Está en la página 1de 7

Diplomado en Nutrición Clínica

UEB, ILSI-Norandino, ACNC

Módulo: 2

Tema: 25. NUTRICIÓN ENTERAL POR SONDA

ANGÉLICA MARÍA PÉREZ CANO

Nutricionista Dietista
Candidata a Maestría en Nutrición Clínica
Jefe del departamento de Nutrición Clínica, Hospital Infantil Universitario San José, Bogotá
Presidente Asociación Colombiana de Nutrición Clínica
Coordinadora Nacional NutritionDay Colombia
Docente Universitaria, profesora certificada en el curso Long Life Learning (LLL) de ESPEN,
coordinadora el componente nutrición en el Curso CINC de FELANPE

Objetivos de aprendizaje:

1. Enunciar las indicaciones y contraindicaciones para la instauración de la terapia nutricional


enteral.

2. Identificar las vías de acceso, formas de administración, requerimientos y monitorización en la


nutrición enteral.

3. Describir las posibles complicaciones y seguridad de la nutrición enteral.

Mensajes clave:

1. Siempre escoger como primera opción la nutrición enteral frente a la nutrición parenteral,
siempre que el tracto gastrointestinal esté indemne.

2. Las fórmulas de nutrición enteral se deben acomodar a la situación fisiopatológica de los


pacientes y no al contrario.

3. Conocer todas las opciones de fórmulas enterales y tecnología disponible es una obligación
cuando se trabaja en terapia nutricional

Contenido:

1. Introducción
2. Historia de la nutrición enteral
3. Definición, selección y clasificación
4. Complicaciones
5. Conclusiones
6. Referencias
1. Introducción

El tracto digestivo tiene como principales funciones digerir y absorber nutrientes desde el intestino
hasta la célula y es uno de los sistemas orgánicos más importante cuando de nutrición hablamos.
Sus funciones de digestión y absorción son las más frecuentes, pero también tiene funciones
inmunitarias que han sido ampliamente estudiadas, y que sirven de barrera para evitar la acción de
posibles toxinas o microorganismos que pueden entrar y enfermar el cuerpo humano.

La terapia médica nutricional enteral, presenta entonces muchas ventajas sobre otros tipos de
terapia como la nutrición parenteral la cual vamos a abordar más adelante. La nutrición enteral es
una terapia más fisiológica, ya que permite la conservación de la estructura normal y la función
adecuada del intestino, favorece una mejor flora intestinal y una repuesta inmune adecuada.
También es una técnica más segura y capaz de mejorar los desenlaces clínicos cuando se interviene
a los pacientes de manera oportuna.

2. Historia de la nutrición enteral

La historia de la nutrición enteral se remonta a 3.500 años aproximadamente. En papiros egipcios


se encontró evidencia de la alimentación vía rectal de guerreros de la época. Se administraban,
probablemente a presión, una gran variedad de alimentos como leche, suero lácteo, cereales
germinados, vino entre otros líquidos por medio de una pipeta atada a una vejiga (1).

Siglos después, en 1878 Brown Sécquard publica en Lancet una carta comunicando el uso de una
mezcla alimentaria formada por 2/3 de libra de carne de buey y 2/5 de libra de páncreas de cerdo
molido, como método transitorio de alimentación en pacientes con problemas de disfagia. Los
tubos utilizados para esta administración tenían diámetros variables y eran de caucho con embudos
pequeños y tubos de cristal (2).

También fueron utilizadas con carácter nutritivo otras sustancias como la sangre desfibrinada.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la vía rectal fue utilizada para administrar agua, sueros salinos,
glucosados, aminoácidos en solución isotónica y algunos medicamentos. Pero el caso más
conocido por su repercusión histórica fue el del presidente de los Estados Unidos de América
(EE.UU.) James Garfield, que, en 1881, tras un intento de asesinato se mantuvo alimentado, cada 4
horas por vía rectal, con enemas de peptonas de carne de buey, sangre desfibrinada y whisky,
durante 79 días hasta su muerte (3-4). En 1617 Fabricius y Aquapendente utilizaron tubos de plata
que colocaban por vía nasofaríngea para alimentar a niños con tétanos. Estos tubos rígidos fueron
posteriormente sustituidos por tubos flexibles de piel elaborados por Von Helmont (5). Un siglo
más tarde, John Hunter alimentó a un paciente con disfagia por parálisis de los músculos
deglutorios utilizando un tubo de hueso de ballena cubierto de piel de anguila y conectado a una
especie de vejiga, que actuaba como una bomba de infusión. Mediante este mecanismo fue capaz
de administrar con éxito al paciente mermeladas, confituras, huevos crudos, leche y vino, así como
la medicación que consideraba oportuno. Esta medida permitió reafirmar esta técnica de
alimentación nasogástrica como segura y eficaz (6).

El uso de sondas y el desarrollo de las bombas de infusión tuvieron su momento de auge en la


primera mitad del siglo XIX en Inglaterra. Fue a comienzos del siglo XX en EE. UU, cuando diseños
de sondas como los de Einhorm permitieron avanzar en el uso clínico dificultoso de la nutrición
enteral. En 1959 Barron y Fallis describen sondas más flexibles de poliuretano, emplean bombas de
infusión, y diseñan una modificación de la sonda habitual colocando una pieza de mercurio en el
extremo distal facilitando con ello su colocación y su uso clínico (7).

En la búsqueda de accesos digestivos más permanentes, seguros con técnicas mínimamente


invasivas, Ponsky realiza la primera Gastrostomía Endoscópica Percutánea (GEP). Paralelamente
al desarrollo del equipamiento, los avances, en la segunda mitad del siglo XX, en el conocimiento
de la fisiología relativa a los requerimientos energético proteicos y el amplio conocimiento del
papel de determinados nutrientes, permitió mejorar el diseño de nuevas fórmulas químicamente
definidas, pudiendo demostrar su eficacia en los estudios con animales de experimentación
inicialmente y posteriormente en voluntarios sanos y pacientes (8).

Todo lo anterior demuestra que, a lo largo de la historia de la humanidad, la medicina ha avanzado


más en los últimos 50 años que en todos los siglos anteriores. Los avances tecnológicos, el gran
desarrollo de la investigación científica y las nuevas demandas sociales han permitido emerger a la
medicina moderna como un conjunto de disciplinas al servicio de la salud del hombre actual.

La nutrición clínica es una de las disciplinas más desarrolladas que hoy forman parte de esta
medicina moderna. En ella, probablemente sea la nutrición enteral (NE) la que ha aportado
mayores cambios relacionados con su uso en función de los estudios científicos.

3. Definición, selección y clasificación

La nutrición enteral se define como la administración de una solución de nutrientes para conseguir
un soporte o terapia nutricional adecuada por vía digestiva, mediante el uso de sondas con la
intención de contribuir al aprovisionamiento de los requerimientos totales o parciales de los
mismos, suprimiendo las etapas bucal y esofágica de la digestión (9).

Dentro de los objetivos de cualquier tipo de nutrición artificial se encuentra reemplazar las pérdidas
de nutrientes, corregir el déficit orgánico y promover balances energéticos y nitrogenados
adecuados.

El primer paso para establecer la nutrición enteral es la adecuada selección del paciente. Está
indicada para aquellos pacientes que no pueden, no deben o no quieren alimentarse vía oral y
mantienen un intestino funcionante. Cabe resaltar que no es imprescindible tener el tubo digestivo
funcionante, solamente con mantener una mínima actividad funcional de intestino delgado con
capacidad absortiva se podría intentar instaurar la nutrición enteral como medida de terapia
nutricional.

Siempre que sea posible, antes de establecer la nutrición enteral se debe realizar un ensayo
adecuado de las posibilidades del paciente de ingesta oral. Se procederá al cambio en la
consistencia de los alimentos, la densidad de nutrientes o el horario de comidas. Se tendrá también
en cuenta las preferencias y tolerancias individuales del paciente con respecto a las comidas. Si
después de realizar todas estas operaciones no se consigue la ingesta adecuada, el paciente será
candidato a la colocación de una sonda de alimentación.

Las patologías más aptas para instaurar una sonda de alimentación son en más del 40% por
enfermedad tumoral, en 30% por enfermedad neurológica y en menor frecuencia por patología
gastrointestinal (9).

En los años 70 la Food and Drug Administration (FDA) acuñó el término “medical food” definiéndolo
como aquel producto que se utiliza para el tratamiento nutricional y dietético de los pacientes con
enfermedades o situaciones clínicas que requieren un manejo nutricional específico.

En1989, la OMS junto con la FAO propuso la siguiente definición: “Los productos para usos
nutricionales específicos (medical foods) son una categoría de alimentos que han sido diseñados
para situaciones clínicas determinadas y deben usarse siempre bajo supervisión médica. Se utilizan
para alimentar exclusiva o parcialmente a los pacientes que tienen limitada su capacidad de comer,
digerir, absorber o metabolizar los alimentos habituales, o que presentan unos requerimientos
nutricionales especiales que no pueden cubrirse con la alimentación natural” (10).
Las fórmulas de uso enteral se clasifican según la presentación de los nutrientes en:

a) Formulas poliméricas: son fórmulas que aportan la proteína de manera intacta. Los
hidratos de carbono están en forma de oligosacáridos y los lípidos suelen estar constituidos por
triglicéridos de cadena larga. Se presentan en forma líquida (listas para usar) y poseen baja
osmolaridad. Suelen tener una densidad calórica que va desde 1 kcal/ml hasta 2 kcal/ml. Estas
últimas son las que se usan más frecuentemente y se pueden aplicar en el caso de que el paciente
mantenga una capacidad motora, digestiva y de absorción suficiente. En la actualidad existen
dietas poliméricas enriquecidas con fibra dietética que se pueden usar en el caso de que aparezcan
problemas de tránsito intestinal o que la nutrición enteral sea de larga duración.

b) Formulas peptídicas: son fórmulas donde el aporte nitrogenado se realiza en forma de


oligopéptidos, los hidratos de carbono son hidrolizados de almidón de maíz y las grasas suelen ser
grasas vegetales. Tienen una osmolaridad más elevada que las formulas poliméricas y un mayor
coste. Su indicación principal es en pacientes con patología intestinal y nutrición enteral
transpilórica.

c) Formulas especiales: las cuales se adaptan a las necesidades metabólicas y nutricionales de


algunas patologías concretas. Los tipos principales que existen son utilizados en pacientes con
insuficiencia hepática, diabetes, insuficiencia renal, problemas respiratorios, en cuidado crítico, y
en estado de inmunosupresión.

Por otro lado, las formulas también se clasifican según la densidad energético-proteica en:

a) Fórmula estándar: aporta 1 kcal/ml.


b) Fórmula hipercalórica: aporta entre 1,5 - 2 kcal/ml.
c) Hipercalórica-hiperproteica: aporta entre 1,5 - 2 kcal/ml y un contenido proteico igual o
superior al 18% del valor calórico total.

El método y horario de administración de la fórmula deben permitir conservar el estilo de vida del
paciente con la mayor movilidad, tiempo libre y que llegue a ser una rutina diaria. Los tres métodos
más empleados son la infusión continua, la infusión intermitente y la infusión en bolos (jeringa).
Por último, para evitar complicaciones se debe vigilar especialmente el cuidado de la mucosa nasal
y orofaríngea, el cuidado y limpieza de la sonda y los sistemas de infusión, la posición del paciente
en el momento de administrar la nutrición enteral. Para evitar la broncoaspiración se debe vigilar
el ritmo de infusión, monitorizar las posibles pérdidas de fluidos, controlar el balance
hidroelectrolítico, prestar atención a la presencia de signos clínicos como dolor, distensión
abdominal, náuseas, vómitos, regurgitación, dificultad respiratoria (11).

4. Complicaciones

Las complicaciones más habituales se dividen en:

a) Mecánicas: por ejemplo, las lesiones por decúbito (nasal, estoma de gastrostomía o
yeyunostomía), obstrucción de la sonda, desplazamiento de la sonda, salida de la nutrición a través
de la ostomía.

b) Gastrointestinales: regurgitación y vómito, diarrea, estreñimiento, neumatosis intestinal y


necrosis yeyunal.

c) Metabólicas: alteraciones hidroelectrolíticas, hiperglucemia y síndrome de realimentación


(9).

5. Conclusiones

La nutrición enteral es una técnica de soporte nutricional que ofrece grandes beneficios
demostrando ser una medida coste-efectiva.

Es importante conseguir un equilibrio entre la medicina basada en la evidencia y la medicina coste


efectiva la cual es tarea de todos los que intervienen en la gestión sanitaria que, con las decisiones
diarias, son responsables del 70% del gasto de un centro sanitario. De ahí la importancia de los
clínicos en la gestión sanitaria.

6. Referencias
1. McCamish MA, Bounous G, Geraghty ME: History of Enteral Feeding: past and Present
Perspectives. En: Clinical Nutrition. Enteral and Tube Feeding. JL Rombeau, RH Rolandelli
(eds.). WB Saunders Company 3 Ed USA. 1997. pp: 1-11.
2. Brown-Séquard CE: Feeding per rectum in nervous affections. Lancet 1878; 1:144.

3. Vázquez C: Los comienzos de la nutrición enteral. Alim Nutri Salud 1994; 1(2):2526.
4. Bliss DW: Feeding per rectum: as illustrated in the case of the late President Garfield and
others. Med Red 1882; 22:64.
5. Parerira MD: Therapeutic Nutrition with Tube Feeding. Springfield. IL: Charles C Thomas,
1959.
6. Hunter J: A case of paralysis of the muscles of deglutition cured by an artificial mode of
conveying food and medicines into stomach. Trans Soc Improve Med Chir Know 1793;
1:182.
7. Ballis LS, Barron J: Gastric and jejunal alimentation with fine polyethylene tubes.
Arch Surg 1952; 65:373.
8. Winitz M, Seedman DA, Graff J: Studies in metabolic nutrition employing chemically
defined deits 1. Extended feeding of normal adults males. Am J Clin Nutr 1970; 23:525-545
9. J. Álvarez Hernández, N. Peláez Torres y A. Muñoz Jiménez. Nutr. Hosp. (2006) 21 (Supl. 2)
87-99 ISSN 0212-1611 • CODEN NUHOEQ S.V.R. 318
10. Guenter P, Jones S, Sweed MR, Erickson M: Delivery Systems and Administration of
Enteral Nutrition. En: Clinical Nutrition. Enteral and Tube Feeding. JL Rombeau and RH
Rolandelli eds. WB Saunders Company 3 Ed USA. 1997. pp. 240- 267.
11. Gómez C, os AI: Métodos de Administración de la Nutrición Enteral. En: Vías de Acceso en
Nutrición Enteral. S Celaya ed. Multimedia ed. 2ª edición. Barcelona, 2001. pp. 67-82.

También podría gustarte