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50-3CM-18-A

CÁMARA SEGUNDA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San


Salvador, a las catorce horas con veintiocho minutos del día de dieciocho de julio del año dos mil
dieciocho.
El presente recurso de apelación ha sido interpuesto por el licenciado SAMUEL CRUZ
GIRON, mayor de edad, Abogado, del domicilio de Santa Tecla, Departamento de La Libertad, con
Tarjeta de Abogado de la República número ********, como apoderado general judicial de
AGROINDUSTRIAS LACTEAS LOS QUESOS DE ORIENTE, SOCIEDAD ANONIMA DE
CAPITAL VARIABLE, que puede abreviarse LOS QUESOS DE ORIENTE, S.A. DE C.V.,
representada legalmente por MBCDM; contra el auto definitivo pronunciado a las catorce horas con
cuarenta y ocho minutos del día treinta de abril de dos mil dieciocho, por el Juzgado Tercero de lo
Civil y Mercantil de San Salvador, en el Proceso Ejecutivo Mercantil, promovido por el licenciado
SAMUEL CRUZ GIRON en la calidad antes indicada, en contra de INVERSIONES CENTRO
AMERICANAS TEXTILES, SOCIEDAD ANONIMA DE CAPITAL VARIABLE, que puede
abreviarse INVERCA TEXTILES, S.A. DE C.V., y del señor CGFM.
El auto recurrido en lo pertinente expresa: “Por todo lo expuesto se concluye que la demanda
que nos ocupa contiene defectos insubsanables que conllevan a declarar la improponible de la
demanda; por lo tanto DECLARASE IMPROPONIBLE LA DEMANDA presentada por el
Licenciado SAMUEL CRUZ GIRON”.
Ha intervenido el licenciado SAMUEL CRUZ GIRON en la calidad antes indicada, como
demandante en primera instancia y en esta como parte apelante.
La petición que conforma el objeto del presente incidente de apelación es que se revoque el
auto apelado y se ordene la continuación del proceso hasta su finalización.
LEÍDOS LOS AUTOS, Y CONSIDERANDO:
1.- ANTECEDENTES DE HECHO.
1.1.- ALEGATOS DE LAS PARTES.
1.1.1.- ALEGACIONES DE LA PARTE DEMANDANTE.
Que con fecha veintitrés de abril de dos mil dieciocho, el licenciado SAMUEL CRUZ GIRON
presentó la demanda de mérito, en la que en lo esencial expuso: “Que a consecuencia de
operaciones mercantiles realizadas entre Inversiones Centro Americanas Textiles, Sociedad
Anónima de Capital Variable, que se abrevia Inverca Textiles, S.A. de C.V., y mi mandante, según
lo compruebo con original de pagaré que presento, suscrito por la sociedad deudora, por medio de su
representante legal señor CGFM, y también suscrito por el señor CGFM, en su calidad de avalista, a
favor de mi mandante la sociedad Agroindustrias Lácteas Los Quesos de Oriente, Sociedad Anónima de
Capital Variable, que se pude abreviar Los Quesos de Oriente, S.A. de C.V.; dicho pagaré fue suscrito
en la ciudad de San Salvador, departamento de San Salvador, el día siete de junio de dos mil dieciséis, y
venció el siete de abril de dos mil dieciocho; por la cantidad de cinco mil dólares de los Estados Unidos
de América ($5,000.00), en el cual no se consignaron réditos caídos, por lo que de conformidad al
Artículo 792 del Código de Comercio, los réditos caídos devengados durante la vigencia del pagaré son
los del tipo legal, es decir, el doce por ciento anual, a partir del día de su suscripción hasta el día de su
vencimiento, es decir, desde el día siete de junio de dos mil dieciséis, hasta el día final de su
vencimiento, es decir, el día siete de abril de dos mil dieciocho. Suscribiéndose además que en caso de
mora el deudor se obligaba a pagar el interés moratorio del tres por ciento (3%) mensual sobre saldos en
mora, contado a partir del día siguiente al del vencimiento del pagaré, es decir, a partir del día ocho de
abril de dos mil dieciocho, hasta el completo pago de la deuda, transe o remate (…). Que no obstante
varios requerimientos hechos por mi representada aún no ha sido cancelada la deuda por parte de la
sociedad Inverca Textiles, S.A. de C.V., ni por el avalista, por lo que por este medio vengo a
demandarlos en proceso ejecutivo mercantil (…). Por lo anteriormente expuesto, a usted con el debido
respeto le pido (…) 5. En sentencia definitiva se condene a la sociedad Inversiones Centro Americanas
Textiles, Sociedad Anónima de Capital Variable, y al señor CGFM, a pagar a mi mandante la cantidad
de cinco mil dólares de los Estados Unidos de América, réditos caídos del tipo legal, es decir del 12%
anual desde el día siete de junio de dos mil dieciséis, hasta el día siete de abril de dos mil dieciocho, y
los intereses moratorios del 3% mensual desde el día ocho de abril de dos mil dieciocho hasta su
completo pago, transe o remate, más las cosas procesales (…)”.
2.- SUSTANCIACIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN.
Por auto pronunciado a las ocho horas con cincuenta y cinco minutos del día dieciocho de junio de
dos mil dieciocho, esta Cámara, luego de realizar el examen de admisibilidad del recurso, lo admitió y
señaló lugar, día y hora para la celebración de Audiencia de Apelación, de conformidad a lo establecido
en el artículo 513 inciso 3° CPCM. El resultado de la Audiencia de Apelación consta en acta levantada a
las diez horas del día dieciocho de julio de dos mil dieciocho.
El recurso fue admitido por los puntos relacionados con la presunta “errónea interpretación del
Artículo 633 COM y errónea inaplicación del Artículo 648 COM”; y se rechazó por los puntos
relacionados a la presunta “errónea interpretación del Artículo 277 Inciso 1 CPCM y errónea
aplicación del Artículo 639 Romanos VIII y XI COM”, por no haber sido debidamente
fundamentados.
2.1.- FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN.
El licenciado SAMUEL CRUZ GIRON, en su escrito de apelación, en lo medular manifestó:
“ERRONEA INTERPRETACIÓN DE ARTÍCULO 633 COM Y ERRONEA INAPLICACIÓN
DEL ARTÍCULO 648 COM. El Juez A quo consideró procedente la improponibilidad básicamente
por dos razones: 1. Porque en el pagaré existe una vinculación causal, pues se hace referencia o
vinculación dentro de su texto a “algunas facturas”; 2. Se debieron agregar “dichas facturas” (que
no fueron incorporados al proceso con la demanda). Su razonamiento encaja en lo regulado en el
Artículo 648 COM, al determinaren en sus argumentos “en esos términos, los títulos valores están
marcados por el acto jurídico fundamental que llevó a emitirlos, mientras los abstractos funcionan
desvinculado del negocio originario, razón por la que la ley se limita a prescindir de la causa, con
miras a lograr una mayor celeridad y seguridad en la circulación (…)”. Por lo cual el suscrito
considera que el A quo ha errado completamente en la valoración de dicha disposición legal, pues
ya hay sobrada jurisprudencia nacional y doctrina que abona justamente en el sentido contrario que
el juez ha dispuesto. Al respecto la Honorable Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia, en
sentencia dictada bajo el número de referencia 107-CAM-2014, a las diez horas con cuarenta
minutos del día veintidós de abril de dos mil quince, ha sido enfática en reseñar respecto de lo
normado en el Artículo 648 COM: “…de la lectura del precepto anterior habrá de entenderse lo
siguiente: 1) Que la norma concede al tenedor de la letra, la acción causal de forma alternativa
con la cambiaría, al indicar que si de la relación que dio origen a la suscripción de un título valor
se deriva una acción, ésta subsistiré a pesar de aquélla (…).Y es que puede ser más útil que la
acción cambiaria, ya que ocurre en algunos casos, que se halla pactado elevados intereses
moratorios o penas convencionales de cuantía, que pongan al acreedor en condiciones más
favorables que las que se derivan del simple ejercicio de la acción cambiaria ejecutiva (…)”.
Cuando concurran tales circunstancias, de que se pueda determinar o alegar la causalidad del título
valor, el acreedor dispone de la acción cambiaría y de la causal a su arbitrio, siempre que haya
cumplido con las formalidades necesarias para preservar los derechos cambiaros, ya que si ha
dejado caducar o prescribir el instrumento, la obligación originaria o fundamental se extingue
igualmente, conforme lo expresa el Artículo 648 (…). Los títulos valores presentan tres
características: 1. Legitimación: una vez incorporado el derecho al soporte material, que es el
documento, la posesión de éste legitima a su tenedor para el ejercicio de aquel. De este este modo, sólo
el poseedor del título puede ejercitar y transmitir el derecho literal y autónomo mencionado en él (…). 2.
Literalidad: el derecho que se incorpora al documento tiene el contenido, extensión y modalidad que
resulta del tenor literal de éste (…). 3. Abstracción: el derecho incorporado al título es autónomo, en el
sentido de que el poseedor actual del documento no ejercita el mismo derecho que tenía el anterior
tenedor. Con cada circulación, el derecho se renueva, convirtiéndose en un derecho originario y no
derivado. Independiente del que tuvieran los anteriores poseedores del título (…). Es un hecho objetivo
que la emisión de un pagare, trae causa de la existencia de un contrato jurídico subyacente, negocio
causal fruto del cual se origina entre les particulares intervinientes en el mismo una obligación derivada
de sus relaciones jurídicas. Ahora bien, cosa distinta es la trascendencia que ese negocio causal tiene
para la viabilidad del crédito cambiario (…). Y es que ese criterio es el más aceptado, no solo
doctrinariamente, sino que constituye la costumbre y el espíritu mismo Artículo 648 COM (…). Si bien
se documenta en el título cambiario la obligación resultante de la relación causal subyacente, tal
obligación adquiere su carácter autónomo y abstracto respecto del contrato causal, produciéndose con su
emisión el nacimiento de una obligación independiente y paralela a la contenida en el contrato. Por
tanto, en nuestro ordenamiento la existencia de relaciones jurídicas previas, subyacentes al negocio
cambiaro, aunque puedan ser la causa del libramiento o endoso del título, no predeterminan la relación
cambiara. En esta tesitura, en que el crédito y, por ende, la obligación cambiara se desvinculan de la
relación jurídica subyacente, es donde tiene sentido abordar el significado de la acción causal, en cuanto
acción que legitima a las personas que intervinieron en la previa relación jurídica, de la que trae causa la
obligación cambiaria a formular la oportuna acción en un proceso declarativo, tratándose en suma de
una acción con fundamento, no en el título, sino en el contrato o negocio causal, por lo que sólo es
ejercitable frente al sujeto que fue parte en el mismo con el tenedor (acreedor cambiarlo). La acción
cambiara directa contra aceptarte y avalistas no queda perjudicada, extinguiéndose sólo mediante
prescripción. En conclusión, la acción causal tiene su fundamento en el crédito que da origen el negocio
que subyace a la relación jurídica cambiara; por el contrario, las acciones cambiarías tienen su
fundamento en el propio título. Esto conlleva que cuando se presenta una demanda, debe indicarse
claramente el fundamento de la pretensión, y la condición en que se aporta el título cambiario, ya sea
como prueba de la existencia de un título constitutivo de una relación cambiara, o como prueba del
negocio que sirve de causa a aquella. No cabe el ejercicio simultaneo de una acción cambiara y una
acción causal, eso regula el artículo 648 del Código de comercio y no como lo ha aplicado el
juzgador en el caso que nos ocupa (...); con lo cual está erróneamente asumiendo que la ley impone
un presupuesto adicional para ejercer esta acción, que según su errado criterio es el referente a la
presentación del contrato que originó el negocio primario (…). Lo que se ha incoado en el presente
juicio es la acción cambiaría que resulta a su favor por la tenencia del pagaré, y en tal sentido no
puede exigírsele ningún otro requisito más que los que impone la misma ley en el Artículo 457, que
no es más que la mera exhibición y presentación del título ejecutivo para su ejecución (…)”.
3.- DECLARACIÓN DE LOS HECHOS QUE SE CONSIDERAN PROBADOS.
Se omite hacer declaración expresa de los hechos que se consideran probados, en virtud del
momento procesal en que se encuentra el presente proceso.
4.- FUNDAMENTOS DE DERECHO.
Objeto del incidente. En el presente caso la parte apelante alega que el Juez A quo ha incurrido
en error al momento de dictar el auto impugnado, en virtud de que ha interpretado de manera
errónea el Artículo 633 COM y ha aplicado el Artículo 648 COM, por haber considerado que el
pagaré presentado se caracteriza por ser causal, valorando que la acción cambiaria debe ejercerse
junto el título contractual en virtud del cual se emitió.
Por tanto, consideramos que para resolver el presente caso en debida forma es necesario hacer
referencia al concepto de título-valor, relacionando las características que lo definen, así como al
concepto de pagaré, precisando en los requisitos formales que lo validan, para luego analizar lo
establecido en los Artículos 633 y 648 COM, en lo pertinente al caso.
Concepto de título valor. La fluidez del tráfico jurídico-comercial ha impuesto la necesidad de
contar con instrumentos que liberen o flexibilicen las transacciones intersubjetivas. El desarrollo
histórico del comercio y la propia naturaleza del liberalismo económico ha exigido que los bienes
puedan circular sin mayores restricciones que las impuestas por la legalidad, las buenas costumbres
y el orden público, evitando toda formalidad o rigorismo innecesario. Con este propósito se
instituyeron los títulos-valores.
La teoría más autorizada ha definido al título-valor como el documento esencialmente
transmisible necesario para ejercitar el derecho literal y autónomo en él mencionado (SÁNCHEZ
CALERO, Fernando y Juan SÁNCHEZ-CALERO GUILARTE, Instituciones de Derecho
Mercantil, Volumen II, 27.ª ed., McGraw-Hill, Madrid, p. 4). En correspondencia con dicha
conceptualización, puede decirse que el título-valor es “aquel documento sobre un derecho privado,
cuyo ejercicio y cuya transmisión están condicionados a la posesión del documento” (GARRIGUES
citado por BROSETA PONT, M. y F. MARTÍNEZ SANZ, Manual de Derecho Mercantil, volumen II,
18ª Ed., Tecnos, Madrid, 2011, p. 443). Se trata, pues, de un documento que representa y encarna un
derecho constituido por las partes de la relación jurídica-comercial, y cuya posesión habilita el ejercicio
de su contenido. De esta forma, el documento resulta indispensable tanto para la transmisión como para
el ejercicio del derecho a él incorporado.
El Artículo 623 CCOM establece que son títulos valores los documentos necesarios para hacer
valer el derecho literal y autónomo que en ellos se consigna. Desde esta perspectiva, el título-valor es
un documento que adquiere un valor por su conexión con el derecho que en él se menciona (de ahí su
mención de título-valor). Son ejemplos de títulos-valores las acciones, los bonos, la carta de porte, el
conocimiento de embarque, el cheque, el pagaré y la letra de cambio. Dichos documentos cuentan con
características especialmente acondicionadas a la función que desempeñan dentro del tráfico jurídico-
comercial.
Las notas características de los títulos valores son la incorporación, legitimación, la literalidad, la
autonomía y la abstracción. En el presente caso interesa hacer referencia a esta última. La abstracción es
una nota especial de la autonomía, y hace referencia a la independencia del título-valor, es decir, a la
autosuficiencia que tiene dentro del tráfico jurídico-mercantil. Sin embargo, esta característica puede
estar modulada, según el alcance de la independencia del título-valor en relación al negocio jurídico que
lo inspira. Ciertamente, si el título-valor está desligado del acto jurídico que lo origina, de manera que
puede hacerse valer judicialmente sin que sea necesario remontarse a dicho acto, se dice que es un título
puramente abstracto. En cambio, si el título-valor, no obstante ser autosuficiente, está subyugado al acto
jurídico que lo origina, de manera que no puede hacerse valer judicialmente sin invocar el negocio
jurídico que lo inspiró, se dice que es un título causal. Todos los títulos-valores son plenamente
abstractos, salvo aquellos que en su literalidad han sido afectados expresamente con una advertencia de
causalidad o cuando se acredita por algún otro medio de prueba idóneo dicha cualidad. Tal es el caso,
por ejemplo, que en texto del título se inserte la frase “la obligación que ampara este título no podrá ser
exigida judicialmente por su poseedor originario sin presentar el contrato en virtud del cual se emite y
que ha sido relacionado en el cuerpo de este documento”. Se requiere, pues, de una premisa textual clara
y determinante para romper con la independencia plena de los títulos-valores. Fuera de tal supuesto, el
título goza de la independice que su propia naturaleza jurídica le irroga, en cuyo caso basta con acreditar
que el documento presentado a cobro, en este caso un pagaré, reúne las características mínimas para
poder ejercer la acción judicial correspondiente.
Concepto y requisitos del pagaré. El pagaré es un título-valor que contiene la promesa pura y
simple de pagar una cantidad de dinero o a la orden de persona determinada” (GADEA, Enrique,
Los títulos-valor. Letra de cambio, cheque y pagaré, 2° edición, Dykinson, Madrid, 2007, p. 115).
Se trata de un título-valor por medio del cual el suscritor confiesa ser deudor de determinada
persona, por cierta cantidad de dinero, quien se obliga a pagarla a su orden dentro de determinado
plazo. En otras palabras, es un instrumento de crédito que confiesa la deuda dineraria e
instrumentaliza un mandato de pago. La naturaleza del pagaré es la de ser un título-valor, de modo
que en él rigen las características de incorporación, legitimación, literalidad, autonomía y
abstracción.
El artículo 788 CCOM prescribe los requisitos que debe contener un pagaré, los cuales
consisten en: i. Mención de ser “pagaré”, inserta en el texto; ii. Promesa incondicional de pagar una
suma determinada de dinero; iii. Nombre de la persona a quien ha de hacerse el pago; iv. Época y
lugar del pago; v. Fecha y lugar en que se suscriba el documento; y vi. Firma el suscriptor. Estos
requisitos determinan el contenido y alcance del título-valor y de la relación crediticia de quienes
participan en ellos, pues delimitan el alcance de la obligación dineraria y las consecuencias jurídicas
propias del caso, como los plazos de prescripción y caducidad de las acciones, la naturaleza del acto
cambiario, el cumplimiento de la obligación y más.
En el presente caso, advertimos que la acción judicial se ha ejercido a partir de un documento
que cumple con los requisitos para ser considerado un pagaré. Ciertamente, a fs. 39/40 consta que
INVERCA, S.A. DE C.V., a través de su representante legal, suscribió un documento titulado
“pagaré sin protesto”, en la ciudad de San Salvador, el día siete de junio de dos mil dieciséis, por
medio del cual se obligaba a pagar incondicionalmente a la sociedad LOS QUESOS DE
ORIENTE S.A. DE C.V., la cantidad de cinco mil dólares de los Estados Unidos de América, el
día siete de abril de dos mil dieciocho, en sus oficinas en San Salvador. Dicho documento también
fue suscrito por otra persona en calidad de avalista. Por ello, estimamos que el documento
presentado a cobro reúne los requisitos formales para ser considerado un pagaré.
eguidamente procedemos a examinar si dicho pagaré es un título-valor abstracto o causal, luego
de analizar el contenido de las disposiciones legales invocadas por el apelante.
Análisis de los Artículo 633 y 648 COM y resolución del caso. El Artículo 633 COM establece
que “la suscripción de un títulovalor obliga a quien la hace, al cumplimiento de las prestaciones y
derechos incorporados en favor del titular legítimo, aunque el título haya entrado en circulación contra
la voluntad del suscriptor o después que sobrevino su muerte o incapacidad”. Este precepto legal
informa sobre la obligatoriedad de los títulos-valores y, de forma implícita, de la abstracción de dicha
obligación.
Por su parte, el Artículo 648 Inciso 1 COM dispone que “si de la relación que dio origen a la
suscripción de un títulovalor, se deriva una acción, ésta subsistirá a pesar de aquélla, a menos que se
pruebe que hubo novación”. Este precepto legal referencia a la alternativa que tiene el acreedor de hacer
valer su acción cambiaria o su acción causal, según su propia voluntad lo determine. Además, involucra
aspectos que deben tenerse en cuenta al momento de analizar la causalidad de los títulos-valores.
El Artículo 633 COM, al prescribir que el titulo-valor obliga a quien lo suscribe, prescinde de
cualquier aspecto externo o ajeno al contenido mismo del título, pues si éste reúne los requisitos legales
mínimos, entonces podrá tenerse como el amparo de una obligación cambiaria. Por la perfecta
inmanencia del título nada podría alegarse contra él, pues la obligación cambiaria incorporada siempre
deberá cumplirla su suscriptor. Sin embargo, dicha regla se rompe en el justo momento en que se
acredita el carácter causal del título, en cuyo caso la obligación exigida se fundamentaría en el negocio
causal y no en la relación cambiaria. Pero si dicho carácter no se logra acreditar, la acción cambiaria
puede ejercerse sin necesidad de invocar aspectos ajenos al propio título-valor, como lo relativo al acto
jurídico que lo inspiró. El Artículo 633 COM permite valorar que la exigibilidad de la obligación
cambiaria es el resultado de la suscripción del título-valor abstracto; pues si el título resulta ser causal, la
obligatoriedad de la obligación estará determinada por el peso normativo del negocio jurídico que lo
originó.
Por su parte, el Artículo 648 Inciso 1 COM contiene una regla de opción facultativa, pues el
acreedor puede ejercer la acción cambiaria o la acción causal, siempre y cuando el negocio subyacente
que las inspira lo habilite. La disposición legal citada expresa que “si de la relación que dio origen a la
suscripción de un títulovalor, se deriva una acción, ésta subsistirá a pesar de aquélla (…)”; es decir,
que la referida disposición identifica dos tipos de acciones, primerio, la que se deriva de la relación que
subyace a la suscripción del título-valor, esto es, la acción causal, y segundo, la que surge de la
suscripción del título, esto es, la relación cambiaria. Por mencionar un ejemplo, la relación causal puede
estar representada en la suscripción de un contrato de préstamo mercantil y la acción cambiara en la
suscripción de una o más letras de cambio como garantía de ese contrato. A partir de esta
identificación, se deduce que el acreedor puede tener dos acciones a su favor y que las puede ejercer
de forma alternativa. Para ejercer la acción causal, según lo estimó la Sala de lo Civil mediante la
sentencia definitiva pronunciada el veintidós de abril de dos mil quince, dentro del incidente de
casación 107-CAM-2014, deberán acreditarse las condiciones que la hacen procedente: a)
persistencia de la acción causal; b) presentación al cobro del título; y restitución del mismo
(Artículo 648 Inciso 2 COM). En cambio, para ejercer la acción cambiaria, será suficiente presentar
el título-valor que reúne las condiciones legales mínimas.
Agrega el Inciso 1 del Artículo 648 COM que la acción cambiaria subsiste aun sin la acción
causal, de manera que el actor puede decidir utilizar aquella acción y no esta. Por tanto, cuando se
califica la exigibilidad de una obligación encarnada en un título-valor, será suficiente verificar que
la parte demandante ha optado por ejercer la acción cambiara para poder darle el trámite legal a la
misma, sin necesidad de requerirle requisitos relacionados con la relación causal.
Así las cosas, advertimos que en el presente caso el Juez A quo ha considerado que el pagaré
presentado es de carácter causal, por hacer referencia en su contenido a “unas facturas”, de manera
que, según el juzgador, “ha sido emitido para garantizar una obligación ajena a su creación, pues
existe una vinculación causal”. Además, considera que las “facturas” no fueron incorporadas al
proceso, motivo por el cual rechazó la demanda por improponible. No obstante ello, esta Cámara
advierte que la valoración del Juez A quo fue incorrecta, por cuanto desconoció que la voluntad del
actor era ejercer la acción cambiaria y por haber calificado de causal al título presentado. Y es este
último factor el de mayor trascendencia, pues el simple hecho de que en el cuerpo del pagaré se
haga referencia a “unas facturas” o a “negociaciones comerciales” no significa que dicho
documento pierde su plena abstracción, porque en esta etapa procesal no se cuenta con ningún
elemento determinante que desvirtué la obligación que tiene el suscriptor de cumplir con su
contenido, tal como lo ordena el Artículo 633 COM. La causalidad del título-valor debe acreditarse
de forma determinante, cuestión que no sucede en el presente caso. Por ello, lo correcto era
reconocer la plena independencia del pagaré respecto del negocio jurídico que lo originó, pues en
esta etapa del proceso no hay nada que lo vincule de manera acabada; y, al mismo tiempo, debía
respetarse la voluntad del actor de ejercer su acción cambiaria.
Por tanto, estimamos que es cierto el error judicial alegado por el apelante, de manera que es
procedente revocar la resolución impugnada y ordenarse al Juez A quo que admita la demanda
siempre y cuando cumpla con los requisitos legales mínimos.
5.- FALLO.
POR TANTO: Con base a las consideraciones de hecho y de derecho expuestas y disposiciones
legales citadas, esta Cámara a nombre de la República de El Salvador FALLA: a) REVOCASE el auto
definitivo pronunciado a las catorce horas con cuarenta y ocho minutos del día treinta de abril de dos mil
dieciocho, por el Juzgado Tercero de lo Civil y Mercantil de San Salvador, en cuanto a la declaratoria de
improponibilidad de la demanda, por no haber sido dictada conforme a Derecho. Ordenasele al Juez A
quo que admita la demanda siempre y cuando cumpla con los requisitos legales mínimos. b) NO HAY
CONDENA EN COSTAS PROCESALES, por no haberse trabajo aun la litis. Oportunamente vuelva
el proceso al tribunal de origen con la certificación de ley. Notifíquese.

PRONUNCIADA POR LAS SEÑORAS MAGISTRADAS QUE LA SUSCRIBEN.

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