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Fallo: 5.866-08.

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA:

Santiago, treinta de diciembre de dos mil nueve.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 6839- 2006, juicio ejecutivo sobre cobro de pagarés seguido ante el
Décimo Juzgado Civil de Santiago, caratulado "Banco de Chile con González Vuenin Sergio
Marcial", don Pedro Ibarra Ovalle en representación convencional del Banco de Chile, deduce
demanda ejecutiva en contra de don Sergio Marcial González Vuenim y en contra de don
Hernán Letelier González, en calidad de avales sin limitaciones y codeudores solidarios de la
deudora principal sociedad Construcciones, Equipos Maquinarias Tierra Alta S.A., para que se
despache mandamiento de ejecución y embargo en su contra por la suma de $254.447.291,
más intereses penales y costas.

Mediante sentencia de catorce de mayo de dos mil siete, que se lee a fojas 115, la jueza titular
del aludido Tribunal, en lo que interesa para la resolución del presente recurso, desestimó las
excepción del número 17 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, disponiendo que
debe continuarse con la ejecución hasta el entero y cumplido pago de lo adeudado.

Apelada por los ejecutados, una Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, por sentencia
de veintitrés de julio de dos mil ocho, escrita a fojas 142, lo confirmó.

En su contra la antedicha parte ha deducido recurso de casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

PRIMERO: Que el recurso sostiene que uno de los errores de derecho en que incurre el fallo
recurrido, ha consistido en dar primacía al artículo 2519 del Código Civil por sobre el artículo
100 de la ley 18.092, vulnerando el principio de accesoriedad consagrado en los artículos 4 y
13 del Código Civil que también da por infringido; disposiciones que prescriben que frente a
dos disposiciones contradictorias debe necesariamente primar la especial, por sobre la
general, cuestión que en el caso de marras no ha ocurrido.

Considera que el fallo ha incurrido en una grave infracción de ley, al hacer aplicable en virtud
de lo dispuesto en el artículo 2519 del Código Civil, la interrupción de la prescripción- que
efectivamente operó en contra del principal obligado al pago del pagaré, Construcciones,
Equipos y Maquinarias Tierra Alta S.A., con fecha 22 de diciembre de 2005, con la verificación
del crédito en la quiebra efectuada por la ejecutante- a la ejecutada obligada como aval,
codeudora solidaria de la obligación, pues tal precepto que hace extensiva la interrupción que
perjudica a uno de los codeudores solidarios a los demás, no resulta aplicable en la especie,
por existir norma especial y posterior que debe priorizar en virtud del principio de la
especialidad, cual es el artículo 100.

Seguidamente expone, que del tenor del artículo 100 de la ley 18.092 se desprende que la
intención del legislador ha sido acotar la interrupción de la prescripción sólo al obligado que es
notificado de la demanda judicial de cobro de letra y no a los codeudores solidarios, quienes
también requieren de la notificación de la demanda para que opere a su respecto.

Dicha norma es concordante, asevera, con lo que establece el inciso final del artículo 2518 del
Código Civil, según el cual la prescripción se interrumpe civilmente por la demanda judicial,
salvo los casos del artículo 2503, cuestión que en la especie no ha ocurrido, pues la ejecutada
nunca fue notificada de la verificación de crédito en la quiebra.

A juicio del recurrente, la obligación respecto de cada pagaré se hizo exigible al momento en
que la sociedad Construcciones, equipos y Maquinarias Tierra Alta dejó de pagar.

De este modo las acciones cambiarias prescribieron, pues se entiende que los documentos
vencieron entre el 28 de junio de 2005 y 24 de agosto de 2005; en circunstancias que los
ejecutados fueron notificados el 6 de diciembre de 2006 cuando había transcurrido el término
de 1 año para la prescripción que establece el artículo 98 de la ley 18.082.

Finalmente expone, que los jueces han incurrido en infracción de ley al aplicar el artículo 2519
del Código Civil al caso de marras, pues cuando el legislador alude al "obligado" se está
refiriendo sólo al mismo y no puede hacerse extensivo a los demás obligados solidarios.

SEGUNDO: Que no existe controversia en autos a cerca de la fecha de vencimiento de los


pagarés fundantes de la presente ejecución- 28 de junio de 2005, 29 de junio de 2005, 29 de
junio de 2005, 30 de junio de 2005 y 24 de agosto de 2005 y que la demanda ejecutiva se
notificó a los demandados el 5 de diciembre de 2006.

Tampoco se ha discutido que los pagarés de autos fueron suscritos por los demandados en
calidad de avales sin limitaciones y codeudores solidarios de la deudora principal, Sociedad
Construcciones, Equipos Maquinarias Tierra Alta S.A., la que se encuentra declarada en
quiebra por el Primer Juzgado Civil de Santiago, según consta del Rol Nº 10.754-2005.
Finalmente, se ha establecido que la ejecutante verificó ordinariamente su crédito, con fecha
22 de diciembre de 2005, créditos que el aludido Tribunal tuvo por verificados el 6 de enero de
2006.

TERCERO: Que para desestimar la excepción de prescripción, los falladores argumentaron en


el sentido que la prescripción se vio interrumpida al verificar la actora los créditos de que dan
cuenta los pagarés en el procedimiento concursal seguido ante el Primer Juzgado Civil
de Santiago, la que también ha alcanzado a los demandados de autos, atendida la calidad en
que éstos se obligaron.

Continúa el fallo señalando que, ambos garantizaron el cumplimiento de las obligaciones


contenidas en los pagarés de autos, en calidad de avales y codeudores solidarios y al tenor de
lo dispuesto en el artículo 2519 del Código Civil, la prescripción a su respecto se ha visto
interrumpida.

CUARTO: Que, corresponde resolver si los jueces del grado incurrieron en error de derecho al
desestimar la excepción de prescripción respecto de los ejecutados avales y codeudores
solidarios, como consecuencia de haber determinado que la verificación del crédito efectuada
por la ejecutante en la quiebra de la deudora principal, interrumpió la prescripción respecto de
aquellos.

QUINTO: Que constituye un hecho pacífico que loas (sic) ejecutados se constituyeron en los
pagarés que sirven de sustento a la presente ejecución en "avalistas sin limitaciones y en
codeudores solidarios de este pagaré, liberando al acreedor de la obligación de protesto.
Asimismo, acepto (amos) desde luego las variaciones de la tasa de interés y/ o modificaciones
que pudieren acordarse entre el acreedor y deudores, quedando subsistente nuestra
responsabilidad solidaria en el carácter de indivisible hasta el pago efectivo, pudiendo exigirse
el cumplimiento de esta obligación a cualquiera de nuestros herederos y/o sucesores, en
conformidad al artículo 1528 del Código Civil y fijando domicilio en esta ciudad".

SEXTO: Que para que pueda declararse la prescripción son requisitos, primero, la inactividad
del acreedor, el cual deja de ejercer un derecho del cual es titular y, segundo, que dicha
inactividad se mantenga por el tiempo que la ley prescribe.

La prescripción es una sanción para el acreedor que deja transcurrir el tiempo sin ejercer el
derecho del cual era titular y, a su vez, constituye un beneficio para el deudor desde que al
acogerse a tal institución le permite eximirse del cumplimiento de la obligación que le
correspondía.
A los requisitos mencionados deben agregarse que la acción sea prescriptible, esto es, que
legalmente sea posible que se extinga por su no ejercicio; que el deudor que desee
aprovecharse de la prescripción la alegue, por cuanto no puede ser declarada de oficio, y que
la prescripción no se encuentre interrumpida, suspendida ni renunciada.

La prescripción supone que se contabilice el término necesario para que el derecho se extinga
y en tal sentido cobra importancia la señalada "interrupción de la prescripción" por cuanto
aquélla produce el efecto de detener el cómputo del tiempo, con lo cual por una parte la
prescripción no sigue corriendo y, a su vez, hace que se pierda el término anterior que alcanzó
a transcurrir para el evento que la prescripción comenzara nuevamente a correr.

Interrupción que, a su vez, puede ser civil o natural. El artículo 2518 del Código Civil, dispone:
"La prescripción que extingue las acciones ajenas puede interrumpirse, ya natural, ya
civilmente. Se interrumpe naturalmente por el hecho de reconocer el deudor la obligación, ya
expresa, ya tácitamente. Se interrumpe civilmente por la demanda judicial; salvos los casos
enumerados en el artículo 2503."

En esta materia el profesor René Abeliuk señala que: "La interrupción de la prescripción
extintiva produce el rompimiento de la inactividad de la relación jurídica por la acción del
acreedor para cobrar su crédito o por un reconocimiento del deudor de su obligación y hace
perder todo el tiempo corrido de la prescripción." ("Las Obligaciones". Editorial Jurídica Ediar
"ConoSur Ltda. Pág. 780).

SÉPTIMO: Que los efectos de la interrupción, en primer término, se circunscriben a las


personas entre quienes se ha producido y puede compararse por su alcance a las sentencias
judiciales que no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se
pronunciaren, y por consiguiente, afectan sólo a las personas que han sido parte en los juicios
e que se han dictado" (Ramón Meza Barro, De la Interrupción de la Prescripción Extintiva
Civil, pág, 74).

Esta regla del efecto relativo de la interrupción de la prescripción, cuando la obligación se


contrae entre un solo acreedor y deudor, carece de interés pues resulta evidente que las
consecuencias de los actos ejecutados se limitan a ese único acreedor y a ese solo deudor
que han intervenido.

En el caso de existir pluralidad de sujetos en una obligación, la regla general es que ésta sea
simplemente conjunta, pues aunque aparentemente existe un solo vínculo jurídico, es lo cierto
que existen tantas deudas y créditos como sea el número de los deudores y acreedores.
Este efecto relativo de la interrupción ha dado lugar a algunas dudas frente a las cauciones
constituidas por terceros como en el caso de hipoteca, prenda constituida por otros para
garantizar una deuda ajena, o en que el bien afecto a la garantía ha pasado a pertenecer a
una tercera persona, o en la fianza que siempre está constituida por alguien ajeno a la deuda.
En todas estas situaciones el efecto relativo de la interrupción ya señalado nos llevaría a
concluir que la acción intentada contra el tercero no interrumpe la prescripción de la obligación
principal, y a la inversa la intentada contra éste no interrumpiría la prescripción de la
obligación accesoria.

Sin embargo, el propio artículo 2519 del Código Civil, establece una excepción al efecto
relativo de la interrupción, en las obligaciones solidarias, cuando señala que "La interrupción
que obra a favor de uno de varios coacreedores, no aprovecha a los otros, ni la que obra en
perjuicio de uno de varios codeudores, perjudica a los otros, a menos que haya solidaridad y
no se haya esta renunciado en los términos del artículo 1516". En este caso, aunque haya
varios deudores y varios acreedores, todo se desenvuelve como si hubiera un único acreedor
y un solo deudor, por ello la doctrina señala que en verdad no hay tal excepción a la regla
persona ad personam non fit interruptio civilis.

En el caso sub judice los jueces del grado aplicaron la citada disposición legal para entender
que la verificación del crédito efectuada por el acreedor en la quiebra de la deudora principal
interrumpía la prescripción respecto de los ejecutados avales y codeudores solidarios.

OCTAVO: Que no debemos perder de vista que el título esgrimido consiste en sendos
pagarés, luego toca precisar que es lo que la Ley 18.092 Sobre Letra de Cambio y Pagaré,
establece en relación con esta materia.

En efecto, los artículos 4 y 13 del Código Civil, consagran el principio de la especialidad de la


ley, otorgando primacía en aquellas normas relativas a cosas o negocios particulares, sobre
las disposiciones generales; y conforme al primero de esos preceptos, las disposiciones
contenidas en el Código de Comercio, y demás especiales, se aplicarán con preferencia a las
del Código Civil.

A su turno el artículo 3 del Código de Comercio señala que son actos de comercio las
operaciones sobre letras de cambio, pagarés y cheques sobre documentos a la orden,
cualquiera que sea su causa y objeto y las personas que en ella intervengan.

De lo dicho no cabe duda que la ley 18.092, que contiene normas sobre Letras de Cambio y
Pagarés constituye una ley de carácter especial, cuyas disposiciones deben aplicarse con
preferencia a las del Código Civil.
El artículo 100 de la citada Ley, en lo pertinente, dispone que: "La prescripción se interrumpe
sólo respecto del obligado a quien se notifique la demanda judicial de cobro de la letra".
Similar regulación se reitera en los incisos siguientes, en el sentido de que la interrupción es
acotada, siempre, "respecto del obligado" a quien se notifica o que observa una conducta que
importe el reconocimiento de su calidad de tal.

Cabe recordar que por expresa disposición del artículo 107 de la Ley 18.092, la referida norma
relativa a la letra de cambio resulta del todo aplicable al pagaré y en lo que importa a este
recurso, al título materia de la ejecución de autos;

NOVENO: Que con estricto apego al texto legal transcrito, resulta de toda evidencia que el
efecto de la interrupción de la prescripción es, en todo caso, personal y relativo, vale decir, en
lo que interesa, que opera únicamente en contra de aquel demandado a quien se ha notificado
la demanda judicial de cobro del pagaré. Luego, de ese mismo texto se infiere que cuando se
regula tal efecto del modo señalado, la ley no hace distingo alguno, en términos que no cabe
al intérprete distinguir.

DÉCIMO: Que el aludido artículo 100, tiene, por cierto, el carácter de norma especial a la
materia. Como tal, está llamado a prevalecer sobre otras disposiciones de orden general,
cualidad que en este caso tiene el artículo 2519 del Código Civil, como quiera que éste
reglamenta una solidaridad que difiere de la cambiaria. De otra parte, la excepcionalidad que
involucra el efecto personal y relativo de la interrupción de la prescripción cambiaria,
encuentra su fundamento en las particulares características de los títulos de crédito y se
condice a los principios que los informan, a saber, su autonomía y la independencia de la
firma, este último puntualmente recogido en el artículo 7º de la mencionada Ley 18.092.
Conforme a ello, cada obligado lo es con prescindencia de los demás. Al respecto el citado
precepto, aplicable al pagaré, es claro cuando preceptúa: "La prescripción se interrumpe sólo
respecto del obligado a quien se notifique la demanda judicial de cobro de la letra, o la gestión
judicial necesaria o conducente para deducir dicha demanda o preparar su ejecución.";

De lo expuesto, resulta claro entonces que la regla de interrupción personal que se contiene
en el artículo 100 de la Ley 18.092, sólo se aplica a quienes tengan la calidad de deudores
cambiarios por haber suscrito el pagaré como tomador o suscriptor, endosante o avalista,
pues estos son los obligados cambiarios a quienes debe notificarse la demanda para
interrumpir la prescripción.

UNDÉCIMO: Que, conforme a lo reflexionado, al estimar los jueces del fondo que la
verificación del crédito hecha por el ejecutante en la quiebra de la deudora principal, Sociedad
Construcciones, Equipos Maquinarias Tierra Alta S.A., en el Rol Nº 10.754-05 habría tenido la
facultad de interrumpir la prescripción que corría para los avales y codeudores recurrentes,
incurrieron en infracción a los artículos 100 de la Ley 18.092 y 2519 del Código Civil, por
errónea interpretación y aplicación de ambas disposiciones legales.

Como consecuencia de la transgresión apuntada, al haberse rechazado la excepción de


prescripción opuesta por los ejecutados, en circunstancias que transcurrió más de un año
entre la fecha en que se hicieron exigibles la obligaciones materia de autos y la época en que
aquellos fueron válidamente notificado de la demanda, se vulneró también el artículo 98 de la
Ley 18.092, infracciones que influyeron sustancialmente en lo dispositivo del fallo al negarse
lugar a la excepción de prescripción que debió ser acogida, debiendo rechazarse,
subsiguientemente, la ejecución seguida en contra de don Sergio Marcial González Vuenim y
en contra de don Hernán Letelier González, en calidad de avales sin limitaciones y
codeudores solidarios de la deudora principal Sociedad Construcciones, Equipos Maquinarias
Tierra Alta S.A.

Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764,
765, 767, 785 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casación en el
fondo deducido en lo principal de fojas 143, por el abogado Germán Ovalle Madrid, en
representación de los ejecutados, en contra de la sentencia de fecha veintitrés de julio de dos
mil ocho, que se lee a fojas 142, la que se invalida y se reemplaza por la que se dicta a
continuación, separadamente y sin nueva vista.

Regístrese.

Redacción a cargo del ministro señor Juan Araya E.

Rol Nº 5866-08.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Excma. Corte Suprema integrada por los Ministros Sr.
Milton Juica Arancibia, Sr. Sergio Muñoz Gajardo, Sra. Margarita Herreros Martínez, Sr. Juan
Araya Elizalde y el Abogado Integrante Sr. Domingo Hernández Emparanza. Santiago, 30 de
diciembre de 2.009.

SENTENCIA DE REEMPLAZO:

Santiago, treinta de diciembre de dos mil nueve.

En cumplimiento a lo resuelto y atendido lo dispuesto en el artículo 785 del Código de


Procedimiento Civil, se procede a dictar la sentencia que corresponde conforme a la ley.
VISTOS:

Se reproduce la sentencia el fallo en alzada con excepción del considerando sexto que se
elimina.

Se reproducen, asimismo, del fallo de casación que antecede, sus razonamientos 5º a 10º.

Y teniendo, además presente:

Primero: Que los ejecutados, avales y codeudores solidarios de la Sociedad Construcciones,


Equipos Maquinarias Tierra Alta S.A., Sergio Marcial González Vuenim y Hernán Hugo Letelier
González, opusieron la excepción de prescripción prevista en el artículo 98 de la ley 18.092,
que establece que el plazo de prescripción de la acción cambiaria es de un año desde el día
del vencimiento del instrumento mercantil.

Señalan que desde la época en que se hicieron exigibles los pagarés que se cobran en autos
y la notificación de la demanda ejecutiva, transcurrió más de un año.

Segundo: Que el aludido artículo 100 está llamado a prevalecer sobre otras disposiciones de
orden general, cualidad que en este caso tiene el artículo 2519 del Código Civil, como quiera
que éste reglamenta una solidaridad que difiere de la cambiaria.

En la especie y tal como se consignó en la sentencia de casación, los ejecutados han


garantizado un pagaré por lo que no cabe sino aplicar el artículo 100 de la Ley 18.10 que
señala: "La prescripción se interrumpe sólo respecto del obligado a quien se notifique la
demanda judicial de cobro de la letra, o la gestión judicial necesaria o conducente para
deducir dicha demanda o preparar su ejecución.";

Tercero: Que en estas condiciones, corresponde acoger la excepción de prescripción prevista


en el artículo 464 Nº 17 del Código de Procedimiento Civil, opuesta por los ejecutados.

Y visto además, lo dispuesto en los artículos 186 y 471 del Código de Procedimiento Civil, se
declara:

a) Que se revoca la sentencia apelada de catorce de mayo de dos mil siete, escrita a fojas
115, en cuanto por ella se rechazó la excepción de prescripción opuesta por los ejecutados
Sergio Marcial González Vuenim y Hernán Hugo Letelier González, en su calidad de avales y
codeudores solidarios de la sociedad Construcciones, Equipos Maquinarias Tierra Alta S.A., y
en consecuencia se les absuelve de la ejecución.
b) Se confirma en lo demás apelado, la referida sentencia.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo del ministro señor Juan Araya E.

Rol Nº 5.866-08.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Excma. Corte Suprema integrada por los Ministros Sr.
Milton Juica Arancibia, Sr. Sergio Muñoz Gajardo, Sra. Margarita Herreros Martínez, Sr. Juan
Araya Elizalde y el Abogado Integrante Sr. Domingo Hernández Emparanza.

Sentencia de la corte de apelaciones: 4570-2007

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