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TRANSTORNOS ALIMENTICIOS

Cuando se habla de trastorno, se hace referencia a un conjunto de síntomas, conductas


de riesgo y signos que pueden llegar a generar distintas situaciones clínicas, con
diferentes niveles de severidad.

Teniendo en cuenta esto, se puede decir que los TCA o mejor conocidos como
Trastornos de Conducta Alimentaria, son trastornos mentales caracterizados por un
comportamiento patológico frente a una obsesión por el control de peso y apariencia
física. Estos trastornos tienen diferentes causas de origen, ya sean biológicos,
psicológicos, familiares y socioculturales; al mismo tiempo se cree que estas
enfermedades mentales provocan consecuencias negativas, afectando la salud
emocional y física.

Generalmente los TCA aparecen durante la adolescencia o a una adultez muy temprana,
sin embargo, estos también se pueden presentar durante la niñez y en algunos casos en
una adultez mucho más avanzada. Estos tipos de trastornos cada vez suceden con
mayor frecuencia en la sociedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha
considerado el problema de salud más importante de la humanidad, puesto que cada día
hay un aumento de personas afectadas, que han muerto por estas enfermedades
mentales (Gascón y Migallón, 2012). Considerándose así, como enfermedades crónicas
que pueden llevar a la muerte si no se le da un tratamiento adecuado.

Los TCA se presentan, tanto en hombres como en mujeres. Aunque el número de


mujeres que padecen estos trastornos es superior al de los hombres; los casos
masculinos han seguido aumentando los últimos años en forma constante, con el
agravante de que estos tienen que afrontar prejuicios por parte de la sociedad, la cual
considera que este tipo de trastornos son propios de las mujeres, por situaciones
relacionadas con la obsesión por el cuidado de la apariencia física y su talla, dejando de
lado el caso de los hombres.

Dentro de estas enfermedades mentales, se clasifican como grupo principal la bulimia


nerviosa (BN), la anorexia nerviosa (AN) y los trastornos de la conducta alimentaria no
especificada (TANE), donde se incluye el trastorno por atracones de comida.
Estas enfermedades son las más recurrentes en la sociedad, y quienes las padecen se
obsesionan por su aspecto físico y su peso corporal, llegando así a afectarles tanto
psicológicamente, que piensan exclusivamente durante todo el día, ¿cómo y cuánto
comen? o incluso dejar de hacerlo, pensando constantemente en cómo son vistos y
juzgados por los demás (Weissberg, 2004).

Con base en lo anterior se centra la atención en el trastorno alimenticio conocido como


BN o Bulimia Nerviosa, con el propósito de conocer más a fondo qué es, sus síntomas y
como afecta a quienes la padecen.

La bulimia nerviosa se caracteriza por episodios de atracones, es decir que en reiteradas


ocasiones se dé la ingesta de grandes cantidades de comida en periodos de tiempo muy
cortos, llegando así a perder el control de su alimentación. Estos episodios de voracidad
van acompañados de un fuerte sentimiento de culpa, por lo que la persona tiene que
recurrir a medidas compensatorias extremas como las purgatorias que se basan en la
inducción al vómito, el uso abusivo de laxantes, enemas y diuréticos o a los no
purgatorios que recurren a dietas estrictas, ayunos y ejercicio físicos extenuantes.

Cuando una persona padece de BN por lo general sus principales síntomas suelen ser
la preocupación excesiva por el aumento de peso, restricción de alimentos y fluidos,
atracones y sentimiento de culpa, deficiencias nutricionales y comportamientos
compensatorios como la purgación (Bermudez, Devlin, eat.2016).

Es claro que la preocupación por el aspecto físico puede transformarse en una obsesión,
una manía que ha llegado a gobernar nuestra vida personal y social. El ser delgado se
ha visto como un ideal de belleza en la sociedad actual, es decir que un cuerpo delgado
es mejor visto dentro de los estándares de belleza actuales, es el modelo que se busca
imitar y si en algún momento se rompe este modelo al subir unos cuantos kilos, se
considera un fracaso personal. Esta ideología social se ha convertido en la principal
causa que fomenta la aparición de los TCA que generan graves repercusiones en
quienes los padecen, cabe recalcar, que estos trastornos alimenticios no discriminan y
pueden afectar individuos de todas las edades, géneros, estratos socioeconómicos,
etnias, etc.
REFERENCIAS

Bermudez, & Devlin. (2016). Trastornos de la conducta alimentaria. Academy for Eating
Disorders-AED, 4-6. Obtenido de
AED_Medical_Care_Guidelines_SPANISH_04_09_18.pdf
Katia, W. (2004). Guia de trastornos alimenticios (1.ª ed.). (S. d. Salud, Ed.) Obtenido
de
http://148.202.167.116:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/2929/Gu%C3%A
Da%20de%20trastornos%20alimenticios.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Tabárez, V. (2016). Trastornos Alimentarios. LA REVISTA DE SALUD DEL CASMU,
16-17. Obtenido de
file:///D:/Desktop/Colegio/Cs.%20Pol%C3%ADticas/Trastornos-alimentarios-
Que-son-como-tratarlos-y-prevenirlos-2016-04.pdf
Vargas, M. (2013). TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA. REVISTA
MEDICA DE COSTA RICA Y CENTROAMERICA, 475-479. Obtenido de
file:///D:/Desktop/Colegio/Cs.%20Pol%C3%ADticas/doc%201.pdf

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