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INSTITUCIÓN EDUCATIVA MUNICIPAL NACIONAL DE PITALITO – HUILA

GUIAS DE TRABAJO EN CASA TERCER PERIODO ACADÈMICO SEMANAS DEL 24


DE AGOSTO AL 4 DE SEPTIEMBRE
GUIA NÙMERO 8
AREA: FILOSOFÍA
PROFESOR: WILLYAM FABIO MUÑOZ MILLÁN
GRADO DÉCIMO
INTENSIDAD HORARIA 6 HORAS
COMPETENCIA A FILOSOFÍA ARÁBIGO-JUDÍA
DESARROLLAR:
CONCEPTUALIZACIÓN:
EJEMPLIFICACIÓN:
ESTRATEGIAS TALLER, ENCUENTRO VIRTUAL, VIDEO, DISCUSIÓN
METODOLÓGICA:
EVIDENCIA DE Evaluación tipo ICFES en la semana del 31 de agosto al 4 de septiembre
APRENDIZAJE:

Filosofía árabe y judía

Durante la Edad Media, el pensamiento filosófico árabe y judío tuvo tal influencia en el
pensamiento cristiano que produjo un cambio en su orientación. La aparición de la
filosofía árabe y judía fue fruto de su contacto con el pensamiento del mundo griego. La
filosofía influyó en el campo científico, teológico, jurídico, etcétera, puesto que en todos
estos ámbitos se utilizaron métodos propiamente filosóficos. Su orientación tuvo carácter
racionalista y religioso, ya que su objetivo fue conciliar la filosofía con la teología. Estos
pensadores consideraron que la labor de la filosofía era ayudar a comprender y demostrar
a Dios haciendo accesible la Revelación que aparece en los libros sagrados.

Los sarracenos, si bien produjo grandes desastres a las letras, no siendo uno de los
menores el incendio de la biblioteca de Alejandría, contribuyó también algún tanto al
desarrollo intelectual en Europa. La pujanza del imperio político despertó entre los árabes
la ambición de la ciencia: no se contentaron con mandar, quisieron lucir.

Al cultivo de la poesía y de las bellas artes unieron el estudio de la filosofía, dedicándose


muy particularmente a la de Aristóteles, cuyas obras poseían traducidas, aunque no
siempre con fidelidad. La reputación de Alkendi , Alfarabi , Avicenna , Algazel , Abubekre ,
Averroes y otros indica la estimación y altura que tuvo entre los árabes la filosofía.

Aunque los cristianos estaban casi siempre en guerra con los musulmanes, no faltaban
momentos de tregua en que se establecían relaciones entre ambos pueblos; y además,
viviendo en unos mismos países, era inevitable el que las ideas de los unos se
comunicasen a los otros, siquiera se hubiese de realizar entre el polvo de los combates.

La tradición árabe combina algunos pensamientos del neoplatonismo y el aristotelianismo


con otras ideas que fueron insertadas mediante el Islam. Ciertos filósofos de peso como
los persas al-Kindi, al-Farabi y Avicena, así como el ibérico Averroes, precisaron algunas
interpretaciones de Aristóteles que fueron después absorbidas por los intelectuales judíos
y cristianos.

Los musulmanes, como también en menor medida los cristianos y los judíos,
contribuyeron con el folclor arábigo y se distanciaron entre sí de acuerdo a sus dogmas
filosóficos más que por sus doctrinas religiosas. Cuando el pueblo árabe dominó España,
la literatura filosófica arábiga fue traducida a los idiomas hebreo y latín; contribuyendo al
desarrollo de la filosofía europea contemporánea.

Más o menos por las mismas fechas en Egipto, la tradición árabe fue cultivada por Ibn
Jaldún y Maimónides.

Hay que distinguir dos corrientes en el pensamiento Islámico temprano. La primera es


Kalam, que sobre todo trata sobre cuestiones teológicas del Islam, y la otra es Falsafa,
que se centró en interpretaciones del aristotelismo y el neoplatonismo. Hubo intentos
posteriores de parte de filósofos-teólogos por armonizar ambas tendencias, en particular
los de Avicena y Averroes, y otros no tan relevantes como los de Ibn al-Haytham
(Alhacen), Abū Rayhān al-Bīrūnī, Ibn Tufayl (Abubacer) y Ibn al-Nafis.

La interpretación que hace Averroes de la obra aristotélica, es tenida por la


más"auténtica" durante el medioevo. Sin embargo, tal interpretación se inspira en
elneoplatonismo. Las obras de Aristóteles y los diálogos de Platón ya habían
sidotraducidas por los árabes hacia finales del siglo IX. Y también los trabajos dePlotino y
Proclo, como la de científicos tales como Ptolomeo, Euclides y Galeno.Es interesante
observar que el primer filósofo árabe destacado, Alkindi, fue uno delos traductores de
Aristóteles. Las interpretaciones que se hacen respecto aAristóteles, se inspira en los
comentarios de autores como Alejandro de Afrodisia oen otros neoplatónicos.Los árabes
conocen el pensamiento griego a través de Siria. Y así la filosofía va aservir para
interpretar o comentar el Corán.

La filosofía árabe.

Cuando en el año 529 el emperador Justiniano clausura la Escuela de Atenas, la filosofía


de Aristóteles se mantiene en Oriente en la escuela siria. Los árabes se apropian de esta
filosofía cuando conquistan Persia y Siria. Hasta el año 750, bajo la dinastía de los
abatidas, el corpus aristotélico es conservado por los árabes, quienes lo introducirán en
occidente. Es necesario destacar que el Aristóteles que reconstruyen los filósofos árabes
está claramente impregnado de platonismo.

La filosofía árabe nace al intentar solucionar los problemas que ofrece el encuentro del
Corán con la filosofía aristotélica. Se ven obligados a dar respuesta a algunas cuestiones
del pensamiento de Aristóteles incompatibles con la fe coránica: la eternidad del mundo,
la mortalidad del alma, la relación problemática entre razón y fe. Con la transmisión al
occidente europeo de determinadas soluciones árabes, los filósofos y teólogos cristianos
se encontraron propuestas para hacer frente a la dificultad del encuentro entre
filosofía aristotélica y verdades reveladas.

La filosofía judía

La cultura judía se desarrolló en la Edad Media, sobre todo en los países árabes, y sufrió
la influencia de la cultura islámica. En sus obras- escritas muchas en árabe-, los
pensadores hebreos trataron con frecuencia temas de carácter religioso y se dedicaron a
la interpretación de la Biblia y del Talmud.

La armonización de culturas, iniciada por el judío Filón de Alejandría, es reasumida por


nuevos pensadores hebreos, que desarrollan una doctrina original en la que mezclan
motivos religiosos con problemas filosóficos ya afrontados por Avicena y Averroes. La
filosofía cabalística (Cábala) judía es una manifestación clara y explícita de este transvase
y concordia entre teorías diversas, que intentan armonizar fe judía y razón.

PRINCIPALES FILÓSOFOS

AVICENA

Avicena
(Abu'Ali al-Husayn ibn'abd Allah ibn Sina; Bujara, actual Irán, 980 - Hamadan, id., 1037)
Médico y filósofo persa considerado, junto a Averroes, la más destacada figura de la
filosofía árabe medieval. Los trabajos de ibn Sina (Avicena es una latinización de su
nombre) abarcaron todos los campos del saber científico y artístico de su tiempo, e
influyeron en el pensamiento escolástico de la Europa medieval, especialmente en los
franciscanos.

Avicena

Educado por su padre en Bujara (pasó toda su vida en las regiones del centro y el este de
Irán), a los diez años ya había memorizado el Corán y numerosos poemas árabes.
Estudió medicina durante su adolescencia, hasta recibir, con sólo dieciocho años, la
protección del príncipe Nuh ibn Mansur, lo cual le permitó entrar en contacto con la
biblioteca de la corte samánida.

Su vida sufrió un brusco cambio con la muerte de su padre y la caída de la casa samánida
por obra del caudillo turco Mahmud de Ghazna. Necesitó echar mano de su gran
capacidad de concentración y de su enorme fuerza intelectual para continuar su extensa
labor con una meritoria consistencia y continuidad.

Durante el siguiente período de su vida ejerció la medicina en diversas ciudades de la


región de Jorasan, hasta recalar en la corte de los príncipes Buyid, en Qazvin. En estos
lugares no encontró el soporte social y económico necesario para desarrollar su trabajo,
por lo que se trasladó a Hamadan, ciudad gobernada por otro príncipe Buyid, Shams ad-
Dawlah, bajo cuya protección llegó a ocupar el cargo de visir, lo que le valió no pocas
enemistades que le obligaron a abandonar la ciudad tras la muerte del príncipe.

Fue en esta época cuando escribió sus dos obras más conocidas. El Kitab ash-
shifa' (Libro de la curación) es una extensa obra que versa sobre lógica, ciencias
naturales (incluso psicología), el quadrivium (geometría, astronomía, aritmética y música)
y sobre metafísica, en la que se refleja la profunda influencia de Aristóteles y, en ciertos
aspectos y a través del neoplatonismo, de Platón.
El Al-Qanun fi at-tibb (Canon de medicina), el libro de medicina más conocido de su
tiempo, es una compilación sistematizada de los conocimientos sobre fisiología adquiridos
por médicos de Grecia y Roma (fundamentalmente, los de Hipócrates y Galeno), a los
que se añadieron los aportados por antiguos eruditos árabes y, en menor medida, por sus
propias innovaciones. Por último se trasladó a la corte del príncipe 'Ala ad-Dawlah, bajo
cuya tutela trabajó el resto de sus días.

Obra literaria, filosófica y pluralista

Avicena fue un prestigioso y prodigioso sabio universal, enciclopedista y estudioso,


situado en una encrucijada de civilizaciones, que sintió extraordinaria pasión por la
filosofía, dedicándole casi todo el tiempo del día y de la noche, leyó y comentó los
tratados de los filósofos griegos Platón (conocido como "el divino") y de Sócrates, maestro
de este, así como de otros reconocidos de la Grecia antigua como Heráclito de
Efeso, Anaxágoras, Tales de Mileto y el geómetra Euclides. Tuvo la habilidad de reducir
sus pensamientos e ideas a premisas y argumentos sólidos. Definió a la filosofía como
una ciencia con doble dimensión teórica y práctica, estudió además economía,
jurisprudencia, ética, política, teología, cosmología, metafísica, matemáticas y lógica,
luego fue maestro de estas tres últimas.2,3,10 Consideraba a la lógica como "la piedra de
toque de la ciencia", inseparable de la observación y de la experiencia, a través de la cual
lo desconocido se hacía comprensible, reflexionó sobre inducción, analogía, intuición y
otros conceptos.11 Después en el siglo XIII el filósofo inglés R. Bacon destacó este valioso
aporte. Aunque definió a Dios como un ser supremo, necesario, 2,5,10 con interés por los
particulares, inmutable, perfecto y único, habló de la verdad como algo imprescindible e
irrepetible y de la materia como categoría invariable y eterna con una concepción
científica analítica y racionalista.1 Casi nueve siglos transcurrieron hasta que filósofos
alemanes se acercaran a esos conceptos, definiendo a la naturaleza como la base y el
punto de partida de todo lo existente, entendemos que la Filosofía separada de ella es
vana e inexistente.

Posteriormente una Filosofía materialista más avanzada en el siglo XX definió a la verdad


como algo real, objetivo, contrario a la equivocación, como un contenido de
representaciones humanas que luego se demuestran en la práctica diaria; así mismo
definieron a la materia como lo primario o lo esencial, dando respuesta al conocido
"problema fundamental de la filosofía". A la luz de los conocimientos actuales, se valora
hoy a Avicena como un incansable estudioso que definió muy tempranamente esas
categorías que incluso actualmente tienen una escabrosa comprensión en los estudiantes
universitarios. Se piensa que se adelantó a su época al referirse a la interconexión entre
el movimiento y el tiempo, definiciones desconocidas hasta entonces y novedosas en
nuestros días, invariablemente relacionadas como categorías bidimensionales, pero
también difíciles de comprender en la actualidad, siendo temas de estudio y renovación
permanente por la ciencia contemporánea. Consideró indispensable la existencia de
normas establecidas de justicia y derecho, sugiriendo la idea de "contrato social", que en
el siglo XVIII desarrolló Juan Jacobo Rousseau.11

Según el erudito iraní Said Nafissi, Avicena escribió o se le atribuyen más de 450 libros en


árabe y 23 en persa, sus obras sirvieron de conexión o puente entre el Oriente y el
Occidente, repercutieron como ningunas en el pensamiento escolástico de Europa
Medieval, abarcando casi todas las aristas del conocimiento de entonces, entre ellas: "El
libro del saber" (Donish-Nameh), para muchos su principal obra, "La interacción entre el
bien y el mal puede ser provechosa" (obra de ética), "Enciclopedia de astronomía,
matemática y filosofía", "La lengía de los árabes", "Ex xefa", "Magisma" (obra intitulada
escrita a los 19 años, en la que resumió los conocimientos de ciencias que había
estudiado), "El tratado del resultante y el resultado" (conjunto de 10 volúmenes), "La suma
y el producto", "El principio y lo repetido", "Libro de la salvación", "Anotaciones sobre
lógica" (la definía como la propedéutica de la filosofía), "La sabiduría de los orientales", un
compendio del Almagesto de Ptolomeo, "La inocencia y el pecado" (sobre costumbres de
la época), "Tratado del amor" (ideas humanistas, aspiración a la armonía, a la belleza y al
amor como eje central de cada sociedad), "El vivo, hijo del despierto", que escribió
durante cuatro meses en la cárcel, entre otras tantas.1,4,11 Autor de luminosos
"Comentarios" a la obra de Aristóteles la que leyó decenas de veces, abriendo nuevos
caminos sobre su silogismo, incluyendo juicios hipotéticos y convencionales de su
filosofía. Su principal discípulo y mejor biógrafo Abu Obaid Yuzyani, recogió y salvó
cuidadosamente todos los manuscritos del maestro, incluyendo un esbozo autobiográfico
que fue dictado por éste. Se convirtió en el principal blanco del ataque de los teólogos
suníes, tercera de las grandes religiones monoteístas del mundo, mayoritaria en la
comunidad islámica mundial.

Este eminente sabio formuló postulados sobre la necesidad de establecer relaciones


sociales entre los hombres, anunció principios sobre la inercia y sobre la teoría de la
evolución, desarrollados posteriormente en los siglos XVII y XIX por Galileo Galilei y
Charles Darwin, respectivamente. Es impresionante leer como Dante Alighieri (1265-
1321), que tuvo gran influencia de la filosofía greco-árabe, nombró a Avicena entre las
personas mayúsculas que protagonizan la "Divina Comedia",que se le acercaron a
rendirle homenaje a Virgilio el poeta latino (Virgilio simboliza la ciencia o filosofía humana,
la cual basta por sí sola para enseñar a los hombres cómo pueden salvarse del mal y
encaminarse al bien).

Fallecimiento

Pasó los últimos años de su vida actuando como consejero científico y médico del
gobernante de Ispahán. Luego, tras una guerra entre los príncipes, enfermo a
consecuencia de excesos de trabajo, de placeres y por sufrir prisión y cruel persecución,
se ve obligado a vivir en la ciudad iraní de Hamadán, padeciendo de ataques epilépticos y
de un intenso cólico abdominal, según biógrafos de la época, por una "horrible" disentería
crónica y una úlcera intestinal complicada, falleció en el desierto, cerca de aquella ciudad
el viernes 18 de junio del año 1037 (el Ramadán del año 428 de la Hégira), a los 57 años
de edad, en plena madurez y con excelentes facultades mentales e intelectuales.

Cuenta la historia que cuando supo que moriría, devolvió la libertad a su servidumbre y
distribuyó todos sus bienes entre los pobres. Luchó infatigablemente por tratar de vivir,
indicó la preparación de cerca de cuarenta productos diferentes que su más fiel discípulo
Abu Obaid le suministraría según su dirección, algunos de ellos para usarse por vía
parenteral. Los testigos de esos momentos aseguraron que comenzó a mejorar su
respiración, la rigidez articular y la visión, pero fatalmente días después su corazón dejó
de latir y sucumbió penosamente arruinado, pasando a la inmortalidad, minutos antes
expresó: "El principio que rige mi cuerpo ya no es capaz de dirigirlo y ni los mismos
remedios servirán para nada…" "El Director de mi salud se ha retirado de mí, todo es
inútil…", "La muerte es un umbral que todos debemos pasar hacia el silencio, después del
último latido con nuestra exhalación final hacia la paz eterna".

ACTIVIDAD
Averigua diez frases de Avicena y coméntalas en el cuaderno.

AVERROES

Averroes

(Abu-l Walid Muhammad ibn Rusd, Averroes en su forma latinizada; Córdoba, 1126 -
Marrakech, 1198) Filósofo hispanoárabe. De familia muy distinguida, su padre había sido
cadí de Córdoba durante cierto tiempo. Su abuelo (que llevaba el mismo nombre que él,
Abu l-Walid Muhammad), había desempeñado este cargo durante largo tiempo, y había
sido luego una autoridad en derecho malikita y consejero de varios soberanos y príncipes.

Averroes

Averroes continuó la tradición jurídica de la familia y alcanzó, siendo muy joven, fama de
gran jurisconsulto, apoyada en el libro Punto de partida del jurista supremo y de llegada
del jurista medio. Estudió al mismo tiempo teología y materias literarias. Hasta este
momento no había salido de los programas ordinarios escolares de su tiempo; pero no
paró aquí y se dio a conocer al mismo tiempo como médico de gran valor.
Además de medicina, estudió astronomía en el Almagesto, del que hizo un compendio, y
filosofía, en la que le iniciaron, sobre todo, las obras de Ibn Bayya, el filósofo
hispanoárabe muerto en 1139, conocido en Europa con el nombre de Avempace.
Conoció, pues, todo lo conocido en su tiempo y en su ambiente, y a lo largo de su vida no
dejó de profundizar, no sólo con nuevas lecturas, sino también con reflexiones y
observaciones directas; tanto, que uno de sus biógrafos dice de él que desde la edad de
la razón hasta su muerte no cesó de estudiar, salvo el día de su boda y el de la muerte de
su padre.
El primer califa almohade 'Abd al-Mumin (1130-1163) le confió varias misiones; su
sucesor Yusuf (1163-1184) lo tuvo en gran estima. El soberano era entendido en filosofía
y planteó problemas de esta disciplina a Averroes cuando le fue presentado por el médico
de la corte Ibn Tufayl, otro filósofo hispanoárabe conocido en Occidente por la novela
místico-filosófica Hayy ibn Yaqzan.

Al principio, Averroes se mostró reticente, porque conocía (y tendría amarga experiencia


de ello al fin de su vida) los riesgos de profesar la filosofía en un ambiente que tendía a
identificarla con la herejía; pero cuando vio que el mismo califa planteaba un tema
arriesgado, ya no vaciló y conquistó con su doctrina el ánimo de su interlocutor, quien le
regaló una gran suma, un suntuoso abrigo de pieles y una bella cabalgadura. Lo nombró
además médico de corte y le confió, en España y en Marruecos, una serie de misiones
que culminaron en 1182 con el nombramiento de cadí de los cadíes de Córdoba.

Bajo el reinado del sucesor de Yusuf, Yaqub al-Mansur (1184-1199), continuaron los
honores; pero en 1195, el califa, cediendo a las presiones de los teólogos y de los
canonistas, que veían en las ciencias profanas, y sobre todo en la filosofía, un peligro
para la religión, publicó un decreto contra los cultivadores de estas disciplinas y confinó en
Lucena, arrabal situado a poca distancia de Córdoba, a su protegido, que había sufrido el
disgusto de ver cómo se quemaban sus obras en la plaza pública y de verse expulsado,
juntamente con su amigo Ibn Zuhr (Avenzohar), de la mezquita por la plebe fanatizada.
Tres años después, en 1198, el califa revocó sus edictos y volvió a llamar junto a sí a
Averroes, que murió pocos meses después en Marrakesh.

La filosofía de Averroes
Averroes fue conocido en Occidente como "el Comentador" por haber traducido y
divulgado las obras de Aristóteles. De entre sus numerosas obras, destacan precisamente
los Comentarios a Aristóteles, de los cuales existen el Comentario mayor (1180), en el
que explica frase por frase el corpus aristotélico; el Medio, en el que explica el conjunto de
los textos, y el Pequeño comentario o paráfrasis (1169-78), que resumía su significado
general. También comentó La república de Platón.
Entre las grandes inquietudes de Averroes destacó la de delimitar las relaciones entre
filosofía y religión. Para Averroes, la religión verdadera se encuentra en la revelación
contenida en los libros sagrados hebreos, cristianos y musulmanes. Pero libros como el
Corán, aun siendo base de la religión verdadera, están dirigidos a todos los hombres, y no
todos tienen la misma capacidad de comprensión. La verdad auténtica sólo la alcanzan
los filósofos, que basan sus conocimientos en demostraciones rigurosas y absolutamente
lógicas. Es obligación de los filósofos descubrir, más allá del sentido literal del libro
sagrado, la idea oculta bajo las imágenes y los símbolos.

Así, el Corán ofrece una religión natural, de acuerdo con las enseñanzas de la experiencia
común, y capaz de ser entendida por la mayoría de la gente que no va más allá de la
imaginación en su forma de entender. En este contexto se ubican las dos pruebas sobre
la existencia de Dios propuestas en el Corán. Primera: el mundo no puede deberse al
azar, sino que es obra de un creador, porque todo él está adaptado y ordenado para
mantener la vida del hombre, de los animales y de las plantas. Todo lo que existe está
orientado al servicio del hombre. La segunda: la admirable disposición y coordinación de
todas las cosas entre sí exige un creador. Esto constituye la religión natural a la cual
podrían haber llegado los hombres a través de las cosas sensibles, con la sola fuerza de
su razón, aunque con mucho trabajo, después de largo tiempo y con riesgo de muchos
errores.

Pero el Corán ofrece también otras doctrinas reveladas, y su originalidad respecto a otros
libros sagrados consiste en que ha expuesto los tres principios esenciales de toda religión
en un lenguaje asequible a todos los hombres; es decir, en el nivel de la imaginación.
Esos tres principios son: la creencia en Dios creador del mundo, la creencia en la
existencia de los ángeles y en la misión de los profetas, y la creencia en la vida del más
allá con el premio o castigo correspondiente a cada uno. Esta enseñanza se dirige a todos
los hombres. Pero a los filósofos y científicos no les ofrece ideas concretas, sino
"sugerencias" en torno a una realidad suprasensible que deben desarrollar.

El eje de la filosofía de Averroes es la diferenciación entre el conocimiento humano y el


divino. El conocimiento humano, basado en las cosas sensibles, es de los sentidos y de la
imaginación; no es un conocimiento objetivo, el cual se define como "unidad e identidad
perfecta bajo todo aspecto entre el sujeto y el objeto". El conocimiento humano mantiene
necesariamente una inevitable pluralidad al no estar nunca los inteligibles totalmente
desligados de las formas imaginativas. Además es incompleto, porque no capta la esencia
de las cosas, sino sólo los "accidentes" de las sustancias.

El conocimiento divino intuitivo, por el contrario, no depende de las cosas exteriores a la


mente, sino que las cosas dependen de su conocimiento, que es la causa y razón de la
existencia de ellas, y abarca la infinidad de todas juntas. No se basa en la multiplicidad
debida a la clasificación de los seres, sino en la unidad orgánica de la esencia de los
seres, en cada uno de los cuales se manifiesta la sabiduría divina, unidos entre sí según
un orden y coherencia. Dios, conociéndose a sí mismo, produce las cosas, y ese
conocimiento es en sí la concreta realidad objetiva del mundo.

Al doble conocimiento corresponden dos modos en la realidad. La realidad nouménica del


universo es el objeto del conocimiento intuitivo divino. Ese conocimiento divino es a la vez
idéntico a Dios, porque la actividad cognoscitiva de Dios es la misma actividad productora
del mundo. En esta realidad nouménica el mundo es una creación continua de la fuerza
inmanente en él.
El otro modo es la realidad fenoménica, objeto del conocimiento discursivo cuya mayor
realización se da en la filosofía griega con Platón y Aristóteles. Según Averroes, el mérito
de estos filósofos está en haber reconocido la necesidad de la existencia de una realidad
nouménica superior (principio supremo, Dios), pero erraron al hablar de ese primer
principio en términos derivados del conocimiento empírico. No se puede pensar en la
voluntad divina al modo de los agentes de la realidad fenoménica. Averroes señala su
posición al respecto en esta escueta afirmación: "Dios conoce las cosas no porque tenga
un determinado atributo, sino porque éstas son producidas por él en cuanto él las
conoce". O sea, que la actividad cognoscitiva de Dios es por sí misma creadora del
mundo.

Siendo el conocimiento de Dios el origen del mundo, está claro que éste, lo mismo que su
hacedor, no puede tener principio ni fin. Es nuestra mente quien concibe el principio y el
fin del mundo, al considerar la realidad bajo la categoría subjetiva del tiempo. Averroes
trata el problema de la distinción entre tiempo verdadero (tiempo-duración) y tiempo
abstracto (tiempo-medida) en su breve tratado Solución al problema: creación o eternidad
del mundo. El tiempo verdadero no se compone de momentos temporales separados por
un principio y un fin. Debe ser considerado, más bien, como una circunferencia en la que
todo punto es al mismo tiempo principio y fin de un arco. El tiempo abstracto es el tiempo
abstraído de la realidad del mundo, que se le aplica como medida, y es representado
como línea recta (ya sea ésta finita o infinita).
Averrroes sostuvo además el monopsiquismo, es decir, la existencia de una sola mente
(alma) supraindividual y universal, de la que la inteligencia (psique) sería una simple y
provisional manifestación. Es decir: el hombre no posee un alma propia, sino que
participa, hasta que muere, del alma colectiva. Contrariamente a las enseñanzas
del cristianismo y del islam, desde el punto de vista del individuo no existe ninguna
esperanza de eternidad: el alma individual está destinada a morir con el cuerpo.
Nociones como ésta valieron a Averroes una condena de exilio (en 1195) y suscitarían la
sospecha de herejía en el averroísmo latino, orientación filosófica difundida después de
1270 en Occidente y muy particularmente en París, gracias a las enseñanzas de Siger de
Brabante. En 1277, el arzobispo Stefano Tempier condenó 219 tesis sostenidas por
aristotélicos averroistas, empezando así una polémica filosófica que no terminaría hasta el
Renacimiento.
La orientación averroísta que elevaba a Aristóteles a la categoría de auctoritas incluso por
encima de la Biblia se difundiría a partir del siglo XIII entre las magistri artium, los
profesores de formación laica que controlaban en las universidades la enseñanza de
las scientiae (aritmética, música, geometría) y de la scientia prima, la metafísica
aristotélica. El choque entre estos intelectuales y la ortodoxia religiosa alcanzó su cima
con el Tomismo, pero a pesar de la influencia de Santo Tomás de Aquino (para quien
Averroes había desfigurado las enseñanzas de Aristóteles), el espíritu del Averroísmo
sobrevivió en la tradición aristotélica del Renacimiento (en particular en Pietro
Pomponazzi). Su llamada a la superioridad de la razón sobre la fe, al valor de la filosofía
natural (la práctica científica) en oposición a la teología, se convirtió en un importante
regulador de la mentalidad científica moderna. En Oriente, en cambio, la filosofía de
Averroes pasó prácticamente desapercibida.

ACTIVIDAD

Averigua diez frases de Averroes y coméntalas en el cuaderno.

Selomó ibn Gabirol [Avicebrón]


(Selomó, Solomon o Salomón ben Yehuda ibn Gabirol, llamado Avicebrón o Avincebrol;
Málaga, c. 1020 - Valencia, c. 1058) Poeta y filósofo hebraicoespañol. Se educó en
Zaragoza, viajó por toda la península y vivió un tiempo en Granada. Muchas de sus
composiciones religiosas, de talante neoplatónico y místico, han pasado al ritual de los
judíos sefardíes; sus poemas profanos, influidos por la poesía árabe, destacan por su
pesimismo. Es autor de Fuente de la vida, sobre el origen y la constitución de los seres, y
de Selección de perlas, centón de máximas morales en árabe.

Ibn Gabirol o Avicebrón

Hasta el siglo pasado, Avicebrón era considerado como un filósofo hispanoárabe


cristiano, pero en 1857 S. Munk, en Mélanges de philosophie juive et arabe, publicó una
antigua versión hebraica parcial de la obra Fuente de la vida (escrita originariamente en
árabe y conocida a través de la versión latina de Domenico Gundissalino). El traductor
hebreo, Sem Tob ibn Falachera, citaba como autor de la obra al gran poeta Ibn Gabirol,
que, junto con Judá Levita e Ibn Ezra, forma parte del máximo triunvirato de la lírica
hebrea medieval. La escolástica latina, interesándose sólo por la obra filosófica y
deformando en Avicebrón el nombre de Ibn Gabirol, había dado origen a este curioso
desdoblamiento, favorecido por la variedad de temas tratados por Ibn Gabirol y por la
brevedad de su vida.

Muy joven, se había trasladado a Zaragoza, donde obtuvo la amistad y la protección de


Semu'el ha-nagid; poseyó una inspiración precoz y melancólica, a causa de sus muchos
dolores físicos y de las desventuras familiares. A los dieciséis años se lamentaba ya de su
vejez y escribía algunas de sus mejores poesías, celebrando la naturaleza y cantando a
sus amigos (sobre todo a Jekultiel ibn Hasan de Zaragoza).

Reclamado de ciudad en ciudad a causa de su fama y de sus numerosas amistades,


alternaba la lírica (en la que también fue técnicamente un innovador, introduciendo en
hebreo la variedad de metros árabes) con la producción gnómica y filosófica. Escribió en
árabe una colección de sentencias morales titulada Mukhtar al-Giawahir (Selección de
perlas), el tratado moral Kitab Islah al-akhlaq (El perfeccionamiento de las cualidades del
alma) y su obra principal, Fuente de la vida.
En hebreo compuso Keter Malkuth (La corona real), en la que la poesía de los Salmos y la
visión metafísica neoplatónica se funden en un lírico itinerario hacia Dios de profunda
sugestión. Si por un lado el poeta se complace en contemplar toda la magnífica fábrica del
mundo, expresión del poder y majestad de Dios, por otro siente el déficit moral de su vida,
confiesa la reata del pecado y bate su pecho con contrición. El poema está dividido como
en pequeñas perícopas, al final de cada una de las cuales hay una alusión a un pasaje
bíblico relacionado con el asunto tratado; la expresión y el estilo es sublime y profundo, en
un hebreo muy puro.
La muerte de Semu'el ha-nagid (1055) le causó acerbo dolor, y a partir de entonces sólo
escribió poesías religiosas, muchas de las cuales han entrado a formar parte de la liturgia
sinagogal: recordemos, en el rito italiano, "l'Adon' ôlam" ("Señor del mundo") y el llamado
"Símbolo de Maimónides", poética formulación de los trece artículos de fe del judaísmo.
La autenticidad de algunas poesías y obras menores no es, con todo, muy segura. Su
pensamiento filosófico, escasamente judaico y estrechamente vinculado al de Plotino,
tuvo amplia difusión en Occidente y nutrió la filosofía de la orden de San Francisco de
Asís, que incorporó algunos de los temas esenciales del voluntarismo y de la inspiración
mística de Avicebrón.
Fuente de la vida
Esta obra debe su importancia al hecho de haber sido Avicebrón el primer expositor
sistemático del neoplatonismo en Europa, llevando a cabo de esta manera una función
análoga a la que mil años atrás otro judío, Filón de Alejandría, había ejercido como
intermediario entre la filosofía helénica, especialmente la platónica, y el mundo oriental.
Ambos tuvieron una influencia escasa en los ambientes judíos, y notable en cambio sobre
el cristianismo primitivo (Filón) y sobre la escolástica cristiana medieval (Avicebrón).
Fuente de la vida toma la forma de un diálogo filosófico entre maestro y discípulo y consta
de cinco tratados que desarrollan los siguientes temas: la materia y la forma en general y
su relación en las substancias corpóreas; la substancia que sostiene la corporeidad del
mundo; pruebas de la existencia de substancias simples, intermediarias entre Dios y el
mundo físico; pruebas de que estas substancias simples o inteligibles también están
constituidas de materia y forma; y, por último, la materia universal y la forma universal. La
tesis dominante es que todos los seres creados están constituidos de materia y de forma,
no sólo las substancias corpóreas, sino también las simples o espirituales, que sirven de
eslabón entre la substancia primera (Dios) y la substancia que se divide en las nueve
categorías (el mundo físico). La materia y la forma se encuentran siempre en la relación
de quien sostiene y quien es sostenido, de calificado y cualidad, substrato y atributo: la
misma materia se da en todo el universo, desde las más altas formas de la espiritualidad
a los más bajos límites del mundo físico; pero cuanto más se aleja la materia de su primer
origen, menos espiritual es.
La materia universal es el substrato de todo lo que existe. Esta universalidad de la materia
es la aportación más original de la filosofía de Avicebrón. Todo lo que existe se puede
reducir a tres categorías: substancia primera, materia y forma, mundo. La voluntad de
Dios, su palabra creadora, no hace de intermediario; no es ni atributo ni substancia
separada. Se ha dicho que con esta teoría, mezcla de platonismo, empedoclismo y
monoteísmo judío, Avicebrón se proponía reconciliar esta última concepción con el
neoplatonismo, pero hay que observar que, contrariamente a la escolástica (incluso a la
escolástica judía, para la que la filosofía era la criada de la teología), Avicebrón mantuvo
su especulación filosófica inmune a toda contaminación teológica y bíblica.

De ahí que su obra se convirtiera en manzana de discordia entre los franciscanos


platónicos y los dominicos aristotélicos, dirigidos por San Alberto Magno y Santo Tomás
de Aquino. Guillermo de Auvernia habla de él como del más noble de todos los filósofos
cristianos; y Alejandro de Hales y San Buenaventura aceptaron su doctrina de la
constitución de las substancias espirituales de materia y forma; su más celoso defensor
fue Juan Duns Escoto, para llegar más tarde a Giordano Bruno. Santo Tornás de Aquino
se opuso a tres de sus teorías: la universalidad de la materia, la pluralidad de las formas
en un ser físico (pues admitía "formas separadas" desprovistas de materia) y el poder de
actividad de las substancias físicas, afirmado por Avicebrón y rechazado por Santo
Tomás. Jourdain escribió que la filosofía del siglo XIII no es inteligible sin conocer la
filosofía de Avicebrón y su influencia.

LECTURA
AVICEBRON. La fuente de la vida. Tratado primero. P. 77 a 103 pdf adjunto.

ACTIVIDAD: Realice la lectura y elabore una síntesis de la misma.

MAIMÓNIDES

Maimónides
(Moshéh ben Maimón) Filósofo y teólogo judío español (Córdoba, 1135 - El Cairo, 1204).
Hijo de un juez, se educó en colegios musulmanes y judíos de Córdoba. Tras la invasión
almohade, que instaló la intolerancia en al-Ándalus, sufrió persecución por motivos
religiosos y se vio obligado a huir a Fez (1158), antes de emigrar a Oriente: Palestina,
Alejandría y, finalmente, El Cairo (1165). Allí llegó a ser médico del último rey fatimí,
al-'Adid, y nagid o guía espiritual de la comunidad judía de Egipto. Su principal labor
consistió en asentar la teología judaica sobre los principios de la razón según la filosofía
aristotélica, papel comparable al que cumplieron Averroes en el Islam y santo Tomás en el
cristianismo. La Guía de los perplejos (1190) es su obra más relevante en ese terreno.
También realizó aportaciones notables a la medicina y a la jurisprudencia talmúdica.
Sufrió continuas dificultades y persecuciones, tanto por parte de los musulmanes
(denunciado como apóstata del islamismo, sólo la protección personal del visir de
Saladino, al-Fádil, le salvó de la muerte), como de los judíos tradicionalistas que
recelaban de su tendencia racionalista (llegando incluso a recurrir a la Inquisición para
que condenara sus obras).
(1135/03/30 - 1204/12/13)

Filósofo, matemático y físico judío

 Considerado como el filósofo judío más importante de la edad media.


 Obras: Sefer Hamitzvot, Mishné Torá...
 Padres: Maimon ben Yossef HaDayan
 Hijos: Abraham ben Moisés ben Maimón
 Nombre: Rabí Mosheh ben Maimon, Musa ibn Maymun
 Apodo: L’Aigle de la Synagogue

"Si Doctores más sabios que yo quieren ayudarme a entender, concédeme Señor el
deseo de aprender de ellos, pues el conocimiento para curar no tiene límites"
Maimónides
Maimónides nació el 30 de marzo de 1135 en Córdoba, España, en el seno de una
distinguida familia.

Su padre Maimon ben Yossef HaDayan ejercía como letrado y príncipe de la judería.

En la escuela sinagogal recibió su primera educación. Sus estudios


sobre matemáticas y medicina los realizó en la enseñanza árabe.

Conquistada Córdoba en 1148 por los almohades, impusieron las leyes del Islam tanto a
cristianos como a judíos, la familia de Maimónides se exilió.

Errantes durante años, se radicaron en Egipto, donde Maimónides llegó a ser rabino
principal de El Cairo y médico de Saladino I, sultán de Egipto y Siria.

Fue conocido en el judaísmo por el acrónimo Rambam. Su contribución a la evolución


del judaísmo le dio el sobrenombre de segundo Moisés.

Su gran obra en el campo de la legislación judía es el Mishneh Torah, desarrollada en 14


libros y escrita en hebreo (1170-1180).

También formuló los Trece artículos de fe.

Está considerado como el filósofo judío más importante de la edad media.

En Guía de perplejos, escrita en árabe (c. 1190), intentó armonizar fe y razón. La obra
tuvo una gran influencia en filósofos cristianos como santo Tomás de Aquino.

Su utilización de un método alegórico, aplicable a la interpretación bíblica, que minimizaba


el antropomorfismo, fue condenada durante varios siglos por muchos rabinos ortodoxos.

Su fama como médico igualaba a la de filósofo y autoridad en la ley judía. Además


escribió sobre astronomía, lógica y matemáticas.

Maimónides y su esposa, tuvieron un hijo llamado Abraham, quien sucedió a Maimónides


como nagid y como médico de la corte.

Maimónides falleció en El Cairo el 13 de diciembre de 1204.

Obra

En su juventud escribió poesías religiosas y una epístola en árabe.


Sobre sus conocimientos en medicina escribió un buen número de tratados, como el que
dedicó al sultán Saladino, el Tratado sobre los venenos y sus antídotos el año 1199, al
hijo del sultán, Al-Fadl, Guía de la buena salud (1198) y la Explicación de las
alteraciones (1200).
Sus obras mayores de tema rabínico (talmúdico) son dos: un comentario en árabe de
la Mishná, El Luminar (1168), también titulado Libro de la elucidación, y la Segunda
ley o Repetición de la ley del año 1180, que constituye su obra magna y consiste en una
amplia y minuciosa recopilación por materias de todas las leyes y normas religiosas y
jurídicas de la vida judía (es decir, del Talmud).
Estas obras tuvieron mucha fama y le otorgaron numerosos discípulos. También es autor
de obras filosóficas de gran peso en el pensamiento medieval, escritas durante los últimos
años de su vida, como el Tratado sobre la resurrección de los muertos (1191).
La Guía de perplejos (1190), incorrectamente apodada Guía de los descarriados, es la
clave de su pensamiento filosófico y ejerció una fuerte influencia en círculos tanto judíos
como cristianos y sobre todo escolásticos.
En ella establece una conciliación entre la fe y la razón dirigida a quienes vacilan entre las
enseñanzas de la religión judía y las doctrinas de la filosofía aristotélica que entonces
imperaban, demostrando que no hay contradicción en los puntos en que fe y razón
parecen oponerse.11 Es decir, una conciliación entre el sentido literal de las escrituras y
las verdades racionales, acudiendo a la interpretación alegórica en casos de conflicto.
Fue así que surgieron polémicas por parte de "antimaimonistas" —básicamente, por parte
de un grupo de musulmanes que pretendían una lectura literal del Corán, los mutallajim—
que lo tacharon de racionalista. A pesar de ello fue una obra muy comentada y de gran
influencia en el mundo musulmán y la escolástica cristiana, por ejemplo en Santo Tomás
de Aquino.
Como judío en territorio islámico tuvo una vasta formación en ambas culturas: la
tradicional judía y la árabe profana (con sus incorporaciones de la griega), a partir de las
enseñanzas de su erudito padre Maimum, por lo que escribió obras tanto en hebreo como
en árabe, en una prosa que se caracteriza sobre todo por la sistematización y la claridad
expositiva.
De Maimónides surge el movimiento intelectual judaico de los siglos XIII y XIV que se
extendió por España y el sur de Francia. Partidario del realismo teológico ha llegado a ser
considerado precursor de las ideas de Spinoza, pero filosóficamente no se le considera
muy original por seguir básicamente a Aristóteles, apartándose de él en puntos que
parecen contradictorios a las creencias y tradiciones judías. Por lo tanto, su carácter es
conciliador.

Guía de perplejo
Artículo principal: Guía de perplejos

En Guía de perplejos se encuentra todo su pensamiento filosófico. Las ideas que muy
probablemente influenciaron a Alfonso de la Torre en la Visión deleitable son:

 Maimónides distingue tres grupos de seres creados:


o los minerales, las plantas y los seres vivos (incluyendo al hombre),
compuestos de materia y forma perecederas.
o Las esferas y las estrellas, en las cuales la forma es permanente.
o Los seres dotados de forma, pero sin materia, como son los ángeles.
 Admite la creación como un acto conforme a la esencia divina, el cual abarca
todos los seres, no tiene otro fin que a sí mismo y por lo tanto su duración es ilimitada.
 Dice probar la existencia de Dios a partir de argumentos aristotélicos, y afirma su
unidad e incorporeidad.
 El alma es una en esencia, pero tiene cinco facultades: la fuerza vital, los sentidos,
la imaginación, el apetito (pasiones y voluntad) y la razón (libertad y entendimiento).
 El entendimiento es la facultad que caracteriza al hombre, pero las demás le son
comunes con la mayor parte de los animales. Este puede ser pasivo (entendimiento
material que sufre la acción de la vida orgánica, es inseparable del cuerpo e
individual) o activo (adquirido o comunicado, separado del cuerpo).
 Habla del estado profético, constituido por una iluminación superior a lo que cada
uno puede aspirar que produce el máximum de ciencia y dicha, entendiendo la
profecía como una emanación de Dios que se extiende por medio del intelecto a la
facultad racional y después sobre la facultad imaginativa.
 El hombre es libre y la libertad es una función de la inteligencia, y este intelecto,
como forma del alma humana, es inmortal porque no necesita del alma para sus
operaciones, sino que entiende separado absolutamente del cuerpo.
 La resurrección de los cuerpos se debe a la fe pero la razón no la puede
demostrar aunque tampoco negar y la admite como un milagro compatible con la
creación.
 El entendimiento constituye el verdadero fondo de nuestro ser, la parte inmortal del
hombre y por eso el hombre debe encaminar todos sus actos a obtener la perfección
suprema de esta facultad mediante el conocimiento de Dios; conocer y amar a Dios es
el fin último de la vida.
 El hombre es libre y esta libertad, actuando como tal, puede por sus solas fuerzas
realizar el bien desinteresadamente.

ACTIVIDAD
Realice un mapa mental sobre las ideas planteadas en el resumen de la obra de
Maimónides, Guía de perplejo.

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