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VIOLENCIA EN LA FAMILIA

ROBERTO LOSSO
DEFINICION: concepto relacionado con la fuerza y la destructividad. Tiene que ver con la lucha por el poder, el impulso a dominar y
eliminar el otro. Lo podemos relacionar con la pulsión de dominio freudiana
TIPOS: según Piera Aulagnier
• Violencia primaria: necesaria para la constitución del yo, definida como “lo que se impone desde el exterior en el campo
psíquico, provocando una primera violación del espacio y una actividad que obedece a leyes extrañas al yo”, e implica el
proceso de las primeras identificaciones.
• Violencia secundaria: que se abre camino sobre la precedente, de la que representa un exceso, en general dañino y nunca
necesario para el funcionamiento del yo.

VIOLENCIA Y TRAUMA
La noción de violencia está ligada a la del trauma.
Freud, llama traumáticas a las excitaciones externas que poseen fuerza suficiente para perforar la protección antiestimulo. Resalta las
situaciones de pérdida, las cuales sumen al sujeto en un estado de desvalimiento, con la consiguiente inundación del psiquismo.
entonces la situación traumática de base es la situación de desvalimiento, y todas las situaciones posteriores remiten a ella.

La diferencia, además, con la situación de peligro, la que es también de desprotección, pero “discriminada, recordada, esperada”. La
angustia es la reacción originaria frente a la no protección en el trauma (angustia automática). En la situación de peligro, esta angustia
es reproducida, pero como señal de alarma (angustia señal).

Winnicott define al trauma como “irrupción de un hecho real demasiado súbito e impredecible”, alude a un hecho real y subraya la
importancia del ambiente; el trauma en el niño es una falla relativa de la dependencia (de los objetos que lo sostienen y le ofrecen tal
dependencia) >>> Es la familia la que protege al niño, y habrá trauma cuando falle esta función.

Dice que hay una forma normal del trauma, la que rompe la idealización del objeto, a causa del odio reactivo a la falla del objeto, este
es el proceso de desilusión, que puede corresponder a la violencia primaria.

Las consecuencias del trauma son:


 POSITIVAS: búsqueda de actualizar el trauma y devolverle su vigencia, haciéndolo real y objetivo. Es un modo de hacerlo
revivir en el vínculo actual con otra persona; es lo que se ha llamado “fijación del trauma”, la que está en relación con la
compulsión a la repetición, o sea un intento de elaborar la situación traumática reviviendo en el presente con personajes actuales.
• NEGATIVAS: se desarrollan a partir de la necesidad de que nada de lo que atañe al trauma sea recordado ni repetido. Esta
necesidad activa reacciones defensivas de evitación, inhibiciones y fobias.
El trauma es una de las vicisitudes de los vínculos, por lo tanto, es situacional. Para que exista se necesitan por lo menos 2 personas,
en el mundo externo e interno. El trauma precoz comienza con una falla en la relación madre- bebé, que lleva a la situación
traumática. Existe una relación cercana e íntima entre el niño y la persona que ha infligido el trauma contra él.

Masud Khan introdujo el concepto de traumas acumulativos, para referirse a traumas que se experimentan en el contexto de la
dependencia de las figuras parentales, las cuales funcionan como barrera protectora y yo auxiliar. Son como microtraumas que actúan
en forma silenciosa e imperceptible a lo largo del desarrollo, y que adquieren valor de traumas por acumulación y en forma
retrospectiva.

FORMAS DE VIOLENCIA.
Hay muchas formas que van desde el abandono físico hasta el maltrato emocional, el castigo corporal y el abuso sexual. Como
también hay formas de violencia más larvadas y sutiles, más frecuentes.

La violencia es las más de las veces un fenómeno invisible para el observador externo. Permanece como situaciones ocultas dentro del
ámbito familiar.

La violencia se puede observar fenoménicamente como:


• VIOLENCIA CONYUGAL: expresa una de las formas de la colusión de la pareja, la cual tiene consecuencias para los hijos
quienes son espectadores y testigos impotentes; constituye una forma de violencia para con ellos por el abandono afectivo
consiguiente y por el clima de tensión, miedo y amenaza.
• EL “SÍNDROME DEL NIÑO APALEADO”: que se presenta especialmente en lactantes, llegando a casos gravísimos.
• EL ABUSO SEXUAL: se produce, por lo general, en niños más grandes, aunque incluso puede darse en lactantes. En todos
estos casos, casi siempre se verifica un mayor o menor grado de complicidad de ambos padres.

LA VIOLENCIA Y LA FAMILIA.
La violencia está incorporada en muchas familias como una modalidad vincular, un “estilo comunicativo”, y puede actuar como factor
estabilizador del funcionamiento familiar. En estas familias los padres pueden no presentar una patología manifiesta, que sí aparecerá
en esos casos en los hijos.

Son familias que se mueven en la acción y no en el pensamiento en donde el que ejerce manifiestamente la violencia tiene una suerte
de compulsión a la acción; se dice que es un compulsivo y no un impulsivo, pues no actúa por impulsos, sino que tiene una
permanente necesidad de realizar repetidamente la acción violenta.

El ejercicio de la violencia en la familia exige una legalidad privada que la avale, la comparta y la transmita. Estas familias desarrollan
mitos caracterizados por un sistema de creencias que justifican la acción. La violencia es considerada por quien la ejerce y la familia
como una respuesta adecuada a una determinada situación, originada exteriormente y ajena a quien ejerce violencia. La causa es
atribuida a la víctima, a partir de la construcción mítica, se desarrolla un sistema interpretativo de la realidad.

Por otra parte, el trauma no puede ser denunciado, ni siquiera vivido como tal; se hace “lo que corresponde”. En muchos casos se
justifica convirtiendo a la víctima en el “elegido” del padre violador o pegador. El trauma es por lo tanto “bonificado”.
Se produce así un proceso de naturalización de la violencia, donde se instala una familiaridad siniestra: “esto que es violencia, no lo
es, es una respuesta adecuada”, “es un fenómeno natural”. Este fenómeno natural dará lugar a que se produzca un trauma acumulativo.

Siguiendo a Laing, diremos que en estas familias los significados son mistificados. Mistificar es confundir, enmascarar, ocultar lo
que está ocurriendo. La familia mistifica, minimiza y niega los hechos; no se ve, no se oye y no se piensa. Hay una imposibilidad de
pensar.

Son familias que, por carencia de recursos yoicos de sus miembros, no pueden cumplir con las funciones introyectivas que son:
generar amor, difundir esperanza, contener el sufrimiento depresivo y crear las condiciones para poder pensar. En cambio, predominan
las funciones proyectivas: suscitar odio, sembrar desesperación, transmitir angustia persecutoria, crear confusión y mentiras.

A esto se le agrega el predominio de la sexualidad endogámica, siempre presente en los casos de violencia como sexualidad perversa.
También hay imposiciones de secreto y los padres de estas familias también han sido objeto de violencia, de alguna forma en sus
familias de origen, y/o fueron exigidos irracionalmente sin reconocimiento de sus verdaderas necesidades. Son padres inseguros de si
mismos, susceptibles a fallar, son personas que no han logrado establecer en su mundo interno figuras suficientemente buenas,
producto de una historia llena de carencias, presentan vulnerabilidad y labilidad emocional.

Algunos efectos del trauma serán: la vivencia de desamparo, de falta de protección, la falla en las defensas y el dolor mental agudo
(Bentovim). El individuo puede buscar disociarse del trauma, pero, experimenta una sensación de gran impotencia, fallan los
mecanismos de defensa más evolucionados y debe recurrir a los más “primitivos”. Son frecuentes las sensaciones de desintegración y
dolor mental profundo.

Los varones pueden identificarse con el agresor, y pasan a ser violentos con otros menores o más débiles. Las niñas tienden a
desarrollar conductas de sometimiento; y en ambos casos son frecuentes los casos de anorexia, fugas, problemas de escolaridad,
automutilaciones, etc.

LA VIOLENCIA TRANSGENERACIONAL COMO PARTE DE LA VIOLENCIA FAMILIAR LATENTE.


Cuando los mitos son rígidos, “imponen” a los individuos modelos identificatorios, siendo estas identificaciones patógenas y triviales,
ejerciendo así violencia transgeneracional.
La violencia familiar suele estar oculta, y suelen llegar al consultorio por diferentes motivos como: síntomas en los hijos; la decisión
de uno de los cónyuges de separarse; la derivación por parte de profesionales del ámbito judicial.

Se trata de familias de acción, será necesario establecer un encuadre riguroso, la tarea (no siempre posible) será fundamentalmente la
de tratar de transformar la acción en lenguaje.

Es importante tener un diagnóstico del tipo de violencia. Hay ciertas diferencias en el abordaje terapéutico según sea violencia física o
emocional: en el primer caso muchas veces es necesario primero separar al agresor de las víctimas, para que la violencia no pueda
seguir, se trata del trabajo interdisciplinario con la justicia, asistente social, etc.

En cada caso se evalúa si trabajar con toda la familia o con parte >>> Bentovim recomienda no juntar a víctimas y victimarios si estos
no reconocen su responsabilidad.
Pueden efectuarse sesiones con toda la familia o subgrupos, en todos los casos se tiene que tratar de hablar de todo con todos los
detalles.

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