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Franco Ledesma, Lingüística y gramática II (MMXXIII)

Proposiciones subordinadas

Antes que nada, hay dos conceptos sustanciales que hay que dominar: la oración matriz y la
proposición subordinada.

Por un lado, la oración matriz es una unidad semántica dotada de independencia sintáctica.
Esto es, puede entenderse dentro del contexto lingüístico. Véase el siguiente ejemplo:

[Yo] No quisiera que te vayas.

En este ejemplo, la oración matriz son todos los constituyentes remarcados, incluyendo el
sujeto oracional, el cual puede recuperarse a través del pronombre personal “yo”.

Por otro lado, la proposición subordinada es tan solo un modificador más de la oración
matriz, pero a diferencia de otros modificadores, esta se compone con sus propias estructuras
internas, sujeto oracional expreso, tácito, predicado verbal, nominal, impersonal, etcétera. Sin
embargo, las proposiciones subordinadas no tienen sentido e independencia sintáctica por sí
mismas. Debido a esto, la gramática moderna las llama “proposiciones” y no “oraciones” o
“suboraciones”. Además, un rasgo que demuestra esta unión entre la oración principal y su
modificador, que es la subordinada, es su encabezador.

[Yo] No quisiera que te vayas. I

En el caso presentado, la proposición es “que te vayas”, pues es aquel elemento sin


independencia sintáctica y semántica alguna, cuya función es modificar el núcleo predicativo
“quisiera” de la oración matriz. Además, tiene un encabezador que une la proposición con la
oración matriz, “que”.

Hay muchos tipos de proposiciones subordinadas. El caso presentado es una subordinada


sustantiva con función de complemento directo, pero no todas sustantivas, no todas modifican
el núcleo verbal del predicado y tampoco funcionan sintácticamente como complementos
directos.

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