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197-2013

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las trece horas con
veintiún minutos del día dieciocho de septiembre de dos mil trece.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por la señora Yesi
Carolina Chávez Ramírez, procesada por el delito de secuestro, contra actuaciones del Juzgado
Especializado de Sentencia "A" de San Salvador.
Analizado el proceso y considerando:

I. La peticionaria refiere que en el proceso penal instruido en su contra, el Juzgado


Especializado de Sentencia "A" de San Salvador ya celebró la audiencia de vista pública, en la
cual emitió un fallo condenatorio "sin que hasta este momento, se me haya dado lectura de la
sentencia respectiva, por lo que la misma no a quedado firme, y en ese sentido mi situación
jurídica no a quedado definida lo que significa que aun me encuentro guardando detención
provisional, pero esta ya a excedido el limite maximo establecido por la ley en tal sentido, esta
medida cautelar se a convertido en una detención ilegal (...) corresponde a la Corte Suprema de
Justicia vigilar que se administre pronta y cumplida justicia (...) en mi caso me encuentro
detenida en caree' de mujeres desde hace dos años, diez meses y hasta la fecha actual no se a
definido mi situación jurídica hecho que me causa agravio pues al exceder, la detencion
provisional el plazo legal, se me esta limitando ilegalmente, mi derecho fundamental a la libertad
personal..."(mayúsculas suprimidas)(sic).

II. Conforme lo establece la Ley de Procedimientos Constitucionales se nombró Juez


Ejecutor, función encomendada a Karla Lucía Sánchez, quien concluyó: "...habiéndose
acreditado que se ha superado, y por tanto vencido el plazo legal de la detención provisional en el
presente caso, y considerando ésta suscrita jueza, por todo lo anterior citado, dicha imposición,
manifiesto la no ratificación de la detención provisional, ya que, no ha sido conforme a Derecho,
ya que hasta la fecha de la presentación de solicitud de Habeas Corpus no existe una sentencia
firme; si bien condenatoria, pero esta no tiene firmeza, de esta forma incumpliendo el derecho del
detenido de la pronta y cumplida Justicia; considerándose que la detención en la cual se encuentra
se ha vuelto una detención ilegal..." (mayúsculas omitidas) (sic).

III. Dentro del trámite del presente proceso se requirió a la autoridad demandada informe
sobre las violaciones constitucionales alegadas por la pretensora, de lo que se obtuvo:
1. Mediante oficio número 30563-1 de fecha 8/8/2013 hizo un extenso análisis de las
razones que a su entender justifican sus actuaciones en relación con las vulneraciones
constitucionales que se le atribuyen, de lo cual concluye que "...la demora es evidente, sin
embargo, no es un problema de inactividad caprichosa o arbitraria, y tampoco puede estimarse
como una dilación indebida o injustificada o en su caso un obstáculo para impugnar la sentencia
documento, porque podrá acceder en un momento determinado a los mecanismos de defensa de
los que dispone el justiciable (...) encontrándose la presente causa penal dentro de las prioridades
de éste Juzgador, porque el plazo máximo de la detención provisional, se venció el doce de
agosto de dos mil doce, situación que además motivó a señalar por auto de fecha 20 de marzo de
2013, audiencia especial de revisión de medidas cautelares y lectura de sentencia, quedando la
primera programada para las quince horas con veinticinco minutos del 10 de abril de los
corrientes (...) decretándose el cese a la detención provisional por exceso del plazo legal, y
buscando un equilibrio entre los derechos fundamentales y el arraigo de los ahora condenados en
el proceso se decidió imponerles mecanismos alternos (...) entre otros también atendiendo a las
circunstancias personales de la encartada se fijó como caución económica la cantidad de cinco
mil dólares; no obstante no se ha hecho efectiva, porque no se acreditó el domicilio donde debía
cumplirla y tampoco se litigó respecto de las otras medidas impuestas (...) se ha dispuesto como
nueve fecha de lectura de sentencia las quince horas y treinta minutos del día veintiocho de
agosto del presente año." (Mayúsculas omitidas) (Sic).

2. Por oficio número 3211-1 de fecha 28/8/2013, el juzgado de sentencia indicado remitió
certificación de la sentencia condenatoria emitida en contra de la favorecida, de fecha veintidós
de ese mes y año.
3. A través de oficio 3224-1 de fecha 29/8/2013, envió certificación del acta de lectura de
la sentencia y advierte que posteriormente se remitiría la notificación personal efectuada a la
señora Chávez Ramírez en el centro penal en el que se encuentra detenida. En cumplimiento a
ello, mediante oficio sin número de la misma fecha, se remitió el documento aludido.

IV. En este estado, debe acotarse que a partir del día 1/1/2011 entró en vigencia el
Código Procesal Penal aprobado por Decreto Legislativo No. 733, de fecha 22/10/2008, el cual
derogó el Código Procesal Penal aprobado en 1996; por ello esta sala, para efectos de determinar
si han existido las vulneraciones constitucionales reclamadas por el solicitante, se servirá de la
citada normativa derogada —entre otras—, en atención a que el proceso penal en el cual se alega
ocurrieron tales transgresiones, inició antes de la entrada en vigencia de la actual normativa
procesal penal.

V. De lo propuesto en la solicitud de este proceso constitucional el reclamo se


fundamenta en: 1) que no se ha notificado la sentencia definitiva en contra del favorecido, lo
que le ha impedido acceder a los recursos legalmente dispuestos para impugnarla; y 2) que la
detención provisional ha excedido el plazo máximo legalmente dispuesto para su
mantenimiento.

Para analizar los reclamos en el orden mencionado, debe hacerse una relación de lo que la
jurisprudencia constitucional ha dispuesto en el estudio de dichas temáticas (A); para luego,
indicar los pasajes pertinentes del proceso penal incorporados a este expediente (B); y
finalmente, hacer el análisis constitucional que permita determinar la procedencia o no de los
aspectos alegados por el solicitante (C).

VI. 1. A. En cuanto al primero de los reclamos planteados relativo a la falta de


redacción y consecuente notificación de la sentencia definitiva, la jurisprudencia de este tribunal
ha indicado que en el control constitucional sobre las dilaciones producidas en el trámite de un
proceso penal no constituye parte de su competencia verificar el mero incumplimiento de los
plazos dispuestos por el legislador en un proceso penal; sin embargo, esta sala sí está habilitada
para conocer de vulneraciones constitucionales que pueden producirse justamente en razón de la
dilación que acontezca en el mencionado proceso, siempre que puedan tener incidencia en el
derecho de libertad personal objeto de tutela del hábeas corpus. La exigencia de ser juzgado en
un plazo razonable, sin dilaciones indebidas, además de tener sustento en la Constitución se
encuentra reconocida en los artículos 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
Asimismo, en relación con el derecho a los recursos, se ha determinado que es una
categoría jurídica constitucional de naturaleza procesal, que si bien, esencialmente, dimana de la
ley, también se ve constitucionalmente protegida en tanto constituye una facultad de los
gobernados para que de manera efectiva se alcance una real protección jurisdiccional, tal como lo
exige el artículo 2 de la Constitución.
Es así que esta disposición reconoce, entre otros, el derecho a la protección jurisdiccional,
el cual se ha instaurado con la esencial finalidad de permitir la eficacia de las categorías jurídicas
subjetivas integrantes del ámbito de protección de la persona, al permitirle reclamar válidamente
frente a actos particulares y estatales que atenten contra los derechos fundamentales —ver
resoluciones de HC 54-2011 y 99-2010, de fechas 18/4/2012 y 20/8/2010—.
Finalmente, se ha sostenido que la competencia de esta sala para conocer de casos como
el presente, viene dada por el derecho fundamental involucrado de manera inmediata ante la
alegada falta de notificación de la sentencia definitiva condenatoria y la consecuente
imposibilidad de disponer la impugnación mediante los recursos pertinentes, en tanto que uno de
los efectos que pueden generarse al recurrir una sentencia es, precisamente, la puesta en libertad
de un procesado; por lo que el reconocimiento de vulneración constitucional no implicaría como
efecto la restitución del derecho de libertad personal del favorecido, pues este tipo de
pronunciamiento lo que posibilita es que la autoridad judicial correspondiente lleve a cabo la
notificación de la sentencia para que dicha actividad habilite el planteamiento de los recursos que
establece el Código Procesal Penal, con la viabilidad de lograr, según pudiese llegarse a decidir
en sede penal, la puesta en libertad de la persona; es decir, que la abstención del acto de
notificación supone una afectación constitucional que al acontecer, tiene como efecto ordenar a la
autoridad demandada verifique la diligencia que permita ejercer el derecho a recurrir —v. gr.
resolución de HC 4-2011 de fecha 14/10/2011—.
B. Establecida la jurisprudencia constitucional que sirve de soporte para el análisis a
efectuar, corresponde ahora resolver el reclamo de la solicitante y, para ello, es necesario hacer
referencia al artículo 358 del Código Procesal Penal derogado, relativo a la redacción y lectura de
la sentencia definitiva. El mismo dispone, en lo pertinente, que la sentencia será redactada y leída
inmediatamente después de la deliberación del tribunal, excepto cuando por lo complejo del
asunto o lo avanzado de la hora, tales actuaciones deban diferirse, en cuyo caso se señalará fecha
para su lectura integral dentro de los cinco días posteriores al pronunciamiento del fallo, en este
último momento las partes quedarán notificadas de la sentencia.

Por su parte, el artículo 423 del mismo cuerpo de leyes establece el plazo de interposición
del recurso de casación, instituyendo diez días contados a partir de la notificación de la
resolución a impugnar. Además, el artículo 430 del referido código, determina uno de los efectos
que podrían derivarse de la resolución de dicho recurso, cuando es favorable para un imputado, es
decir su puesta en libertad.

Delimitado lo anterior, de acuerdo a la certificación de los pasajes del proceso penal


incorporados a este hábeas corpus, se tiene:
Acta de audiencia de vista pública celebrada en el Juzgado Especializada de Sentencia
"A" de San Salvador el día 27/2/2012, en la que se emitió un fallo condenatorio en contra de la
señora Chávez Ramírez por el delito atribuido.
Acta de audiencia especial de revisión de medidas del 10/4/2013, en la que se ordenó la
sustitución de la detención provisional en virtud de haberse excedido el plazo legalmente
dispuesto para su mantenimiento y se ordenó su sustitución por otras medidas entre ellas una
caución económica "que asciende a cinco mil dólares de los Estados Unidos de América, las
cuales en caso de no hacerlas efectivas deberán acreditar su imposibilidad para la mutación de
dicha medida"
Sentencia definitiva de fecha 22/8/2013, mediante la cual se condena a la favorecida por
el delito atribuido y acta de notificación de la referida resolución, de fecha 29/8/2013, efectuada a
dicha procesada en el Centro de Readaptación para Mujeres, Ilopango.
C. A partir de tales datos se considera que el Juzgado Especializado de Sentencia "A" de
esta ciudad llevó a cabo la vista pública el 27/2/2012, sin que hasta la fecha de la solicitud de este
hábeas corpus —25/6/2013— se hubiera emitido la correspondiente sentencia definitiva.
La autoridad demandada ha señalado una serie de razones por las cuales, a su juicio,
resulta justificable la omisión de redacción de dicho documento durante ese tiempo. En cuanto a
ello, esta sala, de manera consistente, ha indicado que si bien no todo retraso en el trámite de un
proceso penal genera una afectación al derecho a la protección jurisdiccional de los justiciables,
uno de los aspectos a analizar es la actitud del juez o tribunal, referida a si las dilaciones en el
proceso obedecen a la inactividad del órgano judicial, que sin causa de justificación, dejó
transcurrir el tiempo sin emitir la decisión correspondiente para conceder la satisfacción real y
práctica de las pretensiones de las partes. En el presente caso, es este el elemento a examinar, en
razón de lo informado por la autoridad judicial, es decir, verificar si la justificación dada por esta,
tiene la entidad suficiente para considerar que su actitud frente al proceso no ha generado una
dilación indebida.
Para ello, es claro que es común en la actividad judicial encontrar carencias estructurales
que determinan los tiempos utilizados en la tramitación de los procesos penales, sumado al
elevado volumen de trabajo que soportan en muchos casos, las que al acontecer deben llevar a la
autoridad judicial a realizar las gestiones administrativas que correspondan para superar tales
situaciones. Ahora bien, la contraparte de estas limitaciones es el deber de responder, de manera
oportuna, al trámite legal dispuesto para las distintas etapas del proceso.
En ese sentido, desde la fecha de celebración de la vista pública —27/2/2012— hasta la
presentación de la solicitud de este hábeas corpus —25/6/2013— transcurrieron más de quince
meses sin que se redactara el documento aludido, a ello debe adicionarse el tiempo transcurrido
hasta la fecha de redacción del mismo, el 22/8/2013 y su notificación a la favorecida el día 29 del
mismo mes; con lo cual, en total transcurrieron más de diecisiete meses sin que se hubiese
habilitado el uso de los recursos legalmente dispuestos para impugnar la decisión adoptada.
Con esos datos, es posible arribar a la conclusión que someter a la imputada a esperar ese
tiempo para conocer los fundamentos de la sentencia emitida en su contra a efecto de determinar
la procedencia de impugnarla, haría nugatoria la obligación constitucional y legal que tiene toda
autoridad de dar trámite, de manera oportuna, a los procesos penales de los que conocen, sobre
todo, cuando la omisión se refiera a una decisión de la que es necesario conocer sus fundamentos
para ejercer los mecanismos de impugnación respectivos.
Cabe añadir que la sentencia es redactada por el juez o tribunal con posterioridad a
realizar un análisis de los hechos y de la prueba y después de emitir su fallo de forma verbal en la
vista pública, es decir que la misma implica plasmar por escrito, cumpliendo las exigencias de la
motivación de las resoluciones judiciales, lo discutido en el juicio y el resultado de un estudio que
ha efectuado previamente, ya sea durante la deliberación con los otros miembros del tribunal, si
se trata de un colegiado o, individualmente, en caso de sedes unipersonales, como en el caso en
análisis.
No es pues la elaboración de la sentencia una actividad que represente un análisis distinto
al ya efectuado para emitir el fallo condenatorio o absolutorio, sino que precisamente es la
materialización en un documento de las valoraciones respecto a los argumentos y elementos
probatorios conocidos en el juicio.
Entonces, su redacción implica el traslado a un documento de las razones por las cuales la
autoridad judicial llegó al convencimiento de la responsabilidad penal de la persona imputada o
de su absolución.
Con lo anterior, queda determinado que el Juzgado Especializado de Sentencia "A" de
San Salvador, incurrió en una actuación desproporcional con relación a la índole del acto que
estaba pendiente de realizar, es decir la elaboración de la sentencia y su correspondiente
notificación, vulnerando con ello el derecho a recurrir en detrimento del derecho de libertad física
de la favorecida, en tanto que la dilación en emitir por escrito la sentencia respectiva y su
consecuente notificación a las partes, mantuvo a la incoada en una situación de incertidumbre e
inseguridad jurídica.

Por tanto, el derecho a la protección jurisdiccional relacionado con el de un proceso sin


dilaciones indebidas es el que debe marcar los tiempos que están obligados a observar los
tribunales en la resolución de los asuntos de su conocimiento, no lo contrario. Consecuentemente,
se debe estimar este aspecto de la pretensión propuesta por la solicitante, al haber acontecido una
dilación indebida que obstaculizó el uso de los recursos legalmente dispuestos para impugnar la
sentencia condenatoria.

VII. 2.A. Para el análisis de lo propuesto referido al exceso en el plazo máximo legal de la
detención provisional, hemos de exponer los fundamentos jurisprudenciales que darán base a la
decisión a tomar, y al respecto se tiene:

a. Este tribunal, a través de la jurisprudencia dictada en materia de hábeas corpus ha


determinado parámetros generales que orientan la determinación de la duración de la detención
provisional, y ha establecido que esta: a) no puede permanecer más allá del tiempo que sea
necesario para alcanzar los fines que con ella se pretenden; b) no puede mantenerse cuando el
proceso penal para el que se pronunció ha finalizado y c) nunca podrá sobrepasar la duración de
la pena de prisión señalada por el legislador para el delito atribuido al imputado y que se estima,
en principio, es la que podría imponerse a este; d) tampoco es posible que esta se mantenga una
vez superado el límite máximo temporal que regula la ley, que en el caso del ordenamiento
jurídico salvadoreño es además improrrogable, por así haberlo decidido el legislador al no
establecer posibilidad alguna de prolongación (ver resoluciones HC 145-2008R, 75-2010 y 7-
2010, de fechas 28/10/2009, 27/7/2011 y 18/5/2011, entre otras).
b. También es de hacer referencia, en síntesis, a los aspectos que esta sala ha tenido
oportunidad de desarrollar en diversas resoluciones, entre ellas los HC 30-2008, de fecha
22/12/2008, y 259-2009, de fecha 17/9/2010, en las que se sostuvo que para determinar la
duración de la medida cautelar de detención provisional debía acudirse a lo dispuesto en el
artículo 6 del Código Procesal Penal derogado, que dispone los límites temporales máximos de la
misma: 12 y 24 meses, para delitos menos graves y graves, respectivamente. Lo anterior sin
perjuicio de que, de conformidad con la posible pena a imponer y tomando en cuenta las reglas
relativas a la suspensión de la pena o a la libertad condicional, la duración de la detención
provisional al final no lleve a cumplir tales límites máximos, casos en los que se deberá respetar
la regla de cesación de la detención provisional contenida en el artículo 297 número 2 del código
mencionado.

Asimismo se indicó que dicho tiempo máximo estaba regulado para la detención
provisional durante todo el proceso penal, es decir desde su inicio hasta su finalización, con la
emisión de una sentencia firme (sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del
caso López Álvarez contra Honduras, de 1/2/2006) y que la autoridad responsable de controlar la
medida cautelar —con facultades, por lo tanto, de sustituirla por otras cuando se exceda el
aludido límite máximo y de revisarla periódicamente, ya sea de oficio cada tres meses o a
solicitud de parte, según los parámetros establecidos en la ley, de conformidad con el artículo 307
del Código Procesal Penal derogado—, es el tribunal a cuyo cargo se encuentra el proceso penal
(respecto a la obligación de revisión periódica véase resolución HC 152-2008, de fecha
6/10/2010).

La superación del límite máximo de detención dispuesto en la ley, en inobservancia del


principio de legalidad reconocido en el articulo 15 y, específicamente en relación con las
restricciones de libertad, en el artículo 13, genera una vulneración a la presunción de inocencia,
artículo 12, y a la libertad física, artículo 2 en relación con el 11, todas disposiciones de la
Constitución. Dicho criterio jurisprudencial ha sido reiterado en diversas resoluciones emitidas
por esta sala, entre ellas la sentencia HC 59-2009 de 13/4/2011.

c. Los parámetros que debe atender la autoridad correspondiente para enjuiciar la


constitucionalidad de la duración de la medida cautelar más grave que reconoce la legislación, no
solamente están dispuestos en nuestra Constitución y en la ley, sino también son exigencias
derivadas de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, tratado internacional suscrito y
ratificado por El Salvador, a las cuales se ha referido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, que ha ido construyendo paulatinamente un estándar al que se asimila el que ha tenido
desarrollo en la jurisprudencia constitucional salvadoreña, en materia de hábeas corpus.
Dicho tribunal regional ha establecido, en síntesis, que: a) existe una obligación estatal de
no restringir la libertad del detenido más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar
que no impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la
justicia; b) nadie puede ser privado de libertad sino de acuerdo a lo dispuesto en la ley; c) debe
garantizarse el derecho de la persona a ser juzgada en un plazo razonable o a ser puesta en
libertad, en cuyo caso el Estado podrá limitar la libertad del imputado por otras medidas menos
lesivas que aseguren su comparecencia al juicio, distintas a la privación mediante
encarcelamiento —derecho que a su vez obliga a los tribunales a tramitar con mayor diligencia y
prontitud los procesos penales en lo que el acusado esté detenido—; y finalmente, que cuando la
ley establece un límite máximo legal de detención provisional, luego de él no puede continuar
privándose de libertad al imputado — sentencias de los casos Suárez Rosero contra Ecuador, de
12/11/1997, Instituto de Reeducación del Menor contra Paraguay, de 2/9/2004, y Bayarri contra
Argentina, de 30/10/2008—.

d. Es preciso también señalar que no obstante el mantenimiento de una medida cautelar


privativa de libertad como la detención provisional resulte en contra de lo dispuesto en la
Constitución, por haberse excedido el límite máximo regulado en la legislación aplicable, ello no
implica —como la misma Corte Interamericana de Derechos Humanos lo ha reconocido
expresamente según se indicó en el apartado precedente— que haya imposibilidad de decretar, de
así estimarse procedente, cualquier otra medida diferente a la objetada, que permita asegurar los
fines del proceso penal, pues el juzgamiento debe continuar y con ello es indudable que subsiste
la necesidad de seguir garantizando la finalización del mismo y el efectivo cumplimiento de la
decisión final que se dicte.

Por lo que, no obstante la detención provisional, en el caso de haber excedido el límite


legal máximo dispuesto para su mantenimiento, pierda su naturaleza cautelar o de aseguramiento
del resultado del proceso, la autoridad judicial sigue encargada de garantizar a través de un
mecanismo diferente, es decir a través de otro u otros de los medios de coerción dispuestos en la
ley, el debido equilibrio que debe existir entre los intereses contrapuestos que se generan en el
seno de un proceso penal -es decir, entre la libertad del imputado y la necesidad de garantizar el
éxito del procesamiento-.
B. Expresados los fundamentos jurisprudenciales base de esta resolución ha de pasarse al
estudio del caso propuesto referido al supuesto exceso del límite máximo de la detención
provisional en el que se encontraba la ahora favorecida en el momento de la presentación de su
solicitud de hábeas corpus.
Respecto a ello, a partir de la certificación del expediente penal remitida a esta sala, se
puede constatar lo siguiente:
A la señora Yesi Carolina Chávez Ramírez se le decretó detención provisional en
audiencia especial de imposición de medida cautelar celebrada en el Juzgado Especializado de
Instrucción de San Salvador el día 17/8/2010. Dicha medida cautelar se mantuvo hasta la
audiencia de vista pública celebrada el día 27/2/2012, la cual ha continuado hasta la fecha de
notificación a la favorecida de la sentencia definitiva el día 29/8/2013.
3. Relacionado lo que precede y tomando en cuenta lo establecido en el artículo 6 del
Código Procesal Penal derogado, se tiene que el límite máximo de detención provisional, para el
caso en concreto, ha debido ser de veinticuatro meses en razón del delito atribuido —secuestro—.
De manera que, desde que se decretó e inició el cumplimiento de la detención provisional —
17/8/2010— hasta el momento de solicitud de este hábeas corpus —25/6/2013— la beneficiada
cumplía en detención provisional más de treinta y tres meses. Es decir, cuando se promovió el
presente proceso, la favorecida había permanecido detenida provisionalmente un tiempo superior
al límite legal que se ha hecho alusión.
A ese tiempo debe agregarse el transcurrido hasta la emisión de esta decisión ya que si
bien se informó que el día 29/8/2013, se notificó la sentencia definitiva a la imputada, la
autoridad demandada no ha indicado si a esta fecha se ha hecho uso de los recursos legalmente
dispuestos para impugnarla, o si se ha declarado firme la condena impuesta; y si bien, tal como se
ha relacionado en líneas previas, la autoridad demandada al advertir que la detención provisional
impuesta a la señora Chávez Ramírez había excedido el plazo legal máximo, celebró audiencia
especial de revisión de medidas y ordenó la sustitución de la misma; dicha orden no fue
materializada en razón de que no consta que la imputada haya cumplido con la rendición de una
caución económica que fue determinada como condicionante para la aplicación de las restantes
medidas decididas en dicha diligencia.
Sobre este aspecto, se considera que, tal como de manera consistente lo ha reconocido la
jurisprudencia de esta sala, es el juez que conoce del proceso penal el encargado de fijar las
medidas cautelares que permitan garantizar la presencia del imputado durante el trámite de aquel
así como su resultado; sin embargo, frente a la determinación de la existencia de exceso en el
límite máximo legal de la medida cautelar de detención provisional debe hacerla cesar de
inmediato y establecer dentro de las alternativas legalmente dispuestas la o las medidas que
corresponderá aplicar al imputado para cumplir con los fines indicados.
En ese sentido, la atribución del juez penal de aplicar cualquiera de las medidas prescritas
dentro del catálogo contenido en la legislación procesal penal aplicable, no implica que pueda
aplicarse una de cuyo cumplimiento se haga depender el cese de la detención provisional cuando
esta ha rebasado los límites legales y, por tanto, se haya vuelto inconstitucional, ya que para
considerar que se ha reparado la vulneración constitucional que representa mantener a una
persona cumpliendo detención un tiempo superior al legalmente establecido, se debe garantizar
que efectivamente la condición del imputado respecto de su libertad sea modificada —ver
resolución de HC 175-2012 de fecha 31/10/2012—.
Por tanto, al haberse establecido el exceso temporal de la medida cautelar mencionada, a
partir de los criterios fijados por esta sala en atención a la norma que los regula —artículo 6 del
Código Procesal Penal derogado—, se colige que la orden de restricción devino ilegal, habiendo
transgredido en consecuencia el derecho fundamental de libertad física de la favorecida.

VIII. En razón de lo expuesto, es preciso determinar los efectos del presente


pronunciamiento.
1. En cuanto a la redacción y notificación de la sentencia definitiva, tal como se ha
referido en líneas previas, se ha informado y remitido a este tribunal los datos que permiten
concluir que ya se efectuó la comunicación de dicha decisión, por lo que el efecto dispuesto para
este tipo de vulneraciones constitucionales —la orden de proceder a la notificación de la
sentencia- ya se ha cumplido en este caso.
2. En relación con la detención provisional que mantiene la favorecida, tal restricción a su
derecho de libertad, a partir de la medida cautelar objeto de control en este proceso, como se ha
dispuesto en considerandos precedentes, una vez superado el término máximo determinado en la
ley, se volvió inconstitucional de manera que en tales condiciones, no puede continuar surtiendo
efectos.
Sin embargo, debe recordarse que la detención provisional no es el único mecanismo
procesal regulado en la ley para asegurar la comparecencia de un procesado y las resultas del
proceso penal. Asimismo que, mientras no exista una decisión definitiva sobre la responsabilidad
criminal de un imputado, la necesidad de resguardar el aludido fin se mantiene, pues el proceso
continúa en desarrollo.
En coherencia con lo dicho, es necesario que la autoridad demandada, al recibo de esta
resolución disponga, de manera inmediata, lo relativo a la condición en que la imputada
enfrentará el proceso penal en su contra en tanto adquiera firmeza su sentencia, a través de
cualquiera de las otras medidas cautelares distintas a la detención provisional dispuestas en el
ordenamiento jurídico, una vez establecidas las razones que las justifiquen.
En ese sentido, el reconocimiento realizado por esta sala únicamente puede generar la
cesación de la restricción al derecho de libertad física que actualmente padece la beneficiada y
sometida a control, pues es la consecuencia natural de la expiración del plazo legal señalado para
ello, lo que implica que, en procura de los otros intereses en juego en el proceso penal, la
autoridad judicial competente está obligada a analizar la adopción de alguna o algunas de las
otras medidas cautelares señaladas en la ley —como se dijo, diversas a la declarada
inconstitucional, que permitan proteger el eficaz resultado del proceso penal correspondiente—.

En relación con ello, debe indicarse que, como está determinado en la legislación procesal
penal aplicable y se ha reconocido en jurisprudencia de este tribunal, es atribución de las
autoridades penales —y no de este tribunal, con competencia constitucional— emitir, a partir de
la valoración de los elementos que obran en el proceso que está a su cargo, las decisiones
correspondientes que aseguren las resultas del mismo y la vinculación del imputado a dicho
proceso. Lo anterior, de ser procedente, a través de las medidas cautelares dispuestas por el
ordenamiento jurídico respectivo.
Además debe señalarse que cualquier otra restricción al derecho de libertad personal que
enfrente la beneficiada no deberá verse modificada por esta decisión, en tanto lo controlado en
esta sede y reconocido inconstitucional es la medida cautelar de detención provisional decretada
por el delito de secuestro, proceso penal del cual conoce el Juzgado Especializado de Sentencia
"A" de San Salvador.
Finalmente es de manifestar que, en virtud de que la promoción y trámite del proceso
constitucional de hábeas corpus no suspende el proceso penal en el cual se alega ha acontecido la
vulneración constitucional reclamada, es inevitable el avance de este último y con ello la emisión
de diversas resoluciones, algunas de las cuales pueden haber incidido modificando la condición
jurídica de la imputada en cuanto a su libertad. De tal forma que, es obligación de la autoridad a
cuyo cargo se encuentre el proceso penal determinar si el acto de restricción declarado
inconstitucional y que por lo tanto debe cesar —la medida cautelar de detención provisional— es
el mismo que se encuentra cumpliendo la favorecida, pues de lo contrario su situación no podrá
verse modificada por esta decisión.
Por todo lo anteriormente expuesto y de conformidad con los artículos 2 inciso 1°, 11
inciso 2° 12, 13, 15 de la Constitución; 7 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos;
9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; 65 y 71 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales; esta sala RESUELVE:
1- Declárase ha lugar al hábeas corpus promovido a su favor por la señora Yesi Carolina
Chávez Ramírez, por haberse vulnerado sus derechos de defensa y a recurrir, al haber omitido la
redacción y notificación de la sentencia condenatoria emitida en su contra en un plazo razonable;
y por haber existido inobservancia del principio de legalidad y vulneración al derecho a la
presunción de inocencia, debido al exceso del plazo legalmente dispuesto para el mantenimiento
de la medida cautelar de detención provisional; ambas circunstancias con incidencia en su
derecho de libertad personal; todo ello, por parte del Juzgado Especializado de Sentencia "A" de
San Salvador.
2- Ordénase a la autoridad judicial demandada que, de manera inmediata, disponga la
condición jurídica en la que la favorecida enfrentará el proceso penal en su contra, a efecto de
garantizar los fines del mismo. Lo anterior en caso de que la condena que le fue impuesta no haya
adquirido firmeza al recibo de este pronunciamiento.

3- Notifíquese a la favorecida a través del procedimiento fijado en este expediente. De


existir alguna circunstancia que imposibilite ejecutar dicho acto a través del aludido medio, se
autoriza a la secretaria de este tribunal para que realice todas las gestiones pertinentes para
notificar la presente resolución por cualquiera de los otros mecanismos dispuestos en la
legislación procesal aplicable, debiendo efectuar las diligencias necesarias en cualquiera de ellos
para cumplir tal fin, inclusive, a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimientos
respectivos.

4- Archívese

F. MELENDEZ-----------J. B. JAIME-----------E. S BLANCO R.-----------R. E. GONZALEZ


-------G. A. ALVAREZ----------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS
QUE LA SUSCRIBEN.--------E. SOCORRO C.-----------SRIA.--------RUBRICADAS.

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