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El ser humano

como proyecto

Por David Romero


Introducción
A lo largo de la vida, cada ser humano que ha poblado este planeta y ha
tenido conciencia clara de su existencia, le ha tocado reflexionar sobre las
siguientes interrogantes:
- ¿Qué soy yo? Definir su sexo.
- ¿Quién soy yo? Definir su persona.
- ¿Qué estoy haciendo? Definir sus actos.
- ¿Por qué hago lo que hago? Definir su desarrollo vital y moral.
- ¿Por qué estoy en este mundo? Definir su sentido de la vida.
- ¿Soy feliz? Definir o valorar su plenitud
Todo esto debe hacerlo en el tiempo que posee, su potencialidad,
virtudes y con la realidad que le acompaña.
El ser humano se desarrolla en la realidad

La realidad, como
hemos venido
hablando es
compleja, pero debe
estar situada en las
leyes del universo y
entretejerse con las
leyes humanas que ha
logrado crear a través
del aprendizaje social.
Muchas veces las teorías antropológicas han querido
descifrar qué es aquello que posibilita que un humano se
dirija adecuadamente en la vida social. Para lograr esto
El sentido se desarrollo las teorías del poder y sometimiento para
controlar las masas y lograr el acrecentamiento de las
vital del riquezas para quienes controlan las leyes en una
sociedad.

humano La teoría de Pierre Teilhard de Chardin habla de que el


humano se transforma radicalmente cuando suceden

está en lo eventos relacionados con la muerte, la sangre y la


religación. Y uno de esos procesos se conectan con la
responsabilidad social más allá de la sangre y la
social reciprocidad.
El vivir para el otro (indefenso, desconocido y necesitado)
es un acto altruista que define la calidad humana de cada
hombre y mujer.
La importancia de lo material, sin absolutizarlo
En el mundo contemporáneo es vital poseer dinero y bienes para poder
subsistir o disfrutar materialmente de la vida. Por ello, conseguir dinero
(trabajo o negocios) es primario para mantenerse vivo y sentirse a
gusto en el conglomerado social; pero este modo o mecanismo de vivir
no ha sido permanente en la historia humana.
El poseer materialmente soluciona algunas partes de la vida individual
y social, pero no responde con elementos fundamentales como el
amor, la libertad, la paz y la quietud.
Hay muchas cosas que el dinero no puede comprar, como el tiempo de
vida, el recomponer errores graves o las omisiones que posibilitaron
males en otros.
El hijo pródigo de Rembrandt
Lo que debe lograr es amar y ser amado
Al final de toda la reflexión que uno pueda hacer sobre la realidad
humana, hay solo un aspecto fundamental: amar y ser amado.
El amor, más allá que el placer orgásmico o la tendencia de obligar a
otros a que me amen, es el poder más valioso que poseen los seres
humanos para proseguir en la vida.
Lo complicado es que yo puedo dominar mi amor hacia los demás,
pero no puedo medir ni obligar el amor de otro hacia mí. Y esto es lo
crítico: ¿Cómo tener certeza que me aman? Eso solo lo conozco a
través de los actos, la caricia o la ternura en el trato y que no esté
medido por conveniencia o manipulación.
Favor leer 1 Cor 13.
“Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad,
soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía,
y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como
para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.
Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo
caridad, nada me aprovecha. La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es
envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se
irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.
La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas.
Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.
Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Cuando yo era niño, hablaba
como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas
las cosas de niño. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a
cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy
conocido. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor
de todas ellas es la caridad”.
Agradezco su tiempo, paciencia y su
disposición a lo largo de este curso.
Ojalá todos podamos realizar una
vida plena, llena de felicidad y
logremos aprender lo que más vale
en esta vida. Buena vida a todos.

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