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Introducción al estudio del raquis en su

conjunto

Introducción
En esta lectura, nos introduciremos en la comprensión de las nociones generales del esqueleto
axial, que comprende el cráneo, la columna vertebral, las costillas y el esternón como estructuras
anatómicas, para luego relacionarlo con la actividad osteomioarticular, donde numerosas
articulaciones aportan estabilidad y movimiento al momento de transferir cargas al raquis en su
conjunto.

Para poder comprender los conceptos y contenidos que estudiaremos, haremos relaciones con
las ocupaciones que el individuo pueda llegar a desarrollar en su cotidianeidad, siempre
comprendiendo a la persona como todo un conjunto, al analizar sus movimientos biomecánicos.

1. Generalidades del raquis: sus movimientos en


conjunto, sus planos y amplitudes de movimiento
Estela tiene 83 años, posee osteoporosis y acude al médico porque notó que su postura se
modificó de forma abrupta. Ahora nota que posee “un hombro mucho más elevado que el otro”.
Luego de ser valorada por el médico, le explican que sufrió una fractura espontánea, debido al
avance de la osteoporosis. Cuando acude al TO, Estela comenta que no siente molestias al
realizar las tareas habituales del hogar, sin embargo, nota alguna dificultad con las actividades
que implican alcanzar objetos en altura, por ejemplo, buscar los vasos de la alacena superior.
¿Cómo podemos realizar este análisis postural? ¿Qué indicaciones posturales se le deberían
realizar? ¿Qué actividades serán más convenientes desarrollar?

Para dar respuesta al caso de análisis, debemos comenzar con los conceptos principales para
poder comprender nuestra fisiología articular.
La columna vertebral es una estructura esencialmente mecánica. Cada vértebra se
articula con otra de forma controlada a través de un complejo sistema de articulaciones,
ligamentos y palancas. Aunque la columna presenta una estabilidad ligamentosa
inherente, la mayor parte de esta estabilidad mecánica se debe a su altísimo desarrollo,
tanto de las estructuras neuromusculares dinámicas como del sistema de control.
La columna vertebral cumple tres funciones biomecánicas fundamentales:

1. Soporta la mitad superior del cuerpo (tronco y cabeza), lo que representa el 60 % del
peso total, que gravita sobre ella en posición erecta.
2. Posee una flexibilidad suficiente para permitir los movimientos del tronco en los tres
planos, permitiendo no solo la marcha, sino el alcance y la carga de objetos.
3. Por último, y la más importante, protege las delicadas estructuras nerviosas
medulares y radiculares.

La estabilidad y la resistencia de la columna vertebral viene dada de manera intrínseca a


través de los ligamentos y discos; y extrínsecamente, por los músculos. (Gómez Prat y
Roca Burniol, 2000, p. 104).

Las curvas raquídeas


Para comprender lo que ocurre en Estela, necesitamos saber cómo es la estructura raquídea en
conjunto, sus curvaturas, para luego valorar posibles desviaciones.

La existencia de las curvaturas en la columna vertebral logra aumentar la resistencia del raquis a
las fuerzas de compresión axial. En la siguiente imagen, podemos observar la resistencia de la
columna con curvaturas y una columna rectilínea donde la resistencia es nula.

Figura 1: Curvaturas de la columna vertebral

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 15.

Figura 1. Curvaturas de la columna vertebral. En una columna con dos curvas, como
podemos ver en la imagen (c), la resistencia es cinco veces mayor que la columna rectilínea;
y en la columna con tres curvas móviles (d), con su lordosis lumbar, su cifosis torácica y su
lordosis cervical, su resistencia es diez veces mayor que la de la columna rectilínea.
División funcional de una vértebra
Si bien las divisiones que se pueden realizar sobre las vértebras tienen fines didácticos, son
necesarias para comprender el movimiento y la postura propia de Estela.
Por delante, se localiza el cuerpo vertebral, que se integra en el pilar anterior. Este pilar
desempeña una función principalmente de soporte. Por detrás, encontramos las apófisis
articulares, cuyo apilamiento conforma las columnas de las apófisis articulares (Kapandji,
2007, p. 8).
Figura 2: Vista lateral de dos vértebras articuladas entre sí

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 19.

Existe una relación funcional entre el pilar anterior y el pilar posterior que queda
garantizada por los pedículos vertebrales. Si se considera la estructura trabecular de los
cuerpos vertebrales y de los arcos posteriores, se puede comparar cada vértebra a una
palanca de primer género, denominada interapoyo, donde la articulación cigapofisaria
desempeña la función de punto de apoyo. Este sistema de palanca permite amortiguar las
fuerzas de compresión axial sobre la columna: amortiguación directa y pasiva en el disco
intervertebral 2, amortiguación indirecta y activa en los músculos de las correderas
vertebrales 3, todo esto mediante las palancas que forman cada arco posterior. Por lo
tanto, la amortiguación de las fuerzas de compresión es, a la vez, pasiva y activa.
(Kapandji, 2007, p. 18).
Figura 3: Relación funcional entre el pilar anterior y el pilar posterior

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 19.


Figura 3. Relación funcional entre el pilar anterior y el pilar posterior. Se puede comparar
cada vértebra con una palanca de primer género, considerando el movimiento que realiza el
pilar anterior y posterior.

Estructura del cuerpo vertebral


Para comprender aún más la postura y la alteración de la columna de Estela, previamente, será
necesario tener conocimiento de las estructuras que permiten dicha postura.
El cuerpo vertebral tiene la estructura de un hueso corto. La cortical de la cara superior y
de la cara inferior del cuerpo vertebral se denomina cara intervertebral. La periferia forma
un reborde, este rodete procede del punto de osificación epifisaria que tiene la forma de
un anillo fibroso y se une al resto del cuerpo vertebral. (Kapandji, 2007, p. 16).
Figura 4: Estructura del cuerpo vertebral

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 17.

Cada vértebra está formada por un cuerpo vertebral y por un arco posterior. Ambas partes
permiten la articulación de la columna en general.

En las siguientes imágenes, podemos observar, en los diferentes cortes del cuerpo vertebral, el
cruce de tres diferentes sistemas trabeculares en donde se establecen puntos de gran resistencia
(imágenes 5-6-7), pero también un punto de menor resistencia y, en particular, un triángulo de
base anterior donde no existen más trabéculas verticales (imagen 8).

Figura 5: Sistemas de trabéculas


Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 17.

Figura 5: Sistemas de trabéculas. Se pueden observar los 3 sistemas de trabéculas y, por


último, en la última imagen, un punto de menor resistencia.
Con esto podemos explicar la fractura cuneiforme del cuerpo vertebral, ante una fuerza de
compresión axial de 600 kg, la parte anterior del cuerpo vertebral se aplasta, se trata de
una fractura por aplastamiento. Para aplastar enteramente el cuerpo vertebral, además de
hacer que el muro posterior ceda, se precisa una fuerza de compresión axial de 800 kg.
Este tipo de fractura representa por sí sola una amenaza para la médula espinal, si invade
el canal raquídeo. (Kapandji, 2007, p. 17).
Figura 6: Fractura cuneiforme del cuerpo vertebral

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 17.

Figura 6: Fractura cuneiforme del cuerpo vertebral. Una de las alteraciones que se pueden
presentar en las vértebras es la fractura por aplastamiento, como la que se representa en la
imagen.

Aparte de la sintomatología dolorosa que podría provocar en Estela, también se altera su postura
general. Todo dependerá de la zona donde se produzca la fractura. En este caso, no existe una
historia de traumatismo, sin embargo, sí el antecedente de osteoporosis. ¿Podrías pensar qué
sector del cuerpo vertebral fue afectado en Estela?

Cuando Estela acude al servicio médico por dorsolumbalgia, el estudio radiológico evidenció,
comparado con estudio previo, una fractura-aplastamiento con pérdida de altura de cuerpo
vertebral D9. A partir del diagnóstico de fractura vertebral osteoporótica, se instaura tratamiento
antiosteoporótico con denosumab, suplementos con calcio y vitamina D, más la prescripción del
uso de un corsé toracolumbar como inmovilización de la fractura.
Pasado el tiempo de inmovilización, llega a la consulta de TO sin dolor. Sin embargo, la postura
de Estela fue modificada, presenta una escoliosis en C derecha con un aumento significativo de
su cifosis dorsal.

Elementos de unión intervertebral


Las 24 piezas móviles de la columna se encuentran unidas entre sí y en sus extremos con el
cráneo y el sacro a través de los siguientes componentes:
numerosos ligamentos
El conjunto de estos ligamentos garantiza una unión extremadamente sólida entre las
vértebras, a la par que le confiere al raquis una gran resistencia mecánica. Solo un
traumatismo grave, como una caída desde gran altura o un accidente de tráfico, podría
romper estas uniones intervertebrales. (Kapandji, 2007, p. 20).
Cualquier alteración en la postura de Estela puede estar relacionada con alguna lesión o
modificación de las estructuras que unen cada una de las vértebras. De aquí, la importancia de
comprender cuáles son y qué función cumplen.

Figura 7: Corte horizontal de la columna vertebral

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 21.

Figura 7: Corte horizontal de la columna vertebral. 1- Ligamento longitudinal anterior. 2-


Ligamento longitudinal posterior. 3- Ligamento amarillo. 4- Ligamento interespinoso. 5-
Ligamento supraespinoso. 6 y 7- Anillo fibroso. 8- Núcleo pulposo. 9- Ligamentos capsulares.
10- Ligamento intertransverso.

Discos intervertebrales
La articulación entre dos cuerpos vertebrales contiguos es una anfiartrosis. Está
constituida por las dos mesetas de las vértebras adyacentes unidas entre sí por el disco
intervertebral. La estructura de este disco es muy característica, consta de dos partes:
-Una parte central, el núcleo pulposo. Se trata de una gelatina transparente, compuesta
por un 88 % de agua y, por lo tanto, muy hidrófila, y formada químicamente por una
sustancia fundamental. No hay vasos ni nervios en el interior del núcleo pulposo.

-Una parte periférica, el anillo fibroso, conformado por una sucesión de capas fibrosas
concéntricas, cuya oblicuidad está cruzada cuando se pasa de una capa a la siguiente.
(Kapandji, 2007, p. 22).
Figura 8: Disco intervertebral

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 23.

Figura 8: Disco intervertebral. Estructura del disco intervertebral donde se pueden observar el
núcleo pulposo (N) y el anillo fibroso (A) que constituyen un verdadero tejido de fibras, que
en un individuo joven impide cualquier exteriorización de la sustancia del núcleo pulposo.

Es momento de analizar esta situación: ¿la columna de Estela tendrá la misma estabilidad que
antes de la fractura? ¿Los movimientos de columna y de miembros superiores tendrán rangos
articulares conservados, disminuidos, aumentados?

Te invito a que busques la información para pensar en estos interrogantes, será necesario
conocer cuáles son los movimientos de columna y cuáles sus rangos de movimiento esperados.
Además, puedes probar tú mismo, ¿qué movimientos puedes realizar con la columna alineada y
qué movimientos se modifican con la postura de Estela?

Columna torácica
El raquis torácico representa el eje de la parte superior del tronco y es el soporte del tórax, está
dedicado a la respiración y ocupado por el aparato cardiorrespiratorio.

Anatomía funcional del raquis dorsal


Para comprender de mejor manera qué es lo que ocurrirá en el segmento dorsal tras el
acuñamiento vertebral de Estela, es preciso saber en qué consiste la anatomía normal de dicha
región.
La columna dorsal cuenta con 24 articulaciones cigapofisarias, 12 a cada lado. Cada
articulación presenta carillas articulares bilaterales que, por lo general, se orientan en el
plano frontal, con una leve pendiente que varía entre 0 y 30 grados respecto a la vertical.
Aunque las articulaciones cigapofisarias aportan el mecanismo principal de la movilidad
del tórax, su potencial para el movimiento queda restringido por las articulaciones
costovertebrales y costotransversas adyacentes. Estas articulaciones fijan mecánicamente
al esternón la mayor parte de la región torácica con sentido anterior. Las articulaciones
costovertebrales y costotransversas actúan durante la ventilación.

Las vértebras dorsales están bien estabilizadas por las costillas y las articulaciones
costovertebrales y costotransversas asociadas. La estabilidad protege la médula espinal
de los traumatismos. Durante una caída, por ejemplo, el impacto sobre la columna dorsal
es absorbido en parte y disipado por las costillas y los músculos y tejidos conjuntivos
asociados. (Neumann, 2007, p. 290).

Cinemática de la región torácica


Sin lugar a dudas, el movimiento de la columna en su generalidad se verá afectado, pero
principalmente, los movimientos básicos de la región dorsal de Estela.
Aunque la amplitud del movimiento de cada unión intervertebral dorsal sea relativamente
pequeña, el movimiento acumulativo es considerable en toda la columna dorsal. Se dan,
aproximadamente, 30 a 40 grados de flexión y 20 a 25 grados de extensión en la región
torácica. Los extremos de la extensión se limitan por la compresión potencial entre las
apófisis espinosas adyacentes, sobre todo, las de las vértebras dorsales medias. Se dan,
aproximadamente, 30 grados de rotación en el plano horizontal (axial) por cada lado en la
región torácica. Este movimiento se describe junto con la rotación axial en toda la región
toracolumbar…

La orientación predominante en el plano frontal de las superficies de las carillas dorsales


sugiere una relativa libertad de flexión lateral. Este movimiento potencial nunca se expresa
por completo, por la estabilización que aportan las inserciones en las costillas. La flexión
lateral en la región torácica es de unos 25 grados de flexión lateral por cada lado de la
región dorsal. (Neumann, 2007, p. 291).

El diafragma y su mecanismo
Así como la postura y el movimiento de Estela fueron afectados, la respiración también se verá
afectada, ya que la región dorsal se relaciona de manera directa con la caja torácica y su
biomecánica. Para comprender mejor lo que puede ocurrir en la paciente, será preciso conocer la
cinemática y la fisiología normal de la respiración.
El diafragma forma una cúpula músculo-aponeurótica que cierra el orificio inferior del tórax
y separa a este del abdomen. Está constituido por el centro frénico y por haces de fibras
musculares. Lo atraviesan la arteria aorta, el esófago y la vena cava inferior.

Se origina en la cara medial de los cartílagos costales, en los extremos de las undécima y
duodécima costillas, en los arcos que unen los extremos de las tres últimas costillas y, por
último, en el raquis a la altura de los cuerpos vertebrales lumbares, mediante unos pilares
—izquierdo y derecho— en las arcadas del músculo psoas mayor y del músculo cuadrado
lumbar. (Kapandji, 2007, p. 160).
Figura 9: Vista anterior del diafragma

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 161.

Figura 9: Vista anterior del diafragma. Se puede apreciar la cara convexa del diafragma y su
concavidad a la altura de los pilares. También se pueden distinguir los orificios por donde
pasa el esófago por arriba, y la aorta por debajo. Se distingue el centro frénico, el orificio
esofágico, las fibras musculares que se dirigen el inferior del tórax para insertarse en la cara
medial de los cartílagos costales de los extremos de la undécima y duodécima costilla para
terminar en el raquis, a la altura de los cuerpos vertebrales, mediante el pilar derecho e
izquierdo, en las arcas del músculo psoas y cuadrado lumbar.

Cuando las fibras musculares del diafragma se contraen, el centro frénico desciende y, de este
modo, el diámetro vertical del tórax se ensancha. La puesta en tensión de los elementos del
mediastino y, sobre todo, la presencia de la masa visceral abdominal limita este descenso del
centro frénico (Kapandji, 2007). A partir de este instante, el centro frénico se convierte en punto
fijo y las fibras musculares que actúan a partir de la periferia pasan a ser las que elevan las
costillas inferiores (Kapandji, 2007).

En el caso de Estela, el movimiento de las costillas inferiores se verá afectado, principalmente, la


novena, por lo tanto, la amplitud de movimiento de la caja torácica se reducirá.
Figura 10: Mecanismo de contracción

Fuente: Kapandji, 2007, p. 161.

Figura 10: Mecanismo de contracción.

Si se considera el punto P como fijo y la costilla que gira alrededor del centro O, su extremo
describirá un arco de círculo AB, mientras que la fibra muscular correspondiente se va a
acortar una distancia A´B. Al elevar las costillas inferiores, el diafragma ensancha el diámetro
transversal del tórax inferior, pero simultáneamente, a través del esternón, eleva también las
costillas superiores y, en consecuencia, ensanchan el diámetro anteroposterior.
Se puede, entonces, afirmar que el diafragma es un músculo primordial de la respiración, ya
que, por sí solo, ensancha los tres diámetros del volumen torácico:
- Ensanchamiento del diámetro vertical por descenso del centro frénico.
- Ensanchamiento del diámetro transversal por elevación de las costillas inferiores.
- Ensanchamiento del diámetro anteroposterior por elevación de las costillas superiores
mediante el esternón.
Se comprende así, la importancia del diafragma en la fisiología de la respiración. (Kapandji,
2007, p. 160).

Relación de antagonismo - sinergia entre el diafragma y los músculos


abdominales
El diafragma es el principal músculo inspirador. Los abdominales son músculos
espiratorios extremadamente potentes, ya que son capaces de producir la espiración
forzada. Ahora bien, estos músculos, que parecen ser antagonistas son, al mismo tiempo,
sinergistas. Esto puede parecer paradójico, incluso ilógico, pero en la práctica, no pueden
funcionar independientemente los unos de los otros. Es lo que caracteriza la relación de
antagonismo - sinergia. ¿Cuál es la relación entre el diafragma y los abdominales en el
transcurso de las fases de la respiración? (Kapandji, 2007, p. 164).
Dicha sinergia se dará en cada ciclo respiratorio de Estela y de cualquier paciente que llegue a
nuestro consultorio.
Durante la inspiración
La masa de las vísceras abdominales está sujeta por la cincha abdominal (formada por los rectos
anteriores, los oblicuos externos e internos y los transversos) la cual evita que el contenido
abdominal sea impulsado hacia abajo y adelante, y permite que el centro frénico pueda tomar un
punto fijo sólido que le posibilite al diafragma elevar las costillas inferiores (Kapandji, 2007).

Figura 11: Inspiración (frente y perfil)

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 165.

Figura 11: Inspiración (frente y perfil). Durante la inspiración, la tensión del diafragma
aumenta, mientras que el tono de los músculos abdominales decrece.

Durante la espiración
Los músculos abdominales descienden el orificio inferior del tórax, lo que disminuye los
diámetros transversal y anteroposterior del tórax. Además, aumentan la presión
intraabdominal que desplaza a las masas de las vísceras hacia arriba y hacen ascender el
centro frénico, lo que disminuye el diámetro vertical del tórax. (Kapandji, 2007, p. 164).
Figura 12: Espiración (frente y perfil)
Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 165.

Figura 12: Espiración (frente y perfil). Durante la espiración, la tensión de los músculos
abdominales aumenta, mientras que el tono del diafragma disminuye.

Los músculos abdominales son, pues, los antagonistas perfectos del diafragma, ya que
disminuyen simultáneamente los tres diámetros del tórax.

En la siguiente figura, se puede observar en una gráfica cómo cada uno de estos grupos
musculares se contraen de manera permanente, aunque su tono evoluciona de manera inversa.

Figura 13: Gráfico de tono muscular

Fuente: elaboración propia con base en Kapandji, 2007, p. 165.

Figura 13: Gráfico de tono muscular. El gráfico representa el equilibrio dinámico que existe
entre los dos grupos musculares.

Durante la inspiración, la tensión del diafragma aumenta, mientras que el tono de los
músculos abdominales decrece. En cambio, durante la espiración, la tensión de los
músculos abdominales aumenta, mientras que el tono del diafragma disminuye. De este
modo, entre estos dos grupos musculares existe un equilibrio dinámico que se desplaza
perpetuamente en un sentido o en otro y que ilustra con claridad la noción de antagonismo
- sinergia. (Kapandji, 2007, p. 164).
¿Cuál es la relación entre el diafragma y los abdominales en el transcurso
de las fases de la respiración?

Antagonismos - agonista.

Antagonista – antagonista.

Antagonismo - sinergia.

Sinergista - sinergista.

Justificación
Durante la entrevista de ingreso a TO, Estela comenta la molestia de cuello, dado que fue
modificada su postura y esto generó más tensión en los músculos posterolaterales derechos del
cuello. Además, comenta que una de las tareas más complejas de realizar es la alimentación, por
una parte, debido a la limitación de algunos movimientos de hombro y la escasa apertura bucal
ocasionada posterior a un tratamiento odontológico donde tuvo que permanecer por tres horas
con la boca abierta.

Será necesario conocer: ¿cuál es la alteración postural en el cuello de Estela? ¿Cómo son sus
movimientos? ¿Qué músculos están implicados? Con esta postura, ¿es necesario modificar los
movimientos de hombro para alimentarse? ¿El hombro deberá moverse más si no puede abrir
bien la boca? ¿Cuánto debe abrir la boca una persona para alimentarse?

Te invito a probar estas tareas y analizarlas con las diferentes variantes.

Para poder comprender las posibilidades ocupacionales de Estela desde el modelo biomecánico,
será necesario avanzar en algunos conceptos básicos de columna cervical y de ATM.

Columna cervical
La columna cervical constituye:
El segmento superior del raquis, la prolongación del raquis torácico, y sujeta la cabeza a la
par que constituye el esqueleto del cuello. Tiene como función orientar la cabeza en un
sector del espacio de aproximadamente 180°, tanto en sentido vertical como en sentido
transversal. (Kapandji, 2007, p. 186).

Para comprender su biomecánica, será necesario, previamente, repasar la anatomía


funcional de dicha región.

El raquis cervical está constituido por dos partes anatómica y funcionalmente distintas:

El raquis cervical superior (RCS), también denominado raquis suboccipital, que


contiene la primera vértebra cervical o atlas, y la segunda vértebra cervical o axis.
El raquis cervical inferior (RCI), que se extiende desde la meseta inferior del axis
hasta la meseta superior de la primera vértebra torácica. (Kapandji, 2007, p. 188).

Las vértebras cervicales son todas del mismo tipo, excepto el atlas y el axis, que difieren
entre sí y de las demás vértebras cervicales. Dadas las diferencias anatómicas, es lógico
que los movimientos de los segmentos superior e inferior también sean distintos (Kapandji,
2007).
Raquis cervical superior
Articulaciones atlantoaxiales y atlantoodontoideas
El centro real de movimiento de flexoextensión del atlas sobre el axis… es un punto
representado en la [siguiente figura] por una estrella y que se proyecta casi en el centro de
la apófisis odontoides vista de perfil. En consecuencia, durante el movimiento de
flexoextensión, la carilla inferior de las masas laterales del atlas rueda y se desliza al
mismo tiempo sobre la superficie superior del axis.

Sin embargo, es preciso recalcar la existencia de un elemento deformable, en este caso,


el ligamento transverso, que constituye la parte posterior de la articulación
atloidoodontoidea, y que permite cierta flexibilidad en el funcionamiento de esta
articulación: este ligamento, incrustado en la corredera posterior de la apófisis odontoides,
puede incurvarse bien hacia arriba durante la extensión, bien hacia abajo durante la
flexión, como si se tratase de la cuerda de un arco. (Kapandji, 2007, p. 194).
Figura 14: Flexión en las articulaciones atlantoaxiales y atlantoodontoideas

Fuente: Kapandji, 2007, p. 195.

Figura 14: Flexión en las articulaciones atlantoaxiales y atlantoodontoideas. La estrella


representa el centro de rotación en el plano sagital que permite el movimiento de
flexoextensión. El ligamento transverso, representado en color verde, es el que no permite
los bostezos articulares que supuestamente se forman durante los movimientos.

La articulación atlantoaxial media es una trocoide con dos superficies cilíndricas encajadas
la una sobre la otra. El movimiento más importante de esta articulación es el movimiento
de rotación, el 50 % del movimiento de rotación de la columna cervical se produce en este
nivel. Durante el movimiento de rotación, hacia la izquierda, por ejemplo, la apófisis
odontoides permanece fija y el anillo osteoligamentoso, formado por el atlas y el ligamento
transverso, gira en sentido inverso a las agujas de un reloj alrededor de un centro que
corresponde al eje de la apófisis odontoides; la cápsula articular se distiende a la izquierda
y se tensa a la derecha. Simultáneamente, existe un desplazamiento en las dos
articulaciones atlantoaxiales derecha e izquierda, mecánicamente unidas: en la rotación
de la izquierda hacia la derecha, la masa lateral izquierda del atlas avanza, mientras que
la masa lateral derecha retrocede. Durante la rotación de la derecha hacia la izquierda,
sucede a la inversa. (Kapandji, 2007, p. 196).
Figura 15: Rotación en las articulaciones atlantoaxiales

Fuente: Kapandji, 2007, p. 197.

Figura 15: Rotación en las articulaciones atlantoaxiales. En la primera imagen, se representa


la rotación hacia la derecha (rojo) y, en la segunda imagen, se representa la rotación hacia la
izquierda (azul).

Articulación atlantooccipital
La articulación atlantooccipital puede, entonces, considerarse como una enartrosis, es decir,
como una articulación de superficie esférica con tres ejes, pero de poca amplitud: rotación axial
en torno a un eje vertical; flexoextensión en torno a un eje transversal; inclinación lateral en torno
a un eje anteroposterior. (Kapandji, 2007, p. 198).

Cuando el hueso occipital gira sobre el atlas, participa en un movimiento general de rotación del
atlas sobre el axis, que se efectúa en torno al eje vertical que pasa por el centro de la apófisis
odontoides. Sin embargo, esta rotación no es un fenómeno sencillo, ya que hace intervenir la
tensión de los ligamentos y, en particular, la tensión del ligamento alar. (Kapandji, 2007, p. 202).
Figura 16: Rotación en las articulaciones atlantooccipitales

Fuente: Kapandji, 2007, p. 197.


Figura 16: Rotación en las articulaciones atlantooccipitales.
Este movimiento se traduce por el deslizamiento hacia delante del cóndilo derecho del hueso
occipital sobre la masa lateral derecha del atlas (flecha roja), pero simultáneamente, el
ligamento alar (L) se enrolla alrededor de la apófisis odontoides y se tensa. Esta tensión va a
desplazar hacia la izquierda al cóndilo derecho del hueso occipital (flecha blanca). Por lo
tanto, la rotación hacia la izquierda (flecha azul) se acompaña, al mismo tiempo, de un
desplazamiento hacia la izquierda de 2 a 3 mm y de una inclinación del hueso occipital hacia
la derecha (flecha roja). Por consiguiente, no existe una rotación pura, sino una rotación
asociada a una traslación y a una inclinación en la citada articulación atlantooccipital…
Los movimientos de flexoextensión del hueso occipital sobre el atlas se llevan a cabo
mediante el deslizamiento de los cóndilos occipitales sobre las masas laterales del atlas…
[En relación con la inclinación lateral] existe poca amplitud, que se traduce por un
deslizamiento de los cóndilos occipitales hacia la derecha en la inclinación hacia la izquierda
y viceversa. (Kapandji, 2007, p. 202).

Raquis cervical inferior


“Los movimientos de inclinación y de rotación en el raquis cervical inferior están determinados por
la orientación de las carillas de las apófisis articulares, que no permiten ni un movimiento de
rotación pura ni un movimiento de inclinación pura” (Kapandji, 2007, p. 218).

“El eje oblicuo, en cada segmento, realiza un movimiento mixto de inclinación y de rotación que
se añade al movimiento de flexoextensión” (Kapandji, 2007, p. 220).
Por lo tanto, se puede afirmar que, además de los movimientos de flexoextensión, el
raquis cervical solo puede realizar movimientos siempre parecidos a sí mismos,
estereotipados, movimientos mixtos de inclinación-rotación-extensión, teniendo en cuenta
que el componente de extensión se ve, en cierta medida, automáticamente compensado
por una flexión en el mismo raquis cervical inferior. (Kapandji, 2007, p. 220).
Modelo cervical
Partiendo de esas concepciones mecánicas y de la división funcional entre raquis cervical
superior suboccipital y raquis cervical inferior, se ha realizado un modelo mecánico que
permite poner de manifiesto los distintos tipos de funcionamiento de las articulaciones del
raquis cervical…
Este modelo permite entender cómo los dos segmentos del raquis se completan
funcionalmente; así, en el esquema, se puede ver que el movimiento de inclinación-
rotación a la derecha del raquis cervical inferior se transforma, en el raquis suboccipital, en
un movimiento de inclinación pura, gracias a la eliminación de los componentes no
deseados, mediante una contrarrotación y una ligera flexión. (Kapandji, 2007, p. 224).
Figura 17: Modelo mecánico de la región cervical

Fuente: Kapandji, 2007, p. 197.

Figura 17: Modelo mecánico de la región cervical. En esta figura del modelo, pueden
reconocerse los elementos mecánicos que corresponden anatómicamente a los distintos
elementos del raquis suboccipital:
​El axis (F) con su apófisis odontoides: eje 1; el atlas (E), que se articula con la apófisis
odontoides y la cara superior del axis; el hueso occipital (A), que corona un conjunto
funcional de tres ejes perpendiculares entre sí, los de la articulación atlantoaxial: eje de
rotación 2, eje de flexoextensión 3 y el eje de inclinación 4. Estos dos últimos forman entre sí
un sistema de cardan. Para obtener la rotación pura, una vez que el raquis cervical inferior
haya efectuado su movimiento de inclinación-rotación, la cadena articular suboccipital, con
tres ejes y tres grados de libertad, debe realizar tres componentes de corrección: rotación a
la derecha, extensión y contrainclinación. (Kapandji, 2007, p. 230).

Musculatura cervical
La zona de la nuca se compone de cuatro planos musculares superpuestos. De la
profundidad a la superficie, se puede observar: el plano profundo; el plano de los
complejos; el plano de los esplenios y del elevador de la escápula; el plano superficial.

Aparte los músculos del plano profundo, la mayor parte de los músculos de la nuca son
oblicuos hacia abajo, hacia adentro y hacia atrás. Están adosados al plano profundo y
determinan simultáneamente la extensión, la rotación y la inclinación hacia el lado de su
contracción, es decir, exactamente los tres componentes del movimiento mixto del raquis
cervical inferior en torno a los ejes oblicuos analizados con anterioridad. En cambio, la
capa superficial contiene músculos de dirección cruzada respecto a los planos
intermedios; es decir, oblicua hacia abajo, hacia delante y hacia fuera y que, esta vez, no
actúan directamente sobre el raquis cervical inferior, sino sobre el cráneo y el raquis
suboccipital, en cuyo nivel determinan, como los de los planos subyacentes, la extensión y
la inclinación hacia el lado de su contracción, aunque con una rotación hacia el lado
opuesto. De este modo, son, a la vez, sinergistas y antagonistas de los músculos del
plano profundo, a los que complementan funcionalmente. (Kapandji, 2007, p. 248).

Actividad de repaso
Si Estela realiza una rotación inclinación a la derecha con su cabeza para
mantener la alineación visual, ¿qué ocurre en el raquis cervical superior de
ella?

Una flexión, rotación izquierda e inclinación derecha

Una flexión, rotación derecha e inclinación derecha

Una flexión e inclinación derecha

Justificación

Articulación temporomandibular
Para analizar la tarea de alimentación de Estela será necesario conocer que:
La masticación es el proceso de mascar, desgarrar y moler los alimentos con los dientes.
Este proceso comprende una mera acción de los músculos de la masticación, los dientes
y el par de articulaciones temporomandibulares (ATM). Las articulaciones forman el punto
de pivote entre la mandíbula y la base del cráneo. (Neumann, 2007, p. 359).

El movimiento de la mandíbula suele comprender una acción bilateral de las ATM. La


función anormal de una articulación interfiere con la función de la otra. Los principios
siguientes ayudan a comprender la artrocinemática de la ATM: (1) durante el movimiento
rotacional, el cóndilo mandibular rueda respecto a la superficie inferior del disco; (2)
durante el movimiento de traslación, el cóndilo mandibular y el disco se deslizan juntos. Se
denomina traslación del complejo disco-cóndilo. El disco se estira en la dirección del
cóndilo que se traslada. (Neumann, 2007, p. 368).

Durante la protrusión y retracción, el complejo formado por el cóndilo mandibular y el disco


se traslada en sentido anterior y posterior, respectivamente, respecto a la fosa. El cóndilo
y el disco siguen la pendiente descendente de la eminencia articular. La mandíbula se
desliza un poco hacia abajo durante la protrusión y un poco hacia arriba durante la
retracción. El camino seguido por el movimiento varía según el grado de apertura de la
boca.

El movimiento de lateralidad comprende, sobre todo, una traslación laterolateral del
cóndilo y disco dentro de la fosa. Las rotaciones multiplanares leves suelen combinarse
con movimiento de lateralidad. También se producen ligeras rotaciones en los planos
frontal y sagital, sobre todo, debido al efecto del cóndilo y disco que se destinan por la
eminencia articular en pendiente. (Neumann, 2007, p. 369).
Figura 18: Movimiento de lateralidad de la mandíbula

Fuente: Neumann, 2007, p. 369.

Figura 18: Movimiento de lateralidad de la mandíbula. La figura muestra un ejemplo de


movimiento de lateralidad combinada con ligera rotación en el plano horizontal. El cóndilo
izquierdo forma un punto de pivote con la fosa, mientras el cóndilo derecho gira un poco en
sentido anterior y medial.

La apertura y cierre de la boca se producen, respectivamente, por la depresión y elevación


de la mandíbula. Durante estos movimientos, las ATM experimentan una combinación de
rotación y traslación entre el cóndilo mandibular, el disco articular y la fosa. Como la
rotación y la traslación se dan de forma simultánea, el eje de rotación está en constante
movimiento. En el caso ideal, los movimientos de ambas articulaciones contienen una
amplitud máxima a la apertura de la boca en una tensión mínima sobre las superficies
articulares. (Neumann, 2007, p. 369).
La incapacidad de abrir la boca por completo se denomina trismus, se considera una apertura
bucal normal la que oscila entre 40 y 60 mm, cuando es menor a ello, como en el caso de Estela,
estamos en presencia de trismus. Esta disfunción temporomandibular puede ocasionarse por
diversos motivos, sin embargo, con Estela, tenemos claramente identificado el antecedente de la
atención odontológica prolongada, lo que ocasionó una contractura de los músculos
masticadores, aunque también podría ocasionarse por una mala artrocinemática del cóndilo y el
disco articular.

Referencias
Gómez Prat, A. y Roca Burniol, J. (2000). Biomecánica de la columna vertebral. En A. Viladot
Voegeli, Lecciones básicas de biomecánica del aparato locomotor. Springer Verlag Ibérica.
Kapandji, A. I. (2007). Fisiología articular. Tomo 3. Editorial Médica Panamericana.
Neumann, D. A. (2007). Fundamentos de rehabilitación física: cinesiología del sistema
musculoesquelético. Editorial Paidotribo.

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