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PERSONA Y FAMILIA ROMANA GRADO EN DERECHO


DERECHO ROMANO PAULA PEQUEÑO

CAPÍTULO 2: LA PERSONA Y LA FAMILIA ROMANA


Persona
Persona o sujeto de derecho, es decir, titular de derechos y obligaciones es, en primer
lugar, el hombre libre; un postulado del derecho natural es que todos los hombres son libres y,
por tanto, personas, sujetos de derecho; pero este postulado no ha alcanzado su reconocimiento
total por el derecho hasta los tiempos modernos y concretamente en el Derecho romano no
todos los hombres eran libres: se distinguieron los hombres libres y los esclavos.
Hay que tener en cuenta además que sujeto del derecho lo es también el ente distinto del
hombre al que la ley reconoce capacidad jurídica.
De esta manera puede decirse que en Roma no toda persona era hombre, ni todo hombre
era persona, ya que existía la esclavitud y los esclavos carecían de capacidad jurídica, eran seres
humanos, pero no eran personas desde el punto de vista del derecho.
Clases de personas
Existen, tanto en el derecho romano como en el moderno, dos tipos de personas:
a) Personas individuales o físicas, es decir, el hombre; en la actualidad, todos los hombres;
en el Derecho romano, sólo los individuos humanos que reunieron ciertos requisitos –
libre, civis romanus y sui iuris-. En definitiva, para ser persona –al menos para serlo en
el derecho romano antiguo, ya que el rigor de esta exigencia se atenuó mucho con el
tiempo- el hombre debía ser libre, ciudadano y jefe de familia (paterfamilias).
b) Las organizaciones humanas –agrupaciones de personas o entes patrimoniales- a las que
la ley otorga capacidad jurídica.
La personalidad
La personalidad o capacidad jurídica del hombre, así como la de las organizaciones
humanas –personas jurídicas-, solo fue reconocida en época avanzada del Derecho romano. En
los primeros tiempos, no es suficiente, por si sola, la cualidad del hombre para otorgar la
capacidad. Sujeto de derecho únicamente es el paterfamilias, y dado que éste ha de ser libre,
ciudadano y sui iuris, la plenitud de la capacidad jurídica implica el concurso de tres
condiciones, como se ha dicho anteriormente: libertad, ciudadanía y no estar sometido a una
autoridad familias. De esta manera, la teoría de las personas físicas implica el examen del status
personarum, es decir, de la condición en que se encuentra una persona respecto de una
determinada situación –status-.
Conviene destacar asimismo que en el contexto romano existieron determinadas causas
modificativas de la capacidad jurídica, entre otras: la infamia, los cambios de ciudadanía, la fe
religiosa, la condición social o profesional.
Nos referimos en particular a la infamia: en sentido amplio, se entiende por infamia, el
desprestigio, con consecuencias jurídicas, a que se hacía acreedora una persona por su conducta.
La infamia puede ser de derecho y de hecho, según que nazca de un acto cuya comisión
estaba prevista por las normas jurídicas como causa de infamia o proceda únicamente del juicio
de la opinión pública.
Con un criterio histórico puede distinguirse entre: inestabilitas, infamia censoria, infamia
consular, infamia pretoria e infamia justinianea.
 Eran estabiles los testigos que no daban testimonio en el acto en el que intervinieron.
Estos no podían ser ya testigos y tampoco podían requerir la presencia de testigos, con
lo cual quedaban incapacitados para realizar gran número de actos jurídicos.

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 Por lo que respecta a la infamia censoria, los censores, como los vigilantes de la
moralidad, podían infligir una condena de ciertos efectos jurídicos con la nota censoria,
aplicada a quienes figuraban en el censo y observaban una conducta irregular.
 La infamia consular suponía la eliminación de las personas indignas de las listas de los
candidatos, en las elecciones para magistrados, por orden de un cónsul.
 En cuanto a la infamia pretoria, el pretor prohibía en su edicto a las personas que se
encontraban en determinadas condiciones o eran responsables de actos que
menoscababan su fama, abogar por otro ante él, utilizar un representante judicial o
desempeñar ellos este cargo.
 Finalmente, en tiempo de Justiniano, se requiere que la infamia sea declarada por el
juez y en el Digesto y en el Código de Justiniano se reúnen por los compiladores los
motivos de la infamia.
Hay que destacar además que el nacimiento y la muerte señalan el comienzo y el fin de la
persona física.
Nacimiento
Se exigen por ley una serie de requisitos:
 Nacimiento efectivo, es decir que el nuevo ser quedase separado por completo del
claustro materno.
 Nacimiento con vida. No siempre resulta fácil determinar cuándo hay vida en el recién
nacido y precisamente en cuanto a la prueba de la vida hubo criterios de interpretación
por parte de las dos escuelas jurídicas existentes en Roma en la época clásica: así, por
ejemplo, consideraban los proculeyanos que era necesario la emisión de gritos, mientras
los sabinianos consideraban que bastaba cualquier signo o manifestación de vida,
especialmente el movimiento y la respiración.
 Forma humana del recién nacido. Esta exigencia estaba íntimamente relacionada con la
antigua creencia de que podían nacer de mujeres seres no humanos.
A pesar de carecer de los requisitos señalados, el Derecho romano concedió protección al
concebido que todavía no ha nacido. Precisamente, al que iba a nacer (nasciturus) no se le
reconocía capacidad jurídica; el feto intrauterino no se reconocía como sujeto de derecho, lo que
se protegía eran los intereses de la futura persona. Podemos mencionar que se tuvieron en
cuenta algunos principios, entre otros: se admitió que el magistrado nombrase, a petición de la
madre, un curator ventris, con la finalidad especial de salvaguardar los intereses del nasciturus;
podía además ser instituido heredero en testamento, otorgando la posesión de los bienes a la
madre encinta.
En la legislación de Justiniano, como consecuencia probablemente de la influencia cristiana,
se incrementó la protección del nasciturus y de ahí el principio que más tarde se iba a formular:
el concebido se tiene por nacido para todos los efectos que le sean favorables.
Muerte
La extinción natural de las personas es la muerte. Hay que destacar que los romanos no
conocen instituciones como la presunción de muerte o la declaración de ausencia. Tampoco se
certificaba la muerte, lo que provocaba inconvenientes a efectos probatorios.
De forma que en el caso de muerte simultanea de dos o más personas, si no se puede
precisar quien falleció primero, pueden presentarse situaciones conflictivas: por ejemplo, si se
ha producido la muerte simultánea de dos personas llamadas recíprocamente a sucederse mortis
causa, ya que en el caso citado de la fijación del momento exacto del fallecimiento depende la
determinación de quién es heredero de quién.
Algunos pasajes del Digesto establecen presunciones de premoriencia en casos
concretos. Así, en el caso de que un padre y un hijo perezcan en un mismo siniestro, se establece
una presunción de premoriencia en los siguientes términos: si se trata de un hijo púber, se

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presume que sobrevivió al padre; en cambio, si el hijo es impúber, se presume que murió antes
que el padre.
Capacidad de obrar
Capacidad de obrar es la aptitud para poder ejercer derechos y realizar actos jurídicos y,
por tanto, la capacidad de obrar exige en el sujeto que los produce una cierta edad y aptitud. La
citada capacidad puede faltar total o parcialmente y entonces se acude a personas capaces que
suplen tal deficiencia; de esta forma con su intervención se pretende que personas que no
pueden realizar por si mismas actuaciones con efectos jurídicos no queden al margen de la vida
del Derecho.
Nos referimos seguidamente a una serie de causas modificativas de la capacidad de
obrar, como lo son: la edad, el sexo, la salud y la prodigalidad.
Edad. Es una de las circunstancias que más influyen en la persona para el ejercicio de
sus derechos. Los romanos distinguían una serie de etapas en la vida de la persona:
1) Impúberes:
a. Infantes: hasta los 7 años.
b. Impúberes infantia maiores: de siete a doce años, tratándose de mujeres; de
siete a catorce años, si se trata de varones.
2) Púberes:
a. Minoris viginti quinque annis;
b. Maiores viginti quinque annis.
Como vemos en primer lugar se establece una distinción clara entre púberes e
impúberes. A su vez, por lo que respecta a los infantes, son absolutamente incapaces para
realizar actos jurídicos; sus manifestaciones de voluntad carecen de eficacia jurídica; tampoco
son responsables de los actos delictivos. La deficiencia en su capacidad jurídica ha de estar
suplida por el tutor, cuyas actuaciones repercuten en el patrimonio del sometido a tutela.
Por otra parte, en cuanto a los impúberes infantia maiores, pueden ya realizar por si
mismos negocios jurídicos que redunden beneficios en su patrimonio, tales como aceptar un
regalo sin condiciones. En cambio para obligarse, necesitan de la autorización de su tutor n
determinados actos; otro tipo de actos, como el matrimonio, o el testamento, no pueden ser
llevados a cabo ni con la asistencia de un tutor.
En cuanto a los púberes en el antiguo Derecho romano tuvieron una capacidad de obrar
plena. Ahora bien, el desarrollo de la vida económica y otras circunstancias, pusieron de
manifiesto los inconvenientes de fijar esa capacidad de obrar total en edad tan temprana, de esta
manera, la citada capacidad de obrar plena quedó reducida a dos actos jurídicos: el matrimonio
y el testamento. Para todos los demás actos jurídicos, se van a establecer una serie de medidas
protectoras que dan lugar a que se pueda señalar la subdistinción entre púberes menores de
veinticinco años y mayores de dicha edad.
En realidad solamente los mayores de 25 años tienen pena capacidad de obrar; para los
menores de esta edad, en la práctica de hizo cada vez más necesario la designación de un
curador. El citado representante, que inicialmente se nombraba para intervenir en actos
concretos, se hizo después institución permanente, aunque voluntaria por parte del menor, hasta
que cumpliera los veinticinco años.
Sexo. La mujer romana, aun siendo púber y sui iuris, tenía ciertas limitaciones por razón
de su sexo: hasta finales de la época clásica necesita un tutor para determinados actos jurídicos
de Derecho privado; en otros ámbitos, tenía también limitaciones: por ejemplo, no podían
ocupar cargos públicos, ni representar en juicio.

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Enfermedad mental. Los dementes tienen limitada la capacidad negocial, para ello se
les nombra un curator para que administre su patrimonio. En los intervalos lúcidos tienen
capacidad de obrar y son válidas las declaraciones de voluntad por ellos emitidas.
Prodigalidad. Prodiga es la persona que debido a sus hábitos de dilapidación, se les
prohíbe realizar actos concretos que puedan poner en peligro su patrimonio. También en este
caso se les nombra un curator que administra su patrimonio.
Requisitos referentes a la libertad, ciudadanía y situación familiar.
En el Derecho romano, hay que tener en cuenta el status en que la persona puede
encontrarse. En Roma los hombres estaban distribuidos en diversas categorías o situaciones
(status), que tenían decisiva influencia para determinar la personalidad o capacidad jurídica. Las
citadas categorías eran tres: status libertatis, status civitatis y el status familiae.
A) Status libertatis.
Libres y esclavos
Un ser humano podía ser libre o esclavo. Solo los libres tenían capacidad jurídica, por ello
interesa detenernos en una serie de aspectos relativos a la esclavitud, a saber: la condición social
y jurídica de los esclavos; las causas de esclavitud; las causas de extinción de la misma;
restricciones a la libertad de manumitir y finalmente, los libertos y el patronato.
1. Situación social.
La situación social de los esclavos no fue igual en todas las épocas del Derecho romano. En
la antigua casa campesina romana los esclavos en su mayoría criados en la casa del sueño,
fueron tratados relativamente bien. Más tarde, desde el comienzo de la Republica, cuando
surgen las grandes explotaciones agrícolas, la manufactura y la minería, la convivencia de los
esclavos con el señor desaparece y el trabajador siervo se convierte en un mero factor numérico
dentro de la masa de esclavos de las grandes explotaciones industriales.
A fines de la Republica aumenta el número de esclavos y empeora su situación social. En la
etapa del Principado se va a equilibrar el número de esclavos y mejora la situación social. En
esta época la doctrina cristiana no adopta una postura radical de abolición de la esclavitud,
aunque si aboga por una dulcificación en el trato con los esclavos. Posteriormente, la legislación
de Justiniano, influida por los principios cristianos considera iguales a todos los hombres,
proclamándose a sí mismo fautor libertatis; establece, entre otras cosas, nuevas formas de
liberación y en definitiva prohíbe que el esclavo sea objeto de cualquier clase de crueldad.
2. Condición jurídica.
El esclavo carece de capacidad jurídica, tanto en el ámbito personal (no pueden contraer
matrimonio), como en el patrimonial (no pueden ser propietarios); no tienen tampoco capacidad
procesal.
No obstante, tienen capacidad de obrar, en el ámbito negocial y en el ámbito procesal
(delictual), en los términos a los que nos vamos a referir a continuación:
En primer lugar, por lo que respecta al ámbito negocial, en realidad el esclavo puede llevar a
cabo la mayor parte de los negocios jurídicos que puede realizar un hombre libre, pero no para
sí, ya que las adquisiciones del esclavo revierten en beneficio de su amo. Además no solo
revierte en el patrimonio del dueño lo que el esclavo adquiere como consecuencia de un negocio
jurídico, sino también lo proveniente de cualquier otro acto, como la ocupatio, adquisición de
una herencia, etc. Por el contrario, si las actuaciones del esclavo dan lugar a pérdidas, el dueño
no se hacía responsable.
Por otra parte, parece ser que se extendió la costumbre de conceder por parte del sueño al
esclavo una suma de dinero o determinadas masas de bienes de cualquier clase, es el llamado

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peculio, que el dominus le confiere en disfrute y administración, si bien la posesión y la


propiedad quedan vinculados al mismo.
En cuanto a la responsabilidad delictual, hay que decir que por los delitos privados se hace
civilmente responsable el dominus, de esta manera el que ha sufrido los daños puede ejercer
contra él la actio noxalis, no obstante, puede el dueño liberarse de esta responsabilidad
entregando el esclavo a la persona perjudicada por el delito –noxae deditio-.
3. Causas de esclavitud.
Los esclavos nacen o se hacen. Señalamos a continuación una serie de causas:
a. Por nacimiento. Se hace esclavo el hijo cuya madre fuese esclava en el momento del
parto, sin tener en cuenta la condición del padre. Después se admite que el hijo era libre
si la madre fue libre en algún momento durante la gestación del mismo.
b. Causas posteriores al nacimiento . Podemos considerar es este grupo, en primer lugar:
causas admitidas por todos los pueblos (iure gentium), así como otras, especificas del
pueblo romano (iure civile).

1. Por lo que respecta al primer grupo (iure Gentium), hay que destacar:
La cautividad de guerra. Se trata de una causa de caída en esclavitud común a todos los
pueblos de la antigüedad, de manera que todo individuo hecho prisionero el enemigo pertenecía
al Estado que los destinaba a servicios públicos, los enajenaba o los cedía en propiedad a los
soldados vencedores. No obstante, tratándose de un ciudadano romano que caía prisionero se le
aplicaban una serie de medidas que mitigaban la dureza de la norma.
2. Causas de esclavitud iure civile:
Podemos mencionar una serie de causas: en el derecho primitivo romano, la venta de una
persona en determinados supuestos: deudor insolvente, venta del hijo por parte del
paterfamilias, etc.; la comisión de graves delitos, además de la penas graves se castigaba con la
perdida de la libertad. El supuesto del hombre libre que se deja vender como esclavo,
reclamando después la libertad, engañando al comprador y participando del precio entregado
por este, es asimismo otra causa de caída en esclavitud.
Causas de extinción de la esclavitud
Hay que señalar en primer lugar, que la esclavitud se extinguía o por manumisión o por
disposición de la ley.
1) Manumissio. Es el acto por el cual el dueño concede la libertad al esclavo. Podemos
referirnos a dos modalidades de manumisiones: solemnes y no solemnes, que se
diferencian por la forma y por los efectos que producen en el manumitido.

B) Status civitatis.
De acuerdo con el status civitatis, las personas se dividen en dos grande grupos: por una
parte, están los ciudadanos romanos (cives); por otra, los extranjeros (peregrini). Un grupo
intermedio es el de los latinos (latini).
Ciudadanos romanos (cives)
Solo los ciudadanos romanos podían llegar a gozar la plenitud de los derechos tanto en
el ámbito público como en el privado. Vamos a detenernos en dos aspectos concretos relativos a
los cives: los derechos de los que podían ser titulares y las causas de adquisición de la
ciudadanía.

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a) Derechos
Concretamente, mencionamos una serie de derechos a favor de ciudadano en la esfera
pública: el ius honorum (derecho a desempeñar cargos públicos); el ius suffragii, derecho a
votar en las asambleas del pueblo, así como también el derecho a servir en las legiones romanas.
La provocatio ad populum o derecho de apelar a los comicios centuriados cuando se había
impuesto una pena capital o corporal por un magistrado que no fuese el dictador. En el ámbito
del derecho privado, destacamos como más significativos: el ius comercii, implica la tenencia de
derechos patrimoniales así como la realización de actos jurídicos regulados por el ius civile; el
ius conubii, derecho a contraer matrimonio valido según el ius civile; la testamenti factio, que
podía ser activa o pasiva. La testamenti factio activa consiste en la facultad de testar; la
testamenti factio pasiva supone la posibilidad de ser designado heredero, legatario, etc. En el
testamento; el ius actionis que supone la facultad de acudir a los tribunales de justicia.
b) Adquisición de la ciudadanía.
Los modos por los que se podía adquirir la ciudadanía eran los siguientes:
 Por nacimiento. Hay que tener en cuenta si se trata de nacidos en matrimonio legítimo o
si han nacido fuera del matrimonio. En el primer caso, los hijos tenían la condición que
tuviera el padre en el momento de la concepción; en el otro caso, el hijo sigue la
condición de la madre en el momento del parto. No obstante lo anterior, algunas
disposiciones posteriores establecieron otros criterios. Así, la Lex Minicia, de finales de
la República, estableció que el hijo nacido de una ciudadana romana y un peregrino
fuese considerado un peregrino.
 Por manumisión. Si se trata de manumisión solemne, el esclavo manumitido adquiere la
libertad y la ciudadanía romana. En el Derecho justinianeo, todos los manumitidos
adquieren la condición de ciudadanos.
 Por disposición legal. Se establecieron diferentes modos de adquirir la ciudadanía. Así,
por ejemplo, la Lex Acilia repetundarum concedía la ciudadanía romana a favor de los
peregrinos que acusasen y hubieran obtenido la condena por concesión de un
magistrado romano. Se establecieron asimismo algunos modos especiales para que los
latinos adquiriesen la ciudadanía romana, podemos citar, entre otros: si establecían la
residencia en Roma.
 Por concesión del poder público que emanaba de los comicios durante la época de la
Republica, y por los emperadoras en épocas posteriores. Esta concesión graciosa se
hacía, bien a personas individuales, bien a grupos amplios de personas. (ciudadanía
romana a toda Italia por el emperador Antonino Caracalla en el año 212)
Peregrini
Una situación contrapuesta a la del ciudadano es la del extranjero. Los peregrinos son
hombres libres, que viven dentro del mundo romano (los que viven fuera del estado romano son
los barbari con los cuales el poder de Roma no tenía relaciones normales) y no gozaban de
ninguno de los derechos propios de los ciudadanos. En todo caso, el ordenamiento jurídico de
los peregrini estaba constituido por su propio Derecho (lex Civitas), en la medida en que el
poder de Roma lo permitía; también por algunas disposiciones propias del ius civile, así como
por las disposiciones del ius gentium.
Latini
Se trata de una categoría intermedia entre la de los ciudadanos y la de los peregrinos. Se
distinguen tres clases de latini: latini veteres o prisci, Latini coloniarii y latini Iuniani.
C) Status familiae.

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Es la situación en la que se encuentra un hombre libre y ciudadano romano con relación a


una determinada familia. La palabra familia tiene varias acepciones, no obstante en el Derecho
romano primitivo, la significación de la palabra familia, se refería al conjunto de personas,
incluidos los esclavos, que habituaban la casa. La cohesión de este conjunto de personas se
mantiene por la sumisión a la autoridad del pater.
Características
La familia romana fue patriarcal y exclusiva. El pater era el jefe de la familia y además, en
un principio solo se pertenecía a la familia del pater, no a la de la madre. En la evolución
histórica de la familia romana hay que referirse a dos tipos de organización: la familia agnaticia
y la familia cognaticia.
1) En el derecho primitivo, impera la familia agnaticia; el vínculo aglutinante es la potestas
que ejerce el jefe de familia y no importaba el parentesco de sangre.
La familia puede estar constituida por la sola persona del pater, sin embargo,
generalmente este tipo de familia se concibe como un organismo que integra un conjunto de
personas sometidas a la autoridad del pater. Además, de la misma manera que paterfamilias
no equivale a progenitor, filiusfamilias no tiene exactamente el mismo sentido de nuestra
palabra “hijo”.
Forman parte de la familia agnaticia a la que nos estamos refiriendo una serie de
personas: todos los descendientes legítimos por línea de varón, cualquiera que sea su edad y
situación social; forman parte asimismo de la misma el hijo adoptado que anteriormente
pertenecía a otra familia y se integra en la nueva familia mediante la adoptio; por otra parte,
si el adoptado por el jefe de familia es a su vez otro paterfamilias, ahora todo el grupo
familiar pasa a formar parte de la nueva familia adoptante y se habla en este caso de
arrogatio.
2) A fines de la Republica y a lo largo del Imperio, va apareciendo otro tipo de organización
familiar: se trata de familia cognaticia que se basa en vínculos de parentesco. La
trasformación de un modelo de familia a otro es lenta y gradual hasta que la familia
cognaticia suplanta a la anterior.
Sui iuris y alieni iuris
A tenor de lo expuesto en las líneas anteriores, las personas que no están sometidas al
poder del paterfamilias se llaman sui iuris y las que de él dependen, son los alieni iuris. Hay que
destacar, además, que la expresión paterfamilias, no tiene una significación equivalente a la
expresión moderna de padre familia, sino que equivale a sui iuris, independientemente de la
edad y de que haya o no procreado hijos, como se ha dicho anteriormente. Precisamente, a
efectos e capacidad, lo decisivo es que se trate de un varón, ciudadano romano y libre y que no
esté sometido a la patria potestad de otro y concretamente los sui iuris tienen capacidad
patrimonial plena.
Por lo que respeta la mujer, era frecuente que estuviera bajo la potestad de otra persona:
unas veces, el paterfamilias; oras, el marido que ejerce la manus (se trata de una potestad
especial cuando se ha celebrado el matrimonio cum manu).
Cuando la mujer era sui iuris, estaba sometida a una tutela especial (se trataba de la
tutela mulieris). En cuanto a la citada tutela, conviene hacer algunas precisiones:
En primer lugar, hay que tener en cuenta que con el tiempo se concedió a algunos
magistrados la facultad para designar tutores a quienes lo necesitaban. Ello lleva consigo que se
desvirtúe el régimen se la tutela mulieris, que se justificaba desde el antiguo punto de vista del
interés del heredero-tutor mejor que desde el nuevo de la protección publica de los incapaces: la
tendencia se inicia con la práctica (conocida ya en la época republicana) de que el testador deje
la elección de un tutor a gusto de su mujer in manu (optio tutoris) en determinados casos.

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Se acentúa luego con la liberación de la tutela que augusto concede a las mujeres
mediante el ius liberorum y acaba con la supresión de la tutela agnaticia para las mujeres. A
partir de ese momento no queda más tutela legitima, para las mujeres, que la del patrono o el
parens manumisor.
Así, pues, el poder del tutor se diferencia notablemente del que tiene el tutor del
impúber. De hecho, las mujeres tuvieron un papel bastante activo en la vida jurídica; finalmente,
en la época postclásica la tutela mulieris desaparece.
En cuanto a los alieni iuris, son plenamente capacees en el ámbito del derecho público.
En cambio, apenas tenían capacidad ene l ámbito del derecho privado; no obstante,
determinadas medidas del pretor, así como algunas constituciones imperiales van a aumentar la
capacidad de los mismos.
Las amplias facultades del paterfamilias, podemos concretarlas en dos aspectos:
1. Aspecto personal.
2. Aspecto patrimonial.
El único titular de derechos de carácter patrimonial es el paterfamilias.
Si el hijo lleva a cabo un negocio jurídico y se producen beneficios, los mismos repercuten
en el patrimonio del pater.
En cambio, si como consecuencia de los actos citados, se producían deudas, en este caso, no
salía responsable el titular de la potestad.
Las citadas consecuencias a la que nos acabamos de referir, se modifican en estas dos
direcciones:
Se le hace al pater responsable de las deudas que ha contraído el hijo y para ello se
procede a la creación por el pretor de una serie de acciones (aplicables asimismo para los casos
de los esclavos). Con este fin el pretor prometía en su edicto, una serie de actiones que se
podían ejercitar contra el pater por parte de los que habían resultado acreedores al realizar
negocios jurídicos con un filius o, en idénticas circunstancias, con el esclavo.
Por otra parte está la constitución de peculios: masas de bienes obre las que se
reconocieron al filiusfamilias determinadas facultades que fueron distintas según las épocas y
las clases. Es evidente que al poder disponer el filius de unos bienes va a suponer un aumento
de su capacidad patrimonial.
Línea y grado de parentesco.
Para el cómputo del parentesco (en la familia cognaticia), se utilizan los conceptos de
línea y grado. La línea es la relación u existe entre personas que descienden unas de otras línea
recta), o bien tienen un ascendiente común (línea colateral).
El grado es la unidad de medida del parentesco y, por tanto, sirve para medir la
proximidad o lejanía para el mismo. Así, concretamente, están en línea recta, los abuelos, padres
y nietos; cada generación es un grado y, por tanto, hay tantos grados como generaciones (padre
e hijo so parientes en primer grado). Además, la línea recta puede ser descendente o ascendente.
En la línea colateral, el grado se determina por la suma de las generaciones que separan
a los parientes del ascendiente común; por ejemplo, dos hermanos son parientes en segundo
grado, y un tío carnal y un sobrino son parientes en tercer grado.

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