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DOSSIER TEÓRICO

FORMACIÓN EN TERAPIA GESTALT

TEORÍAS CICLO BÁSICO:


LOS SUEÑOS (I)

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ÍNDICE

Definición de sueño 3

Historia 5

Ciclo del sueño 10

Cómo recordar los sueños 15

Cómo trabajar los sueños 17

Técnicas para trabajar los sueños 19

Referencias bibliográficas 21

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1) DEFINICIÓN DE SUEÑO

Para realizar una definición de sueño, cabe hacer una primera distinción
entre lo que en catalán distinguimos con dos palabras diferenciadas que son “el
son” y “el somni”, y que en castellano se conocen los dos fenómenos como “el
sueño”.
Para empezar, vamos a describir parte de las definiciones que elabora Dorsch
(1985):

<< Sueño / Son: Estado de reposo y desconexión del medio ambiente, que se
presenta por lo general periódicamente y sirve de recuperación, con
disminución o cese total de la conciencia diurna y del movimiento voluntario.

Sueños / Somni: Vivencias irreales que se presentan durante el sueño con la


claridad de las percepciones sensoriales. >>

Ahora bien, como dice el mismo autor, falta una definición satisfactoria de lo
que es soñar. Nos encontramos que a lo largo de la historia, se han ido
nombrando y discutiendo distintas definiciones, concepciones, significados y
naturaleza de los sueños. Con las explicaciones que vamos a ir exponiendo a
lo largo de estos apuntes, vamos a ir profundizando y completando esta
definición de los sueños.

Por otro lado, además de los sueños comunes que todas conocemos, a través
de la literatura y de la experiencia, podemos decir que existen distintos tipos de
sueños. Los vemos a continuación:

Sueño lúcido: Los sueños lúcidos son aquellos en que la persona se despierta
dentro del sueño. Es decir, estando la persona durmiendo, está consciente de
que está soñando. Cuando una persona se entrena en sueño lúcido, puede
llegar a tomar acciones diferentes dentro del sueño para resolver lo inconcluso
en el momento.

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Sueño premonitorio: El sueño premonitorio es aquel que nos está hablando de
algo que pasará. De algún modo, nuestro cerebro utiliza los esquemas y
aprendizajes que ya conoce y elabora una historia generando una resolución
probable, en base a esa suma experiencial consciente y al material
inconsciente.

Sueño recurrente: Un sueño recurrente es aquel que se repite varias veces, ya


puede ser durante un período acotado de tiempo como en distintas ocasiones a
lo largo de la vida. Cuando sucede esto, podemos decir que el sueño está
trayendo algún tema de real importancia que quedó para resolver. En lenguaje
gestáltico, se trata de una figura que emerge del fondo de manera insistente, y
es por esta insistencia que entendemos que nos puede estar hablando de una
parte nuclear de la persona o incluso de algún asunto sistémico que ha
quedado pendiente.

Sueño de persecución: Los sueños de persecución son aquellos en que hay


alguna persona, animal o elemento que te persigue durante el sueño y en el
que el soñante intenta escapar.

Sueño de resolución: Son aquellos sueños en que se completa algún asunto


inconcluso dentro del sueño o simplemente nos muestra que una Gestalt
inconclusa se ha cerrado en nuestra vida.

Pesadillas: Las pesadillas son estos sueños que nos son angustiantes y que
tienen un contenido que de algún modo nos está mostrando estas situaciones,
sensaciones o emociones profundas que estamos viviendo en momentos
vitales estresantes. De algún modo también nos está mostrando estas partes
que no nos gustan de nosotros mismos.

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2) HISTORIA

La tradición del trabajo con los sueños se remonta muy atrás en la


historia, ya en la antigua Grecia, dentro de la cultura minoica, ya existía un
ritual que se conocía como la enkoimesis, o lo que luego en latín se conoció
como incubatio (incubación), traducido como “dormir por dentro”. Este se
consideraba un ritual de sanación donde las personas dormían en los templos
y se pensaba que si se hacia de manera regular, mediante el sueño podían
entrar en comunicación con los dioses y aprender de ellos.
A parte de la cultura minoica, es interesante nombrar que son varias las
culturas que aprovechan el trabajo con los sueños, cada una a su manera: el
hinduismo, la tribu senoi (ubicada en Malaysia), el yoga del sueño (procedente
del budismo tibetano)… entre otras.
El primero en considerar el estudio de los sueños, concretamente del material
onírico, como un método de investigación psicológica fue Sigmund Freud, el
creador del psicoanálisis.

• Sigmund Freud (1856 - 1939)

Según Freud, los sueños surgen de un deseo inconsciente,


generalmente de orden sexual (Barea, 2002). Que sea inconsciente significa
que no los conocemos y que además existe una censura que evita que los
conozcamos (Fromm, 2012). Los sueños tienen su punto de partida en algún
punto del pensamiento o de la vida psíquica que son previos al sueño y que
forman parte del estado de vigilia (Dorsch, 1985). Él distingue entre el sueño
manifiesto, que es el contenido del sueño en sí mismo, y el contenido latente,
que se refiere a este contenido que está escondido y que proviene del
inconsciente. Así que considera que hay una fuerza que lleva a transformar
este contenido latente en el sueño manifiesto.
Su metodología para trabajar los sueños consiste en la asociación libre. A
través de ella considera que es cuando se puede acceder a este contenido

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latente.
Para ello, Freud tiene en consideración 4 elementos importantes:

- Condensación: Se dice que hay una condensación ya que el contenido


latente del sueño, lo que aparece a partir de las asociaciones del
paciente, es mucho más grande que el contenido del sueño manifiesto.
Cada elemento del sueño es una cadena asociativa que tiene a la vez
otras cadenas asociativas que la intersectan. Estas dos cadenas
asociativas se intersectan en un punto que es representativo de las dos
cadenas y en este punto es donde va a aparecer el sueño manifiesto. Es
decir, lo que vas a soñar, remite a mínimo dos elementos del contenido
latente. El hecho que un elemento del contenido manifiesto esté
determinado por dos o más elementos del contenido latente es lo que
Freud le llama condensación, y esto hace que sea imposible analizar un
sueño hasta el final porque esta condensación es indeterminable y
puede ser infinita.

- Desplazamiento: Éste aparece a partir de la censura, aunque se


considera que en el sueño es menor sigue existiendo tapando el
contenido latente. El verdadero tema de lo que va a tratar el sueño va a
desplazar su importancia a otro elemento de menor importancia en el
sueño. Entonces va a aparecer como más importante en el sueño un
elemento que en realidad no es el más importante aunque a nosotras
nos parezca que sí. Este desplazamiento se va por vía de asociación, es
decir, que aparece con algo cercano. Por ejemplo, si el deseo
inconsciente de mi sueño es que yo viaje a Marruecos, lo más probable
es que no aparezca esto sino alguna referencia relacionada con el país
(por ejemplo, unas manos con Henna).

- Miramiento por la Figurabilidad: Se refiere al simbolismo del sueño


manifiesto. El sueño trabaja en imágenes y el contenido latente con
palabras. El contenido manifiesto se vale de formas figurativas y
metafóricas de contar las cosas. Para poder interpretarlo hay que tener

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un miramiento por el lenguaje con el que está representado, con el
lenguaje figurativo.

- Elaboración secundaria: Los otros tres elementos suceden durante el


dormir pero este aparece después. Aparece elaborado
secundariamente. Cuando nos despertamos, la censura aumenta y
empieza a retocar ciertas cosas del sueño e incluso hace que también
que nos olvidemos. Cuando lo queremos contar, esas cosas que son
demasiado ilógicas por nuestro pensamiento de vigilia, lo modificamos
de tal forma que lo podamos contar y que sea entendible por nuestro
modo consciente. Estas pequeñas modificaciones son las elaboraciones
secundarias.

Todos estos elementos sirven para disimular el verdadero sentido del sueño,
los deseos instintivos existentes que de ser expresados chocarían con las
normas morales, de tal modo que el sueño tiene el carácter de satisfacción
imaginaria de nuestros deseos instintivos (Dorsch, 1985).

• Carl Gustav Jung (1875 – 1961)

Carl Gustav Jung fue discípulo de Freud y creador de la psicología


analítica. Fue uno de los discípulos de Freud que de algún modo no le pareció
suficiente el planteamiento del maestro cuando manifiesta que el inconsciente
es un reservorio de deseos sexuales reprimidos. Para él, esta idea no sirve
para explicar esas partes de los sueños que no tienen que ver directamente
con la historia personal de los individuos. Observando los sueños de sus
pacientes se dio cuenta que salían símbolos que tienen que ver con
narraciones mitológicas conocidas a la largo de la historia y que emergen de
una fuente creativa común. A esto le denominó el inconsciente colectivo (Ulloa,
s.f.). Considera que hay una primera capa más superficial, que es el
inconsciente personal que explica Freud, y que ésta descansa sobre una capa
más profunda que es el inconsciente colectivo, que tiene contenidos y formas

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de comportamiento que son iguales en todas partes y en todos los individuos.
Para Jung, el contenido de éste inconsciente colectivo lo constituyen los
arquetipos, y una parte del trabajo con los sueños consiste en hacerlos
conscientes. Entendemos como arquetipos algunos elementos estructurales de
la psique humana (más concretamente relacionado con contenido anímico) que
no pueden ser representados en sí mismos pero que sí se pueden discernir a
través de imágenes. Al hacerlos conscientes experimentan una transformación
adaptada a la consciencia individual (Scrimieri, 2008). Ejemplos de arquetipos
podrían ser el arquetipo de la madre o el arquetipo del héroe.
Considera los sueños como productos de la naturaleza. Explicita que los
sueños tienen una función de autorregulación que busca un equilibrio entre
opuestos y favorecen un proceso de integración. En este sentido, se diferencia
de Freud en que no pone la atención en su origen (deseos reprimidos), sino
que observa su finalidad (aquello que ayuda al desarrollo de la persona).
Jung atribuye a los sueños una sabiduría intrínseca que se expresa a través de
imágenes simbólicas. Como se expresan a través de este contenido simbólico
(metáforas, analogías y sus correspondientes imágenes) se hace necesario
interpretarlos. Mediante la utilización de materiales míticos en la interpretación
de los sueños se revelan tendencias de la propia personalidad todavía no
reconocidas. En este sentido, aparecen símbolos que pueden hacer de puente
entre las necesidades individuales de la psique de la persona y algunos
cuestionamientos que han acompañado a la humanidad desde sus inicios.
Jung habla también de los grandes sueños o sueños arquetípicos, en que las
imágenes arquetípicas son más evidentes y en algunas ocasiones pueden
guardar relación con fenómenos colectivos o implicar grandes
transformaciones en la vida de la persona (por ejemplo, el paso a la
adolescencia, a una enfermedad o a la vejez).

• Fritz Perls (1893 – 1970)

Fritz Perls también hizo un gran trabajo con los sueños. Se pueden
encontrar numerosas transcripciones de sus trabajos en su bibliografía. El

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trabajo gestáltico con los sueños parte de la base que los sueños son un
mensaje existencial que me la persona se da a si misma para poder hacer algo
con esto.
Como sabemos, la terapia Gestalt es la terapia que ayuda a reconocer lo obvio,
lo que está aconteciendo en este momento y a hacerse cargo de ello. Abre la
consciencia para que se pueda dar el cambio. En la terapia Gestalt hablamos
de tres principios básicos:

- Conciencia: Darme cuenta (consciencia de lo que estoy vivendo ahora).


- Presencia: Vivir lo que estoy viviendo ahora.
- Responsabilidad: Responsabilidad de lo que estoy viviendo ahora.

Estos tres principios también se ven reflejados en el trabajo con sueños desde
la terapia Gestalt:

- Consciencia: Con los sueños se amplía la consciencia de uno mismo, de


aspectos que quizá la persona conoce y aspectos que conoce menos,
desconoce o niega. También abre la consciencia con aspectos que
están inconclusos. Todo esto tiene que ver con el “darse cuenta”.
- Presencia: Cualquier cosa que traiga el sueño tiene que ver con algo
que la persona está viviendo ahora o que le está afectando ahora. Esto
significa que los sueños hablan de la vida actual de la persona. Se viven
los sueños en presente y en primera persona para poder revivirlos y
trabajarlos.

- Responsabilidad: La finalidad del trabajo con sueños es coger estos


aspectos que trae el sueño, reapropiarse de aquellos que la persona
había puesto en el sueño y que estaban alienados de ella y hacerlos
propios, integrarlos. Fritz Perls decía que todos los elementos que
aparecen en los sueños son proyecciones. Todo aquello que he
depositado en el sueño lo hago mío y esto tiene que ver con hacerse
responsable.

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Más adelante vamos a ver con un poco más de detalle como se trabajan los
sueños desde la Gestalt.

3) CICLO DEL SUEÑO

Según Consuelo Barea (2002), si dormimos 8 horas, soñamos unas 5


veces en la noche, entrando en un ciclo de sueño cada 90 minutos. La primera
parte de la noche descansamos. Tal y como explica Martín (2009), primero
hacemos el paso del estado de vigilia al de sueño, haciendo unos movimientos
lentos de los ojos y entramos en un estado de somnolencia donde las
imágenes visuales e impresiones corporales se hacen más difusas para luego
entrar en una fase de sueño profundo, donde hay un estrechamiento de las
pupilas (miosis del sueño) y donde la frecuencia cardíaca y respiratoria, la
presión arterial y todas las funciones vitales se reducen al mínimo y aparece
una relajación muscular importante, signo de menor tono simpático y mayor
parasimpático.

A continuación, vamos a explicar más detalladamente estas distintas


fases hablando también de las ondas cerebrales y la actividad del cerebro.
Cuando una persona está en estado de vigilia, está en un estado de conciencia
lúcido y con un pensamiento orientado a la realidad. En este estado se
muestran principalmente dos patrones básicos de actividad (Carlson, 2006):

- La actividad alfa, que se trata de unas ondas regulares de frecuencia


media y es la que se da en el encéfalo cuando la persona está sin
actividad y descansando.
- La actividad beta, que consiste en unas ondas irregulares generalmente
de baja amplitud y es la que se da cuando la persona está alerta y
atenta o está pensando intensamente.

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Cuando la persona se pone en disposición de dormir, vemos que podemos
dividir el sueño en 5 fases que nombraremos: fase 1, fase 2, fase 3, fase 4 y
sueño REM. Se denominan habitualmente las fases de 1 al 4 como el sueño no
REM y, más concretamente, las fases 3 y 4 se conocen como el sueño de
ondas lentas (SOL) (véase figura 1, página 11). Veamos un poco más de
explicación sobre las distintas fases:

FASE 1: Al empezar a adormecerse la persona, entra en la fase 1 del sueño


donde aparece la actividad theta y es en esta fase que se de la transición entre
el sueño y la vigilia que comentábamos anteriormente, en que los párpados se
abren y se cierran lentamente y los ojos se mueven hacia arriba y hacia abajo.
A nivel de proceso de conciencia, en esta fase podemos ver que empiezan a
emerger imágenes, alucinaciones hipnagógicas e imágenes fragmentarias. En
el primer ciclo de sueño, esta fase dura aproximadamente 10 minutos.

Figura 1. Registro EEG de las fases del sueño. (Horne, J. A., 1988 citado en
Carlson, 2006)

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FASE 2: Al cabo de unos 10 minutos, la persona entra en la fase 2 del sueño,
donde suceden períodos de actividad theta, los husos del sueño (que son unas
breves ondas que parece podrían representar la actividad de un mecanismo
implicado en mantener la persona dormida) y los complejos K (que son unas
ondas agudas que podrían preceder las ondas delta, habituales de los estadios
más profundos del sueño). Durante esta segunda fase, la persona está
completamente dormida pero si se la despierta puede ser que manifieste que
no lo estaba. Dependiendo del ciclo del sueño, esta fase puede durar entre 10
y 40 minutos.

FASE 3: Unos 15 minutos (esta fase puede durar entre 10 y 20 minutos)


después empieza el sueño de ondas lentas con la fase 3, donde aparece la
actividad delta, compuesta por unas ondas de alta amplitud, y aumentando aún
más su frecuencia en la fase 4. Es en estas dos fases del sueño profundo que,
aunque sea de alta dificultad recordarlo o tener conciencia de ello, emergen
recuerdos diurnos, fragmentos de pensamientos y de sueños con poca carga
emocional. Se ha visto una correlación en la aparición de las ondas delta en
estos estadios profundos del sueño con el aumento del nivel de la hormona del
crecimiento en el plasma sanguíneo y esto nos sugiere un posible papel de
estas dos fases del sueño en la regeneración (aumento de divisiones celulares
mitóticas) y restauración de tejidos. Por otro lado, también se ha visto la
prolongación del sueño no REM después de esfuerzos corporales, con lo que
esto nos indica también el carácter restaurador de estas fases.

FASE 4: Esta fase 4 es la más profunda del sueño y la persona sólo se puede
despertar con sonidos fuertes. Si despertamos a la persona en este sueño de
ondas lentas y le preguntamos si ha estado soñando, lo más probable es que
diga que no, ya que no se dan los sueños de forma narrativa como sí sucederá
en la fase REM. Pero si indagamos un poco más, veremos que sí puede que la
persona nombre algún pensamiento, imagen o emoción. Esta fase puede durar
entre 10 y 20 minutos (Carlson, 2006).

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FASE REM: Cuando faltan 10 minutos aproximadamente para llegar a la hora y
media de sueño, entramos en fase REM (Rapid Eyes Movement), donde hay
una fuerte relajación muscular y rápidos movimientos oculares que se
presentan conjugados en sentido horizontal y vertical. Estos movimientos se
pueden observar a simple vista, ya que la córnea produce un abombamiento en
los párpados cerrados y esto permite ver como la persona, cuando entra en
esta fase, mueve rápidamente los ojos de un lado a otro. Esta fase puede durar
entre 15 minutos y 1 hora aproximadamente, ampliándose a las últimas horas
de la noche. Vemos como vuelven a aparecer las ondas de actividad beta, que
son las que se observan durante el estado de vigilia y unas ondas de actividad
theta parecidas a las que ocurren en la fase 1 (Carlson, 2006). Tal y como
cuenta Consuelo Barea (2002), es en esta fase en la que nuestro cerebro se
excita totalmente con una actividad comparable a la actividad más intensa de
cuando estamos despiertos. Esto sucede cuando un grupo de neuronas
llamadas <<grandes neuronas>>, que se encuentran en la parte superior del
tronco encefálico, segregan noradrenalina y producen un fenómeno parecido a
un chisporroteo (Martín, 2009). De esta manera, se puede ver como la
actividad de cada neurona de la corteza cerebral arroja frecuencias medias de
descarga tan altas como en el estado activo de vigilia o incluso más altas. En
estos momentos, incrementa el flujo sanguíneo cerebral y el consumo de
oxígeno y se activan zonas cerebrales que ponen en marcha las imágenes,
después la parte correspondiente a las emociones y el cerebro vive una
aventura como si realmente nos moviéramos, aunque el resto del cuerpo está
totalmente paralizado para poder vivir la experiencia onírica, desconectándose
el sistema locomotor de manera que la mayoría de las neuronas motoras
espinales y craneales son inhibidas intensamente (manteniéndose algunas de
ellas, como por ejemplo, las que se ocupan de la respiración y el movimiento
de los ojos). Este mecanismo de paralización del movimiento del cuerpo evita
que la persona se levante dormida (en el caso de los somnámbulos este
mecanismo no funciona), evitando así que haga la acción del sueño estando
dormida y se ponga en riesgo. Distintos estudios han podido comprobar que los
mecanismos cerebrales concretos que se activan durante un sueño, son los
mismos que se activarían si lo que sucede en el sueño estuviese pasando en la

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vida real en estado de vigilia. Por ejemplo, si el sueño implica hablar y
escuchar, se activan las correspondientes regiones cerebrales implicadas en
estas funciones (Hong y cols., 1996 citado en Carlson, 2006). Por lo tanto, es
durante esta fase REM donde aparecen los sueños. Este movimiento rápido de
los ojos pone en contacto los dos hemisferios y esto hace que se integre la
información y no se quede en la memoria a corto plazo, sino que esta
información pase a ser un recuerdo. Es una manera de integrar la memoria del
día. Con esto, sabemos que la fase REM favorece el desarrollo cerebral y el
aprendizaje. Un dato curioso que apunta Carlson (2006), haciendo referencia a
que esta fase promueve el desarrollo cerebral, es que aproximadamente el 70
por ciento del sueño de un recién nacido está formado por fase REM, a los seis
meses baja a un 30 por ciento, a los 8 años al 22 por ciento y al final de la vida
adulta es menos del 15 por ciento. Tal y como se ha podido comprobar a través
de distintos estudios que se han hecho respecto a los efectos de la privación
del sueño, así como la observación de los patrones del sueño en distintos
animales, parece ser que el sueño un fenómeno imprescindible para la
supervivencia. Entre estos estudios están los que se encargan de observar qué
le pasa a la persona cuando se le priva de la fase REM, en los que se ha visto
que se produce un efecto rebote y la persona aumenta su sueño REM después
de un período de privación de este hasta devolver a la normalidad los niveles
de serotonina, substancia que se ha visto que se metaboliza durante esta fase
del sueño (Carlson, 2006).

Si se duerme 8 horas, hacemos ciclos de sueño de 1 hora y media, en la que la


fase REM se va alargando cada vez más, llegando a soñar durante 45 minutos
o una hora al final de la noche. Teniendo en cuenta que la principal función del
sueño de ondas lentas es permitirle el descanso al cerebro, vemos que en las
primeras 4h o 5h descansamos más y en las siguientes no necesitamos tanto
descansar, la fase 2 del sueño se hace cada vez más larga y la fase REM
también, con lo que soñamos más y es más fácil recordar los sueños en las
últimas horas de la noche (véase figura 2, página 14).

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Figura 2. Ciclo de las fases del sueño típico durante una noche (Carlson, 2006)

4) CÓMO RECORDAR LOS SUEÑOS:

Para poder trabajar los sueños, el primer paso de todos es recordarlos.


Biológicamente tenemos un mecanismo preparado para olvidar los sueños, es
por esto que queremos hacer hincapié en algunas técnicas que facilitan o
ayudan a recordarlos.
Hay varios aspectos que son comunes en las distintas técnicas para recordar
los sueños. Lo primero y más importante es querer recordarlos. Otro apunte es
que la persona se coloque cerca de la cama o en la mesilla de noche un papel
y un bolígrafo o bien una grabadora (hoy en día, se puede hacer con los
teléfonos móviles), para así por la mañana o al despertarse en algún momento
de la noche, poder registrarlo, ya que, aunque la persona confíe en que se va a
acordar de lo que tiene en la cabeza al despertar, lo más probable es que no
sea así. Al despertar, en la medida de lo posible, es preferible no moverse, no
abrir los ojos y no mover la cabeza. Se empieza a recordar el sueño cogiendo
las últimas imágenes y lentamente, hay que ir haciendo memoria hacia atrás.
También se puede hacer mediante las sensaciones corporales y dejar que el
cuerpo nos guíe hacia el recuerdo. Una vez lo tenemos, lo anotamos o

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grabamos en primera persona y en presente y recogiendo también el tono
emocional.
Teniendo en cuenta estos aspectos que, tal y como hemos dicho es preferible
tenerlos en cuenta siempre que queremos recordar los sueños, podemos
recurrir a distintas técnicas:

- Mensaje: Al acostarse, decirse el mensaje “mañana me acordaré de los


sueños de esta noche”.

- Despertador: Ponerse el despertador una hora antes de levantarse por


la mañana. Al despertar, seguir los pasos que hemos descrito
anteriormente para recordar el sueño y anotarlo y después se puede
seguir durmiendo. Esta técnica tiene que ver con que, en la última parte
de la noche, la fase REM se alarga y los sueños pueden durar hasta una
hora. Al despertarse una hora antes por la mañana, nos despertamos en
el momento en que estamos en fase REM y es más fácil recordar el
sueño.

- Hacer un ancla: Poner un vaso de agua en la mesilla de noche y antes


de ir a dormir se bebe la mitad del vaso diciendo “mañana me voy a
acordar del sueño”. Al despertar se bebe la otra mitad del vaso de agua
y en aquel momento aparecerá el sueño. Para que funcione, es
importante no combinar esta técnica con la de poner el despertador una
hora antes.

Resulta un trabajo muy interesante poder llevar un cuaderno de sueños donde


ir anotando los sueños cada noche y así poder ver como van evolucionando y
poder ir trabajándolos.

5) CÓMO TRABAJAR LOS SUEÑOS:

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Cuando una persona trae a terapia o a un grupo un sueño que recuerda
para trabajarlo desde la perspectiva gestáltica, lo primero es que la persona
explique su sueño en presente y primera persona, como si estuviera
sucediendo ahora mismo. Mediante esa consiga de relatar el sueño en tiempo
presente, hacemos que la persona tenga una vivencia más intensa de las
emociones y sensaciones que sentía mientras soñaba. Tal y como dicen Martín
y Vázquez (2005), “no es lo mismo relatarlo que vivirlo” (p.118). Y no es posible
la integración fuera del presente, fuera del “aquí y ahora” (Peñarrubia, 2012).
Tal y como dice Peñarrubia (2012), desde el trabajo gestáltico con los sueños,
este se actualiza vivencialmente en vez de ser interpretado y, por tanto, no
entendemos que tiene necesariamente un sentido único o clave definitiva que
hay que entender. Sino que cualquier fragmento o pequeño elemento es
existencialmente significativo.
Así que el siguiente paso, una vez la persona ha relatado el sueño, es escoger
qué parte o partes del sueño se va a trabajar. Tenemos diferentes posibilidades
para escoger qué parte o qué partes del sueño trabajamos (Martín i Vázquez,
2005):

- Que escoja el cliente, en función de qué parte es la que le preocupa, le


interesa más o le llama más la atención.

- O que escoja el terapeuta.

En esta segunda opción, la elección se puede tomar teniendo en cuenta


diferentes focos:

• Escoger la parte donde se ve más claramente el conflicto.


• Coger como punto de partida las emociones que vive la persona y
escoger la parte donde destaca una emoción.
• Es preferible empezar a trabajar la identificación con objetos
inanimados, ya que se producen menos resistencias y racionalizaciones
que si se trabaja una persona del sueño.

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• Escoger partes donde hay situaciones inacabadas, temas pendientes
y/o despedidas.
• Escoger elementos que aparecen como opuestos.

A partir de aquí, se empieza a utilizar alguna de las técnicas para trabajar los
sueños que veremos en el siguiente apartado.

6) TÉCNICAS PARA TRABAJAR LOS SUEÑOS:

En este apartado vamos a explicar más concretamente las principales


técnicas de trabajar los sueños de manera gestáltica. No hay una técnica mejor
que otra. Como exponíamos antes, Fritz Perls considera que el sueño trae un
mensaje relacionado con la existencia del soñante en el momento presente.
Cualquier técnica de las que citaremos a continuación será útil si se usa con
los conocimientos necesarios de la misma y en el momento adecuado.

Tal y como citábamos anteriormente, el primer paso es volver a relatar el sueño


en primera persona y en presente. Volver a soñar el sueño. De esta manera,
también se facilita el reforzar el compromiso con el momento presente y la

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responsabilidad. A partir de aquí, tenemos distintas propuestas en las que eso
se puede hacer de muchas maneras:

1) Relacionarlo con el momento actual y/o ver el mensaje existencial


• Leer el sueño y al acabar, ponerle un título.

• Pedir a la persona que relate otra vez el sueño en presente y primera


persona, como si estuviera sucediendo ahora mismo, y al final de cada
frase decir en voz alta “y esta es mi vida” o “y esta es mi existencia” o
bien “y esta soy yo”. Respirar y dejarse sentir y mirar con qué te conecta
directamente de tu vida actual.

2) Trabajar con los elementos del sueño


Fritz Perls, con su postura gestáltica, considera que todo lo que hay en
el sueño soy yo, es decir, que los sueños son una proyección. Con esto se
refiere a que cada parte del sueño es una parte de nosotras mismas. La
propuesta en este caso, es dejar que estas partes se expresen y reapropiarnos
de esto que es nuestro y que el sueño nos está mostrando.

• Técnica de la proyección - identificación: Consiste en que la persona se


coloque en el sitio de un personaje o elemento significativo para ella y
des de este rol vaya diciendo, en presente y primera persona, como
actuaría y como se comportaría si fuera ese personaje o elemento. De
esta manera, la persona se pone en el sitio del otro y le permite transitar
de manera más rápida e intensa, sentimientos y emociones que de otra
manera sería más difícil experimentar (Martín i Vázquez, 2005).
Se trata de identificarse con el elemento y hablar como si fuera este,
encarnándolo en el cuerpo. Puede ayudar responder a las preguntas
“¿Quién soy?”, “¿Cómo soy?”, “¿Cómo me siento?”, “¿Cuál es mi
función?”.

• Si hay algún elemento con el que la persona no se puede identificar, se


trata igualmente de ponerse a interpretarlo como si fuera éste y hablar

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dirigiéndose a si misma (a la persona soñante) explicando para qué está
en su sueño. Esta técnica es especialmente interesante trabajarla en el
caso de los sueños de persecución identificándose con el perseguidor.

• “La silla vacía”: Consiste en que la persona haga un diálogo con las
distintas partes o elementos del sueño, escogiendo dos o más
elementos y dejando que se expresen y se establezca un diálogo
libremente. De esta manera se establece este diálogo con una parte de
uno mismo que rechaza, o bien con una persona que es importante para
él/ella por ser conflictiva, o con una polaridad propia. De esta manera se
da la posibilidad a la persona de que se ponga en el lugar de los otros o
de estas partes alienadas, no reconocidas o en conflicto, y así recupere
lo que sea que ha proyectado fuera de sí y le impide percibirse y
aceptarse tal y como es (Martín i Vázquez, 2005).

• Técnica del “ir y venir”: Existen dos versiones de esta técnica. La


primera consiste en que, en el procedimiento habitual de trabajo con los
sueños, cuando la persona dice alguna cosa importante, se le pide que
diga esta frase a algunos participantes del grupo y añada alguna cosa
que le pase por la cabeza en consonancia con lo que acaba de decir. La
segunda consiste en que la persona vaya de elemento en elemento del
sueño, con la idea de recuperar los distintos aspectos proyectados en
cada uno de estos (Martín i Vázquez, 2005).

7) REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barea, C. (2002). El sueño lúcido. Barcelona: Editorial Océano.

Carlson, N. R. (2006). Fisiología de la conducta. Madrid: Pearson Educación.

Dorsch, F. (1985). Diccionario de Psicología. Barcelona: Herder Editorial, S.L.

Fromm, E. (2012). El lenguaje olvidado: introducción a la comprensión de los


sueños, mitos y cuentos de hadas. Buenos Aires: Paidós

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