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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Historia de las ideas religiosas

Profesor: Hidalgo Ramírez Antonieta


Alumno: Emilio Alejandro Alarcón Mejía
Matricula: 17-004-0066

Periodización Y Regionalización

La medicina y avances medicos en la Edad Media


La casa de la sabiduria, Al-Razi y Aaben Sina

Es muy interesante la historia, ya que podemos aprender muchas cosas de nuestros antepasados y más
cuando aún témenos vestigios presentes en la actualidad.
Antes de que el mensaje de Mahoma se extendiera más allá de la península Arábiga, los árabes ya contaban
con una primera cultura médica, llamada «islámica o profética» por ser su protagonista Mahoma, el Profeta.
Arcaica y piadosa, abunda en exhortaciones genéricas. Dice, por ejemplo: «Haced uso de tratamientos
médicos, pues Dios no ha creado enfermedad ninguna sin disponer un remedio para ella, con la excepción de
una sola enfermedad, la vejez».
Muchos de sus recursos, como el uso de la miel, del aceite de oliva o de la succión con ventosas (hijama),
forman parte de prácticas curativas o profilácticas –preventivas– que se remontan a la Arabia antigua y
poseen rasgos babilónicos, de modo que sus raíces se extienden hasta el III milenio a.C. Todavía hoy se recurre
a ellas en muchos países islámicos.

La Casa de la Sabiduria

Existio en la edad media un vestigio Islámico muy interesante, “La Casa de la Sabiduría” fue una biblioteca y
centro de traducciones establecido durante la época del Califato Abasí, en Bagdad, Irak. Fue una institución
clave en el movimiento de traducción, considerada como el mayor centro intelectual durante la Edad de Oro
del islam.
La ciencia islámica no se ocupó solamente del ambiente físico del hombre, sino que incluyó un penetrante
análisis del hombre como ser espiritual y de la sociedad en la que vivía. Su fama se propagó tanto que toda
persona de Occidente que sentía alguna sed de ilustración volvía la mirada al Islam, donde florecía el espíritu
de la indagación.
El principal imán que trajo al principio a estos sabios fue la ciudad de Bagdad. Fue allí donde el califa Mamun,
que gobernó el imperio desde 813 hasta 833, creó la “Casa de la Sabiduría” centro famoso del saber que
comprendía una biblioteca, una oficina de traducciones y una escuela. Según la leyenda, al principio Mamun
vaciló para construir el centro, al igual que muchos de sus contemporáneos, le inquietaba aplicar la razón al
Universo de Dios. Pero según las crónicas, una noche el califa tuvo un sueño en el que se le apareció el espíritu
de Aristóteles y le aseguró que no existía conflicto alguno entre la razón y la religión, con esta nueva
seguridad, ordenó que se construyera el centro.
Setenta y cinco años después del establecimiento de la Casa de la Sabiduría, los pensamientos más grandes de
los griegos y de otros pueblos anteriores se habían traducido al árabe, entre ellos las principales obras
filosóficas de Aristóteles, algunos libros importantes de Platón y estudios enjundiosos de Euclides, Tolomeo,
Arquímedes y los celebrados médicos griegos Hipócrates, Dioscórides y Galeno, así como muchas obras
científicas importantes persas e indias. Algunos de estos manuscritos formaban parte del botín del que se
apoderaron los musulmanes cuando conquistaron Bizancio y Persia. Otros se buscaron deliberadamente más
tarde. Se dice que Mamun envió emisarios hasta Constantinopla para encontrar obras griegas, llevarlas a
Bagdad y posteriormente verterlas al árabe.
En árabe, el conocimiento del Universo se llamaba falsafa, palabra basada en la griega philosophia,
literalmente “un amor de saber”. Falsafa era en verdad un concepto elevado del mundo, al igual que la
definición griega del término, comprendía todo el conocimiento al alcance del hombre, teórico y práctico por
igual. En su concepción total del mundo falsafa incluía como objetos de estudio no sólo las ciencias físicas y
naturales, sino la filosofía y muchas otras disciplinas no religiosas.
Así, en un esfuerzo, por comprender la verdadera naturaleza del Universo, los sabios se afanan en más de una
rama del saber. El científico filósofo no era un especialista limitado, sino un experto en campos diversos como
la Medicina, la Química, la Astronomía, las Matemáticas, la Lógica, la Metafísica y aun la música y la poesía. El
número de estos hombres era relativamente reducido y por lo común necesitaban del patrocinio de la corte o
de alguna persona rica para llevar adelante sus interminables estudios, pero su actividad culta estimulaba un
fermento intelectual en las ciudades del mundo musulmán.

Aunque los musulmanes sobresalieron en muchas ramas de la ciencia, algunas de sus contribuciones de mayor
importancia lo fueron en la Medicina. Antes del gran despertar intelectual, los conocimientos médicos árabes
se habían circunscrito en gran medida a las supersticiones del desierto, incluyendo el sagas empleo de la
magia, los talismanes, las oraciones de protección y algunos remedios primitivos. Entre los últimos figuraba la
alheña (tinte rojo que todavía se utiliza para colorear el cabello)
La miel se usaba para los dolores de cabeza y fiebre, y las cenizas de cizaña quemada se aplicaban a las heridas
para cortar la hemorragia.

A partir del siglo VIII, los musulmanes perfeccionaron su estudio de la medicina. El ímpetu inicial procedió de
la escuela medica persa de Jundishapur, cuyas enseñanzas se basaban principalmente en la práctica griega de
tratar las enfermedades por medios racionales. Según la tradición, el contacto entre Jundishapur Y los
gobernantes del islam comenzó en 765.

Al-Razi
Uno de los médicos orientales más afamados fue Razi, Quien vivió de 865 a 925. Su categoría era tan elevada
que sus colegas lo llamaban “El experimentado” . El mejor clínico de su época y será comparado con
Hipócrates por su originalidad para describir las enfermedades. Se dice que Razi, conocido en Europa por el
nombre latino de Rhazes, , escribió más de 200 libros cuyos temas abarcaban desde la medicina y la alquimia
hasta la teología y la astronomía. Casi la mitad de los libros trataban de medicina incluyen un tratado muy
conocido sobre la viruela. En su análisis de esta, Razi fue el primero en diferenciar una enfermedad específica
de entre muchas fiebres eruptivas que atacaban al hombre. Al dar los síntomas clínicos de la viruela, permitió
que los médicos la diagnosticaron correctamente y predijeran el curso de la enfermedad. También recomendó
un tratamiento para el mal que ha mejorado poco desde aquellos días. Aconsejó que se aplicara una terapia
benigna: buena alimentación y cuidados que casi venia a ser lo que se hace hoy: reposo ambiente limpio y
mantener cómodo al paciente. Si bien Razi no sabía nada de las bacterias, cuya teoría no habría de descubrirse
hasta principios del siglo XVII, tenía un sentido intuitivo de los principios higiénicos, muy avanzado respecto a
los cánones de la Edad Media.
Aaben Sina

Mejor conocido en Occidente por su nombre como Avicenna. Llamado el “principe de los filosofos” por sus
contemporaneos, aún se le reconoce como una de las grandes mentes de todos los tiempos. Vivió de 980 a
1037, y escribió unos 170 libros sobre filosofía, Medicina, Matematicas y Astronomia, asi como poemas y
obras religiosas. Se dice que cuando contaba con tan sólo 10 años de edad aprendió de memoria el Corán, y el
18 era médico de cabecera del sultán de Bujara, en Turkestan.
La obra más afamada de Avicenna fue el Canon de la Medicina, enciclopedia que trataba prácticamente de
cada fase del tratamiento de las enfermedades. Es probable que no hubiera otra obra medieval de su especie
que se estudiara tan ampliamente, del siglo XII al XVIII sirvió como guía principal de la ciencia médica en las
universidades europeas. La obra, integrada por cinco volúmenes, era tan amplia en la descripción de los
descubrimientos de los demás que con frecuencia se pasaba por alto la originalidad de las incisivas
observaciones del propio autor.
A Avisenna se lo atribuyen ahora aportaciones personales como el haber reconocido la naturaleza contagiosa
de la tuberculosis y la descripción de ciertas enfermedades en la piel y trastornos psicológicos. Entre los
últimos figuraba la enfermedad del amor, cuyos efectos se describían como la pérdida de peso y vigor, fiebre y
varios males crónicos. La cura era muy sencilla, una vez formulado el diagnóstico: unir al paciente con el ser
por el que él o ella suspira.

El antiguo Islam nos dejo grandes descubrimientos en la medicina que incluso en la actualidad se siguen
usando, es sorprendente saber la cantidad de conocimientos y aplicaciones que ya tenian en quella epoca y
que ademas era apoyada y sustentada por las personas más poderosas de equellas regiones para poder
incrementar tales saberes, que ahora en la actualidad nos han beneficiado a millones y millones de personas,
que sin saber son atendidos y sanados por doctores expertos que llevan cargando dentro de sus mentes
conocimientos islamicos que han ido evolucionando a traves de los siglos.
Bibliografía
Geographic, National. 2020. National Geogrphic. 07 de 10. Último acceso: marzo de 2021.
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/medicos-islam_8595.

Stewart, Desmond. 1989. El antiguo Islam. México: Ediciones Culturales Internacionales.

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