Está en la página 1de 30

Dra.

Jimena Parga
jiparga@gmail.com

Doctora Antropología (UNLP); Magister en Género, Sociedad y Políticas (FLACSO); Especialista en


estrategias para la gestión y atención de adicciones (ISALUD); Docente de grado y posgrado de la UNLP
y FLACSO; Coordinadora del Area de Investigación y Docencia de la Fundación CITIDAD
No es hablar solo de mujeres
Incorpora la diversidad de todos
los colectivos genéricos.

No es sólo ocuparse de la Salud


sexual y reproductiva y Violencias

Incluye integralidad y equidad de


género en la atencion
Desde el enfoque de salud colectiva,
se incorporan criterios de
integralidad, ciudadanía, autonomía
y equidad de género
Inequidad
Diferencias y similitudes injustas e innecesarias en el grado de
satisfacción de necesidades (Whitehead, 1991)

Inequidades de género en la atención


• Atención igual para ambos sexos, cuando las necesidades de género
no son iguales
• Atención diferente cuando las necesidades son iguales
• Trato que refuerce los estereotipos de género
Modos diferentes de vivir,
enfermar, consultar, atenderse y
morir

Las asimetrías sociales entre varones,


mujeres y disidencias, establecen en la salud
y los consumos, vulnerabilidades particulares
relativas a los roles sociales que cada género
puede y debe cumplir en el marco del
patriarcado. Lo cual determina modos
diferentes de vivir, enfermar, consultar, ser
atendidos/as y morir (Tajer, 2004).

La articulación de desigualdades de género,


clase, edad, nacionalidad, etc., establecen
perfiles de vincularse con el sistema de salud
Pareciera que las miradas sobre los consumos
tienen género (Romo Avilés, 2011).

Desde los años setenta del siglo XX se inician


pautas de consumo de drogas que nos llevan a
la realidad actual

Las mujeres usaban menos drogas ilegalizadas que


los varones. Por ser una conducta estigmatizada
socialmente y asociada, en nuestra cultura, a los roles
masculinos

Las mujeres que usan drogas ilegales son


rechazadas doblemente: por acercarse a la
ilegalidad, pero también por incumplir sus roles
tradicionales como mujeres.

Los varones se someten a mayores riesgos en el ámbito


público, donde el consumo es parte del ejercicio de
masculinidad hegemónica
Aumento del uso de drogas “legalizadas”
(tabaco, alcohol y psicofármacos) en mujeres
y en algunos grupos de edad.

Aumento del consumo de marihuana entre


la población femenina. Probablemente esté
relacionado con la normalización y
aceptación social de su uso.

Disminución de la proporción mujeres/varones


que consumen sustancias ilegalizadas en
edades más jóvenes
Accesibilidad
Vínculo que se construye entre los sujetos y los
servicios” (Stolkiner et al, 2000)

Incluye oferta de atención, representaciones,


discursos y prácticas de los equipos y de la
población usuaria.

Accesibilidad inicial
Modo en que les usuaries llegan a los servicios. Es
el ingreso al tratamiento

Accesibilidad ampliada o permanencia


Permanencia en el dispositivo: incluye el proceso
de atención y tratamiento (Comes et al, 2007;
Parga, 2016).
Fuente: Epele, M. (2010) Sujetar por la herida
(Observatorio Argentino de Drogas)
Si
2% N/C
14%
Porcentaje de mujeres con indicadores de
consumo problemático, que buscaron
ayuda profesional.

No
83%
Se atendieron por consumo problemático
2 mujeres cada 8 varones.

22% 78%
Mujeres varones
Mayor accesibilidad y permanencia en
varones que mujeres

de los varones de las mujeres


que buscaron que buscaron
tratamiento tratamiento
Iniciaron Iniciaron

59,2 % 35,8%
Usuario típico de los dispositivos: varones

Sujeto inesperado (Carballeda, 2008)


Quien demanda puede ser visto como un Otro amenazante por
aquellas instancias que deberían cuidarlo e incluirlo.

Sujeto que no
coincide con
mandatos
Sensación de
institucionales
extrañeza,
perplejidad y
temor Desconcierto que
se transforma en
rechazo
Qué construcciones sociales colaboran en generar barreras de
acceso de las personas usuarias con consumos problemáticos

Nivel macro

Tensiones entre
coexistencias de
Ley 23737 de Estupefacientes
Art. 14 penaliza la tenencia
para consumo personal

Ley 26657 de Salud Mental


enmarcada en perspectiva de
derechos humanos
Qué construcciones sociales colaboran en generar barreras de
acceso de las personas usuarias con consumos problemáticos

Nivel institucional

-Pacientes que no se
encuadran con las demandas
típicas del psicoanálisis
-No entran en transferencia
fácilmente.
-No vienen voluntariamente
-No ven al consumo como
problemático
Construcciones sociales que colaboran en generar barreras de
acceso de las personas usuarias con consumos problemáticos

Nivel cotidiano

Sentimientos de
rechazo de lxs
profesionales / barreras
de accesibilidad
simbólicas
-Situaciones traumáticas asociadas al inicio del consumo: violencia,
violaciones y abusos;

-Presión grupal, pertenencia a grupos de pares;

-Dependencia afectiva con parejas usuarias de sustancias;

-Sensación de abandono o pérdida de pareja, incrementaron o iniciaron


consumo.
-Sentimiento de culpa y baja autoestima, “no haber cuidado como ‘debían’
a sus hijos/as”, por no ser un buen ejemplo, por no “cumplir” con su rol
tradicional de género.
“Buena madre” vs. “Mala madre”

-Rechazadas y estigmatizadas por sus familiares, parejas e hijos/as.

-Estigmatización por ser “mujer adicta”, por apartarse de normas de género


y transgredir la ley.

-Temor a perder la tenencia de los/as hijos/as. Por lo que tratan de ocultar


su consumo. En algunos casos no logran encubrirlo y deben concurrir a
tratamiento para poder recuperar la tenencia.
-Menor cantidad de dispositivos y plazas para mujeres

-Escasez de dispositivos pensados y dirigidos exclusivamente a ellas, salvo


en terapia individual que, falta de perspectiva de género en la atención.

-Equipo niega responsabilidad y falta de capacitación con perspectiva de


género que contemple el manejo de dispositivos mixtos.

-Tiempos de espera prolongados especialmente para los primeros turnos y


restricción horaria, ya que el servicio no dispone de una guardia nocturna, ni
durante la totalidad del fin de semana.
Negación del equipo como un problema grave de salud, de las situaciones
de violencia de género atravesadas por las usuarias

Algunos miembros del equipo minimizaba, ridiculizaba e incluso


culpabilizaba a las usuarias por su padecimiento.

Divergencia e/ representaciones de usuarios/as y equipos en:

-Concepción de lo problemático de los consumos


-Objetivos o metas y altas, buscados por ambos grupos a través del
tratamiento.
-Diferencias teóricas entre profesionales sobre cómo abordar la atención, la
cuestión transferencial y a la experticia que se va adquiriendo a lo largo de la
trayectoria en la temática.
Si bien las realidades que viven las personas trans son muy diversas, en
relación al contexto socio-económico, la edad y las experiencias que han
vivido, gran parte de ellas, comparten una trayectoria de vida que
incluye:
expulsión temprana del hogar,
exclusión del sistema educativo y salud,
negación del derecho al trabajo,
discriminación generalizada,
criminalización, persecución y violencia policial,
iniciación en el trabajo sexual en la adolescencia,
hostigamiento y maltrato,
baja esperanza de vida
Tiempos de espera en asignación de turnos

Importancia de la perspectiva de género en las consultas de salud,


Dos usuaries comentaron inconvenientes, experiencias previas
desfavorables o imprudentes en lo concerniente a tratamientos de Salud
Mental

situaciones vinculadas a los modos de vida que asumen, y su vínculo con el


consumo. Quedando situada la dificultad como una responsabilidad
individual y no del Sistema Sanitario.
aún se continúa estigmatizando todo lo vinculado con la salud mental.

Pre-nociones, mitos y estigmas asociados a la salud mental, impiden el


acercamiento a servicios especializados.
Asocian su inicio con grupos de pares. En algunos casos la presión
grupal.

Escasamente asocian el inicio del consumo a la necesidad de evadirse de


problemáticas de índole familiar, laboral, escolar, etc.

El acceso a las sustancias, el manejo de los códigos, jerga, etc. son rituales
necesarios para ser considerados “del palo”.
En sectores populares
Respeto hacia adentro, miedo hacia el afuera
Violencia
Venta de drogas
Estigmatización y cosificación de las mujeres
Lealtades
Hombre como proveedor

A medida que se van instalando en el consumo, aparece la urgencia y


necesidad de mayores dosis y frecuencia de consumo. El consumo se
constituye en una práctica cotidiana que organiza de algún modo la rutina
diaria.
En la mayoría se enlazan sentimientos de dolor, sufrimiento, malestar,
marginalización. Aunque no puedan expresar estos sentimientos: “los
hombres no lloran”.

Alta estigmatización, “el cartel” -como ellos lo llaman- de “falopero”,


“borrachín”, “drogadicto”, se conjugan en la construcción social de una
identidad que deviene en negativa, y de la cual es muy difícil desprenderse.
El sistema sexo-género al tratarse de un sistema relacional, hace que los
hombres, por más que “decidan” no ejercer los privilegios que se les
adjudican por el mero hecho de ser hombres, siguen inscritos en
estructuras que los privilegian, aún contra su voluntad.

Por ello el cambio hacia nuevas masculinidades, no está tan relacionado


con lo psicológico individual, sino con lo cultural y estructural, conseguir
ese cambio será más complicado que simplemente “elegir” una
masculinidad diferente a la hegemónica. Porque aunque parezca una
cuestión personal, es en realidad, un cuestión política, ya que un cambio
cultural y estructural implica una amenaza profunda al patriarcado.
Avanzar en el debate sobre:

¿de qué modo operan las moralidades en la construcción de


subjetividades en el marco del proceso de
salud/enfermedad/atención?,

¿cómo desafiar el fenómeno creciente de patologización y


medicalización de la vida cotidiana?,

¿de qué manera se puede otorgar capacidad de agencia a las mujeres


usuarias?,

¿cómo desgastar, horadar y deconstruir las lógicas patriarcales, sexistas


y estigmatizantes que operan en los dispositivos asistenciales,
generando inequidades de género en la calidad de la atención?.

También podría gustarte