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Curso Completo de Orientación, parte I Gabriel Cabrera

Aventurarse.com

Parte I

I. Introducción
II. Cartografía
III. Posición

I. Introducción

1. La orientación como técnica rutinaria y de


supervivencia

Para muchas personas, erróneamente, la orientación (y sus


distintas disciplinas) parece ser una técnica eventual, algo
que se usa sólo cuando estamos perdidos. Ese error se
basa en que en el terreno utilizamos casi siempre procesos
de orientación muy básicos e intuitivos. En la montaña, por
ejemplo, es dificil perderse porque la propia dureza del
terreno hace que nos desplacemos lentamente y
reconociendo los lugares más apropiados. La marcha
transcurre por los valles o los filos, y regresar por donde
uno fue es relativamente sencillo. Ello hace relativamente
innecesario, la mayoría de las veces, usar un mapa, mucho
menos una brújula. Para otros la orientación es una técnica
específica, es decir, algo que sólo usan los que van a
propósito a "hacer orientación", como una especie de
juego.

la orientación es una técnica básica. Que todo aventurero


responsable y consciente debe saber manejar la carta, la
brújula, el altímetro y el GPS, ya sea en forma
independiente o combinada. Y en el caso de profesionales
(como instructores, guías de montaña o deportistas
asiduos) debe saber hacerse a la perfección y con precisión.
La orientación está sólidamente ligada a la palabra
aventura. Los aventureros no sólamente leemos el terreno
y nos valemos bien de las técnicas de progresión en
distintos ambientes; sino que debemos tener la capacidad
de anticiparnos a lo que el terreno nos depara, para poder
modificar a voluntad el itinerario, para desplazarnos incluso
en terrenos desconocidos y en condiciones adversas de
visibilidad. Y además para poder transmitir nuestra posición
a otros, para elaborar informes y relatos con referencias
precisas y para podemos planificar una excursión
previamente contando sólo con un mapa.

Es inadmisible que un verdadero deportista de la naturaleza


no sepa interpretar las curvas de nivel de una carta, no
pueda trazar un itinerario y calcular su duración o no pueda
navegar a un punto con su GPS o su brújula. Por todo esto,
la orientación y sus disciplinas asociadas son técnicas de
aplicación rutinaria en la aventura en general, y por
supuesto en ciertas disciplinas en particular, como la
profesión de guía o la afición a las carreras de aventura.

Pero también debemos saber aplicar técnicas no ortodoxas


de orientación a situaciones eventuales, lo que convierte a
la orientación en uno de los elementos básicos de la
supervivencia y por ende hay técnicas de orientación que
caen en las técnicas eventuales. Las técnicas de orientación
en la emergencia son un valioso auxiliar por ejemplo a la
hora de hacer exploraciones en búsqueda de agua y
regresar al campamento, al organizar una búsqueda o al
encarar una travesía para regresar a la civilización. Además
de ello, así como podemos improvisar un anclaje en una
pared o ejecutar un rappel sin mosquetones, o encender
fuego sin fósforos o encendedor, un aventurero responsable
debe saber orientarse con el sol, la luna o las estrellas, o
calcular una distancia con la brújula.

2. Disciplinas de la Orientación

La Orientación incluye tres disciplinas:

Posición o ubicación: responde a la pregunta dónde estoy, o


dónde está determinado lugar.

Orientación (propiamente dicha): responde a la pregunta


en qué dirección voy, o debo ir, o va a determinado lugar.

Navegación: responde a la pregunta cómo voy de un lugar


a otro sin perderme, o cómo encuentro determinado lugar.

Para ello la Orientación cuenta con los siguientes medios: la


carta (y por ende la cartografía podría considerarse otra
disciplina dentro de la Orientación), la brújula, el altímetro
y el GPS.

II. Cartografía

La cartografía se divide en tres: Cartografía Plana,


Sistemas de Proyección y Sistemas de Referencia. Ha de
tenerse muy en cuenta que el sistema de proyección y el de
referencia cartográficos que aquí explicaremos son los
vigentes en Argentina (proyección Mercator transversa
Gauss-Kruger y datums Campo Inchauspe y POSGAR), pero
otros paises utilizan otros (por ejemplo México utiliza
proyección UTM con sistemas NAD27 y recientemente están
pasando al ITRF92).

1. La carta

Se denomina en general "mapa" a un modelo a escala,


plano, de la superficie terrestre, en el cual se han respetado
determinadas pautas de escala, proyección y referenciación
del terreno, y generalmente contienen información
temática. Se denomina en particular "carta" a un mapa que
incluye información física detallada que resulta útil para la
navegación. Finalmente, se denomina "plano" a un mapa a
gran escala (mayor a 1:10 000) donde la curvatura
terrestre se hace despreciable. El hecho de construir o
trazar un mapa o carta incluye varios conceptos que es
necesario desarrollar, y son los siguientes.

1.1. Escala

Es la proporción geométrica que guardan las medidas en la


carta con las medidas homólogas en el terreno. Las dos
formas típicas de expresar la escala de una carta son la
gráfica, simplemente dibujando un segmento donde
representamos 1 km, o 10 km u otra cantidad redonda, o
numérica, diciendo cuántas veces está achicado el terreno
en la carta, por ejemplo 1:1 000 000, 1: 50 000, etc.

Este es un concepto muy fácil de entender, casi intuitivo,


pero lo que no es tan conocido es que la escala de una
carta nunca puede ser única en toda la carta. Bástenos
saber que por el hecho de tener que traducir una superficie
redonda, como es la terrestre, sobre un plano, pasa por un
proceso de cuatro pasos que coloca al cartógrafo en la
disyuntiva de tener que conservar semejanza de formas, de
superficies, de distancias o de direcciones. Las cuatro no
son compatibles entre si, de modo que una carta SIEMPRE
poseerá deformaciones intencionales e inevitables, lo que
hará que la escala no sea la misma en toda la carta o en
todas las direcciones de la carta. En rigor, normalmente la
escala declarada es sólo válida a lo largo de una dirección
del mapa donde el plano de proyección es tangente o
secante al elipsoide terrestre. Esta línea singular recibe el
nombre de línea automecóica y es un meridiano en las
proyecciones transversas, y un paralelo en las rectas y
cónicas. Pero afortunadamente para nuestra afición de
aventureros, excepto para grandes viajes, generalmente en
nuestras travesías nos manejaremos dentro de un tamaño
del terreno que las escalas que se utilizan no introducen
grandes deformaciones. De hecho, la proyección Gauss-
Kruger que utiliza la Argentina limita estas deformaciones a
un máximo de 0.04%, es decir 4 cm en 100 m o 4 m en 1
km. Lo mismo ocurre con las cartas UTM que usa la mayor
parte del mundo.

Las cartas en escala 1:100 000 son relativamente comunes,


aunque las ideales, pero no siempre disponibles, son las
1:50 000. Escalas mayores (por ejemplo 1:25 000 o 1:10
000) no son usuales en Argentina. En forma regional
podemos ubicar nuestra zona de trabajo en las cartas
1:250 000, y las cartas 1:500 000 y 1:1 000 000, están
absolutamente fuera de nuestro uso. Las últimas son las
que se usan para aviación.

El sistema de nomenclatura de la cartografía argentina,


confeccionada por el Instituto Geográfico Militar, está
basado en cartas 1:500 000 que representan "rectángulos"
del territorio (entre comillas, porque en realidad son
casquetes de superficie redonda sobre la Tierra, más
precisamente sobre un elipsoide) de 3º longitud de ancho
por 2º de latitud de alto, siendo los meridianos centrales
múltiplos de 3º y los paralelos centrales impares. Por
ejemplo, la carta base que contiene a la ciudad de Mendoza
es la 3369, por estar centrada en los 33º de latitud y los
69º de longitud. En realidad las cartas 1:500 000 no se
usan sino sus cuartos, en escala 1:250 000, que en nuestro
ejemplo se denotan, de izquierda a derecha (W a E) y de
arriba abajo (N a S), 3369-I, II, III y IV. A su vez cada una
de estas cartas se dividen en nueve cartas menores en
escala 1:100 000, denotadas con un número arábigo en el
sentido de la lectura, y estas a su vez en 4 cartas en 1:50
000, también numeradas en arábigos.

1.2. Proyección

Para poder representar en un plano una superficie redonda


como es la Tierra o regiones de ella, debemos proyectarla
del mismo modo que podemos dibujar nuestra silueta en la
pared proyectando la sombra. Obviamente esta sombra se
deformará de diverso modo dependiendo de dónde
provenga la fuente de luz. Pero si más que dibujar
artísticamente queremos hacer una expresión matemática
de nuestra silueta, entonces debemos “idealizar” nuestro
cuerpo y despojarlo de cualquier particularidad, y por ello
los mapas no proyectan en realidad la Tierra tal cual es,
sino un modelo geométrico de ella llamado elipsoide, que
es una esfera lisa (sin topografía) achatada en los polos.

Hay distintos tipos de proyección y de elipsoides usados, la


proyección que usa la Argentina es la de Gauss-Kruger, que
es una proyección Mercator transversa que se toma cada 3º
de longitud. Esto significa que un determinado territorio
contenido en esta delgada faja está proyectado sobre un
plano (la carta) "enrollado" en un cilindro que envuelve al
elipsoide (la Tierra) en forma transversal al eje. Este
cilindro es tangente a un meridiano del elipsoide que pasa
por las cercanías del territorio a cartografiar. Estos
meridianos son automecóicos y de longitud múltiplo de 3,
por ejemplo 69º para buena parte de Mendoza, y en esa
"faja" de 3º de longitud se representan los territorios que
se hallan 1,5º a cada lado de dicho meridiano, es decir
desde los 70º30' hasta los 67º30' para Mendoza. Para otros
territorios más alejados se usan otras fajas, y la Argentina
se cubre totalmente con 7 fajas que van desde los 73°30’ a
los 55°30’ de longitud Oeste.

Existen otros tipos de proyecciones de las que no nos


ocuparemos aquí. Conocer qué proyección usa una carta
es, por ejemplo, necesario para los usuarios del software
OziExplorer para GPS, de creciente utilización por los
aventureros.

1.3. Sistemas de referencia

En todas las cartas se utilizan coordenadas, que son


números que permiten cuantificar una posición sobre la
superficie terrestre o sobre la carta. Estas coordenadas
pueden ser básicamente de dos tipos: geodésicas o planas.
Las geodésicas (mal llamadas geográficas) se expresan en
grados de arco, la latitud o arco medido desde el Ecuador
hasta el paralelo local, y la longitud o arco medido desde el
meridiano de Greenwich hasta el meridiano local. Estas
coordenadas son muy aproximadamente iguales a las
coordenadas geográficas, que se miden con centro en el
baricentro de la Tierra, y que se utilizan aún en la náutica y
se miden físicamente utilizando astros con instrumentos
tales como sextantes y cronómetros, que se basan en la
vertical del lugar por medio de niveles de burbuja o
plomadas y la cronometración de la rotación terrestre. Las
coordenadas geográficas toman como sistema de referencia
una esfera (el cielo), en cambio las geodésicas (que no se
miden físicamente sino que se calculan geométricamente)
toman como sistema de referencia un elipsoide. Este
sistema es más preciso a la hora de hacer una proyección
cartográfica porque la Tierra tiene una forma
aproximadamente elipsoidal. En este caso se abandona el
concepto físico de vertical del lugar para reemplazarlo por
el de perpendicular al elipsoide.

El problema es que la Tierra no es exactamente un


elipsoide, sino que se aproxima a una forma particular
denominada geoide. Las diferencias entre las geoformas
locales con el geoide es la topografía local, pero el geoide
tiene la particularidad de representar exactamente la forma
de la Tierra si esta estuviera dada por el nivel medio de los
mares continuando bajo los continentes. Tratar de
proyectar la cartografía sobre este geoide, una especie de
“papa” de forma irregular y con ondulaciones locales dadas
por las perturbaciones de la fuerza de gravedad, sería
sumamente dificil. Es por eso que se usan los elipsoides. No
se usa un único elipsoide sino que cada país adapta un
determinado elipsoide a su propia región de la Tierra y le
introduce una serie de correcciones, llamando “datum” a
este sistema, de modo que su superficie regional coincida lo
más posible con el geoide regional. En la Argentina, la
cartografía está proyectada sobre un elipsoide cuyo punto
de tangencia con el geoide local está en la localidad de
Campo Inchauspe, en la provincia de Buenos Aires. En ese
lugar la perpendicular al elipsoide coincide con la vertical.
Por eso se dice que nuestra cartografía usa el datum
planimétrico Campo Inchauspe 69, es decir que las
latitudes y longitudes están medidas sobre dicho elipsoide,
determinado en 1969. Como datum altimétrico usamos el
nivel medio del mar fijado en 1924 en el mareógrafo de
Mar del Plata, es decir que las alturas o cotas se refieren a
dicho nivel. Desde el año 1994 se ha propuesto cambiar de
datum, y actualmente se está pasando toda la cartografía
al datum POSGAR 94 (POSiciones Geodésicas ARgentinas
1994). Este elipsoide es un elipsoide centrado en el centro
de la Tierra (no desfasado como el Campo Inchauspe 69) y
por lo tanto no está tan ajustado al geoide local, pero tiene
la ventaja de coincidir con el elipsoide WGS84, que es el
que utiliza el sistema GPS, que es el método moderno de
fijar coordenadas. Por eso, las coordenadas de una carta
POSGAR 94 serán las mismas que indica un receptor GPS,
del mismo modo que las coordenadas de una carta Campo
Inchauspe serán muy similares a las que se obtendría
astronómicamente como coordenadas geográficas. La
ventaja de las primeras es que son homogéneas e
isométricas, por no estar deformadas por perturbaciones
locales de la gravedad.

Ahora bien, ya sea con el sistema de referencia basado en


el datum Campo Inchauspe 69 o el POSGAR 94 (o WGS84),
las coordenadas se proyectan en la carta con el sistema de
proyección Gauss-Kruger citado más arriba. ¿Por qué
hemos de tener en cuenta ambas cosas, sistema de
referencia Campo Inchauspe (u otro) y proyección Gauss-
Kruger? El sistema de referencia es el elipsoide sobre el que
se toman las latitudes y longitudes, como ángulos en el
espacio, en cambio la proyección es cómo se proyectan
estas en un plano para darnos la carta. No debemos
confundir ambos conceptos.

Conocer el sistema de referencia es fundamental a la hora


de intentar intercambiar datos entre un receptor GPS y una
carta, pues el primero debe configurarse en el mismo
sistema de referencia de la carta. En el caso de trabajar con
cartografía tan vieja que no utilice los nombrados sistemas
de referencia, el GPS debe configurarse en CI69, pues dará
por resultado coordenadas parecidas a las geográficas, las
cuales seguramente son las que se determinaron
astronómicamente y utilizaron para hacer la carta antigua.

El otro tipo de coordenadas, llamadas planas, no se miden


en unidades angulares sino en metros. El sistema adoptado
en Argentina, el Gauss-Kruger, da como coordenada plana
latitudinal, llamada X, la distancia elipsoidal desde la latitud
del punto hasta polo Sur del elipsoide medida sobre el
meridiano central de la faja Gauss-Kruger; y como
coordenada plana longitudinal, llamada Y, la distancia
perpendicular hasta dicho meridiano. Para dar esta
distancia en números homogeneos ya sea al W o al E del
meridiano central, se le da a este meridiano un valor,
llamado falso Este, de "F500 000 m", donde F, es decir la
unidad de millones, es el número de faja. Argentina utiliza
7 fajas, siendo la F = 1 la más occidental, cuyo meridiano
central es el 72º W. En Mendoza impera la faja 2, centrada
en 69º W. El número F de faja se calcula como F = (75 - M)
/ 3, donde M es el meridiano central (múltiplo de 3) más
cercano al punto considerado.

Tanto la graduación de coordenadas geodésicas como


planas se encuentran indicadas en los márgenes de las
cartas. Se debe saber leer las coordenadas de un punto en
ambas graduaciones, y los cursos deben incluir estas
prácticas. Las planas se encuentran indicadas en km en un
cuadriculado de 4 x 4 cm, y las geodésicas se encuentran
indicadas numéricamente en los cuatro vértices de la carta,
y representadas en los márgenes con segmentos que
indican cada uno 1' en las cartas 1:100 000, y 20" o 30” en
las 1:50 000.

1.4. Relieve

La topografía del terreno se representa en la carta con


diversos tipos de sombreado en las zonas nevadas o
rocosas, y con curvas de nivel, o isohipsas, en toda la
extensión de la carta. Las curvas de nivel son líneas
continuas trazadas a cota constante, es decir que
representan las trazas que surgen de cortar el terreno con
planos horizontales espaciados verticalmente una distancia
uniforme llamada equidistancia de la carta. En general
estas equidistancias son de 50 o de 25 m, con líneas más
gruesas respectivamente cada 250 o 100 m.
La observación atenta de las curvas de nivel indican los
valles, los cordones, las cumbres y las diversas pendientes
del terreno. Debe saber observarse claramente estos
accidentes en una carta. Lo ideal, para interpretar
fácilmente una carta, es trazar con trazo grueso los filos,
delimitando así cuencas, valles y cordones. Hacer esto es
fundamental, y es muy importante ganar experiencia al
respecto.

1.5. Otras representaciones del terreno

Aparte de las cartas puede contarse con fotografías aéreas


e imágenes satelitales. Normalmente las primeras
deforman mucho la representación del terreno, y ambas
carecen de coordenadas. La utilización de estos recursos
recién está comenzando a ser interesante para el
aventurero con el uso combinado del GPS y una PC con
software OziExplorer o TrakMaker, cuyo uso excede el
alcance de este apunte, pero que es altamente
recomendable aprender a usarlo.

1.6. En resumen

La mejor cartografía del IGM con que podemos contar en


Argentina es en escala 1:50 000. Está en Proyección Gauss-
Kruger cada 3º, y en su gran mayoría está referenciada a Campo
Inchauspe 69, sólo unas pocas a POSGAR 94. En ella pueden
leerse coordenadas geodésicas con divisiones cada 20" y planas
Gauss - Kruger de 2 km por cuadrícula, y las curvas de nivel
tienen en general equidistancia de 25 m. En la de escala 1:100
000, estos valores son respectivamente 1' (60"), 4 km por
cuadrícula y generalmente 50 m de equidistancia.

2. Cálculo de itinerarios sobre la carta

Una carta es útil tanto para la ubicación de la propia


posición como de otros puntos de interés, y para orientarse
en el terreno. Pero también podemos trazar sobre ella el
itinerario a seguir, y luego navegarlo en el terreno. Una
utilidad muy importante de esto es poder estimar a priori el
tiempo que nos demandará recorrerlo sobre el terreno.

Un método inmediato es medir las distancias y calcular el


tiempo dividiéndola entre la velocidad estimada de
desplazamiento, pero en el caso de la montaña la
progresión vertical complica estos cálculos. Se han ideado
muchas fórmulas para resolver este problema. La más
simple, debida a Kellermann y que el autor (GC) ha usado
con mucho éxito en montañas bajas con buena cartografía
(Pirineos), es la siguiente:

Ta [h] = (L[km] + DH[hm]) / 4 Td = Ta / 2 ó 3

para recorridos normales de baja y media montaña con


mochilas livianas o medianas, lo que significa que el tiempo
de ascenso Ta expresado en horas es igual a la longitud
horizontal L en kilómetros más el desnivel DH en
hectómetros, dividido 4; y que el tiempo de descenso Td es
la mitad o un tercio del de ascenso, según se trate de una
bajada de mediana dificultad o una bajada franca rápida. Si
hubiera sendero bien marcado, en vez de entre 4 podemos
dividir entre 5.

Esta fórmula ha demostrado ser bastante buena para


recorridos donde L y DH son numéricamente parecidos
dentro de un 20% de tolerancia, pero cuando L y DH son
más disímiles el mayor valor se hace mucho más incidente.
En ese caso se ha propuesto dividir el menor valor entre 2,
es decir se calcula

Ta = T + t / 2 donde T = M / 4 y t = m / 4

siendo M y m respectivamente el mayor y menor valor


entre L y DH. Esto da tiempos más realistas para ascensos
de montaña deportivos, es decir, relativamente rápidos.

Para alta montaña el rendimiento disminuye mucho con la


altitud. El autor ha hecho un estudio estadístico con
itinerarios clásicos en varias altas montañas andinas y ha
encontrado una muy buena correlación utilizando la
siguiente fórmula obtenida por regresión lineal
Ta = (L + DH) / C donde C = 7 - H / 1200 con Cmáx = 5

H es la altitud promedio del recorrido en metros. Nótese


que para H < 2400 m tendríamos C > 5, pero debemos
observar la condición de que el valor máximo a utilizar es
5.

Para utilizar estas fórmulas se siguen los siguientes pasos:

 Se traza el recorrido sobre la carta.


 Se divide en tramos de ascenso y tramos de descenso.
 Se miden en cada tramo la longitud trazada del
recorrido en cm, se lo multiplica por la escala y se lo
divide entre 100 000, obteniéndose L en km.
 Se calcula el desnivel de cada tramo por la diferencia
entre curvas de nivel, y se lo divide entre 100,
obteniéndose DH en hm.
 Se calcula en cada tramo la altitud promedio H, como
promedio entre las curvas de nivel extremas.
 Se aplica la fórmula de Ta en todos los tramos, y
aquellos que son de descenso se dividen por 2 ó 3
para calcular Td.
 La suma de todos los tiempos da el tiempo neto de
marcha del recorrido.

Al tiempo total así calculado se le deben sumar los tiempos


muertos. Estos dependerán del tipo de actividad y del
grupo, pero en general siempre debemos tener en cuenta:
a los 20 minutos de marcha paramos 5 a ajustar abrigo y
carga, cada hora u hora y media computar unos 10 minutos
de descanso, parada para comer, etc.

Este tiempo total se compara con la duración del día.


Podemos determinarla usando un programa Excel que
pueden solicitar gratuitamente al autor o bajarse del sitio
web de la Asociación Argentina de Guías de Montaña.

III. Posición o Ubicación

1. Tipos de posición
La determinación de la posición consiste en obtener las
coordenadas de donde nos encontramos, o bien el
elemento geográfico que la representa sobre la cartografía.
Este elemento puede ser un área, una línea o un punto.
Según el modo de determinación de la posición o nuestro
interés en el momento, podemos tener uno de los
siguientes tipos de posicionamiento.

1.1. Posición de área

Consiste en saber en que zona de la carta (o en qué carta)


está nuestra posición. Normalmente este dato es superfluo
para un guía de montaña, porque en montaña es casi
imposible cambiar de área, o perder noción de la misma,
por mucho tiempo.

La Posición de Área se logra delimitando en la carta la zona


donde estamos, ya sea por estima de tiempos de recorrido,
por reconocimiento de puntos característicos, etc.

1.2. Posición de línea

Consiste en saber sobre qué línea estamos, pudiendo ser


una línea recta imaginaria que nos une con un punto
conocido, una línea ferrea o camino, una isohipsa (curva de
nivel). Dos o más posiciones de línea pueden determinarme
una posición de punto.

1.3. Posición de punto

Consiste en conocer sobre la carta nuestra posición. El


método clásico es la intersección de dos posiciones de
línea. Actualmente se dispone del GPS, como veremos
luego.

2. Coordenadas rectangulares y polares

El sistema de referencia para denotar las coordenadas


puede ser ya sea plano o elipsoidal, expresando las
coordenadas en los márgenes de la carta en forma
cartesiana; o indicando rumbo y distancia a un punto
conocido, en forma polar.
Con GPS las coordenadas se pueden expresar en el sistema
rectangular o cartesiano (en Argentina se suele usar el
datum Campo Inchauspe para coincidir con la cartografía),
o en forma polar a partir de un punto conocido (waypoint).
Veremos esto con más detalle en el capítulo específico de
GPS.

3. Determinación clásica de la posición con mapa y


brújula

El método clásico con mapa y brújula se denomina


Intersección Inversa (mal llamado Triangulación en casi
todos los libros), y es el siguiente:

a. Seleccionar en la carta la representación de dos puntos


que sean a su vez accesibles visualmente desde la posición.

b. Tomar a dichos puntos sendos rumbos con la brújula y


corregirlos con la DM para convertirlos a azimutes.

c. Aplicar con un transportador dichos azimutes sobre la


carta.

d. En la intersección de ambas líneas está nuestra posición.

e. En general es conveniente verificar este resultado con un


tercer punto o comprobando que la lectura del altímetro
verifique la de la curva de nivel.

4. Mejora de la posición con la brújula

El método de intersección inversa es válido para saber


dónde estamos a partir de un mapa, pero puede aplicarse a
menor escala en inmediaciones de un sitio conocido para
dar la posición exacta (dentro de 1 m de precisión) de un
punto. En efecto, a partir de una posición aproximada dada
por intersección inversa con mapa y brújula, o con un
navegador GPS portatil (su error puede llegar a alcanzar los
20 m), podemos mejorar la precisión hasta el metro si
complementamos la determinación simplemente con una
nueva intersección inversa a brújula a dos referencias bien
visiles y características que se hallen a no más de 50 m del
punto.

5. Otros modos de determinar la posición

Es posible determinar la posición geográfica (latitud y


longitud geográficas) con observaciones astronómicas.
Obviamente esto requiere de instrumentos (sextante o
teodolito), pero es posible determinarla con precisión
aceptable (1 a 2 km de error) utilizando sombras, plomadas
y palitos. Esto excede el alcance de este resumen pero se
ve en detalle en los cursos. Estos métodos, de origen
náutico, son técnicas improvisadas de supervivencia.

Otro modo, obviamente, es determinar las coordenadas


absolutas o relativas a un punto conocido, con el GPS.

Parte II:

IV. Orientación
Ya hemos dicho más arriba que la Orientación, en sentido
particular, es la que se ocupa de responder al problema de
"hacia dónde" queda determinado lugar, ya sea un punto al
que debemos ir, un punto que estamos viendo, o
determinado punto cardinal. Es decir, se ocupa del
problema de las direcciones.

1. Tipos de direcciones

Cuando hablamos de direcciones, estas pueden ser de tres


tipos:

Geográfica o azimut: es el ángulo medido entre la


dirección Norte verdadero y la dirección hacia el punto
objetivo. Estas direcciones se sobrentienden trazadas sobre
un círculo máximo, es decir que contienen al centro de la
Tierra, y se denominan por este hecho direcciones
ortodrómicas. De este modo la distancia es la mínima sobre
la superficie del elipsoide. En principio no es posible
determinar en forma sencilla el azimut, sino por cálculo a
partir de las coordenadas geodésicas entre puntos.

Cartográfica: es el ángulo medido entre la dirección Norte


de la carta y la línea recta que en la carta se dirige hacia el
punto objetivo. Estas direcciones son muy afectadas por el
tipo de proyección con que fue construida la carta. La
proyección Mercator Ecuatorial se hizo famosa, y resolvió
una vieja aspiración de la Humanidad, por que las
direcciones trazadas bajo ella son tales que a lo largo de su
recorrido el rumbo medido a brújula es constante. Se
denominan por esa razón loxodrómicas. Se determinan
midiéndolas con transportador sobre la carta.

Magnética o rumbo: es el ángulo medido a brújula entre


la dirección al norte Magnético y la dirección al objetivo.
Son afectadas por la declinación magnética, que depende
de la posición sobre la Tierra. Se determinan en el terreno
con la brújula.

Como acabamos de ver, las herramientas de que nos


valemos para determinar las direcciones son el goniómetro
o transportador para la dirección cartográfica, y la brújula
para la dirección magnética. Hasta hace muy poco tiempo
las direcciones verdaderas o geográficas, que son nuestro
problema concreto (porque nos desplazamos sobre la Tierra
real), se resolvían aproximadamente suponiéndola igual a
la cartográfica si trabajamos con escalas grandes, es decir
menores a 1:250 000. Ha de tenerse en cuenta que en la
proyección Gauss-Kruger (y las Mercator transversas en
general) la dirección cartográfica se aproxima al azimut en
las cercanias de la línea automecoica (meridiano central). El
azimut puede calcularse midiendo o bien con la brújula en
el terreno o bien con el transportador en la carta, si
hacemos la debida corrección por declinación y desviación
magnética.

Sólo recientemente disponemos de lecturas reales y


precisas de las direcciones geográficas, y es por medio del
GPS. El GPS da direcciones ortodrómicas, es decir el camino
más corto entre dos puntos. Una particularidad de estas es
que dicha dirección va cambiando contínuamente al
recorrer el itinerario (y por esa razón no puede recorrerse a
brújula). Ese es tal vez uno de las prestaciones más
resonantes del GPS para navegación. Antes de eso nos
teníamos que contentar con recorrer las direcciones
loxodrómicas, para las que sí se usa la brújula, pero el
camino no era el más corto. Los aviones se veían forzados,
hasta no hace mucho, a recorrer poligonales para tratar de
aproximarse a una ortodrómica, o camino más corto.

2. Métodos de orientación

Las direcciones se determinan de diferentes modos,


básicamente de dos tipos: instrumentales y no
instrumentales.

2.1. Métodos instrumentales

Los instrumentos con que se cuenta son los siguientes:

Magnéticos: utilizando la brújula en el terreno,


determinando direcciones magnéticas.
Geométricos: utilizando el goniómetro o transportador en
la carta, determinando direcciones cartográficas.
Satelitales: utilizando el GPS en el terreno o en
planificación, determinando direcciones geográficas.
Otros: escapan de nuestro interés, como los métodos
inerciales que utilizan las aeronaves por medio de
giróscopos, o los radiofaros.

2.1.1. Método clásico:

La manera clásica de orientarse con instrumentos en la


naturaleza es combinando el uso de la carta y el
transportador con la brújula. Se consigue así un modo de
"traducir" lo que medimos en la carta, al terreno y
viceversa. Básicamente consiste en lo siguiente:

De la carta al terreno:

a. Se traza una línea recta en la carta, uniendo el punto de


partida (usualmente será nuestra posición) con el de
destino deseado.

b. Se coloca encima el transportador con el centro sobre


una intersección de la línea, o su prolongación, y un
meridiano (línea cartográfica Norte-Sur).

c. Se gira el transportador hasta que el cero coincida con la


dirección Norte del meridiano.

d. Se lee el valor angular que marca en el transportador la


línea trazada originalmente. Este valor es
aproximadamente el azimut, siendo el error despreciable si
la escala de la carta es grande, es decir por ejemplo 1:50
000 o 1:100 000.

e. Se corrige dicha dirección sumando o restando la


declinación magnética local, obteniéndose así el rumbo.
Veremos esta operación más adelante.

f. Se "graba" dicha dirección en el limbo de la brújula, si es


que se trata de un modelo que permite dejar el limbo
(escala angular móvil giratoria) trabado en un valor del
rumbo.

g. Se "cala" la brújula. Si es de aguja se hace coincidir el


rumbo numérico de la escala 0º, o la letra N, con el Norte
de la aguja. Si es de plato se espera que se equilibre y se
busca con el sistema de puntería el valor del rumbo en la
escala. Para estas operaciones la brújula debe estar en
perfecto equilibrio y horizontal.

h. La flecha o eje de dirección de la brújula apunta


entonces en la dirección a seguir.

Del terreno a la carta:

a. Se apunta con la brújula el punto de interés en el


terreno.

b. Se lee el rumbo. Esta operación depende del típo de


brújula. En las de aguja debemos hacer coincidir previo a la
lectura el 0º (o la N) con el Norte de la aguja. En las de
plato basta con leer el rumbo que marca el indicador.

c. Se convierte el rumbo a azimut por medio de la


declinación local.

d. Se coloca el transportador en la carta sobre nuestra


posición, si la conocemos, o bien sobre el punto objetivo al
cual hemos apuntado. Luego se lo gira para que la dirección
0º - 180º coincida (o sea paralela) con un meridiano, o la
90º - 270º con un paralelo.

e. Se marca con un punto el sitio que marca el valor


angular hallado en la escala del transportador.

f. Usando dicha marca, con una regla se la une con el punto


centro del transportador, es decir el elegido en el inciso d.

g. Nuestro objetivo estará ahora sobre la línea trazada, en


el sentido del punto objetivo si estamos centrados en
nuestra posición, o viceversa. Podemos explorar dicha línea
comparando lo que vemos bajo ella en la carta y lo que nos
muestra el terreno.

2.1.2. Método GPS

Una nueva, y más eficiente, manera de orientarse con


instrumentos en la naturaleza es con el navegador GPS,
pudiendo combinarlo muy fácilmente con la carta y con la
brújula. Hay diversas posibilidades: podemos volcar los
puntos en la carta con las coordenadas del destino
obtenidas de una visita previa al sitio o un dato, y luego
pedir al GPS que navegue a dicho punto; o podemos
simplemente caminar y pedir al GPS que nos muestre el
valor de la dirección con la cual nos desplazamos. De todos
modos debemos enfatizar que un GPS no es un instrumento
de orientación, sino de posición, y que las prestaciones que
hace en orientación son meros cálculos basados en la
posición. Este hecho hace que no reemplace al instrumento
clásico de orientación, sino que lo complementa. Un
verdadero profesional toma la información GPS, incluso
navega con ella, pero sabe orientarse con brújula. Ello le
permite apagar el aparato electrónico y ahorrar tiempo y
energía. Además, en caso de falla o falta de energía del
aparato electrónico, la brújula siempre seguirá funcionando.

2.2. Métodos no instrumentales

Cuando no contamos con los instrumentos específicos como


los descriptos más arriba, ciertas improvisaciones y
observaciones de la naturaleza permiten orientarse con
cierta independencia. Hay dos tipos de método no
instrumental.

Racionales: cuando existe un fundamento científico que


garantiza precisión y exactitud de las medidas.
Normalmente son métodos astronómicos. Los astros
siempre han sido el método por excelencia de la orientación
y la navegación, y los únicos disponibles para la posición.
Incluso con GPS, la posición se realiza en base a "astros"
artificiales, que son los satélites. Aquí veremos sólo los
métodos más de campo, obviamente sin caer en el uso de
astros donde se requieren instrumentos especiales, como
en el caso de la náutica que utiliza sextantes, astrolabios y
otros materiales.

Empíricos: cuando el sustento científico es más debil, o


está enmascarado por muchas variable. Tal es el caso de
las direcciones de crecimiento de plantas, vientos
dominantes, orografía, etc.

2.2.1. Métodos racionales:

Sol y Luna

El método más rápido y simple (método corto) es el


siguiente.

a. Se coloca un palo, bastón, lápiz o cualquier otro


elemento con punta, a cierta altura sobre el terreno. No es
necesario que esté vertical: puede colocarse horizontal
sobre una roca, por ejemplo. También puede ser una roca
puntuda. La condición es que proyecte su sombra contra
una superficie bien lisa, plana y horizontal. Atención que
deben cumplirse las tres condiciones: lisa no es lo mismo
que plana (una piedra redonda puede ser lisa y no es
plana), y plana no es lo mismo que horizontal (una pared
puede ser plana pero no horizontal). Esa superficie
podemos obtenerla colocando en el lugar una hoja de
papel, un plato o una piedra laja, o bien alisar la tierra con
la mano. No se requiere un tamaño mucho mayor al de la
palma de la mano. Otra condición es que la sombra del
extremo puntiagudo del objeto sea nítida. Eso se logra
colocando el elemento a una distancia no muy grande del
plano. Tampoco muy cerca, porque, como veremos, se
requiere que la sombra "se mueva" cierta distancia a
medida que se corre el sol o la luna por efecto de la
rotación terrestre. Una buena distancia es de 1 a 1,5
metros.

b. Se hace una marca en el punto donde cae la sombra del


extremo puntiagudo del objeto. Puede ser hecha a lápiz o
simplemente clavando un palito o poniendo una piedrita.
c. Se espera a que la sombra se mueva por efecto de la
rotación terrestre. Basta con unos cuantos centímetros.
Para una altura de 1,5 metros, con 15 o 20 minutos es
suficiente.

d. Se marca nuevamente sobre el plano la punta de la


sombra.

e. Se traza una línea entre ambas marcas. Esta es la línea


Este-Oeste. El extremo de la línea que está en la primera
marca es el Oeste (W). Esto es así en cualquier hemisferio,
cualquier hora del día y cualquier época del año, aunque es
más sensible en latitudes bajas, cerca del mediodía y en
verano. Estas sensibilidades se compensan mucho si
tenemos la precaución de estar cerca del mediodía, es
decir, si estamos en latitudes altas (Hielo Patagónico), es
más importante hacer la medición a pleno día, evitando la
mañana temprano o el atardecer.

Este método funciona bien con la luna, y casi no es sensible


a la latitud ni a la época del año, pero es mejor hacerlo con
luna alta sobre el horizonte.

El otro método (método largo) es mucho más preciso.


Tanto que nos permite calcular la declinación magnética del
lugar, y si lo aplicamos con el sol (no con la luna) nos da
información muy útil para calcular la latitud y la longitud
con unas formulitas muy sencillas (cuentas de sumar y
restar) usando dos tablas que podemos llevar fotocopiadas
en una billetera. La precisión, lógicamente no es la de un
GPS, sino de unos 2 a 5 kilómetros. Tanto el método largo
como estas técnicas adicionales no las desarrollaremos en
este resumen (se enseñan en los cursos).

Con la luna hay un método rápido y grosero basado en las


fases. La luna creciente tiene su "panza" apuntando al W, y
la luna menguante tiene su "panza" apuntando al Este. La
luna es Creciente (hemisferio sur) cuando tiene forma de C,
y menguante (Decreciente) cuando tiene forma de D.
Hora solar

En realidad es una variante del uso del sol. Es bastante


conocido como método del reloj, y muy difundido. El
problema es que no está tan difundida la pobrísima
precisión que puede dar en algunos casos. Por eso, aquí
nos limitaremos a describirlo más que nada para
desaconsejarlo que para aconsejarlo. El modo que
describimos es el que los libros citan para el hemisferio sur.
Esto es también inexacto: sólo funciona para las regiones
subtropicales del hemisferio sur, para las tropicales sur
funciona con menos precisión y sólo entre el equinoccio de
marzo al de septiembre.

Nosotros le hemos llamado método de la hora solar, y no


del reloj, porque puede hacerse también sin reloj. Basta
para ello dibujar el reloj y sus manecillas en el suelo o en
un papel. Algunas fuentes poco inteligentes declaran que
sólo puede hacerse con relojes analógicos (de agujas) y no
con digitales, cuando en realidad es muy fácil dibujar el
reloj si se sabe la hora. La otra razón de ponerle hora solar,
y no simplemente hora, es porque en rigor el método
funciona con la hora solar (mediodía en el momento donde
culmina el sol) y no con la hora civil (mediodía a las 12:00).

a. Se coloca el reloj (real o dibujado) con su esfera


horizontal y con el 12 apuntando al sol. Esto se logra
poniendo un palo vertical sobre el 12 y girando el conjunto
hasta que la sombra caiga en el 6.

b. La bisectriz entre el 12 y la manecilla chica señala el


Norte.

En la medida que en el país el mediodía solar no sea a las


12 (en el Oeste de Argentina es en promedio a las 13:40,
cambiando ligeramente durante el año, más en noviembre
y febrero) este método nos dará un error de
aproximadamente 7º por cada hora de diferencia. Esto era
más notable en las épocas que Argentina usaba horario
diferente en verano. En este caso en la montaña mendocina
el mediodía solar se producía casi a las 15 horas en
noviembre!. Otra observación es que el método supone que
el sol sale a las 6:00 y se pone a las 18:00, lo cual aparte
de no ser cierto por la diferencia de hora civil y hora solar,
sólo ocurre en los equinoccios.

En resumen: debemos llevar brújula, o bien orientarnos con


la sombra y el sol. O con las estrellas.

Estrellas

En el hemisferio Norte hay una estrella, la estrella Polar,


que está casi exactamente en el polo Norte celeste, aunque
es muy poco brillante. Los polos celestes son los puntos del
cielo (la palabra celeste proviene de cielo) donde se
proyecta el eje de rotación terrestre (el punto alrededor del
cual gira el firmamento). En la vertical, perpendicular al
horizonte, a partir del polo celeste está el punto cardinal,
Norte o Sur.

En el Hemisferio Sur no tenemos ningún astro en el polo


Sur celeste, entonces tenemos que hacer una construcción
geométrica con las constelaciones. Para ello nos valemos de
la constelación Crux (Cruz del Sur), que es una
constelación de 5 estrellas visible en el hemisferio sur, del
siguiente modo:

a. Imaginamos una cruz inscripta entre las cuatro estrellas


más brillantes de Crux.

b. Prolongamos la longitud mayor de la cruz, en el sentido


del brazo mayor (que es el extremo de la estrella más
brillante) 4.5 veces, y del punto resultante 1 vez más
perpendicularmente hacia la derecha. Es importante que se
entienda bien esto último: perpendicularmente a la
dirección anterior (de las 4.5 veces) y a la derecha de dicha
dirección anterior. La forma final es la de una L al revés (es
decir como una J recta). Este segundo segmento más corto,
dependiendo de la posición de la cruz podrá caer a nuestra
derecha o a nuestra izquierda, arriba o abajo. El punto final
así obtenido es el polo Sur celeste.
c. Bajando una perpendicular al horizonte desde el polo Sur
celeste obtenido, nos da la dirección Sur.

Otro modo de ubicar el polo Sur celeste es el punto que


está a mitad de distancia entre la estrella Achernar y Beta
Centauro. Otro método conocido, que es el del Puñal de
Orión, no es muy preciso en el hemisferio Sur.

2.2.2. Métodos empíricos:

Estos métodos deberían caer fuera de los que utiliza un


aventurero serio. Son muy poco exactos y algunos de ellos
no siempre funcionan. El lado de las rocas que crece el
musgo, la orientación de las puntas de las coníferas, y
varios más son algunos de los que se leen en algunos
libros, y que no nos interesan. Otros son sólo de validez
local, como las direcciones de los valles o de los cordones
montañosos, o la dirección de los vientos dominantes.

Sólo citaremos aquí dos métodos, por ser muy interesantes


también como una enseñanza ambiental.

Jarilla

La jarilla es una planta típica de las estepas montañosas y


desiertos del pie de los Andes. Existen tres especies: Larrea
divaricata, Larrea nitida y Larrea cuneifolia, que se dan
dependiendo de las condiciones edáficas del suelo. Se
diferencian muy fácilmente por la forma de las hoja: L.
divaricata tiene dos foliolos de forma ahusada dispuestos
en forma simétrica casi en ángulo recto; L. nitida tiene
muchos foliolos soldados entre si en una especie de palmita
de helecho, muy pegajosa al tacto; L. cuneifolia, como su
nombre lo indica, tiene un solo foliolo en forma de cuña, o
de punta de lanza. Esta última se presenta en agrupaciones
de gran cantidad de foliolos, con forma de una palma que
se orienta con mucha precisión en la dirección Norte-Sur.
La especie conocida como Jarilla Macho (Zucagnia
punctata) no es útil para este cometido.

Nieve
Cuando ocurre una nevada tenue, o una nevada de media
estación, al salir el sol al día siguiente se funde la nieve de
las laderas solanas y sólo queda nieve en las umbrías. Esto
puede dar una idea general de la dirección del trópico, es
decir el Norte en el invierno austral en el hemisferio Sur, y
el Sur en el invierno boreal en el hemisferio Norte.

3. Declinación magnética

La declinación magnética (DM) en un punto es la diferencia


existente entre la dirección cartográfica y la magnética en
ese punto. Esta se debe a que los polos magnéticos no
coinciden con los geográficos (ni con los de los meridianos
de la carta). Además no son antípodas (no están
exactamente opuestos ambos polos magnéticos) y se
mueven lentamente en forma errática. Por ello la DM varía
lentamente con el tiempo. Actualmente, en Mendoza,
disminuye unos 6' anuales.

El conocimiento de la DM es importante porque permite


convertir rumbos magnéticos en direcciones cartográficas y
viceversa, y así trabajar con la carta y la brújula. Hay tres
métodos para medir la DM de un lugar.

La DM puede ser al E o al W. En Argentina la DM es E al sur


y oeste de una línea oblicua que va desde los Andes
catamarqueños a Bahía Blanca,y W al N y E de dicha línea.
En Mendoza vale unos 4ºE y en Buenos Aires unos 2° al W.
Las transformaciones se hacen, si la DM es E, sumando la
DM a los rumbos y restándola a los azimutes; y si la DM es
W, al revés.

3.1. Método histórico

Es el más conocido pero menos preciso. Consiste en


actualizar la DM informada en una carta, multiplicando la
cantidad de años transcurridos desde la edición de la carta,
por la variación anual de la DM, también declarada en la
carta. Esta cantidad se resta o suma a la DM original, según
la DM disminuya o aumente con el tiempo. Este método
tiene el error de suponer una variación uniforme todos los
años, lo cual no es cierto. De todos modos da un valor
aceptable para cartas de no más de 10 años de antigüedad.

3.2. Método referencial

Se requiere identificar en la carta dos elementos: la


posición actual y, o bien otro punto que sea visible desde la
posición actual, o bien una línea física recta que pase por la
posición actual (un camino, por ejemplo). Se realizan las
siguientes operaciones:

a. Se toma a brújula el rumbo al punto visible, o bien el de


la línea, referidos en el texto anterior.

b. Se traza una línea en la carta entre el punto de la


posición actual y el otro punto, o bien se prolonga la línea
física cuyo rumbo hemos medido.

c. Se mide con el transportador la dirección cartográfica de


dicha línea.

d. La diferencia entre ambos ángulos es la DM. Será Este si


la magnética es menor a la cartográfica, y viceversa.

Este método es muy sencillo y preciso, pero su exactitud


depende de la calidad de construcción de la carta y de la
calidad de la brújula.

3.3. Método astronómico

Requiere determinar el Norte (o el Sur) con la culminación


de un astro, y tomar en esa dirección el rumbo a brújula.
La diferencia con 0º si es el Norte o con 180º si es el Sur,
es la DM, E si es menor a 360º usando el N o a 180º
usando el S, y W si es mayor que 0º usando el N o de 180º
usando el S.

Para determinar la culminación del astro (la hora de la


misma) hay que realizar cálculos basados en almanaques
náuticos o en sitios web que den esa información. La hora
de culminación del sol puede determinarse con relativa
facilidad con el método solar largo citado más arriba, o con
el programa Excel incluido en este sitio web.

Es el método más preciso para determinr la DM, y depende


sólo de la precisión de la brújula.

3. Orientación y posición astronómica

Aparte de los métodos no instrumentales racionales ya


vistos (astronómicos), es posible utilizar los astros para
muchas cosas más, muy útiles y muy interesantes. Por
ejemplo, podemos calcular la duración del día en
determinado lugar y fecha, la hora de salida y puesta del
sol y su rumbo (que no es el E y el W como se cree, eso
sólo ocurre en los equinoccios o en el Ecuador), también
calcular las coordenadas geográficas, etc. Cálculos similares
pueden hacerse también con las estrellas.

V. Navegación terrestre

Navegar significa desplazarse sin perder el conocimiento de


la propia posición ni del objetivo, o poseyendo recursos
para conocerlas en cualquier momento. Los dos tipos
principales de navegación son: la travesía, en la que
normalmente no regresaremos al punto de partida; y la
exploración, en la que siempre se vuelve al punto de
partida, como por ejemplo ir a recoger leña o a buscar agua
o a ascender una cumbre, desde el campamento.

1. Operaciones con las direcciones

Determinación de una dirección: Un ángulo de dirección


puede determinarse en la carta con un transportador, un
rumbo puede determinarse en el terreno con una brújula, y
ambos pueden obtenerse también por información externa
(relatos, informes, por un medio de comunicación, etc.).

Materialización de una dirección: Los rumbos


usualmente se apuntan en el terreno con una brújula y se
busca en su dirección alguna referencia (ver punto 2 más
abajo).
Automatización de una dirección: Tanto los ángulos de
dirección sobre la carta como los rumbos en el terreno se
pueden dejar fijos en algunos modelos de brújula, lo cual
permite reproducirlos rápidamente sin necesidad de
recordar su valor numérico.

Corrección magnética de direcciones: Para pasar entre


un ángulo de dirección en la carta y el rumbo
correspondiente en el terreno, se debe sumar o restar la
declinación magnética. Si esta es de signo Este, a la brújula
se le suma y a la carta se le resta, y viceversa para signo
Oeste.

2. Referencias

Las referencia que se toman para materializar un rumbo


pueden ser de varios tipos:

Referencias directas: son las que se hallan sobre la


dirección del rumbo, ya sea hacia delante o hacia atrás.
Referencias indirectas: son las que se hallan fuera de la
dirección del rumbo, y sólo son útiles si se cuenta con
cartografía donde se represente el punto de referencia y el
objetivo.

Referencias directas cercanas: son las que se hallan


sobre la dirección del rumbo pero antes del objetivo. Tiene
la ventaja de poder navegarse hacia ella por cualquier
recorrido, permitiendo por lo tanto desvíos, pero tiene la
desventaja que una vez alcanzada debe tomarse otra
referencia.

Referencias directas lejanas: son las que se hallan sobre


la dirección del rumbo y más allá del objetivo, pero son
alcanzables si uno se lo propone. Tienen la ventaja de ser
definitivas (no se necesita cambiar de referencia como en
las cercanas), pero si llega a ocurrir un desvío debemos
retomar el rumbo volviendo a medirlo con el mismo valor
hacia la referencia.
Referencias directas remotas: son las que se hallan
sobre la dirección del rumbo y mucho más allá del objetivo,
y no son alcanzables. Tienen la ventaja de ser definitivas
(no se necesita cambiar de referencia como en las
cercanas), pero si llega a ocurrir un desvío no hay modo de
retomar el rumbo, pues a pesar del desvío la referencia
sigue estando en el mismo rumbo. Es el caso de montañas
muy lejanas y de estrellas.

Referencias retrógradas: son tomadas hacia atrás con el


contrarrumbo (sumando o restando 180° al rumbo).

3. Patrones geométricos básicos de navegación

Navegación rectilínea: Al alejarse de un punto se debe


tomar el rumbo y no apartarse de él, midiendo la distancia
del desplazamiento o cronometrándolo. Para regresar se
debe tomar el contrarrumbo y desplazarse la misma
distancia o tiempo medidos. Es típica para alejarse de un
campamento para buscar agua al río.

Navegación sesgada: Al alejarse de una línea (un


camino, un alambrado, una costa) en el cual se ha dejado
un punto al que se desea volver (un vehículo estacionado,
una tranquera, una embarcación atracada) se debe tomar
el rumbo y no apartarse de él, midiendo la distancia del
desplazamiento o cronometrándolo. Para regresar se debe
sumar o restar al contrarrumbo intencionalmente un ángulo
de desvío de 10 o 20° y desplazarse por él la misma
distancia o tiempo medidos. Al llegar a la línea, debemos
seguir sobre ella hacia la derecha si hemos restado el
ángulo de desvío, o hacia la izquierda si lo hemos sumado,
hasta alcanzar el punto buscado.

Navegación poligonal: Al retirarse de un punto a hacer


una exploración (por ejemplo, recoger leña) se debe tomar
un rumbo y desplazarse sobre él midiendo la distancia (con
pasos) o cronometrando. Al hacer cada cambio de rumbo
se anota este y el tiempo o distancia recorridos sobre el
mismo. Al finalizar la exploració, el modo de regresar al
punto inicial es el siguiente: dibujar en un papel
cuadriculado una poligonal partiendo desde un punto del
papel. Las direcciones de la poligonal se trazan con un
transportador (o el limbo móvil de la brújula) y sus lados se
dibujan con una longitud proporcional a la distancia medida
o al tiempo cronometrado. Así se van enlazando los tramos
una a uno. Para regresar basta con unir el punto final con el
inicial, medir el rumbo con el transportador, y medir el
largo del camino con la escala adoptada. Se regresa
desplazándose por dicho rumbo el mismo tiempo o
distancia medidos.

Navegación referencial: Tiene la ventaja que no requiere


mantener ningún rumbo. Se toman desde la posición de
partida sendos rumbos a dos referencias visible en el
terreno. Tras recorrer libremente la zona, el modo de
regresar es desplazarse tratando de reproducir los rumbos
a los puntos seleccionados.

4. Navegación clásica con y sin cartografía

Los tramos de navegación, cualquiera sea el patrón


adoptado, se hacen normalmente siguiendo o controlando a
brújula el rumbo, y valiéndose de referencias,
determinando periódicamente la posición con intersección
inversa o simplemente reconociendo en el terreno los
objetos representados en la carta. Actualmente todo ese
proceso se reemplaza o simplifica muchísimo con el uso de
los navegadores satelitales

5. Sorteo, rodeo y encuentro

Al hallarse obstáculos se deben rodear estos, ya sea


contando pasos o cronometrando el desvío lateral
(perpendicular al rumbo inicial) para luego desandarlo del
otro lado del obstáculo, o efectuando un desvío angular
antes del obstáculo, cronometrando la marcha desviada,
para luego volver a desviarse el mismo ángulo para el otro
lado del rumbo original, la misma cantidad de tiempo o
distancia del primer desvío. De ese modo se recorren los
lados iguales de un triángulo isosceles, siendo la base un
segmento del rumbo inicial.

Para encontrarse dos grupos en medio del campo es


necesario coordinar direcciones de marcha convergentes.

6. Misceláneas

En cursos vemos varios temas de navegación, que por su


alta especificidad y contenido práctico no desarrollamos
aquí. Son los siguientes:

Cálculo y estima práctica de distancias, altura de objetos y


desplazamientos, ya sea de tramos recorridos como no
recorridos. Usualmente se hace empleando la brújula y
sencillas reglas trigonométricas fáciles de resolver
mentalmente o con lápiz y papel.

Resolución de laberintos: el autor ha desarrollado un


algoritmo lógico que permite recorrer en su totalidad
cualquier laberinto (los caminos tortuosos de un parque,
una caverna con múltiples galerías, las calles irregulares de
una ciudad antigua, etc.). Se hace marcando (con una tiza,
por ejemplo) los tramos y cruces, los cuales se van
numerando y literando. El método permite regresar en
cualquier momento a la entrada del laberinto, por el camino
más directo. También permite hacer un modelo topológico
del laberinto.

Trazado de polígonos en el terreno. Con brújula es posible


trazar cuadrados, triángulos equiláteros, y diversas figuras
geométricas en el terreno, ya sea para parcelarlo, hacer un
triangulo de hogueras, trazar cortafuegos, sectorizar una
búsqueda, etc.
Parte III:

VI. GPS

Los manuales que acompañan a los navegadores GPS dan


mucha información muy útil, pero ni explican en detalle los
fundamentos del sistema, ni dan información adicional muy
útil más allá que el mero manejo del navegador GPS. Esta
falencia hace que el usuario se forme preconceptos
erroneos sobre el tema.

1. Principio de funcionamiento

El GPS (Global Positioning System = Sistema de


Posicionamiento Mundial) es un sistema que permite al
usuario conocer su posición en el planeta (Latitud, Longitud
y Altitud geodésicas) con buena exactitud y precisión (unos
pocos metros).

El sistema tiene tres componentes (segmentos) principales:

Constelación de satélites: 24 (+ 3 de repuesto) satélites en


órbita a unos 20200 kilómetros de altitud y período de 12
horas. Lo cual permite tener siempre una cobertura global
uniforme (unos 12 satélites en el hemisferio celeste).
Últimamente se han incorporado satélites geoestacionarios
a 33400 kilómetros de altitud, que permiten mejorar la
exactitud de determinados usuarios (sistema WAAS).
Segmento de control: envía y recibe información a y desde
los satélites. Permite que estos conozcan su posición exacta
en las órbitas y corregir errores. El sistema de control
posee una estacion maestra en USA y 11 estaciones de
posicionamiento alrededor del mundo.

Segmento de usuarios: Los usuarios particulares poseen un


receptor comercial, que puede ser de diferentes tipos según
su finalidad. Estos no transmiten, sino sólo reciben
información desde los satélites, permitiendo calcular la
posición propia.

Básicamente, cada satélite envía un mensaje característico


con información sobre su posición y otros datos de utilidad,
en dos frecuencias de radio. El receptor capta estos
mensajes y genera a su vez una copia interna del mensaje
recibido. El desfasaje de tiempo entre ambos mensajes
permite al receptor calcular la distancia a cada satélite. Con
4 satélites se logran despejar las cuatro incógnitas del
receptor: las coordenadas cartesianas NAVSTAR, que son
las distancias perpendiculares al plano del Ecuador, al Plano
del meridiano de Greenwich y a un tercer plano
perpendicular a los anteriores, y el error del reloj interno
del receptor. Luego un software especial permite al
receptor convertir las coordenadas cartesianas NAVSTAR a
cordenadas geodésicas o planas en el sistema de referencia
que se le pida. Recordemos (Módulo 1 de este curso) que
los sistemas de regerencia que usa la Argentina son el
CAI69, el POSGAR 94, y la proyección es Gauss-Krugger.
Con estos debemos configurar nuestro receptor GPS si
queremos obtener datos útiles para usar con nuestra
cartografía.

2. Tipos de receptores GPS

Los navegadores comunes (aparatos cuyo precio va desde


menos de u$s100 a casi u$s1000, según los modelos y
funciones) trabajan con el codigo C/A y en una sola
frecuencia en modo absoluto, lo que permite tener
exactitudes de una a dos decenas de metros.
Algunos de estos aparatos permiten recibir por radio
información que proviene de otro receptor cercano (GPS
diferencial o DGPS), lo cual mejora la exactitud al orden del
metro. Existen estaciones receptoras fijas (se denominan
estaciones GPS permanentes) que transmiten estos
mensajes de corrección en forma pública o a suscriptores
privados, o bien la archivan para que el usuario la compre y
corrija posteriormente sus observaciones de campo.

Finalmente, existen aparatos (que cuestan de 50 a 100


veces más que los navegadores) llamados receptores GPS
geodésicos, que operan en doble frecuencia, miden fases y
reciben el código P (código preciso), pudiendo alcanzar en
forma absoluta exactitudes de unos cuantos centímetros, y
en forma diferencial corregirlas a 1 o 2 mm.

3. Exactitud y precisión del sistema

Debemos diferenciar entre exactitud (grado de


acercamiento a la verdadera posición) y precisión (grado de
reproductibilidad o invariabilidad de los resultados).

El sistema GPS posee influencias de tres tipos de error: las


que afectan a la medición de la distancia a los satélites, que
poseen una desviación standard de unos 8 metros; las que
afectan al cálculo de las coordenadas, que dependen de la
geometría instantánea de la red visible de satélites; y un
error estadístico de muestreo, que depende del número de
satélites visibles y de la cantidad de mediciones que se
promedian, o lapso de tiempo de la medición.

En el primer tipo de error inciden diversos factores, como el


error del reloj del satélite, el error de cálculo de la órbita, el
error de rebotes cerca de la antena, la refracción en la
tropósfera y la refracción en la ionósfera, entre otros. Este
último es el más grande, y se resuelve con receptores de
doble frecuencia (que no es el caso de los navegadores
comunes). Una regla práctica es tomar las mediciones de
noche, pudiendo lograrse reducir el error casi a la mitad.

El segundo tipo de error se puede calcular conociendo el


DOP (factor de dilución de la precisión) que antes daban los
receptores como información adicional al usuario (modelos
Lowrance Eagle AccuNav Sport, modelo Garmin III+), pero
lamentablemente los nuevos modelos ya no dan esta
utilísima información, probablmente porque la gran mayoría
del público usuario no posee los conocimientos técnicos
para aprovecharla. En cambio suelen suministrar un índice
de error al que denominan EPE (Estimated Position Error),
que aunque los manuales no lo explican, es el error
estadístico standard, que es el error al 50% de confianza,
lo cual no es en si mismo muy útil, ya que normalmente los
usuarios deberían regirse por un nivel de confianza más
serio, digamos un 95%. Como regla práctica digamos que
el error al 95% de confianza es el triple del error estándar
al 50%, por lo cual una costumbre saludable sería
multiplicar el EPE por 3.

El tercer tipo de error puede reducirse tomando más


cantidad de satélites y promediando lecturas realizadas a lo
largo del tiempo. Esto mejora la precisión pero no la
exactitud si las mediciones se hacen en forma continua a lo
largo de unas horas. Para mejorar la exactitud (debida
principalmente a un error sistemático debido a la ionósfera)
se deben hacer promediaciones de más de un día.

En los cursos damos la explicación detallada de todo esto, y


llegamos a que el error en la distancia a los satélites está
teóricamente dentro de unos 15 metros al 95% de
confianza si se tienen cuatro satélites bien distribuidos en el
cielo. Con 5 satélites esto baja a la mitad y con 7 a la sexta
parte, pero suelen ser algo mayores (tal vez el doble o
más) si los satélites no están bien distribuidos. La presición
submétrica (dentro del metro) se logra promediando unas
decenas de valores. Pero recordemos que mejorar la
exactitud (no sólo la precisión) requiere promediar durante
por lo menos más de un día.

El todos los casos, el error en la altitud suele ser un 50%


más que el de la posición horizontal.

4. Funciones básicas del navegador GPS


El sistema GPS, en rigor, sólo nos da la posición. Es decir
no mide rumbos, distancias, velocidades ni tiempos de
arribo. Pero puede calcularlos comparando mediciones
sucesivas de la posición mientras nos desplazamos en el
terreno.

4.1. Posición horizontal: La suministra en forma de


coordenadas geodésicas o planas, pero también puede
hacerlo en forma polar, es decir dando dirección y distancia
a otro punto conocido. Estas direcciones (así como la
dirección instantánea de marcha) la pueden suministrar
como azimut verdadero, dirección cartográfica o rumbo
magnético. Este último lo calcula en base a un modelo
mundial de declinación magnética, o a partir de un dato de
declinación introducido por el usuario.

4.2. Altitud: Parte de los navegadores dan la altitud


elipsoidal, que en la mayoría de los casos, si no todos, no
cambia aunque se cambie el datum, y se refiere al elipsoide
WGS84. En otros casos se calcula empíricamente una
altitud ortométrica (sobre el nivel del mar) con un modelo
de geoide que tiene el receptor. Es el caso de la serie eTrex
de Garmin. Esta información no suele ser suministrada en
los manuales.

4.3. Direcciones: Es particularmente interesante saber (los


manuales no lo dicen) que las direcciones que da el GPS no
son loxodrómicas (trazables como rectas en una carta
conforme), sino ortodrómicas (trazables como arcos de
círculo máximo sobre la superficie terrestre (elipsoide).

4.4. Datos de navegación: velocidad, distancia, rumbo,


tiempo de arribo, brújula, etc. Dependen de los modelos.

4.5. Mapa de fondo en la pantalla. En algunos casos es


actualizable por Internet.

4.6. Hora y calentario. Además algunos modelos dan


horario de salida y puesta del sol y de la luna.

5. Elementos de trabajo del GPS


El GPS elabora y explota diversos elementos:

5.1. Waypoints (WP): son puntos de coordenadas


conocidas. Se pueden cargar en el navegador ya sea por
haber relevado el punto en el terreno, introducirlo por el
teclado o desde software a partir de una dato obtenido
externamente (de la carta, de informes, etc.), o
proyectándolo. Proyectar un WP es generarlo en la memoria
indicando dirección y distancia desde la propia posición o
desde otro WP existente. Los navegadores poseen memoria
para guardar desde pocas centenas a varios millares de
waypoints.

5.2. Rutas: Es un conjunto de waypoints arreglados en una


poligonal de modo que el navegador guía de uno a otro en
forma consecutiva.

5.3. Tracks: Conjunto de puntos no editables que se


marcan como una lína contínua en la pantalla del
navegador. Luego esta línea podrá ser seguida por el
usuario recorriéndola visualmente sobre su trazado en
pantalla, o bien convirtiéndo el track en una ruta.

6. Uso típico del GPS

Dado/s un/os WP, se indica al navegador “navegar” hacia


el/los. Este nos da de inmediato la dirección ortodrómica y
la distancia al próximo WP. Esta navegación se ve facilitada
por distinto tipo de pantallas. Estas pantallas varían según
el modelo, pero básicamente son:

Pantalla numérica: coordenadas, hora, fecha, velocidad,


etc.

Pantalla de mapa: con o sin mapa de fondo, va mostrando


con un punto que se desplaza, la propia posición y el trak
recorrido.

Pantalla de brújula: muestra una brújula en pantalla, que


muestra los puntos cardinales, la dirección instantánea de
movimiento, y la dirección ortodrómica al objetivo.
Pantalla de autopista: muestra una “calle” por donde nos
vamos desplazando, observándose el tramo a recorrer o
toda la ruta.

Pantalla de satélites: muestra la constelación local visible e


indica algunos números útiles para calcular la precisión.

7. Uso informático del GPS

Actualmente existe software que puede utilizarse


conectando el GPS a la PC. Veremos esto en el capítulo
siguiente.

VII. Introducción al Moving Map

La tecnología GPS no podía quedar fuera del importante


complemento que la informática está dando a casi todas las
actividades humanas. Los que hace tiempo utilizan el GPS
como herramienta de posicionamiento y navegación ya
saben lo útil que resulta poseer como fondo de pantalla en
el receptor el ya clásico mapita como fondo del movimiento
del punto de posición y del cursor. Pero también
reconocemos que dichos mapas, vectoriales y de bastante
escasa exactitud, tienen sus limitaciones. La principal de
ellas es que no son editables, y más que agregarles
waypoints no es mucho lo que podemos mejorarlos.

La tecnología de Mapa Movil (Moving Map) se ha encargado


de mejorar esto permitiéndonos trabajar en la PC sobre
cualquier tipo de imagen de mapa, carta, foto aérea,
imagen satelital, etc. del mismo modo que lo hacemos en la
pantalla del receptor GPS, pero con notables ventajas, a
saber:

En algunos software básicos la imagen no puede editarse


(de hecho en el MapSource la imagen es la misma de los
mapas de fondo de los navegadores Garmin), pero se
pueden aprovechar la mayoría de las características que
listamos a continuación.

En los programas más conocidos (como TrackMaker,


Fugawi y OziExplorer) la imagen puede ser cualquiera. Para
eso basta con escanearla y georreferenciarla.

No hay limitaciones de memoria para guardar waypoints,


tracks, rutas, etc.

Se puede adicionar desde la PC cualquiera de esos


elementos, incluso dibujarlos “a mano” con el mouse.

Permite muchas más funciones que el navegador GPS,


como editar los puntos de un track, hacer perfiles verticales
y de velocidad, medir áreas, adicionar comentarios, etc.

Se comporta como un pequeño GIS (sistema de


información geográfica), permitiendo asociar a cualquier
posición geográfica cualquier tipo de archivo (documentos
Word, Excel, fotos, audio, links, bases de datos, etc.).

Al conectar el navegador GPS a la PC permite hacer backup


de información de campo desde el GPS y clasificarla en la
PC en carpetas y archivos diferentes.

Si se navega conectado (con el GPS y la PC) podemos ir


desplazándonos sobre el mapa en tiempo real (que es lo
que da al software el nombre genérico de Moving Map).

Se puede prescindir del uso del GPS, “navegando” sobre la


carta con el mouse y obteniendo directamente la lectura de
las coordenadas de cualquier punto de la imagen, basta con
desplazar sobre ella el mouse. También medir distancias,
escribir comentarios, trazar elementos GPS, etc.

Tal vez la parte más técnica del manejo de estos


programas sea comprender acabadamente la “calibración”
de las imágenes. En la jerga del Moving Map esto significa
georreferenciar la carta para que se sitúen sobre ella los
elementos relevados en el terreno.

Para poder calibrar una imagen debemos conocer


acabadamente el concepto de Proyección cartográfica y de
Sistema de referencia geodésico, y no confundir ambos
conceptos. Ambas características de la carta a introducir
deben ser cargadas en el software antes de calibrarla. Es
por eso que conocer los contenidos de (Cartografía) es
imprescindible.

En la clase de Moving Map hacemos una calibración de una


carta y volcamos información que nos será de utilidad en la
salida práctica. A los alumnos les proveemos un CD con
muchisimos programas de diversas utilidades prácticas
relacionadas con la orientación, la navegación y el GPS,
contándose entre ellos versiones trial de software de
Moving Map.

El software que utilizamos en los cursos es el ya bastante


popular OziExplorer. En el curso hacemos algunas
demostraciones y usos en el campo, pero no nos
extendemos demasiado porque el OziExplorer posee un
estupendo tutorial que permite dominar el programa en un
corto período de aprendizaje personal.

Nota: Para más información sobre los contenidos de estas


entregas, comunicarse con el autor, Gabriel Cabrera
(gabriel.cabrera@aventurarse.com). El programa de los
cursos se encuentra en
www.rah.com.ar/orient/curso.htm.

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