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SELECTIVIDAD – HISTORIA DE ESPAÑA

TEMA 3. Los reinos cristianos. Reconquista y repoblación

1. Objetivos didácticos de la unidad

2. La formación de los primeros reinos cristianos


(siglos VIII-XII)
2.1. El reino asturleonés y el nacimiento de Castilla
2.2. Los núcleos cristianos del Pirineo: Pamplona,
Aragón y condados catalanes
2.3. La consolidación de los reinos

3. Expansión y crisis de los reinos cristianos (siglos


XIII-XV)
3.1. Las conquistas del siglo XIII
3.2. La crisis de la Baja Edad Media

4. La estructura de los reinos cristianos


4.1. Las instituciones de gobierno
4.2. Una sociedad guerrera y feudal
4.3. Una economía agraria y ganadera
4.4. Una cultura cristiana

5. La repoblación

6. Recursos didácticos de la unidad

7. Ejercicios de la unidad

1. OBJETIVOS DIDÁCTICOS DE LA UNIDAD

Al finalizar la unidad, los alumnos han de ser capaces de:

- Explicar la importancia del proceso de reconquista para la historia de España.


- Explicar la configuración territorial y cultural de la España actual a partir de la creación y consolidación de
los reinos cristianos.
- Identificar los principales elementos del legado que aportaron los reinos cristianos a la Península.
- Describir las grandes etapas y las causas generales que conducen al mapa político de la península Ibérica
al final de la Edad Media
- Explicar el origen y características del régimen señorial y la sociedad estamental en el ámbito cristiano .

2. LA FORMACIÓN DE LOS PRIMEROS REINOS CRISTIANOS (SIGLOS VIII-XII)

2.1. El reino asturleonés y el nacimiento de Castilla

El período que transcurrió entre los siglos VIII y XI se caracterizó por la hegemonía de Al-Andalus en la Península.
Tan sólo el norte peninsular quedó fuera del dominio islámico y allí se formaron los primeros núcleos de resistencia,
que se constituyeron en reinos y condados independientes.

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Los musulmanes no llegaron nunca a controlar la zona de la Cordillera Cantábrica, habitada por vascos, cántabros
y astures, donde se habían refugiado algunos nobles hispanovisigodos que huían del dominio islámico. Uno de
ellos, Pelayo, derrotó a los musulmanes en Covadonga (722). Los sucesores de Pelayo, Alfonso I y Alfonso II
crearon el Reino de Asturias, que manifestó su independencia del Emirato negándose a pagar tributos. Además,
reivindicaron el principio cristiano y monárquico como legitimador de su continuidad con la tradición visigoda.

En la segunda mitad del siglo IX, Alfonso III aprovechó la debilidad de los emires cordobeses y ocupó el territorio
entre la Cordillera Cantábrica y el valle del Duero, una zona despoblada y abandonada por las guarniciones
militares cordobesas. Para controlar mejor las nuevas tierras, Ordoño II trasladó la capital a León, con lo cual el
reino pasó a denominarse Reino de León, y repobló el territorio con gallegos, cántabros y vascos, y también con
mozárabes huidos de Al-Andalus. Además, fortificó las tierras del este de la Meseta con la construcción de
numerosos castillos y con la creación del condado de Castilla, gobernado por condes nombrados por el rey leonés.
Uno de ellos, Fernán González, se declaró independiente en la segunda mitad del siglo X.

2.2. Los núcleos cristianos del Pirineo: Pamplona,


Aragón y los condados catalanes. VOCABULARIO

En la zona pirenaica, el emperador franco Carlomagno (768-814) Reconquista


propició la creación de los núcleos cristianos que aparecieron en
esta zona. Quería proteger su imperio de los musulmanes, y para
ello creó una franja fuertemente fortificada al sur de los Pirineos El término reconquista hace referencia
(Marca Hispánica), que fue dividida en condados y gobernada al proceso histórico por el cual los reinos
por condes dependientes del emperador. cristianos de la Península Ibérica
conquistaron las tierras en poder de Al-
En el Pirineo occidental, se creó el condado de Aragón en el 817
Andalus. Este proceso de conquista
y, en el 830, expulsaron a los gobernantes francos de tierras
navarras, creándose así el Reino de Pamplona, núcleo tiene un doble sentido: religioso, como
originario del futuro Reino de Navarra. El reino de Pamplona una cruzada de los cristianos contra los
(luego llamado de Navarra) habitado por pobladores vascones, infieles musulmanes; y político, pues
peleaba para no ser ocupado por musulmanes o por los francos. presenta al reino de Asturias como
En el control del territorio se sucedieron diversas familias hasta
que, a comienzos del siglo X, la familia Jimena logró ponerse al continuador del reino visigótico de
frente del reino con Sancho Garcés I (905-925). Su sucesor logró Toledo.
unir Aragón con Navarra al contraer matrimonio con la condesa
heredera de Aragón, núcleo que había surgido en el Pirineo Muchos historiadores consideran el
central.
término inexacto, pues los reinos
El noreste de la Península Ibérica, es decir, el territorio de la cristianos que “reconquistaron” el
futura Cataluña, fue conquistado por los musulmanes. Pero los territorio peninsular se constituyeron
francos, por medio de Carlomagno, tras la derrota en con posterioridad a la invasión islámica.
Roncesvalles vuelven a la Península y conquistan el norte de La expresión responde pues a un intento
Cataluña, hasta Barcelona (801), quedando agregada al Imperio
de legitimación política de estos reinos,
carolingio como una franja protectora frente a los musulmanes, a
la que se llamó Marca Hispánica. El territorio catalán quedó que se consideraban herederos de la
dividido en condados (Rosellón, Cerdaña, Ampurias, tradición cristiana de la monarquía
Barcelona…) dependientes de los monarcas carolingios que, visigoda.
según su conveniencia, ponían y quitaban condes, reuniendo y
dividiendo condados.

Cuando el Imperio carolingio se rompió y entró en crisis, los condes catalanes se aprovecharon y actuaron al
margen de los ya entonces reyes franceses. Así empezó a hacerlo el conde Vifredo el Velloso (879-898), conde de
Barcelona, que decidió transmitir en herencia a sus hijos los condados que él poseía. En el siglo X, sus sucesores
se independizaron de hecho de los franceses. Cataluña, con ello, obtenía su independencia política.

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2.3. La consolidación de los reinos

Con el devenir de los siglos, los pequeños reinos y condados del norte fueron convirtiéndose en poderosos reinos.
En el siglo XI, bajo el reinado de Sancho III el Mayor, el Reino de Pamplona conoció su máxima expansión al
anexionarse los condados de Aragón, Sobrarbe, Ribagorza, así como Castilla. Sin embargo, a su muerte, el reino se
dividió entre sus hijos: Ramiro I se proclamó rey de Aragón, Fernando I rey de Castilla y García Sánchez III se
convirtió en monarca del territorio de Navarra.

En la parte occidental la característica es el engrandecimiento de Castilla, convertido en reino con Fernando I


(1035-1065). Enfrentado con el rey de León logró derrotarle, convirtiéndose también en rey de León, uniendo ambas
coronas. Aprovechando la debilidad de al-Andalus, convertida en reinos de taifas, les cobró parias e inició la
Reconquista de tierras portuguesas (conquista de Coímbra). Su hijo Alfonso VI (1072-1109) da el gran salto
apoderándose de Toledo (1085). Los reyes de taifas, alarmados, solicitaron la ayuda de los almorávides del norte
de África, que logran derrotar a Alfonso VI y frenar la Reconquista cristiana. En este contexto de derrota destacó el
caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI, que
logró apoderarse de Valencia y gobernarla hasta su muerte (1099) para terminar pasando a los almorávides.

En el año 1137, el matrimonio de Petronila, heredera del Reino de Aragón, con Ramón Berenguer IV, conde de
Barcelona, dio lugar al nacimiento de un nuevo reino: la Corona de Aragón, que unió el reino aragonés y los
condados catalanes. Esta corona también ejerció el dominio sobre vastos territorios al otro lado de los Pirineos, pero
tuvo que enfrentarse a las pretensiones del rey de Francia para hacerse con el control de estas zonas. Tras la
batalla de Muret, los reyes de la Corona de Aragón perdieron la mayoría de sus dominios. A partir de este momento,
la expansión de la Corona de Aragón se orientó hacia el sr y el mediterráneo.

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3. EXPANSIÓN Y CRISIS DE LOS REINOS CRISTIANOS (SIGLOS XIII-XV)

Los reinos peninsulares alcanzaron su plenitud en el siglo XIII, coincidiendo con su máxima expansión territorial,
que redujo la presencia musulmana al reino nazarí de Granada. Sin embargo, este esplendor se truncó a mediados
del siglo XIV, como consecuencia de una crisis general que se inició con la Peste Negra.

3.1. Las conquistas del siglo XIII

La primera mitad del siglo XIII fue de gran expansión


de los reinos cristianos, sobre todo a partir de la
disgregación del poder almohade tras la derrota de
las Navas de Tolosa (1212). Entonces, los reinos
peninsulares se alzaron a la conquista de amplios
territorios:

- Jaime I de Aragón conquistó Mallorca, el


reino de Valencia y el de Murcia, que fue
finalmente entregado a su yerno Alfonso X de
Castilla.
- Fernando III de Castilla emprendió la
conquista de Andalucía, entrando en las
grandes ciudades andalusíes: Córdoba, Jaén
y Sevilla.
- Portugal completó su avance territorial hacia el sur con la conquista del Algarve.

A finales del siglo XIII, tan sólo el reino nazarí de Granada dejaba testimonio de la presencia musulmana en la
península.

La Meseta sur, Andalucía, Murcia y Valencia eran zonas con un elevado contingente de población musulmana, que
en su gran mayoría huyó tras la conquista o fue expulsada hacia Granada y el norte de África. A diferencia de las
primeras repoblaciones, el rey encargó la organización de nuevos asentamientos a nobles y caballeros (repoblación
señorial), hecho que favoreció la concentración de tierras en manos de los grandes señores. En Extremadura y en
La Mancha, los reyes también concedieron enormes extensiones (latifundios) a las órdenes militares, que
construyeron castillos y estimularon el asentamiento de campesinos sometidos a servidumbre.

En el valle del Ebro y en Valencia se permitió a los musulmanes la permanencia en el territorio, y el mantenimiento
de su religión y costumbres (mudéjares). Otros musulmanes optaron por convertirse al cristianismo (moriscos). La
mayoría de ellos pasaron a trabajar las tierras de la nobleza en condición de siervos.

La expansión mediterránea de la Corona de Aragón se vio completada por Pedro el Grande, que conquistó Sicilia, y
Jaime II, que tomó la isla de Cerdeña. Posteriormente, ya en el siglo XV, se llevó a cabo la conquista del reino de
Nápoles.

3.2. La crisis de la Baja Edad Media

Los siglos XII y XIII habían sido de expansión económica, pero la llegada de la Peste Negra (1348) inauguró una
etapa de catástrofes demográficas, crisis económica y enfrentamientos sociales:

- Crisis demográfica. Una sucesión de malas cosechas provocó la desnutrición de la población, sobre todo
entre los sectores más desfavorecidos. De este modo, sobre una población mal alimentada y falta de
defensas, la llegada de la Peste Negra ocasionó una elevada mortandad. El impacto demográfico fue muy
importante en los reinos de la Corona de Aragón, especialmente en Cataluña.

- Crisis económica. La disminución del número de campesinos comportó el abandono de muchas


explotaciones agrícolas. A la disminución de la mano de obra, siguió la reducción de la producción agrícola
y un aumento de los precios. Este proceso provocó la caída de las rentas feudales que percibían los

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señores, quienes, para compensar la pérdida de beneficios, exigieron a los reyes mayores concesiones
territoriales e incrementaron los impuestos. En las ciudades, el comercio disminuyó notablemente.

- Revueltas sociales. Él malestar social provocó numerosos levantamientos campesinos contra la nobleza y
el endurecimiento del régimen señorial. En Cataluña, las remensas (campesinos adscritos a la tierra)
exigieron la anulación del régimen señorial. En el noroeste de Castilla (Galicia), tuvo lugar la rebelión
campesina de los irmandiños, con demandas similares. El malestar social también llegó a las ciudades,
donde el descontento se expresó a menudo en forma de acciones contra las minorías.

4. LA ESTRUCTURA DE LOS REINOS CRISTIANOS

4.1. Las instituciones de gobierno

Las tres instituciones básicas de gobierno de los reinos cristianos peninsulares eran la monarquía, las Cortes y los
municipios. En Castilla, la monarquía tuvo un carácter menos feudal que en la Corona de Aragón, y el rey gozaba
de poderes más extensos (facultad de declarar la guerra y poder legislativo y judicial). En la Corona de Aragón, el
mayor poder de los nobles impuso el pactismo, por el cual la autoridad real se veía limitada por las Cortes, y el
monarca debía comprometerse a mantener el derecho y a respetar las costumbres del país antes de tomar
posesión de cargo.

El auge de las ciudades ofreció a los monarcas una nueva posibilidad de obtener recursos para sus campañas, pero
la burguesía exigió como contrapartida su incorporación en las Cortes, hasta entonces reservadas a los
privilegiados. Las Cortes medievales estaban formadas por tres brazos (nobleza, clero y burguesía) y surgieron en
el reino de León, en Cataluña, en Aragón y en Valencia. En
Castilla, tuvieron un carácter consultivo. En la Corona de
Aragón, cada reino tenía sus propias Cortes (Aragón, Valencia,
Cataluña), que gozaban de cierto poder legislativo y votaban
los impuestos

Los municipios disfrutaban de una cierta autonomía y


jurisdicción propia. En principio, estaban regidos por unos
cabildos abiertos, pero la expansión y el crecimiento urbanos
del siglo XIII hicieron que los deseos centralizadores del
monarca también llegasen a las ciudades. Así, en Castilla,
surgió la figura del corregidor, representante del poder real.

4.2. Una sociedad guerrera y feudal

La sociedad en los reinos cristianos de la península se inserta


en un sistema de organización social, económico, político e
ideológico que se conoce con el nombre de feudalismo. La
iglesia contribuyó a definir y afianzar la ideología que
sustentaba este sistema, y que en pocas palabras podríamos
resumir diciendo que la sociedad se dividía en tres funciones,
cada una de las cuales daba sentido a un "orden" (o
estamento), que tenía su propia condición jurídica. Finalmente,
y en un proceso que llevó su tiempo, la sociedad quedó
organizada en tres estamentos u órdenes: nobleza, clero y
campesinos.

1. La nobleza (los que guerrean). Son los grandes


propietarios de tierras y reciben de los reyes atribuciones políticas y jurídicas en territorios del reino
(señoríos). Al convertirse estas atribuciones en hereditarias, la monarquía perdía el control de gran parte de las
tierras del reino.
La nobleza constituirá un grupo privilegiado pero heterogéneo, porque en su seno se distinguirá la alta
nobleza, cuyo poder económico y territorial superaba al de los propios reyes, y escalafones inferiores de nobles que

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no contaban con señoríos, pero que por su linaje y sangre mantenían el resto de privilegios de este grupo
(hidalgos). La peculiaridad que ofreció España a este sistema, con más claridad en Castilla, fue la posibilidad de
alcanzar el rango nobiliario (aunque en su peldaño inferior) por parte de personas plebeyas que pudieran
mantener un caballo y armas (caballeros villanos). De esta forma, la guerra se convertía en un medio de
promoción social.

2. El clero (los que oran). Se convierte en otro estamento privilegiado, que también recibe tierra y señoríos de los
monarcas. Los principales cargos eclesiásticos (cardenales, obispos, abades de grandes monasterios) proceden de
la alta nobleza y detentan un gran poder político y económico en los reinos cristianos. Son también los que
controlan durante la Edad Media la cultura y el saber.
El estamento eclesiástico también incluía a un gran número de curas, frailes y monjes que no disponían de grandes
rentas ni riquezas, pero gozaban de los privilegios jurídicos que comportaba el ser eclesiástico, como por ejemplo
no pagar impuestos y no ser juzgado por tribunales ordinarios en caso de ser acusado de delito.
Un caso especial dentro del estamento eclesiástico fue el de las órdenes militares. Nacieron en Tierra Santa para
defender los territorios conquistados en las cruzadas, y se trataba de órdenes religiosas, pero cuyos miembros eran
a la vez guerreros. En la Península Ibérica se instalaron las principales órdenes internacionales: la Orden del
Temple y la Orden de San Juan, pero también se fundaron órdenes militares Hispanas: la Orden de Calatrava en
el reino de Castilla, las órdenes de Santiago y Alcántara en el de León y la Orden de Montesa en Aragón.
Recibieron extensos territorios en las zonas fronterizas para su defensa y explotación, y participaron con sus
contingentes armados en las campañas de conquista frente a Al-Andalus. Sus extensos dominios en Extremadura y
La Mancha han dejado una importante huella en la organización del territorio hasta nuestros días, como se aprecia
en el nombre de algunas de las comarcas actuales de esta zona: Campo de Calatrava, Campo de San Juan...

3. El campesinado (los que trabajan). Normalmente no eran propietarios y estaban sujetos a la dependencia y
autoridad de sus señores nobles o eclesiásticos. Muchos tenían la condición de siervos, es decir, estaban
vinculados a las tierras de sus señores, no podían abandonarlas y su situación era hereditaria. Sin embargo, otra
peculiaridad que ofrece la España medieval, respecto a otros territorios feudales de Europa, es que la necesidad
de atraer repobladores para vivir en las tierras que se conquistaban a Al-Andalus hacía que tanto el rey
como los señores tuvieran que ofrecer condiciones atractivas y garantizar ciertos derechos y libertades a
los pobladores.
Desde el siglo XI, el desarrollo urbano propició el crecimiento de las ciudades y de un nuevo grupo social: la
burguesía. Aunque perteneciente al grupo no privilegiado (pagan impuestos) consiguieron que se les concedieran
ciertos derechos y autonomía en el gobierno de sus ciudades, reflejados en los fueros que el rey o el señor del
territorio en que se encontraba la ciudad concedían a sus pobladores.
La participación de representantes de las ciudades en la asamblea de nobles y eclesiásticos que asesoraba a los
reyes dio origen a las Cortes medievales, que se convertirán con el tiempo en la representación del conjunto de los
súbditos ante el monarca, y que alcanzaron un poder mayor en el caso de la Corona de Aragón, llegando a limitar la
autoridad de sus reyes.

4.3. Una economía agraria y ganadera

Los reinos cristianos peninsulares, a pesar de tener una estructura política similar, desarrollaron orientaciones
socioeconómicas distintas a partir del siglo XII.
En Castilla la ganadería se vio potenciada y pasó a convertirse en el factor fundamental del desarrollo económico.
La ganadería ovina fue un elemento clave del enriquecimiento económico de los grupos privilegiados
(monasterios, instituciones eclesiásticas y nobles) que se convirtieron en propietarios de grandes rebaños. La
oligarquía ganadera ejerció una presión continua sobre los agricultores, que vieron frenado el desarrollo agrícola por
la imposición de los intereses de estos poderosos grupos. Por ejemplo, los campesinos no podían cercar sus
propiedades, y en los momentos en que no estaban sembradas los rebaños podían pastar en ellas. Tampoco se
podían ampliar los campos de cultivo en detrimento de los pastos.
La lana castellana, procedente de la raza merina de origen andalusí, era de gran calidad y tenía una gran
demanda. La reconquista de la Mancha, Extremadura y Andalucía proporcionó grandes territorios para pastos.
En tiempos de Alfonso X, en 1273 se constituyó el Honrado Concejo de la Mesta.
La mayor parte de la producción lanera se destinaba a la industria de paños de Inglaterra y de los Países Bajos. La
salida se realizaba desde los puertos cantábricos y su venta favoreció las ferias y mercados castellanos (Medina del
Campo). De este modo, la Corona de Castilla mantuvo una economía exterior basada en la exportación de

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materias primas (hierro y lana fundamentalmente). Ello dificultó el desarrollo de las manufacturas y de la
artesanía, y frenó el nacimiento de una burguesía que pudiese servir de contrapeso al poder de la nobleza.
En Aragón se consolidó una sociedad agraria de grandes propietarios nobiliarios, incrementándose la
dependencia del campesinado. Por el contrario, en Cataluña no se produjo una dinámica latifundista, excepto
en el Pirineo, y el desarrollo agrario impidió la preeminencia ganadera. Desde el siglo XII el comercio se vio
favorecido por la expansión territorial hacia el Mediterráneo, convirtiéndose Barcelona en uno de los puertos
más importantes del mediterráneo occidental. Las actividades navales, artesanales y comerciales contribuyeron a la
aparición de una potente burguesía ciudadana, que ascendió políticamente en el gobierno de la ciudad. Por su
posición geográfica dentro de la Península, el comercio de la Corona de Castilla, gestionado desde Burgos, las
villas del Cantábrico y Sevilla, se orientó hacia el Atlántico. En este sentido fue fundamental el control del
Estrecho de Gibraltar, amenazado por las posibles alianzas del reino nazarí de Granada con los musulmanes del
Norte de África (batalla del Salado, Cádiz 1340). Tras la conjura de esta última amenaza africana, el paso del
estrecho de Gibraltar se vio asegurado para las flotas cristianas, lo que favoreció notablemente el comercio
castellano y portugués.
Por su parte, el tráfico comercial de la Corona de Aragón, que tenía en Barcelona su puerto principal, se orientó
al Mediterráneo. La intensidad del comercio impulsó la creación de consulados del mar, en los que los cónsules
dirimían los conflictos entre mercaderes.

Por su estratégica posición respecto a Europa y a los países islámicos, el comercio hispano atrajo a muchos
mercaderes extranjeros. Los de origen franco se instalaron en Barcelona y ciudades del Camino de Santiago. Los
genoveses y otros italianos escogieron sobre todo Sevilla, donde asentaron agentes que controlaron el comercio
internacional de la lana castellana. Esta presencia genovesa en Andalucía jugó un papel relevante en la futura
expansión atlántica de Castilla.

4.4. Una cultura cristiana

No puede negarse que en el terreno cultural la España cristiana fue un centro de primera magnitud, en gran
parte porque sus relaciones con Al-Andalus permitieron un trasvase de conocimientos que se difundieron a
toda Europa.

Tal vez las dos manifestaciones culturales más destacadas de la Hispania medieval fueron las peregrinaciones
a Santiago de Compostela, muy relacionadas con la difusión en la península de los estilos artísticos románico y
gótico, y la escuela de traductores de Toledo.
Las peregrinaciones a Santiago de Compostela se enmarcan dentro de la difusión del culto a los santos y a sus
reliquias que se produjo en la Europa cristiana de la Edad Media. En Galicia, a comienzos del siglo IX, se afirma
haber encontrado la tumba del apóstol Santiago, y la
monarquía asturiano-leonesa difunde y promociona
dicho hallazgo, que le sirve para justificar
ideológicamente la guerra que mantiene contra Al-
Andalus.
A partir del siglo XI, las peregrinaciones desde todos los
rincones de Europa para acudir a Santiago de
Compostela se hicieron populares, creándose rutas
estables que seguían los peregrinos. Cruzados los
Pirineos, dichas rutas confluían y seguían una senda
que conocemos como Camino de Santiago. El tráfico de
personas por las rutas de peregrinación fue uno de los
elementos de difusión cultural más importantes de toda
la Edad Media, y tuvo un doble flujo: por ellas entraron
las influencias que permitieron que la cultura peninsular
se hiciera europea, y por ellas salieron hacia Europa
muchos conocimientos y avances que Al-Andalus había
traído de oriente.
Las peregrinaciones a Santiago potenciaron la construcción de iglesias, monasterios, hospitales para
peregrinaciones, puentes e infraestructuras, y sirvieron de difusión a los dos principales estilos artísticos que se
sucedieron en la Europa medieval: el románico y el gótico. En nuestros días, esa misma ruta es recorrida por miles
de personas cada año, y constituye uno de los fenómenos turísticos más originales de España.

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5. LA REPOBLACIÓN

La repoblación es la ocupación y colonización de las tierras arrebatadas a los musulmanes en el proceso


de reconquista. Se pueden distinguir dos fases: hasta el siglo XI se produce un avance lento y el sistema más
empleado es la “presura” o apropiación individual; y entre los siglos XI-XIII el avance es rápido y consistió en la
entrega de grandes lotes de tierras a nobles, clero, órdenes militares y concejos. Tres fueron básicamente los
sistemas de repoblación que se emplearon durante la Edad Media:

- La presura: Fue el sistema empleado inicialmente y hasta el siglo XI. Se empleó en las tierras al norte de
los ríos Ebro y Duero. Consistía en la libre ocupación de tierras por parte de los repobladores-campesinos,
animados por los nobles y la monarquía. Se les concedía la tierra que cultivasen y eran hombres libres. Las
zonas cultivadas con este sistema dieron lugar a la aparición de pequeños y medianos propietarios, y a
pueblos realengo.

- La repoblación concejil: Fue el sistema empleado a lo largo del siglo XI. Se empleó en las zonas entre el
Duero y el Guadiana, en el valle del Ebro y en el norte del Levante. Consistía en la concesión por parte del
rey de una serie de leyes particulares (privilegios) a ciudades y villas amuralladas que dominaban un amplio
territorio agrícola denominado alfoz. Todo esto (ciudad y alfoz, llamadas "comunidades de villa y tierra") se
gobierna mediante un concejo o ayuntamiento. Estas leyes (FUEROS) se les concedían a los territorios para
animar a la población a asentarse y repoblar. Ciudades con fueros importantes fueron Logroño, Burgos,
Salamanca, Zaragoza y Valencia...y hay muchas más.

- Los repartimientos: Sistema empleado a partir del siglo XII en los territorios conquistados. Consistía en la
donación por parte del rey de los territorios ganados a Al-Andalus a órdenes militares (s. XII) o nobles (s.
XIII) como pago por su participación en la Reconquista. Los nobles y órdenes militares pusieron en
explotación las tierras recibidas mediante mano de obra servil.

6. RECURSOS DIDÁCTICOS DE LA UNIDAD

- Documental “Memoria de España: la desintegración del Islam andalusí y el avance cristiano” (RTVE):
http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-disgregacion-del-islam-andalusi-
avance-cristiano-polvo-sudor-hierro/3206120/
- Documental “Memoria de España: la Península de los cinco reinos” (RTVE) :
http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-peninsula-cinco-reinos/3209458/
- Reportaje de National Geographic sobre la catedral de Santiago de Compostela:
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/la-catedral-de-santiago_7200

7. EJERCICIOS DE LA UNIDAD

Cuestión 1:

a) Cita en que batalla vence Don Pelayo a los musulmanes


b) Define Repoblación

Cuestión 2

a) Cita a la muerte de que rey del reino de Pamplona se divide este territorio entre sus 3 hijos
b) Explica brevemente la evolución del reino de Pamplona desde su origen hasta que muere Sancho III

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Cuestión 3

a) Indica en que siglo se produce la conquista de Toledo


b) Define parias

Cuestión 4

a) Indica en que siglo se produce la gran expansión territorial de los reinos cristianos
b) Explica brevemente la expansión por el Mediterráneo de la Corona de Aragón en el siglo XIII

Cuestión 5

a) Cita a que 2 hechos se debe la crisis demográfica de los reinos cristianos en siglo XIV
b) Explica brevemente que estamentos de la sociedad eran considerados los privilegiados

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