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Alumno: António José Alexandrino Ramos

Opcíon 3: Células madre en terapia celular cardíaca


González M.L. (2013). Células madres en terapia celular cardíaca. Actual. Med.; 98(788): 38-44.

La enfermedad cardiovascular representa una de las principales causas de morbilidad y mortalidad,


especialmente en los países desarrollados. Dentro de las enfermedades cardiovasculares, tenemos
que considerar las enfermedades coronarias y la insuficiencia cardíaca (especialmente del
ventrículo izquierdo), que, aún con el desarrollo de las terapias farmacológicas y quirúrgicas,
continúan causando discapacidad y sufrimiento a millones de personas. Son enfermedades con un
alto impacto social, por lo que hay varios intentos de nuevas terapias, algunas de las cuales utilizan
la terapia de células cardíacas.
En las últimas décadas, las células madre (CM) han entusiasmado al mundo científico con la
esperanza de convertirse en una sólida herramienta terapéutica. Teóricamente, CM puede
replicarse y diferenciarse en cualquier tipo de célula adulta. Existen muchos tipos de MC que
pueden utilizarse como posibles herramientas terapéuticas para regenerar tejidos, como el tejido
cardíaco, tras sufrir un síndrome coronario agudo.
Para una adecuada evaluación ética del uso de células madre en la terapia celular cardiaca, es
necesario tener en cuenta las fuentes celulares utilizadas en los ensayos clínicos:
- Células madre cardíacas intrínsecas (CMCI);
- Las células madre del músculo estriado esquelético;
- Células mesenquimales madre (MMC);
- Células madre hematopoyéticas de médula ósea (CMHMO).
Fuentes celulares utilizadas en estudios experimentales:
- Células madre embrionarias (EMC);
- Células madre pluripotenciales inducidas (iPSCs).
Desde hace algún tiempo, algunos investigadores han desarrollado sus investigaciones sobre el uso
de MC de embriones humanos en una situación que genera problemas con implicaciones
religiosas, científicas y éticas. En un intento de superar algunos de los dilemas éticos derivados de
la manipulación de células embrionarias humanas, se han llevado a cabo investigaciones utilizando

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CM de diferentes tejidos adultos, como músculo esquelético, células mesenquimales, células
hematopoyéticas de la médula ósea, así como células musculares cardíacas.
Recientemente, la manipulación genética de células somáticas adultas permite la creación de CM
pluripotentes (células iPSCs), superando algunos de los aspectos éticos planteados por la terapia
celular que utiliza células embrionarias. Las ventajas que pueden ofrecer las células iPSC, en
comparación con otras fuentes de CM, incluyen la generación de células derivadas del propio
paciente que son funcionalmente similares a las CM embrionarias totipotentes, capaces de
diferenciarse en todo tipo de células y tejidos humanos. Al mismo tiempo son células
inmunológicamente compatibles con el receptor, evitando así el riesgo de rechazo inmunológico y
el uso de fármacos inmunosupresores.
Cuando nos enfrentamos a cuadros clínicos graves, como un síndrome coronario agudo, me da
miedo plantearme el uso de la terapia celular, teniendo en cuenta el objeto del tratamiento, que en
este caso debe ser recuperar una función perdida (función cardíaca) , siempre teniendo en cuenta
el tejido receptor de dicha terapia.
Si estamos ante una terapia génica con células somáticas (adultas), en principio estaremos ante un
procedimiento que será moralmente lícito, siempre que el paciente esté debidamente informado,
pueda dar su consentimiento informado y la técnica utilizada no ponga en riesgo de forma
desproporcionada su integridad física, en el respeto a los principios de la ética personalista – el
principio de defensa de la vida física, el principio de totalidad y el principio de libertad y
responsabilidad.
Si tuviéramos que recurrir a la terapia génica de línea germinal, los riesgos asociados serían
significativos y descontrolados, lo que podría generar alteraciones que se transmitirían a la
descendencia, lo que podría violar el principio de sociabilidad y subsidiariedad. A diferencia de la
terapia génica con células adultas, la terapia de línea germinal no sólo provoca un cambio en el ser
humano, sino que determina las características genéticas de la descendencia y no es éticamente
aceptable. También existía el peligro de que se utilizaran cultivos de embriones humanos. Teniendo
en cuenta que los experimentos con embriones humanos son necesarios para el desarrollo de esta
terapia, debe ser rechazada teniendo en cuenta la primacía de la protección de la vida sobre la
protección de la salud. Cualquier tipo de terapia génica con embriones humanos es una ofensa a la
dignidad del ser humano, por irrespetar la integridad personal.

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Cuando hablamos de terapia génica, incluso utilizando células de tejidos adultos, es fundamental
el respeto al consentimiento informado del paciente, así como la responsabilidad y prudencia por
parte de los profesionales sanitarios implicados en el desarrollo y aplicación práctica de estas
técnicas, utilizando la manipulación celular.

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