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SUSPENSIÓN
“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con
excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la
ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:
X. Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las
condiciones que determine la ley reglamentaria, para lo cual el órgano jurisdiccional de amparo,
cuando la naturaleza del acto lo permita, deberá realizar un análisis ponderado de la apariencia
del buen derecho y del interés social.
Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en materia penal al
comunicarse la promoción del amparo, y en las materias civil, mercantil y administrativa,
mediante garantía que dé el quejoso para responder de los daños y perjuicios que tal
suspensión pudiere ocasionar al tercero interesado. La suspensión quedará sin efecto si éste
último da contragarantía para asegurar la reposición de las cosas al estado que guardaban si
se concediese el amparo y a pagar los daños y perjuicios consiguientes;”
Asimismo, se regula por la Tercera Sección del Capítulo I, del Título Segundo de la Ley
de Amparo. Es imprescindible hacer hincapié en que la suspensión puede solicitarse
hasta antes de que se dicte sentencia y esta cause ejecutoria.
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Estados Unidos Mexicanos, así como la incorporación forzosa al Ejército, Armada o
Fuerza Aérea nacionales; decretándose en el auto de admisión de la demanda,
comunicándose sin demora a la autoridad responsable, por cualquier medio que permita
lograr su inmediato cumplimiento.
En el caso de la suspensión que se tramita de oficio, pero por vía incidental, se sujetará
a este trámite cuando se trate de los siguientes actos:
• Extradición;
• Siempre que se trate de algún acto que, si llegare a consumarse, haría
físicamente imposible restituir al quejoso en el goce del derecho reclamado.
En este caso, de oficio se ordena la apertura y se provee en el auto inicial del incidente.
El trámite se llevará como el previsto para la suspensión a petición de parte.
Procede respecto de cualquier acto que no sea de los anteriores. Para esto, es
indispensable clasificar los actos reclamados, pues de esta clasificación se podrá
advertir si, el mismo, es sujeto de suspensión.
Este tipo de suspensión se tramita por vía incidental y por cuerda separada. Es
importante señalar que el incidente se lleva por duplicado, pues en el caso de que se
tramite un recurso, el órgano se quede con un ejemplar que le permita seguir actuando
y tramitando el incidente.
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La diferencia esencial entre la suspensión provisional y la definitiva, radica en la
urgencia con la cual se adopta y su duración. La suspensión provisional se dicta en un
acuerdo inicial, dentro del expediente incidental y la duración de la misma será hasta
que se dicte la sentencia incidental (suspensión definitiva). La suspensión definitiva se
decidirá en una sentencia incidental y durará hasta que cause ejecutoria la sentencia
definitiva principal.
De conformidad con el artículo 128 de la Ley de Amparo, los únicos requisitos son:
I. Que la solicite el quejoso; y
II. Que no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de
orden público.
Respecto al primero de los requisitos, la solicitud que realice el quejoso deberá hacerse
de forma escrita, sea en la demanda de amparo o en un escrito posterior. En tanto, el
segundo requisito radica en la no afectación del interés social y el orden público que se
explicarán a continuación.
En este aspecto cabe señalar que son dos los extremos que hay que llenar para
obtener la medida cautelar: 1) Apariencia de buen derecho y 2) Peligro en la demora.
En todo caso dicho análisis debe realizarse, sin prejuzgar sobre la certeza del derecho,
es decir, sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados, ya
que esto sólo puede determinarse en la sentencia de amparo con base en un
procedimiento más amplio y con mayor información, teniendo en cuenta siempre que la
determinación tomada en relación con la suspensión no debe influir en la sentencia de
fondo, toda vez que aquélla sólo tiene el carácter de provisional y se funda en meras
hipótesis, y no en la certeza de la existencia de las pretensiones, en el entendido de
que deberá sopesarse con los otros elementos requeridos para la suspensión, porque si
el perjuicio al interés social o al orden público es mayor a los daños y perjuicios de difícil
reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá negarse la suspensión solicitada, ya que
la preservación del orden público o del interés de la sociedad están por encima del
interés particular afectado.
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Conforme a lo anterior, el juzgador debe realizar un estudio simultáneo de la apariencia
del buen derecho y el peligro en la demora con la posible afectación que pueda
ocasionarse al orden público o al interés social con la suspensión del acto reclamado,
supuesto contemplado en la fracción II del referido artículo 124, estudio que debe ser
concomitante al no ser posible considerar aisladamente que un acto pudiera tener un
vicio de inconstitucionalidad sin compararlo de manera inmediata con el orden público
que pueda verse afectado con su paralización, y sin haberse satisfecho previamente los
demás requisitos legales para el otorgamiento de la medida.
Es importante señalar que la apariencia del buen derecho no puede invocarse para
negar la suspensión, de conformidad con la tesis 2a./J. 10/2014 (10a.), de la Segunda
Sala de la Corte, de rubro y texto siguiente:
El orden público y el interés social, como bien se sabe, no constituyen nociones que
puedan configurarse a partir de la declaración formal contenida en la ley en que se
apoya el acto reclamado. Por el contrario, ha sido criterio constante de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, que corresponde al Juez examinar la presencia de tales
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factores en cada caso concreto. El orden público y el interés social se perfilan como
conceptos jurídicos indeterminados, de imposible definición, cuyo contenido sólo puede
ser delineado por las circunstancias de modo, tiempo y lugar prevalecientes en el
momento en que se realice la valoración. En todo caso, para darles significado, el
juzgador debe tener presentes las condiciones esenciales para el desarrollo armónico
de una comunidad, es decir, las reglas mínimas de convivencia social, a modo de evitar
que con la suspensión se causen perjuicios mayores que los que se pretende evitar con
esta institución, en el entendido de que la decisión a tomar en cada caso concreto no
puede descansar en meras apreciaciones subjetivas del juzgador, sino en elementos
objetivos que traduzcan las preocupaciones fundamentales de una sociedad.
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Además de lo anterior, el artículo 129 de la Ley de Amparo, prevé supuestos en los que,
al parecer del legislador, se siguen perjuicios al interés social o se contravienen
disposiciones de orden público; sin embargo, esas hipótesis sólo son enunciativas, pues
el juzgador tiene libertad de ponderar en qué otros supuestos puede perjudicarse el
interés social o contravenirse disposiciones de orden público1. Las que prevé el artículo
129 son las siguientes:
Uno de los requisitos para que se otorgue la suspensión, es que el acto reclamado sea
susceptible de ser suspendido. En ese tenor, los actos reclamados son clasificados, por
algunos autores, de la siguiente forma:
1 Tesis 1a./J. 56/2015 (10a.), emitido por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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• Positivos: son aquellos que llevan implícitos un dar o un hacer por parte de la
responsable; por ejemplo, la determinación de un crédito fiscal.
• Negativos: son aquellos que comprenden negativas expresas por parte de la
autoridad para conducirse de cierto modo y las omisiones o abstenciones, en que
simplemente la autoridad no actúa debiendo hacerlo; por ejemplo, la negativa de
devolver cantidades pagadas en exceso o la omisión de respuesta a un derecho
de petición.
• Consumados: Son aquellos que se ejecutaron por parte de la autoridad
responsable, existiendo la posibilidad de que se conceda la suspensión, pues
estos no han sido consumados de manera irreparable. En el caso de que sean
ejecutados cuando se concedió la suspensión, pero aún no se notifica a la
responsable, esta deberá retrotraer los efectos al estado que guardaban antes de
que se hubieran ejecutado.2 Algunos ejemplos son:
2 Tesis 1a./J. 34/2014 (10a.), de la Primera Sala de la Corte, cuyo texto y rubro son los siguientes: “SUSPENSIÓN EN EL JUICIO DE
AMPARO. LOS ACTOS CUYA SUSPENSIÓN SE ORDENÓ Y HAYAN SIDO EJECUTADOS POR LA AUTORIDAD ANTES DE LA
NOTIFICACIÓN DE AQUÉLLA, DEBEN SER REVOCADOS PARA RETROTRAERLOS AL MOMENTO DEL OTORGAMIENTO DE LA
SUSPENSIÓN. Si bien la autoridad está obligada a acatar la suspensión desde el momento mismo en que se concede, la autoridad está
obligada a revocar su actuación, considerando el instante en que se otorgó la suspensión y debe componer la ejecución, siempre que la
naturaleza del acto ejecutado lo admita. En consecuencia lógica, no puede existir ni ser válido ningún acto que tenga como base los actos
objeto de suspensión, cuya ejecución ha debido dejarse inexistente.”
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existencia del derecho discutido en el proceso; el peligro en la demora consiste en la posible
frustración de los derechos del pretendiente de la medida, que puede darse como consecuencia
de la tardanza en el dictado de la resolución de fondo. En síntesis, la medida cautelar exige un
preventivo cálculo de probabilidad sobre el peligro en la dilación, que no puede separarse de otro
preventivo cálculo de probabilidad, que se hace sobre la existencia del derecho cuya tutela se
solicita a los tribunales. Consecuentemente, si toda medida cautelar descansa en los principios de
verosimilitud o apariencia del derecho y el peligro en la demora, el Juez de Distrito puede analizar
esos elementos en presencia de una clausura ejecutada por tiempo indefinido, y si la provisión
cautelar, como mera suspensión, es ineficaz, debe dictar medidas que implican no una restitución,
sino un adelanto provisional del derecho cuestionado, para resolver posteriormente, en forma
definitiva, si el acto reclamado es o no inconstitucional; así, el efecto de la suspensión será
interrumpir el estado de clausura mientras se resuelve el fondo del asunto, sin perjuicio de que si
se niega el amparo, porque la "apariencia del buen derecho" sea equivocada, la autoridad pueda
reanudar la clausura hasta su total cumplimiento. Lo expuesto anteriormente se sustenta en la
fracción X del dispositivo constitucional citado, que establece que para conceder la suspensión
deberá tomarse en cuenta la naturaleza de la violación alegada, lo que supone la necesidad de
realizar un juicio de probabilidad y verosimilitud del derecho esgrimido, con miras a otorgar la
medida cautelar para evitar daños y perjuicios de difícil reparación al quejoso y conservar viva la
materia del juicio, si con ello no se lesionan el interés social y el orden público, lo cual podrá
resolver la sensibilidad del Juez de Distrito, ante la realidad del acto reclamado, pues si el perjuicio
al interés social o al orden público es mayor a los daños y perjuicios de difícil reparación que
pueda sufrir el quejoso, deberá negar la suspensión solicitada, ya que la preservación del orden
público y el interés de la sociedad están por encima del interés particular afectado.”
3 Tesis 2a./J. 167/2012 (10a.), de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro y texto siguiente: “ORDEN VERBAL
DE RETIRO DE UN PUESTO SEMIFIJO. ES UN ACTO DE EJECUCIÓN INMINENTE PARA EFECTOS DE LA SUSPENSIÓN EN EL JUICIO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO). El hecho de que el actor impugne en su demanda la orden
verbal de retiro de un puesto semifijo en el que ejerce su actividad comercial, bajo el argumento de que las autoridades le informaron que en
breve llevarían a cabo ese retiro, constituye un acto cierto para efectos de la suspensión, ya que por regla general las manifestaciones de la
demanda son los únicos elementos con que cuenta el Magistrado instructor para pronunciarse sobre la medida cautelar en esa etapa del juicio.
Ahora bien, si se parte del hecho de que la referida orden es un acto cierto para efectos de la suspensión, debe estimarse que su ejecución es
inminente, pues ésta no depende de la sustanciación de un procedimiento, sino de que las autoridades informaron al actor que en breve
llevarán a cabo ese retiro, lo que conduce a estimar que el mencionado acto es susceptible de ser suspendido; sin embargo, para otorgar
dicha medida cautelar, el Magistrado instructor debe analizar en todo caso si se cumplen los requisitos que establece el Código de
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• Futuros o de realización incierta: son aquellos que no existen y no se tiene la
certeza de que se realizarán, por ejemplo, la imposición de una multa como
medida de apremio para lograr el cumplimiento de un laudo.
• Constitutivos y declarativos: tratándose de los primeros, son aquellos que
crean una situación jurídica; los declarativos son aquellos que solo hacen constar
lo que ya existía y no generan cambios en la situación jurídica del quejoso.
La Ley de Amparo señala que no serán objeto de suspensión las órdenes o medidas de
protección dictadas en términos de la legislación aplicable por alguna autoridad
administrativa o jurisdiccional para salvaguardar la seguridad o integridad de una
persona y la ejecución de una técnica de investigación o medida cautelar concedida por
autoridad judicial; así tampoco las normas generales, actos u omisiones del Instituto
Federal de Telecomunicaciones y de la Comisión Federal de Competencia Económica.
Solamente en los casos en que la Comisión Federal de Competencia Económica
imponga multas o la desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones,
éstas se ejecutarán hasta que se resuelva el juicio de amparo que, en su caso, se
promueva.
9.5 Sustanciación.
Procedimientos Administrativos del Estado de México, entre ellos, que no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de
orden público o se deje sin materia el juicio.”
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presunción de ser cierto el acto que se estima violatorio de garantías, para el solo efecto de la
suspensión. En tal virtud, ante la falta de informe previo se debe presumir cierta la realización de
actos que el quejoso aduce se van a producir y ejecutar en su contra, aunque sin tomar en cuenta
los calificativos sobre ellos, los que en su caso serán materia del juicio en lo principal, sin perjuicio
del examen de los requisitos que para otorgar la medida cautelar prevé el artículo 124 y demás
aplicables de la Ley de Amparo.”
En la audiencia incidental, a la cual podrán comparecer las partes, se dará cuenta con
los informes previos; se recibirán las documentales que el órgano jurisdiccional se
hubiere allegado y los resultados de las diligencias que hubiere ordenado, así como las
pruebas ofrecidas por las partes; se recibirán sus alegatos, y se resolverá sobre la
suspensión definitiva y, en su caso, las medidas y garantías a que estará sujeta.
La suspensión, cualquiera que sea su naturaleza, surtirá sus efectos desde el momento
en que se pronuncie el acuerdo relativo, aun cuando sea recurrido. En los casos en que
la suspensión sea procedente, el órgano jurisdiccional deberá fijar la situación en que
habrán de quedar las cosas y tomará las medidas pertinentes para conservar la materia
del amparo hasta la terminación del juicio, pudiendo establecer condiciones de cuyo
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cumplimiento dependa el que la medida suspensional siga surtiendo efectos. Los
efectos de la suspensión serán los siguientes:
En materia penal
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• Cuando el acto reclamado consista en la orden de traslado del quejoso de un
centro penitenciario a otro, la suspensión, si procede, tendrá por efecto que éste
no se lleve a cabo.
• Cuando el acto reclamado consista en una orden de privación de la libertad o en
la prohibición de abandonar una demarcación geográfica, la suspensión tendrá
por efecto que no se ejecute o cese inmediatamente, según sea el caso. El
órgano jurisdiccional de amparo tomará las medidas que aseguren que el
quejoso no evada la acción de la justicia, entre ellas, la obligación de presentarse
ante la autoridad y ante quien concedió la suspensión cuantas veces le sea
exigida. De acuerdo con las circunstancias del caso, la suspensión podrá tener
como efecto que la privación de la libertad se ejecute en el domicilio del quejoso.
• Cuando el amparo se pida contra actos que afecten la libertad personal dentro de
un procedimiento del orden penal, la suspensión producirá el efecto de que el
quejoso quede a disposición del órgano jurisdiccional que conozca del amparo,
sólo en lo que se refiere a dicha libertad, pero a disposición de la autoridad que
deba juzgarlo, para la continuación del procedimiento.
• Cuando el acto reclamado consista en la detención del quejoso efectuada por
autoridades administrativas distintas del Ministerio Público, en relación con la
comisión de un delito, se ordenará que sin demora cese la detención, poniéndolo
en libertad o a disposición del Ministerio Público. Cuando en los supuestos del
párrafo anterior, la detención del quejoso no tenga relación con la comisión de un
delito, la suspensión tendrá por efecto que sea puesto en libertad.
• Cuando el acto reclamado afecte la libertad personal del quejoso y se encuentre
a disposición del Ministerio Público por cumplimiento de orden de detención del
mismo, salvo el caso de la detención por caso urgente, la suspensión se
concederá para el efecto de que dentro del término de cuarenta y ocho horas o
en un plazo de noventa y seis, tratándose de delincuencia organizada, contadas
a partir del momento de la detención, sea puesto en libertad o a disposición ante
el órgano jurisdiccional correspondiente. Cuando el quejoso se encuentre a
disposición del Ministerio Público por haber sido detenido en flagrancia o caso
urgente, el plazo contará a partir de que sea puesto a disposición. En cualquier
caso distinto de los anteriores y en la detención por caso urgente, en los que el
Ministerio Público restrinja la libertad del quejoso, la suspensión se concederá
para el efecto de que sea puesto en inmediata libertad o a disposición ante el
órgano jurisdiccional correspondiente.
• Cuando se trate de orden de aprehensión o reaprehensión o de medida cautelar
que implique privación de la libertad, dictadas por autoridad competente, se
estará a lo siguiente:
I. Si se trata de delitos de prisión preventiva oficiosa a que se refiere el
artículo 19 constitucional, la suspensión sólo producirá el efecto de que el
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quejoso quede a disposición del órgano jurisdiccional de amparo en el lugar
que éste señale únicamente en lo que se refiera a su libertad, quedando a
disposición de la autoridad a la que corresponda conocer el procedimiento
penal para los efectos de su continuación;
II. Si se trata de delitos que no impliquen prisión preventiva oficiosa, la
suspensión producirá el efecto de que el quejoso no sea detenido, bajo las
medidas de aseguramiento que el órgano jurisdiccional de amparo estime
necesarias a fin de que no evada la acción de la justicia y se presente al
proceso penal para los efectos de su continuación y pueda ser devuelto a la
autoridad responsable en caso de que no obtenga la protección de la
justicia federal.
Cuando el quejoso ya se encuentre materialmente detenido por orden de
autoridad competente y el Ministerio Público que interviene en el
procedimiento penal solicite al juez la prisión preventiva porque considere
que otras medidas cautelares no sean suficientes para garantizar la
comparecencia del imputado en el juicio, el desarrollo de la investigación, la
protección a la víctima, de los testigos o de la comunidad, así como cuando
el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente
por la comisión de un delito doloso, y el juez del proceso penal acuerde la
prisión preventiva, el efecto de la suspensión sólo será el establecido en la
fracción I transcrita. Si el quejoso incumple las medidas de aseguramiento o
las obligaciones derivadas del procedimiento penal, la suspensión será
revocada con la sola comunicación de la autoridad responsable.
El Pleno del Máximo Tribunal determinó, en la jurisprudencia P./J. 4/2019 (10a.), que el
juez puede determinar de la suspensión para efectos y consecuencias distintas a las
solicitadas por el quejoso, pero no por actos diferentes. Tal criterio quedó plasmado con
el siguiente rubro y texto:
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constituyen la materia del juicio, la cual debe mantenerse intacta, a fin de preservar los bienes o
derechos cuya tutela se demande en el juicio de amparo.”
La suspensión tendrá requisitos de efectividad, siendo estos las garantías que tendrían
que otorgarse por la parte quejosa dentro de los cinco días siguientes a la concesión de
la suspensión.
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9.8.1 Garantía.
“SUSPENSIÓN PROVISIONAL. SURTE SUS EFECTOS DESDE LUEGO, SIN QUE PARA
ELLO SE REQUIERA DE LA EXHIBICIÓN DE LA GARANTÍA RESPECTIVA. De la
interpretación armónica de lo dispuesto en los artículos 125, 130 y 139 de la Ley de Amparo,
que regulan lo relativo a la suspensión provisional y definitiva de los actos reclamados, y a la
garantía que el quejoso debe otorgar en los casos en que aquéllas sean procedentes, para
reparar el daño e indemnizar los perjuicios que se puedan ocasionar al tercero perjudicado si
no se obtiene sentencia favorable en el juicio de amparo, y atendiendo a la naturaleza, objeto,
requisitos de procedencia y efectividad de la medida cautelar de que se trata, así como al
principio general de derecho que se refiere a que donde existe la misma razón debe existir la
misma disposición, se arriba a la conclusión de que respecto a la suspensión provisional que
se puede decretar con la sola presentación de la demanda, cuando exista peligro inminente
de que se ejecute el acto reclamado con notorios perjuicios para el quejoso, tomando el Juez
de Distrito las medidas que estime convenientes para que no se defrauden derechos de
tercero, y a virtud de la cual se ordena mantener las cosas en el estado que guardan hasta en
tanto se notifique a la autoridad responsable la resolución que se dicte sobre la suspensión
definitiva, surte sus efectos, al igual que ésta, inmediatamente después de que se concede y
no hasta que se exhiba la garantía fijada, porque de lo contrario no se cumpliría con su
finalidad, que es la de evitar al quejoso perjuicios de difícil reparación. Además, debe tomarse
en cuenta que ante el reciente conocimiento de los actos reclamados, el quejoso está menos
prevenido que cuando se trata de la suspensión definitiva, y si ésta surte sus efectos desde
luego, aun cuando no se exhiba la garantía exigida, lo mismo debe considerarse, por mayoría
de razón, tratándose de la suspensión provisional, sin que ello implique que de no exhibirse
garantía deje de surtir efectos dicha suspensión.”
La parte quejosa deberá otorgar garantía para reparar el daño e indemnizar los
perjuicios que pudieran causarse si no se obtiene sentencia favorable en el juicio,
cuando la concesión de la suspensión pueda causar daño o perjuicio a un tercero.
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• Para la procedencia de la suspensión contra actos derivados de un
procedimiento penal que afecten la libertad personal, el órgano jurisdiccional de
amparo deberá exigir al quejoso que exhiba garantía, sin perjuicio de otras
medidas de aseguramiento que estime convenientes. Para fijar el monto de la
garantía se tomará en cuenta:
I. La naturaleza, modalidades y características del delito que se le impute;
II. Las características personales y situación económica del quejoso; y
III. La posibilidad de que se sustraiga a la acción de la justicia.
• Si el quejoso no otorgó garantía dentro de los cinco días siguientes, la
suspensión dejará de surtir sus efectos; aunque, por regla general, la parte
quejosa podrá exhibirla y, hecho esto, volverá a surtir efectos la suspensión.
9.8.2 Contragarantía.
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daños y perjuicios que sobrevengan al quejoso, en el caso de que se le conceda el
amparo. No se admitirá la contragarantía cuando de ejecutarse el acto reclamado
quede sin materia el juicio de amparo o cuando resulte en extremo difícil restituir las
cosas al estado que guardaban antes de la violación.
Al igual que en la garantía, cuando puedan afectarse derechos que no sean estimables
en dinero, el órgano jurisdiccional fijará discrecionalmente el importe de la
contragarantía.
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en los casos en que, a juicio del presidente del tribunal respectivo, no se ponga a la
parte trabajadora en peligro de no subsistir mientras se resuelve el juicio de amparo, en
los cuales sólo se suspenderá la ejecución en cuanto exceda de lo necesario para
asegurar tal subsistencia. Resultan aplicables las tesis 2a./J. 209/2006, 2a./J. 119/2002
y 2a./J. 12/95, todas de la Segunda Sala, de rubro y texto siguientes:
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del asunto, la complejidad de los temas involucrados, el número de las partes interesadas, el
monto del salario probado, el lugar donde se decreta la suspensión y, en general, las cargas de
trabajo del Tribunal Colegiado del Circuito de que se trate. Consecuentemente, la autoridad laboral
facultada para conceder la medida cautelar, no necesariamente debe atenerse a la tesis
jurisprudencial que fija en seis meses la duración probable del juicio de garantías, porque este
cálculo, como otros que también ha establecido esta Suprema Corte, fue correcto en su momento,
pero no es de inexcusable acatamiento en la actualidad.”
Cuando se trate de juicios del orden penal, la autoridad responsable con la sola
presentación de la demanda, ordenará suspender de oficio y de plano la resolución
reclamada. Si ésta comprende la pena de privación de libertad, la suspensión surtirá el
efecto de que el quejoso quede a disposición del Órgano jurisdiccional de amparo, por
mediación de la autoridad responsable.
I. Se presentará por escrito, con copias para las partes, ante el órgano judicial
correspondiente señalado en el artículo anterior; en el mismo escrito se
ofrecerán las pruebas relativas;
II. El órgano judicial señalará fecha para la audiencia dentro de diez días y
requerirá a la autoridad responsable para que rinda informe en el plazo de
tres días. La falta o deficiencia del informe establece la presunción de ser
cierta la conducta que se reclama; y
III. En la audiencia se recibirán las pruebas ofrecidas por las partes, se dará
oportunidad para que éstas aleguen oralmente y se dictará resolución.
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Si como resultado del incidente se demuestra que la autoridad responsable no ha
cumplido con la suspensión, que lo ha hecho de manera excesiva o defectuosa o que
con notoria mala fe o negligencia inexcusable admitió fianza o contrafianza ilusoria o
insuficiente, el órgano judicial, en su resolución, la requerirá para que en el término de
veinticuatro horas cumpla con la suspensión, que rectifique los errores en que incurrió al
cumplirla o, en su caso, que subsane las deficiencias relativas a las garantías, con el
apercibimiento que de no hacerlo será denunciada al Ministerio Público de la
Federación por el delito que, según el caso, establecen las fracciones III y IV del artículo
262 de la Ley (pena de tres a nueve años de prisión, multa de cincuenta a quinientos
días, destitución e inhabilitación de tres a nueve años para desempeñar otro cargo,
empleo o comisión públicos).
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