Está en la página 1de 6

Isaac Dwayne Nathan Benson Martínez

Maestra: Lic. Lesly Alejandra Castro De La Toba


Teoría de la Neurosis
27 de noviembre, 2023

Actividad Instrucciones. Investiga qué son los trastornos nerviosos y


cuáles son los trastornos neuromotores. Menciona algunos ejemplos.

Trastornos Nerviosos:

El sistema nervioso es vulnerable a diferentes trastornos. Puede sufrir daño a


causa de lo siguiente:

 Lesión

 Infecciones

 Degeneración

 Defectos estructurales

 Tumores

 Interrupción del flujo sanguíneo

 Trastornos autoinmunitarios

Trastornos del sistema nervioso


Los trastornos del sistema nervioso pueden incluir lo siguiente:

 Trastornos vasculares, como ataque cerebral, ataque isquémico


transitorio (AIT), hemorragia subaracnoidea, hemorragia y hematoma
subdural, y hemorragia extradural

 Infecciones, como meningitis, encefalitis, mielitis y absceso epidural


 Trastornos estructurales, como lesiones cerebrales o de la médula
espinal, artrosis cervical, síndrome del túnel carpiano, tumores cerebrales o
de la médula espinal

 Trastornos funcionales, como dolor de cabeza, epilepsia, mareos y


neuralgia

 Degeneración, como enfermedad de Parkinson, esclerosis lateral


amiotrófica (ELA), enfermedad de Huntington y enfermedad de Alzheimer

 Trastornos autoinmunitarios o inflamatorios, como parálisis de Bell,


esclerosis múltiple, neuropatía periférica y síndrome de Guillain-Barré

Síntomas de trastornos del sistema nervioso


Estos son los signos y los síntomas generales más frecuentes de un trastorno del
sistema nervioso. Pero cada persona tiene síntomas ligeramente diferentes. Entre
los síntomas, se incluyen los siguientes:

 Aparición persistente o repentina de dolor de cabeza

 Dolor de cabeza que cambia o es diferente

 Pérdida de la sensibilidad u hormigueo

 Debilidad o pérdida de la fuerza muscular

 Pérdida de la visión o visión doble

 Pérdida de memoria

 Deterioro de la capacidad mental

 Falta de coordinación

 Rigidez muscular

 Temblores y convulsiones

 Dolor de espalda que se irradia a los pies, los dedos de los pies u otras
partes del cuerpo

 Atrofia muscular y habla arrastrando las palabras

 Nuevo deterioro del lenguaje (la expresión o la comprensión)

Los síntomas de un trastorno del sistema nervioso pueden parecerse a los de


otras afecciones o problemas médicos. Consulte siempre con su proveedor de
atención médica para obtener un diagnóstico.
Proveedores de atención médica que tratan los trastornos del sistema
nervioso
La mejor forma de tratar los trastornos del sistema nervioso es con la ayuda de un
equipo de proveedores de atención médica. Es posible que no necesite a todos los
miembros del equipo en un momento determinado. Pero es bueno saber que
están allí y cómo pueden ayudarlo. Aquí hay una lista de algunos de los
proveedores de atención médica que pueden participar en el tratamiento de
trastornos del sistema nervioso:

 Neurólogo. Los proveedores de atención médica que diagnostican y tratan


los trastornos del sistema nervioso son los neurólogos. Algunos neurólogos
tratan los ataques cerebrales agudos y los aneurismas cerebrales con
técnicas endovasculares.

 Neurocirujano. Los cirujanos que operan como integrantes del equipo de


tratamiento de los trastornos del sistema nervioso se llaman cirujanos
neurológicos o neurocirujanos.

 Neurorradiólogo y radiólogo intervencionista.Se trata de un radiólogo


que se especializa en el diagnóstico de las afecciones del sistema nervioso
por medio del uso de imágenes, así como en el tratamiento de
determinadas afecciones del sistema nervioso, por ejemplo, los aneurismas
cerebrales, los ataques cerebrales agudos y las fracturas vertebrales. Este
proveedor también hace biopsias de determinados tumores.

 Psicólogo. En los trastornos del sistema nervioso, es común que tenga


problemas emocionales, como ansiedad, depresión, cambios del estado de
ánimo e irritabilidad. Su psicólogo puede ayudarle. Es posible que un
psicólogo haga pruebas para ver en qué medida el trastorno le está
afectando la manera de pensar y sentir. Los psicólogos también ofrecen
terapia de conversación (asesoramiento), para ayudarle a lidiar con los
efectos emocionales que puedan ocasionar los trastornos del sistema
nervioso.

 Psiquiatra. Al igual que su psicólogo, este integrante del equipo médico


trata los síntomas emocionales y del comportamiento que puedan haberle
causado los trastornos del sistema nervioso. En la mayoría de los casos, la
terapia de conversación es la que mejor funciona frente a estos problemas.
Pero, si necesita medicamentos para tratar síntomas como depresión o
ansiedad, el psiquiatra puede ayudar.

 Fisiatra. Los proveedores de atención médica que trabajan con las


personas en el proceso de rehabilitación se llaman fisiatras.

 Fisioterapeuta. Se trata de un especialista en movimiento que puede


ayudarlo a moverse y caminar bien. Con la fisioterapia, también puede
trabajar sobre los músculos y articulaciones que le duelan o estén rígidos.
 Terapeuta ocupacional. Este proveedor le ayuda a aprender a manejar
sus actividades diarias. Por ejemplo, es posible que tenga problemas para
realizar tareas que necesita hacer en su trabajo o su casa. Su terapeuta
ocupacional le ayudará a encontrar la manera de adaptarse a los cambios
en sus capacidades físicas.

 Fonoaudiólogo. Este proveedor se especializa en la comunicación,


incluida la comunicación cognitiva. También diagnostica y trata problemas
para tragar.

Trastornos Neuromotores:

El trastorno neuromotor es un deterioro de la coordinación motriz. Este trastorno


no es consecuencia de problemas a nivel cognitivo o neurológico como la parálisis
cerebral. Las personas afectadas presentan capacidades finas o gruesas
significativamente por debajo del nivel esperado según la función cognitiva.
Los trastornos motores son aquellos que involucran una serie de afecciones
del tono muscular, la postura, el movimiento y la adquisición de habilidades
motoras. Dichos déficits pueden interferir en la capacidad funcional de los
niños/as que los padecen, necesitando determinados apoyos, ayudas o
modificaciones del entorno en su vida cotidiana.

Existen múltiples trastornos que afectan a nivel motor, así como varias divisiones
de los mismos. En este sentido, se han tenido en cuenta aquellos que aparecen
durante el desarrollo, clasificándolos de la siguiente forma:

 Trastornos motores de origen encefálico: se recogen las patologías


cerebrales que ocasionan lesiones motoras persistentes. Entre las
principales se encuentran: los traumatismos craneoencefálicos, los ictus, las
encefalopatías hipóxico-isquémicas, las infecciones del sistema nervioso
central (meningitis y encefalitis), la leucomalacia periventricular (principal
causa de Parálisis Cerebral), etc.
 Trastornos motores medulares o neuromusculares: afectan al nervio
periférico, a la unión neuromuscular o al músculo. Entre los principales
trastornos se incluyen la atrofia muscular espinal, el mielomeningocele
(espina bífida), el síndrome de Tourette, los síndromes miasténicos, las
miopatías congénitas, las distrofias musculares y las neuropatías.
 Trastornos neuromotores leves: disfunciones motoras que se manifiestan
en el desarrollo y no obedecen a afecciones neurológicas adquiridas
evidentes, como el Trastorno del desarrollo de la coordinación o dispraxia del
desarrollo.

Además, existen varios trastornos infantiles con presencia de déficits motores


secundarios a los mismos, como la Discapacidad intelectual, diversos síndromes
genéticos, el Trastorno del Aprendizaje No Verbal (TANV), el Déficit de Atención
Motor y Perceptivo (DAMP), la Dislexia, etc. La presencia de manifestaciones
clínicas está mediada, en gran parte, por la afectación motora que presente
el niño/a. Por tanto, hay una gran variabilidad de síntomas, que a su vez
dependen de múltiples factores. En algunos casos, cuando el sistema motor
de un niño/a se ve más gravemente afectado, pueden presentar alteraciones
del tono muscular (hipertonía o hipotonía), ausencia inicial o presencia
continua de reflejos, patrones posturales anormales, afectación
oroalimenticia (babeo, dificultad para tragar) o dificultades en la adquisición
de habilidades motrices de forma ordenada (sostén cefálico, sedestación,
gateo, etc) y en su período correspondiente. Conforme crecen pueden
requerir ayudas técnicas para desplazarse o moverse de forma
independiente.

En los casos más leves, puede no ser perceptible la afectación motora


inicialmente, con pequeños retrasos en la realización de destrezas motoras
simples (gateo, marcha, etc). Por lo general, aparecen dificultades
en habilidades motoras gruesas (necesarias para saltar o montar en bicicleta)
y/o finas (para escribir, dibujar o usar tijeras). En este sentido, pueden
repercutir en el rendimiento académico (en asignaturas como educación
física, plástica, lengua, matemáticas, etc), en el área social (al mostrarse más
“torpes” en juegos de grupo) y/o emocional-afectiva (al darse cuenta que les
cuesta más trabajo que sus compañeros realizar algunas tareas). A nivel
comunicativo, pueden tener un menor control articulatorio del habla, con
dificultades para pronunciar algunos sonidos, sílabas o palabras. Respecto a
las actividades de la vida diaria, pueden necesitar más esfuerzo y tiempo
para aprender a vestirse, abrocharse los botones, atarse los cordones de los
zapatos, utilizar los cubiertos, etc.

También podría gustarte