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Texto 11 - Triangulación y Métodos Mixtos (PIOVANI, Juan)
Texto 11 - Triangulación y Métodos Mixtos (PIOVANI, Juan)
20.1. introducción
En la década de 1960 esta idea fue retomada por W ebb, Campbell,
chwartz y Sechrest en su clásico texto sobre unobtrusive measures, en el
S
que proponen mediciones sociales no reactivas. Pero en lugar de recu-
rrir a algunas de las expresiones formuladas con anterioridad, emplea-
ron –por primera vez en la historia de las ciencias sociales–el término
“triangulación”:
algo que para muchos cientistas sociales estaba hasta entonces vedado,
en especial cuando se trataba de combinar teorías encuadradas en para-
digmas científicos supuestamente inconmensurables (véase por ejemplo
Horton, 1966).
Finalmente, la triangulación metodológica, de la que nos ocuparemos
con mayor profundidad en este capítulo, implica la articulación de mé-
todos cuantitativos y cualitativos. Cabe aclarar, sin embargo, que ade-
más de este tipo de triangulación intermétodo [between-method], Denzin
(1970) también se refiere a la triangulación intramétodo [within-method],
categorización retomada por Jick (1979) para dar cuenta del uso conjun-
to de variantes de un mismo método –por ejemplo entrevistas y observa-
ción participante–en la misma investigación social.
La rápida adopción del término “triangulación” en las ciencias sociales
también se vio reflejada en la proliferación de textos metodológicos es-
pecializados. Para muchos, el libro de Bryman (1988), Quantity & Quality
in Social Research, cuyo capítulo 6 –Combining Quantitative and Q ualitative
Research–se dedica de manera exclusiva al problema de la articulación
de los métodos, es a la vez un texto pionero y un clásico en la materia.
Santos y otros (2018) también destacan como hito la aparición, en 2003,
del Handbook of Mixed Methods in Social & Behavioral Research, coordinado
por Tashakkori y Teddlie. Y tal vez resulte aún más significativa la publi-
cación, desde 2007, de una revista científica especializada y muy recono-
cida, el Journal of Mixed Methods Research.1 En la actualidad, más allá de la
literatura específica, casi todos los manuales generales de metodología,
en todos los idiomas, hacen al menos alguna mención a la triangulación
metodológica.
Ahora bien, ¿con qué objetivos se ha apelado a la triangulación en las
ciencias sociales? Knafl y Breitmayer (1989) sostienen que ella ha tenido
dos objetivos en la investigación social: la convergencia y la completitud.
En otras palabras, se ha recurrido a la triangulación como medio de va-
lidación convergente o como vía para alcanzar una comprensión más
completa de un fenómeno, abordándola desde distintas perspectivas. En
un mismo sentido, Bericat (1998) describe los objetivos de la triangula-
ción en términos de convergencia y complementación, pero introduce
una tercera posibilidad: la combinación. E xiste convergencia cuando se
1E
l lector tal vez haya advertido que en los títulos de estas publicaciones no
se emplea el término “triangulación”, sino “métodos mixtos”. P or ahora los
tomamos como equivalentes, pero más adelante abordaremos sus diferencias
con mayor detalle (veáse apartado 20.5).
triangulación y métodos mixtos 443
omo se acaba de señalar, hay autores que creen que los métodos de
C
investigación social derivan de tradiciones epistemológicas y ontológi-
cas completamente diferentes, y sostienen que si bien es posible usar en
simultáneo técnicas cuantitativas y cualitativas, esto no constituye una
verdadera integración metodológica –en sentido estricto–dados los dis-
tintos principios en los que se basa cada tipo de investigación.
Esta línea argumental permite establecer una analogía entre las arti-
culaciones metodológicas y –en un plano mucho más general–las disci-
plinarias. De este modo, al igual que se establecen matices y diferencias
entre lo que implica la multidisciplina, la interdisciplina y la transdisci-
plina, pueden pensarse matices equivalentes entre multimetodología, in-
termetodología y transmetodología. La primera implicaría un uso com-
binado de ambos métodos –estándar y no estándar–en el marco de la
misma investigación, pero respetando las lógicas de producción y análisis
de datos de cada uno de ellos. A diferencia de la intermetodología, no se
produciría en este caso una integración metodológica en sentido fuerte,
y mucho menos una trascendencia de las estrategias metodológicas y de
los instrumentos conceptuales y operativos hasta ahora conocidos y utili-
zados en la investigación social.
Considerando esto, la triangulación metodológica se ubicaría, para
muchos, en el nivel de la intermetodología. En cambio, especialmente
cuando se reconocen las diferencias ontológicas, epistemológicas, meto-
dológicas y técnicas, pero aún así se considera útil algún tipo de comple-
mentación, las propuestas suelen situarse en el nivel de la multimetodo-
logía. En este marco se han acuñado nuevas expresiones, como “méto-
dos mixtos” [mixed methods] o “investigación multimétodos” [multimethod
research]. O tros autores prefieren hablar de investigación multiestratégi-
ca (Bryman, 2001), para dar cuenta del hecho de que lo cualitativo y lo
cuantitativo remiten a estrategias de investigación complejas, asociadas
a un conglomerado de métodos, y no a un único método en cada caso.
Estas nuevas expresiones dan respuesta a quienes, como M
assey
(1999), sostienen que el uso del término “triangulación” en las ciencias
sociales resulta inadecuado, o como Hammersley (2008), para quien
tiene múltiples sentidos y su uso no sería equivalente –o al menos no
siempre remitiría–a la utilización combinada de métodos cuantitativos
y cualitativos. Por otra parte, hablar de métodos mixtos implica no aban-
donar la apuesta –aunque sea minimalista–por la utilización conjunta de
diversos métodos para abordar un mismo problema de investigación o
448 manual de metodología de las ciencias sociales