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SEMINARIO DIOCESANO DE MATAMOROS

INSTITUTO DE TEOLOGIA

MORAL SOCIAL

PBRO. LISSANDRO TORRES ZAMARRIPA


SEMINARISTA: AGUSTÍN DE LA CRUZ CONSEPCIÓN
MATERIA: MORAL SOCIAL
24-11-2020
Introducción:
La moral social cristiana brota de la llamada que todo cristiano recibe a construir, ya
en el presente, el reino de Dios. Dentro de la Iglesia siempre a existido la moral social, cuyo
objetivo es mostrar cómo debe ser la vida en sociedad según la fe cristiana y como ésta
debe aparecer en un marco de gracia del reino que viene y que Dios va realizando, en el que
ella misma y los cristianos se ven comprometidos.
En éste trabajo hay análisis de situaciones actuales, se pone por escrito una reflexión
acerca de cada tema analizado. Se descubre la vida del hombre que se rige en dos fuentes
de la moral social: la Sagrada Escritura y la razón humana. Como es lógico, en la Biblia
no se encuentran juicios sobre la mayoría de las cuestiones sociales que hoy nos preocupan,
porque no existían entonces. El recurso a la razón pretende que el discurso ético pueda
tener alguna validez para quienes no comparten la fe cristiana.
Dentro de la moral social hay principios de carácter permanente, el más importante
de todos es la dignidad de la persona humana, del que se derivan otros dos: el principio de
solidaridad y el principio de subsidiariedad, con el principio de solidaridad, la moral social
cristiana se opone a todas las formas de individualismo, con el principio de subsidiariedad
se opone a todas las formas de colectivismo.
El primer fruto de la introducción de este trabajo será la adquisición de análisis y
conocimiento de valores y actitudes nuevos; se pretende desarrollar la sensibilidad hacia los
más marginados y necesitados, a los excluidos de la sociedad y no cuentan para casi nadie,
se mostrará que la justicia y solidaridad es tarea de todos y brota de la participación común.
Por tanto, éste trabajo no pretende ser un manual de ética, sino un escrito donde se
pone de manifiesto el análisis y el sentir de quien se prepara para el sacerdocio y desea
poner en práctica el resultado que se obtiene.
EL HOMBRE Y SU DIGNIDAD, LA PERSONA CENTRO DE LA ÉTICA SOCIAL
Fernández Aurelio, Teología moral III, “Moral social, económica y política”, 4ª Edición,
Burgos 2013. Pág. 349-405.

El hombre como persona abarca gran parte en los tratados de antropología,


precisamente porque es él quien con su manera de vivir y actuar va marcando la pauta en la
vida de los demás y en su propia vida. Él capítulo en cuestión pretende resaltar la
importancia de ser hombre- persona en toda su expresión, es decir, lo que lo hace ser, su
esencia y las diferentes corrientes que giran en torno a la persona humana.
Vivimos en un mundo globalizado, bombardeado por la mercadotecnia, el
consumismo, y es lo económico el que gobierna el mundo. En la actualidad se está
perdiendo si es que no se perdió, el valor, la dignidad del hombre y es en este tiempo en
donde se ven más marcados los problemas sociales que aquejan y laceran la esencia del
hombre del siglo XXI.
El tema en cuestión se puede ubicar en diferentes matices sociales, por un lado, la
migración, el racismo, el aborto y el poco interés en la pobreza que aquejan al mundo de
hoy, por otro lado, una política y un sistema económico que más que ayudar a los
necesitados los empobrece cada vez más.
Es impresionante como el hombre ha llegado tan lejos en ciencia, y ha desarrollado
una vida cómoda para su especie, sin embargo, carece de sentido común y sensibilidad en
otros temas, tales como el respeto a la vida, la paz, y el reconocimiento de los demás con
quien se comparte la misma dignidad. Ya desde aquí hay una diferencia muy marcada que
debe desaparecer.
Definitivamente concuerdo con lo leído en el capítulo en cuestión y resalto algo
importante, el hombre tiene naturaleza, somos seres sociales, necesitamos de los demás
para realizarnos como personas. No se puede pasar por encima de los demás para conseguir
algo, el hombre es un fin en sí mismo, no es un medio.
En el mundo actual, lo que gobierna es la injusticia social, la violencia y la
discriminación están a la orden del día y considero que es necesario centrarnos en los
problemas que aquejan a los demás.
Considero la importancia de los pontífices y avalo sus posturas que a lo largo de la
historia han tendido en relación a la dignidad, derechos, y responsabilidades humanas. Hay
en el hombre esa capacidad para relacionarse con los demás y ayudar al bien común, creo
que es lo que se carece hoy en la actualidad, no hay ese sentido común para ver a los demás
como otro yo, amarlo y respetarlo por el hecho de ser persona e hijo de Dios.

En la actualidad, ¿Cuál será la causa de ver al hombre como un medio y no como un fin?
DATOS PRIMORDIALES DE LA MORALIDAD
Vladímir Soloviov, La justificación del bien, ensayo de filosofía moral, Ed, Sígueme
2012. Pág. 59-76.
Los rasgos distintivos de los hombres y los animales son diferentes, el capítulo en
cuestión subraya la importancia de los procesos volitivos y las características que hacen de
la persona un ser único, lo colocan en un mundo en donde él tiene el poder para realizarse y
convivir con quienes lo rodean.
“Por qué deberíamos hacer caso a Darwin en relación con el estudio a la moral
humana? El padre de la evolución por selección natural era deudor de los pensamientos y
actitudes de la sociedad victoriana. No se puede colocar al hombre solo en lo social, aunque
si bien es cierto que es sociable y reflexivo no se reduce a esto, ya que tiene sentimientos,
actitudes y algo que lo eleva a la realización plena, ese algo es el “pudor”, éste es siempre
un escudo o defensa de la intimidad, de la interioridad de la persona.
En la actualidad, se ha banalizado el concepto pudor, por palabras como libertad que
se confunde con libertinaje, la libre expresión del cuerpo que solo es para placer y
desenfreno, hemos llegado a tal incompetencia y a tal ineptitud y solo escuchando a
personas tan absurdas diciendo que con su cuerpo pueden hacer lo quieran.
Esto es una crisis de nuestro actual, vivimos hoy en una sociedad fluctuante, llena
de consumismo y mercadotecnia y hemos llegado al grado de lo que hablaba Chesterton
cuando decía, que “Llegará el día en que será preciso desenvainar una espada por afirmar
que el pasto es verde”, la moralidad ha sido tachada de antigua y retrograda y ya no encaja
en estos tiempos, se ha llegado a la violencia con solo decir la verdad y esto no puede
seguir así.
Se puede decir, que, cada hombre comprueba en su interior como hay cosas, no sólo
materiales sino también espirituales (pensamientos, deseos…) que lo hacen único, lo hacen
ser persona. Tenemos una intimidad que nos pertenece y que no entregamos a cualquiera; o
al menos, no entregamos a cualquiera sin hacernos violencia. Lo esencial en el pudor, no es
sólo cubrirse, sino ocultar los valores sexuales que constituyen, en la conciencia de la
persona, un objeto de placer.
Mi reflexión gira en torno al hombre y se complementa con la “compasión”, ésta a
su vez con quien sufre puede llevar a tratar de ayudarle a salir de su sufrimiento. Cuando tal
cosa sucede, se da un paso más: desde compartir emociones, en concreto del sufrimiento, a
un conjunto de acciones tendentes a ayudar a quien sufre.
Considero la compasión que va de la mano con la misericordia como el antídoto
contra el orgullo, impiedad, y el cáncer de la indiferencia que laceran el mundo actual, el
hombre ha sido dotado de capacidad para ayudar a los demás, a sentirse identificado por el
otro y, por lo tanto, ayudarlo en la medida posible.
¿Qué tanto influyen las ideologías actuales en la conducta del hombre actual?
PRINCIPIOS RELIGIOSOS DE LA MORALIDAD
Vladímir Soloviov, La justificación del bien, ensayo de filosofía moral, Ed, Sígueme
2012. Pág. 117-132.
Interesante la propuesta en aludir la importancia de los padres en los hijos, su
complementariedad y su relación íntima como padres e hijos generan un lazo común de
parentesco y amistad, la aceptación de los hijos y el reconocimiento de éstos hacia los
padres como protectores y quienes dan seguridad.
En la persona humana la realización tiene que ser buscada libremente a través de la
inteligencia y de la opción de la voluntad. Los padres y la familia en general juegan un
papel importante, los dinamismos de su ser más auténtico y analizando las relaciones con
su entorno, va descubriendo los caminos de su verdadera realización, de su posible
“felicidad”, lo que en los tratados éticos y morales suele llamarse su “vida buena”.
En los caminos de la moralidad religiosa, están inscritos en el propio ser y en las
propias relaciones humanas. Algunos parecen evidentes como manifestación espontánea de
la moral, como no matar, no robar… Otros exigen un esfuerzo consciente de la persona que
los ayuden a estar bien con los demás y a realizarse como persona.
Dado que la persona es una esencia abierta, siempre en construcción, se trata de una
tarea siempre continua. Los caminos no están aún trazados: es preciso el tanteo, y resulta
inevitable la aventura, el esfuerzo creativo. No siempre se puede pretender la seguridad ni
esperar perfección, el hombre desde pequeño se da una idea de protección que empieza con
los padres y se refleja en la vida.
El hombre es un ser religioso por naturaleza y es importante decir que siempre se
trata de una tarea humana encontrar aquellas pautas de conducta que llevan a una vida más
auténtica y a una convivencia más humanizadora. Creer en algo siempre ha sido en el
hombre una seguridad de que no está solo.
Hay un choque muy fuerte en pleno siglo XXI, por ejemplo, la desintegración de la
familia que si bien es cierto es la base de la sociedad deja indefenso al hombre dentro de un
mundo cambiante y globalizado. Grandes cosas forjan al hombre, sin embargo, él siempre
opta por lo fácil, la pérdida de valores y poca atención a la moralidad.
El hombre vive sin Dios y alcanza sus metas a base de sufrimiento de los demás,
esto es un problema grave porque se prefiere lo material a la dignidad del hombre. La
importancia de la familia en los primeros años es primordial porque se forjan valores y la
moralidad debe ser base en la vida del hombre.
Hay que ser consiente que el principio religioso mueve al hombre en su conciencia y
objetivos, una persona puede no ser cristiana, sin embargo, eso no quita su religiosidad, al
contrario, ésta se refleja en la armonía y el bien común que la persona pueda lograr con los
demás.
¿está del todo perdida la religiosidad en el hombre?
MORALIDAD DE LA CONVIVENCIA SOCIAL, DATOS BÍBLICOS
Aurelio Fernández, Teología moral III, “Moral social, económica y política”, 4ª
Edición, Burgos 2013. Pág. 71-115.
El hombre es objeto de mucho estudio, es un animal racional y genera relaciones,
armonía y convivencia. Vivimos en sociedad y dependemos de todos; nos volvemos
humanos gracias al contacto con los demás. Para convivir, necesitamos normas y reglas que
indiquen lo que está permitido e impidan que nos perjudiquemos unos a otros. Cada grupo
humano crea sus normas y reglas para guiar la conducta dentro de la familia, la escuela, la
Iglesia etc.
Esto va en relación porque la moral a lo largo de historia va marcando pauta en el
hombre, un ejemplo de esto es el pueblo de Israel, Yahvé da leyes, mandatos, que ayuden a
los hombres a una sana convivencia y claro que haga su voluntad como Dios y Señor. Se
puede ver entonces como el hombre se va concatenando con lo ético y con lo moral, ¿Por
qué? Porque él es el que identifica lo bueno y lo malo de sus actos, quien obra bien le irá
bien y quien obra mal, le irá mal, esa es la idea que a lo largo de la historia ha regido la vida
del hombre.
El hombre se organiza para su subsistencia, desarrollo personal y comunitario, la
sociedad ayuda a que éste se realice como persona. Dentro de todo hay algo interesante y es
que, el hombre es el centro de todo, él puede razonar porque puede hablar, puede ser animal
ético porque tiene lenguaje y el lenguaje es razón, además el hombre puede tener historia
porque tiene lenguaje.
Las páginas del capítulo en cuestión se resalta la importancia de normas, leyes que
regulan la conducta del hombre. El pueblo de Israel es invitado a practicar la justicia porque
eso es agradable a Yahvé, el justo es aceptado el injusto es aborrecido, de manera que la
justicia aquí viene a tomar un papel importante.
Sin embargo, se puede ver que, si a lo largo de la historia la moral social, ética,
personal son alabadas, hoy ya no lo es, las injusticias sociales son muy evidentes, el rico
oprime al pobre, cada cual ve la manera de sacar provecho de los demás. La justicia no es
algo que crece en las montañas y mientras no se siembre seguirá solo para unos cuantos, la
justicia hoy en la actualidad es como masa deforme que cada quien ajusta a su medida.
Dentro de la podredumbre del mundo surge la enseñanza cristiana, como quien
sigue los pasos de su maestro Jesús. Hay un gran reto para el cristianismo de hoy, anunciar
a tiempo y destiempo el evangelio en donde la justicia va por delante, no es trabajo de las
organizaciones sociales, es tarea de la Iglesia, ésta es su esencia, de manera que como
bautizados es necesario marcar la diferencia.
Cristo nos enseñó como agradar al Padre, ayudar y amar al prójimo esta es la clave,
la moral social siempre va hacer objeto de enseñanza ya que el hombre tiene la capacidad
para vivir en sociedad y esa sociedad es parte de la vida del hombre.
¿Urge una nueva manera de ver la moral social?
PRINCIPIOS ANTROPOLÓGICOS EN EL CONCILIO VATICANO II
Aurelio Fernández, Teología moral III, “Moral social, económica y política”, 4ª
Edición, Burgos 2013.
Considero el concilio vaticano II como un respiro o apertura de la Iglesia en todos
los sentidos, es una manera de ver al mundo desde la perspectiva moral, lo social y el papel
del hombre en la vida de la Iglesia y el mundo esto va generando un diálogo que une
personas, las introduce en la vida personal y comunitaria.
Temas sociales salen a relucir, tales como, la igualdad y la dignidad de la persona
que en este tiempo es de suma importancia, independientemente de todo el hombre es por
naturaleza igual que los de su especie, de aquí se despega el principio de que el hombre es
más que todo lo creado y merece respeto y por ende, su dignidad merece ser reconocida.
En nuestro tiempo pareciera ver que es todo lo contrario, se utiliza el hombre para
pruebas clínicas, el aborto está a la orden del día, la eutanasia parece como la salida al
sufrimiento humano, la indiferencia genera en el hombre angustia y rencor, no se puede
salvaguardar la identidad del hombre si primero no se reconoce su dignidad.
Y como el hombre vive en sociedad el mismo genera en su entorno momentos de
armonía y aceptación, en su sociabilidad se identifica con los demás que lo hacen ser
hombre, de manera que éste es importante no por lo que posea o tenga, sino por lo que es,
ser hombre con lleva muchas cosas, razón, sentimientos, armonía y sociabilidad.
Grandes rasgos diferencian al hombre de los animales y uno de ellos es la libertad,
el hombre no es un ser determinado, tiene libertad, obviamente esto va de la mano de la
responsabilidad, pero una responsabilidad bien entendida, en donde el hombre refleje su
crecimiento aceptando al otro y reconociéndole su dignidad de ser persona.
El orden moral en el Concilio Vaticano II se compone ante todo de derechos y
deberes, para que haya armonía tiene que haber orden en donde todos de alguna manera
aporten algo a la sociedad. El concilio habla de la dignidad de la persona y lo hace
precisamente desde una concepción teológica cristiana, en donde Dios tiene mucho que ver,
ver al hombre como imagen y semejanza de Dios
El hombre se ve como un medio solamente, el hombre es bueno por naturaleza,
amar al prójimo en la medida de respetar su dignidad. La política juega un papel
importante, por medio de leyes se ayuda a que haya una equidad y armonía entre las
personas.
Es de agradecer a la Iglesia por el Concilio Vaticano II, lo veo como unos lentes del
cristiano para conocer la realidad y poder actuar, tal como lo haría Cristo, sin temor, con
valentía sabiendo que Dios no abandona a su Iglesia. Es necesario luchar contra aquellas
cosas que denigran al hombre, la trata de personas, la violencia, lo eugenésico….
¿Qué cosas afectan más directamente la dignidad del hombre en el mundo del 2020?

LA NORMA MORAL DE LA VIDA SOCIAL


Vladímir Soloviov, La justificación del bien, ensayo de filosofía moral, Ed, Sígueme
2012. Pág. 315-332.
No se puede negar la sociabilidad del hombre, vive en comunidad, él no puede vivir
solo, interactúa con los de su especie y no se limita a ser sociable, al contrario, hay más
cosas que lo hacen ser persona (hombre) una de ellas es su capacidad de organización. Ya
desde la antigüedad el hombre se organizaba en tribus, clanes, los fuertes cazaban, las
mujeres se quedaban con los hijos y esto daba armonía a las tribus de alguna manera.
El hombre tiene la libertad para elegir de las posibilidades que se le ofrecen en cada
situación. El valor moral perfecciona al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en
su libertad, en su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o menos cultura, pero esto
no afecta directamente al ser hombre. Sin embargo, vivir en la mentira, el hacer uso de la
violencia o el cometer un fraude, degradan a la persona, empeoran al ser humano, lo
deshumanizan. Por el contrario, las acciones buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad,
el buscar la justicia, le perfeccionan.
El hombre socializado, colectivizado, lleva una existencia parecida a la animalidad;
puesto que no es él quien actúa y vive, sino la colectividad a través de él. Entonces, el valor
moral construye al hombre y lo hace más humano. Depende exclusivamente de la elección
libre, el decide alcanzar dichos valores y esto sólo será posible basándose en esfuerzo y
perseverancia. Un valor cobrará mayor importancia en cuanto logre perfeccionar al hombre
en un aspecto más íntimamente humano.
Aunque el hombre se organice en tareas ordinarias destaca algo importante, el bien
común, esto viene a resultar que no solo se ve por unos cuantos, sino por todos. En una
sociedad donde hay organización moral, religiosa, política, no debe haber desigualdad. En
el mundo hay millones de personas que mueren de hambre, que viven en la pobreza
extrema, entonces, no se está cumpliendo el objetivo de salvaguardar y velar por la
dignidad del hombre.
En el siglo XXI no se han erradicado por completo las desigualdades sociales, la
marginación, la esclavitud, el ver al hombre como un medio y no como un fin, lo anterior
dicho, lacera la dignidad humana. Aunque el hombre es un ser religioso, se propone que
haya una concatenación con la familia y la propiedad, en la primera la ética y la moral son
importantes, además es en la familia donde se inculca los deberes y el respeto y la
propiedad como un respeto y acercamiento al bien común.
Si bien es cierto que la propiedad es importante para una organización, no se puede
dejar a un lado velar para que ningún hombre sufra por lo más básico, al contrario, se
encamine todo hacia el bien común.

¿Qué tanto influye el papel de la propiedad privada en el mundo actual?


CONCLUSIÓN
La moral social nos compete a todos, desde la distribución de los bienes hasta el
recurso a la violencia y desde los sistemas económicos hasta la legislación, es deber de los
cristianos intentar hacer presentes ya en el mundo los valores de la nueva creación
inaugurada por Cristo, sin ignorar que la creación anterior conserva todavía mucha fuerza.
La Iglesia, al analizar el campo del mundo, es muy sensible a todo lo que afecta a la
dignidad de la persona humana. Ella sabe que de esa dignidad brotan los derechos
humanos, objeto constante de la preocupación y del compromiso de los cristianos. El
derecho a la vida, al trabajo, a la educación, a la creación de una familia, a la participación
en la vida pública, a la libertad religiosa, son hoy especialmente reclamados, sobre todo por
los más vulnerables y los que sufren injusticia.
Se les llama derechos humanos a los que poseen todos los seres humanos por el
hecho de serlo, independientemente de cuál sea su raza, sexo, religión o clase social. Se
trata de derechos naturales, fundados en la misma naturaleza humana, anteriores y
superiores al derecho positivo. En relación con lo dicho anteriormente, hay un reto muy
grande para la obra evangelizadora de la Iglesia en el campo de los derechos humanos, ésta
es una tarea irrenunciable, manifestar la dignidad inviolable de toda persona humana.
También se dice que, la moral social no se limita a ciertos temas, ya que hay
necesidades de tal magnitud que constituyen verdaderos derechos fundamentales de la
persona. El trabajo no es solamente un medio para ganarse la vida, sino también una forma
de realización humana y de servicio a los demás, precisamente por eso debe ofrecerse la
posibilidad de trabajar a todos los ciudadanos capacitados para ello.
Traigo a mi mente las palabras del ahora santo San Juan Pablo II, que nos ha
invitado a buscar un sistema justo que elimine en su raíz la antinomia entre el trabajo y el
capital. El concilio vaticano II ha marcado la pauta en lo social, ya que muestra de manera
perfecta la línea de la pastoral, una línea en donde caminamos como hermanos y que lleva
al bien común. Es necesario, desprivatizar la moral, empezando por los conceptos más
escandalosos, como el pecado.
Creo, que no basta la conversión personal es necesario también transformar las
estructuras de pecado en estructuras de solidaridad. Es fundamental que los hombres estén
movidos por el amor, y no por el odio, incluso cuando se enfrentan a sus enemigos. Cristo
es y debe ser el eje central de la vida y moral de todo cristiano.
Concluyo satisfactoriamente en mi aprendizaje, con relación a la moral social, una
materia muy interesante, y, puedo decir, sin temor a equivocarme, que hay una firme
esperanza de que los hombres aprendamos a luchar por la justicia sin violencia, siendo
justos y renunciando a la lucha de clases en los problemas internos, así como a la guerra en
las naciones.

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