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ABOGADOS
La Sección Segunda del Capítulo II del Título Segundo del citado DS 26052,
contempla el procedimiento que se debe observar para tramitar un proceso
disciplinario ante una denuncia por la presunta comisión de una falta ética. El art. 47
establece que si el profesional abogado sometido a proceso no concurriere a la
audiencia o audiencias señaladas, se pronunciará resolución en rebeldía. La
Resolución que emita el Tribunal de Honor Departamental puede ser apelada de
manera fundamentada, en el plazo perentorio de tres días por la parte que se creyere
agraviada (art. 48). La alzada, con o sin respuesta, será concedida en el efecto
suspensivo, remitiendo obrados al Tribunal Nacional de Honor.
"Para toda diligencia que debiera practicarse fuera del asiento del juzgado o tribunal,
se ampliarán los plazos fijados por este Código a razón de un día por cada doscientos
kilómetros o cada fracción que no baje de cien, siempre que exista transporte aéreo,
ferroviario o de carretera. Si no hubiere estos servicios la ampliación será de un día
por cada sesenta kilómetros".
III.3. Al haber sido notificado el 4 de diciembre de 2002 a horas 15:25, tenía los tres
días que el art. 47 del DS 26052 señala para formular su apelación; empero el escrito
de la alzada fue recién entregado -de acuerdo a lo sostenido por los recurridos y no
desvirtuado por el actor- el 9 de diciembre a horas
10:15.
En el caso de autos, según el informe oficial del Instituto Geográfico Militar del
Distrito de Chuquisaca, la distancia entre Villazón y Potosí es de 357 kilómetros. En
consecuencia, aplicando el razonamiento del art. 146 CPC y otorgando el plazo de la
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distancia para la apelación del ahora recurrente contra la Resolución del Tribunal de
Honor del Colegio de Abogados de Potosí, además de los tres días que dispone el art.
47 del DS 26052, el actor tenía dos días adicionales al efecto, o sea que, como fue
notificado el 4 de diciembre a horas 15:25, los tres días vencían el 7 de diciembre a la
misma hora, pero con el plazo de la distancia resulta que la apelación que ha sido
presentada el 9 de diciembre a horas 10:15, se encontraba dentro de término.
Entonces, el rechazo de la apelación constituye un acto ilegal que debe ser reparado a
través del presente recurso extraordinario, ya que el actor carece de otra vía para tal
efecto.
Se deja sentado que la procedencia del presente recurso no implica -como pretende el
recurrente- dejar sin efecto la Resolución de suspensión de 23 de octubre de 2002,
sino exclusivamente la legalidad de conceder la apelación para que el Tribunal de
Honor del Colegio Nacional de Abogados defina lo que en derecho corresponda.
ABOGADOS
Que, por lo relacionado en los puntos III.3., III.4. y III.5. de la presente Sentencia, se
tiene que los vocales del Tribunal Nacional de Honor del CONALAB recurridos, al
pronunciar las Resoluciones impugnadas, como son los Autos de 27 de octubre de
2002 y su complementario de 17 de enero de 2003 (a través de los que como sanción
se concede licencia al abogado recurrente), han cometido ilegalidades, por cuanto
antes de la emisión de esos Autos, debieron subsanar las omisiones ilegales que se
incurrieron como es no haber abierto un término de prueba, haber permitido que sea
un Oficial de Diligencias y no el Presidente del Tribunal quien haya designado al
vocal relator y no entregar las fotocopias y certificación solicitadas; con lo que se
infringió la garantía al debido proceso, en cuanto al derecho de defensa y juez natural.
Que el Tribunal del Recurso al haber declarado procedente el Recurso, ha hecho una
correcta evaluación del caso en análisis, así como ha dado una cabal aplicación del art.
19 CPE.
ABOGADOS
Si bien en dicho cuerpo legal, no se describen cada uno de los elementos que
componen las conductas, como sucede en la parte especial del ordenamiento
sustantivo penal, aquello no implica que no pueda juzgarse a los abogados cuando su
actuar es contrario al Código referido; pues, de entenderse de tal forma, se estaría
negando toda eficacia jurídica a sus normas. Al respecto, cabe establecer que las
normas descritas por los arts. 4, 11, 17 y 69 del DS 26052, imponen al abogado en el
ejercicio de la profesión una conducta acorde y respetuosa a la Constitución Política
del Estado, las Leyes de la República, las normas del citado Código y las buenas
costumbres, estableciendo el art 69 que: "El abogado no puede patrocinar o asesorar
intereses opuestos dentro de la misma causa, tampoco puede anteponer su propio
interés al de su cliente, ni solicitar ni aceptar beneficios económicos de la parte
contraria. El abogado que infrinja estas prohibiciones sufrirá una suspensión de uno o
dos años, sin perjuicio de la sanción penal".
III.3. En cuanto a la falta de apertura de término probatorio por parte del Tribunal
Nacional de Honor, el DS 26052 establece en su art. 50 lo siguiente: "Recibido el
proceso se radicará la causa en el Tribunal Nacional de Honor, iniciándose el término
de prueba, el cual será de cinco días hábiles, teniendo las partes como domicilio
procesal la Secretaría del Tribunal".
III.4. Por último, se acusa que los miembros del Tribunal Nacional confirmaron la
sentencia sin considerar los puntos apelados; sin embargo, se advierte de los
antecedentes que informan el cuaderno procesal, que el citado tribunal de alzada de
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ABOGADOS
Por otra parte, el art. 66.4ª de la misma Ley Fundamental, atribuye a la Cámara de
Senadores, la potestad de aprobar las Ordenanzas Municipales relativas a tasas y
patentes.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 8
I.El Gobierno Municipal, a través del Alcalde Municipal, presentará las Ordenanzas
de Tasas y Patentes, sus modificaciones o enmiendas al H. Senado Nacional dentro de
los primeros sesenta días de cada legislatura ordinaria, previo dictamen técnico
motivado del Poder Ejecutivo, el mismo que será emitido en el plazo máximo de
veinte días a partir de su presentación; caso contrario, remitirá sin el dictamen
requerido. II.El Senado Nacional considerará esta Ordenanza en un plazo no mayor a
los sesenta días a partir de su presentación. vencido este plazo, se entenderán por
aprobadas y entrarán en vigencia. III.Si el Gobierno Municipal no presentara la
Ordenanza de Tasas y Patentes en el plazo establecido en el presente artículo, regirá la
última vigente, bajo su propia responsabilidad.
III.4Por otra parte, es necesario establecer con carácter previo el marco conceptual de
los diferentes tipos de tributos, para poder determinar si es evidente la doble
tributación denunciada.
Tributos son una clase o modalidad de ingreso público que tienen su origen en las
prestaciones obligatorias impuestas por el Estado a las personas físicas o jurídicas.
Según el art. 9 del Código Tributario Boliviano (CTB), "Son tributos las obligaciones
en dinero que el Estado, en ejercicio de su poder de imperio, impone con el objeto de
obtener recursos para el cumplimiento de sus fines".
De acuerdo a la norma prevista por el art. 10 del CTB, el impuesto es "el tributo cuya
obligación tiene como hecho generador una situación prevista por Ley, independiente
de toda actividad estatal relativa al contribuyente".
Tasas, de modo general, son una remuneración que efectúa el particular al Estado por
los servicios públicos prestados por los organismos estatales, son un gravamen que
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Contribuciones especiales constituyen el pago efectuado por una inversión que realiza
el Estado, a través de sus entidades, en beneficio de un grupo de personas, a cuya
consecuencia se valorizan los bienes de éstos. El art. 12 del CTB establece que "las
contribuciones especiales son los tributos cuya obligación tiene como hecho
generador beneficios derivados de la realización de determinadas obras o actividades
estatales y cuyo producto no debe tener un destino ajeno a la financiación de dichas
obras o actividades que constituyen el presupuesto de la obligación".
En resumen, la Patente constituye una autorización o permiso anual que otorgan los
Gobiernos Municipales para que en su jurisdicción se desarrollen determinadas
actividades económicas, entre
ellas las que los Abogados realizan en sus bufetes, y por lo mismo, no se grava el
ejercicio profesional en sí o la prestación de servicios profesionales como tal.
Finalmente, conforme señala el propio recurrente, si bien es cierto, que los arts. 92 y
95 del CTB, respectivamente, abrogan por una parte, las normas legales que crean
impuestos o contribuciones y por otra, derogan disposiciones relativas a impuestos y
contribuciones, creados por los municipios; empero, las mismas están condicionadas a
que los hechos generadores sean análogos a los de los tributos o que crean otros
impuestos o contribuciones, extremo que no acontece en este caso, porque el hecho
generador de la patente, no tiene ninguna relación con los tributos establecidos por la
Ley 843, como son, el IVA, RC-IVA, el IT y el IUE.
ACTO ADMINISTRATIVO
III.1 El art. 19 CPE así como el art. 94 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC),
establecen el amparo constitucional como una garantía para la protección de derechos
constitucionales cuando son amenazados, restringidos o suprimidos ya sea por un acto
ilegal o una omisión indebida, de modo que cuando se plantea este recurso, a la
jurisdicción constitucional le cabe examinar los hechos que constituyen los actos
ilegales u omisiones indebidas denunciados, y verificar si realmente los derechos y
garantías bajo el ámbito de su protección han sido lesionados.
que esencialmente importa "exención de peligro o daño, solidez, certeza plena, firme
convicción".
"Que, siendo así concebido dicho principio, está expresamente reconocido como
derecho en el art. 7.a) CPE, por lo que debe ser estrictamente observado y respetado
también por los órganos del Estado o entidades públicas, sin que la potestad o facultad
que se les hubiera otorgado para legislar o normar, les exima de su observancia".
III.4 Que no se ha restringido el derecho a la defensa a los recurrentes toda vez que
durante el proceso han presentado todos los recursos de ley, revocatoria y jerárquico.
III.5 Es necesario expresar que en el caso sometido a revisión, los recurrentes fueron
notificados con el recurso jerárquico el 27 de junio de 2002, y plantearon el recurso de
amparo el 27 de noviembre de 2002, es decir a los 5 meses, lo que significan que se
encuentran dentro del plazo que las SSCC 1442/2002-R, 146/2003-R, 166/2003-R han
establecido como término máximo para que se interponga el amparo constitucional,
siendo éste de seis meses, computables a partir de la notificación con la resolución
objetada, o de la realización del acto lesivo.
ACTO ADMINISTRATIVO
2.El Consejo Nacional del Ministerio Público, previa valoración de los méritos
conforme al baremo (cuadro de calificación o ponderación) establecido, elegirá a tres
de los candidatos, entre los que hayan obtenido mayor puntuación, elaborando un
informe debidamente motivado sobre cada uno de los candidatos.
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III.2.En el caso que se analiza, la recurrente aduce que en la octava reunión ordinaria
del Consejo Nacional del Ministerio Público realizada en la ciudad de Cochabamba el
21 y 22 de abril de 2005, fue nombrada en el cargo de Inspectora General del
Ministerio Público, conforme a lo establecido en el art. 85 de la LOMP, no obstante
de lo cual, indica que el recurrido hace caso omiso a sus reiteradas solicitudes de
posesión en el cargo, situación que vulneraría sus derechos invocados, pues estima
que el acto administrativo de su designación estaría perfeccionado. Por su parte, el
recurrido sostiene que para ser titular de un derecho, éste debe estar consolidado, cosa
que no ha ocurrido en el caso de la actora al no existir memorando o resolución
expresa de nombramiento.
Respecto a la notificación del acto administrativo, Dromi señala (pág. 242) que el acto
que no ha sido notificado no produce efectos jurídicos inmediatos, no es acto
administrativo en el concepto señalado, careciendo de eficacia mientras no sea
notificado al interesado, agrega que la comunicación del acto afecta a la vinculación o
sujeción del administrado, no debiendo la notificación ser imprecisa ni ambigua (las
negrillas son nuestras).
decir, que el acto administrativo en el que la actora pretende ampararse será eficaz y
podrá surtir efectos en el momento en que sea legalmente notificada con el
memorando o resolución de designación, y entretanto ello no ocurra, no puede
reclamar posesión alguna en el cargo, por lo que no existe lesión al derecho a la
seguridad jurídica, entendida como aplicación objetiva de la ley, o la certeza o
certidumbre de que el marco legal es y será respetado, puesto que la negativa de la
autoridad recurrida se sustenta en la disposición del Reglamento anteriormente citada,
que establece que la posesión en el cargo de Inspector General del Ministerio Público
está sujeta a la notificación con la designación en el cargo que se haga al postulante
elegido, situación que conforme se vio no ha ocurrido en el caso de autos, siendo
además que conforme al art. 20 del mismo Reglamento la posesión y juramento son
los requisitos previos para el ejercicio del cargo de Inspector General, por lo que aún
no puede invocar lo previsto en el art. 40.2 de la CPE.
De otro lado, la amplia difusión que a través de los medios se dio a la supuesta
designación de la recurrente en el cargo de Inspectora General según ella misma
señala, no podía en ningún caso suplir a la notificación como requisito esencial para la
eficacia del acto, por cuanto tal designación se trata de un acto personalísimo y
concreto y no así de un acto general o abstracto, lo que necesariamente exige una
notificación, que por lo demás está contemplada como requisito en la misma norma.
AGUINALDO
III.4. Finalmente, debemos referir que si bien el art. 61 EFP establece como atribución
del Superintendente General de la Superintendencia del Servicio Civil: a) Conocer y
resolver los recursos jerárquicos planteados por aspirantes a funcionarios de carrera, o
funcionarios de carrera públicos, relativos a controversias sobre ingreso, promoción o
retiro de la función pública, o aquellos derivados de procesos disciplinarios, en el
marco del Estatuto y las disposiciones reglamentarias aplicables, el actor no tenía la
posibilidad de acudir a esa instancia para reclamar el pago del aguinaldo de navidad,
objeto de este recurso, puesto que no tiene la condición de funcionario de carrera.
Tampoco podía ocurrir a la judicatura laboral ordinaria, toda vez que ésta no tiene
competencia para dirimir controversias entre el Estado como empleador y el servidor
público. Consecuentemente, sólo tenía la vía extraordinaria del amparo constitucional
para demandar el respeto de su derecho lesionado. En suma, el recurrido ha vulnerado
el derecho de Rolando Xavier Bartocci López a una remuneración justa por su trabajo,
en la que está inmerso el derecho al aguinaldo anual de navidad, debiendo pagar ese
concepto en un monto equivalente a las duodécimas que le correspondan de la gestión
2002, más el recargo del doble, en conformidad con el numeral 7 del Instructivo
001/02 de 3 de diciembre de 2002. De todo lo examinado, se concluye que la Corte de
amparo, al haber declarado improcedente el recurso, no ha evaluado correctamente los
datos del proceso y las normas aplicables al mismo.
ALCADES MUNICIPALES
III.1.2 Suspensión definitiva, que acarrea también la perdida del mandato de Alcalde y
Concejal, cuando exista en su contra, sentencia condenatoria ejecutoriada a pena
privativa de libertad, pliego de cargo ejecutoriado, sentencia judicial ejecutoriada por
responsabilidad civil contra el estado y en los casos previstos por la Ley 1178 y sus
Reglamentos.
III.1.3 Todos los casos de denuncia contra Alcaldes deben ser sometidos al
procedimiento establecido en las normas previstas por los arts. 35 al 37 LM a fin de
imponer la sanción; es decir, debe sustanciarse un proceso interno, dentro del cual
deberá comprobarse la veracidad de los hechos que originen la causal de suspensión y
emitirse la Resolución pertinente (salvo los casos de suspensión temporal o definitiva
previstos líneas arriba, en cuyo caso la suspensión procederá en forma automática a la
sola comprobación de los hechos que la originen y la resolución será sólo de carácter
formal, conforme determina la norma prevista por el art. 36.II LM). La restitución en
el cargo, sólo procederá cuando la suspensión temporal por auto de procesamiento
ejecutoriado, concluya con sentencia absolutoria [puesto que la inocencia ya no se
halla previsto en el Código de procedimiento penal].
III.2Al respecto la jurisprudencia emitida por este Tribunal ha ratificado los conceptos
descritos en el punto anterior, así la Sentencia Constitucional (SC) 1286/2002-R, de
28 de octubre, en un caso similar, indica que: "El Concejo Municipal de Tiquina en
conocimiento del resultado del indicado proceso interno, emite la Resolución 14/2002
de 17 de junio, mediante la cual se dispone la destitución del Alcalde Municipal
dando aplicación al art. 29 LSAFCO, incurriendo así en un acto ilegal que atenta
contra el ejercicio de la función de Alcalde que ostenta legalmente por mandato
popular y que se encuentra garantizado por el art. 42.2) CPE, conculcando además el
debido proceso y derecho al trabajo reconocidos por los arts. 7.d) y 16 CPE, por
cuanto no existe contra el recurrente Auto de Procesamiento Ejecutoriado, sentencia
condenatoria ejecutoriada a pena privativa de libertad, ni pliego de cargo ejecutoriado,
o sentencia judicial por responsabilidad civil contra el Estado, condiciones
establecidas por los arts. 34.II) y 36.5) y 6) LM, para decidir la suspensión temporal o
definitiva, como en este caso. Estas normas son concordantes con los arts. 48 y 49 de
la misma Ley, relativos a la suspensión temporal o definitiva del Alcalde Municipal,
así lo ha establecido el Tribunal Constitucional en su SC 858/2001-R, de 14 de agosto
(...)".
Por otra parte, se ha aclarado que el:"(...) voto de censura, es un voto político, por
cuanto después de realizarse el trámite correspondiente, en definitiva tres quintos del
total de los miembros de un Concejo Municipal, proceden a la remoción del Alcalde,
como una manifestación de la falta de confianza que existe por las acciones de la
máxima autoridad ejecutiva del Gobierno Municipal, expresando su oposición o
ruptura de una coalición". "Que, el procedimiento para la aplicación del voto
constructivo de censura es el establecido en el art. 51 de la Ley de Municipalidades,
cuyo inc. 1) hace referencia a que la propuesta de la moción -firmada por un tercio de
los Concejales en ejercicio- debe estar motivada y fundamentada." SC 711/2003-R, de
28 de mayo.
III.4En cuanto a la solicitud del el ex Alcalde José Antonio Gonzáles Alvarado, quien
pidió al Concejo Municipal de Punata su reincorporación como Concejal, porque la
causal de su suspensión se había extinguido. El ente deliberante, en la sesión del 6 de
octubre del 2003, sin estar debidamente incluido en el orden del día, luego de analizar
el informe de las Comisiones, admitió tal solicitud, pese a que ésta no fue debida ni
correctamente debatida, puesto que primero se puso a consideración mediante el voto,
si se consideraba o no la solicitud y cuando se emitió el voto favorable por tres
quintos de los concejales para considerar la solicitud, el Presidente, hizo conocer a los
miembros del Concejo que se había votado por la reincorporación, ordenando se
convoque al solicitante, para hacerle conocer que fue reincorporado al cargo de
"Alcalde", pese a que éste no solicitó su reincorporación como Alcalde, sino como
Concejal, tampoco se debatió en dicha sesión que se estaba determinando la
reincorporación a ese cargo, sino sólo que se iba a considerar su solicitud (fs. 146 a
153). Por otra parte, el acta mencionada, evidencia que en ningún momento se emitió
voto o determinación alguna, para abrogar la Resolución Municipal 7/2003 y "todas
las Resoluciones Municipales de designación de Autoridades Municipales anteriores a
la 46/2003", sin embargo, el Presidente y Secretaria del Concejo, suscribieron la
Resolución Municipal 47/2003 de 6 de octubre determinando tales aspectos.
Todos estos actos demuestran que el Presidente y los miembros del Concejo
Municipal de Punata, realizaron actos ilegales, transgrediendo la norma prevista por el
art. 40 CPE, al impedir al recurrente, el ejercicio de servidor público, debidamente
designado por el ente deliberante, y dejar en forma ilegal sin efecto una determinación
suya de suspensión definitiva del anterior Alcalde, que por su propia naturaleza no
podía ser reconsiderada ya que conforme a la norma prevista por el art. 48 LM, sólo
puede reconsiderarse, una suspensión temporal, ordenando la reincorporación o
restitución a las funciones de Alcalde, pero de ninguna manera podía reconsiderarse
una suspensión definitiva, puesto que ésta debe ser emitida sobre la base de cosa
juzgada, que es inmodificable, e inamovible, no pudiendo ser alterada ni revisada,
salvo casos excepcionales cuando se verifica la infracción de derechos fundamentales
de las personas, aspecto que en el caso presente no ha demostrado el tercer interesado
que hubiere ocurrido y que por ello hubiese presentado reclamo oportúnamente.
III.5Por otra parte, se han violado también las normas previstas por los arts. 201.II
CPE, 47 al 52 LM, puesto que sin existir causal legítima de suspensión temporal o
definitiva, determinaron la abrogatoria de la Resolución de la designación como
Alcalde del recurrente, contrariando toda una secuencia de actos y normas jurídicas,
pues se abrogaron además todas las anteriores Resoluciones de nombramiento a
Autoridades Municipales, implicando que se abrogó en forma arbitraria,
designaciones de alcaldes que ya cumplieron sus periodos de ejercicio o que
ejercieron ese cargo por diferentes situaciones y motivos que no se conocen; es decir,
emitieron una determinación general, pese a que el problema era específico respecto
al recurrente. Por otra parte, el argumento formulado por el recurrido en el informe
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 24
ALCALDE MUNICIPAL
Sucre, 08 de mayo de 2003 Se debe dejar sentado que una vez que el Alcalde renuncia
a esa función, automáticamente reasume su cargo de Concejal Titular, sin necesidad
de que el Presidente del Concejo lo "habilite" nuevamente, ya que tal habilitación se
la da la Ley al momento de ser elegido y posesionado como Concejal Titular, a
diferencia de lo que acontece con los Concejales suplentes que deben ser habilitados y
convocados por el Presidente de la Directiva Municipal de acuerdo al art. 39-5) LM.
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ALCALDE MUNICIPAL
debido proceso y derecho al trabajo reconocidos por los arts. 7.d) y 16 CPE, por
cuanto no existe contra el recurrente Auto de Procesamiento Ejecutoriado, en estrados
judiciales, condición establecida por los arts. 34.I) y 36.5) LM, para decidir la
suspensión temporal, como en este caso. Estas normas son concordantes con el arts.
48-I) de la misma Ley, relativos a la suspensión temporal del Alcalde Municipal. Así
lo ha establecido el Tribunal Constitucional en su SC. 858/2001-R de 14 de agosto de
2001 al señalar: "Que en consecuencia, la Comisión de Etica así como el Concejo
Municipal sometió al recurrente a una normativa ajena a su calidad de Alcalde
Municipal, ignorando las leyes vigentes que claramente señalan el procedimiento y las
sanciones que deberán imponerse a Alcaldes y Concejales, disposiciones que por
mandato del art. 174 de la Ley N° 2028, son los arts. 35 y 36 de ese cuerpo legal,
infringiendo de esa manera la garantía del debido proceso consagrada en el art. 16
constitucional, así como el derecho al trabajo del recurrente. Así lo ha reconocido la
jurisprudencia constitucional en la Sentencia N° 014/01".
III.4 Por lo expuesto, se tiene que el Concejo Municipal recurrido al haber dispuesto
la suspensión temporal por 30 días del Alcalde de Villazón, ha incurrido en un acto
ilegal, teniendo en cuenta que para el caso es de preferente aplicación la Ley de
Municipalidades en la que está señalado el procedimiento que debe aplicarse a los
procesos internos, las sanciones y las causales de suspensión del Alcalde Municipal.
ALCALDE MUNICIPAL
ALCALDE MUNICIPAL
III.1.A ese efecto, en primer lugar es necesario delimitar el alcance del presente
amparo constitucional, en el cual, se denuncian dos aspectos; de un lado, la actuación
del recurrente como Presidente del Concejo Municipal de Sica Sica, más no así el
procedimiento de censura constructiva iniciado contra el recurrente; en consecuencia,
no corresponde analizar dicho procedimiento, pues no ha sido denunciado; y de otro
lado, la admisión del recurso en la sesión de 25 de enero de 2006, ya que según el
recurrente, dicha sesión no existió, por lo que corresponderá analizar la referida
sesión.
improrrogable de su año de gestión, pues sea quien fuere el presidente de los entes
colegiados municipales, dicha instancia se mantiene con los mismos integrantes; por
tanto, no es lo mismo que el periodo constitucional de los concejales, pues cuando
éste llega a su fin, se da un cambio de autoridades, lo que no ocurre en el
cumplimiento de la gestión de la directiva de un concejo municipal, ya que el ente
colegiado seguirá siendo el mismo.
Por tales disquisiciones, es razonable deducir que, si bien es cierto que la directiva de
un concejo municipal es elegida para un año de gestión, no es menos cierto que el ente
colegiado sigue constituido por los mismos concejales; por lo que no atenta contra el
mandato constitucional, que dispone que los concejales tienen un periodo de cinco
años, que dicho plazo sea ampliado de manera razonable para posibilitar la elección
de una nueva Directiva, o en su caso, también reducido si es que la elección de una
nueva Directiva se diese faltando unos días para que concluya el año de gestión, ya
que no siempre será posible que se realice en el preciso día en que se cumple el año de
gestión, y no por ello se generaran causales de nulidad, pues el órgano colegiado sigue
siendo el mismo; siendo lo importante que exista la alternabilidad en los cargos
directivos, siendo lo razonable conceder la opción a que los concejales renueven su
directiva en las tres primeras sesiones luego de cumplido el año de gestión de la
directiva saliente, pues esa es la ratio legis del art. 14.III de la LM.
III.3.De otro lado, las normas previstas por el art. 16 de la LM, establecen el carácter
de las sesiones de los concejos municipales, estableciendo que son de dos tipos: a)
ordinarias, y b) extraordinarias; con las siguientes características: i) publicas, y sólo
reservadas en determinados casos; ii) un 75 % en la sede oficial del Concejo
Municipal, y un 25 % en un distrito municipal o un cantón; y iii) deben contar con
quórum, constituido por la asistencia de la mitad más uno de los miembros en
ejercicio.
Con ese antecedente, se debe manifestar que si bien es cierto que el recurrido fue
elegido Presidente del Concejo Municipal de Sica Sica el 13 de enero de 2005, tal
mandato se debe extender conforme la interpretación efectuada en el Fundamento
Jurídico III.2 de la presente Sentencia, con referencia a las normas del art. 14.III de la
LM, hasta que sea elegido un nuevo Presidente, de forma razonable, en las tres
primeras sesiones de la nueva gestión, pues existen muchas razones que motivan a
conceder dicho plazo razonable, máxime cuando un cambio de directiva en los
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 30
14.III de la LM, por ello se ha señalado que es razonable conceder un periodo de tres
sesiones ordinarias, desde el cumplimiento del año de mandato, para proceder a la
elección de las nuevas autoridades.
ALCALDES MUNICIPALES
los recurridos, puesto que luego de haber sido intervenido el edificio de la Alcaldía de
Achocalla, teniéndolos amenazados y prohibidos de hacerse presente en dicha
localidad, se les alejó del Concejo, se constituyó uno nuevo ilegal y paralelo con la
participación de Concejales inhabilitados y suplentes, pese a que sus titularles no
fueron legalmente suspendidos ni autorizaron dicha participación, conformando nueva
directiva, designando un Alcalde interino, sin haber renunciado el titular, cobrando
impuestos y otros, sin tener competencia para ello. En consecuencia, en revisión de la
resolución del Tribunal de amparo, corresponde dilucidar si tales extremos son
evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos de los derechos fundamentales
referidos, a fin de otorgar o negar la tutela solicitada.
"(...) Como consecuencia de la ilegal reincorporación de (...) [el recurrido], todos los
actos y resoluciones de las co-recurridas, -entre los que se cuenta la elección y
designación como Alcaldesa a (...) y como Presidente del Concejo a (...), son nulos de
pleno derecho, por haber sido adoptados en sesiones en las que participó un concejal
inhabilitado, dando lugar a su realización en sesiones que carecían del quórum
reglamentario de la mitad más uno del total de los miembros en ejercicio del Concejo
(...)"
Por otra parte, la misma Sentencia Constitucional, estableció que (...)la resolución
18/2002, al proponer un alcalde sustituto sin que exista una moción de censura que
respalde esa actuación, viola el art. 51 LM y cae en la nulidad prevista en el art.
51.10) de dicha Ley."
III.6Por otra parte, en dicha sesión del 6 de septiembre de 2003, el Concejo, ante un
presunto abandono de Gastón Cárdenas Balboa, designó como alcalde interino, al
Concejal Onorio Alipati Llanos, cuya posesión se efectuó en forma inmediata,
recomendando se haga cargo de las instalaciones municipales, debiendo tomar los
recaudos de ley para precautelar el patrimonio municipal. Esta designación es
totalmente arbitraria, puesto que no se encontraba prevista en el orden del día de esa
sesión; la misma fue presidida por un concejal que se hallaba inhabilitado porque su
licencia seguía vigente hasta marzo del 2004, por una parte y por otra, participó una
Secretaria Concejal suplente, sin que su Titular le haya autorizado para ese efecto.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 34
III.7Todos estos actos implican una tácita destitución del Alcalde titular, habiéndose
quebrantado de ésta manera las normas previstas por los arts. 47, 48 y 49 LM que
establecen los casos de reemplazo, suspensión temporal y definitiva y pérdida de
mandato como Alcalde, como son la renuncia o impedimento definitivo, por la
existencia de Auto de procesamiento ejecutoriado y otros casos previstos por la Ley
1178, (para la suspensión temporal) y cuando exista sentencia condenatoria
ejecutoriada a pena privativa de libertad, pliego de cargo ejecutoriado o sentencia
judicial ejecutoriada por responsabilidad civil contra el Estado o en casos
contemplados por la mencionada Ley 1178, (para suspensión definitiva). Ninguno de
estos casos se ha evidenciado que se haya alegado en las actuaciones de los
mencionados Concejales de Achocalla, demostrando ilegalidad de los mismos,
máxime si mediante nota remitida el 23 de septiembre de 2003, suscrita por el
Presidente y Secretaria a.i., sin determinar el inicio de un proceso interno
administrativo, conminan a dicho Alcalde a presentar informe en 48 horas sobre el
estado del Municipio, haciéndole conocer que ha sido sustituido por otro Alcalde a.i.,
e incluso emitieron avisos, donde hacen conocer al público que el Alcalde saliente ya
no tenía atribución ni competencia sobre los asuntos municipales de Achocalla,
ratificando esas actuaciones indebidas, ignorando de ésta manera los derechos al
debido proceso y a la defensa del mencionado Alcalde, ilegalmente destituido.
Sobre estos hechos, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional determinó que: "(...)
los recurrentes tenían otra vía expedita e inmediata para hacer valer sus derechos y
reparar los actos ilegales que acusa (...) es decir, que los recurrentes en virtud del
contrato suscrito con el concesionario titular podían interponer amparo administrativo
minero conforme al art. 42 del citado Código" (SC 1988/2000-R de 21 de noviembre).
Asimismo en la SC 517/2001-R, de 28 de mayo, el Tribunal Constitucional
determinó: "Que si bien el recurso de amparo tiene la finalidad de precautelar los
derechos fundamentales de la persona, es a condición de que no se tenga otro medio
para la protección inmediata de tales derechos. En el presente caso no se da esa
situación puesto que los recurrentes tienen la vía del amparo administrativo minero
previsto por los arts. 42, 142 y 144 del Código de Minería, por el cual se le debe dar
ese amparo en el plazo de 48 horas, dando intervención al Ministerio Público para el
procesamiento penal, en caso de que los hechos arbitrarios configuren ilícitos. En
consecuencia, el Tribunal de amparo al declarar improcedente el recurso ha dado
correcta aplicación al art. 19 de la Ley fundamental".
AMPARO CONSTITUCIONAL
III.1 Las calles, aceras, avenidas, etc, son bienes municipales de dominio público
destinados al uso irrestricto por parte de la comunidad y corresponden al Gobierno
Municipal como lo disponen los arts. 84 y 85 LM, siendo este ente deliberante el
responsable de elaborar y ejecutar políticas, planes, proyectos y estrategias para el
desarrollo urbano, con los instrumentos y recursos que son propios de la Planificación
Urbana, elaborando normativas del uso del suelo urbano y emprendiendo acciones
que promuevan el desarrollo urbanístico de los centros poblados de acuerdo con
normas nacionales, como le impone el art. 126 del mismo cuerpo de leyes.
III.2 En este sentido, al ser estos bienes municipales de beneficio de la comunidad por
ello mismo no pueden ser objeto de supresión por parte de un grupo de personas en
perjuicio -como en este caso- de los vecinos de la Urbanización "Los Olivos" quienes
se ven perjudicados a la libre transitabilidad y acceso de la vía pública que ha sido
cerrada impidiéndoles el ingreso a sus viviendas, quienes desde el año 2001
efectuaron de manera permanente sus reclamaciones ante el Alcalde Municipal de
Sacaba sin que hubieran obtenido resultado alguno, por el contrario se evidencia por
los datos del proceso que los "vecinos y padres de familia" de la Escuela "José Rojas
Trujillo" -hoy recurridos- a ningún título podían proceder al cierre y clausura de la
calle y menos utilizar acciones de hecho para el efecto como son la construcción de
cimientos y sobre cimientos, al no tener ninguna legitimación y menos contar con una
orden de autoridad competente incurriendo en actos ilegales que hacen viable la tutela
que brinda el amparo como mecanismo de protección inmediata, aunque hayan
existido otros medios legales para interponer su reclamo en defensa de sus derechos.
La jurisprudencia constitucional se ha pronunciado al respecto SC 142/2003-R: "... no
obstante el carácter subsidiario del amparo, solamente en casos excepcionales y a fin
de evitar un real, inminente e irreparable daño, procede otorgar la tutela de este
recurso, aún en caso que la persona tenga otra vía o recurso legal al que acudir, pero
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 38
que por las características especiales la lesión resulta irreparable, por no actuar con la
inmediatez que la emergencia exige".
AMPARO CONSTITUCIONAL
AMPARO CONSTITUCIONAL
ARRAIGO
Que el art. 304 del Código Tributario establece que la Administración Tributaria, a
través de sus reparticiones legalmente constituidas, dentro de sus respectivas
jurisdicciones, procederá al cobro coactivo de los créditos tributarios firmes, líquidos
y legalmente exigibles, emergentes de fallos y/o resoluciones administrativas pasadas
en autoridad de cosa juzgada.
El art. 306 del citado Código expresa que es título suficiente para iniciar la acción
coactiva, el Pliego de Cargo, el que estará acompañado del Auto Intimatorio,
otorgando al deudor el plazo de tres días para que cancele la suma correspondiente al
tributo adeudado, su actualización, intereses, multas, bajo conminatoria de aplicarse
las medidas precautorias pertinentes. En ese sentido, el art. 308 dispone que vencidos
los tres días, el ente administrativo está facultado a ordenar inmediatamente las
medidas coercitivas necesarias, entre las que figura el arraigo (Inc.5), en apoyo a la
cual la autoridad demandada determinó la ejecución de esta medida, la cual es
impugnada de ilegal, abusiva y contraria a la constitución.
Obligaciones fiscales Arts. 17, 25, 26 del Decreto Ley N° 14933 de 29 de septiembre
de 1977 sobre Procedimiento Coactivo fiscal, elevado a rango de Ley por la Ley N°
1178 de 20 de julio de 1990.
41 José Luis Paredes Oblitas
1.1. A los efectos de verificar los alcances del precepto transcrito, corresponde
analizar los artículos aludidos en el mismo. En este propósito, se tiene que los
artículos 17, 25 y 26 del D.L. 14933, tienen el siguiente texto:
"Artículo 17°.- Vencidos los términos previstos en los Arts. 11° y 14° si el
demandado no hubiere presentado los descargos o justificativos, el juez coactivo
girará Pliego de Cargo concediéndole un término improrrogable de 5 días para que
pague la obligación bajo conminatoria de apremio."
Del contenido de los artículos citados se extrae que la nueva normativa legal deroga la
conminatoria de apremio y el apremio corporal, por ser una medida de coacción,
restrictiva de la libertad personal, no compatible con la persecución del cobro de las
obligaciones patrimoniales, entendimiento que guarda plena correspondencia con lo
establecido en el Art. 7 de la Ley en análisis, que conserva el siguiente texto: Artículo
7° (Garantías Patrimoniales).- Los créditos emergentes de obligaciones contenidas en
las disposiciones materia de la presente ley, para su ejecución gozarán de las garantías
patrimoniales de los derechos establecidos por el Código Civil, así como de las
medidas precautorias y sanciones pecuniarias previstas en el Código de Procedimiento
Civil, sin perjuicio de las específicamente dispuestas en sus respectivos
ordenamientos legales".
"La libertad es el bien jurídico que posibilita el goce de todos los otros bienes
protegidos por un ordenamiento determinado. Sin justicia no hay libertad y sin
libertad no hay justicia. En consecuencia, la libertad puede ser restringida única y
exclusivamente como reacción a un delito".
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 42
Que, el arraigo en materia penal es una medida restrictiva de la libertad, por la que se
aplica al probable autor de un hecho delictivo, en los supuestos en que haya peligro de
fuga, la prohibición de salir del país, de la localidad en la cual reside o del ámbito
territorial que fije el juez o tribunal. (así Art. 240-3 de la Ley 1970).
Que, en materia civil existe el arraigo, sin embargo, este tiene otro objeto y no
compromete ni restringe la libertad personal, sino que tiene la finalidad de que el
demandante asegure el pago a favor del demandado de las costas procesales que
pueden devenir de la acción interpuesta. Así lo entiende la doctrina más autorizada en
la materia, conforme a lo siguiente:
"Nadie puede ser encarcelado por el solo hecho de no poder cumplir una obligación
contractual"
43 José Luis Paredes Oblitas
"Artículo 7.- Nadie puede ser detenido por deudas. Este principio no limita los
mandatos de autoridad judicial competente dictados por incumplimientos de deberes
alimentarios".
típicas formuladas por la Ley, tal comportamiento puede merecer las acciones
restrictivas a la libertad que el ordenamiento jurídico vigente prevé, quedando
consiguientemente reservada para la jurisdicción penal las medidas cautelares
personales, entre ellas el apremio y el arraigo.
AUDIENCIA
AUTONOMÍA MUNICIPAL
BONOSOL
III.2 Que, asimismo se deja presente que el pago del Bono Solidario (Bonosol) y la
constitución del Fondo de Capitalización Colectiva, se originan como consecuencia de
la dictación de la Ley 1544 de Capitalización. En efecto, el Poder Legislativo, en
ejercicio de su atribución establecida por el art. 59-5ª de la Constitución Política del
Estado, mediante el art. 6 de la disposición legal citada, autorizó al Poder Ejecutivo
transferir, a título gratuito, las acciones de propiedad del Estado en las sociedades de
economía mixta constituidas dentro del proceso de capitalización, en beneficio de los
bolivianos que al 31 de diciembre de 1995 hubiesen alcanzado la mayoría de edad (21
años). El art. 7 de la citada Ley establece que el Poder Ejecutivo dispondrá por
Decreto Supremo los mecanismos idóneos, transparentes y apropiados para que los
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 46
III.3 Que, en cumplimiento de la Ley 1544 de Capitalización, así como los Decretos
Supremos 23985 de 30-03-95, 24076 de 24-07-95, 24585 de 29-04-97, 24640 de 04-
06-97, 24666 de 21-06-97, 24667 de 21-06-97 y 24700 de 07-07-97, el Gobierno de la
República de Bolivia ha transferido el derecho propietario de las acciones del Estado
provenientes de las empresas capitalizadas en favor de los bolivianos y bolivianas
referidos en el art. 6 de la Ley 1544, con un destino específicamente definido por la
Ley 1732 como es el pago de anualidad vitalicia denominada BONOSOL. A efecto de
garantizar que las acciones transferidas beneficien a los bolivianos y bolivianas en la
forma establecida por Ley, el Gobierno de Bolivia ha constituido en contrato de
Fideicomiso (trust) la totalidad de las acciones transferidas con las Administradoras
de Fondos de Pensiones.
Que, de otro lado con relación a las Cuentas Individuales que conforman el Fondo de
Capitalización Individual, mediante las normas previstas por los arts. 22, 26, 27, 31,
40 al 43 de Ley 1732 de Pensiones, el Estado ha encomendado su administración a las
Administradoras de Fondos de Pensiones; comprendiendo dicha administración, entre
otras, las inversiones en títulos - valores y en los mercados financieros autorizados,
conforme a las normas previstas en la Ley y su Reglamento.
III.4 Que, examinadas las disposiciones legales impugnadas se establece que las
normas en ellas previstas han sido establecidas en el marco normativo
precedentemente referido, que de ninguna manera constituye un desconocimiento del
derecho propietario de los activos que conforman los dos Fondos de los bolivianos, es
decir, el Fondo de Capitalización Colectiva y el Fondo de Capitalización Individual.
Al contrario, las disposiciones legales impugnadas establecen normas que regulan la
Administración de los referidos Fondos por las Administradoras de Fondos de
Pensiones; normativa que el Estado establece, con relación al Fondo de Capitalización
Colectiva, en su condición de fideicomitente para que el fiduciario administre los
recursos de manera tal que se dé fiel cumplimiento a la finalidad para la que fue
constituido el fideicomiso, cual es la de pagar el Bono Solidario anual a los bolivianos
a favor de quienes se han transferido las acciones de las empresas capitalizadas bajo la
modalidad de fideicomiso.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 48
III.4.1 En efecto, el art. 8º de la Ley 2427 del Bonosol, establece dos normas a saber:
a) la primera, referida a la administración de las acciones de los bolivianos en las
empresas capitalizadas, las que forman el patrimonio del Fondo de Capitalización
Colectiva; el Estado, en su condición de fideicomitente, en ejercicio de la potestad que
le asiste, instruye al fiduciario (AFP) hacer inversiones de los activos del referido
fondo en cuotas de los Fondos de Capitalización Individual. Adviértase que con dicho
mandato legal no está disponiendo del patrimonio de ninguno de los fondos, por
cuanto las Administradoras de Fondo de Pensiones efectuarán la inversión en nombre
y representación de los propietarios económicos de las acciones de las empresas
capitalizadas que constituyen el fideicomiso, es decir, los bolivianos mayores de 21
años al 31 de diciembre de 1995; desde otra perspectiva, tampoco dispondrán las
cuotas del Fondo de Capitalización Individual a favor del Estado, lo harán a nombre y
en representación de los afiliados a dicho fondo, estableciendo una relación comercial
y financiera entre los titulares de ambos fondos, sin participación alguna del Estado.
b) la segunda, referida a la liberación de las inversiones antes referidas de los límites
previstos en la Ley 1732 de Pensiones y su Reglamento, es decir, al tope máximo que
el legislador había previsto para la inversión de las cuotas del Fondo de Capitalización
Individual, como medida de protección de dichos recursos. Empero, con ello, la
disposición legal no ha dispuesto transferencia alguna de la propiedad de los activos
de ninguno de los Fondos a favor del Estado; pues se entiende que si bien es cierto
que no se aplicará los límites previstos por el art. 40 de la LP, no es menos cierto que
las inversiones deberán regirse a las previsiones de las normas reglamentarias de la
Ley impugnada establecidas sobre la base de los principios y criterios de previsión,
prudencia y diversificación de riesgos, ya que la liberalidad dispuesta por el art. 8-II
de la Ley impugnada no alcanza a las otras limitaciones o restricciones de inversión
previstas por el ordenamiento jurídico vigente que no han sido derogadas tácita o
expresamente por la Ley 2427 del Bonosol.
provienen de los aportes que hacen los empleados y particulares a las AFPs con
destino a su renta de vejez. Se entiende que para el caso de que las Administradores
49 José Luis Paredes Oblitas
III.4.3 Que, el art. 10º de la Ley impugnada establece tres normas que regulan la
administración de los Fondos de Capitalización Individual: a) la primera, define la
naturaleza de dichos Fondos y la forma en que están constituidos; lo que de ninguna
manera lesiona el orden constitucional, menos vulnera las normas de la Constitución
que invocan los recurrentes, toda vez que no dispone ninguna transferencia de los
activos de dichos fondos a favor del Estado o terceros que no sean los legítimos
propietarios; pues para la eventualidad de que las acciones de las empresas
capitalizadas sean invertidas en las cuotas del Fondo de Capitalización Individual,
como dispone el art. 8 de la Ley impugnada, la norma dispone que dichas inversiones
formarán parte del activo de dicho Fondo, como debe ser en garantía de los titulares
de las cuentas individuales que conforman el mencionado fondo. b) la segunda,
establece la forma en que se definirá el valor de la cuota de los Fondos de
Capitalización Individual; lo que resulta ser un procedimiento que no implica
transferencia o enajenación alguna. c) la tercera, obliga a las Administradoras de
Fondos de Pensiones a establecer los valores de las cuotas en forma diaria, conforme
al procedimiento previsto por Ley, con el objeto de que las Cuotas de los Fondos de
Capitalización Individual mantengan su valor actualizado para los fines de una
eventual inversión de los activos del Fondo de Capitalización Colectiva en dichas
cuotas; empero, ello no lesiona de modo alguno el derecho propietario de los titulares
de los recursos del Fondo de Capitalización Individual, como sostienen los
recurrentes.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 50
III.4.4 Que, el art. 11º de la Ley impugnada, como un mecanismo de garantía para la
vigencia de los Fondos de Capitalización Individual y Fondos de Capitalización
Colectiva, establece normas que obligan a las Administradoras a mantener su
patrimonio y registros contables separados del patrimonio de los fondos referidos,
asimismo dispone que el patrimonio de ambos fondos sea manejado de manera
separada, lo cual significa que el legislador no ha dispuesto de manera alguna que los
activos del Fondo de Capitalización Individual sean transferidos al Fondo de
Capitalización Colectiva, o que ambos patrimonios sean fusionados; al contrario, de
manera expresa determina su manejo separado, conforme a las finalidades para las
que han sido constituidos cada uno de los fondos, así como tomando en cuenta la
titularidad de los activos de cada uno de ellos. Finalmente la disposición legal
examinada, declara el carácter indivisible, imprescriptible e inafectable por
gravámenes o medidas precautorias de los fondos antes referidos, lo cual constituye
una garantía del mantenimiento y vigencia de los mismos, para que cumplan con la
finalidad para la que han sido creados. En consecuencia, la disposición legal analizada
no contradice de forma alguna las normas previstas por los arts. 7.i) y 22 de la
Constitución como arguyen los recurrentes.
III.4.5 Que, el art. 12º de la Ley impugnada, establece una norma que obliga a las
Administradoras de Fondos de Pensiones, como las encargadas de la administración
de las acciones de las empresas capitalizadas que son de propiedad de los bolivianos,
a valorarlos diariamente, estableciendo para el efecto el respectivo procedimiento,
mencionando las normas a las que deben sujetarse en la realización de dicha
operación. Con ello no afecta de manera alguna el derecho propietario que tienen los
bolivianos afiliados al Fondo de Capitalización Individual, pues la disposición legal
examinada no establece norma alguna que implique una disposición o transferencia
ilegal de los activos de ninguno de los Fondos, por lo mismo, no contradice en
absoluto los preceptos constitucionales invocadas por los recurrentes.
III.4.6 Que, finalmente el art. 13º de la Ley impugnada establece una norma que
permita a las Administradoras de Fondos de Pensiones contar con liquidez para hacer
efectivo el pago del Bonosol y los Gastos Funerarios, a ese efecto crea la figura de
redención, a través de la cual las mencionadas administradoras, podrán redimir las
cuotas de propiedad de los Fondos de Capitalización Colectiva en los Fondos de
Capitalización Individual; lo que significa que podrán liberar aquellas cuotas que son
de propiedad del Fondo de Capitalización Colectiva, por lo mismo forman parte de
sus activos, como consecuencia de las inversiones que efectúen en las acciones de las
empresas capitalizadas, conforme a la norma prevista por el art. 8 de la Ley
impugnada. En consecuencia, la redención no se aplica sobre la propiedad de los
bolivianos afiliados al Seguro Social Obligatorio de Largo Plazo, cuyas cuentas
individuales conforman el Fondo de Capitalización Individual; adviértase que la
redención no se aplica sobre los activos de este último fondo, sino sobre las acciones
de las empresas capitalizadas por lo que la norma impugnada no lesiona el derecho a
51 José Luis Paredes Oblitas
III.5 Que, contrastadas las disposiciones legales impugnadas con las normas previstas
por los arts. 7.i) y 22 de la Constitución, identificadas como vulneradas por los
recurrentes, se establece que no existe lesión o vulneración alguna, conforme se pasa a
demostrar seguidamente.
III.5.1 Si bien el art. 7.i) de la Constitución proclama como parte de los derechos
fundamentales de la persona el derecho a la propiedad, es importante recordar que en
la concepción moderna del Derecho se reconoce la propiedad como un derecho
relativo y no absoluto, lo que le permite al Estado limitar los atributos y poderes
reconocidos a los propietarios mediante actos legislativos y, excepcionalmente
administrativos, que restrinjan el derecho propietario por razones de interés general.
ella prevista, asimismo fija las condiciones para su limitación como es la expropiación
por causas de necesidad y utilidad pública o cuando la propiedad no cumple una
función social. En el caso de las disposiciones legales objeto del control de
constitucionalidad, como ya se tiene referido, no desconocen de manera alguna el
derecho a la propiedad privada que tienen los bolivianos sobre los activos de los
Fondos de Capitalización Colectiva y Fondos de Capitalización Individual; pues no
disponen de manera alguna la transferencia a favor del Estado o de terceros dichos
derechos, por lo mismo tampoco disponen la expropiación de los referidos activos, ni
requieren hacerlo, ya que las inversiones dispuestas se realizan con sujeción a las
reglas previstas para el efecto en el ordenamiento jurídico vigente, como son el
Código de Comercio, las Leyes 1732, 1834 y 2427, respectivamente. Se deja
establecido que de la ratio legis de las disposiciones legales impugnadas se colige que
el legislador ha previsto que las inversiones de referencia se realicen en operaciones
bursátiles sujeto a las reglas de juego del Mercado de Valores así como de las normas
previstas en las leyes citadas anteriormente.
Desde otra perspectiva, cabe señalar que las normas previstas por las disposiciones
legales impugnadas no disponen, menos constituyen una confiscación de los activos
del Fondo de Capitalización Individual conformada por los recursos provenientes de
los aportes realizados por los trabajadores y particulares, como sostienen los
recurrentes. La confiscación significa la adjudicación o transferencia de una propiedad
privada al Estado sin contraprestación alguna, es decir, sin pago de precio alguno
como sucede con la expropiación o compra; es pues, como dice Guillermo
Cabanellas, "el robo decretado por el Poder Público, con impunidad establecida por el
mismo", por ello, en los Estados Democráticos de Derecho se la prohíbe, así el art. 23
de la Constitución de nuestro país prohíbe expresamente la confiscación de bienes
como castigo político. En el caso objeto del examen no se ha producido tal hecho,
menos dispuesto, la transferencia de los activos de los Fondos de Capitalización
Colectiva, ni de los Fondos de Capitalización Individual al Estado a ningún título. En
consecuencia, tampoco se evidencia contradicción o infracción de las disposiciones
legales impugnadas con las normas previstas por los arts. 22 y 23 de la Constitución.
III.5.3 Que, los fundamentos expresados por los recurrentes como "concepto de
violación constitucional" se basan en legítimas susceptibilidades y sospechas de que
las empresas capitalizadas, cuyas acciones se invertirán en las cuotas de los Fondos de
Capitalización Individual, tendrán menor rentabilidad que el Fondo de Capitalización
Individual debido a que -según refieren- "al fracaso de la capitalización", asimismo en
el temor de los riesgos que corren los aportantes al Fondo de Capitalización Individual
para acceder a la renta de vejez y la determinación del monto de la renta, por un
eventual bajo rendimiento de las inversiones.
responder a una colisión objetiva y cierta entre ella y las normas de la Constitución,
no puede estar basada en una deducción de situaciones hipotéticas que,
eventualmente, podrían producirse en el futuro cuando se dé aplicación a las normas
impugnadas; pues para esas emergencias en el Sistema Constitucional Boliviano rige
el principio de la responsabilidad del Estado por los actos u omisiones ilegales de sus
autoridades y funcionarios, principio que garantiza a las personas el ejercicio de sus
derechos fundamentales.
POR TANTO
I.1 El artículo 3° de la Ley de Pensiones (LP), hoy derogado por el art. 67-B1 de la
Ley Nº 1864 de 15 de junio de 1998, Ley Propiedad y Crédito Popular., creó el
Bonosol en los siguientes términos:
I.2 Aunque la Ley de pensiones no define expresamente el FCC, como lo hace con el
Fondo de Capitalización Individual (FCI), el art. 5° de la nombrada ley, lo crea
implícitamente al referirse a la base de datos del Fondo, bajo el siguiente texto:
II.1. La Ley de pensiones, en los arts. 5° y 7º, crea de manera expresa el FCI,
conforme el siguiente texto:
"A partir de los sesenta y cinco (65) años de edad, el Afiliado, independientemente del
monto acumulado en su Cuenta Individual, tendrá derecho a solicitar voluntariamente
la prestación de jubilación en su favor y de sus Derechohabientes."
55 José Luis Paredes Oblitas
"La Pensión de jubilación se pagará como resultado del monto de la Cuenta Individual
del Afiliado." CONCLUSIÓN PRELIMINAR
"Los recursos de los fondos de pensiones deberán ser invertidos por la Administradora
de Fondos de
a) No más de 10% (diez por ciento) del valor del Fondo de Capitalización Individual
deberá estar invertido en los títulos de valores de un solo emisor o un grupo de
emisores vinculados, de acuerdo con el Reglamento. b) No más de 40% (cuarenta por
ciento) de los títulos valores deberá pertenecer a una misma emisión
[....]" Ahora bien, ¿qué finalidad tienen los límites de inversión? El de precautelar que
a consecuencia de que la inversión se haga ante un solo emisor de los títulos o valores
adquiridos (en este caso las acciones del FCC), pueda sobrevenir la disminución
parcial o la pérdida total del patrimonio por la baja del valor de tales títulos-valores.
Esta elemental previsión es la que adoptan, por ejemplo, las normas que regulan la
actividad bancaria en todos los países del mundo. Así, en Bolivia, la Ley de Bancos y
Sistema Financiero (Ley Nº 1488 de 16 de abril de 1993), modificada por la Ley Nº
2297 de 20 de diciembre de 2001, Ley de Fortalecimiento de la Normativa y
Supervisión Financiera y la Ley 1864 de 15 de junio de 1998, Ley de Propiedad y
Crédito Popular, establecen sobre el particular lo siguiente:
CONCLUSIÓN FINAL
CLAUSURA DE LOCALES
CLAUSURA DE LOCALES
59 José Luis Paredes Oblitas
o sujeto pasivo del amparo se encuentra por razones de hecho en una clara situación
de poder respecto al recurrente".
CLAUSURA DE QUIOSCOS
procede cuando no existe otra vía legal para la tutela de los derechos conculcados,
sino también, en los casos en que aquella resulta ineficaz, por tardía, para proteger el
derecho fundamental conculcado o amenazado; asimismo, debe establecerse si el
recurrido o sujeto pasivo del amparo se encuentra por razones de hecho en una clara
situación de poder respecto al recurrente".
"Del cuaderno procesal remitido en el presente caso a este Tribunal, se evidencia que
no existe Resolución administrativa emitida por ninguna autoridad municipal sobre la
clausura y desocupación del almacén alquilado a la recurrente. Por tanto, no puede
declararse improcedente el recurso con el fundamento de que la actora no agotó los
recursos previstos en la Ley de Municipalidades en su arts. 137 y siguientes, porque
para la utilización de los mismos se requiere contar con una decisión emitida en forma
de Resolución escrita que se pueda impugnar, razón por la cual debe ingresarse al
estudio del fondo de la problemática".
III.4El art. 16.II y IV CPE establecen la inviolabilidad del derecho a la defensa y que
nadie puede ser condenado a pena alguna sin antes haber sido oído y juzgado en
proceso legal, precepto que como ha definido el Tribunal Constitucional en profusa
jurisprudencia, no sólo es aplicable al ámbito judicial, sino también administrativo. En
la especie, el recurrido no ha demostrado que la sanción de clausura impuesta a la
recurrente haya sido resultado de un previo y debido proceso en contra de ésta por
presuntas faltas o contravenciones en las que hubiese incurrido, menos que en la
aplicación del mismo se haya observado el principio de legalidad, por cuanto según se
advierte de los Reglamentos presentados por el recurrido de manera incompleta, las
faltas que se atribuyen a la actora merecen sanciones pecuniarias y no clausura, la que
está reservada para el cobro coactivo de multas impagas, procedimiento al que
tampoco fue sometida.
Por otra parte, es innegable que la clausura dispuesta en contra de la recurrente está
motivada también por un supuesto incumplimiento de parte de ésta al contrato de
comodato suscrito con la Alcaldía, conforme surge de los informes de los funcionarios
municipales, así como de los precintos de clausura; ante tal situación, correspondía al
Alcalde demandar la resolución del contrato de conformidad al art. 568 CC, cual lo ha
63 José Luis Paredes Oblitas
hecho aunque después de que se adoptara la ilegal medida, por lo que en tanto no se
dirima en estrados judiciales la controversia suscitada, la Alcaldía no puede disponer
la clausura como sanción por incumplimiento al contrato de comodato, porque al
hacerlo está incurriendo en justicia directa, prohibida por el art. 1282 CC, ya que para
resolver los conflictos de derecho derivados del incumplimiento de los contratos
existen las instancias y vías previstas por el ordenamiento jurídico.
COBRO COACTIVO
a las normas previstas por los arts. 304, 306 y 397 del Código Tributario, es
competencia de la Administración Tributaria efectuar el cobro coactivo del adeudo
tributario. En consecuencia, corresponde analizar lo planteado y determinar sí la
autoridad judicial recurrida ha incurrido en los presupuestos jurídicos previstos por el
art. 31 de la Constitución Política del Estado (CPE) y 79-II de la Ley del Tribunal
Constitucional (LTC), a fin de declarar fundado o infundado el recurso.
III.1 Que, al efecto corresponde señalar que el art. 79 LTC, que desarrolla los
presupuestos jurídicos previstos por el art. 31 CPE, dispone expresamente que "I.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 64
Procede el recurso directo de nulidad, contra todo acto o resolución de quien usurpe
funciones que no le competen, así como contra los actos de quien ejerza jurisdicción o
potestad que no emane de la ley. II. También procede contra las resoluciones dictadas
o actos realizados por autoridad judicial que esté suspendida de sus funciones o
hubiere cesado".
III.2 Que, conforme a las normas previstas por el art. 157.B). de la LOJ los jueces en
materia administrativa, coactiva fiscal y tributaria tienen competencia, entre otras,
para: "1. Conocer y decidir, en primera instancia, de los procesos contencioso-
tributarios por demandas originadas en los actos que determinen tributos y en general,
de las relaciones jurídicas emergentes de aplicación de las leyes tributarias (..) 3.
Ejecutar las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada pronunciadas en materia
contencioso-tributaria, conforme al Código Tributario". Si bien es cierto que de las
normas transcritas se concluye que la autoridad judicial recurrida, al conocer y
resolver la demanda contencioso-tributaria planteada por el contribuyente Cooperativa
"Comunidad San Calixto" contra la Administración Regional de La Paz del Servicio
de Impuestos Nacionales, impugnando la Resolución Determinativa 000867 de 20 de
noviembre de 1992, actuó con plena jurisdicción y competencia, no es menos cierto
que dicha jurisdicción y competencia cesó al haberse emitido el Auto Supremo Nº 54
de 15 de julio de 1997 que declaró improbada la demanda; toda vez que si el
demandante, a través de la demanda, perseguía la anulación de la resolución
determinativa al declararse improbada la demanda el proceso concluyó cuando la
decisión judicial adquirió la calidad de cosa juzgada, toda vez que la pretensión del
contribuyente fue declarada improbada. En consecuencia, en ese momento cesó la
jurisdicción y competencia de la autoridad judicial recurrida con relación al adeudo
tributario del contribuyente Cooperativa Comunidad San Calixto establecido mediante
la Resolución Determinativa Nº 000867 de 20 de noviembre de 1992.
Por lo referido, queda claro que la autoridad judicial recurrida no tenía competencia
para proceder al cobro coactivo de la deuda tributaria que motivó la demanda
contencioso-tributaria, ya que la demanda fue declarada improbada por lo mismo no
existe nada que ejecutar, cosa distinta sería si la autoridad judicial hubiese declarado
probada la demanda, en cuyo caso la acción judicial hubiese dado respuesta al
objetivo buscado por el acto o demandante, por lógica consecuencia esa sentencia
ejecutoriada tendría que ser ejecutada por la autoridad judicial que la pronunció. Es
esa línea de razonamiento lógico jurídico que el legislador ha otorgado la facultad de
proceder al cobro coactivo de los créditos tributarios firmes, líquidos y legalmente
exigibles, a la Administración Tributaria, pues así lo dispone la norma prevista por el
art. 304 del Código Tributario que expresamente señala lo siguiente: "La
administración Tributaria, a través de sus reparticiones legalmente constituidas, dentro
de sus respectivas jurisdicciones procederá al cobro coactivo de los créditos
tributarios firmes, líquidos y legalmente exigibles emergentes de fallos y/o
resoluciones administrativas pasadas en autoridad de cosa juzgada y de todos los que
65 José Luis Paredes Oblitas
Que, esta línea de razonamiento ya fue adoptada por este Tribunal mediante su SC
008/2001-R de 10 de enero, en la que al fundamentar su decisión que resolvió un caso
similar, ha sostenido al "declarar improbada la demanda y por consiguiente firmes y
subsistentes las resoluciones administrativas impugnadas a través de la demanda, el
Juez de primera instancia no puede proceder al cobro del impuesto a título de ejecutar
la sentencia, pues la demanda no tenía ese objeto (..) el art. 304 del Código Tributario
faculta a la Administración Tributaria a realizar el cobro coactivo de los créditos
tributarios, cuando textualmente dispone: "La Administración Tributaria, a través de
sus reparticiones legalmente constituidas, dentro de sus respectivas jurisdicciones
procederá al cobro coactivo de los créditos tributarios firmes, líquidos y legalmente
exigibles emergentes de fallos y/o resoluciones administrativas pasadas en autoridad
de cosa juzgada y de todos los que se encuentran en mora, así como de las multas
administrativas y los pagos a cuenta que determine la administración conforme a
normas legales, como también las autodeclaraciones juradas que hubiesen presentado
los sujetos pasivos y fueren pagados total o parcialmente." (...). Además que el art.
308 del citado cuerpo legal otorga facultades a la Administración Tributaria para
disponer las medidas coercitivas, como las dispuestas por la autoridad recurrida y que
han motivado el presente Recurso."
"Conforme a las normas previstas por el art. 157.B). (LOJ) los jueces en materia
administrativa, coactiva fiscal y tributaria tienen competencia, entre otras, para: "1.
Conocer y decidir, en primera instancia, de los procesos contencioso-tributarios por
demandas originadas en los actos que determinen tributos y en general, de las
relaciones jurídicas emergentes de aplicación de las leyes tributarias (..) 3. Ejecutar las
sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada pronunciadas en materia contencioso-
tributaria, conforme al Código Tributario". Si bien es cierto que de las normas
transcritas se concluye que la autoridad judicial recurrida, al conocer y resolver la
demanda contencioso-tributaria planteada por el contribuyente Cooperativa
"Comunidad San Calixto" contra la Administración Regional de La Paz del Servicio
de Impuestos Nacionales, impugnando la Resolución Determinativa 000867 de 20 de
noviembre de 1992, actuó con plena jurisdicción y competencia, no es menos cierto
que dicha jurisdicción y competencia cesó al haberse emitido el Auto Supremo Nº 54
de 15 de julio de 1997 que declaró improbada la demanda; toda vez que si el
demandante, a través de la demanda, perseguía la anulación de la resolución
determinativa al declararse improbada la demanda el proceso concluyó cuando la
decisión judicial adquirió la calidad de cosa juzgada, toda vez que la pretensión del
contribuyente fue declarada improbada. En consecuencia, en ese momento cesó la
jurisdicción y competencia de la autoridad judicial recurrida con relación al adeudo
tributario del contribuyente Cooperativa Comunidad San Calixto establecido mediante
la Resolución Determinativa Nº 000867 de 20 de noviembre de 1992.
Por lo referido, queda claro que la autoridad judicial recurrida no tenía competencia
para proceder al cobro coactivo de la deuda tributaria que motivó la demanda
contencioso-tributaria, ya que la demanda fue declarada improbada por lo mismo no
existe nada que ejecutar, cosa distinta sería si la autoridad judicial hubiese declarado
probada la demanda, en cuyo caso la acción judicial hubiese dado respuesta al
objetivo buscado por el acto o demandante, por lógica consecuencia esa sentencia
ejecutoriada tendría que ser ejecutada por la autoridad judicial que la pronunció. Es
esa línea de razonamiento lógico jurídico que el legislador ha otorgado la facultad de
proceder al cobro coactivo de los créditos tributarios firmes, líquidos y legalmente
exigibles, a la Administración Tributaria, pues así lo dispone la norma prevista por el
art. 304 del Código Tributario que expresamente señala lo siguiente: "La
administración Tributaria, a través de sus reparticiones legalmente constituidas, dentro
de sus respectivas jurisdicciones procederá al cobro coactivo de los créditos
69 José Luis Paredes Oblitas
Este entendimiento ha sido reiterado por este Tribunal, en un caso similar a través de
la SC 72/2003 de 4 de Agosto.
Art. 306.- "Será título suficiente para iniciar la acción coactiva el Pliego de Cargo, el
que se acompañará del respectivo Auto Intimatorio que librará el ente administrativo a
través de su máxima autoridad en cada jurisdicción. Conforme al mismo, se
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 70
emplazará al deudor para que dentro del plazo de tres (3) días de la notificación
cancele la suma correspondiente al tributo adeudado, su actualización, intereses,
multas, bajo conminatoria de aplicarse las medidas precautorias pertinentes. Tales
medidas podrán ser dispuestas por la administración antes del libramiento del Pliego
de Cargo y Auto Intimatorio cuando exista fundado riesgo para la percepción de
créditos tributarios firmes, líquidos y legalmente exigibles. La notificación del título
de deuda será efectuada en la forma prevista en el art. 162".
COMISION DE ETICA
Sucre, 5 de julio de 2005 El recurrente señala que el Concejal titular Armando Pereira
Martínez fue designado Alcalde Municipal de Sucre, por lo que el Presidente del
Concejo Municipal le convocó para que cumpla las funciones de Concejal; a cuya
consecuencia, asistió a las sesiones de 8 y 22 de octubre de 2004, como suplente de
Armando Pereira Martínez; habiendo el 6 de octubre de 2004, formalizado su
renuncia a un cargo que desempeñaba en la Municipalidad; sin embargo, a raíz de una
denuncia formulada en su contra; por Resolución Municipal de 20 de octubre de 2004,
se dispuso la apertura de proceso administrativo interno, a cargo de la Comisión de
Ética del Concejo Municipal -ahora recurrida-, la misma que el 21 de octubre de
2004, dictó Auto de apertura de proceso, en el que sin calificar el proceso que se le
sigue (sic.), menciona que con la atribución establecida en la Ley de Municipalidades
y Reglamento de la Comisión, el denunciado -su persona- debía abstenerse de asistir
al Pleno del Concejo, a cuya consecuencia, se convocó en su lugar a Nelson
Calvimontes Zenteno para que sesione como Concejal Suplente; señala que contra
esta determinación, el 25 de octubre de 2004, formuló impugnación pidiendo se deje
sin efecto la suspensión; que sin embargo, la Comisión de Ética -recurrida-, dictó el
Auto de 9 de noviembre de 2004, abriendo término probatorio de 10 días,
consolidando de esta manera la ilegal sanción de suspensión; pese a lo reconocido en
la SC 1627/2002-R, respecto a que al suplente que adquiere la titularidad temporal se
le debe aplicar el art. 31 de la LM; consecuentemente, se vulnera el debido proceso y
el principio de legalidad, por lo que interpone el presente recurso. Corresponde
analizar por ende si tales aseveraciones son ciertas, y si dan lugar o no a brindar la
tutela que otorga el art. 19 de la CPE.
71 José Luis Paredes Oblitas
III.4.A este propósito, es necesario dejar establecido que la Comisión de Ética del
Concejo Municipal, actúa como sumariante en los procesos administrativos internos,
en el marco establecido por el art. 35 de la LM; consecuentemente, su competencia
está limitada a tramitar en la vía sumaria el proceso administrativo interno, dictando el
Auto de apertura de proceso, citando al Concejal denunciado, abriendo el término de
prueba, a cuya conclusión debe presentar el informe final al Concejo Municipal, a
objeto de que el mismo declare la procedencia o improcedencia de la denuncia, con el
voto afirmativo de la mayoría absoluta de los concejales, determinar la acciones
legales a seguir y en su caso, la sanción aplicable en función de lo dispuesto por el art.
36 de la referida Ley; consiguientemente, la citada comisión no tiene facultad legal
para aplicar sanciones en forma directa a las personas sometidas a proceso interno.
Los antecedentes referidos, permiten concluir, que la virtual sanción dispuesta por las
autoridades recurridas en el citado Auto de apertura de proceso de 21 de marzo 2004,
o sea, al inicio del proceso, al margen de ser arbitraria, desconoce normas expresas de
la Ley de Municpalidades, que determinan que en todo proceso administrativo interno
contra Concejales y alcaldes, la única instancia que puede establecer responsabilidad
administrativa y por lo mismo, aplicar sanciones es el Concejo Municipal, por el voto
afirmativo de la mayoría absoluta de sus miembros, conforme al art. 36.I de la LM;
actuación que lesionó el derecho fundamental al debido proceso y al principio de
legalidad, el primero entendido como: "[…] que toda actividad sancionadora del
Estado, sea en el ámbito jurisdiccional o administrativo, debe ser impuesta previo
proceso, en el que se respeten todos los derechos inherentes a la garantía del debido
proceso, entre los cuales se encuentra el derecho a la defensa, que implica a su vez,
73 José Luis Paredes Oblitas
entre otros elementos, la notificación legal con el hecho que se le imputa al afectado,
y con todas las actuaciones y resoluciones posteriores, la contradicción y presentación
de pruebas tendentes a desvirtuar la acusación, la asistencia de un defensor, el derecho
pro actione ó a la impugnación; asimismo, el derecho a la defensa, se relaciona
directamente con los derechos a la igualdad de las partes ante la ley y ante su
juzgador, al juez natural y a la seguridad" (SC 42/2004, de 22 de abril), y el segundo
como: "El principio de sometimiento de los poderes al orden constitucional y las
leyes, es una manifestación del principio general de imperio de la ley, según el cual
todos (gobernantes y gobernados), se encuentran sujetos a la ley y únicamente en
virtud de ella adquieren legitimidad sus actuaciones (principio de legalidad).
Conforme a esto, en el marco de nuestra Constitución, como en las otras de esta órbita
de cultura, el principio de legalidad se constituye en el pilar básico del Estado de
Derecho y soporte del principio de seguridad jurídica. Viene a sustituir el gobierno de
los hombres por el gobierno de la ley. Es por tanto un principio informador de todo el
ordenamiento jurídico de la nación"(SC 0101/2004, de 14 de septiembre).
COMITES DE VIGILANCIA
Lo anotado en los arts. 12 y 13 de dicho Decreto concuerda con lo previsto por los
arts. 21 y 22 del Estatuto Orgánico del Comité de Vigilancia de la provincia Modesto
Omiste del Municipio de Villazón.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 74
En ese contexto y en el caso concreto ahora analizado, se tiene que si bien es evidente
que los recurrentes como miembros de la directiva de dicho Comité de Vigilancia no
informaron a las OTBs sobre sus actividades, constituyendo esta omisión una causal
de revocatoria de su mandato, no es menos cierto que esa directiva fue elegida en una
reunión de representantes municipales, comunitarios, cívicos y de OTBs mediante
voto directo, sin que en la revocatoria de la misma que efectuaron 21 OTBs y otras
organizaciones comunitarias y locales, se haya cumplido con idéntico procedimiento,
vale decir revocatoria democrática por voto popular directo en asamblea institucional,
cual exige el art. 13 mencionado, y sin que los suplentes de los actores hubieran
asumido la titularidad conforme prevé el indicado art. 11 inc. 4), aspectos que
configuran vulneración a la garantía del debido proceso, por lo que corresponde abrir
el ámbito de protección del amparo constitucional.
COMITES DE VIGILANCIA
normas previstas en el art. 200 y siguientes de la CPE, conviene aquí exponer sus
atribuciones, las que originalmente fueron otorgadas por las normas previstas en el
art. 10.I de la ley de Participación Popular (LPP), que disponen expresamente lo
siguiente: "a) Vigilar que los recursos municipales de Participación Popular sean
invertidos en la población urbana y rural, de manera equitativa, constituyendo el nexo
para que las Organizaciones Territoriales de Base ejerzan los derechos reconocidos
por la presente Ley. "b) Controlar que no se destinen en gastos corrientes del
Gobierno Municipal más del 10% de los recursos de la Participación Popular. "c)
Pronunciarse sobre el presupuesto de los recursos de Participación Popular y la
rendición de cuentas de gastos e inversiones efectuada por el Gobierno Municipal.
Este pronunciamiento deberá hacerse público por cualquier medio de comunicación,
remitiéndose copia al Poder Ejecutivo para que actúe de conformidad a las
atribuciones que le reconoce la Constitución Política del Estado. Las que
posteriormente fueron ampliadas por las normas previstas por el art. 150 de la Ley de
Municipalidades (LM), que disponen textualmente lo siguiente: "I. El Comité de
Vigilancia, como instancia social representante de la sociedad civil organizada ante el
Gobierno Municipal, es responsable de facilitar la participación, supervisión y control
ciudadano en la gestión social de la municipalidad, de acuerdo a lo establecido en la
Ley de Participación Popular.
"IV. El Plan Operativo Anual debe contar con el pronunciamiento previo y expreso
del Comité de Vigilancia para su tratamiento y aprobación por el Concejo Municipal
en un Plazo máximo de quince (15) días, a partir de su recepción, en caso de no existir
pronunciamiento en el plazo establecido, se entenderá su conformidad.
menos por dos tercios de los miembros del Comité de Vigilancia y será presentado al
Gobierno Municipal y dado a conocer públicamente.
"VII. Queda prohibido bajo sanción de nulidad, cualquier acto que no contemple lo
previsto por el Artículo 11° de la Ley de Participación Popular, concerniente al
trámite de suspensión de los recursos de la Participación Popular.
Disposiciones legales de las que se puede concluir que ninguna otorga al Comité de
Vigilancia atribución para suspender del cargo al Alcalde o a los concejales, quienes
ostentan legitimidad por haber surgido del mecanismo de elección democrático,
establecido por el constituyente boliviano, en las normas previstas por el art. 200.IV
de la CPE.
En casos en los que el Comité de Vigilancia, mediante actos de hecho evitó que las
autoridades cumplan su función, este Tribunal Constitucional, en su SC 1052/2002-R
de 2 septiembre, manifestó lo siguiente: "(...) habiéndose establecido que no existe,
permisibilidad alguna estipulada por Ley para que las organizaciones civiles como los
Comités de Vigilancia y menos los Comités Cívicos de una determinada jurisdicción
municipal, puedan tomar acciones de hecho y menos cerrar las puertas de la Alcaldía
Municipal y el Concejo, se evidencia que los recurridos como integrantes de dichos
Comités han vulnerado no sólo el orden constitucional democrático, que en nuestra
República, es representativo como lo prescriben los arts 1, 2 y 4 CPE, lo cual implica
que el pueblo no puede deliberar por sí mismo sino por medio de sus representantes, y
por ello, no está facultado para cambiar a los gobiernos ya sea locales como nacional
por voluntad de una "Asamblea Popular", pues ésta forma de deliberar no está prevista
ni en la Constitución ni en las Leyes, de modo que no se puede respaldar un acto de
fuerza con el argumento de que fue decisión del pueblo, cuyos integrantes, están
obligados conforme al art. 8-a) CPE, a acatar y cumplir la Constitución como las
Leyes de la República, y en el caso, los recurridos han ignorado este deber con su
accionar ilegal, como también han vulnerado el derecho al trabajo y al debido
proceso, pues ipso facto han presumido la culpabilidad de los recurridos,
considerándolos culpables de innumerables irregularidades administrativas y de
hechos dolosos, lo cual necesariamente debe ser investigado y procesado en las vías
que establece la Ley, pues nadie puede ser sentenciado ni condenado si no ha tenido la
oportunidad de conocer la denuncia en su contra y asumir defensa por la misma."
III.4.Por otro lado, el recurrente manifiesta que sin haberle instaurado un proceso
interno, el Concejo Municipal de Tomina eligió un Alcalde Municipal interino, lo que
es aceptado por el recurrido Presidente del Concejo Municipal, quien manifiesta que
el órgano deliberante del Gobierno Municipal de Tomina, ante la suspensión del
recurrente, por el "ampliado de Emergencia", eligió un Alcalde interino para no
perjudicar el normal funcionamiento de la Institución, es decir ante la suspensión del
Alcalde Municipal determinada por el ampliado del Comité de Vigilancia del
municipio, el Concejo Municipal resolvió nombrar una autoridad interina acatando la
ilegal decisión, que como se señaló no debió ser reconocida por el Concejo Municipal
ni por ninguna autoridad o persona, y no debió tener efecto alguno al interior del
Gobierno Municipal, mucho menos provocar la elección de una autoridad ejecutiva
interina, ya que ello lesiona no sólo el derecho fundamental del recurrente de trabajar
en la función para la que fue designado, sino también el derecho al debido proceso,
por cuanto fue sancionado con la suspensión sin habérsele instaurado un debido
proceso en el que tuviera la oportunidad de conocer los actos que se le imputan y
ejercer su defensa; activando con esos actos la tutela constitucional que debe otorgar
la jurisdicción constitucional.
COMPETENCIA
CONCEJAL MUNICIPAL
Municipal, y no tiene por objeto asegurar el proceso penal o sus resultados, sino sólo
alejar al Concejal procesado penalmente del ejercicio de su mandato, como una
sanción administrativa en resguardo de los bienes de la institución y del Estado,
precautelando los principios del ejercicio de la función pública y la ética de los
servidores públicos, que tiene independencia en sus fines y objetivos del proceso
penal; por tanto no se puede afirmar que merezca el mismo tratamiento que una
medida cautelar y que cese automáticamente con la sentencia absolutoria, sino que al
tener vigencia propia, debe ser suprimida por el propio Gobierno Municipal que la
estatuyó, como se argumento en al FJ III.3 de la presente Sentencia. Por tanto, los
argumentos de los recurridos no son atendibles para la improcedencia del presente
recurso.
CONCEJALES
III.1El amparo otorga protección inmediata contra los actos ilegales y las omisiones
indebidas de autoridades o particulares que restrinjan, supriman o amenacen restringir
o suprimir derechos y garantías fundamentales de la persona, reconocidos por la
Constitución y las Leyes.
III.2 De acuerdo a lo establecido por el art. 31.II y III LM, los Concejales suplentes
asumirán la titularidad cuando los Concejales titulares dejen sus funciones en forma
temporal o definitiva, no pudiendo asistir ambos a la misma sesión, prevaleciendo los
derechos del titular respecto del suplente. A su vez, el art. 14-II determina que los
Concejales suplentes sólo podrán ser elegidos miembros de la Directiva del Concejo,
cuando su titular lo autorice expresamente.
su condición de Concejal suplente. Empero, se puede constatar por una parte que en la
sesión del Concejo Municipal de 4 de febrero de 2003, el citado Concejal fue elegido
Presidente de este Órgano Deliberante, pero para ello, como Concejal suplente, estaba
obligado a recabar autorización expresa del Concejal titular, extremo que no se ha
acreditado, por lo que esa elección no es válida. Por otra parte, una vez que en la
sesión del 18 de febrero de 2003 fue aceptada la renuncia presentada por el entonces
Alcalde Agapito Vira Cuéllar, éste se reincorporó al Concejo Municipal asumiendo la
titularidad, por lo que el co-recurrente Gerardo Estremadoiro, como Concejal
suplente, estaba impedido de participar en las sesiones posteriores de ese Órgano
Deliberante, según previene el art. 31-III LM, por lo que tanto la convocatoria que
lanzó el 10 de abril como "Presidente" del Concejo Municipal, como su participación
en la sesión del 12 de ese mismo mes, son completamente ilegales, viciando de
nulidad la elección de los otros dos recurrentes, Alfonso Jiménez Aramayo como
Alcalde y de Gerardo Sossa como Secretario del Concejo Deliberante. Por
consiguiente, las irregularidades anotadas en ningún momento pueden generar
derechos que ameriten la tutela que brinda el art. 19 CPE, y, por otra parte, ante esa
situación anómala, los recurrentes carecen de legitimación activa para interponer el
recurso de amparo que se revisa. En consecuencia, el Tribunal de amparo al haber
declarado improcedente el recurso, ha valorado correctamente los hechos e
interpretado a cabalidad los alcances del art. 19 CPE.
CONCEJALES
CONCEJALES
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 82
mayoría absoluta de votos válidos del total de miembros del Concejo, mediante
votación oral y nominal", lo que implica una elección indirecta.
En este segundo caso, en que la elección del Acalde surgió de la potestad delegada por
el soberano al Concejo Municipal, la condición de Alcalde deviene de la condición de
Concejal, pues no hubo elección directa en ese cargo, ello implica que si un Alcalde
elegido de esta forma pide licencia al cargo de concejal, esa solicitud lleva implícita la
solicitud de licencia a la condición de Alcalde, pues de ninguna otra manera se podría
entender tal hecho; por ello el documento de licencia cuestionado en el presente
recurso por vicios en la formación de la voluntad, que contiene una solicitud de
licencia al cargo Concejal, implícitamente lleva también la misma solicitud al cargo
de Alcalde, pues es el que venía desempeñando el recurrente, y es en esa dimensión
que debe ser analizado.
Sobre la mencionada nota, se debe además expresar que contiene una solicitud de
licencia definida al cargo de concejal hasta el 7 de febrero de 2005, lo que implica una
renuncia, pues el periodo constitucional del recurrente y de todas las autoridades
municipales del país culmina antes de esa fecha, por ello se infiere que la intención
implícita es que el recurrente no vuelva al ejercicio de su cargo.
En ese sentido, de los antecedentes que cursan en el expediente, en los que consta que
el propio recurrido Presidente del Concejo Municipal, mediante certificación (fs. 22 y
23) reconoce que la nota de solicitud de licencia del recurrente fue elaborada forzado
por las acciones de hecho denunciadas en el memorial de recurso, consistentes en
actos de violencia cometidos por una turba, ataques físicos y amenazas de muerte; lo
que es corroborado por el Oficial Patrullero de DP-3 Ronald Daza Callejas, que
también certificó los hechos denunciados en el memorial de recurso de amparo,
referidos a la agresión de que fue víctima un Policía, y el recurrente para la obtención
del documento de su licencia definida mediante actos de violencia, insultos y
amenazas proferidas por más de cien personas (fs. 25); este Tribunal concluye que la
solicitud de licencia presentada por el recurrente no fue un acto espontáneo y
85 José Luis Paredes Oblitas
III.4.En lo referente a los argumentos de los recurridos, se tiene que estos son
completamente inconsistentes, pues afirman que la licencia del recurrente fue
voluntaria lo que fue demostrado contundentemente que no es así, y también quedó
plenamente demostrado que la aceptación de la forzada licencia es un hecho atribuible
a los recurridos, por tanto si ostentan legitimación pasiva.
III.5.De otro lado, es también necesario señalar que de los cinco recurridos, cuatro
participaron de los hechos lesivos a los derechos del recurrente descritos
anteriormente, pues la concejala Asunta Pinto Mamani no firmó la Resolución
020/2004, por medio de la cual se aceptó la supuesta licencia del recurrente, por tanto
no contribuyó con su voto en la aprobación de la mencionada resolución, por
consiguiente no ostenta legitimación pasiva que es la coincidencia entre la autoridad o
persona que presuntamente causó la violación de los derechos y aquella contra quien
se dirige la acción, siendo por ello que el recurso debe ser declarado improcedente
contra la citada concejala suplente.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 86
CONCEJO MUNICIPAL
III.1. El art. 31-II LM establece que los suplentes asumirán la titularidad cuando los
concejales titulares dejen sus funciones en forma temporal o definitiva, por fallo
87 José Luis Paredes Oblitas
El art. 34 dispone que la suspensión temporal del Concejal procede por existir en su
contra auto de procesamiento ejecutoriado en estrados judiciales, con el objeto de que
pueda asumir su defensa o en los casos establecidos en la Ley 1178 de 20 de julio de
1990 y sus Reglamentos, cuando corresponda. La suspensión definitiva del Concejal
procede por haber sido condenado con sentencia ejecutoriada a pena privativa de
libertad, tener pliego de cargo ejecutoriado o sentencia judicial ejecutoriada por
responsabilidad civil contra el Estado, o en los casos contemplados en la Ley 1178 de
20 de julio de 1990 y sus Reglamentos, cuando corresponda.
En suma, los recurridos conculcaron los derechos al trabajo, a ejercer una función
pública y a la seguridad jurídica de Fernando Galindo Grandchant. Debiendo
otorgársele la protección de este recurso, para la reparación de tales derechos.
III.3. Resulta necesario establecer que la procedencia de este recurso no implica dejar
sin efecto la Resolución 041/2002 de 3 de diciembre, pronunciada por el Concejo
Municipal de Colcapirhua, bajo una directiva constituida legalmente, para efectos de
que se prosiga el trámite emergente de dicha resolución.
CONCEJO MUNICIPAL
III.1 Con relación a la elección del nuevo Alcalde Municipal, si bien la autonomía
municipal que les reconoce el art. 200.II de la Constitución Política del Estado (CPE),
concordante con el art. 4.II.1. LM, permite a los Concejales recurridos la libre
elección del Ejecutivo Municipal, no les exime en momento alguno de cumplir los
requisitos y procedimientos señalados por la Constitución y la Ley de
Municipalidades para ese fin.
A lo referido se suma que toda elección o reemplazo del ejecutivo municipal debe
realizarse de entre los miembros en ejercicio del Concejo, por mayoría absoluta de
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 90
votos válidos por disposición de los arts. 200.V CPE y 47 LM, lo que tampoco se ha
dado en el presente caso, pues de siete concejales, sólo hubo cuatro votos a favor,
cuando la mayoría absoluta requiere de cinco votos conformes.
III.2 Sobre la afirmación del recurrente de que jamás hubiera presentado renuncia a su
cargo y que se tratara de una tramoya, es un aspecto que debe ser dilucidado en la vía
pertinente, no correspondiendo su análisis dentro del presente recurso, conforme al
entendimiento contenido en la SC 317/2001-R, de 16 de abril.
CONCEJO MUNICIPAL
CONCEJO MUNICIPAL
CONCEJERO
III.1. El art. 12.I) LDA, establece : " Los Concejales Municipales de cada una de las
provincias del departamento, designarán por dos tercios de votos de sus miembros
presentes, a los ciudadanos que reúnan las condiciones de idoneidad y que deben tener
domicilio en la provincia, por lo menos durante el año anterior a su elección",
disposición concordante con el art. 12.25) de la Ley de Municipalidades (LM) que
señala entre otras como atribución del Concejo Municipal "designar en un plazo no
mayor de sesenta (60) días a los Consejeros Departamentales de su jurisdicción y
coordinar con ellos acciones en el ámbito departamental y municipal". Por su parte el
art. 6 del DS 24997 de 31 de marzo de 1998, dispone: "La designación de los
Consejeros Departamentales podrá ser revocada, antes de la conclusión del periodo de
su mandato, por dos tercios de votos de los Concejales Municipales que los
designaron, por causales establecidas en el Reglamento Interno de los Consejos
Departamentales, previo proceso administrativo. Normas legales que determinan en
forma expresa que la revocatoria de la designación de los Consejeros Departamentales
debe ser resultado de un proceso administrativo instaurado en el Concejo Municipal.
Estado establece que nadie puede ser condenado a pena alguna sin haber sido oído y
juzgado previamente en proceso legal; ni la sufrirá si no ha sido impuesta por
sentencia ejecutoriada y por autoridad competente, garantía constitucional que no sólo
es aplicable al ámbito de los procesos judiciales, sino a todo proceso que tenga como
objetivo la aplicación de alguna sanción, como es un proceso disciplinario".
CONCEJERO DEPARTAMENTAL
Ahora bien, la revocatoria del mandato constituye una de las causales para el cese de
funciones de los consejeros departamentales conforme el art. 15 inc. d) del DS 27431,
revocatoria que procede por las causales previstas en el art. 17 del citado DS. Esta
medida puede ser adoptada como consecuencia de un proceso iniciado de oficio o a
denuncia cuando existan elementos de juicio suficientes sobre la existencia de alguna
de las causales establecidas en el art. 17 del DS 27431. En este caso los Concejos
Municipales emiten una resolución motivada de inicio del procedimiento de
revocatoria de mandato adoptada con un quórum de la mayoría absoluta de sus
miembros y el voto de dos tercios de los concejales presentes. Sustanciado el proceso
de acuerdo a las normas del art. 20 del mismo cuerpo legal, concluye con el
pronunciamiento de una resolución fundamentada que puede disponer: a) la
revocatoria del mandato del consejero involucrado, si los miembros presentes en la
sesión se pronuncian por la procedencia de la medida por dos tercios de votos; o b) la
confirmación del mandato y el archivo de antecedentes, si no existe la mayoría
señalada precedentemente. En ambos casos la resolución, dentro de los dos días
siguientes a su pronunciamiento, será notificada al Consejero Departamental
involucrado y al Prefecto de Departamento a efecto de su registro y cumplimiento
(art. 21 DS 27431).
CONCEJO DE LA JUDICATURA
CONCEJO DE LA JUDICATURA
97 José Luis Paredes Oblitas
III.1. El art. 40-8) LCJ, tipifica como falta grave el incumplimiento por tres veces
durante un año, por parte de secretarios, auxiliares y oficiales de diligencias, de la
obligación prevista por el art. 135 CPC. Esta norma concuerda con el art. 22-II.-8 del
Reglamento de Procesos Disciplinarios del Poder Judicial.
El art. 21 del citado Reglamento expresa que el mismo es aplicable a todos los
funcionarios del Poder Judicial del país, excepto a los Ministros de la Corte Suprema,
Magistrados del Tribunal Constitucional y Consejeros de la Judicatura, cuyo régimen
de responsabilidad disciplinaria corresponde a otro órgano del Estado.
Es necesario reiterar y dejar muy claro que, de los antecedentes que cursan en el
expediente, se colige que los becarios del Poder Judicial son contratados bajo el
sistema de "contratos a plazo fijo", modalidad distinta a los permanentes, pero no por
ello dejan de estar bajo la protección de la Ley de Organización Judicial y Ley 1817
del Consejo de la Judicatura, conforme en el caso de autos, reza en la cláusula séptima
del Contrato DRH 004/2001.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 98
De manera que en caso de una denuncia contra el becario por mal comportamiento en
su trabajo, antes del cumplimiento del plazo, debe seguirse todos los pasos del debido
proceso establecidos en el Reglamento de Procesos Disciplinarios como lo hemos
manifestado, de la misma manera como se procede con cualquier funcionario
permanente..."
III.3. En el caso presente, se tiene que ante la denuncia formulada por un litigante
contra el Secretario y la Oficial de Diligencias del Juzgado Segundo del Trabajo y
Seguridad Social de Santa Cruz, se siguieron los pasos que la Ley 1817 y el
Reglamento de Procesos Disciplinarios del Poder Judicial determinan, es decir, se
procedió con la investigación previa, y apartándose de la sugerencia emergente de ella
-que recomendó la resolución directa del contrato de beca-trabajo suscrito con la
actora- se instauró proceso disciplinario, sustanciado en primera instancia por el
Tribunal Sumariante, que emitió la Resolución 22/2002 (que erróneamente lleva el
número 22/2001), de 12 de agosto de 2002, por la que se estableció que Zulma Cavero
"infringió el art. 40 numeral 8 de la Ley 1817 del Consejo de la Judicatura y art. 22
parágrafo II numeral 8 del Reglamento de Procesos Disciplinarios al no cumplir el art.
135 del Código de procedimiento Civil y delegar funciones a la supernumerario del
Juzgado". Conocida esa decisión, ambos denunciados presentaron apelación que fue
conocida y resuelta por el Pleno del Consejo, que pronunció la Resolución 144/2002
de 29 de agosto, confirmando el fallo objeto de alzada.
99 José Luis Paredes Oblitas
Entonces, por la falta de prueba que acredite que la recurrente alegó los puntos que le
sirven de base para la formulación de su demanda de amparo, en la instancia
administrativa previa (recurso de apelación), y en atención a no haber dirigido esa
demanda también contra el Presidente y miembros del Consejo de la Judicatura, este
recurso es improcedente, y al haberlo declarado así la Corte de amparo, ha evaluado
correctamente los datos del proceso y las normas aplicables al mismo.
CONCEJO DE LA JUDICATURA
III.2.El art. 13 LCJ fija las competencias del Consejo de la Judicatura, cuyo numeral
II, referido a materia económica y financiera, en su inciso 7), establece que es
atribución del citado órgano:
Por consiguiente, la disposición legal transcrita, objetada por el actor, no está creando,
modificando ni suprimiendo tributo alguno, puesto que está referida única y
exclusivamente a la potestad del Consejo de la Judicatura de proponer al Senado las
tasas a cobrarse en los diferentes servicios judiciales. De modo tal que no vulnera
ninguno de los preceptos constitucionales invocados como lesionados por el
recurrente.
La Ley 1817 del Consejo de la Judicatura, fue aprobada por el Congreso Nacional y
promulgada por el Presidente de la República, de acuerdo al procedimiento legislativo
reconocido en los arts. 71 a 81 CPE. La referida Ley, en su art. 13-II-7), a tiempo de
reconocer la competencia del Consejo de la Judicatura de proponer tasas por la
prestación de servicios judiciales, atribuye al Senado Nacional la competencia de
aprobar dichas tasas, precisamente cuando, en su última parte, prohíbe la aplicación
de las mismas cuando no cuenten con la previa aprobación del Senado.
de esa atribución, sin que se haya infringido lo determinado por los arts. 26, 59-1ª, 66
ni 116-VIII CPE.
Resulta imperioso mencionar que este Tribunal se pronunció sobre una problemática
similar a través de la Sentencia Constitucional 070/2003, de 30 de julio.
CONCEJO DE LA JUDICATURA
III.1 La Ley del Consejo de la Judicatura, establece en su art. 37.I) que: "Todo
funcionario judicial es responsable civil, penal y disciplinariamente por las acciones u
omisiones que obstaculicen el normal desenvolvimiento de las actividades del Poder
Judicial o atenten a la correcta y oportuna administración de justicia.", estableciendo
la existencia de tres clases de faltas disciplinarias: muy graves, graves y leves (arts.
39, 40 y 41 LCJ); estando todos los funcionarios judiciales sometidos a dicha Ley y
sus Reglamentos, además de ser juzgados y sancionados administrativa y
disciplinariamente cuando por acción u omisión de sus funciones incurren en las faltas
establecidas en la Ley, incluyendo los jueces que de acuerdo al art. 10.a) RPDPJ son
considerados como funcionarios judiciales jurisdiccionales.
De manera específica el art. 15 del citado Reglamento señala que la sanción: "es toda
pena prevista anteladamente como consecuencia de la comisión de una falta
disciplinaria, que se impone al funcionario judicial al dictarse resolución en proceso
disciplinario", y de manera particular respecto a las faltas graves, el art. 26.2 RPDPJ,
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 102
señala que: "La sanción en caso de faltas muy graves, cometidas por Vocales y Jueces
estará determinada por ley", el art. 28 del mismo reglamento indica: "Se considera
agravada una falta disciplinaria: 1. Cuando se trata de falta muy grave y sea
flagrante...sic", mientras que el art. 30 de la misma norma, determina que "Se
impondrá la sanción mayor prevista, cuando concurran agravantes", disposiciones que
son concordantes con la contenida en el art. 26 in fine del aludido RPDPJ, que indica:
"Cuando la sanción sea emergente de proceso disciplinario instaurado a funcionario
judicial jurisdiccional (Vocal o Juez), por la comisión de Faltas muy Graves, se tendrá
en cuenta la norma vigente al momento de dictar resolución". Por su parte el
Reglamento Específico de Administración de Personal en cuanto a sanciones, se
remite a la Ley del Consejo de la Judicatura al establecer su art 111 que "la aplicación
de las sanciones disciplinarias a las faltas muy graves, graves y leves deberá estar de
conformidad a lo establecido en los arts. 53, 54 y 55 de la Ley 1817".
Por último debe tenerse en cuenta que toda sanción importa la consecuencia jurídica
desfavorable que el incumplimiento de un deber produce en relación con el obligado;
de modo que admitir una suspensión con goce de haberes, como sanción a faltas
cometidas en el desempeño de funciones, resulta absolutamente contrario a su propia
esencia; pues la autoridad recurrida al comunicar la suspensión del pago de haberes,
como consecuencia del proceso disciplinario desarrollado contra el actor, no ha
incurrido en acto ilegal alguno que amerite la tutela demandada.
CONCEJO DE LA JUDICATURA
manera que esta autoridad, si bien tiene facultades para designar a los miembros del
Tribunal Sumariante en el marco del art. 76 del Reglamento de Procesos
Disciplinarios del Poder Judicial, carece de atribuciones para conformar la Comisión a
la que se refiere el art. 42.1 de la Ley 1817.
CONCEJO MUNICIPAL
III.1. Conforme establecen los arts. 120.6ª de la CPE y 79 de la Ley del Tribunal
Constitucional (LTC), el recurso directo de nulidad procede contra todo acto o
resolución de quien usurpe funciones que no le competen, así como contra los actos
de quien ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la Ley. En ese orden, en
cumplimiento de las disposiciones citadas, a la Justicia Constitucional sólo le
concierne determinar si el servidor público o la entidad recurridos actuaron con
jurisdicción y competencia al dictar la resolución o resoluciones impugnadas o si en
su defecto usurparon funciones, sin que le esté permitido ingresar a efectuar un
análisis de fondo de la problemática.
III.6. Con relación al hecho de que los recurridos actuaron como consecuencia de la
recomendación del Fiscal de Distrito y según dispone el citado Auto complementario
75/2004, cabe destacar que tales recomendaciones en ningún momento expresaron
que la convocatoria tendría que realizarse aún con infracción del mandato de la Ley,
de modo que las autoridades recurridas no pueden escudar su actuación sin
competencia en la opinión del Ministerio Público, ni en lo dispuesto en el mencionado
Auto de la Corte de amparo.
CONCEJO MUNICIPAL
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
III.2 Todo proceso, por otra parte, supone la existencia de una relación jurídica en
virtud de la cual las partes en litigio se encuentran sometidas a la actividad y
decisiones jurisdiccionales del juez, ante quien -en consecuencia- deberán hacer valer
sus derechos en el curso del juicio que se tramita, utilizando oportunamente los
medios de impugnación que la ley reconoce, para evitar efectos preclusivos. Con
mayor razón en un juicio contencioso-administrativo que se desenvuelve en única
instancia y no tienen los litigantes la oportunidad de acudir a otra instancia que les
permita modificar sustancial o formalmente los actuados y decisiones adoptados en el
proceso.
III.4 En tal sentido, los recurrentes podían haber impugnado dentro de las incidencias
del mismo proceso contencioso-administrativo, los actos y omisiones procesales
atribuibles al tribunal o jueces de la causa, considerados irregulares o ilegales y
formular, en su caso, al vencimiento del plazo para dictar sentencia (cuarenta días de
acuerdo con el art. 204.I CPC), el pedido de regularización a fin de que tanto el nuevo
relator como la propia sala tengan habilitada su competencia para presentar el
proyecto de sentencia y emitir el fallo respectivo. En este caso, resulta que el
demandante del contencioso-administrativo no realizó acto alguno en ese sentido,
omisión que dentro de dicho proceso significó un consentimiento tácito a la
competencia del juzgador para que se pronuncie en la causa, ya que ella no fue
cuestionada en momento alguno, desde que se había producido el vencimiento del
plazo señalado por el art. 204.I CPC.
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
Que, asimismo cabe señalar que a fin de reglamentar los recursos de revocatoria y
jerárquico previstos en la Ley para regular la carrera administrativa, se dictó el DS
26319 de 15 de septiembre de 2002, que en el mismo sentido de lo prescrito en los
arts. 66 y 62 referidos, en su art. 34.IV dispone: Contra la resolución administrativa
definitiva que expresa o presuntamente resuelve el recurso jerárquico el interesado
únicamente podrá acudir a la vía contencioso-administrativa., concordante con ello, en
su art. 38-I.d), refiriéndose al agotamiento de la vía administrativa, también establece
que la vía administrativa quedará agotada entre otros casos, cuando se resuelva el
recurso jerárquico o hubiese transcurrido el plazo para el dictado de la
correspondiente resolución sin que se resuelva el recurso jerárquico presentado. Al
tenerse por agotada dicha vía el art. 39 del mismo decreto dispone: Una vez resuelto
el recurso jerárquico o si vencido el plazo para pronunciarse sobre el recurso
jerárquico, no se dictare resolución, el Interesado podrá acudir a la impugnación
judicial por la vía del proceso contencioso-administrativo.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 110
Que, las normas referidas han sido establecidas por el legislador en el marco del
precepto previsto por el art. 118-7ª de la Constitución, por cuyo mandato son
atribuciones de la Corte Suprema de Justicia el Resolver las causas contenciosas que
resulten de los contratos, negociaciones y concesiones del Poder ejecutivo y las
demandas contencioso-administrativas a las que dieren lugar las resoluciones del
mismo pues de una interpretación constitucional, aplicando el principio de la eficacia
o efectividad constitucional, se infiere que el Constituyente estableció dicha norma
como un mecanismo de control de legalidad sobre los actos y resoluciones de los
funcionarios y autoridades administrativas; ello en razón a que en un Estado
Democrático de Derecho sustentado, entre otros, en el principio de la legalidad, los
servidores públicos ejercen sus funciones con sujeción a las leyes vigentes en el
ordenamiento jurídico. En consecuencia, las decisiones o resoluciones de la
Superintendencia de Servicio Civil también se encuentran sometidas a ese control de
legalidad mediante el proceso contencioso-administrativo, máxime si se toma en
cuenta que dicha entidad, por definición del art. 58 de LEFP, es una persona jurídica
de derecho público que ejerce sus atribuciones bajo la tuición del Ministerio de
Trabajo y Microempresa.
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
A ese efecto, con carácter previo al análisis del fondo, cabe efectuar un análisis de
algunos institutos jurídico - constitucionales vinculados con la problemática planteada
en el recurso.
En el marco de la doctrina referida existe una corriente doctrinal que considera que el
Poder Ejecutivo, también participa en la labor jurisdiccional asignada al Poder
Judicial, aunque con las reservas del caso. En efecto, tomando en cuenta que en
sentido amplio, la jurisdicción es la potestad pública atribuida al Poder Judicial para
conocer y fallar en los asuntos litigiosos sometidos a su conocimiento, conforme a
ley; existe una corriente doctrinal que considera que la labor desempeñada por
algunos órganos administrativos del Poder Ejecutivo, en ejercicio de la potestad
administrativa sancionadora que tiene el Estado, constituye una labor jurisdiccional;
puesto que la potestad administrativa se traduce normalmente en la sanción correctiva
y disciplinaria para reprimir las acciones u omisiones antijurídicas, constituye un
mecanismo de autoprotección, en cuanto contribuye a preservar el orden jurídico
institucional y asegurar el cumplimiento de las decisiones administrativas. Empero,
cabe señalar que, frente a esa posición doctrinal surge otra corriente importante
representada por estudiosos del Derecho Administrativo, tales como Dromí,
Fernández Vásquez, entre otros, que consideran que el ejercicio de la potestad
administrativa sancionadora ejercida por algunos órganos del Poder Ejecutivo no es
en esencia una labor jurisdiccional, sino una labor propiamente administrativa, toda
vez que, dada su naturaleza jurídica la potestad administrativa sancionadora, si bien es
cierto que asume dos modalidades: la disciplinaria (frente a los funcionarios que
violan los deberes y prohibiciones) y la correccional (por las infracciones de los
particulares a las obligaciones o restricciones en materia tributaria, financiera, fiscal,
etc.), no es menos cierto que la decisión asumida por el órgano administrativo
presenta la forma jurídica de "acto administrativo" que no es asimilable a una
sentencia proferida por la autoridad judicial; pues el acto administrativo es
113 José Luis Paredes Oblitas
En las normas previstas por los arts. 139 al 144 de la mencionada Ley N° 2492 se
establecen las atribuciones y funciones del Superintendente Tributario General y de
los Superintendentes Tributarios Regionales; se define la organización, estructura y
procedimientos administrativos del Superintendente General se aprobarán mediante
Resolución Suprema y en el caso de las Superintendencias Regionales, se aprobarán
mediante Resolución Administrativa emitida por la Superintendencia General; se
determina los actos administrativos que pueden ser impugnados por la vía del Recurso
de Alzada, fijando el plazo para interponer el recurso; finalmente se establece la forma
y plazo en que se interpone el Recurso Jerárquico. De una interpretación literal de las
normas referidas, se puede colegir que los recursos previstos, como son la Alzada y el
Jerárquico, son vías de revisión del acto administrativo tributario en sede
administrativa, por lo que per se no contradicen los valores supremos, principios
fundamentales, derechos y garantías constitucionales y preceptos de la Constitución.
Empero, el contenido de algunas normas previstas por las disposiciones legales
impugnadas, por contradicción, así como el sistema adoptado, por omisión, vulneran
las normas de la Constitución. Por lo que, seguidamente este Tribunal pasa a someter
a juicio de constitucionalidad, en principio de las disposiciones legales impugnadas en
el recurso, y posteriormente al sistema de impugnación adoptado por la Ley
impugnada.
Con referencia a la norma prevista por el art. 139.b) de la Ley N° 2492 cabe señalar
que, interpretada la misma conforme a los derechos fundamentales y garantías
constitucionales consagrados por la Constitución, se entiende que el Recurso
117 José Luis Paredes Oblitas
Respecto a las normas previstas por el art. 140.a) y b) de la Ley impugnada, cabe
señalar que interpretadas las mismas desde y conforme a la Constitución, se entiende
que, el Recurso de alzada, previsto como una atribución de los Superintendentes
Tributarios Regionales, constituye una vía de revisión del acto administrativo
tributario en sede administrativa, no siendo una vía excluyente de la impugnación
judicial del acto administrativo tributario, sino alternativo para el contribuyente; en
consecuencia dichas normas tampoco son incompatibles con la Constitución en
general menos con las normas invocadas, como vulneradas, por los recurrentes, en la
medida en que sean aplicadas en el marco de esta interpretación constitucional; toda
vez que al ser una vía de revisión en sede administrativa, no excluye la vía de
impugnación judicial, la actuación de los Superintendentes Tributarios Regionales no
constituye una labor jurisdiccional propiamente dicha sino de un procedimiento
administrativo tributario, pues éste no sustituirá ni suplirá a la autoridad judicial
competente, en consecuencia, en el marco de esta interpretación constitucional, no
quebranta las normas previstas por el art. 116 de la Constitución; de otro lado, se
entiende que en las normas que regularán el procedimiento a seguirse en el trámite de
recurso resguardarán el debido proceso.
Con relación a las normas previstas por los arts. 143 y 144 que se impugnan en el
recurso, corresponde referir que las mismas, al enumerar los actos administrativos
tributarios contra los que proceden los recursos de Alzada y Jerárquico,
respectivamente, así como establecer los plazos para su interposición, en el marco de
la interpretación constitucional efectuada de las normas legales que instituyen los
recursos de referencia, tampoco son incompatibles con la Constitución, ya que si el
legislador ha previsto como una vía de revisión de los actos administrativos tributarios
en sede administrativa, a través de los recursos de alzada y jerárquico, mismos que en
el marco de la interpretación constitucional efectuada precedentemente son
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 118
Respecto a las normas previstas por el art. 145 de la Ley N° 2492, cabe señalar que al
instituir la Revisión Extraordinaria de los actos administrativos firmes, como
atribución de la máxima autoridad ejecutiva de la Administración Tributaria y las
Superintendencias Tributarias, resulta incompatible con la Constitución, toda vez que
contradice principios fundamentales, derechos fundamentales y garantías
constitucionales, asimismo normas constitucionales orgánicas, conforme se detalla a
continuación.
Tomando en cuenta que la norma prevista por el art. 139.c) es concordante con las
normas previstas por el art. 145 de la Ley impugnada, también resulta incompatible
con la Constitución por las razones y fundamentos jurídico - constitucionales
precedentemente expuestos.
Respecto a la norma prevista por el art. 146 de la ley impugnada, sometida al juicio de
constitucionalidad se determina que la misma es incompatible con el principio de
Reserva Legal consagrado por el art. 7 de la Constitución. En efecto, la norma
examinada hace una remisión reglamentaria directa respecto a los procedimientos
administrativos tributarios, es decir, dispone que los procedimientos para la
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 120
través del proceso contencioso-tributario; para esta última vía se otorga competencia a
un Juez o Tribunal independiente de la administración tributaria, por lo mismo
imparcial.
En ese orden cabe señalar que el art. 131 de la Ley impugnada es inconstitucional por
omisión normativa. En efecto, la disposición legal sometida a examen modifica el
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 122
Al respecto cabe aclarar que el fundamento expresado por el Presidente del Congreso
Nacional, en el alegato presentado a favor de la Ley impugnada, no es atendible, toda
vez que el proceso contencioso administrativo previsto por el art. 131, dada su
naturaleza jurídica, no reemplaza al proceso contencioso - tributario, el que, como se
tiene referido precedentemente, difiere de aquél en su
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
b)Los recursos en vía jurisdiccional o de control externo, tienen por objeto someter a
control externo lo actuado por la Administración, a fin de servir de equilibrio entre
ésta y el administrado. Estos recursos se abren a la conclusión de la vía
administrativa, permitiendo a la parte afectada plantear demanda contencioso
administrativa ante la autoridad judicial competente.
del contencioso administrativo, ó porque se acudió a esa vía fuera del plazo legal, ó se
renunció expresamente a utilizarla, ó una vez presentado el contencioso
administrativo fue objeto de desistimiento. Sin embargo, si las resoluciones
administrativas son impugnadas mediante la demanda contencioso administrativa,
tendrá que esperarse a que esa vía concluya y cuente con sentencia ejecutoriada, con
calidad de cosa juzgada, para recién proceder a su ejecución. Entendimiento que está
en coherencia con lo dispuesto por el art. 248 de la LGA, que reconoce la vía
impugnativa jurisdiccional, y el art. 295 DS 25870, cuyo primer párrafo expresa
textualmente: "Las resoluciones administrativas dictadas por el Directorio de la
Aduana Nacional y las autoridades jurisdiccionales competentes de la materia,
debidamente ejecutoriadas, y/o pasadas en autoridad de cosa juzgada, deberán ser
ejecutadas por la autoridad aduanera que conoció la causa en primera instancia, en un
plazo no mayor de cinco (5) días de su radicatoria, bajo responsabilidad en caso de
incumplimiento.
En uso de lo dispuesto por los arts. 248 de la LGA y 294 del DS 25870, el recurrente
planteó demanda contencioso administrativa buscando que se deje sin efecto la
Resolución dictada por el Directorio de la Aduana en recurso jerárquico, la cual se
encuentra pendiente de Resolución; extremo que por lo establecido en la Sentencia
Constitucional glosada, no permite su ejecución, por lo que la autoridad recurrida al
haber ordenado el corte del sistema informático de la Aduana Nacional a la Agencia
Despachante que el recurrente representa, pretendiendo ejecutar la RA SCRZI
198/2003 de 7 de julio, que le impuso como sanción la suspensión de actividades por
noventa días, en razón a que el recurrente continuaba ejerciendo actividades de
comercio exterior, viola los derechos alegados como infringidos por el recurrente en
su recurso, toda vez que al no existir una Resolución ejecutoriada dentro de la
demanda contencioso administrativa, no puede procederse a la ejecución señalada por
el art. 295 del DS 25870, correspondiendo otorgarle la tutela solicitada.
III.3. Es necesario dejar establecido que en el presente caso no existe impersonería del
recurrido, como concluyó el Tribunal del recurso, por cuanto, si bien éste dictó la RA
SCRZI 198/2003, que fue objeto de recurso de revocatoria y jerárquico, no es menos
cierto, que fue la misma autoridad quien ordenó la ejecución del fallo administrativo
mediante Auto Administrativo GRSCZ-AI-336/2003 de 14 de octubre (fs. 20 a 21) no
obstante estar en trámite el proceso contencioso administrativo, circunstancia que dio
lugar a la interposición del presente recurso .
CONTENCIOSO TRIBUTARIO
"En ese orden cabe señalar que el art. 131 de la Ley impugnada es inconstitucional
por omisión normativa. En efecto, la disposición legal sometida a examen modifica el
sistema de protección o tutela administrativa y judicial del contribuyente previsto en
la Ley 1340 de 28 de mayo de 1992; ese sistema de tutela paralela se ha sustituido por
la de una tutela única, es decir, vía revisión en sede administrativa, a través de los
recursos de Alzada y Jerárquico, con el complemento de un control de legalidad del
acto administrativo tributario a través del proceso contencioso-administrativo a
sustanciarse ante la Corte Suprema de Justicia; lo que significa que se ha excluido la
vía de la impugnación judicial del acto administrativo a desarrollarse ante el Juez o
Tribunal independiente e imparcial; esa supresión se hace evidente, cuando la Ley
impugnada, a través de la Disposición Final Primera abroga, la vigencia del Código,
el art. 157-B de la Ley 1455 de Organización Judicial, norma ésta que asignó
competencia a los Jueces en Materia Administrativa, para conocer y decidir, en
primera instancia, de los procesos contencioso-tributarios por demandas originadas en
los actos que determinen tributos y en general, de las relaciones jurídicas emergentes
de aplicación de las leyes tributarias. Con la supresión referida, el art. 131 de la Ley
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 128
Al respecto cabe aclarar que el fundamento expresado por el Presidente del Congreso
Nacional, en el alegato presentado a favor de la Ley impugnada, no es atendible, toda
vez que el proceso contencioso administrativo previsto por el art. 131, dada su
naturaleza jurídica, no reemplaza al proceso contencioso - tributario, el que, como se
tiene referido precedentemente, difiere de aquél en su naturaleza jurídica, su finalidad
y objetivo, así como en su propia configuración procesal; pues entre tanto aquél es
129 José Luis Paredes Oblitas
una vía de control de legalidad, éste es una vía de impugnación directa y controversial
del acto administrativo tributario, el primero es una que requiere del agotamiento de
las instancias administrativas, el segundo es una vía directa y alternativa a los
procedimientos administrativos tributarios; mientras aquél se tramita como un proceso
de puro derecho y en única instancia, éste se tramita como un proceso de hecho
admitiendo los recursos previstos en el ordenamiento procesal. En ese orden, las
normas previstas por el art. 147 de la Ley impugnada, que son concordantes y conexas
con el art. 131, también son incompatibles con la Constitución, conforme se tiene
referido y fundamentado precedentemente.
"... la garantía constitucional del debido proceso, el mismo que exige que los litigantes
tengan el beneficio de un juicio imparcial ante los tribunales y que sus derechos se
acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos
aquellos que se hallen en una situación similar, es decir, implica el derecho de toda
persona a un proceso justo y equitativo, lo que importa a su vez el derecho a la
defensa, el emplazamiento personal, el derecho de ser asistido por un intérprete, el
derecho a un juez imparcial; y por otra parte, se produce también por la infracción de
las disposiciones legales procesales, es decir, los procedimientos y formalidades
establecidos por Ley" (las negrillas han sido marcadas).
que implique el respeto a las reglas del debido proceso legal en función a los
principios, valores, derechos y garantías constitucionales.
de los arts. 304 al 314 CTb. b) Cuando los fallos judiciales ejecutoriados declaran
probada la demanda contencioso-tributaria, es decir, que llegaron a determinar la
inexistencia de adeudos tributarios y dejaron sin efecto la Resolución Determinativa
que los establece, la ejecución de sentencia, en uso de la atribución que le confiere el
art. 157 inc. B).3. LOJ, le corresponderá al Juez de Partido Administrativo, Coactivo
Fiscal y Tributario y se concretará en las órdenes de desembargo de bienes,
descongelamiento de fondos retenidos, cancelación de gravámenes y otros, siendo por
demás claro que en este supuesto, al no existir ninguna deuda tributaria, la
Administración Tributaria no tendría nada que ejecutar.
Ahora bien, en caso de que los fallos judiciales ejecutoriados declaren probada en
parte la demanda, por ende, modifiquen parcialmente la Resolución Determinativa y
establezcan un nuevo monto del adeudo tributario, se aplicará lo señalado en el inc. a),
por cuanto al existir un adeudo tributario cierto, líquido y exigible calculado en una
resolución judicial pasada en autoridad de cosa juzgada, su cobro deberá efectuarlo
directamente la Administración Tributaria, conforme a los arts. 304 al 314 CTb.
asciende el adeudo tributario, sino que al contrario, ordenan un nuevo cálculo del
mismo en ejecución de sentencia en base a lo que tienen dispuesto, resulta
imprescindible determinar con precisión y en base a la normativa vigente, cuál es la
autoridad competente para ordenar y supervigilar la legalidad del nuevo cálculo, así
como para realizar la cobranza coactiva".
116.III CPE que establece que la facultad de juzgar en la vía ordinaria, contenciosa,
contenciosa-administrativa y la de hacer ejecutar lo juzgado corresponde a la Corte
Suprema y a los tribunales y jueces respectivos, bajo el principio de unidad
jurisdiccional. De lo que se concluye, que la Administración Tributaria no puede tener
exclusividad en la ejecución tributaria de los fallos firmes dictados en la vía judicial.
CONTENCIOSO TRIBUTARIO
III.2.En la problemática de fondo a ser dilucidada, este Tribunal ha emitido las SSCC
32/2002, de 2 de abril, 31/2003, de 1 de abril, y 111/2003, de 1 de diciembre, cuyo
criterio se sintetiza en el presente fallo a continuación.
El art. 157 de la Ley de organización judicial (LOJ) fija la competencia de los jueces
en materia administrativa, coactiva, fiscal y tributaria, disponiendo en su inciso b).1)
que tienen la atribución de "conocer y decidir, en primera instancia, de los procesos
contencioso-tributarios por demandas originadas en los actos que determinen tributos
y, en general, de las relaciones jurídicas emergentes de la aplicación de leyes
135 José Luis Paredes Oblitas
Sin embargo, su competencia para un caso concreto se abre cuando concurren los
requisitos señalados por ley. Al respecto, el art. 174 CTb señala que serán susceptibles
del proceso contencioso tributario los actos de la Administración por los que se
determine tributos o se apliquen sanciones, siempre que la parte interesada no haya
utilizado el recurso administrativo de revocatoria.
Por consiguiente, la Jueza recurrida no tenía facultad alguna para admitir la demanda
contencioso tributaria planteada por ANAGRAMA S.R.L.
No obstante, no corresponde imponer multa alguna a la parte recurrente toda vez que
el mencionado Auto 16/2003 de 2 de diciembre, fue emitido después de la
interposición de este recurso (que data del 1 de diciembre), y notificado en 8 de
diciembre a la Gerente de GRACO-La Paz.
CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVO
El art. 79 de la LTC, que desarrolla los presupuestos jurídicos previstos por el art. 31
de la CPE, dispone expresamente que "I. Procede el recurso directo de nulidad, contra
todo acto o resolución de quien usurpe funciones que no le competen, así como contra
los actos de quien ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la ley. II. También
137 José Luis Paredes Oblitas
procede contra las resoluciones dictadas o actos realizados por autoridad judicial que
esté suspendida de sus funciones o hubiere cesado".
III.2.Al efecto, corresponde precisar, que el art. 118.7ª de la CPE faculta a la Corte
Suprema de Justicia a resolver las causas contenciosas que resulten de los contratos,
negociaciones y concesiones del Poder Ejecutivo y de las demandas contencioso-
administrativas a las que dieren lugar las resoluciones del mismo. El proceso
contencioso administrativo regulado por el art. 778 y siguientes del CPC, procede en
los casos en que hubiere oposición entre el interés publico y el privado y cuando la
persona que creyere lesionado o perjudicado su derecho privado hubiere acudido
previamente ante el Poder Ejecutivo reclamando expresamente contra el acto
administrativo y agotando ante ese poder todos los recursos de revisión modificación
o revocatoria de la Resolución que le hubiera afectado; de donde resulta, que este
proceso tiene sus caracterizas y peculiaridad propias y por lo mismo, la Sentencia
dictada por los ministros de la Suprema Corte de Justicia, en uso de la facultad
conferida por la citada norma constitucional, no es el resultado de un recurso de
casación, sino de la conclusión del proceso contencioso administrativo, que da lugar
al pronunciamiento de un fallo en única instancia; en cuyo mérito, los litigantes no
tienen la posibilidad de acudir a otras instancias en busca de la modificación
sustancial o formal de las decisiones adoptadas en dicho proceso.
A fin de resolver el problema planteado, es necesario señalar que las partes que
intervienen en un proceso, tienen derechos y deberes procesales, siendo uno de sus
deberes, cuidar por el desarrollo normal del proceso en resguardo de sus propios
intereses; en el caso concreto, los personeros legales de la Empresa demandante y
representada en este recurso, podían y debían formular sus observaciones, sobre la
denuncia que motiva el recurso que se examina, respecto de la "perdida automática de
competencia por falta de pronunciamiento de la Sentencia dentro del plazo legal",
dentro del mismo proceso contencioso administrativo y antes del pronunciamiento de
la sentencia; extremo que no aconteció; por cuanto de antecedentes se establece que
en momento alguno se cuestionó la supuesta pérdida de competencia de las
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 138
autoridades demandadas; por el contrario, una vez que fueron notificados con la
Sentencia cuya validez se cuestiona, por memorial de 23 de octubre de 2004, el
demandante, solicitó explicación y complementación de dicha Sentencia, con cuya
actuación, admitieron y consintieron expresamente la competencia de dicho tribunal y
por consiguientemente, la legalidad de la Sentencia; que al no haber formulado el
recurrente su reclamo oportunamente sobre el supuesto pronunciamiento de la
Sentencia fuera del plazo establecido por ley, dejó precluir sus derechos, conforme ha
razonado el Tribunal Constitucional en las SSCC 69/2002 y 28/2003, al señalar que:
"En el presente caso, se cuestiona la competencia de los Ministros de la Corte
Suprema demandados a través del recurso directo de nulidad en el cual sostienen los
recurrentes que el fallo, dentro del contencioso administrativo, sustentado entre el
recurrente Roberto Germán Freire con la Superintendencia de Bancos y Entidades
Financieras, se lo dictó fuera del plazo legal puesto que el sorteo de la causa se realizó
el 11 de enero de 2002, habiéndose pronunciado la sentencia el 25 de septiembre de
2002 o sea a los ocho meses y medio del sorteo del expediente, es decir fuera del
plazo perentorio concedido por el art. 204.III CPC que es de 30 días. Conviene
aclarar, en este punto, que el fallo dictado por la Corte Suprema que motiva la
presente impugnación, no es emergente de un recurso de casación, sino el resultado de
haber concluido un proceso contencioso-administrativo, de acuerdo con la facultad
que la Constitución le reconoce en su art. 118.7ª y arts. 778 al 781 CPC, según se
indicó antes.
En tal sentido, los recurrentes podían haber impugnado dentro de las incidencias del
mismo proceso contencioso-administrativo, los actos y omisiones procesales
atribuibles al tribunal o jueces de la causa, considerados irregulares o ilegales y
formular, en su caso, al vencimiento del plazo para dictar sentencia (cuarenta días de
acuerdo con el art. 204.I CPC), el pedido de regularización a fin de que tanto el nuevo
relator como la propia sala tengan habilitada su competencia para presentar el
proyecto de sentencia y emitir el fallo respectivo. En este caso, resulta que el
demandante del contencioso-administrativo no realizó acto alguno en ese sentido,
omisión que dentro de dicho proceso significó un consentimiento tácito a la
competencia del juzgador para que se pronuncie en la causa, ya que ella no fue
cuestionada en momento alguno, desde que se había producido el vencimiento del
plazo señalado por el art. 204.I CPC (...)".
CONTRALORIA
CONTRATACIONES
Dada esa naturaleza, el recurso directo de nulidad ha sido concebido como una acción
ante esta jurisdicción constitucional de control de legalidad sobre los actos o
resoluciones de las autoridades públicas, cuya finalidad es declarar expresamente la
nulidad de los actos invasivos o usurpadores de las competencias delimitadas por la
Constitución y las leyes; por ello es un medio jurisdiccional reparador del acto
concreto que fue emitido con invasión, usurpación, o cuando la autoridad perdió
competencia.
III.2.Para la resolución del presente recurso, es necesario precisar que las normas
previstas por el art. 81 de la CPE que disponen:
III.3.De igual forma, es imprescindible conocer que las normas previstas por el art. 22
de la LACG disponen que el Ministerio de Hacienda es el órgano rector del sistema de
administración de bienes y servicios; en cuya función, tiene la atribución de
compatibilizar las disposiciones específicas que dicta cada entidad para la
administración de sus bienes y servicios, precautelando que sean concordantes con las
normas básicas emitidas por el citado órgano rector.
Para el efecto anotado, las normas previstas por el art. 6 del Reglamento del texto
ordenado del DS 27328, aprobado mediante Resolución Ministerial 532 del Ministerio
de Hacienda, de 23 de septiembre de 2005, disponen que cada entidad sujeta al ámbito
de control de la LACG, debe elaborar su Reglamento Específico de Contrataciones,
con el objetivo de dar a conocer la naturaleza jurídica de la entidad, la delegación de
funciones de las autoridades encargadas de los procesos de contratación y en general
establecer todos los aspectos relativos a los procesos de contratación no señalados en
las Normas Básicas del Sistema de Administración de Bienes y Servicios y el citado
Reglamento a dichas normas; luego, el proyecto de Reglamento Específico debe ser
compatibilizado por el órgano rector, para luego de su homologación por éste, recién
ser aprobado mediante resolución expresa de la entidad; es decir, que un reglamento
específico de contrataciones de una entidad pública, alcanza el rango de norma con
validez de ley material y por ello de cumplimiento obligatorio, luego de su
compatibilización por el órgano rector, de su aprobación mediante una resolución
expresa emitida por la propia entidad y de la publicidad de la misma, conforme
disponen las normas analizadas anteriormente, en concordancia con lo previsto por el
art. 81 de la CPE.
3.1 del mismo pliego, estableció que la MAE era el Secretario Ejecutivo de la
Fundación; por tanto, era a esta autoridad a la que le correspondía resolver el recurso
de impugnación interpuesto por el recurrente; y Segundo, el Reglamento Específico
de Contratación de la entidad, que, en las normas previstas por el art. 10 establece que
el Consejo de Administración será competente para resolver los recursos de
impugnación, no había sido aprobado aún mediante una resolución, hasta el 9 de
febrero de 2006, según consta en la nota DIGENSAC/EJE/251/06 de la Directora
General de sistemas de administración gubernamental del Ministerio de Hacienda,
pues a tiempo de hacer conocer que el proyecto enviado era compatible con la
normativa general, les informó que correspondía su aprobación mediante una
resolución, tal como mandan las normas previstas por el art. 6.IV del Reglamento del
texto ordenado del DS 27328, para luego proceder a su publicación y así otorgar
obligatoriedad al citado Reglamento; en definitiva, hasta el 9 de febrero de 2006, la
Fundación Cultural del BCB no tenía Reglamento Específico de Contrataciones,
porque el compatibilizado por el órgano rector, a la fecha citada era un proyecto, pues
no había sido aprobado mediante una Resolución expresa y ésta publicada; por tanto,
las previsiones de las Normas Básicas del Sistema de Administración de Bienes y
Servicios debieron ser aplicadas; y ya fue explicado, que el art. 116.II del Reglamento
de dichas normas, estableció que la MAE era la encargada de resolver el recurso de
impugnación.
CONTRATOS
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 144
III.2 En el caso de autos, consta que una vez que el 5 de noviembre de 2002 se
recibieron en el Concejo Municipal los antecedentes de la Licitación Pública y el
respectivo contrato cuestionados, las dos ampliaciones del plazo fueron dispuestas
para que las Comisiones del Concejo Municipal expidan sus informes
correspondientes. Así se tiene que por Resolución 222/2002 de 14 de noviembre de
2002, se amplió el plazo otorgado por el art. 12-11) LM por diez días para que la
Comisión Administrativa-Financiera, de manera coordinada con la Comisión de
Desarrollo Económico y la Comisión Jurídica presenten el correspondiente informe
(fs. 271) y posteriormente, a través de la Resolución 241/2002 de 28 de noviembre, el
mismo Concejo Municipal amplió ese plazo por cuatro días para que la Comisión
Jurídica presente el informe sobre el contrato en cuestión. (fs. 270). Es así, que recién
el 3 de diciembre de 2002 el Concejo Municipal de El Alto expidió la Resolución
244/2002 que rechaza el contrato, empero este pronunciamiento lo hizo
extemporáneamente, pues dicha Resolución fue dictada luego de transcurridos 28 días
de recibidos los antecedentes de la Licitación Pública respectiva, o sea ya se había
operado la preclusión para que el Concejo Municipal pueda rechazar el contrato
suscrito con la recurrente.
145 José Luis Paredes Oblitas
III.4 Si bien el art. 44.22) LM faculta a los Alcaldes a presidir los consejos de
administración o los directorios de las empresas públicas o mixtas, esto no implica
que los procesos de licitación o los contratos que se suscriban en ellas tengan que ser
aprobados por el Concejo Municipal por el solo hecho de que conste la firma del
Alcalde, pues en dichas empresas éste no actúa como Máxima Autoridad Ejecutiva
Comunal, sino como presidente de los consejos de administración o directorios de
aquellas, y en esa condición suscribió el contrato con la empresa recurrente tal como
se estipula en su Cláusula Primera ( Partes Contratantes) donde textualmente se dice:
"Dirá usted que las partes contratantes son: EMPRESA MUNICIPAL DE ASEO EL
ALTO (EMALT) creada por las Ordenanzas Municipales 099/93 de fecha 15 de
octubre de 1993, regida por el estatuto interno según Ordenanza Municipal 019/96 de
fecha 12 de abril de 1996, con Personería Jurídica 538 de fecha 1 de noviembre de
2001, representado por el H. Alcalde Municipal de la ciudad de El Alto en su
condición de Presidente del Directorio, Dr. José Luis Paredes Muñoz y por el Gerente
General Arq. Oscar Machicao Gonzáles con domicilio en la ciudad de El Alto, quien
en adelante se denominará el CONTRATANTE y la EMPRESA DIMENSION
ENASA"Ltda., legalmente representada por (...) que en adelante se denominará el
CONTRATISTA quienes celebran y suscriben el presente contrato"
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 146
III.5 Por consiguiente, el art. 12.11) LM, que otorga al Concejo Municipal la facultad
de aprobar o rechazar los convenios o contratos que se suscriban, no es aplicable al
caso que se revisa, porque por una parte esta potestad tiene relación con el
seguimiento que ese Organo Deliberante y Fiscalizador debe efectuar al Plan
Operativo Anual y al Presupuesto Municipal, según las atribuciones conferidas por
ese mismo artículo en sus numerales 8) y 9), y por otra parte, se refiere únicamente a
los contratos que suscriba el Alcalde Municipal en su calidad de Autoridad
Responsable del Proceso de Contratación y Máxima Autoridad Ejecutiva del
Gobierno Municipal, pero no así cuando interviene como Presidente del Directorio de
una empresa descentralizada como es EMALT, tal como ocurre en el asunto que se
analiza.
III.6 Por otro lado, el art. 12, num. 18) de la citada Ley dispone que el Concejo
Municipal deberá "Fiscalizar, a través del Alcalde Municipal, a los Oficiales Mayores,
Asesores, Directores y personal de la administración municipal, así como a los
directorios y ejecutivos de las Empresas Municipales". En consecuencia, respecto a
EMALT, la labor de fiscalización del Concejo Municipal no es directa, sino que
respetando el ordenamiento interno de aquella Empresa, corresponde al Directorio -
cuya presidencia está reservada al Alcalde- cumplir esa labor de fiscalización, y por
ello figura entre sus atribuciones la de aprobar los contratos que se suscriban, facultad
que le reconoce el art. 35 de su Estatuto.
COOPERATIVAS
El art. 127 del mencionado Decreto Ley establece que el Consejo Nacional de
Cooperativas es el órgano encargado de la ejecución y cumplimiento de esa Ley; y el
art. 128 crea la Dirección Nacional de Cooperativas, como órgano del Consejo
indicado, destinado a la ejecución, control y supervigilancia de las sociedades
cooperativas.
El art. 11 del Estatuto Orgánico de INALCO señala que CONALCO está integrado
por los siguientes miembros: "1. Presidente: Ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral
o su representante. Un representante por cada uno de los Ministerios que siguen:
Trabajo y Desarrollo Laboral, Economía y Planificación, Finanzas, Asuntos
Campesinos y Agropecuarios, Minería y Metalurgia, Transportes, Comunicaciones y
Aeronáutica Civil, Urbanismo y Vivienda; un representante por cada uno de los
siguientes organismos: Federación Nacional de Cooperativas Agropecuarias;
Federación Nacional de Cooperativas Mineras; Federación Nacional de Cooperativas
de Ahorro y Crédito, otras Federaciones de carácter nacional que se organicen
legalmente, organismos auxiliares del cooperativismo".
A su vez el art. 14 del tantas veces citado Estatuto de INALCO está presidido por su
Director Ejecutivo, que es designado por el Ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral,
con aprobación del Presidente de la República, durando en sus funciones cuatro años,
pudiendo ser reelecto por un idéntico periodo.
El art. 14 inc. c) del mismo Estatuto fija como atribución del Director Ejecutivo de
INALCO disponer la intervención de las sociedades cooperativas, previos los
informes técnicos, debiendo reportar el ejercicio de estas atribuciones periódicamente
al Consejo Nacional.
III.3. En el caso sometido a revisión, no obstante que la potestad que las normas
legales precedentemente citadas le otorgan al Director Ejecutivo Nacional de
INALCO para intervenir las sociedades cooperativas, fue expedida la Resolución de
Consejo 002/03 de 22 de septiembre de 2003 por CONALCO por la que se dispuso la
intervención de la Cooperativa que representa el actor.
DEMOLICION
atribuciones conferidas por los numerales 31) y 32) del art. 44 LM, pues no cursa en
antecedentes que la "sanción" de demolición impuesta al recurrente haya sido
resultado de un debido y previo proceso por incumplimiento a normas municipales,
vulnerando así sus derechos a la seguridad jurídica, a la defensa y al debido proceso,
lo que amerita otorgar la tutela inmediata a fin de que cesen las ilegalidades y actos
hostiles por tratarse de vías de hecho que vulneran derechos fundamentales invocados
por el recurrente, hasta tanto se dirima la controversia en la instancia correspondiente.
Así lo ha establecido el Tribunal Constitucional en su jurisprudencia, citando para el
efecto las SSCC 1321/2002-R, 994/2002-R, 354/2002-R y 236/2002, entre otras.
DERECHO ADMINISTRATIVO
casos, a imponer la pena privativa de libertad, la cual está reservada al órgano judicial
correspondiente.
DERECHO ADMINISTRATIVO
Esta discrecionalidad tiene límites, pues siempre debe haber una adecuación a los
fines de la norma y el acto debe ser proporcional a los hechos o causa que los originó,
conformándose así, los principios de racionalidad, razonabilidad, justicia, equidad,
igualdad, proporcionalidad y finalidad. La Ley del Procedimiento Administrativo, en
el art. 4. inc. p), establece en forma expresa el principio de proporcionalidad, que
señala que "La Administración Pública actuará con sometimiento a los fines
establecidos en la presente Ley y utilizará los medios adecuados para su
cumplimiento".
en las relaciones con las autoridades públicas. De manera que aplicado este principio a
las relaciones entre las autoridades públicas y los particulares, exige que la actividad
pública se realice en un clima de mutua confianza que permita a éstos mantener una
razonable certidumbre en torno a lo que hacen, según elementos de juicio obtenidos a
partir de decisiones y precedentes emanados de la propia administración, asimismo
certeza respecto a las decisiones o resoluciones obtenidas de las autoridades públicas".
En coherencia con los principios antes anotados, el art. 27 de la LPA, señala que "se
considera acto administrativo, toda declaración, disposición o decisión de la
Administración Pública, de alcance general o particular, emitida en ejercicio de la
potestad administrativa, normada o discrecional, cumpliendo con los requisitos y
formalidades establecidos en la presente Ley, que produce efectos jurídicos sobre el
administrado. Es obligatorio, exigible, ejecutable y se presume legítimo".
El art. 32 de la LPA, señala que "Los actos de la Administración Pública sujetos a esta
ley se presumen válidos y producen efectos desde la fecha de su notificación o
publicación". De acuerdo a esta norma, se presume la validez de los actos
administrativos; sin embargo, el capítulo V de la LPA, establece los casos en que el
acto administrativo puede ser declarado nulo o anulable. Así, el art. 35 establece:
"I. Son nulos de pleno derecho los actos administrativos en los casos siguientes: a)
Los que hubiesen sido dictados por autoridad administrativa sin competencia por
razón de la materia o del territorio; b) Los que carezcan de objeto o el mismo sea
ilícito o imposible; c) Los que hubiesen sido dictados prescindiendo total y
absolutamente del procedimiento legalmente establecido; d) Los que sean contrarios a
la Constitución Política del Estado; y e) Cualquier otro establecido expresamente por
ley.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 154
"I. Serán anulables los actos administrativos que incurran en cualquier infracción al
ordenamiento jurídico distinta de las previstas en el artículo anterior.
De acuerdo a las normas transcritas, tanto la nulidad como la anulabilidad de los actos
administrativos, sólo pueden ser invocadas mediante la interposición de los recursos
administrativos previstos en la ley y dentro del plazo por ella establecido; en
consecuencia, en virtud a los principios de legalidad, presunción de legitimidad, y
buena fe, no es posible que fuera de los recursos y del término previsto por ley se
anulen los actos administrativos, aún cuando se aleguen errores de procedimiento
cometidos por la propia administración, pues la Ley, en defensa del particular, ha
establecido expresamente los mecanismos que se deben utilizar para corregir la
equivocación; por ende, fuera del procedimiento previsto y los recursos señalados por
la ley, un mismo órgano no podrá anular su propio acto administrativo (conocido en la
doctrina como acto propio), por cuanto una vez definida una controversia y emitida la
Resolución, ésta ingresa al tráfico jurídico y por lo tanto ya no está bajo la
competencia de la autoridad que la dictó, sino a la comunidad, como lo ha reconocido
este Tribunal en la SC 1173/2003-R, de 19 de agosto.
"La buena fe que debe presidir el tráfico jurídico en general y la seriedad del
procedimiento administrativo, imponen que la doctrina de los actos propios obliga al
demandante a aceptar las consecuencias vinculantes que se desprenden de sus propios
actos voluntarios y perfectos jurídicamente hablando, ya que aquella declaración de
voluntad contiene un designio de alcance jurídico indudable…" (Sentencia de 22 de
abril de 1967).
"Un tema jurídico que tiene como sustento el principio de la buena fe es el del respeto
al acto propio, en virtud del cual, las actuaciones de los particulares y de las
autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de la buena fe (art. 83 C.N).
Principio constitucional, que sanciona entonces, como inadmisible toda pretensión
lícita, pero objetivamente contradictoria con respecto al propio comportamiento
efectuado por el sujeto".
"La teoría del respeto al acto propio, tiene origen en el brocardo 'Venire contra
pactum proprium nellí conceditur' y, su fundamento radica en la confianza despertada
en otro sujeto de buena fe, en razón de una primera conducta realizada. Esta buena fe
quedaría vulnerado si fuese admisible aceptar y dar curso a una pretensión posterior y
contradictoria…." (Sentencia T-295/99).
En ese sentido, las terceras personas que resulten afectadas en sus derechos por
cualquier resolución o acto administrativo, deben ser necesariamente notificadas para
que puedan asumir defensa y participar en el procedimiento ya iniciado, no siendo
posible que la Administración, en forma unilateral y sin el cumplimiento de las
formalidades previstas por ley, pueda revocar o modificar actos o resoluciones que
reconozcan derechos a favor de los administrados, sin el consentimiento de éstos.
El art. 2.II de la LPA, establece que "Los Gobiernos Municipales aplicarán las
disposiciones contenidas en la presente Ley, en el marco de lo establecido en la Ley
de Municipalidades". En este contexto, las normas de la Ley del Procedimiento
Administrativo, son aplicables al ámbito municipal, compatibilizadas con las
contenidas en la Ley de Municipalidades y, en consecuencia, las disposiciones que
emanen del ejecutivo o legislativo municipal, que definan alguna situación jurídica
concreta, deben considerarse como actos administrativos, y como tales, dentro del
marco jurídico antes referido, se presumen legales, legítimos y, por lo mismo, sólo
pueden ser anulados, revocados o modificados cuando se siga el procedimiento y los
plazos establecidos por la Ley de Municipalidades, conforme a los criterios señalados
en la Ley del Procedimiento Administrativo ( FJ III.2). Lo señalado, no contradice el
art. 21.IV de la LM, que establece que "Toda Ordenanza se encuentra vigente
mientras no fuera derogada o abrogada mediante otra Ordenanza emitida por el
Concejo del Municipio correspondiente. No existe declaratoria de desuso de
Ordenanzas Municipales"; pues, se debe tener presente que la atribución de derogar o
abrogar que tiene el Concejo Municipal, está referida a las Ordenanzas Municipales,
las que, conforme a los arts. 12.4 y 20 de la LM, son normas generales emanadas del
Concejo Municipal; y en tanto éstas cumplan con su carácter de generalidad podrán
ser derogadas o abrogadas por el Concejo Municipal, conforme a lo establecido por el
art. 21 de la LM; sin embargo, esta facultad no podrá ser ejercida en forma
discrecional, sino que estará limitada por los propios fines establecidos por la Ley de
Municipalidades, deberá basarse en criterios técnicos, políticos, económicos, sociales,
etc., que sean atendibles y proporcionados; es decir, que la actuación debe adecuarse a
los fines de la norma y el acto debe ser proporcional a los hechos o causa que los
originen, atendiendo al principio de los límites de la discrecionalidad ( FJ III.1.3.).
Ahora bien, cuando la Ordenanza Municipal no contenga normas generales sino que,
por una inadecuada utilización - común en nuestra realidad jurídica- defina una
situación concreta, creando, reconociendo o declarando un derecho subjetivo -que
debió resolverse a través de una resolución-, agotándose el procedimiento establecido
por Ley, el Concejo Municipal no podrá derogarla o abrogarla, por respeto a los
derechos adquiridos por los administrados, y los principios de legitimidad y buena fe.
los administrados, por ejemplo, permisos por los cuales se autoriza a una persona
natural o jurídica el ejercicio de un derecho (venta de bebidas alcohólicas, instalación
de kioskos, etc.). Este acto puede ser revocado por la Administración con la debida
fundamentación, por razones de utilidad pública; sin embargo, estará restringido por
el principio de los límites de la discrecionalidad a que se ha hecho referencia
anteriormente y será un deber de la Administración el notificar a terceras personas que
podrían resultar afectadas en sus derechos, antes de dictarse o emitirse el acto
administrativo, otorgándoles así la posibilidad de ejercer el derecho a la defensa,
como lo establece la Ley del Procedimiento Administrativo, glosada anteriormente.
III.5.2. En ese sentido, la OM 07/98, podía ser abrogada siempre y cuando se hubieran
llenado las siguientes exigencias:
189/2001-R, de 7 de marzo, como "…la potestad, capacidad o facultad que tiene toda
persona de formular quejas o reclamos frente a las conductas, actos, decisiones o
resoluciones irregulares de los funcionarios o autoridades públicas o la suspensión
injustificada o prestación deficiente de un servicio público, así como el de elevar
manifestaciones para hacer conocer su parecer sobre una materia sometida a la
actuación de la administración o solicitar a las autoridades informaciones; en sí es una
facultad o potestad que tiene toda persona para dirigirse, individual o colectivamente,
ante las autoridades o funcionarios públicos, lo que supone el derecho a obtener una
pronta resolución, ya que sin la posibilidad de exigir una respuesta rápida y oportuna
carecería de efectividad el derecho. En consecuencia, el ejercicio del derecho supone
que una vez planteada la petición, cualquiera sea el motivo de la misma, la persona
adquiere el derecho de obtener pronta resolución, lo que significa que el Estado está
obligado a resolver la petición. Sin embargo, el sentido de la decisión dependerá de
las circunstancias de cada caso en particular y, en esa medida podrá ser positiva o
negativa…"; se constata que los actores, en representación del Sindicato "2 de junio",
presentaron ante el Concejo Municipal su solicitud de "revocatoria de Ordenanza
Municipal" el 10 de febrero de 2004; recurso que si bien no está previsto para las
ordenanzas municipales -pues de éstas sólo se puede solicitar la reconsideración- no
es menos cierto que en virtud del principio de informalismo, los concejales
municipales debieron dar respuesta al actor; al no hacerlo, lesionaron el derecho de
petición del sindicato representado por los actores.
DERECHO DE IMPUGNACION
26208 de 7 de junio de 2001, son contrarios a los arts. 7 inc. h), 16.II, 116.X y 229 de
la CPE conforme sostiene el que promovió el recurso.
Por lo tanto la impugnación es una etapa previa que se realiza ante la misma
administración, en este caso ante la entidad solicitante, constituyéndose en una
primera ocasión para darle curso a las eventuales inconformidades que puedan
suscitarse; etapa que, como procedimiento administrativo que es, admite la
controversia necesaria y otorga las oportunidades pertinentes para que los diferentes
puntos de vista se expresen, antes de adoptar la solución que se estime acertada, de
manera que al proceso de impugnación no le es ajeno el debido proceso cuya
aplicación a las actuaciones administrativas aumenta la probabilidad de que todos los
puntos de vista relevantes sean ponderados y de que la decisión tomada, en sede
administrativa, sea justificada y racional. La falta de previsión de trámites como los
analizados o su simple pretermisión se traduciría en la omisión del art. 16 de la CPE
que extiende el debido proceso a "toda clase" de actuaciones administrativas.
Lo que nos permite concluir que si bien es cierto que el principio de gratuidad es un
medio de acceso efectivo a la justicia gratuita, éste tiene las excepciones
precedentemente desarrolladas, por lo que, aplicando el anterior razonamiento al caso
de autos se debe entender que la parte interesada a tiempo de interponer la
impugnación tendrá que presentar la garantía que asegure la seriedad de su recurso.
Además de las razones de índole constitucional existen razones legales, en las que el
mencionado principio tiene sus condicionamientos, derivados de otro postulado
fundamental como es el de la prevalencia del interés común; al respecto cabe destacar
que el principio de gratuidad, está vinculado a que la justicia esté al alcance de todos
es decir sea efectivo el derecho fundamental a la igualdad. Es así que la mayoría de
las legislaciones del mundo contemplan la condena en costas usualmente a quien ha
sido vencido en juicio, así como en los procesos de contratación se establece una
sanción a quien no ha sido favorecido con la impugnación; así tenemos en Colombia
la Ley 80 de 1993 (Octubre 28) "Estatuto General de Contratación de la
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 166
En este ámbito, los procesos de contratación en el sector público tienen que ser
desarrollados sumariamente, debiendo adecuarse a lo previsto en el Programa Anual
de Contrataciones, establecido por el art. 12 de las Normas Básicas del Sistema de
Bienes y Servicios (SABS); a este efecto, las Normas Básicas establecen que los
plazos para las diferentes etapas de dicho proceso -publicación de convocatorias,
plazos de presentación de propuestas, apertura de sobres, formulación de consultas,
interposición de recursos y otras- son breves; asimismo, y para evitar dilaciones
perjudiciales para la entidad contratante, el legislador ha previsto que los recursos que
contemplan las Normas Básicas ya citadas no sean objeto de uso abusivo por parte de
los proponentes ante supuestas irregularidades cometidas por las autoridades
administrativas, a cuyo efecto se determina la presentación de garantías bancarias, las
que deberán ser devueltas a los recurrentes en caso de que la Resolución impugnada
sea revocada, o podrán ser ejecutadas por la entidad contratante en caso de que dicha
Resolución sea confirmada.
De los fundamentos expuestos, se debe concluir que, las normas previstas por el art.
81.IV. incs. a) y b) de las NBSABS, aprobado por el DS 25964 y modificado por el
art. 2 del DS 26208, al imponer como condición para presentar el recurso de
impugnación en el procedimiento administrativo de adquisición de bienes y servicios,
la presentación de una garantía, no son contrarias y violatorias de los arts. 7 inc. h),
16.II, 116.X y 229 de la CPE.
DOCENTES UNIVERSITARIOS
en los grupos que le corresponden, extremo que no fue negado por las autoridades
recurridas, quienes sostienen que el actor no es docente de la nueva Facultad de
Auditoría Financiera o Contaduría Pública, y por consiguiente no le corresponde la
asignación de carga horaria en esa unidad facultativa.
Sobre el particular es necesario precisar que, de acuerdo a lo previsto por el art. 58 del
Reglamento General del Profesor Universitario de la UAGRM, uno de los derechos de
los docentes consiste en que no podrán ser removidos de sus cargos sin previo proceso
(numeral 18); que dentro del respectivo período académico y con la debida
anticipación, se le asignará la carga horaria correspondiente (numeral 22), la misma
que luego no podrá ser objeto de reducción sin que medie justificación, aclarándose
que cuando no existiese el número de alumnos para impartir sus materias, se le
asignarán trabajos de investigación o de extensión para mantener su carga horaria
anterior (numeral 23).
Los preceptos legales anotados, permiten concluir que la reducción de carga horaria o
desprogramación, no depende de la voluntad de la autoridad universitaria, sino de las
circunstancias que en determinado momento pueden justificar que se asuma esa
determinación, como es la inexistencia de alumnos para dictar la materia programada,
según dispone el ya citado art. 58, numeral 23 del Reglamento General del Profesor
Universitario.
En al caso que se analiza, resulta ser evidente que de manera ilegal, se procedió a
"desprogramar" al recurrente por instrucciones verbales del Decano recurrido, es
decir, a suprimir la carga horaria asignada al actor en gestiones pasadas, sin que medie
justificativo alguno, y lo que es más, pese a tratarse de una determinación que
afectaba los derechos de un docente ordinario, no se expidió Resolución
fundamentada como era lo correcto, arbitrariedad que no solo lesiona el derecho a la
defensa del actor, sino también sus derechos al trabajo, al debido proceso y a la
seguridad jurídica; consecuentemente el recurrente se encuentra en estado de
indefensión ante la ilegalidad descrita, requiriendo la tutela inmediata que el amparo
constitucional otorga a las personas cuyos derechos o garantías han sido conculcados.
"El art. 45 del Estatuto Orgánico de la U.A.G.R.M. expresa que en cada Facultad,
Escuela o Instituto dependiente de la Universidad, funcionará un Consejo Directivo
"que juntamente con el Decano o Director, ejercerá el gobierno del establecimiento".
El art. 49-e) del indicado Estatuto atribuye a los Consejos Directivos la competencia
de "incoar procesos contra profesores por notoria incapacidad, negligencia, reiteradas
inasistencias o inmoralidad y, si encontrara materia justiciable, someterlos a la
jurisdicción del Consejo Universitario..".
171 José Luis Paredes Oblitas
Que, las posteriores Constituciones como la actual, mantienen la redacción del art.
107 señalado, ampliándolo en algunas partes, quedando redactada la previsión del art.
136 de la Constitución Política
del Estado, así: "I. Son bienes del dominio originario del Estado, el suelo y el
subsuelo con todas sus riquezas naturales, las aguas lacustres, fluviales y medicinales,
así como elementos y fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento. II. La Ley
establecerá las condiciones de este dominio, así como las de su concesión y
adjudicación a los particulares"; por consiguiente, el agua como fuerza física
susceptible de aprovechamiento, se encuentra dentro de los bienes del dominio
originario del Estado.
III.2. Que, el solicitante pide se promueva la presente acción, afirmando que como
propietario del suelo en el que discurren aguas, tiene la facultad de aprovechar ese
recurso hídrico. Corresponde determinar si las aguas medicinales que discurren por la
propiedad del recurrente, se encuentran o no dentro de la previsión del art. 136 CPE.
Que, el dominio originario del Estado sobre las aguas implica un dominio fluvial, que
está constituido por los ríos propiamente dichos, los arroyos y todo curso de agua en
los trechos que corran dentro del territorio de un Estado; estos bienes se regulan en
parte por el Derecho público (Derecho administrativo) y en parte por el Derecho
privado (Derecho civil).
173 José Luis Paredes Oblitas
Que, cuando se trata de aguas reguladas por el Derecho administrativo (cuyas normas
y principios son diferentes a los del Derecho privado) implica que las aguas públicas
(que integran el dominio originario del Estado) "... están afectadas al uso directo de la
colectividad referida a una entidad administrativa de base territorial y destinada al uso
público de los administrados y no son susceptibles, por tanto, de apropiación privada"
(Enciclopedia Jurídica Omeba, T IX, pág. 424); de esa definición se desprende que el
uso que se realice de las aguas fluviales y medicinales (como sería la utilización de
carácter industrial, comercial y otros), necesariamente tienen que ser determinadas por
el Estado a través de una Ley de la República, que establezca las condiciones de su
dominio, así como las concesiones o adjudicaciones a particulares, como se colige del
segundo párrafo del art. 136 CPE.
Que, a través de la Ley 2029 de 29 de octubre de 1999 (modificada por Ley 2066 de
11 de abril de 2000), se establecen las normas que regulan la prestación y utilización
de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario, así como el
procedimiento para otorgar concesiones y licencia para la prestación de los servicios;
el párrafo segundo del artículo transitorio de dicha Ley establece "Todas las
autorizaciones para aprovechamiento de otros usos (diferentes a la utilización de los
servicios de agua potable y alcantarillado sanitario, como son la utilización comercial
de aguas medicinales), en tanto se apruebe la Ley que norme el Recurso Agua, serán
aprobadas por Ley".
Que, corresponde aclarar que "La concesión es, un acto de Derecho Público, mediante
el cual el Estado, delega a una persona o en una empresa particular, una parte de su
autoridad y de sus atribuciones para la prestación de un servicio de utilidad general",
concesión que tiene características y naturaleza diferente a la consolidación, que
implica "Juntar el dominio útil y el directo" (Diccionario de Ciencias Jurídicas,
Políticas y Sociales de Manuel Ossorio, págs. 203 y 222). Con la Ley demandada de
inconstitucional, no se ha otorgado a ningún particular concesión perpetua alguna
(como equivocadamente parece entender el solicitante), sino que se ha consolidado
para el Estado (a través del Gobierno Municipal de Potosí), la utilización de las aguas
termales que fluyen de la fuente denominada "Ojo del Inca" (medicinales), que
constituyen parte de los bienes del dominio originario del propio Estado, destinadas a
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 174
III.3. Que, la Ley que se impugna, tampoco es contraria al art. 6 CPE por cuanto al
tratarse de una norma de aplicación general, no afecta a la personalidad y capacidad
jurídica del recurrente, quien de manera particular no se ha visto discriminado en el
goce de sus derechos, libertades y garantías reconocidas por la Constitución por
razones de raza, sexo, religión u otras conforme es el sentido de dicha disposición
constitucional.
Que, tampoco es evidente la afirmación del solicitante en sentido de que la Ley 2425
lesione la norma contenida en el art. 7 inc. h) CPE que consagra el derecho de
petición, pues el ejercicio de este derecho no implica necesariamente que toda
petición sea atendida favorablemente, como lo ha señalado la profusa jurisprudencia
del Tribunal Constitucional.
POR TANTO
ELECCIONES
II. Los concejales suplentes sólo podrán ser elegidos miembros de la Directiva del
Concejo, cuando su titular lo autorice expresamente y, en caso de su reincorporación,
se procederá a nueva elección por el cargo cesante.
III. Los concejales que integran las Directivas del Concejo Municipal y de las
Comisiones, durarán en sus funciones un año, pudiendo ser reelectos, en la forma
establecida por la presente Ley y Reglamento Interno del Concejo Municipal".
En ese entendido, la mayoría absoluta está formada por la mitad más uno de los votos.
Tratándose de número par, la constituye el entero inmediato superior a la mitad, de 8
es 5, si el número de votantes o votos es impar, la mayoría absoluta la determina el
número entero que sigue a la fracción matemática de la mitad, así de 7 -cuya mitad es
3,5- la mayoría la forman 4 y las cifras mayores hasta 7.
En ese contexto, se concluye que no existe lesión alguna a los derechos invocados por
los recurrentes, puesto que como se tiene dicho, el ser mayoría relativa no les concede
el derecho material de presidir la Directiva del Concejo Municipal, por lo mismo, al
haber conformado una mayoría entre el resto de los partidos o frentes, ello no les
impide que ejerzan la función pública de concejales para cuyo cargo han sido elegidos
por votación popular. Situación que amerita declarar improcedente el recurso.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 178
Asimismo, conviene destacar que las sesiones del Concejo Municipal deben llevarse a
cabo en el propio Concejo y no así en establecimientos escolares que están destinados
a fines educativos distintos del rubro edil.
EMBARGO Y COMISO
trata de un acto regido por los principios del derecho civil por afectar bienes propios
de los ejecutados.
III.3.Es diferente la naturaleza jurídica del "comiso", establecido por normas que
regulan la relación entre el Estado y los administrados, como son el Código Tributario
y la Ley General de Aduanas (LGA), siendo por tanto de naturaleza administrativa y
establecida como sanción accesoria por el art. 106 inc. b) del CTb abrogado,
comprendiéndose como la pérdida del derecho propietario sobre los bienes
provenientes de una conducta calificada como delictiva, supone la apropiación por
parte del Estado de ese bien sin que haya otro objetivo particular, por tanto existe una
extinción del derecho de propiedad -sin embargo lo expuesto, siempre es pasible a la
aplicación de normas penales más favorables al delincuente, de acuerdo con los
principios constitucionales-, por ello a partir de ese acto no son aplicables normas
civiles como en el caso del embargo, porque ya no existe disputa judicial ni derechos
controvertidos que por vía de las normas civiles pueda reclamar el propietario de los
bienes comisados; y el Estado puede disponer de estos bienes de acuerdo a los
procedimientos administrativos que haya establecido con anterioridad; que en el caso
de los lingotes comisados, estas normas son las previstas por el Procedimiento Para
Remate de Mercancías de la Aduana Nacional, aprobado mediante Resolución RD01-
041-01, de 7 de noviembre de 2001.
En el presente caso, según acreditan los antecedentes que cursan en el expediente los
actos preparatorios de la voluntad administrativa de transferencia de los lingotes de
oro fueron modificados, es esa modificación que impugna el recurrente arguyendo
que, habiendo depositado el monto del valor en el que se adjudicó dos lingotes de oro,
no se ha emitido a su favor la Resolución de Adjudicación, más por el contrario se
emitió un Auto administrativo devolviéndole el depósito inicial efectuado, sin darle
mayores explicaciones, por lo que acudió en recurso de revocatoria primero y
jerárquico en forma posterior, según las previsiones del procedimiento administrativo,
establecidas en las normas de los arts. 64 y 66 de la LPA, a los cuales recibió como
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 180
EMPRESAS COMISIONISTAS
183 José Luis Paredes Oblitas
ESTABLECIMIENTOS DE EDUCACION
Que, el art. 7-e) CPE consagra el derecho a recibir instrucción y adquirir cultura,
como uno de los derechos fundamentales reconocidos por el Estado; el art. 177-I-III
de la misma Carta Fundamental, declara que la educación es la más alta función del
Estado, debiendo fomentar la cultura del pueblo y que la educación fiscal es gratuita,
siendo obligatoria en el ciclo primario.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 184
Que, en el caso que se analiza, la Directora del Colegio "Jesús María Fe y Alegría"
recurrida, negó la solicitud de la recurrente Mary Herrera Yevara de Aranibar de
inscribir a su hijo menor Miguel Ángel Aranibar Herrera en el segundo curso de
primaria, con el argumento de por no existir plazas.
"La Capacidad máxima de acuerdo al espacio físico del Segundo Curso Básico "A" de
la Unidad Educativa "Jesús María Fe y Alegría" y turno mañana, es para 40 alumnos.
Sin embargo ... cuenta con 9 mesas para 4 alumnos cada una, es decir tienen en
equipamiento (mobiliario) una capacidad para albergar a 36 alumnos".
40 alumnos), por lo menos con relación al hijo de la recurrente (que sería el alumno
37 de la lista), dotándole del mobiliario necesario y adecuado.
Que, siendo obligación del Estado prestar el servicio público de la educación, por
constituir un instrumento para el ejercicio de los demás derechos, corresponde
conceder la tutela demandada y proteger el derecho fundamental a la educación del
hijo menor de la recurrente; por lo que es viable la tutela solicitada
Que el Tribunal del Recurso al haber declarado procedente el Recurso, ha hecho una
correcta evaluación del caso en análisis, así como ha dado una cabal aplicación del art.
19 CPE.
ESTUDIANTES
tan drástica como la suspensión definitiva de los mencionados alumnos, sin darles
oportunidad de asumir defensa como señala el Reglamento de Administración y
Funcionamiento para Unidades Educativas de nivel inicial, primario y secundario en
su art. 12.c), que dispone: "...Antes de la suspensión definitiva del alumno se
notificará a él y a sus padres para que tengan la oportunidad de asumir defensa"; pues
conforme a la norma correspondía un sumario disciplinario, aplicando en su caso,
como medida precautoria la suspensión temporal entre tanto se sustancie el proceso.
III.2La autoridad demandada no dio cumplimiento a la citada disposición legal, pues
como lo señala en su informe, al revestir gravedad los hechos que motivaron la
adopción de su decisión debió iniciar un sumario informativo o un proceso interno en
el que los sancionados tengan la oportunidad de presentar descargos o al menos
prestar su declaración, para desvirtuar, rechazar o en su caso admitir los extremos que
se les atribuyen. Al no haberlo hecho así ha restringido y vulnerado los derechos
invocados en el recurso, lo que determina su procedencia al ser evidente la actuación
ilegal del recurrido quien si bien como afirma, tiene el deber de velar por la seguridad
del alumnado en general, empero debe hacerlo cumpliendo con las disposiciones
legales y procedimientos previstos por ley, no vulnerando derechos y garantías
fundamentales como en el caso de autos, mismas que deben ser reparadas,
independientemente de la denuncia presentada ante el Ministerio Público.
Por lo relacionado, corresponde otorgar la tutela solicitada por encontrarse los hechos
dentro de las previsiones del art. 19 CPE. En tal virtud, el Tribunal de amparo
constitucional al haberlo declarado procedente ha efectuado una adecuada compulsa
de los antecedentes procesales.
EXPROPIACION
III.2En el caso que motivó el presente recurso, de los antecedentes que cursan en el
expediente se establece que la Alcaldía de la ciudad de Cochabamba inició y
desarrolló el procedimiento administrativo de expropiación del bien inmueble del
recurrente, sito en la zona de Condebamba de la ciudad de Cochabamba, a cuyo efecto
dictó la Ordenanza Municipal 1703/95 de 24 de noviembre, declarando la necesidad y
utilidad pública, por consiguiente disponiendo la expropiación del inmueble; el
procedimiento expropiatorio se sujetó a las normas previstas por la Ley de
expropiación (LE) de 30 de diciembre de 1884, así como a los arts. 83 a 88 de la Ley
696 Orgánica de Municipalidades (LOM) de 10 de enero de 1985. En el
procedimiento administrativo de expropiación, la Alcaldía Municipal, mediante
Resolución Técnico Administrativa 1852/97 de 2 de octubre, aprobó el respectivo
justiprecio practicado por el perito dirimidor, fijándose en la suma de Bs349.232,00-.
de la citada Ley sólo corresponde la vía judicial cuando exista discusión respecto a la
determinación sobre la necesidad de que se expropie todo o parte de la propiedad y
sobre la determinación del monto a ser indemnizado, no correspondiendo la vía
judicial para exigir el pago de la expropiación; ello en razón a que corresponde a la
entidad pública que efectúa la expropiación el realizar el pago de la indemnización
con carácter previo a que se efectivice la transferencia del derecho propietario sobre el
inmueble a expropiarse, así como a la ocupación física del inmueble, por lo mismo no
es al titular del bien expropiado a quien corresponde cobrar, por vías judiciales la
indemnización, sino a la entidad que realiza la expropiación efectuar el pago previo de
la indemnización; por lo tanto, no es evidente que los recurrentes tengan la vía del
proceso judicial expedita para efectuar el cobro de la indemnización, pues si bien
plantearon un requerimiento de mora, deberá entenderse que es en la vía de la
reclamación permanente a la que se han visto obligados por la omisión de la Alcaldía
Municipal de Cochabamba.
En definitiva, los recurrentes no tienen ninguna otra vía legal expedita e idónea para
lograr la protección inmediata de su derecho fundamental lesionado, pues si bien es
cierto que, conforme a la norma prevista por el art. 87 LOM, en cuya vigencia se
tramitó la expropiación, los recurrentes pudieron haber acudido a la figura legal del
abandono o caducidad de la expropiación, pidiendo les sea revertido el bien
expropiado para poder efectuar actos de disposición del bien inmueble, por no haberse
efectuado el pago de la indemnización en el plazo de dos años, no es menos cierto que
ello materialmente es imposible toda vez que la Alcaldía Municipal de la ciudad de
Cochabamba, ha efectuado la ocupación física del inmueble, así como ha asumido
actos de disposición del inmueble habiendo construido el parque público "Ulises
Hermosa", de manera que los recurrentes no podrían ocupar nuevamente un parque
público; de ello se infiere que los recurrentes no tienen ninguna otra vía legal para la
protección inmediata de sus derechos lesionados.
EXPROPIACION
INCUMPLIMIENTO DE LA ALCALDIA
informes se vienen realizando desde el año 2000, derivándolos de una autoridad a otra
en perjuicio de sus derechos y sin tener presente que dicho trámite administrativo no
puede durar indefinidamente, lo que determina se le otorgue la tutela constitucional
que solicita, en consideración a que los actos ilegales y omisiones indebidas por parte
de la Alcaldía Municipal de Quillacollo, no obstante del transcurso del tiempo y los
trámites efectuados por el recurrente continúan, circunstancia que abre el ámbito de
protección de este amparo constitucional. Lo relacionado precedentemente, determina
la procedencia del recurso, haciendo viable la tutela que solicita el recurrente, al
encontrarse la situación planteada dentro de las previsiones del art. 19 CPE, de
manera que el Juez de amparo al haber declarado procedente el recurso aunque con
distinto fundamento, ha efectuado una adecuada compulsa del mismo y dado correcta
aplicación al citado precepto constitucional
EXPROPIACION
Que en este sentido, la circunstancia de que exista conflicto sobre las personas que
reclaman la titularidad del derecho propietario sobre el inmueble a expropiarse, no
constituye impedimento alguno para que se dé cumplimiento al art. 22-II de la
Constitución Política del Estado que dispone el previo pago de la indemnización justa,
pues el art. 8 de la Ley de Expropiación de 30 de diciembre de 1884 prevé esta
situación al establecer que "El precio íntegro de la tasación se satisfará al interesado
con anticipación al desahucio, o se depositará si hubiere reclamación de tercero por
razón de enfiteusis, servidumbre, hipoteca, arriendo u otro cualquier gravamen que
afecte la propiedad, dejando a los tribunales ordinarios la declaración de los
respectivos derechos."
EXPROPIACION
REQUISITOS
Asimismo, la norma en análisis señala que el fin al cual será aplicado el bien
expropiado debe estar de acuerdo a los planes, proyectos y programas debidamente
aprobados con anterioridad a la expropiación, situación que en el caso de autos
tampoco fue observada, pues de los antecedentes que cursan en obrados no se
evidencia o cuando menos los recurridos no han demostrado que la construcción de la
carceleta forme parte de algún plan, proyecto o programa del Gobierno Municipal de
Sacaca, aprobado con anterioridad, teniéndose como único antecedente sobre el
particular una simple solicitud del Fiscal y Juez co-recurridos. Además que dentro de
los fines del Gobierno Municipal definidos por el art. 5.II de la LM, no están las de
construir cárceles o carceletas, tampoco dentro de las competencias que para el
cumplimiento de sus fines han sido establecidas por el art. 8 de la indicada Ley,
especialmente en su parágrafo II donde se hace énfasis -como competencia del
Gobierno Municipal en materia de infraestructura- la construcción, equipamiento y
mantenimiento de infraestructura en los sectores de educación, salud, cultura,
deportes, micro riego, saneamiento básico, vías urbanas y caminos vecinales, ninguna
de las cuales tiene relación con la construcción de establecimientos penitenciarios, lo
cual se encuentra encomendado a otras instancias del Gobierno Central, siendo así que
el art. 85.II de la Ley de ejecución penal y supervisión (LEPS) establece que será la
Dirección General de Régimen Penitenciario y Supervisión, la que apruebe los
proyectos de construcción, remodelación y adaptación de los establecimientos
penitenciarios, estableciéndose de lo anteriormente expresado que las autoridades
municipales recurridas pretenden expropiar un inmueble para darle un uso no previsto
en el ámbito de la competencia y fines del Gobierno Municipal incurriendo en un
nuevo acto ilegal.
III.3.Por otra parte, siempre dentro del marco legal establecido para el trámite de las
expropiaciones a cargo de los Gobiernos Municipales se tiene que el art. 123.I de la
LM señala respecto al avalúo o justiprecio, que el monto de la indemnización por
expropiación de bienes urbanos, será el valor acordado entre partes o, en su caso, el
establecido por autoridad competente, previo avalúo pericial. En el caso en análisis se
pretende imponer al recurrente un monto indemnizatorio no sólo ilegal, sino arbitrario
de Bs17.102,59.- determinado unilateralmente por el Gobierno Municipal sobre valor
catastral establecido en base a la RS 217079 de 10 de junio de 1997, que aprueba las
tablas para el cobro del Impuesto a la Propiedad de Bienes Inmuebles para la gestión
197 José Luis Paredes Oblitas
1996, cuando estos valores son actualizados cada año sobre la base de la variación del
tipo de cambio, pretendiéndose aplicar no solamente valores desactualizados, sino una
disposición legal que ya no está en vigencia, puesto que el Gobierno Central en
cumplimiento a disposiciones legales vigentes, todos los años a través de Resolución
Suprema aprueba la zonificación y tablas para el cobro del referido impuesto. No
obstante, ante la disconformidad del recurrente con dicho monto, lo que correspondía
era acudir ante el Juez competente para que defina el justiprecio previo avalúo
pericial. Así, la SC 1595/2002-R, de 20 de diciembre.
EXPROPIACION
Por previsión del art. 7 de la mencionada Ley, concluida la primera etapa descrita,
debe practicarse el justiprecio de la propiedad, a cuyo efecto cada parte (propietario y
entidad expropiante) nombra su perito o entre ambas a un tercero en caso de discordia,
el cual de no haber acuerdo será nombrado por el Juez de Partido, pudiendo ser
recusado hasta dos veces por los interesados; en caso de existir solo un perito que
provoque disconformidad en el monto al propietario, éste puede también reclamar
ante la propia prefectura, de acuerdo con lo previsto por el art. 21 de la citada ley, en
un procedimiento administrativo.
III.2.En el caso que motiva el presente recurso, de los antecedentes que cursan en el
expediente se constata que el Estado boliviano, mediante DS 14544 de 26 de abril de
1977, ha declarado de necesidad y utilidad pública la expropiación de la extensión
superficial de 6.400 hectáreas en la región de Santivañez, provincia Capinota del
Departamento de Cochabamba, destinadas a la implementación de un Parque
Industrial en el mencionado Departamento, debiendo determinarse las áreas
susceptibles de esta disposición a la localización del Parque Industrial, labor
encargada a la disuelta Corporación Regional de Desarrollo de Cochabamba
(CORDECO), cuyas atribuciones y responsabilidades en obras y proyectos, por
mandato de las normas previstas por el art. 24 de la Ley de Descentralización
Administrativa, pasaron a ser responsabilidad de la Prefectura de Cochabamba.
Dentro de dicha declaración de necesidad y utilidad pública han sido afectados los
terrenos que adquirió el recurrente el 20 de junio de 2002, así consta de los
documentos internos de la Prefectura cursantes en el expediente. Al tener
conocimiento de dicha situación, el recurrente se apersonó ante la Prefectura, hoy
recurrida, y propuso la suscripción de un contrato expresado en un documento
privado, cuyas firmas y rúbricas fueron debidamente reconocidas (fs. 92 a 94); en
dicho contrato, el recurrente hizo un expreso reconocimiento y respeto del uso
industrial de los terrenos, así como la constitución de servidumbre voluntaria por
utilidad pública de los servicios públicos, finalmente expresó su voluntad de
someterse a la expropiación; dicha manifestación expresa, según refiere el propio
recurrente, se constituyó en un permiso expreso de su parte para que la Prefectura
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 200
III.3.El recurrente denuncia como actos ilegales e indebidos el que la Prefectura del
Departamento de Cochabamba habría tomado posesión de sus terrenos, cuya
expropiación fue declarada de necesidad y utilidad pública, y realizado trabajos sin
haber pagado el justo precio, lo que en su criterio vulnera sus derechos a la seguridad
jurídica y a la propiedad privada, por ello solicita se le otorgue tutela disponiendo la
conclusión del trámite de expropiación y cancelación del justo precio en el plazo de
15 días. Para dilucidar la problemática planteada corresponde expresar las siguientes
consideraciones de orden jurídico - constitucional:
III.3.1. Con relación a los supuestos actos ilegales e indebidos en que habría incurrido
la Prefectura del Departamento de Cochabamba, al haber tomado posesión de los
terrenos y realizado trabajos sin haber pagado el justo precio, cabe señalar lo
siguiente: a) el recurrente no ha demostrado que la autoridad recurrida hubiese
tomado posesión de su propiedad privada por vías y acciones de hecho; b) según
acredita el documento cursante de fs. 92 a 94 del expediente, fue el propio recurrente
que de manera libre y expresa constituyó servidumbre voluntaria sobre sus terrenos
declarados de necesidad y utilidad pública para la expropiación; por lo mismo fue él
quien otorgó autorización para que la Prefectura recurrida pueda realizar los trabajos
que hoy denuncia como ilegales y arbitrarios. En efecto, en la cláusula Segunda de la
Minuta suscrita por el recurrente, éste declara expresamente lo siguiente: "Al presente
en condición de propietario, con legítimo derecho antes citado, de libre y espontánea
voluntad, reconozco en forma expresa respeto absoluto del uso industrial de los
terrenos ubicados en el Parque Industrial Santivañez y la constitución de servidumbre
voluntaria por utilidad pública de los servicios públicos, -destinado a la constitución
de servidumbres de paso, para la construcción de vías públicas de circulación
vehicular y peatonal, tendido de red eléctrica, agua potable, gas, alcantarilla y otros
servicios, en la forma y proporción que se hallen emplazados y descritos en los
respectivos planos de viabilidad-, a favor de la Prefectura de Cochabamba,
permitiendo el ingreso de personal, maquinarias y todos los trabajos necesarios para
realizar el establecimiento de las servidumbres y/o dar por bien ejecutado los trabajos
ya efectuados en los mencionados terrenos en las áreas señaladas" (las negrillas son
nuestras). Aunque debe advertirse que dicho convenio de constitución de servidumbre
201 José Luis Paredes Oblitas
EXPROPIACION
III.1.Dada la naturaleza jurídica del recurso directo de nulidad se establece que es una
acción jurisdiccional de control de legalidad sobre los actos o resoluciones de las
autoridades públicas, cuya finalidad es la de declarar expresamente la nulidad de los
actos invasivos o usurpadores de las competencias delimitadas por la Constitución y
las leyes; vale decir, que es un medio jurisdiccional reparador (SC 108/2003).
El art. 79 de la LTC, que desarrolla los presupuestos jurídicos previstos por el art. 31
de la CPE, dispone expresamente que este recurso procede contra todo acto o
resolución de quien usurpe funciones que no le competen, así como contra los actos
de quien ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la ley, no correspondiendo
examinar ningún otro aspecto que los indicados.
III.2.En primer término cabe estudiar si el recurso fue presentado dentro del término
que prevé el art. 81 de la LTC, dado que los recurridos aducen que la parte
demandante tenía conocimiento de la Ordenanza Municipal impugnada en ocasión de
plantear un amparo constitucional el 23 de diciembre de 2003 y que el recurso sería
extemporáneo.
FOTOCOPIAS LEGALIZADAS
FUNCIONARIOS PUBLICOS
III.1 Que, de acuerdo al art. 36 del Reglamento del Estatuto del Funcionario Público
contenido en el DS 25749 se tiene que todos : "Los funcionarios incorporados a las
entidades públicas hasta la vigencia de la Ley Nº 2027 sin proceso de convocatorias
públicas competitivas y evaluación de méritos, tendrán el carácter de funcionarios
públicos provisorios. Por consiguiente, dichos funcionarios no serán acreedores a los
derechos contenidos en el numeral II del art. 7 de la mencionada Ley…".
Que, el art. 5 de la Ley 2104 modificatoria del Estatuto del Funcionario Público,
dispone que este cuerpo legal, ingresará en vigencia plena noventa días después de la
posesión del Superintendente de Servicio Civil, el mismo que fue posesionado, en el
cargo el 20 de marzo de 2001, de modo que realizado el cómputo, se tiene que
Estatuto ingresó en vigencia plena el 20 de junio de 2001.
209 José Luis Paredes Oblitas
III.2 Que, en el presente caso, si bien el recurrente demuestra haber prestado sus
servicios en relación de dependencia en una entidad estatal como es el Servicio
Departamental de Salud (SEDES) e ingresado a la misma antes de la vigencia del
Estatuto del Funcionario Público, no es menos cierto que no ha demostrado ser un
funcionario de carrera, calidad que es la que se debe acreditar para exigir las garantías
previstas en el art. 7.II EFP, pues aún tomando en consideración la fecha señalada por
él (mayo de 1997) y que hubiese trabajado en forma ininterrumpida en el SEDES, su
antigüedad no alcanza a los cinco años exigidos por el art. 70.I.a) EFP, lo cual si bien
le da la calidad de funcionario público lo hace en la categoría de provisorio y no de
carrera, y por ello no puede exigir gozar del derecho a la estabilidad laboral prevista
solo para los funcionarios de carrera de acuerdo al art. 7.II.a) EFP, como tampoco
puede ser sometido a proceso previo, dado que éste es un derecho que no está previsto
para los funcionarios públicos provisorios sino únicamente para los de carrera
conforme disponen los arts. 40 y 41 EFP.
Que, ese sentido también se han resuelto otras problemáticas similares, entre ellas la
que fuera declarada improcedente por SC 420/2002-R, de 15 de abril, que dice:
Que en el caso planteado, el recurrente debió agotar todas las vías que tenía a su
alcance para formular su reclamo antes de plantear el Amparo, pues de acuerdo al art.
2 del DS 25233 de 27 de noviembre de 1998, el SEDES depende linealmente del
Prefecto del Departamento y funcionalmente del Director de Desarrollo Social de la
respectiva Prefectura, instancias a las cuales no ha acudido el recurrente, pues no ha
acreditado haber presentado reclamo por escrito ante los titulares de dichas entidades,
de modo que también por esa razón cabe declarar la improcedencia aplicando el
principio de subsidiariedad.
FUNCIONARIOS PUBLICOS
III.1 Que, con carácter previo a resolver la problemática planteada, se hace ineludible
señalar que la recurrente no puede invocar la aplicación de la Ley General del
Trabajo, no sólo porque en el mismo contrato de servicios que suscribió se acordó su
inaplicabilidad, sino porque es la Ley de Municipalidades la que rige las categorías de
servidores públicos municipales, cuyas normas regulan la forma de ingreso a prestar
servicios en los Municipios, así como su permanencia y el retiro.
III.2 Que, hecha esa precisión respecto a la inaplicabilidad de la Ley General del
Trabajo para resolver la problemática planteada, corresponde definir la normativa que
es aplicable al caso de la recurrente, para lo que debe definirse también qué clase de
funcionaria es.
211 José Luis Paredes Oblitas
Con relación a que pudiera estar sujeta a las disposiciones de los funcionarios de
carrera administrativa municipal, no existe posibilidad alguna, puesto que no ha sido
contratada con anterioridad a la vigencia de la Ley Nº 2028 de Municipalidades ni
posterior a ella, mediante los procesos de reclutamiento a través de convocatorias
externas o internas. En consecuencia, la recurrente no puede ser catalogada como
funcionaria municipal de carrera, puesto que la Ley de Municipalidades, puesta en
vigencia el 28 de octubre de 1999, en la norma prevista por el art. 64, refiriéndose a
las formas de reclutamiento y selección de personal, en su parágrafo I establece
expresamente lo siguiente: "Los procesos de reclutamiento de personal en los
Gobiernos Municipales están fundados en los principios de mérito, competencia y
transparencia…"; de igual forma en el parágrafo II prevé que: "Los procesos de
reclutamiento de personal deberán ser realizados mediante convocatorias externas y
convocatorias internas". Finalmente, el mismo artículo en su parágrafo III estipula que
la selección de los funcionarios y consecuente ingreso a la carrera administrativa
municipal, se efectuará en aplicación de las normas establecidas por el Sistema de
Administración de Personal. De otro lado, al margen de dichas disposiciones de
reclutamiento y selección, la norma prevista por el art. 59 de la citada Ley, dispone
que a partir de su promulgación, el personal que se incorpore a los Gobiernos
Municipales será considerado en las categorías siguientes:
Que de la lectura de dicha norma legal, se colige de manera clara que el servicio que
presta la recurrente en la Alcaldía a cargo de la recurrida, es de carácter provisorio, es
decir, la recurrente es funcionaria provisoria, por lo mismo es de libre remoción, de
manera que al haber prescindido de sus servicios, la recurrida no ha lesionado el
derecho fundamental invocado por la recurrente, ya que dada la forma en que fue
incorporada no se le constituyó derecho alguno de estabilidad, el que sólo está
reconocido a los funcionarios de carrera, condición que es evidente no tiene la
recurrente.
Que por lo expuesto, no corresponde otorgar la tutela solicitada, dado que no existe
vulneración a ningún derecho fundamental de la recurrente, ya que no ha demostrado
ser servidora municipal de carrera.
FUNCIONARIOS PUBLICOS
FUNCIONARIOS PUBLICOS
III.3El art. 44 CPE dispone que "El Estatuto del Funcionario Público establecerá los
derechos y deberes de los funcionarios y empleados de la Administración y contendrá
las disposiciones que garanticen la carrera administrativa, así como la dignidad y
eficacia de la función pública".
A su vez, el art. 5 de la Ley 2027 (Estatuto del Funcionario Público) clasifica a los
servidores públicos en:
Por otra parte, las Normas Básicas del Sistema de Administración de Personal,
aprobadas por DS 26115, de 16 de marzo de 2001, establecen lo siguiente:
Entre tanto, la Ley de Municipalidades, en su art. 64. I, establece que "Los procesos
de reclutamiento de personal en los Gobiernos Municipales están fundados en los
principios de mérito, competencia y transparencia a través de procedimientos que
garanticen la igualdad de condiciones de selección". En este marco normativo, se
tiene previsto de manera expresa que sólo los funcionarios que se sometan a los
procesos de reclutamiento y selección de personal, así como a las evaluaciones
periódicas de su desempeño para su permanencia, movilidad o retiro, podrán ser
incorporados a la Carrera Administrativa Municipal, conforme disponen los arts. 61,
64, 66 y 67 de la citada Ley 2028.
Tampoco aquella disposición legal viola el art. 7, inc. j) CPE que protege el derecho a
percibir una remuneración justa por el trabajo, por cuanto la diferenciación entre
funcionarios de carrera con funcionarios designados y de libre nombramiento no
afecta al derecho a recibir una contraprestación justa por la realización de una
determinada labor, sea física o intelectual.
217 José Luis Paredes Oblitas
Por último, no es evidente que el art. 157 CPE -que dispone que el trabajo y el capital
gozan de la protección del Estado-, hubiera sido violado por el art. 59, num. 1) y 2) de
la Ley 2028, porque el hecho de velar tanto por la carrera administrativa como por la
eficiencia en la función pública, es parte del rol proteccionista reservado al Estado,
conforme preceptúa el art. 44 CPE.
FUNCIONARIOS PUBLICOS
FUNCIONARIOS PUBLICOS
III.3La suspensión sin goce de haberes, que le fue impuesta a la recurrente, constituye
una sanción anticipada que no es admisible ni atendible en un Estado Democrático de
Derecho, toda vez que, conforme disponen las normas previstas por los arts. 16.IV de
la Constitución, 8.1 del Pacto de San José de Costa Rica y 14.1 del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, nadie puede ser condenado a sufrir
pena alguna, -incluye las sanciones administrativas y de carácter disciplinario-, sin
antes haber sido oído y juzgado por un juez natural; esta es una regla básica de
derecho que la doctrina conoce como el debido proceso. Empero, en el caso que
motiva el presente recurso, los personeros legales, Sub Administrador y Jefe de
Personal, de la entidad en la que presta sus servicios la recurrente, la suspendieron de
sus funciones sin goce de haberes, sin haberla sometido previamente a proceso
administrativo o disciplinario alguno en el que se determine su responsabilidad
respetando el derecho a la defensa, pues cono único fundamento de la medida ilegal
expresaron que le aplicaban la medida "preventiva" entre tanto dure el "proceso de
cuantificación por auditoria interna y se constituya el tribunal sumariante para la
sustanciación de un proceso administrativo interno", así lo han reconocido los
recurridos en la audiencia a tiempo de prestar el informe respectivo. En consecuencia,
al haber dispuesto la suspensión de sus funciones sin goce de haberes, los co-
recurridos Administrador Regional y Jefe de Personal de la Caja de Salud de la Banca
Privada de Santa Cruz, han incurrido en actos ilegales que lesionan el derecho al
debido proceso, en su elemento del derecho a la defensa y la presunción de inocencia
de la recurrente, por lo que resulta procedente el amparo constitucional, por lo mismo
se hace viable la concesión de la tutela solicitada, en estricta aplicación de las normas
previstas por los arts. 19 de la Constitución y 94 de la Ley del Tribunal Constitucional
(LTC), no siendo válida la afirmación de las autoridades recurridas, en sentido de que
la suspensión fue como una medida de resguardo de la documentación a ser auditada,
puesto que si se hubiera dado esta "medida cautelar" no se le hubiera quitado a la
recurrente el derecho a percibir el salario que por ley le corresponde, como ocurrió
por ejemplo en un caso similar resuelto mediante Sentencia Constitucional 075/2003
de 12 de agosto, cuando se indicó: ".(...)se impone diferenciar la suspensión como
sanción disciplinaria de la suspensión como medida cautelar; en el caso presente, la
Resolución impugnada no determinó la suspensión del recurrente como sanción, sino
simplemente como medida cautelar mientras se sustancie el sumario informativo
correspondiente, extremo que está respaldado por el hecho de que el recurrente hizo
efectivo el cobro de sus haberes mensuales (...)".
FUNCIONARIOS PUBLICOS
El art. 35 de la Ley analizada, establece que cuando los actos o hechos examinados
presenten indicios de responsabilidad civil o penal, el servidor público o auditor los
trasladará a conocimiento de la unidad legal pertinente y ésta mediante la autoridad
legal competente solicitará directamente al juez que corresponda, las medidas
precautorias y preparatorias de demanda a que hubiere lugar o denunciará los hechos
ante el Ministerio Público.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 220
Por otra parte, conforme lo disponen los arts. 61 y 62 del DS 23318-A, la Sumariante
al identificar indicios de responsabilidad penal respecto de la recurrente, ha dispuesto
se envíen actuados al Ministerio Público, que deberá investigar si existe comisión de
algún delito en las funciones que le cupo desempeñar a la actora, más aún si se toma
en cuenta que la SC 619/2003-R, como otras (SC 140/2003-R), ha declarado que:
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 222
III.4.La máxima autoridad ejecutiva del FNDR, competente para resolver el recurso
jerárquico, al emitir la Resolución 001/2003 de 26 de mayo, no ha incurrido en acto
ilegal u omisión indebida alguna, por cuanto si bien revocó en parte la Resolución
Sumarial 010/2003 y reconoció como válido el Informe Final de Actividades AL-CO-
157.B.INF/03 de 28 de febrero de 2003, presentado por la recurrente, para que sea
valorado como descargo por Auditoría Interna, mantuvo la declaración de existencia
de responsabilidad administrativa y de indicios de responsabilidad civil y penal, en el
marco de los datos del proceso y las normas legales vigentes.
FUNCIONARIOS PUBLICOS
"… la vinculatoriedad de las Sentencias del Tribunal Constitucional, implica que los
poderes públicos que sean aplicadores del derecho, se encuentran sujetos a la manera
de cómo los preceptos y principios de la Constitución, han sido interpretados por el
Tribunal Constitucional. En consecuencia, por la eficacia vinculante de dicha
interpretación, los poderes públicos están obligados a seguir la doctrina constitucional
que ha resultado de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en todo
tipo de procesos constitucionales.
Por otro lado la recurrente el 29 de julio de 2003 presentó denuncia en contra de los
actos del Director del SEDES, a conocimiento del DILOS cuyos responsables; en
función a lo dispuesto por la resolución 01/2003, emitieron la RA 06/2003 de 1 de
agosto, en la que se dejaron sin efecto los memorandos de cambio de ítem y
agradecimiento de servicios y se dispuso la restitución de la recurrente a su cargo; la
misma que no obstante, el tiempo transcurrido y los reiterados reclamos de la
recurrente a la autoridad recurrida, no se cumplió; omisión indebida e ilegal, que
desconoce la atribución privativa del DILOS, como es la de gestionar recursos
humanos, acto ilegal que lesiona los derechos de la recurrente a la seguridad jurídica,
trabajo, petición y participar en la función pública, consagrados en los arts. 7 incs. a),
d), h) y 40.2 CPE, lo que hace viable la protección demandada.
FUNCIONARIOS PUBLICOS
III.1. La carta suscrita por la recurrente pidiendo licencia indefinida, fue aceptada por
el Presidente del Concejo Municipal ahora recurrido, quien convocó al Concejal
Suplente de la actora para que asuma esas funciones en su ausencia, en uso de la
atribución que le reconoce el art. 39.15) de la Ley de Municipalidades (LM), tal como
afirma esta autoridad en su informe.
Sin embargo, como quiera que la licencia indefinida no tiene una fecha cierta de
conclusión, se infiere que la misma queda automáticamente sin efecto cuando la
persona que la solicitó pide la reincorporación a sus funciones, no siendo de
aplicación en este caso lo señalado en el art. 31 LM, que expresa que "Un Concejal
Titular no podrá reincorporarse a sus funciones mientras no se haya cumplido el
término de su licencia".
227 José Luis Paredes Oblitas
FUNCIONARIOS PUBLICOS
competencia a los jueces del trabajo y seguridad social, entre otros aspectos, para
conocer en primera instancia de las demandas de reincorporación. En consecuencia,
las recurrentes, que -se reitera- están incluidas en el ámbito de la Ley General del
FUNCIONARIOS PUBLICOS
III.1. De acuerdo con los antecedentes señalados, se establece que el recurrente fue
designado el 12 de noviembre de 2001, Gerente Socio Ambiental del SNC, como
emergencia de haber participado en el concurso de méritos convocado para el efecto,
dentro del requerimiento de personal a cargos jerárquicos del SNC, publicado por el
PNUD. El 10 de diciembre de 2003, el Presidente Ejecutivo del SNC mediante
memorando le comunicó al recurrente que fue destituido del cargo que venía
desempeñando, por lo que éste, anunciando recurso de amparo constitucional, pidió se
deje sin efecto esa determinación la que, sin embargo, fue reiterada con el argumento
de haber sido asumida dentro del marco del art. 16 inc. k) del DS 26336 al haberse
evidenciado indicios de responsabilidad funcionaria, según afirmación de la parte
recurrida.
Esto significa que al recurrente le asisten todos los derechos que la ley establece en
beneficio de esta categoría de servidores, a lo que fundamentalmente debe añadirse la
preferente aplicación de la Ley Estatuto del Funcionario Público frente a lo dispuesto
en los Decretos Supremos que están citados en el presente fallo, conforme a la
previsión constitucional del art. 228 de la Ley Fundamental que, por una parte,
consagra la primacía de la Constitución y, por otra, la jerarquía normativa.
sindicaciones de esta naturaleza por cuanto el derecho a la defensa, como uno de los
presupuestos esenciales del debido proceso, así como el principio de presunción de
inocencia deben ser observados antes de aplicar sanciones. Cabe aclarar que no se
encuentra en este caso el funcionario público de carácter provisorio que haya sido
destituido sin atribuírsele responsabilidad alguna.
Los antecedentes señalados determinan que este Tribunal otorgue la tutela reclamada,
por lo que el Tribunal de amparo al haber declaro procedente el recurso ha hecho una
correcta aplicación del art. 19 de la CPE
FUNCIONARIOS PUBLICOS
Conforme al art. 2 del DS 08125 de 31 de octubre de 1967 y al art. 6 del Decreto Ley
(DL) 11049 de 24 de agosto de 1973 los empleados de la Televisión Boliviana son
funcionarios públicos, ratificado en el DS 11863 de 15 de octubre de 1993, que en su
artículo único aclara que el "status" del personal administrativo de la Empresa
Nacional de Televisión Boliviana, fue desde su creación y se mantiene dentro de las
regulaciones legales del empleado público, mientras no se dicte una ley especial.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 232
El DL 14642 de 3 de junio de 1977 aún vigente define la naturaleza, los objetivos, las
funciones, la estructura orgánica y el régimen patrimonial y financiero de la Empresa
Nacional de Televisión, además establece que la Empresa Nacional de Televisión
Boliviana por su estatus se regula por normas legales para empleados públicos.
En virtud del marco jurídico glosado los empleados de ENTB tienen la calidad de
funcionarios públicos, por consiguiente, la recurrente es una funcionaria pública
provisoria por su forma de contratación, ya que de la documental arrimada al recurso
se evidencia que accedió al cargo de Técnica de Personal después de un proceso de
selección en el que participó junto a otras dos personas, en cuyo mérito la Gerente
general de esa época, por memorando Gcia. Gral. 0119/2003 le comunicó
su designación, a partir del 14 de julio de 2003. Sin embargo, dentro de ese proceso de
selección, no consta que se hubiera realizado una convocatoria ni interna ni externa,
como exigen tanto las Normas Básicas del Sistema de Administración de Personal
como el Estatuto del funcionario público, a objeto de garantizar la transparencia e
igualdad en los procesos de selección y de ese modo garantizar el ingreso de elemento
idóneo a la administración pública. Por el contrario, de la revisión del file de la
recurrente y lo afirmado por el demandado, a la referida selección no le presidió la
convocatoria correspondiente, es más, incluso, resulta extraño que no obstante que el
Comité de Selección sugirió en su informe la contratación de la recurrente para el
cargo de Secretaria de Gerencia General por haber obtenido un mayor puntaje en la
evaluación curricular y de conocimientos, sin embargo, el memorando emitido por la
entonces Gerente general de la Empresa Nacional de Televisión Boliviana la designó
como Técnica de Personal, cargo diferente al que postuló. En consecuencia, al no
haberse observado en la contratación de la recurrente el proceso de reclutamiento de
personal previsto por las Normas Básicas del Sistema de Administración de Personal
y el Estatuto del funcionario público ésta no puede ser considerada como funcionaria
de carrera, siendo por lo tanto como funcionaria provisoria, sin que pueda acogerse a
los derechos de los funcionarios de carrera.
III.2. Ahora bien, el hecho de que la recurrente sea una funcionaria pública provisoria
y, como tal, no sometida a las ventajas de un funcionario de carrera, no hace que la
misma se encuentre exenta o eximida de responsabilidad por la función pública que
nace del mandato que la sociedad otorga a los poderes del Estado para que, en su
representación, gestionen la cosa pública persiguiendo el bien común y el interés
colectivo, así lo ha dejado establecido la SC 187/2003-R, de 21 de febrero.
233 José Luis Paredes Oblitas
Sobre cuya base, este Tribunal Constitucional, definió el debido proceso como: "…el
derecho que tiene todo encausado a ser oído y juzgado con las debidas garantías, por
un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, instituido con anterioridad
al hecho y dentro de los márgenes de tiempo establecidos por ley" (SSCC 1044/2003-
R 418/2000-R, 1276/2001-R, 917/2003-R, 842/2003-R, 820/2003-R, entre otras).
FUNCIONARIOS PUBLICOS
Ahora bien, con relación a quienes están sometidos al proceso de evaluación del
desempeño y cuáles son los fines del mismo entratándose de funcionarios de carrera o
de libre nombramiento; el Procedimiento de Evaluación del Desempeño (P/AR-144),
versión 3, aprobado por Resolución CGR/036/2004 de 25 de febrero de 2004, en su
acápite referido al alcance, dispone que comprende a todos los servidores públicos de
la CGR, inclusive gerentes departamentales y gerentes principales, a excepción del
Contralor, subcontralores y gerentes nacionales. A su vez, el art. 24, Reglamento
Interno de Personal de la Contraloría General de la República (R/AR-004), versión 9,
referido, bajo el nomen juris de evaluación del desempeño prescribe que "(...) Los
servidores públicos de libre nombramiento de la CGR, podrán ser evaluados con fines
referenciales y de registro. Su permanencia en el puesto, está sujeta a la decisión del
Contralor General de la República; norma que concuerda con lo previsto por la parte
final del art. 22 del D 26115, de 16 de marzo de 2001, Normas Básicas del Sistema de
Administración de Personal que señala que "La evaluación del desempeño para los
funcionarios no comprendidos en la carrera administrativa tiene carácter referencial y
de registro".
condiciones personales exigibles para este nivel ejecutivo; entre otras -el alto grado de
confiabilidad-, todos ellos previstos en el Manual de Puestos de la Contraloría General
de la República M/AR-012, (fs. 151 vta. 152 y vta. y 158 y vta); se establece que el
cargo de Contralor Departamental de la República es un cargo de confianza,
explícitamente establecido en la ley y los reglamentos de la Contraloría General de la
República; habiendo sido aceptada, dicha condición tanto por la recurrente como por
el recurrido.
III.3. Ahora bien, respecto a la naturaleza jurídica de los servidores públicos de libre
nombramiento y remoción, que también se denominan cargos de confianza
corresponde señalar que la SC 1714/2004-R, de 25 de octubre, reiterada en la SC
888/2005-R, de 1 de agosto, expresó que estos "no están sujetos a las disposiciones
relativas a la carrera administrativa, lo que importa que no se reconoce para estos
servidores algunos de los derechos que el catálogo de derechos del funcionario
público consagra, como el de la estabilidad, pues su ingreso, también diferente del de
los funcionarios de carrera, está exento de formalidades, requisitos y procedimientos,
siendo por ello que se denominan de libre nombramiento, pues es suficiente la
voluntad de la máxima autoridad de la entidad; de igual modo para proceder a su
retiro o remoción, tratándose de funcionarios de libre nombramiento, sólo es
suficiente la voluntad de la autoridad que lo nombró, por lo que no necesita de ningún
procedimiento disciplinario sancionador interno, o de otro tipo, siendo una facultad
discrecional otorgada por la ley" (las negritas son nuestras).
En efecto, si los servidores públicos de carrera gozan de una prerrogativa especial cual
es la estabilidad en el cargo, garantía que no tienen los funcionarios de libre
nombramiento y remoción pues su permanencia en el mismo depende de la
discrecionalidad del empleador, es razonable que, al destituirlos o removerlos, se les
dé un tratamiento diferente, esto en razón de que, por una parte, el ingreso de un
servidor público a la carrera está supeditado únicamente al cumplimiento de los
requisitos contenidos en la Constitución y en el estatuto especial que los regula,
(Estatuto del Funcionario Público) y, su permanencia en el mismo sólo debe estar
condicionada a la idoneidad del empleado, al cumplimiento de las funciones de modo
eficiente y eficaz y al logro de la mejor prestación del servicio público; por lo que no
puede entonces el empleador separar al trabajador de su cargo por razones distintas a
la calificación insatisfactoria de su desempeño laboral, la violación del régimen
disciplinario, o alguna de las demás causas previstas en la Constitución y la ley. En
cambio, la situación de los funcionarios públicos de libre nombramiento y remoción,
es completamente distinta a los de carrera, pues para éstos la vinculación,
permanencia y retiro de sus cargos depende de la voluntad del empleador, quien goza
de discrecionalidad, otorgada por la ley para decidir libremente sobre estos asuntos;
discrecionalidad que si bien no puede confundirse con la arbitrariedad; empero, por la
naturaleza jurídica de esta clase de servidores públicos (de libre nombramiento y
remoción); tampoco le es exigible al empleador justificar la decisión de remoción o
239 José Luis Paredes Oblitas
Por lo que, es necesario, referir que el poder discrecional para decir sobre el ingreso o
retiro de los servidores públicos de la Contraloría General de la República, que le
asignan tanto ley como los Reglamentos al Contralor General de la República, es sólo
respecto a los servidores públicos de libre nombramiento y remoción, en razón a su
status, por cuanto si para el nombramiento las normas a las que está sometido no le
exigen mayores requisitos que justamente el ejercicio de la discrecionalidad, no
podría exigírsele motivación o justificación en la remoción de esta clase de servidores
públicos, un entendimiento en contrario, cambiaría sustancialmente la naturaleza
jurídica de los mismos.
III.5. De otro lado, respecto a lo aseverado por la actora, en sentido de que si bien el
DS 26115 establece la evaluación con carácter referencial y de registro de los
funcionarios no comprendidos en la carrera administrativa, este no es el caso de los
servidores públicos de libre nombramiento de la Contraloría General de la República;
es una aseveración que carece de veracidad, por cuanto, tanto el Procedimiento de
Evaluación del Desempeño (P/AR-144), versión 3, precedentemente citado, así como
el art. 24 del Reglamento Interno de Personal de la Contraloría General de la
República (R/AR-004), versión 9, referido, prescribe que: "(...) Los servidores
públicos de libre nombramiento de la CGR, podrán ser evaluados con fines
referenciales y de registro. Su permanencia en el puesto, está sujeta a la decisión del
Contralor General de la República; norma que concuerda con lo previsto por la parte
final del art. 22 del D 26115 de 16 de marzo de 2001, Normas Básicas del Sistema de
Administración de Personal que señala que "La evaluación del desempeño para los
funcionarios no comprendidos en la carrera administrativa tiene carácter referencial y
de registro".
Todo esto en razón de que el objetivo y fin del proceso de evaluación del desempeño
no es sólo para efectos de la permanencia y estabilidad en el cargo, sino, para
determinar en qué medida los servidores públicos han apoyado el cumplimiento del
programa de operaciones anual, en función de la eficacia, eficiencia y economicidad,
para la toma de decisiones relativas a la capacitación y movilidad del personal,
241 José Luis Paredes Oblitas
III.6.Por otra parte, es necesario aclarar que el anterior recurso de amparo interpuesto
por la actora que mereció la SC 0721/2004-R, en la que este Tribunal Constitucional
anuló obrados del proceso administrativo interno que se le siguió, ordenando su
reincorporación; no tiene ninguna vinculación con la temática analizada, por cuanto el
derecho protegido en esa ocasión fue el debido proceso en su elemento del derecho al
juez natural, al haber sido procesada la actora administrativamente por una instancia
incompetente, derecho que fue restablecido al haberse anulado dicho proceso
administrativo, disponiéndose su reincorporación; sin que tenga relevancia analizar en
este amparo, si en cumplimiento de dicho fallo la destitución dispuesta fue un día
después de que se la restituyó, por cuanto, como se tiene referido, en nada incidió en
la destitución de la recurrente que motivó este nuevo amparo, toda vez que este se
sustenta en el hecho de que la actora es una funcionaria de libre nombramiento y
remoción, aspecto que ya fue analizado en los Fundamentos Jurídicos precedentes.
FUNCIONARIOS PUBLICOS
FUNCIONARIOS PUBLICOS
"ARTICULO 7°.- (DERECHOS) (…) III. Los derechos reconocidos para los
servidores públicos en el presente Estatuto y su régimen jurídico, excluyen otros
derechos establecidos en la Ley General del Trabajo y otras disposiciones del régimen
laboral que rigen únicamente para los trabajadores".
El art. 7 inc. a) de la CPE que refiere que: "Toda persona tiene los siguientes derechos
fundamentales, conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio: (…) a) A la vida, la
salud y la seguridad;(…)". El art. 16.II y IV de la CPE que establece que: "II. El
derecho de defensa de la persona en juicio es inviolable. (…) IV. Nadie puede ser
condenado a pena alguna sin haber sido oído y juzgado previamente en proceso legal;
ni la sufrirá si no ha sido impuesta por sentencia ejecutoriada y por autoridad
competente. La condena penal debe fundarse en una ley anterior al proceso y sólo se
aplicarán las leyes posteriores cuando sean más favorables al encausado -debido
proceso-". III.4.En este contexto, es preciso determinar si las normas legales
impugnadas son contrarias a las normas constitucionales aludidas en el párrafo
anterior, a cuyo fin corresponde realizar las siguientes consideraciones:
En ese orden, si bien es cierto que el art. 7.III de la EFP -ahora impugnado-,
anteriormente fue sometido a control de constitucionalidad por parte de este Tribunal
Constitucional, mereciendo la SC 0016/2000, de 3 de abril, que declaró su
constitucionalidad respecto a los arts. 157, 158, 159 y 162 de la CPE; no es menos
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 244
sentido de que éste debe plegarse a los criterios directivos del patrono, labor del
trabajo, a los métodos, a las costumbres y a las modalidades del trabajo propios de la
industria o trazados por el propietario. d) La percepción de un salario: Salario es toda
entrega de dinero o en especie que el patrono haga al trabajador a cambio de su labor
ordinaria, y que constituya un beneficio para dicho trabajador.
Por otra parte, en cuanto al servidor público, corresponde recordar que éste Tribunal a
través de la SC 0129/2004, de 10 de noviembre, señaló que: "Sobre el particular, el
Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales de Manuel Osorio, refiere que
empleado público es el "Agente que presta servicios con carácter permanente,
mediante remuneración, en la administración nacional, provincial o municipal. Se
encuentra jerárquicamente dirigido por el funcionario público, por el agente de la
administración nacional, provincial o municipal que tiene la representación del órgano
al frente del cual se encuentra, con facultades de voluntad de imperium, con el
ejercicio de la potestad pública".
Esta técnica legislativa es reproducida por las leyes desarrollo. En efecto, el Estatuto
del Funcionario Público, no contempla entre las clases de funcionarios a que alude el
art. 5 de esa Ley, a los empleados públicos, y más bien, utiliza el nombre genérico de
servidores públicos, distinguiéndolos en: funcionarios electos, designados, de libre
nombramiento, de carrera, interinos (…)".
En efecto, conforme a la norma prevista por el art. 4 del EFP se considera servidor
público a toda persona individual, que independientemente de su jerarquía y calidad,
presta servicios en relación de dependencia a una entidad sometida al ámbito de
aplicación de dicha Ley; en ese orden, el término servidor público refiere también a
los dignatarios, funcionarios y empleados públicos u otras personas que presten
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 246
En efecto, el art. 43 de la Ley Fundamental dispone que "una ley especial establecerá
el Estatuto del Funcionario Público sobre la base del principio fundamental de que los
funcionarios y empleados públicos son servidores exclusivos de los intereses de la
colectividad y no de parcialidad o partido político alguno", por otro lado el art. 44 del
mismo cuerpo legal dispone que "El Estatuto del Funcionario Público establecerá los
derechos y deberes de los funcionarios y empleados de la administración y contendrá
las disposiciones que garanticen la carrera administrativa, así como la dignidad y
eficacia de la función pública". Precisamente en cumplimiento de las normas referidas
precedentemente, el legislador ha elaborado y sancionado el Estatuto del Funcionario
Público cuyas disposiciones desarrollan las normas constitucionales referidas,
estableciendo un marco normativo que regula la relación del Estado con sus
servidores públicos, garantizando el desarrollo de la carrera administrativa, es decir, la
permanencia y estabilidad en el cargo, así como asegurando la dignidad,
transparencia, eficacia y vocación de servicio a la colectividad en el ejercicio de la
función pública, así como la promoción de su eficiente desempeño y productividad; a
cuyo efecto contiene normas que establecen los principios generales, el ámbito de
aplicación, los derechos y deberes de los servidores públicos, así el régimen de la
carrera administrativa. En este entendido, a través de la SC 0079/2001, de 28 de
septiembre, se reconoció que "(…) la Ley Nº 2027 Estatuto del Funcionario Público
tiene su origen y fundamento en la Constitución Política del Estado, por cuanto
desarrolla las normas establecidas en sus arts. 43 y 44 (…)".
En este marco, corresponde señalar que el Estatuto del funcionario público, fue
promulgado para suplir la ausencia de normas específicas que regulen las relaciones
del Estado con sus servidores públicos, así como para dar cumplimiento a lo
determinado en los arts. 43 al 45 de la CPE, que determina el objetivo principal de
esta normativa que contiene el establecimiento de los derechos y deberes de los
funcionarios de la administración pública, así como define las normas que garantizan
la carrera administrativa, respetando la dignidad y eficacia de la función pública.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 248
Con la finalidad de determinar si las previsiones contenidas en los arts. 7.III del EFP y
59 inc. 3) de la LM, cuya inconstitucionalidad se demanda, lesionan los derechos
reconocidos por los arts. 7 inc. a) y
Confrontadas las normas impugnadas con el texto del art. 7 inc. a), referido al derecho
a la seguridad jurídica, corresponde señalar que las previsiones contenidas los arts.
7.III del EFP y 59 inc. 3) de la LM, no contradicen dichos preceptos, por cuanto este
Tribunal a través de su jurisprudencia, ha entendido que: "(…) el Inc. a) del art. 7 de
la Constitución Política del Estado consagra la seguridad como uno de los derechos
fundamentales de las personas (entendida como exención de peligro o daño; solidez;
certeza plena; firme convicción), de lo que se extrae que es deber del Estado proveer
seguridad jurídica a los ciudadanos, asegurando a todos el disfrute del ejercicio de los
derechos públicos y privados fundamentales que le reconocen la Constitución y las
leyes; principios que se hallan inspirados en un orden jurídico superior y estable
(Estado de Derecho), que satisfaga los anhelos de una vida de paz, libre de abusos y
arbitrariedad, como ha establecido la jurisprudencia de este Tribunal ( AC 287/99-R y
SC 223/00-R)" (SC 300/2000-R). Reconociéndole además, como "(…) condición
esencial para la vida y el desenvolvimiento de las naciones y de los individuos que la
integran. Representa la garantía de la aplicación objetiva de la ley, de tal modo que los
individuos saben en cada momento cuáles son sus derechos y sus obligaciones, sin
que el capricho, la torpeza o la mala voluntad de los gobernantes pueda causarles
perjuicio" (AC 0287/1999-R, de 28 de octubre)." (SC 0591/2005-R). Y, finalmente,
estableciendo que: "…cuando el Estado realiza un acto jurídico o emite una
disposición, ésta no sólo compromete a los funcionarios que circunstancialmente
firmaron la misma, sino al organismo en cuestión, que está obligado a su
cumplimiento y, consecuentemente, a respetar el derecho que tiene el ciudadano a que
no se cambien las reglas del juego preestablecidas…" (SC 0223/2000-R, de 15 de
marzo); en esa comprensión del derecho a la seguridad jurídica, ésta no resulta
lesionada cuando los servidores públicos son excluidos del goce de los derechos
establecidos en la Ley General del Trabajo, porque en forma expresa se ha
determinado un régimen jurídico propio que determina sus derechos y obligaciones,
consecuentemente, no se genera una situación de incertidumbre o un vacío jurídico,
que supondría inseguridad jurídica por ausencia normativa; con mayor razón si se
tiene en cuenta lo expresado en los Fundamentos Jurídicos III.4 y III.5 de la presente
Resolución; por lo que se reitera la inexistencia de lesión al derecho a la seguridad
jurídica, por la aplicación de los arts. 7.III del EFP y 59 inc. 3) de la LM a un caso
concreto.
Por otra parte, con la finalidad de determinar si las previsiones contenidas en los arts.
7.III del EFP y 59 inc. 3) de la LM, violentan los arts. 16.II y IV de la CPE,
corresponde señalar que la jurisprudencia constitucional ha definido el derecho a la
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 250
Asimismo, en cuanto al art. 16.IV de la CPE, que reconoce que nadie puede ser
condenado a pena alguna sin haber sido oído y juzgado previamente en proceso legal;
ni la sufrirá si no ha sido impuesta por sentencia ejecutoriada y por autoridad
competente. La condena penal debe fundarse en una ley anterior al proceso y sólo se
aplicarán las leyes posteriores cuando sean más favorables al encausado; "…este
Tribunal en su SC Nº 0119/2003-R ha definido que "la garantía -del debido proceso-
consagrada por el art. 16 de la Constitución, reconocida como derecho humano en los
arts. 8 del Pacto de San José de Costa Rica y 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, ha sido entendida por este Tribunal en su uniforme jurisprudencia
básicamente como el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo en el
que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales
aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación similar (..) comprende el
conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que
las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado
del Estado que pueda afectar sus derechos (SSCC 418/2000-R y 1276/2001-R). Se
entiende que el derecho al debido proceso es de aplicación inmediata, vincula a todas
las autoridades judiciales o administrativas y constituye una garantía de legalidad
procesal que ha previsto el Constituyente para proteger la libertad, la seguridad
jurídica y la fundamentación o motivación de las resoluciones judiciales; en materia
penal comprende un conjunto de garantías mínimas que han sido consagrados como
los derechos del procesado en los arts. 8.2 del Pacto de San José de Costa Rica y 14.3
del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos". Entre las garantías
mínimas referidas en la jurisprudencia citada, se tiene el derecho de toda persona
acusada de un delito "a ser informado sin demora, en un idioma que comprenda y en
forma detallada, de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella" (art.
14.3.a) PIDCP)." (SC 0361/2003- R, de 25 de marzo). "En cuanto a sus alcances, en la
251 José Luis Paredes Oblitas
Ahora bien, del contenido de las normas impugnadas, que están referidas por una
parte, a que los derechos reconocidos para los servidores públicos en el Estatuto del
funcionario público y su régimen jurídico, excluyen otros derechos establecidos en la
Ley General del Trabajo y otras disposiciones del régimen laboral que rigen
únicamente para los trabajadores (art. 7.III del EFP) y por otra, a que las personas
contratadas en las empresas municipales, públicas o mixtas, establecidas para la
prestación directa de servicios públicos, se encuentran sujetas a la Ley General del
Trabajo (art. 59 inc. 3) de la LM); se concluye que las -normas impugnadas- no tienen
relación directa o vinculación alguna con las previsiones consagradas en las normas
constitucionales denunciadas de vulneradas; por cuanto, las normas impugnadas no
persiguen la imposición de una sanción con desconocimiento de las garantías
FUNCIONARIOS PUBLICOS
III.2. Bajo el referido entendimiento este Tribunal ingresa a analizar los alcances de la
terminación asumida por el recurrido en el memorando 0474/2004, mediante el cual
dispone la transferencia del actor a aun cargo de menor jerarquía, debiendo
previamente precisar lo siguiente:
El art. 6.II de la CPE proclama que "La dignidad y la libertad de la persona son
inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado" (las negrillas
son nuestras); ello implica que el contenido y alcances del concepto dignidad humana,
no es únicamente un problema ético sino fundamentalmente de interpretación del
derecho positivo; con el plus de estar positivado con la categoría de un valor jurídico
fundamental en la norma suprema del Estado y por tanto, vincula a todos (autoridades,
funcionarios y particulares).
básico que fundamenta los derechos humanos y el Estado de Derecho. En este sentido,
el Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclama que:
"la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la
dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de
la familia humana" y que "los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la
Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la
persona humana", para reconocer luego en su art. 1° que: "Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros" (las negrillas
son nuestras). En el mismo sentido se pronuncia el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos de 19 de diciembre de 1966 y la Convención Americana
de Derechos Humanos de 22 de noviembre de 1969.
Por tanto, lesionará el derecho a la dignidad, todo acto o disposición que degrade o
envilezca a la persona a un nivel de estima incompatible con su naturaleza humana,
cualquiera sea el lugar o situación en la que se encuentre. Este componente constante
o mínimo del derecho a la dignidad debe ser verificado teniendo en cuenta la situación
concreta.
El actor, luego de un proceso de selección, fue contratado como servidor público del
SENASAG, para prestar servicios como Jefe Nacional de Sanidad Vegetal del
SENASAG, en la ciudad de Trinidad, en virtud del contrato de trabajo de 2 de marzo
de 2002, cuya cláusula quinta establecía que la relación laboral establecida en el
contrato tendría una duración de cuatro años, vale decir hasta el 31 de diciembre de
2005, fecha en la que automáticamente pasaría a convertirse en funcionario
permanente entrando a la carrera administrativa y gozando de las prerrogativas
establecidas en los arts. 4, 5 inc. d) del EFP, siempre y cuando cumpla con los
requisitos y procedimiento establecidos para el efecto.
Conforme a los niveles de organización del SENASAG queda claro que el recurrente
postuló y fue designado en un cargo jerárquico hasta que el Director del SENASAG -
ahora recurrido-, mediante memorando 0474/2004 de 18 de agosto, le comunicó que
por necesidad de servicio a partir del 1 de septiembre del mismo año sería transferido
como Encargado del Área de Sanidad Vegetal, dependiente de la Jefatura Distrital del
SENASAG Potosí, en las mismas condiciones salariales; lo que significa una baja de
nivel al dejar de ser un funcionario de nivel jerárquico, pues conforme lo determina el
art. 9 del DS 25729 los niveles jerárquicos son los que corresponden al Director
Nacional del Servicio, Jefe Nacional de Unidad (para el que fue contratado el
recurrente) y Jefe Distrital de Unidad.
El art. 8 del DS 25729 se refiere a los niveles de organización del SENASAG; por su
parte, el art. 9 de la misma disposición legal señala que: "I. Los niveles jerárquicos del
SENASAG está conformada por: el Director Nacional del Servicio, el Jefe Nacional
255 José Luis Paredes Oblitas
de Unidad y el Jefe Distrital de Unidad (las negrillas son nuestras); debajo de los
cuales, no debe existir ningún otro nivel jerárquico, pudiendo el SENASAG para el
desarrollo de sus Unidades, establecer áreas de trabajo, con profesionales
responsables de las mismas, implementando al mismo tiempo equipos de trabajo
multidisciplinarios.
El art. 10 del DS 25729 dispone que el Director del SENASAG, tiene el rango de
Director General del Ministerio y será designado por Resolución Suprema, a
propuesta del Ministro de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, teniendo entre
otras atribuciones la de designar, nombrar y remover al personal del SENASAG, en
conformidad a las normas y procedimiento del Sistema de Administración de
Personal. Por su parte, el art. 32 inc. b) del DS 25729 establece que los funcionarios
del SENASAG son servidores públicos y por lo tanto se hallan sujetos a las normas y
procedimientos del Sistema de Administración de Personal en el marco de la Ley de
Administración y Control Gubernamentales, el Estatuto del Funcionario Público y el
régimen de la carrera administrativa del mismo.
GOBIERNO MUNICIPAL
Sucre, 14 de enero de 2004 El recurrente sostiene que los demandados, vulneraron sus
derechos al trabajo, debido proceso y a ejercer una función pública, pues en su
condición de Concejal del Municipio de Inquisivi, la Comisión de Etica inició en su
contra y otro Concejal proceso administrativo interno por la supuesta comisión de
faltas señaladas en el art. 33.3) LM, con el que no fue citado ni notificado
personalmente sino mediante cédula, proceso que se sustanció con una serie de
irregularidades y que concluyó con la suspensión definitiva de su mandato. Sin
embargo los actos de la Comisión de Etica son nulos de pleno derecho, por cuanto los
miembros que la conforman debieron ser elegidos anualmente, es decir al inició de la
presente gestión como lo dispone el art. 35-VII) LM, requisito que al no haberse
cumplido vicia de nulidad lo actuado, más aún cuando se le impuso una sanción que
no le correspondía al no existir en su contra Auto de procesamiento ejecutoriado ni
sentencia condenatoria también ejecutoriada. Por consiguiente, corresponde
determinar en revisión, si tales extremos son ciertos y si se justifica otorgar la tutela
que brinda el art. 19 CPE.
competente para ello la Comisión de Ética que debe ser designada anualmente según
lo establece el art. 35 nums. I y VII) LM. III.2Conforme con esta última disposición
legal, la Comisión de Etica debe ser designada al iniciarse cada gestión, es decir
anualmente lo que no se cumplió en el caso de autos, pues dicha Comisión como lo
admiten los propios recurridos en la audiencia, fue designada el 2 de mayo de 2002, y
no obstante de esta omisión el proceso en contra del recurrente y el otro Concejal se
sustanció con una serie de irregularidades que concluyó con la suspensión definitiva
de su mandato, en contravención al art. 40.2) CPE y art. 36 num. 5 y 6) LM , norma
en la que la sanción de destitución no está comprendida pues sólo reconoce la
suspensión temporal del ejercicio del mandato al existir Auto de procesamiento
ejecutoriado y la suspensión definitiva en caso de sentencia condenatoria ejecutoriada
a pena privativa de libertad, presupuestos que no se dan en el caso del recurrente.
III.3Por lo expresado se evidencia que la Comisión de Ética, al no haber sido
legalmente designada de acuerdo con la Ley de Municipalidades en vigencia, vició de
nulidad lo actuado, vulnerando de esa manera la garantía del debido proceso
reconocida por el art. 16 CPE, los derechos a la defensa, al trabajo, a ejercer la
función pública para la que fue elegido el recurrente y el principio de igualdad de las
partes, consagrado por el art. 6.I constitucional, del que se extrae la garantía de la
tutela jurisdiccional eficaz, entendida en el sentido más amplio, dentro del contexto
constitucional referido, como el derecho que tiene toda persona de acudir o someterse
ante un juez o tribunal competente e imparcial, para hacer valer sus derechos. III.4Al
respecto el Tribunal Constitucional se ha pronunciado de manera uniforme en sus
fallos al establecer que: "la garantía del debido proceso que consagra el art. 16 CPE,
es aplicable no sólo al ámbito judicial, sino también al administrativo cuando se tenga
que someter a una persona a un procedimiento en el que deberá determinarse una
responsabilidad" ; por ello si bien el Concejo Municipal dispuso el inicio de un
proceso administrativo interno contra el recurrente, dicho juzgamiento debió haber
sido sustanciado por la Comisión de Ética legítimamente elegida como lo determina la
normativa municipal y con respeto de sus derechos y garantías.
GOBIERNO MUNICIPAL
Al respecto cabe señalar que el Régimen Municipal en Bolivia está constituido por
tres elementos básicos: el Municipio, la Municipalidad y el Gobierno Municipal, los
tres elementos están íntimamente vinculados al grado que uno no podría tener
existencia propia y autónoma sin la presencia de los otros elementos. El Municipio,
según la doctrina es la comunidad autónoma de personas asociadas por vínculos de
tradición, localidad y trabajo, dentro del territorio de un Estado, dirigida por la
autoridad que ella misma ha elegido para alcanzar los fines que le son inherentes. La
norma prevista por el art. 3-I de la Ley Municipalidades (LM), la define como "la
unidad territorial, política y administrativamente organizada, en la jurisdicción y con
los habitantes de la Sección de Provincia, base del ordenamiento territorial del Estado
unitario y democrático boliviano". Es pues la unidad territorial básica del Estado, que
tiene como elementos esenciales el territorio, la población y organización político
¬administrativo. La Municipalidad, conforme define el art. 3.III de la citada Ley, "es
la entidad autónoma de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio
propio que representa institucionalmente al Municipio, forma parte del Estado y
contribuye a la realización de sus fines". Finalmente, el Gobierno Municipal es el
mecanismo constitucional a través del cual se ejerce el poder político en el Municipio,
definiendo políticas, aprobando planes y programas de desarrollo y administrando los
bienes y servicios del Municipio. Según la norma prevista por el art. 3.IV de la LM, es
el que ejerce el gobierno y la administración del Municipio.
objetivos, así como de los elementos constitutivos del Régimen Municipal, ha tenido
un variable tratamiento normativo en la Constitución.
extraer una norma implícita que sí define el tema objeto de análisis, es decir, la sede
de funciones del gobierno Municipal. En efecto, en las normas previstas por la
Constitución, adoptadas en las diferentes reformas constitucionales mencionadas se
define lo siguiente: a) el Municipio será administrado por un Gobierno Municipal; y
b) el Gobierno Municipal estará conformado, en las capitales de Departamento por un
Concejo Municipal y Alcalde, en las provincias y los puertos por Juntas Municipales
y Alcaldes; y en los Cantones por Agentes Municipales; de lo que se infiere que, si en
cada capital de Departamento, en cada Provincia y Sección se instituye un Concejo
Municipal y Alcalde, ambos constituyen el Gobierno Municipal, entonces la sede de
funciones es en la capital de cada unidad territorial, no puede ser de otra manera, pues
si se toma en cuenta que, según la norma prevista por el art. 110 de la Constitución el
territorio de la República se divide políticamente en departamentos, provincias,
secciones de provincias y cantones, entonces, en las capitales de las tres primeras
unidades territoriales existen un concejo Municipal y un Alcalde, lo que supone que
es en ese lugar su sede de funciones, de otro lado en los cantones existen Agentes
Municipales, por lo mismo, la sede del gobierno Municipal no puede estar fijada en
un Cantón sino en la capital de la Sección de Provincia (Sección Municipal según la
Ley de Participación Popular).
Por definición de la norma prevista por el art. 200-II de la Constitución, "la autonomía
municipal consiste en la potestad normativa, ejecutiva, administrativa y técnica en el
ámbito de su jurisdicción y competencia territoriales".
Finalmente, cabe señalar que el Concejo Municipal, como parte del Gobierno
Municipal autónomo, por disposición del art. 12 de la LM se constituye en el "órgano
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 262
Según lo referido por los recurrentes, así como por los recurridos, la problemática
planteada en el presente recurso se origina en la emisión de la Ordenanza Municipal
002/2004 de 9 de febrero de 2004, por las autoridades municipales recurridas; en
criterio de los recurrentes sin tener jurisdicción y competencia para ello, usurpando las
funciones del Poder Legislativo; pero, en criterio de los recurridos, la Ordenanza
impugnada fue emitida con plena jurisdicción y competencia, en el marco de las
normas previstas por la Constitución y la Ley de Municipales y con legitimidad, por
pedido de las Organizaciones Territoriales de Base del Municipio.
Cabe advertir que las atribuciones que el legislador asigna al Gobierno Municipal en
las normas previstas por el art. 164 de la LM, que textualmente dispone lo siguiente:
"Los Gobiernos Municipales tienen la potestad de organizar administrativamente el
territorio del Municipio en distritos municipales, en el marco del proceso participativo
de planificación y de ordenamiento municipal", no constituye una competencia de
carácter político - administrativo, referida a la definición o cambio de la sede
administrativa del Gobierno Municipal, toda vez que la citada norma tiene su alcance
estrictamente al ámbito de la competencia administrativa referida a la forma en que el
Gobierno Municipal organizará territorialmente el Municipio para el cumplimiento de
los fines que definidos por el art. 5 de la LM. En consecuencia, la norma prevista por
el art. 164 de la LM no puede servir de fundamento para la legalidad de la Ordenanza
Municipal impugnada en el presente recurso.
Finalmente, corresponde señalar que las normas previstas por los arts. 12.19) y 79.7)
de la LM no son aplicables al caso, por cuanto se refieren a la distritación municipal,
no así a la definición de la sede administrativa del Gobierno Municipal.
En efecto, según la norma prevista por el art. 203 de la Constitución "Cada Municipio
tiene una jurisdicción territorial continua determinada por ley", en cumplimiento de
dicha norma, el art. 6 de la
265 José Luis Paredes Oblitas
GOBIERNO MUNICIPAL
Con carácter previo al análisis de fondo del asunto, corresponde recordar dos casos
análogos en los que funcionarios municipales -justamente del Municipio de
Cochabamba- denunciaron la vulneración de derechos fundamentales similares al caso
de examen, sosteniendo lo siguiente: a) ingresó al Municipio antes de la vigencia de la
Ley de Municipalidades, contando con más de 15 años de trabajo, vale decir,
alegando ser funcionarios municipales con antigüedad considerable y, b) destitución
de su fuente laboral sin tener en cuenta que fueron incorporados a la carrera
administrativa municipal. Decisión, que fue reclamada a través de los recursos
administrativos de revocatoria y jerárquico.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 268
que no gozarán de los derechos a los que hace referencia el Numeral II del Artículo 7°
de la presente Ley. El Poder Ejecutivo programará, en el ámbito de su competencia, la
sustitución gradual de los funcionarios provisorios por funcionarios de carrera,
mediante la implementación de programas de desarrollo institucional'. De cuya
normativa se colige que los funcionarios públicos son considerados de carrera cuando
estuviese demostrado que en su incorporación y permanencia en el cargo cumplieron
con todos los requisitos exigidos por las disposiciones de la carrera administrativa, es
decir, que hubiesen sido sometidos a un proceso de reclutamiento de personal
mediante convocatorias internas y externas, sobre la base de los principios de mérito,
competencia y transparencia, conforme lo prevé el art. 23 del EFP y en caso de no
estar comprendido dentro de esa categoría, serán considerados como provisorios, con
derecho a ser incorporados a la carrera administrativa previo proceso de selección en
un programa de institucionalización. Por otra parte el art. 3 del EFP, referido a su
ámbito de aplicación, parágrafo III, en relación al art. 4 del Reglamento de Desarrollo
Parcial a la Ley del EFP (aprobado por Decreto Supremo DS 25749 de 24 de abril de
2000), disponen que de acuerdo a la norma consagrada por el art. 200 de la CPE, que
regula la autonomía municipal, la carrera administrativa de los gobiernos municipales
se rige por la Ley de Municipalidades.
En este marco normativo, se tiene previsto de manera expresa que sólo los
funcionarios que se sometan a los procesos de reclutamiento y selección de personal,
así como a las evaluaciones periódicas de su desempeño para su permanencia,
movilidad o retiro, mediante procesos de convocatorias internas o externas, podrán ser
incorporados a la Carrera Administrativa Municipal, conforme disponen los arts. 61,
64, 66 y 67 de la citada Ley de Municipalidades" (las negrillas y el subrayado son
nuestros).
Para abordar el tema del proceso de institucionalización que encara esta entidad
edilicia, respecto de los servidores públicos municipales provisorios que ingresaron
antes de la Ley de Municipalidades y su incorporación paulatina a la carrera
administrativa municipal, así como establecer claramente cuál es el avance o estado
de dicho proceso; en primer término, corresponde referirse a los alcances de la
Resolución Municipal 2711/2000 de 3 de marzo, emitida por el Concejo Municipal de
la Provincia Cercado del Departamento de Cochabamba.
"(…) el Artículo 11 de las disposiciones transitorias de la Ley 2028, determina que los
trabajadores que se encontraban prestando servicios a la H. Municipalidad con
anterioridad a la promulgación de dicha Ley, podrán ser incorporados como
servidores públicos en la Carrera Administrativa Municipal, dentro del marco de la
Ley 1178 de 20 de julio de 1990 (SAFCO)" (sic) (las negrillas son nuestras).
INRA
III.1Que, al efecto cabe señalar que la competencia es la capacidad jurídica que tiene
una determinada autoridad o funcionario conferida por la Constitución o las Leyes, a
objeto de que, en representación del Estado, de acuerdo a determinadas reglas
previamente establecidas pueda conocer y resolver un determinado asunto o
controversia de carácter administrativo o judicial. La competencia puede ser definida
a partir de diversos criterios, es decir, por razón de territorio, de materia, la cuantía o
la naturaleza jurídica de la controversia a resolver.
Ahora bien, una de las funciones y atribuciones conferidas por la LSNRA al Instituto
Nacional de Reforma Agraria es la de ejecutar y concluir el proceso de saneamiento
de la propiedad agraria, conforme lo dispone la norma prevista por el art. 65 LSNRA;
proceso de saneamiento que, según lo define el art. 64 de la citada Ley, es el
procedimiento técnico-jurídico transitorio destinado a regularizar y perfeccionar el
derecho de propiedad agraria.
III.4Que, en el marco legal antes referido, se establece que la autoridad recurrida, una
vez emitidas las RACS-SC 0237/2002, 0238/2002, 0239/2002, 0240/2002, 0241/2002
y 0242/2002, de 29 de abril, como culminación del proceso de saneamiento, perdió
competencia con relación al caso; es decir, concluyó su competencia con relación al
proceso de saneamiento resuelto mediante esas Resoluciones Administrativas; por lo
que no podía emitir ninguna resolución que anule dichas resoluciones, menos aún de
oficio, como sucedió en el caso objeto de examen, ya que para ello no tenía
competencia otorgada por la Ley. En consecuencia, al emitir la Resolución
Administrativa 004/2003 de 31 de enero, impugnada en el presente recurso, ha
actuado sin competencia incurriendo en los presupuestos jurídicos previstos por el art.
31 de la Constitución, con lo que ha viciado de nulidad la mencionada Resolución
Administrativa, haciendo procedente el recurso planteado.
LICENCIA
Debe tenerse en cuenta que una licencia de funcionamiento es una autorización escrita
que emite el ente ejecutivo del Gobierno Municipal para la realización de una
actividad económica o social solicitada, la misma que difiere en sus alcances de una
patente municipal que es un tributo cuyo hecho generador o imponible es la
autorización o permiso eventual que se concede para el funcionamiento de toda
actividad económica.
III.4.Por otra parte, el acto administrativo por el cual se otorga una licencia
provisional puede dejarse sin efecto mediante una resolución fundada y previo un
trámite administrativo en el que debe garantizarse al administrado el derecho al
debido proceso, es decir, en el orden práctico, no puede condenársele a sufrir una pena
(clausura, decomiso, etc.) sin que previamente exista un mecanismo que le permita
asumir defensa, para cuyo fin, el administrado debe ser citado legalmente. En el caso
de examen, la administrada (María Teresa Niño de Guzmán Fernández) no fue citada
legalmente para que se presente en las oficinas de la Alcaldía para esclarecer, en su
caso, la naturaleza o alcances de la licencia o autorización con la que cuenta, y poder
oponerse, impugnar o contrastar los informes técnicos que pueden dar origen a una
determinación mediante la cual se deje sin efecto la mencionada licencia, habiéndose
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 280
por el contrario, tomado acciones de hecho que no obstante de haber sido reclamadas
ante el Alcalde por la actitud de los funcionarios, no fue reparada.
III.5.Corresponde señalar, por otra parte, que los bienes de dominio público
corresponden al Gobierno Municipal que tiene el mandato de reglamentar mediante
Ordenanza Municipal la autorización de ocupación de espacios y vías públicas
precautelando la libre circulación de los ciudadanos y los derechos de los propietarios
circundantes conforme a lo establecido en los arts. 85 y 88 de la LM; en ese sentido,
la Administración municipal tiene la facultad legal para adoptar las medidas
administrativas que considere necesarias para la adecuada utilización del espacio
público ya sea para el ejercicio de una actividad comercial o cualquier actividad lícita,
así como, también puede privar, limitar o restringir el desarrollo de esas actividades
para cuyo fin se concedió una licencia. En este último caso, previo a un trámite
sustanciado de acuerdo con las normas municipales y respetando los valores,
principios, y derechos y garantías que informa la Constitución al ordenamiento
jurídico nacional.
III.6.En cuanto al decomiso de los bienes, bajo las consideraciones expuestas en los
puntos precedentes, no constituye sino un exceso de los funcionarios que fue
ejecutado de manera arbitraria e ilegal, y en lugar de ser devueltos inmediatamente y
ordenarse en tal sentido por la autoridad recurrida, ésta, más bien, pretende
condicionar la devolución de las herramientas de trabajo de la mandante del recurrente
a la suscripción de un documento, lo que está evidentemente fuera de lugar y lesiona
el derecho a la propiedad de la administrada.
POR TANTO
LICITACIONES PÚBLICAS
trabajo. Por consiguiente, corresponde analizar si los actos denunciados son evidentes
y si se encuentran dentro del ámbito de protección otorgado por el art. 19 CPE.
"entendida como la garantía de la aplicación objetiva de la Ley, de tal modo que los
individuos saben en cada momento cuáles son sus derechos y sus obligaciones, sin
que el capricho, la torpeza o la mala voluntad de las autoridades pueda causarles
perjuicio" (SC 739/2003-R).
III.4Por otra parte, es necesario aclarar que si bien consta que la autoridad demandada
no fue quien incurrió en los actos ilegales denunciados por haber sido designada
recientemente como Ministro de Trabajo y Microempresa, sin embargo como titular
de la Cartera de Estado en la que se efectuó el proceso de contratación impugnado, le
corresponde asumir la representación institucional.
LICITACIONES PUBLICAS
reclamar y demandar se modifique o deje sin efecto un acto que considera lesivo a sus
derechos e intereses; 3) La legitimidad, que es la presunción de validez del acto
administrativo mientras su posible nulidad no haya sido declarada por autoridad
competente; 4) La ejecutividad, constituye una cualidad inseparable de los actos
administrativos y consiste en que deben ser ejecutados de inmediato; 5) La
ejecutoriedad, es la facultad que tiene la Administración de ejecutar sus propios actos
sin intervención del órgano judicial; 6) La ejecución, que es el acto material por el que
la Administración ejecuta sus propias decisiones. De otro lado, la reforma o
modificación de un acto administrativo consiste en la eliminación o ampliación de una
parte de su contenido, por razones de legitimidad, de mérito, oportunidad o
conveniencia, es decir, cuando es parcialmente contrario a la ley, o inoportuno o
inconveniente a los intereses generales de la sociedad.
El numeral 9 del Anexo del DS 26842, indica que la vía administrativa queda agotada:
a) cuando quede resuelto el recurso de oposición interpuesto contra la resolución que
aprueba el Pliego de Condiciones; y b) cuando quede resuelto el recurso de
impugnación contra la resolución de adjudicación.
Sin embargo, actuando sin tener atribución legal reconocida a tal fin, ante los
insistentes reclamos de "Royal" S.R.L. y Asociados -que inclusive formuló
"impugnación" contra la Resolución Presidencial 21/2003- el Presidente Ejecutivo del
SNC dictó la Resolución 24/2003 de 26 de junio, en la cual, ratificó "in extenso" el
contenido de la Resolución Presidencial 21/2003 en su artículo primero, dejó sin
efecto el artículo segundo (en el que aprobó el Informe de Revisión Técnica de 6 de
junio), y, de manera por demás contradictoria, anuló el proceso de Licitación hasta la
calificación por parte de la Comisión de Calificación del sobre "B", toda vez que dejó
subsistente el artículo tercero en el que adjudicó la obra a INCOTAR S.R.L. y
Asociados.
Asimismo, cabe especificar que la MAE si bien tiene la facultad de resolver el recurso
de impugnación, y, si da curso al mismo, puede anular la Resolución de adjudicación
de la ARPC, no es menos evidente que su competencia, en cuanto a la solución del
aludido recurso administrativo, no alcanza a la potestad de disponer la adjudicación a
favor de una de las empresas cuyos sobres "B" hayan sido calificados, sino que,
anulada la determinación de la Autoridad Responsable del Proceso de Contratación, la
MAE dispondrá se emita una nueva, observando las normas que hubieren sido
desconocidas, o anulará el proceso si detecta irregularidades en su tramitación, sin
poder adjudicar la Licitación, al ser ésa una atribución privativa de la ARPC. En ese
entendimiento, inclusive la adjudicación efectuada en la Resolución Presidencial
21/2003, está viciada de nulidad. Pero -se reitera- este Tribunal no puede declarar la
nulidad de decisiones que no hayan sido objeto concreto del recurso.
De todo lo analizado, se concluye que el Presidente Ejecutivo del SNC, como Máxima
Autoridad Ejecutiva en el Proceso de Licitación Pública Nacional 26/2003, ha actuado
sin competencia al emitir la Resolución Presidencial 26/2003 de 8 de julio de este año.
LICITACIONES PÚBLICAS
III.1.Al inicio de cada año, las entidades públicas deberán elaborar el Programa Anual
de Contrataciones sobre los bienes y servicios que requieran para el cumplimiento de
los objetivos previstos en su Programa Operativo Anual. El Referido Programa de
contrataciones deberá contener, entre otros, información relativa a la cantidad y valor
estimado, partida presupuestaria, fuente de financiamiento y organismo financiador
(art. 12) y publicado en la Gaceta Oficial, lo que no ocurrió en el caso de análisis.
La Unidad solicitante también es responsable, según el art. 30.b) de estimar para cada
contratación el precio referencial del requerimiento en base a la información
289 José Luis Paredes Oblitas
proporcionada por el catálogo de bienes emitido por el Órgano Rector o por otras
fuentes de información suministradas por las organizaciones empresariales y otros, c)
formular el pedido por escrito con la justificación del requerimiento en concordancia
con el Programa Operativo Anual y e) verificar el origen de los fondos, la existencia
de la partida presupuestaria correspondiente a la gestión y en caso de inversión con
duración mayor a un año, verificar que cuente con el financiamiento asegurado.
El art. 34 NBSABS manda que para cada contratación de bienes y servicios, las
entidades públicas deberán elaborar un pliego de condiciones específico, utilizando
obligatoriamente el Modelo de Pliego de Condiciones que forma parte de las Normas
Básicas, e incorporando únicamente las especificaciones técnicas o términos de
referencia requeridos para cada contratación. El Modelo de Pliego de Condiciones
Para la Contratación de Obras Públicas, publicado en Edición Especial 022 de la
Gaceta Oficial, que forma parte de los Anexos al DS 25964, en su numeral 4,
claramente determina que la entidad pública deberá consignar el precio referencial y
fuente de financiamiento.
El numeral 4.1 de tal Pliego establece como precio referencial para la obra, la suma de
Bs19.747.950.-financiados por el TGN, Fondo de Compensación - Prefectura La Paz,
el que no guarda relación con el monto señalado en el Certificado Presupuestario de
Bs8.072.614.000 (fs.16).
El art. 37 del Pliego de Condiciones (fs. 66), prevé que el Convocante, mediante
resolución administrativa expresa podrá dejar sin efecto el proceso de contratación
únicamente cuando surja un hecho de fuerza mayor o caso fortuito, debidamente
justificado, que hubiera extinguido la necesidad de la contratación en cuestión, sin que
el Convocante incurra en responsabilidad alguna respecto de los proponentes
afectados por esa decisión.
La Sección III del Pliego de Condiciones (fs. 497), determina que las propuestas
deben ser evaluadas y calificadas en dos etapas, de acuerdo a los arts. 4 y 5 del DS
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 290
Con lo que queda claramente sentado que los recursos previstos en la Ley 2341 no son
aplicables dentro de los procesos de licitación, como es el caso presente.
LICITACIONES PÚBLICAS
La apertura e inicio del acto único estará a cargo del Presidente de la Comisión de
Calificación y el cierre, a cargo de la Autoridad Responsable del Proceso de
Contratación (ARPC). Luego de abiertas las propuestas, la Comisión de Calificación
realizará, inmediatamente y en sesión permanente, la evaluación del sobre "A" y
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 294
El numeral 9 del Anexo del DS 26842, indica que la vía administrativa queda agotada:
a) cuando quede resuelto el recurso de oposición interpuesto contra la Resolución que
aprueba el Pliego de Condiciones; y b) cuando quede resuelto el recurso de
impugnación contra la Resolución de adjudicación.
Ahora bien, las normas precedentes son incluidas en el pliego de condiciones que
constituye el marco de la licitación, al establecer en el punto 31 que el procedimiento
de apertura de propuestas, evaluación, calificación y adjudicación se llevarán a cabo
mediante un acto único de carácter público, transcribiendo prácticamente el citado art.
5 del DS 26842; sin embargo, pese a este extremo, contradictoriamente al numeral 6
del DS 26842, el mismo pliego establece en el punto 45 -referido a la interposición
(presentación) del recurso de impugnación-, que: "Los proponentes podrán interponer
recursos de impugnación, únicamente contra la Resolución que aprueba el informe de
calificación del sobre "A" y la Resolución de adjudicación: los cuales deberán ser
presentados ante la Autoridad Responsable del Proceso de Contratación y serán
resueltos por el Prefecto de Departamento". Disposición que no encuentra coherencia
ni con el texto aludido del pliego ni con el DS 26842, dado que conforme al referido
decreto, asumido por el propio pliego de condiciones, no existe ninguna resolución
que apruebe el informe de calificación del sobre "A", sino un informe de calificación
y recomendación y además porque la forma como se halla concebido dicho
procedimiento reconoce únicamente el recurso de oposición a la Resolución de
Aprobación del Pliego de Condiciones y el recurso de impugnación a la Resolución de
adjudicación.
295 José Luis Paredes Oblitas
III.3. Por último, con relación al fundamento del Tribunal de amparo referido en el
punto 1.2.4 inc. b) de la presente Resolución, con el que se invocan fallos de este
Tribunal en sustento del fallo que se revisa, debe tenerse en cuenta -conforme se
señaló precedentemente- que el proceso de contratación se halla normado por las
disposiciones contenidas en el DS 26842, que establece el procedimiento mediante un
acto único de carácter público que es adoptado por el pliego de condiciones y que
posibilita la impugnación de la Resolución de adjudicación y no así del sobre "A"
aisladamente; no siendo aplicable por tanto al caso de autos la SC 1163/2002, de 25
de septiembre, al ser anterior al DS 26842 de 12 de noviembre del mismo año,
normativa que ha sido emitida con la finalidad de optimizar los plazos para hacer más
expedita la licitación y adjudicación de obras, estableciendo un procedimiento
297 José Luis Paredes Oblitas
MAGISTERIO
nadie puede ser sancionado sin haber sido oído y juzgado, siendo el derecho de
defensa de la persona en el proceso disciplinario ineludible".
"El art. 12 de este Reglamento determina que se aplicarán sanciones a los infractores,
por los tribunales que tramiten los procesos, es decir que si existiere alguna conducta
tipificada como falta, deberán ser los tribunales establecidos por ley los que
determinen la sanción a imponerse en el caso concreto".
III.3.En el caso de examen, se constata que ante las denuncias interpuestas contra la
recurrente y otro, se sustanció el correspondiente proceso disciplinario que culminó
con el pronunciamiento de la Resolución 01/2004-05-21, a través de la cual el
Tribunal Disciplinario declaró probada la denuncia, "tipificándose el hecho de
acuerdo al art. 9 inc. d) (faltas leves); art. 10 inc. k) y o) (faltas graves) del
Reglamento de Faltas y Sanciones Disciplinarias del Magisterio", aprobado por RS
212414, imponiéndole como sanción la suspensión de 60 días en el ejercicio de sus
funciones, sin goce de haberes.
Este derecho se halla íntimamente ligado al debido proceso consagrado por los arts.
16 de la CPE y 8 del Pacto de San José de Costa Rica, que conforme ha establecido la
jurisprudencia de este Tribunal en la SC 1234/2000-R, de 21 de diciembre, entre
otras, es aplicable no sólo al ámbito judicial sino también al administrativo cuando se
tenga que someter a una persona a un procedimiento en el que deberá determinarse
una responsabilidad; por lo mismo, todo proceso de la naturaleza que fuere deberá ser
sustanciado con absoluto resguardo y respeto de los derechos y garantías del
procesado.
MAGISTERIO
MILITARES
recurridos, puesto que pese a haber cumplido con todos los requisitos previstos por la
Constitución, Leyes y Reglamentos que rigen la Carrera Militar, se le excluyó en el
ascenso al Grado de General de Brigada, por no hallarse incluido dentro de los "cupos
y porcentajes" establecidos ilegalmente. En consecuencia, en revisión de la
Resolución del Tribunal de amparo, corresponde dilucidar si tales extremos son
ciertos y si constituyen actos ilegales lesivos del derecho fundamental referido, a fin
de otorgar o negar la tutela solicitada.
III.1. La abundante Jurisprudencia emitida por este Tribunal ha establecido, que "El
amparo constitucional ha sido instituido como un recurso extraordinario que otorga
protección contra los actos ilegales y las omisiones indebidas de autoridades o
particulares que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir derechos y
garantías fundamentales de la persona, reconocidos por la Constitución y las Leyes,
siempre que no existiera otro recurso legal para dicha protección" SC 0004/2003-R de
7 de enero. Y específicamente, respecto de trámites administrativos ante las instancias
Militares, estableció que: "El Capítulo VI del Reglamento del Tribunal del Personal
establece los recursos que puede utilizar el miembro de las FFAA que efectúa un
reclamo sobre alguna decisión que afecte a sus intereses en la carrera militar, tales
recursos son el de reconsideración, planteado ante el mismo órgano, y el de apelación,
303 José Luis Paredes Oblitas
III.4. Por otra parte, cabe puntualizar, que conforme establecen las normas previstas
por los arts. 108 al 110 de la LOFA, el Tribunal de Personal de las Fuerzas es el
organismo encargado de hacer cumplir las leyes, reglamentos militares en primera
instancia, mientras que el Tribunal Superior del Personal de las Fuerzas Armadas, es
el máximo organismo para hacer cumplir las mencionadas disposiciones, siendo sus
resoluciones definitivas por ser de última instancia y de observación obligatoria para
las tres fuerzas; en el caso presente, el recurrente en forma indebida, presentó ante el
Ministro de Defensa Nacional, al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y al
Comandante General Accidental del Ejército otras solicitudes para que se le conceda
el ascenso que aspira, pese a que es de conocimiento suyo que las Fuerzas Armadas se
sustenta en la cohesión de sus estructuras, misión y organización vertical, basada en
principios de disciplina, jerarquía, orden y respeto a la Constitución Política del
Estado, sus Leyes y Reglamentos, conforme establecen las normas previstas por las
arts. 209 de la CPE y 1.f) de la LOFA, aspectos que evidencian que el recurrente, sin
agotar las instancias ni acudir en forma oportuna ante las autoridades competentes,
interpuso el amparo constitucional que debe ser declarado improcedente por
encontrarse dentro de la causal de improcedencia prevista por la norma del art. 96.1
de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC).
MILITARES
MINISTERIOS
"La educación fiscal y privada en los ciclos preescolar, primario, secundario, normal y
especial, estará regida por el Estado mediante el Ministerio del ramo y de acuerdo al
Código de Educación. El personal docente es inamovible bajo las condiciones
estipuladas por ley".
184 de la CPE; por tanto, sus normas son las que rigen la educación boliviana, y el
ingreso, permanencia y retiro de la función docente.
Respecto a los directores de unidades educativas, las normas previstas por el art. 35 de
la LRE, disponen lo siguiente:
Adicionalmente, se tiene que las normas previstas por el art. 3 inc. e) de la LOPE,
determinan que es una atribución general de todos los ministros, dictar normas
relativas al ámbito de su competencia; lo que implica ejercer la facultad reglamentaria
de las leyes referidas a cada ministerio, deduciéndose que es atribución del Ministerio
de Educación y Culturas reglamentar la Ley de Reforma Educativa, y por ello, la
forma de selección y designación de los directores de unidades y núcleos educativos.
III.3.De otro lado; se tiene que el legislador constituyente, en las normas previstas por
el art. 109.I de la CPE, estableciendo la forma de ejercicio del Poder Ejecutivo en
cada departamento, y atendiendo a la división territorial administrativa del Estado,
determinó que:
309 José Luis Paredes Oblitas
Luego, el art. 110.I de la Ley Fundamental, dispone que el ejercicio del Poder
Ejecutivo es conforme a un régimen de descentralización administrativa:
Las normas previstas por el inc. g) del art. 5 de la LDA, disponen que es atribución
del Prefecto del Departamento:
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 310
En ese ámbito legal, las normas previstas por el art. 3.II de la LDA establecen que la
organización interna de la Prefectura será reglamentada mediante decreto supremo;
luego, mediante DS 25232, de 27 de noviembre de 1998, se dispuso que la ex
Dirección Departamental de Educación, se convierta en el SEDUCA, como órgano
operativo y desconcentrado de la Prefectura del Departamento, con independencia de
gestión administrativa, pero dependiente del Prefecto y funcionalmente de la
Dirección de Desarrollo Social (arts. 1 y 2 del DS 25232); ahora bien, las normas
reseñadas, disponen que el SEDUCA es parte de la Prefectura; por tanto ejerce sus
atribuciones en el marco del régimen de descentralización administrativa consagrado
constitucionalmente, lo que implica que sus competencias deben ser respetadas por las
autoridades nacionales.
convenio de las áreas formal y alternativa; se debe manifestar que tal y como fue
expresado con minuciosidad en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente Sentencia,
la atribución de designar a los directores a los que está dirigida la Convocatoria
impugnada, conforme disponen las normas del art. 49 del DS 23968, modificatorio del
art. 34 del DS 23951, corresponde al Director Distrital de Educación, dicha atribución
la ejerce escogiendo, de entre los postulantes aprobados en el examen de competencia
convocado por esa misma autoridad a uno de ellos, según la precitada norma; en
consecuencia, la publicación de la Convocatoria modelo a examen de competencia,
para optar al cargo de director de unidad educativa, corresponde al Director Distrital
de Educación de cada distrito; empero, dado que esa autoridad ejerce jurisdicción en
un área territorial inferior al departamento, cuando la convocatoria pretenda ser
departamental, la potestad de emitir la convocatoria impugnada deberá ser compartida
entre los Directores Distritales y el SEDUCA, como ente dependiente de la Prefectura
y con autoridad departamental, con funciones de administración de los recursos
humanos de servicio de educación, y de coordinación entre las direcciones distritales
(art. 9 incs. f) y h) del DS 25232); por ello, además de dichas autoridades, tiene
también atribución para emitir la convocatoria a examen de competencia para optar al
cargo de Director de unidad educativa el Prefecto del Departamento, pues la
Prefectura, es la entidad territorial a favor de la cual ha sido descentralizada la
competencia de administrar el personal del SEDUCA.
MOCION DE CENSURA
313 José Luis Paredes Oblitas
NOTARIOS DE FE PÚBLICA
III.1. La Ley de Organización Judicial (LOJ) en su art. 278 establece que para ser
designado Notario de Fe Pública y desempeñar este cargo, se requiere:
III.2. En el caso de autos, de acuerdo a los arts. 13.III.2) y Disposición Final Segunda
LCJ, que modifica el art. 285 LOJ, el Consejo de la Judicatura, luego de haber
evaluado la documentación mínima habilitante de cada uno de los candidatos,
calificado sus méritos y después de seleccionarlos mediante examen de competencia,
remitió las nóminas de los postulantes a Notarios de Fe Pública a cada Corte Superior
para que las Salas Plenas procedan a la designación correspondiente, figurando en la
lista del Distrito de La Paz, el recurrente.
De tal modo, José Lizandro Herrera Goytia fue habilitado y seleccionado por el
Consejo de la Judicatura en primera instancia, donde se estudió y evaluó sus
antecedentes, entre los que ya se encontraba el Certificado de Información sobre
Solvencias con el Fisco, pues al ser éste un requisito imprescindible y habilitante
contemplado en la convocatoria, de no haberlo presentado no podía haber rendido el
examen de competencia siquiera, ya que la primera fase de selección se refiere a la
comprobación de presentación de todos los documentos requeridos, luego los mismos
son calificados y es en ese momento en que se determina si una persona puede pasar a
la siguiente etapa del proceso, que es el examen de competencia u oposición.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 316
vez que fue seleccionado por el Consejo de la Judicatura, venció todas las fases del
proceso de selección y evaluación hasta lograr la extensión del Título de
nombramiento, máxime si se toma en cuenta que no existe en su contra sentencia
condenatoria a pena corporal ni pliego de cargo ejecutoriado, y no está comprendido
en los casos de exclusión, prohibición ni incompatibilidad de la Ley, ello en el marco
que establecen los arts 61.5 con relación al 117.III de la Constitución Política del
Estado (CPE).
Por consiguiente, al haber negado ministrar posesión a José Lizandro Herrera Goytia
en el cargo de Notario de Fe Pública de Primera Clase Nº 078 de La Paz, las
autoridades demandadas han incurrido en un acto ilegal que lesiona los derechos del
recurrente al trabajo y a la seguridad jurídica, que deben ser reparados a través de este
recurso constitucional extraordinario al no tener el actor otra vía a la cual presentar su
reclamo.
PARALIZACION DE OBRAS
"El principio de buena fe es la confianza expresada a los actos y decisiones del Estado
y el servidor público, así como a las actuaciones del particular en las relaciones con
las autoridades públicas. De manera que aplicado este principio a las relaciones entre
las autoridades públicas y los particulares, exige que la actividad pública se realice en
un clima de mutua confianza que permita a éstos mantener una razonable certidumbre
en torno a lo que hacen, según elementos de juicio obtenidos a partir de decisiones y
precedentes emanados de la propia administración, asimismo certeza respecto a las
decisiones o resoluciones obtenidas de las autoridades públicas".
".. en el marco jurídico referido se presume que los actos administrativos del Estado
son legales y legítimos; habrá de recordarse que la presunción de legitimidad del acto
administrativo se funda en la razonable suposición de que el acto responde y se ajusta
a las normas previstas en el ordenamiento jurídico vigente a tiempo de ser asumido el
acto o dictada la resolución, es decir, cuenta con todos los elementos necesarios para
producir efectos jurídicos, por lo que el acto administrativo es legítimo con relación a
la Ley y válido con relación a las consecuencias que pueda producir (...)".
Sin embargo los recurrentes, -como se tiene señalado-, cumplieron con todos los
requisitos exigidos por la Municipalidad de la ciudad de Santa Cruz, para obtener la
aprobación de los planos de construcción y la consiguiente autorización para el inicio
de construcción de obras, mediante notas de 6 y 11 de noviembre de 2003, el Concejo
Municipal instruyó al Ejecutivo que proceda a paralizar las obras iniciadas por los
actores "si es que no existen planos y autorización aprobados conforme a Ley", orden
que fue ejecutada pese a que los demandantes cumplían con ese requisito;
posteriormente, el Órgano Deliberante dictó la Resolución 176/2003 de 11 de
diciembre ratificando la inmediata paralización de las obras de construcción de la
UNIFRANZ, sin embargo de los reiterados reclamos formulados por los afectados,
tanto al Concejo como al Ejecutivo Municipal.
recurso de amparo; sin embargo, esta situación no puede ser esgrimida para declarar
improcedente la demanda con el argumento de la subsidiariedad, porque este Tribunal
ha encausado una línea jurisprudencial orientada en sentido de que la reconsideración,
prevista en el art. 22 de la LM, no constituye propiamente un recurso, así lo ha
establecido el Tribunal Constitucional en la SC 1936/2003-R -entre otras-; por lo que
el hecho de que los actores solicitaron al Concejo Municipal que revise o reconsidere
la mencionada Resolución, no significa que se tenga un recurso pendiente.
PATENTES
consagrado en el art. 6. I CPE que a tiempo de establecer que el ser humano tiene
personalidad y capacidad con arreglo a las leyes, reconoce los derechos, libertades y
garantías sin distinción alguna, disposición con la que concuerdan los arts. 2 y 7 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 2 de la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre, arts. 2, 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y arts. 1 y 24 de la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos. Las personas sin distinción de ninguna naturaleza (tales como la
nacionalidad, religión u otras), se encuentran obligadas a contribuir al sostenimiento
del Estado en proporción a su capacidad económica, como establece el art. 8. d) CPE,
con la que concuerda el art. 26 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes
del Hombre, en cuya virtud toda persona tiene el deber de pagar los impuestos
establecidos por ley para el sostenimiento de los servicios públicos.
En ese contexto normativo surge el principio de igualdad como base del tributo, según
el que todas las personas (sin distinción de ninguna naturaleza), se encuentran en la
obligación de pagar tributos y contribuir, pero en forma proporcional y progresiva a
su capacidad económica. Esa igualdad como base del tributo, está consagrada en el
art. 27 CPE, que reconoce los principios de generalidad, igualdad y proporcionalidad,
cuando establece que la creación, distribución y supresión de un impuesto y demás
cargas públicas, tendrán carácter general, debiendo determinarse en relación a un
sacrificio igual de los contribuyentes, en forma proporcional o progresiva.
PATENTES
323 José Luis Paredes Oblitas
III.2.Para efectos del análisis del presente recurso, es necesario hacer referencia con
carácter previo al marco conceptual de los diferentes tipos de tributos: (SC 0028/2004
de 31 de marzo) Tributos son una clase o modalidad de ingreso público que tienen su
origen en las prestaciones obligatorias impuestas por el Estado a las personas físicas o
jurídicas. Según el art. 9 del CTB, "Son tributos las obligaciones en dinero que el
Estado, en ejercicio de su poder de imperio, impone con el objeto de obtener recursos
para el cumplimiento de sus fines".
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 324
De acuerdo a la norma prevista por el art. 10 del CTB, el impuesto es "el tributo cuya
obligación tiene como hecho generador una situación prevista por Ley, independiente
de toda actividad estatal relativa al contribuyente".
Tasa, de modo general, es una remuneración que efectúa el particular al Estado por
los servicios públicos prestados por los organismos estatales, es un gravamen que
tiene la finalidad de recuperar el costo del bien o servicio ofrecido y prestado
efectivamente por el Estado. El art. 11 del CTB, define a las tasas como "tributos cuyo
hecho imponible consiste en la prestación de servicios o la realización de actividades
sujetas a normas de Derecho Público individualizadas en el sujeto pasivo...".
Contribuciones especiales constituyen el pago efectuado por una inversión que realiza
el Estado, a través de sus entidades, en beneficio de un grupo de personas, a cuya
consecuencia se valorizan los bienes de éstos. El art. 12 del CTB establece que "las
contribuciones especiales son los tributos cuya obligación tiene como hecho
generador beneficios derivados de la realización de determinadas obras o actividades
estatales y cuyo producto no debe tener un destino ajeno a la financiación de dichas
obras o actividades que constituyen el presupuesto de la obligación".
En resumen, la Patente constituye una autorización o permiso anual que otorgan los
Gobiernos Municipales para que en su jurisdicción se desarrollen determinadas
actividades económicas.
misma, por ser contrario al principio de legalidad, que por un lado recoge los
principios de certeza jurídica e igualdad, y por otro, conlleva la ausencia de
discrecionalidad. Como consecuencia de ello, el mencionado principio de legalidad
tiene una doble dimensión: en la normativa, que supone que la regulación de la
materia financiera debe hacerse mediante ley -principio de reserva legal, y en el caso
que nos ocupa, al gozar de potestad tributaria derivada, los Municipios pueden crear
patentes mediante Ordenanzas Municipales siempre que sean aprobadas por una
Resolución Senatorial-; y en su dimensión aplicativa, conlleva el sometimiento al
control de legalidad de la actuación administrativa en materia financiera -principio de
legalidad administrativa-. Por tanto, el principio de reserva de ley en materia
tributaria, supone que las decisiones sobre ingresos públicos, dada su relevancia para
el ciudadano, deben ser reguladas por las normas jurídicas de rango superior
jerárquico emanadas del órgano legislativo, que es el de máxima representación de los
ciudadanos, lo que motiva la necesidad de que las Ordenanzas sobre patentes cuenten
con la aprobación del Senado Nacional, como requisito previo para su obligatoriedad
y cumplimiento".
"Según el art. 21 del Código Tributario (CTB), el sujeto activo de la relación tributaria
es el ente acreedor del tributo. Y, de acuerdo a su art. 22, el sujeto pasivo es la
persona obligada al cumplimiento de las prestaciones tributarias, sea en calidad de
contribuyente o de responsable".
"De tal modo, la determinación de los sujetos activo y, sobre todo, pasivo de un
tributo que se trate -de la patente, en la especie- debe ser clara, expresa e inequívoca,
ya que tiene que definir las personas que estarán sujetas a esa obligación para que, por
una parte, conozcan la imposición que deben cumplir, y por otra, el Estado tenga la
potestad de exigir su pago. El efectivo cumplimiento de la obligación tributaria
requiere la concreción de los sujetos llamados a tal cumplimiento, que son los
denominados obligados o contribuyentes. Si no se ha determinado, en la norma que
crea un tributo, quién debe ser el que la cumpla, o quién debe pagarlo efectivamente,
no puede exigirse la observancia de la misma; no puede dejarse el establecimiento del
sujeto pasivo a la discrecionalidad del ente estatal respectivo, si no está determinada
en una norma positiva".
puede exigirse el pago de la misma a los ahora recurrentes, que no están contemplados
en esa normativa, como comercializadores de ganado al detalle".
PATRIMONIO CULTURAL
o ejercido jurisdicción que no emane de la ley sin que pueda considerar otros aspectos
que no sean inherentes a la naturaleza de este proceso. En este caso los recurrentes
alegan que las autoridades hoy demandadas actuaron sin competencia al emitir la
Resolución Municipal 311/03 de 31 de octubre de 2003, por cuanto no contaron con
autorización del Viceministerio de Cultura para la ejecución de los trabajos que se
realizan en predios del Hospital Santa Bárbara por determinación del Gobierno
Municipal de Sucre. Corresponde analizar si tales aseveraciones son ciertas para
determinar si la autoridad recurrida actuó conforme a las atribuciones que la ley le
confiere.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 328
III.4La Constitución Política del Estado, reformada por Ley 1585 de 12 de agosto de
1994, en su art. 200-II establece que la autonomía municipal consiste en la potestad
normativa, ejecutiva, administrativa y técnica en el ámbito de su jurisdicción y
329 José Luis Paredes Oblitas
competencia territoriales. El art. 201 señala que el Concejo Municipal tiene potestad
normativa y fiscalizadora.
El art. 138 CPE determina que los bienes patrimonio de la Nación constituyen
propiedad pública, inviolable, siendo deber de todo habitante del territorio nacional
respetarla y protegerla. Igualmente, el art. 191 de la Ley Suprema señala que los
monumentos y objetos arqueológicos son de propiedad del Estado; la riqueza artística
colonial, la arqueológica, la histórica y documental, así como la procedente del culto
religioso, son tesoro cultural de la Nación y están bajo el amparo del Estado y no
pueden ser exportadas; el Estado protegerá los edificios y objetos que sean declarados
de valor histórico o artístico.
El art. 5-II señala los fines del Gobierno Municipal, entre los que se encuentran: 1)
Promover y dinamizar el desarrollo humano sostenible, equitativo y participativo del
Municipio, a través de la formulación y ejecución de políticas, planes, programas y
proyectos concordantes con la planificación del desarrollo departamental y nacional;
2) crear condiciones para asegurar el bienestar social y material de los habitantes del
Municipio, mediante el establecimiento, autorización y regulación y, cuando
corresponda, la administración directa de obras, servicios públicos y explotaciones
municipales; 5) preservar el patrimonio paisajístico, así como resguardar el
Patrimonio de la Nación existente en el Municipio.
En cuanto a las competencias municipales, el art. 8-I-1 reconoce como atribución del
Gobierno Municipal, en materia de desarrollo humano sostenible, planificar y
promover el desarrollo humano sostenible en el ámbito urbano y rural del Municipio,
de conformidad con las normas de la planificación participativa municipal. El numeral
II de la misma norma en su inciso 1 claramente determina que es potestad del
Gobierno Municipal "construir, equipar y mantener la infraestructura en los sectores
de educación, salud, cultura, deportes, micro riego, saneamiento básico, vías urbanas
y caminos vecinales".
El art. 86 LM expresa que son bienes de dominio público todos aquellos inmuebles
destinados a la administración municipal y a la prestación de un servicio público
municipal, así como aquellos bienes inmuebles transferidos por la Ley de
Participación Popular y otras disposiciones legales. Al efecto, recuérdese que la Ley
de Participación Popular 1551 de 20 de abril de 1994 (art. 13), transfirió a título
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 330
III.5De otro lado, la Ley 2446 de Organización del Poder Ejecutivo (LOPE), de 20 de
marzo de 2003 en su art. 4 determina que el Ministerio de Desarrollo Económico tiene
la facultad de fomentar la producción y difusión de la cultura y proteger la riqueza
cultural, religiosa, histórica y documental; proveer a su custodia y atender a su
conservación, promoviendo su uso como fuente generadora de empleo y bienestar.
una parte del inmueble del Hospital Santa Bárbara, al estar declarado Monumento
Nacional.
De ese modo, queda plenamente demostrado que el Hospital Santa Bárbara no tuvo
nunca ambientes ni construcciones hacia la calle René Moreno, sino que su
construcción daba y da a la Plaza Libertad, a la calle Destacamento 111 y a la calle
Ayacucho, correspondiendo al Instituto Psiquiátrico Sección Mujeres, el inmueble
ubicado sobre calle René Moreno y parte de la plaza Libertad, por ello los
documentos adjuntos al expediente dicen que Gregorio Pacheco ordenó la
construcción del mismo en forma adyacente a la Iglesia del Hospital, y sobre la
referida calle.
PENSIONES
III.1. La Ley 1732, de Pensiones (LP), determina en su art. 10, que la prestación por
riesgo profesional se pagará como consecuencia del accidente de trabajo o
enfermedad profesional que provoque el fallecimiento o incapacite definitivamente al
afiliado para continuar realizando el trabajo que desempeñaba. La incapacidad podrá
ser total o parcial, si en este caso supera el diez por ciento (10%) de la pérdida de su
capacidad laboral en el trabajo que desempeñaba. La prestación de invalidez por
riesgo profesional en favor del afiliado consiste en Pensiones correspondientes a un
porcentaje de su Salario Base, de acuerdo al porcentaje de su incapacidad,
determinado mediante calificación. Esta prestación se pagará cuando el porcentaje de
invalidez dictaminado sea superior al veinticinco por ciento (25%). La prestación de
invalidez por riesgo profesional se paga hasta la emisión de una calificación que
suspenda la declaración de invalidez o hasta que el Afiliado cumpla la edad de sesenta
y cinco años, desde esta edad el Afiliado recibirá la prestación de jubilación. El
Afiliado declarado inválido en un porcentaje de incapacidad profesional superior al
diez por ciento e igual o inferior al veinticinco por ciento recibirá, por una sola vez, en
calidad de prestación de invalidez por riesgo profesional, una indemnización
equivalente a cuarenta y ocho veces su Salario Base por el porcentaje de su
incapacidad.
El art. 61 dispone que para tener derecho a pensión de invalidez los Afiliados deben
cumplir con los requisitos establecidos en la Ley de Pensiones y con los siguientes
335 José Luis Paredes Oblitas
requisitos adicionales: a) Ser dependiente afiliado Activo o estar dentro de los seis
meses de haber concluido la relación de dependencia laboral; b) Que su invalidez sea
superior al veinticinco por ciento (25%); c) Que su invalidez provenga de Riesgo
Profesional; d) Haber presentado los Formularios de denuncia de accidente, si la causa
de invalidez era un Accidente de Trabajo.
Una vez que el Afiliado sea calificado como inválido con incapacidad superior al
veinticinco por ciento (25%), de acuerdo a dictamen emitido y se verifique el
cumplimiento de los requisitos indicados en el presente reglamento tendrá derecho a
Pensión de invalidez. La Pensión de invalidez por Riesgo Profesional se devenga a
partir de la fecha de presentación de la solicitud de Pensión de invalidez (art. 63 DS
24469).
La actora planteó su solicitud de pensión de invalidez a los dos años y cinco meses de
denunciado el accidente de trabajo, y a los dos años y un mes (veinticinco meses)
desde que se habría consolidado la invalidez, conforme lo ha aseverado la Intendencia
de Pensiones en su nota de 5 de septiembre de 2002 (fs. 41), invalidez que en el peor
de los casos, si se considera el informe sin fecha de fs. 42, se habría consolidado en
enero de 1999 y, aún tomando como punto de partida ese mes para el cómputo de los
treinta y seis meses que fija el art. 27 de la Ley 2064 para exigir la prestación por
invalidez, la solicitud formulada por la recurrente se encuentra dentro de término pues
ésta fue planteada el 28 de junio de 2001.
PENSIONES
III.1Que, antes de ingresar al fondo del recurso, corresponde determinar por este
Tribunal, si la AFP Futuro de Bolivia, tiene legitimación activa, para solicitar la tutela
impetrada, para lo cual se debe tener presente lo siguiente:
III.1.1 Conforme establecen las normas previstas por el art. 158 CPE, el Estado tiene
la obligación de defender el capital humano protegiendo la salud de la población,
asegurando sus medios de subsistencia y rehabilitación, propendiendo a mejorar las
condiciones de vida del grupo familiar. Determina también, que la seguridad social se
inspira en principios de universalidad, solidaridad, unidad de gestión, economía,
oportunidad y eficacia, cubriendo las contingencias de enfermedad, maternidad,
riesgos profesionales, invalidez, vejez, muerte, paro forzoso, asignaciones familiares y
viviendas de interés social; dichas coberturas son debidamente reguladas por el
Código de seguridad social (CSS) y la Ley de Pensiones (LP), habiendo establecido
ésta última el Seguro Social Obligatorio de Largo Plazo (SSO), que cubre las
prestaciones de jubilaciones, invalidez, muerte y riesgos profesionales, los que son
cubiertos con el fondo de pensiones constituido por los aportes al Fondo de
Capitalización Individual, los que a su vez se constituyen en fideicomisos
irrevocables, con duración indefinida, cuya administración fue encomendada a las
Administradores de Fondos de Pensiones (AFP), conforme a la indicada Ley de
Pensiones y disposiciones reglamentarias (arts. 2 y 4 LP).
III.1.2. Conforme establece la norma prevista por el art. 5 LP, las AFPs son
sociedades anónimas de objeto social único, encargadas de la administración y
representación de los Fondos de Pensiones, constituidas de acuerdo a la Ley de
Pensiones y Código de Comercio (Ccom). Para garantizar el financiamiento de las
prestaciones del Seguro Social Obligatorio, la Ley ha dispuesto que todas las
instituciones y empresas públicas y privadas, que hacen de agentes de retención,
deben remitir mensualmente a las AFPs todos los aportes de los beneficiarios, para el
caso de incumplimiento de la referida obligación se ha creado una acción legal
denominada "Proceso Ejecutivo Social", para que en la vía judicial, ante la Judicatura
Laboral y de Seguridad Social, se puedan recuperar dichos aportes incluyendo los
intereses y recargos, conforme establecen las normas previstas por los arts. 23 y 33
LP; a ese efecto la norma prevista en el art. 95 del Reglamento de Ley de Pensiones
(DS 24469 de 17 de enero de 1997 versión ordenada), ha otorgado a las AFPs
personalidad jurídica para iniciar y sustanciar esas acciones judiciales. De lo referido
se concluye que las AFPs tienen plena personalidad jurídica para iniciar y proseguir
hasta su conclusión los procesos ejecutivos sociales, en representación de los
beneficiarios del sistema de pensiones que realizan los aportes, también personería o
legitimación activa, para iniciar y proseguir la mencionada acción judicial y todo otro
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 338
precedentemente se infiere y determina que las AFPs tienen suficiente personería para
interponer recursos de amparo constitucional, como en el caso presente, para cumplir
con la misión que le ha sido conferida de administrar los recursos del Fondo de
Capitación Individual destinado a la cobertura del Seguro Social Obligatorio, más aún
en aquellos casos en los que, a través de actos, resoluciones u omisiones, se lesione o
vulnere los derechos fundamentales de los beneficiarios, conforme se estableció en la
SC 1015/01- R de 21 de septiembre.
Para el caso de que la AFP, resolviese utilizar la vía del proceso ejecutivo social, por
disposición de la norma prevista por el art. 23 LP, el proceso se sustanciará de
acuerdo a las disposiciones del Código de procedimiento civil. Ahora bien para
aquellos en los que, estando en proceso de ejecución una obligación de prestaciones o
cumplimientos continuos, se produzcan nuevos vencimientos de plazo de otras cuotas,
la norma prevista por el art. 495 CPC establece que la ejecución dispuesta en la
Sentencia podrá ampliarse respecto a esas nuevas cuotas vencidas, a cuyo efecto el
Juez de la causa debe expedir una conminatoria para que el obligado acredite el
cumplimiento de esos adeudos en el plazo de tercero día exhibiendo los recibos que
acrediten haberse extinguido la obligación, en caso de incumplimiento se amplía la
ejecución dispuesta en Sentencia.
nuevo proceso; empero, debe quedar claro que dicha ampliación sólo procederá
cuando se trata de una misma obligación cuyos nuevos vencimientos se dieron en la
tramitación del proceso ejecutivo o la ejecución de sentencia, lo que significa que para
disponer la ampliación de la ejecución dispuesta en sentencia deberán concurrir los
siguientes presupuestos jurídicos: a) que las cuotas u obligaciones de pago vencidas
durante el proceso o con posterioridad a la sentencia, deben tener su origen en un acto
jurídico idóneo constituido mediante un contrato celebrado entre el acreedor y deudor,
o constituida por disposiciones legales expresas como es el caso de los depósitos que
deben efectuar las empresas públicas o privadas, o entidades públicas de los aportes
efectuados por sus trabajadores o empleados, que los reciben en calidad de agentes de
retención; b) que se trate de obligaciones emergentes del adeudo principal y que
deban ser cancelados en forma continua de acuerdo a los plazos y condiciones
establecidos en el título ejecutivo o en la norma legal que lo genera; y c) que los pagos
sean permanentes hasta la extinción de la obligación.
Es indudable que, para evitar cualquier eventual lesión al debido proceso, el legislador
ha previsto mecanismos y formalidades previas para que el Juez de la causa pueda
disponer la ampliación de la ejecución dispuesta en sentencia dictada dentro del
proceso de ejecución. En efecto, según las normas previstas por el art. 495 CPC, se
deben cumplir con los siguientes requisitos y procedimientos: 1) el ejecutante, al
solicitar la ampliación, deberá acreditar debidamente el vencimiento de plazos para el
pago de nuevas cuotas, vencimientos que se hubiesen producido durante la
tramitación del proceso o después de dictada la sentencia; 2) presentada la solicitud de
ampliación, el Juez de la causa deberá conminar al ejecutado para que dentro de
tercero día acredite el pago de dicha obligación exhibiendo los recibos de pago
correspondientes; y 3) sólo en caso de que el obligado no exhiba dichos documentos,
entonces ampliará la ejecución. De lo referido se concluye que, con el procedimiento
de ampliación de la ejecución no se lesionará el debido proceso, en su elemento del
derecho a la defensa, del ejecutado, toda vez que éste podrá dentro del plazo de los
tres días acreditar que las obligaciones reclamadas fueron debidamente pagadas o, si
así corresponde, podrá efectuar las observaciones respectivas con la correspondiente
prueba; de otro lado, tampoco constituye alteración a la cosa juzgada, puesto que tanto
la obligación intimada para su cumplimiento en el Auto intimatorio y reconocida en la
sentencia, como la obligación conminada para su pago y luego ampliada en ejecución
de sentencia, tienen el mismo origen contractual o legal, sometidas a los mismos
vencimientos y formalidades de su constitución, no siendo pertinente que el Juez de la
causa, a título de indefensión o vulneración de los derechos constitucionales aludidos,
ordene el inicio de una nueva causa, sobre la base de una misma obligación cuyos
vencimientos se han ido acumulando en el transcurso del proceso; máxime si se toma
en cuenta que, siendo obligaciones que tienen una misma fuente u origen, el título
ejecutivo ya fue sujeto de un juicio de legalidad dentro del proceso ejecutivo que dio
lugar a la sentencia; de manea que cualquier impugnación sobre la validez legal del
título ya fue planteada por el ejecutado y dilucidado por el Juez en sentencia.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 340
Por otra parte, se vulnero el derecho al acceso a la justicia y la tutela judicial efectiva
por haberse negado a la AFP FUTURO DE BOLIVIA S.A., el cobro de dineros que
tiene la obligación de exigir su entrega y administrar conforme a la Ley de Pensiones
y normas reglamentarias, por lo que corresponde otorgar la tutela solicitada, conforme
ha establecido este tribunal en la SC 020/2003 de 28 de febrero, cuando indicó que:
"en aquellas circunstancias en las que el empleador que no ha pagado en la
oportunidad debida las cotizaciones (primas) -con destino a la Cuenta Individual del
Afiliado-, dicho empleador se constituye en mora, debiendo pagar con intereses y
341 José Luis Paredes Oblitas
PENSIONES
III.1. Sin embargo corresponde precisar que la disposición legal sometida al control
de constitucionalidad en el presente caso, ya fue impugnada anteriormente por la vía
de otro recurso directo o abstracto de inconstitucionalidad, sustanciado con el
expediente 2005-11149-23-RDI, recurso que fue resuelto mediante SC 0051/2005, de
18 de agosto, a través de la cual, este Tribunal Constitucional realizando el respectivo
juicio de constitucionalidad ha declarado la inconstitucionalidad de la disposición
legal impugnada, con los fundamentos jurídicos que se transcriben a continuación:
Efectuadas las precisiones conceptuales, así como el objeto y alcance del control de
constitucionalidad por la vía del recurso de inconstitucionalidad, este Tribunal pasa a
dilucidar la problemática planteada, sometiendo a juicio de constitucionalidad las
normas previstas por el Decreto Supremo impugnado con las normas de la
Constitución Política del Estado identificadas por el recurrente como vulneradas,
siguiendo un orden cronológico para ello.
"III.4.1.La supuesta infracción de las normas previstas por el art. 1.II de la CPE"
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 342
La norma prevista por el art. 1.II de la CPE define que Bolivia: "Es un Estado Social y
Democrático de Derecho que sostiene como valores superiores de su ordenamiento
jurídico, la libertad, la igualdad y la justicia"; la norma constitucional define la
configuración del Estado, así como el sistema de valores sobre los que se estructura el
sistema constitucional boliviano.
"III.4.2.La supuesta infracción de las normas previstas por el art. 7 incs. a), j) y k) de
la CPE
Legislativo como al Ejecutivo; a aquél, impidiendo que delegue sus potestades en otro
órgano, y a éste, evitando que se pronuncie sobre materias que, como se dijo, deben
ser materia de otra Ley".
La norma prevista por el art. 7 inc. a) de la CPE consagra los derechos fundamentales
a la vida, la salud y la seguridad. Con relación al derecho a la seguridad, este Tribunal
Constitucional, realizando una interpretación integradora de la norma constitucional,
aplicando el principio de la fuerza expansiva de los derechos fundamentales, ha
establecido que ese derecho no sólo abarca la seguridad personal sino también el
derecho a la seguridad jurídica de la persona; en ese orden, siguiendo los criterios
doctrinales, en su SC 287/1999-R, de 28 de octubre, ha señalado que la seguridad
jurídica: "es condición esencial para la vida y el desenvolvimiento de las naciones y
de los individuos que la integran. Representa la garantía de la aplicación objetiva de la
ley, de tal modo que los individuos saben en cada momento cuáles son sus derechos y
sus obligaciones, sin que el capricho, la torpeza o la mala voluntad de los gobernantes
pueda causarles perjuicio" ; partiendo de ese concepto, en su SC 095/2001, de 21 de
diciembre, este Tribunal ha sostenido que: "es deber del Estado proveer seguridad
jurídica a los ciudadanos asegurando a todas las personas el efectivo ejercicio de sus
derechos fundamentales y garantías constitucionales proclamados por la Constitución,
los tratados, convenios y convenciones suscritos y ratificados por el Estado como
parte del bloque de constitucionalidad, así como las leyes ordinarias".
De otro lado, cabe señalar que la disposición legal impugnada al establecer un tope
máximo al monto de las rentas en curso de pago y en curso de adquisición,
indirectamente contradice la norma prevista por el art. 81 del CSS, con lo cual vulnera
el principio de la jerarquía normativa proclamado por el art. 228 de la CPE.
2° Con relación a los alegatos formulados por el personero legal del órgano emisor de
la disposición legal impugnada, cuando sostiene que la misma tiene como su base de
sustento legal en las normas previstas por el art. 57 de la LP que ha transferido la
obligación del pago de las rentas en curso de pago y en curso de adquisición al TGN;
de un lado y, de otro, en las normas previstas por los arts. 81 del CSS que establece
topes superiores e inferiores en el salario para el cálculo de las prestación en dinero, y
el art. 82 del mismo Código que prevé que la revisión de los cálculos se efectuará
cuantas veces sea necesario; asimismo expresa como fundamento el que dicha
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 346
disposición responde a los principio de justicia social que tienden a asegurar a todos
los habitantes una existencia digna del ser humano; cabe señalar lo siguiente: a) si
bien es cierto que, dada la naturaleza jurídica del anterior sistema de seguro social
obligatorio de largo plazo, estructurado sobre la base del sistema de reparto común,
podría resultar necesario establecer topes máximos a las rentas a pagarse para
procurar, en el marco del principio de solidaridad sobre el que se estructura el régimen
de seguridad social, para que todos los asegurados tengan acceso al pago de las rentas
en un monto razonable; no es menos cierto que, al constituir una limitación al
ejercicio de los derechos a una remuneración justa y a la seguridad social, dichos
topes deben ser establecidos mediante una Ley de la República; b) la norma prevista
por el art. 81 del CSS establece un límite máximo al salario del trabajador sobre el que
se efectuará cálculo de la prestación en dinero, ello significa que para establecer el
salario promedio sobre el cual se calculará el monto de la renta de vejez, el legislador
ha previsto un límite máximo fijado, al promulgarse el referido Código, en la suma de
Bs6.000.- diarios o Bs180.000.- mensuales y, en la proporción del 30% por las sumas
excedentes; tomando en cuenta la variación del valor adquisitivo de la moneda
nacional en función a la devaluación, el propio legislador ha previsto, en el art. 82 del
CSS, la revisión de los cálculos establecidos en el art. 81 del mismo cuerpo legal
cuantas veces se consideren necesarios; claro está que esos cálculos, conforme prevé
el art. 165 del Reglamento del Código de seguridad social, deben efectuarse sobre la
base de un estudio técnico actuarial que establezca el tope compatible con el
equilibrio financiero de los regímenes afectados. Empero, corresponde aclarar que las
normas legales previstas por el Código de seguridad social, invocadas por el
Presidente de la República como fundamento del Decreto Supremo impugnado, han
previsto un límite máximo en los salarios sobre cuyo promedio debe calcularse la
renta a cancelarse al asegurado
"III.4.4. La supuesta infracción de las normas previstas por los arts. 157, 158 y 162 de
la CPE
Efectuada la contrastación del Decreto Supremo impugnado con las normas previstas
en la disposición constitucional descrita no se encuentra contradicción alguna, por lo
tanto no existe incompatibilidad entre las normas previstas por el Decreto Supremo
impugnado con las de la disposición constitucional examinada, ya que no desconoce
de manera alguna la protección de la que gozan el trabajo y el capital; tampoco
desconoce la remisión legislativa prevista respecto a la regulación de los regímenes
emergentes de las relaciones obrero-patronales.
Efectuada la respectiva contrastación del Decreto Supremo impugnado con las normas
previstas por el art. 158 de la CPE, este Tribunal no encuentra una directa
contradicción ni incompatibilidad entre ambas, toda vez que aquel no desconoce el
deber del Estado de proteger al capital humano, ya que no ha suprimido las rentas de
vejez en curso de pago o en curso de adquisición, tampoco ha desconocido los
principios sobre los cuales deben configurarse los regímenes de la seguridad social,
como son la universalidad, solidaridad, unidad de gestión, economía, oportunidad y
eficacia, al contrario, según refieren los alegatos del personero legal del órgano
emisor de la disposición legal impugnada, la finalidad que persigue el Decreto
Supremo es resguardar el principio de la igualdad y justicia social entre los
asegurados al anterior sistema de seguro social obligatorio de largo plazo; finalmente
no desconoce los ámbitos de cobertura del seguro social definidos por la norma
constitucional.
Asimismo, el recurrente denuncia la infracción de las normas previstas por el art. 162
de la CPE, disposición constitucional que, de un lado, define la naturaleza jurídica de
las disposiciones sociales como de orden público, y establece la excepción al principio
de la irretroactividad de la ley, disponiendo el carácter retroactivo de las leyes sociales
y laborales en los casos en los que así determine expresamente la ley; y, de otro,
consagra garantías constitucionales normativas para proteger los derechos sociales de
los trabajadores frente a los empleadores, determinando la irrenunciabilidad de los
derechos y beneficios sociales de los trabajadores como una garantía frente a
eventuales actos o hechos fraudulentos de los empleadores, tomando en cuenta la
situación vulnerable en que se encuentran éstos frente a los empleadores o patronos,
de manera que, no por la necesidad de trabajo y empleo que tengan los trabajadores,
puedan aceptar condiciones de trabajo fuera del marco contemplado en el
ordenamiento jurídico, es decir, renunciando a sus beneficios sociales y otros
derechos que les reconocen la Constitución y las leyes.
"III.4.5. La supuesta infracción de las normas previstas por el art. 229 de la CPE
En el marco del fundamento jurídico referido, este Tribunal advierte que la presente
Sentencia sólo tendrá su efecto a partir de su notificación para adelante, lo que
significa que no podrán revisarse los actos administrativos adoptados sobre la base de
la disposición legal impugnada y declarada como inconstitucional."
PETICIONES
PLIEGO DE CARGO
III.2. El art. 157 LOJ fija la competencia de los jueces en materia administrativa,
coactiva, fiscal y tributaria, disponiendo en su inciso b).1) que tienen la atribución de
"conocer y decidir, en primera instancia, de los procesos contencioso-tributarios por
demandas originadas en los actos que determinen tributos y, en general, de las
relaciones jurídicas emergentes de la aplicación de leyes tributarias". De lo anterior,
se concluye que el Juez recurrido tiene jurisdicción y competencia para conocer en
general todo proceso contencioso-tributario.
Sin embargo, su competencia para un caso concreto se abre cuando concurren los
requisitos señalados por ley. Al respecto, el art. 174 CTb señala que serán susceptibles
del proceso contencioso tributario los actos de la Administración por los que se
determine tributos o se apliquen sanciones, siempre que la parte interesada no haya
utilizado el recurso administrativo de revocatoria.
tributario), "...es aplicable a los casos en que el contribuyente no esté de acuerdo con
la determinación por parte de la Administración sobre el tributo o las multas que se le
pretenden cobrar", y que ..."tiene por finalidad obtener una resolución por la cual se
determine la obligatoriedad y cuantía de un monto que el contribuyente debe pagar a
favor del Estado, pudiendo tratarse del tributo mismo o de una multa y otros recargos.
Consecuentemente, cuando es el propio contribuyente que, mediante un acto
voluntario reconoce la existencia de una deuda que debe satisfacer hacia el fisco, ya
no es necesaria la realización de proceso alguno, porque -se reitera- el mismo
obligado ha declarado, bajo juramento, que existe cierto monto que debe por concepto
de impuestos".
III.5. Que, debido a que la demanda principal no refirió de manera expresa al juzgador
que el cobro coactivo intentado devenía de una declaración jurada no observada por la
Administración Tributaria, y por lo tanto, el asunto estaba en su fase de cobranza
coactiva, corresponde eximir al recurrido de responsabilidad por error excusable.
PLIEGO DE CARGO
III.1. Conforme establecen los arts. 120.6ª CPE y 79 de la Ley del Tribunal
Constitucional (LTC), el recurso directo de nulidad procede contra todo acto o
resolución de quien usurpe funciones que no le competen, así como contra los actos
de quien ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la Ley. En ese orden, en el
caso sometido a examen, cábele al Tribunal Constitucional determinar si el Pliego de
Cargo 04/2002 de 23 de enero de 2002 fue dictado por GRACO - La Paz con
jurisdicción y competencia.
III.2. El art. 174 CTb establece que los actos de la Administración por los que se
determine tributos o se apliquen sanciones pueden impugnarse por quien tenga un
interés legal, dentro del término perentorio de quince días computables a partir del día
y hora de su notificación al interesado, hasta la misma hora del día de vencimiento del
plazo, por una de las siguientes vías a opción del interesado: 1) Recurso de
Revocatoria ante la autoridad que dictó la Resolución. Cuando éste haya sido
rechazado se interpondrá ante la instancia jerárquica superior de la misma
Administración; 2) Acción ante la autoridad jurisdiccional, que se sustanciará con
arreglo a lo dispuesto en el Procedimiento Contencioso- Tributario establecido en el
Título VI de ese Código. La elección de una vía importa renuncia de la otra.
De acuerdo al art. 306 del mismo Código, el Pliego de Cargo es título suficiente para
iniciar la acción coactiva, el que se acompañará del respectivo Auto Intimatorio que
librará el ente administrativo a través de su máxima autoridad en cada jurisdicción.
Conforme al mismo, se emplazará al deudor para que dentro del plazo de tres días de
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 354
Sin embargo, ello no significa que el tantas veces mencionado Pliego de Cargo tenga
valor y eficacia jurídica, y menos que este Tribunal avale su emisión, sino que el
mismo debe necesariamente ser dejado sin efecto por la instancia correspondiente, ya
que todo Pliego de Cargo debe obedecer al incumplimiento de pago oportuno del
monto señalado en la Resolución Determinativa respectiva, que en este caso está
cuestionada.
355 José Luis Paredes Oblitas
PODER JUDICIAL
manera independiente y sin perjuicio de las normas legales que regulan las relaciones
de orden laboral. Norma que permite colegir que el Reglamento de la Responsabilidad
por la Función Pública no es aplicable a los recursos de revocatoria y jerárquicos que
impugnan decisiones relativas al ingreso, evaluación del desempeño, promoción y
cesación de funciones de funcionarios administrativos del Poder Judicial.
Por otra parte, y con relación a lo afirmado por las autoridades recurridas, se cuenta
con la Ley de Procedimiento Administrativo. El objeto de esta Ley, a decir de su art. 1
de la LPA es:
Objeto que como se tiene anotado, se remite básicamente a regular los trámites
administrativos del sector público y el ejercicio del derecho de petición ante la
Administración Pública, lo que conduce a concluir, que esta Ley tampoco es
pertinente para los mencionados recursos de revocatoria y jerárquicos.
El recurrente aduce por una parte, que los Consejeros de la Judicatura no habrían
resuelto en los plazos de ley los recursos de revocatoria y jerárquico que interpuso
contra el Acuerdo 340/2005, y la RA 001/2006, pronunciados por el Pleno del
Consejo de la Judicatura y por los Gerentes General y de Recursos Humanos de dicha
institución, respectivamente.
357 José Luis Paredes Oblitas
Una vez que se determinó aplicar el procedimiento que prevé el DS 26319 a los
recursos de revocatoria y jerárquicos previstos por el Reglamento de Carrera
Administrativa del Poder Judicial, con relación al recurso de revocatoria que planteó
el recurrente el 8 de febrero de 2006, a tenor del art. 31 de dicho Decreto Supremo, el
plazo de ocho días para emitir pronunciamiento, se encuentra vencido, y de acuerdo a
lo dispuesto por el parágrafo tercero del art. 31 del DS 26319 citado, la resolución se
la tendrá por denegada cuando vencido el plazo no se la dicte, de manera que el
recurrente podía haber interpuesto el correspondiente recurso jerárquico y al haber
acudido directamente a la vía tutelar del presente recurso, que es subsidiario de esta
otra vía de reclamo que tenía expedita el recurrente, se debe denegar la tutela
impetrada.
POLICÍA
cinco Vocales y un Secretario, lo que implica que ese Tribunal no estuvo constituido
conforme manda la norma prevista por art. 29 RDSPN, pues además de contar con
mayor número de vocales que el establecido, no conformó el mismo un fiscal, un
auditor y un secretario que tengan el título de abogado, como lo reconocieron
expresamente en su informe los recurridos, quienes justificaron esa omisión porque
existirían pocos abogados con ese grado y lo hicieron así para evitar retardación de
justicia.
PRESTACION VIAL
III.1 Que, el recurso contra tributos y otras cargas públicas, conforme establece el art.
68 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), procede contra toda disposición legal
que cree, modifique o suprima un tributo, impuesto, tasa, patente, derecho o
contribución de cualquier clase o naturaleza, que hubiere sido establecida sin observar
las disposiciones de la Constitución Política del Estado.
"V.3. Es precisamente en ese contexto doctrinal y jurídico que la prestación vial fue
creada por Ley de 16 de octubre de 1880, norma que fue sustituida por la Ley de 2 de
diciembre de 1904, que a su vez fue derogada por la Ley de 9 de diciembre de 1905,
la que fue puesta en vigencia nuevamente por Ley de 16 de diciembre de 1907."
"V.5. Por otra parte, corresponde aclarar que existe una profusa legislación
pronunciada respecto a la prestación vial conformada por un sinnúmero de Decretos
Supremos y Resoluciones Supremas que sin tomar en cuenta la jerarquía normativa
establecida por el orden constitucional modificaron las normas citadas, y lo que es
más, el Decreto Supremo de 27 de abril de 1937 "derogó" la Ley de 9 de diciembre de
1905, determinación que no puede ser tomada en cuenta dado que una Ley sólo puede
ser derogada o sustituida por otra de igual jerarquía. En este entendido, toda esta
normativa no puede ser tomada en cuenta, ya que la prestación vial al ser una
contribución, sólo puede ser modificada por una Ley expresa pronunciada por el
Poder Legislativo, ya sea en cuanto a la edad de los obligados, los días trabajados, el
monto a cobrarse, su destino, la entidad recaudadora y administradora y las sanciones,
para recién en base a ello proceder a su reglamentación mediante una disposición
legal inferior."
"VI.2. Que, en consecuencia, el Poder Ejecutivo, a través del Decreto Supremo 21320
ha intentado modificar la Ley de 9 de diciembre de 1905, complementada por las
Leyes de 29 de noviembre de 1913 y 25 de noviembre de 1931 y con las
modificaciones introducidas por la Ley de 4 de diciembre de 1941, Decreto Ley 0072
de 29 de marzo de 1944 y Decreto Ley 0081 de 31 de marzo de 1944, referentes a la
prestación vial, en cuanto a la edad, excepciones, tiempo de trabajo y administración
de los fondos, ignorando que cualquier modificación debe hacérsela mediante Ley
expresa y no a través de un Decreto Supremo. Por consiguiente, al dictar el DS 21320
ha quebrantado la jerarquía normativa consagrada por el art. 228 de la CPE, así como
la expresa atribución del Poder Legislativo contenida en el art. 59-2) del texto
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 362
III.3 Que sin mayor análisis, dichos fundamentos en su vertiente doctrinal como legal,
se recogen en la presente sentencia, dado que el supuesto planteado en el recurso que
ahora se resuelve en cuanto a la imposición de las mismas disposiciones es idéntico al
que se planteó en la Sentencia citada, de modo que dando aplicación al art. 44 LTC, y
por lo mismo, en cumplimiento del principio de vinculatoriedad que rige a las
resoluciones dictadas por la jurisdicción constitucional, corresponde aplicar el mismo
razonamiento contenido en la citada Sentencia Constitucional, vale decir, declarar la
inaplicabilidad del Decreto Supremo 21320 de 3 de julio de 1986 y la Resolución
Prefectural 220/2001 de 27 de abril de 2001.
PRINCIPIO DE INFORMALISMO
PRINCIPIO DE FAVORABILIDAD.
PRINCIPIO DE INFORMALISMO
363 José Luis Paredes Oblitas
de mejor forma y con la mayor efectividad, los derechos, principios y valores que
consagran el orden constitucional"; de acuerdo al sentido de ambos principios
(informalismo y favorabilidad), con la finalidad de garantizar el debido proceso y
derecho de defensa del administrado o de quien se encuentra siendo procesado, el
ordenamiento administrativo permite a la autoridad administrativa realizar una
interpretación favorable al procesado, corrigiendo esas equivocaciones formales en las
que incurrió quien está siendo administrado.
Que, a su vez, este Tribunal con la facultad interpretativa que le reconoce el art. 4 de
la Ley 1836, en una situación similar a la presente entendió:
"... que el recurrente actuó sin asesoramiento profesional, por error o precipitación.
Que habiéndose presentado el recurso en tiempo hábil, corresponde al órgano
pertinente conocer y resolver en el fondo la reclamación planteada; teniendo en cuenta
que la segunda instancia, cuando corresponde, es un derecho reconocido en nuestra
legislación y de manera universal. Que procede el recurso de Amparo para corregir
errores u omisiones que no puedan ser corregidos mediante recursos ordinarios y
siempre que no haya otro medio o recurso para la protección inmediata de sus
derechos y garantías como lo establece la jurisprudencia nacional", Auto
Constitucional 286/1999-R, de 28 de octubre.
"... la garantía del debido proceso no está instituida para salvaguardar el ritualismo
procesal, sino para garantizar que el mismo se desarrolle revestido de las garantías
esenciales ... en virtud del principio de "informalismo" del Derecho Administrativo
(junto con los de oficiliadad y eficacia) -que excusa al administrado de la observancia
de las exigencias formales no esenciales- ...".
Que, por consiguiente, la impugnación del recurrente bien puede ser reconducida por
la autoridad administrativa correspondiente, en el marco del principio de
informalismo referido.
Que el Tribunal del Recurso al haber declarado procedente el Recurso, ha hecho una
correcta evaluación del caso en análisis, así como ha dado una cabal aplicación del art.
19 CPE.
PRINCIPIO DE INFORMALISMO
PRINCIPIO DE INFORMALISMO
PRINCIPIO DE INFORMALISMO
III.1 Con carácter previo, a resolver la problemática planteada y conforme a las líneas
jurisprudenciales sentadas por este Tribunal Constitucional, corresponde establecer si
el principio de informalismo es aplicable a cualquier tipo de proceso administrativo.
A ese fin, corresponde precisar, que si bien el principio de informalismo implica que
la errónea denominación de un recurso, no vicia ni enerva la petición, puesto que el
recurso tendrá la denominación correspondiente a su naturaleza y no a la que
erróneamente le atribuyan las partes, debiendo la administración dar el trámite del
recurso promovido de acuerdo a la índole del mismo, corrigiendo equivocaciones
formales de los administrativos interpretando el recurso no de acuerdo a la letra del
escrito sino conforme a la intención del recurrente a quién se favorece, para evitar que
por defectos de forma se dejen de tramitar recursos erróneamente calificados; empero,
la amplia jurisprudencia de este Tribunal, establecida en SSCC 1070/2003-R,
764/2003-R, 642/2003-R, 512/2003-R, -entre otras-, ha señalado que el principio de
informalismo, se aplica en la tramitación de procesos administrativos internos,
inherentes a la responsabilidad administrativa del funcionario público que al interior
de una institución pública se encuentra procesado en la vía disciplinaria.
recurrente, que no puede ser subsanada por la vía del amparo constitucional, porque,
no sustituye los medios o recursos que las leyes franquean a las personas para la
defensa de sus intereses.
DEFINICIÓN
Esta discrecionalidad tiene límites, pues siempre debe haber una adecuación a los
fines de la norma y el acto debe ser proporcional a los hechos o causa que los originó,
conformándose así, los principios de racionalidad, razonabilidad, justicia, equidad,
igualdad, proporcionalidad y finalidad. La Ley del Procedimiento Administrativo, en
el art. 4. inc. p), establece en forma expresa el principio de proporcionalidad, que
señala que `La Administración Pública actuará con sometimiento a los fines
establecidos en la presente Ley y utilizará los medios adecuados para su
cumplimiento'.
PROCEDMIENTO ADMINISTRATIVO
pública, el proceso administrativo sancionador se rige por las normas previstas por la
Ley de Administración y Control Gubernamentales (LSAFCO) y su Reglamentario
aprobado mediante el DS 23318-A, modificado por DS 26237; respecto a la potestad
sancionatoria correctiva también se rige por normas expresas para cada caso, por
ejemplo en materia municipal por las ordenanzas específicas, en materia tributaria por
el Código Tributario, sólo en ausencia de ellas se aplicarán de manera supletoria las
normas de la Ley de Procedimientos Administrativos, por expresa disposición del art.
80.II de esta Ley.
En primer lugar, las normas previstas por los arts. 43 y 44 de la CPE, disponen que
una ley especial establecerá los derechos y obligaciones de los funcionarios y
empleados de la administración. En ese marco, se ha sancionado y promulgado la Ley
del Estatuto del Funcionario Público, la que en sus normas prevé el régimen
disciplinario y de responsabilidad a la que están sujetos los servidores públicos;
asimismo, dispone expresamente, en la norma prevista por su art. 17, que: "El régimen
disciplinario define el tratamiento a las situaciones que contravienen el presente
Estatuto, el ordenamiento jurídico administrativo y las normas que regulan la
conducta funcionaria en cada entidad. Se rigen por lo dispuesto en el Régimen de
Responsabilidad por la función Pública regulado por la Ley N° 1178 de
Administración y Control Gubernamental y sus disposiciones reglamentarias" (las
negrillas son nuestras).
En tercer lugar, la norma prevista por el art. 174 de la Ley de Municipalidades (LM),
de manera expresa dispone lo siguiente: "Cuando se conozcan casos de
Responsabilidad Administrativa que involucren a servidores públicos municipales, el
373 José Luis Paredes Oblitas
Finalmente, la norma prevista por el art. 3.II.d) de la LPA, excluye de forma expresa
del ámbito de su aplicación "los Regímenes agrario, electoral y del sistema de control
gubernamental, que se regirán por sus propios procedimientos", de esto se comprende
que la exclusión se refiere al sistema de control gubernamental establecido por la
LSAFCO, que incluye el régimen de responsabilidad por la función pública.
Del análisis de las normas referidas se concluye que, las normas aplicables a los
procesos administrativos internos, que tienen por objeto establecer responsabilidad
administrativa por la función pública de los servidores públicos son las previstas por
el DS 23318-A modificado mediante el DS 26237, y no así las normas supletorias
establecidas para el procedimiento sancionador correctivo por la Ley de
Procedimiento Administrativo, como equivocadamente pretende la recurrente, ya que
las normas de esta última son de aplicación general en la relación de la administración
con sus administrados y no con sus servidores públicos; pues se reitera que, por
mandato expresa de la norma prevista por el art. 80.II de la LPA, el procedimiento
sancionador contenido en dicha Ley, tendrá carácter supletorio, lo que supone que
será aplicado sólo ante ausencia de una norma expresa en el Reglamento específico.
proceso, ya que estos más bien fueron protegidos al establecer en debida forma la
norma que aplicó el recurrido para rechazar el recurso.
PROCESO ADMINISTRATIVO
RECURSO JERARQUICO
De esto se concluye que si bien el recurso jerárquico debe ser presentado ante la
misma autoridad administrativa competente para resolver el recurso de revocatoria, su
facultad se limita a remitir el recurso y sus antecedentes en el plazo de tres días a la
autoridad superior que tiene atribución para resolver el recurso en una de las formas
identificadas precedentemente, sin que el inferior pueda compulsar la concurrencia o
no de los requisitos formales del recurso al no tener atribución emanada por ley para
tal efecto, la misma que no se halla contenida en el art 57 inc. b) del Reglamento de
Procedimiento Técnico Administrativo, como erradamente señala la autoridad
recurrida.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 376
Esto implica que una vez presentado el recurso jerárquico por parte de la recurrente, la
autoridad municipal demandada emitió la Resolución impugnada ingresando a
analizar aspectos formales del recurso interpuesto, cuando dicha función, conforme a
las normas mencionadas en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Resolución,
corresponde privativamente a la autoridad competente resolver el recurso jerárquico,
en el caso de autos al Alcalde Municipal de La Paz, consecuentemente, la autoridad
recurrida al emitir la RA A.L. 002/2005 de 14 de marzo, no ajustó su actuación a la
tramitación del recurso jerárquico usurpando funciones que no le competen; situación
que hace viable el recurso interpuesto.
RECURSOS ADMINISTRATIVOS
III.1 Conforme establecen los arts. 120.6ª de la Constitución Política del Estado (CPE)
y 79 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), el recurso directo de nulidad
procede contra todo acto o resolución de quien usurpe funciones que no le competen,
así como contra los actos de quien ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la
Ley. En ese orden, en el caso sometido a examen, corresponde al Tribunal
Constitucional determinar si la RA SSC/IRJ/062/2002 de 2 de diciembre de la pasada
gestión fue dictada por el Superintendente General del Servicio Civil con jurisdicción
y competencia.
III.2 El Estatuto del Funcionario Público, aprobado por Ley 2027 de 27 de octubre de
1999, vigente desde junio de 2001, en su art. 3 establece que el ámbito de aplicación
del mismo abarca a todos los servidores públicos que presten servicios en relación de
dependencia con cualquier entidad del Estado, independientemente de la fuente de su
377 José Luis Paredes Oblitas
"Artículo 23 (Impugnación).¬
II. Los funcionarios provisorios harán uso de los recursos de revocatoria y jerárquico
conforme al procedimiento establecido en los artículos 24 al 30 del presente
reglamento" (las negrillas son nuestras).
El art. 11-II del DS 26319 preceptúa que para el ejercicio de los recursos de
revocatoria y jerárquico emergentes de procesos internos a funcionarios de carrera, se
aplicarán los plazos, condiciones, procedimientos y requisitos establecidos en ese
mismo Decreto. Para el cómputo de plazos, el art. 14 expresa que toda actuación
administrativa que se deba realizar en aplicación de dicho Decreto, se efectuarán en
días y horas hábiles administrativos, entendiéndose por tales a los dispuestos en la
reglamentación horaria vigente para la Superintendencia o entidad pública, según
corresponda la instancia donde se desarrolla el recurso administrativo. Salvo lo
anterior, para el cómputo de plazos determinados en días, solamente se computarán
los días hábiles administrativos. Los plazos previstos para la tramitación de los
recursos de revocatoria y jerárquico se entienden, en el marco del art. 15, como
máximos y son de cumplimiento obligatorio; comenzarán a correr a partir del día
siguiente a aquel en que tenga lugar la notificación del acto de que se trate y
concluyen al comienzo de la primera hora del día siguiente a su vencimiento.
El art. 33-II del DS 26319 dispone que el recurso jerárquico deberá ser interpuesto por
el interesado ante la misma autoridad administrativa que dictó el recurso de
revocatoria, dentro del plazo de cinco días siguientes a su notificación o de vencido el
379 José Luis Paredes Oblitas
plazo para dictar resolución del recurso de revocatoria. El parágrafo III de esta norma,
claramente determina:
"III. El recurso jerárquico deberá ser elevado en el plazo de dos días de haber sido
interpuesto, ante el Superintendente para su admisión, conocimiento y resolución".
En el plazo de dos días de recibido el recurso, éste deberá ser admitido. A momento
de admitir el recurso, el Superintendente dispondrá la apertura del periodo de prueba
correspondiente. A partir de la admisión del recurso jerárquico, el Superintendente de
Servicio Civil, tiene el plazo de treinta días para emitir resolución que lo dirima (art.
34-I).
III.3 En el caso de autos, el recurrente arguye que de acuerdo al art. 30 del DS 26237,
las resoluciones ejecutoriadas de los procesos internos causan estado y no pueden ser
modificadas ni revisadas por otras autoridades administrativas, lo que determina -a
criterio suyo- la falta de competencia con la que actuó el recurrido, pues la apertura de
dicha competencia solamente se produciría -según dice- como efecto de un recurso
jerárquico oportunamente interpuesto ante la autoridad que resolvió el recurso de
revocatoria, y en este caso, el Superintendente del Servicio Civil habría abierto su
competencia "por su cuenta y sin el cumplimiento del presupuesto procesal", pues no
existe ninguna norma legal que le reconozca la atribución de solicitar la remisión de
recursos y procesos mediante cartas. Sin embargo, de las normas legales analizadas en
el numeral precedente, conforme se desprende del memorando de designación de
funciones YGYA/CB/0135/00 de 22 de marzo de 2000 (fs. 81), se evidencia que
Nelson Vera Ossio es un funcionario de carrera, en mérito de lo cual para la
interposición, resolución, cumplimiento y cómputo de plazos de los recursos de
revocatoria y jerárquico deberá observar lo dispuesto por el DS 26319 y no así lo
determinado por el DS 26237 que expresamente en su art. 23-I y II, dispone que los
funcionarios de carrera se sujetarán al procedimiento que emita la Superintendencia
del Servicio Civil, en cambio, los funcionarios provisorios deberán sujetarse a lo que
determina dicho Decreto. Pues bien, fue el DS 26319 el que ha definido el
procedimiento que se debe seguir en la tramitación de los recursos de revocatoria y
jerárquico por parte de funcionarios de carrera, y el art. 33-II del aludido Decreto
(26319) dispone que el recurso jerárquico deberá ser interpuesto por el interesado ante
la misma autoridad administrativa que dictó el recurso de revocatoria, dentro del plazo
de cinco días siguientes a su notificación. Nelson Vera Ossio fue notificado con la
Resolución 01/2002 de 6 de septiembre de 2002 que resolvió el recurso de
revocatoria, a horas 12:00 del 11 de septiembre de 2002 (fs. 306 vta.); e interpuso
recurso jerárquico, ante el Sumariante, en 18 de septiembre de 2002 a horas 9:20.
Tomando en cuenta que los días 14 y 15 de septiembre de 2002 fueron sábado y
domingo, respectivamente, y que el cómputo del plazo finaliza al comienzo de la
primera hora del día siguiente de su vencimiento, se constata que el recurso jerárquico
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 380
formulado por Nelson Vera Ossio está dentro del término de los cinco días que -se
reitera- establece el art. 33-II del DS 26319 aplicable a este caso.
Resulta imprescindible dejar sentado que Nelson Vera Ossio tiene la condición de
servidor público sujeto a la carrera administrativa, pese al "agradecimiento de
servicios" que se le hizo por memorando YGY/CB/0843/01 de 12 de octubre de 2001
(fs. 290), en mérito a que la RA SSC/IRJ/006/2002 de 5 de febrero de 2002 (fs. 138 a
142), dispuso la reincorporación de Nelson Vera Ossio a sus funciones de Jefe
Administrativo de AASANA, siendo responsabilidad de esa institución el no haber
dado cumplimiento a esa orden -que se encuentra absolutamente vigente y
ejecutoriada- ya que inclusive el amparo constitucional que ésta planteó contra dicha
Resolución Administrativa fue declarado improcedente por no haber agotado
previamente la vía legal prevista a tal fin.
RECURSOS ADMINISTRATIVOS
III.1.Para el debido análisis del recurso formulado, es necesario reiterar que las
normas previstas por el art. 19.IV de la CPE, estipulan que se: " (....) concederá el
amparo siempre que no hubiere otro medio o recurso legal para la protección
inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados (...)",
formulación constitucional que ha sido precisada, así las normas previstas por el art.
96.3 de la LTC señalan que: "El Recurso de Amparo no procederá contra las
resoluciones judiciales que por cualquier otro recurso puedan ser modificadas o
suprimidas aún cuando no se haya hecho uso oportuno de dicho recurso", regulación
que permitió complementar la configuración procesal del recurso de amparo. De las
disposiciones referidas, se desprende que el recurso de amparo se constituye en un
instrumento subsidiario en la protección de los derechos fundamentales, porque no es
posible utilizarlo si es que previamente no se hubiere agotado la vía ordinaria de
defensa de los derechos consagrados en la Constitución Política del Estado, y en las
normas internacionales de derechos humanos.
Además de lo expuesto, se debe aclarar que aunque las normas contenidas en la Ley
de municipalidades no prevén el momento desde el cual se debe computar el plazo
para presentar el recurso jerárquico cuando se aplique el silencio administrativo
negativo como forma de conclusión del recurso de revocatoria, limitándose a señalar
que el recurso jerárquico se interpondrá dentro de los cinco días hábiles siguientes a la
notificación con la resolución al recurso de revocatoria (art. 141 de la LM), éste debe
computarse desde el vencimiento del plazo para resolver el recurso de revocatoria,
aplicando por analogía lo estipulado por los preceptos del 66.II de la LPA, que
disponen lo siguiente: "El Recurso Jerárquico se interpondrá ante la misma autoridad
administrativa competente para resolver el recurso de revocatoria, dentro del plazo de
diez (10) días siguientes a su notificación, o al día en que se venció el plazo para
resolver el recurso de revocatoria".
Cabe aquí hacer la aclaración que si bien ya existió un primer acto de rechazo a la
solicitud de la recurrente, materializado en el decreto de 14 de abril de 2004, éste por
sí sólo era recurrible, pues las normas previstas por el art. 56 de la LPA, establecen
que son también recurribles por vía de los recursos administrativos, los actos que
ponen fin a una actuación administrativa, como fue el decreto de 14 de abril de 2004,
pues se dispuso que sea notificado a la recurrente, lo que importa que daba fin al
procedimiento de petición que inició; en consecuencia, ese acto definitivo era
impugnable como efectivamente lo hizo la recurrente, y de igual manera por su lado,
la RA 28/2004 era susceptible de los recursos legales de revocatoria y jerárquico;
empero, ninguno de los actos descritos fue agotado en los recursos administrativos
concedidos por la Ley de Municipalidades, lo que como se concluyó provoca la
improcedencia del recurso.
RECURSOS ADMINISTRATIVOS
como propios del posible contraventor. Por su parte, el co-recurrido Administrador a.i.
de la Aduana Interior Cochabamba, Boris E. Guzmán Arze pronunció la Resolución
Determinativa AN-GRCGR-CBBCI-03-985/05 de 9 de junio de 2005 declarando
autor de la contravención aduanera de contrabando también a "Osvaldo Coronel
Condorcet", a quien se realizaron las notificaciones con esa decisión conforme al
segundo párrafo del art. 90 del CTB.
Ahora bien, el actor, que responde al nombre de Rubén Osvaldo Condorcet Coronel,
aduciendo tener la calidad de propietario del vehículo decomisado y posteriormente
rematado, reclama a través de este recurso que no fue legalmente notificado con
ninguna de las actuaciones antes descritas, lo cual es evidente de acuerdo a los datos
antes glosados, lo que significaría que existió un error en el nombre del propietario
durante todo el procedimiento. En consecuencia, ante la existencia del mencionado
defecto en el nombre, que determina que el recurrente no haya sido notificado
conforme al segundo párrafo del art. 90 del CTB, lo cual constituye
un error procesal que tiene relevancia constitucional, por lo que merecería ser
tutelado, empero, el recurrente una vez informado por cualquier fuente de lo actuado,
acreditando su derecho propietario sobre el vehículo, bien pudo presentar recurso de
alzada y resuelto éste si fuera adverso a sus intereses, recurso jerárquico, conforme las
normas previstas por el art. 131 del CTB, respecto a lo cual debe efectuarse la
siguiente aclaración.
RESOLUCION
III.5 La garantía del debido proceso, en este sentido, es aplicable a los procesos
administrativos sumarios o informativos en los que tenga que determinarse una
responsabilidad disciplinaria o administrativa, como ocurre en el presente caso. Así,
mediante Sentencia Constitucional 731/2000-R, este Tribunal ha definido que: "las
garantías del debido proceso no son aplicables únicamente al ámbito judicial, sino que
deben efectivizarse en todas las instancias en la que a las personas se les atribuya -
aplicando un procedimiento previsto en la Ley- la comisión de un acto que vulnere la
normativa vigente y es obligación ineludible de los que asumen la calidad de jueces,
el garantizar el respeto a esta garantía constitucional.
RESOLUCION
387 José Luis Paredes Oblitas
RESOLUCION ADMINISTRATIVA
RESOLUCIONES
RESOLUCIONES
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 390
RESOLUCIONES
Que por previsión expresa del Art. Art. 22 de la LM, solo el Concejo Municipal a
instancia de parte o del Alcalde Municipal por el voto de dos tercios del total de sus
miembros podrá reconsiderar las Ordenanzas y Resoluciones Municipales; en el caso
que se examina, se tiene establecido que los recurrentes, solicitaron al ente
deliberante, la reconsideración de la Ordenanza Municipal 001/2001, que no mereció
una respuesta satisfactoria y oportuna; con cuya actuación esta parte, agotó la vía
administrativa, conforme dispone el Art. 142.1 de esta ley; con la aclaración de que,
aún cuando el recurrente no hubiere solicitado la reconsideración, se tendría por
agotada la vía administrativa por dos motivos: por una parte, la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, ha señalado que "la reconsideración prevista por el art. 22
LM no es un medio expedito y eficaz para hacer valer los derechos conculcados,
puesto que no sólo se requiere la voluntad de la parte que la presenta, sino también el
voto de 2/3 del total de sus miembros para reconsiderar las Ordenanzas y
Resoluciones Municipales", SSCC 998/2002-R, 621/2003-R, 1027/2003; asimismo la
línea jurisprudencial sostiene que : "La reconsideración establecida por el art. 22 LM
no constituye un recurso propiamente dicho...por lo que no corresponde sustentar la
improcedencia del recurso en su existencia". Así SC 1382/2003-R.-entre otras-; y por
otra, el art. 142 LM señala categóricamente que se considerará agotada la vía
administrativa: "2. Cuando se trate de Ordenanzas Municipales emitidas por el
Concejo Municipal".
RESOLUCIONES
Así, al margen de que el "adendum" sin fecha que corre a fs. 28 del cuaderno procesal
es una figura inexistente en la Ley de Municipalidades -utilizado en el ámbito del
Derecho Civil cuando se pretende ampliar o completar los efectos y alcances de los
contratos- no contiene la mínima exposición de motivos para determinar la
paralización de la construcción de la Terminal del Sindicato "Norte", siendo, por
tanto, inválida legalmente, ya que el art. 8.I.10 LM, atribuye al Gobierno Municipal la
potestad de: "Reubicar, luego de un proceso técnico-administrativo-jurídico, sin que
medie expropiación ni compensación alguna, el uso de los inmuebles destinados a
vivienda, comerciales, industriales o de cualquier otro carácter, que no cumplan o
afecten al plan de ordenamiento urbano y territorial, la norma del uso del suelo o
cuando el interés público así lo aconseje".
iniciada, no otra cosa significa que el ente deliberante haya ordenado la paralización
de obras. Empero, esa orden -repetimos- es ilegal porque ha sido dada mediante un
instrumento ("adendum" a una Resolución) no reconocido legalmente para que los
gobiernos Municipales adopten sus determinaciones en el marco de sus atribuciones,
por una parte, y por otra, no es emergente del procedimiento administrativo donde se
pueda evidenciar la legalidad de los motivos para asumir una decisión de esa
naturaleza, extremos que ciertamente acarrean una restricción indebida al ejercicio del
derecho propietario del sindicato "Norte", y una lesión al derecho a la seguridad
jurídica consagrado en el art. 7 inc. a) CPE, debiendo otorgarse la tutela que busca el
recurrente.
RESOLUCIONES
acto ilegal que afecta el derecho a la seguridad jurídica del recurrente, derecho que ha
sido entendido por este Tribunal como "la condición esencial para la vida y el
desenvolvimiento de las naciones y de los individuos que la integran. Representa la
garantía de aplicación objetiva de la Ley, de modo tal que los individuos saben en
cada momento cuáles son sus derechos y sus obligaciones, sin que el capricho, la
torpeza o la mala voluntad de los gobernantes pueda causarles perjuicio";
consecuentemente corresponde otorgar la tutela prevista por el art. 19 de la CPE.
RESOLUCIONES
III.2.El art. 1449 del Código Civil (CC), establece que corresponde a la autoridad
judicial proveer a la defensa jurisdiccional de los derechos, a demanda de parte o a
instancia del Ministerio Público en los casos previstos por ley. Asimismo, los
Capítulos II y III del Título Tercero del Libro Quinto del indicado Código establecen
las acciones en defensa de la propiedad y de la posesión.
El art. 1282 del CC, prohíbe la justicia directa al señalar que "nadie puede hacerse
justicia por sí mismo sin incurrir en las sanciones que la Ley establece".
397 José Luis Paredes Oblitas
efectuada por los funcionarios del Gobierno Municipal que fue suscrita por el Alcalde
recurrido, ya que ésta tampoco fue resultado de proceso previo alguno que fuera de
conocimiento del recurrente, en el que haya sido escuchado y producido prueba de
descargo, ya que la indicada Resolución le fue notificada con posterioridad a que
fuera dictada, la que además no cumple con la normativa vigente entonces para la
demolición de construcciones clandestinas, es decir, el "Procedimiento Administrativo
Municipal de Demolición de Construcciones Clandestinas" aprobado por Resolución
Municipal 00113/90 de 16 de abril de 1990 (fs. 189 a 190) que establece otro
procedimiento que tampoco garantiza el derecho a la defensa y debido proceso y no
prevé recurso de impugnación alguno.
"Si bien el recurrente en defensa de su pretendida posesión tiene expeditas las mismas
acciones que corresponden a la Alcaldía Municipal, existiendo igualmente procesos
judiciales en curso, no es menos evidente que al haberse incurrido en vías de hecho
399 José Luis Paredes Oblitas
para resolver una cuestión que debía hacerlo la justicia ordinaria, se justifica otorgar
la tutela inmediata que brinda el amparo constitucional a fin de que cesen las
ilegalidades y los actos hostiles en tanto se dirima la controversia en la instancia
correspondiente, evitando así que la vulneración de derechos, como en el presente
caso, dé lugar a daños que pueden ser irreparables si no se presta la protección
inmediata y eficaz. Así lo ha establecido el Tribunal Constitucional en su
jurisprudencia, citando para el efecto las SSCC 1321/2002-R, 994/2002-R, 354/2002-
R, 236/2002 y 1167/2003-R, entre otras."
RESOLUCIONES
III.1.Dada la naturaleza jurídica del recurso directo de nulidad se establece que es una
acción jurisdiccional de control de legalidad sobre los actos o resoluciones de las
autoridades públicas, cuya finalidad es la de declarar expresamente la nulidad de los
actos invasivos o usurpadores de las competencias delimitadas por la Constitución y
las leyes; vale decir, que es un medio jurisdiccional reparador (SC 108/2003, de 10 de
noviembre).
II Los concejales suplentes sólo podrán ser elegidos miembros de la Directiva del
Concejo, cuando su titular lo autorice expresamente y, en caso de su reincorporación,
se procederá a nueva elección por el cargo cesante.
III Los Concejales que integran las Directivas del Concejo Municipal y de las
Comisiones, durarán en sus funciones un año, pudiendo ser reelectos, en la forma
establecida por la presente Ley y Reglamento Interno del Concejo Municipal".
Conforme al art. 16.IV de la LM, las sesiones del Concejo Municipal no podrán
efectuarse si no existe el quórum reglamentario, que se formará con la asistencia de la
mitad más uno del total de sus miembros en ejercicio, siendo nulos de pleno derecho
los actos del Concejo Municipal que no cumplan las condiciones señaladas en los
incisos anteriores del referido precepto. Por su parte, el art. 27 de la Ley analizada,
determina que los concejales cesan en sus funciones por fallecimiento; cumplimiento
de mandato; renuncia; incapacidad física o mental declarada judicialmente;
incompatibilidad sobreviniente; sentencia condenatoria ejecutoriada a pena privativa
de libertad; y pliego de cargo ejecutoriado o sentencia judicial ejecutoriada por
responsabilidad civil contra el Estado y por las demás causales establecidas por Ley.
Directiva del Concejo; 02/2003 , por la que aceptaron la renuncia de Zenobio Borras
al cargo de Alcalde y resolvieron elegir nuevo Ejecutivo; y 03/2003, en la que
eligieron como Alcalde a Román Cossío Valdéz, son nulas de pleno derecho al tenor
de lo dispuesto por el art. 16.V de la LM, al haber sido emitidas por personas que
carecían de competencia para participar en la sesión de 21 de mayo de 2003 y sin
reunir el quórum reglamentario establecido por ley. Cabe dejar claro que aún en el
caso -no demostrado en la forma que en Derecho se exige- de que en la sesión del
Concejo Municipal de Ichoca del 21 de mayo de 2003, hubiera participado la
Concejala Julia Gabriel de Leon, tampoco se reunía el quórum necesario, pues
solamente se hubiera contado con dos concejales habilitados, que no pueden llevar a
cabo la reunión en forma válida ni pronunciar determinaciones. Finalmente, se
desvirtúa la afirmación realizada por la parte recurrida en sentido de que al haber
renunciado el recurrente a su cargo de Alcalde Municipal de Ichoca, carecería de
interés para formular el presente recurso, ya que las Resoluciones impugnadas no le
afectaría, puesto que una de las determinaciones impugnadas (Resolución 02/2003) es
la que precisamente aceptó tal renuncia y resolvió elegir nuevo Alcalde, y la
Resolución 03/2003 designó en ese cargo al co - demandado Román Cossío, todo ello
en una sesión ilegal de acuerdo a lo estudiado y examinado en esta Sentencia.
Por consiguiente, se ha constatado que tanto la sesión de Concejo 01/2003, como las
Resoluciones Municipales 01/2003, 02/2003 y 03/2003 todas de 21 de mayo, fueron
realizada y pronunciadas, respectivamente, por un Concejo sin el quórum suficiente, y
por personas que carecían de competencia para actuar como concejales en esa fecha.
RESOLUCIONES
de seis meses desde la iniciación del procedimiento, salvo plazo distinto establecido
conforme a reglamentación especial para cada sistema de organización administrativa,
aplicando dicha norma legal al caso en análisis se tiene que la recurrente presentó su
memorial de solicitud de procedimiento administrativo el 21 de julio de 2004, por lo
que el plazo que tenía la entidad para pronunciar resolución vencía el 21 de enero de
2005, es decir, que al momento de la interposición del presente amparo constitucional
la entidad recurrida se encontraba dentro del plazo para emitir la respectiva
resolución.
RESPONSABILIDAD ADMNISTRATIVA
RETROACTIVIDAD
Dicho de otro modo, este recurso constituye una acción de puro derecho que implica
confrontar el texto de la norma impugnada con el de la Constitución Política del
Estado, para determinar si hay contradicción en sus términos, con el objeto de realizar
el control correctivo de la norma y así depurar el ordenamiento jurídico del Estado; en
síntesis, lo que se busca es que al resolver un recurso ordinario dentro de un
determinado proceso judicial o administrativo, en la decisión final no se aplique una
norma inconstitucional. Para su procedencia, el legislador ha previsto además de los
requisitos formales señalados por el art. 30 de la Ley del Tribunal Constitucional
(LTC), los siguientes, contenidos en el art. 59 de dicha Ley: a) que el incidente sea
promovido dentro la tramitación de un proceso judicial o administrativo, b) que el
incidente se promueva de oficio o a solicitud de alguna de las partes que intervienen
en el proceso; asimismo, ha previsto la necesidad de la existencia de duda razonable y
fundada sobre la constitucionalidad de la disposición legal aplicable al caso concreto
y la vinculación necesaria entre la validez constitucional de la norma con la decisión
que deba adoptar la autoridad judicial o administrativa, es decir, que dicha decisión
dependa de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la disposición legal;
consecuentemente, el recurso solo será procedente cuando la disposición legal sobre
cuya constitucionalidad exista duda, tenga que ser necesariamente aplicada a la
resolución del caso concreto a ser dilucidado dentro del proceso judicial o
administrativo.
A ese efecto, este Tribunal Constitucional ha entendido que los actos administrativos:
"(…) son declaraciones de voluntad, conocimiento u opinión destinadas a producir
efectos jurídicos, es decir, el nacimiento, modificación o extinción de derechos u
obligaciones. Así, el acto administrativo abarca todas las manifestaciones de voluntad
administrativa, cualesquiera que sean sus formas (actos unilaterales o plurilaterales), o
sus efectos (generales o individuales) (…)" (SC 0039/2004 de 20 de abril).
CARGO POR POTENCIA FUERA DE PUNTA: Se calcula con la relación entre los
costos de distribución correspondientes al nivel de Baja Tensión, dividido entre la
sumatoria de demandas máximas individuales en la etapa de Baja Tensión. Se
determina con la aplicación de una fórmula.
CARGO POR ENERGÍA: Es igual al cargo por Energía por Media Tensión
multiplicado por el Factor de Pérdidas Medias de Energía en Baja Tensión. Se
determina con la aplicación de una fórmula.
a)Un primer componente que refleje el ajuste por variaciones en los costos de la
empresa, establecido en función de las variaciones de los índices de precios, menos el
índice de incremento de eficiencia que será determinado por la Superintendencia de
Electricidad; y,
413 José Luis Paredes Oblitas
b)Un segundo componente que transfiera las variaciones en los precios de compra de
electricidad y las variaciones en las tasas e impuestos que por ley graven a la actividad
de Concesión.
El art. 42 del Reglamento de Precios y Tarifas (RPT), aprobado por DS 26094, señala
que se calcularán los precios máximos de distribución para cada nivel de tensión, los
que estarán compuestos por las tarifas base y fórmulas de indexación. La Tarifa base
para cada nivel de tensión se compone de: a) Cargo por potencia de punta; b) Cargo
por potencia fuera de punta; y, c) Cargo por energía. Las tarifas base serán indexadas
mensualmente mediante la aplicación de fórmulas que reflejen tanto la variación de
los costos de distribución como los incrementos de eficiencia operativa y que
permitan el traspaso directo de variaciones en los costos de compras de energía e
impuestos.
El art. 45 del mismo Reglamento establece que los costos de suministro para el
cálculo de las tarifas base y por cada nivel de tensión, serán aprobados por la
Superintendencia mediante Resolución. Los costos de suministros comprenden:
compras de electricidad, costos de consumidores, impuestos, tasas, costos de
operación, costos de mantenimiento, costos administrativos y generales, cuota anual
de depreciación de activos tangibles, cuota anual de amortización de activos
intangibles, gastos financieros y otros costos que tengan relación con el suministro y
sean aprobados por la Superintendencia por Resolución con el detalle allí indicado,
consignando en su inciso g) la cuota anual de depreciación de los activos tangibles
afectos a la concesión, que se calculará aplicando las tasas de depreciación y
procedimientos aprobado por la Superintendencia mediante Resolución; y en su inciso
h): "la cuota anual de amortización del activo fijo intangible afecto a la concesión, que
se calculará en base a un plan de amortizaciones aprobado por la SSDE mediante
Resolución".
III.6.El art. 4 del DS 27302 impugnado autoriza a cada distribuidor que administre
sistemas de distribución urbanos y sistemas eléctricos rurales, incorporar los costos de
desarrollo en los costos de operación y costos de consumidores de cada sistema, para
que sean determinados de manera que permitan alcanzar cargos de consumidores y
cargos de potencia fuera de punta iguales para todos los sistemas.
Es menester expresar que el art. 51 del RPT señala que la utilidad para el cálculo de la
Tarifa Base de Distribución, será obtenida multiplicando la tasa de retorno definida
por la Superintendencia mediante Resolución, con aplicación de lo determinado en el
artículo 54 de la Ley de Electricidad, por el valor del patrimonio afecto a la Concesión
establecido en el artículo 50 del citado Reglamento, que indica que el patrimonio
afecto a la Concesión, será igual al valor del activo fijo neto más el capital de trabajo
neto, menos el valor del pasivo de largo plazo asociado al activo fijo, de acuerdo a las
normas allí especificadas.
Por consiguiente, tomando en consideración que el art. 6 impugnado dice que para la
determinación de la tasa de retorno sobre el Patrimonio Afecto a la Concesión
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 416
Partiendo de esa premisa, se tiene que si bien el proceso de estudio para la regulación
de tarifas eléctricas de ELECTROPAZ se inició antes de la dictación del DS 27302 -
que data del 23 de diciembre de 2003-, este conjunto de normas no ha introducido
ninguna modificación al marco normativo existente hasta entonces para la regulación
de tarifas eléctricas, proceso que aún no estaba concluido cuando fue pronunciado tal
Decreto, por una parte, y por otra, las nuevas tarifas eléctricas a ser cobradas por
ELECTROPAZ, fijadas por la SSDE, rigen a partir de enero de 2004, como lo
estableció la Resolución Administrativa SSDE 044/2004, de manera que el Decreto
Supremo impugnado no ha sido aplicado en forma retroactiva, sino que se ha
producido la figura de la retrospectividad, llamada también "retroactividad no
auténtica", que se produce cuando una Ley regula o interviene en situaciones fácticas
aún no concluidas (SSCC 0011/2002, 1421/2004-R), por cuanto -se reitera- el proceso
previo a la fijación y regulación de tarifas eléctricas no terminó aún cuando se emitió
el Decreto 27302, pues no se había constituido ni consagrado tampoco relación
jurídica alguna, a más que las nuevas tarifas eléctricas, cuya regulación se basa, entre
otras normas, en las previstas en el Decreto objetado tantas veces referido, que
comenzaron a regir desde enero de 2004.
SILENCIO ADMINISTRATIVO
SILENCIO ADMINISTRATIVO
Estos dos tipos de procesos, tienen sus propias características, sus reglas sustantivas y
adjetivas, empero por su naturaleza de ser materia penal (ordinaria o administrativa),
rigen para ambos los principios de legalidad y especificidad, es decir, que el órgano
sancionador, el procedimiento aplicable y especialmente la sanción deben
necesariamente estar previstos con anterioridad al juzgamiento, principios que son
concordantes con la garantía del debido proceso consagrado en la norma prevista por
el art. 16.IV CPE. Así se ha reconocido en la SC 787/00-R, de 24 de agosto, cuando
se indicó que: "(...) las reglas del debido proceso no son sólo aplicables en materia
penal, sino también a toda la esfera sancionadora, dentro de ella la materia
administrativa disciplinaria, conforme lo ha establecido la jurisprudencia de este
Tribunal".
III.2Dados los parámetros generales sobre los principios y garantías que regulan los
procesos penales administrativos aduaneros, corresponde desglosar la problemática
planteada en el presente caso. Así tenemos respecto al primer punto, que al existir
mercaderías de propiedad de la empresa recurrente que presuntamente no se
encontraba respaldada documentalmente, el Gerente General de la Administración de
Aduana Interior La Paz, amparado en las normas previstas por los arts. 110 y 172 de
la Ley 1340, emitió Auto Inicial de Proceso Penal Administrativo 114-02 de 5 de
febrero, por el delito de contrabando contra los representantes de la referida empresa,
misma que presentó sus descargos y alegatos solicitando se aplique en su favor la
prescripción de la acción por haber transcurrido más de dos años desde que se incautó
la mercadería. Al no recibir respuesta en el plazo previsto por las normas del aludido
Código tributario, consideró que se operó en su contra, el "silencio administrativo
negativo", que se entiende como el rechazo o negativa de las peticiones formuladas,
por lo que interpuso recurso jerárquico para ante el órgano superior el que debería
resolver dicho recurso, sin embargo, la autoridad recurrida, no concedió el mismo y
menos ordenó la remisión de los antecedentes ante el superior jerárquico.
Por otra parte, si bien en materia administrativa, la falta de respuesta por parte de las
autoridades constituye silencio administrativo que vulnera el derecho fundamental a la
petición, cuando el solicitante presentó su reclamo y exigió la extenuación idónea de
los medios o recursos en cada una de las instancias, (así reconoció este Tribunal
Constitucional en las SSCC 757/2003-R de 4 de junio, 128/01-R de 12 de febrero,
1040/00-R de 10 de noviembre, 699/2002 de 14 de junio y 492/2003-R de 15 de
abril); este silencio no es aplicable en materia penal administrativa, por cuanto
421 José Luis Paredes Oblitas
III.3Por otra parte, es evidente que la autoridad recurrida tiene el plazo de quince días
para emitir resolución conforme establece la norma prevista por el art. 173 CTb (Ley
1340), sin embargo, este plazo se computa desde que el expediente ingrese a
despacho, luego de haberse emitido el informe técnico que corresponda y al ser un
proceso penal administrativo, el representante del Ministerio Público debe emitir su
requerimiento en conclusiones, pasos procesales que no pueden omitirse, toda vez que
forman parte de la configuración procesal previsto para el efecto, de manera que el
cumplimiento de dichas actuaciones procesales no puede calificarse como un supuesto
"silencio administrativo" que se reitera, es inaplicable en un proceso penal
administrativo.
SILENCIO ADMINISTRATIVO
aplicar las reglas del silencio administrativo y deducir los recursos que considere
pertinentes, de acuerdo con las normas del citado art. 17 de la LPA; de ello se infiere
que aún existe la vía administrativa para el reclamo de los derechos del recurrente,
haciendo aplicable la sub regla establecida por la SC 1337/2003-R, que estableció la
improcedencia del recurso de amparo por subsidiariedad "(...) 2) b) cuando se utilizó
un medio de defensa útil y procedente para la defensa de un derecho, pero en su
trámite el mismo no se agotó, estando al momento de la interposición y tramitación
del amparo, pendiente de resolución (...)".
SILENCIO ADMINISTRATIVO
Además de lo expuesto, se debe aclarar que aunque las normas contenidas en la Ley
de municipalidades no prevén el momento desde el cual se debe computar el plazo
para presentar el recurso jerárquico cuando se aplique el silencio administrativo
negativo como forma de conclusión del recurso de revocatoria, limitándose a señalar
que el recurso jerárquico se interpondrá dentro de los cinco días hábiles siguientes a la
notificación con la resolución al recurso de revocatoria (art. 141 de la LM), éste debe
computarse desde el vencimiento del plazo para resolver el recurso de revocatoria,
aplicando por analogía lo estipulado por los preceptos del 66.II de la LPA, que
disponen lo siguiente: "El Recurso Jerárquico se interpondrá ante la misma autoridad
administrativa competente para resolver el recurso de revocatoria, dentro del plazo de
diez (10) días siguientes a su notificación, o al día en que se venció el plazo para
resolver el recurso de revocatoria".
SILENCIO ADMINISTRATIVO
III.4.A esta altura del análisis, no se puede omitir la mención de que el silencio
administrativo como instituto del derecho administrativo tiene como presupuesto
básico para dar cabida a su concepción, el establecimiento de un plazo para que la
Administración resuelva la petición o recurso planteado, y es la consecuencia prevista
por el ordenamiento jurídico legal administrativo cuando transcurrido ese plazo, el
administrado o interesado podrá entender por aceptada o negada su solicitud. Para su
análisis, cabe citar una parte de la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Comunidad
Andina que en una acción de nulidad dentro del proceso AN-97, de 9 de marzo de
1998, con relación al acto administrativo y el silencio administrativo, señaló:
"(…) sin perjuicio de lo que deba seguirse en lo que al derecho fundamental alude, el
legislador tenía que ofrecer a las personas los mecanismos idóneos para que, pese al
incumplimiento del deber de las autoridades, pudieran encontrar respuesta positiva o
negativa en torno a lo pedido. Y, por supuesto, bien podía la Ley, sin violentar la
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 426
Corresponde señalar además que dicha situación (efecto negativo del silencio
administrativo) se traduce en un beneficio para el propio interesado, en cuanto le
habilita para acceder a la vía judicial y evita dejarlo en indefensión, ya que no debe
esperar se dicte la resolución administrativa, haciendo así efectivo su derecho a la
tutela judicial efectiva, siendo inadmisible la pretensión del incidentista en el sentido
de que dicha negativa sea entendida como una decisión positiva para el administrado,
pues ello significaría dar curso a pretensiones inclusive descabelladas por la sola
inacción de la administración, ya que el silencio positivo constituye un verdadero acto
administrativo que confiere derechos, lo cual ocasionaría un estado de
inconstitucionalidad mayor al que se pretende evitar, al afectarse fundamentalmente a
427 José Luis Paredes Oblitas
la seguridad jurídica, por ello, para que se opere el silencio administrativo positivo, es
necesaria una disposición legal expresa.
SISTEMA REGULATORIO
III.1.1. El Sistema de Regulación Sectorial (SIRESE) fue creado por la Ley 1600 de
28 de octubre de 1994 con el objeto de regular ciertas actividades privadas; con
relación al papel de regulación que el Estado ejerce a través del SIRESE, este
Tribunal Constitucional, en su SC 0071/2004-R de 16 de julio, ha sostenido lo
siguiente: "se entiende por regulación la serie de instrumentos mediante los cuales, los
gobiernos, establecen requerimientos sobre la libre actividad de las empresas y de los
ciudadanos. En ese sentido, las regulaciones son limitaciones impuestas a la libertad
de los ciudadanos y de las empresas por presumibles razones de interés público. Las
regulaciones, así entendidas, se expresan tanto en leyes como en reglamentos y
órdenes o actos administrativos producidos en los diferentes niveles de gobierno o en
las organizaciones no gubernamentales o autoreguladas que tengan poderes
reguladores delegados. Se clasifican en tres categorías:
"2º Regulaciones Sociales, con las que se intenta proteger bienes públicos como salud,
la seguridad, el medio ambiente y la cohesión social. Los efectos económicos de las
regulaciones sociales pueden ser preocupaciones secundarias o inesperadas, pero
pueden ser substanciales. La reforma reguladora trata aquí de verificar su genuina
necesidad y de diseñar los instrumentos reguladores y otros que resulten más
flexibles, simples y más efectivos al menor costo.
III.1.3. Las normas previstas por el art. 2 de la LEc, contienen las definiciones para la
aplicación de la mencionada Ley, y disponen que:
Normas de las que se extrae que, sólo una persona individual o colectiva que tiene
concesión o licencia puede considerarse como una Empresa Eléctrica, derivando de
ello su condición pasiva para ser sujeto de intervención por la Superintendencia de
Electricidad.
o colectivas que hasta la fecha de promulgación del presente Decreto Supremo, no son
titulares de una concesión en el marco de la Ley de Electricidad"; y en los preceptos
del art. 3 dispone que todas las personas individuales o colectivas dedicadas a la
distribución de electricidad deben firmar un contrato de adecuación en el plazo de seis
meses.
Las normas previstas por el art. 4 del DS 26299, establecen el contenido y alcance del
contrato de adecuación, disponiendo que debe prever "la obligación de adecuarse a la
Ley de Electricidad en los aspectos legales, técnicos y económicos; así como de
manera transitoria, tarifas, requisitos mínimos de calidad de distribución, obligaciones
relacionadas con la operación y mantenimiento del sistema de distribución,
compromisos de expansión de la cobertura del servicio, compromisos de inversión,
área de operación, y otros aspectos que consideren necesarios para la operación del
sistema en el período de adecuación, los cuales serán determinados en función a las
características técnicas y económicas de cada sistema.", de lo que se infiere que el
contrato de adecuación tiene como objetivo preservar la operación del sistema, la
adecuación a la ley de electricidad de las empresas que desarrollan la actividad de la
industria eléctrica, y otros elementos de carácter técnico, económico y legales; y no
sobre los aspectos orgánico administrativos, o de resguardo de interés de los
propietarios o socios, si se trata de cooperativas, lo cual resulta obvio, pues el objeto
del contrato no es preservar el interés particular de los socios de una cooperativa, sino
por el contrario los principios de la regulación dirigen su objetivo a favor de los
usuarios del servicio que presta la empresa, por tanto los aspectos de orden interno de
las empresas que gozan de un contrato de adecuación a la Ley de Electricidad no son
objeto de fiscalización por parte de la Superintendencia de Electricidad en la etapa de
adecuación, por lo tanto, sobre ellos no tiene facultad de intervención, como se
analizará en los párrafos siguientes.
De otro lado, cabe referir que el mencionado DS 26299, en la norma prevista por el
art. 7 establece las condiciones para una intervención a las personas individuales o
colectivas que firmaron un contrato de adecuación, disponiendo que son:
431 José Luis Paredes Oblitas
a) Que posean máxima potencia demandada anual superior a 500 KW y que no hayan
suscrito el Contrato de Concesión de Adecuación a la Ley de electricidad en el plazo
indicado en el art. 3 del presente Decreto Supremo.
Del texto legal referido se infiere que una persona individual o colectiva dedicada a la
distribución eléctrica, que no firmó un contrato de adecuación en el plazo otorgado
por el Art. 3 del DS 26299 es susceptible de intervención cuando incurre en las
causales descritas; empero debe advertirse que en el contrato de adecuación no se
encuentran previstos los aspectos orgánicos, administrativos y de protección al socio,
por lo que cualquier problema emergente de dichos aspectos no constituye una causal
de intervención.
III.2.De otro lado, con carácter previo al análisis del fondo de la problemática
planteada, corresponde analizar las atribuciones de la Dirección General de
Cooperativas, para lo que se debe señalar que, de acuerdo con lo previsto por el
artículo único del DS 27441 de 7 de abril de 2004, desde la fecha de su promulgación
la señalada Dirección asumió todas las atribuciones del Instituto Nacional de
Cooperativas.
Ahora bien, conforme lo dispuesto por el art. 7 del Estatuto Orgánico del Instituto
Nacional de Cooperativas (INALCO) aprobado mediante DS 12650 de 26 de junio de
1975 -vigente por no haber sido derogado o abrogado- INALCO era el "órgano rector
y normativo de la política nacional sobre cooperativas" (sic.), y según lo previsto por
el art. 9 del referido Estatuto, su nivel de decisión, estaba conformado por el Consejo
Nacional de Cooperativas y la Dirección Ejecutiva, otorgándole a esta instancia las
funciones descritas por el art. 15 del Estatuto Orgánico del INALCO, entre las que se
destaca la otorgada en el inc. c) que dispone que es su función "Cumplir y hacer
cumplir la Ley General de Sociedades Cooperativas y otras disposiciones afines,
constituyéndose en la autoridad para el otorgamiento, modificaciones o revocación de
las personalidades jurídicas de las sociedades cooperativas y para su intervención
previos los informes técnicos, reportando del ejercicio de estas atribuciones
periódicamente al Consejo Nacional" (sic.) (las negrillas son nuestras); de lo que se
infiere que existía un expreso mandato legal, que otorgaba a la Dirección Ejecutiva
del extinto INALCO, la facultad de cumplir y hacer cumplir la Ley General de
Sociedades Cooperativas, otorgar, revocar y modificar la personalidad jurídica de las
cooperativas y la de intervenirlas, previos informes técnicos.
De ello se infiere que, sobre los aspectos orgánicos y administrativos de los derechos
sociales y de la propiedad conjunta de las Cooperativas debe intervenir la Dirección
General de Cooperativas, en aplicación de la atribución que ahora ejerce por
transmisión de las dispuestas para el INALCO
Al respecto cabe señalar que, de los antecedentes del recurso que cursan en el
expediente se evidencia que la Cooperativa de Servicios Eléctricos MANIQUÍ Ltda.,
de acuerdo a las normas previstas en el art. 2 de sus Estatutos, tiene como objeto
social proveer energía eléctrica, para lo cual puede realizar los actos jurídicos
necesarios; en cumplimiento a ello firmó un contrato de adecuación a la Ley de
Electricidad con la Superintendencia de Electricidad (fs. 123 a 134), ello implica que,
aunque se dedica a la industria eléctrica, no tiene concesión para ejercer la
distribución eléctrica, estando autorizada a ejercer esa actividad sólo por el contrato
de adecuación, de acuerdo con la permisión otorgada por las normas previstas por el
art. 2 del DS 26299, en ese sentido la facultad de intervención de la Superintendencia
se limita a las causales previstas por el art. 7 del mencionado Decreto Supremo, y
producto de ello también al cumplimiento de lo establecido en las estipulaciones del
Contrato de Adecuación, que en la cláusula Trigésimo Sexta establece las causales de
intervención a la Cooperativa, en caso de concurrir las condiciones establecidas por
las normas previstas en el art. 35 de la LEc, que disponen que tal medida solo será
posible cuando se ponga en riesgo la normal provisión del servicio, lo que no fue el
motivo de la intervención a la cooperativa, pues no esta en duda ni en cuestionamiento
la capacidad de continuar ejerciendo la industria eléctrica de la Cooperativa, sino solo
el uso, la administración y el abuso denunciado de los derechos y bienes societarios,
aspectos sobre los cuales la Superintendencia de electricidad no tiene competencia
para intervenirla.
III.4.Por otro lado, del análisis de la RA 001/04 de 27 de abril de 2004, dictada por el
Director General de Cooperativas del Ministerio del Trabajo, impugnada en el
presente recurso, se tiene que en consideración a las denuncias de "actos incorrectos y
corrupción" (sic), el Departamento Legal de INALCO elevó informes sugiriendo su
intervención, y que siendo atribución de la Dirección General de Cooperativas vigilar
el cumplimiento de la Ley General de Sociedades Cooperativas, con el objeto de
precautelar el patrimonio de los socios, determinó su intervención por noventa días,
mediante la mencionada Resolución; acto que, de acuerdo con los fundamentos
jurídico - legales expresados precedentemente, fue asumido con plena competencia
emanada del ordenamiento jurídico que regula la materia. De otro lado no constituye
usurpación de las atribuciones de la Superintendencia de Electricidad, pues no tiene
que ver con el riesgo en la provisión del servicio, y por el contrario está
destinado a precautelar los derechos sociales sobre la propiedad conjunta de los socios
de la Cooperativa, lo que evidentemente está bajo la protección de los principios del
cooperativismo y por ello es obligación del Estado precautelarlos por medio de los
mecanismos expresamente creados para ello, que en el caso de las cooperativas es la
Dirección General de Cooperativas, que actuó con plena potestad que emana de la Ley
General de Sociedades Cooperativas, las normas previstas en el art. 15 inc. c) del
Estatuto Orgánico del INALCO, y lo previsto por el DS 27441 de 7 de abril de 2004.
III.5.Por último, con relación a los actos de los co - recurridos Tomás Quiróz
Cartagena, Viceministro de Cooperativas y Guadalupe Cajías de la Vega, Delegada
Presidencial Anticorrupción; corresponde expresar que no participaron en la emisión
de la Resolución impugnada, por ello no la vician de nulidad, no teniendo mayor
participación con actos directos en la intervención de la Cooperativa, pues los actos de
intervención, según el artículo Segundo de la Resolución impugnada, consisten en
asumir la representación de la Cooperativa, garantizar las actividades de la empresa,
intervenir sus bienes muebles e inmuebles, la documentación contable y el inventario
de los activos fijos, contratar una auditoria financiera, convocar a Asamblea General
Extraordinaria de socios, la elección de los miembros de los Consejos de
Administración y Vigilancia y otras acciones que demande el cumplimiento de la
Resolución; lo que implica que la intervención constituye una serie de actos que se
desarrollarán en el tiempo, y no solo el acto de dar a conocer la Resolución
impugnada, que es lo que hicieron los co - recurridos, por lo que sus actos no
constituyen usurpación de las funciones concedidas a otras autoridades u órganos del
Estado, así como tampoco el ejercicio de potestad alguna, porque como se manifestó
sólo se limitaron a dar cumplimiento a una resolución dictada en correcta aplicación a
las funciones concedidas a la Dirección General de Cooperativas.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 434
SISTEMA REGULATORIO
Dada su naturaleza, el recurso directo de nulidad ha sido concebido como una acción
ante la jurisdicción constitucional de control de legalidad de los actos o resoluciones
de las autoridades públicas, cuya finalidad es declarar expresamente la nulidad de los
actos invasivos o usurpadores de las competencias delimitadas por la Constitución y
las leyes; por ello es un instrumento jurisdiccional supresor del acto concreto que fue
emitido con invasión, usurpación o pérdida de competencia.
del LAB S.A.; así como de algunas resoluciones y actos de administración del
Interventor de dicha empresa.
En principio, es necesario dejar establecido que a través del referido recurso directo de
nulidad, no se impugna la intervención del LAB S.A. determinada mediante
Resolución Administrativa R.A.SC-STR-DS-RA-0040/2006, ni el contenido o
alcances de la misma; por el contrario, el propio recurrente reconoce en forma expresa
que "además de la inoportunidad y la carencia de fundamentos en la mencionada
Resolución de Intervención, no se tiene ninguna observación de tipo competencial o
legal al respecto"; en cuyo mérito, la tramitación del recurso, desde su admisión por la
Comisión de Admisión de este Tribunal mediante el AC 0127/2006-CA, no tiene por
objeto impugnar o cuestionar la intervención del LAB S.A. ni la Resolución que
determinó dicho acto administrativo; por cuanto el recurrente, se limito a impugnar
sólo algunas resoluciones y actuaciones posteriores realizadas en la ejecución de dicha
intervención; en ese convencimiento, la suspensión de la competencia de las
autoridades demandadas dispuesta en función del art. 84 de la LTC, emergente de la
admisión del recurso, no suspendió la intervención ni las facultades de las autoridades
que la dispusieron o que la estaban ejecutando.
"El Estado podrá regular, mediante Ley, el ejercicio del comercio y de la industria,
cuando así lo requieran, con carácter imperioso, la seguridad o necesidad pública.
Podrá también, en estos casos, asumir la dirección superior de la economía nacional.
Esta intervención se ejercerá en forma de control, estimulo o de gestión directa".
La primera, está referida a la potestad que tiene el Estado para regular, mediante ley
formal, el ejercicio del comercio y de la industria; dicha facultad ha sido condicionada
por el constituyente a la concurrencia de uno de los dos supuestos: i) por necesidad
imperiosa que surge de la seguridad nacional por amenazas internas o externas; y ii)
en cumplimiento de su deber de satisfacer las necesidades de la población; es decir,
una "necesidad pública"; en este punto es preciso también señalar que dado que la
regulación de la industria y el comercio implica la reglamentación del goce de tres
derechos fundamentales consagrados por el art. 7 incs. d) e i) de la CPE, como son los
derechos a dedicarse al comercio, a la industria y a la propiedad privada, en
condiciones que no perjudiquen al bien colectivo y cumpliendo una función social,
dicha regulación, respetando el principio de reserva legal, deberá legitimarse mediante
una ley formal; por tanto, será mediante un instrumento emanado del Poder
437 José Luis Paredes Oblitas
Legislativo, - una ley-, por medio de la cual se determine si concurre una de las
condiciones materiales expuestas anteriormente, para regular el ejercicio del comercio
y la industria. Así, para el caso de identificarse la existencia de una necesidad de la
población, que deba ser satisfecha mediante la prestación de un servicio, éste se
denominará público. Al respecto, la doctrina ha superado la concepción del servicio
público como uno prestado por el Estado, o por una de sus manifestaciones, a la
visión del servicio público desde el punto de vista del destinatario, así un servicio
público, es aquel destinado a satisfacer una necesidad de consumo general, pudiendo
ser atendida por el propio Estado, por medio incluso de empresas estatales, o por
particulares, mediante una concesión que posibilite proveer el servicio público, en un
marco legal regulado por el Estado, manteniendo a éste con potestades sobre el
operador del servicio, dicha forma de administración, es la denominada regulación y
control de los servicios.
está consagrado como fundamental; ello implica que el Estado tiene intervención en la
vida económica, mediante mecanismos constitucionales definidores de la
organización económica del mismo.
De lo expuesto, queda claro que el legislador ha previsto que las prestaciones de los
servicios públicos se encuentren reguladas, por ello también ha establecido niveles de
intervención graduales, que ya fueron clasificados por la jurisprudencia constitucional
en: regulaciones económicas, tales como la fijación de precios y tarifas, la protección
de la competencia [art. 10 incs. b) y e) de la LSIRESE] y otras; regulaciones sociales,
con las que se intenta proteger el interés público [art. 10 inc. b) de la LSIRESE]; y las
regulaciones administrativas, concebidas como las formalidades administrativas
mediante las cuales los gobiernos recogen información e intervienen en las decisiones
económicas individuales; una de ellas es la intervención de los operadores de los
servicios regulados, prevista por el art. 10 inc. f) de la LSIRESE, que dispone, que es
una atribución general de todos los superintendentes sectoriales:
De la norma glosada, se infiere, en primer lugar, que el Estado ha previsto una forma
específica de intervención sobre las empresas que prestan servicios públicos de
transporte, como el LAB S.A. Dicha intervención deberá ser dispuesta por el
Superintendente Sectorial, que en el caso viene a ser el Titular de la Superintendencia
de Transportes, entidad creada por el art. 1 del DS 24178, de 8 de diciembre de 1995,
conforme disponen las normas del art. 10 del DS 24718, de 22 de julio de 1997; por
cuanto el art. 121 inc. h) de las atribuciones de la autoridad de regulación sectorial, de
la Ley de la Aeronáutica Civil en Bolivia (LACB), reconoce como una de las
atribuciones de la autoridad de regulación sectorial la siguiente:
Precepto con el que concuerda el art. segundo inc. i) del citado DS 24178, y el art. 10
inc. f) del también nombrado DS 24718.
En ese orden, es necesario precisar que las normas previstas por el DS 24718,
modificado por el DS 28619, de 9 de febrero de 2006, en lo relativo a la procedencia
de la intervención preventiva, actualmente disponen lo siguiente:
Por su parte, el art. 26 del DS 24718, también modificado por el artículo único del DS
28619, dispone que son atribuciones del interventor las siguientes:
Vigilar la conservación de los bienes y activos del Titular; b) Comprobar los ingresos
y egresos del Titular; c) Dar cuenta inmediata a la Superintendencia de cualquier
irregularidad que advierta en la administración a cargo del Titular; d) Informar
periódicamente a la Superintendencia sobre el cumplimiento de su labor y presentar el
informe final con una anticipación no menor de veinte (20) días al vencimiento del
plazo de la intervención preventiva incluyendo conclusiones y recomendaciones.
Ahora bien, tal como fue expresado, la contradicción normativa emergente de las
nuevas facultades concedidas al Interventor por el DS 28619, debe ser resuelta
conforme el mencionado Decreto estatuye, pues previó en el parágrafo tercero de su
artículo único, la abrogación y derogación de toda norma contraria a sus
disposiciones, en aplicación del principio "ley posterior deroga a la anterior" (lex
posterior derogat priori); por esa conclusión, se entiende que el art. 27 del DS 24718,
en todo aquello que sea contrario a las normas del DS 28619, por ser éste de fecha
posterior, se encuentra tácitamente derogado; y concretamente la frase "el Interventor
no tendrá facultades de administración", por ser contraria a las facultades que otorga
el citado DS 28619.
Ahora bien, se reitera, que en el marco de las normas que regulan la intervención de
las Empresas que presta servicio público de transporte, las autoridades recurridas tiene
las siguientes atribuciones y facultades:
Asignar facultades al Interventor, además de las dispuestas por los DDSS 24718 y
28619.
El interventor del LAB S.A., según disponen las normas previstas por el arts. 26 del
DS 24718, el DS 28619 y la R.A. SC-STR-DS-RA-0042/2006, tiene atribución para:
A fin de establecer si las Resoluciones y actos impugnados fueron emitidos por las
autoridades recurridas en el marco de la competencia emanada de la ley, corresponde
señalar que en primer lugar se analizará las resoluciones emitidas por el
Superintendente de Transportes; para luego analizar los actos del Interventor del LAB
S.A.
Por otra parte, conforme ya fue explicado, uno de los supuestos que genera la nulidad
de los actos de una autoridad, es que usurpe las atribuciones o competencias asignadas
a otra autoridad; complementando dicho razonamiento, es necesario aclarar que la
garantía que otorga el citado art. 31 de la CPE, es para limitar los excesos del poder
público; por tanto, no puede existir usurpación de funciones que implique la nulidad
de los actos de una autoridad o funcionario público, como el Interventor, porque
dichas funciones debe ser cumplidas por particulares, como el Directorio, su
Presidente, o la propia junta de accionistas del LAB S.A. porque no son autoridades
públicas.
Respecto a dichas medidas; en primer lugar es preciso reiterar que la norma del inc. e)
del art. 26 del DS 24718, modificado por el DS 24718, dispone que el Interventor
tiene atribución para "adoptar las medidas necesarias para el restablecimiento del
servicio, la regularización y fortalecimiento de la empresa"; dicha atribución, también
establece un concepto indeterminado "medidas necesarias"; que se activa para buscar
uno de los tres objetivos de la misma norma: i) restablecer el servicio; ii) regularizar
la empresa; o iii) fortalecer la Empresa intervenida; razonando en contrario - contrario
447 José Luis Paredes Oblitas
sensu -; deben existir tres supuestos para que se active dicha potestad, i) que el
servicio este interrumpido; ii) que existan irregularidades en la empresa, determinadas
fehacientemente; y iii) que la empresa se encuentre en riesgo inminente que haga
necesario fortalecerla mediante medidas urgentes.
SISTEMA REGULATORIO
SUPERINTENDENCIAS
III.2 Que, asimismo cabe señalar que a fin de reglamentar los recursos de revocatoria
y jerárquico previstos en la Ley para regular la carrera administrativa, se dictó el DS
26319 de 15 de septiembre de 2002, que en el mismo sentido de lo prescrito en los
arts. 66 y 62 referidos, en su art. 34.IV dispone: "Contra la resolución administrativa
definitiva que expresa o presuntamente resuelve el recurso jerárquico el interesado
únicamente podrá acudir a la vía contencioso-administrativa.", concordante con ello,
en su art. 38-I.d), refiriéndose al agotamiento de la vía administrativa, también
establece que la vía administrativa quedará agotada entre otros casos, cuando se
453 José Luis Paredes Oblitas
III.3 Que, las normas referidas han sido establecidas por el legislador en el marco del
precepto previsto por el art. 118-7ª de la Constitución, por cuyo mandato son
atribuciones de la Corte Suprema de Justicia el "Resolver las causas contenciosas que
resulten de los contratos, negociaciones y concesiones del Poder ejecutivo y las
demandas contencioso-administrativas a las que dieren lugar las resoluciones del
mismo"; pues de una interpretación constitucional, aplicando el principio de la
eficacia o efectividad constitucional, se infiere que el Constituyente estableció dicha
norma como un mecanismo de control de legalidad sobre los actos y resoluciones de
los funcionarios y autoridades administrativas; ello en razón a que en un Estado
Democrático de Derecho sustentado, entre otros, en el principio de la legalidad, los
servidores públicos ejercen sus funciones con sujeción a las leyes vigentes en el
ordenamiento jurídico. En consecuencia, las decisiones o resoluciones de la
Superintendencia de Servicio Civil también se encuentran sometidas a ese control de
legalidad mediante el proceso contencioso-administrativo, máxime si se toma en
cuenta que dicha entidad, por definición del art. 58 de LEFP, es una persona jurídica
de derecho público que ejerce sus atribuciones bajo la tuición del Ministerio de
Trabajo y Microempresa.
SUPERINTENDENCIAS
III.1 El art. 73.a) de la Ley 2066 de 11 de abril de 2000, modificatoria de la Ley 2029
de 29 de octubre de 1999 de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario
señala que los proveedores de servicios de agua potable no podrán aplicar como
sanción al usuario el corte del servicio, excepto cuando tenga deuda en mora por un
período superior al límite que permita el Reglamento, disposición legal que si bien no
455 José Luis Paredes Oblitas
permite el corte de este servicio básico e indispensable a los usuarios, sin embargo
establece una excepción que está prevista por el Reglamento Nacional de Prestación
de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado para Centros Urbanos al disponer en su
art. 79 que "La Empresa podrá ordenar el corte del servicio de agua potable en los
siguientes casos: a) por falta de pago de una o más facturas, pasados los 60 días de su
emisión.
SUPERINTENDENCIAS
Tomando en cuenta que una de las funciones principales del SIRESE es la regulación,
resulta necesario establecer qué se entiende por "regulación", delimitar cuáles son sus
alcances y límites:
2º Regulaciones Sociales, con las que se intenta proteger bienes públicos como salud,
la seguridad, el medio ambiente y la cohesión social. Los efectos económicos de las
regulaciones sociales pueden ser preocupaciones secundarias o inesperadas, pero
pueden ser substanciales. La reforma reguladora trata aquí de verificar su genuina
necesidad y de diseñar los instrumentos reguladores y otros que resulten más
flexibles, simples y más efectivos al menor costo.
Teniendo en cuenta que uno de los objetivos del SIRESE es que los órganos del
sistema regulen la relación entre el usuario y las empresas que prestan el servicio
regulado; la Ley 1600, en su art. 10 prevé las atribuciones generales comunes a todas
las superintendencias, de las que, a los fines de la resolución de la problemática
planteada en el presente recurso, se citan las siguientes:
"d) Vigilar la correcta prestación de los servicios por parte de las empresas y
entidades bajo su jurisdicción reguladora y el cumplimiento de sus obligaciones
contractuales, incluyendo la ejecución del plan de inversiones comprometido y el
mantenimiento de sus instalaciones;
"h) Conocer y procesar, las denuncias y reclamos presentados por los usuarios, las
empresas y entidades reguladas y los órganos competentes del Estado, en relación a
las actividades bajo jurisdicción del SIRESE" (las negrillas son nuestras).
De otro lado, conviene citar la norma prevista por el art. 14 de la Ley 1600, que de
manera textual dispone lo siguiente: "Autorizaciones y registros, serán tramitadas,
otorgadas, revocadas canceladas de acuerdo a lo establecido en las normas legales
sectoriales".
459 José Luis Paredes Oblitas
Por lo demás, cabe señalar que, en el marco de la finalidad y los objetivos del
Sistema, la Ley 1600 establece disposiciones antimonopólicas y de defensa de la
competencia.
El art. 3 del mencionado Decreto Supremo establece las definiciones de los institutos
que forman parte del ámbito de su regulación; así, respecto a la Autorización señala
"acto administrativo por el cual la Superintendencia de Transportes a nombre del
Estado otorga a una persona individual o colectiva, pública o privada, nacional o
extranjera el derecho de prestar Servicios Aeronáuticos"; con relación a la Concesión
la define como el "acto administrativo por el cual la Superintendencia de Transportes
a nombre del Estado, otorga a una persona individual o colectiva, pública o privada,
nacional o extranjera, el derecho exclusivo de prestar Servicios Aeroportuarios, en un
determinado aeropuerto y por un periodo establecido"; luego define los Servicios
Aeronáuticos como "actividades de transporte aéreo regular, nacional e internacional
de pasajeros, carga y correo, efectuadas por líneas aéreas nacionales y extranjeras o
Agentes o Representaciones Generales"; finalmente a los Servicios Aeroportuarios,
como "actividades destinadas a la atención de aeronaves, pasajeros, equipajes y carga
efectuados en un Aeropuerto".
Las normas previstas por el art. 10 del mencionado Decreto Supremo, define los
alcances de las funciones de la Superintendencia de Transportes, en ese sentido
dispone que "la Superintendencia es el organismo con jurisdicción nacional para
regular las actividades del sector del transporte, incluyendo los Servicios
Aeronáuticos y Servicios Aeroportuarios. La máxima autoridad ejecutiva a cargo de
este organismo es el Superintendente de Transportes. Además de las atribuciones
generales establecidas en la Ley 1600 sus reglamentos y el Decreto Supremo 24178,
tendrá las siguientes atribuciones específicas en relación a los Servicios Aeronáuticos
y Servicios Aeroportuarios: "a)Velar por la calidad y eficiencia de los Servicios
Aeronáuticos y Servicios Aeroportuarios, en beneficio de los usuarios:
"a) (sic.) Garantizar la libre competencia evitando actos que la impidan, restrinjan o
distorsionen: "a) (sic.) Asegurar que el usuario goce de protección contra prácticas
abusivas por parte de los titulares; (..)"
En efecto, según la norma prevista por el art. 5 del DS 24718 "Normas para la
Regulación de Servicios Aeronáuticos y Servicios Aeroportuarios", "La Dirección
General de Aeronáutica Civil ejerce el control y supervisión técnica de la actividad
aeronáutica realizada en, desde y hacia el territorio nacional de conformidad a lo
establecido por la Ley de 25 de octubre de 1947 y los decretos supremos 06877 de 18
de agosto de 1964, 11185 de 16 de noviembre de 1973, 10422 de 22 de agosto de
1972 y 24315 de 14 de junio de 1996 y demás disposiciones reglamentarias". De otro
lado, el art. 6 del referido Decreto Supremo, dispone lo siguiente: "La Dirección
General de Aeronáutica Civil otorgará Permisos de Operación, licencias y certificados
que sean de su exclusiva competencia de acuerdo al Código Aeronáutico Boliviano y
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 462
III.4.2. De acuerdo a los argumentos expuestos por el recurrente, así como los
expresados por los recurridos, el Acuerdo de Código Compartido supone un contrato
entre dos operadores de servicios de transporte aéreo, por el cual ambos comparten un
vuelo, utilizando el código de uno de ellos o de los dos, estando sobrentendido que
ambos operadores deben estar debidamente autorizados para la prestación del
servicio, ya que lo contrario imposibilitaría un acuerdo de ese tipo, por cuanto el
ejercicio de una actividad reglada requiere de autorización para su ejercicio; de ello se
deduce que no es un acuerdo que tenga relación con los aspectos técnicos y de
seguridad, o de operación; sino que esencialmente está vinculado con el servicio del
transporte, no otra cosa significa que en el acuerdo firmado entre AEROSUR SA y
TACA-PERU, en su numeral 2., al referirse a la intención u objeto, se señala
textualmente lo siguiente: "con la finalidad de mejorar el servicio a sus clientes"; a su
463 José Luis Paredes Oblitas
vez el numeral 3. lleva por título "Servicios Conjuntos" en el que establecen las
condiciones en las que se prestará el servicio conjunto a los usuarios, lo que
demuestra el objetivo de este tipo de acuerdos es brindar una mejor oferta en los
servicios que prestan a los usuarios.
Ello supone que el servicio conjunto que prestarán las empresas que suscriben del
Acuerdo de Código Compartido, queda sujeto a la regulación y control que ejerce la
Superintendencia de Transportes, en representación del Estado; se entiende que el
servicio conjunto merece una regulación y control para garantizar la calidad y
eficiencia del servicio a prestarse, garantizar la libre competencia evitando acciones
monopólicas, resguardando los intereses y derechos de los usuarios.
Es en ese marco que debe interpretarse la norma prevista por el art. 138 del CA,
aprobado mediante DS 11185 de 16 de noviembre de 1976, que de manera expresa
dispone lo siguiente: "Los acuerdos entre explotadores de servicios de transporte
aéreo regular, que importen consorcio, explotación conjunta, consolidación o fusión
de empresas, servicios o intereses, deberán ser aprobados previamente por la
autoridad aeronáutica. Si ésta no formulare observaciones en el plazo de noventa días,
tales acuerdos se considerarán aprobados" (las negrillas son nuestras); pues se
entiende que, hasta antes de la implementación del sistema de Regulación Sectorial y
la creación de la Superintendencia de Transportes, la autoridad aeronáutica con
potestad para regular el servicio de transporte aéreo era la Dirección General de
Aeronáutica Civil, empero, conforme se tiene demostrado con la descripción de las
normas legales aplicables al caso, en la actualidad, esa autoridad competente es la
Superintendencia de Transportes.
SUPERINTENDENCIAS
a)Cumplir y hacer cumplir la presente ley, las normas legales sectoriales y sus
reglamentos, asegurando la correcta aplicación de sus principios, políticas y objetivos;
d)Vigilar la correcta prestación de los servicios por parte de las empresas y entidades
bajo su jurisdicción reguladora y el cumplimiento de sus obligaciones contractuales,
incluyendo la ejecución del plan de inversiones comprometido y el mantenimiento de
sus instalaciones;
465 José Luis Paredes Oblitas
De otra parte es menester señalar que la LT establece en su art. 1 que la misma tiene
como objeto establecer normas para regular los servicios públicos y las actividades de
telecomunicaciones, que comprenden la transmisión, emisión y recepción, a través de
una Red Pública o Privada, de señales, símbolos, textos, imágenes fijas y en
movimiento, voz, sonidos, datos o información de cualquier naturaleza, o aplicaciones
que facilitan los mismos, por cable o línea física, radioelectricidad, ondas hertzianas,
medios ópticos u otros sistemas electromagnéticos de cualquier índole o especie,
estando sometidas a esa ley las personas individuales y colectivas, nacionales y
extranjeras que realicen dichas actividades originadas o terminadas en el territorio
nacional.
El art. 4 de la citada Ley, modificado por Ley 2342 de 25 de abril de 2002, establece
que la Superintendencia de Telecomunicaciones es un órgano del Sistema de
Regulación Sectorial, que regula el servicio público de telecomunicaciones, a cuya
cabeza se encuentra el Superintendente de Telecomunicaciones, teniendo las
atribuciones señaladas en la referida disposición legal.
El art. 12, dispone: "En caso de emergencia que conlleve riesgo para la continuidad o
regularidad en la prestación de servicios públicos, los Superintendentes, de oficio o a
pedido de parte adoptarán resoluciones urgentes, necesarias para atender la
emergencia y evitar perjuicios a los administrados".
Resolución que ponga término al proceso, por tanto el llamado periculum in mora
forma parte de la esencia de las medidas cautelares que se han definido en la doctrina
como aquellos mecanismos procesales tendentes a garantizar la viabilidad o
efectividad de los efectos de la cosa juzgada que haya de producir la Resolución
Judicial que se pronuncie definitivamente sobre el objeto procesal, teniendo como
finalidad intrínseca evitar que se produzca una posible vulneración del derecho a la
tutela judicial efectiva, anticipando provisionalmente algunos de los efectos
característicos de la decisión definitiva; es decir, con ellas se intenta asegurar que la
futura sentencia pueda llevarse a la práctica de modo útil, son medios o instituciones
que directa e inmediatamente pretenden conjurar el peligro que para una futura
ejecución representa la existencia del proceso, o el tiempo que el juicio tarda en
substanciarse; además es menester señalar que las medidas cautelares tienen como
caracteres la perentoriedad, la provisionalidad y la instrumentalidad, habida cuenta
que son a la vez instrumento del proceso, para la aplicación del ordenamiento jurídico
y para la adecuada tutela judicial de los derechos e intereses legítimos.
De otra parte la aplicación de medidas cautelares exige como requisitos objetivos los
siguientes: a) La necesidad de justificación o prueba, aún incompleta o por indicios de
aquellas circunstancias que puedan permitir al tribunal efectuar la valoración de la
procedencia de la medida cautelar; b) la imposibilidad de prejuzgar el fondo del
asunto, en el criterio que las medidas cautelares tienen como finalidad que no resulte
irreparable la duración del proceso, de modo que la adopción de tales medidas no
puede confundirse con un enjuiciamiento sobre el fondo del proceso; c) además, el
periculum in mora que se traduce en la irreparabilidad del perjuicio y el
aseguramiento de la finalidad del proceso.
Ahora bien, "la prohibición de innovar" constituye una medida cautelar que procede
cuando concurren los siguientes presupuestos esenciales: 1) la verosimilitud del
derecho invocado por el actor, el fumus bonis juris, la apariencia de un buen
fundamento; y, 2) el peligro de la demora y la posibilidad de un grave perjuicio,
acción de no innovar que constituye una manifestación de la acción cautelar y para
cuya vigencia basta la existencia de un interés legítimo y actual para obtener la tutela
y que esencialmente tiende a impedir toda clase de innovación y que se vincula
normalmente con la capacidad de disponer la cosa litigiosa; de otra parte, el
fundamento de la medida, en términos generales, es la igualdad de las partes aspecto
que tiene el fin de instituir el necesario equilibrio entre las partes litigantes, otro
fundamento es la aplicación del principio de que nadie puede lesionar el orden
jurídico establecido, haciendo justicia por mano propia y por otra parte significa una
expresión del principio de la buena fe en el proceso.
S.A. hasta tanto no se ofrezca y asegure las más amplias seguridades a los usuarios en
los servicios públicos de telecomunicaciones que dependan de dicha fibra óptica, así
como de las telecomunicaciones de otros operadores; medida precautoria extendida a
ENTEL S.A. -ahora recurrente-; posteriormente por Resolución Administrativa
Regulatoria 2005/2234, de 15 de diciembre de 2005, la Superintendencia de
Telecomunicaciones, dispuso la suspensión de la intervención preventiva a la empresa
AES Communications S.A., intimando el cumplimiento de las recomendaciones
contenidas en el informe final presentado por el interventor, entre ellas, dejar en mora
cero sus obligaciones con ENTEL S.A., en todas aquellas que involucren la fibra
como garantía.
vigencia del derecho a la continuidad de los servicios públicos que tienen los usuarios
o consumidores.
TRANSPORTE PÚBLICO
III.1 Que, al efecto cabe precisar que la problemática se genera en la supuesta decisión
unilateral, ilegal e indebida de las autoridades recurridas de disponer el desalojo de la
Terminal que actualmente utilizan los recurrentes para prestar sus servicios de
transporte público. Empero, como quiera que entre los fundamentos de la decisión
adoptada por las autoridades recurridas, según expresaron en su informe, se tiene la
observación sobre la falta de licencia de funcionamiento del Sindicato de
Transportistas "Norte", cabe señalar que por disposición expresa del art. 10 de la Ley
de Capitalización, los servicios públicos de comunicaciones, energía eléctrica,
hidrocarburos y transporte, corresponden a la jurisdicción nacional y serán normados
por leyes sectoriales específicas. A su vez, el art. 1° de la L SIRESE dispone que el
"objetivo (del SIRESE) es regular, controlar y supervisar aquellas actividades de los
469 José Luis Paredes Oblitas
Que en concordancia con la norma citada, el art. 10-c) de la referida Ley dispone:
"son atribuciones generales de los Superintendentes Sectoriales, además de las
específicas establecidas en las normas legales sectoriales, las siguientes: c) Otorgar,
modificar y renovar concesiones, licencias, autorizaciones y registros, y disponer la
caducidad o revocatoria de los mismos en aplicación de la presente ley, las normas
legales sectoriales y reglamentos correspondientes". Por su parte, el Decreto Supremo
Nº 25461 de 23 de julio de 1999 dispone que "la regulación de los Servicios de
Transporte Público Automotor Urbano será realizada por la Superintendencia de
Transportes dentro del marco de las disposiciones establecidas por la Ley Nº 1600".
Que, de la lectura e interpretación correcta de dichos preceptos, queda definitivamente
establecido que la regulación y control del servicio de transporte público es de
competencia nacional y no así municipal, menos aún cuando se trata de un servicio
interprovincial, como ocurre en el caso que se analiza; así lo ha entendido este
Tribunal Constitucional en su jurisprudencia establecida a través de las SSCC
1051/2000,713/2002, 339/02-RAC, 377/02-RAC, 1218/02-RAC.
Que en ese orden legal y jurisprudencial referido, el argumento del Presidente del
Concejo Municipal recurrido -contenido en su nota de 20 de diciembre de 2002- para
instruir al Alcalde que proceda al desalojo impugnado, por cuanto el Sindicato
recurrente se encontraría trabajando de manera clandestina y abusiva, no le
corresponde sostener, pues como se tiene señalado, no es de su competencia autorizar
ni otorgar permisos para el servicio de transporte público
TRIBUTOS
esta norma que no es tasa la contraprestación recibida del usuario en pago de servicios
no inherentes al Estado.
II.8. De conformidad con lo expresado por el Código Tributario, son dos, en resumen,
los elementos en función de los cuales se define la categoría tributaria de la tasa.
Primero, el hecho generador de ésta se origina por el desarrollo de una actividad del
ente público, que se manifiesta en una prestación efectiva de un servicio público
inherente a aquel, y que afecta concretamente a la persona que utiliza el servicio; en
segundo término, que el producto recibido tiene que ser necesariamente destinado a la
financiación del servicio cuyo funcionamiento es, como se ha dicho, el presupuesto de
la obligación. En cambio, los precios públicos son las contraprestaciones pecuniarias
que se satisfacen por la prestación de servicios o la realización de actividades
efectuadas en régimen de derecho público, cuando prestándose también tales servicios
o actividades por el sector privado, sean de solicitud voluntaria por parte de los
administrados. Esto significa que los precios públicos no se integran en la categoría
general de los tributos, y ello a su vez tiene como consecuencia de mayor relevancia el
que los principios constitucionales informadores de los tributos, no son aplicables a
esta categoría de ingresos públicos; además, el fundamento de la exigencia de los
precios públicos no puede ser la capacidad económica de los obligados a satisfacerlos,
como ocurre en los tributos, sino que, como la definición del derecho positivo pone de
manifiesto, su fundamento está en la adecuada contraprestación que los obligados a
satisfacerlos deben a los entes públicos que prestan los servicios
TRIBUTOS
III.7. El impuesto, como lo define el art. 15 CT, es el tributo cuya obligación tiene
como hecho generador una situación independiente de toda actividad estatal relativa al
contribuyente. En otras palabras, son impuestos los tributos exigidos sin
contraprestación identificable inmediatamente, cuyo hecho imponible está constituido
por negocios, actos o hechos de naturaleza jurídica o económica que ponen de
manifiesto la capacidad contributiva del sujeto pasivo, como consecuencia de la
posesión de un patrimonio, la circulación de los bienes o la adquisición o gasto de
renta. También puede decirse que el impuesto es una obligación legal y pecuniaria,
establecida a favor de un ente público en régimen de derecho público, para atender sus
necesidades económicas en virtud de la capacidad económica de sus destinatarios,
caracterizada por la ausencia de actuación administrativa inmediata por ser una
manifestación de la renta, el patrimonio o el consumo.
III.8. Por otra parte, conforme al art. 16 CT, la tasa es el tributo cuya obligación tiene
como hecho generador la prestación efectiva de un servicio público individualizado en
el contribuyente. Su producto no debe tener un destino ajeno al servicio que
constituye el presupuesto de la obligación. Así, son dos, en resumen, los elementos en
función de los cuales se define la categoría tributaria de la tasa. Primero, el hecho
generador de ésta se origina por el desarrollo de una actividad del ente público, que se
manifiesta en una prestación efectiva de un servicio público inherente a aquél, y que
afecta concretamente a la persona que utiliza el servicio; en segundo término, que el
producto recibido tiene que ser necesariamente destinado a la financiación del servicio
cuyo funcionamiento es, como se ha dicho, el presupuesto de la obligación.
TRIBUTOS
El Concejo Municipal tiene potestad normativa para establecer tributos, sólo si se trata
de tasas o patentes, cuya creación requiere aprobación previa de la Cámara de
Senadores, basada en un dictamen técnico del Poder Ejecutivo; como se colige de los
arts. 66.4ª, 201.I CPE, con las que concuerdan los arts. 12.10) y 105 LM.
En ese marco normativo, corresponde determinar los dos puntos demandados en esta
acción extraordinaria, el uno relativo al procedimiento que se siguió en la aprobación
de las Ordenanzas Municipales impugnadas y el otro, en cuanto a una supuesta doble
tributación.
cumplió en las Ordenanzas posteriores, ya que las mismas consideraron que no era
necesaria la aprobación del Senado, es más, ese criterio fue expresado en la
Ordenanza Municipal 2780/2002 cuando señala "... no siendo necesaria la remisión de
la misma al Honorable Senado Nacional para su homologación por no haber sido
modificada en ninguna de sus partes y tan sólo haber sufrido el mantenimiento de
valor que la Ley exige" (textual). Criterio que sigue la Ordenanza Municipal
2988/2003, la cual ni siquiera se refiere a la necesidad o no de su homologación,
apoyándose erradamente en que para la gestión 2002, aplicará los parámetros
aprobados para la gestión 2001 (que como se explicó no cuenta con aprobación del
Senado por considerarla innecesaria). Sobre este tema, este Tribunal, a través de la
SC. 7/2003(al igual que SC 9/2000), ha establecido:
" ...el art. 201, parágrafo I de la Constitución Política del Estado reconoce a los
Concejos Municipales potestad normativa, a la vez que facultades para crear tasas o
patentes previa aprobación de la Cámara de Senadores basada en un dictamen técnico
del Poder Ejecutivo (Ministerio de Hacienda), de donde resulta que el Gobierno
Municipal de la ciudad de La Paz ha ejercido sus facultades de orden
TRIBUTOS
III.1Que, al efecto cabe señalar que el recurso contra tributos y otras cargas públicas
es un proceso constitucional a través del cual se somete al control de
constitucionalidad una disposición legal que crea, modifica o suprime tributos en
general, sean éstos impuestos, tasas, patentes o cualquier género de contribuciones, a
objeto de que se proceda a la verificación de la compatibilidad o incompatibilidad de
sus normas con las de la Constitución. Es en ese marco que la norma prevista por el
art. 68 de la Ley 1836, dispone que este recurso procede contra toda disposición legal
que cree, modifique o suprima un tributo, impuesto, tasa, patente, derecho o
contribución de cualquier clase o naturaleza, que hubiere sido establecida sin observar
las disposiciones de la Constitución Política del Estado.
Tributos, de manera general se puede señalar que los tributos son una clase o
modalidad de ingreso público que tienen su origen en las prestaciones obligatorias
impuestas por el Estado a las personas físicas o jurídicas. Según el tratadista Sáinz de
Bujanda, citado por Héctor Belisario Villegas en su obra "Curso de finanzas, derecho
financiero y tributario", 8ª edición, el tributo es "toda prestación patrimonial
obligatoria -habitualmente pecuniaria- establecida por ley, a cargo de las personas
físicas y jurídicas que se encuentren en los supuestos de hecho que la propia ley
determine, y que vaya
dirigida a dar satisfacción a los fines que al Estado y a los restantes entes públicos
estén encomendados". Según la norma prevista por el art. 13 CTb, "Tributos son las
prestaciones en dinero que el Estado, en ejercicio de su poder de imperio, exige con el
objeto de obtener recursos para el cumplimiento de sus fines". Los tributos pueden ser
de distinta índole, impuestos, tasas, patentes, contribuciones; así el art. 14 CTb define
que "los tributos son: Los impuestos, las tasas y las contribuciones especiales".
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 476
Tasas, de manera general son una remuneración que efectúa el particular al Estado por
los servicios públicos prestados por los organismos estatales, son un gravamen que
tienen la finalidad de recuperar el costo del bien o servicio ofrecido y prestado
efectivamente por el Estado. Según la doctrina especializada, recogida por Alejandro
Menéndez Moreno en su obra citada, la tasa es una "obligación legal y pecuniaria
establecida a favor de un ente público en régimen de derecho público para atender a
sus necesidades económicas, en virtud de la capacidad económica de sus destinatarios,
en la cual la capacidad económica concretamente gravada consiste en la utilización
privativa o aprovechamiento especial del dominio público, o bien en la prestación de
servicios o en la realización de actividades en régimen de derecho público que se
refieran, afecten o beneficien de modo particular al sujeto pasivo". La norma prevista
por el art. 16 CTb, define a la tasa como "el tributo cuya obligación tiene como hecho
generador la prestación efectiva de un servicio público individualizado en el
contribuyente. Su producto no debe tener un destino ajeno al servicio que constituye
el presupuesto de la obligación".
Conforme enseña la doctrina del Derecho financiero y Tributario, son ésos los tributos
que constituyen una de las modalidades del ingreso público; empero, en algunas
477 José Luis Paredes Oblitas
legislaciones se viene creando una nueva figura legal de ingreso público denominado
"precio público". En efecto, en España, mediante la Ley Nº 8/1989 de Tasas y Precios
Públicos, se ha creado esta nueva modalidad de ingreso público.
Precios Públicos, según la referida Ley los precios públicos "son contraprestaciones
pecuniarias que se satisfacen por la prestación de servicios o realización de
actividades susceptibles de ser prestados o realizados por el sector privado", según la
doctrina española responden a un esquema y naturaleza típicamente tributaria, porque
en definitiva no son sino auténticas tasas tal y como los define el art. 26 de la Ley
General Tributaria, cuya modalidad nace en el criterio de voluntariedad en la solicitud
de la prestación y por la posibilidad de ser prestado por el sector privado. El
fundamento jurídico de los precios públicos se ubica en la relación contractual entre el
sector público que ofrece el servicio y el particular que lo solicita y recibe; surgen de
servicios o actividades que no son de solicitud o recepción obligatoria para los
administrados. El art. 24 de la Ley 8/1989 de Tasas y Precios Públicos de España,
define a esta nueva modalidad de ingreso público, como la "contraprestación
pecuniaria que se satisface por: a) la utilización privativa o el aprovechamiento
especial del dominio público; b) las prestaciones de servicios y las entregas de bienes
accesorias a las mismas efectuadas por los servicios públicos postales; y c) la
prestación de servicios o realización de actividades efectuadas en régimen de Derecho
público cuando los servicios o las actividades no sean de solicitud o recepción
obligatoria por los administrados o sean susceptibles de ser prestados o realizados por
el sector privado, por no implicar intervención en la actuación de los particulares o
cualquier otra manifestación de autoridad, o bien por no tratarse de servicios en los
que esté declarada la reserva a favor del sector público". En el párrafo 2º del citado
artículo se precisa que, "a los efectos de la letra c) del número anterior, no se
considerará voluntaria la solicitud por parte de los administrados: a) cuando les venga
impuesta por disposiciones legales o reglamentarias; b) cuando constituya condición
previa para realizar cualquier actividad u obtener derechos o efectos jurídicos
determinados".
De lo referido precedentemente se infiere que los precios públicos, como una nueva
modalidad de ingreso público se caracterizan básicamente por la concurrencia de los
siguientes presupuestos jurídicos: a) utilización privativa o aprovechamiento especial
de determinados servicios prestados por el Estado, aunque no son exclusivos de éste,
al contrario sean susceptibles de ser prestados por el sector privado; b) los servicios
prestados por el Estado no sean de solicitud o recepción obligatoria por los
particulares, es decir, que las personas físicas o jurídicas no estén obligadas a solicitar
o recibir el servicio, que la solicitud o la recepción del servicio no les sea impuesta
por la ley o los reglamentos; y c) el servicio solicitado o recibido no constituya una
condición previa para realizar cualquier actividad u obtener derecho o efectos
jurídicos determinados. Dicho de otra forma, para que una contraprestación impuesta
por el Estado a los particulares sea calificada como precio público deben concurrir dos
requisitos esenciales: a) la voluntariedad para el acceso al servicio público; y b) el no
monopolio del sector público en la prestación del servicio. La inconcurrencia de
cualquiera de los presupuestos referidos hace que la contraprestación impuesta al
particular sea calificada como una Tasa.
De otro lado, desarrollando la norma constitucional referida, la Ley del Estatuto del
Funcionario Público, establece en su Título V el Régimen de la Declaración de Bienes
y Rentas y la obligatoriedad de todo servidor público de presentarla; para cuyo fin se
479 José Luis Paredes Oblitas
establecen las bases en las normas previstas por los artículos que se transcriben a
continuación:
"Artículo 53.- Todos los servidores públicos, cualquiera sea su condición, jerarquía,
calidad o categoría, están obligados a prestar declaraciones expresas sobre los bienes
y rentas que tuvieren a momento de iniciar su relación laboral con la Administración.
"Artículo 54.- Las declaraciones juradas de bienes y rentas deberán observar los
principios de universalidad, obligatoriedad, periodicidad y transparencia.
III.4 Que, establecidos los conceptos doctrinales como legales de los tributos,
integrados éstos por los impuestos, tasas y contribuciones especiales, así como sobre
los precios públicos, como también las normas fundamentales y legales que sirvieron
de base para la emisión de las normas impugnadas contenidas en el Anexo al Decreto
Supremo 26257 de 20 de julio de 2001, que aprueba el Reglamento de Desarrollo
Parcial de la Ley, se pasa a dilucidar la problemática planteada en el recurso, es decir,
a determinar si las normas impugnadas son incompatibles con la Constitución como
sostiene el recurrente.
"Art. 4 (Categorías).¬
"I. Sólo para efectos de éste Reglamento, los servidores públicos se clasifican en dos
categorías:
"B. Todos los demás servidores públicos que no estén comprendidos expresamente en
la categoría "A", incluyendo al personal docente del Magisterio Fiscal, servidores
públicos del Sector Salud, comprendidos en el parágrafo I del artículo 1 del Decreto
Supremo 24182, Sub oficiales y clases de las Fuerzas Armadas de la Nación; Sub
oficiales, clases y policías de la Policía Nacional.
"Los servidores públicos que sean designados interinamente en otro cargo, no están
obligados a presentar nueva declaración de bienes y rentas.
"(...) II. Periodicidad.- Además de lo señalado en el art. 6 del presente Reglamento, los
servidores públicos estarán obligados a presentar actualización de declaración jurada
de bienes y rentas de acuerdo a la siguiente frecuencia: Categoría "A" cada año;
Categoría "B" cada tres años.
"VI. Precio.- Este certificado sólo tendrá un precio para la categoría "A"; los
servidores públicos de la categoría "B" estarán exentos de éste pago."
"Art. 15 (Fijación de precio).- Conforme dispone art. 5, parágrafo VI, del presente
Reglamento, sólo los servidores públicos de la categoría "A", con excepción de
aquellos cuyo haber básico sea inferior a cinco salarios mínimos, están obligados a
pagar por la certificación de cumplimiento de esta obligación, de acuerdo a la
siguiente escala:
" - Los demás servidores públicos que pertenezcan a la categoría "A", pagarán la suma
de Bs200.
" Para la entrega de declaraciones juradas de bienes y rentas a que hace referencia el
art. 3, parágrafo 4, del presente Reglamento, los interesados deberán pagar la suma de
Bs500 por cada declaración.
Al respecto cabe señalar que, según las normas previstas por los arts. 5-VI y 15 del
Reglamento de Desarrollo Parcial de la Ley 2027 del Estatuto del Funcionario
Público, aprobado mediante DS 26257, la contraprestación impuesta al servidor
público se trata de un "precio público", por cuanto la misma se origina en el Servicio
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 482
a)No concurren los presupuestos jurídicos que hacen a la naturaleza jurídica del
precio público. En efecto, en primer lugar, el servidor público a quien se aplica el
supuesto precio, no hace uso ni aprovechamiento de un servicio prestado por el
Estado que sea susceptible de ser también proporcionado por el privado, pues sólo
puede ser prestado por la Contraloría General de la República, y no exista otra entidad
privada a la que pueda acudir el servidor público; en segundo lugar, el supuesto
servicio, es de solicitud y recepción obligatoria por los servidores públicos, toda vez
que, como se tiene referido precedentemente, la declaración jurada de bienes y rentas
constituye una obligación impuesta por la Constitución y la Ley del Estatuto del
Funcionario Público; finalmente, el servicio prestado, como es la expedición del
Certificado de constancia de la declaración jurada de bienes y rentas, constituye una
condición previa y esencial para asumir la función de servidor público, así como para
permanecer en el cargo, al extremo de que, según la norma prevista por el art. 7 del
Reglamento de Desarrollo Parcial de la Ley 2027 del Estatuto del Funcionario
Público, el incumplimiento de esta obligación en los casos de inicio o conclusión de la
relación laboral o requerimiento de la Contraloría General de la República genera
responsabilidades administrativas y penales. Ahora bien, según la norma prevista por
el art. 5-V del Reglamento referido, el cumplimiento de la obligación de prestar la
declaración jurada de bienes y rentas, sólo puede ser acreditado válidamente con el
Certificado, por cuya extensión se aplica el cobro del "precio". En consecuencia, el
supuesto "precio público" no nace de una relación contractual voluntaria ni de un
servicio prestado por el Estado susceptible de ser también suministrado por el
privado; lo que supone que no concurren los dos requisitos esenciales que configuran
su naturaleza jurídica, como son la voluntariedad y el no monopolio del sector
público.
TRIBUTOS
79.II de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC) no limita sino que más bien amplía
los alcances de este recurso, al añadir expresamente que "También procede contra las
resoluciones dictadas o actos realizados por autoridad judicial que esté suspendida de
sus funciones o hubiere cesado", por consiguiente, se establece la competencia de este
Tribunal para conocer el fondo del asunto planteado.
"El art. 157 LOJ fija la competencia de los jueces en materia administrativa, coactiva,
fiscal y tributaria, disponiendo en su inciso b).1) que tienen la atribución de "conocer
y decidir, en primera instancia, de los procesos contencioso-tributarios por demandas
originadas en los actos que determinen tributos y, en general, de las relaciones
jurídicas emergentes de la aplicación de leyes tributarias". De lo anterior, se concluye
que el Juez recurrido tiene jurisdicción y competencia para conocer en general todo
proceso contencioso-tributario.
Sin embargo, su competencia para un caso concreto se abre cuando concurren los
requisitos señalados por ley. Al respecto, el art. 174 CTb señala que serán susceptibles
del proceso contencioso tributario los actos de la Administración por los que se
determine tributos o se apliquen sanciones, siempre que la parte interesada no haya
utilizado el recurso administrativo de revocatoria.
TRIBUTOS
III.2El Título VII de la Ley 1340 de 28 de mayo de 1992 (Código Tributario), mismo
que es de aplicación a la problemática que se analiza, se refiere a la Cobranza
Coactiva, señalando en su art. 304 que la Administración Tributaria a través de sus
reparticiones legalmente constituidas, procederá al cobro coactivo de los créditos
tributarios firmes, líquidos y legalmente exigibles emergentes de fallos y/o
resoluciones administrativas pasadas en autoridad de cosa juzgada y de todos los que
se encuentren en mora, así como de las multas administrativas, de los pagos a cuenta
que determine la administración, como también de las autodeclaraciones juradas que
hubiesen presentado los sujetos pasivos y que fueron pagados total o parcialmente.
III.3Asimismo, el art. 306 CTb señala que será título suficiente para iniciar la acción
coactiva el Pliego de Cargo, el que se acompañará del respectivo Auto Intimatorio que
librará el ente administrativo a través de su máxima autoridad en cada jurisdicción.
El art. 307 CTb establece que la ejecución coactiva no podrá suspenderse por ningún
recurso ordinario o extraordinario, ni por ninguna solicitud que pretenda dilatarla o
impedirla salvo las siguientes excepciones: a) Pago total documentado; y, b) Nulidad
del título por falta de jurisdicción y competencia de quien lo emitió, que únicamente
podrá demandarse mediante recurso directo de nulidad.
TRIBUTOS
En ese contexto normativo surge el principio de igualdad como base del tributo, según
el que todas las personas (sin distinción de ninguna naturaleza), se encuentran en la
obligación de pagar tributos y contribuir, pero en forma proporcional y progresiva a
su capacidad económica. Esa igualdad como base del tributo, está consagrada en el
art. 27 CPE, que reconoce los principios de generalidad, igualdad y proporcionalidad,
cuando establece que la creación, distribución y supresión de un impuesto y demás
cargas públicas, tendrán carácter general, debiendo determinarse en relación a un
sacrificio igual de los contribuyentes, en forma proporcional o progresiva.
TRIBUTOS
El mismo fallo constitucional 72/2003, con relación a las facultades del Juez de
Partido Administrativo, Coactivo Fiscal y Tributario, señala que no obstante que el
art. 157 inc. B).3. de la Ley de Organización Judicial (LOJ) le reconoce entre sus
atribuciones la de "Ejecutar las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada
pronunciadas en materia contencioso-tributaria, conforme al Código Tributario", "no
tiene competencia para, en ejecución de sentencia, proceder al cobro coactivo de un
adeudo tributario, que cuente con fallos judiciales ejecutoriados que reconozcan su
exigibilidad, toda vez que la norma aludida no encuentra coherencia alguna con el
sistema de fiscalización y recaudación de tributos ni con la ejecución de los adeudos
líquidos y exigibles, por lo que en tal contexto, debe entenderse que la atribución de
ejecutar las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada a que se refiere el art. 157
inc. B).3. LOJ, se limita a los casos en los que la demanda contencioso-tributaria, en
caso de seguirse la vía judicial, se declara probada: en consecuencia, la sentencia con
calidad de cosa juzgada que favorece al contribuyente, debe ser ejecutada por la
autoridad que la pronunció, es decir por el Juez de Partido Administrativo, Coactivo
Fiscal y Tributario". Este criterio se basa en el precedente jurisprudencial contenido
en la SC 0052/2003, que afirma:
Ahora bien, en caso de que los fallos judiciales ejecutoriados declaren probada en
parte la demanda, por ende, modifiquen parcialmente la Resolución Determinativa y
establezcan un nuevo monto del adeudo tributario, se aplicará lo señalado en el inc. a),
por cuanto al existir un adeudo tributario cierto, líquido y exigible calculado en una
resolución judicial pasada en autoridad de cosa juzgada, su cobro deberá efectuarlo
directamente la Administración Tributaria, conforme a los arts. 304 al 314 CTb.
En ese entendido, y como quiera que el crédito tributario a ser calculado debe ser
realizado de manera imparcial, en estricto cumplimiento de un fallo ejecutoriado y en
respeto del debido proceso y de la igualdad de las partes, es incuestionable que esa
actuación debe hacérsela bajo control jurisdiccional para garantizar su legalidad, y por
tanto quien debe ejercer ese control es el Juez de Partido Administrativo, Coactivo
Fiscal y Tributario que conoció la causa, que en uso de la atribución que le reconoce
el art. 157 inc. B).3. LOJ, una vez devuelto el proceso a su despacho, decretará el
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 492
De esta manera, respetando las competencias que les señala la ley tanto a la autoridad
judicial como a la Administración Tributaria, la ejecución de sentencia en el supuesto
objeto de análisis consta de dos momentos procesales, de los cuales, el primero abre la
competencia para proseguir con el segundo, y son:
a)El nuevo cálculo del adeudo tributario en base a lo dispuesto por un fallo judicial
pasado en autoridad de cosa juzgada, que está a cargo del Juez de Partido
Administrativo, Coactivo Fiscal y Tributario hasta su aprobación;
b)La cobranza coactiva del monto así calculado, por parte de la Administración
Tributaria, que se inicia con la emisión del Pliego de Cargo y su correspondiente Auto
Intimatorio.
En ejecución de sentencia, sin que exista una suma firme, líquida y exigible, la
Administración Tributaria, arrogándose atribuciones que no le reconoce el art. 304
CTb, luego de pedir el desglose de la documentación al Juez de la causa, realizó en
forma unilateral y sin control jurisdiccional la nueva liquidación del crédito tributario,
sobre cuya base y sin que esté abierta su competencia para el caso concreto, la
autoridad recurrida emitió el Pliego de Cargo y el Auto Intimatorio de 1 de septiembre
de 2003, cuya nulidad se pretende.
493 José Luis Paredes Oblitas
TRIBUTOS
III.1. El Código tributario anterior (Ley 1340 de 28 de mayo de 1992), fue abrogado
por el Código Tributario Boliviano (Ley 2492 de 2 de agosto de 2003), el cual entró
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 494
Por consiguiente, los recursos a ser utilizados para impugnar esa Resolución
Determinativa por la empresa a la que el recurrente representa, son los descritos en el
art. 174 del CTb, y es en ese entendido, que el actor, en su representación, interpuso
dentro del término señalado por esa norma, el recurso de revocatoria ante la autoridad
recurrida, que fue quien dictó dicha Resolución, en uso correcto del citado art. 174.1
del CTb.
TRIBUTOS
PROCEDIMIENTOS TRIBUTARIOS.
TRIBUTOS
III.1De acuerdo con lo dispuesto por el art. 54 de la Ley del Tribunal Constitucional
(LTC), "el recurso directo o abstracto de inconstitucionalidad procederá contra toda
Ley, decreto o cualquier género de resolución no judicial, contraria a la Constitución
Política del Estado como acción no vinculada a un caso concreto"; es decir, que este
recurso es una acción de puro derecho que implica confrontar el texto de la norma
impugnada con el de la Constitución Política del Estado, para determinar si hay
contradicción en sus términos, con el objeto de realizar el control correctivo de la
norma y así depurar el ordenamiento jurídico del Estado. En este propósito,
corresponde analizar si la norma a la que hace mención el recurrente es contraria al
ordenamiento constitucional.
III.2Con referencia a la vulneración del art. 27 de la CPE, que refiere que: "Los
impuestos y demás cargas públicas obligan igualmente a todos. Su creación,
499 José Luis Paredes Oblitas
a.La igualdad de todos ante los impuestos y cargas. Consiste en que en la aplicación
de los impuestos no se admiten ni existen diferencias por razones de raza, sexo,
condición económica, educativa o cultural, por creencia religiosa o política. Todos los
bolivianos están obligados a cumplir con el pago de los impuestos y las cargas
públicas. Esta regla no debe entenderse con relación al monto del impuesto a pagar,
sino respecto a la obligatoriedad del impuesto o las cargas públicas.
c.La proporcionalidad de los impuestos, bajo el principio de que el que tiene más paga
más y el que tiene menos paga menos, la alícuota del impuesto debe ser proporcional
a la capacidad económica de los obligados. Dicho de otra manera, el impuesto debe
ser expresado en términos porcentuales y no absolutos, de manera que la persona con
mayor ingreso que pague más y la persona con menor ingreso pague menos. En su
caso, si se trata de una tasa fija, deberá aplicarse el sistema progresivo para establecer
que quien tenga más ingresos pague un monto mayor.
III.3En este contexto, es preciso señalar que el cobro de los impuestos, en el marco de
un Estado de Derecho, debe ser fiel a la idea de brindar tratamiento igual a los iguales
y desigual a los desiguales, de manera que el pago de tributos por parte de los
ciudadanos a la administración, consulte las circunstancias concretas y objetivas que
rodean cada caso y se traduzca en la aplicación equitativa de las cargas que configura
la Ley. La concreción del principio de igualdad no puede entenderse, como una
simple medida que establece mecánicamente la paridad entre todos los administrados,
sino como el resultado de un ejercicio fundado en la equidad.
Así, el principio de certeza en materia tributaria, que surge como consecuencia lógica
de legalidad, tiene la finalidad de garantizar que todos los elementos del vínculo
impositivo entre los administrados y el Estado estén consagrados inequívocamente en
la Ley, ya sea porque las normas que crean el tributo los expresan con claridad o
porque en el caso de que una disposición legal remite a otra para su integración, es
posible identificar dentro del texto remitido, el sujeto activo, el sujeto pasivo, el hecho
gravable, la base gravable y la tarifa del gravamen.
III.4La Ley 843 (texto ordenado 2000) en el art. 79, establece la creación del ICE que
se aplica respecto a dos situaciones: a) sobre las ventas de determinados bienes
muebles situados o colocados en el territorio del país y; b) sobre las importaciones
definitivas de los mismos bienes.
base del tributo, según el cual todas las personas (sin distinción de ninguna
naturaleza), se encuentran en la obligación de pagar tributos y contribuir, pero en
forma proporcional y progresiva a su capacidad económica. Esa igualdad como base
del tributo, está consagrada en el art. 27 de la CPE, que reconoce los principios de
generalidad, igualdad y proporcionalidad, cuando establece que la creación,
distribución y supresión de un impuesto y demás cargas públicas, tendrán carácter
general, debiendo determinarse en relación a un sacrificio igual de los contribuyentes,
en forma proporcional o progresiva".
III.7Por otra parte, no se advierte que la norma acusada de inconstitucional genere una
discriminación arbitraria, de las bebidas refrescantes embotelladas frente a las bebidas
alcohólicas; toda vez que por una parte, no hace ninguna distinción ni comparación
entre ambas actividades en detrimento de las
primeras y, por otra, del análisis del contenido y alcances del DS 24053, se concluye
que entre las bebidas refrescantes y las bebidas alcohólicas existen diferencias en el
tratamiento impositivo, pues mientras a las primeras se grava con una tasa específica
del 0.15 %, las bebidas alcohólicas están sometidas a una tasa ocho veces mayor y que
503 José Luis Paredes Oblitas
TRIBUTOS
III.1.De acuerdo con lo dispuesto por el art. 54 de la Ley del Tribunal Constitucional
(LTC), "el recurso directo o abstracto de inconstitucionalidad procederá contra toda
Ley, decreto o cualquier género de resolución no judicial, contraria a la Constitución
Política del Estado como acción no vinculada a un caso concreto"; es decir, que este
recurso es una acción de puro derecho que implica confrontar el texto de la norma
impugnada con el de la Constitución Política del Estado, para determinar si hay
contradicción en sus términos, con el objeto de realizar el control correctivo de la
norma y así depurar el ordenamiento jurídico del Estado. En este propósito,
corresponde analizar si la norma a la que hace mención el recurrente es contraria al
ordenamiento constitucional.
saldos a favor y las pérdidas que hubieran acumulado los contribuyentes y/o
responsables, con excepción del crédito fiscal comprometido para la solicitud de
devoluciones de CEDEIM´s previa verificación. El cálculo de las ventas brutas
descontará el valor de las exportaciones certificadas.
A efecto del cálculo para el Pago Único Definitivo se aplicará el porcentaje del 3%
sobre el promedio de las ventas brutas declaradas de los cuatro años calendario
comprendidos entre 1999 y 2002, en los siguientes casos: a) contribuyentes y/o
responsables cuya actividad principal sea la construcción según su registro en el
Padrón de Contribuyentes del Servicio de Impuestos Nacionales y/o en el Registro
Nacional de Empresas Constructoras a cargo del Viceministerio de Transporte. b)
Exportadores, sólo cuando el volumen total de ventas esté destinado a la exportación.
De lo que se colige que, la propia Ley 2626 estableció en el art. 2 inc. a) que, en el
caso del sector de la construcción, el registro, ya sea en el Servicio de Impuestos
Nacionales o en el Viceministerio de Transporte, se constituye en una condición que
les legitima para beneficiarse del trato particular y en el caso de los exportadores,
citados en el inc. b), sólo cuando el total de las ventas está destinado a la exportación.
Por lo referido precedentemente, se concluye que la Ley 2626 establece que sólo se
someten al Programa los adeudos tributarios generados hasta el 30 de junio de 2003,
por lo que en el caso del sector de la construcción, las deudas exoneradas son las
generadas en la condición de constructores, a efecto de beneficiarse con el tratamiento
particular que la Ley les otorga, que los integrantes de ese sector deben acreditar su
condición de tales, mediante su inscripción en los registros correspondientes hasta la
fecha en que el beneficio les alcanza; consiguientemente, el beneficio para los
constructores no alcanza ni puede alcanzar a quienes no eran constructores durante el
periodo que abarca la exoneración.
De lo que se infiere que la ley se aplica sobre deudas actualmente exigibles, pero
generadas en gestiones o períodos pasados, por lo que el Decreto Supremo también
debe regular dichos períodos respetando siempre el espíritu de la misma, en razón de
que dicha ley establece la regularización de adeudos tributarios, debe entenderse que
los contribuyentes que pretenden beneficiarse con esta medida cumplan con las
condiciones establecidas en la misma hasta la fecha en que el beneficio alcanza, es
decir, hasta el 30 de junio de 2003, deberían demostrar su condición de constructores,
507 José Luis Paredes Oblitas
tomando en cuenta que las obligaciones a ser regularizadas fueron generadas en tal
condición; por lo que no se constata que el art. 9.VI del DS 27369 de 17 de febrero
del 2004 afecte de manera alguna la seguridad jurídica.
En este entendido, las disposiciones legales emitidas por el Estado que establecen
amnistías, liberando a las personas de la persecución y aplicación de sanciones de
carácter penal o administrativo, se entiende que, en el marco de la excepción al
principio de la irretroactividad de la Ley, prevista por el art. 33 de la CPE, dichas
disposiciones legales tienen una aplicación retroactiva a favor del encausado en
materia penal ordinaria o del administrado o procesado en materia administrativa
sancionatoria, como es el caso del ámbito tributario. En consecuencia, el programa
transitorio, voluntario y excepcional, para el tratamiento de adeudos tributarios en
mora, implica una aplicación retroactiva a los administrados que al haber incumplido
el pago de los tributos previstos por Ley hubiesen incurrido en delitos o ilícitos
administrativos sujetos a persecución penal y administrativa, toda vez que constituye
una Ley benigna que libera a los contribuyentes en mora de la persecución
sancionatoria en el orden penal o administrativo, así como de las sanciones
pecuniarias e intereses emergentes del incumplimiento de las obligaciones tributarias.
En ese contexto, se concluye que el art. 9.VI del DS 27369 de 17 de febrero del 2004
al establecer el 30 de junio de 2003, como fecha límite para acceder a este beneficio,
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 508
c.En cuanto a que la norma impugnada modificaría el parágrafo segundo inc. a) del
art. 2 de la Ley 2626 violando el principio de reserva de ley consagrado en el art. 6
inc. 3) delCTB y, vulnerando el art. 29 de la CPE.
la fecha en que el beneficio les alcanza y; en el caso de los exportadores, sólo cuando
el total de sus ventas esté destinado a la exportación.
d. En cuanto a que la norma impugnada vulneraría los arts. 228 y 229 de la CPE.
Corresponde señalar que, el art. 228 de la CPE en su contenido, al reconocer que: "La
Constitución Política del Estado es la ley suprema del ordenamiento jurídico nacional.
Los tribunales, jueces y autoridades la aplicarán con preferencia a las leyes, y éstas
con preferencia a cualesquiera otras resoluciones", resguarda los principios de
supremacía constitucional y jerarquía normativa, habiendo sido desarrollado su
alcance y contenido por este Tribunal, en la SC 13/2003, de 14 de febrero, en la que
dispone que "Uno de los principios fundamentales inherentes al Estado Democrático
de Derecho es el principio de la jerarquía, el cual consiste en que la estructura jurídica
de un Estado se basa en criterios de niveles jerárquicos que se establecen en función
de sus órganos emisores, su importancia y el sentido funcional; de manera que una
norma situada en un rango inferior no puede oponerse a otra de superior rango (...).
Que, en el marco del referido principio fundamental concordante con los principios de
la soberanía popular y la supremacía constitucional, el Constituyente ha distribuido
las competencias para la elaboración y emisión de las disposiciones legales, habiendo
asignado al Órgano Legislativo, como expresión de la voluntad popular, la potestad
privativa de "dictar leyes, abrogarlas, derogarlas, modificarlas e interpretarlas", así
dispone expresamente el art. 59.1ª de la Constitución; en cambio al Órgano Ejecutivo
le ha asignado la potestad de "ejecutar y hacer cumplir las leyes, expidiendo los
decretos y órdenes convenientes, sin definir privativamente los derechos, alterar los
definidos por Ley ni contrariar sus disposiciones...", así lo señala el art. 96.1ª de la
Ley Fundamental. Conforme a lo referido se establece que existe una clara diferencia,
no sólo formal sino material, entre la Ley y el Decreto Supremo; pues, en cuanto al
contenido se refiere, la primera establece el conjunto de normas generales y
obligatorias a cuyo cumplimiento uno está compelido por la fuerza, en cambio el
segundo establece disposiciones legales específicas que desarrollan, es decir,
reglamentan las normas generales previstas por la Ley, sin desconocer, suprimir, ni
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 510
modificar los derechos y obligaciones establecidos por ésta; de otro lado, en cuanto se
refiere al lugar que ocupan en la jerarquía normativa, la Ley, como expresión de la
voluntad popular, se encuentra en un nivel superior al Decreto Supremo, por lo que
éste debe subordinarse a aquella (…)".
TRIBUTOS
Dicha abrogatoria resulta incompatible con la Constitución, puesto que lesiona los
derechos fundamentales del contribuyente al debido proceso en su componente del
juez natural, independiente e imparcial, así como los valores supremos de justicia e
igualdad, suprimiendo además el derecho a la defensa del contribuyente en sede
judicial, puesto que la medida legislativa ha ocasionado una ausencia total de los
mecanismos de carácter procedimental que hagan viable la acción ante la autoridad
jurisdiccional para obtener así una tutela judicial efectiva, lo cual sólo será posible
con la vigencia de un procedimiento tributario que reúna los requisitos mínimos para
garantizar el debido proceso en cada caso.
por el art. 59.1ª de la CPE, es atribución del Poder Legislativo dictar leyes, abrogarlas,
derogarlas, modificarlas e interpretarlas, corresponde a este Órgano suplir el vacío
legal dejado como emergencia de la abrogatoria del Código tributario, en cuanto al
procedimiento contencioso tributario se refiere, dictando la ley correspondiente que lo
regule y establezca. Por tal razón, este Tribunal dicta una sentencia exhortativa
determinando la constitucionalidad de la disposición legal impugnada con vigencia
temporal, exhortando al Poder Legislativo para que en el plazo de un año a partir de
su citación dicte la ley extrañada, tomando en cuenta los fundamentos contenidos en
la presente Sentencia; y en caso de no hacerlo dentro de dicho término, la Disposición
Final Novena del CTB quedará expulsada del ordenamiento jurídico del Estado en lo
que respecta a la abrogatoria del procedimiento contencioso tributario establecido en
el Título VI, arts. 214 a 302 del CTb.
TRIBUTOS
El art. 228 de la CPE reconoce que: "La Constitución Política del Estado es la ley
suprema del ordenamiento jurídico nacional. Los tribunales, jueces y autoridades la
aplicarán con preferencia a las leyes, y éstas con preferencia a cualesquiera otras
resoluciones".
El art. 78 del CTB, establece que las declaraciones juradas son la manifestación de
hechos, actos y datos comunicados a la Administración Tributaria en la forma,
medios, plazos y lugares establecidos por las reglamentaciones que ésta emita, se
presumen fiel reflejo de la verdad y comprometen la responsabilidad de quienes las
suscriben en los términos señalados por ese Código. Podrán rectificarse a
requerimiento de la Administración Tributaria o por iniciativa del sujeto pasivo o
tercero responsable, cuando la rectificación tenga como efecto el aumento del saldo a
favor del Fisco o la disminución del saldo a favor del declarante. También podrán
rectificarse a libre iniciativa del declarante, cuando la rectificación tenga como efecto
el aumento del saldo a favor del sujeto pasivo o la disminución del saldo a favor del
Fisco, previa verificación de la Administración Tributaria. Los límites, formas, plazos
y condiciones de las declaraciones rectificatorias serán establecidos mediante
Reglamento. En todos los casos, la declaración jurada rectificatoria sustituirá a la
original con relación a los datos que se rectifican. Finalmente, no es rectificatoria la
declaración jurada que actualiza cualquier información o dato brindado a la
Administración Tributaria no vinculados a la determinación de la deuda tributaria. En
estos casos, la nueva información o dato brindados serán los que tome como válidos la
Administración Tributaria a partir de su presentación.
El art. 107 del CTB, al referirse a su naturaleza, reconoce que la ejecución tributaria,
incluso de los fallos firmes dictados en la vía judicial será exclusivamente
administrativa, debiendo la Administración Tributaria conocer todos sus incidentes,
conforme al procedimiento descrito en la sección correspondiente. La ejecución
tributaria no será acumulable a los procesos judiciales ni a otros procedimientos de
ejecución. Su iniciación o continuación no se suspenderá por la iniciación de aquellos,
salvo en los casos en que el ejecutado esté sometido a un proceso de reestructuración
voluntaria.
En este sentido, el art. 108 del CTB, establece que la ejecución tributaria se realizará
por la Administración Tributaria con la notificación de los siguientes títulos: numeral
9) Resolución administrativa firme que exija la restitución de lo indebidamente
devuelto.
En ese marco, se tiene que la devolución es el acto en virtud del cual el Estado por
mandato de la Ley, restituye en forma parcial o total impuestos efectivamente pagados
a determinados sujetos pasivos o terceros responsables que cumplan las condiciones
establecidas en la Ley que dispone la devolución, la cual establecerá su forma,
requisitos y plazos. (art. 125 del CTB).
Así, en cuanto al procedimiento, el art. 126 del CTB, dispone que las normas dictadas
por el Poder Ejecutivo regularán las modalidades de devolución tributaria,
estableciendo cuando sea necesario parámetros, coeficientes, indicadores u otros, cuyo
objetivo será identificar la cuantía de los impuestos a devolver y el procedimiento
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 516
Finalmente, respecto a la ejecución de garantía, se tiene que el art. 127 del CTB -
ahora impugnado ¬establece que: "Si la modalidad de devolución se hubiera sujetado
a la presentación de una garantía por parte del solicitante, la misma podrá ser
ejecutada sin mayor trámite a solo requerimiento de la Administración Tributaria, en
la proporción de lo indebidamente devuelto, cuando ésta hubiera identificado el
incumplimiento de las condiciones que justificaron la devolución, sin perjuicio de la
impugnación que pudiera presentarse".
Previsión legal ésta que tiene estrecha relación con el art. 128 del CTB, referido a la
restitución de lo indebidamente devuelto, que reconoce expresamente que cuando la
Administración Tributaria hubiera comprobado que la devolución autorizada fue
indebida o se originó en documentos falsos o que reflejen hechos inexistentes, emitirá
una resolución administrativa consignando el monto indebidamente devuelto
expresado en Unidades de Fomento de Vivienda, cuyo cálculo se realizará desde el
día en que se produjo la devolución indebida, para que en el término de veinte días,
computables a partir de su notificación, el sujeto pasivo o tercero responsable pague o
interponga los recursos establecidos en el Código Tributario Boliviano, sin perjuicio
que la Administración Tributaria ejercite las actuaciones necesarias para el
procesamiento por el ilícito correspondiente.
Las normas del DS 25465 se aplican a la devolución del impuesto al valor agregado
(IVA), impuesto a los consumos específicos (ICE) y el gravamen arancelario
consolidado (GAC). La solicitud de devolución de impuestos internos y del GAC, se
presentan al sistema de Ventanilla Única de Exportación o a las oficinas ahora del
Servicio de Impuestos Nacionales, una solicitud de devolución impositiva en
formulario que tiene carácter de declaración jurada. La emisión y entrega del
Certificado de Devolución de Impuestos (CEDEIM) se la realiza de las siguientes
maneras y plazos: b) Veinte días calendario cuando el exportador comprometa, en su
solicitud de devolución impositiva (SDI), la entrega de una boleta de garantía bancaria
por el monto total de devolución correspondiente al IVA y al ICE. En este caso, el
exportador a tiempo de recoger el CEDEIM deberá entregar la correspondiente boleta
de garantía bancaria, por el cien por cien del monto de devolución, con validez de
ciento veinte días calendario a partir de la fecha de entrega del CEDEIM.
III.5En cuanto a que el art. 127 del CTB, vulneraría el art. 16 de la CPE
En el caso de examen, se reconoce al art. 127 del CTB como una norma legal de
naturaleza potestativa o discrecional, no imperativa o mandatoria, dado que la
ejecución de la garantía se da ante determinadas condiciones establecidas en la propia
norma, tales como:
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 518
III.6En cuanto a que el art. 127 del CTB, vulneraría el art. 228 de la CPE
Es preciso señalar que, el art. 228 de la CPE resguarda los principios de supremacía
constitucional y jerarquía normativa, habiendo sido desarrollado su alcance y
contenido por este Tribunal, en la SC 13/2003, de 14 de febrero, en la que dispone que
519 José Luis Paredes Oblitas
En este sentido, en cuanto al art. 228 de la CPE que como se ha señalado reconoce el
principio de la primacía de la Constitución, el art. 127 del CTB, cuya
inconstitucionalidad se demanda a través del presente recurso, no contradice ni altera
el principio de jerarquía normativa previsto por el citado art. 228 de la CPE, dado que
el precepto impugnado no vacía de contenido la garantía del art. 16.II del CPE, sino
que procura el derecho a la defensa dentro del marco de la Constitución.
TRIBUTOS
En síntesis, se puede decir que la prescripción es una figura jurídica a través de la cual
se adquieren derechos -prescripción adquisitiva- o se liberan obligaciones -
prescripción liberatoria- por el transcurso del tiempo determinado específicamente en
la norma que se trate. Consiguientemente, la disposición que señala el término de
prescripción liberatoria en concreto, para aplicarse a cualquier materia o ámbito, es la
que se encuentra vigente al momento de nacer el derecho de reclamar el cumplimiento
de la obligación correspondiente, pues es a partir de ese momento que comienza a
computarse el citado plazo. Es decir que la norma aplicable es aquella vigente a
tiempo de surgir el derecho a exigir que una obligación sea honrada, por cuanto la
fijación de un término de prescripción no constituye una norma procedimental para
que se aplique la vigente al momento de iniciar el proceso respectivo.
S.R.L. del 8 al 29 de agosto de 1997, fecha en la que estaba plenamente vigente la Ley
1340 de 28 de mayo de 1992 (Código Tributario), siendo entonces sus normas sobre
prescripción las válidas para el asunto analizado. Cabe aclarar que diferente es la
aplicación de las normas procesales, toda vez que este Tribunal en sus SSCC 75/2003-
R, 1430/2002-R, 1065/2002-R, 513/2003-R, entre otras, ha dejado establecido que en
cuanto a las disposiciones aplicables en la etapa investigativa y del juicio oral, dentro
de procesos aduaneros, son las contenidas en el Código de Procedimiento Penal
vigente, que se aplica a todas las causas penales a partir del 31 de mayo de 2001 y
según la interpretación de la Disposición Final Sexta (Derogatorias y Abrogatorias)
del mismo Código se derogó las normas procesales penales previstas en las leyes
especiales (como son las normas adjetivas de la LGA), así como toda otra disposición
legal que le sea contraria (Código Tributario de 1992, por ejemplo).
III.2El art. 52 del CTb, aplicable al caso, establece que la acción de la Administración
Tributaria para determinar la obligación impositiva, aplicar multas, hacer
verificaciones, rectificaciones o ajustes y exigir el pago de tributos, multas, intereses y
521 José Luis Paredes Oblitas
recargos, prescribe a los cinco años. El término referido se extenderá a siete años
cuando el contribuyente o responsable no cumplan con la obligación de inscribirse en
los registros pertinentes, de declarar el hecho generados o de presentar las
declaraciones tributarias y, en los casos de determinación de oficio, cuando la
Administración no tuvo conocimiento del hecho (que no es el caso).
El cómputo del plazo de prescripción comienza a correr desde el 1 de enero del año
calendario siguiente a aquel en el que se produjo el hecho generador. Para los tributos
cuya determinación o liquidación es periódica, se entenderá que el hecho generado se
produce al finalizar el período de pago respectivo.
1)Por la determinación del tributo, sea ésta efectuada por la Administración Tributaria
o por el contribuyente, tomándose como fecha la de la notificación o de la
presentación de la liquidación respectiva;
No puede reputarse una solicitud efectuada por la Aduana para que un contribuyente
le remita la documentación que requiera, como una determinación del tributo, por
cuanto ésta debe necesariamente contener una suma líquida y exigible por periodos
claramente identificados, lo que no ocurre en la carta de 25 de abril de 2001 de la
Aduana Nacional que constituye sólo un pedido para que la entidad hoy recurrente le
envíe la documentación allí señalada.
Pues bien, la determinación del tributo debe estar contenida en una declaración de la
Administración Tributaria que indique clara y categóricamente la existencia de
obligaciones impagas y la suma líquida y exigible por ellas, lo que ha acontecido en la
especie en la Nota de Cargo YACTF 011/2002 de 13 de diciembre de 2002, notificada
a la empresa recurrente el 21 del mismo mes y año, constituyendo éste el momento de
interrupción de la prescripción, conforme lo establece el art. 54-1) del CTb.
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 522
Por ende, no se evidencia acto ilegal que lesione los derechos de la entidad recurrente,
resultando improcedente el amparo.
TRIBUTOS
cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a las normas de la Constitución
Política del Estado, planteará este recurso ante el Tribunal Constitucional. Es
indirecto, porque las personas naturales o jurídicas dentro de un proceso judicial o
administrativo en el cual se pretende aplicar una norma de cuya constitucionalidad se
tenga duda razonable, solicitan al juez, tribunal o autoridad administrativa promueva
el recurso, por cuanto esta autoridad es la única facultada para plantear el recurso
indirecto
A los efectos de la extensión del término se tendrá en cuenta si los actos del
contribuyente son intencionales o culposos, conforme a lo dispuesto por los artículos
98º,101º y 115º".
El art. 53 decía, respecto del cómputo del término de la prescripción: "El término se
contará desde el 1º de enero del año calendario siguiente a aquel en se produjo el
hecho generador. Para los tributos cuya determinación o liquidación es periódica, se
entenderá que el hecho generador se produce al finalizar el período de pago
respectivo".
I. Prescribirán a los cuatro (4) años las acciones de la Administración Tributaria para:
II. El término precedente se ampliará a siete (7) años cuando el sujeto pasivo o tercero
responsable no cumpliera con la obligación de inscribirse en los registros pertinentes
o se inscribiera en un régimen tributario que no le corresponda.
III. El término para ejecutar las sanciones por contravenciones tributarias prescribe a
los dos (2) años".
III. En el supuesto del parágrafo III del Artículo anterior, el término se computará
desde el momento que adquiera la calidad de título de ejecución tributaria".
Lo propio ocurre en el Código Tributario Boliviano actual, que dedica el art. 59,
ubicado en el Capítulo III (Relación Jurídica Tributaria), del Título Primero (Normas
Sustantivas y Materiales) de ese cuerpo de normas- a consagrar el instituto
prescriptivo tributario, en el que no existe salvedad alguna sobre la irretroactividad de
las disposiciones legales tributarias, no pudiendo aplicarse -como pretende el
recurrente, lo señalado por el art. 150 del mismo Código, que se encuentra en el Título
IV, referido a los ilícitos tributarios, Capítulo I, sobre las disposiciones generales, y
que dice: "Las normas tributarias no tendrán carácter retroactivo, salvo aquellas que
supriman ilícitos tributarios, establezcan sanciones más benignas o términos de
prescripción más breves o de cualquier manera beneficien al sujeto pasivo o tercero
responsable", por cuanto esta disposición que debe ser entendida a cabalidad dentro
del marco de retroactividad que reconoce el art. 33 de la Constitución que claramente
prohíbe la retroactividad de las normas, excepto en materia social, cuando la misma lo
determine en forma expresa, y en materia penal, cuando beneficie al delincuente; es
decir que la retroactividad sólo se opera cuando una persona es sindicada de la
comisión de un delito, en el caso que nos ocupa, de un ilícito tributario, lo que no
ocurre en el procedimiento de verificación tributaria, en el que la Administración está
ejercitando la competencia que la Ley le confiere para comprobar la veracidad de la
autodeterminación de la obligación impositiva, no está atribuyendo al contribuyente
conducta ilícita alguna, más aún, el contribuyente tiene la facultad de presentar sus
descargos y demostrar la corrección de tal autodeterminación y del pago realizado.
TRIBUTOS
Las normas previstas por el art. 146 de la CPE establecen que las rentas se dividen en
nacionales, departamentales y municipales, debiendo ser clasificadas por Ley, e
invertirse independientemente por sus respectivos tesoros; en ese contexto supralegal,
en lo relativo a las rentas nacionales y su administración por el Poder Ejecutivo
conforme la atribución conferida a este Órgano por el art. 96.6ª de la CPE, las normas
previstas por el art. 4 de la Ley de Organización del Poder Ejecutivo (LOPE), en lo
relativo al Ministerio de Hacienda, en el inc. a) establecen que es atribución de dicho
Ministerio ejecutar y controlar, entre otras, la política fiscal nacional tributaria; lo que
implica ejercer y ejecutar la gestión tributaria, que supone los procedimientos
administrativos tendientes a la recaudación, fiscalización y administración de los
tributos.
Para tal efecto, conforme establecen las normas previstas por el art. 3 de la Ley de
Servicio de Impuestos Nacionales, el SIN tiene la función de administrar el sistema de
impuestos, y el art. 132 del CTB establece que la Superintendencia Tributaria tiene
por objeto conocer y resolver los recursos de alzada y jerárquico que se interpongan
contra los actos definitivos de la Administración Tributaria. De lo que se infiere que el
Ministerio de Hacienda ha delegado la gestión tributaria a dos órganos autárquicos de
529 José Luis Paredes Oblitas
Las normas previstas por el art. 131 del CTB disponen que contra los actos de la
Administración Tributaria de alcance particular podrá interponerse recurso de alzada
en los casos expresamente previstos por dicha Ley, así el art. 143 determina que
procede contra los siguientes actos definitivos:
b) El recurso jerárquico
Tal interpretación dio lugar a que el DS 27350 contenga normas que posibiliten que
sea la propia administración tributaria la que pueda accionar el recurso jerárquico, así
las normas del art. 30 del citado Decreto, al estipular el procedimiento al que se
sujetará el recurso jerárquico, disponen que la Administración Tributaria podrá hacer
uso del recurso jerárquico para impugnar resoluciones que pongan fin al recurso de
alzada, con la limitación de que la administración sólo accederá al recurso cuando la
resolución de alzada sea contraria a otros precedentes dictados por la
Superintendencia General o las Regionales, e incluso Autos Supremos; precedente
contradictorio que deberá ser invocado a tiempo de interponer el recurso.
En el caso de las normas del art. 30 inc. f) del DS 27350 no existe ningún problema en
la disposición lógica del momento en que se debe presentar el precedente
contradictorio, pues se lo exige a tiempo de interponer el recurso jerárquico, y porque
533 José Luis Paredes Oblitas
En segundo término, respecto al derecho a la defensa, se debe señalar que tal como la
jurisprudencia de este Tribunal ha determinado, el derecho a la defensa consiste en
una: "(...) potestad inviolable del individuo a ser escuchado en juicio presentando las
pruebas que estime convenientes en su descargo, haciendo uso efectivo de los
recursos que la ley le franquea. Asimismo, implica la observancia del conjunto de
requisitos de cada instancia procesal en las mismas condiciones con quien lo procesa,
a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de
acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos." (SC 1534/2003-R, de 30 de
octubre); de dicha noción del derecho a la defensa, emerge el convencimiento de que
las entidades estatales que en ejercicio de sus facultades y atribuciones generen actos
administrativos que a su vez obligan a los particulares a prestaciones, como
obligaciones tributarias, no pueden ejercer el derecho a la defensa, pues éste implica
actos de protección de las personas ante esos actos del Estado. En esa comprensión,
en la SC 0489/2003-R, de 15 de abril de 2003, se expresó la siguiente doctrina
jurisprudencial: "(...) si bien es cierto que al denunciante en un proceso administrativo
disciplinario también se le debe reconocer la garantía al debido proceso, no es menos
cierto que no les es inherente el derecho a la defensa, puesto que de un entendimiento
lógico y ontológico del mismo, la defensa responde a la acusación, por lo que en ese
sentido, el derecho a la defensa sólo está reconocido al denunciado o procesado, pero
no así al denunciante o acusador, a quien en lugar de dicho derecho se le reconocen
otros como el derecho de acceso a la justicia, a la protección judicial, a presentar las
pruebas que demuestren su acusación, a impugnar y otros (...)"; en consecuencia,
siendo en el procedimiento administrativo tributario la Administración Tributaria la
que acciona los mecanismos de persecución del Estado, en similar actitud a un
denunciante, no es lógico que luego reclame la lesión al derecho a la defensa, pues
éste mas bien le será reconocible al perseguido por los procedimientos tributarios, ya
que no esta demás recordar que el procedimiento administrativo que dio lugar al
presente recurso emergió de una fiscalización efectuada por la Administración
Tributaria, de la cual surgió un cargo contra el tercero interesado, del
III.5.De otro lado, es necesario observar y llamar la atención del Tribunal de amparo
así como al Secretario del mismo por las deficiencias del acta de la audiencia del
presente recurso, cuya elaboración, conforme la norma prevista por el art. 203 inc. 3)
de la Ley de Organización Judicial (LOJ) le corresponde al Secretario de la Sala,
debiendo las Autoridades del órgano jurisdiccional supervisar que su contenido
refleje; de un lado, las ampliaciones, explicaciones y complementaciones efectuadas
por el recurrente; y de otro, el informe presentado por el recurrido, que no está
obligado a prestarlo en forma escrita, por tanto deberá exponerse en el acta los
argumentos jurídicos, legales, doctrinales, jurisprudenciales y el petitorio que realiza,
ya que sólo de ese modo el acta dará testimonio fiel de lo acontecido en la audiencia,
demostrando no sólo el ejercicio del derecho a la defensa, sino también que los actos
del Tribunal de amparo y la posterior resolución, fueron efectuados en efectiva
materialización de los principios rectores de la administración de justicia
constitucional, de publicidad y probidad, consagrados por el art. 116.X de la CPE.
TRIBUTOS
"(...) es necesario precisar los alcances del control de constitucionalidad que ejerce a
través de los recursos de inconstitucionalidad, por cualquiera de las dos vías
reconocidas -directa o indirecta-. En ese orden, cabe señalar que el control de
constitucionalidad abarca los siguientes ámbitos: a) la verificación de la
compatibilidad o incompatibilidad de las disposiciones legales impugnadas con las
normas de la Constitución Política del Estado, lo que incluye el sistema de valores
supremos, principios fundamentales, así como los derechos fundamentales
consagrados en dicha Ley Fundamental; b) la interpretación de las normas
constitucionales así como de la disposición legal sometida al control desde y
conforme a la Constitución Política del Estado; c) el desarrollo de un juicio relacional
para determinar si una norma legal es o no conforme con las normas constitucionales;
determinando previamente el significado de la norma legal por vía de interpretación; y
d) la determinación de mantener las normas de la disposición legal sometida al
control. De lo referido se concluye que el control de constitucionalidad no alcanza a la
valoración de los fines, los propósitos, la conveniencia o beneficios que pudiese
537 José Luis Paredes Oblitas
2. Los plazos en días que determine este Código, cuando la norma aplicable no
disponga expresamente lo contrario, se entenderán siempre referidos a días hábiles
administrativos en tanto no excedan de diez (10) días y siendo más extensos se
computarán por días corridos.
3. Los plazos y términos comenzarán a correr a partir del día siguiente hábil a aquel
en que tenga lugar la notificación o publicación del acto y concluyen al final de la
última hora del día de su vencimiento.
En cualquier caso, cuando el último día del plazo sea inhábil se entenderá siempre
prorrogado al primer día hábil siguiente.
Asimismo, el art. 131 del CTB establece los recursos admisibles que tienen expeditos
los contribuyentes en la vía administrativa a los efectos de impugnar los actos de la
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 538
El art. 143 del CTB establece los actos definitivos contra los que es admisible el
recurso de alzada, señalando en su último párrafo que este recurso debe interponerse
en el plazo perentorio de veinte (20) días improrrogables, computables a partir de la
notificación con el acto a ser impugnado; mientras que el art. 144 del CTB señala que
el recurso jerárquico puede ser interpuesto ante el Superintendente Tributario
Regional que resolvió el recurso de alzada, dentro del plazo de veinte (20) días
improrrogables, computables a partir de la notificación con la respectiva Resolución.
El art. 6.I del DS 27350 aclara que el recurso de alzada debe presentarse ante el
Superintendente Tributario Regional a cuya jurisdicción está sujeta la autoridad
administrativa cuyo acto definitivo es objeto de impugnación o a través de la
Intendencia Departamental correspondiente, lo mismo que el Recurso Jerárquico, el
que una vez admitido debe ser remitido por el Superintendente Tributario Regional
actuante al Superintendente Tributario General para su resolución.
"(…) el mandato de igualdad en la formulación del derecho exige que todos sean
tratados igual por el legislador. Pero esto no significa que el legislador ha de colocar a
todos en las mismas posiciones jurídicas ni que tenga que procurar que todos
presenten las mismas propiedades naturales ni que todos se encuentren en las mismas
situaciones fácticas. El principio general de igualdad dirigido al legislador no puede
exigir que todos deban ser tratados exactamente de la misma manera y tampoco que
539 José Luis Paredes Oblitas
todos deban ser iguales en todos los aspectos. Entonces, el medio idóneo para que el
legislador cumpla con el mandato de este principio es aplicando la máxima o fórmula
clásica: 'se debe tratar igual a lo igual y desigual a lo desigual'. En eso consiste la
verdadera igualdad. A quienes presentan similares condiciones, situaciones,
coyunturas, circunstancias, etc., se les puede tratar igualmente; pero, cuando existen
diferencias profundas y objetivas que no pueden dejarse de lado, se debe tratar en
forma desigual, porque solamente de esa manera podrá establecerse un equilibrio
entre ambas partes. La Ley es la que tiene que establecer los casos, formas y alcances
de los tratamientos desiguales.
"el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se
acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos
aquellos que se hallen en una situación similar (...) comprende el conjunto de
requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas
puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado
que pueda afectar sus derechos" (SSCC 0418/2000-R y 1276/2001-R, entre otras).
Diccionario de Jurisprudencia Constitucional 540
"(...) la potestad inviolable del individuo a ser escuchado en juicio presentando las
pruebas que estime convenientes en su descargo, haciendo uso efectivo de los
recursos que la ley le franquea. Asimismo, implica la observancia del conjunto de
requisitos de cada instancia procesal en las mismas condiciones con quien lo procesa,
a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de
acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos (...)".
De otro lado, la disposición legal impugnada lesiona también la garantía del debido
proceso en su componente esencial del derecho a la defensa, aplicables también en
materia administrativa, por cuanto no asegura el acceso efectivo a los recursos que
prevé la ley en igualdad de condiciones tratándose del caso de los contribuyentes que
no tengan su domicilio en las capitales de departamento, por idénticas razones a las
anotadas precedentemente, quienes en los hechos tienen un plazo más reducido
respecto de los contribuyentes de las capitales de departamento para acceder a los
medios de impugnación que prevé el Código Tributario Boliviano contra los actos de
la Administración Tributaria.
POR TANTO
TRIBUTOS
El art. 18 del CTb establece que la obligación tributaria surge entre el Estado u otros
entes públicos y los sujetos pasivos en cuanto se produce el hecho generador de la
obligación tributaria previsto en la norma legal. Constituye un vínculo de carácter
personal aunque su cumplimiento se asegure mediante garantía real o con privilegios
especiales". De la norma glosada se puede inferir que en el ámbito Tributario, surge la
relación bilateral que se produce entre el Estado u otros entes públicos y los
particulares, en el que el Estado, a través de sus entidades respectivas, se constituye en
el acreedor del tributo por lo que es el sujeto activo de la relación tributaria, y los
particulares se constituyen en los deudores del tributo como sujetos pasivos.
Sujeto pasivo: El sujeto pasivo de la relación jurídica tributaria es la persona que debe
cumplir con la obligación tributaria. El carácter de sujeto pasivo lo define la ley, por
ello, cada ordenamiento jurídico determina en su correspondiente legislación
tributaria sobre quienes recae el cumplimiento de la obligación, estableciendo quienes
son los sujetos pasivos. Según define el art. 22 del CTb el sujeto pasivo de la
obligación tributaria, es "…la persona obligada al cumplimiento de las prestaciones
tributarias, sea en calidad de contribuyente o de responsable". (El subrayado es
nuestro). Consecuentemente, de conformidad con la norma prevista en el Código
Tributario abrogado, disposición legal que es objeto de análisis, el término sujeto
pasivo engloba a dos diferentes sujetos que intervienen en la relación tributaria y que
se constituyen en los sujetos pasivos de la obligación tributaria; ellos son, por una
parte, los contribuyentes y por otra, los responsables.
Los contribuyentes: Según lo dispuesto por el art. 24 del CTb "Son contribuyentes las
personas en las que se verifica el hecho generador de la obligación tributaria". De
acuerdo con la doctrina del Derecho Tributario los contribuyentes también son
conocidos como los responsables por deuda propia; en consecuencia, son aquellas
personas naturales o jurídicas contra quienes se ha verificado el hecho imponible
previsto en la norma legal y, en consecuencia, resultan deudores a título personal de la
obligación tributaria.
Los responsables: Conforme dispone el art. 27 del CTb "…son las personas que sin
tener el carácter de contribuyentes deben, por mandato expreso de la ley, cumplir las
obligaciones atribuidas a éstos". Según la doctrina, son conocidos como los
responsables por deuda ajena, ello debido a que la Ley tributaria llama a cumplir la
obligación junto con el contribuyente o en su lugar, al ser también sujeto pasivo de la
obligación tributaria, aunque no esté revestido del carácter de contribuyente.
presentar declaraciones, etc. (art. 142 del CTb)], responsabilidad que además resulta
ser de carácter solidario, encontrándose en esta situación, entre otros, los directores,
gerentes o representantes de las personas jurídicas y demás entes jurídicos con
personalidad legalmente reconocida (art. 28 inc. 2) del CTb), o los que dirijan,
administren o tengan la disponibilidad de los bienes de entes colectivos que carecen
de personalidad (art. 28 inc. 3) del CTb). En este contexto, es posible concluir que
tanto el contribuyente, o sea, la persona sobre la cual se produce el hecho generador
(deudor por cuenta propia), así como el responsable, la persona que por prescripción
de la ley debe cumplir las obligaciones atribuidas al contribuyente (deudor por
obligación ajena) deben cumplir con las obligaciones tributarias, por cuanto ambos -se
reitera- son sujetos pasivos de la obligación tributaria.
nacional, según lo determinado por el Banco Central de Bolivia, que se liquidan desde
la fecha de vencimiento del impuesto hasta el día hábil anterior al pago; mientras que
la actualización, se refiere a la indexación de la deuda tributaria, que de acuerdo al
Código, será según el tipo de cambio oficial vigente para el dólar americano con
relación a la moneda nacional, entre la fecha de vencimiento de pago del tributo y el
día hábil anterior en que efectivamente se realiza la cancelación. Por lo tanto
constituyen parte integrante de la obligación tributaria, como aquellas sumas de
dinero que están adheridas a la deuda principal.
Ahora bien, entre los principios que informan el Derecho Penal está el de la
responsabilidad personal, según el cual las consecuencias de la comisión del ilícito no
pueden ser exigidas más que a las personas que con su comportamiento han causado
la lesión constitutiva del mismo. Este principio, rige también en el ámbito de la
potestad sancionadora de la Administración, con el advertido de que en éste ámbito,
es donde las matizaciones con el Derecho Penal en sentido estricto son de mayor
alcance.
la cuestión se plantea de manera muy diversa, en atención a que respecto de las penas
que no tienen privación de libertad, las personas jurídicas pueden ser consideradas
directamente responsables de la sanción derivada de la infracción, por ello tienen la
condición de sujeto infractor; empero, se aclara, que el requisito del elemento
subjetivo (el dolo o la culpa) deberá ser apreciado en función del comportamiento de
las personas físicas que actúan como órganos o representantes. Estas personas podrán
ser consideradas como responsables de la sanción, junto a la persona jurídica a la que
se atribuye como sujeto principal de la infracción.
En nuestra legislación, por mandato expreso del art. 78 del CTb, la responsabilidad
por los delitos o contravenciones es personal, salvo las excepciones establecidas en el
mismo Código; lo que significa que sólo se puede sancionar a una persona por una
infracción tributaria, cuando ésta, a través de su acción u omisión ha infringido la
norma tributaria con dolo o culpa, sin que exista la posibilidad de desplazar
automáticamente la responsabilidad a otras personas que no participaron en la
contravención
-Personas jurídicas: El art. 84 del CTb, determina que las entidades o colectividades
tengan o no personalidad jurídica, pueden ser sancionadas pecuniariamente por delitos
o contravenciones tributarias, añadiendo posteriormente que "Sin perjuicio de la
responsabilidad pecuniaria de la entidad, sus representantes, directores, gerentes,
administradores o mandatarios podrán ser sancionados por su actuación personal en el
delito o contravención, siempre que hubieran actuado con dolo o culpa".
Del texto de la norma glosada, emergen dos situaciones, por una parte, que la persona
jurídica sí puede ser sancionada pecuniariamente por una contravención o delito, lo
que significa que la multa impuesta por ese concepto, forma parte de la obligación
tributaria que adeuda la entidad o colectividad, la que tendrá que ser cumplida por sus
representantes, en virtud a lo dispuesto por el art. 28 del CTb.
Por otra parte, la misma norma señala que los responsables pueden ser sancionados
por delitos o contravenciones; empero, se recalca que su actuación debe ser personal,
lo que implica que debe haber participado en la comisión de la infracción tributara, y
que además debe existir dolo o culpa.
Finalmente, se debe señalar que el responsable sólo podrá ser sancionado por la
infracción tributaria, cuando su actuación haya sido personal y haya existido dolo o
culpa, según prevé el art. 84 del CTb.
Tributaria que conforme al art. 168 del CTb se inicia con el traslado al contribuyente,
se entiende también que al responsable, de las observaciones a cargos que se le
547 José Luis Paredes Oblitas
Finalmente, para los casos en que el responsable no haya sido incluido en el proceso
de determinación ni en la Resolución determinativa, y no exista pronunciamiento
expreso sobre su responsabilidad, el art. 171 y siguientes del CTb prevé el sumario
administrativo como un mecanismo específico para el procesamiento de delitos y
contravenciones a que se refiere el art. 69 del Código, que debe ser instruido por
autoridad competente mediante el cargo, en el que debe constar claramente el acto u
omisión que se atribuye al presunto infractor, estableciéndose plazos probatorios
según los casos para que formule sus descargos por escrito y ofrezca sus pruebas.
El incidentista sostiene que el art. 27 del CTb, no precisa el alcance de lo que debe
entenderse por "obligación tributaria", incurriendo en omisión normativa, ya que no
define si se refiere sólo al tributo determinado, o también a los accesorios y multas, lo
que a su juicio va en contra del principio de personalidad de la pena, solicita que
dicho artículo sea interpretado conforme a la Constitución y ante la supuesta duda
sobre su alcance, propone que se opte por una solución que sea más favorable al
ámbito de las libertades y derechos de la persona que concurre como responsable,
concluyendo que la responsabilidad de éste, en el marco de la interpretación que
propone, se limite al pago del tributo omitido y no pagado por el contribuyente y que
no debería alcanzar a los accesorios constituidos por las multas, mantenimiento de
valor e intereses, que según él, no son propiamente obligaciones tributarias, sino
penalidades que aplica la Administración Tributaria por delitos y contravenciones.
Por otra parte, con relación a las sanciones pecuniarias, como consecuencia de la
comisión de infracciones tributarias, conforme quedó señalado en el Fundamento
Jurídico III.4., éstas forman parte de la obligación tributaria cuando son impuestas a
personas jurídicas; sin embargo, tratándose de multas impuestas a personas naturales,
como consecuencia de delitos o contravenciones tributarias, éstas tienen carácter
549 José Luis Paredes Oblitas
En lo que respecta al art. 28 del CTb, tampoco existe omisión normativa, puesto que
conforme se tiene señalado de manera prolija en el Fundamento Jurídico III.5. el
Código Tributario abrogado y vigente para el caso, señala las vías tanto judiciales
como administrativas, y el procedimiento a través del cual debe determinar la
conducta dolosa del responsable, garantizándose en una y otra vía su derecho al
debido proceso como sujeto pasivo de la obligación tributaria, pudiendo ejercitar
ampliamente su defensa tanto en sede administrativa como judicial, pues en el primer
caso se prevé un plazo probatorio razonable en la fase de determinación de oficio para
presentar descargos o pruebas (20 días), que como se dijo abarcan también aspectos
relacionados con la conducta fiscal del responsable según el delito o contravención
que le impute la Administración Tributaria, lo mismo ocurre en la vía judicial donde
también existe un término probatorio (30 días) y que está a cargo de una autoridad
imparcial como es el juez en materia administrativa.
En efecto, el procedimiento señalado por el art. 168 y siguientes del CTb, es el que
permitirá determinar la actuación dolosa o culposa de los responsables, cuando éstos
son involucrados en el procedimiento para la determinación del tributo, en cuyo caso
la Resolución debe establecer puntualmente quién o quiénes cometieron el delito o la
infracción, por el carácter personal de la responsabilidad; esto es, si el representante
actuó dolosa o culposamente, o si carece de responsabilidad, conforme prescribe el
tercer párrafo del art. 169 del CTb; y para el caso en el que no haya sido incluido en el
procedimiento y en la resolución determinativa, y por lo tanto, no existió
pronunciamiento expreso sobre su responsabilidad, se tendrá expedita la vía del
sumario administrativo previsto por el art. 171 y siguientes del CTb a los efectos de
determinar el dolo o la culpa y hacer efectiva la responsabilidad señalada en el art. 28
del CTb impugnado.
POR TANTO
TRIBUTOS
TRIBUTOS
UNIVERSIDADES
Doctrinalmente, este postulado que se extiende a toda clase de procesos, es una forma
de protección de la persona y una manera de brindarle certeza en los dictados de los
jueces y de la administración, impidiendo a las autoridades investigar, juzgar o
condenar a una persona más de una vez por el mismo hecho respecto del cual ya se
tramitó un proceso y se profirió una decisión, constituyendo un elemento destinado a
realizar los valores de la justicia y la seguridad jurídica y de otros principios como la
presunción de inocencia y el derecho de defensa.
Sin embargo, no es menos evidente que todo proceso, para ser legal, debe respetar las
normas aplicables al caso; dado que, si éstas son infringidas, se vulneraría la garantía
del debido proceso que, conforme lo ha entendido la jurisprudencia de este Tribunal,
es "el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos
se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos
aquellos que se hallen en una situación similar (..) comprende el conjunto de
requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas
puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado
que pueda afectar sus derechos" (SC 418/2000-R, y SC1276/2001-R, entre otras), que
además exige "que nadie sea privado, judicial o administrativamente, de sus derechos
fundamentales sin que se cumplan ciertos procedimientos establecidos por Ley,
dándole la posibilidad al individuo de exponer razones en su defensa, probar esas
razones y esperar una sentencia fundada, después de haber sido oído". SC 447/2001.
Esta garantía, de acuerdo al entendimiento contenido en las SSCC 731/2000-R,
1234/2000-R, 1341/2001-R, "es aplicable no sólo al ámbito judicial, sino también al
administrativo cuando se tenga que someter a una persona a un procedimiento en el
que deberá determinarse una responsabilidad".
III.3. El actor acusa no haber sido notificado con la resolución 03/03 de 2 de mayo de
2003, emitida por la Comisión de Procesos Universitarios Sala Primera, que dispuso
en primera instancia su suspensión del cargo de docente sin goce de haberes por el
tiempo de 3 meses calendario, sin embargo, en el memorial de 4 de junio de 2003, por
el cual interpuso recurso de apelación alegó estar "notificado con la Resolución
082/03 emitida por el Honorable Consejo Universitario y por consecuencia con la
Resolución 03/03 de fecha 2 de mayo de 2003", en cuyo mérito no es evidente la
omisión acusada por lo que no corresponde su consideración.
UNIVERSIDADES
VACIO NORMATIVO
De otro lado, cabe referir que no toda ausencia de una norma en la Ley puede ser
calificada como vacío normativo, pues resulta que en determinadas circunstancias el
legislador, de manera voluntaria y consciente, decide no prever en la Ley una norma
para una determinada situación jurídica, así por ejemplo, decide no crear un
determinado instituto jurídico porque su creación podría contradecir los valores
supremos, principios fundamentales, derechos y garantías constitucionales y demás
preceptos de la Constitución, pues en ese caso el intérprete de la Ley no podría
concluir que se trata de un vacío normativo; por ello es importante que el Juez o
Tribunal al resolver un caso concreto en el que la situación jurídica no esté
expresamente contemplada en la Ley deberá efectuar una interpretación sistematizada
y en concordancia práctica la Ley desde y conforme a la Constitución, para establecer
si definitivamente se trata de un vacío normativo o de una situación no prevista por el
legislador en cumplimiento de las normas de la Constitución.
III.2.2 En segundo lugar, aún para el caso de que hubiese un vacío normativo en el
Código de seguridad social, no podrían aplicarse las normas previstas por el Código
civil, en razón a no existir la analogía legis entre ambos cuerpos normativos. En
efecto, el Derecho de Seguridad Social corresponde al ámbito del Derecho Público
interno, por lo mismo las normas del Código de seguridad social regulan las
relaciones de los particulares con el Estado; en cambio el Derecho Civil corresponde
al ámbito del Derecho Privado Interno, por lo mismo las normas del Código civil
regulan las relaciones de los particulares entre sí; de manera que la situación
aparentemente no contemplada por el Código de seguridad social, como es la
prescripción de la acción de cobro de aportes en mora para las prestaciones del Seguro
Social Obligatorio, no es igual a la situación contemplada explícitamente en el Código
civil; por lo tanto no puede aplicarse supletoriamente, al ámbito del régimen de
Seguridad Social, las normas previstas por el Código civil.
prescripción al Código civil, referidas al no cobro de las rentas, puesto que esta Ley
regula aportes propios de los trabajadores, con fines personales para cubrir el seguro
social a largo plazo, en base a su propia normativa, mientras que los aportes objeto del
presente recurso, son para cubrir gastos del seguro social a corto plazo,
específicamente para precautelar la salud de la población, la que se halla, protegida
por el Estado, conforme se señaló en el punto anterior de esta Sentencia.
VOTO DE CENSURA
III.1. Que, uno de los requisitos de la moción constructiva de censura, estriba en que
debe realizarse mediante propuesta motivada, fundamentada y firmada, al menos por
un tercio de los concejales en ejercicio; el Concejo, si fuera el caso, en el plazo de 24
horas, sin trámite previo, rechazará dicha moción por incumplimiento de ese requisito,
como se colige de la previsión contenida en el art. 51 incs. 1) y 3) LM.
Que, por todo lo expresado, no es viable otorgar la tutela demandada, por ser evidente
que el mecanismo de remoción del Alcalde Municipal, por voto constructivo de
censura, se sujetó al procedimiento establecido por Ley.
VOTO DE CENSURA
III.4 Que, con relación a que no se le hubiera permitido presentar sus descargos y en
consecuencia con ello lesionado su derecho a la defensa, es preciso recordar lo que
señala el art. 50 LM, pues el procedimiento de voto constructivo de censura constituye
una medida de excepción, que se produce cuando el Concejo Municipal pierde
confianza en el Alcalde, y no está prevista en la Ley ninguna opción de defensa de
dicha autoridad en el sentido que considera el recurrente, pues la censura es un
instrumento de gestión política sin que pueda confundirse con un proceso
administrativo, que es muy distinto al voto constructivo de censura.