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INTRODUCCIÓN

- Mujer y feminidad
Todo el mundo está de acuerdo en reconocer que en la especie humana hay hembras; constituyen
hoy, como antaño, la mitad, aproximadamente, de la Humanidad; y sin embargo, se nos dice que
“la feminidad está en peligro”; se nos exhorta: “Sed mujeres, seguid siendo mujeres, convertíos
en mujeres.” Así pues, todo ser humano hembra no es necesariamente una mujer, tiene que
participar de esa realidad y amenazada que es la feminidad. (Beauvoir, 2022, p. 15)
- Afirmación del termino “humano” como algo abstracto
Desde luego, la mujer es, como el hombre, un ser humano; pero tal afirmación es abstracta; el
hecho es que todo ser humano concreto está siempre singularmente situado. Rechazar las
nociones de eterno femenino, de alma negra, de carácter judío, no es negar que hoy haya judíos,
negros, mujeres; esa negación no representa para los intereses una liberación, sino una huida
inauténtica. (Beauvoir, 2022, p. 16)
- Diferencias humanas
Y en verdad basta pasearse con los ojos abiertos para comprobar que la humanidad se divide en
dos categorías de individuos cuyos vestidos, rostro, cuerpo, sonrisa, porte, intereses, ocupaciones
son manifestaciones diferentes. Acaso tales diferencias sean superficiales; tal vez estén
destinadas a desaparecer. Lo que sí es seguro es que, por el momento, existen con deslumbrante
evidencia. (Beauvoir, 2022, p. 17)
- Relación de los sexos expresada como polos.
La relación de los dos sexos no es la de dos electricidades, la de polos: el hombre presenta a la
vez el positivo y el neutro, hasta el punto de que en francés se dice “los hombres” para designar a
los seres humanos, habiéndose asimilado la palabra homo. La mujer aparece como el negativo,
ya que toda determinación le es imputada como limitación, sin reciprocidad. (Beauvoir, 2022, p.
17)
- Distinción de pensamiento por el sexo
[…]“Usted piensa tal cosa porque es mujer.” Pero yo sabía que mi única defensa consistía en
replicar: “Lo pienso así porque es verdad”, eliminando de ese modo mi subjetividad. No era cosa
de contestar: “Y usted piensa lo contrario porque es hombre”, ya que se entiende que es hecho de
ser hombre no es una singularidad; un hombre está en su derecho de serlo; es la mujer la que está
en la sinrazón.
- Definición de la mujer como “el sexo”
[…]El hombre se piensa sin la mujer. Ella no se piensa sin el hombre.” Y ella no es otra cosa que
lo que el hombre decida que sea; así se le denomina “el sexo”, queriendo decir con ello que a los
ojos del macho aparece esencialmente como un ser sexuado: para él, ella es sexo, por
consiguiente, lo es absolutamente. La mujer se determina y se diferencia con la relación al
hombre, y no éste con la relación a ella; la mujer es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el
Sujeto, él es lo Absoluto; ella es lo Otro. (Beauvoir, 2022, p. 18)
- Supremacía del Uno sobre lo Otro
[…]¿Por qué no ponen en discusión las mujeres la soberanía masculina? Ningún sujeto se
plantea, súbita y espontáneamente, como lo inesencial; no es lo Otro lo que, al definirse como
Otro, define lo Uno, sino que es planteado como lo Otro por lo Uno, al plantearse éste como lo
Uno. Más, para que no se produzca el retorno de lo Otro a lo Uno, es preciso que lo Otro se
someta a este punto de vista extraño. (Beauvoir, 2022, p. 20)
- Desventajas impuestas a la mujer por el hombre
Ahora bien, la mujer siempre ha sido, si no la esclava del hombre, al menos su vasalla; los dos
sexos jamás han compartido el mundo en pie de igualdad; y todavía hoy, aunque su situación
está evolucionando, la mujer tropieza con graves desventajas. En casi ningún país es idéntico su
estatuto legal al del hombre; y, con frecuencia, su desventaja con respecto a aquel es muy
considerable. (Beauvoir, 2022, p. 22)
- El prestigio del hombre frente a la posición de la mujer.
Además de los poderes concretos que poseen, están revestidos de un prestigio cuya tradición
mantiene toda la educación del niño: el presente envuelve al pasado, y en el pasado toda la
Historia la han hecho los varones. En el momento en que las mujeres empiezan a participar en la
elaboración del mundo, ese mundo es todavía un mundo que pertenece a los hombres: ellos no lo
dudan, ellas lo dudan apenas. (Beauvoir, 2022, p. 23)
- El reconocimiento masculino de su privilegio de haber nacido hombre
Por doquier, en todo tiempo, el varón ha ostentado la satisfacción que le producía sentirse rey de
la Creación. "Bendito sea Dios nuestro Señor y Señor de todos los mundos, por no haberme
hecho mujer", dicen los judíos en sus oraciones matinales; mientras sus esposas murmuran con
resignación: "Bendito sea el Señor, que me ha creado según su voluntad". (Beauvoir, 2022, p.
24)
- Uso de la religión como método para la subordinación femenina.
Legisladores, sacerdotes, filósofos, escritores y eruditos, todos ellos se han empeñado en
demostrar que la condición subordinada de la mujer era del Cielo y provechosa para la Tierra.
Las religiones inventadas por los hombres reflejan esa voluntad de dominación: han sacado
armas de las leyendas de Eva, de Pandora; han puesto la filosofía y la teología a su servicio,
como se ha visto por las frases de Aristóteles y de Santo Tomás que hemos citado. […] Resulta
significativo, por ejemplo, que, para limitar los derechos de la mujer, el código romano invoque
"la imbecilidad, la fragilidad del sexo" en el momento en que, por debilitamiento de la familia,
aquélla se convierte en un peligro para los herederos varones. (Beauvoir, 2022, p. 24)
- Otros motivos que impulsan el discurso de inferioridad de la mujer
Para demostrar la inferioridad de la mujer, los antifeministas apelaron entonces no sólo a la
religión, la filosofía y la teología, como antes, sino también a la ciencia: biología, psicología
experimental, etc. A lo sumo, se consentía en conceder al otro sexo "la igualdad en la
diferencia". […] Ahora bien, esta segregación supuestamente igualitaria no ha servido más que
para introducir las discriminaciones más extremadas. (Beauvoir, 2022, p. 25)
- Complejos masculinas frente a la mujer
Hay otras muchas maneras más sutiles para que los hombres aprovechen la alteridad de la mujer.
Para todos aquellos que padecen complejo de inferioridad, hay ahí un linimento milagroso: con
respecto a las mujeres, nada hay más arrogante, agresivo o desdeñoso que un hombre inquieto
por su virilidad. (Beauvoir, 2022, p. 27)
- Desarrollo del hombre y sus comienzos interrelacionados con una mujer
En el seno de la familia, la mujer aparece a los ojos del niño, del muchacho, como revestida de la
misma dignidad social que los adultos varones; después, ese niño, ya mayor, ha experimentado
en el deseo y el amor la resistencia y la independencia de la mujer deseada y amada; casado,
respeta en su mujer a la esposa, a la madre, y, en la experiencia concreta de la vida conyugal, ella
se afirma frente a él como una libertad. Así, pues, el hombre puede persuadirse de que ya no
existe entre los sexos una jerarquía social, y de que, en conjunto, a través de las diferencias, la
mujer es una igual. (Beauvoir, 2022, p. 28)
- El interés general
Si pasamos revista a algunas de las obras dedicadas a la mujer, vemos que uno de los puntos de
vista más frecuentemente adoptados es el del bien público, del interés general: en verdad cada
cual entiende por ello el interés de la sociedad tal y como desea conservarla o establecerla. En
cuanto a nosotros, estimamos que no existe otro bien público que el que asegura el bien privado
de los ciudadanos; juzgamos las instituciones desde el punto de vista de las oportunidades
concretas ofrecidas a los individuos. Pero tampoco confundimos la idea del interés privado con
la de la felicidad: he ahí otro punto de vista que también se encuentra a menudo; ¿no son más
dichosas las mujeres del harén que las electoras? El ama de casa ¿no es más feliz que la Obrera?
No se sabe demasiado bien lo que significa la palabra dicha, y aún menos que valores auténticos
recubre. (Beauvoir, 2022, p. 30)
- Trascendencia de la mujer como lo Otro
Ahora bien, lo que define de una manera singular la situación de la mujer es que, siendo como
todo ser humano una libertad autónoma, se descubre y se elige en un mundo donde los hombres
le imponen que se asuma como lo Otro: se pretende fijarla en objeto y consagrarla a la
inmanencia, ya que su trascendencia será perpetuamente trascendida por otra conciencia esencial
y soberana. El drama de la mujer consiste en ese conflicto entre la reivindicación fundamental de
todo sujeto que se plantee siempre como lo esencial y las exigencias de una situación que la
constituye como inesencial. (Beauvoir, 2022, p. 31)

PRIMERA PARTE
CAPITULO I. LOS DATOS DE LA BIOLOGÍA
- Aparición de los términos “macho” y “hembra”
En boca del hombre, el epíteto de "hembra" suena como un insulto; sin embargo, no se
avergüenza de su animalidad; se enorgullece, por el contrario, si de él se dice: "¡Es un macho!".
El término "hembra" es peyorativo, no porque enraíce a la mujer en la Naturaleza, sino porque la
confina en su sexo; y si este sexo le parece al hombre despreciable y enemigo hasta en las bestias
inocentes, ello se debe, evidentemente, a la inquieta hostilidad que en él suscita la mujer.
(Beauvoir, 2022, p. 35)
- Apropiación de la fuerza por parte del macho
El macho encuentra caminos cada vez más diversos para utilizar las fuerzas de que se ha
adueñado; la hembra siente cada vez más su esclavización; el conflicto entre sus intereses
propios y el de las fuerzas generadoras que la habitan se exaspera. […] La mujer, que es la más
individualizada de las hembras, aparece también como la más frágil, la que más dramáticamente
vive su destino y la que más profundamente se distingue de su macho. (Beauvoir, 2022, p. 36)
- Acerca de la concepción
En ese período es cuando siente más penosamente a su cuerpo como una cosa opaca y enajenada;
ese cuerpo es presa de una vida terca y extraña que todos los meses hace y deshace en su interior
una cuna; cada mes, un niño se dispone a nacer y aborta en el derrumbamiento de los rojos
encajes; la mujer, como el hombre, es su cuerpo: pero su cuerpo es algo distinto de ella misma.
(Beauvoir, 2022, p. 40)
- Consideración de un tercer sexo tras la vejez de la mujer
Se ha dicho, a veces, que las mujeres de cierta edad constituían un "tercer sexo”, y, en efecto, no
son machos, pero ya no son hembras tampoco; y frecuentemente esta autonomía fisiológica se
traduce en una salud, un equilibrio y un vigor que no poseían antes. (Beauvoir, 2022, p. 42)
- Conciencia del privilegio masculino
Si se la compara con el macho, éste aparece como un ser infinitamente privilegiado: su existencia
genital no contraria su vida personal, que se desarrolla de manera continua, sin crisis, y,
generalmente, sin accidentes. Por término medio, las mujeres viven más tiempo, pero están
enfermas con mucha mayor frecuencia y hay numerosos períodos durante los cuales no disponen
de sí mismas. (Beauvoir, 2022, p. 43)

CAPITULO II. EL PUNTO DE VISTA PSICOANALÍTICO

- Complejos que aparecen a temprana edad en las niñas


[…] hacia la edad de cinco años, la niña descubre la diferencia anatómica de los sexos y
reacciona ante la ausencia de pene con un complejo de castración: se imagina que ha sido
mutilada y sufre por ello; debe entonces renunciar a sus pretensiones viriles, se identifica con la
madre y trata de seducir al padre. El complejo de castración y el complejo de Electra se refuerzan
mutuamente; el sentimiento de frustración de la niña es tanto más lacerante cuanto que, amando
a su padre, querría parecerse a él; […] ella puede sentir la tentación de reaccionar ante el
complejo de castración, rechazando su feminidad, obstinándose en codiciar un pene e
identificándose con el padre, esa actitud la llevará a permanecer en el estadio clitoridiano, a
volverse frígida o a orientarse hacia la homosexualidad. (Beauvoir, 2022, p. 45-46)
- Otros causantes del complejo de inferioridad femenino
En lo que a la mujer concierne, su complejo de inferioridad adopta la forma de un rechazo
vergonzoso de su feminidad: no es la ausencia de pene lo que provoca ese complejo, sino todo el
conjunto de la situación; la niña no envidia el falo más que como símbolo de los privilegios
concedidos a los muchachos; el lugar que ocupa el padre en el seno de la familia, la universal
preponderancia de los varones, la educación, todo la confirma en la idea de la superioridad
masculina. Más adelante, en el curso de las relaciones sexuales, la postura misma del coito, que
sitúa a la mujer debajo del hombre, representa una nueva humillación. Reacciona por medio de
una "protesta viril"; o bien trata de masculinizarse, o bien, con armas femeninas, entabla la lucha
contra el hombre. […] La mujer está dividida contra sí misma mucho más profundamente que el
hombre. (Beauvoir, 2022, p. 47-48)
- Conductas sexuales femeninas
Todos asignan a la mujer el mismo destino. Su drama se refiere al conflicto entre sus tendencias
"viriloides" y "femeninas"; las primeras se realizan en el sistema clitoridiano; las segundas, en el
erotismo vaginal; infantilmente, se identifica con el padre; después, experimenta un sentimiento
de inferioridad con respecto al hombre y se sitúa en la alternativa, o bien de conservar su
autonomía, de virilizarse […] o bien de hallar en la sumisión amorosa una feliz realización de sí
misma, solución que le es facilitada por el amor que sentía hacia el padre soberano; es a éste a
quien busca en el amante o el marido y el amor sexual va acompañado en ella por el deseo ser
dominada. (Beauvoir, 2022, p. 48)

SEGUNDA PARTE.
HISTORIA.
I
- Guerra de soberanías
[…] cuando se hallan en presencia dos categorías humanas, cada una quiere imponer a la otra su
soberanía; si las dos se empeñan en sostener esa reivindicación, se crea entre ellas, ora en la
hostilidad, ora en la amistad, pero siempre en la tensión, una relación de reciprocidad; si una de
las dos es privilegiada, se impone a la otra y se dedica à mantenerla en la opresión. (Beauvoir,
2022, p. 63)
- La complicaciones por maternidad en los tiempos primitivos
En cuanto a las mujeres normales, el embarazo, el parto, la menstruación disminuían su
capacidad de trabajo y las condenaban a largos períodos de impotencia; para defenderse contra
los enemigos, para asegurarse el sustento y el de su progenie, necesitaban la protección de los
guerreros y los productos de la caza y de la pesca, a las que se dedicaban los hombres; como
evidentemente no existía control alguno de los nacimientos, como la Naturaleza no asegura a la
mujer períodos de esterilidad como a las otras hembras mamíferos, las repetidas maternidades
absorberían la mayor parte de sus energías y de su tiempo; tampoco podían asegurar la vida de
las criaturas que traían al mundo. (Beauvoir, 2022, p. 64)
- Posición de la mujer en el tiempo primitivo
En los tiempos primitivos, no hay revolución ideológica más importante que la que sustituye la
filiación uterina por la agnación; a partir de entonces, la madre es rebajada al rango de nodriza,
de sirviente, mientras se exalta la soberanía del padre, que es quien ostenta los derechos y los
transmite. (Beauvoir, 2022, p. 79)
II
- Aparición de la propiedad privada
Destronada por el advenimiento de la propiedad privada, es a la propiedad privada a la que está
ligada la suerte de la mujer en el curso de los siglos: su historia se confunde en gran parte con la
historia de la herencia. (Beauvoir, 2022, p. 80)
- Dominio sobre la mujer y tipos de matrimonio
El primer tutor de la mujer es su padre; en su defecto, los agnados paternos cumplen esa función.
Cuando la mujer se casa, pasa "a manos" de su esposo; hay tres formas de matrimonio: la
conferratio, en la cual los esposos ofrecen a Júpiter Capitolino un pastel de espelta en presencia
del flamen dial; la coemptio, venta ficticia por medio de la cual el padre plebeyo "mancipaba" su
hija al marido, y el usus, que resultaba de la cohabitación durante un año; (Beauvoir, 2022, p. 81)
- Deseo de agrado y aprobación masculina
Los privilegios económicos ejercidos por los hombres, su valor social, el prestigio del
matrimonio, la utilidad de un apoyo masculino, todo empuja a las mujeres a desear
ardientemente agradar a los hombres. […] De ello se deduce que la mujer se conoce y se elige,
no en tanto que existe por sí, sino tal y como el hombre la define. Por consiguiente, tenemos que
describirla en principio tal y como los hombres la sueñan, ya que su ser-para-los-hombres es uno
de los factores esenciales de su condición concreta. (Beauvoir, 2022, p. 135)

TERCERA PARTE
MITOS
- El hombre y su imposibilidad de separarse de la naturaleza
El hombre busca en la mujer lo Otro en tanto que Naturaleza y como su semejante. Pero ya es
sabido qué sentimientos ambivalentes inspira la Naturaleza al hombre. El la explota, pero ella lo
aplasta; él nace de ella y en ella muere; ella es la fuente de su ser y el reino que él somete a su
voluntad; es una ganga material en la cual está prisionera el alma, y es la realidad suprema; es la
contingencia y la Idea, la finitud y la totalidad; es lo que se opone al Espíritu y a él mismo.
(Beauvoir, 2022, p. 143)

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