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INSTITUTO: ISFDyT N° 42 “Leopoldo Marechal”

CARRERA: Profesorado de Lengua y Literatura (N° 1862/17)


MATERIA: Historia y Política de la Educación Argentina
PROFESOR: Berón, Marcelo
ALUMNO: Ledesma, Franco
DNI: 45574906
CURSO: Segundo
TURNO: Mañana
CICLO LECTIVO: 2023

Parcial n°1 de Historia y Política de la Educación Argentina


1. ¿En qué consistió el paso de la Edad Media a la Modernidad en la historia de
Occidente? Mencione algunas características.
2. La autora Rosa Balvedresi, en el capítulo 1 de Introducción a la Filosofía de la
Historia (2018), sostiene que, según R. Koselleck, hubo en la Modernidad una
modificación conceptual en el término "historia", ¿podría explicar de qué se trata y
qué implicancias tuvo?
3. ¿Qué se quiere explicar cuando nos referimos a "filosofía sustantiva o especulativa de
la historia"?
4. Kant, Hegel y Marx tuvieron una concepción sustantiva de la historia. Elija uno de
ellos y comente en qué consistió su filosofía.
5. ¿El hecho de que Domingo F. Sarmiento posibilitara la incorporación de maestras
normales en Argentina a qué fenómeno de la modernidad está respondiendo?
6. Del texto del autor Moro Abadía: ¿En qué consiste el debate de presentismo vs.
antipresentismo" a la hora de mirar el pasado histórico? ¿Podría poner un ejemplo en
la historia de la disciplina que usted estudia?

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1. La transición que hubo de la Edad Media (tardía) a la Modernidad comprende varias


modificaciones en los órdenes políticos, sociales y culturales de la sociedad
occidental. En este apartado me concentraré principalmente en su filosofía de la
historia: A nivel general, en este periodo se creía que nuestra sociedad se acentuaba
en un origen (creatio ex nihilo), y que tarde o temprano tendría un fin, siendo el Juicio
Universal, o Día del Juicio. Durante este proceso, la Divina Providencia sería aquella
entidad que gobernaría sobre la Tierra, guiando y protegiendo a la humanidad. Esta
forma teológica de ver la historia cayó en desuso durante la Edad Moderna, hacia el
Renacimiento (s. XV-XVI) donde el teocentrismo, creer en Dios como aspecto central
de la existencia, fue desplazado por el androcentrismo, que supone al hombre como
aspecto central de la existencia. Sin embargo, fue durante el «siglo de las luces» (s.
XVIII) con el surgimiento del racionalismo donde finalmente se emancipa a la
religión como forma de entender al mundo, poniendo en su lugar a la razón. El
movimiento de la ilustración, que sostenía aquella postura, sostiene que la única
forma de combatir la ignorancia es mediante las luces del conocimiento, de ahí el
nombre de ese siglo. Ya a finales del siglo XIX, el filósofo francés Augusto Comte
(1798-1857) formuló la doctrina filosófica del positivismo, en esta postulaba a la
ciencia como la forma de entender y ordenar al mundo. Era mediante el progreso que
avanzábamos en la historia, pues conocíamos el pasado para perfeccionar el futuro, y
el desarrollo científico suponía orientar el proyecto de la humanidad a un lugar mejor.
Esta nueva visión de comprender la historia se mantendría hasta la primera mitad del
siglo XX, tras la Segunda Guerra Mundial.

A modo de resumen, la visión teocéntrica y teológica de ver la historia de la Edad


Media fue sustituida por nuevas visiones de comprender la historia en la Modernidad,
que en contraposición, hacia el siglo XIX la concepción de Divina Providencia quedó
ocupada por el progreso.

2. Rosa Balvedresi sostiene que, según R. Koselleck, en la lengua alemana hubo un


cambio lingüístico en el término "historia" (historie) hacia el siglo XVIII,
reemplazado por geschichte. Este cambio de terminología estuvo asociado a una
modificación del concepto de historia. Mientras que "Historie" se refería al relato de
sucesos pasados como ejemplos para la enseñanza de la clase dominante (como
nobles, reyes, emperadores, etc), "Geschichte" abarcaría aspectos más amplios de la
conexión entre acontecimientos y su ubicación en un contexto de sentido. La
experiencia histórica en la Modernidad se basa en la idea de que el futuro ya no será
idéntico al pasado. Esta experiencia novedosa se fundamenta en la confirmación de
que el futuro es radicalmente nuevo y no puede ser conjeturado de lo sucedido
anteriormente. Se genera así un nuevo tiempo histórico, distinto al pensamiento
cíclico de los griegos y al enfoque lineal de la Edad Media. El tiempo histórico se
caracteriza por la aceleración, la incertidumbre y la autonomía del futuro en relación
con el pasado. El cambio en la experiencia histórica lleva a la aparición de una
filosofía de la historia que intenta proveer elementos para reducir la incertidumbre.
Aunque el futuro sea impredecible, los actores históricos actúan con la esperanza de
que el porvenir sea mejor, basándose en la interpretación filosófica del pasado. La
Revolución Francesa (1789-1799) es un evento clave que destruye la ejemplaridad del
pasado y marca un quiebre en la conciencia histórica europea. Paralelamente al
desarrollo de la filosofía de la historia, se consolida la historia como ciencia. Existe
una relación tensa entre ambas, ya que los historiadores de la época carecen de ideas
filosóficas en sus relatos historiográficos. La consolidación del término geschichte
como un colectivo singular aglutina las historias individuales en su conexión
intrínseca, lo que lleva a la idea de que la historia mundial expresa un conjunto de
relaciones y un plan oculto o patente.

3. Se puede entender por filosofía especulativa o sustantiva de la historia a diversas


corrientes de pensadores que comparten una visión de la historia, dándole un sentido
de finalidad. Ejemplos de filosofías sustantivas de la historia pueden ser la kantiana,
la hegeliana o la marxista.

4. La filosofía sustantiva de la historia según Emmanuel Kant se centra en la idea de que


la historia humana tiene un propósito o fin último, busca encontrar un sentido y una
dirección en la sucesión de eventos históricos, tratando de responder a la pregunta de
si hay un propósito teleológico en el desarrollo de la humanidad. Según Kant, la
historia tiene un propósito moral y se relaciona con el progreso hacia la libertad y el
desarrollo de la razón práctica. Él sostiene que, a lo largo de la historia, la humanidad
progresa gradualmente hacia una condición de mayor libertad y autodeterminación.
Este progreso moral se logra a través del conflicto y la lucha, ya que los desafíos y
obstáculos en la historia brindan oportunidades para que los individuos y las
sociedades desarrollen virtudes y adquieran sabiduría moral. Igualmente enfatiza la
importancia de la educación y la ilustración en el proceso histórico. Según él, el
conocimiento y la formación moral son fundamentales para el desarrollo de la
humanidad. La educación debe fomentar la autonomía y la capacidad de pensar
críticamente, lo que permitirá a las personas liberarse de la tutela y tomar decisiones
informadas y éticas.

5. El hecho de que Domingo F. Sarmiento posibilitara la incorporación de maestras


normales en Argentina respondía a un fenómeno de la modernidad relacionado con la
expansión de la educación y la profesionalización de la enseñanza, así como la
implementación del normalismo en la educación.

Durante la época de Sarmiento, a fines del siglo XIX, la República Argentina


experimentaba una serie de cambios y transformaciones sociales, políticas y culturales
en el contexto de la modernización. Uno de los aspectos centrales de la modernidad
era el énfasis en la educación como medio para el progreso social y el desarrollo
nacional. Sarmiento, como presidente de Argentina y quien defendía la educación
pública, se propuso promover la instrucción y la formación de maestros y maestras
como una manera de mejorar la sociedad y construir una un estado-nación moderno.
Un poco antes, en 1837, Horace Mann había fundado la primera Escuela Normal de
los Estados Unidos, llegando así el normalismo al continente americano. La
incorporación de maestras normales de EE. UU. a la República Argentina fue una
medida que buscaba abandonar el desactualizado sistema de educación colonial en
favor de profesionalizar la enseñanza y elevar su estatus con una pedagogía moderna,
introduciendo el normalismo en el país. A través de la formación académica
específica, Sarmiento buscaba asegurar que las maestras tuvieran los conocimientos y
las habilidades necesarias para educar a la población. Este fenómeno de
profesionalización de la enseñanza y la promoción de la educación como un pilar de
la modernidad se enmarcaba en los ideales de progreso, ilustración y desarrollo
humano que caracterizaron ese período histórico.

6. El debate entre el presentismo y el antipresentismo en el estudio del pasado histórico


se trata de la relación entre el presente del historiador y el pasado que está siendo
analizado. Por un lado, el presentismo significa la tendencia de interpretar el pasado
desde la perspectiva y los valores del presente, lo que puede llevar a juzgar o evaluar
el pasado a la luz de las ideas y conocimientos actuales. Por otro lado, el
antipresentismo busca evitar la influencia del presente en la interpretación del pasado
y argumenta que es necesario comprender el contexto histórico y las mentalidades de
la época para una comprensión adecuada.

Una postura presentista de la historia implica el riesgo de imponer nuestras categorías,


prejuicios y conceptos actuales al pasado, lo que puede distorsionar la comprensión de
las motivaciones, creencias y acciones de las personas en tiempos pasados. Al
interpretar el pasado desde la mirada del presente, se corre el riesgo de simplificar,
juzgar o condenar prácticas o ideas que eran comunes en ese momento pero que hoy
en día se consideran inaceptables o inmorales. En su lugar, la postura antipresentista
busca evitar estos sesgos y se esfuerza por comprender el pasado en sus propios
términos, sin juzgarlo desde la perspectiva actual. Aboga por un acercamiento más
contextual y empático hacia las sociedades pasadas, reconociendo que las creencias,
valores y circunstancias históricas eran diferentes de los actuales.

En el ámbito de la literatura, un ejemplo podría ser del pensador y escritor Tomás


Moro (1478-1535), quien publicó Libellus vere aureus, nec minus salutaris quam
festivus, de optimo reipublicae statu, deque nova insula Vtopi, en el año 1516. La obra
trata de una isla perfecta y sin conflictos llamada "Utopía" (del griego οὐ -no- y τόπος
-lugar), que contiene 54 ciudades con una distribución perfecta de 6,000 habitantes,
no existe la propiedad privada en Utopía, los bienes son almacenados y las personas
solicitan lo que necesitan. Tampoco hay cerraduras en las puertas de las casas, ya que
se rotan entre los ciudadanos cada diez años. A cada persona se le enseña a vivir en el
campo, cultivando durante dos años seguidos, con las mujeres haciendo el mismo
trabajo que los hombres. Paralelamente, todo ciudadano debe aprender al menos uno
de los otros oficios esenciales: tejido (principalmente realizado por las mujeres),
carpintería, orfebrería y albañilería. Hay una sencillez deliberada en los oficios, por
ejemplo, todas las personas usan el mismo tipo de ropa sencilla. Todos los ciudadanos
aptos deben trabajar, así se erradica el desempleo y se puede minimizar la duración de
la jornada laboral: La gente debe trabajar solo seis horas al día, aunque muchos están
dispuestos a trabajar más tiempo.

A pesar de que Utopía, de Tomás Moro narraba un modelo de vida ficticio y


completamente alejado a cualquier propuesta social-económica de algún tiempo
venidero, Eduard Bernstein (1850-1932), un político y teórico socialdemócrata
alemán, mencionó en su obra Las premisas del socialismo y las tareas de la
socialdemocracia (1899) que Utopía era un precursor del socialismo tras eliminar la
desigualdades económicas y proponer la abolición de la propiedad privada por sobre
la colectividad de los bienes. Además, Bernstein interpretó la obra de Moro como una
crítica al sistema capitalista en una búsqueda por una sociedad más justa y equitativa.
En resumen, se podría afirmar que este político alemán sostenía una visión presentista
de la historia, mirando este texto de forma subjetiva, bajo su postura marxista. Desde
la óptica antipresentista Tomás Moro había nacido a fines de la Edad Media, una
etapa de la historia donde no existía la corriente filosófica marxista y su definición del
capitalismo, era imposible que pudiera realizar su obra como una crítica a un sistema
cuatro siglo antes de que se tenga reconocimiento de este.

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