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LOS VALORES MORALES

VALORES MORALES
VALOR: cualidad propia a la conducta que la hace auténticamente humana,
conforme a la dignidad de la persona y de acuerdo, por tanto, con el sentido
más profundo de su existencia.

La moral, entonces, habría que definirla como la ciencia de los valores, que
dirige y encauza nuestra realización humana, libre y responsable hacia su
destino.

Características:
• Es carácter totalizante, se halla siempre y en todas partes presente,
como una urgencia que nunca abandona, como una llamada
constante que invita a seguir su voz, como un testigo que recuerda
los olvidos y estimula la decisión.
• Si los valores estéticos despiertan sentimientos seductores y de
admiración y los valores amorosos una actitud de encantamiento, la
respuesta específica que provoca el valor ético es la experiencia de
obligación.

• Es una vivencia que se impone al sujeto desde dentro, pero sin


forzar. Su mensaje penetra hasta el corazón, insistiéndole de manera
continua, sin que podamos reducir al silencio su invitación para
realizarnos como personas, para humanizar cada vez más nuestra
propia existencia, pero al mismo tiempo descubrimos la grandeza
desconcertante de la libertad, que permite orientar nuestro rumbo por
caminos diferentes o hacernos sordos a la voz imperiosa de su
llamada.

• La persona humana enfrenta y vive la realidad personal y social como


un desafío y una tarea, o al menos, así debería ser. Desde su libertad
y de un modo responsable tiene que optar para realizarse como
persona, frente a diversos caminos que se le presentan. Su proyecto
de vida le impulsa hacia un itinerario concreto.

• La persona está inmersa en un grupo humano y condicionada por
unas estructuras sociales históricas. Así, al hablar de la persona
humana es preciso hablar de un contexto humano (relaciones
interpersonales) y un contexto social (estructuras, instituciones,
costumbres), en donde nos vamos abriendo a la vida.

• Todo esto nos introduce en el mundo de los valores, ya que lo


humano es una realidad abierta y dinámica que tiende hacia su
realización, hacia un proyecto de vida. De esta forma necesitamos
unas señales que orienten a lo que uno desea. Son una especie
de brújula para convertirse en una persona realizada. No
hablaremos del “ley”, sino de “valor ético”.
EL MUNDO DE LOS VALORES

• Es el horizonte de humanización de la persona.


• Es el cuadro de referencia o el marco dentro del cual se señalan las
condiciones y las metas que permiten la humanización.
• Pero no todos los valores están al mismo nivel. Se podrían
destacar tres áreas básicas de valores:

a) Valores biológicos (responden a las necesidades fundamentales,


instintivas): comida, bebida, salud, etc.

b) Valores parciales (todo aquello que apunta al crecimiento dentro


de la sociedad en alguna dimensión específica); por ejemplo, la
educación que prepara y forma al individuo, la economía que
permite vivir dignamente, la amistad, el cariño, el arte y la cultura,
etc. Forman parte de ese conjunto de bienes sin los cuales la vida
no logra desarrollarse con normalidad cuando no se consiguen en
un grado suficiente.
EL MUNDO DE LOS VALORES

c) Valores éticos abarcan al ser humano en su totalidad; responden al


sentido y quehacer de su existencia. Amor, Justicia... Son las más
profundamente humanas. Frente a la llamada de otros bienes
apetecibles pero que ponen en peligro la dignificación de la
persona, el valor ético es una defensa y un grito de alerta contra
esos posibles engaños, y un punto de referencia básico para no
desviarnos de nuestra orientación fundamental. Estos valores los
adjetivamos como “éticos” porque responden a lo más importante
de la persona, a la urgencia de estructurar su vida para adecuarla a
la dignidad de un ser humano. Si quiere levar a cabo su proyecto de
vida tiene que realizar estos valores.
EL MUNDO DE LOS VALORES

• Esta triple escala conforma una unidad, aunque distinguibles. El


valor moral está en constante relación con los valores biológicos y
parciales. Es decir, un valor moral exige el cumplimiento de las
otras dos áreas. Sin embargo, lo típico del valor moral es que
perfecciona al hombre en la totalidad de su existencia.

• De esta forma, sólo el valor adjetiva como buena o como mala


una conducta, mientras que todos los demás, aunque
complementen y perfeccionen algún aspecto, son incapaces de
entregar esa dignidad.
LA CAPTACIÓN DE LOS VALORES ÉTICOS: un
descubrimiento especial

• El conocimiento de un valor ético es más complejo y difícil que


aprender simplemente una ciencia. No es un fenómeno puramente
racional como una operación matemática. El sentimiento y la
sensibilidad forman parte de él, como estímulo y condición previa,
que llevan a una reflexión posterior para comprender el valor de una
conducta que haga crecer a la persona o la disminuya.

• Para darme cuenta del valor de la justicia tengo que vivir una
experiencia que me acerque a ello. Es una experiencia existencial.
LA CAPTACIÓN DE LOS VALORES ÉTICOS: un
descubrimiento especial

• Reconocer la importancia de la verdad, el respeto a los demás, la


fidelidad a los compromisos, la ayuda solidaria, etc., no son
conocimientos innatos ofrecidos por la naturaleza, sino un
descubrimiento que no es posible sin una preparación. El que desde
pequeño vive en un ambiente de engaño e hipocresía, no tendrá
ninguna dificultad en utilizar la mentira siempre que lo necesite. Hay que
adquirir esa sensibilidad, que requiere también una decisión para
comprometerse con algo que a veces es más difícil, que la decisión
inmoral.
EL VALOR ¿ES OBJETIVO U SUBJETIVO?

• Es decir, ¿Yo creo mis valores o los valores residen fuera de la


persona humana?

• En realidad no puede ser puramente subjetivo (si no cada uno


construiría su mundo), pero tampoco absolutamente objetivo (que
se imponga sobre la persona y no tenga nada que ver).

• De esta forma el valor moral es la síntesis abierta de lo


subjetivo y lo objetivo (INTERSUBJETIVO), tal como la persona
humana es la vez individuo y miembro de una sociedad. Por
ejemplo, si se presenta la justicia yo tengo que ser justo.
VALOR SUPREMO

• ¿Cuál es el valor supremo del proyecto ético?

• ¿Cuál es el valor más importante?

• La reflexión al respecto ha ayudado a surgir a los distintos sistemas


ético – morales:

• - Aristóteles El valor de la felicidad

• - Ética Utilitarista La utilidad

• - Ética Kantiana El deber por el deber

• - Taylor Lo comunitario

• - Ética cristiana Jesucristo


LA CONCIENCIA MORAL

• Tenemos que "Aprender a escuchar la voz de la Conciencia". No


estamos familiarizados generalmente con este lenguaje, y menos aún,
con su utilización terapéutica. Por eso, hay que "aprender a escuchar
la voz de la Conciencia". La Conciencia está en las metáforas, el
trabajo con sueños, meditación, el lenguaje y contacto desde la música
(Cfr. Frankl).

• A través de su conciencia moral la persona humana está abierta a los


valores, va discerniendo en su vida... Su conciencia le permite acceder
al mundo de los valores, de la comprensión de lo más humano, como
es la conciencia.
LA CONCIENCIA MORAL

• Vamos a ver la conciencia moral, obviamente, aunque con Víktor


Frankl nos asomaremos a una visión más integral, holística: la
conciencia como dadora de sentido. La ética asume esta visión. No
podemos diseccionar la conciencia pero para fines de análisis
comenzaremos viendo la dimensión más desde la ética.
CONCIENCIA MORAL
• ¿Qué es la conciencia?
• Muchas personas viven la realidad de la conciencia moral como
algo dentro de sí (espacio), marcado por lo negativo y lo prohibitivo
(la voz que me castiga). Habría que afirmar tajantemente que la
conciencia no es solamente una "voz que acusa"... Tiene una
densidad humana propositiva, engarzada con el concepto de lo
ético que proponemos en este curso...
• Se podría definir básicamente a la CONCIENCIA MORAL: "como
la capacidad que tiene la persona de enjuiciar sus actos y los
actos de los demás como mora/mente buenos o malos, a la luz
de los valores morales que ha hecho suyos”.
• Su conciencia moral hace posible que una persona evalúe su propia
responsabilidad moral por las cosas malas que hace y las cosas
buenas que deja de hacer, existiendo la obligación moral de
hacerlas
• La conciencia (y más si le agregamos el adjetivo moral) es
ciertamente un término polisémico y complejo.
• La conciencia moral (sensibilidad) se va desarrollando. Es un
proceso continuo que ocurre a lo largo de la vida. Cada vez que
una persona entra en una nueva área de actividad, se enfrenta con
la necesidad de formarse para formular juicios de valor más
complejos. Por ejemplo, cuando una persona ingresa al mundo
profesional, precisa de mayor formación de su conciencia moral
para poder enfrentar las nuevas situaciones que encuentra en su
trabajo. Si el profesional cuenta con la ayuda apropiada, puede
formar su conciencia moral para enfrentar estas nuevas situaciones.
En cambio si no recibe este apoyo, corre el riesgo de enfrentar en
forma acrítica, como normas de comportamiento, lo que se acepta
como normal en su nuevo ambiente.
DEFORMACIONES DE LA CONCIENCIA MORAL

• Lo ideal es que cada persona tuviera su conciencia moral bien


formada, sin embargo, con frecuencia se producen
deformaciones que afectan su capacidad de ver y aceptar las
exigencias de la moralidad objetiva. Estas deformaciones pueden
afectar todas las áreas de la vida o ser selectivas.

• A continuación daremos algunas deformaciones que se dan con


cierta frecuencia:
CONCIENCIA INMADURA O INFANTIL

• Es cuando en algunas áreas de la vida la persona se demuestra


INMADURO e incluso INFANTIL en las decisiones morales que toma.
Por ejemplo, actúa rápido sin discernir las situaciones a "tontas y a
locas". A veces puede afectar los juicios morales en todas las áreas de
la vida pero, generalmente se manifiesta en sólo alguna de ellas. Se ve
un ejemplo, en personas que siendo mayores de edad, dependen
totalmente del parecer de sus padres al formular sus juicios morales en
una o más áreas de su vida. A veces la persona que sufre esta
deformación no es conciente de su situación. Cuando una persona
logra darse cuenta que adolece de esta deformación de su conciencia
moral, puede superar esta dificultad con relativa facilidad, siempre y
cuando tenga la voluntad de tomar los pasos necesarios.


CONCIENCIA LAXA O MANGA ANCHA
• Es muy frecuente, sobre todo en el mundo profesional. Una persona
se da cuenta que no debe hacer algo y a pesar de todo, lo hace o por
lo menos desea hacerlo. Busca entonces maneras de justificarse, con
frases como: "todo el mundo lo hace"; "hay muchas personas aquí
que hacen cosas peores"; "¿qué se va a hacer?"; "¡así son las
cosas!"... Esta persona que se intenta justificar, al contrario de lo que
le dice su conciencia, es moralmente responsable por sus actos.
Sabe lo que debe hacer, pero por no querer hacerlo, intenta
justificarse, engañándose a sí mismo ya que su conciencia lo
"presiona". No es fácil superar esta deformación de la conciencia
moral porque es un reflejo de sus valores. Sólo en la medida que
acepte este cuestionamiento le será posible superar esta dificultad.
CONCIENCIA VOLUNTARIAMENTE CIEGA

• Rehúsa examinar la moralidad de sus actos, en una o más áreas de


su vida. Cuando alguien cuestiona la moralidad de sus actos su
reacción es: “Eso no se pregunta”. Se disculpa de tener que formular
juicios morales. Al tomar sus decisiones en la vida profesional, sólo
se preocupa de que si eso es efectivo a sus fines. En el fondo, sabe
que su modo de proceder no está bien; pero por temor a tener que
cambiar muchas cosas en su vida, rehúsa a examinar la moralidad de
sus actos. Es responsable por haberse cerrado a un cuestionamiento
moral que debería de enfrentar. Es difícil superar esta deformación
porque es consecuencia de unos valores personales que no son muy
sanos.


CONCIENCIA CEGADA POR VALORES
DISTORSIONADOS EN LA SOCIEDAD

• Cuando una persona no logra ver correctamente sus obligaciones


en algún área de su vida, no porque rehúsa examinar la moralidad
de sus actos, sino porque existen valores distorsionados en la
sociedad que le rodea, adolece de esta deformación. Por ejemplo, si
siente que debe comprarse la mejor ropa a costa de la alimentación
o educación de sus hijos, hasta cierto punto no sabe que es culpable
ya que esta sociedad le dice “bien vestido, bien recibido”. Le “obliga”
a ello. Otro ejemplo es el machismo. Sin embargo, al darse cuenta
de su error, no puede seguir justificando su modo de proceder con el
argumento de que hay que actuar según la costumbre establecida.
Si la persona tiene unos valores fundamentalmente sanos es
relativamente fácil superar esta deformación, siempre y cuando
desee hacerlo y se le presente la oportunidad de darse cuenta de su
error.

CONCIENCIA ESCRUPULOSA

• Esta conciencia es contraria a la conciencia laxa. Aquí la persona


inventa o exagera obligaciones morales que en realidad no existen.
La persona que adolece de esta deformación no es moralmente
responsable por su condición. Al darse cuenta que es así, su
obligación moral es buscar la ayuda de una persona competente y
seguir los consejos recibidos a pesar de sus escrúpulos.
CONCIENCIA ERRÓNEA

• Es una persona que percibe algo que, según la moralidad objetiva


es "mala" como si fuera moralmente "buena" o viceversa. Siempre
actúa de buena fe. Es sincero en su deseo de saber lo que debería
de hacer. Se esfuerza al máximo de su capacidad por saber lo que
es correcto, sin embargo NO llega a una conclusión moralmente
aceptable. Es importante no confundirla con la conciencia laxa o la
conciencia cegada por valores distorsionados en la sociedad. Es
decir, la conciencia errónea supone mucho más que un error de
juicio moral. Solo existe esta deformación, cuando se cumplen las
siguientes tres condiciones:
CONCIENCIA ERRÓNEA

– El egoísmo de la persona no está influyendo en la decisión


tomada.

– La persona ha agotado los medios a su disposición para saber


lo que debería de hacer. Está informada.

– La persona debe mantenerse abierta a la consideración de


nueva información que pudiera cambiar su parecer en el futuro.
Si no se mantiene abierta a esta posibilidad no es sincero en su
búsqueda de la verdad y por lo tanto no adolece de una
conciencia errónea...


CONCIENCIA ENFERMIZA

• Aunque es poco frecuente, se trata de una deformación


relacionada con enfermedades mentales. No suele
implicar responsabilidad moral por parte de la persona.
Sólo es posible superarla con un tratamiento profesional
adecuado.

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