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Santiago, veinticuatro de septiembre de dos mil dieciocho.


VIS TO :
En estos autos Rol 394-2017 seguidos ante el 1° Juzgado Civil de
Temuco compareció Mirna Morales Henríquez, abogado, en representación
del Banco Santander-Chile y dedujo demanda ejecutiva en contra de Vanessa
Noemí Verdugo Osorio, solicitando se despache mandamiento de ejecución y
embargo por la cantidad de 2086,1151 unidades de fomento más intereses y
se disponga se siga adelante con la ejecución hasta hacer entero pago de lo
adeudado, con costas de la causa.
Fundamentando su pretensión señala que según da cuenta la escritura
pública de fecha 23 de mayo de 2011 su representada dio dos mutuos a la
demandada por un total de 2464,9207 unidades de fomento, cantidad que la
deudora se obligó a pagar en el plazo de 300 meses, en los términos en que
en dicho instrumento se indica.
Añade que la ejecutada, para garantizar el cumplimiento de sus
obligaciones, constituyó hipoteca de primer grado en favor del Banco
Santander- Chile sobre el inmueble ubicado en Avenida Simón Bolívar N°
02161, Temuco.
A continuación explica que en la escritura de mutuo en cuesti ón se
acordó en la cláusula 18a que se considerará vencido el plazo de la deuda y
podrá el Banco exigir el inmediato pago anticipado de la suma a que esté
reducida: d) si la parte deudora cae en insolvencia, entendiéndose configurada
esta situación por el solo hecho de cesar en el pago de una obligación de
dinero para con cualquier acreedor. Tal condición -dice- resulta concurrente
en la especie, atendido que la ejecutada cesó en el pago de la obligación que
mantenía con su parte, fundada en el pagaré N° 650023105564, suscrito el 30
de septiembre de 2014 por la suma de $48.681.712. La demandada se obligó
a pagar dicho préstamo en 96 cuotas, cayendo en mora en la parcialidad N°
3 con vencimiento el día 14 de enero de 2015. Por ello dedujo demanda
ejecutiva, proceso en el cual se dictó sentencia ejecutoriada que rechaz ó las
excepciones opuestas a la ejecución.

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Asimismo, las partes convinieron en la letra f) de la aludida estipulación


que la caducidad del plazo tambi én se producir ía " si la parte deudora
infringiere una cualquiera de las prohibiciones establecidas en favor del
Banco". Entre estas prohibiciones, sigue, se contempló en la cl áusula 12 a la
obligación de la deudora de no enajenar ni celebrar acto o contrato alguno
relacionado con todo o parte de lo que por ese instrumento se hipotecó;
obligación que la demandada incumplió, atendido que por escritura pública
de fecha 23 de diciembre del año 2013 aportó a la sociedad colectiva civil
Asesorías Abarca, Verdugo y Compañía el inmueble hipotecado.
Por las razones expuestas ha decidido hacer exigible en forma anticipada
el total de las obligaciones a contar de la fecha de presentación de la
demanda, siendo la obligación líquida, actualmente exigible y consta en título
ejecutivo no prescrito.
El demandado se opuso a la ejecución, alegando las excepciones de los
numerales 4, 9 y 14 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil,
argumentando sobre esta última que las cláusulas a las cuales la ejecutante
hace mención deben calificarse como "abusivas”, incorporadas al contrato de
forma unilateral por el propio Banco, de manera que su parte no ha podido
más que aceptarlas para lograr el otorgamiento del crédito. En efecto,
explica que la cláusula 18 a de la escritura pública de mutuo e hipoteca
contempla la facultad del banco de acelerar la obligaci ón ante su insolvencia,
empero, tal calificación jurídica no puede ser entregada a una de las partes
del contrato, en tanto corresponde realizarla al tribunal mediante el
procedimiento que prevé la Ley 20.720. En este sentido, afirma que su parte
no está en insolvencia, en la medida que ha cumplido con la obligaci ón de
pago oportuno de las cuotas del crédito hipotecario que funda la presente
ejecución. Por ello, la aludida estipulación 18ª letra d) es nula y de ning ún
valor, por tener la calidad de abusiva, ser ilegal y vulnerar el derecho
constitucional de igualdad ante la ley y de propiedad. En subsidio, asevera
que no se encuentra en un estado de insolvencia, y en el caso de estarlo no
puede autorizarse al Banco más allá de la cláusula abusiva que ha debido

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firmar, a acelerar un crédito cuyo pago se encuentra al d ía, alegando para


ello una obligación diversa de aquella materia de la litis.
Seguidamente, en lo que respecta a la aceleración de los créditos por
haber transferido la propiedad hipotecada, indica que efectivamente constituyó
una sociedad colectiva civil a la que aportó dicho inmueble. Sin embargo. ese
aporte no perjudica al Banco en tanto la hipoteca solo garantiza el
cumplimiento de las obligaciones adquiridas en el mutuo en cuestión.
En este sentido sostiene que debe aplicarse a este caso lo dispuesto en el
artículo 2415 del Código Civil, de manera que el due ño de los bienes
gravados con hipoteca siempre puede enajenarlos o hipotecarlos no obstante
estipulación en contrario. Luego, el demandante no puede acelerar los créditos
sobre la base de esta causal, por cuanto la prohibici ón voluntaria de no
enajenar no se encuentra reconocida en el ordenamiento jurídico y por lo
tanto carece de eficacia jurídica. El fundamento de tal norma prohibitiva es el
principio de la libre circulación de los bienes.
La conclusión que precede se ve reforzada con los derechos que el
Código Civil reconoce al acreedor hipotecario relacionados con la ejecuci ón
hipotecaria, según detalla.
El ejecutante evacuó el traslado conferido, solicitando el rechazo de las
defensas que opuso el demandado.
Por sentencia de diecinueve de junio del año pasado se rechazaron las
excepciones que interpuso el demandado y en consecuencia se orden ó seguir
adelante con la ejecución hasta el entero y cumplido pago de lo adeudado en
capital, intereses y costas.
El ejecutado apeló de dicho fallo y una sala de la Corte de Apelaciones
de Temuco, por determinación de veintitrés de febrero último, lo confirmó.
En su contra, la perdidosa dedujo recursos de casaci ón en la forma y en
el fondo.
Se ordenó traer los autos en relación.
CONSIDERANDO:
EN CUANTO AL RECURS O DE CASACI ÓN EN LA
FORMA :

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PRIMERO : Que la recurrente sostiene que la sentencia cuestionada


incurrió en la causal prevista en el artículo 768 N° 5 del Código de
Procedimiento Civil en relación a los numerales 2° y 6° del artículo 170 del
mismo cuerpo legal, atendido que la Corte de Apelaciones de Temuco no
efectu ó una enunciación breve y completa de todas y cada una de las
excepciones que se sometieron a su decisión, y en consecuencia, no resolvió el
asunto controvertido al no emitir pronunciamiento respecto de uno de las
defensas que opuso -artículo 464 N° 9 del Código de Procedimiento Civil- y
que debía revisar a través del recurso de apelación interpuesto en contra del
fallo de primera instancia.
SEGUNDO : Que en cuanto al primer argumento que esgrime el
demandado, cabe destacar que el artículo 170 del Código de Procedimiento
Civil establece que las sentencias definitivas de primera o de única instancia y
las de segunda que modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros
tribunales, contendrán: "2° La enunciación breve de las peticiones o acciones
deducidas por el demandante y de sus fundamentos.".
TE RCE RO : Que del examen de lo expositivo de la sentencia de
primera instancia, reproducida por la de segundo grado, es dable concluir que
el fallo contiene las exigencias mencionadas en el considerando que precede,
haciéndose en él una lata enunciación de las acciones y sus fundamentos.
CUA RTO : Que en lo que toca a la falta de decisión del asunto
controvertido, no es efectivo que el fallo carezca de pronunciamiento sobre la
excepción de pago hecha valer en el juicio, pues la revisi ón de los
antecedentes permite constatar que el juez a quo no solo reflexiona al
respecto, sino que se pronuncia derechamente rechazándola.
QUINTO : Que lo expuesto en los dos motivos que preceden debe
vincularse con el tenor de la sentencia de alzada, que reprodujo y confirm ó la
de primer grado haciendo suyas las reflexiones en virtud de las cuales se
rechazó la excepción del numeral 9° del artículo 464 en referencia, lo que
evidencia que no era exigible -como pretende el recurrente- que se realice una
nueva enunciación de los antecedentes de la causa as í como un
pronunciamiento específico sobre la materia, atendido que precisamente la

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Corte de Apelaciones confirmó también en esta materia la decisi ón del


tribunal a quo.
SEXTO : Que solo cabe concluir que los argumentos sobre los cuales se
construye la alegación de nulidad formal no configuran las causales invocadas,
motivo que impone su rechazo.
EN CUANTO AL RECURS O DE CASACI ÓN EN EL
FONDO :
S ÉPTIMO : Que la parte demandada sostiene que los jueces de la
instancia al rechazar la excepción de nulidad de la obligación que dedujo,
transgredieron lo preceptuado en los artículos 464 N° 14 del Código de
Procedimiento Civil, 10, 12, 19, 1466, 1546, 1545, 1682 y 2415 del Código
Civil en relación a los artículos 1° N° 6, 4 y 16 G) de la Ley N° 19.496,
atendido que la correcta aplicación de tales disposiciones lleva a concluir que
las cláusulas que permitieron al banco ejecutante acelerar anticipadamente el
crédito son de adhesión y además tienen el carácter de abusivas y por ende
nulas.
Advierte que la cláusulas objeto de la discusión son de adhesión, tal como
lo concluye la Corte de Apelaciones, dada la naturaleza de los contratos de
mutuo hipotecario, en que el Banco predetermina de manera unilateral el
contenido del mismo. Este tipo de estipulaciones -sigue- se encuentran
reguladas en el artículo 1° N° 6 de la Ley de Protecci ón al Consumidor. En
consecuencia la calificación de contrato de adhesi ón que pesa sobre el mutuo
hipotecario que funda la ejecución permite a su vez otorgar protecci ón al
consumidor financiero respecto de las estipulaciones abusivas que aquel pueda
contener; abusividad que se encuentra descrita en el cat álogo del artículo 16
el cuerpo legal aludido.
Por ello -dice- no cabe duda que las cláusulas utilizadas por el ejecutante
para acelerar el crédito son abusivas y en consecuencia nulas al tenor de la
letra G) del citado artículo 16, pues en lo que atañe a la aceleración del
crédito por una supuesta insolvencia de la ejecutada, se estipul ó que de
manera unilateral se entenderá por insolvencia el solo hecho de cesar en el
pago de una obligación, lo que evidencia su car ácter abusivo, en tanto

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confiere a un hecho aislado un efecto que jurídicamente apunta a un estado


patrimonial complejo, extendido en el tiempo y que ata ñe a todo el
patrimonio de una persona, dejando además entregada tal calificaci ón a una
de las partes de la convención, no obstante que son los tribunales quienes a
través del procedimiento que contempla la Ley Nº 20.720 deben determinarlo.
Conforme a lo expuesto, la posibilidad de acelerar la deuda respecto de
una obligación que había sido oportunamente satisfecha atenta contra las
exigencias de la buena fe, causando un sensible perjuicio para el consumidor
financiero, materializado en el desequilibrio grave en los derechos y
obligaciones de las partes.
En relación a la aceleración de los créditos por haber incumplido la
prohibición de enajenar el inmueble hipotecado, argumenta que tal
estipulación es nula tanto de una perspectiva del derecho civil como del
derecho de consumo. En efecto, en el primer ámbito -reiterando el
fundamento de la excepción de nulidad- sostiene, en resumen, que de acuerdo
al artículo 2415 del Código de Bello el dueño del bien gravado con hipoteca
siempre lo puede enajenar, de manera que el banco ejecutante no puede
acelerar los créditos sobre la base a esta causal, por cuanto la prohibici ón
voluntaria de no enajenar no se encuentra reconocida por el ordenamiento
jurídico, careciendo por lo mismo de eficacia jurídica pues es nula y de
ningún valor.
Por otro lado, razona que dicha cláusula adem ás es nula desde la
perspectiva de los artículos 4 de la Ley 19.496 y 12 del C ódigo Civil, pues si
bien la regla general en derecho privado es la renunciabilidad de derechos, tal
directriz no resulta aplicable a normas de orden público. En este entendido, el
derecho reconocido en el artículo 2415 se entiende formar parte de la relaci ón
de consumo en el marco de los productos financieros. De esta forma si el
Código Civil establece ciertos derechos irrenunciables en la regulaci ón de
determinado contrato, no pueda sostenerse su renunciabilidad en el esquema
de una relación de consumo protegida especialmente por la ley.
Por otra parte, más allá del tenor literal del art ículo 4, la
irrenunciabilidad de los derechos establecida por la Ley de Protecci ón al

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Consumidor debe relacionarse con el principio de buena fe contractual, ya sea


aplicado supletoriamente en virtud de lo establecido el art ículo 1546 del
Código Civil, ya sea materializado en la prohibición de ciertas cláusulas
consideradas abusivas en la misma ley a través del citado artículo 16 G.
En este análisis pone de relieve que la circunstancia que el dominio del
bien raíz se merme mediante una cláusula de no enajenar constituye un
desequilibrio relevante en los derechos y obligaciones que el mutuo
hipotecario genera para las partes, pues tal cláusula conjugada con la
aceleración de la deuda solo tiene por objeto "sobre asegurar" el cr édito del
acreedor hipotecario, disminuyendo el beneficio obtenido por el consumidor.
OCTA VO : Que en lo que al presente análisis interesa, la sentencia
recurrida, para desestimar la excepción de nulidad de la obligaci ón, sostuvo
que el ejecutado no demostró la nulidad del t ítulo, quien adem ás se obligó
libre y voluntariamente a través del principio de la buena fe que debe imperar
en las relaciones contractuales, pretendiendo ahora desconocer lo acordado.
Sobre esta misma materia, la Corte de Apelaciones añade que el
ejecutado confunde la extensión o alcance del vocablo “insolvencia ” con la
nulidad de lo acordado por las partes en el contrato por v ía de un ejercicio
abusivo del contratante profesional, no obstante que esta última cuesti ón no
puede establecerse fundado en el mero uso de un concepto cuya definici ón
legal difiere de aquella que han conferido las partes en el contrato.
Esta misma confusión -continúa el tribunal de alzada- se produce
respecto de la cláusula de no enajenar el inmueble hipotecado, puesto que una
cosa es la eventual ilegalidad de dicha estipulación y otra diversa es la facultad
dada al acreedor para cobrar el saldo total de la deuda como si fuera de plazo
vencido en el caso que el deudor se deshaga de la propiedad de los bienes que
garantizan la obligación.
En consecuencia, no resulta posible establecer la nulidad de la obligaci ón,
desde que aun tratándose de un contrato de adhesi ón, la deudora ha
concurrido con su voluntad a la suscripción del mismo, optado tambi én
voluntariamente por infringir durante el desarrollo de la convenci ón las
condiciones establecidas por el acreedor para la seguridad de su cr édito.

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NOVENO : Que cualquier análisis supone dejar asentado tres hechos


fundamentales del proceso: 1°.- que la demandada al tiempo en que se dedujo
la presente demanda se encontraba al día en el pago de las obligaciones de
que da cuenta el mutuo hipotecario que sustenta la ejecuci ón; 2 °.- que esa
parte incumplió una obligación diversa -pagar é- para con el Banco Santander
Chile, iniciándose por ello un proceso compulsivo en su contra que concluy ó
con sentencia ejecutoriada que desestimó las excepciones que opuso; y 3 °.-
que la demandada en el año 2013 aportó a la sociedad Asesor ías Abarca,
Verdugo y Compañía el inmueble hipotecado a favor del Banco demandante
como garantía de la obligación de autos.
D ÉCIMO : Que para emprender el análisis y antes de profundizar en
aspectos relacionados con los eventuales yerros que habr ían cometido los
sentenciadores en el fallo impugnado, se hace necesario revisar los t érminos de
las cláusulas contractuales que contienen el sustento de la pretensi ón de la
institución bancaria de acelerar el crédito conforme la escritura de mutuo en
cuestión. En ella se expresa en la estipulaci ón 18 a, en lo pertinente, que: “No
obstante lo establecido en las cláusulas precedentes, se considerar á vencido el
plazo de la deuda y podrá el banco exigir el inmediato pago anticipado de la
suma a que esté reducida en los casos siguientes: d) Si la parte deudora cae en
insolvencia, entendiéndose configurada esta situación por el solo hecho de
cesar en el pago de una obligación de dinero para con cualquier acreedor y
sin perjuicio de que se acredite la insolvencia por otros medios aptos ”. f) “Si
la parte deudora infringiere una cualquiera de las prohibiciones establecidas
en favor del Banco, sin perjuicio de que el Banco pueda ejercer las dem ás
acciones legales por este incumplimiento contractual”.
Esta última condición se relaciona a su vez con las cláusulas
decimotercera y decimocuarta del instrumento. La primera prescribe: "Para
asegurar el exacto cumplimiento de las obligaciones que se establecen en este
instrumento, LA PARTE COMPRADORA constituye hipoteca de PRIMER
grado a favor del Banco Santander - Chile, sobre la propiedad que por el
presente instrumento adquiere, singularizada en la cláusula PRIMERA de este
instrumento. Por su lado, la segunda indica que "Queda obligada LA PARTE

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COMPRADORA a no enajenar, no gravar ni celebrar acto o contrato alguno


relacionado con todo, o parte de, lo que por el presente instrumento se
hipoteca a favor del Banco Santander - Chile, sin previo consentimiento
escrito de dicho Banco, prohibiciones que se inscribir án en los Registros
correspondientes conjuntamente con la hipoteca que da cuenta esta escritura".
UND ÉCIMO : Que en este entendido, fueron dos los supuestos
contractuales con sus respectivos incumplimientos que utiliz ó el ejecutante
para hacer exigible en su totalidad y anticipadamente la obligaci ón adeudada.
Ergo, la eventual legalidad y correcta aplicaci ón de cualquiera de ellos echa
por tierra la pretensión anulatoria del ejecutado.
DUOD ÉCIMO : Que según se dejó enunciado y con prescindencia del
orden propuesto en el arbitrio que se examina, el ejecutado en el segundo
acápite de su recurso enarbola la nulidad de la estipulación de no enajenar del
inmueble hipotecado contenida en la letra f) antes transcrita en relaci ón con
las cláusulas 13a y 14a. Esta nulidad la aborda desde dos perspectivas: una del
derecho común y otra del derecho de consumo.
DECIMOTERCE RO : Que, dentro de nuestro ordenamiento, la
hipoteca, según se desprende de la definición que de ella se da en el art ículo
2407 del Código Civil -al contrario de lo que ocurre con la prenda- constituye
una garantía real sin desplazamiento posesorio, en cuanto el bien inmueble
gravado continúa en posesión del deudor. Puede este, en su calidad de due ño
de la finca, ejercer respecto de ella las facultades que de acuerdo con lo que
se señala en el artículo 582 del mismo código, son inherentes al dominio, esto
es, las de usar, gozar y disponer del inmueble hipotecado.
DECIMOCUA RTO : Que, en lo concerniente al último de los
atributos recién mencionados -el derecho de disposición- el art ículo 2415 del
Código Civil prescribe que "el dueño de los bienes gravados con hipoteca
podrá siempre enajenarlos o hipotecarlos, no obstante cualquiera estipulaci ón
en contrario".
DECIMOQUINTO : Que incardinado con la problemática propuesta
por el recurrente, y desde el punto de vista civil, este lleva la raz ón cuando
argumenta que la naturaleza y efectos del citado artículo 2415 ha sido

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ampliamente discutida por la doctrina. Ello puesto que existe controversia


entre los autores en lo que respecta a la validez de las cl áusulas de no
disposición del inmueble hipotecado, en tanto limitaría la facultad de
disposición jurídica del bien.
Es así como por un lado los que niegan valor a dichas estipulaciones -en
resumen- señalan que la facultad de disposición viene a garantizar la libre
circulación de los bienes, regla de orden público que no puede afectarse por
un acuerdo entre particulares, entendiendo que existe un inter és p úblico
comprometido en mantener en los propietarios la libertad de disponer de lo
propio. Acuden para tal planteamiento a los art ículos 582 y 1810 del C ódigo
Civil, concluyendo entonces que si fuera admisible pactar libremente este tipo
de cláusulas, el legislador no tendría razón para autorizarlas en determinados
casos. Luego, estos pactos adolecerían de nulidad absoluta por falta o ilicitud
de objeto (artículos 10, 1461, 1466 y 1682).
Por otro lado, se sintetiza la posición contraria en la libertad de los
particulares en contratar aquello que estimen conveniente; en la existencia de
casos específicos de prohibición (1964, 2031, 2279 y 2415) que permiten
sostener que la regla general es la libertad para establecer este tipo de
acuerdos, a lo que añaden la evidente posibilidad del due ño para renunciar al
ejercicio de la facultad de disposición en tanto al enajenar este puede
desprenderse de todos los atributos inherentes al dominio (uso, goce y
disposición).
Ambas posturas dan un significado diverso al artículo 53 N° 3 del
Reglamento del Registro Conservatorio.
Finalmente, se ha aceptado una tercera corriente que confiere validez a
este tipo de cláusulas en términos relativos aunque no se estipulen en los actos
y contratos en que expresamente la ley permite su establecimiento. Tal
aceptación supone una limitación temporal y un objetivo lícito y justificado.
DECIMOSEX TO : Que ciertamente a la luz de lo expuesto, el
artículo 2415 se erige como una norma que consagra la libre circulaci ón de
los bienes hipotecados, lo que se debe entender sin perjuicio de las
estipulaciones accesorias que las partes puedan establecer. En efecto, al

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disponer el citado artículo 2415 que el dueño de los bienes gravados con
hipoteca podrá siempre enajenarlos o hipotecarlos, no obstante cualquiera
estipulación en contrario, no prohíbe que aquel no pueda obligarse a no
enajenar el bien raíz hipotecado en virtud de un pacto con su acreedor, sino
solo que aun en caso de hacerlo pueda igualmente realizar dicha enajenaci ón,
garantizando con ello el principio que se busca proteger.
De este modo, el artículo 2415 solo impide entrabar el derecho del
propietario a enajenar el inmueble, pero no prohíbe que las partes, en virtud
de la autonomía de la voluntad, convengan que la enajenaci ón del bien ra íz
hipotecado genere la aceleración de los dividendos no devengados del mutuo
o dicho de otra forma, la exigibilidad anticipada por la caducidad
convencional del plazo, pues los contratantes son libres para estipular que
ciertos hechos, futuros e inciertos, provoquen o puedan provocar la extinci ón
anticipada del plazo.
DECIMOS ÉPTIMO : Que despejado el primer vértice del recurso que
se esgrimió respecto de la estipulación de no enajenar el bien hipotecado, cabe
pronunciarse sobre el segundo aspecto de este argumento y que apunta a la
conculcación de normas relacionadas con el derecho de consumo y que se
sustenta en la violación de la norma de derecho público contenida en el
artículo 2415 -transgresión que como se dijo no result ó ser efectiva-. Sin
perjuicio de ello, es dable advertir que la construcci ón de la petici ón de
nulidad sustantiva de la referida estipulación escapa a los contornos de la
controversia, teniendo en especial consideración la naturaleza del presente
litigio.
En efecto, no puede perderse de vista que para exigir ejecutivamente el
cumplimiento de una obligación de dar, como sucede en la especie, es
indispensable la concurrencia de los requisitos copulativos consistentes en que
la obligación cuyo cumplimiento se trata conste en un t ítulo al cual la ley le
atribuye mérito ejecutivo; que tal obligación sea líquida y actualmente exigible
y que la acción ejecutiva no se encuentre prescrita. Tales exigencias han de
ser inexcusablemente concurrentes al iniciarse la litis o al trabarse ésta.

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La correlación de lo antedicho se encuentra en el ámbito de la defensa


del sujeto pasivo, pues el artículo 465 del Código de Enjuiciamiento en
mención exige al ejecutado que formula excepciones presentarlas
simultáneamente en un mismo escrito y expresar "con claridad y precisi ón los
hechos y los medios de prueba de que el deudor intenta valerse para
acreditarlas".
DECIMOCTAVO : Que de lo anterior destaca no solo el hecho de
que el legislador procesal ordena al ejecutado encaminar su defensa en las
excepciones que puntualmente se enumeran en el art ículo 464 del referido
cuerpo legal, sino que también, sean una o varias excepciones, deber á
concentrarlas en un solo escrito en el que, adem ás, habr á de exponer con
exactitud los fundamentos de hecho de las mismas. Esto último, por
consiguiente, no es discrecional y ciertamente no es balad í, toda vez que en el
debate que se abre a propósito de la oposici ón de excepciones por el
ejecutado es requisito indispensable que la contraparte se entere en forma
concreta y circunstanciada de aquello con lo cual se intenta neutralizar la
ejecución que ha incoado. Y no sólo respecto de la ejecutante, pues el
basamento de las excepciones planteadas deberá igualmente asegurar el
suficiente conocimiento del tribunal de aquello que tendrá que resolver.
Sobre el particular se ha dicho: "Ese medio (la excepción) debe estar
individualizado con precisión, de manera que la contraparte tenga la
información suficiente para establecer si la excepción se ajusta a la verdad y el
juez pueda en definitiva decidir si la acoge o la rechaza". (R.D.J.; T. 39; secc.
1ª; pág. 14).
De este modo la naturaleza especial que presenta el juicio ejecutivo se
traduce desde la perspectiva del ejecutado en que su defensa debe formularse
mediante la oposición de excepciones en la oportunidad y t érminos
restringidos y formales que establece la ley, en contraposici ón a la regulaci ón
prevista para el procedimiento declarativo.
DECIMONOVE NO : Que lo señalado pone en evidencia la
discordancia que se presenta en el caso sub lite entre lo planteado por el
ejecutado al momento de oponer la excepción del numeral 14 ° del artículo

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464 del Código de Procedimiento Civil y que reitera en la instancia de


apelación y aquello que ha formulado en esta sede, en cuanto, en definitiva,
ahora pretende sostener la nulidad de la cláusula de no enajenar basado en el
marco de la relación de consumo que unió a las partes y al car ácter
irrenunciable de los derechos establecidos en la Ley de Protecci ón al
Consumidor, introduciendo elementos ajenos a la controversia, la que como se
ha dicho queda circunscrita a las excepciones opuestas y limitada a los hechos
o presupuestos en que estas se han sustentado.
Ello demuestra que el demandado no hizo valer los argumentos con los
que ahora ataca el fallo de la Corte de Apelaciones sino hasta el momento en
que dedujo recurso de casación en contra de la determinaci ón de dicho
tribunal. La pasividad exhibida por todo el tiempo previo respecto de aquello
que ahora constituye su alegato de nulidad conlleva que su promotor
introduce aspectos que no formuló oportunamente y que, por lo mismo, no
pueden configurar un error de derecho en que haya incurrido el fallo,
deviniendo en ajena e inaceptable a los contornos de un recurso de este tipo,
puesto que el tribunal ateniéndose a las fronteras definidas en el conflicto
sometido a su decisión, dando estricto cumplimiento a las exigencias que
prevén los artículos 464 y 465 del Código de Procedimiento Civil, rechaz ó las
excepciones opuestas a la ejecución, al tenor justamente de aquello sobre lo
que versó la litis.
Consiguientemente, no logran configurarse como errores de derecho las
contravenciones que se reprochan al fallo en este sentido, raz ón por la cual el
recurso en observación queda desprovisto de asidero.
VIG ÉS IMO : Que, en consecuencia, y determinado como fue, la
estipulación que ha servido al acreedor para acelerar el cr édito no entraba en
este caso la libre circulación del inmueble hipotecado, atendido que no cabe
duda de que ella encierra únicamente una obligaci ón personal. La que debe
ser entendida como "una limitación a la libertad de actuar de una persona,
que debe privarse de hacer ciertas cosas que normalmente y a no mediar la
obligación podría llevar a cabo." (René Abeliuk M., Las Obligaciones, Ed.
Jurídica de Chile, T. I, pág. 373).

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El tenor de la cláusula hace evidente que la obligada de cumplir con el


deber convenido en ella era de la parte mutuaria y es con relaci ón a lo
antedicho que cobra vigencia lo dispuesto en el art ículo 1545 del C ódigo
Civil, en tanto -tal como lo sostuvieron los sentenciadores- no ha resultado
discutido que el deudor enajenó el bien sin mediar la autorizaci ón que para
estos efectos previó el contrato.
En suma, amén de su propia transgresión a un deber literalmente
convenido, a la ley del contrato, la ejecutada se puso en la situaci ón
preestablecida en el mismo que permitía el ejercicio por parte del actor de la
cláusula de caducidad del plazo suspensivo, que viene a constituir la extinci ón
anticipada del plazo en los casos señalados por la ley o en los previstos por la
partes en sus convenciones.
VIG ÉS IMO PRIMERO : Que como corolario de lo que se viene
analizando, bajo la óptica de lo que fue la controversia planteada ante los
tribunales de la instancia y al no haberse demostrado la conculcaci ón legal ni
los errores de derecho denunciados y que se vinculan con lo razonado en los
motivos que anteceden, pues establecida la procedencia de la facultad ejercida
por el actor al acelerar el crédito ante la transgresi ón de parte del deudor de
la estipulación contractual en comento, pierden vigor las alegaciones de
abusividad de la estipulación decimoctava, letra d) del contrato de mutuo, a la
luz del artículo 16 G) de la Ley 19.496, atendido que cualquiera sea la
consideración que esta Corte pudiera tener respecto de la posibilidad de
entregar a una de las partes de la convención la calificaci ón de insolvencia de
la otra y las implicancias de ello cuando dicho contrato es de adhesi ón, lo
cierto es que la existencia de un vicio en esta materia ninguna influencia
puede tener en lo resuelto, en tanto el acreedor se encontraba habilitado para
acelerar el crédito conforme a la estipulaci ón decimocuarta del contrato de
mutuo.
VIG ÉS IMO SEGU ND O : Que solo resta desestimar el recurso de
casación que dedujo la parte demandada.
Y visto además lo dispuesto en el artículo 767 del Código de
Procedimiento Civil, se rec hazan, sin costas, los recursos de casación en la

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forma y en el fondo interpuestos por la parte demandada en contra de la


sentencia de la Corte de Apelaciones de Temuco, de veintitrés de febrero
pasado.
Regístrese y devuélvase.
Redacción a cargo del ministro señor Guillermo Silva G.
N° 6544-2018.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sr.
Héctor Carreño S., Sr. Guillermo Silva G., Sra. Rosa Mar ía Maggi D., Sra.
Rosa Egnem S. y Abogado Integrante Sr Ricardo Abuauad D.
No firman la Ministra Sra. Maggi y el Abogado Integrante Sr. Abuauad no
obstante haber concurrido ambos a la vista del recurso y acuerdo del fallo,
por estar en comisión de servicio la primera y ausente el segundo.

HECTOR GUILLERMO CARREÑO GUILLERMO ENRIQUE SILVA


SEAMAN GUNDELACH
MINISTRO MINISTRO
Fecha: 24/09/2018 11:44:34 Fecha: 24/09/2018 11:44:35

ROSA DEL CARMEN EGNEM SALDIAS


MINISTRA
Fecha: 24/09/2018 11:44:35

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En Santiago, a veinticuatro de septiembre de dos mil dieciocho, se incluyó en


el Estado Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. VEDRGZZWKY

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