CÁMARA SEGUNDA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San
Salvador, a las catorce horas con veintiocho minutos del día de dieciocho de julio del año dos mil dieciocho. El presente recurso de apelación ha sido interpuesto por el licenciado SAMUEL CRUZ GIRON, mayor de edad, Abogado, del domicilio de Santa Tecla, Departamento de La Libertad, con Tarjeta de Abogado de la República número ********, como apoderado general judicial de AGROINDUSTRIAS LACTEAS LOS QUESOS DE ORIENTE, SOCIEDAD ANONIMA DE CAPITAL VARIABLE, que puede abreviarse LOS QUESOS DE ORIENTE, S.A. DE C.V., representada legalmente por MBCDM; contra el auto definitivo pronunciado a las catorce horas con cuarenta y ocho minutos del día treinta de abril de dos mil dieciocho, por el Juzgado Tercero de lo Civil y Mercantil de San Salvador, en el Proceso Ejecutivo Mercantil, promovido por el licenciado SAMUEL CRUZ GIRON en la calidad antes indicada, en contra de INVERSIONES CENTRO AMERICANAS TEXTILES, SOCIEDAD ANONIMA DE CAPITAL VARIABLE, que puede abreviarse INVERCA TEXTILES, S.A. DE C.V., y del señor CGFM. El auto recurrido en lo pertinente expresa: “Por todo lo expuesto se concluye que la demanda que nos ocupa contiene defectos insubsanables que conllevan a declarar la improponible de la demanda; por lo tanto DECLARASE IMPROPONIBLE LA DEMANDA presentada por el Licenciado SAMUEL CRUZ GIRON”. Ha intervenido el licenciado SAMUEL CRUZ GIRON en la calidad antes indicada, como demandante en primera instancia y en esta como parte apelante. La petición que conforma el objeto del presente incidente de apelación es que se revoque el auto apelado y se ordene la continuación del proceso hasta su finalización. LEÍDOS LOS AUTOS, Y CONSIDERANDO: 1.- ANTECEDENTES DE HECHO. 1.1.- ALEGATOS DE LAS PARTES. 1.1.1.- ALEGACIONES DE LA PARTE DEMANDANTE. Que con fecha veintitrés de abril de dos mil dieciocho, el licenciado SAMUEL CRUZ GIRON presentó la demanda de mérito, en la que en lo esencial expuso: “Que a consecuencia de operaciones mercantiles realizadas entre Inversiones Centro Americanas Textiles, Sociedad Anónima de Capital Variable, que se abrevia Inverca Textiles, S.A. de C.V., y mi mandante, según lo compruebo con original de pagaré que presento, suscrito por la sociedad deudora, por medio de su representante legal señor CGFM, y también suscrito por el señor CGFM, en su calidad de avalista, a favor de mi mandante la sociedad Agroindustrias Lácteas Los Quesos de Oriente, Sociedad Anónima de Capital Variable, que se pude abreviar Los Quesos de Oriente, S.A. de C.V.; dicho pagaré fue suscrito en la ciudad de San Salvador, departamento de San Salvador, el día siete de junio de dos mil dieciséis, y venció el siete de abril de dos mil dieciocho; por la cantidad de cinco mil dólares de los Estados Unidos de América ($5,000.00), en el cual no se consignaron réditos caídos, por lo que de conformidad al Artículo 792 del Código de Comercio, los réditos caídos devengados durante la vigencia del pagaré son los del tipo legal, es decir, el doce por ciento anual, a partir del día de su suscripción hasta el día de su vencimiento, es decir, desde el día siete de junio de dos mil dieciséis, hasta el día final de su vencimiento, es decir, el día siete de abril de dos mil dieciocho. Suscribiéndose además que en caso de mora el deudor se obligaba a pagar el interés moratorio del tres por ciento (3%) mensual sobre saldos en mora, contado a partir del día siguiente al del vencimiento del pagaré, es decir, a partir del día ocho de abril de dos mil dieciocho, hasta el completo pago de la deuda, transe o remate (…). Que no obstante varios requerimientos hechos por mi representada aún no ha sido cancelada la deuda por parte de la sociedad Inverca Textiles, S.A. de C.V., ni por el avalista, por lo que por este medio vengo a demandarlos en proceso ejecutivo mercantil (…). Por lo anteriormente expuesto, a usted con el debido respeto le pido (…) 5. En sentencia definitiva se condene a la sociedad Inversiones Centro Americanas Textiles, Sociedad Anónima de Capital Variable, y al señor CGFM, a pagar a mi mandante la cantidad de cinco mil dólares de los Estados Unidos de América, réditos caídos del tipo legal, es decir del 12% anual desde el día siete de junio de dos mil dieciséis, hasta el día siete de abril de dos mil dieciocho, y los intereses moratorios del 3% mensual desde el día ocho de abril de dos mil dieciocho hasta su completo pago, transe o remate, más las cosas procesales (…)”. 2.- SUSTANCIACIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN. Por auto pronunciado a las ocho horas con cincuenta y cinco minutos del día dieciocho de junio de dos mil dieciocho, esta Cámara, luego de realizar el examen de admisibilidad del recurso, lo admitió y señaló lugar, día y hora para la celebración de Audiencia de Apelación, de conformidad a lo establecido en el artículo 513 inciso 3° CPCM. El resultado de la Audiencia de Apelación consta en acta levantada a las diez horas del día dieciocho de julio de dos mil dieciocho. El recurso fue admitido por los puntos relacionados con la presunta “errónea interpretación del Artículo 633 COM y errónea inaplicación del Artículo 648 COM”; y se rechazó por los puntos relacionados a la presunta “errónea interpretación del Artículo 277 Inciso 1 CPCM y errónea aplicación del Artículo 639 Romanos VIII y XI COM”, por no haber sido debidamente fundamentados. 2.1.- FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN. El licenciado SAMUEL CRUZ GIRON, en su escrito de apelación, en lo medular manifestó: “ERRONEA INTERPRETACIÓN DE ARTÍCULO 633 COM Y ERRONEA INAPLICACIÓN DEL ARTÍCULO 648 COM. El Juez A quo consideró procedente la improponibilidad básicamente por dos razones: 1. Porque en el pagaré existe una vinculación causal, pues se hace referencia o vinculación dentro de su texto a “algunas facturas”; 2. Se debieron agregar “dichas facturas” (que no fueron incorporados al proceso con la demanda). Su razonamiento encaja en lo regulado en el Artículo 648 COM, al determinaren en sus argumentos “en esos términos, los títulos valores están marcados por el acto jurídico fundamental que llevó a emitirlos, mientras los abstractos funcionan desvinculado del negocio originario, razón por la que la ley se limita a prescindir de la causa, con miras a lograr una mayor celeridad y seguridad en la circulación (…)”. Por lo cual el suscrito considera que el A quo ha errado completamente en la valoración de dicha disposición legal, pues ya hay sobrada jurisprudencia nacional y doctrina que abona justamente en el sentido contrario que el juez ha dispuesto. Al respecto la Honorable Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia dictada bajo el número de referencia 107-CAM-2014, a las diez horas con cuarenta minutos del día veintidós de abril de dos mil quince, ha sido enfática en reseñar respecto de lo normado en el Artículo 648 COM: “…de la lectura del precepto anterior habrá de entenderse lo siguiente: 1) Que la norma concede al tenedor de la letra, la acción causal de forma alternativa con la cambiaría, al indicar que si de la relación que dio origen a la suscripción de un título valor se deriva una acción, ésta subsistiré a pesar de aquélla (…).Y es que puede ser más útil que la acción cambiaria, ya que ocurre en algunos casos, que se halla pactado elevados intereses moratorios o penas convencionales de cuantía, que pongan al acreedor en condiciones más favorables que las que se derivan del simple ejercicio de la acción cambiaria ejecutiva (…)”. Cuando concurran tales circunstancias, de que se pueda determinar o alegar la causalidad del título valor, el acreedor dispone de la acción cambiaría y de la causal a su arbitrio, siempre que haya cumplido con las formalidades necesarias para preservar los derechos cambiaros, ya que si ha dejado caducar o prescribir el instrumento, la obligación originaria o fundamental se extingue igualmente, conforme lo expresa el Artículo 648 (…). Los títulos valores presentan tres características: 1. Legitimación: una vez incorporado el derecho al soporte material, que es el documento, la posesión de éste legitima a su tenedor para el ejercicio de aquel. De este este modo, sólo el poseedor del título puede ejercitar y transmitir el derecho literal y autónomo mencionado en él (…). 2. Literalidad: el derecho que se incorpora al documento tiene el contenido, extensión y modalidad que resulta del tenor literal de éste (…). 3. Abstracción: el derecho incorporado al título es autónomo, en el sentido de que el poseedor actual del documento no ejercita el mismo derecho que tenía el anterior tenedor. Con cada circulación, el derecho se renueva, convirtiéndose en un derecho originario y no derivado. Independiente del que tuvieran los anteriores poseedores del título (…). Es un hecho objetivo que la emisión de un pagare, trae causa de la existencia de un contrato jurídico subyacente, negocio causal fruto del cual se origina entre les particulares intervinientes en el mismo una obligación derivada de sus relaciones jurídicas. Ahora bien, cosa distinta es la trascendencia que ese negocio causal tiene para la viabilidad del crédito cambiario (…). Y es que ese criterio es el más aceptado, no solo doctrinariamente, sino que constituye la costumbre y el espíritu mismo Artículo 648 COM (…). Si bien se documenta en el título cambiario la obligación resultante de la relación causal subyacente, tal obligación adquiere su carácter autónomo y abstracto respecto del contrato causal, produciéndose con su emisión el nacimiento de una obligación independiente y paralela a la contenida en el contrato. Por tanto, en nuestro ordenamiento la existencia de relaciones jurídicas previas, subyacentes al negocio cambiaro, aunque puedan ser la causa del libramiento o endoso del título, no predeterminan la relación cambiara. En esta tesitura, en que el crédito y, por ende, la obligación cambiara se desvinculan de la relación jurídica subyacente, es donde tiene sentido abordar el significado de la acción causal, en cuanto acción que legitima a las personas que intervinieron en la previa relación jurídica, de la que trae causa la obligación cambiaria a formular la oportuna acción en un proceso declarativo, tratándose en suma de una acción con fundamento, no en el título, sino en el contrato o negocio causal, por lo que sólo es ejercitable frente al sujeto que fue parte en el mismo con el tenedor (acreedor cambiarlo). La acción cambiara directa contra aceptarte y avalistas no queda perjudicada, extinguiéndose sólo mediante prescripción. En conclusión, la acción causal tiene su fundamento en el crédito que da origen el negocio que subyace a la relación jurídica cambiara; por el contrario, las acciones cambiarías tienen su fundamento en el propio título. Esto conlleva que cuando se presenta una demanda, debe indicarse claramente el fundamento de la pretensión, y la condición en que se aporta el título cambiario, ya sea como prueba de la existencia de un título constitutivo de una relación cambiara, o como prueba del negocio que sirve de causa a aquella. No cabe el ejercicio simultaneo de una acción cambiara y una acción causal, eso regula el artículo 648 del Código de comercio y no como lo ha aplicado el juzgador en el caso que nos ocupa (...); con lo cual está erróneamente asumiendo que la ley impone un presupuesto adicional para ejercer esta acción, que según su errado criterio es el referente a la presentación del contrato que originó el negocio primario (…). Lo que se ha incoado en el presente juicio es la acción cambiaría que resulta a su favor por la tenencia del pagaré, y en tal sentido no puede exigírsele ningún otro requisito más que los que impone la misma ley en el Artículo 457, que no es más que la mera exhibición y presentación del título ejecutivo para su ejecución (…)”. 3.- DECLARACIÓN DE LOS HECHOS QUE SE CONSIDERAN PROBADOS. Se omite hacer declaración expresa de los hechos que se consideran probados, en virtud del momento procesal en que se encuentra el presente proceso. 4.- FUNDAMENTOS DE DERECHO. Objeto del incidente. En el presente caso la parte apelante alega que el Juez A quo ha incurrido en error al momento de dictar el auto impugnado, en virtud de que ha interpretado de manera errónea el Artículo 633 COM y ha aplicado el Artículo 648 COM, por haber considerado que el pagaré presentado se caracteriza por ser causal, valorando que la acción cambiaria debe ejercerse junto el título contractual en virtud del cual se emitió. Por tanto, consideramos que para resolver el presente caso en debida forma es necesario hacer referencia al concepto de título-valor, relacionando las características que lo definen, así como al concepto de pagaré, precisando en los requisitos formales que lo validan, para luego analizar lo establecido en los Artículos 633 y 648 COM, en lo pertinente al caso. Concepto de título valor. La fluidez del tráfico jurídico-comercial ha impuesto la necesidad de contar con instrumentos que liberen o flexibilicen las transacciones intersubjetivas. El desarrollo histórico del comercio y la propia naturaleza del liberalismo económico ha exigido que los bienes puedan circular sin mayores restricciones que las impuestas por la legalidad, las buenas costumbres y el orden público, evitando toda formalidad o rigorismo innecesario. Con este propósito se instituyeron los títulos-valores. La teoría más autorizada ha definido al título-valor como el documento esencialmente transmisible necesario para ejercitar el derecho literal y autónomo en él mencionado (SÁNCHEZ CALERO, Fernando y Juan SÁNCHEZ-CALERO GUILARTE, Instituciones de Derecho Mercantil, Volumen II, 27.ª ed., McGraw-Hill, Madrid, p. 4). En correspondencia con dicha conceptualización, puede decirse que el título-valor es “aquel documento sobre un derecho privado, cuyo ejercicio y cuya transmisión están condicionados a la posesión del documento” (GARRIGUES citado por BROSETA PONT, M. y F. MARTÍNEZ SANZ, Manual de Derecho Mercantil, volumen II, 18ª Ed., Tecnos, Madrid, 2011, p. 443). Se trata, pues, de un documento que representa y encarna un derecho constituido por las partes de la relación jurídica-comercial, y cuya posesión habilita el ejercicio de su contenido. De esta forma, el documento resulta indispensable tanto para la transmisión como para el ejercicio del derecho a él incorporado. El Artículo 623 CCOM establece que son títulos valores los documentos necesarios para hacer valer el derecho literal y autónomo que en ellos se consigna. Desde esta perspectiva, el título-valor es un documento que adquiere un valor por su conexión con el derecho que en él se menciona (de ahí su mención de título-valor). Son ejemplos de títulos-valores las acciones, los bonos, la carta de porte, el conocimiento de embarque, el cheque, el pagaré y la letra de cambio. Dichos documentos cuentan con características especialmente acondicionadas a la función que desempeñan dentro del tráfico jurídico- comercial. Las notas características de los títulos valores son la incorporación, legitimación, la literalidad, la autonomía y la abstracción. En el presente caso interesa hacer referencia a esta última. La abstracción es una nota especial de la autonomía, y hace referencia a la independencia del título-valor, es decir, a la autosuficiencia que tiene dentro del tráfico jurídico-mercantil. Sin embargo, esta característica puede estar modulada, según el alcance de la independencia del título-valor en relación al negocio jurídico que lo inspira. Ciertamente, si el título-valor está desligado del acto jurídico que lo origina, de manera que puede hacerse valer judicialmente sin que sea necesario remontarse a dicho acto, se dice que es un título puramente abstracto. En cambio, si el título-valor, no obstante ser autosuficiente, está subyugado al acto jurídico que lo origina, de manera que no puede hacerse valer judicialmente sin invocar el negocio jurídico que lo inspiró, se dice que es un título causal. Todos los títulos-valores son plenamente abstractos, salvo aquellos que en su literalidad han sido afectados expresamente con una advertencia de causalidad o cuando se acredita por algún otro medio de prueba idóneo dicha cualidad. Tal es el caso, por ejemplo, que en texto del título se inserte la frase “la obligación que ampara este título no podrá ser exigida judicialmente por su poseedor originario sin presentar el contrato en virtud del cual se emite y que ha sido relacionado en el cuerpo de este documento”. Se requiere, pues, de una premisa textual clara y determinante para romper con la independencia plena de los títulos-valores. Fuera de tal supuesto, el título goza de la independice que su propia naturaleza jurídica le irroga, en cuyo caso basta con acreditar que el documento presentado a cobro, en este caso un pagaré, reúne las características mínimas para poder ejercer la acción judicial correspondiente. Concepto y requisitos del pagaré. El pagaré es un título-valor que contiene la promesa pura y simple de pagar una cantidad de dinero o a la orden de persona determinada” (GADEA, Enrique, Los títulos-valor. Letra de cambio, cheque y pagaré, 2° edición, Dykinson, Madrid, 2007, p. 115). Se trata de un título-valor por medio del cual el suscritor confiesa ser deudor de determinada persona, por cierta cantidad de dinero, quien se obliga a pagarla a su orden dentro de determinado plazo. En otras palabras, es un instrumento de crédito que confiesa la deuda dineraria e instrumentaliza un mandato de pago. La naturaleza del pagaré es la de ser un título-valor, de modo que en él rigen las características de incorporación, legitimación, literalidad, autonomía y abstracción. El artículo 788 CCOM prescribe los requisitos que debe contener un pagaré, los cuales consisten en: i. Mención de ser “pagaré”, inserta en el texto; ii. Promesa incondicional de pagar una suma determinada de dinero; iii. Nombre de la persona a quien ha de hacerse el pago; iv. Época y lugar del pago; v. Fecha y lugar en que se suscriba el documento; y vi. Firma el suscriptor. Estos requisitos determinan el contenido y alcance del título-valor y de la relación crediticia de quienes participan en ellos, pues delimitan el alcance de la obligación dineraria y las consecuencias jurídicas propias del caso, como los plazos de prescripción y caducidad de las acciones, la naturaleza del acto cambiario, el cumplimiento de la obligación y más. En el presente caso, advertimos que la acción judicial se ha ejercido a partir de un documento que cumple con los requisitos para ser considerado un pagaré. Ciertamente, a fs. 39/40 consta que INVERCA, S.A. DE C.V., a través de su representante legal, suscribió un documento titulado “pagaré sin protesto”, en la ciudad de San Salvador, el día siete de junio de dos mil dieciséis, por medio del cual se obligaba a pagar incondicionalmente a la sociedad LOS QUESOS DE ORIENTE S.A. DE C.V., la cantidad de cinco mil dólares de los Estados Unidos de América, el día siete de abril de dos mil dieciocho, en sus oficinas en San Salvador. Dicho documento también fue suscrito por otra persona en calidad de avalista. Por ello, estimamos que el documento presentado a cobro reúne los requisitos formales para ser considerado un pagaré. eguidamente procedemos a examinar si dicho pagaré es un título-valor abstracto o causal, luego de analizar el contenido de las disposiciones legales invocadas por el apelante. Análisis de los Artículo 633 y 648 COM y resolución del caso. El Artículo 633 COM establece que “la suscripción de un títulovalor obliga a quien la hace, al cumplimiento de las prestaciones y derechos incorporados en favor del titular legítimo, aunque el título haya entrado en circulación contra la voluntad del suscriptor o después que sobrevino su muerte o incapacidad”. Este precepto legal informa sobre la obligatoriedad de los títulos-valores y, de forma implícita, de la abstracción de dicha obligación. Por su parte, el Artículo 648 Inciso 1 COM dispone que “si de la relación que dio origen a la suscripción de un títulovalor, se deriva una acción, ésta subsistirá a pesar de aquélla, a menos que se pruebe que hubo novación”. Este precepto legal referencia a la alternativa que tiene el acreedor de hacer valer su acción cambiaria o su acción causal, según su propia voluntad lo determine. Además, involucra aspectos que deben tenerse en cuenta al momento de analizar la causalidad de los títulos-valores. El Artículo 633 COM, al prescribir que el titulo-valor obliga a quien lo suscribe, prescinde de cualquier aspecto externo o ajeno al contenido mismo del título, pues si éste reúne los requisitos legales mínimos, entonces podrá tenerse como el amparo de una obligación cambiaria. Por la perfecta inmanencia del título nada podría alegarse contra él, pues la obligación cambiaria incorporada siempre deberá cumplirla su suscriptor. Sin embargo, dicha regla se rompe en el justo momento en que se acredita el carácter causal del título, en cuyo caso la obligación exigida se fundamentaría en el negocio causal y no en la relación cambiaria. Pero si dicho carácter no se logra acreditar, la acción cambiaria puede ejercerse sin necesidad de invocar aspectos ajenos al propio título-valor, como lo relativo al acto jurídico que lo inspiró. El Artículo 633 COM permite valorar que la exigibilidad de la obligación cambiaria es el resultado de la suscripción del título-valor abstracto; pues si el título resulta ser causal, la obligatoriedad de la obligación estará determinada por el peso normativo del negocio jurídico que lo originó. Por su parte, el Artículo 648 Inciso 1 COM contiene una regla de opción facultativa, pues el acreedor puede ejercer la acción cambiaria o la acción causal, siempre y cuando el negocio subyacente que las inspira lo habilite. La disposición legal citada expresa que “si de la relación que dio origen a la suscripción de un títulovalor, se deriva una acción, ésta subsistirá a pesar de aquélla (…)”; es decir, que la referida disposición identifica dos tipos de acciones, primerio, la que se deriva de la relación que subyace a la suscripción del título-valor, esto es, la acción causal, y segundo, la que surge de la suscripción del título, esto es, la relación cambiaria. Por mencionar un ejemplo, la relación causal puede estar representada en la suscripción de un contrato de préstamo mercantil y la acción cambiara en la suscripción de una o más letras de cambio como garantía de ese contrato. A partir de esta identificación, se deduce que el acreedor puede tener dos acciones a su favor y que las puede ejercer de forma alternativa. Para ejercer la acción causal, según lo estimó la Sala de lo Civil mediante la sentencia definitiva pronunciada el veintidós de abril de dos mil quince, dentro del incidente de casación 107-CAM-2014, deberán acreditarse las condiciones que la hacen procedente: a) persistencia de la acción causal; b) presentación al cobro del título; y restitución del mismo (Artículo 648 Inciso 2 COM). En cambio, para ejercer la acción cambiaria, será suficiente presentar el título-valor que reúne las condiciones legales mínimas. Agrega el Inciso 1 del Artículo 648 COM que la acción cambiaria subsiste aun sin la acción causal, de manera que el actor puede decidir utilizar aquella acción y no esta. Por tanto, cuando se califica la exigibilidad de una obligación encarnada en un título-valor, será suficiente verificar que la parte demandante ha optado por ejercer la acción cambiara para poder darle el trámite legal a la misma, sin necesidad de requerirle requisitos relacionados con la relación causal. Así las cosas, advertimos que en el presente caso el Juez A quo ha considerado que el pagaré presentado es de carácter causal, por hacer referencia en su contenido a “unas facturas”, de manera que, según el juzgador, “ha sido emitido para garantizar una obligación ajena a su creación, pues existe una vinculación causal”. Además, considera que las “facturas” no fueron incorporadas al proceso, motivo por el cual rechazó la demanda por improponible. No obstante ello, esta Cámara advierte que la valoración del Juez A quo fue incorrecta, por cuanto desconoció que la voluntad del actor era ejercer la acción cambiaria y por haber calificado de causal al título presentado. Y es este último factor el de mayor trascendencia, pues el simple hecho de que en el cuerpo del pagaré se haga referencia a “unas facturas” o a “negociaciones comerciales” no significa que dicho documento pierde su plena abstracción, porque en esta etapa procesal no se cuenta con ningún elemento determinante que desvirtué la obligación que tiene el suscriptor de cumplir con su contenido, tal como lo ordena el Artículo 633 COM. La causalidad del título-valor debe acreditarse de forma determinante, cuestión que no sucede en el presente caso. Por ello, lo correcto era reconocer la plena independencia del pagaré respecto del negocio jurídico que lo originó, pues en esta etapa del proceso no hay nada que lo vincule de manera acabada; y, al mismo tiempo, debía respetarse la voluntad del actor de ejercer su acción cambiaria. Por tanto, estimamos que es cierto el error judicial alegado por el apelante, de manera que es procedente revocar la resolución impugnada y ordenarse al Juez A quo que admita la demanda siempre y cuando cumpla con los requisitos legales mínimos. 5.- FALLO. POR TANTO: Con base a las consideraciones de hecho y de derecho expuestas y disposiciones legales citadas, esta Cámara a nombre de la República de El Salvador FALLA: a) REVOCASE el auto definitivo pronunciado a las catorce horas con cuarenta y ocho minutos del día treinta de abril de dos mil dieciocho, por el Juzgado Tercero de lo Civil y Mercantil de San Salvador, en cuanto a la declaratoria de improponibilidad de la demanda, por no haber sido dictada conforme a Derecho. Ordenasele al Juez A quo que admita la demanda siempre y cuando cumpla con los requisitos legales mínimos. b) NO HAY CONDENA EN COSTAS PROCESALES, por no haberse trabajo aun la litis. Oportunamente vuelva el proceso al tribunal de origen con la certificación de ley. Notifíquese.
PRONUNCIADA POR LAS SEÑORAS MAGISTRADAS QUE LA SUSCRIBEN.