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5.1 Quejoso.
Del artículo trascrito se observa que, para que una persona jurídica oficial, acuda
al juicio de amparo, se deben dar los siguientes supuestos:
• Que la norma, acto u omisión afecte su patrimonio.
• Que se encuentren en un plano de igualdad frente a los particulares.
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Tesis 1a. XXXIX/2011 de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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las relaciones jurídicas en las que se encuentran en un plano de igualdad con los particulares,
supuesto en el que no actúan en funciones de autoridad, sino como personas morales de
derecho privado; lo que no ocurre cuando en el procedimiento referido intervienen como parte
demandada en defensa de la legalidad del acto administrativo emitido en ejercicio de sus
funciones de derecho público, pero no despojado de imperio.”2
2
Tesis 2a./J. 36/2014 (10a.) de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 3
Tesis 2a./J. 105/2014 (10a.) de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 4
Tesis 2a./J. 85/2015 (10a.) de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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contradicción de tesis 293/2011 resuelta por el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, donde se determinó lo siguiente:
Interés individual
Interés simple
Interés jurídico
Es aquel que se ha identificado con la titularidad de un derecho subjetivo, es decir,
con la posibilidad de hacer, o querer determinada circunstancia y la posibilidad de
exigir a otros el respeto de la misma. En este, la afectación a la esfera jurídica se
encuentra referida a una cualidad específica: la titularidad de un derecho subjetivo.
Interés legítimo
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Puede definirse como aquel interés personal -individual o colectivo-, cualificado,
actual, real y jurídicamente relevante, que pueda traducirse, si llega a concederse
el amparo, en un beneficio jurídico a favor del quejoso. Dicho interés deberá estar
garantizado por un derecho objetivo, sin que dé lugar a un derecho subjetivo; pero
siempre debe haber una afectación a la esfera jurídica del quejoso en el sentido
amplio, que puede ser de índole económica, profesional, de salud pública, o de
cualquier otra índole. En el caso del interés legítimo, se suele indicar que se trata
de una legitimación intermedia entre el interés jurídico y el interés simple, ya que
no se exige acreditar la afectación a un derecho subjetivo, pero tampoco implica
que cualquier persona pueda promover la acción.
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j) El interés debe ser armónico con la dinámica y alcances del juicio de amparo,
consistentes en la protección de los derechos fundamentales de las
personas.
II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con independencia de su naturaleza formal, la
que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones
jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o
extinguiría dichas situaciones jurídicas.
Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán la calidad de autoridad responsable cuando
realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los términos de esta
fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una norma general.”
“AUTORIDAD, CARACTER DE, PARA LOS EFECTOS DEL AMPARO. En derecho público,
se entiende por autoridad, a un órgano del Estado, investido legalmente de la facultad de
decisión y del poder de mando necesario para imponer a los particulares sus propias
determinaciones, o las que emanen de algún otro órgano del mismo Estado; pero tratándose
del juicio de amparo, no debe examinarse este concepto con el criterio antes expresado, en
cuanto deba exigirse la atribución legal de las facultades correspondientes como
indispensables para que un funcionario, agente o empleado, pueda ser considerado como
autoridad, ya que de tenerse como necesaria esta circunstancia, se llegaría a la conclusión
absurda de que el amparo no procede cuando un órgano del Estado obra fuera de su
competencia legal, en perjuicio de los particulares, siendo, estos casos, indudablemente, los
que requieren más frecuentemente, y con más imperiosa necesidad, la intervención de la
justicia federal. Así lo ha entendido la Suprema Corte en la ejecutoria dictada en el amparo del
señor Marcolfo F. Torres, en la que textualmente se dice: "En efecto, al decir la Constitución
General de la República, que el amparo procede por leyes o actos de autoridades que violen
las garantías individuales, no significa, en manera alguna, que por autoridades deba
entenderse, para los efectos del amparo, única y exclusivamente aquéllas que estén
establecidas con arreglo a las leyes, y que, en el caso especial de que se trate, hayan obrado
dentro de la esfera legal de sus atribuciones, al ejecutar los actos que se reputan violatorios de
garantías individuales. Lejos de eso, el señor Vallarta y otros tratadistas mexicanos de derecho
constitucional, sostienen que el término "autoridad", para los efectos del amparo, comprende a
todas aquellas personas que disponen de la fuerza pública, en virtud de circunstancias, ya
legales, ya de hecho, y que, por lo mismo, estén en posibilidad material de obrar, no como
simples particulares, sino como individuos que ejercen actos públicos, por el hecho mismo de
ser pública la fuerza de que disponen;...." Encontrándose que el criterio que debe servir de
norma para definir en qué casos se está en presencia de un acto de autoridad, debe referirse a
la naturaleza misma de esos actos, los que pueden ser, según la doctrina antes expresada,
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Tesis 1103 emitida por la otrora Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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una resolución que afecte a los particulares o actos de ejecución, con esa misma
característica, provenientes, unos y otros, de órganos del Estado, dentro o fuera de las órbitas
de sus atribuciones legales, debe concluirse que, independientemente de que, en términos
generales, determinada oficina o dependencia del Ejecutivo, tenga, o no, el carácter de
autoridad, en los términos de las leyes que regulen esa dependencia oficial, debe atenderse,
en el caso de que se trate, a precisar si el acto se considera una decisión y la amenaza de la
ejecución correspondiente, y si así fuere, debe considerarse que tiene el carácter de acto de
autoridad, para los efectos del amparo, pues por ejemplo, la declaración administrativa de la
caducidad de un contrato, es un acto típico de autoridad, y también lo es el requerimiento que
se hace sobre la entrega del local dado en arrendamiento.”6
6
Tesis emitida por la Segunda Sala, visible en la página 5033 del Tomo XLV del Semanario Judicial de la Federación. 7
Tesis emitida por la Primera Sala, visible en la página 13 del Volumen 3, Segunda Parte del Semanario Judicial de la
Federación.
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afecten la esfera legal de los gobernados, sin la necesidad de acudir a los órganos judiciales ni
del consenso de la voluntad del afectado. Esto es, ejercen facultades decisorias que les están
atribuidas en la ley y que por ende constituyen una potestad administrativa, cuyo ejercicio es
irrenunciable y que por tanto se traducen en verdaderos actos de autoridad al ser de naturaleza
pública la fuente de tal potestad. Por ello, este Tribunal Pleno considera que el criterio
supracitado no puede ser aplicado actualmente en forma indiscriminada sino que debe
atenderse a las particularidades de la especie o del acto mismo; por ello, el juzgador de
amparo, a fin de establecer si a quien se atribuye el acto es autoridad para efectos del juicio de
amparo, debe atender a la norma legal y examinar si lo faculta o no para tomar decisiones o
resoluciones que afecten unilateralmente la esfera jurídica del interesado, y que deben exigirse
mediante el uso de la fuerza pública o bien a través de otras autoridades.”8
“AUTORIDAD PARA LOS EFECTOS DEL AMPARO. TIENE ESE CARÁCTER UN ÓRGANO
DEL ESTADO QUE AFECTA LA ESFERA JURÍDICA DEL GOBERNADO EN RELACIONES
JURÍDICAS QUE NO SE ENTABLAN ENTRE PARTICULARES. La teoría general del derecho
distingue entre relaciones jurídicas de coordinación, entabladas entre particulares en materias
de derecho civil, mercantil o laboral, requiriendo de la intervención de un tribunal ordinario con
dichas competencias para dirimir las controversias que se susciten entre las partes; de
subordinación, entabladas entre gobernantes y gobernados en materias de derecho público,
donde la voluntad del gobernante se impone directamente y de manera unilateral sin necesidad
de la actuación de un tribunal, existiendo como límite a su actuación las garantías individuales
consagradas en la Constitución y las de supraordinación que se entablan entre órganos del
Estado. Los parámetros señalados resultan útiles para distinguir a una autoridad para efectos
del amparo ya que, en primer lugar, no debe tratarse de un particular, sino de un órgano del
Estado que unilateralmente impone su voluntad en relaciones de supra o subordinación,
regidas por el derecho público, afectando la esfera jurídica del gobernado.”9
“AUTORIDAD PARA LOS EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO. NOTAS DISTINTIVAS. Las
notas que distinguen a una autoridad para efectos del juicio de amparo son las siguientes: a)
La existencia de un ente de hecho o de derecho que establece una relación de supra a
subordinación con un particular; b) Que esa relación tenga su nacimiento en la ley, lo que dota
al ente de una facultad administrativa, cuyo ejercicio es irrenunciable, al ser pública la fuente
de esa potestad; c) Que con motivo de esa relación emita actos unilaterales a través de los
cuales cree, modifique o extinga por sí o ante sí, situaciones jurídicas que afecten la esfera
legal del particular; y, d) Que para emitir esos actos no requiera acudir a los órganos judiciales
ni precise del consenso de la voluntad del afectado.”10
8
Tesis P. XXVII/97 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
9
Tesis 2a. XXXVI/99 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
10
Tesis 2a./J. 164/2011 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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Es cierto que ese criterio se fue diseñando durante la vigencia de la Ley de
Amparo publicada en el Diario Oficial de la Federación el diez de enero de mil
novecientos treinta y seis, en vigor hasta el dos de abril de dos mil trece, en cuyo
artículo 11 disponía:
“Artículo 11. Es autoridad responsable la que dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de
ejecutar la Ley o el acto reclamado”.
No obstante, en el Diario Oficial de la Federación del día dos de abril de dos mil
trece se publicó la Ley de Amparo que abrogó la anterior, y en la que se retomaron
los anteriores criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para definir a
las autoridades responsables, que quedó en la fracción II del artículo 5° antes
citado.
De manera que a partir del tres de abril de dos mil trece, día en que entró en vigor
la Ley de Amparo, por disposición del artículo primero transitorio del decreto
respectivo, para definir cuándo se está en presencia de una autoridad para los
efectos del juicio de amparo, o ante la existencia de un ente u organismo del
Estado, debe tenerse en cuenta:
a) la existencia de un ente y organismo del Estado, independientemente de su
naturaleza formal;
b) que emita actos jurídicos, desde luego, derivados de las facultades que les
confiera una norma jurídica u omita hacerlos;
c) que cree, modifique o extinga una situación jurídica en forma unilateral y
obligatoria.
Ahora bien, en el caso del tercero interesado, la ley de la materia fija con claridad,
quienes podrán ostentarse con ese carácter, atendiendo a lo que establece la
fracción III del artículo 5°.
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b) La contraparte del quejoso cuando el acto reclamado emane de un juicio o controversia del
orden judicial, administrativo, agrario o del trabajo; o tratándose de persona extraña al
procedimiento, la que tenga interés contrario al del quejoso;
c) La víctima del delito u ofendido, o quien tenga derecho a la reparación del daño o a reclamar
la responsabilidad civil, cuando el acto reclamado emane de un juicio del orden penal y afecte
de manera directa esa reparación o responsabilidad;
d) El indiciado o procesado cuando el acto reclamado sea el no ejercicio o el desistimiento de la
acción penal por el Ministerio Público;
e) El Ministerio Público que haya intervenido en el procedimiento penal del cual derive el acto
reclamado, siempre y cuando no tenga el carácter de autoridad responsable.”
Es el órgano del Estado que actúa como parte en todos los juicios, en
representación del interés general, pero tiene limitadas sus facultades cuando se
trata del recurso de revisión.11
IV. El Ministerio Público Federal en todos los juicios, donde podrá interponer los recursos que
señala esta Ley, y los existentes en amparos penales cuando se reclamen resoluciones de
tribunales locales, independientemente de las obligaciones que la misma ley le precisa para
procurar la pronta y expedita administración de justicia.
Sin embargo, en amparos indirectos en materias civil y mercantil, y con exclusión de la materia
familiar, donde sólo se afecten intereses particulares, el Ministerio Público Federal podrá
interponer los recursos que esta Ley señala, sólo cuando los quejosos hubieren impugnado la
constitucionalidad de normas generales y este aspecto se aborde en la sentencia.”
11
Campuzano Gallegos, Adriana Leticia. Manual para entender el Juicio de Amparo, Thomson Reuters, México, 2015.
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Ídem.
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la litis del juicio constitucional, al haber tenido la oportunidad para formular
pedimento ante el a quo y, además, porque tiene la posibilidad de interponer el
recurso de revisión en caso de que se encuentre de por medio el interés público y
social, de lo cual resulta que la intervención que el Tribunal Colegiado o la
Suprema Corte de Justicia de la Nación debe conceder a tal representante social
antes de resolver aquella instancia, se limita a la notificación de la admisión del
recurso de revisión; en la inteligencia que la falta de formulación de pedimento no
impide que el expediente relativo sea listado para su resolución.
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De la transcripción del criterio del Pleno de la Suprema Corte de Justicia,
obtenemos en síntesis lo siguiente:
a) Al Ministerio Público de la Federación le incumbe la persecución, ante los
tribunales, de los delitos del orden federal, por lo que puede intervenir en
todos los negocios que la ley determine.
b) En el juicio de amparo, está facultado para presentar los recursos que la ley
de la materia señala, aun en amparo contra leyes.
c) La obligación del Ministerio Público de velar por el orden constitucional, debe
interpretarse conforme a los principios que rigen el juicio de amparo, en el
sentido de que sólo están legitimadas para interponer los recursos contra
las resoluciones que afecten el interés que respectivamente les
corresponde, en términos del artículo 87 de la Ley de Amparo.
d) El Ministerio Público tiene legitimación para interponer los medios de
impugnación cuando la Constitución o las leyes le encomienden la defensa
de un interés específico como propio de su representación social.
5.5 Figuras procesales aplicables a las partes en el amparo.
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En cambio, la legitimación en el proceso (ad processum) se identifica con la falta
de personalidad o capacidad en el actor, se encuentra referida a un presupuesto
procesal, necesario para el ejercicio del derecho de acción que pretenda hacer
valer quien se encuentre facultado para actuar en el proceso como actor,
demandado o tercero; la falta de personalidad se refiere a la capacidad, potestad o
facultad de una persona física o moral, para comparecer en juicio, a nombre o en
representación de otra persona, por lo que si no se acredita tener personalidad,
ello impide el nacimiento del ejercicio del derecho de acción deducido en el juicio;
es decir, la falta de dicho requisito procesal puede ser examinada oficiosamente
por el Juez de la instancia. A esta facultad también se le denomina personería.
Una vez sentada la distinción entre una y otra, es necesario precisar las reglas
que rigen a estas figuras procesales en el amparo.
Quejoso y tercero interesado
“Artículo 6o. El juicio de amparo puede promoverse por la persona física o moral a quien
afecte la norma general o el acto reclamado en términos de la fracción I del artículo 5o.
de esta Ley. El quejoso podrá hacerlo por sí, por su representante legal o por su apoderado, o
por cualquier persona en los casos previstos en esta Ley.
Artículo 7o. La Federación, los Estados, el Distrito Federal, los municipios o cualquier
persona moral pública podrán solicitar amparo por conducto de los servidores públicos
o representantes que señalen las disposiciones aplicables, cuando la norma general, un
acto u omisión los afecten en su patrimonio respecto de relaciones jurídicas en las que se
encuentren en un plano de igualdad con los particulares.”
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Ahora bien, además de esas reglas generales, encontramos reglas especiales,
aplicables a casos en donde participa un menor, un incapaz, una persona sujeta a
proceso penal o aquella persona que reclame actos que importen peligro de
privación a la vida, ataques a la libertad persona fuera de procedimiento o aquellos
que afecten la libertad personal. Así, las reglas especiales serán las siguientes.
En amparo directo, podrá justificarse con la acreditación que tenga en el juicio del
que emane la resolución reclamada. La autoridad responsable que reciba la
demanda expresará en el informe justificado si el promovente tiene el carácter con
que se ostenta.
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Artículo 8o. El menor de edad, persona con discapacidad o mayor sujeto a interdicción podrá pedir amparo por sí o
por cualquier persona en su nombre sin la intervención de su legítimo representante cuando éste se halle ausente, se
ignore quién sea, esté impedido o se negare a promoverlo. El órgano jurisdiccional, sin perjuicio de dictar las
providencias que sean urgentes, le nombrará un representante especial para que intervenga en el juicio, debiendo
preferir a un familiar cercano, salvo cuando haya conflicto de intereses o motivo que justifiquen la designación de
persona diversa.
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de edad. En estos casos, el órgano jurisdiccional de amparo decretará la
suspensión de los actos reclamados, y dictará todas las medidas necesarias para
lograr la comparecencia del agraviado. Una vez lograda la comparecencia, se
requerirá al agraviado para que dentro del término de tres días ratifique la
demanda de amparo. Si éste la ratifica por sí o por medio de su representante se
tramitará el juicio; de lo contrario se tendrá por no presentada la demanda y
quedarán sin efectos las providencias dictadas.
Autoridad responsable
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establecen las reglas a que se sujetará la representación del Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos, en todos los trámites previstos en la Ley de Amparo,
Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, publicado el 25 de marzo de 2019 en el Diario Oficial de la
Federación14. En este Acuerdo, se divide la representación del Presidente, de
acuerdo a la naturaleza del acto, para cada una de las Secretarías de Estado. En
los casos no previstos por el Acuerdo, el Consejero Jurídico del Ejecutivo Federal
determinará el servidor público en quién recaerá la representación del Presidente.
“Artículo 12. El quejoso y el tercero interesado podrán autorizar para oír notificaciones en su
nombre, a cualquier persona con capacidad legal, quien quedará facultada para interponer los
recursos que procedan, ofrecer y rendir pruebas, alegar en las audiencias, solicitar su
suspensión o diferimiento y realizar cualquier acto que resulte ser necesario para la defensa de
los derechos del autorizante, pero no podrá substituir o delegar dichas facultades en un
tercero.
En las materias civil, mercantil, laboral, tratándose del patrón, administrativa y penal, la
persona autorizada, deberá acreditar encontrarse legalmente autorizada para ejercer la
profesión de licenciado en derecho o abogado, y deberán proporcionarse los datos
correspondientes en el escrito en que se otorgue dicha autorización. Sin embargo, las partes
podrán designar personas solamente para oír notificaciones e imponerse de los autos, a
cualquier persona con capacidad legal, quien no gozará de las demás facultades a que se
refiere el párrafo anterior.”
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https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5555017&fecha=25/03/2019
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Del artículo anterior, se desprende que “el autorizado es la persona que la parte
quejosa o la tercera interesada designan para que, en su nombre, realice ciertos
actos. La autorización puede concederse con efectos amplios, para que el
autorizado formule promociones, ofrezca pruebas, alegue en audiencia o
interponga recursos y reciba notificaciones; o, con efectos restringidos, solo para
que oiga y reciba notificaciones y recoja documentos. Al momento de hacerse el
nombramiento de autorizado en la demanda o en un escrito posterior, debe
aclararse para qué efectos se concede.”15
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Campuzano Gallegos, Adriana Leticia. Manual para entender el Juicio de Amparo, Thomson Reuters, México, 2015.
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