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HACIA UNA

RECUPERACIÓN : TCA
Trastornos de conducta alimentaria

NOMBRE: Sotelo Valdez Monica Adamaris


GRUPO: 459
TALLER DE LECTURA REDACCIÓN E INICIACIÓN A
AL INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL IV
HACIA UNA RECUPERACIÓN: Trastornos de Conducta
Alimentaria
La presión social para adelgazar, las redes sociales, la necesidad de ser aceptado y la preocupación
por un ideal estético delgado asociado al éxito social, familiar y profesional podrían ser factores que
explicaran esta mayor vulnerabilidad fisiológica a presentar un TCA de las mujeres jóvenes.

Cada año se registran 20 mil de estos casos entre adolescentes. Las conductas alimentarias de
riesgo en esta población son: preocupación por engordar, comer demasiado y perder el control sobre
lo que se ingiere. El Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género
(CEAMEG) de la Cámara de Diputados reveló que los trastornos alimentarios aumentaron 300 por
ciento en México durante los últimos 20 años. Precisó que 95 por ciento de los casos de anorexia y
bulimia se desarrolla a partir de hacer una dieta estricta y 90 por ciento de las personas con estos
padecimientos son mujeres.

Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que conllevan


alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte preocupación en
relación al peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros. Los TCA no son enfermedades
simples que las personas eligen sufrir, ni trastornos que solo ocurren en jóvenes, sino que
constituyen severas alteraciones alimentarias, que pueden desencadenar enfermedades físicas
importantes y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte (siendo las causas más
frecuentes el suicidio o la desnutrición).

B. Timothy Walsh del colegio College of Physicians and Surgeons dice: “Para que una conducta
alimentaria inusual se considere un trastorno, el comportamiento debe prolongarse durante un
período de tiempo y causar un daño significativo a la salud y/o la capacidad física de la persona
para funcionar con normalidad en la escuela o en el trabajo, así como afectar negativamente a las
interacciones de la persona que la padece con las demás personas.”

No se manifiestan de repente ni aparecen sin dar ningún tipo de aviso. Son muchos los factores que
intervienen en su aparición. Son trastornos de origen multifactorial (un factor por sí solo nunca es la
causa). Existen factores de tipo genético, psicológico, sociocultural, familiar y personal. De entre
estos factores encontramos factores precipitantes y predisponentes. La interacción entre ambos
suele generar una insatisfacción corporal que desemboca en un deseo de adelgazar.

Los factores de riesgo se pueden clasificar en:


 Individuales: predisposición genética, ciertos rasgos de personalidad como una auto exigencia
muy elevada, perfeccionismo obsesivo, necesidad de control y rigidez cognitiva. En la mayoría
de los casos la enfermedad se desarrolla durante la adolescencia, esto sucede porque
durante esta etapa, la personalidad, la autoestima y el rol social de la persona están en pleno
desarrollo y, por tanto, es más vulnerable ante un entorno social en el que la presión por la
imagen es excesivamente elevada.

 Familiares: El ambiente familiar puede constituir un factor de riesgo debido a su influencia


psicológica en cada individuo.

 Sociales: Los estereotipos y el modelo de belleza predominante. La presión y aceptación


social. Los deportes o profesiones donde se compite por una categoría de peso, ballet,
profesiones relacionadas con el mundo de la moda y espectáculo. Críticas y burlas
relacionadas con el físico. Las redes sociales, entre otros.

Estos trastornos pueden incluir: La Anorexia nerviosa se caracteriza por una búsqueda incesante
de la delgadez, un miedo patológico a la obesidad, una imagen corporal distorsionada y la ingesta
restringida conforme a las exigencias, lo cual provoca una pérdida de peso significativa hasta el
punto de afectar la salud. Este trastorno puede o no incluir purgas (p. ej., vómitos auto inducidos).
El trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos se caracteriza por la negación a
consumir alimentos o la restricción de la ingesta de alimentos que induce una pérdida de peso
significativa, deficiencia nutricional, dependencia del soporte nutricional y/o alteración notable del
funcionamiento psicosocial. Sin embargo, a diferencia de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa,
este trastorno no incluye la preocupación por la forma del cuerpo o el peso. El trastorno por
atracones se caracteriza por episodios recurrentes en los cuales las personas consumen grandes
cantidades de alimentos y sienten que han perdido el control. Tras los episodios no se produce una
conducta compensatoria inapropiada (p. ej., vómito auto inducido). La bulimia nerviosa se
caracteriza por episodios recurrentes de atracones de comida seguidos por alguna forma de
conducta compensatoria inapropiada como purgas (vómitos auto inducidos, y abuso de laxantes y
diuréticos), ayuno o ejercicio intenso. Pica es el consumo persistente de material no nutritivo y no

alimenticio que no es apropiado para el desarrollo como hielo, arcilla, tierra o papel. (es decir, la
pica no se diagnostica en niños < 2 años) y que no forma parte de una tradición cultural.
El trastorno por rumiación es la regurgitación repetida de alimentos después de ingerirlos.
Las señales de alarma son aquellos comportamientos que pueden estar relacionados con la posible
existencia de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). En relación a la alimentación: Uso
injustificado de dietas restrictivas, estado de preocupación constante por la comida, interés
exagerado para recetas de cocina, sentimiento de culpa por haber comido, comportamiento
alimentario extraño (velocidad ingesta, comer derecho, etc.), irse de la mesa y encerrarse en el baño
después de cada comida, aumento de la frecuencia y cantidad de tiempo que está en el baño, evitar
comidas en familia, rapidez con la que se acaba la comida de casa, encontrar comida escondido, por
ejemplo, en su habitación, encontrar grandes cantidades de restos de comida, envoltorios, etc. en su
habitación o en la basura. En relación al peso: pérdida de peso injustificada, miedo y rechazo
exagerado al sobrepeso, práctica de ejercicio físico de forma compulsiva con el único objetivo
de adelgazar, práctica del vómito auto inducido, consumo de laxantes y diuréticos, amenorrea
(desaparición del ciclo menstrual durante, al menos, 3 meses consecutivos) si se da, como síntoma
debido a la desnutrición (otros síntomas físicos debidos a la desnutrición: frío en las manos y pies,
sequedad de la piel, estreñimiento, palidez o mareos, caída de cabello, etc. En relación con la
imagen corporal: percepción errónea de tener un cuerpo graso, intentos de esconder el cuerpo con
ropa ancha, por ejemplo. En relación con el comportamiento: alteración del rendimiento académico o
laboral aislamiento progresivo, aumento de la irritabilidad y agresividad, aumento de los síntomas
depresivos y/o la ansiedad, comportamientos manipuladores y aparición de mentiras, etc.

No se tratan de criterios diagnósticos y, por tanto, no confirman la enfermedad. Para diagnosticarla


es indispensable que la persona que parece estar sufriendo-lo sea evaluada por profesionales de la
salud mental. Pero a pesar de no ser válidos para diagnosticar un TCA, son señales que pueden
informarnos sobre la presencia de la enfermedad, por lo que es recomendable que ante estas
señales se consulte con un equipo de profesionales.

Según Evelyn Attia medica de la Universidad de Columbia, Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva
York: “La mayor incidencia se produce entre los 12 y los 18 años, pero cada vez nos encontramos
con casos que tienen una edad de inicio más baja, en torno a los 8 o 9 años”.

Si la persona realiza un tratamiento con un equipo multidisciplinar (médicos, enfermeros y psicólogos


especializados en TCA), se puede curar. Ahora bien, son tratamientos largos y complejos ya que un
rasgo habitual de estos trastornos es la falta de conciencia de enfermedad por parte de la persona
afectada. Esto significa que la persona afectada no es capaz de identificar las consecuencias
negativas del trastorno, ni de la necesidad de hacer tratamiento, ni tampoco los beneficios del
mismo. Este hecho dificulta la adherencia al tratamiento en algunos casos. En este proceso es
imprescindible el papel de la familia y el apoyo de éste a la persona afectada. El CEAMEG mencionó
que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut-2012), el 57 por ciento de
los adolescentes enfermos puede llegar a tener una vida normal con tratamiento médico; 40 por
ciento tiene una cura total, y el 3 por ciento fallece.

¿Qué hacer si sospechamos que un conocido sufre un trastorno de este tipo? Hablar con la persona
de aquellas conductas que nos han alarmado y que nos preocupan. Podemos intentar ver si él/ella
está viviendo su situación como problemática. Nos interesa llegar a ellos desde la base emocional y
conectando con sus sentimientos (me parece que estás sufriendo mucho / ¿Lo estás pasando mal? /
Parece que estés preocupada por algo...

Centrarnos en la parte racional y desde el discurso de la lógica no nos llevará en lugar, porque no
estaremos conectando con él y aún se pondrá más a la defensiva. Corre el riesgo de entrar en un
debate constante sobre la comida sin llegar a ningún fin. Es importante mostrar interés y
comprensión por todo lo que le pueda estar preocupante y facilitar el diálogo para que pueda
expresar sus miedos y/o dificultades.

Los trastornos alimenticios son originados por una compleja interacción de factores de tipo personal,
psicológico y social. Estos trastornos son muy complejos una vez que se desencadenan, ya que no
suelen tener una sola causa. De esta forma se entiende que, lo mejor, es intentar prevenirlos. No
obsesionarse con una alimentación rígida y extrema, pero también estar alerta. Cualquier persona
puede sufrir de un trastorno alimentario, aunque son más comunes entre las mujeres adolescentes y
jóvenes. Además de tener un impacto negativo en la salud del individuo y la calidad de vida,
trastornos de la alimentación también afectan a la autoimagen, las relaciones y el rendimiento en
actividades. En la actualidad son cada vez más frecuentes, y ya han llegado a la etapa infantil. No es
bueno tratar de solucionarlo por cuenta propia, ya que al contrario lo podemos empeorar, lo más
recomendable es acudir con especialistas, ya que el tratamiento es multidisciplinario y son difíciles
de tratar y solucionar, producen graves trastornos físicos y psicológicos en la persona, y afectan a
todo el entorno familiar de quien los padece. Una parte importante de la labor de educación de los
padres, es educar a los niños sobre comer bien y tener buenos hábitos alimenticios, ya que es la
mejor forma de prevenir trastornos relacionados con la alimentación.
REFERENCIAS
 Esquerdo, A. Bujalance Arguijo, S. (2019). Los trastornos de conducta alimentaria: ¿Que es
un TCA? Marzo 05, 2021. de La asociación contra la anorexia y bulimia. Sitio web:
https://www.acab.org/es/los-trastornos-de-conducta-alimentaria/que-son-los-tca/

 Esquerdo, A. Bujalance Arguijo, S. (2019). Los trastornos de conducta alimentaria: Factores


de riesgo y síntomas. Marzo 05, 2021. de La asociación contra la anorexia y bulimia. Sitio
web: https://www.acab.org/es/los-trastornos-de-conducta-alimentaria/que-son-los-tca/factores-
de-riesgo-y-sintomas/

 (2016). En los últimos 20 años aumentaron en 300 por ciento los trastornos alimentarios:
CEAMEG. Marzo 05, 2021. De boletín Cámara de Diputados. Sitio web:
http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/Boletines/2016/Mayo/17/1548-En-
los-ultimos-20-anos-aumentaron-en-300-por-ciento-los-trastornos-alimentarios-CEAMEG

 Attia, E. Timothy Walsh, B. (2018). Introducción a los trastornos de la conducta alimentaria.


Marzo 05, 2021. De MDS y los manuales MDS. Sitio web: https://www.msdmanuals.com/es-
mx/professional/trastornos-psiqui%C3%A1tricos/trastornos-de-la-conducta-alimentaria/
introducci%C3%B3n-a-los-trastornos-de-la-conducta-alimentaria

 Losada, A. V. Rodríguez, S. (2019). Trastornos de la conducta alimentaria y prevención


primaria. Marzo 05, 2021. De la Pontificia Universidad Católica Argentina. Sitio web:
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-21612019000100010

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