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BERENSTEIN ISIDORO

CLASE 3
El uso de las palabras
Las relaciones entre hablar y pensar son complejas, y una de ellas es la reciprocidad, pensar hace hablar y hablar hace pensar.

Las palabras pertenecen al acervo de la comunidad; a través de su uso o adhiriendo a él se pertenece o se cree pertenecer a ella. Los
niños toman contacto con la lengua mucho antes de saber el significado de las palabras que usan. Por las respuestas del medio que los
rodea van sabiendo que las mismas palabras se usan con sentidos diferentes. Los recortes subjetivos varían en tanto están
determinados por nuestra pertenencia social, familiar, económica, científica, teórica o por diversas experiencias clínicas.

Se supone que tanto nuestros conceptos como las palabras que utilizamos describen una situación mejor que otros de los que
disponemos. Pero tales palabras a su vez acompañan de otras voces en teorías previas. Podría ser lo que ocurrió con los conceptos y
las palabras vínculo, presencia, acontecimiento y estructura.

Williams habla de una “actitud sacra” ante las palabras y de las arduas discusiones acerca de la interpretación más correcta de éstas,
que conlleva admoniciones y advertencias de estar alejándose de la buena forma. Señala que habría que descartar el significado
original como decisivo, cuando el uso da lugar a variaciones nunca suficientes para describir los hechos nombrados. La subjetividad
tiene una adhesión fuerte a las palabras con las que fue instituida. Se decide hablar con las nuevas palabras, pero sin darse cuenta de
que éstas resultan sostenidas y se sostienen en una subjetividad apoyada en aquellos pensamientos y palabras con los que se
instituyeron.

Las palabras no son exteriores a los problemas que tratamos de nombrar con ellas. Berenstein toma 4 periodos por los que tocó
transitar en su formación psicoanalítica y vincular. Como toda periodización, tiene algo de arbitrario.

Época de la identificación proyectiva


(décadas de 1950 y 1960)
Décadas influidas por la oposición guerra-paz, por los pensamientos sobre el mal y por la creencia en la posibilidad de lograr una
estabilidad social y política y en un porvenir asegurado.

La destructividad de las guerras ocupó lugar en las reflexiones de Freud sobre la guerra a través de la postulación de la pulsión de
muerte, retomada por Melanie Klein en su concepto de la identificación proyectiva. Fue una novedad la descripción del mecanismo
por el cual un aspecto de la mente de un sujeto (un objeto interno y un estado emocional) podía ser instalado en otra mente.

Contemporánea de este periodo es la noción de contratransferencia: respuesta inconsciente del analista a la transferencia del
paciente.

A partir de este periodo la mente ya no se circunscribió solo al indicado, ya que ésta podía habitar otra u otras mentes. Estas eran las
primeras percepciones del entre

También se vislumbraba una oposición entre mundo interno/mundo externo. Así como con la contratransferencia, se debía volver al
mundo interno lo que se ubicaba en el mundo y el objeto externo.

Así las oposiciones eran el índice de una división binaria puesta en juego en las clasificaciones y en la organización del mundo.

Identificación proyectiva fue un concepto revolucionario: introducía la idea de que partes de una mente pueden ser alojadas y sus
efectos vividos como proviniendo de otra. Por eso era comprensible que vinculo fuera un término prínceps en ese momento.

Se toman las nociones de objeto interno dominante y objeto único. Desde esta perspectiva el pasado se encuentra representado por las
vicisitudes tempranas e infantiles con el objeto materno.

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Hasta aquí seguía vigente una causalidad lineal: el pasado como causa de un efecto presente, lo interno y su constelación de objetos y
emociones como explicación de lo externo y de la relación con el otro.

EPOCA DE LA ESTRUCTURA FAMILIAR


INCONSCIENTE
(LAS DECADAS DE 1970 Y 1980)
Auge del estructuralismo de la mano de Levi-Strauss y otros influyentes como Lacan, Foucault, Deleuze, etc.

El modelo estructural de Strauss basado en la teoría de los conjuntos, permitía agrupar un mundo disperso en un orden lógico que
hacia posible entender un conjunto de transformaciones.

Una estructura daba lugar a otras de la misma familia, se da la utilización de la palabra estructura y la idea de parentesco que la
acompaña, para acortar la distancia con la estructura familiar y con las formaciones inconscientes de la estructura social.

En la estructura, un elemento presupone al conjunto llamado sistema. Se crea además la Estructura Familiar Inconsciente (EFI) y el
Zócalo Inconsciente de la pareja: matrices de posiciones o lugares dadores de sentido para quien los ocupara; los sujetos podían
cambiar de lugar y ocupar otros, cuyas consecuencias eran descriptas como distintas modalidades de psicopatología familiar.

ZOCALO ICC DE LA PAREJA: estructura profunda reguladora de la misma. Es un organizador de las distintas modalidades de
intercambio: sexual, económica, de palabras. Esta sostenido por pactos y acuerdos inconscientes que suponen una tendencia a unificar
los funcionamientos psíquicos de los miembros de la pareja.

ESTRUCTURA FAMILIAR INCONSCIENTE: conjunto de 4 términos formados por los lugares del PADRE como corte,
MADRE como portavoz y erogenizante, HIJO como la novedad y HERMANO DE LA MADRE o DADOR DE LA MADRE o
CUARTO TERMINO (AVUNCULO) como baluarte narcisista endogámico y testigo de alianza. Esta estructura esta ligada a 4
vínculos y da lugar a una serie de transformaciones mediante las cuales se podía modelizar el funcionamiento considerado normal
(neurótico, perverso y psicótico), dentro de una familia. Se refiere a una estructura significativa de relaciones inconscientes que
determina el modo de vincularse de los sujetos que participan de dicha estructura.

Palabras ligadas a la estructura son: lugar, funciones, leyes de cambio posicional, relaciones, etc.

Un movimiento decisivo en el pensamiento sobre la familia a partir del estructuralismo, fue el corrimiento de un pensamiento de tipo
biológico centrado en la descendencia (en el hijo) a otro centrado en la familia, que se determinaba en una relación de intercambio con
otra familia a traces de la pareja de tipo matrimonial.

La Estructura Familiar Inconsciente propuso el corrimiento del término relación a lo que seria otra noción de vinculo, ambos de
carácter inconsciente. Comenzaba a abrirse camino lo intersubjetivo (su carácter fundante es la noción de vinculo) como un mundo
diferente del de lo intrasubjetivo (su carácter fundante es la representación para el aparato psíquico).

El inconsciente de Levi-Strauss se trataba de un inconsciente como ley general, que daría lugar al criterio de invariancia, éste se
relacionaba con la noción de transformación. Desde esta noción de dedujo que los sistemas derivados de una estructura madre
formaban parte de la misma familia de modelos.

LA EPOCA DEL ACONTECIMIENTO


(LA DECADA DE 1990)
Los hechos comenzaron a dar lugar a la pregunta acerca de la estructura: ¿Dónde se establece, en que lugar se ubica lo que se presenta
como nuevo, lo que no tiene lugar porque ni se espera ni se prevé?

La manera habitual de pensarlo era como trauma, como accidente o como catástrofe:

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→ Si aquello que se presenta es considerado como trauma, se dirá que desestructura lo que está vigente y que no puede dar cuenta
de la cantidad de excitación producida.
→ Un accidente muestra lo imprevisto, lo que aun siendo imaginable se supone que no habrá de ocurrir.
→ Una catástrofe implica un movimiento alterador de un orden

Estos términos conciernen a la idea de continuidad, la cual se mantendrá como tal en tanto no sufra una ruptura, una ausencia, un
exceso.

Cuando un sujeto es tomado por un evento imprevisto, entran en juego 3 cuestiones: la de la novedad, la de lo imprevisto y la de la
disparidad entre el evento y el recuerdo:

1. Novedad: o novedad radical, aquello que no está prefigurado, lo que no tuvo lugar hasta el momento en que ocurre, y que
sorprende a la subjetividad.
2. Imprevisto: referido a: a) aquello que pudiendo preverse de acuerdo a las condiciones del sujeto o a sus relaciones con los otros,
no se tuvo en cuenta por negación, represión o desmentida y que al hacerse presente lo sorprende; b) aquello que no estando en la
serie psíquica, no puede ser pensado ni supuesto como posible en el transcurso del espacio-tiempo. El sujeto está a merced de lo
que pueda ocurrir, y deberá implementar un hacer con lo que se le presenta.
3. Disparidad entre el hecho y el recuerdo: se recuerda el acontecimiento, pero no el acontecer, que no deja huella; se habla de un
hecho que es registrado, pero no del hacer

LA EPOCA DE LA AJENIDAD
(ALREDEDOR DEL Año 2000 HASTA AHORA)
AJENIDAD: el otro es ese que se presenta, me sorprende y al cual intento representar; para lograrlo me esfuerzo por hacerlo coincidir
con un registro previo proponiéndole al psiquismo ese doble trabajo descrito por la actividad de los juicios, el de existencia, de
atribución y el juicio de presencia, para la actividad de representación.

Lo ajeno es aquello que la diferencia no modifica y lo que no es pasible de identificación. El otro se me impone, con el otro (que es
otro de mi) recibo noticia de que soy otro para él, definitivamente somos ajenos y es con ello que debemos producir un encuentro.

El mecanismo constitutivo es la imposición: aquel mecanismo por el cual los sujetos vinculados se instituyen a partir de inscribir su
pertenencia a la relación y de aceptar que es instituido por ella y con queso que se impone se debe generar algo nuevo, un encuentro.

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