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I. Introducción.
II. Características de los derechos altomedievales.
III. La persistencia del Derecho visigodo durante la Alta Edad Media.
IV. El Derecho señorial y el Derecho municipal.
Los anteriores epígrafes se han visto en clase.
Las primeras manifestaciones de Derecho regio de carácter legal las encontramos en los
llamados Fueros de León de 1017 de Alfonso V.
Durante la época visigoda, la Iglesia consiguió ejercer una poderosa influencia en los
ámbitos político y jurídico, sobre todo a través de los concilios de Toledo.
Las Iglesias que surgieron en los distintos reinos cristianos de la Península mantuvieron
escasas relaciones con Roma. Esta circunstancia favoreció la aparición de un cierto “nacionalismo”
canónico. A medida que las relaciones con Roma se enfriaban se iban fortaleciendo los vínculos
entre la Iglesia y la monarquía. Como señalaba Sánchez Albornoz, “existió una recíproca
interferencia jurídica y fáctica y un juego de claudicaciones recíprocas entre el rey y la Iglesia”. En
el mismo sentido se pronunció García-Gallo, que afirmaba que “el Derecho canónico de estos siglos
se secularizó al tiempo que el Derecho secular se cristianizaba”. Prueba de ello es que, por ejemplo,
en el reino astur-leonés, el rey nombraba a los obispos y creaba o suprimía sedes eclesiásticas.
En esta época la fragmentación jurídica no sólo afectó al ámbito secular, también incidió en
el ámbito canónico, surgiendo un Derecho canónico en cada reino cristiano. A pesar de la
diversidad, existieron unas características comunes a todas los reinos cristianos.
Durante la época visigoda, el Derecho canónico tenía dos esenciales fuentes de creación: las
disposiciones pontificias y los cánones conciliares (disposiciones de los concilios eclesiásticos).
Por otra parte, la tradición jurídica visigoda, representada por la Hispana, permaneció en los
siglos altomedievales, como sucedió con el Liber, en la esfera secular.
También en esta etapa, aparecieron y se difundieron los llamados Libros penitenciales. Estos
textos, procedentes de Irlanda, eran catálogos de pecados y faltas con su correspondiente sanción o
penitencia. Se trataba de una especie de manuales para confesores, en los que existían una obsesiva
preocupación por castigar los pecados de índole sexual.
b) El Derecho canónico surgido a partir del siglo XI.
Tras el año 1000, la situación del Derecho canónico comenzó a modificarse. En el siglo XI
se difundió la denominada Reforma cluniacense (del monasterio de Cluny) por toda Europa y
también por los reinos cristianos peninsulares. La reforma pretendía esencialmente separar a la
Iglesia de lo temporal, evitándose, así, que los seglares se ocupasen de asuntos eclesiásticos y al
revés. Por ejemplo, debía acabarse con los nombramientos de obispos por parte de los emperadores.
A fines del siglo XI, subió al trono Pontificio Gregorio VII, que era cluniacense. Llevó a
cabo una política centralizadora y reformista que tenía dos finalidades esenciales: