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La suma de todo esto es lo que podemos llamar Realidad - con mayúscula- que es mucho más que
lo inmediato.
En este mundo hay otros seres vivos que se relacionan con el medio a través del instinto:
responden a estímulos básicos del medio y de sus propias necesidades: tienen hambre y
buscan alimentos, se protegen en madrigueras del clima, se reproducen.
Pero el ser humano tiene una forma diferente de estar en el mundo, se relaciona con el mundo
pero no está determinado totalmente por el mundo. No es el instinto que lo lleva a adaptarse al
medio, sino la inteligencia que lo lleva a establecer una relación más dinámica que le permite
adaptarse pero también transformar el mundo. Aún la llamada inteligencia animal, alcanza a
desarrollar pequeños mecanismos que le permiten adaptarse a las condiciones del medio pero
nunca más que eso. El ser humano, por su parte, es creativo, porque re-construye el mundo.
El ser humano es un ser que está con todos sus sentidos abierto a la Realidad. Y todo lo que
recibe es una experiencia no sólo sensible, sino procesada, elaborada. El ser humano es un ser
que conoce. Percibe el mundo, crea imágenes mentales y posteriormente elabora conceptos y
hace juicios que determinan su forma de estar en el mundo. Es un ser racional.
Insistimos: esa realidad que conoce no es sólo lo inmediato. Percibe y elabora también las
relaciones, lo simbólico e incluso lo que trasciende lo material. Es capaz también de
autoconocimiento, no sólo, como lo haría un animal, de sentir los estímulos físicos que genera su
propio organismo, el dolor, el hambre; sino las sensaciones de otro orden, los sentimientos, que
representan sus necesidades y puede aprender a reconocer, interpretar y trabajar con ellos.
Ser en Relación: constatamos también que el ser humano requiere de los otros para estar en el
mundo y realizarse. Ningún animal es tan dependiente de sus semejantes para sobrevivir ni
requiere de tantos aprendizajes solamente posibles en la comunidad. El hombre y la mujer se
realizan plenamente en y con los otros. Tienen una conciencia de los demás que trasciende el
contacto inmediato con el grupo. No responden sólo a su manada, son capaces de entender las
relaciones que guardan con todos los seres humanos, somos eminentemente sociales.
El ser humano, entonces, conoce, piensa, hace juicios, y desarrolla estrategias creativas junto con
los otros para estar a su manera en el mundo y transformarlo. Todo esto nos lleva
necesariamente a pensar en la esencial libertad del Ser Humano. Tiene una forma de pararse
frente al mundo que no es automática ni determinada por el instinto. No es libre en un sentido
absoluto porque está sujeto a múltiples condiciones que establecen su naturaleza y su cultura, pero
puede decidir en gran medida lo que hace con su vida.
No es libre de hacer, o de tener todo lo que desee, aunque en un ámbito sí es potencialmente
libre: en el pensamiento. La capacidad humana para pensar le permite discernir y ensanchar
ilimitadamente su libertad si desarrolla las herramientas de la ética. Con el pensamiento puede
abarcar incluso lo intangible: en esa búsqueda el ser humano ha llegado a pensar en la
trascendencia, no sólo entendida como la búsqueda de un ser creador, más o menos cercano al
hombre, sino como la búsqueda de un sentido para su existencia que no se termina en el mundo
conocido.
En esta apretada argumentación podemos decir que el Ser Humano es en esencia un ser en el
mundo (o en la Realidad) que piensa, que realiza juicios críticos, que vive su afectividad, que es
relacional (que vive en sociedad), que es libre, creativo, moral y abierto a la trascendencia.
Dentro de la esencia humana podemos distinguir las dimensiones: la corpórea que es física, la
socio-histórica, la racional, moral, la afectivo-emocional y la espiritual que permea todas las
dimensiones.
¿Quién es la Persona?
El origen etimológico de la palabra persona viene de las máscaras que los griegos utilizaban en el
teatro para representar a los personajes (prósopon). Máscara, papel del actor, carácter, cara,
persona.
La figura más allá de la etimología, es adecuada, porque de alguna manera el actor podría
entenderse como el concepto de ser humano y la máscara o la actuación particular sería la persona.
El cristianismo aportó al concepto de persona que: Es una realidad de naturaleza espiritual, toma
carta de ciudadanía como realidad espiritual. Esto le permite auto poseerse, tenerse en sus propias
manos. Tener en sí misma su propia finalidad o razón de ser, su paraqué. La forma de realidad que
presenta un ser espiritual en la que se funda su dignidad
Ser humano es un concepto que abarca a todos los hombres y mujeres, un genérico que se aplica
a todos.
La persona es la expresión del ser humano único, específico e individual en toda su integralidad.
Persona es quien tiene todos los atributos que acompañan al concepto ser humano, pero
considerado en su única e irrepetible individualidad. La persona entonces comparte con los seres
humanos todo, pero tiene para sí características que la hacen única e irrepetible. No se puede
hablar de la existencia de una persona hasta que no sea posible afirmar su individualidad.
Mi especial constitución física, mis cualidades, mi historia me hace una persona diferente a todas
las demás, aunque parte del género humano. La persona entonces se va construyendo, no todo
está dado desde el principio. La persona es, como el ser humano, un ser inacabado y en búsqueda
de realización.
Características de la Persona Humana:
1. Insubordinable: la persona no puede someterse a nada ni nadie, tiene un valor por sí misma,
merece respeto, dignidad, amor tal como es.
2. Irrepetible: cada uno es cada uno, es insustituible, en cada persona hay novedad, hay
aumento y creación.
3. Inabarcable: desborda todo condicionamiento, todo concepto.
4. Inagotable: es despliegue de posibilidades, cada día es nuevo nos podemos sorprender.
5. Inaccesible: misteriosa, hay una intimidad a la que solo ella puede acceder, es inefable.
6. Inapreciable: no es un objeto, no se puede pagar un precio por ella.
i Texto de David Herrerías, complemento Bernadette Covarrubias, para el curso Persona y Humanismo, UIA León.
Fuente principal: CORETH, Emerich. ¿Qué es el Hombre?, Herder, Barcelona 1991.