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PROTECCIÓN DE LOS ENTORNOS ESCOLARES: UNA APUESTA PARA LA

FORMACIÓN INTEGRAL

Alcanzar una educación de calidad se ha convertido en uno de los principales


desafíos en Colombia. A partir de la aprobación de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, los gobiernos de los estados miembro de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) se comprometieron a tomar las medidas pertinentes
para alcanzar los objetivos de esta agenda. El objetivo número cuatro, educación de
calidad, es considerado uno de los de más alcance para la consecución de otros,
acceder a una educación de calidad permite escapar del ciclo de la pobreza, lo que
reduce las desigualdades, contribuye a la igualdad de género y a la construcción de
sociedades más pacíficas (Organización de las Naciones Unidas, 2016).

Adicional a esto, la calidad del sistema educativo se convierte en una apuesta de los
países al ser determinante no solo en la productividad del capital humano, sino
también en el desarrollo personal y a las oportunidades de una movilidad social
ascendente (Forero, Saavedra, & Fernández, 2021). En este sentido, apostar por
una educación de calidad contribuye, especialmente en los contextos de la
población más vulnerable, a la obtención de mejores oportunidades al ser un motor
del desarrollo individual y social.

Alcanzar este objetivo no es tarea sencilla, requiere de mayor inversión, mejor


infraestructura, formación para las y los docentes, repensar las formas de
enseñanza entendiendo los nuevos métodos de aprendizaje de las y los
estudiantes; pero para una verdadera formación integral, se debe ver la educación
no solo como la enseñanza de conocimientos para el desarrollo de oficios y labores,
sino además como un proceso en donde se adquieren habilidades blandas para la
convivencia, el trabajo el equipo, el cuidado de sí mismo y de otros, para entenderse
como parte de una unidad que comprende diferentes actores y que requiere un
compromiso del individuo con y para la sociedad. Para alcanzar estos dos fines es
necesaria la articulación de actores como el Estado, la sociedad y la familia, tal
como lo establece el artículo 67 de la Constitución Política de Colombia. La
comunidad educativa debe verse entonces más allá de directivos y docentes, de
estudiantes y padres/madres de familia, debe incluir a toda la sociedad, en especial,
a las comunidades que se encuentran alrededor de los colegios, pues son quienes
interactúan con el entorno; esto con el objetivo de que la educación trascienda las
aulas y se convierta en un ejercicio de corresponsabilidad del que todos hacemos
parte.

El actual Plan de Desarrollo Económico, Social, Ambiental y de Obras Públicas del


Distrito Capital 2020-2024 “Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá
del siglo XXI”, en su propósito número uno: Hacer un nuevo contrato social con
igualdad de oportunidades para la inclusión social, productiva y política, establece
en uno de los logros de ciudad el cierre de brechas digitales, de cobertura, de
calidad y competencias a lo largo del ciclo de la formación integral, desde la primera
infancia hasta la educación superior y continua para la vida. Adicionalmente, en su
artículo 60 relacionado con la protección de la niñez y la juventud incorpora la
necesidad de establecer un sistema integral de prevención de riesgos y de
promoción de una cultura de respeto en los entornos escolares, urbanos, familiares
y comunitarios (Concejo de Bogotá, 2020). De esta manera, uno de los objetivos
que ha planteado el sector educativo en materia de educación es generar
estrategias que fortalezcan la participación de la familia y la comunidad en los
procesos de formación y desarrollo integral de las y los estudiantes. Este ejercicio
de corresponsabilidad en el proceso de formación de los niños, niñas y
adolescentes permite entonces entender los entornos educativos como clústeres, en
donde interactúan diferentes actores que no comparten una misma actividad, pero si
una responsabilidad: el cuidado de los entornos escolares promoviendo una sana
convivencia y actuando de manera conjunta para la solución de problemáticas que
pueden llegar a enfrentar los colegios y sus estudiantes.

Si bien el trabajo en los entornos escolares ha sido un esfuerzo adelantado por


administraciones anteriores, estos cobran relevancia en la actual administración
después de la pandemia del Covid-19, los colegios cerraron sus puertas el 16 de
marzo de 2020 y el retorno gradual, progresivo y seguro llegó 336 días después,
luego del diseño de protocolos de bioseguridad y demarcación, proceso que finalizó
en abril de 2022 (El Tiempo, 2021). Cerrar las puertas implicó un deterioro de estos,
dejaron de ser espacios cuidados y perdieron su conexión y relevancia con el
territorio en el que se encontraban. Es por esto por lo que el regreso a la
presencialidad significó un reto en términos de convivencia ya que se derivaron
situaciones que afectan el bienestar físico y emocional de la comunidad educativa,
generando un choque con la comunidad que se encuentra al exterior de los
colegios.

Para atender estas situaciones se crea el Programa Entornos Educativos


Protectores y Confiables -ECO- desde la Secretaría de Educación del Distrito (SED),
con el fin de “consolidar ambientes educativos de confianza y protección, mediante
la conformación de redes de comunidades educativas, orientadas en el trabajo
conjunto para liderar procesos de transformación social. Desde esta mirada amplia,
no solo se identifican y atienden los factores de riesgo que afectan a las
comunidades educativas y vecinales. Al mismo tiempo se busca fortalecer las
capacidades y potencialidades de las mismas comunidades, que permiten
desarrollar estrategias para el mejoramiento de sus entornos educativos, para
contribuir en la mitigación de las problemáticas que se presentan en los alrededores
de los establecimientos educativos de la ciudad” (Secretaría de Educación del
Distrito, 2022). En este orden, el Concejo de Bogotá sanciona el Acuerdo 832 de
2022 “Por el cual se establecen los lineamientos para la formulación de la política
pública de entornos educativos protectores, confiables y seguros para Bogotá,
D.C.”.
En el año 2022 el Programa ECO llega a las 20 localidades de Bogotá para trabajar
con colegios oficiales priorizados por la SED, para el caso de la localidad de Suba
empezó a trabajar con tan solo 4 colegios distritales y 1 colegio distrital bajo
administración, dejando por fuera 25 de las instituciones educativas del sector
oficial1.
A partir de necesidad de atención a situaciones que afectan la convivencia de las y
los estudiantes, de la comunidad educativa y de sus entornos, la Alcaldía Local de
Suba y la Dirección Local de Educación establecen la estrategia de los Territorios
Educativos, Seguros y Confiables (TESC), esto en consonancia del Acuerdo 832 de
2022.

Esta estrategia está orientada a la protección de los entornos educativos,


principalmente en lugares donde hay concentración de delitos y conductas
contrarias a la convivencia, priorizando la integridad de los niños, niñas y
adolescentes; en esta estrategia confluyen los esfuerzos de distintas entidades a
nivel local y distrital, así como actores no institucionales, pues como se mencionó
anteriormente la educación integral y la convivencia en los entornos educativos son
un asunto de comunidad.

Según el informe “Un viaje al futuro”, financiado por la Organización para la


Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se establecen líneas de
innovación que se encuentran en trámite en materia de educación dentro de las
están las prácticas institucionales y las relaciones de las escuelas con la sociedad,
la innovación respecto a las relaciones externas de los colegios crea un sentido de
comunidad más fuerte al conocer de otras experiencias formando así escuelas de
“educación cooperativa” en donde se promueven formar de aprendizaje comunitario
lo que le da un papel de acompañante al docente más que de guía (Wasserman,
2021).

Por consiguiente, dentro de esta aproximación a la corresponsabilidad de actores


institucionales y comunitarios en la educación integral de los niños, niñas y jóvenes
y la protección de los entornos escolares, vale la pena analizar la pertinencia de la
implementación de una política pública para promover estrategias integrales de
cuidado, confianza y seguridad con y para las comunidades educativas a través de
intervenciones intersectoriales de impacto social, económico, cultural y urbanístico2.

Bibliografía
1
En la localidad de Suba hay 28 colegios distritales, 2 colegios distritales con administración del
servicio educativo y 1 colegio oficial con régimen especial. Oficina Asesora de Planeación de la
Secretaría de Educación del Distrito. Reporte a diciembre de 2022.
2
Acuerdo 832 de 2022 “Por el cual se establecen los lineamientos para la formulación de la política
pública de entornos educativos protectores, confiables y seguros para Bogotá, D.C.”.
Organización de las Naciones Unidas. (2016). Educación de Calidad: por qué es
importante. Recuperado el Mayo de 2023, de Objetivos de Desarrollo Sostenible:
https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/wp-content/uploads/sites/
3/2016/10/4_Spanish_Why_it_Matters.pdf
Forero, D., Saavedra, V., & Fernández, C. (2021). El futuro de la educación en Colombia.
En Fedesarrollo, Descifrar el futuro. Bogotá: Penguin Random House.
Concejo de Bogotá. (11 de junio de 2020). Acuerdo No. 761 de 2020. “POR MEDIO DEL
CUAL SE ADOPTA EL PLAN DE DESARROLLO ECONÓMICO, SOCIAL,
AMBIENTAL Y DE OBRAS PÚBLICAS DEL DISTRITO CAPITAL 2020-2024 “UN
NUEVO CONTRATO SOCIAL Y AMBIENTAL PARA LA BOGOTÁ DEL SIGLO XXI”.
Bogotá D.C.
El Tiempo. (15 de febrero de 2021). Desde hoy, regreso a clase en colegios públicos será
gradual. Recuperado el mayo de 2023, de www.eltiempo.com:
https://www.eltiempo.com/mas-contenido/regreso-gradual-a-clases-presenciales-en-
colegios-publicos-de-bogota-566811
Secretaría de Educación del Distrito. (2022). ECO | Programa Entornos Educativos
Protectores y Confiables. Recuperado el mayo de 2023, de
www.educacionbogota.edu.co:
https://www.educacionbogota.edu.co/portal_institucional/eco-programa-entornos-
educativos-protectores-confiables
Wasserman, M. (2021). Capítulo 8. Lo que nos espera. En M. Wasserman, La Educación en
Colombia. Bogotá D.C. , Colombia: Penguin Random House.

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