupación de Cádiz y del reino de Niebla (Huelva, 1262).
En la Corona de Aragón, Jaime I “El Conquistador” ocupó las islas Baleares y el
reino de Valencia (1238).
Como resultado, desde finales del siglo XIII hasta finales del siglo XV, el único
territorio musulmán que pervivirá en la zona de expansión castellana será el Reino
Nazarí de Granada.

4. LA REPOBLACIÓN

4.1. Definición
La repoblación es un proceso estrechamente unido a la Reconquista, mediante la
cual los reinos cristianos de la península Ibérica asientan a pobladores en las tierras
ganadas a los musulmanes para ponerlas en explotación y garantizar la defensa de los
territorios conquistados. El proceso varió a lo largo de los siglos, utilizándose distintos
modelos.

4.2. Modelos de repoblación


4.2.1. La “presura” o “aprisio”.
Fue una de las fórmulas más utilizadas entre los siglos VIII y X, al principio de la
reconquista. Consistía en la simple ocupación de un lote de tierra, ya que según el
derecho romano, quien cultivaba un terreno despoblado se convertía en su
propietario. Se dio en fundamentalmente en el norte peninsular, valle del Duero y
zonas próximas a los Pirineos, siempre casi desérticas, y configuró un modelo de
pequeña y mediana propiedad.
4.2.2. La Repoblación concejil.
Entre los siglos XI y XII se llevó a cabo la llamada repoblación concejil en las zonas
comprendidas entre el Duero y los Montes de Toledo en Castilla y León, y el valle del
Ebro en el este peninsular. Consistía en dividir el territorio en concejos integrados por
tierras y una ciudad o villa en la que se asentaban los pobladores y los representantes
del poder real. Una vez que se constituía el concejo, el rey otorgaba a la ciudad un
“fuero” o carta puebla, un documento en el que se recogían una serie de privilegios,
libertades y exenciones para atraer a pobladores. Así, los caballeros villanos tenían
esta condición cuando podían mantener un caballo y armas, ante la necesidad de
garantizar la defensa del territorio.
A los nuevos pobladores se les concedía un solar para levantar su casa y tierras de
cultivo que, al cabo de unos años, pasaban a ser de su propiedad. Al mismo tiempo,
podía disfrutar de las tierras y bienes comunales (bosques, zona de pastos...). Se fue
configurando, así, una mediana propiedad libre.
4.2.3. Las órdenes militares
En la primera mitad del siglo XIII los protagonistas de la repoblación serán las
Órdenes Militares (Calatrava, Santiago, Alcántara, Montesa…), instituciones de
monjes-guerreros que surgen en Tierra Santa para luchar contra el Islam y que se
instalaron también en España, participando en la reconquista de tierras entre el valle
del Tajo y el Guadiana (Extremadura, la Mancha), altos valles del Turia y Júcar, y
Teruel. Por todo ello recibieron extensas propiedades a cambio de la defensa del
territorio, con lo que se van configurando grandes latifundios que se orientarán a la
explotación ganadera.
4.2.4. Los repartimientos
En la segunda mitad del siglo XIII se repuebla el valle del Guadalquivir y el litoral
levantino (Valencia y Murcia), aquí la forma típica fue el repartimiento: tras la
conquista de las ciudades se hacía inventario y se repartía entre los que habían
participado en la conquista en lotes cuyo valor y tamaño estaba en función del rango
social de quien los recibía. El resultado fue la creación de grandes latifundios en poder
de la nobleza, las Órdenes Militares y la Iglesia. En las zonas de huerta de Valencia y
Murcia también surgió una pequeña y mediana propiedad de campesinos libres.

5. ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LOS REINOS CRISTIANOS

5.1. El nacimiento de las Cortes


El organismo más importante de la administración estatal era la Curia Regia, un
consejo integrado por miembros de la nobleza y el clero, que ayudaba al rey en las
tareas de gobierno. A partir del siglo XII surgieron las Cortes, cuando en las reuniones
extraordinarias de la Curia Regia se integró también a los burgueses, en
representación de las ciudades y miembros de las diferentes oligarquías urbanas. En
estas convocatorias sus participantes se agrupaban en función de los tres estamentos
medievales o brazos: la nobleza, el clero y el estado llano o ciudades. En la Corona de
Aragón eran cuatro brazos pues el de la nobleza se desdoblaba en el de los ricos
hombres –o alta nobleza- y el de los hidalgos e infanzones –o baja nobleza. Cada uno
de ellos deliberaba por separado.
Las Cortes eran convocadas por el rey; su principal cometido era atender a las
consultas del monarca en asuntos de especial importancia y votar los subsidios o
impuestos extraordinarios que solicitaba el rey. A cambio, éste se comprometía a tener
en cuenta las peticiones de los estamentos.
Las Cortes de la Corona de Aragón y de Navarra tuvieron mayor protagonismo en la
propuesta y aprobación de leyes, ya que tuvieron siempre presente la defensa de sus
intereses y el rey dependía de ellas en mayor grado. Sin embargo, las Cortes
castellanas vieron reducidas sus funciones a tareas consultivas y el rey gobernaba sin
ellas.
Las primeras Cortes se celebraron en el reino de León en 1188, en Cataluña en 1214
y en Aragón en 1247. Las Cortes de Castilla y León se fusionaron tras la unión de
ambos reinos en 1230, pero en la Corona de Aragón se mantuvieron separadas las
Cortes de Aragón, Cataluña y Valencia, lo que daba al conjunto un carácter confederal
y una mayor autonomía en su gestión.

5.2. Autoritarismo frente a pactismo


5.2.1. El modelo autoritario.
En la Corona de Castilla, la autoridad de la monarquía se fortaleció de modo
considerable. A ello contribuyó la difusión de teorías que, basadas en el derecho
romano, defendían la supremacía absoluta del rey, cuyo poder se consideraba de
origen divino y solo era responsable de sus actos ante Dios. Por ello, el rey ejercía su
poder sin limitaciones y sin contar con las Cortes, que vieron reducidas sus funciones a
tareas puramente consultivas.
5.2.2. El modelo pactista.
En la Corona de Aragón se implantó un modelo político diferente al castellano,
conocido como modelo pactista. El rey se comprometía a respetar las leyes (fueros),
instituciones y costumbres de cada uno de estos reinos, si quería ser investido.
Las Cortes tuvieron un protagonismo importante a la hora de proponer y aprobar
leyes, ya que tuvieron siempre presente la defensa de sus intereses y el rey no podía
legislar sin ellas: las Cortes hacían propuestas legislativas y peticiones al rey y a cambio
aprobaban los subsidios económicos que solicitaba la monarquía. Además, el rey se
comprometía a convocarlas regularmente. Se habla de pactismo porque esa forma de
gobierno provenía supuestamente de un pacto o acuerdo tácito del rey con sus
súbditos.

5.3. Las instituciones de gobierno en Castilla


Además de las Cortes, otras instituciones fueron:
 El Consejo Real, que asesoraba al rey en el gobierno.
 La Audiencia, órgano supremo de justicia.
 La Hacienda, para administrar la economía del reino.

5.4. Las instituciones de gobierno en la Corona de Aragón


 Virreyes: Actuaban como representantes del rey para que ejerciera sus funciones
cuando él no estaba presente.
 Para vigilar el cumplimiento de lo aprobado en las Cortes cuando éstas no
estuvieran reunidas y recaudar, a su vez, el subsidio votado en ellas, se creó otra
institución, entre mediados del siglo XIV y comienzos del XV, la Diputación. En
Cataluña se denominó Diputación del General o Generalitat; también surgieron en
Aragón y Valencia.
 En Aragón se creó también otra institución, el Justicia Mayor, encargado de vigilar
el cumplimento de los fueros del reino, defenderlos frente a pretensiones
autoritarias de la monarquía y de castigar su violación.

5.5. El modelo de Navarra


En Navarra prevaleció la doctrina pactista y las prerrogativas de las Cortes
impidieron el fortalecimiento del poder de la monarquía. Sus instituciones de
gobierno, sin embargo, estaban a mitad de camino entre el modelo castellano y el
aragonés:
 El Consejo Real era el órgano asesor del rey.
 Las Cortes, ante las cuales el rey debía jurar los fueros del reino antes de ser
aceptado como monarca; también concedían los subsidios solicitados por el rey y se
denunciaban los agravios o incumplimientos de las normas forales.
 La Diputación de los Tres Estados se encargaba de gestionar la recaudación de los
subsidios votados por las Cortes.
 La Cámara de Comptos, integrada por nobles y clérigos y encargada de la
recaudación de impuestos y de la gestión de las finanzas reales.

5.6. La administración municipal


La administración municipal recaía, en un primer momento, en asambleas vecinales
abiertas y democráticas para la toma de decisiones, pero con el tiempo fue quedando
en manos de la oligarquía urbana, formada por la pequeña nobleza y la burguesía
enriquecida, que acapararon los principales cargos del gobierno municipal. En Castilla
aparecerá la figura del corregidor, nombrado por el rey, para controlar a los regidores
o alcaldes.

6. EL RÉGIMEN SEÑORIAL Y LA SOCIEDAD ESTAMENTAL

6.1. El régimen señorial


Como en el resto de Europa, entre los siglos VIII al XIII se fue produciendo una
feudalización de la sociedad hispánica. De este modo, se va configurando una
sociedad feudo-vasallática, basada en la existencia de unos vínculos de dependencia
de un noble –vasallo- hacia otro noble de categoría superior o el rey –señor- a cambio
de un beneficio económico.
La debilidad económica de los reyes en esta época, les llevó a solicitar servicios
económicos y militares a nobles y eclesiásticos, a cambio de otorgarles señoríos
territoriales (feudos) para su explotación económica; cuando estos señoríos llevaban
aparejados unos derechos, poder o autoridad sobre la población allí asentada se
convertían en señoríos jurisdiccionales y los nobles ejercían el control del territorio
en nombre del rey. Así, el señor podía recaudar impuestos o impartir justicia,
funciones hasta ahora propias del monarca, y la nobleza va consolidando su poder
(por el llamado privilegio de inmunidad, los señores -beneficiarios del señorío-
obtenían la garantía de que los agentes del rey no intervendrían en el territorio).
Por otra parte, con el avance de la reconquista, los campesinos libres poco a
poco vieron la necesidad de ponerse bajo la protección de los señores a cambio de
entregarles sus tierras, aumentando así su dependencia y quedando sometidos a la
jurisdicción señorial. En otras ocasiones, eran las deudas contraídas las que obligaban
a los campesinos a ceder sus tierras a los señores. En otros casos, quedaban
convertidos en siervos, vinculados a la tierra que trabajaban y con la obligación del
pago de rentas en especie y en trabajo.

6.2. La sociedad estamental


La sociedad feudal era una sociedad fuertemente jerarquizada, dividida en tres
estamentos (nobleza, clero y estado llano) y de estructura piramidal cuya cúspide la
ocupaba el rey. La nobleza y el clero disponían de privilegios fiscales, sociales y
jurídicos y el pueblo llano abarcaba la mayor parte de la población carente de
privilegios.
 Los estamentos privilegiados, nobleza y clero, que eran los propietarios de la
mayor parte de las tierras, estaban exentos del pago de impuestos y eran
juzgados por leyes y tribunales especiales. Ocupaban el siguiente escalafón de
la pirámide, después del rey.
- Dentro de la nobleza había que distinguir entre la alta nobleza, o
aristocracia, con grandes riquezas patrimoniales, y la baja nobleza, integrada
por caballeros, hidalgos... y de posición social muy inferior. Con el tiempo, la
nobleza consiguió consolidar su posición social al instituirse el mayorazgo,
que impedía la división del patrimonio, obligando a su transmisión íntegra a
uno de los herederos, generalmente el primogénito.
- En el clero también existía una diferenciación interna entre el alto clero,
(obispos, abades, arzobispos...) procedente de la nobleza, y el bajo clero
(monjes y frailes, curas rurales...), que procedía de las clases populares.
 En la base se encontraba el llamado estado llano formado por:
- Campesinos, que constituían la mayoría de la población, ya fueran libres o
sometidos a sus señores.
- Artesanos, comerciantes y trabajadores urbanos.
- La incipiente burguesía de las ciudades que se va constituyendo a partir del
desarrollo urbano del siglo XII y que progresivamente irá configurando una
oligarquía (patriciado urbano) que contará con la protección de la
monarquía. Enriquecida por la práctica del comercio, ostentará el poder
económico, político y social de las ciudades.
Todos estos grupos tenían en común la obligación de pagar impuestos y no
tener privilegios.
 Al margen de esta sociedad existían dos minorías que a menudo fueron
perseguidas: los judíos y los mudéjares.
- Los judíos vivían preferentemente en las ciudades, en unos barrios
específicos (juderías o aljamas) y se dedicaban a la artesanía, al comercio y al
préstamo. Gozaron de la protección de numerosos monarcas a cambio de
sus servicios administrativos y financieros, además de ser, en algunos casos,
médicos de reconocido prestigio. La hostilidad popular hacia los judíos fue
creciendo a partir del siglo XIII por la posición de la Iglesia contra ellos, pero
también por la envidia que suscitaba su enriquecimiento y por su papel de
recaudadores de impuestos tanto al servicio de la nobleza como del rey.
- Los mudéjares, musulmanes en territorio cristiano, se dedicaron a la
agricultura y a la artesanía, constituían una mano de obra cualificada y
barata y se localizaban principalmente en Valencia, Murcia y sur del Tajo.

ANEXOS

LA MESTA

Con el avance de la Reconquista, la ganadería experimentó en Castilla un gran


desarrollo, en especial, la oveja merina cuya lana, de excelente calidad, era muy
apreciada dentro y fuera de la Península. Pero la escasez de pastos hizo necesaria la
trashumancia hacia el norte en verano y hacia las dehesas manchegas y extremeñas en
invierno, provocando constantes conflictos entre ganaderos y agricultores, cuyos
cultivos sufrían los daños del paso del ganado.
En 1273, en el reinado de Alfonso X El Sabio, se creó el Honrado Concejo de la
Mesta, encargada de proteger los intereses de los grandes propietarios de ovejas, y
que consiguió de la monarquía grandes privilegios en perjuicio de los agricultores: se
dedicaron las mejores tierras al pasto, relegando las tierras de labor a las zonas de
menor rendimiento; se estableció una red de cañadas reales para la trashumancia del
ganado, se concedían exenciones fiscales...
La inclinación de la monarquía en favor de los ganaderos se debió, entre otras
cosas, al poder de los grandes propietarios de ganado (alta nobleza, órdenes militares,
grandes monasterios...) y a los elevados ingresos que la monarquía obtenía a través de
la exportación de la lana a Flandes y otros países europeos.

LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO

Al-Ándalus jugó un papel de gran importancia como vía de transmisión a Occidente


del pensamiento científico del mundo antiguo y oriental, que fue recuperado por los
árabes y enriquecido con sus propias aportaciones (“eslabón entre la cristiandad y el
Islam”). A ello hay que añadir la convivencia de las tres culturas, cristiana, musulmana
y judía, que supuso un enriquecedor trasvase de elementos culturales entre los tres
grupos.
Una de las principales manifestaciones de ello fue la Escuela de Traductores de
Toledo. Aquí se tradujeron textos recuperados por los árabes que recogían el
conocimiento y el pensamiento del mundo griego y oriental (por ejemplo, la obra de
Aristóteles). La Escuela alcanzó un gran impulso bajo el mecenazgo de Alfonso X El
Sabio, favoreciendo las traducciones del árabe al castellano y al latín, en las que
participaban judíos y cristianos (miembros del clero). Intelectuales y eruditos de toda
la cristiandad vinieron a conocer los ricos fondos bibliográficos de Toledo,
contribuyendo a difundir por Occidente gran parte del conocimiento perdido de la
antigüedad griega y del mundo oriental.

EL CAMINO DE SANTIAGO

Santiago de Compostela se convirtió, debido a la aparición de la supuesta tumba del


apóstol Santiago, en uno de los principales centros de peregrinación de la cristiandad,
junto con Roma y Jerusalén. La vía principal, conocida como Camino de Santiago o
Camino francés, puso en contacto a la Península Ibérica con Europa; en ella fueron
surgiendo nuevas ciudades, hospitales, albergues, iglesias y monasterios y por ella
transitaban peregrinos de toda condición social que introdujeron elementos artísticos
y culturales procedentes de Europa (estilos románico y gótico), al tiempo que
contribuyeron al enriquecimiento económico y a los intercambios comerciales en los
núcleos de población del Camino (León, Burgos, Astorga, Logroño...). Pero también se
difundieron hacia Europa elementos de la cultura hispanomusulmana. El Camino de
Santiago fue, por todo ello, una de las vías de intercambios económicos, culturales y
artísticos más importantes de la Edad Media.

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