Definición y objetivos de la adaptación y graduación de la actividad
En el proceso de la Terapia Ocupacional, el análisis y la síntesis de la actividad son prerrequisitos
imprescindibles para la planificación terapéutica y para el consiguiente éxito del tratamiento. La habilidad del terapeuta ocupacional para analizar y comprender la actividad en su más amplio contexto le capacita para definir qué actividades son aplicables como terapia y cuáles no. Además, la capacidad de síntesis le permite modificarlas de acuerdo con las necesidades de su cliente. Por ejemplo, si un paciente necesita ser independiente para preparar el desayuno y, debido a su disfunción, esto es difícil o imposible para él, el terapeuta ocupacional puede iniciar su trabajo utilizando la actividad de preparar una bebida caliente como herramienta de evaluación, identificando así las áreas problemáticas específicas (déficits cognitivos, falta de coordinación oculomanual, etc.). Teniendo así establecidas las capacidades y problemas o déficits del paciente, el terapeuta ocupacional puede planificar posteriormente un programa de actividades para su recuperación. Es en ese momento cuando el terapeuta puede pensar en cambiar, en modificar la actividad para adecuarla a las capacidades reales de su cliente con el fin de asegurar la posibilidad de ejecutar la actividad con éxito. Podría por ejemplo cambiar el método de realización de la actividad, utilizar una técnica diferente, reorganizar el área de trabajo, modificar la posición de trabajo de la persona, introducir equipo adaptado, como cubiertos más ligeros con utensilios con agarres modificados, o indicar al paciente un tratamiento específico para mejorar determinadas funciones (equilibrio en sedestación, memoria, coordinación, o flexo-extensión de codo) antes de pasar a realizar la actividad. De ello se deduce, que tanto la graduación como la adaptación de la actividad son aspectos esenciales de la práctica de la Terapia Ocupacional, porque a través de ellas producimos cambios terapéuticos o damos soporte cuando la función declina. Desde un punto de vista sistémico, estos cambios en el entorno producen un input en el individuo, quien puede ser capaz de modificar su conducta, de cambiar y producir a su vez output cada vez más ajustados. En virtud de la capacidad de razonamiento clínico, el terapeuta es capaz de entender por un lado, la actividad con su potencial y principales demandas (análisis), por otro lado sabe reconocer las capacidades, déficits, valores e intereses del cliente (evaluación de esa persona, conocimientos sobre la enfermedad, la discapacidad) y finalmente, es capaz de sintetizar, de integrar ambos elementos actividad-cliente como si se tratase de un puzzle donde todas las piezas encajan. Y es en este encaje donde el terapeuta tiene que graduar diversos elementos de la actividad y adaptar la misma (así como el entorno) para que el éxito del tratamiento pueda ser viable. Por ello no parece posible la utilización terapéutica de ninguna actividad sin el análisis y la síntesis de la misma. Si no es así, no hablamos de Terapia Ocupacional y no nos distinguimos de otros profesionales que también utilizan actividades como terapia. Este conocimiento profundo del que hablamos supone que el terapeuta tiene que hacerse preguntas de este tipo: "¿Hasta qué punto las propiedades esenciales de una actividad permiten una adaptación realista con respecto a las necesidades del individuo, su estilo personal y su actividad en el mundo real (entorno)?" Y es que no podemos perder de vista que, entre las características de las actividades con propósito había una que conviene recordar: que deben poseer una estructura que facilite el aprendizaje de habilidades a un nivel más elevado de las que normalmente posee el individuo. Pero puesto que la actividad debe estimular y mantener la ilusión y el deseo de aprender, no puede hablarse de un nivel tan elevado que sea inalcanzable para el cliente. Buscar el término justo de graduación para desarrollar un poco más, pero no quedarse en el camino, requiere también de mucha habilidad y conocimiento por parte del terapeuta de la actividad y de su cliente. Por otro lado, la actividad tiene que ser versátil, es decir, permitir una variedad de procedimientos, productos y entornos que la hagan adaptable a los individuos, sus necesidades y entornos. Algunas capacidades tienen más potencial para su modificación que otras. El terapeuta ocupacional debe utilizar su propio criterio e ingenio para decidir cuándo y cómo es necesario cambiar de una actividad a otra, o cuándo graduarla o adaptarla para acometer necesidades individuales. Todas los actividades necesitan ajustarse a la mejora o deterioro del individuo, de modo que pueda ser adaptada para ajustarse a su capacidad máxima. Vale la pena comentar que durante la recopilación de la información necesaria para el tema, he encontrado diferentes términos, que se utilizan de manera complementaria y simultánea, y para los que no siempre es fácil encontrar la definición exacta en español. Básicamente cuando se habla de adaptación y graduación de la actividad también aparecen los términos análisis y síntesis. ¿Cómo define el Diccionario de la Lengua Española estos términos...? Adaptación: "'Acomodación al medio en el que se vive." Es un fenómeno universal que implica la acomodación interna del individuo al medio. Graduación: "Dar el grado de intensidad correspondiente a una cosa. Hacer que una cosa disminuya o aumente en grados." Análisis: "Distinción y separación de las partes de un todo hasta llegar a reconocer sus principios o elementos. Estudio minucioso de una obra, asunto, etc." Síntesis: "Exposición resumida y metódica Método de razonamiento deductivo que va de lo universal a lo particular." Quiero hacer constar pues, que las definiciones de términos que se establecen en este capítulo están realizadas en base a las definiciones inglesas y españolas, así como por el contexto de las mismas. Adaptación La adaptación de la actividad es el proceso de cambiar tareas y actividades para promover la función independiente. Es un proceso que combina partes del entorno humano (familia, grupo social allegado) y no humano (utensilios, mobiliario, etc.) La adaptación es especialmente apropiada para personas con problemas de desempeño que no van a mejorar mucho más, por ejemplo, pacientes con lesión medular o con una enfermedad degenerativa. La adaptación supone cambiar las tareas que demanda la actividad realizando una simplificación cognitiva, reduciendo la cantidad de habilidades físicas o la duración requerida para ella. La adaptación también implica introducir equipos o ayudas técnicas, así como cambios en el entorno para posibilitar la función, la eliminación de tareas, la asistencia de otras personas o alguna combinación de las anteriores. Cuando hablamos de situaciones degenerativas (la artritis, el SIDA, el cáncer, etc.) estas adaptaciones necesitan ser revisadas con mucha frecuencia para adaptarse casi a diario a los niveles fluctuantes de función típicos de estas enfermedades. Si la adaptación de la actividad se relaciona con una habilidad especifica o con la modificación del entorno en que la actividad tiene lugar, tiene que ser simple para que el individuo pueda realizarla, y para el terapeuta ocupacional que la lleve a cabo. A pesar de la adaptación, se tiene que mantener el valor de la actividad para la persona. Para finalizar, recordar que para adaptar una actividad, el terapeuta primero mira la capacidad funcional del cliente. Con esto en la mente, analiza la actividad para determinar qué elementos pueden ser cambiados o alterados de manera que el cliente pueda desempeñarla. Esto normalmente requiere por parte del terapeuta de un buen nivel de capacidad de resolución de problemas. Pero también es verdad, que muchos clientes, especialmente los físicamente discapacitados disfrutan mucho participando activamente en este proceso y a menudo ellos mismos llegan a soluciones ingeniosas. Graduación El concepto de graduación es importante en muchos aspectos. Comprende el incremento o disminución gradual de uno o más de los criterios medibles de una actividad, por ejemplo. la postura, la resistencia, la complejidad, la interacción social, etc. Es decir, aumentando o disminuyendo las demandas de una actividad podemos estimular la mejora o el progreso de la función o responder a la disminución de las capacidades funcionales de nuestros clientes. Un ejemplo sería el de los terapeutas ocupacionales que utilizan ejercicios técnico-terapéuticos para aumentar la fuerza y la resistencia muscular incrementando secuencialmente el número de repeticiones de grupos musculares particulares. Otro ejemplo puede ser, dentro de la actividad de la vida diaria de preparar un postre, graduar desde una receta muy sofisticada a comprar un preparado Royal donde sólo hay que abrir el paquete y mezclar los polvos, etc. Con independencia del método de graduación que se utilice, el terapeuta ocupacional siempre tiene que tener en cuenta las siguientes reglas: El diente debe saber y comprender el por qué se le pide realizar una actividad de una forma que puede ser diferente a la normal. La actividad debe mejorar y mantener una buena postura y posición durante su ejecución. El terapeuta ocupacional debe asegurarse de que las graduaciones provocan un efecto positivo y no negativo para el individuo (ojo: la seguridad). El terapeuta ocupacional tiene que tener en cuenta el tiempo necesario para la modificación y supervisión de las actividades graduadas y adaptadas. El terapeuta ocupacional puede decidir si el método de graduación se va a focalizar más en la actividad (en cuyo caso la misma tarea es graduada para intentar cubrir una necesidad particular) o si está focalizada en la persona (en cuyo caso lo que se gradúa es la posición del individuo, su procesamiento cognitivo, etc. para hacer posible realizar la actividad). Para finalizar, comentar que el análisis y la síntesis de cualquier aspecto del entorno humano y no humano sólo puede tener lugar dentro de un moco de referencia conceptiva que nos permita clasificar la información. Es lo mismo que si por ejemplo nos ponemos a analizar una mesa sin tener ni idea de qué aspecto de la mesa va a ser evaluado o el propósito de ese análisis. Pero sabiendo el objetivo del análisis podemos evaluar su utilización, su solidez de construcción, el tipo de herramientas y materiales necesarios para hacerla o valorarla en términos estéticos. Del mismo modo, el análisis y la adaptación graduación de la actividad sin un marco de referencia es puramente especulativo. Y aunque cada profesión tiene su propio marco conceptual que le hace atender a diversos aspectos de un mismo fenómeno, dentro de la propia Terapia Ocupacional existen varios marcos de referencia que, dependiendo de la problemática del cliente, de las técnicas que utilice el terapeuta y del medio donde trabaje, van a determinar un marco de referencia particular. El análisis y la síntesis basados en un marco de referencia concreto pues, van a dar relevancia y atención particular a unos componentes u otros. Veamos sus particularidades y técnicas cuando hablamos de discapacidades físicas o psíquicas.