Está en la página 1de 19

Novedades eclesiológicas de Mons.

Romero
Por: David Jacob Romero García1

Resumen:
Mons. Romero asume una Iglesia al servicio de los pobres, desde Jesús, que requiere una
conversión profunda hacia los pobres para poder ser Iglesia de los pobres y en posición
diametralmente opuesta de quiénes configuran estructuralmente una realidad de opresión
bajo el poder político, económico, cultural y hasta religioso. Esta claridad evangélica es
para Mons. Romero una señal del reino de Dios, entendiendo encarnadamente el anuncio
del reino de Dios por Jesús (Lc 4,18-19). De ahí, se infiere, aunque resulte radical, que la
Iglesia no puede estar separada de la dimensión histórica, de los pobres, de los que sufren;
pues solo ahí se encuentra Cristo1. Por tanto, la eclesiología de Mons. Romero parte de una
Iglesia que está unida a Cristo como misterio de búsqueda de la voluntad de Dios, fiel al
evangelio; pero se historiza como pueblo para intentar ser pueblo de Dios desde la
pedagogía evangélica de la pobreza. Por eso, la Iglesia no puede dejar de ser Iglesia de los
pobres, no sólo como criterio de autenticidad, sino como condición soteriológica de la vida
cristiana.

Palabras claves: salvación histórica, opción por los pobres, Iglesia de los pobres,
liberación y salvación integral, evangelio de Cristo.

Abstrac:
Bishop Romero assumes a Church at the service of the poor, starting with Jesus, which
requires a profound conversion towards the poor in order to be the Church of the poor and
in a position diametrically opposed to those who structurally configure a reality of
oppression under political, economic, cultural and even religious. This evangelical clarity is
for Bishop Romero a sign of the kingdom of God, understanding incarnately the
announcement of the kingdom of God through Jesus (Lk 4:18-19). From there, it is
inferred, even if it is radical, that the Church cannot be separated from the historical
dimension, from the poor, from those who suffer; because only there is Christ1. Therefore,
the ecclesiology of Bishop Romero starts from a Church that is united to Christ as a
mystery of search for the will of God, faithful to the gospel; but it historicizes itself as a
people to try to be the people of God from the evangelical pedagogy of poverty. For this
reason, the Church cannot stop being the Church of the poor, not only as a criterion of
authenticity, but as a soteriological condition of Christian life.

Keywords: historical salvation, option for the poor, Church of the poor, liberation and
integral salvation, gospel of Christ.

1
Es Docente a Tiempo Completo en la Universidad Don Bosco, El Salvador. Actualmente está por
defender la tesis doctoral titulada: Concepción de Iglesia de Mons. Romero en sus cartas pastorales y
homilías como arzobispo de San Salvador entre los años 1977 a 1980.

1
Introducción
La intención de este artículo es conocer las novedades eclesiológicas de Mons. Romero
dentro de mi investigación doctoral titulada Concepción de Iglesia de Mons. Romero en sus
cartas pastorales y homilías como arzobispo de San Salvador entre los años 1977 a 1980.

El camino metodológico es partir de una lectura profunda de sus escritos, el aporte de la


eclesiología del concilio Vaticano II, el magisterio de la Iglesia, especialmente de Pablo VI
y, algunos teólogos que han escrito sobre su visión eclesiológica; aunque Mons. Romero no
pretende hacer teología o eclesiología, su fidelidad como pastor de su pueblo le lleva a
pronunciar un magisterio episcopal para acompañar a su pueblo desde un enfoque pastoral;
pero bajo su orientación episcopal se descubre su propuesta eclesial, digna de ser rescatada
y compartida con toda la humanidad, al estilo de los profetas antiguos:

El obispo no tiene inconveniente en reconocer la competencia y superioridad que


otros pueden tener en la rama del saber humano, incluso de las ciencias teológicas.
No es un técnico en teología, o de sociología o de política. Pero no puede ceder a
nadie su cátedra de la verdad cuando se trata de proclamar y defender el divino
depósito de la fe y de la moral revelada. Su lenguaje no pretende la elocuencia de la
sabiduría humana, sino el humilde idioma del pastor que cuida al rebaño de ser
engañado por falsos profetas y lo estimula a seguir y a amar a Cristo Maestro y
Redentor2.

La palabra de Mons. Romero se vuelve vida porque está impregnada de coherencia con
el seguimiento de Cristo, la fidelidad al magisterio de la Iglesia y en solidaridad profunda
con su pueblo. Por ello, reconocer, recopilar y estudiar su concepción eclesial es prioritario
para ir redescubriendo en cada momento histórico la verdadera misión de la Iglesia y su
carácter histórico-salvífico como sacramento de Cristo y expresión del amor de Dios,
preferencialmente hacia los pobres3.
Mons. Romero como arzobispo escribe cuatro cartas pastorales como arzobispo de San
Salvador4. Cada carta posee la intención de iluminar los problemas eclesiales y sociales
salvadoreños desde el magisterio de la Iglesia y el Evangelio y con la ayuda de documentos
de apoyo para explicar cuál es la voluntad de Dios desde un carácter profético de denuncia,
convirtiendo su palabra en orientación ética-cristiana para todos los salvadoreños5.

2
ÓSCAR A. ROMERO, Cartas Pastorales y Discursos de Mons. Óscar A. Romero, Colección Cuadernos
Monseñor Romero, Centro Monseñor Romero, N. 18, San Salvador, 2007, 17.
3
CONCILIO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen Gentium, N. 1,8,23,26,38,55,57.
4
Recuérdese que Mons. Romero como obispo de Santiago de María escribe una carta pastoral: El Espíritu
Santo en la Iglesia, con motivo de la fiesta de Pentecostés de 1975, pero no será incluida en la investigación
porque su preocupación es más la obediencia jerárquica y no una propuesta pastoral concreta. Le da mucha
importancia de la obediencia al obispo al estilo conservador. El sostiene que todo problema social debe ser
iluminado desde la Palabra de Dios, el magisterio de la Iglesia y en comunión jerárquica, sin olvidar que el
Espíritu fortalece a la Iglesia con nuevos carismas que renuevan la Iglesia. Como arzobispo: La primera es
Iglesia de la Pascua, publicada el 10 de abril de 1977; segunda, La Iglesia, Cuerpo de Cristo en la historia,
publicada el 6 de agosto de 1977; tercera, La Iglesia y las organizaciones políticas populares, publicada el 6
de agosto de 1978 y; cuarta, Misión de la Iglesia en medio de la crisis del país, publicada el 6 de agosto de
1979.
5
Cfr. ÓSCAR A. ROMERO, Cartas Pastorales y Discursos de Mons. Óscar A. Romero, cit., 6.
2
Las cartas pastorales presentan una reflexión sucinta de su posición doctrinal como
pastor para tomar posición y enseñar las líneas de acción ante los problemas coyunturales
del país; en cambio, las homilías están sujetas a las lecturas bíblicas que la liturgia impone,
pero en el caso de Mons. Romero, aprovecha para tratar temas sociales propios del país o
internacionales y para actualizar la Palabra en el caminar histórico salvadoreño. Además,
las homilías son expresión espontánea de su pensamiento, que con libertad evangélica se
convierte en una grande riqueza doctrinal y pastoral que ofrece a su pueblo para catequizar,
iluminar la realidad y promover una auténtica responsabilidad histórica.
Las cartas no son tratados de ciencias sociales, pero sí enseñan y promueven una
actuación ético-religiosa en los lectores con la esperanza de cambiar la estructura injusta en
el país y promover una liberación y salvación integral; esclarecen la definición de Iglesia y
su misión frente a la realidad salvadoreña que vive envuelta en polarizaciones ideológicas;
clarifican una correcta relación entre Iglesia y gobierno; orientan a las organizaciones
populares hacia su fin último y; definen la postura de la Iglesia frente a la violencia
institucionalizada y terrorista con el fin de proponer la transformación social del país.
Las homilías se recopilan por iniciativa del P. Roberto Amílcar Torruella 6, quien inicia
su transcripción y edición en el semanario Orientación bajo una introducción de Mons.
Rivera y Damas en 1977. Ya para diciembre de 1978, por iniciativa de María Julia
Hernández7 se inicia la transcripción sistemática de sus homilías y publicadas en
cuadernillos bajo el título Sentir con la Iglesia. Voz y pensamiento de Mons. Óscar A.
Romero. Estos cuadernillos sirven de base para hacer la primera edición de sus homilías
completas, aprobadas por Mons. Arturo Rivera y Damas entre 1980 y 1989. Luego, bajo la
dirección de Miguel Cavada, se trabaja en una segunda publicación de las homilías,
retomando las grabaciones magnetofónicas para garantizar la integridad del mensaje,
gracias al apoyo de UCA Editores 8 se editan ciento noventa y tres, las cuales se pueden
clasificar por temáticas, considerando su título y contenido9.
En cuanto al esquema de la homilía, Mons. Romero evoluciona, ya que en los primeros
meses de 1977 tiene la costumbre de introducir el título y sus ideas principales. Esto cambia
en agosto de 1977, cuando introduce un elemento nuevo, denominado Vida de la Iglesia o
el marco de la homilía, donde presenta las noticias de la vida de la Iglesia, denuncias,
comentarios o juicios teológico-pastorales de los hechos de la realidad transcurridos en la
semana10. Ya avanzado 1977 va variando títulos como Hechos de la semana, Vida de la
Iglesia, Noticias, pero sin olvidar la reflexión de las tres lecturas que la liturgia determina11.

6
Ordenado sacerdote en 1953 y desde 1960 fue párroco de la Iglesia La Merced en San Salvador hasta su
muerte en 2008. Colaboró en Catedral en tiempos de Mons. Romero y fue testigo poco conocido de marchas
populares, represión, ajusticiamiento y asesinatos en el Centro histórico de San Salvador. Fue director de la
radio YSAX, director del semanario Orientación, capellán de la Policía Nacional, columnista del Diario de
Hoy, participó en el proceso de recopilación de la grabación de las homilías de Mons. Romero y fue declarado
hijo meritísimo de San Juan Opico y de San Salvador por la Asamblea Legislativa el 26 de abril de 2008. Cfr.
https://bit.ly/3IKFWLX (Consultado el 24 de agosto de 2021).
7
Activista salvadoreña que luchó por los derechos humanos. Laboró en Tutela legal arquidiocesana en
tiempos de Mons. Romero. En 1983 fue directora de Tutela legal y trabajó por esclarecer los asesinatos de
Mons. Romero, la masacre del Mozote y los mártires de la UCA.
8
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I-VI, UCA Editores, 2005, 19-21. Esta versión es la
utilizada para el presente trabajo.
9
Ver anexo 1: División de las homilías de Mons. Romero por temática a partir del título y contenido.
10
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I, cit., 21.
11
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 20-21.
3
En cuanto al contenido de las homilías, merece ser destacado en primer lugar que, Mons.
Romero no lleva escrita la homilía, sino solo un esquema donde destaca los puntos
importantes a tratar, fotocopia de algún documento de la Iglesia, informe de derechos
humanos, cartas significativas que leerá, etc., de tal forma que sus homilías son
originalmente palabra oral, no escrita, expresión del Espíritu de Dios hacia su pueblo. En
segundo lugar, manifiesta un dominio sobre los documentos de la Iglesia, citando al
concilio Vaticano II, encíclicas papales, Medellín y Puebla, correspondencia de su pueblo y
teólogos famosos. En tercer lugar, cada homilía es un tesoro teológico-bíblico, donde su
exégesis la une con la realidad salvadoreña y; en cuarto lugar, hay homilías “claves” 12
donde presenta un análisis coyuntural de la realidad del país, destaca los signos de los
tiempos en la vida de los salvadoreños y expone temáticas teológico-pastoral para iluminar
el caminar de la Iglesia arquidiocesana13.
En las cartas pastorales hay una clara distinción entre la primera y segunda, donde
expone la naturaleza de la Iglesia y; en la tercera y cuarta es claramente la propuesta
misional de la Iglesia en la realidad salvadoreña. Ahora, en las homilías, la división ad
intra y ad extra de la Iglesia se utiliza para exponer claramente para determinar la
concepción de Iglesia en Mons. Romero que, en su magisterio episcopal no hay una
separación, pues la Iglesia es misión hacia los pobres, como en Jesús. Por tanto, desde el
método inductivo se conoce mejor la novedad eclesiológica de Mons. Romero, porque al
igual que Cristo, parte de la realidad de su pueblo para anunciar la Buena Nueva a los
pobres. Ahora, de manera sucinta se expone nueva novedades eclesiológicas que se extraen
de su pensamiento.

1. Las 9 novedades eclesiológicas de Mons. Romero para la Iglesia universal


La búsqueda por indagar y descubrir la concepción de Iglesia que Mons. Romero
manifiesta en sus cartas pastorales y homilías ha de seguir el camino conciliar pedagógico
de diferenciar temáticamente entre Ecclesia ad intra y Ecclesia ad extra14, pero es claro que
en Mons. Romero el fundamento le deviene dialécticamente entre la tensión entre
magisterio, realidad y evangelio. Una tríada indisoluble para comprender su propuesta
eclesial.
En modo procesual, Mons. Romero va aprendiendo a interpretar el evangelio a la luz de
los cambios eclesiales dados por el Concilio Vaticano II, las conferencias episcopales de
Medellín y Puebla, las interpretaciones de teólogos amigos y hermanos del clero
arquidiocesano; pero sobre todo, es la realidad del pueblo sufrido, humilde y pobre lo que
provoca que la simbiosis resulte a favor de la voluntad de Dios en El Salvador. Gracias a su
sensibilidad y coherencia es que se produce un cambio eclesial en la realidad salvadoreña,
digna de ser constantemente estudiada y emulada en la Iglesia universal.
Mons. Romero ve en la realidad de su pueblo una «hora pascual» que obliga a tomar
opción por los pobres y sufridos, lo que desde el evangelio significó una clarificación,
12
Así se puede denominar a las homilías que poseen un carácter de análisis profundo de la coyuntura del país.
Por ejemplo, las homilías del 6 de agosto de 1977, 1978 y 1979 que corresponden a su segunda, tercera y
cuarta carta pastoral. O la Homilía del 21 de agosto de 1977, hace referencia al estilo de Iglesia que quiere
construir Monseñor Romero. Es un mensaje eclesiológico completo que resume la visión del Vaticano II,
Medellín y la Encíclica Evangelii Nuntiandi de Pablo VI desde la realidad salvadoreña y la mente y el espíritu
de Monseñor Romero.
13
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 19-20.
14
Cfr. A. ANTÓN, El misterio de la Iglesia, Evolución histórica de las ideas eclesiológicas, Tomo II, BAC,
Madrid, 1986, 835-947.
4
reinterpretación y construcción de una Iglesia de Cristo, una Iglesia de los pobres que
encarna el reino de Dios bajo signos concretos de liberación y salvación integral en la
escucha, defensa, cooperación, desarrollo y diálogo para mejorar las condiciones históricas
de injusticia y violencia en el país15.
Una Iglesia al servicio de los pobres, desde Jesús, requiere una conversión profunda
hacia los pobres para poder ser Iglesia de los pobres, pues no puede optar lo que no se
asume encarnadamente y en posición diametralmente opuesta de quiénes han configurado
estructuralmente una realidad salvadoreña de opresión bajo el poder político, económico,
cultura y hasta religioso. Esta claridad evangélica es para Mons. Romero una señal de que
está a favor del reino de Dios, al anunciar el reino de Dios a los pobres (Lc 4,18-19). De
ahí, es clave para definir que la Iglesia no puede estar separada de la dimensión histórica,
de los pobres, de los que sufren; pues solo ahí se encuentra Cristo 16. Por tanto, la
eclesiología de Mons. Romero parte de una Iglesia que está unida a Cristo como misterio de
búsqueda de la voluntad de Dios, fiel al evangelio; pero desde la Encarnación histórica con
los pobres.
Este nuevo modo de ser Iglesia conlleva una actitud vigilante de los signos de los
tiempos para ofrecer una labor profética adecuada, según el evangelio y el magisterio de la
Iglesia; porque una Iglesia no puede quedarse callada ante «tanta abominación» 17. Por eso
la Iglesia debe encarnar las bienaventuranzas con signos concretos de la liberación de
Cristo: hacer de los pobres toda una ética de vida, que el sufrimiento martirial prepare una
nueva tierra para todos, llorar por los sentimientos y actos nobles, reconocer que ser fiel a
Dios transforma la muerte y la injusticia social en el mundo, donde los justos quedan
saciados, se experimenta el ser hijos de Dios como fraternidad evangélica en los que traen
la justicia, la paz y el amor18. Por ello, una Iglesia cómoda, alejada del pueblo y de sus
ansias de liberación tiende al peligro no solo de despreciar al pueblo y a los pobres, sino
caer en una Iglesia que no pertenece a Cristo19.
La Iglesia que quiso instaurar Mons. Romero establece un servicio pleno al reino de
Dios que parte de una subordinación a Cristo y a lo que Cristo vino a anunciar 20. Por eso,
Ellacuría dijo: «Solo desde el reino, tal como fue predicado por Jesús, puede entenderse lo
que ha de ser la Iglesia»21. Por ende, la Iglesia fundamentada en el reino que anunció Cristo
podrá reconocer cuál es su lugar adecuado en la historia y conceder el protagonismo a los
pobres. Solo desde ahí, la Iglesia podrá entender su misión y ser sacramento salvífico para

15
Cfr. ÓSCAR A. ROMERO, Cartas Pastorales y Discursos de Monseñor Osear A. Romero, Centro Monseñor
Romero, N. 18, UCA, San Salvador, El Salvador, 2007, 25-38; 39-66. Enlace: Cartas pastorales y discursos
de Monseñor Oscar A. Romero.pdf (uca.edu.sv) (Consultado el 11 de noviembre de 2023).
16
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I, cit., 128. Homilía del 5 de junio de 1977; Tomo I,
cit., 366-367. Homilía del 2 de octubre de 1977; Tomo I, cit., 287-290. Homilía del 28 de agosto de 1977; Cfr.
GS, N. 1.
17
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 29. Homilía del 27 de noviembre de 1977;
Cfr. Monseñor Óscar A. Romero, Homilías, Tomo I, cit., 217. Homilía del 24 de julio de 1977; Tomo VI, cit.,
453. Homilía del 23 de marzo de 1980; GS, N. 4.
18
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 258. Homilía del 5 de febrero de 1978.
19
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 360-361. Homilía del 5 de noviembre de
1978.
20
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo IV, cit., 514. Homilía del 10 de junio de 1979.
21
J. SOBRINO, I. MARTÍN – BARÓ Y R. CARDENAL , La voz de los sin voz. La Palabra viva de Monseñor
Romero, cit., 8.
5
transformar la historia de cada pueblo hacia la conversión de todos los hombres y mujeres
para hacerlos pueblo de Dios22.
Desde el magisterio de la Iglesia, Mons. Romero asume encarnadamente la enseñanza
conciliar de que la Iglesia parte de Cristo, pero sin pueblo que crea en Cristo no hay pueblo
de Dios que manifieste su ser sacramental histórico, transmitir el misterio de descubrir en la
historia la voluntad de Dios para instaurar el Reino en cada época humana y la voluntad de
vivir en fidelidad como esposa de Cristo. Ahora, el pueblo de Dios, desde la interpretación
evangélica, debe nacer y vivir como Iglesia de los pobres. Este es la claridad evangélica
que tuvo Mons. Romero, donde el reino de Dios predicado por Jesús mediatiza su plenitud
desde la realidad de los pobres, como instrumentos de conversión, evaluación y salvación
de la humanidad. Por ende, la Iglesia para Mons. Romero es fundamentalmente Iglesia de
los pobres, conformada como pueblo de Dios, en unión con Cristo y ayudada por el Espíritu
Santo que manifiesta su verdad en la humildad y la pobreza evangélica. Todo lo demás, es
secundario.
Es fundamental reconocer que Mons. Romero no se desliga del magisterio para definir
qué es Iglesia; pero si posee reinterpretaciones del mismo magisterio. He ahí su novedad.
Desde la libertad evangélica y en sintonía con la realidad de su patria, Mons. Romero
configura la Iglesia bajo elementos reinterpretativos hacia una eclesiología renovada en
consonancia con el Concilio Vaticano II y las reflexiones del episcopado latinoamericano e
interpretaciones teológicas encarnadas desde el Evangelio.
La primera novedad eclesial de Mons. Romero es entender que la pascua de Cristo debe
ser conmemoración histórica-salvífica constante bajo tres modalidades: la pascua de la
liberación de Cristo debe operar en cada persona, desterrando la hipocresía religiosa o una
idolatría enmascarada23; la pascua de Cristo implica la liberación de todo un pueblo, donde
no exista una parte privilegiada por encima de un pueblo oprimido, sino un solo pueblo de
Dios24 y una pascua de Cristo donde todo un pueblo pueda participar en la historia hacia la
trascendencia, incorporando las anteriores liberaciones.
La segunda novedad o reinterpretación proviene de la teología política de Metz, donde la
praxis cristiana solo se puede hacerse histórica desde la dimensión política 25. Según Mons.
Romero cuando Dios pide actuar en la historia se debe integrar las dos dimensiones
(trascedente e histórica); por eso, la Iglesia como parte de la comunidad social debe integrar
la salvación en lo humano y en lo trascedente:

Ésta es la Iglesia y éste es el panorama en que la Iglesia desarrolla su misión. Ojalá,


queridos hermanos, que todos nos comprometamos en esta eucaristía de este
domingo, junto al Cristo liberador, que lo que interesa es como a Cristo le interesa,
venir en persona a salvarnos. Pero a salvar el hombre todo entero, en su dimensión
trascendente y en su dimensión histórica. Su método de salvar no es negativo, sino
muy positivo no destruye sino que rehace26.

22
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo IV, cit., 320. Homilía del 25 de marzo de 1979.
23
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo VI, cit., 430-431. Homilía del 23 de marzo de 1980.
24
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo VI, cit., 431. Homilía del 23 de marzo de 1980.
25
JOHANN B. METZ, Teología del Mundo, cit., 151. Cfr. Monseñor Óscar A. Romero, Homilías, Tomo I, cit.,
187-190. Homilía del 28 de agosto de 1977; Cfr. Óscar A. Romero, Discurso en Lovaina, La dimensión
política de la fe desde la opción por los pobres, 2 de febrero de 1980.
26
MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo V, cit., 313. Homilía del 9 de septiembre de 1979.
6
La tercera novedad es que para ser Iglesia de los pobres es imprescindible convertirse a los
pobres, tal como se sistematiza en Mysterium Liberationis27. Esta posición de Mons.
Romero nace de la reflexión evangélica de la encarnación de Jesús, donde asume
plenamente el mundo de los pobres y desde ahí anuncia su buena noticia. Por eso la Iglesia
debe sentir orgullo vivir para servir a los pobres:

«Por eso, hermanos, no es un prestigio para la Iglesia estar bien con los poderosos.
Este es el prestigio de la Iglesia: sentir que los pobres la sienten como suya, sentir
que la Iglesia vive una dimensión en la tierra llamando a todos, también a los ricos,
a convertirse y salvarse desde el mundo de los pobres, porque ellos son únicamente
los bienaventurados»28.

Desde el mundo de los pobres la Iglesia aprende a superar sus pecados de incoherencia
institucional, pero sobre todo, la tendencia de seguir una pastoral perversa que no defiende
a los pobres, débiles, marginados, perseguidos explotados, etc. Una Iglesia de los pobres
aprende a leer con justeza el evangelio y actualizarlo en la historia de los que sufren 29.
La cuarta novedad es que la opción por los pobres exige una reorientación de la pastoral
de la Iglesia que nace en la Pastoral de Conjunto en Medellín, especialmente dedicada a
amar a los sufridos por el mal estructural de este mundo, corrigiendo la deshumanización
por la acumulación de la riqueza. De ahí, los pobres se convierten en el lugar teológico
donde Dios se hace presente en el mundo para exigir liberación30. Además, para Mons.
Romero la pastoral no se reduce a lo sacramental o acompañamiento de grupos eclesiales,
sino a todos los ámbitos de la vida social, no para conducirlos, sino para iluminarlos u
orientarlos hacia la eliminación de las causas estructurales de la miseria e injusticia social y
desenmascarar la ideología que endiosa la violencia para hacer justicia31.
En la cuarta carta pastoral se encuentra un resumen de la contribución pastoral de la
Iglesia a la realidad salvadoreña: una sólida orientación doctrinal; la denuncia profética del
pecado, en función de conversión; desenmascarar las idolatrías de nuestra sociedad;
promover la liberación integral del hombre; urgir cambios estructurales profundos y
acompañar al pueblo en las clases populares y en el sector de las clases dirigentes32.
En consonancia con lo anterior, la quinta novedad eclesial que establece de Mons.
Romero es que la Iglesia ofrece la liberación de Cristo desde un sentir encarnado en los
pobres; pero insiste en conocer la sabiduría del crucificado para pretender renovar todas las
cosas, donde la liberación de Cristo encarna las bienaventuranzas aprendiendo a sentir
profundamente la debilidad de la pobreza para comprender el signo sacramental del
crucificado33. Por eso, la Iglesia, solo entendiendo a los pobres como los sujetos principales
de su liberación, como los destinatarios primarios de la Iglesia de Cristo crucificado y

27
Cfr. I., ELLACURÍA – J. SOBRINO (Eds.), Mysterium Liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología
de la Liberación, cit., 127-153.
28
MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo VI, cit., 283. Homilía del 17 de febrero de 1980.
29
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 362. Homilía del 5 de noviembre de 1978.
30
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I, cit., 212. Homilía del 24 de julio de 1977.
31
Cfr. ÓSCAR A. ROMERO, Tercera carta pastoral: La Iglesia y las organizaciones políticas populares, N. 37-
39; 79-87; Cfr. OT, N. 50; EN, N. 33-37.
32
ÓSCAR A. ROMERO, Cuarta Carta Pastoral: Misión de la Iglesia en medio de la crisis del país, N. 37-67.
33
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 357. Homilía del 24 de marzo de 1978. Tomo
I, cit., 180. Homilía del 10 de julio de 1977.
7
desde la materialidad de la pobreza es como puede orientar la dirección correcta de la
voluntad de Dios en la historia de cada pueblo desde un propósito histórico-salvífico34.
La sexta novedad es colocar a los pobres como lugar teológico donde se contempla la
voluntad de Dios. Aunque ya está claro en el magisterio que Dios habla en la historia (GS
4); pero para Mons. Romero colocarse al lado de los pobres asumiendo toda su realidad
provoca la iluminación clara de que Dios está exigiendo su voluntad 35, al verificar la falta
de unidad en los cristianos36, al no rehuir la participación política con discernimiento ante
los procesos de liberación contra la opresión 37, al encarnar en la vida del pobre en y por
Cristo38 y porque la opción por los pobres al nacer de la encarnación de Jesús se convierte
en criterio obligante de seguimiento en la lucha por la justicia y la liberación 39. Al mismo
tiempo, comprender que el orden de este mundo no es precisamente la voluntad de Dios, de
modo que siempre hay una lucha, una crisis en la Iglesia «entre la voluntad de Dios y el
querer de los hombres»40. Por eso, la Iglesia desde la paradoja entre el sufrimiento injusto y
la esperanza de una felicidad plena encuentra en los pobres el verdadero camino para
contemplar la voluntad de Dios, la certeza de ser la verdadera Iglesia de Cristo 41.
La séptima novedad es una noción tan antigua en la Iglesia, pero Mons. Romero la
actualiza en cuanto que la fidelidad al Papa no es desde la visión jurídica o dogmática, sino
para ratificar que su praxis pastoral evangélica es corroborada por el sumo pontífice.
El Papa es para Mons. Romero un símbolo de la universalidad de la Iglesia y fuente de
interpretación histórica del magisterio de la Iglesia; pero sobre todo, es una guía para vivir
el evangelio en las dimensiones concretas de su Iglesia local 42. Es la solidez y fundamento
para definir y enseñar la doctrina de Cristo y orientar la vida cristiana en las circunstancias
históricas que cada nación debe analizar y asumir 43. Y en cuanto al criterio de infalibilidad
papal, Mons. Romero lo coloca al mismo nivel del pueblo de Dios 44, como el sensus fidei
populum dei; pero aún más, el pueblo es su profeta 45 y los pobres el verdadero tesoro de la
Iglesia46. Por ende, hablar de una Iglesia de los pobres como criterio evangélico para el
seguimiento auténtico de Jesús no es una herejía, una frase de moda, pues son los pobres el
verdadero tesoro de la Iglesia47. Es la expresión más genuina de la presencia de Dios
manifestada en el evangelio y transmitida y enseñada por el magisterio de la Iglesia. Son
34
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 238-240. Homilía del 10 de septiembre de
1978.
35
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo VI, cit., 278. Homilía del 17 de febrero de 1980.
36
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 225. Homilía del 22 de enero de 1978.
37
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 357-358. Homilía del 24 de marzo de 1978;
Medellín, Movimiento de Laicos, 13.
38
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo VI, cit., 268-269. Homilía del 10 de febrero de 1980.
39
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo VI, cit., 230-231. Homilía del 27 de enero de 1980.
40
MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 291. Homilía del 1 de octubre de 1978.
41
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo VI, cit., 277. Homilía del 17 de febrero de 1980.
42
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 60-61. Homilía del 2 de julio de 1978. Cfr.
T. Greenan, El pensamiento teológico-pastoral en las homilías de Mons. Romero, cit., 39-40.
43
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 63-64. Homilía del 2 de julio de 1978.
44
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 67. Homilía del 2 de julio de 1978.
45
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo V, cit., 86. Homilía del 8 de julio de 1979; CIC,
canon 67.
46
Juan Pablo I durante la celebración eucarística en san Juan de Letrán (23 de septiembre de 1978), Cfr. L
´Osservatore Romano, 1 de octubre de 1978.
47
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 295. Homilía del 1 de octubre de 1978. Cfr.
Juan Pablo I, homilía en san Juan de Letrán, 23 de septiembre de 1978. L´Osservatore Romano, 1 de octubre
de 1978.
8
los pobres los que enseñan a la Iglesia la humildad, el servicio solidario, la sencillez de
vida, la kénosis de Cristo y la correcta santidad de vida48.

La octava novedad es que la Iglesia está al servicio de una patria como su


responsabilidad histórica-salvífica; pues todas las cosas creadas están subordinadas hacia la
voluntad de Dios; pero cuando éstas están subordinadas al pecado, la Iglesia debe
orientarlas hacia la voluntad de Dios, aunque esto implique enfrentarse al mal estructural
del mundo49.
La universalidad eclesial se vive en lo local, donde se hace vida el magisterio y se
actualiza el mensaje evangélico50. De ahí que, Mons. Romero comprende que la misión de
la Iglesia no es defender una doctrina ahistórica, sino las causas justas del pueblo, defender
a los pobres, marginados, torturados, etc. Esto es lo que significa ser una Iglesia al servicio
de una patria51 donde todos los salvadoreños estén al servicio del reino de Dios:

La verdadera vocación de los salvadoreños está en que lleguemos un día a constituir


ese Reino de Dios, no sólo bautizados de nombre sino efectivamente cristianos,
comprometidos a hacer de nuestros hogares, de nuestras haciendas, de nuestras
fincas, de nuestros caminos, de nuestras leyes, toda una estructura de salvación, toda
una estructura donde el salvadoreño se sienta verdaderamente realizado como
cristiano, capaz de adorar con libertad a su Dios y con toda libertad, proclamar la
religión integral que Dios le manda proclamar […] Que nadie sienta vergüenza de
llamarse salvadoreño, que sintamos todos la satisfacción, el orgullo de vivir en una
patria donde servimos al bien común sin temores, sin que se sospeche y desde
nuestro servicio de bien común, estamos labrándonos la felicidad de la salvación
eterna52.

Este servicio eclesial a la patria no debe basarse en un nacionalismo o aislamiento


ideológico fanático, sino como el modo político visible donde se desarrolla el proyecto de
Dios en una nación específica 53. Esto requiere el interés patriótico donde todos se esfuercen
por tener una vida culta y forjen su propio destino; pero la Iglesia tiene una misión
concreta, según Mons Romero: salvar al pueblo con su historia, orientar la política hacia el
bien común, ofrecer una pastoral liberadora que evangelice las estructuras sociales y
acompañar al pueblo desde una revisión y actualización doctrinal54.
La novena novedad que se descubre en las cartas pastorales y homilías de Mons.
Romero es que con su vida y en su posición jerárquica como obispo es capaz de
institucionalizar la opción por los pobres; pues no es lo mismo vivir una opción por los
pobres al margen de la aprobación del magisterio de la Iglesia que, verla operar en la
institución eclesial. En Mons. Romero la opción por los pobres no solo se hace vida, sino
48
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 297. Homilía del 1 de octubre de 1978.
49
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I, cit., 226. Homilía del 21 de julio de 1977; Tomo I,
cit., 58. Homilía del 8 de mayo de 1977.
50
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo III, cit., 248. Homilía del 17 de septiembre de 1978.
51
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I, cit., 394-395. Homilía del 16 de octubre de 1977.
Tomo I, 58. Homilía del 8 de mayo de 1977.
52
MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 97. Homilía del 11 de diciembre de 1977.
53
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I, cit., 231. Homilía del 6 de agosto de 1977.
54
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I, cit., 231-237. Homilía del 6 de agosto de 1977;
Tomo III, cit., 152-154. Homilía del 6 de agosto de 1978; Tomo V, cit., 190-195. Homilía del 6 de agosto de
1979.
9
que también se vuelve magisterio, se produce el milagro de la conversión hacia los pobres
de la jerarquía de la Iglesia, noción tan poco acostumbrada en la realidad mundial actual.
Mons. Romero interpreta su ministerio episcopal desde la exigencia evangélica como
pastor fiel a su pueblo y a su Iglesia; preocupado por las angustias y sufrimientos de su
pueblo pobre; comprometido con una pastoral liberadora en función del bien común, la
justicia social y la transformación de las realidades de muerte; en constante aggiornamento
para entender, discernir y optar por una salida al conflicto de violencia; defensor de los
pobres y oprimidos; se complace por tener a los pobres como sus amigos; asume el
profetismo desde la exigencia evangélica y no por desajustes psicológicos o para promover
el odio y la venganza; asume su voz como la voz de Dios que muestra su voluntad de amor
y justicia en el país; es cercano, amable y comprometido con todos; no excluye a nadie de
la salvación, pero enseña a cada quien el camino adecuado para buscarla; un obispo que ora
intensamente por su pueblo y aunque tiene miedo de perder la vida es capaz de ofrecerla
como signo de coherencia al evangelio y por la auténtica misión de Cristo 55. Por eso, Mons.
Romero se siente un servidor del pueblo, del reino de Dios, de la Iglesia desde un proceso
revolucionario evangélico donde todo es bueno si es bueno para todo el pueblo, para toda la
Iglesia y para toda una patria. Y si es bueno para el pueblo, la Iglesia y la patria debe ser
bueno para Dios.
La autoridad y potestad de su ser obispo en Mons. Romero se convierte en convocatoria
a una unidad en Cristo, no desde la verticalidad impositiva o falso respeto eclesiástico, sino
desde el testimonio vivo del Evangelio que se encarna en la historia de los pobres de su
país56 y donde el obispo transmite la verdad de Dios. Ahora, la verdad en la Iglesia está
mediada por la jerarquía eclesiástica, en su magisterio, pero siempre que provenga del
mensaje evangélico57. Por eso, Mons. Romero es símbolo de unidad, no solo capaz de
ejercer el cargo, sino convertirse en un micrófono de Dios donde Cristo habla con su
Espíritu a través de su palabra bajo un mensaje oportuno y claro ante las circunstancias
históricas difíciles en El Salvador58.
Al final del camino de la indagación sobre la concepción de Iglesia para Mons. Romero
en su cartas pastorales y homilías preferentemente, ha llevado a legitimar que Iglesia no es
definible en un concepto, sino en imágenes o símbolos; pero ninguna de ellas puede estar
fuera de la dimensión histórica, especialmente del rumbo trazado por el evangelio: hacia los
pobres. Por ende, desde los pobres, bajo el seguimiento auténtico de Cristo, la Iglesia puede
establecer claramente su naturaleza y misión. Las demás mediaciones eclesiales, jurídicas,
políticas, dogmáticas, económicas, culturales e ideológicas deben estar subordinadas para
seguir esforzándose por construir el sueño del Padre para con la humanidad. El sueño de
todo humano: hacer de este mundo un ambiente propicio para la vida plena.

Conclusión:
55
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo IV, cit., 279-280. Homilía del 11 de marzo de 1979;
Tomo VI, cit., 279-280. Homilía del 17 de febrero de 1980.
56
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 127-128. Homilía del 19 de diciembre de
1977.
57
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo II, cit., 129-131. Homilía del 19 de diciembre de
1977.
58
Cfr. MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I, cit., 359. Homilía del 29 de septiembre de 1977;
Tomo II, cit., 30. Homilía del 27 de noviembre de 1977; Tomo cit., V, 87. Homilía del 8 de julio de 1979;
Tomo VI, cit., 231-232. Homilía del 27 de enero de 1980; Tomo VI, cit., 236. Homilía del 27 de enero de
1980.
10
La mejor presencia sacramental histórica de Cristo es ser Iglesia de los pobres,
asumiendo un compromiso de servir integralmente a la humanidad a partir de una
individualidad convencida hacia la conformación de una comunidad en comunión al
servicio del reino de Dios59.
La eclesiología de comunión dentro del pueblo de Dios permite que la Iglesia manifieste
los mismos sentimientos de Cristo (Filp 2,5), manifestando fraternalmente a ternura,
amabilidad, inclusión, solidaridad, respeto y amor, especialmente a los más necesitados
como base para interactuar en el mundo desde el servicio humilde de ser gestores del
dialogo y la paz.
La eclesiología de comunión ayuda a superar la división dicotómica de dividir la
naturaleza de la Iglesia; pues si la misión de la Iglesia es la misma de Cristo, de anunciar la
buena nueva a los pobres, entonces la Iglesia debe tener un acercamiento radical y
consecuente hacia el mundo, como parte del seguimiento de Cristo, pues ser Iglesia de
Cristo significa mundanizarse, hacerse mundo, que no significa complacencia con el
pecado60. Por ello, el discernimiento de los signos de los tiempos es clave para sopesar los
deseos y exigencia justas de la humanidad y tener una predilección por los pobres (LG 8).
Se trata de confrontar con el evangelio y la razón natural, como instancias críticas, lo
verdadero o falso de la realidad examinada e introducir estrategias de evangelización para
encontrar nuevos caminos vitales para una humanidad redimida plenamente61.
Esta nueva mirada eclesiológica conciliar no es una reforma simple institucional o
modificar la teologia dogmática de la Iglesia, sino una visión de transformación global de
todas las cosas que enfrente y confronte la realidad humana bajo una mirada dialéctica con
los pobres desde la Palabra de Dios en el escenario del misterio de la salvación integral en
la historia con su dinámica natural y social compleja desde una perspectiva martirial,
porque la verdad del reino de Dios se enfrenta dialécticamente con la realidad del mal.
No basta que la Iglesia entable una relación con el mundo en modo espectador, sino que
debe estar con el mundo desde los valores de las bienaventuranzas en su realidad cargada
de injusticia para entablar un juicio desde el evangelio al contemplar la cristología del
crucificado que pide asumir la misión del reino contra el antirreino. De esta manera, el
análisis crítico de la realidad invierte el significado del dolor, sufrimiento, el mal, la muerte
y la esperanza, especialmente cuando la Iglesia opta por los pobres asumiendo una política
cristiana que le permita ser sal y luz en la tierra para salvar integralmente a la humanidad 62.
En modo sintético, la naturaleza de la Iglesia es pueblo de Dios desde y en Cristo que le
exige convertirse históricamente en Iglesia de los pobres. Desde ahí puede configurar y
transmitir su ser como sacramento auténtico de Cristo, tener la capacidad crítica y la
metodología adecuada para descubrir los signos de los tiempos que permita ir
desentrañando el misterio de Dios sobre la humanidad desde la comunión, en fidelidad y
bajo un criterio creíble en modo sinodal.
La Iglesia que asume encarnar a Cristo en la historia debe dar testimonio de los valores
del reino. Por tanto, la concepción de Iglesia de Mons. Romero como Iglesia de los pobres,
no es un concepto abstracto, sino un compromiso radical con el pueblo, especialmente con
59
Cfr. PAPA FRANCISCO, Exhortación apostólica Evangelium Gaudium, N. 3.
60
JUAN XXIII, Exhortación apostólica Humanae Salutis, 25 de diciembre de 1961, N. 3. Cfr. AAS (1961),
1225; GS, N. 17).
61
R. BERZOSA MARTÍNEZ, ¿Una nueva articulación de "los lugares teológicos" en la teología conciliar y
posconciliar?, 105-110.
62
Cfr. JOHANN BAPTIST METZ, Teología del mundo, cit., 139-163.
11
los empobrecidos para lograr mostrar la perfecta liberación integral de Cristo con la fuerza
que provoca el evangelio.
Una Iglesia que se separa en praxis del evangelio de Cristo, el magisterio de la Iglesia, el
escrutar los signos de los tiempos y asumir un compromiso liberador y salvífico integral
hacia y desde los pobres, no puede ser la Iglesia auténtica de Cristo, de acuerdo con la
concepción eclesial de Mons. Romero.
Bibliografía:
- ÓSCAR A. ROMERO, Cartas Pastorales y Discursos de Mons. Óscar A. Romero,
Colección Cuadernos Monseñor Romero, Centro Monseñor Romero, N. 18, San
Salvador, 2007.
- MONSEÑOR ÓSCAR A. ROMERO, Homilías, Tomo I-VI, UCA Editores, 2005.
- ANTÓN, El misterio de la Iglesia, Evolución histórica de las ideas eclesiológicas,
Tomo II, BAC, Madrid, 1986, 835-947.
- J. SOBRINO, I. MARTÍN – BARÓ Y R. CARDENAL, La voz de los sin voz. La Palabra
viva de Monseñor Romero, UCA Editores, San Salvador, 1981.
- JOHANN B. METZ, Teología del Mundo, Colección Verdad e Imagen, No. 18,
Ediciones Sígueme, Salamanca, 1971.
- Cfr. I., ELLACURÍA – J. SOBRINO (Eds.), Mysterium Liberationis. Conceptos
fundamentales de la Teología de la Liberación, UCA Editores, san Salvador, 1990.
- T. Greenan, El pensamiento teológico-pastoral en las homilías de Mons. Romero,
Tesis para obtener el grado de Doctor en Teología por la Universidad Pontificia de
Comillas, Madrid, 1996.
- Juan Pablo I, homilía en san Juan de Letrán, 23 de septiembre de 1978. L
´Osservatore Romano, 1 de octubre de 1978. Cfr. Toma de posesión de la basílica
de San Juan de Letrán (23 de septiembre de 1978) | Juan Pablo I (vatican.va)
(Consultado el 9 de noviembre de 2023).
- PAPA FRANCISCO, Exhortación apostólica Evangelium Gaudium, N. 3.

12
Anexo 1. División de las homilías por temática a partir del título y contenido

MARTIRIO
1 Una motivación de amor: Misa Exequial del P. Rutilio Grande (+12) 14 de marzo 1977 TOMO I, 31
2 Un ideal que no muere: Misa exequial del P. Alfonso Navarro (+11) 12 de mayo 1977 TOMO I, 73
3 Una antorcha puesta en lo alto. 19 de junio 1977 TOMO I, 149
4 Rutilio Grande como hombre, cristiano y sacerdote. 5 de marzo 1978 TOMO II, 319
Un llamamiento a la unidad, a la verdad y a la santidad. 11 de mayo 1978. Primer
5 TOMO II, 479
aniversario de la muerte del P. Alfonso Navarro.
6 La cruz en la vida. 3 de septiembre 1978 TOMO III, 211
7 Un juicio de Dios. Misa exequial del P. Ernesto Barrera Motto (+28) 29 nov. 1978 TOMO III, 439
Un asesinato que nos habla de resurrección: Misa exequial del P. Octavio Ortiz Luna
8 TOMO IV, 183
(+20) 21 de enero 1979
9 La voz de la sangre: Misa exequial del P. Rafael Palacios (+20) 21 de junio 1979 TOMO V, 25
10 Misa única: Fin del novenario del P. Rafael Palacios. 30 de junio 1979 TOMO V, 51
11 ¿Por qué mataron a Rafael Palacios? 20 de julio 1979 TOMO V, 125
12 Entrega martirial de Monseñor Romero: ultima homilía. 24 de marzo 1980 TOMO VI, 455

ESPÍRITU SANTO
13 La unción del Espíritu Santo. 7 de abril 1977 TOMO I, 43
14 El Espíritu Santo, unge al presbítero y al pueblo de Dios. 23 de marzo 1978 TOMO II, 337
15 El Espíritu de Dios entre los hombres. 23 de julio 1978 TOMO III, 111
16 El Espíritu Santo, alma de la nueva alianza. 12 de abril 1979 TOMO IV, 361

PENITENCIA Y ORACIÓN
17 Nuestra Señora de Fátima. 15 de mayo 1977 TOMO I, 89
18 La fuerza de la oración. 17 de julio 1977 TOMO I, 197
19 Acción de gracias, petición de perdón y súplica a Dios. 31 de diciembre 1979 TOMO VI, 137

SACERDOCIO
20 Vocaciones al sacerdocio. 28 de mayo 1977 TOMO I, 103
Escogidos para ser enviados. Ordenación sacerdotal de Jaime Paredes. 1 de marzo de
21 TOMO VI, 329
1980

TEMAS VARIOS
22 Todos los hombres somos instrumentos de Dios. 28 de diciembre 1977 TOMO II, 153

13
23 Acción de gracias y súplica de perdón. 31 de diciembre 1977 TOMO II, 163
24 El Divino Salvador y el Papa, señal de Dios con nosotros. 13 de agosto 1978 TOMO III, 155
25 El Papa, lugarteniente de Cristo en su Iglesia. 27 de agosto 1978 TOMO III, 193
26 Festín de Dios con los hombres. 15 de octubre de 1978 TOMO III, 323
27 La familia, epifanía del amor de Dios. 31 de diciembre de 1978 TOMO IV, 113
28 El retorno al Hogar. (Puebla) 16 de febrero 1979 TOMO IV, 197
29 El amor, ley de la nueva alianza. 13 de abril de 1979 TOMO IV, 369
30 Por su Alianza, Dios nos adopta en su misma familia. 10 de junio 1979 TOMO IV, 511
31 Juan Bautista, paradigma del hombre comprometido con el reino de Dios. 24/06/1979. TOMO V, 33
32 El profeta, presencia de Dios en la sociedad 8 de julio 1979 TOMO V, 79
33 El Divino Salvador, pan que baja del cielo y da la vida al mundo 5 de agosto 1979 TOMO V, 169
34 El Divino Salvador del mundo, carne para la vida del mundo 12 de agosto 1979 TOMO V, 197
35 El Divino salvador del mundo tiene palabras de vida eterna 26 de agosto 1979 TOMO V, 239
36 Solo de Cristo puede venirnos la verdadera independencia 9 de septiembre 1979 TOMO V, 287
37 La familia, fuente de paz para la sociedad 7 de octubre 1979 TOMO V, 391
38 La familia, encarnación y epifanía de Dios 30 de diciembre 1979 TOMO VI, 111

REINO DE DIOS
39 La responsabilidad del Reino de Dios 26 de junio 1977 TOMO I, 157
40 La siembra de la Palabra del reino 16 de julio 1978 TOMO III, 91
41 Las crisis del Reino de Dios 24 de septiembre 1978 TOMO III, 263
42 Su Reino no tendrá fin 26 de noviembre 1978 TOMO III, 419
43 Juan Bautista, paradigma del hombre comprometido con el reino de Dios 240679 TOMO V, 33
44 Las tres condiciones para entrar en el reino de Dios 14 de octubre 1979 TOMO V, 415

LA VIRGEN MARÍA
45 La Virgen María nos ofrece una promesa de salvación 16 de julio 1977 TOMO I, 187
46 El servicio de la Virgen María y de la Iglesia 15 de agosto 1977 TOMO I, 261
47 Inmaculada concepción de María 8 de diciembre 1977 TOMO II, 67
48 La Virgen, Madre de Dios 1 de enero 1978 TOMO II, 171
49 El reino de Dios es la verdadera riqueza del hombre 30 de julio 1978 TOMO III, 129
50 María, signo de la plenitud de los tiempos 24 de diciembre 1978 TOMO IV,
51 Por María quiere Dios salvar en la historia 23 de diciembre 1979 TOMO VI, 81

ESCATOLOGÍA - SOTERIOLOGÍA

52 TOMO I, 221
La trascendencia: perspectiva hacia lo eterno 31 de julio 1977

53 TOMO I, 421
Los signos de los tiempos 30 de octubre 1977

14
54 TOMO II, 109
Dios viene a salvarnos 18 de diciembre 1977

55 TOMO II, 203


Dios salva a todos los hombres como Pueblo 15 de enero 1978

56 TOMO II, 261


La historia de la salvación 12 de febrero de 1978

57 TOMO II, 289


La redención, iniciativa de Dios, Cristo la trae a los hombre 26 de febrero 1978

58 TOMO III, 25
Misterio de salvación en Cristo 4 de junio 1978

59 TOMO IV, 135


La plenitud de los tiempo llega, en Jesús, por María

60 TOMO V, 461
El proyecto de Dios para salvar al pueblo 28 de octubre 1979

61 TOMO V, 543
La esperanza cristiana, clave y fuerza de nuestra verdadera liberación 18 11 79

62 TOMO VI, 25
Dios viene a salvar en la historia y con la colaboración de los hombres 9 12 79
SACRAMENTOS

63 TOMO II, 59
La Confirmación 5 de diciembre 1977

64 TOMO II, 303


El bautismo, vocación y participación en la vida divina 5 de marzo 1978

65 TOMO II, 361


El misterio pascual se hace nuestro por el Bautismo 25 de marzo 1978

66 TOMO II, 397


El misterio pascual 9 de abril 1978

67 TOMO II, 485


El sacramento de la Confirmación 13 de mayo 1978

68 TOMO IV, 161


El bautismo, epifanía de la realidad mesiánica 14 de enero de 1979

69 TOMO VI, 169


El bautismo, epifanía de las riquezas mesiánicas 13 de enero de 1980

EUCARISTÍA
70 La misa única 20 de marzo 1977 TOMO I, 37
71 La Eucaristía, presencia viva y vivificante de Cristo en la historia 17 de junio 1979 TOMO IV, 527
72 El Divino Salvador, personalmente presente en nuestra eucaristía 19 de agosto 1979 TOMO V, 219

VIOLENCIA

15
73 TOMO I, 95
Violencia que enluta al país 22 de mayo 1977

74 TOMO I, 463
No a la violencia 14 de noviembre 1977

75 TOMO II, 41
A las madres, por sus hijos desaparecidos 1 de diciembre de 1977

LA PAZ
76 La Paz 3 de julio 1977 TOMO I, 167
77 No a la violencia, sí a la paz 6 de enero 1978 TOMO II, 185

PALABRA DE DIOS - EVANGELIO


78 La Palabra de Dios en el mundo 18 de septiembre 1977 TOMO I, 317
79 Los caminos de las bienaventuranzas 1 de noviembre 1977 TOMO I, 429
80 La fuerza de la Palabra 25 de noviembre 1977 TOMO I, 481
81 El servicio de la Palabra, del perdón y de la Eucaristía 10 de diciembre 1977 TOMO II, 77
82 La cena pascual 23 de marzo 1978 TOMO II, 345
83 El buen pastor 16 de abril de 1978 TOMO II, 415
84 El Dios de nuestra fe 21 de mayo 1978 TOMO II, 507
85 La justificación en la fe 11 de junio 1978 TOMO III, 41
86 El camino del misterio de la salvación 9 de julio 1978 TOMO III, 73
87 Adviento, el tiempo de la alegre esperanza 3 de diciembre 1978 TOMO IV, 25
88 El Señor viene, preparémosle el camino 10 de diciembre 1978 TOMO IV, 45
89 Cuaresma, renovación de nueva alianza con Dios 4 de marzo 1979 TOMO IV, 243
90 Cuaresma, transfiguración del pueblo de Dios 11 de marzo 1979 TOMO IV, 263
91 Cuaresma, retorno a la ley de Dios 18 de marzo 1979 TOMO IV, 285
92 Cuaresma, llamamiento a la verdadera reconciliación 25 de marzo 1979 TOMO IV, 309
93 Cuaresma, preparación para celebrar la alianza pascual 1 de abril 1979 TOMO IV, 331
94 Hoy viene el mediador de la Nueva Alianza 8 de abril 1979 TOMO IV, 251
95 En la Pascua, nace el pueblo de la nueva alianza 14 de abril 1979 TOMO IV, 389
96 La resurrección, sello y clave de la nueva alianza 15 de abril 1979 TOMO IV, 395
97 Pascua, celebración de los bienes de la nueva alianza 22 de abril 1979 TOMO IV, 413
98 El don más grande de la Pascua es el dinamismo del amor 20 de mayo 1979 TOMO IV, 455
99 La Ascensión del Señor, proclamación de la trascendencia humana 26 05 79 TOMO IV, 477
100 Pentecostés, venida del Espíritu Santo que vivifica la nueva alianza 03 06 79 TOMO IV, 495
101 Epifanía, revelación y donación de Dios a todos los pueblos 6 de enero 1980 TOMO VI, 145
103 La homilía, actualización de la palabra de Dios 27 de enero 1980 TOMO VI, 223
La pobreza de las bienaventuranzas, fuerza de la verdadera liberación del pueblo 17 de
104 TOMO VI, 273
enero de 1980.
105 Cuaresma, triunfo del proyecto salvador de Dios en la historia 24 de febrero 1980 TOMO VI, 301
106 La Cuaresma, plan de Dios para transfigurar los pueblos desde Cristo 2 de marzo 1980 TOMO VI, 337

16
CRISTO
107 Desagravio a Cristo 12 de junio 1977 TOMO I, 133
108 El misterio de Cristo 19 de junio de 1977 TOMO I, 139
109 Cristo profeta, sacerdote y rey 20 de noviembre 1977 TOMO I, 467
110 Cristo, centro y fin de toda la historia humana 4 de diciembre 1977 TOMO II, 49
111 Hoy os ha nacido un Salvador 24 de diciembre 1977 TOMO II, 133
112 La entrada de Cristo en Jerusalén, alegría y pasión 19 de marzo 1978 TOMO II, 327
113 La humillación y exaltación del Hijo de Dios 24 de marzo 1978 TOMO II, 353
114 ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo vive! 26 de marzo de 1978 TOMO II, 367
115 Cristo vive, Cristo ha resucitado 30 de abril 1978 TOMO II, 447
116 La hora de la glorificación 7 de mayo 1978 TOMO II, 463
117 Cristo, el pan vivo que da vida al mundo 28 de mayo 1978 TOMO II, 523
118 El Hijo del hombre, luz del pueblo que peregrina en la tierra 6 de agosto 1978 TOMO III, 145
119 El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros 17 de diciembre 1978 TOMO IV, 63
120 Os anuncio una alegría inmensa: os ha nacido un Salvador 24 de diciembre 1978 TOMO IV, 107
121 Cristo, la Palabra siempre nueva de la Iglesia 18 de febrero 1979 TOMO IV, 205
122 Cristo, el novio de la Iglesia 25 de febrero 1979 TOMO IV, 225
123 Cristo, vida y riqueza del hombre 1 de julio 1979 TOMO V, 59
124 Cristo nos ha confiado una misión profética 15 de julio 1979 TOMO V, 103
125 Cristo, verdadero Rey-Pastor de todos los pueblos 22 de julio 1979 TOMO V, 133
126 Jesús, maestro de la verdadera religión 2 de septiembre 1979 TOMO V, 263
127 Jesús, el verdadero Mesías 16 de septiembre 1979 TOMO V, 315
En Cristo se revelan las tres dimensiones de los verdaderos grandes 23 de septiembre
128 TOMO V, 341
1979
129 Cristo Rey, clave y orientación de nuestra historia 25 de noviembre 1979 TOMO V, 569
130 Os anuncio una gran noticia: os ha nacido un salvador 24 de diciembre 1979 TOMO VI, 103
131 Cristo manifiesta su gloria en la felicidad de los hombres 20 de enero de 1980 TOMO VI, 195

IGLESIA
132 La Iglesia de la Pascua 17 de abril 1977 TOMO I, 51
133 Misión de la Iglesia 8 de mayo 1977 TOMO I, 57
134 La Iglesia frente al dolor y la violencia 11 de mayo 1977 TOMO I, 69
135 La Iglesia es Cristo en nuestra historia 15 de mayo 1977 TOMO I, 79
136 ¿Qué es la Iglesia? 29 de mayo 1977 TOMO I, 111
137 La Iglesia, comunión de los hombres con Dios 5 de junio 1977 TOMO I, 123
138 La Iglesia de la Arquidiócesis 24 de julio 1977 TOMO I, 209
139 La Iglesia, cuerpo de Cristo en la historia 6 de agosto 1977 TOMO I 229
140 La historia de la salvación 7 de agosto 1977 TOMO I, 239
141 Características de nuestra Iglesia 21 de agosto 1977 TOMO I, 267
142 La Iglesia de la Alianza de Dios y de la verdadera pobreza 28 de agosto 1977 TOMO I, 281
143 La Iglesia del Espíritu Santo y la Iglesia de la cruz 4 de septiembre 1977 TOMO I, 293
La Iglesia de la verdadera Independencia, la Iglesia de la auténtica Libertad 11 de
144 TOMO I, 305
septiembre 1977

17
145 La Iglesia, continuación de la encarnación de Cristo 24 de septiembre 1977 TOMO I, 329
146 San Miguel Arcángel y la lucha de la Iglesia 29 de septiembre 1977 TOMO I, 351
147 La Iglesia, comunidad de fe 2 de octubre 1977 TOMO I, 361
148 La Iglesia de la promoción integral 9 de octubre 1977 TOMO I, 375
149 Iglesia en oración, Iglesia misionera 16 de octubre 1977 TOMO I, 393
150 La Iglesia misionera 23 de octubre 1977 TOMO I, 407
151 La Iglesia escatológica 6 de noviembre 1977 TOMO I, 437
152 El sentido escatológico de la Iglesia 13 de noviembre 1977 TOMO I, 449
153 La Iglesia de la esperanza 27 de noviembre 1977 TOMO II, 25
154 La Iglesia de la salvación 11 de diciembre 1977 TOMO II, 85
155 La Iglesia en América Latina 12 de diciembre 1977 TOMO II, 99
156 La Iglesia, conjunto jerárquico para transmitir la vida de Cristo 19 de diciembre 1977 TOMO II, 123
157 La Iglesia, manifestación de Cristo 25 de diciembre 1977 TOMO II, 139
158 Cristo, manifestación universal de salvación 8 de enero 1978 TOMO II, 193
159 La Iglesia, germen segurísimo de unidad para el género humano 22 de enero de 1978 TOMO II, 217
160 La Iglesia de las bienaventuranzas 29 de enero 1978 TOMO II, 233
161 La Iglesia, cuya debilidad se apoya en Cristo 5 de febrero 1978 TOMO II, 247
162 La Iglesia, Israel espiritual 19 de febrero 1978 TOMO II, 275
163 El resucitado vive en su Iglesia 2 de abril 1978 TOMO II, 379
164 La Iglesia, retorno de Cristo en el Espíritu 23 de abril 1978 TOMO II, 431
165 Pentecostés, cumpleaños de la Iglesia 14 de mayo 1978 TOMO II, 489
166 El Papa, corazón de la Iglesia 2 de julio 1978 TOMO III, 59
El dinamismo misionero, espiritual y social del reino de Dios en su Iglesia 20 de agosto
167 TOMO III, 173
de 1978
168 La Iglesia, comunidad profética, sacramental y de amor 10 de septiembre 1978 TOMO III, 229
169 La cruz en la vida 3 de septiembre de 1978 TOMO III, 211
170 La Iglesia, comunidad de amor 17 de septiembre 1978 TOMO III, 247
171 La Iglesia de Juan Pablo 1 de octubre 1978 TOMO III, 283
172 La Iglesia, viña del Señor 8 de octubre 1978 TOMO III, 307
La Iglesia, comunión de vida, de caridad y de verdad para la salvación del mundo 28 de
173 TOMO III, 341
octubre 1978
174 La Iglesia santa, pero necesitada de purificación 5 de noviembre 1978 TOMO III, 359
175 La Iglesia, esposa de Cristo 12 de noviembre 1978 TOMO III, 379
176 La Iglesia, una comunidad en espera activa del retorno de Cristo 19 de noviembre 1978 TOMO III, 399
177 Cristo, epifanía del amor salvífico de Dios 7 de enero 1979 TOMO IV, 141
178 La muerte de Cristo, precio de la nueva alianza 13 de abril 1979 TOMO IV, 381
La gracia, el don divino de la Pascua, que la Iglesia distribuye a los hombres 13 de mayo
179 TOMO IV, 433
1979
180 Misión de la Iglesia en medio de la crisis del país 6 de agosto 1979 TOMO V, 185
181 Misión de la Iglesia en medio de la crisis del país 21 de octubre 1979 TOMO V, 439
182 En la Iglesia se prolonga la Liberación sacerdotal de Cristo 4 de noviembre 1979 TOMO V, 489
La Iglesia, un servicio de liberación personal, comunitario, trascendente 23 de marzo
183 TOMO VI, 423
1980

18
EVANGELIZACIÓN - MISIÓN
184 La misión de los profetas 14 de agosto 1977 TOMO I, 251
El dinamismo misionero, espiritual y social del reino de Dios en su Iglesia 20 de agosto
185 TOMO III, 173
1978
186 La catequesis 25 de noviembre 1979 TOMO V, 595

TEMAS SOCIALES
187 El recto uso de los bienes que Dios ha creado 25 de septiembre 1977 TOMO I, 337
188 La respuesta de Dios al mundo actual 3 de octubre 1978 TOMO III, 301
189 El Divino Salvador, solución de todos nuestros problemas 29 de julio 1979 TOMO V, 151
190 Lo que Dios da es para todos los hombres 30 de septiembre 1979 TOMO V, 367
Las tres fuerzas cristianas que forjarán la liberación de nuestro pueblo 11 de noviembre
191 TOMO V, 515
1979
TOMO VI,
192
Dios nos llama a construir con El nuestra historia 10 de febrero 1980 247

LA VIDA RELIGIOSA
193 La vida religiosa 17 de diciembre 1977 TOMO II, 103

19

También podría gustarte