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LECCIÓN No. 1
TEXTO BÍBLICO: 1 Pedro 2:21; Juan 8:31-32; 2 Timoteo 2:2; Lc. 6:40; Col. 3:17
INTRODUCCIÓN:
En los tiempos de Jesucristo, un discípulo era aquella persona que pertenecía a una
comunidad religiosa o una escuela de filosofía. El propósito de aquellos discípulos era
seguir al maestro de su grupo religioso o filosófico y aprender todo lo que le enseñara,
porque él también deseaba llegar a ser líder algún día y tener discípulos o seguidores.
Sin embargo, el nombre discípulo es dado más comúnmente a todos los seguidores de
Cristo. En Antioquía fueron llamados cristianos por primera vez (Hch. 11:26).
Claramente se ve que los creyentes eran aprendices en la escuela de Cristo (Mt. 11:28-
30); ellos debían hacer discípulos (Mt. 28:19); y, sus vidas debían ser sacrificios Lc.
14:26. Un discípulo de Jesús es uno que cree en sus doctrinas, confía en sus
sacrificios, se empapa de su Espíritu e imita su ejemplo.
3. Un discípulo es uno que vive una relación fructífera con Jesús (Juan
15:4-5). Waylon Moore escribe: “Nuestra unión con Cristo hace posible una
vida a través de la cual otros pueden ser salvos. Cuando un árbol está tan
lleno de savia que ya no la puede aguantar, ¡el resultado es el fruto! Cuando
un cristiano está lleno de Cristo, otros lo ven y oyen sobre Él y entonces son
renacidos espiritualmente en el Reino de Dios. Así los nuevos creyentes son
uno de los frutos del discipulado”. Sin esta clase de productividad en nuestra
vida, el Reino de Dios no se expandirá y el cuerpo de Cristo no crecerá.
6. Dios es su Padre, con el que tiene una relación personal; por tanto, es un
hijo de Dios y es parte del Reino de Dios (Gálatas 4:6-7).
11. Habrá cambios para bien en tu actitud hacia la gente, el dinero, los
negocios y la responsabilidad social.
CONCLUSIÓN:
Todo discípulo de Jesús debería hacerse esta pregunta: “¿Qué haría Jesús en esta
situación?”. Necesitamos vivir continuamente en la Palabra de Dios como discípulos
suyos para que le conozcamos mejor, y luego tendremos mayor habilidad para saber lo
que haría Jesús en cada situación. Necesitamos amar y servir a Dios primeramente, a
los demás en segundo lugar y por último a nosotros mismos.
APLICACIÓN PERSONAL:
LECCIÓN No. 2
TEXTO BÍBLICO: Mateo 10:1-5; Lucas 6:12-16; Lucas 6:27- 45; 22:24-30
INTRODUCCIÓN:
En los tiempos de Jesucristo ya era común ser discípulo de algún líder o maestro. Por
ejemplo, Juan El Bautista ya tenía discípulos (Mt. 9:14; 11:92; Jn. 1:35), y muchos otros.
El discípulo no se formaba en una escuela o sinagoga, sino siguiendo, participando de
la vida y destino de su maestro. Era llamado a realizar un ministerio al cual debía
entregarse ciento por ciento. Los evangelios nos dicen que cuando Jesucristo principió
su ministerio, lo siguieron algunos discípulos, pero que, de ellos escogió a doce para
formar una comunidad de vida y para compartir con ellos el ministerio que debía
realizar.
En griego este amor se traduce como “Agapan” ó “Ágape” que es un amor que no
desea mal a nadie. Es un amor que no espera recompensa, es un sentimiento de
benevolencia, inclusive hacia la persona que nos ha hecho daño. También es decidir
amar al que no merece ser amado. Si deseamos ser discípulos del Señor, no tenemos
otra alternativa, sino amar como Cristo (Lucas 6:29).
El discípulo de Cristo no debe alimentarse de un espíritu de venganza, sino que debe
aceptar y soportar las actitudes negativas de otros. Debe cultivar una actitud y espíritu
de generosidad; es decir, debe compartir lo que tiene con el prójimo que carece aún de
lo básico.
Jesucristo enseñó que el amor y la misericordia van de la mano, especialmente cuando
se trata de nuestros enemigos. Aunque no se espera de ellos ninguna recompensa,
igual debemos amarlos y ser misericordiosos, porque Dios es también bondadoso con
los desagradecidos y los malos.
1.2. El servicio del discípulo (Lc. 22:24-30)
En el Reino de los Cielos el más importante no es el “bienhechor”, o el que busca los
primeros lugares, sino el que se hace siervo de todos.
Este principio va contra los principios de nuestra sociedad. Nuestra sociedad,
comunidad, o vecindario, busca personas que puedan brindar su ayuda y servicio, pero
son muy pocos los que están dispuestos a llevar a cabo ese trabajo. De acuerdo a los
valores del Reino de Dios, no debemos vivir sólo para nosotros mismos, sino también
para los otros.
La oración del discípulo: Por medio de la oración Jesucristo nos muestra que es
posible tener una relación íntima con Dios, nuestro Padre, ya que oración es la súplica o
ruego que se hace a Dios.
Lea cada versículo citado y, en el espacio en blanco, mencione lo que dice respecto al
tema de la oración y la actitud de la iglesia.
Hechos 1:14: __________________________________________________________
El compromiso para ser discípulo de Jesucristo es radical. No debemos mirar atrás, sino
ser obedientes al llamado y adoptar las condiciones de vida de Jesús, tratando a
nuestro prójimo como quisiéramos ser tratados por Él (Lucas 6:31).
APLICACIÓN PERSONAL:
LECCIÓN No. 3
¿QUÉ ES DISCIPULAR?
INTRODUCCIÓN:
En Mateo 28:19-20, Jesús resumió la esencia del discipulado cristiano. Primero, uno
llega ser discípulo (por medio de un compromiso personal con Jesús), y luego, es
instruido para cumplir todos sus mandamientos (obediencia absoluta). Y así, poder
seguir la cadena de discipular a otros.
Para algunos discipuladores la tarea parece ser la reproducción del líder, con la idea de
que ellos a su vez se reproduzcan en una progresión y expansión geométrica de
discípulos y discipuladores, hasta que virtualmente toda la iglesia no sólo haya sido
discipulada, sino que llegue a ser un cuerpo de discipuladores.
Este acercamiento para hacer discípulos es considerado por quienes lo practican como
la forma más rápida y efectiva para desarrollar una iglesia eficiente, espiritualmente
madura y ganadora de almas. Sin duda tiene gran potencial para lograr tan noble
objetivo.
CONCLUSIÓN:
APLICACIÓN PERSONAL:
¿Qué actitud vamos a tomar frente a este noble mandato expuesto por nuestro Señor
Jesucristo? Pongamos manos a la obra y comencemos a discipular a otros. Sólo así
estaremos cumpliendo la Gran Comisión que nuestro Señor nos dejó.
LECCIÓN No. 4
TEXTO BÍBLICO: Juan 15:4-5: 7:10; Salmos 34:18; 2 Juan 9; 1 Juan. 2:28
INTRODUCCIÓN:
¿Quién es el que llama al Discipulado? (Juan 15:15-16).
La respuesta es obvia: Jesucristo, el Hijo de Dios. El apóstol Juan lo confirma. De
acuerdo a Juan 15:16, los discípulos no debían olvidar quién los llamó al ministerio del
discipulado; por eso les dijo: “No me elegisteis vosotros a mí; sino que yo os elegí a
vosotros”. Con este precedente, vamos a estudiar a la luz de la Palabra de Dios para
qué llamó a sus discípulos, y el propósito de ese llamado, aplicado a nosotros en este
tiempo.
34. Salmos 145:18 dice: “Cercano está Jehová a todos los que lo invocan, a todos
los que lo invocan de veras”. Éste es otro testimonio del deseo de nuestro Señor
de estar al lado del ser humano, especialmente de aquellos que lo necesitan.
35. Hechos 17:24-27 afirma que Dios es nuestro creador, y nuestra responsabilidad
es buscarle, “aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros”.
2 JUAN 9: _________________________________________________________
CONCLUSIÓN:
APLICACIÓN PERSONAL:
Ahora que sabemos uno de los propósitos para el cual fuimos llamados por Jesús para
ser sus discípulos, ¿Qué vamos hacer? ¿Nos vamos a quedar sólo con el
conocimiento? ¿O vamos a asumir este propósito?
ESCUELA DE LÍDERES CCG.
LECCIÓN No. 5
TEXTO BÍBLICO: Juan 15:4-5: 7:10; Salmos 34:18; 2 Juan 9; 1 Juan. 2:28
INTRODUCCIÓN:
En esta clase continuaremos con el estudio anterior, y seguiremos aprendiendo sobre el
propósito del llamado de Jesús a sus discípulos, y lo que nos compete hacer a nosotros
como discípulos de Jesucristo hoy en día.
Humanamente hablando, era imposible que Jesucristo cumpliese sólo la tarea que Dios
le había encomendado. Por esta razón eligió a un grupo de personas; los llamó para
que estuvieran con Él, y para que continuaran el ministerio que Dios el Padre le había
encomendado. Así como llamó a sus discípulos para predicar el evangelio, también nos
llama para hacer el mismo ministerio. Y Él confía en que lo haremos.
Lea los siguientes pasajes bíblicos y explique brevemente lo que nos enseña cada una
de esas citas:
Jesucristo estaba preocupado, no sólo por la situación espiritual y eterna del ser
humano, sino también por su situación presente y temporal.
Jesucristo sabía que el mensaje del evangelio se oponía, no sólo a los poderes
terrenales, sino también (y sobre todo) a los poderes espirituales. Refiriéndose al mismo
tema, el apóstol Pablo dijo: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino
contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este
mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef. 6:12).
Por esta razón, Jesucristo equipó a sus discípulos con toda autoridad y poder para:
“sanar enfermedades y echar fuera demonios”.
CONCLUSIÓN:
Queremos recalcar que Jesucristo llamó a sus discípulos para que estuvieran con Él,
les dio un mensaje que proclamar y les dio poder y autoridad para llevar el mensaje.
Para lo mismo hemos sido llamados por Jesús, al aceptarlo como nuestro Salvador y
pasar a ser sus discípulos; para que el ser humano obtenga la salvación, sanidad
espiritual y física.
APLICACIÓN PERSONAL:
Lo que nos queda por hacer es ir en el nombre de Jesús y orar por los enfermos, tanto
físicos como espirituales. ¡Así que adelante!
“Y yendo, predicad, diciendo: “El Reino de los Cielos se ha acercado”. Sanad enfermos,
limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de
gracia” (Mateo 10:7-8).
ESCUELA DE LÍDERES CCG.
LECCIÓN No. 6
44. Saber qué hace Jesucristo en nosotros desde el momento en que aceptamos el
llamamiento al discipulado.
45. Conocer sobre el precio y condiciones para el discipulado.
46. Transmitir esta lección a otros.
INTRODUCCIÓN:
Uno puede llamarse alumno sin ser estudiante; considerarse discípulo sin ser seguidor
de Cristo; considerarse cristiano sin tener una convicción firme de su fe en Jesucristo.
Pero seguir a Cristo como discípulo implica entrega total.
Si aceptamos el llamamiento del Señor tenemos que dar el ciento por ciento de
nosotros: talentos, tiempo, posiciones, familia; y aún nuestras vidas.
48. Nos equipará con el poder de su Santo Espíritu, porque Él sabe que mientras
cumplamos el ministerio encomendado, nos enfrentaremos a fuerzas que
tratarán de impedir que avancemos.
49. Él estará con nosotros todos los días de nuestra vida. Ésa es su promesa
(Mateo 28:20).
Esta es una demanda clarísima del Señor a sus discípulos, consecuencia lógica del
segundo Gran Mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a tí mismo” (Mt. 22:39), y
considerando que nuestros hermanos en la fe son los más próximos, perdonados por la
misma sangre, renacidos por el mismo Espíritu, y compañeros de peregrinaje hacia la
eternidad.
CONCLUSIÓN:
De acuerdo a lo que vimos en esta lección, aborrecer a nuestros padres significa…
(escriba una X en la respuesta correcta)
Algo que nos queda claro también es la forma como debemos amar a nuestros
hermanos en la fe, al igual que la disposición al servicio, sin mirar a quién, en todo
momento que lo requieran
APLICACIÓN PERSONAL:
LECCIÓN No. 7
INTRODUCCIÓN:
57. El joven rico tenía una vida religiosa y moral ejemplar. Jesucristo no halló en él
ninguna falla al respecto. Sin embargo, eso no lo capacitaba para tener tesoros
en el Cielo.
58. La vida del ser humano sin Cristo es incompleta. El joven rico tenía todo lo que
el ser humano desea tener en este mundo: fama, amistades, posesiones,
riquezas, etc., pero no tenía la vida eterna, y pensó que podría adquirirla con
dinero.
59. Cuando se encontró con Cristo, se dio cuenta que sus posesiones terrenales
tenían prioridad sobre la vida eterna.
Según la parábola, ¿cree que fueron las riquezas en sí, o el amor por las riquezas lo
que impidió al joven rico seguir a Jesús?
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El amor a las riquezas es en muchos casos, el gran impedimento para que seamos
verdaderos discípulos de Jesucristo. No hemos entendido que Él es el dueño del oro y
de la plata, y nos perdemos la mejor de las riquezas: la paz interior, la vida eterna y la
gloria con Dios.
Si alguien le preguntara qué significa renunciar a los bienes materiales para seguir a
Cristo, ¿cuál sería su respuesta?
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61. Según Juan 8:31, ¿cuál es otra condición para ser verdaderos discípulos de
Jesús?
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62. Lee Lucas 6:46-49. ¿Cuál es la queja de Jesús contra algunos de sus
discípulos?
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CONCLUSIÓN:
APLICACIÓN PERSONAL:
¿Aún deseamos ser discípulos de Cristo?
¿Estamos dispuestos a entregarnos completamente a Él y a su ministerio?
¿O consideramos que sus exigencias para el discipulado son muy altas?
ESCUELA DE LÍDERES CCG.
LECCIÓN No. 8
64. Saber que Jesucristo nos capacita con poder y autoridad divinos por medio del
Espíritu Santo.
65. Comprender que fuimos enviados con la misión de predicar el mensaje del
Evangelio del Reino de Dios.
66. Poder transmitir esta lección a otros.
INTRODUCCIÓN:
Los discípulos fueron enviados con la misión de predicar el mensaje del Evangelio del
Reino de Dios. Fueron equipados por Jesucristo con poder y autoridad divina por medio
del Espíritu Santo, para echar demonios y sanar a los enfermos en el nombre de Jesús,
siendo mensajeros de Paz y Sanidad.
Poder y autoridad son atributos que, desde el punto de vista bíblico, solamente Dios
posee. Sin embargo, en la Biblia, vemos que en varias ocasiones Dios comparte con el
ser humano ese poder y autoridad divina para que cumpla la tarea o misión
encomendada. Este poder y autoridad son dados al Hijo de Dios para nosotros por
medio de Jesucristo.
68. De acuerdo a Juan 1:12, este poder divino nos capacita para ser hechos
hijos de Dios.
69. De acuerdo a Hechos 4:33; Filipenses 1:11 y Efesios 3:16, este poder es
concedido al creyente.
70. Lucas 4:14 y 15:17 nos dicen que Jesucristo comenzó su ministerio
redentor en la tierra, en el poder del Espíritu de Dios.
Es decir, el poder que Dios dio a su Hijo es el mismo poder que Cristo dio
a sus discípulos.
En la actualidad, este poder está en los creyentes por medio del Espíritu
Santo.
71. Significado de Autoridad
Romanos 13:1 nos dice que “no hay autoridad que no provenga de Dios”. La
Palabra “autoridad” viene del griego “exousia”, que significa “el que ejerce
autoridad”.
Durante la Gran Comisión, Cristo invistió a sus discípulos de todo poder y
autoridad para que cumplieran el ministerio (Mateo 28:18-20).
Vemos que antes de mandarlos a cumplir la misión de predicar el reino de Dios, los
discípulos de Cristo fueron investidos de poder y autoridad, para ser usados como
instrumentos en las manos de Dios para la restauración física y espiritual del ser
humano. Por lo tanto, esta es la fuerza motivadora que nos empuja a nosotros como
discípulos de Cristo a cumplir con la misma misión de predicar el mensaje del Reino de
Dios, puesto que ese mismo poder y autoridad divina está en cada uno de los
creyentes.
Los envió a convertir a todo el mundo en discípulos suyos. El hecho concreto es que la
orden de Jesús es ganar a todos los hombres para Él.
El mensaje del Reino de Dios no era del heraldo que lo anunciaba, sino que tenía el
sello y autoridad divinos. Provenía de Dios; del Rey de Reyes y Señor de Señores. El
mensaje del evangelio de Cristo es la voz de Dios que se transmite a través de un
hombre a los demás hombres. Jesucristo habló a los hombres con la voz de Dios.
Jehová es el Dios de paz, y Él desea compartir su paz con nosotros, para que a la vez
la compartamos con nuestro prójimo.
La Biblia nos dice que la paz es un don de Dios (Salmos 29:11; 119:165; Isaías 48:18), y
la tenemos gracias a Jesucristo (Is. 53:5; Hch. 10:36; Ro. 5:1; Ef. 2:14; Col. 1:20).
A donde vayamos, nuestra misión es llevar la paz que Dios nos ha dado. Al respecto,
¿Qué nos enseñan los siguientes versículos?:
Lea Mateo 9:1-8 y diga, brevemente, si el mensaje del evangelio es sólo para la
salvación del alma o también para la sanidad física. ¿Por qué?
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Jesucristo se preocupa, no sólo por el aspecto espiritual del ser humano, sino también
por sus necesidades físicas y materiales. Nosotros no debemos limitar el mensaje del
Evangelio al área espiritual, porque sus horizontes son más amplios. Muchas veces nos
preocupamos más del aspecto espiritual que de nuestro prójimo, y nos olvidamos de
sus necesidades físicas y materiales. Posiblemente no tengamos la respuesta y
solución inmediata a dichas necesidades; sin embargo, es necesario mostrarle que el
Dios en quien creemos, se preocupa tanto de las necesidades espirituales, como de las
necesidades físicas, materiales y emocionales del ser humano.
CONCLUSIÓN:
La misión encomendada a los discípulos fue precisa: La predicación del Reino de Dios.
Y para que pudieran cumplir su tarea, Jesucristo les dio poder y autoridad para que,
mientras predicaran el mensaje del evangelio, sanaran a los enfermos y echaran fuera
demonios.
APLICACIÓN PERSONAL:
¿Qué vamos hacer ahora que sabemos que Jesucristo nos ha dado poder y autoridad
divina?
¿Cómo vamos a canalizar esta misión dada por Jesucristo a nosotros? Despojémonos
de todo temor, y en el nombre de Jesús, vayamos y cumplamos con lo que nos
corresponde hacer.
LECCIÓN No. 9
EL DISCIPULADO Y LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
I PARTE
INTRODUCCIÓN:
La unción es para habilitar, capacitar o autorizar a una persona o cosa para una función
específica relacionada con Dios o con el culto a Dios (Ex. 28:41; 15:9-16; 1 R. 19:16).
La unción consagra; imparte algo de la santidad de Dios; imparte poder. Afecta todo
aquello que toca (Éxodo 30:29). Cuando un hombre está ungido, afecta también todo
aquello que toca (Hch. 19:11-12).
Como siervos y discípulos de Jesucristo, no podemos darnos el lujo de hacer la obra del
Señor sin antes estar seguros de que el Espíritu de Dios está en cada uno de nosotros,
ya que el Espíritu nos enseña, guía, capacita y santifica para hacer con poder y
autoridad la obra del Señor.
75. Debemos estar seguros de nuestra salvación. Es imposible ser discípulos de Cristo
si no estamos seguros de ser salvos.
Para estar seguros de nuestra salvación, tenemos que arrepentirnos de nuestros
pecados, confesarlos a Dios y recibir su perdón. Desde ese momento Dios nos
justifica, nos hace sus hijos y llegamos también a ser discípulos de Jesucristo.
76. Tenemos que consagrarnos al Señor. Una vez que Jesucristo nos da la salvación, lo
único que podemos hacer, en gratitud a su misericordia y amor, es consagrarnos a
Él y dedicar nuestras vidas al servicio de Cristo y del Evangelio del Reino de Dios.
En el momento en que nos consagramos le estamos diciendo: “Dedico mi vida para
servirte y obedecerte siempre; me rindo completamente a ti Señor Jesús”.
77. Debemos aceptar el Señorío de Cristo en nuestra vida. Cuando nos consagramos
ciento por ciento a Jesucristo, estamos poniendo nuestra vida bajo su control, y su
señorío se manifiesta por medio del Espíritu Santo.
Habíamos dicho que cuando el Señor nos da un ministerio, primero nos capacita para
realizar dicha tarea. Eso sucede cuando Jesucristo nos unge con el Espíritu Santo, y
desde ese momento estamos equipados y capacitados para cumplir con autoridad y
poder el ministerio del evangelio. ¿Cuál es ese ministerio que tenemos que realizar?
Lea nuevamente Lucas 4:18-19, y mencione las cinco áreas principales que Jesucristo
vino a cumplir en medio nuestro:
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CONCLUSIÓN:
Dios nunca dio a sus siervos un ministerio sin primero haberles prometido su presencia,
y sin haberlos preparado y capacitado para que cumplieran los propósitos divinos.
Jesucristo, Dios encarnado, no podía ser una excepción. Y lo mismo decimos respecto
a los discípulos de Cristo, pues los ungió y santificó completamente con su Espíritu
Santo. El programa que tenía por delante no era fácil y no se podía realizar con armas
humanas, sino con el poder que Dios le concedió a su Hijo Jesucristo: El poder del
Espíritu Santo.
APLICACIÓN PERSONAL
LECCIÓN No. 10
INTRODUCCIÓN:
91. Predicar el año agradable del Señor. La expresión “año agradable” se refiere al
jubileo que se celebraba cada cincuenta años (Lv. 25:8). Era un año cuando Dios
recibía a aquellos que regresaban a Él con espíritu de arrepentimiento y confesión.
Era un año de alegría. Con Jesucristo comenzó “el año agradable del Señor”, ya que
fue Él quién inició el tiempo de salvación.
Sólo la presencia residente del Espíritu Santo puede hacernos santos en verdad.
Tenemos que vaciarnos de nosotros mismos a fin de ser llenos de Él.
En Efesios 5:18, San Pablo amonestó a sus lectores. -“Sed llenos del Espíritu”. Aquí se
usa el verbo griego en el tiempo presente de acción continua. Por tanto, literalmente
significa: “Sed llenos del Espíritu Santo continuamente”. Sólo el Espíritu Santo puede
hacernos santos y sólo Él puede conservarnos en santidad.
CONCLUSIÓN:
El propósito de la unción del Espíritu Santo es darnos poder y autoridad para predicar el
mensaje del evangelio de libertad y vida eterna a todas las personas.
APLICACIÓN PERSONAL:
¿Cree usted que como discípulo de Jesucristo es importante la unción del Espíritu
Santo? ¿Está equipado para cumplir el ministerio para el cual fue llamado? ¡Claro que
sí!
Pero no olvidemos que sólo somos siervos, portavoces e instrumentos en las manos de
Dios. Por su amor y su misericordia, Él es quien hace toda buena obra.