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CONVIVIR CON LA ESPASTICIDAD: LA PERSPECTIVA DE LA NEUROLOGÍA Dr.

Miquel Aguilar
Barberá En una persona que ha sufrido daño cerebral y/o espinal, la Espasticidad y los
problemas que esta provoca, son manifestaciones clínicas, o molestos compañeros de viaje
durante un largo periodo de sus vidas. En ocasiones la espasticidad es única o la más relevante,
sin embargo a veces se une a otros signos y síntomas incluso más desagradables como es el
dolor. En función de la causa que ha conducido a la espasticidad, de la topografía y de la
extensión de la lesión pueden aparecer otros trastornos neurológicos tales como los
problemas de comunicación que comporta la afasia (dificultad para entender lo que a la
persona se le dice, o de expresar lo que uno piensa). La Espasticidad, en mayor o menor grado,
puede condicionar la alteración de la capacidad funcional, producir limitaciones en la
autonomía personal y crear dependencia de otras personas. Todo ello impacta en el sujeto y
de forma evidente en su familia. Por dicho motivo, cuando se habla de «convivir con la
espasticidad» nos referimos a la persona directamente afectada y a su entorno cuidador. 1.1.
Qué se entiende por Espasticidad Los músculos de nuestro cuerpo, al ser activados por los
impulsos de las terminaciones nerviosas, ejercen la función que les corresponde para
mantener una determinada posición, sea de movimiento, es decir, desplazamiento, o bien de
contracción. El músculo tiene una estructura anatómica interna y una actividad funcional de
base. El músculo es flexible y puede modificar su forma y su longitud a través del estiramiento.
Cada fibra muscular forma parte de un conjunto de fibras que se organizan en haces y están
rodeadas por tejido conectivo. Todos los elementos estructurales influyen en la facilidad o
resis- 24 tencia con la que este músculo pueda modificar su longitud y favorecer o dificultar
con ello un determinado movimiento. Se entiende por tono muscular a la propiedad de oponer
resistencia a su alargamiento. Hay un tono muscular normal que en determinadas condiciones
patológicas puede estar disminuido (hipotonía) o aumentado (hipertonía). Se entiende por
Espasticidad a un trastorno motor caracterizado por una hipertonía o aumento de la
resistencia al estiramiento muscular que varía en función de la velocidad con que se realice el
estiramiento. Al incrementar la velocidad de desplazamiento la resistencia aumenta. La
espasticidad se asocia a un aumento de los reflejos musculares profundos (hiperreflexia). La
base fisiopatológica de ambos fenómenos es el aumento de excitabilidad del reflejo de
estiramiento (Lance, 1980) (Thilmann et al., 1991). Este aumento de resistencia a la
movilización activa y pasiva, produce una limitación en el movimiento, comporta patrones de
posturas anormales, fija o reduce el desplazamiento, dificulta o impide la función, genera dolor
e impacta física y psicológicamente en la persona que la desarrolla. 1.1.1. Cuándo, cómo y por
qué aparece la Espasticidad La espasticidad define un «proceso» que puede ser producido por
múltiples causas. Aparece como consecuencia de una lesión que afecta a las vías que ejercen el
control del movimiento. Son vías o canales de información que conducen órdenes de
activación o de inhibición desde la corteza cerebral, a través de estructuras profundas, tronco
cerebral y médula espinal, hasta contactar con las neuronas motoras espinales. La interrupción
del circuito provoca una desinhibición de los reflejos espinales y, en consecuencia, aparece la
espasticidad. El patrón clínico resultante dependerá de la localización, de la extensión y del
momento en que se produjo la lesión. Hay además una red de pequeñas neuronas que
influyen, localmente, sobre la actividad refleja espinal, y a su vez ellas son controladas por
impul- 1. Convivir con la espasticidad: la perspectiva de la Neurología 25 sos que descienden
desde los centros superiores. En este complejo control del movimiento intervienen múltiples
sustancias, conocidas como neurotransmisores, que ejercen un acción inhibitoria —frenadora
(GABA, glicina, opioides) y otras que son por el contrario sustancias excitadoras (glutamato,
noradrenalina y serotonina)—. Debido a la proximidad geográfica con las que circulan las
diferentes vías no es de extrañar que la espasticidad se asocie casi siempre a debilidad
muscular. Según la entidad patológica causal y su topografía lesional, pueden alterarse otros
sistemas y aparecer trastornos en la coordinación, equilibrio, sensibilidad, lenguaje. Si la lesión
se localiza en el cerebro, se afectara sobre todo la musculatura antigravitatoria y la
espasticidad se expresará con flexión del miembro superior y extensión de la pierna; si por el
contrario la lesión asienta en la medula espinal se producirá flexión y aducción del miembro
inferior. La espasticidad puede afectar a un grupo muscular, a todo el hemicuerpo, a ambos
miembros inferiores o a las cuatro extremidades. 1.1.2. La Espasticidad ¿está presente siempre
o es variable? La espasticidad puede ser leve, moderada, severa. Es frecuente que provoque
múltiples limitaciones. Es una manifestación clínica dinámica que varía a lo largo del día, en
función de la posición (sentado, de pie o andando) y de la actividad que se le exige al músculo.
También influye el estado anímico y psicológico del individuo, así como las condiciones del
ambiente. Pueden aparecer espasmos y contracturas musculares que contribuyen a provocar
dolor. 1.1.3. ¿Hay muchas personas que sufren Espasticidad? Las lesiones estructurales del
sistema nervioso central a nivel cerebral, tronco del encéfalo y medular son muy frecuentes. A
lo largo del nacimiento y la vida existen circunstancias patológicas que pueden provocar estas
alteraciones. Hay procesos que nacen en el periodo gestacional, o en el momento del parto,
sean de tipo hereditario, genético o adquirido y, enotros casos, el daño adquirido surge a lo
largo de la vida (sea en el niño, el joven, el adulto o en la vejez). Las causas son tantas como
patologías existen con capacidad de dañar el sistema nervioso central. Destacan entre las
causas del niño la parálisis cerebral infantil (PCI), y en el adulto, el daño cerebral o espinal
adquirido (ictus, esclerosis múltiple, traumatismos craneoencefálicos, lesiones espinales,
tumores, etc.) y los cuadros neurodegenerativos. Puede aparecer de forma precoz o ser una
manifestación tardía del proceso. Se mantiene estable o con ligeros cambios a lo largo de
meses y años. Con el tiempo se suelen ir agravando las consecuencias o problemas
relacionados. La espasticidad es relativamente frecuente, afecta por igual a muchos colectivos
de personas con diferente patología de base. A menudo no se le presta atención. Ni la persona
con espasticidad ni su familia suelen quejarse. El examinador muchas veces no pregunta o no
la percibe y en consecuencia no se establecen las medidas correctoras o de prevención
adecuadas. Es importante insistir en la necesidad de detectar la espasticidad lo antes posible,
medir sus consecuencias y actuar con estrategias de tratamiento que permitan a la persona
afectada el mejorar su funcionalidad, aliviar el dolor, favorecer su cuidado y mejorar la calidad
de vida.

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